Tumgik
watefvck · 1 month
Text
No fue tan difícil al final ajsjjs, listo fijado ordenado<3
0 notes
watefvck · 1 month
Text
— o c s / originales
Tumblr media
0 notes
watefvck · 1 month
Text
— V O L K A C I O
[ AUs ] [ One Shots ] [ Drabbles ] [ Especiales ]
Tumblr media
0 notes
watefvck · 1 month
Text
— s h i p s
[ volkacio🦋🇷🇺 ]
Tumblr media
0 notes
watefvck · 1 month
Text
Necesito reordenar mi fijado acá 😭😭
0 notes
watefvck · 1 month
Text
Me dieron ganas de estar más activa por acá, pero no se que comentar waaa😭
0 notes
watefvck · 3 months
Text
— Genial, es una cita…
Tumblr media Tumblr media
• drabble
• basado en la serie “the office” ⚠️spoilers del final de la temporada 3
• este escrito es un reto que me dieron (ver tweet acá)
⊹ 𐚁̸. . . ☕️ . . .𐚁̸ ⊹
—Ya... ¿ya están grabando?
Horacio, el recepcionista de la oficina, dirige su pregunta a las personas detrás de cámara. Un equipo pequeño encargado de filmar el documental acerca de esta empresa de ventas de papel; específicamente en la sucursal de Scranton, lugar donde él trabaja.
Las cámaras enfocándolo en su ambiente cotidiano se volvieron parte de su día a día, al mismo tiempo que las confesiones en esa sala. Un espacio casi terapéutico en el que revela la mayoría de sus pensamientos, esos que normalmente no suele expresar.
Nunca tuvo dificultad para ello, pero hoy... será complicado.
Muy complicado.
¿Qué puede decir?
¿Que está más arrepentido que nunca? ¿Que le rompe el corazón que su amigo y compañero se vaya lejos? ¿Que posiblemente esto quiebre aún más su relación que intenta salvar a duras penas? ¿Cuál es su relación?
¿Solo... amigos y ya?
Duele, no solo porque debe conformarse en silencio, también porque no puede hacer nada al respecto. Es algo que está fuera de sus manos.
Pese a las heridas de su nuevo presente, Horacio está orgulloso de Viktor. El ruso tuvo un progreso destacable los últimos meses, haciendo su futuro cada vez más prometedor. ¿Cómo no sentirse feliz por él?
Una parte de su alma acepta la realidad, mientras la otra se apretuja en su pecho. Está contento por los grandes logros de su amigo, aunque ya no esté para verlos o tomen distintos caminos.
—Presiento que a Viktor le darán el puesto. —espeta. El de cresta mira directo a la cámara con aparente seguridad. —¿Por qué no? Él puede hacerlo, está calificado, todos le quieren y... si nunca lo vuelvo a ver, está bien.— con sus palabras quiere convencerse a sí mismo, mientras enseña una sonrisa. —Sólo somos amigos y siempre lo seremos. Quizás... a veces no estemos en la misma sintonía, dejamos pasar muchas indirectas y así... pero ¿saben? está bien. Estoy bien. Y sé que todo estará completamente-
—¡Horacio!
La repentina llegada de Viktor es recibida por miradas sorprendidas, sobre todo por la de Horacio.
Se supone que el ruso debe estar en una entrevista en ese preciso momento, pero se encuentra aquí, vistiendo un traje y con ese peinado arreglado que trae desde ayer.
—L-Lo siento.— le dice fugaz al equipo, antes de centrar su mundo entero en el hombre de ojos bicolores. —¿Quieres... quieres cenar esta noche?
—Sí.— contesta sin dudar.
—Genial, es una cita...— y luego de una tierna mirada junto a su sonrisa, el ruso se retira de la sala.
El de cresta tarda unos segundos en fijar su vista hacia la cámara, casi boquiabierto por lo ocurrido. Desde ese instante su sonrisa no se borró, se ríe en silencio mientras niega ligeramente con la cabeza.
Su asombro es total, no puede creer que ha vuelto. Viktor ha vuelto, y con razones, mas la principal es y siempre será aquel hombre del que está enamorado.
A partir de ahora, las cosas serán mejores. Y Horacio lo sabe muy bien, en su nube de felicidad que es imposible ocultar.
—Disculpen,— habla entre risas. —¿cuál era la pregunta?
.
.
.
.
Fin.🤍
1 note · View note
watefvck · 3 months
Text
— Espera… ¿nunca te lo dije?
Tumblr media Tumblr media
• one shot
• este escrito es un reto que me dieron (ver tweet acá)
⊹ 𐚁̸. . . ☕️ . . .𐚁̸ ⊹
Todavía le quedan unos pocos acuerdos que cerrar, pero podría decirse que, oficialmente, se ha divorciado…
…de nuevo.
No sabe cómo sentirse al respecto. Las emociones positivas y negativas chocan violentamente en su interior, sintiendo que en cualquier momento explotará en llanto si no llega a controlarlas.
¿Lo peor? No puede hacer mucho en cuanto a ello. Hoy más que nunca desea estar llena de trabajo; papeleos o patrullajes, da igual, cualquier cosa servirá para despejar su mente.
Y como todos los días, su mañana empieza con un café.
—¡Ojo, mira tú!— Horacio exclama y señala una de las pantallas donde se lee el menú. —Hay una promoción de un latte mediano con croissant, suena bien, ¿no?
Alanna alza la cabeza, mira la pantalla de reojo antes de dirigirse a su superior.
—Sí, suena bien. Creo que voy a pedirlo.
—Yo también.— ella mete la mano en los bolsillos en busca de su billetera, pero el de cresta la detiene diciendo. —Tranquila, hoy pago yo.
—¿Está seguro?
—Muy seguro, no te preocupes.— aclara, regalándole una sonrisa que pronto es devuelta.
Los dos se acercan al mostrador decididos con sus pedidos. Al cabo de un rato les entregan ambas promociones y salen de aquella cafetería.
El director y la agente se dirigen a la patrulla, allí desayunarán antes de empezar el recorrido matutino.
—¿Cómo va todo en casa?— el moreno pregunta. —¿Cómo están las niñas invisibles?
—Pero- vamos a ver.— ella contesta elevando un poco su tono. —Que no son invisibles, Hache, ¡le he mostrado fotos y todo!
—Sí, las que sacaste de pinterest.— agrega divertido.
—Que no las saqué de ningún lado.— responde entre ligeras risas. Cuando llegan al coche se suben y continúan la conversación. —Algún día les voy a dejar a cargo de las niñas, a Uve y a ti, así verán que son reales.
—Vale, ya veremos.— ríe por igual.
Horacio es consciente de la existencia de las hijas de su amiga, tan solo le gusta bromear sobre ello, al igual que su novio. Alanna sabe que el director lo hace por diversión, y en parte no le molesta. Es más, agradece que tengan este nivel de confianza, al punto que lo considera casi un padre adoptivo.
—¿Y qué tal Thomas? No lo he visto hace mucho.
La sonrisa desaparece de su rostro en un instante. No quería tocar ese tema, no hoy.
—Está bien. Él está, bueno… estamos…— es inevitable no darle algo de contexto, mas no está lista para contarlo del todo, así que prefiere omitir grandes detalles. —… digamos que no estamos muy bien ahora.
—¿En serio?— sorprendido le contesta, esa respuesta contrastó mucho con la imagen de aquella pareja feliz que tenía en su cabeza. —¿Puedo… preguntar qué pasó?
—No es nada, Hache, estaremos bien.— aparenta tranquilidad, pero sus pensamientos inquietos no se lo permiten y son causantes de su próxima pregunta. —¿Uve y tú se pelean muy seguido?
Horacio la mira extrañado, momento en el que ella se da cuenta de sus palabras.
—¡Perdón! ¡Lo pregunté sin pensar!— desesperada explica tratando de remediar su error. Para nada se imaginó que sí le respondería.
—A veces peleamos, sí, pero son muy pocas veces. Lo hablamos y luego nos disculpamos rápido porque… nos queremos, y sabemos que podemos solucionarlo. Además, hemos vivido tiempos peores.
—Oh, cierto, por los altos mandos.
—Bueno, no solo por eso, hubo mucho más antes.
—¿Cómo?— la confesión le sorprende.
—Espera… ¿nunca te conté el resto, no? Cómo nos conocimos y tal…— ella niega, y al ver sus ojos repletos de intriga él aclara antes de seguir. —La historia es un poco larga, así que voy a resumirla, si quieres luego te cuento más.
—De acuerdo.
—Bien,— Horacio toma aire y da inicio a su historia. —todo empezó años atrás. Mi hermano y yo llegamos a la ciudad, éramos algo… problemáticos, por así decirlo. Un día me llegó una amenaza por twitter, así que fuimos a denunciar y allí estaba Volkov.
—¿En serio?
—Sí, él era comisario.— sonríe al recordar. —Yo le decía “comisario bombón”. Tenía una actitud muy diferente, era más frío. Jo, si lo hubieras conocido en ese entonces dirías que no es la misma persona.
—¿Tanto así?
—Ajá.— le da un sorbo a su café y continúa. —Él y el superintendente nos ayudaron con la denuncia, luego de eso mi hermano quizo meterse a la policía y yo solo lo seguí. Fuimos alumnos de policía por un tiempo y trabajé varias veces con Volkov. Era un bloque de hielo con los demás, pero tenía algo que… no lo sé, me hacía pensar que había mucho más, ¿sabes?. Yo intenté acercarme a él aunque no parecía muy interesado. Así que un día le dije “¿Me gustas, te gusto?”.
—¿Y qué te contestó?— dice expectante.
—Uff, me dijo “A ver, Horacio, te voy a ser sincero…” y luego un mucho texto solo para rechazarme.
—¡¿Que le ha rechazado?!— indignada exclama.
—En realidad dijo que no era el momento pero… yo lo había interpretado como un rechazo. Desde ese día las cosas se pusieron complicadas, parecía que todo escalaba a peor. Mi hermano se unió a un grupo y al poco tiempo ya estaban en guerra contra la policía. Yo nunca me fui de allí, Volkov tampoco, en esa época nuestra relación se sintió algo distinta. Pensé que… tendría una oportunidad luego de que todo acabase.
A pesar de los años, recordar aquellos días grises es difícil para él, haciéndose notar en la pesadez de su suspiro.
Se da una pequeña pausa para probar el croissant, que a su vez le quita un poco la amargura en su boca.
—Déjeme adivinar, las cosas no salieron bien.
—Para nada bien.— afirma y continúa. —En medio del caos me reuní con mi hermano, yo… tenía esperanza de conversar con él ¿sabes?. No tenía idea de que Volkov me había seguido, apareció de la nada e interfirió, discutí con él y… terminé disparándole. Lo llevé al hospital, por suerte lo trataron rápido, el superintendente me regañó y yo solo estallé, dije todo lo que había guardado aunque a nadie le importara realmente. Luego de eso… los doctores dijeron que Uve estaba en coma.— escucha el resuello fuerte de Alanna, obviamente impactada por la información. —Tenía muchas cosas en la cabeza y poco tiempo para pensar, supe que todo se terminaría ese mismo día cuando entré a esa iglesia. Allí estaba mi hermano, o lo que quedaba de él. El súper y yo intentamos hablarle pero… nunca nos imaginamos que todo era una trampa. La iglesia tenía explosivos, todo voló en pedazos.
—Por eso tienes…
—¿Quemaduras?— completa la frase mientras toca su cara en las zonas dañadas de su piel. —Sí, es por eso.
El moreno levanta su mirada y observa la contraria, totalmente asombrada por aquella historia que desconocía.
—Ay, Hache, de verdad lo siento.
—Tranquila, no fue tu culpa.— habla con un tono sereno. —De milagro estoy vivo, eso me dijeron los doctores. Tardé semanas en recuperarme pero logré sanar físicamente, en lo emocional… no tanto.
—Supongo que después de eso entró al fbi.
—Es cierto, mi hermano también se recuperó y los dos entramos como agentes. Luego él… desapareció por mucho tiempo pero yo me quedé. Viví muchas cosas como agente, por mi desempeño me nombraron director y más responsabilidades llegaron para mí. Perdí a muchos amigos y compañeros en el camino, no había rastro de mi hermano y ya no sabía que hacer. Hasta que llegó un diecisiete de julio.
—Espera, ¿ese día te reencontraste con Uve?— el moreno asiente, dejándola sorprendida de nuevo. Todo en su cabeza cobra sentido, por esta razón los diecisietes son tan especiales para sus padres adoptivos.
—Desde ese entonces vivimos muchas cosas, más de lo que creí de hecho. Tuvimos muchos altibajos, pero al final del día siempre terminábamos eligiéndonos por sobre todo. Hoy en día lo seguimos haciendo. Y el resto ya te lo sabes.— el de cresta finaliza, antes de beber lo que queda del café.
Alanna guarda silencio, pensando en todo lo que acaba de oír mientras termina su desayuno.
Horacio hace lo mismo y sonríe. Al repasar parte importante de su vida se siente orgulloso, ya que venció grandes dificultades contra todo pronóstico. Las memorias y cicatrices del pasado siempre permanecerán, pero el dolor que las causó tan solo fueron momentos que, al superarlos, lo guiaron a este presente. Un presente donde finalmente hay un cielo despejado y rayos de sol.
—Yo… nunca imaginé que Uve y tú hayan pasado por muchas cosas.
—Y ese solo fue un resumen.— suelta una risita, y una vez más le dice con seriedad. —Mira, lo que sea que haya pasado con Thomas, espero que puedan solucionarlo. ¿Sabes que puedes confiar en mí para contarlo, verdad?
—Lo sé, Hache, gracias a usted por confiar en mí y contarme su historia.
El nombrado le obsequia una sonrisa como respuesta. Un cómodo silencio perdura mientras saca su celular y revisa los mensajes.
—Vamos a patrullar ya, que el ruso se ha levantado nervioso.— el director comenta y hace reír a la agente.
—Vale, vamos.
El desayuno termina cuando el coche arranca, dando comienzo a su jornada laboral.
Alanna disfruta del patrullaje más de lo usual, y aprovechando el recorrido reflexiona.
Ella jamás pensó que la historia de sus jefes fuese tan dura, y verlos en la actualidad hace que sienta una profunda admiración. Sin importar que tan grandes sean las tormentas, Horacio y Volkov siempre encontrarán la forma de resolver los problemas unidos.
Y, así como sus padres adoptivos, algún día espera hallar a esa persona con quien pueda enfrentar los problemas juntas.
.
.
.
.
Fin.🤎
0 notes
watefvck · 3 months
Text
— Cuando las nubes lloran
Tumblr media Tumblr media
• one shot
• este escrito es un reto que me dieron (ver tweet acá)
• ⚠️: angst, homofobia interiorizada
⊹ 𐚁̸. . . 🌧️ . . .𐚁̸ ⊹
Las tonalidades grises se tornan más oscuras en el cielo de su nación. No le extraña en lo absoluto, los nubarrones grandes son comunes en temporada invernal, es predecible que el tiempo permanezca igual durante toda la noche.
El presagio de una fuerte tormenta es inminente, pero aquello no le importa.
En este momento, su preocupación está enfocada en otra cosa. Algo que habitualmente no suele ponerle tanta atención… hasta el día de hoy.
Día en el que sus sentimientos rebalsaron del vaso.
Todo este tiempo creyó tenerlos controlados pero, como pudo comprobar, ese no era el caso. Nunca lo fue.
No importa que tan firme se muestre frente a su familia y terceros, cuando el corazón habla, es difícil ignorarlo.
Eso intentó, lo intentó lo mejor que pudo, mas llegó un punto donde no lo soportó más. Tarde o temprano, lo guardado debe salir a flote.
Y Viktor se guardó muchas cosas.
Por esa razón se encuentra allí; sentado, semi envuelto en plena oscuridad y silencio de no ser por ese ambiente que brinda la naturaleza, el sonido de las hojas danzando en el viento y la escasa luz lunar que entra por la puerta.
El límite entre la casa y el exterior es uno de sus lugares favoritos. Aunque se vea raro ante los ojos ajenos, para él tiene algo mágico que no sabría describir.
Cerca de la entrada de su hogar siente una sensación de libertad como ninguna, le da esa seguridad para detenerse y cuestionar sus emociones. Como si aquella frontera simbólica entre lo que conoce y lo que desconoce se materializara frente a sus iris azulados.
Percibe la brisa helada acariciando su rostro, y con los párpados cerrados trata de darle orden a sus pensamientos, tan nublados como el mismo clima.
—¿Sabes que deberías estar durmiendo, verdad?
El joven se sorprende al escucharla, mira a su lado y comprueba que se trata de Aleksandra.
Ambos se observan por cortos instantes, el silencio se rompe cuando Viktor contesta:
—Lo sé, lo sé…
—Entonces, ¿qué haces aquí?— pregunta nuevamente mientras se sienta junto a él.
—Estoy… estoy pensando.
Ráfagas de viento soplan con fuerza, cada una más fría que la anterior, más señales de que una tormenta amenazante está por llegar. Los hermanos mantienen su conversación casi a susurros.
—Fue un día largo para ti, ¿no?, esas prácticas te dejaron sin energía.
—Tu lo haz dicho.— él se ríe apenas un poco, no hace falta que diga nada, su hermana es buena leyendo a las personas, incluyéndole sobre todo.
Siendo la persona que más confía en este mundo, Viktor le ha expresado a su hermana cuánto disgusta esas prácticas para entrar al servicio militar. No solo lo dejan exhausto físicamente, también su parte emocional queda bastante dañada.
Hay días que se nota más, otros que se nota menos, pero sin siquiera saberlo, esa misma noche tocará fondo.
—Yo sé que tienes tus motivos, pero… de verdad, no entiendo por qué sigues yendo ahí si te tratan tan mal.
—Y como siempre, te repito, es algo que debo hacer. No tengo otra opción, quizás… nunca la tenga.— un trueno ligero resuena en el ambiente.
—No seas tan negativo, piensa en el futuro.
—¿Qué futuro, Alek?— pregunta seco.
—¿No planeas hacer nada luego de la academia militar?
—Luego de eso… dejaré que pase lo que tenga que pasar.
—Viktor, te conozco, en tu interior seguro hay algo que desees hacer, solo que… aún no lo sabes.
—Eso… eso no lo creo.— relámpagos fugaces son visibles entre las nubes.
—¿Al menos crees en algo?
—Creo en tu futuro.— dice al instante, con su mirada fija en el cielo. —Te esfuerzas mucho por ti, por mamá, por mí… lo das todo en tu trabajo, incluso tu pareja te apoya.
—Ey, todavía estoy conociendo a Nikolai, más despacio, por favor.— ella simula un tono ofendido, causándole a Viktor una risita silenciosa.
—Bien, bien, pero lo digo en serio… siempre muestras lo mejor de ti, para todo y todos. Eso lo admiro y… ver tu motivación, por momentos, me hace creer que también lograré grandes cosas como tú.
Aleksandra sonríe, consciente de lo importante que es para su hermano.
Ella es un pilar fundamental en su vida, un ejemplo a seguir; si algún día se cayera, él no podría soportarlo.
—Estoy segura de eso, Viktor. Ya te lo he dicho, mereces todo lo bueno, y cualquier cosa que pase sabes que yo estaré aquí para escucharte.
—Lo sé…— responde luego de un suspiro.
Otro trueno se escucha, ahora con más intensidad.
Esta charla pacífica con su hermana le da ese empujón necesario para sincerarse.
—No quiero ir a la academia.
Su confesión no parece sorprenderle, mas la joven no se imagina lo que está por escuchar a continuación. Guarda silencio y deja que se exprese.
—Cada día las prácticas son más complicadas, los castigos más duros, las palabras… hirientes. E-Es algo que puedo soportar. Pero es que… estoy mal, algo está mal en mí. N-No tengo idea de cómo pasó o si podré arreglarlo, pero si lo descubren… me castigarán de la peor forma…
—Viktor, ¿a qué te refieres?
El nombrado siente un nudo en su garganta por aquella pregunta. Cuando la mira, ella está observándole preocupada por su próxima respuesta. Un último trueno se oye. Sabe que ya no puede ocultarlo, y con todo el temor por fin contesta:
—Creo que… creo que me gustan los hombres.
Muestra una ligera sonrisa, en un inútil esfuerzo por ocultar sus sentimientos, pero ¿a quién quiere engañar?. Las lágrimas salen de un segundo a otro, cambiando por completo su expresión ahora escondida por sus manos.
—Me gustan los hombres…— su voz quebrada se mezcla con el sonido de la lluvia que tan solo acaba de iniciar.
Una coincidencia que lo ha perseguido toda su vida vuelve a hacer presencia.
Cuando llora, las nubes lloran junto a él. Como si de un acompañante se tratase, porque al igual que el agua, sus emociones fluyen sin control.
Deja salir toda angustia reprimida, sintiendo a flor de piel aquello que por tanto tiempo quizo evitar. Por instantes parece que cataratas recorren su cara, y nadie puede juzgarlo.
Oyó a su corazón, y la verdad le está afectando.
Los sollozos continúan hasta percibir la mano de su hermana sobre su mejilla, se tranquiliza un poco antes de verle nuevamente a los ojos.
Ella parece calmada, es una reacción que lo asombra. Contrario a lo que pensaba, la joven no lo juzgará, nunca lo hará.
—Está bien, Viktor.
—¡No, no está bien!— alza su voz por primera y única vez. —¡Esto no tiene que pasar! No sé cómo pudo pasarme, no… no puedo evitar sentirme así. Hay algo mal en mí.
—Escucha, Viktor, no hay nada malo en ti.— dice con firmeza. —Solo… estás descubriendo algo nuevo de ti que no sabías. No debes evitar tus emociones, si es lo que sientes, entonces… tienes que aceptarlo. Tienes que aceptarte.
—¿Eso crees?
—Por supuesto.
—Yo… no quiero que me castiguen.— una mueca de tristeza aparece en su rostro, y una vez que seca sus lágrimas Aleksandra le contesta.
—Viktor, sé que es difícil para ti ahora. Quizás hoy no sea el momento, ni el lugar…— acaricia su rostro. —Pero, algún día, podrás mostrarte tal cuál eres. Sin juicios, ni castigos, solo siendo tú mismo con los demás.
—¿Cómo… estás tan segura?
—Porque mereces amor y respeto, y confío en que encontrarás a una persona que te ame muchísimo.
Unas pocas lágrimas escapan, esta vez de felicidad.
—Creí que… estarías enojada conmigo.
—¿Enojada contigo? Jamás. Soy tu hermana, Viktor, yo siempre te voy a querer.
Tan confortante son sus palabras que el joven no deja pasar la oportunidad, abraza a su hermana con todo el cariño que puede dar, y es correspondido. La lluvia no se detiene, mas se vuelve calmada y suave, complementando a la perfección aquella escena.
—Gracias, Alek, por… todo.
—No me lo agradezcas, sabes que puedes contar conmigo.— ella afirma, mientras da un par de caricias en su cabello.
—Tengo miedo de qué vaya a pasar, no quiero que alguien más se entere.
—No diré nada, esto se queda aquí, entre tú y yo.— le aclara. —Creo en un futuro para ti, donde puedas estar con esa persona especial y ser feliz, solo… tienes que esperar. Ahora debes ser fuerte, aunque te digan cosas hirientes, no dejes que nadie apague tu luz. ¿De acuerdo?
—… de acuerdo.— sonríe, al mismo tiempo que su rostro se empapa nuevamente.
Las lágrimas ya no son causadas por dolor, sino por la sinceridad de Aleksandra. La felicidad de saber que ella lo comprende.
Todavía se siente inseguro consigo mismo y su futuro, mas las frases esperanzadoras le hacen pensar que podrá alcanzar una vida feliz, al menos por unos instantes.
En el fondo de su corazón, siempre tendrá una pizca de fe para que logre sanar.
Los hermanos mantienen su abrazo un poco más, antes de que ella consiga convencerlo de ir a descansar.
Eventualmente Viktor regresa a su cama, ahora más tranquilo, con su mente y espíritu en armonía mientras cae a los brazos de Morfeo.
Calma hay en su ser, calma hay en las nubes, que al cabo de un rato también dejaron de llorar.
.
.
.
.
⛅️fin.
1 note · View note
watefvck · 4 months
Text
— (sin título #27)
• drabble
• soft
⊹ 𐚁̸. . .
—Joder…— el de cresta balbucea, ya algo frustrado, ha perdido la cuenta de las veces que intentó abrir esa pequeña caja sin éxito.
Prueba de un lado, prueba de otro… nada parece funcionar, ¿donde está el truco?
Aquella no es su única pregunta, también quiere saber de dónde saca su novio la paciencia necesaria para esperar a que él lo descubra.
Es una prueba más de cuánto ama a su estrella, porque desde que le dió ese cubito plateado, ha visto todos y cada uno de sus movimientos con una sonrisa.
“¿Qué es la cosa tan importante de aquí dentro?” el moreno cuestiona internamente, su enojo se incrementa aún más.
—¡Agh!— con enfado exclama, y desesperado propone la primera solución rápida que se le viene a la cabeza. —¿Si lo tiro al suelo se abrirá?
La expresión del ruso cambia por completo a una de preocupación. No porque la cajita se rompiese, sino por el posible daño que le haría al contenido.
—N-No es necesario, cariño.— suelta rápidamente. —Yo te ayudo a abrirla.
—Hombre, ¿por qué no me lo dijiste antes?, que llevo no sé cuantas horas intentando.
El comentario le provoca a Volkov una ligera risa, y luego de suspirar dice:
—Bueno, es que… tienes que verlo por ti mismo.
Así, el ruso posiciona su mano debajo de la de Horacio, guiándolo con los dedos hace que estos deslicen los bordes de la cajita, por fin abriéndola.
El objeto que hay dentro se revela, y deja al de cresta casi boquiabierto.
Asombrado no solo por la peculiar forma de abrirse, también por el hermoso anillo que sus ojos están viendo.
El silencio dura unos instantes, Volkov está expectante a la reacción de su amado.
Luego de que este procesara la información, lo mira y dice sarcástico:
—¿No querías ponerme un puzzle más difícil?— nuevamente, el contrario se ríe.
—Lo siento, querido mío, pensé que…
—Lo siento nada.— interrumpe. —Me debes un beso.
—Jajaja ¿en serio?
—Sí, hablo en serio, luego me dices tu mucho texto, ahora ven y bésame, ruso.— es lo único que puede pronunciar, su emoción es tanta que sólo desea cumplir lo dicho.
La unión de sus labios no se hace esperar, es apasionadamente dulce, mostrando aquella euforia compartida. Sobre todo Horacio, que luego de esperarlo tanto, aquel momento se convierte en uno de los mejores que ha vivido.
Su ruso, su gran amor, le ha propuesto pasar el resto de sus vidas juntos.”
.
.
.
.
🤍fin.
0 notes
watefvck · 4 months
Text
— (sin título #26)
• drabble
• especial año nuevo
⊹ 𐚁̸. . .
—Para el próximo año, deseo que estemos juntos.— Horacio rompe el silencio y finalmente contesta la pregunta, nervioso, bebe el primer sorbo de champán mientras su vista permanece en el cielo estrellado.
Volkov lo mira, extrañado.
—Pero… ¿qué no estamos juntos ahora?— dice confundido, provocándole una ligera risa al contrario.
—Sí, amor. Me refiero a que… me gustaría que estemos más unidos que ahora, en nuestra relación.
—Lo estaremos, eso sin dudas.
—No, Viktor, no estás…— el ambiente se torna tenso cuando el moreno habla con seriedad. —Lo que quiero decir es- deseo que estemos juntos, quiero estar para ti, ser… mucho más que tu novio.
Cuando su estrella lo observa, la expresión del ruso cambia por completo. Este por fin logra comprender.
En esa noche despejada a treinta minutos de un nuevo año, con la tensión invadiendo por completo sus cuerpos y aquel balcón donde se encuentran, se lleva a cabo el inicio de una larga charla que habían dejado pendiente.
—Vik, en nuestro aniversario, ¿recuerdas que me preguntaste sobre el futuro y… el matrimonio?”
.
.
.
.
Fin🍾
0 notes
watefvck · 4 months
Text
— No se permiten gatos
Tumblr media Tumblr media
╴╴╴╴⊹˚. ✦ .˚⊹ ╴╴╴╴
• drabble
• día 3
╴╴╴╴⊹˚. ✦ .˚⊹ ╴╴╴╴
"8:35pm. Bueno, 8:36pm en realidad, hora casi exacta en la que Volkov saca la basura; una tarea no muy complicada que hace a diario.
Personalmente se encarga de llevar y tirar la bolsa desechable en el gran contenedor que hay fuera del edificio. No le toma mucho tiempo, pero está noche su rutina será un poco... diferente.
Luego de cumplir su labor, paciente aguarda el ascensor para volver a su hogar, sin saber que tendría compañía en su regreso.
—¡Volkov!— escucha detrás suya. Sonríe, reconoce con facilidad esa voz.
Se trata de Horacio, el muchacho alegre y extrovertido que vive en el departamento de al lado. Aunque siempre muestre una actitud amable, en realidad Volkov no es alguien que converse mucho con los vecinos, pero el de cresta es la excepción. Le agrada mucho su personalidad, el contrario opina lo mismo, y siempre aprovechan su oportunidad de hablar cada vez que se cruzan.
—¿Qué tal, Horacio? ¿Cómo estás?— dice algo sorprendido, nunca se han encontrado a estas horas antes. Al inicio no piensa que esto sea raro, hasta que lo observa detenidamente, el moreno tiene una posición inusual en sus brazos y parece ocultar algo debajo de su chaqueta.
—Un poco cansado la verdad, pero bien, ¿y tú?
—Yo también estoy bien, em... ¿qué tienes ahí?
—Eeeh...
El ruso se extraña aún más cuando el contrario mira rápidamente hacia la cámara de seguridad en la entrada. Y antes de que pudiese continuar, la llegada del ascensor interrumpe el momento.
El corto viaje es más silencioso que de costumbre. Por un instante Volkov piensa que se quedará con la intriga, y que bueno que se equivocó. Cuando llegan a su piso el moreno lo invita a pasarse un rato, y con mucha curiosidad por lo que está sucediendo acepta sin dudarlo.
Una vez dentro del departamento de Horacio, este le dice:
—No quería exponerlo allí abajo, mira...— con cuidado abre su chaqueta, revelando lo que tanto se esforzó por ocultar. Un pequeño gatito de color marrón sale a la luz y se presenta con maullidos agudos.
El ruso solo puede expresar asombro mientras su vecino lo mira sonriendo, obviamente no se demora en reaccionar.
—Horacio, sabes que no permiten gatos en el edificio y... ningún otro animal.
—Lo sé, lo sé, pero es que... ¡míralo!— exclama enternecido. —Lo encontré en una caja, al parecer lo abandonaron, ¿por qué la gente es así de mala?— pregunta más para sí mismo.
Volkov se acerca para observar mejor al felino de tan solo unos meses de edad. Entiende perfectamente porqué Horacio lo trajo, la ternura que desprende el pequeño es irresistible, y duda si en su lugar hubiera hecho lo mismo.
—¿Por qué no... lo llevaste a un refugio o algo parecido?
—No iba a dejarlo con cualquier persona, ruso, hay que buscar un lugar de confianza.
—Tienes razón, pero ahora... será un poco complicado.
—Bueno, puede quedarse aquí mientras le encuentro un nuevo hogar.
—No creo que sea buena idea, Horacio, podrían descubrirlo.— expresa preocupado.
—No si lo oculto bien.— le responde con seguridad. —Lo cuidaré todo lo que pueda hasta encontrarle un lugar seguro, no debe ser tan difícil.
El ruso cuestiona el plan para sus adentros. Las reglas del edificio son bastante estrictas, cualquier mínimo descuido traerá como consecuencia que saquen al animal y, en el peor de los casos, también desalojen a la persona.
Obviamente no le gustaría que eso pasara.
—¿Puedo...?— dice extendiendo sus manos, el moreno comprende y con cuidado se lo pasa. Ese hombre de dos metros sostiene al pequeño entre sus brazos como si de un bebé se tratara, cosa que enternece aún más el corazón del contrario. Lo mira por unos instantes, y luego de reflexionarlo habla decidido. —Será mejor que... te ayude con esto, Horacio.
—¿De verdad?
—Claro, si tú también quieres...
—Me encantaría.— responde feliz. —Al niño no le vendría mal tener dos papás ahora, eh.
—¿Cómo?
El de cresta no puede evitar soltar una carcajada al ver la reacción del ruso, quien segundos después lo acompañó con su risa. Aunque fuera una simple broma, Horacio no estuvo tan alejado de la realidad.
Luego de aquella noche, los vecinos trabajan juntos para darle la mejor estancia al felino. Saben que algún día hallarán un lindo hogar donde pueda quedarse, por ello desean aprovechar el tiempo a su lado lo máximo posible.
Además de brindarles recuerdos bonitos, gracias al pequeño ambos hombres logran conocerse mucho más.
Y así como se atrevieron en arriesgarse para cuidar del gatito, quizás un día también se atrevan a expresar sus sentimientos por el otro."
.
.
.
.
Fin ⋆
0 notes
watefvck · 4 months
Text
— (sin título #25)
• drabble
• especial navidad 🎄
⊹ 𐚁̸. . .
"La cena familiar concluye con un gran brindis cuando el reloj marca las doce. Entre bonitas palabras y buenos deseos, los Pérez reciben la navidad con alegría.
Para el de cresta es un sentimiento extraño, hace años que no celebra esta fecha de manera "normal" por así decirlo, siempre habían obstáculos de por medio que le impedían pasarla bien. Pero esta ocasión resulta mucho más tranquila.
Es raro, pero no se queja en lo absoluto.
Lo mismo le sucede a Volkov, aunque de una forma un tanto diferente...
—Ay, Uve, no es necesario...— Charlotte habla con ese tono sereno que tanto la caracteriza, mientras coloca los últimos platos en el fregadero.
—No se preocupe, yo le ayudo.— dice poniéndose a su lado.
Suegra y yerno se ocupan de lavar los utensilios, mientras mantienen una agradable conversación. —Gracias por la cena, todo estuvo delicioso.
—No hay de que, ¿la estás pasando bien está noche?
—Por supuesto.— responde alegre. —Hace tiempo que... no tenía una navidad así.
Los suegros de Volkov ya conocen su historia, él -y en parte Horacio- se las contó.
Saben que el ruso perdió a su madre cerca de estas fechas y los últimos años no fueron las mejores vísperas, por eso ellos planearon esta reunión. Bueno... en realidad Charlotte lo planeó todo, y a pesar de que Andrés no le hacía mucha gracia, logró convencerlo con éxito. Para sorpresa de todos la convivencia resulta bastante buena, aunque los leves roses entre ellos nunca faltan.
Pese a todo, el ambiente se siente verdaderamente como uno acogedor y familiar.
—Que bueno oírlo.— dice ella.
—¿Y usted? ¿La está pasando bien?
—Sí, me alegra mucho que podamos pasar tiempo en familia, espero que el año nuevo también lo pasemos todos juntos.
La sinceridad de Charlotte hace sonreír al ruso, este también comparte el mismo deseo.
—De eso no hay duda.— afirma contento, y cuando terminan de lavar los platos restantes dice. —Gracias por... invitarme y hacerme sentir parte de esto.
—Oh, Uve, tú ya eres parte de la familia.— lo mira. —Este es tu hogar, y siempre tendrás un lugar aquí, nunca lo olvides...
Con un hermoso sentimiento de felicidad en su ser, le devuelve la mirada con una amplia sonrisa.
—Sí, siempre estaremos aquí...— la repentina aparición de Andrés lo sobresalta un poco. Y colocando la mano en su hombro continúa bromeando. —¿Quien no querría pasar las fiestas con la rata rusa?
—¡Andrés! ¿Qué hablamos sobre esto?— habla la mujer con algo de enojo.
No debería, pero en su interior a Volkov le causa gracia esta situación.
Luego de un suspiro pesado, el suegro corrige su frase.
—¿Quién no querría pasar las fiestas contigo? Eres... soportable.
—Agradesco el cumplido.— responde junto a una ligera risa. Sabe que Andrés lo ha dicho de mala gana, pero no puede negar el hecho de que su relación va mejorando, al menos poco a poco.
—¡Oigan, ya están por empezar los especiales!— escuchan a Gaia desde la distancia, y los tres no se demoran en ir a la sala de estar.
En la comodidad de los sofás, la familia disfruta de las películas. La diversión y risas no se quedan atrás, sobre todo para el par de novios, sus manos permanecen unidas el resto de la noche.
Después de tanto tiempo, Horacio puede gozar de una buena navidad con las personas que más quiere. Después de tanto tiempo, Volkov vuelve a sentir lo que es estar en familia."
.
.
.
.
Fin🎄
1 note · View note
watefvck · 4 months
Text
— (sin título #24)
• basado después del stream 17/12/2023
• un poco angts/soft, larguito
⊹ 𐚁̸. . .
"El par de novios acuerdan pasar el resto de los días juntos en aquella ciudad. Con sus maletas bien ordenadas, el de cresta ya está listo para trasladarse al departamento de su amado.
El primer día resultó bastante atareado, incluso dejándolo exhausto, pero eso no quita que la ha pasado bien.
Aunque... por algo que escuchó, lo dejó con una pequeña inquietud por el resto del día.
"Madre mía, pobre Volkov..." aquellas palabras dichas por la compañera de trabajo siguen rondando en su cabeza. Por más que haya intentado despejarse, estas parecen volver solo para atormentarle.
No puede evitarlas.
No puede evitar sobre pensar a cerca de su relación.
En verdad no quería hacerlo. Volkov lo ama demasiado, eso sin dudas, pero en ocasiones se pregunta si el peligris merece estar con alguien como él.
Quizás suene absurdo en su mente, pero es inevitable sentirse de esa forma cuando la situación le sobrepasa.
Con esas malas emociones llega al departamento, donde su novio lo recibe con un dulce abrazo y besos que logran reconfortarle, al menos por un instante.
—Te he estado esperando.— pronuncia con ese tono suave, el cual reserva solo para el de cresta, el único que tiene la fortuna de escucharlo.
—¿De verdad?
—Por supuesto, ahora mismo... lo más quiero es estar junto a ti.
Conmovido por sus palabras, Horacio lo mira con una ligera sonrisa.
A veces se pregunta qué hizo exactamente para merecerlo, así como duda si Volkov en verdad le merece.
De nuevo, los pensamientos dañinos le atacan sin piedad.
—¿Cocinamos? ¿O prefieres pedir algo?— sugiere su novio.
—Mejor pidamos, estoy algo cansado para cocinar...
—Está bien, cariño, te... ¿te encuentras bien?— su voz expresa preocupación cuando nota que la luz de su estrella está un poco apagada.
Lo conoce perfectamente, por la actitud sabe que Horacio no solo está cansado.
—Tranquilo, no es nada.— aparenta una falsa despreocupación.
—¿Estás seguro?— mira a los ojos bicolores. —Sabes que... puedes contarme lo que sea, quizás podamos solucionarlo juntos.
El de cresta percibe como su corazón late con fuerza.
Se siente apenado por guardar sus emociones para sí mismo, lo hizo por tantos años que ahora expresarlas directamente es complicado. Lo intenta, mas aún le cuesta y trata de trabajar en ello.
Las palabras de Volkov le recuerdan que expresarse es lo correcto. Y sabiendo que tiene a una persona como él para escucharlo y apoyarlo, le da la confianza suficiente para hablarlo.
—Eeh... cuando me presentaste a tus compañeros hoy y empezaron a hablar de nosotros, de nuestra relación, me sentí... bueno...— nervioso trata de ordenar sus pensamientos mientras aparta la mirada. Tampoco quiere extenderse mucho, así que finaliza diciendo. —Lamento si a veces no soy... lo suficiente para ti y para nosotros, ya sabes...
El silencio hace acto de presencia, y Horacio puede percibir una pesadez en su pecho.
Parece que nada podría quitarle esa inquietud de su ser, hasta que siente las tibias manos de su pareja agarrando las suyas, y junto con suaves caricias el ruso deja un pequeño beso en ellas.
Sorprendido, el moreno fija su vista en él.
—Horacio, tú eres suficiente. Lo que digan los demás...— las miradas se conectan nuevamente. —Ellos no nos conocen, no saben cómo somos en realidad, y tampoco deberían opinar de ello. Yo... fui el que habló con mis compañeros sobre nuestra relación, y... no tuve que haberles contado de más.— confiesa con claro arrepentimiento en sus ojos azulados que el de cresta logra notar. —No creí que... eso podía lastimarte, lo lamento, cariño.
El moreno lo observa por unos segundos más antes de abrazarlo con ternura, y el contrario corresponde.
—Lo lamento...— repite, esta vez casi en susurros.
—Está bien,— dice con el mismo tono mientras le deja caricias en la espalda. —no te preocupes, te perdono.
—Tú eres el amor de mi vida, estoy y siempre estaré agradecido de tenerte a mi lado.
—Lo mismo digo...
Con la cercanía intacta un beso entre ambos no se hace esperar, tan dulce y cálido como los que suelen darse. Y cuando sus labios se separan, sus ojos se encuentran una vez más.
—Te amo, моя звезда. (mi estrella)
—También te amo, rusito.— sonríe, feliz por haber hablado con su pareja al respecto. —Por cierto, ¿qué pedirás para cenar?
—No lo sé, ¿qué prefieres tú?
—Mmm... ¿y si te prefiero a ti?— dice divertido.
—Bueno, podría ser una opción...— sigue el juego, por las mejillas sonrojadas del moreno se da cuenta que este no se lo esperaba, y sonriente continúa. —También nos falta bañarnos, querido mío...
—¡¡Viktor!!
El nombrado estalla de risa, nada en el mundo le parecerá más adorable que ver las reacciones de su pareja.
Aquella noche los novios se vuelven más inseparables que nunca, recuperando todo el tiempo que se han echado de menos. Y están muy felices.
Felices de estar juntos otra vez. Felices de amarse como ellos saben hacerlo. Felices de saber que, pase lo que pase, siempre estarán allí para el otro."
.
.
.
.
Fin<3
0 notes
watefvck · 4 months
Text
— (sin título #23)
• drabble
• basado en el stream 17/12/2023
⊹ 𐚁̸. . .
"Su alegría al verlo es tanta que no duda ni un segundo en lanzarse a sus brazos. Pese a que sólo fueron unas pocas semanas, el ruso siente que no lo ha visto en meses.
Aquel abrazo de reencuentro terminó de forma caótica con ambos hombres cayendo al suelo. Claramente no salió como el ruso esperaba, pero eso es lo de menos.
La situación involuntariamente cómica provoca que el de cresta se sorprenda y suelte una risa en el proceso.
Esta es acompañada por la de un avergonzado Volkov, que mientras lo ayuda a levantarse dice:
—Perdón, me tiré a tus brazos...
Horacio niega un poco con la cabeza y vuelve a reír. Sabe perfectamente que el ruso lo ama mucho, mas le siguen asombrando aquellos gestos que se lo afirman día a día. En definitiva, no pudo imaginarse un encuentro mejor.
—¿Me has extrañado, eh?— habla divertido.
—Hombre, me hacías mucha falta...— confiesa, mientras su mirada se conecta con la de su amado. Nuevamente puede ver esos brillantes ojos bicolores que tanto adora.
En esta ocasión, el segundo intento de abrazo resulta mejor. Mucho mejor. Un suave beso acompaña la calidez del momento, aclarando una vez más cuánto esos labios, así como sus almas, se han echado de menos."
.
.
.
.
Fin<3
0 notes
watefvck · 4 months
Text
— Mis votos de amor (V)
• drabble, pov: Volkov
• escrito complementado con los votos de H
⊹ 𐚁̸. . . 💍 . . .𐚁̸ ⊹
Gran parte de mi vida, sentí que estaba caminando en medio de la oscuridad. Sin saber dónde estaba o hacia dónde me dirigía. Me sentí... perdido, me sentí solo, y por un largo tiempo pensé que siempre sería así.
Hasta que un día conocí a una estrella, la más brillante ante mis ojos. Una persona hermosa que me ha enseñado y me sigue enseñando muchas cosas, que me ilumina y hace de mi vida mucho más bonita.
Esa persona eres tú, Horacio Pérez.
Eres la razón por la que me levanto todas las mañanas. La razón por la que vale la pena seguir adelante.
Eres la luz y la alegría hecha persona, con una calidez tan genuina que logró descongelar el hielo en mi corazón.
Eres lo más importante en mi vida, estoy tan agradecido de tenerte a mi lado, y tan feliz de que por fin estemos aquí.
Horacio Pérez, querido mío, mi estrella, мой муж (mi esposo)... prometo darte lo mejor en esta nueva etapa de nuestras vidas. Lo haré por ti, por mí, por nosotros, por nuestro futuro y felicidad. Siempre juntos.
.
.
.
.
Fin<3
[leer los votos de H]
3 notes · View notes
watefvck · 4 months
Text
— Mis votos de amor (H)
• drabble, pov: Horacio
• escrito complementado con los votos de V
⊹ 𐚁̸. . . 💍 . . .𐚁̸ ⊹
Durante una gran parte de mi vida, tuve aquel deseo de encontrar a alguien especial. Alguien a quien pueda amar de manera incondicional. Alguien que esté a mi lado, en lo bueno y en lo malo, y sea consiente que también estaré allí.
Sea donde sea, sea como sea... yo estaré para escucharte, para entenderte, para acompañarte, porque sé que también lo estarás para mí.
Pero, aquello era solamente un deseo, algo muy alejado de mí... o eso creía. Cuando te conocí, cuando nos reencontramos luego de años, cuando los malos tiempos pasaron y tú seguías a mi lado, supe que mi sueño se hizo realidad.
No me alcanzan las palabras para explicar lo importante que eres para mi, lo feliz que me haces cada día y lo agradecido que estoy de tenerte en mi vida.
Pero eso de seguro ya lo sabes.
Viktor Volkov, eres mi gran compañero, el amor de mi vida, y a quien tengo ahora el honor de llamar esposo.
Estoy contento de empezar esta nueva etapa y vivir el resto de mis días junto al hombre que tanto amo. Siempre juntos."
.
.
.
.
Fin<3
[leer los votos de V]
1 note · View note