#doingthedirtydishes.com
Text
Perder sus sueños en la vida para ayudar a otros a descubrir los suyos; encontrando su corazón y propósito en el proceso: La historia de Chester Ruiz.
De niños todos soñamos con llegar a ser algo espectacular algún día en el futuro. Algunos quieren ser granjeros o policías, otros bomberos o astronautas. Para Chester Ruiz estaba claro: quería ser boxeador profesional. Como ocurre en el tortuoso camino de la vida, a menudo no conseguimos lo que queremos, sino lo que necesitamos. Esta lección de vida, nuestra medicina, no es algo que llegue con demasiada facilidad. Pero para quienes abrazan el camino de su alma, la búsqueda interior del corazón, el resultado es la felicidad.
El viaje del corazón no es uno que la mayoría elija fácilmente. Son susceptibles de encontrarse con un camino lleno de sorpresas cuando la vida no va como esperaban. Una vez abatido, es más fácil quedarse en el suelo que luchar por volver a ponerse en pie, encontrando un nuevo significado y propósito. No son los éxitos los que nos definen en la vida; son las luchas y los obstáculos que hemos tenido que superar en el proceso. Para cada persona, el proceso adquiere su propio significado relativo. Chester Ruiz no es una excepción.
A sus cincuenta y tres años, Chester tiene motivos de sobra para estar amargado con la vida. Creció en Loma de Mico, un barrio pobre de Granada (Nicaragua), con suelos de tierra y sin agua corriente, y con pocas posibilidades de éxito. En una casa con ocho hombres y dos mujeres, empobrecida por las condiciones de vida de su familia, se peleaba por cada miga de pan o trozo de arroz extra. Poco sabía lo que su educación significaría para su futuro.
De niño, a Chester siempre le gustó el boxeo. Henry, su hermano mayor, era boxeador desde que tenía uso de razón. Henry llegó a ser boxeador profesional, alcanzando el octavo puesto en la clasificación mundial (acumulando un Pro-Champ de Latinoamérica por el camino), pero cuando Chester se tomó en serio el deporte a los trece años, su hermano ya se había retirado. Henry, maestro de niños de profesión, pasó a crear un programa de boxeo amateur para los niños pobres del barrio. Henry fue una gran inspiración para Chester.
En su primer combate, a los trece años, fue noqueado. Ganó los cuatro combates siguientes. Lo tenía claro: quería ser campeón del mundo. Pero, ¿tenía Chester lo que hacía falta para conseguirlo? Llegó a disputar seis torneos nacionales. Ganó cinco de los seis, llevándose a casa cuatro medallas de bronce y una de plata. Tras un combate con Camilo Ortega en Managua, en el que ganó una medulla de oro, se vio obligado a alistarse en el ejército Nicaragüense. Pero fue una buena noticia para su futuro en el boxeo.
Todos los mejores boxeadores estaban en el ejército. Peleó con Rosendo Alvaraez, que llegó a ser Campeón del Mundo. Chester iba camino de cumplir su sueño. Nosotros tenemos nuestra agenda en la vida, pero la vida tiene la suya propia; este último plan siempre se sale con la suya. Sin embargo, todos los caminos llevan al mismo destino. En un viaje a casa para visitar a su familia, Chester sufrió un grave accidente. Se cayó de un camión de mudanzas sobre el codo, lo que supuso el fin de sus sueños de título mundial de boxeo. Se retiró a los veinte años.
No pasó mucho tiempo antes de que Chester volviera al ring, esta vez como su hermano mayor Henry: enseñando a los niños del barrio. Empezó a entrenar en la Escuela de Boxeo La Iguana Verde, un programa muy conocido y respetado en Nicaragua. En esta escuela se encontró rápidamente con boxeadores hambrientos que querían llegar a ser los mejores. Entrenó a Víctor Mayorga, que llegó a ser campeón del mundo. Por desgracia, Víctor nunca devolvió mucho a la comunidad en forma de gratitud.
Chester se casó a los veintidós años. Su esposa, Melania, tenía veinticuatro años. Pronto formarían una familia. No sabía que su vida estaba a punto de dar más vueltas, llevándose todo lo que amaba, incluida su familia. Sus hermanos tenían talento para la música y pasaban tiempo juntos cantando y tocando. Pensaban que era bueno, que tenía lo que hacía falta para triunfar en un campo tan competitivo. Uno de sus hermanos le animó a dedicarse a la música, a ser cantante.
Su prometedor grupo, Combo 76, tuvo un éxito de público casi inmediato. A menudo les invitaban a festivales nacionales, y a veces ganaban premios por su popularidad. Una vez cantaron en el Centro Recreativo, con capacidad para 1.000 personas. Con el tiempo, su fama y popularidad les catapultaron a un programa de televisión nacional en 1992. En ese momento Chester interpretaba el papel de cantante de éxito durante el día, pero era un bebedor compulsivo por la noche. Esto empezaba a afectar a su forma de cantar y de vivir.
Es sólo cuestión de tiempo que nuestro lado oscuro asome la cabeza. La realidad de Chester empeoraba día a día. Era habitual que se pasara el día y la noche bebiendo. No era raro que Chester se despertara en la calle, completamente vestido, magullado y maltrecho, al amanecer, después de una larga noche de juerga. Una vez revelada nuestra verdad, podemos elegir entre parar o continuar. Chester siguió bebiendo hasta acabar con su carrera musical a los treinta y cinco años.
Chester había tocado fondo. Había perseguido sin descanso dos grandes oportunidades para salir él y su familia del gueto y crear una vida normal para ellos, y ambas habían fracasado. Y, lo que es más, en lo más profundo de su ser, Chester se sentía decepcionado consigo mismo y con su familia, un auténtico fracaso en la vida. Para añadir sal a la herida, dos años antes, cuando nació su hija con síndrome de Down, hizo la promesa a Dios de que dejaría de beber. Pero no lo hizo. Y ahora su vida era un caos.
Chester, decidido a vencer a su demonio y a poner su vida en orden, tenía una misión. Una noche, su hermano mayor le llevó a una reunión de Alcohólicos Anónimos; desde entonces, su vida ha cambiado para mejor. El 15 de septiembre de 2009 bebió por última vez, lo que cambió su trayectoria vital. Siguió cantando los fines de semana para mantener vivo su amor y pasión por la música y la gente. Decidió volver a dar clases de boxeo.
Ahora formaba parte del programa de boxeo Alexis Aguello, y estaba de nuevo en la calle enseñando a los niños desde su corazón. Chester sabía que esto era lo que le hacía feliz en la vida, que su verdadera vocación era ayudar a los niños a formar parte de algo más grande que ellos, a encontrar una salida a los problemas cotidianos de la calle y, con suerte, algún día a la pobreza. Los niños se sienten muy motivados y resueltos al participar en un deporte tan ágil y resuelto, en el que el entrenamiento y el trabajo duro dan resultados, como en la vida.
Los niños de su programa proceden de la pobreza extrema y, como en el caso de Chester, todos crecieron sin agua corriente ni electricidad. Si no fuera por el programa; acabarían vagando por las calles, metiéndose inevitablemente en líos o algo peor, probablemente muertos. Proceden de los barrios llamados “Zonas Rojas” – calles por las que el Nicaragüense medio no se atrevería a transitar. Estos barrios están controlados por bandas de narcotraficantes; y la policía les suministra drogas abiertamente.
En la vida uno nunca sabe dónde se va a encontrar con un Chester. Nos conocimos porque cada mañana llegaba una moto a mi vivienda en Granada – era Chester que venía a trabajar como guardia de seguridad. Con el tiempo nos hicimos amigos, lo que me llevó a conocer su familia, su vida y sus antecedentes. Su historia no es diferente de la de cualquier persona que sueña con algo de niño o de adulto. Persiguió sus sueños dos veces en la vida y ambas acabaron en fracaso absoluto. Pero Chester es un boxeador que no se da por vencido.
La vida no siempre es como deseamos; nunca le pongas un lazo. Nunca puedes saber si el regalo llegará algún día – así que pierde tus expectativas. El universo siempre encuentra la manera de enviarnos mensajes sobre nuestro verdadero propósito en la vida. Cuanto más nos alejamos de nuestro único objetivo aquí en la tierra, más nos presiona el universo. Cuando no se les presta atención, el universo aumenta la frecuencia y la severidad de los mensaje(s). Hasta que el mensaje no se entienda claramente, persistirá en innumerables formas.
Como los boxeadores, todos somos derribados en la vida de vez en cuando. Seguro que en algún momento de tu vida te enfrentarás a una coyuntura así. No es ninguna vergüenza ser derribado en la vida, pero sí lo es decidir no volver a levantarse. Chester fue derribado más veces de las que cualquier boxeador querría admitir abiertamente, pero cada vez que esto ocurría encontraba rápidamente la semilla de la positividad, sembrando una esperanza renovada para el futuro de su familia – lo que le colocaba en un nuevo rumbo en la vida, un camino hacia una profunda satisfacción interior, hacia la felicidad.
Fue en su terquedad humana, luchando por sus sueños de ser boxeador y luego cantante profesional, habiendo perdido cada uno de ellos por abusar excesivamente del alcohol, y tras interminables barreras y batallas, que le llevaron a su punto psicológicamente más bajo, lo que permitió a Chester encontrar su verdadero camino en la vida: ayudar a los niños. Uno nunca puede conocer la grandeza si nunca lo intenta. Pero tampoco se puede saborear o conocer la felicidad interior si no se mira en lo más profundo, eligiendo la intensa búsqueda de la oscuridad para encontrar la luz.
Fue este oscuro y difícil camino, el menos transitado, el que le llevó finalmente a vencer al alcohol (su rival más duro) – a cumplir la promesa que le hizo a su hija y a su familia, y a volver a entrenar a niños, mientras perdía dos sueños durante un largo periodo de tiempo debido a una grave adicción, lo que llevó a Chester a realizar el agotador trabajo interior de sí mismo, de su alma, de la vida, que se requiere para hacer de la felicidad una parte cotidiana de la vida. Todas las respuestas a tus preguntas están en el anillo de la vida – ding, ding!
Chester es voluntario y recibe muy poca ayuda para sufragar los gastos de su programa de boxeo. Para hacer un donativo, póngase en contacto con él aquí.
Travel Blog: Click here.
Spiritual Blog: Click here.
Book: Unbreakable Mind. (Print, Kindle, Audio)
Doing The Dirty Dishes Podcast: Watch or listen to episodes and subscribe: Spotify, Apple Podcast, Buzzsprout. Also available on Google Podcast, iHeart, Tunein, Amazon Alexa and Stitcher.
Doing The Dirty Dishes YouTube channel – watch and subscribe.
Social Media links: Twitter, Instagram and Linkedin.
Travel Blog links: Covid-19 stranded in NYC JFK and Maine – also travel stories on Ireland, Spain, Sweden, Belgium, Iceland, Colombia (Espanol version), Amsterdam, Germany, New Hampshire, TN and NYC.
Personal Website link where you can also find my book, photos of my travels and updates on current projects.
Thank you for your love and support.
#steven quigley writer#steven quigley blogger#steven quigley#stevenquigleyauthor#stevenquigley#unbreakable mind#unbreakable mind book#unbreakablemindbook#unbreakablemind#doingthedirtydishes.com#doingthedirtydishesspiritual#doingthedirtydishestravel#doingthedirtydishespodcast#doingthedirtydishes
0 notes
Text
Golpeado con un tubo, dado por muerto y encontrado bajo un tren del centro de la ciudad; Despertar del trauma con un sacerdote a mi lado: El destino de convertirse en autor y escritor.
Nunca imaginé que me convertiría en escritor. Si me lo hubieran preguntado dos años antes habría apostado la casa a que nunca pasaría. En aquel momento, culto y viajero del mundo, director general de una empresa de financiación al consumo con más de siete dígitos en ventas en nuestro primer año, pensé que había encontrado algunas respuestas en la vida. Ese fue el primer error de un largo camino de muchos, que comenzó con un viaje que me llevaría desde la cúspide del éxito empresarial en el distrito de negocios de Filadelfia, hasta vivir en una tienda de campaña en silla de ruedas durante un año. Qué equivocado estaba: La vida me tenía reservadas algunas sorpresas, entre ellas volver a ser un indigente.
Acababa de vivir dos años en el sur de Asia, y con mi negocio de exportación – importación decayendo debido a mi falta de conocimiento sobre las tendencias de la moda contemporánea, era el momento de encontrar una nueva empresa. Poco después me encontré con un viejo amigo católico irlandés de la infancia, Dan Sheehan. Con el tiempo, otro amigo en común del lugar, que dirigía su propia empresa de éxito en la costa de Jersey, mientras estaba en un partido de la NFL de Filadelfia, me advirtió que me mantuviera alejado. Me dijo: «Dan es veneno, será más listo que tú y te causará tremendos problemas si no te echas atrás. Steven, sal del trato mientras puedas». No podía imaginarme la clarividencia de lo que me dijo aquella fatídica tarde de otoño.
En ese mismo momento, siendo una persona supuestamente «espiritual», gran partidaria del viaje interior de cada uno, en una profunda búsqueda del alma, una vieja amiga a la que conocí en un vuelo a Tokio a finales de los 90, actualmente astróloga védica, Alexia, decidió probar conmigo sus recién estrenadas habilidades de lectura de cartas. Esta lectura no fue diferente a otras realizadas en el pasado, temas comunes de los que yo ya era consciente. Pero esta concluyó diciéndome: «Steven, no estoy seguro de qué hacer con esto, pero estarás fuera de juego si no haces caso al universo; o bien, será una lección que nunca podrás evitar ni olvidar.»
Bueno, nada en ese momento podría haberme convencido de lo contrario; en mi mente, estaba en la cima del mundo. Acababa de cumplir treinta y siete años, y había vivido y viajado por el mundo muchas veces, creando una creciente empresa financiera de gran éxito, me parecía que estaba a punto de llegar a la cima, que esto era para lo que me había preparado durante toda mi vida empresarial adulta, el éxito pronto iba a ser mío. No sabía ni siquiera cómo definir el éxito en aquel momento, por muy burda o desilusionada que fuera mi autoestima.
«En el trono más alto del mundo, seguimos sentados sólo en nuestro propio trasero.»
— Michel de Montaigne
Pero primero es necesario regresar un poco en la historia para una adecuada referencia y contexto. Hasta esta coyuntura, pensando que era una persona «espiritual», creía entender mi propósito y dirección en la vida. Como ocurre con todos los acontecimientos de la vida, los beneficios de la retrospectiva nos permiten ver más tarde las conexiones que antes no se veían ni se conocían. Aunque sin ninguna claridad o visión real sobre la vida, no podía centrarme en las señales de advertencia de neón rojo que parpadeaban frente a mí -las lecciones de la vida, la ilusión de la voluntad propia- y todas sus opciones confusas y elecciones confusas, las ramas del árbol de la vida que nos llevan en nuestro viaje pueden ser engañosas.
Me parecía que todo era como debía ser en mi vida. Sin embargo, no era como lo había imaginado en mi realidad autoconstruida, y sin que yo lo supiera. Nuestras mentes son maestras del engaño y la trampa, y a menudo mantienen al «yo» en la oscuridad. Poco entendemos del funcionamiento de la mente, incluso después de interminables años de trabajo neurológico, investigación y estudios de longitud ilimitada. La vida, al igual que el universo, no es más que un reflejo: lo que vemos en los demás lo vemos también en nosotros mismos. El cosmos siempre nos devuelve las lecciones a través de los múltiples obstáculos y personas que encontramos a diario. Al fin y al cabo, la Tierra es una escuela, un lugar para que los espíritus asciendan su vibración, permitiéndoles así la entrada en dimensiones superiores.
La capacidad de los seres humanos de recrear su propia realidad a través de la emoción y la memoria es totalmente asombrosa. Nuestras mentes crean fácilmente eventos y recuerdos totalmente nuevos y anteriormente inexistentes para que encajen en la narrativa de nuestra nueva realidad auto diseñada, la que se ajusta a la imagen de la vida proyectada que todos estamos viviendo en una pantalla virtual. Poco sabía en ese momento que estaba donde debía estar – siempre lo estamos – no hay errores en la vida. Necesitamos lo que obtenemos y obtenemos lo que necesitamos, como se dice, insípido, es cierto.
Como sucede en la vida, nosotros tenemos nuestra agenda, pero la vida tiene la suya. ¿Y quién crees que gana? La tuya no, la vida siempre sale ganando. La vida, tal y como esperamos que transcurra, casi nunca se desarrolla tal y como la habíamos planeado o previsto en un principio. Alexia estaba en contacto con las cartas astrales védicas, los soles y las lunas y los ciclos de mi carta natal, observando los posibles bloqueos de mi futuro imaginado. Era el momento de cambiar, pero ¿estaba preparado? No pasó mucho tiempo cuando un viejo y sabio amigo me dijo: «Steven, nunca te pongas una medalla, es un camino seguro a la decepción». Fue una lección que resultaría más dura que cualquier otra en el pasado.
Seis meses más tarde, Alexia recibió una llamada telefónica de mi hermana en la madrugada de un sábado de la semana de Navidad. Llamaba desde la sala de traumatología del Hospital Universitario Jefferson de la ciudad de Filadelfia. Me dijo en broma mientras hablaba por el altavoz: «Bueno, Steven, ahora ya sabemos lo que significa estar fuera de juego». Los dos nos reímos. Finalmente, tras cuatro horas en la sala de traumatología me estabilizaron. Me habían golpeado con una tubería y luego me habían encontrado en las vías de un tren . Mi primer recuerdo lúcido después de subir al taxi la noche anterior fue el de despertarme en un pasillo estéril, frío y oscuro, con un sacerdote a mi lado. Fue una mala noche.
Más tarde me trasladarían a la unidad de cuidados intensivos, con cinco enfermeras cuidando de mí, veinticuatro horas al día, durante once días. Estuve en el hospital un total de cuatro meses, incluido el tiempo que pasé en una horrible residencia de ancianos (para curar mis huesos) y en un hospital de rehabilitación de categoría mundial. Magee, así como la empresa Numotion Mobility, fueron componentes clave en mi recuperación. Estoy eternamente agradecido a mi cirujano, el Dr. Jeffrey Rihn del Instituto Rothman, mi terapeuta principal, Elizabeth Watson DPT de Magee Rehabilitación, y animador a tiempo completo y DC de recuperación, con los 76ers 25 años, el Dr. Neil Liebman de Advanced Chiropractic Center.
“Afrontemos con valentía todo lo que nos ocurra. Nunca sintamos un escalofrío al pensar en seheridos o en ser hechos prisioneros, o en la pobreza o la persecución.»
— Séneca
A menudo, mientras vivía en Bali, Indonesia, un hombre santo del lugar me decía que todos los caminos conducen al mismo lugar, no importa dónde nos encontremos en la vida, que es donde se supone que debemos estar. No luches contra ello – acepta lo que la vida te sirve, con una gran sonrisa – que sólo nosotros podemos controlar nuestra perspectiva y reacción ante la vida. Cuanto antes renunciemos al control, antes seremos más felices, me decía a menudo en el templo. Aunque me había despertado tetrapléjico, esa era mi cruz, y cuanto antes aceptara esa rama de mi vida, antes podría empezar a recuperar mi cuerpo y sanar mi mente. Toda curación viene del interior.
Si la vida es una plétora de caminos potenciales diferentes, cada uno con su propia e infinita realidad individual, todos ellos conduciendo al mismo destino, aunque bajo la ilusión de la voluntad propia, entonces yo estaba en el camino correcto. Estaba plenamente comprometido con mi búsqueda, un profundo viaje al interior del alma en busca de respuestas. Sin duda, estaba en mi camino, pero ¿hacia dónde? Aunque fue el mayor regalo de mi vida, yo no elegí el método, él me eligió a mí. Y, además, era un tren expreso. Pensaba que había elegido una dirección prudente (como si eso significara algo, aunque sólo sea para la mente de un maníaco desilusionado), pero la vida se apresuró a indicarme, después de muchas señales perdidas, y de encontrarme en vías vivas, que había tomado un desvío, y aunque seguía en el camino correcto, el control no era mío.
Tenía la impresión de haber elegido el camino menos transitado. Y tanto que era el menostransitado, : estaba solo yo. No sabía que mi verdadero viaje y mi propósito no tardarían en dares a conocer, ya que se escondían delante de mis ojos todo el tiempo. Pero no es así a menudo en la vida, el argumento más obvio está justo delante de nosotros, pero la vida etérea es un rompecabezas demasiado complicado para nuestros cerebros más nuevos y racionales. Sólo a través de la vida, enfrentándonos a nuestras luchas más temibles de frente, lavando los platos sucios de nuestra vida, ensuciándonos incesantemente las manos en nuestra existencia abovedada, producimos algún crecimiento de madurez integral en la vida. Los sudores de nuestro trabajo de ayer son los frutos que cosecharemos en el mañana.
Las preguntas más grandes empezaron a retumbar bajo la superficie, mi subconsciente se agitaba como un mar ondulante alterado. ¿Quién soy yo? ¿Por qué estoy aquí? ¿Cuál es mi propósito? ¿Era éste mi destino? ¿Qué voy a hacer ahora? ¿Cómo voy a avanzar? ¿Qué grado de libre albedrío tenía para decidir mi futuro, si es que lo tenía, o estaba programado para otra lección de cambio de vida aún más fuerte para aclararlo todo, o ese tren era suficiente? Uno de mis sanadores iniciales, un intuitivo, amigo y nutricionista de renombre mundial, Paul Pitchford, a quien estoy eternamente agradecido por su sabia sabiduría y sensata orientación, me dijo: “Steven, no estoy seguro de que ni siquiera un tren fuera suficiente para derribarte. Tus mayores pruebas serán la paciencia y el control”. Dio en el clavo.
“Lo que te ocurra ha estado esperando a que ocurra desde el principio de los tiempos. Los hilos del destino los tejieron juntos.”
— Marco Aurelio
Durante los años siguientes me embarqué en una aventura, una extensa búsqueda en el corazón, que me llevó a mi alma, a los anales más oscuros de los traumas infantiles y a todo el equipaje mental perjudicial que recogemos en nuestro camino hacia nuestra propia crisis de talent personal. Después de todo, ¿no son estas crisis nuestra propia creación?, ¿no estuvimos de acuerdo con ellas antes de nacer a la forma biocósmica en la tierra como parte de nuestra session de planificación previa al nacimiento , donde acordamos cada detalle y aspecto de nuestra vida? Si no, ¿por qué tendríamos la sensación en lo más profundo de nuestras entrañas de que todo irá bien? Esa voz suave y tranquilizadora que nos llega cuando creemos que hemos llegado a nuestro límite final: un mensaje cósmico que te envía un espíritu o un ángel guía.
No pasó mucho tiempo después de mi accidente, mientras intentaba mantener a flote mi empresa financiera en dificultades, cuando mi amigo de la infancia me despojó de noventa y tres mil dólares en efectivo, lo que me llevó a cerrar la empresa y declararla como pérdida total. Fue solo el resultado de ese proceso, estar quebrado en más frentes de los que se conocen, lo que me llevó al punto de considerar convertirme en escritor. Escribir siempre fue un trabajo de amor para mí, no disfrutaba haciéndolo, lo detestaba. Con el tiempo y la práctica, pronto se convirtió en algo catártico, que me permitía extrapolar más lecciones de la vida, iluminando y elevando lo positive de todas las situaciones, incluso las trágicas y aparentemente intolerables – y si contar la historia de mis batallas psicológicas internas después de diez años de infierno a otros para que ellos también pudieran extraer significado y lecciones de mi absoluta tragedia, entonces estaba todo incluido.
También fue gracias a la ayuda de extraordinarios terapeutas como la Dra. Julie Roberts y el Dr. Rodney Napier, entre otros amigos y profesionales que me ayudaron a iniciar el largo y arduo camino de la curación. Los seres humanos son psicosomáticos: la mente y el cuerpo están directamente relacionados. El poder de ser escuchado, el poder de decir la verdad interior más sincera, el poder de la conexión humana reserva con ella enormes posibilidades de esperanza y promesa. La conexión humana, a partir del momento en que salimos de la seguridad envolvente del cálido vientre materno, lo es todo para nuestro desarrollo, es lo que da lugar a la agencia.
Sólo tras el continuo acoso de algunos amigos que eran autores de éxito reconocido, que finalmente me guiaron para que me diera cuenta y entendiera el poder que tenía mi historia y mi recuperación y curación para los demás, cómo mi perspectiva de haber sufrido un evento traumático que alteró mi vida y la subsiguiente increíble (los médicos lo llamarían milagrosa – pero, por supuesto, ellos no saben de curación) recuperación podría ayudar a otros que están sufriendo en la vida con la lucha, luchando contra una enfermedad o aflicción, si sólo estuviera dispuesto a escribir sobre ello, a compartirlo con los demás. Fue entonces cuando decidí que intentaría escribir mi primer libro.
“Mi sombrero está en el ring; la lucha está en marcha y estoy desnudo hasta los topes.”
— Theodore Roosevelt
Después de una tarde de domingo de fútbol con algunos amigos en un bar local se decidió que el título del libro sería: Mente Irrompible, canalizando tus instintos de supervivencia después de una lesión catastrófica. Sabiendo que el título podría hacer pensar a algunos que sólo tenía que ver con los traumas catastróficos, se mantuvo tal cual, el retrato más exacto de lo que ocurre cuando la mierda golpea el ventilador, cuando todo el infierno se desata en tu vida. La supervivencia, una vez superada la fase de emergencia aguda, adquiere un significado totalmente nuevo y desconocido para nosotros. A medida que cambiamos y nos convertimos en un nuevo ser, en un nuevo yo, también lo hacen nuestro entorno y nuestros amigos -aquellos con los que nos relacionamos y aquellos que nos influyen-, así como nuestra historia, nuestra nueva realidad virtual.
El libro, escrito a lo largo de dos años, y cuyos últimos diecisiete capítulos se escribieron a golpe de tecla con inspiración divina en seis semanas, a través del viaje de mi accidente y mi recuperación, sirve como historia para cualquier persona que tenga problemas en la vida. También sirve como una tremenda historia de inspiración y motivación: el triunfo del hombre, el hombre que se enfrenta a sus mayores luchas en la vida, el hombre que se enfrenta a su destino apócrifo y premonitorio, es el verdadero héroe moderno. El libro ha tenido un gran éxito, se ha vendido en formato audible, electrónico e impreso, y ha ayudado a innumerables personas en todo el mundo.
Habiéndome despojado del pseudo título de ser espiritual, haciendo coincidir ahora mis acciones con mis palabras, habiendo viajado siempre a la oscuridad del alma para descubrir mi luz, y el sentido de la vida, comprendiendo que para adquirir cualquier cosa de valor integral sustancial en la vida se requiere un trabajo duro, inspirado por un altruismo budista y una analogía para la vida, inicié una nueva empresa para ayudar a los demás: Doing The Dirty Dishes – uno debe labrar sus manos en la tierra de la vida, uno debe vivir la vida y todas sus experiencias al máximo, con todas sus pruebas y tribulaciones, permaneciendo siempre presente y consciente, llenando su jardín de flores.
“El hombre que mueve una montaña comienza llevándose pequeñas piedras.”
— Confucio
Poco después, me dedicaba a hablar en público, a la consultoría y al coaching. Aunque en la actualidad, aparte de ser mentor de hombres y mujeres más jóvenes, y de ofrecer terapia donde y cuando se necesita, mi esencia sigue centrada en la escritura. Una vez que volví a ser capaz de subirme a un avión y soportar los traicioneros vuelos transoceánicos, y todo lo que conlleva viajar, empecé a volar alrededor del mundo de nuevo, lo que dio lugar a un Blog de Viajes – a partir de entonces también empecé un Blog Espiritual. Uno está dirigido a aquellos para los que viajar es un reto en la vida y el otro a los que son perspicaces e introspectivos, respectivamente. Ambos seleen en más de ochenta y cuatro países.
Nunca planeé ser escritor, pero esas fueron las cartas que me dio la vida. ¿Y qué iba a hacer? ¿Sentarme y enfurruñarme, hacerme un ovillo y llorar, abatido, sin ningún interés ni pasión por la vida, convirtiéndome en una víctima deprimida de las injustificadas (aún por ver) circunstancias fortuitas de la vida? La vida es tan dura que es mejor doblar la mano y abandonar el juego, o bien, uno tiene la opción de convertirse en un superviviente incesante, un guerrero perseverante e implacable en la búsqueda de sí mismo para matar a sus dragones, con cada nuevo amanecer, una nueva elección de la pizarra de la maravilla y la oportunidad, llena de infinitas posibilidades inimaginables.
“Piensa que la vida que has vivido hasta ahora ha terminado y, como un muerto, ve lo que queda como un bono y vívelo de acuerdo con la Naturaleza. Ama la mano que te reparte el destino y juégala como si fuera tuya, pues ¿qué podría ser más adecuado?”
— Marco Aurelio
Nadie ha subido al Monte Everest desde su sofá. Cualquier cosa en la vida que resulte fácil no merece la pena; cualquier cosa que merezca la pena no resulta fácil. No hay presión; no hay diamante. Es mucho más fácil ver los defectos en los demás, juzgarlos, que escarbar y lidiar con “nuestras cosas,” ahondando en las abejas internas de nuestra mente, llena de emociones y en lo que más necesita atención: la curación. El mayor matón al que te enfrentarás lo ves en el espejo cada día; somos nuestros mayores críticos. Pero si permitimos que el amor y la curación entren en nuestros corazones, nuestra dinámica cambia, en todas las facetas. La única persona a la que debemos juzgar es a nosotros mismos, y rezar para que seamos una persona mejor que la que éramos el día anterior.
Además de trabajar actualmente en un segundo libro, Unbeatable Heart (parte de una trilogía – tercero: Unstoppable Wheels), explicará qué es el corazón y cuál es su verdadera función, cómo entrar en las cámaras que conducen al alma, y qué hacer con lo que encuentras allí – cómo convertirlo en una vida con sentido, repleta de propósito y felicidad. Hay planes para reanudar el podcast Doing The Dirty Dishes en los próximos meses. También hay planes para más blogs de viajes en invierno y primavera, si los viajes de Covid-19 lo permiten.
En mis años de soltero pensé que un día sería agricultor (aunque no se me escapa la ironía de que todos labramos el suelo de la tierra), en mi adolescencia pensé que sería fotógrafo internacional para Nat Geo, luego en mis veinte años estaba seguro de que acabaría viviendo en el extranjero como hombre de negocios, completando mis treinta pensando que me convertiría en director general de una gran empresa, así que cuando llegaron mis cuarenta, para mi mayor consternación inicial y total sorpresa, tras sufrir un trágico trauma de mediana edad que puso patas arriba todos los ángulos y aspectos de mi vida, resulta que me he convertido en escritor. Era mi destino, y lo agradezco.
Porque, sin las aberraciones de la vida, los sueños que nos llegan a través de nuestro interior, nuestro consciente, el mito que tejemos en la red del misterio de la vida, es la vida misma, el vivir, lo que verdaderamente nos da sentido a la vida, la felicidad. Y sólo a través de vivir ensalzando a los demás, con la vida como nuestro espejo y maestro más verdadero, cultivando nuestro jardín de la alegría, comprendiendo y aceptando que no tenemos ningún control sobre la vida, sino solo nuestra reacción y actitud, buscando el sentido a través de un oscuro y horroroso viaje interior del alma, acogiendo la búsqueda en el corazón, moldeando nuestro presente a partir de la infinita arcilla cósmica de la auto realidad, de encontrar, en última instancia, como resultado de lo anterior, lo que amamos, nuestra pasión, nuestro propósito.
La ironía más divertida, la magia del camino, como diría un viejo amigo, Knud, es que si me preguntaran mis amigos te dirían que siempre fue mi camino obvio convertirme en escritor y conferenciante, todavía me resulta sorprendente. Pero bueno, todos creamos nuestra propia realidad: ve a crear la tuya. Todos los caminos conducen al mismo destino: donde estás destinado a estar. A su debido tiempo, con una introspección atenta y una curiosidad indulgente, junto con un poco de amor y luz, tú también llegarás al final de tu viaje. Tal vez, con una inspección lo suficientemente minuciosa, descubras que ya estás allí – donde se supone que debes estar en este momento – abrázalo, vive en el ahora, entra en el flujo, el Chi de la vida. ¡Despliega tus alas!
Travel Blog: Click here.
Spiritual Blog: Click here.
Book: Unbreakable Mind. (Print, Kindle, Audio)
Doing The Dirty Dishes Podcast: Watch or listen to episodes and subscribe: Spotify, Apple Podcast, Buzzsprout. Also available on Google Podcast, iHeart, Tunein, Amazon Alexa and Stitcher.
Doing The Dirty Dishes YouTube channel – watch and subscribe.
Social Media links: Twitter, Instagram and Linkedin.
Travel Blog links: Covid-19 stranded in NYC JFK and Maine – also travel stories on Ireland, Spain, Sweden, Belgium, Iceland, Colombia (Espanol version), Amsterdam, Germany, New Hampshire, TN and NYC.
Personal Website link where you can also find my book, photos of my travels and updates on current projects.
Thank you for your love and support.
#steven quigley writer#steven quigley blogger#steven quigley#stevenquigleyauthor#stevenquigley#unbreakable mind#unbreakable mind book#unbreakablemindbook#unbreakablemind#doingthedirtydishes.com#doingthedirtydishesspiritual#doingthedirtydishestravel#doingthedirtydishespodcast#doingthedirtydishes
0 notes
Text
Mudandome a Europa en tiempos de Covid-19, como llegue a ser un pobre sintecho en la ciudad de Nueva York.
Después de el éxito de mi primer libro, Mente Inquebrantable, se me ofrecieron un sinfín de proyectos, pero ninguno me encajaba. Hubo propuestas muy atractivas sinceramente, Una de ellas era escribir un segundo libro, en el que viajaría a diez ciudades del mundo, escribiendo desde la perspectiva de una persona minusválida, otra, para el NYT, consistía en viajar a 52 países en 52 semanas con mi silla de ruedas, y otra hacer un programa de televisión sobre viajes, pero ninguna me encajaba, ninguna idea me vibraba en el alma.
No tenía claro qué camino seguir explorando hasta una que tuve una conversación reveladora a principios de mayo, estaba hablando por teléfono con un amigo de Ámsterdam, David, alias Big Mill, una estrella emergente del rap noruego-dominicano, y que tenía una idea para compartir. “David,” le pregunté, “déjame adivinar ..¿otra idea de programa de televisión?.” Respondió: “Sí, pero ésta es distinta.” Bueno, era diferente a todas las opciones anteriores, diferente hasta el punto de que me encantó. Tenía sentido, encajaba conmigo, sentí dentro de mí que era lo correcto.
Las demás piezas que faltaban en el rompecabezas irían encajando poco después. La mañana del 14 de mayo, día de mi cumpleaños, por alguna razón me vi obligado a escribir a un antiguo compañero de clase y amigo, Adam, que ahora vive con su mujer y su hijo de cuatro años en Williamsburg, Brooklyn. Recientemente fue despedido como director de AV, un alto cargo en el mundo de los museos sin ánimo de lucro, y que ahora está buscando un proyecto a desarrollar. Le compartí mi idea de un nuevo programa de televisión sobre viajes y el resto es historia.
Tras siete horas de conversación, en las que repasamos todos los detalles posibles de cómo podría funcionar el proyecto, determinamos las personas y los puestos clave necesarios para que la productora y el programa de televisión tuvieran éxito, y acordamos una localización para el episodio piloto en el extranjero (Ámsterdam), nos pusimos manos a la obra. Como el Covid-19 ha afectado a tantos empresarios e inversores alrededor del mundo, no pudimos reunir los fondos necesarios para llevarlo a cabo, todos estuvieron de acuerdo y firmaron el proyecto con un presupuesto mínimo.
Una semana más tarde, con todos los billetes de avión y los hoteles reservados, y mi flamante nueva silla de ruedas mejorada por Gary Gilberti y su increíble equipo de Numotion Mobility, nos dispusimos a empezar a rodar el material piloto en Ámsterdam en julio y agosto. Como ya vivía a tiempo parcial en Ámsterdam, tenía previsto trasladarme a Europa durante dos o cinco años.
Guarde mis pocas cosas personales en un lugar seguro, y al no ser una persona que le se sienta bien acumulando bienes que otros podrían considerar de vital necesidad decidí regalar mi casa, mi coche y otras pertenencias a la gente que de verdad lo necesitaba. ¿Qué tipo de persona o líder espiritual sería si no practicara lo que predico, ayudando a los demás en la vida siempre que se pueda, viviendo realmente las palabras que guío y pido a los demás que vivan, si yo mismo no puedo hacerlo? No había necesidad de almacenar muebles, ropa y otros artículos del hogar mientras otros alrededor de mi sufrían la actual catastrophe sanitaria y económica. Durante dos semanas, amigos y desconocidos vinieron y se llevaron lo que quisieron.
Todo iba bien, tal y como lo planee, mi casa estaba donada, los vuelos listos, las maletas preparadas y el viaje al aeropuerto reservado. Antes de volar a Europa tenía previsto pasar cuatro días en Nueva York con un viejo amigo, Georgie-boy, que vive al otro lado del río Hudson, en Jersey City. George es un viejo y querido compañero de clase de mis locos días de estudiante en el Rutgers College; también es el consejero general de nuestra productora. Tiene un próspero bufete de abogados en la cercana Newark, NJ.
Fue estupendo volver a Nueva York, mi antiguo lugar de residencia a finales de los años noventa. No hay nada como "La Ciudad", única en su especie, ningún otro lugar como ella en el planeta. Pasamos una tarde tomando el sol en el amplio paseo marítimo de Hoboken, NJ, un buen día jugando al frisby en Central Park West, comiendo el increíble Mamouns Falafel y Prince St. Pizza en Greenwich Village. Aunque era de esperar ver los murales y los daños causados por los disturbios de la quincena anterior, se me hizo extraño verlo en persona.
Era domingo, un día de respiro antes de volar a Europa el lunes. George y yo pasamos el día almorzando relajadamente en el café al aire libre Iberia, en el barrio de Little Portugal de Newark, NJ. A la mañana siguiente nos levantamos temprano y nos dirigimos al aeropuerto. Cuando llegamos al Aeropuerto Internacional de Newark estaba casi vacío. Sólo había una persona en el mostrador de facturación: yo. La terminal de Delta estaba vacía. Era el 15 de junio y Covid-19 estaba en pleno apogeo. ¡Increíble!
Nunca en mi vida había visto tan vacía una terminal aeroportuaria normalmente muy concurrida, lo que no me hizo reflexionar. George, en cambio, tuvo una sensación distinta y decidió quedarse conmigo hasta que me dieron el billete para poder embarcar. Después de encontrar la manera de facturar mis pesadas maletas sin pagar tasas, pensé que el plan estaba en marcha. Entonces, un contratiempo: “Lo siento, Sr. Quigley, no puede embarcar en el vuelo a Ámsterdam. Inmigración holandesa en Holanda le niega la entrada sin el debido permiso.”
Bueno, eso fue una novedad, y no sólo una gran sorpresa sino un gran revés para nuestro gran proyecto. ¡Oh, mierda! ¿Qué hago ahora? Menos mal que Georgie se quedó conmigo; y me ofreció alojarme en su casa hasta que se resolviera todo este lío. Era una situación absolutamente horrible; y para añadir sal a la herida, estaba justo en medio de una revisión de visados con tintes políticos Covid-19 USA-EU; mientras que la UE revisaría la lista de entrada de países cada dos semanas.
George fue generoso conmigo en tanto se dio cuenta que en medio de esta emergencia tendría que esperar más de lo esperado. Y no se volvería a revisar hasta el 1 de julio. Mi Nuevo billete fue emitido para un vuelo directo desde el aeropuerto JFK de Nueva York a Ámsterdam, Holanda, el 1 de julio. Así las cosas, y como George tenía una vida que vivir, me trasladé a un Hotel Hilton cercano al aeropuerto JFK en Queens.
Lo que empezó como un viaje de desapego de todas mis pertenencias para perseguir un proyecto de ensueño y mudarme a Europa, se estaba convirtiendo rápidamente en una situación que fácilmente podría llevarme a ser pobre y sin hogar en NYC. Los hoteles no son baratos en Nueva York – nada es barato en la Gran Manzana – se paga hasta por respirar casi. Los gastos se acumulaban rápidamente y la pequeña reserva de seguridad monetaria que había reservado desaparecía con rapidez. No podía durar mucho tiempo en un hotel de Queens.
El propio hotel no ayudó a reducir mis niveles de estrés y ansiedad. Me tenían en la sexta planta, al final del pasillo, en la esquina más alejada, en una habitación muy ajustada para una silla de ruedas, a la que sólo se podía llegar después de bajar con dificultad 120 metros de alfombra. Por si fuera poco, una semana después de mi estancia, la directora general, Tracy Kass, me despertó de madrugada para informarme de que iba a alcanzar el límite de 14 días de estancia en el hotel después de la renovación de la inscripción, y que me llamaba para informarme de que no podían ampliarlo más. Me quedé asombrado y horrorizado. Increíble.
La señorita Kass, más tarde, al ser cuestionada, cambió su historia, informándome de que no la había dejado terminar, que tenía más cosas que decir en la llamada: que, de hecho, no había límite de 14 días. Tres días y tres mensajes de voz más tarde, y no llegó ninguna respuesta del normalmente demasiado peleon Director General. Sólo cuando se elevó al nivel de la oficina corporativa de Hilton Honors me devolvió la llamada. Esto fue después de numerosos correos electrónicos pidiéndole que me enviara una copia de la política. Ella se negó. No existe.
Al quejarse a la AG del Estado de Nueva York, su abogado respondió que no la dejé terminar, que en realidad era un límite de 28 días. Eso es una total mentira. En primer lugar, ¿entonces por qué llamarme sólo después de siete días? En segundo lugar, conocí a dos personas fuera del hotel que recibieron el mismo trato inhumano. En tercer lugar, todo su personal, incluido su Director de Operaciones, se disculpó efusivamente conmigo en persona por su insensible y cruel llamada. Cabe señalar que todo el resto del personal se mostró atento y solidario.
Más tarde, esa misma semana, mientras estaba en el baño, la barra de agarre se desprendió de la pared al intentar trasladarme al retrete, enviándome directamente al duro suelo de baldosas, lesionándome el cuello y la espalda. ¿Cree que el hotel o el director general hicieron algo para ayudar a resolver el problema, por no hablar de hacer algunos cambios para mitigar una estancia más cómoda? No, La habitación era un desastre para un usuario en silla de ruedas. Mi estancia en Queens se estaba convirtiendo rápidamente en su propia mini crisis. Estaba atrapado en una jungla de cemento sin tiendas. Sólo tenía un amigo para ayudarme: Sunita en Boston. La empresa Hilton aún no ha respondido a mis escritos.
Con todas las puertas que se abrían pero que se cerraban rápidamente, me estaba quedando sin opciones viables rápidamente. El futuro inmediato parecía sombrío. Sin dinero (y sin paciencia), sin casa a la que mudarme, sin casa a la que volver, la vida estaba resultando excesivamente difícil. Eso ayudo a que mi mente sacara lo mejor de mi corazón, aunque adormecido con tanta ansiedad, tristeza y sin esperanza en el futuro. La vida era sombría; no era un excursionista feliz sin duda. Después de nueve años de lucha, pensé que este proyecto se desarrollaría de una manera fluida. Qué tonto soy.
Tras un tiempo de búsqueda interior, meditación y oración, charlas con mentores, amigos del círculo íntimo y asesores espirituales, decidí que me enfrentaría a las pruebas del universo sin rodeos. Era el momento de practicar de verdad mis palabras, quitando mis manos del volante de la vida, ya que el universo lo tiene bajo control. Era otro ejemplo de ‘limpìar los platos sucios de la vida’ – el principio budista de que si quieres conseguir algo en la vida primero debes esforzarte, ensuciarte las manos.
En mayo, cuando el proyecto empezó a gestarse, una noche, mientras estaba en plena meditación, un ángel se me acercó y me dijo "Steven, después de 46 años de manejar el timón de la vida, puedes por fin quitar las manos , soltarlas, renunciar al control de la vida (como si alguna vez lo hubieras tenido) y dejarte llevar, la lección más difícil de aprender para la mayoría, aparte de la reacción y la actitud, o de vivir a través del amor – ahora estoy al volante, con pleno control. Levántate cada mañana y relájate. Olvídate de tu pasado; no te preocupes por tu futuro, vive el momento presente, el ahora".
Todo sonaba muy bien hasta que me desperté el 15 de junio solo para que me negaran la entrada a un avión que representaba el trabajo y los sueños de mi vida. ¿O no? ¿Qué intentaba decirme el universo al dejarme tirado en Nueva York? ¿Cuál era la lección? No llegó al principio, pero no tardé en averiguarlo. El universo me estaba enviando luchas más grandes para superar. ¿Por qué? 1.Para probar de verdad si mis manos estaban fuera de la rueda de la vida, confiando totalmente en el universo al 100 %; y 2. Para enseñarme que todavía tenía que romper y romperme antes de que mi sueño pudiera realizarse. Estoy agradecido a mis dos maestros, el universo.
Tres días después, un amigo de Portland Maine vino a NYC para rescatarme. En cuanto subí a su coche sentí que un inmenso gorila de 800 libras se liberaba de mi espalda. Mi viaje a Maine acababa de empezar.
Travel Blog: Click here.
Spiritual Blog: Click here.
Book: Unbreakable Mind. (Print, Kindle, Audio)
Doing The Dirty Dishes Podcast: Watch or listen to episodes and subscribe: Spotify, Apple Podcast, Buzzsprout. Also available on Google Podcast, iHeart, Tunein, Amazon Alexa and Stitcher.
Doing The Dirty Dishes YouTube channel – watch and subscribe.
Social Media links: Twitter, Instagram and Linkedin.
Travel Blog links: Covid-19 stranded in NYC JFK and Maine – also travel stories on Ireland, Spain, Sweden, Belgium, Iceland, Colombia (Espanol version), Amsterdam, Germany, New Hampshire, TN and NYC.
Personal Website link where you can also find my book, photos of my travels and updates on current projects.
Thank you for your love and support.
#steven quigley writer#steven quigley blogger#steven quigley#stevenquigleyauthor#stevenquigley#doingthedirtydishes.com#doingthedirtydishesspiritual#doingthedirtydishestravel#doingthedirtydishespodcast#doingthedirtydishes#unbreakable mind#unbreakable mind book#unbreakablemindbook#unbreakablemind
0 notes
Text
Colombia: Eres dulce, ardiente y picante, tentadora y seductora – tus besos me sedujeron.
Todo lo que puedo recordar es que yo estaba pensado “¿Wow, esto está realmente pasando? Eran finales de los 1990’s y yo había sido contratado como maestro para el Colegio en Bucarmanga, en el Departamento Santander, en el Norte-Central de Colombia, en un contrato de dos años. Resulta ser que al tiempo que recibía mi Visa de trabajo para Colombia, me estaban ofreciendo una posición en Tokio, Japón, con el gobierno japonés. Decidí moverme al Este en lugar del Sur, determinando que encontraría otro tiempo y oportunidad para regresar a Colombia. Usualmente la vida no nos da segundas oportunidades, pero, veinte años después, la vida me da la oportunidad. Desde ese entonces es como si Colombia me llamara, dijera mi nombre con un encanto ilimitado, me susurrara dulcemente al oído, la seductora de indias – una vez mordido ya no hay timidez. Estoy enamorado. Este es el cuento de mi aventura en Colombia, viajando lesionado en silla de ruedas, y de toda la maravilla y esplendor que resultó de la magia del tren.
Era un vuelo temprano a la tierra ardiente y picante desde Filadelfia: 06:00. Eso significaba despertarme a las 3:00 am, casi sin haber dormido. No era un comienzo prudente para un viaje largo con una escala de ida y otra de regreso. Poder descansar mi cuerpo en posición horizontal durante la noche le da a mi cuerpo y músculos el alivio necesario por un día de embestida de la presión a mi columna vertebral, siempre lo necesito con desesperación. La escala en Atlanta fue un regalo y una maldición por igual. Me permitió estirarme y tener un fácil acceso al baño, así mismo esto causo que se alargara el tiempo de mi viaje, causando innecesariamente estrés en mi cuerpo. Antes de cualquier viaje pienso en todas las variables posibles e imaginables: costos, tiempos de viaje, aeropuertos, retrasos y posibles escalas, comidas y el estado actual de mi recuperación. Cada aerolínea y/o aeropuertos tienen su propio personal que asiste todas estas necesidades. Cada año he notado que estos servicios no solo han crecido en cantidad, sino también y aun más importante en eficiencia. Son como un regalo celestial. Gracias a ustedes por toda su ayuda.
Tan pronto llegamos a Colombia, en ese instante supe que habíamos llegado al trópico. Aeropuertos de tipo retro, aeropuertos donde se despliegan escaleras de acero, estacionamientos de aviones en medio de la nada, verdes palmas alrededor, la sensación que te da su aire, es como si te golpeara una toalla caliente mojada, navegación requerida, son de lo mejor; sobre todo cuando un discapacitado necesita ser sacado del avión en una silla temblorosa de metal asistido por dos hombres delgados del personal de aeropuerto. Fue un viaje divertido, por lo menos no me tiraron, un punto para Stevo. (fotos de mi viaje las pueden ver aqui.) Como lo escriboen mi libro, en la vida, si uno quiere lograr algo importante o sustancial, debes entrar en la tómbola, presentarse, correr el riesgo y participar: Doing the Dirty Dishes [de vida].
Este iba a ser el primer viaje a un país industrializado donde sabía que los estándares no serían una especificación internacional, si es que existían. Desafíos abundantes, tantos como malezas en manantiales, estaban en todas partes. Apenas salí del aeropuerto fui acosado por una manada de taxistas. Pedro me pareció una buena opción, me gusto su currículo: un nombre bíblico en un país bastante católico. Buena elección. Puntuación doble para Stevo. Solo el equipaje en el asiento trasero del taxi, la silla de ruedas iba en la cajuela. Cumbia la música a todo volumen hasta que llegamos al hotel. Fue un trayecto corto de tan solo 9 kilómetros, no me tomo mucho tiempo para darme cuenta que estaba en el lugar correcto. La energía de Colombia te abraza, yo lo podía sentir en mi corazón. Estaba donde se suponía que debía estar en el tiempo adecuado en mi vida. No hay errores. Aún estaba inseguro por que el universo me había mandado a Colombia justo en esta intersección, sin embargo, pronto encontraría la razón. Tan pronto entre a Boca Grande, Un camino largo y con curvas por la carretera mientras casi podría abrazar la playa y las olas, era 420 y “Peter el Papa” estaba más que feliz de compartir un poco de amor fraternal. Puntuación de bonificación para Stevo. Bienvenido a Colombia, era una grandiosa “Bienvenida” si tú me preguntaras.
Apenas baje del taxi y me enfrente con mi primer obstáculo real. La pendiente del camino de la entrada del hotel era demasiado empinada como para recorrerla yo solo en la silla de ruedas. Esta situación no ayudaba ya que el 90% de mi hotel estaba rodeado de la playa y no tenía banquetas para caminar, y cuando había algunas estas, eran demasiado difíciles ya que tenían piedras o escalones y algunos de los bordes eran de medio metro. Tener acceso a restaurantes o bares estaban fuera de mi alcance sin pedir ayuda o que el taxi me dejara en la entrada. Incluso tomar los elevadores del hotel requerían un empuje hacia arriba, era una pendiente pequeña pero empinada. No tenía baños accesibles excepto el de mi cuarto que era en el piso 29. No me era accesible elcafé del lobby del hotel, eso era un gran impedimento. El viajar mientras estás discapacitado o lesionado requiere una planificación impecable.
Me recordóde mis días en Magee Rehabilitation Hospital se “supone” que es uno de los mejores Hospitales de terapia física en Filadelfia, donde me querían correr por reusarme a aprender como saltar grandes bordos o banquetas en mi silla de ruedas. No le encontraba el punto. Por el contrario, pensé que era violento y peligroso. Mi respuesta a eso fue fácil: “Yo pediré por ayuda. (durante este viaje fui levantado en mi silla de ruedas en el aire, eran tantos los obstáculos y ocurrencias, más de lo que se puedan imaginar)” Cartagena fue verdaderamente un sinfín de obstáculos que recorrer en mi silla de ruedas. Mejor eso lo contare más adelante, pero nunca fue un problema. Este es un viaje de lesionado—Bienvenido al Club. En mi libro Unbreakable Mind hablo sobre la necesidad de levantarse y salir al mundo y vivir de nuevo. Todos los tropiezos no deben de contar, lo que cuenta es todas las veces que te levantaste. Esa es la mayor fuente de madurez y desarrollo en la vida, en vivirla, en ser feliz. “la Buena vida mi amiga”
Hotel Dubai Cartagena originalmente no sugería detalladamente las habitaciones accesibles para lesionados, en mi búsqueda inicial en línea en tres grandes sitios web de viajes. Yo quería saber más, así que me contacté directamente con el hotel. Lo bueno es que lo hice, ya que ellos querían, podían y estaban más que felices de tenerme como huésped. Usualmente encuentras información inadecuada o simplemente errónea en los sitios web de viajes, así que sé más inteligente y trata de buscar más información. Escribe correctamente tus preguntas, habla y has preguntas directas sobre tus necesidades para así poder estar seguro que estarán cubiertos tus requerimientos para lo que necesitas sobre como tener un viaje placentero para tus discapacidades en especial, antes de tomar cualquier decisión. Porque cuando de antemano piensas que todo estará bien pueda que fácilmente cambie y se vaya todo a la mierda. Este hotel me aseguró que reservaría para mí una habitación con regadera y baño accesible a mis necesidades incluyendo otros de mis requerimientos, era como escuchar fanfarrias y campanas para un huésped lesionado. Bueno, ¿puedes adivinar qué pasó? Entonces sean bienvenidos a un día en mi vida.
El portero me acompañó a mi habitación. Al ver una cama en cual podría recostarme para estirarme y descansar mi cuerpo, lo eché a un lado, realicé un chequeo del baño, me lavé la cara con agua y jabón, cuando apenas estaba postrado en mi cama estilo King California me di cuenta de que no estaba en una habitación para discapacitados. Ramón, Gerente de Operaciones, llegó unos minutos después de mi llamado. Después de visitar diez habitaciones del hotel, todas con diseños diferentes, determinamos que se debían hacer algunas modificaciones en la ducha y el inodoro para hacerla accesible. Hubo que quitar tres grandes paneles de vidrio para permitir el acceso de mi silla de ruedas al área del inodoro y la ducha sin tener que pasar por una serie de obstáculos casi imposibles; Los que podrían causar problemas en una situación de emergencia, si fuera necesario. Juan, el gerente del hotel, era la persona más atenta y complaciente que una persona lesionada podría desear, me preparó la mejor calabaza y bombilla de Argentinean mate. Fabio y su equipo de cocina hicieron todo lo posible para preparar la comida más deliciosa. Al final, me pasaron a una suite en el último piso. Recibí un pase de cortesía de $ 200.
Cartagena, fundada en el siglo XVI, en la costa colombiana, repleta de plazas, calles empedradas y arquitectura colonial de colores brillantes, es mágica. La gente es tan interesante y ecléctica como los interminables edificios pintados en colores pastel en la Ciudad Vieja. Donde quiera que vayas te encontrarás con amigos colombianos, desde taxistas hasta vendedores ambulantes y camareros; solo una pequeña parte del telar que une a esta fenomenal gente y la ciudad de El Caribe. El marisco es uno de los mejores que he probado en el planeta. Y la muy establecida Diáspora libanesa, que emigró a Colombia del Imperio Otomano en los siglos XVIII y XIX por razones religiosas y económicas, también tiene comidas deliciosas fuera de este planeta. Todos los mejores lugares turísticos locales están cerca y son fácilmente visitados en automóvil o autobús público. Desde que me lesioné, opté por un conductor privado para el día. Y ya que estaría tomando fotos con mi nuevo Sony Alpha 6300, la ventana del auto serviría como mi apertura creativa.
No había pasado una semana y dos de mis escenarios de viajeros lesionados más temidos fructificaron. En mi lista de los acontecimientos más temidos y ansiosos mientras viajaba por el mundo en una silla de ruedas, dos de los tres primeros son tener un estómago enfermo y un resfrío. Bueno, el tiempo había llegado; por supuesto, cuando llueve, se vierten, ambos me llegaron por la espalda, sin darme cuenta.Después de ser cuidado y atendido por Simon y mis amigos, decidí explorar la Ciudad Vieja en taxi por la noche. Fue justo lo que ordenó el médico, permitiéndome visitar la ciudad en su magnífica gloria nocturna.Por la noche, hay un “sentimiento” diferente para la gente y la ciudad, como si se presionara un botón y la energía se relajará aún más. Durante las próximas dos semanas tomé muchos viajes en taxi con mi cámara lista para filmar todo, desde el Castillo de San Felipe de Barajas, la Plaza de Las Bóvedas, Getsemaní y muchos otros barrios culturales locales, algunos con arte callejero de renombre mundial. Cartagena es una ciudad rica en historia y cultura, con una belleza infinita, una verdadera delicia. ¡Ve y visítala!
Aparte de los contratiempos de un viaje normal, ocasionales salidas equivocadas, ser robado a ciegas por un cambista de la calle, luchar contra los vendedores ambulantes de playa y la lucha perpetua con los taxistas por tarifas excesivas, mi aventura en Colombia fue un gran éxito. No se podría haber hecho sin el cariño y el apoyo de otros, los amigos y extraños por igual. Michael, un amigo de Alemania, a quien conocí mientras vivía en Ámsterdam, vino de visita por una semana. Fue tan bueno tenerlo allí; siendo parte de su viaje interior, igual como yo había comenzado. Simón, mi vecino y un capitán de yate noruego, con base en Miami, Florida, eran mis brazos y piernas muchos días cuando estaba acostado en la cama luchando contra un resfriadovicioso o los horrendos problemas estomacales que experimentaba, los cuales requirieron antibióticos, pro-bióticos y Algunos TLC internacionales. El personal del hotel fueron muy amables y serviciales. Siempre estaré muy agradecido por todo el amor y la ayuda que recibí.
Como resultado de mi accidente, no pude viajar internacionalmente durante seis años. Mi voluntad y mi espíritu fueron quebrantados. Pero ahora mientras viajo por el mundo me siento más cómodo: estar en el flujo cotidiano, vivir la vida. Fue la última parte de mi libertad recuperada y estaba más que extasiado de viajar y experimentar el mundo nuevamente. Es la misma razón por la que inicié este blog: para ayudar a inspirar a otros lesionados a viajar de nuevo, a abrir los ojos a las posibilidades que existen, cuando uno abandona la seguridad de su hogar. Cada viaje empujo mis límites un poco más lejos que el anterior. Esto me ha brindado un crecimiento interno ilimitado y la experiencia más maravillosa al conocer personas extraordinarias y visitar lugares sobrenaturales, ese tipo que solo se encuentra cuando tus ojos y tu corazón están bien abiertos; aceptar y enfrentar nuevos desafíos de cada reto, formando recuerdos indelebles, al mismo tiempo que se forjan relaciones profundas y significativas que duraran toda la vida. Colombia cumplió con todo lo anterior. Tomé sus aguas frescas y ahora me siento con ganas de escucharla para que vuelva a llamar mi nombre, Colombia está para siempre en mi corazón. ¡Besitos, mi amor!
Traducción por: Araceli Arroyos Contacto: [email protected]
Travel Blog: Click here.
Spiritual Blog: Click here.
Book: Unbreakable Mind. (Print, Kindle, Audio)
Doing The Dirty Dishes Podcast: Watch or listen to episodes and subscribe: Spotify, Apple Podcast, Buzzsprout. Also available on Google Podcast, iHeart, Tunein, Amazon Alexa and Stitcher.
Doing The Dirty Dishes YouTube channel – watch and subscribe.
Social Media links: Twitter, Instagram and Linkedin.
Travel Blog links: Covid-19 stranded in NYC JFK and Maine – also travel stories on Ireland, Spain, Sweden, Belgium, Iceland, Colombia (Espanol version), Amsterdam, Germany, New Hampshire, TN and NYC.
Personal Website link where you can also find my book, photos of my travels and updates on current projects.
Thank you for your love and support.
#steven quigley writer#steven quigley blogger#steven quigley#stevenquigleyauthor#stevenquigley#unbreakable mind#unbreakable mind book#unbreakablemindbook#unbreakablemind#doingthedirtydishes.com#doingthedirtydishesspiritual#doingthedirtydishestravel#doingthedirtydishespodcast#doingthedirtydishes
0 notes
Text
Mi Historia: Como llegue a este cruce en la vida por un tren expreso.
Era una mañana calurosa, después de haber estado de fiesta con unos amigos nativos de Bali, Indonesia. No había tiempo para dormir, solo para comer algo, una ducha y a prepararse para la siguiente fiesta. Vivir en un país del tercer mundo con un sueldo de occidente tiene sus ventajas, sin duda una de ellas era tener una gran vida social, pero un poco escasa de crecimiento espiritual. Y era bastante irónico puesto que estaba en uno de los destinos major valorados para ello. Visitar el país y sus destinos como turista nada tiene que ver con vivir y trabajar como un lugareño, es muy diferente. Aunque mi estancia allí parecía estar sacada de una película, muy dentro de mi pedía a gritos mi subconsciente que me rescataran.
Una vieja amiga de mis días de residencia en Tokio, Alexi, una impresionante irlandesa y griega de Manhattan, había regresado recientemente de sus estudios en la India, recién ungida como Astróloga Védica, y traía consigo algunas prudentes advertencias para que las tuviera en cuenta mientras viviera en el sur de Asia. Ambos habíamos vivido en Asia a finales de los años noventa. Nos conocimos en un viaje en avión de ANA desde el aeropuerto JFK de Nueva York a Narita, Japón. Antes de trasladarse a Bali en la década de 2000, ella me informó de que mis líneas sociales y de negocios se cruzaban allí; y mientras estaba allí, durante los dos años siguientes, cada lectura resultó ser cierta. En los años siguientes Alexi me proporcionaría múltiples lecturas, algunas más clarividentes que otras, pero ninguna más predictiva que otra.
A lo largo de los años, dio abundantes lecturas y los temas más importantes siempre fructificaron. La vez que me advirtieron que no saliera de fiesta mientras estaba en Bali y casi acabé muerto, víctima de una guerra interna de tribus. En otra época me advirtieron que evitara las motocicletas y a los pocos días tuve un accidente donde si no hubiera soltado la moto a 90 kilómetros por hora hubiera acabado como ella debajo de un camión de remolque. Pero un año llegó una lectura que dejó perpleja incluso a la normalmente inquebrantable novata del Upper East Side. En ella rezaba que perdería las piernas, aquella lección nunca podría olvidarla, era la primera vez que ella me daba ese tipo lectura y estaba tan confundida como yo.
En el intermedio, entre que recibí esa lectura llena de destino y mi encuentro con el tren expreso, había iniciado una empresa de financiación al consumo, una empresa que tuvo mucho éxito. Después de numerosos años de éxitos parciales y de emprendimientos fallidos en el mundo de los negocios, de un trabajo sin límites y de perseverancia, finalmente todo cuajó, dando como resultado mi primera empresa de siete dígitos en ventas. Todo ese éxito se derrumbaría poco después -un diluvio de dolor y destrucción acechaba-, mientras yo ignoraba lo que me esperaba. Al final, la empresa se fue a la ruina por malversación de fondos, a manos de unos cuantos amigos. Mi inversor me demandó por 1 millón de dólares.
Avancemos tres años y me despierto con un sacerdote a mi lado, mientras estoy tumbado en una camilla en un pasillo oscuro, frío y estéril. Pienso: “Oh, mierda, esto no puede ser bueno.” Y: “Esta vez lo has conseguido, Steven.” “Pero en mi propio patio trasero, sin embargo,” pensé. “Padre, ¿estoy muerto, estoy en el cielo?” Nunca olvidaré su respuesta: “No, hijo mío, has tenido un trágico accidente.” Fue en ese momento cuando me di cuenta de que no podia mover ninguna parte de mi cuerpo, sólo los ojos, e incluso eso era una lucha. También fue en ese momento cuando me di cuenta de que por muchas llamadas que hiciera o por la cantidad de contactos que tuviera podrían sacarme de esta. Un momento decisivo: Dependía de una sola persona, yo mismo.
Unas horas antes de conocer al padre irlandes, estaba muerto bajo un tren del centro de la ciudad. Es obvio que en este punto no fui literalmente arrollado por un tren, aunque el conductor jurará que atropelló a un niño tirado en las vías. Si yo fuera él, habría pensado lo mismo. Antes de llegar a la estación de tren, me golpearon con un objeto metálico pesado en un callejón de la ciudad. Poco antes había salido a un bar que estaba de moda con tres amigas para celebrar la semana de Navidad. Me rompieron la espalda en tres zonas: el cuello, la parte media y la parte baja. El golpe en el cuello, en un ángulo de cuarenta y cinco grados, destinado a matarme, hizo estallar seis vértebras como si fueran palomitas. ¡Una mala noche en Filadelfia!
No habían pasado ni diez segundos de una pequeñísima fiesta de lástima y fue en esa coyuntura, el momento en el que se decide si ser una víctima de las circunstancias o un superviviente de la vida, cuando una vocecita se me acercó -se me metió en la cabeza, aparentemente de la nada, con una voz tranquilizadora – y me dijo: “Esta vez sí que lo has hecho, Steven. Es malo, muy malo. Pero lo superarás. Te llevará muchos años de dolor y dificultades, pero al final volverás a caminar y seguirás ayudando a los demás de forma tremenda.” Inmediatamente mi actitud se volvió positiva, decidiendo que esto no definiría lo que soy, más bien eligiendo aceptar la(s) lección(es), iniciando un largo camino hacia la curación.
El sacerdote quería hablar de las cosas que, según sus prejuicios, me habían llevado a esa noche. Inmediatamente me centré en la solución, descartando rápidamente su anticuado curso de clérigos en blanco y negro. Yo ya era una persona espiritual y sabía que era major empezar a buscar el lado bueno, las bendiciones ocultas. Sabía que haría falta un verdadero viaje del héroe, un viaje introspectivo que se extendiera hacia el interior, hacia los abscesos inexplorados del núcleo de una persona, hacia su alma, para encontrar verdaderas respuestas. Las áreas que tanto intentamos evitar en la vida, las emociones que tratamos desesperadamente de suprimir por cualquier medio para ‘ocupar’ nuestras vidas y alejarnos de nuestra verdad eterna.
El universo me había advertido de que debía cambiar mis costumbres. Los mensajes se nos envían siempre, pero no siempre los reconocemos. En la vida no hay errores, ninguno. Para mí, el accidente no tenía que ver con mi estilo de vida, sino con el lugar al que estaba destinado en la vida. Para mí no fue un castigo, sino una lección que me esperaba. ¿Qué haría con este desafío? ¿Estaría a la altura de las circunstancias, soportando el equilibrio kármico de la vida, buscando respuestas a las preguntas que tan claramente había evitado (consciente y inconscientemente), encontrando un nuevo significado y dirección? Pues bien, dentro de mí existía una gran sed, un fuego que necesitaba ser apagado: el resultado sería un viaje.
Durante los siguientes ocho años me embarqué en una interminable aventura en la vida – un viaje para convertirme en otro hombre, uno nacido de nuevo con y a través de la guía espiritual y el propósito cósmico donde, después de una larga e insoportable recuperación dolorosa, una tortura psicológica insoportable, una limpieza mental total, la devastación financiera, la pérdida de amigos y familiares, y un tsunami emocional parecían nodular infinitamente a lo largo de mi vida – emergiendo completamente renacido. Un ser perdido, pero ahora descubierto que, después de viajar profundamente a los anales más aterradores del corazón y del alma, saliendo a la luz con una intención y un sentido decididos, encontró mi propósito en la vida. ¿Pero ahora qué?
Descubrir tu propósito en la vida es sólo la primera parte de la ecuación: compartirlo es la segunda parte.
A lo largo de mi experiencia, he establecido una clara distinción entre recuperación y curación: una es del cuerpo y del médico, y la otra, de la mente y del alma, respectivamente. En el camino de la recuperación no puede faltar la mención de algunas de las espectaculares personas que me ayudaron a conseguirlo: Mi cirujano, el Dr. Jeffrey Rihn, de Jefferson Health, un médico de talla mundial que estaba abierto a todas las modalidades de curación; mi fisioterapeuta, Elizabeth Watson DPT, de Magee Rehab, cuyo espíritu ferviente y su inagotable creencia en mí alimentaron mi impulso para seguir adelante; y el Dr. Neil Liebman, DC de los Philadelphia 76ers, un sanador energético como ningún otro, cuyas “manos mágicas” y su amor ilimitado por sus pacientes y su curación me ayudaron a pasar la segunda mitad.
La mayor revelación de mi vida se produjo gracias a una fortaleza y una perseverancia ilimitadas al enfrentarme a obstáculos que parecían insuperables: El obstáculo es el camino. Sin barro no puede haber lodo. Sin presión, no hay diamante. Sin aventurarse en las partes más aterradoras de nuestro ser, uno puede intentar comprender su verdadero ser interior. La vida se basa en el contraste; no se puede conocer la felicidad hasta que se conoce la tristeza. En la vida tenemos la posibilidad de elegir cómo reaccionamos en cada situación, determinada por nuestra actitud. Ajusta tu actitud y determina tu resultado. Las lecciones nunca desaparecen – lo que resistimos persistirá. Depende de ti.
Si no es ahora, ¿cuándo? – Proverbio Zen
Cae siete veces, levántate ocho. – Proverbio Japonés
Una faceta asombrosa de ese cavernoso viaje interior, el que me adentró en los bosques de Tennessee, donde planeé pasar al mundo espiritual (loca historia) colgándome de un tubo para agua de acero de un camping, cuando no tenía hogar, vivía en una tienda de campaña fuera de mi coche durante un año; sondeando las profundidades más oscuras y aterradoras de mi ser mi interior, mi alma, el Espíritu Santo, Dios; donde no hay vuelta atrás; sin otra opción que “hacer tu trabajo,” matar a tus dragones; eligiendo no ser más una víctima de tu pasado; optando en cambio por el camino menos transitado; tomando el control de tu energía, tu vida, tu felicidad – es el mundo que se abrió.
El resultado fue una intensa búsqueda interior que me llevó por el camino de la curación, ayudando a otros con la lucha en la vida. Mi filosofía de vida de “Doing The Dirty Dishes” proporcionó las condiciones adecuadas para un aprendizaje real, abriendo un espacio para un amplio crecimiento y cambio, lo que me llevó a enseñar a otros, lo que resultó en inspirar y motivar a otros a través de la escritura de un libro, Unbreakable Mind. Poco después, inicié dos blogs: uno Espiritual y otro para aquellos para los que Viajar es un reto. Ambos son leídos en todo el mundo, lo que ha dado como resultado una retroalimentación inestimable y una inmensa satisfacción. Mientras viajaba en silla de ruedas durante dos años para mi blog de viajes, hice una pausa en mi blog espiritual.
Después de años de discusiones incalculables y acuerdos caprichosos, finalmente capitulé ante mis mentores y consejeros de confianza en la vida, decidiendo comenzar mi propio canal de YouTube y Podcast. Decidí que empezaría a escribir mi blog espiritual de nuevo, pero esta vez seguiría cada entrada del blog con una versión de podcast. En cada nuevo episodio se trata un tema apasionante dentro de un contexto espiritual. Un podcast espiritual que explora todos los temas bajo el sol, haciéndote sonreír, pensar críticamente o reflexionar sobre el alma y el universo. Esta es mi nueva aventura. Por favor, considere escuchar y compartir mi canal de YouTube o Podcast con amigos. Gracias por su apoyo.
A estas alturas todos sabemos lo que significó realmente la lectura de Alexi de “quedarse sin pies.” El accidente fue el mayor regalo de mi vida. Estoy eternamente agradecido al universo y a mi tren de la suerte. Choo-choo.
Teeth to the wind!
Travel Blog: Click here.
Spiritual Blog: Click here.
Book: Unbreakable Mind. (Print, Kindle, Audio)
Doing The Dirty Dishes Podcast: Watch or listen to episodes and subscribe: Spotify, Apple Podcast, Buzzsprout. Also available on Google Podcast, iHeart, Tunein, Amazon Alexa and Stitcher.
Doing The Dirty Dishes YouTube channel – watch and subscribe.
Social Media links: Twitter, Instagram and Linkedin.
Travel Blog links: Covid-19 stranded in NYC JFK and Maine – also travel stories on Ireland, Spain, Sweden, Belgium, Iceland, Colombia (Espanol version), Amsterdam, Germany, New Hampshire, TN and NYC.
Personal Website link where you can also find my book, photos of my travels and updates on current projects.
Thank you for your love and support.
#steven quigley writer#steven quigley blogger#steven quigley#stevenquigleyauthor#stevenquigley#doingthedirtydishes.com#doingthedirtydishesspiritual#doingthedirtydishestravel#doingthedirtydishespodcast#doingthedirtydishes#unbreakable mind#unbreakable mind book#unbreakablemindbook#unbreakablemind
0 notes
Text
2021 – Olvídese de sus resoluciones, afirmaciones y manifestaciones; Tienes tu agenda en la vida y la vida tiene la suya propia: ¡Nunca te pongas un lazo alrededor de ella!
Según nos acercamos al Año Nuevo, es un momento de hacer introspección, en el que miramos hacia este año que dejamos atrás, ya sea con consternación o con alegría. Un period en el que el futuro, aunque a veces incierto, tiene una refrescante brisa de esperanza y promesa, cuando tenemos un breve respiro para reevaluar en que lugar estamos en la vida y donde nos gustaría estar, Tengan cuidado de sacar conclusiones precipitadas o esperar algo incierto, dejando a un lado todas as afirmaciones de los gurús, es probable que este año los deseos no se hagan realidad.
En este punto puede ser que pienses que es una afirmación atrevida de mi parte, y lo es ciertamente, pero hay una verdad escondida en ella. Porque no tenemos el control de nuestras vidas ni de nuestras mentes de la manera que creemos, y en la que nos hemos acostumbrado a creer, casi el 90 por ciento de nuestras acciones diarias las hacemos sin ser conscientes de ello ya que estamos como en modo de piloto automático. Nuestra mente y lo poco que sabemos de ella, es que es un sistema que en si mismo es incapaz de responder a preguntas mas importantes, de pensar en si mismo y lo que lo rodea es contradictorio y absurdo, la mayoría de las teorías modernas teoría de la toma de decisiones, el que , el porque y el como llegamos a esas conclusiones han sido ya desacreditadas por gente como Gladwell, R. Wright y Kahneman.
Solo la Heurística se queda sola en este juego, si se llega a entender adecuadamente y se aplica al contexto temporal de la época haría que la persona media se planteara como funciona su mente, muchas decisiones que tomamos están fuera de nuestro control, y se toman antes de que seamos conscientes de ellas, como si estuvieran preprogramadas en nuestro subconsciente. Entonces, ¿Dónde se toman las decisiones? ¿Y como se toman,? es solo una parte de la ecuación, sabemos por que vemos el color rojo pero no sabemos porque es rojo, a parte de los factores que nos rodean, que afectan a la persona de a través de la epigenética, creando memorias desde las emociones y el context, la mente en si misma es solo una Buena máquina para cálculos, lógica y razonamiento, de otra manera seria innecesaria, estresante, llena de ansiedad y llena de confusión sin fin.
El año 2020 ha sido un año que pasara a los libros de la historia, un año que millones de personas hubieran preferido que nunca hubiera existido. Pero no podemos, no podemos cambiar el pasado ni nada que haya ocurrido en este tiempo en el universo, ni nada de lo que hemos tenido que pasar en nuestras vidas tampoco, solo podemos cambiar nuestra reacción, nuestra actitud y perspectiva, solo podemos vivir en el presente, y el presente es ahora. Al cumplirse el decimo aniversario del accidente que me dejo tetrapléjico de cuello para abajo. Despertando en una oscura y fría sala de traumatología con un cura de mi lado, me record que nosotros tenemos una agenda que cumplir en la vida, pero la vida tiene la suya propia – y ¿adivina quien gana siempre? ¿Te atreves a adivinarlo?
“Ama la mano que el destino te reparte y juégala como si fuera la tuya, es lo mas apropiado.”
— Marco Aurelio
Una vez que la vida nos derriba, tenemos varias opciones , podemos elegir levantarnos (al menos intentarlo) e intentarlo de nuevo , negándonos a ser una victima , podemos elegir en convertirnos en superviviente empujando hacia delante y encontrar un propósito, un significado en la vida, o tumbarnos llorando y hacernos los pobrecitos, soplando melancólicamente en una ventisca de copos de nieve excesivamente emocionales, ofendidos por cada pequeña idiosincrasia de la vida , creando un mundo de delicadas “ florecillas,” donde nadie puede decir lo que piensa o la verdad sin causar un juicio severo o daños psicológicos irreparables a una generación gobernante, que ya necesita si propia autoestima y su confianza interior, si alguna vez tuvieron esa duda, pueden leer a Jordan Peterson, del ‘verdadero norte.’
Cuando Sali aquella noche de la semana de navidad con tres amigas no tenia ni idea de que me despertaría tan gravemente herido, casi me pierdo por cuatro veces en esa camilla de traumatología, asique imagino que fue peor de lo que en un primer momento pensé, la mayoría que le pasa un tren por encima no vive para contarlo, y mucho menos recupera el 84 por ciento de su movilidad a través de un largo y tortuoso camino de recuperación y curación, el cual da lugar a un libro, cuando sea el momento tengo previsto volver a caminar y correr. Es a través de “Doing The Dirty Dishes“ de la vida que uno logra algo de valor o virtud, cualquier cosa que valga la pena en la vida.
Pero, ¿Tuve yo elección acaso? ¿Es que tenemos la posibilidad de lo que nos ocurre en nuestra vida personal? ¿Somos meros productos del destino, predestinados a ser como somos o una persona predestinada a ser como es? ¿Existe el libre albedrio o es la mayor invención de la mente desde que Siegfried pensó que podría hacerse amigo de un tigre blanco salvaje, un burdo y audaz engaño de la mente? Este no es el espacio ni el lugar apropiado para abordar temas y preocupaciones tan extensas y complejas, ya que se merecían un libro cada una de ellas. Sin embargo, es importante que tengan una mención. Si no hubiera salido aquella noche de fiesta para celebrar el éxito de mi nueva empresa, ¿Habría acabado en silla de ruedas de cualquier modo? La respuesta es sí.
Se podría llegar al punto de vista de la dura determinación de la vida, el que Elon Musk. Un gran defensor de la teoría de la simulación, la que cree que toda nuestra vida se vive a través de unos gafas de realidad virtual, sentados en un cómodo sillón del cosmos, en algún lugar de una sala de conferencias del universo, cree que vemos y experimentamos la vida y la realidad moderna de forma virtual, “la realidad definitivamente.“ No es de extrañar que quiera llevarnos a Marte en el futuro, no es que el determinismo, la doctrina que afirma que todas las acciones son ajenas a la voluntad de los humanos esten viciadas, el libre albedrio es un fantasma del cerebro.
La ilusión existencial y corporal del libre albedrio, una vez descubierta es abiertamente decepcionante, y al mismo tiempo, cuando lo llegamos a entender del todo abrimos nuestro tercer ojo, una liberación e iluminación de la mente y de todas sus limitaciones. Junto con la creencia de que tenemos el control de nuestras vidas son los dos elementos más críticos que contribuyen al aumento drástico de estrés y ansiedad en la sociedad moderna, no hay necesidad de preocuparse o estresarse , no tienes el control sobre ninguna decisión en tu vida, incluidos los pensamientos, no vivimos en el universo, el universo vive en nosotros.
“ El destino guía a quien lo sigue y arrastra al que se resiste.“
— Plutarco
Tu vida fue planeada hace mucho tiempo, en una reunión en algún lugar y momento del Universo. Podría haber sido cerca de tu planeta natal, o en algún otro lugar de asimilación o experiencia pasada, pero tu estabas ahí en forma de alma o espíritu puro, y acordaste cada pequeña faceta de tu vida. En la planificación del alma antes de nacer ya planeaste cada parte de tu vida, hasta el ultimo detalle, desde quienes serian tus padres, tu hermano o con quien te ibas a casar, si tendrías hijos o no, el divorcio, las enfermedades, los accidentes , las graduaciones , los viajes, lo que te gusta o lo que no , nada de deja al aza. Pasas toda tu vida rodeado de la misma tribu de personas, intercambiando roles en cada vida. Asique en esta vida tu madre podría haber sido tu hermano en una vida pasada, en otro lugar.
¿Te has preguntado alguna vez, cuando piensas en suicidarte, que hay una pequeña llama en lo mas profundo de tu ser que un piloto tenue que te da un destello de esperanza, unaconexión con alfo, un algo familiar que te hace sentir que todo ira bien? Cuando intuyes tales sentimientos, incluso aquellos que sientes como si estuvieras cometiendo errores, hay múltiples razones además del sentimiento de desacuerdo de tu cuerpo interior, también están influenciados a través de ángeles, espíritus y guías ancestrales, asi como el espíritu santo interior, tu yo superior, tu ser espiritual interior, tu existencia consciente, Dios, y la ruda inagotable de la duda kármica auto balanceada, y el ciclo ineludible de la reencarnación.
Para los que ponen en duda el destino y específicamente para los que creen (ciegamente en lo que otros dicen) auto manifestación, para los que piensan que se puede hacer i convertirse en cualquier cosa que desee, o pedir al universo de la comida rápida, sin haber hecho nunca el trabajo interior real para conseguir los resultados deseados, que ocupan su tiempo siendo narcisistas, egocéntricos y egoístas, no han ido a lo mas profundo de su corazón, a su alma, inténtenlo, y vean los posibles resultados, asi de manera diferente, sin renunciar al control en la vida y a lo que nos trae diariamente, es imposible cosechar dicho resultado que se te vende tan astutamente. Eso es para lo que ven éxito de su manera mas cruda, no las riquezas del corazón.
“Todo depende del pensamiento de uno mismo … Un hombre es tan infeliz como se ha convencido de que lo es.“
— Aristóteles.
Quienes piensen que el éxito, que en el mundo moderno gana el que tiene mas juguetes y mas grandes, el ego imperante en nuestra sociedad, donde elevamos lo superficial y lo premiamos, en constante necesidad de afirmación emocional diaria, es el resultado de un trabajo duro y desinteresado, del sacrificio, de la perseverancia, de las agallas de Sisifó y la determinación, están de enhorabuena, no se debe a su duro trabajo, a su falta de convicción personal a o a infinita determinación. Los Bill Gates y los Oppenheimers del mundo deben su éxito a un complejo conjunto de eventos sincronizados universalmente, entretejido y conectados.
Los propósitos también son un desperdicio, ya que si no se cambia el habito, la base de la adicción o el patrón de los mismos, tampoco se cambiaran los resultados, lo que los hace inútiles. Por otra parte, cuidado, por definición, si se sigue haciendo lo mismo cada día y se despierta al dia siguiente esperando distintos resultados , uno puede ser tachado de loco. Solo puede haber un Michael Jordan, nadie mas. Centrate en ti mismo, en averiguar quien eres, porque estas aquí, en tu pasión y propósito, porque todo lo demás ya está elegido.
El libre albedrio no existe, es una construcción de nuestra mente, igual que el tiempo lineal. Son dos caras de la misma moneda: multiples opciones en el árbol de la vida, en la medida en que todas las decisiones conducen al mismo lugar, tu destino. Te conviertes en lo que estas destinado a ser, incluso si tomas algunos desvíos en el camino. Puede incluso que tengas una Mente Inquebrantable y elijas el camino menos transitado. Puede que te lleve mas vidas mientras el Samsara se desarrolla, pero finalmente, una vez aprendidas las lecciones de la tierra, tu vibración se multiplica. Para engendrar hay que cultivar, la vida no vendrá a ti, debes ir a ella – lo que pones, lo sacas.
Todos los maestros ascendidos a lo largo del tiempo, ya sea Jesús, Buda o Krishna, han incrementado su frecuencia y han hecho brotar su vibración no logueandose en la app de de estrellas de Rock , deseando ser dueños de una cabaña en la cima de un gran afloramiento de roca del desierto, llena de ventanas tapadas por las tormentas del desierto, a través de la manifestación, por medio de la oración interminable (como si fuera una lista, como si Dios no conociera ya tus deseos y preocupaciones) a través de afirmaciones diarias (que se ha demostrado que tienen poc valor fuera de la calidez), o de la mano de cualquier número de auto ordenados entrenadores de vida y éxito, coachs de palabras vacías en las redes sociales.
Se trata de la nueva clase recién graduada de los tontos, que requieren espinas de sacrificio, un cordero del subgrupo auto crucificado, de aquellos que en la vida solo han alcanzo con éxito la crisis de la mediana edad, un eslabón interminable en el infinito lazo social de la autoayuda, donde una licencia encontrada en una caja de cereales ya no es por excelencia, por mas que te aseguren resultados imposibles a través de de su doctorado en Facebook , el mismo grupo que nunca recorrió el camino por medio de un error traumático, un propósito planificado o incluso la casualidad, y sin embargo se creen dignos de guiar, o peor aun, de aconsejar a otros sobre la vida, vendiéndote incesantemente el éxito, y la felicidad de la caja. Es condescendiente y arrogante pensar que sabes mas de la vida del otro que si mismo, o que puedes llegar a influir en el cambio.
“Ten en cuenta , que cuanto mas valoramos las cosas que están fuera de nuestro control, menos control tenemos sobre ellas.”
— Epicteto
Tanto si hubiera salido esa noche gélida de Diciembre en Filadelfia como si no lo hubiera hecho seguiría lesionado en una silla de ruedas en este momento, sin poder caminar. Si no hubiera sido por el trágico accidente con el tren el viernes, hubiera sido con un autobús el sábado por la mañana, el destino quiso que acabara donde estoy ahora mismo -no hay errores en la vida. Ni los encuentros fortuitos de lugares – o personas de nuestra memoria colectiva. No hay barro ni loto. Todo en nuestras vidas esta interconectado, con una imaginación y posibilidades ilimitadas, como los arboles de tu patio están entrelazados y son dependientes entre ellos, uno no puede escapar de la condición, y el equilibrio eternos de nuestro propio Karma personal, cada vida y cada lección tienen que ser vividas.
El sentido de la vida es justamente eso – vivir la vida. Es un proceso experiencial que require de tu participación. Claro, el destino nos llevara a donde vamos, y llegaremos allá en algún momento, pero solo ensuciándonos las manos, lavando los platos sucios de la vida avanzas. Piensa en la vida como un jardín, puedes labrar la tierra, proporcionando los nutrients apropiados y la luz del sol, para que las flores del amor, apoyo y amistad puedan echar raíces, desarrollarse y crecer hasta convertirse en almas sanas y maduras, brillantes y hermosas puedes no prestarle atención, negándole el amor necesario y los nutrientes naturales que necesitan para que la planta, tu vida, fructifique. La vida puede cambiar, y esta casi garantizado que lo hará en un abrir y cerrar de ojos, como lo hizo aquel tren conmigo. En la vid, por cierto, lo que tengas en la agenda nunca ganara, no te ates a ello.
Travel Blog: Click here.
Spiritual Blog: Click here.
Book: Unbreakable Mind. (Print, Kindle, Audio)
Doing The Dirty Dishes Podcast: Watch or listen to episodes and subscribe: Spotify, Apple Podcast, Buzzsprout. Also available on Google Podcast, iHeart, Tunein, Amazon Alexa and Stitcher.
Doing The Dirty Dishes YouTube channel – watch and subscribe.
Social Media links: Twitter, Instagram and Linkedin.
Travel Blog links: Covid-19 stranded in NYC JFK and Maine – also travel stories on Ireland, Spain, Sweden, Belgium, Iceland, Colombia (Espanol version), Amsterdam, Germany, New Hampshire, TN and NYC.
Personal Website link where you can also find my book, photos of my travels and updates on current projects.
Thank you for your love and support.
#steven quigley writer#steven quigley blogger#steven quigley#stevenquigleyauthor#stevenquigley#unbreakable mind#unbreakable mind book#unbreakablemindbook#unb#doingthedirtydishes.com#doingthedirtydishesspiritual#doingthedirtydishestravel#doingthedirtydishespodcast#doingthedirtydishes
0 notes
Text
¡CUIDADO! Hay un Gurú de la autoayuda cerca de tu perfil de Facebook.
¿Has visto de primera mano a alguno,? Quizás sepas de alguno así, o has pasado algún tiempo en la presencia de tan peculiar ser angelical. Como no, he conocido a una buena cantidad de idiotas de los “Gurús del Pensamiento” y a los nuevos ricos que los mantienen empleados. Hay un sinfín de entrenadores o guías de diversa índole en la red que, según la retorcida ironía sádica, necesitan drásticamente ser entrenados, por no decir que se encuentran en un lugar de la vida que ha considerado su experiencia reverente y digna de consejo. Facebook, el sueño húmedo de los narcisistas que se automedican, e Instagram, donde cualquiera puede ser modelo, están llenos hasta los topes de un número incalculable de estas almas perdidas. Es el caso de los ciegos que guían a los ciegos, entre sus interminables profecías autocumplidas, es decir, cuando no están guiando a sus oyentes hacia la felicidad eterna, el amor y los éxitos financieros. Esta persona te venderá cualquier cosa que sea tendencia en las redes, ocupándote como una hucha de cerdito donde meter mano con sus dedos de salchicha.
En primer lugar, una persona que se autodenomina gurú no puede serlo, sólo por su definición. Esa debería ser la primera señal de alarma de que se está tratando con la crème-de-la-crème de los gurús graduados en Internet. Los títulos son interminables, también creativos: Sensey de la vida, Guerrero del bienestar, Guía espiritual. Hay un título para todo. A la persona que quiere ser mi entrenador de vida: ¿qué has hecho tan bien en la tuya para demostrarme que debo aceptar tu sabia y sagaz guía? ¿Qué “sombreros” de la vida has usado y dominado? ¿Cuál es su nivel de comprensión de la psicología humana? ¿Qué nivel de conocimiento tiene sobre asuntos de naturaleza metafísica? ¿Qué nivel de formación en física cuántica posee? ¿También puede hacer que mi negocio tenga más éxito? ¿De verdad? Aparte de ser afirmaciones totalmente infundadas de una completa mentira, doy la bienvenida a estas mismas “personas exitosas” para que estén abiertas y dispuestas a compartir sus W2 o declaraciones de impuestos de los últimos tres años. Demuestra tu valía, tonto. De lo contrario, por favor, toma tu ego excesivamente inflado y tus sueños de castillos en el cielo del desierto y vete a machacar la arena.
Además, ten cuidado con el que pueda venderte fácil y alegremente cualquier cosa que busques ese día; ya que probablemente era un experto en otro gran nicho de la moda de la autoayuda que se vendía bien en el pasado, como por ejemplo cómo tener relaciones felices y amorosas, mientras que su relación perfecta “tan amorosa” de corta duración era un desastre que recientemente se terminó después de un año demasiado caliente de unión mágica. Al igual que con el amor, también ve la felicidad como un objeto, una mercancía si se quiere, que se puede comprar y vender. Lo que no comprende es que el amor y la felicidad no son objetos, sino que cada uno es un proceso. Cada uno de ellos requiere que tus palabras se correspondan con tus acciones; ninguno de los dos puede comprarse. Probablemente también fue un autor “superventas” en el pasado, durante dos largas semanas, hasta que sus esfuerzos se desvanecieron y su atención se trasladó a la siguiente tendencia de cambio social de moda, la de “esta semana,” también de corta duración. Cualquiera que sea el tema de autoayuda social más popular del momento, están en él, como el blanco en el arroz. No hay un camino fácil hacia la felicidad, el amor o el éxito financiero. Y ciertamente no se puede comercializar ni vender: ahorren su dinero, busquen en su interior, es gratis.
Las respuestas son gratis para ti. Se encuentran en lo más profundo de tu ser. La mayoría de la gente no está interesada en “hacer los platos sucios” de la vida, sino que prefiere optar por una solución milagrosa, para luego quedar aún menos satisfecha. El viaje no es fácil, requiere ir a los anales profundos y aterradores de tu alma. Si nunca te has perdido y confundido en este mundo extraño, has sondeado las profundidades espeluznantes de tu existencia más íntima, has explorado las partes aterradoras y escalofriantes dentro de tu ser, te has enfrentado a tus miedos espeluznantes, has hecho tu “trabajo” en la vida, has matado a tu(s) dragón(es), como resultado, ninguna cantidad de la Ley de Atracción te va a ayudar. Es similar a lo que escribí en mi libro, Mente Irrompible, en un capítulo sobre la dieta y la nutrición: Si tus células no están sanas para empezar, ninguna cantidad de vitaminas o suplementos sustituirá a una dieta sana; las células no sanas no están en condiciones de recibir suplementos sanos y, por tanto, como resultado directo, uno acaba con una orina muy cara en su lugar. Si no estás espiritualmente preparado y listo para recibir las lecciones del universo, éstas no llegarán. Sin embargo, otras lecciones llegarán muy pronto; y normalmente de la forma más difícil: salida esta por la izquierda.
La vida se vive y se experimenta conociendo y siendo consciente de todas sus ilimitadas posibilidades, incluso dentro de la propia realidad inventada. No se puede conocer la luz si no se ha experimentado la oscuridad; tampoco se puede conocer la felicidad si no se ha experimentado la tristeza. De lo contrario, no tendríamos nada que comparar y contrastar; una no viene primero sin la otra; existen inextricablemente y están casadas en la dualidad eterna – lo que llamamos ying-yang, la vida. La misma lección es que para conocer la felicidad en tu vida hay que conocer también la tristeza y el sufrimiento. Por lo tanto, si sólo te venden una mitad de la ecuación para la solución, te están robando a ciegas. En mi libro afirmo que en la vida todos tenemos nuestra propia agenda, pero no olvides que la vida también tiene su propia agenda. ¿Quieres apostar por quién gana? La de la vida sí, siempre; nunca falla. Sólo nuestra perspectiva y reacción determinan el resultado, que tiene una influencia considerable y ayuda a determinar nuestro nivel de felicidad en este mundo también. Se trata de asuntos profundos y espirituales del alma, no de ecos superficiales y poco profundos del guru de las redes sociales de la semana. ¿Un lobo con piel de cordero? Mejor que se le deje a sus anchas en la naturaleza
El gurú suele pasar más tiempo frente al espejo arreglándose y acicalándose, envuelto en sí mismo, en la fotografía perfecta de las redes sociales, que intentando ser profesor. La mayor parte de lo que te dice se puede obtener en unas pocas horas en la sección de autoayuda de la librería de la esquina. No conoce a los maestros ni sus enseñanzas. Tiene la suerte de haber leído sólo un pequeño número de libros que rascan la superficie, rara vez profundiza en algún pensamiento o texto original, y ciertamente no en el lenguaje. No te cuenta toda la historia, los dos lados de la ecuación; no puede, es incapaz. No conoce aquello de lo que te habla, ni ha vivido nada de ello. Para él, todo está envuelto en la teoría; es un maestro de la palabrería. De lo contrario, si fuera práctico, entendería que no tiene respuestas. Lo más probable es que ni siquiera sepa dónde encontrar las respuestas que él mismo busca en la vida; está demasiado ocupado haciéndote un falso proselitismo. La parte crítica importante de la que no te informan, ya que no son conscientes a través de todo su filosofar soporífero lleno de artesanía, es que uno sólo puede encontrar la luz el resultado de viajar a través de la oscuridad absoluta. El verdadero intelecto y la inteligencia deben ser otorgados por un poder superior. Ninguna cantidad de jugo de gurú o conocimiento teórico aprendido de los libros te llevará allí más rápido – es un camino oscuro y solitario que debe ser viajado solo, sólo por ti.
Algunos de estos payasos son los mismos que te predicarán el valor de la Ley de Atracción. Sin embargo, no la entienden. Hacen que suene como un pedido de comida rápida del universo. Sí, hola, me gustaría una orden de una McMansion de producción masiva de galletas en un suburbio, tirar en un trabajo bien pagado, una hermosa novia, un niño y una niña perfectos y un lado de la felicidad, mientras que usted está en un estado de ánimo de dar. Estos mismos tontos piensan que la oración o la meditación funcionan de la misma manera. Piensan que la oración es una lista de deseos de cosas que deseas en la vida. Como si Dios no supiera ya lo que quieres en la vida. Solo cuando tenemos gratitud y agradecimiento por lo que actualmente tenemos en nuestras vidas, estamos preparados para recibir más del universo. La Ley de Atracción tiene dos partes, pero estos “maestros espirituales” sólo te cuentan un lado de la historia: te venden la luz, nunca te llenan o te instruyen en y a través del oscuro trabajo interior requerido para llegar a la verdadera felicidad. Tu mayor oración cada día es por qué estás agradecido. Estos absolutos imbéciles están demasiado ocupados enseñándote sus formas “exitosas” que no significan nada y no te llevarán a ninguna parte – cuando todo lo que necesitas hacer es tomarte el tiempo para mirar dentro. Todas las respuestas están dentro de ti.
El gurú que siempre quiere que le envíes un mensaje privado (DM) también se considera sospechoso. Estos mismos tipos de rodeo de 15 minutos también siempre prefieren enviarte un mensaje grabado de voz o una respuesta – les evita tener que dar respuestas “reales” o “de verdad” que podrían realmente guiarte o ayudarte, sin estar atados a la palabra escrita. Son los modernos vendedores de aceite de serpiente de las redes sociales. Los entrenadores de vida con certificaciones no son tan malos en general, aunque la mayoría son similares a los que entran en el campo de estudio de la Psicología – están tratando de resolver sus propias preocupaciones y preguntas personales profundas – y definitivamente no están en ningún lugar para dar consejos o guiar a otros en la vida. Uno siempre puede asistir a una escuela de posgrado de pago como la Universidad de Pensilvania, que continuamente bombea consultores no calificados, muchos de ellos equivocados e insatisfechos, recurriendo al ABC (inserte el título de fantasía) Coach. De hecho, es probable que muchos necesiten ver a su propio terapeuta o guía en la vida. Tenga la seguridad de que, de cualquier manera, venga el infierno o el agua alta, cuando el próximo artículo caliente de “pan rebanado” viene por la carretera de peaje infinita del apetito insaciable de la gente para el auto mejoramiento más íntimo, a través de cualquier medio posible uno puede ser engañado, será extasiado para controlar el circuito de recompensa de la cabina de peaje, sonriendo todo el camino al banco. Está usted advertido. Comprador, ¡cuidado!
Más vale que vaya a tirar el dinero por el retrete porque, de lo contrario, estos modernos estafadores de Bonnie y Clyde en línea seguirán llevándose su dinero duramente ganado con una sonrisa perfectamente orquestada y pulida, mientras juegan con sus inseguridades para su beneficio financiero final. Algunos de ellos incluso tienen retiros de fin de semana o llegan a programar viajes al extranjero. Estoy dispuesto a apostar que la mayoría de los participantes se van contentos al principio. Pero si se les pregunta a esas mismas personas dentro de seis meses qué ha cambiado en sus vidas, prepárense para recibir muchas miradas vacías. Todo ha vuelto a la normalidad. No se ha producido ningún cambio real o actualizado, aparte de los sentimientos cálidos y difusos que han tenido al ser manipulados para pasar un fin de semana en un destino espiritual tranquilo, ignorantemente anónimo y ciego, bebiendo el refresco con placer. Pagaron por esa parte, pero no recibieron instrucción sobre cómo continuar las lecciones en la vida diaria real porque el profesor o bien no era consciente de la importancia de esto, el proceso de cómo el cambio realmente se produce en una persona a través del hábito diario, o no estaba calificado y/o competente para entrenar en tal. ¡Reembolso!
Los recién descubiertos “ricos espirituales” que se perciben como la Escalera de Buda son culpables de lo mismo. De alguna manera piensan que porque ahora tienen éxito financiero eso les da el tiempo y el derecho de buscar los mejores guías espirituales que el dinero puede comprar. Aunque esta misma persona también piensa que quien tiene más juguetes acumulados gana la carrera, no es de extrañar que la espiritualidad sea la mayor omisión atroz de su lista de objetivos personales en la vida. Esta persona es el mismo vacío de ser que antes, ahora con dinero – dinero que sólo le ha comprado más desasosiego. La espiritualidad debería encabezar su lista de deseos, pero queda relegada a otro trofeo para el manto de roble. ¿Qué nueva parte de la vida podemos objetivar y controlar esta semana? Los monjes principales de los monasteries entienden la relación tácita; también entienden que sus monjes tienen que comer. La ignorancia de uno aporta luz a muchos, un trato justo según los monjes. Así que la relación de mecenazgo de pago que les ha beneficiado enormemente en el pasado, a menudo económicamente, sigue ayudando hoy en día a los monasterios en apuros y a sus causas. Al final, estos ricos idiotas sólo se encuentran más arriba en la proverbial montaña espiritual, con los bolsillos más ligeros. Confucio dice: Nunca subas demasiado a la montaña, nadie te oirá gritar.
Se ha citado al Dalai Lama diciendo: Hay ocho mil millones de personas en este mundo; hay ocho mil millones de realidades en este mundo. Hace poco vi en Facebook un post sobre por qué este Gurú en particular era diferente a todos los demás. La mayoría de las personas ingeniosas se habrían detenido en la primera línea, pero ten por seguro que muchos no sólo siguieron leyendo, sino que creyeron a este idiota lleno de aire caliente. Continuó pontificando su experiencia con culturas antiguas y chamanes. Había pasado miles de horas con ellos, aunque no estoy seguro de que pudiera definir uno o su papel en la sociedad. También había anotado en su fino cinturón de cuero italiano 10.000 horas de meditación enfocada con láser. ¿Y? ¿Eso qué significa exactamente para mí? Me dice que estás envuelto en tu propia mente narcisista, preocupado por los números sin sentido y por tu ilimitado ego auto inflado; que no tienes ninguna comprensión real del amor, de ningún asunto del corazón ni siquiera una pizca de comprensión de la conciencia o la psicología humanas. Sólo refuerza y deja claro a todos los que leen este blog, que la única cosa que cualquier cantidad de horas personales ha hecho para beneficiarte fue hacer que tu último selfi de perfil de Facebook parezca que pertenece a la portada de GQ. Tal vez tus mayores atributos y habilidades egoístas podrían utilizarse mejor, sin duda mejorando la humanidad de maneras incalculables, retirándote como un extraordinario gurú de los idiotas y transformándote en un modelo-fenómeno internacional de las redes sociales. He oído que Instagram está contratando.
Travel Blog: Click here.
Spiritual Blog: Click here.
Book: Unbreakable Mind. (Print, Kindle, Audio)
Doing The Dirty Dishes Podcast: Watch or listen to episodes and subscribe: Spotify, Apple Podcast, Buzzsprout. Also available on Google Podcast, iHeart, Tunein, Amazon Alexa and Stitcher.
Doing The Dirty Dishes YouTube channel – watch and subscribe.
Social Media links: Twitter, Instagram and Linkedin.
Travel Blog links: Covid-19 stranded in NYC JFK and Maine – also travel stories on Ireland, Spain, Sweden, Belgium, Iceland, Colombia (Espanol version), Amsterdam, Germany, New Hampshire, TN and NYC.
Personal Website link where you can also find my book, photos of my travels and updates on current projects.
Thank you for your love and support.
#steven quigley writer#steven quigley blogger#steven quigley#stevenquigleyauthor#doingthedirtydishespodcast#stevenquigley#doingthedirtydishes.com#doingthedirtydishesspiritual#doingthedirtydishestravel#doingthedirtydishes#unbreakable mind#unbreakable mind book#unbreakablemindbook#unbreakablemind
0 notes
Text
El mayor regalo que nunca me podrían haber hecho: Golpeado hasta darme por muerto: Ser encontrado debajo de tren de la ciudad.
A lo largo de la historia, los seres humanos han vivido, reído y aprendido a través de la narrativa y los cuentos. Al hablar de mi accidente por primera vez públicamente, me viene a la mente una parábola especialmente significativa: El sembrador y la semilla. El punto de la historia no es el sembrador, ni siquiera la semilla. Es la tierra lo que más nos debe preocupar. Sin las condiciones adecuadas (nutrientes propios) presents en el suelo, la semilla (tú) no prosperará ni crecerá, deteriorándose así hasta llegar a la muerte.
Al igual que ocurre con los traumas humanos, sin los nutrientes adecuados de amor, cuidado, compasión, autocomprensión profunda y perdón, uno no puede esperar recuperarse o curarse a sí mismo. Al igual que el destino de la semilla está determinado por el suelo en el que cae, también lo está su recuperación. Si cae en un terreno rocoso, no recibirá el alimento adecuado y dejará de vivir. Si se coloca en las condiciones adecuadas, florecerá y crecerá hasta convertirse en un ser humano sano, aportando luz a un mundo tan necesitado.
Recién llegados los vientos invernales de la ciudad competitiva, me senté a relajarme, a tomar un respiro. La vida era buena, o al menos eso creía. Había fundado recientemente una empresa financiera en Filadelfia con un socio silencioso. Y estaba creciendo rápidamente por encima de nuestras posibilidades. No podíamos encontrar espacio de oficina ni contratar empleados con la suficiente rapidez para acomodar nuestro rápido crecimiento expansivo; las ventas batían nuevos récords cada mes. La crisis financiera de 2008 estaba en pleno apogeo y estábamos bien posicionados para ayudar a los propietarios de viviendas con problemas, a los que necesitaban una mitigación de pérdidas o una negociación.
Era la época navideña y decidí llevar a uno de mis empleados, un traductor peruano de español, a una comida de agradecimiento. Tuvimos una espléndida cena en un pub irlandés, repleta de Guinness y violín irlandés. Poco después, una vieja amiga me llamó por teléfono para que me uniera a ella y a unos amigos que estaban de visita en su bar favorito de la esquina para alegrar las fiestas y celebrar mi recién encontrado éxito empresarial en otro barrio de la ciudad, a poca distancia. Tenía que volver a Nueva Jersey para reunirme con un viejo amigo, Dominic. Ese encuentro nunca se produciría.
Tras haber tomado mi buena ración de bebidas navideñas, decidí que era más seguro que me llevaran a casa. Me sentía bastante bien; era una época de juerga. El negocio estaba en auge y era tiempo de celebración. Mi lema en la vida era siempre dejar que los buenos tiempos se desarrollen: Carpe Diem, aunque sea de bote en bote. La seguridad no siempre estaba al frente de la lista. A las once y cuarenta de la noche, más o menos, se acabó la noche y salimos a la calle para llamar a un taxi – sin saber el destino que me esperaba a pocos minutos de distancia.
Después de sentarme en el asiento trasero del taxi, de intercambiar saludos con viejos y nuevos amigos, y de decirle al conductor que me llevara a Nueva Jersey, la vida tal y como la conocía cambiaría para siempre. Algo terriblemente malo ocurrió en ese momento. Cinco horas más tarde me despertaría en una camilla, en un pasillo frío y oscuro, con un sacerdote a mi lado. Padre, declaré, desesperado: “¿Estoy muerto – estoy en una morgue?” “No, hijo mío, has sufrido un trágico accidente,” dijo. Esas palabras quedaron grabadas para siempre en mi memoria.
Nada podría haberme preparado para ese momento. Era la primera vez en mi vida que sabía que estaba solo (o, al menos, eso creía); no había ninguna llamada telefónica que hacer, ninguna persona que pudiera ayudar a resolver esta emergencia. Después de diez segundos de lástima, mientras estaba tumbado con el cura a mi lado, sin poder sentir mi cuerpo por debajo del cuello, una vocecita se acercó a mí y me dijo: “Sí, Steven, es malo. Has tenido un accidente muy trágico. Será difícil, será casi insuperable, pero, [con mi guía estarás] bien. Volverás a caminar y seguirás ayudando a los demás de forma extraordinaria.” Inmediatamente el dolor disminuyó, una sensación de paz y calma se desplegó, dejándome en estado de trance, una profunda paz mental.
Desde ese momento no volví a mirar atrás, no volví a tener compasión de mí mismo ni de la situación. Estaba decidido a superar esta devastadora tragedia con una fortaleza que tengo hasta hoy, sin saber de dónde venía.
Inmediatamente, mi atención pasó a ser positiva, decidida a que esto no me vencería, a que volvería a caminar. El sacerdote continuó con su prescrito desvarío religioso, pero yo le pedí más bien que se centrara en la solución. No le gustó la petición y salió corriendo para no volver. ¿Podría sobrevivir a este trauma? ¿Podría volver a ver a mis amigos y a mi familia? Había tantas incógnitas – era mentalmente devastador mientras estas preocupaciones pasaban por mi mente.
Sin embargo, sin regodearme en la autocompasión, era difícil no dejarse llevar por la emoción. ¿Sobreviviría mi negocio, quién dirigiría ahora mi empresa, podría volver a tener relaciones sexuales – matrimonio o bebés, mis piernas se repararían solas – volvería a acampar o a ir de excursión al bosque, cómo se pagarían las factures – habría suficiente dinero? No me di cuenta en ese momento, pero el accidente se convertiría en el mayor regalo de mi vida: una segunda oportunidad.
Pensé que la mayor parte de mi memoria, desde el momento en que subí al taxi hasta que me desperté en el centro de traumatología de Jefferson Health, se había borrado – como resultado de la activación de la respuesta reptiliana de lucha o huida del cerebro. Como mecanismo de defense psicológico incorporado en el cuerpo, la parte del cerebro que se ocupa de la memoria a menudo se apaga en un trauma. Pero, a través de una investigación adecuada, y con la ayuda de un prestigioso bufete de abogados de la ciudad, salió a la luz información adicional sobre los hechos ocurridos aquella fatídica noche.
Tras la investigación, se determinó que yo era un fantasma, que no había sido visto por ninguna cámara en un área de ocho manzanas a la redonda. Mi taxi estaba fuera de la vista de las cámaras del restaurante. Salí de la zona grabada sólo unos metros, pero fue suficiente para ocultar en qué taxi me metí. De algún modo, acabé a unas cuatro manzanas de distancia, golpeado y dado por muerto en un callejón de la ciudad. Lo sabemos gracias a los registros de los móviles y a la triangulación. Se hicieron dos llamadas telefónicas a dos amigos cercanos para pedir ayuda. Nadie respondió. Eran las 03:30 en ese momento – bastante tarde para responder a una llamada de un amigo tan salvaje como yo.
Al ingresar en el centro de traumatología, los médicos y los cirujanos estuvieron hablando durante lo que parecieron años, pero finalmente se llegó a un consenso. Al parecer, me golpearon con un objeto grande, largo y pesado, probablemente de metal. Lo determinaron por la anchura y la longitud de las marcas de los golpes en mi espalda, en tres lugares. Los golpes que me infligieron estaban destinados a matar. El golpe en ángulo de 45 grados en mi cuello hizo que seis vértebras estallaran como granos de palomitas calientes, haciendo que los huesos tocaran mi medulla espinal, lo que provocó una tetraplejia: parálisis en las cuatro extremidades. Pero un traumatismo puede hacer que el cuerpo reaccione de formas inimaginables para sobrevivir o encontrar seguridad.
Hay algún pequeño recuerdo de que me desperté en el callejón a última hora de esa noche, pero es difícil decir qué es real y qué es imaginado, qué partes está rellenando el cerebro para dar sentido o para completar una narración, sin saber dónde quedó la historia y dónde empezó el sueño surrealista en el que me desperté. Sin embargo, recuerdo que estaba a cuatro patas, con un gran dolor, plenamente consciente de que estaba en graves problemas, dándome cuenta de que estaba experimentando un grave trauma – que la mierda había golpeado el ventilador. No está claro cómo llegué a la estación de tren, si arrastrándome o caminando con adrenalina. Un cuerpo bajo un trauma severo, inducido con adrenalina, puede realizar hazañas extraordinarias.
Cuarenta minutos después aparecí en las cámaras de circuito cerrado entrando en la estación de tren. Recuerdo en todo el malestar, como si me hubieran estampado como un soldado: encontrar un camino a la seguridad. Por supuesto, en retrospectiva, después de saber lo que sé ahora, tratando de eliminar cualquier prejuicio, que sólo tendría sentido para volver a un lugar seguro, mi casa – a través del tren. En mi estado de confusión, pensé que podría llegar a casa, dormir y luego buscar atención médica. Estaba muy equivocado.
La mayor parte del tiempo que pasé en la estación de tren fue un borrón, como la mayoría de los recuerdos de esa noche. No tengo claro cómo llegué a la estación, pero una vez allí, recuerdo algunas acciones, pero sobre todo pensar que debo llegar a casa, debo llegar a casa. Al cabo de un rato, la adrenalina se desvaneció y apareció el dolor – un dolor que no se puede describir con palabras. Era como si se hubiera encendido una antorcha en la parte inferior de mi columna vertebral. Decir que me sentí como si me hubieran electrocutado con cables de alta tensión con un fuego inagotable dentro de mis pulmones sería quedarse corto.
Durante los últimos nueve años he pensado en lo que podría haber provocado este trauma. Hay tres posibilidades que yo y otras personas cercanas a mí hemos considerado: 1. hubo una discusión con el taxista que llevó a un altercado físico en la calle; 2. se produjo una discusión con el taxista, lo que hizo que me bajara del taxi y luego encontrara mi destino en el duro callejón de la ciudad; o 3. me bajé del taxi sin pagar, lo que me llevó a la muerte. Me bajé del taxi sin pagar, me fui caminando, él me persiguió y me golpeó por la espalda, luego me arrastró por un callejón para rematar la faena. Creo que podría ser la primera, pero no estoy seguro.
Inmediatamente pude sentir dolor en todas las partes de mi cuerpo, lo que me provocó episodios de visión borrosa y desmayos físicos. Después de lo que me pareció un año, por fin llegó un tren a la estación y alguien intentó ayudarme, pero me dolía demasiado. Mientras me balanceaba con el cuerpo de un lado a otro en la silla del andén, fruto del dolor que sentía, de repente se me pasó la adrenalina. Al cabo de unos minutos, me levanter para mirar por las vías en busca de algún tren que llegara. Sin pasar por los topes de seguridad del borde del andén, y sin que hubiera ningún tren a la vista, me apoyé en un pilar, y entonces, como un árbol en el bosque, caí dos metros más abajo sobre las vías. Sabemos que estos detalles son exactos, ya que lo atestiguan varias grabaciones de las cámaras de seguridad de las estaciones de tren.
Recuerdo que sentí un fuerte golpe contra mi cuerpo. Sin darme cuenta de dónde estaba ni del peligro inminente que me acechaba, no era consciente de los cambios que iban a alterar mi vida. Sin recorder totalmente el suceso, sí recuerdo haber mirado hacia las vías y haber visto unos faros que venían directamente hacia mí. El tren que esperaba llegaría 2 minutos y 17 segundos después. En ese momento, sentí una ráfaga de viento, mi cuerpo rodó – entonces, todo se volvió negro.
Allí estaba, en colisión directa con un tren en movimiento. Y además era el expreso. El tren no se detuvo por mí; no tuvo tiempo suficiente. El conductor juró después que había atropellado a un niño. Dado por muerto hasta que se cortó la electricidad del tercer carril, a la espera de que llegara el forense de la ciudad con una bolsa para el cadáver, un grupo de bomberos, policías y médicos se quedó de pie, charlando y bebiendo café. Mas tarde vi la luz, después de veinte minutos más o menos, un policía que acababa de regresar de la guerra, pensó que había visto cosas mucho peores en los campos de batalla de Afganistán y que vería si por casualidad había sobrevivido.
Saltó a la zona de las vías, metiéndose debajo de los vagones con la fuerza de sus brazos y manos, hasta llegar a mi cuerpo. Al localizar mi brazo, palpó el pulso y pidió que me subieran los médicos. Más tarde me enteré de que los transeúntes que observaban la escena lanzaron un grito de júbilo cuando escucharon por la radio la noticia de que yo podía haber sobrevivido. Más de un chorro de café debió de golpear la pared de la estación cuando se oyó esa noticia. El maquinista del tren ya había sido llevado a una evaluación psicológica. Más tarde se enteró, a través de un amigo policía, de que yo había sobrevivido.
Menos mal que uno de los mejores centros de traumatología de la Costa Este estaba a sólo cuatro manzanas de distancia. En pocos minutos me tenían en una camilla y en la parte trasera de la ambulancia. Recuerdohaber estado brevemente en una, con las sirenas sonando, pero no estoy seguro de si fue un sueño o algo real. Mi madre me dijo que hablé del viaje de emergencia mientras estaba en la unidad de trauma. Muchas cosas que se dicen en el momento de un traumatismo se olvidan más tarde, como consecuencia de la morfina y otras drogas, además de los efectos de una noche de fiesta.
Los médicos y todo el personal médico de apoyo de Jefferson Health fueron un regalo del cielo, haciendo que mi estancia allí fuera lo más cómoda y complaciente posible. Mi estancia en la UCI, donde pasaría las Navidades, se vio amenizada por uno de mis cuatro enfermeros a tiempo completo, Mark, un músico que una noche entró en mi habitación tocando villancicos con su violín. Lloré. Mi equipo de médicos, cinco en total, parecían preocupados por mi cuidado como si fuera uno de sus propios hijos – era algo muy sincero, y marcaba la diferencia a la hora de pasar las vacaciones completamente solo en una unidad de UCI.
El destino quiso que mi cirujano no sólo fuera un médico de primera clase, sino también un caballero de la curación pragmática, siempre interesado en los nuevos y locos tratamientos que yo estaba considerando o utilizando para recuperarme, para poder compartirlos en beneficio de otros pacientes a su cargo. Fue su nivel de compasión y preocupación por el bienestar y la recuperación de sus pacientes lo que ayudó a mantener mi fuego interior encendido. El 90% de la recuperación y la curación es psicológica; y él fue absolutamente crítico en ese proceso al no darme porcentajes o probabilidades de caminar, o cualquier nivel de recuperación, lo que resultó en no llegar a la línea de meta antes de haber tenido la oportunidad de comenzar la carrera.
Tras mi prolongada estancia en el Jefferson, me enviaron a una residencia de ancianos durante seis semanas para que mis huesos pudieran curarse, lo que era necesario para poder ingresar en un hospital de rehabilitación. Después de que mis huesos se curaran lo suficiente como para poner un cincuenta por ciento de peso en cada pierna, de múltiples pruebas físicas y de una entrevista en persona, me aceptaron y me trasladaron al Hospital de Rehabilitación Magee de Filadelfia. Una institución puntera en lo que respecta a las lesiones cerebrales y de la médula espinal, de la que estoy enormemente agradecido.
Ahora forma parte del mismo sistema hospitalario, Jefferson Health, pero en aquel momento era el único hospital independiente que quedaba en el país, y Magee es uno de los mejores hospitales de rehabilitación del país. Su lema es: El camino de vuelta empieza aquí. Mi equipo allí me proporcionó sin duda las condiciones adecuadas para hacerlo. Mi terapeuta principal, Elizabeth Watson DPT, fue el eje central; uniendo mis metodologías de curación fuera de lo común, como el tratamiento con láser frío y otros tratamientos de vanguardia de tipo electromagnético, con su educación y experiencia ayudando a otros a recuperarse y sanar. Carol Owens, la gerente, merece una medalla de honor por aguantar mi irascible personalidad.
Era consciente de que mi recuperación y cualquier curación verdadera sólo se producirían si se daban las condiciones adecuadas. Como ocurre con la semilla y la tierra, si la tierra no se nutre y se riega adecuadamente, la semilla morirá a pesar de todo. Un amigo cercano, Danny, médico, me visitó mientras estaba en el hospital y me dijo: “Steven, sé que esto puede sonar extraño, pero tienes que aprender a amarte a ti mismo de nuevo, algo así como hacer el amor a tu mente y a tu cuerpo.” Sí, me sonó muy extraño, pero en el fondo resonó en mi alma, en mi yo interior superior. Entendía claramente mi confusión.
Antes del accidente, decir que era capaz de comprender o proporcionar amor propio a través de la compasión y el perdón hacia mí mismo, sería el equivalente moral de apostarlo todo al chico más bajo de tu equipo de baloncesto para que hiciera un mate: simplemente no es posible. Me resultaba muy difícil aceptar la ayuda de los demás, en todos los sentidos. Era un poco pesado, demasiado crítico consigo mismo y con los demás. Sólo eligiendo el camino menos transitado, el viaje de las mil millas, soportando un interminable trabajo y tormento mental, que tuvo como resultado una brutal recuperación física y una verdadera curación, pude encontrar la compasión de uno mismo, sin la cual nunca habría habido ninguna esperanza duradera de paz interior, empatía o mejora terapéutica simpática.
Todo comienza con la compasión por uno mismo y por las circunstancias en las que uno se encuentra. Incluye la forma más elevada de perdón – el verdadero perdón incondicional, no sólo de uno mismo sino también de los demás. Perdonar a los demás no es para su beneficio, sino para el tuyo – te permite encontrar la paz mental para dormir bien por la noche. La recuperación requeriría una lista aparentemente ilimitada de requisites para fructificar. Pero sin las condiciones adecuadas, tú, la semilla, no crecerás ni florecerás hasta convertirte en una planta sana, capaz de aportar bondad y luz al mundo.
Sin un perdón interior más profundo y un alimento de amor propio no habría encontrado los medios para escribir mi libro, Unbreakable Mind, como una devolución a la comunidad, mi forma de devolver el favor. Ayudando a otros que se enfrentan a la lucha en la vida. Fue a través de ‘Doing The Dirty Dishes’ de la vida, enfrentándose a los mayores desafíos, superando los miedos y la adversidad, lo que proporcionó el terreno adecuado para sanar. Pensé que, si un tren no me mataba, debía haber una razón para mi existencia. Sin ese sistema de apoyo a la autoestima, que me proporcionó una base sólida, y a través de la autocompasión y el perdón insondables, la superación de los errores y los arrepentimientos del pasado, mi cohete no habría logrado salir de la plataforma de lanzamiento, auto-inmolándose en una pila de cenizas de sí mismo sin valor.
En nuestras vidas, no podemos elegir dónde cae la semilla, que es el resultado de una intensa fortaleza y coraje: la incapacidad de convertirse en víctima de la vida. Sin embargo, podemos proporcionarle el major entorno en el que la encontremos para que pueda crecer y convertirse en una superviviente. Al igual que regarías y darías luz solar a una planta, también debes hacer lo mismo por ti mismo, alimentando tu cuerpo y tu alma como si fuera la fotosíntesis. La autodeterminación y el compromise son las piedras angulares de cualquier viaje exitoso. Al final del día, podemos elegir si nos convertimos en una hierba marchita o en un ser humano maduro capaz de ayudar a los demás en su propio viaje de curación.
Cita del día: “Las circunstancias no hacen al hombre, sólo lo revelan a sí mismo.”
— Epicteto
Travel Blog: Click here.
Spiritual Blog: Click here.
Book: Unbreakable Mind. (Print, Kindle, Audio)
Doing The Dirty Dishes Podcast: Watch or listen to episodes and subscribe: Spotify, Apple Podcast, Buzzsprout. Also available on Google Podcast, iHeart, Tunein, Amazon Alexa and Stitcher.
Doing The Dirty Dishes YouTube channel – watch and subscribe.
Social Media links: Twitter, Instagram and Linkedin.
Travel Blog links: Covid-19 stranded in NYC JFK and Maine – also travel stories on Ireland, Spain, Sweden, Belgium, Iceland, Colombia (Espanol version), Amsterdam, Germany, New Hampshire, TN and NYC.
Personal Website link where you can also find my book, photos of my travels and updates on current projects.
Thank you for your love and support.
#steven quigley writer#steven quigley blogger#steven quigley#doingthedirtydishespodcast#stevenquigleyauthor#stevenquigley#doingthedirtydishes.com#doingthedirtydishesspiritual#doingthedirtydishestravel#doingthedirtydishes#unbreakable mind#unbreakable mind book#unbreakablemindbook#unbreakablemind
0 notes
Text
Only once you have manifested the best version of yourself, affirmed your “self” through self-enquiry and aligned your soul with your purpose – walking the journey of utter darkness to find light, love – does magic happen.
All throughout recorded history there have been wars, revolutions and reformations, greatly affecting the thoughts, culture and possibilities of societies; influencing their philosophy of living, how they view life and their perspective of the world. Many of these have had tragic results, but still many have gone on to change the future – through social, cultural and scientific means. It has brought about great innovation and technology, thus advancing society to its greatest technological heights ever. One major negative result, especially as we moved from agriculture to an industrial based society, was that man lost his freedom; he was now a part of the machine, enslaved to his work and production; where profits rule over people. As a result, we have lost our way – no longer lending faith or credence to the onerous journey within.
Two of the greatest times for the forging ahead of humanity in recent history were the renaissance and age of enlightenment periods, opening the world to great advances in science, art and architecture. We are in the midst of another wave of similar intellectual growth: the spiritual age. Like all times of epic change, there are those who wish to take advantage of your disposition. Throughout all of time there has been a part of the group at large that wishes to find a quick solution, a deal so tempting it is hard to resist. There are no shortcuts in life: no pressure; no diamond. No mud; no lotus. And what fun would life be if we already had all the solutions? There would be no learning, no innovation, and no progress.
But since we are mere mortals stuck on earth, the ghetto planet of the cosmos, we have no choice but to deal with the cards we are dealt, to live life. We are here for a purpose, a reason for our existence – part of a larger omnipresent omnipotent divine plan. The first half of life is meant for discovering our deeper resolve, and the second half is for sharing it with others. And since our ever conscious mind and intellect are incapable of answering the supreme almighty unexplainable questions of life e.g., existence, our conscious and why we are here, we are left with endless perplexing unanswered questions. The road to hell is paved with all the golden trappings of self-fulfilling ego and superficial materialism, whereas the road to happiness is one of spirit, one that starts in the heart and ends in the soul – it is to be lived.
Don’t believe the hype, especially from the majority of any form of breathing life coach; and most definitely, from those who are hawking their pseudo-services on social media. There is no way around walking your path, doing your “work,” owning your stuff in life – the journey is the manifestation of your best self – the unveiling of your role in this grand illusion of a cruel play. Unless, of course, you enjoy a life of continued misery and magnetic shit-storms, there is no choice but to face the profound quest into your inner-most not-self head-on. There are no shortcuts, bypasses, circumventions or easy ways to find light in your life – it must first come as the result of darkness. The obstacle is the way, Sisyphus. Push!
Not until recently have I felt this divine energy far within. I feel alive – life has become fun again. For years I thought I could do only minimal work and think the thoughts, that I could somehow find a quick path to success and happiness, kind of like how the boundless claimless Kentucky-fried-Yogis, the fast-food drive-through Gurus of social media will sell you every way to the sun or how to actualize almost immediate results in your life, for whatever you desire, albeit erasing your karmic debt, dissipating your traumas or making a unicorn grow out of your arse, but within six months there is a 99.99% chance you are back to square one, an unhappy space-camper. Endless hours were spent reading, meditating, deep thinking, chanting, breathing, being – though the words were there and made sense to my rational mind, there was nothing, no concrete changes or results, save an increased fortitude in attitude and mindset.
Once through the darkness and into the light, life takes on new meaning: you no longer see things the same way, your reality severely adjusts; you see others for where they are at on their journey without pretext or judgment; you have more compassion and love for all sentient beings (rocks and trees also), including yourself – you learn to be selfless, to always be of service to others without thought of any repayment or expectation of return; you have more compassion and love for all the complex intricate life forms. You no longer feel the need to be an actor on stage, to ride the story horse, to don the many chameleon masks, or hide behind misleading unfulfilling security blankets – you are comfortable in your own skin, with who you are and your purpose for living out this lifetime on earth – content and happy.
Our three main parts, the conscious (ego, who we identify with as I), the sub-conscious (the heart), and the super-conscious (God), constitute the three main parts of us as humans. The journey of life is not about how many times we have been knocked down (that is guaranteed) but how many we get back up, the quest of the soul, the not-self, higher you, your “self,” God. The true adventure is the game of life itself; it is only through living life and facing its challenges do we earn the right to go further within – to graduate up a level. Life is experiential, a meritocracy of sorts, the more you live and work hard at it, the wiser you become as life reveals her secrets to you. But nothing can happen until the first step is taken: the journey into the heart. It is a cold, dark, lonely road that many would rather not walk, but there is no other way – it must be done in order for you to feel whole, complete and eventually love and happiness.
It is a journey that will take you to the darkest, scariest regions of your inner-being, the collective unconscious, and ultimately the gaping frightening chasm of your soul. There is no David Goggins book that will get you through this abysmal puzzling mess; the human mind is helpless in solving such issues – and no amount of physical, repeatedly bang your head into a wall, get it done at all costs, earn your daily “promotion,” headstrong Navy Seal training will make a shit of difference. They cannot be figured in the realm of the intellect; they must be felt and experienced through the emotion of the heart. It’s these visceral trials that allow for tangible growth in a person – which helps them increase their vibration to a higher astral plane, where the Acts of life play-out in otherwise unimaginable ways previous thought.
Keep in mind that you agreed to every tiny detail of your life: who your parents and siblings would be, what afflictions and obstacles you would face, what steps would be required for the proper growth in order to [eventually] bring you into alignment with your soul and its objective here on earth playing the part of a flesh-draped skeleton. No detail is spared in the process of planning your life. It is a part of pre-birth planning that happens in some cold sterile cosmic boardroom somewhere in the celestial yonder. That is one reason when things become really difficult in your life there a small flame of love you feel within – continually is burning with hope. At some point when you find yourself in the darkest points of your life, there is an understanding that you agreed to spend an incarnate lifetime on this planet-hood.
Earth is considered the undesired planet of the universe; only the bravest souls dare attempt such a spiritual feat. Though society would direct you otherwise, you are not here to accumulate wealth, fame or anything else of ostensible worth or value. Our definition of success is off, in need of big adjustment. Most of what society teaches us about life is stuck in the ego; there is no room for spirituality. The person who only chases all the temporary joys and pleasures of life in attempting to fill that inner void of essence and intention, finds out it is a bottomless canyon that never produces the intended result – for once one level or milestone is achieved, one mountain or peak summited, the euphoric fuzzy feeling wears off – it is not enough to fill the empty hole in their hearts, and the search continues ad infinitum.
The universe is constantly sending you messages, but most are asleep or blind to them. When the message is not understood, the universe boomerangs it back stronger. What you resist persists in life; there is a reason you are facing such obstacles: they have each been specifically designed as lessons to help you progress on your intended life path. They are opportunities for inner-growth – hidden treasures in disguise. Failure to continually get the message can eventually lead some onto mid-life crisis, chronic disease, unmitigated unplanned change or some sort of life trauma. These can come alone, together, all at once or, sometimes, not at all. Everyone has their own journey. These are meant to be times of rest and heartfelt reflection on your life. How and if you progress forward is a matter of a role of the dice.
Life will slow you down in order that you have time to reassess and reevaluate the direction of the life you think you are living. At some point it occurs to you that perhaps there is a greater significance for living life other than how big your house is, how fancy a car you drive, or how impressive the title at the front of your mahogany desk. Disease and afflictions are of the same intended sort, just stronger get-your-attention happenstances, meant to give you pause to sit and think about what gives you happiness. In some instances they are meant to elicit a lesson from the afflicted, a kind of wake-up call to rethink how you are living out your life. These times and incidences can either be used for maturity or when the message is not received, further hardship. You might have your agenda in life, but life has its own – and, sorry for the shocking surprise news, life’s always wins. Like a river, go with the flow – yield the current.
Once you get off your story horse, allowing your understanding of self to be defined vis-à-vis others, stop acting out the chameleon masks and adaptable personalities others perpetuate in a untold vicious Maytag of assumption and projection, creating a mistaken picture of who you really are, then life begins. Stop trying to be someone else; everyone else is already taken. And please stop believing the masses of asses, the sheep[le] colony of mistaken and misinformed [self-proclaimed] spiritual life coaches who couldn’t direct you out of a wet paper bag in a typhoon. Your wallet will be a bit lighter and within months, you will be back to your search for the next quick fix. Elon Musk was always meant to create Tesla; Kennedy was always going to be president. Focus on within, not without – and magic happens.
The greatest lesson in Act I of your life is learning your purpose; you apply it in Act II. But it is no simple matter to be resolved in any quick manner. We are born with certain gifts, and through destiny not only do we discover what they are but also add more to our repertoire, making living life a bit easier as time goes on. As long as you continue to live in the realm of the conscious, the arena of ego, you will cease to allow for the path to opening your heart to your soul, God. Our greatest battle other than the person we face each morning in the mirror is reconnecting with our spirit, so as to live out our true and authentic raison d’etre. This is the hoax of life and why you should not take it seriously. It is one big celestial play.
We chose to come here voluntarily; no one twisted your atoms. We are not born into the universe, we are of the universe – we are not from God, we are of God. We are primarily made up of the supernova elements of carbon and calcium – from stardust we come and to stardust we shall return. In Islam there is an expression, ‘As it is written, it shall be.’ What is meant to be will be; fate cannot be changed. The only two actual parts of living that you have control over are your attitude and reaction – which form your perspective. An event in your life only has to be labeled bad if you so choose. In life there is always a seed of positive in every bad situation, and vice-versa. The key is to always find the connection, the reason, the lesson – learning to experience life as one big synchronistic inter-connected cosmic drama.
Though life is strewn with what seem like incalculable unceasing insurmountable and impregnable legend events and personal experiences that cause us to feel like we are suffering, once into the farthest reaches of the canyon of the heart, life goes through a transformation, you undergo a mind-blowing transmogrification, resulting in cathartic redirection and growth at unplumbed levels, and such serpentine impediments disappear. There only two base emotions we live by, love and fear. Most people live their lives in fear when they should rather just be – yielding all control to the universe. The less you seek, the more you find out of life. In the Bible, applying a transcendent mystic metaphorical interpretation, as per Jesus – who came to earth to be a beacon of light, an example of forgiveness and love to humanity – who, like you, is inextricably of God, stated: “Enter ye in at the strait gate: … Because strait is the gate, and narrow is the way, which leadeth unto life, and few there be that find it.” (Matt. 7:13–14.) You enter the Kingdom of God through your heart; the quest of the shadow darkness, the inscrutable unfathomable inner-self. Bob Marley had it right, heaven is here on earth – it is within your heart. The road to light goes directly through the heart, eroding fear and anxiety, making way for pure love – thus living out the intended purpose of your life. Love is the way of light; the choice is yours.
Travel Blog: Click here.
Spiritual Blog: Click here.
Book: Unbreakable Mind. (Print, Kindle, Audio)
Doing The Dirty Dishes Podcast: Watch or listen to episodes and subscribe: Spotify, Apple Podcast, Buzzsprout. Also available on Google Podcast, iHeart, Tunein, Amazon Alexa and Stitcher.
Doing The Dirty Dishes YouTube channel – watch and subscribe.
Social Media links: Twitter, Instagram and Linkedin.
Travel Blog links: Covid-19 stranded in NYC JFK and Maine – also travel stories on Ireland, Spain, Sweden, Belgium, Iceland, Colombia (Espanol version), Amsterdam, Germany, New Hampshire, TN and NYC.
Personal Website link where you can also find my book, photos of my travels and updates on current projects.
Thank you for your love and support.
#steven quigley writer#steven quigley blogger#steven quigley#stevenquigleyauthor#stevenquigley#doingthedirtydishes.com#doingthedirtydishesspiritual#doingthedirtydishestravel#doingthedirtydishespodcast#doingthedirtydishes#unbreakable mind#unbreakable mind book#unbreakablemindbook#unbreakablemind
0 notes
Text
Feeling confused in life? Stop believing the baseless claims of social media charlatans and start looking within – becoming lost in order to be found: in thru the outdoor.
My father and I did not see eye to eye since I can remember. We had a strained relationship throughout most of his life, especially toward the tail-end as he lay dying of cancer. As my father was a fan of the “cheap seats,” I grew up listening to Harry Chapin. As a close and trusted friend whom my father highly respected, who both knew and understood my father and I thoroughly over a long period of time, said of him: “Sadly, he was a man who never did his ‘work’ in life.” And as Cats in the Cradle so presciently warns us, we are going to end up just like our parents – unless we each do our “work” in life, breaking free from our familiar past, the ancestral chains of yesteryear, thus reshaping our present and future.
The aforementioned statement begets the question, what does it mean for you to do your “work” in life? It starts with owning your stuff, dealing with your childhood trauma(s), your shadow side – learning not to project your deeper inadequacies and desires upon the screen of others. It means being filled with inner contentedness, feeling cozy when you are with yourself, being comfortable in your own skin, removing your mask, no longer riding your story horse. It is being aware of your purpose and meaning in life, and how you see yourself in relation to the world. It requires working through all the troubling and perplexing parts of your psyche, including the harm accrued, the result of past lives’ karmic balance.
There are no shortcuts or silver-bullet pills you can take to remedy this inherited dilemma. It is a part of being human, living out a delusion of grand virtual reality drama on a spinning hot rock through space, a spec in the cosmos; one of four billion possible identified (as of today) planets that can sustain life. Even the classic pessimist Schopenhauer could not find a philosophy to explain away this conundrum. As the altruistic maxim goes: Pay now or pay later, but you will pay someday. You cannot escape your fate, good and bad inclusive. It is all designed to make you stronger – prepare you for your future; and, in fact, planned out by you preceding the transmogrification of your soul into an earth being. Struggle and adversity, joy and happiness, are all inextricably intertwined, innate parts to the dance of duality of life.
Those who resist fate are dragged through this blink of a dreamlike existence we call life by the feet, screaming and kicking like a red-headed stepchild. Free-will is an illusion. All decisions we think of as freedom of the will are simply bifurcations of various possible branches of the tree of life. Regardless if we do think our thoughts or not – for who could really say where they come from, for, as clouds, they just appear, and disappear – in the end, all roads lead to the same destination (even if takes lifetimes): you become what you were always meant to be: your Venus de Milo. No matter what you think you are attracting or manifesting in your life, it is all happenstance – pre-planned and programmed to play out as your life. In spirit form, before you were born, in some planetary boardroom, you orchestrated it all.
Life is simple – the path is clear, it is humans who make a mess of it. We are in an epoch of the western hemisphere of the brain: the age of reason. But the quest of the heart, the way of the silent peaceful warrior is under way. With only fourteen inches separating the heart and the brain, so few can bridge the gap. We make the foolish mistake in thinking our intellect can get us out of the inevitable collision course of self and ego. It cannot. It can only be reconciled through a profound journey deep within the recesses of suffering and despair, the darkest corners of our psyche, where we are forced to experience the opposite, our karmic balance, thus allowing for compassion, understanding and ultimately, healing.
On social media you will find no lack of fast food drive-through gurus who are all but willing to sell you their canned and packaged regurgitated certificate of the month from the soup du jour institute of modern day snake-oil. Without really knowing anything significant or substantial about you, lacking all deep listening skills, having no idea of your past or present disposition, or the inherent qualities of your character, they quickly pitch you expeditious answers to all your problems in just three big breaths over a tropical cocktail at a local networking event. We only know what we know (or think we do), but these ass-clowns would try telling you the cut of beef, whilst they have their head up the cows ass – all the while living in an artificial perverted deluded Alice-in-LSD-Wonderland fantasy faux world. This self-promotion to “coach” is just their latest a la mode ‘quick money’ scheme. Stay tuned – more to come.
It is a classic example of the blind leading the blind – sheep to slaughter. This newly discovered gaggle of ‘I’m bored and unsuccessful in life and in need of a trendy hot job’ – without anything of real substantial value to offer you – whom have done nothing in life as yet that has earned them the right to chaperone others, continue hawking their unfounded claims online. Unless you have walked the road yourself, it is hard to advise others on how to navigate a complex ever-changing process. It is no different than a neophyte studying medicine and then thinking he is ready to teach surgery. Most too do not possess a professional background in any field, let alone psychology. Coaches “in the know,” do not say – and they certainly do not say so on social media. The ones with full calendars are not out whoring their services.
They will have you believing that you can manifest anything in life, which is just untrue. They are filled with promises they cannot deliver on, leaving unsuspecting victims to find themselves back at square one in a matter of months, or even weeks if the music stops too soon, causing Pandora’s nasty music box of misery to pop open yet once again. In many cases, they do more harm than good, no matter how many fuzzy-bunny feelings you felt during the process. Other than their prodigious over-the-moon promises, how to align yourself in three easy steps and make $20K per month, how you can skip karma in mere minutes, ways to eliminate trauma(s) in hours, how to manifest anything you desire in life in only days, and even how to masturbate yourself to happiness, they are useless quasi-pseudo-healer-buffoons. The only one laughing to the bank is the one alighting your wallet of your hard earned cash.
As I always tell people I meet that make inquiry into life coaching in any form, there is no need to pay someone for the knowledge, it is free. However, paying a qualified professional with all the necessary fundamental qualifications to guide you through the process, reveal your best inner-self and potential, can prove a prudent decision. All great innovators and leaders of industry understand the need for a coach to help them navigate such complicated processes, to assist in growth development. But paying the latest unemployed graduate of Trump University (with fees far north than their CV warrants), who flaunts being an international best-selling author, a result of intentionally pricing their book in electronic format at .99 cents on Amazon and running sales, is no different than flushing money down the toilet.
Hopefully you have escaped unscathed from the incessant onslaught of advances that this epic litter of heavenly indoctrinated Sloan Rangers, incredibly misguided berserk global titans of misinformation, self-appointed space-cadet captains of utmost misguidance, self-ordained celestial ministers of the halfwit circus, has deemed “hopium” of the masses. Though their cunning methods may be considered slick by the unsuspecting hoodwinked corner Susie Q, using reverse psychology in their posts to bait their prey into the booby trap – or only replying via private message, does not exactly scream professionalism or credibility to me. Ass-hat children’s eunuch ensemble aside, no matter how many times they try selling you a part of the Brooklyn Bridge, it might behoove you to first consider the conductor of the choir.
Until one otherwise discovers the “self” through intensely baffling and hellish self-enquiry, thus negating all other unanswered questions as wholly invalid, breaking through the veil of reality, the illusion of life, our lives are lived out through opposites, the result of viewing the world only in dualistic terms. At such point, no longer does good or bad, positive or negative matter, for they are one side of the same coin, the eternal infinite ying-yang balance of the universe continues its phantasmal dance on the stage of life. However, until wont time, if ever, such self-realization arrives, knowing only of the world and our shared lived experience through egoic means of consciousness, we exist between two extreme poles.
A person could not know happiness without first knowing sadness. We live in a world of comparisons: night and day, sun and moon, up and down, north and south, and so on, ad infinitum. We cannot know of one feeling or emotion unless we have also experienced and understood its polar opposite. Otherwise we would have no point of comparison to describe how we feel or what an experience genuinely means to us. Without said comparison, there is no memory formed. So therefore, no matter what some card carrying coach-of-the-month club member sells you, there is no bypass valve to acquiring the desired results. One cannot know light until they have first walked through the darkness of the valley of death.
Without having first experienced the utter despair and wicked self-realizations buried deep within the annals of the soul, one ultimately cannot walk in light. It is just not possible, though many a modern rib-tickling social media ding-dong putz will try convincing you of other. If they themselves first have not walked through the halls of Dante’s Inferno, they are incapable of helping you guide the tangled and convoluted passage. The path can only be walked by you; the quest to slay your inner dragons has no substitutes. It all starts in the heart; get out of your mind. The mind is shackled to the heart and the heart is tethered to the soul – in which the soul leads you to your ethereal subconscious being, God.
To break free from the confining fetters of self-imposed spiritual exile, to understand that life is but a dream and not to be taken too seriously, to unsaddle the constructed sawhorse of false securities we all ride, to come to the understanding that we have no control over life, that patience and gratitude are paramount, that we only get to know ourselves through others, and by helping others we are helping ourselves, we must exhaustively look within. All the answers you seek are waiting cavernously within you to be discovered. You are the universe as known through the conscious-self. Descartes’ famous statement, cogito, ergo sum, Latin, I think, therefore I am, is only true inversely: I am, therefore I think.
For it is only by tirelessly searching the vast troubled chasm within, plumbing the ever inimitable unique depths of our darkness, that we eventually can find light. That light is our subconscious, God. It can only be gifted to you by the grace of divine intervention – only once you are on your knees begging for God’s mercy. Once we have done our “work,” walked the path of darkness in order to become a glowing blaze of love, understanding and compassion unto others, life becomes fun again – our inner smile returns, we feel an immense sense of meaning and purpose. We get to sit back and, like a river, go with the flow of life. Thinking of the past or future are of no practical use to you – an unfruitful cerebral mind rape – an exercise in futility. And regardless of when thinking on either, you cannot escape being in the present.
There are no shortcuts, no Monopoly pass-go, or detours to the infliction of the ego – the conscious self. It is only through the inevitable path of darkness that the light of essence, God, deep within the soul, can be realized. It is an enduring painful process of self-discovery, a death of the self as we aptly imagine it, succumbing to the relenting bloody pulp of your knees, begging for the love (or relief) of God to free you from the ghastly and shocking throws of what seems like indeterminable ions of suffering, an epoch of sadness and desolation so low you didn’t know it existed, bringing out parts of you that are legend, scary and yet unspeakable, without sage mentors or wise elders with the obligatory requisite tools, education and structure needed to properly assess the best path moving forward, to achieve the desired outcome.
Until one has reached the level of an ascended master, the likes of Buddha, Jesus, Zoroaster, Krishna and Mohammed, attained self-enlightenment, actualization of the “self,” or Nirvana through Moksha, ceasing the endless cycles of Samsara, we sad souls are stuck hitchhiking a ride on this trivial, speeding through space, insignificant trifling, space-magma-jism-filled scorching hot miniscule pebble are left to our own means and faculties to make sense of the brain-twisting unknowable. Which, it should be duly noted, we as humans are utterly incapable of answering the monumental questions of life (such as existence) we all face as bemusing questions in our lives. Life is meant to be enjoyed; it is a simulation we project through our eyes on a screen as if it is our own reality – as witnessed through the “self,” who is the “I” behind the “I”, the one observing our ego – all along fully convinced it is actual existent matter.
We are born into pure angelic existence but lose sight of who we are as cosmic spiritual souls as we go through the [un]common experience of life. Our challenge is finding our way back to that omnipotent omnipresent light. The purpose of life is finding our purpose and then sharing it with others. This is only achieved a result of facing life’s challenges and obstacles head on, Doing The Dirty Dishes of life – one’s “work,” so as to incur growth, increasing our inner vibration of love and light. Love and happiness are processes to be lived, not inordinate things on a shelf one can purchase – so too is the quest inward. The esoteric path begins in your heart, taking you within the unfathomable reaches of your soul, into the cryptic abstruse abyss of your recondite essence, ending with you discovering you are the source of the universe. Best to ignore the Imbeciles Sans Frontieres – a blissful life patiently awaits your pre-scription.
Travel Blog: Click here.
Spiritual Blog: Click here.
Book: Unbreakable Mind. (Print, Kindle, Audio)
Doing The Dirty Dishes Podcast: Watch or listen to episodes and subscribe: Spotify, Apple Podcast, Buzzsprout. Also available on Google Podcast, iHeart, Tunein, Amazon Alexa and Stitcher.
Doing The Dirty Dishes YouTube channel – watch and subscribe.
Social Media links: Twitter, Instagram and Linkedin.
Travel Blog links: Covid-19 stranded in NYC JFK and Maine – also travel stories on Ireland, Spain, Sweden, Belgium, Iceland, Colombia (Espanol version), Amsterdam, Germany, New Hampshire, TN and NYC.
Personal Website link where you can also find my book, photos of my travels and updates on current projects.
Thank you for your love and support.
#steven quigley writer#steven quigley blogger#steven quigley#stevenquigleyauthor#stevenquigley#unbreakable mind#unbreakable mind book#unbreakablemindbook#unbreakablemind#doingthedirtydishes.com#doingthedirtydishesspiritual#doingthedirtydishestravel#doingthedirtydishespodcast#doingthedirtydishes
0 notes
Text
Struggling with finding happiness in life? Tune out to social media, skip the epitome of incomprehensible psycho-couch-babble and go spend time with a child.
For the last nine months of my life I have been staying in an AirBnB rental in the Maya Riviera of Mexico. It is a worthy setup most preferred and conducive to constantly meeting new and interesting people and personalities. Having a steady supply of fresh people from all over the world ensures there is never a time without someone to serve as a new teacher in my life. Life is a mirror, what we see in others we are ourselves. Sometimes that can be a prickly thorn of annoyance, a lesson on what we need to work on in ourselves, and at others a wondrous gift in disguise. As with living, it is our perspective that counts most.
There is no doubt you will get knocked down in life, of that you can be assured. The question rather is whether or not you decide to get back up. The rosy glasses through which we choose to view the world ultimately determines the outcome. At each crossroad we face this dilemma as ever present. Otherwise, life is outside of your control – don’t take the drama play too seriously. Like water in a river, learn to go with the flow. How we decide to react to our circumstances sets the path to either suffering or growth. Not many on my journey thus far have willingly chose agony, so there is still hope for those in want.
It is not common but every once and a while an adult is accompanied by a child here at our complex. One couple, she, Mexican, he, American, stayed here for a short period; only for the female to return later for another stay, but this time she was accompanied by her eight year-old daughter, Ivanka. She settled in as my neighbor and in due time we all became friends. The daughter was extremely timid and guarded at first, taking only but a few requisite princess and tea chat sessions and gifts of sweets to win her over. As her mother was often busy, Ivanka would have no choice but to roam about the courtyard.
Other than your own rug-rats or children of immediate family, whom you are too close to and also a part of their development, it is hard to see every child with “fresh” eyes. There are so many practical lessons missed as a result. How often do you intentionally go out of your way to spend time with adolescents, watching how they maneuver their instantaneous fabricated reality, observing their selfless actions and surprising reactions, conversing with them at their level about things that interest them, or simply being in awe and wonder at their inherent guiltless disposition on seeing the world as one massive funhouse?
Much time outside while having a refreshing tropical fruit juice, meditation or soaking up some sunrays was spent observing Ivanka at play. Without any electronics or applications to steal away her focused attention and stupefy her to the world and nature all about her, I was in utter amazement the creative ways she found to pass time and enjoy her odyssey of perusal. Nothing is off limits! Kids can give rise to their own worlds of boundless radiance as quickly as an adult worries about impending bills or any other pointless trivialities. Kids are busy conquering their latest dream milieu – and its innumerable iterations.
One evening, as her mom talked on the phone, she occupied herself at the public courtyard table where I was enjoying a cup of newly acquired chai tea shipped from India. She was carrying with her two small dye-cutout red castles, a tiny plastic princess figurine and a large stuffed pink hippo named Oscar. She was in her own little sphere; nothing could take her attention away as she transmogrified herself into the beautifully adorned princess and subsequent scenes played out for my viewing delight. The princess liked to hide inside the castles, when not lazily lounging atop the neck of her best friend for life, Oscar.
What a wonderful way to experience life, with not a worry in the world – gratitude for everything – as it is meant to be – as seen through the irreproachable guilt-free eyes of luminous God-like purity. As is with the perfect divine order of the universe, to kids all things in sight are enchantingly inter-connected, infinitely interchangeable: everything is faultlessly synchronistic, according to their juvenile eyes. As adults we lose the ability to perpetuate the allure and excitement, reverence for the wonderment of the omnipresent supernatural, the omnipotent attendance forever surrounding us on this spinning hot rock.
When the myriad priceless royal scenarios ran dry, off she went frolicking in the rain puddles from an earlier downpour. Nothing mattered to her at that time, succumbed by the instantaneous consciousness of excitement and untold astonishment that aimlessly splashing about in water can illicit – she was living unknowingly in the present. She was experiencing her life in the now, without a care for any distractive foreign stimuli. In sports psychology this is referred to as ‘being in the zone.’ Children do not need to practice mindfulness, it comes preternaturally. They can find untold joy in the tedious hum-drum of life.
Soon after my respite, it was time to head off to the corner market to get some sugary foodstuffs for the evening. I asked Ivanka if she wanted to join me. She finds immense happiness in helping assist others in need. I barely had finished my question and she was already bursting with fiery elation. She insisted on unlocking our front gate and opening the heavy metal door for me to exit safely in my wheelchair. Once at the store, she was unwavering about wanting something sweet. She wasted no time in finding the most decadent chocolate and nut ice cream bar in the store – while grinning an ear-to-ear smile to boot.
She was over the moon that her neighbor not only bought her small delights each day but that he also took her to the store and gave her full consideration of choice over which treat(s) she received. As she was always so well behaved, she was never in lack of favor. She was overflowing with gratitude the whole walk home; replete with absolute authentic gratefulness. We give to others in life to bring them a smile but also because it makes us happy, even releasing feel-good chemical hormones in our brain – a type of a ‘mental-gasm.’ The more you assist others in life, the better you feel. Give it a whirl sometime.
Some other days we would just chat about her day or homework or dreams of the future. It goes wholly without saying her biggest dream is to be a princess, living in an enchanting castle. In the middle of our conversations, as soon as something caught her attention, without haste or hesitation, hurriedly she would run off with a sparkle in her eye – most often to something small an adult would overlook – such as the blossom of a new flower, an unknown bug or an impending rain storm. Nothing is off limits to the imagination of children; mysterious and otherworldly creation is always at the forefront of contingency.
As adults we have lost our effervescent God-innocence, our admiration and fascination at everything our eyes see, the thrill of new smells and adventure of new tastes, the spectacular feeling of living in a world that truly is our playground – we have lost our ability to find pleasure in living life, in appreciating the small things, in not yearning for tomorrow – in our ability to live in the now. We are too busy living in the past (depression) and the future (anxiety). We have been trained like Pavlov’s dog, responding to the bell, under the choking societal confines and rules meant to keep you a caged and obedient robot.
Tat Tvam Asi – “thou art that” in Sanscrit – the relationship between the Absolute and the individual in Hinduism. You are me, and I am you – we are the same, one shared conscious – undefined indescribable mysterious energy: God. We are all in the same boat; when the water rises, all boats rise. Children live their lives God-like, only for the present moment, able to metamorphose no end of marvel and suspend judgment enough to find the divine touch in all things. Buddhists speak on the beginners mind, being a child that knows nothing, seeing the glory of God’s existence and creation enveloping us at all times.
Children are naturally aligned by love; they are born knowing no different. Children are a by-product of what they learn and mimic from parents and peers. Over time this view becomes adulterated with the stresses and responsibilities of living in a vessel – an ethereal body covered in a meat-draped costume, on a hot boulder of magma flying through space; in a life where happiness is incessantly chased but often eluded; in an era with more wealth and access to information in all of history, yet we do all we can to avoid from plumbing the intense chasmic ineradicable depths of our heart and soul to find our “self.”
The mind itself is incapable of answering the bigger esoteric questions of humanity – the riddles of the universe are unanswerable. Dr. Seus considered adults as “outdated children.” Life does not come with an open guide book. If it did, life would be boring: one would never face challenges or obstacles that impel him to find out who he is, essentially what he is made of, or his eventual primary purpose. Neither fruitless exoteric inquiry nor intellect is sufficient; it is only through probing inspection of the heart that one can attain inner peace, contentedness, happiness. Children, with minds still unmolded, innately live thru heart-conscious, spending everyday living by way of perpetual stimuli and emotions, not intellect.
For it is through the profound innocence of solipsism, being the center of the world, that allows for the exploration of the child by dint of interaction with their environment and others, concluding that he is not the world but a part of it – his own little person. Children have no natural inborn prejudices or set ideations of things, people and places – they are pure of heart. This allows them to see others through a prism of love, ultimately teaching them that the world is smiles and laughter. Over time this innocence of sight loses focus to living life and how we perceive it; the mundane daily responsibilities of adulthood.
We are indescribably complex spiritual beings of light, living out this flash of a lifetime in spirit school on earth. We are created in God’s image of pure light, an imperceptible invisible vibration of flawless love, but the farther we suppress the self through the busyness and stresses of everyday life, the multitude of contemptible vices, whether psychological, mental, social, chemical or other, at all times losing sight of the “I” behind the “I,” we corrupt our child’s mind – which is perfectly illustrated by Sri R. Maharshi’s instruction: “Just Be” – therefore inflating the egoic conscious, moreover reducing our supernal sub-conscious valve, and to a great extent constricting the consummate symbiosis, the indelible connection to the Absolute source, our higher-self, our not-self, our cosmic-conscious, our super-conscious, God.
The older we get the further removed we are from the feeling of being a child awestruck by our intense surroundings. We no longer see life as simple – we treat it too seriously. We forget that we are all actors in a play of cosmogenic proportions. As you move forward, forging an onerous course on the road less traveled, the eternal quest of illumination of the heart, consider once more being a kid again, finding your inner-child, discovering your inner-Christ, your inner-God-conscious. Finding the child within will evermore reignite your soul and help you find bewilderment in everything you see and experience in life. So what if people think you are strange – the enchanting star-filled possibilities are without limit.
It all starts with being a child. What are you waiting for? Go be a child again. Your Happy Meal awaits!
Travel Blog: Click here.
Spiritual Blog: Click here.
Book: Unbreakable Mind. (Print, Kindle, Audio)
Doing The Dirty Dishes Podcast: Watch or listen to episodes and subscribe: Spotify, Apple Podcast, Buzzsprout. Also available on Google Podcast, iHeart, Tunein, Amazon Alexa and Stitcher.
Doing The Dirty Dishes YouTube channel – watch and subscribe.
Social Media links: Twitter, Instagram and Linkedin.
Travel Blog links: Covid-19 stranded in NYC JFK and Maine – also travel stories on Ireland, Spain, Sweden, Belgium, Iceland, Colombia (Espanol version), Amsterdam, Germany, New Hampshire, TN and NYC.
Personal Website link where you can also find my book, photos of my travels and updates on current projects.
Thank you for your love and support.
#steven quigley writer#steven quigley blogger#steven quigley#stevenquigleyauthor#stevenquigley#unbreakable mind#unbreakable mind book#unbreakablemindbook#unbreakablemind#doingthedirtydishes.com#doingthedirtydishesspiritual#doingthedirtydishestravel#doingthedirtydishespodcast#doingthedirtydishes
0 notes
Text
My move to the Yucatan, Mexico: Getting lost in Playa del Carmen – A life thrown into turmoil; Finding my heart in Nicte-Ha.
To travel the world is to experience and write you own book of history. Otherwise you are just reading history written at the hands of the victors. But to truly understand oneself and the world also one must depart the pseudo harbor of safety and explore the intrepid open seas. It is only through others that we truly learn about ourselves; it is only through travel that we sincerely learn of the untold people and cultures of other countries. Opening my mind to the possibilities of travel allowed me to find my heart.
This chapter of my life started in Amsterdam, Holland and ended up spitting me out in Yucatan, Mexico. In the interim, it brought me on a head spinning whistle-stop trek from New York City to Maine to Miami to Nicaragua, back to Miami again, then finally off to Colombia. After being unable to find a suitable apartment for my needs in two different cities in Colombia, with funds dwindling, on the verge of giving up, along with some close friends and business partners, it was determined I would relocate to Mexico.
All the while, my journey was eclipsed by the Covid-19 international pandemic and crisis. At every turn there was a new challenge or hurdle to overcome – they were incessant, always lurking in the shadows. Seventeen of the last twenty-four months have been spent living out of hotels. Whilst almost becoming broke and homeless in a wheelchair twice, having my whole life packed into three suitcases only added insult to injury, pre-pending undue stress and anxiety to an already precarious globetrotting expedition.
Do not be mistaken, this has been a wander of the heart since the start. The impetus behind the mad adventure, the magic of the trail, quest of the soul, always surrounded finding the proper foreign filming location for my TV pilot – an adventure travel show with a twist of spirituality, aptly named: Wheels Up! Once leaving Europe to move home temporarily to Philadelphia, whilst giving my car and all my home items away to the inner-city homeless, before being denied re-entry to Europe twice, it has been a slog.
Once I finally had made it to Cartagena, I thought that was my final destination. After attempting to move there twice before in life, my third attempt I planned to live there two to five years. But after six months of innumerable obstacles, breaking my wallet and almost leaving me no bed to sleep in, our team gave up on the possibility of filming in Colombia. It was at this juncture that I went online in order to find a new city to relocate to in the Yucatan, Mexico. Through an ad on Craigslist I met Julio Cesar Chavez.
Cesar, as he liked to be addressed, was a very congenial person upon first introduction. Without wasting anyone’s time, immediately I informed him on my wheelchair and the necessary living requirements. Within a day he replied via text with a video, a video that showed a few areas of concern, that ended with him proposing where to build ramps for me. After umpteen apartment failures in Colombia, Cesar was an angel in disguise. And after losing all my money a week before my move, I knew it was a match.
At this point, it became evident that I was meant to be in Playa del Carmen – there are no mistakes in life. Since my time living in the Middle East I have always had a connection to the energy of the earth. It is much more fine-tuned in my current stage of life. Once I arrived in “Playa” the energy where I was living was immediately felt. As the same ethereally ‘at home’ comfortable feeling while living in Israel, Holland, Indonesia, Ireland and Colombia, Mexico was no different, genuinely l felt restfully at home.
Cesar owns an eight room apartment rental complex in an off-the-beaten-path quaint neighborhood, Nicte-Ha. It is a working class neighborhood most representative of how average Mexicans live day-to-day. There is one thing for certain when living in such a regional locale, without the chaotic mess of the ‘el Centro’ zone, you do not see many “gringos” AKA foreigners in the streets. It certainly makes for an authentic experience, one most representational of the bona fide ways in which actual Mexicans live.
In my first week while staying in the warm and cozy barrio of Nicte-Ha, I could feel her warm embrace. The people here are incredibly polite and always willing to lend a hand. A local neighborhood replete with rooster crows all hours of the day, where residents often sit in front of their homes or in the street late into the night, where it is not uncommon to hear music played loud – no matter the hour – it is a district whose streets are alive with constant action all day and evening. The energy is alive, palpable.
Nicte-Ha is a neighborhood where the old-school trade traditions of yesteryear still exist. No matter if you need your shoe, electronic or car repaired, it is as safe a bet as finding a corner street food stand. The delectable choices of local recipes sold by individuals on foot or bicycle trying to support their families are boundless: tacos (14 + different types); tamales; pizza; cakes and pies; ice cream; ice treats; fresh coconut water and pulp; fruits and fresh squeezed juices, and a multitude of other delicious treats.
On any given day you might see a pandemonium of tropical parrots or Chachalacas flying overhead, leaving yourself asking yourself Que Paso. There is a gorgeous beach, Esmeralda, within a ten minute walk. And, if you are up for the trek, ‘el Centro’ is a forty-five minute walk. When back home you can expect to be flooded with different shouts from the street by local sellers vending their wares, whether procured and resold, fresh mixed, prepared on cart, baked at home or random impulsive tasty foodstuff.
These hawkers depend on local sales to survive. Many live in homes nearby where the majority do not have doors, windows or flushing toilets. They each have their own distinct method to get your attention. The pizza-by-the-slice purveyor on a bike uses a car battery connected to a boom-box to blare out disco music, with voiceover as the menu. Another man goes through the streets, every other residence, in a very raspy hoarse voice, screaming of sweet bread for purchase. Each day over ten vendors would pass.
The complex was filled with affable guests from all over the world. Over time, I befriended one of my neighbors, Valentin, a burly hirsute Viking looking computer programmer from Montreal. He would later become the investor in my TV show. In two shakes of a lamb’s tail all eight units were booked. Many a night was spent outside sitting on the patio under the bright stars celebrating the wonder of life through profound conversation with new friends. One of the greatest benefits of travel is the people you meet.
Of the daily group there are always a few characters. George and Michele from Czech Republic were a daily source of meaningful conversation – as they travel the world trying to rid the oceans of endless plastic. Rocky, his preferred moniker, a seventy-two year old, extremely outgoing and energetic, filled with Midwest love and compassion, always at the ready for a witty remark or a good time, was a pisser. He was right out of a movie; as were many whose paths I crossed during my time in celebrated Nicte-Ha.
While living in close quarters with others over a long period of time it is without fail that some close relationships will result. Valentin was the first foreigner I met when I moved to Mexico. Eventually a friendship ensued. We would spend nights having local street-stand tacos and beers while talking about everything under the sun. At one point, my show became the topic of interest and, by the time the night had come to a close, Valentin decided he wanted to become the sole investor to produce my TV pilot.
As with any major life decision, I interjected that he should first take the proper amount of time in order find resolve with his decision. It was also recommended that he read a copy of my book, Unbreakable Mind, in order to better fully comprehend the totality of my story. Two weeks later he came to me one afternoon and told me he was 100% committed to the project. Unfortunately, without being forthright, he still had doubts deep in the back of his head. And though he tried to hide them, they were obvious.
Although his words said otherwise, and his questions were flashing red-flags of neon, he insisted he was ready to move forward. Within two weeks, in an infantile tantrum, he decided to pull the plug. The show was off. Not a few days passed before he realized his rash mistake and wanted back in on the deal. We reluctantly agreed to accept him a second time, with the fear that he would later find some other quack reason to kill the deal. We also worried that he might decide to have another shit fit once filming began.
Well, as anticipated, and as you might expect, in due time, Valentin withdrew from the project a second time. But by this time he had already made commitments to people for their time and service. Others ended up being affected, collateral damage so to speak, as a result of another unprocessed impulsive decision. After relentlessly chasing a dream all over the globe for almost two years, attempting to bring to fruition through all means, it was time to walk away. The universe’s message could not be clearer.
A wise elder friend and mentor once told me, “Steven, never tie a bow around it.” In life we have our agenda, but life has its own, as well. And guess whose wins? Never yours! We have no control over our lives; the power of fate conquers all. Life has a way of beating you down until you are on your raw knees begging for mercy from above. As part of your karmic balance, each has their own lessons to overcome in this life. If you do not yield and realize these lessons, the universe returns them with multiplied force.
Obviously I had not learnt the intended lesson: giving up control – living in the now – learning to be patient, waiting for the ‘grand illusion’ to reveal itself. In the interim, we are to continue learning about love and forgiveness, increasing our vibration. Earth is a spiritual school where only the bravest of souls decide to live as a human. What is our purpose here? Why are we here? Every day we each have the opportunity to grow from our experience on earth – every day our reaction and attitude are our choice.
Losing the deal was a gift in disguise. Truth be told, I have no real interest in being on TV, nor all that accompanies that lifestyle. Part of the lesson on giving up control was accepting that for one [unknown] reason or another, the universe had other plans for me than a TV show – at least at this period. What was the reason? That is part of the mystery of life: recognizing the infinite synchronicity and inextricable interconnectedness of the universe at play in every moment of our daily lives. It forever surrounds us.
But I am fine with waiting for the universe to reveal its plan. If we continue on and do not acknowledge the lesson, continuing to carry on without being aware of our true purpose, in which the universe is trying to make us aware, life can be a real drag, not worth living. Life is about facing the unknown, head-on. Travel by its very nature has a never-ending plethora of unknowns. And no different than living, travel causes you to have to face and overcome your fears, befalling tremendous growth for future use.
Travel closely parallels life, as it is an experiential process: one that must be kicked off or fully lived, respectively. No different than trying to figure out how to get to a difficult location in a wheelchair, the universe does not provide a net until action is taken. It is only when venturing out into the void of the great mystery, questing through the fathomless far reaches of the heart, voyaging into the unrevealed dimensions of uncharted territory – the collective unconscious – that you find your conscious not-self.
This journey has revealed its purpose: to accept life as it comes by living ‘in the now’ – and to maintain immense gratitude for the limitless love and support surrounding us always, without fail neither of duty nor of time. Life is a big mirror, a mere self-reflection; what we see in others we are ourselves. Travel, forcing you to shed your superficial titles and security blankets, the story horse of vulnerability that we all ride, opens the way to the road less traveled – the road to your heart, to your inner-being, to God.
Everything happens for a reason. I am where I am supposed to be at this moment of my life – Mexico.
Travel Blog: Click here.
Spiritual Blog: Click here.
Book: Unbreakable Mind. (Print, Kindle, Audio)
Doing The Dirty Dishes Podcast: Watch or listen to episodes and subscribe: Spotify, Apple Podcast, Buzzsprout. Also available on Google Podcast, iHeart, Tunein, Amazon Alexa and Stitcher.
Doing The Dirty Dishes YouTube channel – watch and subscribe.
Social Media links: Twitter, Instagram and Linkedin.
Travel Blog links: Covid-19 stranded in NYC JFK and Maine – also travel stories on Ireland, Spain, Sweden, Belgium, Iceland, Colombia (Espanol version), Amsterdam, Germany, New Hampshire, TN and NYC.
Personal Website link where you can also find my book, photos of my travels and updates on current projects.
Thank you for your love and support.
#steven quigley writer#steven quigley blogger#doingthedirtydishespodcast#steven quigley#stevenquigleyauthor#stevenquigley#doingthedirtydishes.com#doingthedirtydishesspiritual#doingthedirtydishestravel#doingthedirtydishes#unbreakable mind#unbreakable mind book#unbreakablemindbook#unbreakablemind
0 notes
Text
Losing his dreams in life in order to help others discover theirs; finding his heart and purpose in the process: The story of Chester Ruiz.
As kids we all have dreams of becoming something spectacular one day in the future. Some kids want to become a farmer, or policeman, while others want to be a fireman or astronaut. For Chester Ruiz it was clear: he wanted to become a professional boxer. As the windy road of life so happens, often we do not get what we want; rather we get what we need. This life lesson, our medicine, is not one that comes too easily. But for those who embrace their soul’s path, the inner quest of the heart, the result is happiness.
The journey of the heart is not one chosen easily by the majority. They are susceptible to finding their way down a path of boundless surprises when life does not go as expected. Once befallen, it is easier to stay down in the dirt than fight your way back to your feet, finding new meaning and purpose. It is not the successes that define us in life; it is the struggles and obstacles that we had to overcome in the process. To each person the process takes on its own relative meaning. Chester Ruiz is no exception.
At fifty-two years of age, Chester has every reason to be sour on life. Growing up in Loma de Mico, a poor barrio of Grenada, Nicaragua, with dirt floors and no running water, with little chance of success being handed to him, he had to fight his way to where he currently is in life. In a house with eight males and two females, impoverished by the conditions of the life of his family, every extra bread crumb or piece of rice was fought over. Little did he know what his upbringing would mean for his future.
As a child, Chester always had a love of boxing. Henry, his older brother, was a boxer as long as he could remember. Henry went on to become a professional boxer, achieving 8thin world ranking (accruing a Pro-Champ of Latin America along the way), but by the time Chester got serious about the sport at age thirteen, his brother had already retired. Henry, a teacher of children by profession, went on to create an amateur boxing program for poor kids in the neighborhood. Henry was a huge inspiration on Chester.
In his first fight at age thirteen he was knocked out cold. He went on to win his next four fights. It was clear in his mind: he wanted to be World Champion. But did Chester have what it takes to get there? He eventually went on to fight his way to six national tournaments. Five of the six he won, taking home four bronze and one silver medal. After one fight with Camilo Ortega in Managua in which he won a gold medal he was forced to join the Nicaraguan Army. But this was good news for his boxing future.
All the best boxers were in the Army. He fought with Rosendo Alvaraez who went on to become World Champion. By all means, Chester was well on his way to living out his dream. We have our agenda in life but life has its own; the latter plan always getting its way. All roads lead to the same destination, however. On a trip home to visit family Chester was involved in a bad accident. He fell from a moving truck onto his elbow, resulting in the end of his boxing dreams of a world title. He retired at age twenty.
Not much time passed before Chester was back in the ring, this time in the capacity of his elder brother Henry: teaching children in the barrio. He started his coaching at the La Iguana Verde School of Boxing, a well-known and respected program in Nicaragua. At this school he quickly found himself in the presence of hungry boxers who wanted to become the best. He trained Victor Mayorga, who went on to become World Champion. Sadly though, Victor never returned much to the community in the way of gratitude.
Chester was married at age twenty-two. His wife, Melania, was twenty-four years old. Soon they would start a family. Little did he know that is life was about to experience more twists and turns, taking away all that he loved, including his family. His brothers were all gifted musicians and they spent time together singing and playing music. They thought he was good, that he had what it takes to succeed in such a highly competitive field. One brother encouraged him to take up music, to become a singer.
His up-and-coming band, Combo 76, found almost immediate success with the public. They were often invited to national festivals, sometimes winning awards for popularity. They once sang at Centro Recreativo, with seating for 1000 persons. Eventually their fame and popularity catapulted them onto a national TV program in 1992. At this point Chester was playing the part of the successful singer during the day but was an abusive drinker in the night. It was starting to affect how he sang and lived.
It is only a matter of time before our shadow side rears its ugly head. Chester’s reality was getting worse by the day. It was common for him to have all day and night drinking binges. It was not uncommon for Chester to wake up in the street, fully clothed, bruised and battered, at sunrise, after a long night’s bender. After our truth is revealed we have a choice: we can either choose to stop or continue on. Chester continued down the path of heavy drinking, effectively killing his music career by age thirty-five.
Chester was now at rock bottom in life. He had relentlessly pursued two huge opportunities to get himself and his family out of the ghetto in order to create a normal life for them – both had failed. And, even more so, on a deep inmost level, Chester felt like a let-down to himself and his family, a real failure at life. To add salt to the wound, two years earlier when his daughter with Down syndrome was born, he made a promise to God that he would stop drinking. But he did not. And now his life was in shambles.
No more were his nights filled with fall-down drinking escapades, Chester, now determined to beat his demon and get his life back in order, was on a mission. One night his bigger brother took him to an Alcoholics Anonymous meeting; since then his life has been changed for the better. On September 15th, 2009, he took his last drink, thus altering his ensuing path in life. He continued singing on weekends in order to keep his love and passion for music and people alive. He decided to start teaching boxing again.
Now a part of the Alexis Aguello boxing program, he was back in the streets teaching kids from his heart anew. Chester knew that this was what made him happy in life, that his true calling is helping children become a part of something bigger than them, to find a way out of the daily trouble on the streets and hopefully one day poverty. The kids find tremendous motivation and resolve by being involved in a sport of such agile skill and rugged determination, where training and hard work pay results – same as life.
The kids in his program come from severe poverty, and as with Chester, all growing up without running water and electricity. They all arrive already with checkered backgrounds; were if not for the program they would end up roaming the streets inevitably getting into trouble or worse, most likely killed. They come from the neighborhoods called “Red Areas” – streets the average Nicaraguan would not dare walk down. These barrios are controlled by drug gangs; with drugs being supplied openly by the police.
In life one never knows where they will meet a Chester. We met because each morning a bike would arrive at my housing unit in Granada – it was Chester coming to work as a security guard. Over time we became friends, eventually leading me to know about his family, life and background. His is a story not unlike any other human who has a dream as a child, or as an adult. He went after his dreams twice in life and both ended in utter failure. But Chester is a boxer, one who would not be counted out of the fight.
Life does not always go as we wish; never tie a bow around it. You can never know if the gift will ever arrive – so lose your expectations. The universe always finds a way send us messages as to our true purpose in life. The further we push away from our sole objective here on earth the harder the universe pushes back. When they are not heeded the universe increases the frequency and severity of the message(s). Until the message is clearly understood, it will keep persisting in innumerable forms.
Like boxers, we all get knocked down in life from time to time. There is a guarantee at some time in your life you will face such a juncture. There is no shame in getting knocked down in life but there is shame in deciding not to get back up again. Chester was knocked more times than any boxer would care to openly admit, but each time it happened he quickly found the seed of positivity, sowing renewed hope for his family’s future – placing him on a new course in life, a path to profound inner contentedness, happiness.
It was in being stubbornly human, striving for his dreams of being a boxer and then a professional singer, having lost each because of excessive abuse of alcohol, and after endless barriers and battles, bringing him to his lowest point psychologically, that allowed Chester to find his true path in life: helping children. One can never know greatness if one never tries. But one also cannot ever taste or know inner happiness if one does not look deep within, choosing the intense quest of darkness in order to find light.
It was this dark and difficult path, the road less traveled, finally beating his fight with alcohol (his hardest opponent) – keeping his promise to his daughter and family, and finding his way back to coaching boxing to children afresh, whilst over a long period of time losing two dreams due to severe addiction, that led Chester to do the extreme grueling inner-work of self, his soul, life, that is required to make happiness an everyday part of one’s life. All the answers to your questions lie within the ring of life – ding, ding!
Chester is a volunteer and receives very little help with expenses for his boxing program. To make a donation, please contact him here.
Travel Blog: Click here.
Spiritual Blog: Click here.
Book: Unbreakable Mind. (Print, Kindle, Audio)
Doing The Dirty Dishes Podcast: Watch or listen to episodes and subscribe: Spotify, Apple Podcast, Buzzsprout. Also available on Google Podcast, iHeart, Tunein, Amazon Alexa and Stitcher.
Doing The Dirty Dishes YouTube channel – watch and subscribe.
Social Media links: Twitter, Instagram and Linkedin.
Travel Blog links: Covid-19 stranded in NYC JFK and Maine – also travel stories on Ireland, Spain, Sweden, Belgium, Iceland, Colombia (Espanol version), Amsterdam, Germany, New Hampshire, TN and NYC.
Personal Website link where you can also find my book, photos of my travels and updates on current projects.
Thank you for your love and support.
#steven quigley writer#steven quigley blogger#steven quigley#stevenquigleyauthor#stevenquigley#doingthedirtydishes.com#doingthedirtydishesspiritual#doingthedirtydishestravel#doingthedirtydishespodcast#doingthedirtydishes#unbreakable mind#unbreakable mind book#unbreakablemindbook#unbreakablemind
0 notes
Text
Living out a dream during the Covid-19 pandemic: Becoming poor and homeless in Colombia in a wheelchair.
In man’s search for meaning in life, a never-ending process of trials and tribulations, all without logical reason or rational explanation, whilst most live in the mind instead of in the heart, often it is a confusing mess, sometimes disastrous – where experience and growth trump all else, but one where happiness, a byproduct of the process, is the intended goal – with all of life’s lessons serving a greater purpose. The question of how to achieve this endmost goal through the phenomenal mystery of life begets humanity.
Society has replaced the hero’s journey, the person who faces his demons head-on, inevitably navigating through the labyrinth of darkness to find light, with stars in tabloid news, resulting in worship of the rich and famous. Modern society has never been as plentiful in wealth and choices as any time in history, yet we are more unhappy and unfulfilled as ever. Why? We have been taught that he with the biggest house, most impressive title and amount of toys wins. However, the answers lie within, not without.
Over twenty years ago, after leaving a successful career in corporate America, I decided to embark on an odyssey, the inner quest – replete with immense meaning and ambitious purpose – and so I looked into my heart and decided to follow where it directed me. It took me all over the world, from London to Tel Aviv to Hong Kong to Buenos Aires, all the while filling my soul with lessons that would in time mold me into who I was meant to be – the meaning of why I was on this magma filled rock hurling through space.
All that invaluable world experience gave me a unique perspective in which to give back to the world one day – but yet to no avail. At the age of thirty-seven I figured I had a few answers, the sum total of all those parts of my journey up till that point. It was not until a life changing event occurred, after waking up in a hospital trauma center with a priest by my side, that I knew I had no genuine answers, that a more imaginative approach had to be found – all so that I may heal and find light, love and happiness.
After a night out in Philadelphia celebrating the success of a new business venture, I awoke a full quadriplegic. Waking up paralyzed from your neck down is one way to gain new perspective in life, but not one I would recommend. Over the next ten years, with grueling physical therapy and countless insurmountable obstacles, by peering into my heart, making others the focus of my healing, writing a book and creating two blogs, mentoring and helping others in limitless ways, I found resolve, healing.
It was those years of never-ending hardship and healing that led me to my real purpose in life: to guide others on their journey, to help others in finding light through their darkness. Or, simply put: to assist others dismount their story horse, to look into their heart to discover their truth – which is exactly what eventually led to me to Colombia. It is a project that encompasses all the infinite lessons and experience of my life, fully preparing me for this new venture, specifically suited to someone with my detailed past.
Following a talk with an old college roommate, an idea being kicked around for two years, finally took form: a TV show to assist the masses. Steven Quigley Wheels Up was born. A spiritual travel show where I traverse the world conversing with others about their daily struggles, their desire to find new meaning and purpose in life, what led to their breakthrough, and the results – serving as a psychological mirror for the viewers at home. Soon after hearing my story a director and producer signed onto the project.
Life is a best learned through our peers – what we see in others we see in ourselves. It is only by hearing their stories and truth that we fully come to understand how to overcome our own battles. By learning that we all share the same life experiences, no matter the culture or country, we can relate to ourselves and one another in deeper ways. Through a travel show steeped in psychology we hope to utilize others’ examples in order to assist the viewers in their own personal journey for inner healing and happiness.
In May of 2020, expecting to move to Amsterdam to film the TV pilot, with the impetus of an international pandemic underway, thinking there was no reason to store my belongings, I decided to give them all away to the poor and homeless. Soon after in June, I left to NYC to see friends before flying to Europe. Little did I know what my future held and what my recent actions would mean to my life in due time. My profound journey into the heart to live out a dream project would be severely tested.
After being denied entry to board my plane at an empty Newark, NJ airport, resolute on making it to Europe, I moved into a hotel in Queens, NYC in order to await new entry rules into Europe. After three weeks at an expensive airport hotel, with funds dwindling while awaiting an update, I purchased a new ticket to Europe; once again I was unable to board the flight. That is when a good friend from Maine decided one morning to drive down to NYC to jettison me to Portland until the storm passed over.
Unable to find a suitable place to live, and after nine months living in a hotel in Maine – with nowhere in the world to move, as international travel was all but closed due to Covid-19 restrictions – eventually it appeared some countries would soon open. During this period I settled in to experience my first “Maine winter” while exploring moving to twelve different countries, but all were closed. The next part of my journey would bring me to Miami, Nicaragua, Costa Rica, back to Miami, and then finally to Colombia.
Tests completed, flight reserved, it was time to find a place to live in Cartagena. A good friend from Bogota, with local connections through family and friends, was determined to help me secure a new home in my adopted country. Prior to my arrival in Colombia, over six weeks many people helped me to find the right living match. With a stroke of luck, ten days before my departure, with thirty units already disqualified, she secured me a flat in the one of the hottest neighborhoods in Cartagena, Boca Grande.
Once landing in Cartagena and checking into a hotel for two weeks, while the lady we negotiated a deal with was away in Miami getting her vaccination, I relaxed and waited to sign the final contract. But soon that all changed as it became clear she was untrustworthy. From Bogota, of the newly minted nouveau riche class in Colombia, a result of recent expansive economic growth, she had zero commitment to a schedule or to her word. She paid almost no regard or respect to her renters, especially those in need.
Little did I realize how prescient a harbinger she would serve when attempting any successful real estate transactions in Colombia. Her behavior was egregious; her example did not set the bar too high. At this point, with no contract or apartment to rent on the horizon, I extended my stay at the hotel for another two weeks. With unexpected costs adding up (again), friends immediately went back to the drawing board, this time expanding their search to include other neighborhoods and possible living options.
One natural impediment to wheelchairs in South America kept repeating itself – small doorway widths. The main entrances are wide enough, as are many other doorways in homes, but bathroom doorways here are notoriously small, depriving access to the toilet and shower. Otherwise, when contractors are not cutting costs or because they are older buildings, limited consideration is paid to accessibility. Until recently many developing countries had no laws on the books requiring building codes for accessibility.
Two days before my hotel reservation was to expire it looked like as if we had found the perfect location, building and apartment. It was in the neighborhood I wished to live, with restaurants, shops, cafes, supermarkets and a pharmacy all within close distance. It also had a steep ramp, albeit suicidal – requiring assistance, and two balconies, including one with a view of the ocean and the other with a nice vista of the bay. Once all measurements were verified, I scheduled an appointment to meet the realtor.
The next day the realtor came to the hotel to take receipt of my deposit. All was set, I would move there in 48 hours. A good friend from Venezuela volunteered to help me with the move. Friday arrived and early that morning we got into two taxis with luggage in tow and drove to the building. Two hours later all my belongings were on the ninth floor, awaiting the contract and final payment. As soon I got things settled I headed to the back balcony. That is when I realized the bathroom entrance looked a bit tight.
Immediately I tried entering the bathroom and was unable to enter. The manager soon arrived and attempted to increase the doorway width. Now just barely able to squeeze into the bathroom, I was unable to access the shower. The manager’s response was for me to use a plastic bucket to shower on the balcony. Unwilling in the face of evidence on text between the realtor and my friend, with agreed measurements, he refused to refund my money. He placed the key on the kitchen table and departed.
Wow – what a precarious situation: to either live in an apartment where I could barely access the toilet, and certainly not the shower, or face becoming a vagrant on the streets of Cartagena in a wheelchair. To return to the hotel would have caused me to incur paying the highest daily rate. It was decided my friend and I would spend the night there and figure it out in the morning. Morning arrived and I was able to get a good daily price again at the hotel. Later I reported the transaction as fraud and was refunded.
Back at the hotel for a third extension the staff was beginning to think I may end up living there. Shortly after it was decided I would leave Colombia, returning to Europe. Holland recently opened their borders again to American travelers – and within two hours I had a reservation on KLM to Amsterdam. It was then that a good friend from another more relaxed city further up the Caribbean coast convinced me to give her country a second chance. Five days later I arrived at my new home: Barranquilla AKA Qiami.
Once there, after checking into another hotel, I immediately began looking for a new apartment. An exhaustive search resulted in no other possible options, until a friend at the hotel told me of a unit for rent in the private residences on the top floors of my building. That evening I met the owner, and after three hours of talking we came to a rental agreement. I was in heaven – a dream come true. Until the day before I was supposed to move in, a text arrived from the owner cancelling the deal at the 11th hour.
This meant I had to extend my stay in yet another hotel for an extended period of time, at full cost. It did not take long for the bill to add up to over two thousand USD, leaving me in a tough position continually paying such excessive living expenses. It was only a matter of ten days before I would be totally out of money. Until this point it was expected my monthly rent would only be a third of my hotel cost, but that was not my reality. My reality was I was about to be broke and on the streets in a second world country.
After careful consideration and conversing with close friends, it was decided I had to swallow my pride and ask others for assistance through public online donations. Otherwise, in the near future, I would have ended up living in the barrios in Colombia in a wheelchair. Since this had happened to me already twice in my life, first after my accident when I lost everything, and second when I could not enter Europe, I could not think of a less desirable place for such an event. A serious crisis was in the making.
A fundraiser was started and within a few weeks friends, through endless love and support, stepped up with legions of contributions. The support I received from the Hilton where I was staying was a Godsend. Christine, the manager, then Paola, the acting manager while Christine was on a leave of absence, along all with all the staff they supervise, were spectacular – both were essential in helping allow me to find a way to remain at my newfound home in Barranquilla. They allowed me to live on credit while I got it all figured out, whilst reducing my daily rate to a livable monthly fee – a true blessing from the heavens.
As life is one big mystical journey filled with otherwise impregnable hurdles, I am grateful for all the aforementioned – amalgamating me into who I am today. It is all a part of the magic of the spiritual trail. However difficult seeing a path forward, I had to remember it would all work out fine in the end. Iron sharpens iron. And although unknown at that time, as nothing worthy in life comes without sacrifice, I had to remind myself that it is all for a greater purpose to benefit myself and others in the near future.
When I set out on my quest to delve deep into the unplumbed frightening expanses of my heart, I had no idea where it would lead me. It has led me all over the world; and eventually to the vision of creating a TV show to help others find healing in life. There were inexhaustible barriers all along the way to derail me from my intention. Certainly I look forward to the day I can look back on all this with a smile. In the interim, I continue to follow the path of my heart, the hero’s journey, the fated work of life, my dream.
Travel Blog: Click here.
Spiritual Blog: Click here.
Book: Unbreakable Mind. (Print, Kindle, Audio)
Doing The Dirty Dishes Podcast: Watch or listen to episodes and subscribe: Spotify, Apple Podcast, Buzzsprout. Also available on Google Podcast, iHeart, Tunein, Amazon Alexa and Stitcher.
Doing The Dirty Dishes YouTube channel – watch and subscribe.
Social Media links: Twitter, Instagram and Linkedin.
Travel Blog links: Covid-19 stranded in NYC JFK and Maine – also travel stories on Ireland, Spain, Sweden, Belgium, Iceland, Colombia (Espanol version), Amsterdam, Germany, New Hampshire, TN and NYC.
Personal Website link where you can also find my book, photos of my travels and updates on current projects.
Thank you for your love and support.
#steven quigley writer#steven quigley blogger#steven quigley#stevenquigleyauthor#stevenquigley#unbreakable mind#unbreakable mind book#unbreakablemindbook#unbreakablemind#doingthedirtydishes.com#doingthedirtydishesspiritual#doingthedirtydishestravel#doingthedirtydishespodcast#doingthedirtydishes
0 notes
Text
The greatest gift I ever received: Beaten, left for dead: Found under an inner-city train.
All throughout history humans have lived, laughed and learned through narrative and story. As I speak of my accident for the first time publicly, one parable especially comes to mind, speaking volumes: Sower and the seed. The point of the story is not the sower or even the seed. It is the soil that we need be most concerned. Without proper conditions (self-nutrients) present in the soil, the seed (you) will not thrive and grow, thus deteriorating into decline, meeting its death.
As it is with human trauma, without the proper nutrients of love, care, compassion, profound self-understanding and forgiveness, one cannot hope to recover or heal their self. Just as the fate of the seed is determined by what soil it falls, so too does your recovery. If it falls on rocky ground, it will not receive proper nourishment and cease living. If placed within the right conditions, it will flourish and grow into a healthy human, delivering light to a world in such dire need.
Just in from the competitive city winter winds, I sat down to relax, take a breather. Life was good, or at least so I thought. I had recently founded a financial company in Philadelphia with a silent partner. And it was growing quickly beyond our means. We could not locate office space or hire employees fast enough to accommodate our rapid expansive growth; sales were breaking new records each month. The 2008 financial crisis was in full swing and we were well positioned to assist homeowners in trouble, those in need of loss mitigation or negotiation.
It was Christmas season and so I decided to take one of my employees, a Peruvian Spanish translator, out for a thank you meal. We had a splendid dinner at an Irish pub, replete with Guinness and Irish fiddle. Shortly thereafter, an old friend phoned me to join her and visiting friends at her favorite corner watering hole for holiday cheer and to celebrate my newly found entrepreneurial success at a different neighborhood in the city, a short distance away. I was due back in New Jersey to meet an old friend, Dominic. That meeting would never take place.
Having had my fair share of holiday beverages, I decided it was safer to be driven home. I was feeling quite good; it was a time of revelry. Business was booming and it was celebration time. My motto in life was always let the good times roll: Carpe Diem, even if pot-valor. Safety was not always at the front of the list. At eleven-forty or so in the evening, the night ended and we exited to the street to hail a taxi – unaware the fate that awaited me only moments away.
After sitting in the backseat of the taxi, exchanging pleasantries with old and new found friends alike, and telling the driver to take me to New Jersey, life as I knew it would forever be altered. Something terribly wrong occurred at this time. Five hours later I would awaken on a gurney, in a cold dark hallway, with a priest at my side. Father, I stated, in desperation, “Am I dead – am I in a morgue?” “No, my son, you have been in a tragic accident,” he said. Those words are forever indelibly etched into my memory.
Nothing could have prepared me for that moment. It was the first time in my life when I knew I was all alone (or, at least I thought); there was no phone call to be made, no one person that could help resolve this emergency. After ten seconds of pity, while lying there with the priest at my side, unable to feel my body below my neck, a small voice came to me and said: “Yes, Steven, it is bad. You have been in a very tragic accident. It will be difficult, it will be almost insurmountable, but, [with my guidance] you will be ok. You will walk again and go on to help others in great ways.” Immediately the pain subsided, a feeling of peace and calm unfolded, leaving me in trance state, a deep peace of mind.
From that moment I never looked back, never had pity for myself or situation again. I was determined to overcome this devastating tragedy with a fortitude I have to this day, without a clue from where it came.
Immediately, my attention turned to being positive, determined that this would not beat me, that I would walk again. The priest continued on with his prescribed religious rant but I asked rather that he focus on the solution. He was not happy with that request and ran off, never to return. Could I survive this trauma? Would I get see my friends and family again? There were so many unknowns – it was mentally devastating as these concerns raced through my mind.
However, not wallowing in self-pity, it was hard not to be overcome with emotion. Would my business survive; who would now run my company; would I ever be able to have sex again – marriage or babies; would my legs repair themselves– would I ever camp or hike in the woods again; how would my bills get paid – would there be enough money? I would not realize it as this time, but the accident would turn out to be my biggest gift of my life: a second chance.
Thought most of my memory from the time I stepped into the taxi until I woke up in the Jefferson Health trauma center was erased – a result of activation of the fight-or-flight reptilian response of the brain. As a psychological built-in defense mechanism of the body, the part of the brain that involves memory is often shut off in a trauma. But, through proper investigation, and the help of a prestigious city law firm, additional information on events that occurred that fateful night came to light.
Upon investigation, it was determined I was a ghost, unseen on any camera for an eight block surrounding area. My taxi was just off view from the restaurant cameras. I stepped out of the recorded area by only a few feet but it was enough to obscure which taxi I got into. Somehow I ended up about four blocks away, beaten and left for dead in a city alleyway. We know this due to cellular records and triangulation. Two phone calls were made to two close friends for help. No one answered. It was 03:30 at this time – quite late to answer a call from a wild friend.
Upon entry to the trauma center, as doctors and surgeons conferred for what seemed like years, eventually a consensus was reached. Apparently I was struck with a large, long heavy object; most likely metal. They determined this by the width and length of the strike welt marks on my back, in three places. The strikes inflicted on me were intended to kill. The 45 angle blow to my neck caused six vertebrae to explode like hot popcorn kernels, causing bones to touch my spinal cord, resulting in quadriplegia: paralysis in all four limbs. But trauma can cause the body to react in unimaginable ways in order to survive, or find safety.
There is some small memory of me waking up in the alley late that night but it is hard to say what is real and what is imagined – what parts the brain is filling in to make sense of or to complete a narrative, unclear as to where the story left off and the surreal dream I awoke to began. However, I do remember being on all fours, in severe pain, fully aware I was in deep trouble, realizing I was experiencing a serious trauma – that shit had hit the fan. It is unclear how I made it to the train station, whether by crawling or walking with adrenaline. A body under severe trauma, induced with adrenaline, can do accomplish extraordinary feats.
Forty minutes later I appeared on close circuit cameras entering the train station. I remember in all the malaise, as if stamped into me as a soldier: find a way to safety. Of course through retrospect, after knowing what I know now, trying best to remove any bias, that would only make sense to get back to a place of safety, my home – via the train. In my confused state of being I figured I could get home, sleep, and then seek medical care. I was gravely mistaken.
Most of my time at the train station was a blur, as are most memories from that night. Unclear how I arrived to the station but once there, I do recollect some actions but mostly only thinking I must get home, I must get home. After a short while, the adrenaline wore off and the pain set in – pain that no words can fully encompass. It felt as if a torch had been lit at the bottom of my spine. To say that it felt as if I had been electrocuted by high-tension wires with untold inexhaustible fire inside my lungs would be an understatement.
For the last nine years I have thought about what could have lead up this trauma. There are three possibilities I and others close to me have considered: 1. there was an argument with the taxi driver that lead to a physical altercation in the streets; 2. an argument with the taxi driver ensued, resulting in me exiting the taxi and then meeting my fate in the rough city back alley; or 3. I exited the taxi without paying, walking off, he pursued me and hit me from me behind, then dragged me down an alley to finish off the job. I believe it could be the first but I am unsure.
I could immediately feel pain throughout every part of my body, causing bouts of blurred vision and physical blackouts. After what seemed like a year, a train finally arrived to the station, and someone was trying to help me, but I was in too much pain. As I was rocking by body back and forth in the platform chair, a result of reeling pain, suddenly the adrenaline wore off. After a few minutes, I stood up to look down the tracks for any incoming train. Not stepping past the safety bumps at platform’s edge, with no train in sight I leaned back up against a support pillar – and then, like a tree in the forest, I fell seven feet below onto the tracks. We know these details to be accurate as witnessed on various train station security camera recordings.
I do remember feeling a hard thud against my body. Not realizing where I was or the true imminent danger that lay before me, I was unaware the life altering changes about to drastically unfold. Without total recall of the event, I do however remember looking down the tracks and seeing headlights coming straight at me. The train I was waiting for would arrive 2 minutes and 17 seconds later. At that moment, I felt a gust of wind, my body rolling – then, all went black.
There I lay, in direct collision with a moving train. And it was the express, to boot. The train would not stop for me; it hadn’t sufficient time. The driver later swore he ran over a boy. Left for dead until the third rail electricity was turned off, waiting for the city coroner to arrive with a body bag, a group of fire, police and medics stood, chatting and drinking coffee. Late it came to light, after twenty minutes or so, a policeman who had just returned from war, figured he had seen much worse on the battlefields of Afghanistan and would see if by some chance I had survived.
He jumped down onto the track area, pulling himself under the train cars by sheer arm and hand strength, until he came to my body. Locating my arm, he felt a pulse, and called for me to be boarded my medics. I later heard that a cheer went up from the bystanders observing the scene when they heard the news come across the radio that I may have survived. More than one spray of coffee must have hit the wall of the station when that update was heard. The train engineer had already been taken for psychological evaluation. He later found out through a policeman friend that I had survived.
Thank goodness one of the best trauma centers on the East Coast was only a four city-block free-ride away. Within minutes they had me on a stretcher and in the back of the ambulance. I do recall briefly being in one, sirens wailing – but unsure really if it was a dream or real. My mother told me I spoke of the emergency ride while in the trauma unit. Many things said at the time of a trauma are only to be forgotten later, a by-product of morphine and other drugs, plus the leftover effects of a full night of partying.
The doctors and all supporting medical staff at Jefferson Health were a godsend, making my stay there as comfortable and accommodating as possible. My time in the ICU, where I would spend Christmas, was brightened by one of my four full-time nurses, Mark, a musician who one evening entered my room playing Christmas carols on his violin. I cried. My team of doctors, five in total, seemed concerned for my care as if one of their own children – it was heartfelt, and made all the difference while spending your holidays all alone in an ICU unit.
As fate would have it, my surgeon was not only a world class doctor but also a gentleman of pragmatic healing, forever interested in what new crazy treatments I was considering or using to recover – so he could then share for the mutual benefit of other patients within his care. It was his level of compassion and concern for the well-being and recovery of his patients that help keep my inner fire lit. 90% of recovery and healing in psychological; and he absolutely was critical in that process by not giving me %s or probabilities of walking, or any level of recovery, resulting in never making it to the finish line before ever having had a chance to start the race.
After my extended stay at Jefferson I was farmed out to a nursing home for six weeks so my bones could heal; required in order to gain entry into a rehabilitation hospital. After healing my bones enough to place fifty-percent weight on each leg, multiple physical tests and an in-person interview, I was accepted into and transferred to Magee Rehabilitation Hospital in Philadelphia. A top institution when it comes to brain and spinal cord injuries, of which I am hugely grateful.
Now a part of the same hospital system, Jefferson Health, but at the time the only independent hospital left in the country, Magee is one of the top rehab hospitals in the country. Their motto: The road back begins here. My team there certainly provided me the right conditions to do so. My head therapist, Elizabeth Watson DPT, was the lynchpin; bridging my off-the-wall healing methodologies, such as cold-laser treatment and other cutting-edge electromagnetic type treatments, with her education and experience helping others recover and heal. Carol Owens, the manager, deserves a medal of honor for putting up with my irascible personality.
My recovery and any true healing, I was aware, would only occur if the right conditions were present. As with the seed and the soil – if the soil is not properly nourished and watered, the seed would die, regardless. A close friend, Danny, a MD, visited me while in the hospital and told me: “Steven, I know this might sound strange but you need to learn to love yourself again, kind of like making love to your mind and body.” Yes, it sounded very strange to me but deep inside it resonated with my soul, my higher-inner-self. He clearly understood my confusion.
Prior to the accident, saying I was capable of understanding or providing self-love through compassion and forgiveness for myself, would be the moral equivalent of betting it all on the shortest guy on your basketball team to dunk – simply not possible. It was very hard for me to accept help from others, in every capacity. I was a bit of a pissant, overly critical of self and others. It was only by choosing the road less traveled, the journey of a thousand miles, enduring endless mental toil and torment, which resulted in a brutal physical recovery and veracious healing, that I was able to find compassion of self, of which without, there would never have been any lasting hope for inner-peace, empathy or therapeutic sympathetic amelioration.
It all begins with having compassion for yourself, and the circumstances in which you find yourself. It includes the highest form of forgiveness – true unconditional forgiveness, not only of self but others too. Forgiving others is not for their benefit, it is yours – it allows you to find peace of mind to sleep well at night. Recovery would require a seemingly boundless list of requirements in order to fructify. But without the right conditions present, you, the seed, will not grow and flourish in to a healthy plant, capable of bringing goodness and light to the world.
Without deeper inner forgiveness and unplumbed self-love nourishment I would not have found the wherewithal to write my book, Unbreakable Mind, as a give-back to the community, my way of paying it forward – helping others who face struggle in life. It was through ‘Doing the Dirty Dishes’ of life, facing one’s greatest challenges head-on, overcoming one’s fears and adversity, that provided the proper soil in which to heal. I figured if a train did not kill me, there must be a reason for my existence. Without that self-ethos support system in place, providing me a solid foundation, and through fathomless self-compassion and forgiveness, overcoming past errors and regrets, my rocket would not have made it off the launch pad, self-immolating into a pyre of worthless self ashes.
In our lives, we cannot choose where the seed falls, which is the result of intense fortitude and courage: one’s inability to become a victim of life. However, we can provide it the best environment in which we find it in order to allow it to grow into a survivor. Just as you would water and provide sunlight to a plant, you must also do the same for yourself, nourishing your body and soul like photosynthesis. Self determination and commitment are the cornerstones of any successful journey. At the end of the day, the choice is ours whether to become a withering weed or grow into a mature human capable of assisting others on their self-journey of healing.
Quote of the day: “Circumstances don’t make the man, they only reveal him to himself.” — Epictetus
Travel Blog: Click here.
Spiritual Blog: Click here.
Book: Unbreakable Mind. (Print, Kindle, Audio)
Doing The Dirty Dishes Podcast: Watch or listen to episodes and subscribe: Spotify, Apple Podcast, Buzzsprout. Also available on Google Podcast, iHeart, Tunein, Amazon Alexa and Stitcher.
Doing The Dirty Dishes YouTube channel – watch and subscribe.
Social Media links: Twitter, Instagram and Linkedin.
Travel Blog links: Covid-19 stranded in NYC JFK and Maine – also travel stories on Ireland, Spain, Sweden, Belgium, Iceland, Colombia (Espanol version), Amsterdam, Germany, New Hampshire, TN and NYC.
Personal Website link where you can also find my book, photos of my travels and updates on current projects.
Thank you for your love and support.
#steven quigley#steven quigley writer#steven quigley blogger#stevenquigleyauthor#doingthedirtydishespodcast#stevenquigley#unbreakable mind#unbreakable mind book#unbreakablemindbook#unbreakablemind#doingthedirtydishes.com#doingthedirtydishesspiritual#doingthedirtydishestravel#doingthedirtydishes
0 notes
Text
My Story: How I arrived at this juncture in life – via the Express Train.
It was an early morning “hot” arrival after a late night out partying with local friends in Bali, Indonesia. There was no time to sleep, only to eat, shower and then off to the next social fete. Living in a third world country on a Western salary has its benefits. It surely allows for the life of an international socialite but a bit skint on spiritual growth. Though, ironically, while living on one of the most voted spiritual places on earth each year. Visiting a destination island as a tourist and living on one as a local who lives and works there is much different. Although my time there was out of a movie, inside, far below, I was crying out for rescue, severely unaware.
An old friend from my days living in Tokyo, Alexi, a stunning Irish and Greek Manhattanite, had recently returned from studies in India, a newly anointed Vedic Astrologer, carrying with her some prudent warnings for me to heed while living in South Asia. We both had lived in Asia in the late 1990s. We met on an ANA plane ride from JFK, NYC to Narita, Japan. Prior to moving to Bali in 2000s she informed me my social and business lines intersected there; and while there, over the next two years, each reading proved true. Over the next few years Alexi would provide me multiple readings, some more prescient than others, but none more foretelling than one.
She gave abundant readings over the years, and the biggest themes always fructified. The time I was warned against partying while in Bali and almost ended up dead, the victim of inner-tribal warfare. Another period I was warned to avoid motorcycles and within days nearly lost my left leg when forced to dump my bike on the highway at 90kmh or face almost certain death by introduction to a dump truck. But one year came a reading that floored even the normally unflinching Upper East Side debutante. It said that I would be removed from my feet; the lesson so severe it could never be forgotten. This was a first for her – she was confused, as was I.
In the interim, amid receiving that fate-filled reading and my meeting the express train, I had begun a consumer finance company, a company that was very successful. After numerous years of partial successes and failed entrepreneurship in the world of business, limitless toil and perseverance, finally it all came together, resulting in my first seven digit in sales company. All that success would come crashing down soon after – a deluge of pain and destruction lie in wait – all the while, I was ignorantly bliss of what was in store. In the end, the company went to ruin through embezzlement, at the hands of a few friends. My investor then sued me for $1M USD.
Fast-forward three years and I am awakened to a priest at my side, while laying on a gurney in a dark, cold and sterile hallway. I think, “Oh shit, this cannot be good.” And, “You have done it this time, Steven.” “But in my own backyard nonetheless,” I thought. “Father, am I dead, am I in heaven?” I will never forget his response: “No, my son, you have been in a tragic accident.” It was at that moment I realized I could not move any parts of my body, only my eyes, and even that was a struggle. It was also at that time I realized that no amount of phone calls or well-oiled connections could help me out of this. A defining moment: It was up to one person only.
Just a few hours prior to meeting Father Irish, I lay for dead under an inner-city train. It is obvious at this point I was not literally run over by a train, though the driver will swear to you he ran over a boy prostrated across the tracks. If I were him I would have thought the same. Prior to making my way to train station I was beaten with a heavy metal object in a city alley. Shortly before that I was out at a trendy bar with three girlfriends to celebrate Christmas week. My back was broken in three regions – neck, middle and lower. The blow to my neck, at a forty-five degree angle, meant to kill me, exploded six vertebrae like popcorn. A bad night in Philly!
Not ten seconds of an itty-bitty pity party had passed and it was at that juncture, the moment when deciding whether to be a victim of circumstance or a survivor of life, when a small voice came to me – it came into my head, seemingly from nowhere, in an assuring voice – and said: “You have really done it this time, Steven. It is bad, very bad. But you will get through this. It will take many years of pain and hardship but in the end you will walk again and go on to help others in tremendous ways.” Immediately my attitude turned positive, deciding this would not define who I am, rather choosing accepting the lesson(s), starting down a long road to healing.
The priest wanted to talk about things that he prejudicially thought had lead me to that night. Immediately my focus turned to the solution, quickly dismissing his set-in-stone, antiquated black-and-white clergymen’s course. I was already a spiritual person and knew better to start looking for the silver lining, the hidden blessings. I knew it would take a real hero’s journey, an introspective voyage extending within to the unchartered abscesses of a person’s core being, to their soul, to find real answers. The areas we try so hard in life to avoid, the emotions that we try desperately to suppress by any means to ‘busy’ our lives and keep us from our eternal truth.
The universe had warned me to alter my ways. The messages are always sent to us, yet we do not always recognize them. There are no mistakes in life – none. To me, the accident was not about my lifestyle so much as it was about where I was really intended to be in life. To me it was not a punishment, it was an awaiting lesson. What would I do with this challenge? Would I rise to the occasion, enduring the karmic balance of life, seeking out answers to questions that I had so clearly avoided (consciously and unconsciously), finding new meaning and direction? Well, within me existed a great thirst, a fire in need of quenching – a journey would result.
Over the next eight years I embarked on an endless adventure in life – a journey to becoming a new man, one born anew with and through spiritual guidance and cosmic purpose where, after a long excruciating painful recovery, unbearable psychological torture, a total mental cleansing, financial devastation, loss of friends and family, and a emotional tsunami with ripples that seemed to undulate infinitely throughout my life – emerging entirely reborn. A being lost but now discovered who, after traveling profound into the scariest annals of the heart and soul, coming into view with resolute intent and meaning, found my purpose in life. But now what?
Discovering your purpose in life is only the first part of the equation – sharing it is part two.
Throughout my experience notwithstanding, I’ve drawn a clear distinction between recovering and healing: one is of the body and doctor, and the other, mind and soul, respectively. Along the road to recovery it cannot go without mention some of the spectacular people who assisted me to those ends: My surgeon, Dr. Jeffrey Rihn, Jefferson Health, a world-class doctor who was open to any and all modalities of healing; my physical therapist, Elizabeth Watson DPT, Magee Rehab, who’s fervent spirit and unending belief in me fueled my drive to continue on; and Dr. Neil Liebman, DC for Philadelphia 76ers, an energy healer like no other, whose “magic hands” and boundless love for his patients and their healing helped carry me through the second half.
It was only through limitless fortitude and perseverance by confronting utterly seeming insurmountable odds that produced the greatest revelation in my life: The obstacle is the way. Without mud there can be no lotus. No pressure; no diamond. Without venturing into the most frightening parts of our-selves can one ever attempt to understand their true inner-self. Life is all about contrast; one cannot know happiness until one knows sadness. We have the choice in life in every situation how we react – determined by our attitude. Adjust your attitude and determine your outcome. Lessons never go away – what we resist will persist. It’s up to you.
If not now, when? – Zen proverb
Fall down seven times, stand up eight. – Japanese proverb
One amazing facet of that cavernous inward journey, the one that lulled me into the woods of Tennessee where I planned to pass onto the spiritual world (crazy story) by hanging myself on a camping site steel water pole, when I was homeless, living in a tent and out of my car for one year; plumbing the darkest and most frightening depths of my being my inner-self, my soul, the Holy-Spirit, God; where there is no turning back; with no other choice but to “do your work,” to slay your dragons; choosing no longer to be a victim to your past; opting instead for the road less traveled; taking control of your energy, your life, your happiness – is the world it opened.
The outcome was an intense inner quest leading me down a path to healing, helping others with struggle in life. My ‘Doing The Dirty Dishes’ life philosophy provided ripe conditions for real learning, opening space for ample growth and change, leading to a place of teaching others, resulting in inspiring and motivating others through writing a book, Unbreakable Mind. Soon after, I started two blogs: one Spiritual and the other for those for whom Travel is a challenge. Both are read worldwide, resulting in invaluable feedback and immense satisfaction. While traveling in a wheelchair for two years for my travel blog, I took a hiatus from my spiritual blog.
After years of untold discussions and capricious agreements, I finally capitulated to my mentors and trusted advisors in life, deciding starting my own YouTube channel & Podcast. I determined that I would start writing my spiritual blog again, but this time I would then follow-up each blog entry with a podcast version. In each new episode an exciting topic is discussed within a spiritual context. A spiritual podcast that explores all topics under the sun, causing you to smile, think critically or ponder the soul and universe. This is my newest venture. Please consider listening and sharing my YouTube channel or Podcast with friends. Thank you for your support.
By now we all know what Alexi’s “knocked off your feet“reading truly meant. The accident was the greatest gift of my life. I am forever grateful to the universe and my lucky train. Choo-choo.
Teeth to the wind!
Travel Blog: Click here.
Spiritual Blog: Click here.
Book: Unbreakable Mind. (Print, Kindle, Audio)
Doing The Dirty Dishes Podcast: Watch or listen to episodes and subscribe: Spotify, Apple Podcast, Buzzsprout. Also available on Google Podcast, iHeart, Tunein, Amazon Alexa and Stitcher.
Doing The Dirty Dishes YouTube channel – watch and subscribe.
Social Media links: Twitter, Instagram and Linkedin.
Travel Blog links: Covid-19 stranded in NYC JFK and Maine – also travel stories on Ireland, Spain, Sweden, Belgium, Iceland, Colombia (Espanol version), Amsterdam, Germany, New Hampshire, TN and NYC.
Personal Website link where you can also find my book, photos of my travels and updates on current projects.
Thank you for your love and support.
#steven quigley writer#steven quigley blogger#steven quigley#stevenquigleyauthor#stevenquigley#unbreakable mind#unbreakable mind book#unbreakablemindbook#unbreakablemind#doingthedirtydishes.com#doingthedirtydishesspiritual#doingthedirtydishestravel#doingthedirtydishespodcast#doingthedirtydishes
0 notes
Last Seen Blogs
araloid
Killing love with a kiss
fashionjeanette
Fashionjeanette
thenightmarecult
The Nightmare Cult
akirakan
Let me tell you everything I know about pizza
cjosxxz
HEY!