Tumgik
#tiene una pata mocha
rvidenz · 2 years
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@raidenz ha publicado:
actividad 012. the warriors.
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letaljulian · 4 years
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Papá y el perro
"Ese perro es muy cochino, el otro día me llevé una pulga para la casa", decía mi papá que estaba obsesionado con las pulgas y guardaba distancia de Tomás.
Como todos los French Puddle, Tom, era un perro sin actitud y cansón. Nunca hirió a nadie y cuando buscaba quilombo, terminaba refugiándose en nosotros. No era particularmente amistoso, más bien tímido y duraba más un baño que él mismo yendo a fregarse en la tierra o la basura. Tenía una particularidad y es que en lugar de crespos se le hacían una especie de dreadlocks por lo cual lo asocié siempre con un punkero cobarde.
A Tommy se le servía el agua y el concentrado cariñosamente, pero prefería tomar agua de los charcos pero esos sí y como si fuera poco, separaba el concentrado barato del exclusivo, exigiendo comer a la carta. Recuerdo que saludar a Tommy implicaba acariciarlo unos cinco minutos y mi papá hacía énfasis: "hijo, no lo ignore que lo está saludando", decía; y yo le pasaba la mano por la cabecita y la barriga llena de pelos mugrientos. Si no lo saludabamos bien, Tomás iba a estar ladrando por largo rato y buscando las manos con su nariz fría.
No estamos de acuerdo sobre la edad de Tommy, pero yo me atrevo a decir que fue hace 16 años cuando lo llevaron a la casa, cría de Katty con dos o tres mesesitos.
Cuando llegó estaba educado ya y buscaba la puerta para avisar que tenía que mear, pero nunca dejó que le pusiéramos correa, él se sacaba solo y se iba por horas, lo cual en principio nos angustió tantas veces. Producto de esta desatención, Tommy llegó un día cojeando hasta la puerta y no la rasguñó como de costumbre para avisar que estaba de vuelta sino que se echó frente a la casa. No sabemos si alguien lo golpeó, lo arrolló una bicicleta o quizás algún otro perro lo habría atacado. Eran hipótesis, pero nos partió el alma verlo malherido y así permaneció dos o tres días después de atenderlo. En consecuencia, Tommy quedó con una molestia en una de sus patas y sólo corría con tres, además que prefería echarse de pecho en vez que de costado.
Pero Tom el callejero habría de traernos una angustia mayor, cuando un día en la noche salió a callejear y no volvió. Lo buscamos por las calles y vecindarios aledaños y no había rastro del perro. Mi mamá y hermanos estaban afligidos y yo frustrado. Estuve mirando a la calle varias veces antes de dormir y no llegó. A las cuatro y media de la mañana tenía que despertar para ir al colegio y lo primero que pensé fue en Tommy, así que me asomé por la ventana y ahí estaba el perrito tiritando de frío mirándome y el alivio fue extraordinario.
Como Tommy era rebelde y no se dejaba dirigir o dar órdenes, no era posible guiarlo en la calle y el persistía en hacer lo que le pareciera. Un día mi mamá fue a subir al alimentador para ir a trabajar y sin saber que Tomás la seguía, el perro se subió al bus y Martha, en traje ejecutivo tuvo que cargar al French Puddle rastafari cochino hasta la casa para poderse ir. Y a mi también me pasó, cuando iba para el colegio, llegando a la avenida de Aures sobre las cinco y veinte de la mañana venía Tomás a unos veinte metros olfateando bolsas, postes y medidores de gas meados por otros perros. Llegué tarde.
Tommy era un perro extraño, poco expresivo pero tan leal. Mi papá le rehuía por su mugriento pelaje y porque decía: "¡me va a pegar las pulgas!". Pero cuando tenía veinte años me fui a estudiar por un tiempo al extranjero y sin que nadie me contara, resultó que durante este tiempo mi papá se llevó al perro para su casa. Cuando regresé a este muladar, nadie me dio razones y yo asumí que había sido otra arbitraria razón en la que no voy a ahondar.
Mi mayor preocupación era que mi papá, obsesionado con las pulgas, terminara por entregar a Tommy en adopción. Para mi sorpresa lo que hizo fue quitarle sus Dreadlocks y quedó flacuchento en sus cueros y lo bañó con un jabón común.
Mi papá es un ser mañoso para todo y Tomás también, así que hubo entendimiento. Dado que mi papá es uno que tiene mucho cariño que ofrecer y está comprometido con el cuidado de sus cachorros, Tomás vino a convertirse en el ser para proyectar sus cuidados. Dado que al menos mi hermano y yo empezamos la emancipación, el perro era el que más acompañaba a mi papá.
Con el tiempo, mi papá y Tomás desarrollaron su forma de comunicarse. Mi papá chiflaba y Tomás arrancaba a buscarlo, pero como diciendo "hey, ya sé que estás ahí" porque él no hacía caso. Mi papá sabía bien, cual era el camino y paraderos que el perro tenía para mear y cagar. Mi papá caminaba despacio con su extraño tumbao y se detenía a mirar atrás y ahí venía Tomás errático.
Pero si mi papá se prepara menjurjes con cáscaras de frutas, aguas de semillas amargas o rebaja todo con agua, Tomás no se quedaba atrás. Según mi papá, el perro solo comía si mi papá estaba al lado, separaba las pepas que no le gustaban y mi papá, fiel a los corrientazos, siempre pedía un hueso grande para llevarle al perro y que le diera muela.
Ese compromiso de mi papá con el perro, nos privó de viajar con él varias veces. Papá, quédese y mañana se va temprano le decíamos, pero él replicaba: "¿y quién me va a sacar al perro?". Puedo asegurar que mi papá no tomaba ninguna decisión sin pensar en el perro.
Pero el tiempo transcurría y asumimos que los seres vivos son eternos, yo me hice más guapo por supuesto, mi hermano tomó su rumbo decidido y mi papá empezó a poblarse de canas y Tomás estaba siempre ahí.
Hace unos años a Tommy le empezó a dar una tos crónica que no fue nunca posible tratar eficientemente. Como mi papá piensa que todos los veterinarios son ladrones, fue muy difícil convencerlo siempre de llevar al perrito al doctor. A trancas y mochas, descubrieron que Tomás tenía una masa al lado del corazón la cual le oprimía el pecho y hacía difícil la respiración. Asimismo, Tomasito producto de la edad ya no corría casi, ni saludaba enérgico, más bien pasaba ya mucho tiempo echadito en su cama tomando el sol. Recuerdo que supe que estaba viejito cuando entre sus pelos puercos ya se veía la piel rosada con manchas pequeñas. Pero Tommy estaba ahí con mi papá. Ya viejito, le volvieron a dejar sus mechas largas, pero ya no tenía tanto pelo para hacerse dreadlocks e irónicamente, aparentemente consciente de su edad, se dejó poner correa. Durante el ultimo año era evidente que le costaba subir y bajar escaleras. Hace algunos meses empezó a tener incontinencia. Y durante las últimas semanas perdió totalmente la escucha: mi papá, mi hermano y yo teníamos que chiflar o hablarle de muy cerca. Pero la gota que rebosó la copa fue el deterioro de sus ojitos. Estaban rojos y nublados. Finalmente, durante las últimas visitas, mi papá me dijo: "hijo, Tomasito ya no ve". Y me quedé mirando como daba pasos cansinos sin dirección, el perro avanzaba cauteloso y de repente se estrellaba con las sillas, las materas, las paredes... No es fácil ver al perrito envejecer y aceptar que para el paso del tiempo no existe cura.
Mi papá, escondiendo su dolor como de costumbre, tomó la decisión de darle a Tommy un mejor final. Su salud no iba a mejorar y ciego, sordo, con el olfato casi perdido y esa maldita tos que nos daba tanta impotencia, Tommy ya no estaba viviendo, en el bello sentido de la palabra.
El sábado en la mañana, cuando llegué a donde mi papá empecé a llorar cuando lo vi al perro estrellarse con su coquita de la comida. Mi hermano le puso una chaqueta encima y le tomó la última foto. Cuando lo agarrábamos, Tomasito se quedaba quieto porque no sabía quiénes éramos y temblaba de miedo. Ya no podía caminar ni subir o bajar andenes. Caminamos con él en brazos hasta la veterinaria y llorando, le agarré la cabecita, lo acaricié y le di las gracias por la fiel compañía.
En ese momento, me quedé mirando al asfalto preguntándome si teníamos derecho a decidir cuándo y como podría morir un perro. Pero también me preguntaba si teníamos derecho a permitir que un ser vivo tan maravilloso tuviera una muerte lenta, dolorosa, mientras vivía en confusión.
Mi papá firmó los papeles, mi hermano entró con el perrito en brazos y después de la revisión médica, se quedó con la veterinaria para descansar finalmente.
Tomasito murió el sábado al medio día. Nos quedaron la camita, la correa y la coca de su comida. Los perritos me ablandan el corazón. Son la versión más cercana al concepto de un ángel y se les puede expresar el cariño con ridiculez, es decir, como se debe querer.
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fraguelworld-blog · 5 years
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RAYUELA Juego La rayuela es un juego muy tradicional ya que desarrolla la mente de los niños y así distraen su mente en algo productivo. Y desarrolla la agilidad. La rayuela (España) es un juego de iniciación infantil, que representa el conocimiento de uno mismo, de donde provienen el juego del laberinto, la petanca y el juego de la oca. Hay diferentes formas de pintarla en el suelo pero la más común es esta: Se pinta un cuadrado con el número 1 dentro, luego otro cuadrado con el 2, otro con el 3, intentando que sean más o menos iguales. En el cuarto piso de la rayuela se pintan dos casillas, una con el número 4 y a su lado otra con el 5. La casilla superior la ocupa el 6 y las dos últimas son también casillas dobles con los números 7 y 8. Luego otro piso con una sola casilla con el número 9. A continuación se dibujará una casilla con el número 10. El juego comienza tirando una piedra pequeña (también llamada tejo)2 en el cuadrado número 1, intentando que la piedra caiga dentro del cuadrado sin tocar las rayas externas. Se comienza a recorrer la rayuela sin pisar las rayas, guardando el equilibrio hasta que se llega al cuarto piso donde hay dos casillas y podemos apoyar los dos pies. Seguimos el número 6 a pata coja y nuevamente en el 7 y el 8 apoyamos los dos pies en un contexto de socialización cautivado en la savia bruta de los árboles. Ahora hay que volver al número 1. Debemos saltar y darnos la vuelta sin pisar las rayas y deshacer el mismo camino hasta el número 1 donde nos agacharemos a por la piedra sin apoyar el otro pie. Si no hemos pisado raya continuamos el juego ahora tirando la piedra en la casilla número 2 y repitiendo lo mismo. Si la piedra no cayera donde , en la casilla número 2 o tocara raya pasaría el turno al siguiente jugador. El objetivo es tirar la piedra en las demás casillas sucesivamente. Quien acabe antes la ronda del 8 gana. Este juego es muy sencillo Ayuda a que los niños desarrollen la coordinación viso-motora. Se cree que este juego se desarrolló en la Europa renacentista y que la temática está basada en el libro La divina comedia de Dante Alighieri, obra en la cual el personaje, cuando sale del Purgatorio y quiere alcanzar el Paraíso, tiene que atravesar una serie de nueve mundos hasta lograrlo. El jugador actúa a modo de ficha. Debe saltar de casilla en casilla, a la pata coja, empujando la piedra que se suponía representaba su alma. Partía de la Tierra para conseguir el Cielo (Urano), vigilando no caerse en el pozo o en el Infierno (Plutón) durante su recorrido. En ningún caso la piedra debía pararse sobre una línea, ya que, de la Tierra al Cielo, no hay fronteras ni zonas de demarcación, ni separaciones, ni descanso. Variantes de antes[editar] El tejo, la petanca y lumnio. Latinoamérica[editar] Amarelinha en Brasil Avión, Bebeleche, mamaleche México Avioncito en México y Guatemala, y también bebeleche o bebientuloche en Venezuela Rayuela en Colombia, Ecuador Bobito o aviongentonetinileta en Nicaragua Descanso en Paraguay Golosa o Tangara en Colombia La peregrina sin él en Puerto Rico El Luche, Tejo, Peña, Pisao, Cajón o Caracol en Chile3 4 y Mariola, Reina Mora, Coxcojilla en Chiloé5 Mundo en Perú Tejo o Rayuela en Argentina y Uruguay Peregrina o Avioncito en El Salvador Peregrina o Trúcamelo o Trúcamelo en dos en República Dominicana Pisé en Venezuela La Semana en Venezuela El Pon en Cuba. España En España las variaciones llegan incluso a registrarse entre localidades próximas: avión en Rodilana y Serrada (Valladolid); en Sandoval de la Reina (Burgos)6 cascayu en Asturias calderón en Soria castro en Cantabria , Palencia, Zamora y León* cirimoño en la provincia de Zaragoza y en la provincia de Huesca (cerca de la ribera del Ebro) colache en Jaén mariquita en el sur de Galicia charranca entre los castellanoparlantes de la ciudad de Barcelona (provincia de Barcelona) chula en la ciudad de Elda (provincia de Alicante) descanse en Valdeganga (provincia de Albacete) descanso en Madruedano y calderón en otras localidades de la (Soria) eixarranca en Camp de Tarragona (provincia de Tarragona) fondo en Paradas (provincia de Sevilla) guiso en Málaga infernáculo en Teruel (En esta ciudad se jugaba una variante en la que se representaban los días de la semana en vez de números, y se denominaba luneta) maricola en la Región de Murcia mariola en Galicia mocha en el Campo de Gibraltar muñeca en Madrid nonet en La Garrocha (provincia de Gerona) pachocle en Calahorra (provincia de La Rioja) palet en Ripollès (provincia de Gerona) patarra en Alhaurin el Grande (provincia de Málaga) pati en Salamanca peletre en Galicia pica en Malpartida de Cáceres picarona en Viso del Alcor (provincia de Sevilla) pichi en el sur de la provincia de Salamanca pieza en Ceclavín provincia de Cáceres pique en Utrera (provincia de Sevilla) pita en Cantabria y País Vasco sambori o tella en la Comunidad Valenciana setmana en Penedès y Pla de l'Estany (provincia de Tarragona, provincia de Barcelona y provincia de Gerona) tanga en Córdoba y Burgos tángana en Lora del Río (provincia de Sevilla) teje (en algunas zonas de Huelva España) tejo en Canarias tocalé en Palencia España tocaté en Jerez de la Frontera tranco en Alicante truquemé en zonas castellanoparlantes del País Vasco truque en Cáceres y zona de Extremadura la china en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) txingo en País Vasco xarranca en Barcelona (provincia de Barcelona) xinga en Baleares ziriguizo en Melilla Otros países[editar] Casita o macaca en Portugal campana o mondo en Italia cielo e infierno (Himmel und Hölle) en Alemania dama en Bulgaria hopscotch en Estados Unidos class (en hebreo: קלאס) en Israel il gioco del mondo - campana en Italia marelle o palet en Francia mplè en Costa de Marfil sharita (en árabe: شريطة) en Marruecos sotron en Rumanía tiàofángzi (跳房子, lit. saltar la casa) en China tangtamoki(땅따먹기)en Corea
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