Tumgik
unlocoinvisible · 5 years
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La caja hueca
Me engaño,
me hago creer que quiero algo,
que busco piola y aguja,
pero busco otra cosa,
Veo la luz como no la veía antes, y mis pasos se escuchan desde arriba, diferente de cómo los escuchaba antes. El eco de los sonidos está hueco, ahí falta algo, de ahí algo se fue.
Los aromas nunca fueron lo mío, pero ahora hay un aroma que siento y siento su ausencia. Las paredes se descascaran como se descascararon los sueños de quienes nos dieron el soplo de la vida, o fue la asfixia?
Lejos en el tiempo, golpeabas cañas contra cualquier cuerpo inerte que se te cruzara, habitabas el espacio que te pertenecía, lo hacías tu hogar, tu espacio seguro, tu lugar en el mundo. Pero te mudaste.
En todos lados hay restos, tuyos y nuestros. Las maderas me reconocen, la cama también. Lo heredado de lo heredado ha sido abandonado, y, sobre mí, se cierne esta caja hueca en la que solías dormir, reír y fumar. Esta caja hueca que nos vio crecer y caer en la ruina. Una colilla, un poema católico, una remera vieja y los hilos de araña dibujando columpios blancos a la luz de la lámpara.
El polvo se posa sobre los restos rotos de una lámpara casera de madera, la mesa de luz quebrada por el peso de la furia que te consumía por fuera y los recipientes donde le ponías agua y comida a tu gata, cuando era tu gata y subía todas las noches a verte y a dormir con vos. Unas semanas después hizo lo mismo, y te esperaba para mostrarte a su gatito, pero nunca volviste, y el gatito se murió, y la gata buscó otra cama caliente, otra mano que le hiciera mimos.
Esta lleno de esa etapa en la que quisiste vencer el mundo, la guerra de la casa por la libertad, ese momento en el que tenías regalos, visitas, discusiones y hermanos. Y la pared infinita que compartíamos vestía un blanco impoluto, dónde ahora el busto de una virgen sostiene a su bebé profanado con las ideas de los brutos. Los sueños de los cobardes.
No quiero mirar debajo de la cama, pero desde acá veo una máquina de escribir, una herencia cercana y lejana al mismo tiempo, comprada por la misma mujer que te dijo que te fueras el día que no te acordaste de desearle un feliz cumpleaños.
Ninguna familia es perfecta y cargo con los dolores de las nuestras y las que no son nuestras. El peso de la insatisfacción se posa sobre mí alma y me duele que no hayas podido ser parte, que hayas intentado y todos hayamos fracasado, vos y nosotros.
Tu traición me duele,
pero más me duele tu fracaso.
Hasta nunca.
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unlocoinvisible · 5 years
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Las lágrimas dulces
Ahí donde tengo la bala, tengo la semilla.
Dolió al entrar, pero ya no duele.
Quizás se me murieron los tejidos.
Se me rompieron los nervios.
Ya no siento lo que sentí en ese momento. Ahora es un frescor. Como si estuviera a la deriva en el espacio exterior. Viajando en un sopor, un sopor infinito donde nada duele, nada molesta, nada llora, nada se enoja. 
Pero las nadas no existen, ojalá, pero no. Devuelta, devuelta las penas a su lugar. Devueltos los dolores a todos lados menos al hueco de la bala. La bala que no es bala, es semilla. Bueno, yo digo que es semilla. Todo cambia, todo crece. No por ser un proyectil no va a ser lo mismo.
Vivo recibiendo proyectiles, muchos me dicen que soy una eterna víctima. En realidad todos somos eternas víctimas, atrapadas en los dolores de las balas. Pero yo los calmo, y les digo que me enseñen. Que se queden hasta que se sientan cómodos, me cuenten por qué duele. Los hago crecer. Yo los transformo en semilla.
Dónde me toco tengo plantas. En las muñecas, en la cara, en las piernas, en el alma. En todos lados, soy un papiro. Un papiro de dolores, dolores físicos y psicológicos. Pero ya no duelen. YA NO DUELEN. Me duelen otras cosas. Me duelen las almas que se olvidan. Me duelen los rincones minúsculos de las ciudades, que nunca van a ser vistos. Me duelen las monedas perdidas en el océano. Me duelen los estómagos de los nenes de la calle. Me duelen las políticas. Me duelen las relaciones. Me duele la gente. Entonces si, soy un papiro de dolores. ¿Quién va a querer un papiro de dolores? Me pregunto lo mismo.
Pero yo me quiero, y de verdad que me quiero. Soy mi propia mejilla y mi propia cachetada. A los dolores los transformo, los vuelvo vida. Los pinto con acuarelas de jardín de infantes y se los muestro a ustedes. Que el mundo lo vea. Hago arte con inocencia. Hago arte con lágrimas dulces. Lágrimas ajenas. Los cocodrilos están en la tele, yo estoy rodeado de hienas. Pero las hienas no lloran, babean. Yo ya no babeo, no soy un bebe. Ni tengo hambre. 
Me engatillan en la nuca, donde no veo. Me engatillan en el oído, para que escuche. Me engatillan en la boca, para que me calle. Me engatillan en los ojos, para que no vea. Y las balas son semillas. Crecen todo tipo de plantas. Plantas que se mueren, plantas que crecen más de lo que deberían, plantas que no viven sin agua, sin mis lágrimas dulces, o plantas que no quieren nada de agua. 
Soy un vivero por dentro. Tengo una Laputa adentro. ¿Y quién entra? Dirás, “seguro unos pocos”. Te equivocás. Acá entran todos y todas y todes y todxs. Entran vivos y muertos. Mujeres y hombres. Chicas y chicos trans. Entran señores y señoras. Entran mis abuelos y los tuyos. Lloro a tus amigos que se fueron y a tus amigos que te lastimaron. Yo planto una planta por todos. Entran los que tienen ojos celestes y los que tienen ojos marrones. Entran tus primos y los míos. Entran y ven, pero no les gusta.
Está bien. Las plantas no son para todos. Quién quiere una planta exótica? Quién va a querer llorar por causas ajenas? Quién quiere escuchar los dolores que ya no duelen? Que el mundo se empastille, es mejor. Antes que callar las voces internas les arrancamos las cuerdas vocales. Después preguntate porqué te morís a los 30. Yo soy la vida, chabón. Yo que camino descalzo porque no me banco las zapatillas. Yo que miro a los ojos a los perros. Yo que toco los arboles de la San Martín porque vaya a saber hace cuanto nadie les hace un mimo, y los miro perderse arriba desde un bondi. Me escapo con ellos. Vuelo por encima. Pero sigo regando por dentro. Estoy empapado. Y solo. Empapado y solo.
Las plantas no hacen ruido, no gritan. Tienen que morir y ser papel para que alguien les de bola. Y nadie cultiva arboles para talarlos y hacerlos papel. Si los talamos los cremamos por 30 minutos de calor, o por un asado. El papel lo sacamos de los arboles que no nos ven, que no nos conocen. Los que viven la selva virgen que violamos. Los violamos a ellos y a la selva. Y a todos los animales que vivían en ella. Que lindo el aroma del libro de papel, que lindo el dolor del árbol que no sabe hablar, el árbol que no conoce nuestros dolores. 
Andá a hacer un libro con el árbol que te vio crecer, que te sostuvo cuando eras chico y lo escalabas. Hasta las manos te van a llorar, y va a ser sal. Salmuera. Porque sentimos el dolor por todos lados, con cada centimetro de piel que tenemos. Pero quién quiere sentir dolor, quién quiere explorar lo que hay después del dolor. Nadie, nadie descubre el vívero. Yo si.
Por eso estoy tan verde. Por eso estoy tan vivo. Porque agarro mis dolores y los tuyos y me hago cargo. Los hago latir, les devuelvo el soplo y les muestro cómo seguir, cómo dejar de doler.
No son tus pastillas, no son tus amigos.
Soy yo haciéndote más liviana la jaula. 
Soy yo amando cada célula que tenés.
Soy yo.
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unlocoinvisible · 5 years
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Te busco
Quién soy yo para hablar de vos?
Quién me creo?
Quién quiero ser? Por qué me doles?
Por qué me lastima tu ausencia?
Me pregunto hace cuánto los estará escribiendo? Cuántos escribió mientras vos estabas acá? Alguno hablará de vos? Seguro que si, era fuerte tu presencia. No tengo ni idea.
La otra subió uno de los poemas, y yo no lo pude terminar, ni a los primeros álbumes. Me los rompiste, me la rompiste a ella. Vos eras ella. Y ahora ella es ella sola. Las memorias son una mierda, y más si no son mías. Quién me las cuenta? Quién me las regala? No tengo ni idea.
El reloj, ugh. El reloj. El sol. El zonda. Las nubes de mierda. Las tormentas de verano. Los pájaros y los políticos. Todos van y vienen, todos viven en automático. Ninguno se paró a pensar en vos, ninguno se dio cuenta que no estás. Ninguno te piensa un ratito. Por qué yo sí? Por qué te custodio? Cuántos hicieron lo mismo? Cuántos van a hacerlo? Cuántos lo están haciendo ahora mismo? No tengo ni idea.
Y las ideas se me mueren, se me escapan, calentitas, recién salidas del horno. Acá hace calor, y lo odio, me harté. Te iba el verano o el invierno? Ay, NO TENGO NI IDEA.
NO TENGO IDEA. por qué. POR QUÉ. QUÉ PASÓ. QUÉ QUERÍAS QUE NO LO TUVISTE? QUÉ TE NEGARON? QUIÉN TE NEGÓ? POR QUÉ TE NEGARON. YO TE NEGUÉ. NO TENGO NI IDEA.
Y así vuelvo. Vuelvo a sentarme en mí rincón y miro los autos pasar. Pasan como si nada, cómo si no tuvieran ni idea. O no quisieran tenerla. Yo no la tuve. Perdón. Y ahora la tengo. Perdón perdón. Escuchas? Lees? Lloras? No tengo ni idea.
Te grabaste en unas notas vocales, te guardaste en éxitos musicales. Suplantaste una voz. La usurpaste. No pienso en Lana, a veces me olvido su cara, me olvido que no es tu cara. No tiene tus ojos. Ojalá fuera así. Ojalá no se nos hubiera escapado tu mirada. 
Qué pasó con tu lust for life? Quién te la sacó? Dónde está? Yo la busco. Yo te ayudo a encontrarla. Dónde está? Te doy la mía. TENGO MUCHA. TOMÁ MI LUST FOR LIFE. NO LA QUIERO. No la quiero si te falta. No la quiero si la necesitas. DÓNDE ESTÁS?
Quiero darte el mundo entero y no te encuentro.
Te busco pero no hay nadie.
No hay voces.
No está tu voz.
No hay eco.
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unlocoinvisible · 5 years
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La sacerdotisa
La sacerdotisa, así le digo a veces, cuando la miro desde lejos o cuando duerme.
Es un fiera, tiene la ira inyectada en los ojos, pero cuando mira lo hace con inocencia.
Acá estamos nosotros jugando a ser alguien que somos, jugando a ser alguienes nuevos. Alguienes inusuales. Nos sacamos y ponemos partes a nuestros antojos. Todos estamos antojados. O antojadas. Antojamos lo que se nos canta y lo que queremos lo tenemos. Así somos por dentro. Así nos ven desde afuera.
Pero ella es diferente. Ella no quiere nada, tampoco habla ni sabemos de dónde vino. Sabemos lo que sabe hacer, y hace mucho. O quién sea que habla a través de ella. Porque tiene su boca, pero sabemos que no es suya la voz que insufla sus palabras. 
No me acuerdo cuándo llegó, pero si me acuerdo cómo. Vino escondida en el flujo de inmigrantes que me llenaron el bombo. Todos gritaban que quería algo para hacer, que sabían hacer cosas, me gritaban desde afuera lo mucho que me iban a ayudar, y ella entró. Así sin más. Y mientras se metía, el dios que le mueve la lengua me empezó a mover a mí. Me acomodó.
Los sismos vienen todos los días, a veces cuando estamos jugando, a veces cuando nos estamos riendo, o cuando estamos llorando. Se nos desordena todo y se corta la luz, nos caemos hacia adentro, hacia nosotros mismos. 
Y ahí ella se levanta con los ojos inyectados en una ira blanca que le quema las pestañas y a nosotros las retinas. Las cosas se mueven al antojo de su dedo. Al antojo de sus palabras. Mueve todo, lo acomoda.
Lo deja mejor que antes. 
Nos deja mejor que antes.
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unlocoinvisible · 5 years
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El cascarón
Vengo del polvo, de la tierra sucia, de la palabrería y de las malas intenciones.
Vengo de las pesadillas, de las perversiones, de los malos hechizos.
Vengo de la malicia y el maltrato.
Vengo de la podredumbre.
Nunca llego porque no hay camino. No existe sendero para mi destino. No hay baldosas, las rompimos todas. Era gracioso en su momento, romper con las estructuras. Pero quien no tiene camino termina perdido. Quién no tiene mapa, muere en la nada.
El agua me falta y me duele el estomago. Tampoco hay comida. No tenemos comida. No tengo comida. Tengo hambre, hambre de lo que comí una vez, hambre de lo que vi, hambre de lo que tuve. 
La memoria me falla, no me deja recordar, no era comida, era basura, nunca tuve comida, tenía basura, tenía cosas podridas, tenía restos, restos de comida, restos de llanto, restos de insultos. Pero me alimentaba de ellos. Ahora no los tengo. Y mi cuerpo me los pide. “Eso no era comida”. “Pero me alimentabas, y ahora no, dame”. 
No hay, no habrá. Moriré aquí, sentado en esta computadora de mierda, ahogando penas en un par de canciones y una piedra rosada. Ahí se va a quedar esa piel, la voy a mudar y después que se la lleve el viento.
Un cascarón echado a perder, el cascarón de lo que hubo y ya no es. De lo que quiso seguir siendo y no pudo ser.
Hasta que lo encuentres, y veas lo que perdiste.
Sostengas en tus brazos el cuerpo inerte de los deseos condenados a la muerte, condensados en un féretro.
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unlocoinvisible · 5 years
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Las estaciones de mierda
Otra vez estás llorando, ya no te pregunto por qué.
Sabemos que son muchas cosas, así somos, así sentimos.
El aire está frío, la noche está oscura. Fríos y oscuros que eran luz y calor. Ya no se escuchan risas, ahora nos enojamos. Nos peleamos y nos arreglamos. Y nos volvemos a pelear. Cuando nos miramos no nos vemos. Quién quiere ver lo que se asoma en nuestras caras si damos pena. Pena. Pena. Pena.
Nos escondemos en el encierro y si salimos no hacemos nada. El otoño que se fue a la mierda y a quién le gusta Mendoza, a nosotros ya no. Ya no podes andar de remera en la noche. Y las reinas ya no desfilan por la san martín. El invierno es una mierda. Y lo tenemos adentro. Así somos. En esto nos volvimos. Sale el sol y se esconde de vuelta. No hay mensajes. Y así de vuelta. No me toca. O tocaba. Ya no nos acordamos. Y ahí se va hundiendo el recuerdo. No hay nada tan abajo. Nada. Nada. Nada
No me ahogo, pero me explotan los pulmones. Y me largo a llorar de vuelta. Y los árboles de mierda se ponen verdes, como si no hubiera pasado nada. Se ponen verdes mierda. Porque ya no es verde. Ya no son los colores que eran. Y así me acostumbro a la mierda. Y me animo a salir adelante. No hay direcciones, pero sigo caminando. A algún lado llegaré. Ya no me acuerdo, ya me olvidé. Camino y camino. No vuelvo atrás. No miro de dónde vengo. Trato de no hacerlo. "Hay algo que duele ahí", miro. Y estoy arriba. Estoy lejos. ¿Quién era? ¿Qué era?¿Qué hice? ¿Qué le hice?
Yo también tuve mis estaciones de mierda. Me olvidé. Ya no existo
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unlocoinvisible · 5 years
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Un agujero en el velo
una estrella brilla desde arriba, la sombra se dibuja en mis pies. mis manos resplandecen, y mis palabras también. no todo lo que brilla es oro. mi voz es turbia pero no emite luz. el brillo me quema, me atiende. la oscuridad me abraza, y el frío me besa. un mimo suave me corta la frente. la sangre se escapa, solo, solo, solo. el mundo es un agujero. un agujero negro que se abre se abre a mis espaldas y cierra todo sobre mí. yo veo todo pasar. lo veo todo tragarme.
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unlocoinvisible · 5 years
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El niño que recogía hojas amarillas
"No, no tenemos un alma, Faus. Nosotros somos el alma, lo que tenemos es un cuerpo. A la carne la llevamos puesta, la vestimos"
Un sollozo se coló por debajo de la puerta y pude escuchar a mi mamá llorar. Otra vez. Un unísono de llantos se le unían. Vení, no pasa nada, vamos afuera.
Y así te pones a jugar entre el choque de estaciones. Los árboles también están tristes, y se dejan desnudar por el dolor del calor que ya no sienten. Nacieron a un nuevo otoño. Y a vos te encanta recoger hojas, así que nos ponemos a buscar amarillas y marrones. Somos almas, bello. Y vos sos una hermosa. ¿Por qué nadie entiende? Vamos adentro, ya pasó. Ojos rojos. El pelo castaño claro se te levanta con un vientito y te reís. Siempre te reís. Cuando me río yo, cuando se ríen las chicas. Sos el más feliz de todos.
Tengo ruido, ruido, ruido. Pero vos me venís a mostrar algo que hiciste, crayones. Escondo todo, el mundo no es así, corazón. No existe el estrés ni la depresión, el mundo es hermoso. “Qué bonito!” y te reís, los ojos enormes que tenés los vi antes que nadie. Verdes como la selva más espesa, profundos como el lecho del mar. Los conoces, ¿no? Tan chiquito y tan enorme. Vos sos el hermano mayor, no yo. Te vas.
Tecleo un rato largo, sustraído en la pantalla. Miro para un lado y ahí estás, mirando. Siempre miraste todo, desde el minuto 0. Y así escuchas a las chicas reírse, y te reís con ellas. Yo te escucho. Te gustan todas nuestras risas, mirarnos, estar con nosotros. Siempre nos seguís. Siempre veo un jazmín violeta.
Van pasando las estaciones pero a vos te gusta el otoño. Cuando empieza. Te gusta bailar en la lluvia de hojas. La escena más viva que voy a ver nunca. Vos le das vida a toda esa ruina. Las hojas no se mueren, se transforman. Nada se muere en realidad. Todos somos un alma y viajamos siempre, nos vamos a seguir creciendo, a vivir de otra forma, pero podemos volver a visitar.
Agarras un par de hojas amarillas y húmedas, me miras un segundo y te vas sonriendo. Te amo, Ignacio. Hasta la próxima.
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