Tumgik
zery-pizarro · 2 years
Text
Un encuentro imaginario con alguien real...
Camine de celda en celda viendo y conociendo cada dia un poco mas sobre las otras reclusas. Todas presas en La Correcional La Depresion. Un lugar sin colores, ni musica, ni un rico pedazo de pastel. Los colores no tienen relevancia por que ninguna podemos ver. La comida no es sabrosa ya que no hay amor
en ella. La musica es una distraccion innecesaria para las reclusas de esta institucion. Madres que abandonaron sus hijos, y madres que no pudieron ser, porque son victimas de la sociedad y de sus propios padres. Ningun niño nace con instrucciones, pero es comun que sus padres pretendan vengar su dolor cometiendo errores que saben como evitar, pero cometen para vengar sus heridas. Mis compañeras de prision no son malas, solo cargan con grandes heridas. Me senti sola y hasta desamparada por Dios. Quise quitar mi vida, pero Dios no me daria una carga que no pueda sostener. En esta prision he aprendido a confiar, a creer y a esperar. Dios me dara la libertad. El jefe de la correcional se llama Satanas. Ese los explota emocional y fisicamente. Su doctrina es que no puedo, que no valgo y que Dios jamas me hara libre. La Depresion es un lugar oscuro y doloroso tanto que desconectar es la univa forma de no terminar con mi vida. Los dias pasan y siento una impotencia no caracteristica de mi antes fue alegre, segura y autosuficiente, entonces el miedo me arresto. Fue ahi cuando supe que mi libertad habia sido confiscada. Por mas desesperada que estaba tenia que pasar por lo inevitable. Enfrentar mi realidad, tomar responsabilidad. Una noche encerrada en mi celda, tuve una audiencia con Dios mi rey reclame el porque de la muerte de Cristo, una parte de mi no aceptaba que su muerte hubiese sido tan cruel. Argumente y luego me encontre en un techo blanco, las casa nocomo ahora sino como pudieron ser al momento de la crucificion. Estaba en ese techo blanco, cuando lo vi. A Jesus claramente cargando la cruz cubierto de heridas y cruzo miradas conmigo. Su mirada me libero de toda duda. No podria hacer nada por el aun estando alli. Me dijo “porque te amo” en llanto le grite que no podia permitirlo y que lo amaba “eres el hombre de mi vida” le dije. Ahora se que no debo sentir culpa sino agradecimiento. De alguna manera sigo presa, pero mi encuentro con el me asegura la libertad
-Carlota Geovanetti. (sin poderse editar)
1 note · View note