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2021 Pride Month Celebration [11/30 LGBT+ Characters] Klaus Hargreeves “Ok, well, sorry. I’m just gonna go murder mom really quick. I’ll be right back.”
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inothertime · 3 years
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Klaus Hargreeves es otro de los 43 niños nacidos el 1 de Octubre de 1993 sin explicación alguna —al principio del día su madre no mostraba ningún síntoma de embarazo—, y uno de los nueve infantes que el multimillonario Sir Reginald Hargreeves adoptó para crear su grupo privado de súper héroes, siendo catalogado como Número 4.
Al igual que sus hermanos, no tuvo una crianza convencional ya que su padre nunca los trató como si fueran sus hijos, sino que vio en ellos a un grupo de niños a los que adiestrar severamente, y en muchas ocasiones de manera extremadamente cruel. Por supuesto, esto dejó múltiples secuelas en Klaus que no sabe cómo gestionar de un modo saludable. Aunque en su fuero interno agradece el cariño brindado por su madre durante aquellos años, quien se encargó de bautizarlo con un nombre propio y no un simple número. Peculiarmente, su madre es un robot creado por el propio Reginald para cuidar de los niños.
 Habilidades:
Tal y como el multimillonario aventuró, los niños nacidos aquel día poseyeron habilidades especiales, y Klaus no fue la excepción.
Apodado por el público como The Séance, sus poderes consisten en convocar, contactar, ver y hablar con los muertos. Así como tocarlos y poseerlos. Sin embargo, Klaus no es consciente de su potencial ya que siempre ha renegado de ellos y ha buscado el modo de esquivarlos e incluso anularlos.
Por supuesto, tiene nociones de combate cuerpo a cuerpo. Pero, simplemente, no le apetece ponerlas en práctica.
Pasado y consecuencias:
Siendo tan solo un niño, no es difícil deducir que sus poderes le atemorizaban y esto hacía que su desarrollo heroico fuese más lento que el de sus hermanos. Sir Reginald, queriendo ponerle remedio y exprimir su potencial al máximo, lo sometió a entrenamientos personales que, irónicamente, consiguieron el efecto contrario en Klaus.
Era encerrado en criptas, completamente solo y a oscuras, para que se enfrentase a su temor y aprendiese a lidiar con ello. No importaba cuánto suplicase a su padre porque lo dejara salir, podía pasar días enteros rodeado de espíritus a los que no llegaba a entender.
Esto derivó en varios problemas emocionales en él, tales como estrés post traumático, inseguridad, sensación de inutilidad y aislamiento emocional. Nada que se aprecie a simple vista ya que Klaus esconde todo eso tras una personalidad esperpéntica, arrolladora, despreocupada y con un sentido del humor desorbitado que no cae en gracia a prácticamente nadie.
Sin embargo, y en muy contadas ocasiones, sí ha dejado ver atisbos de su inestabilidad emocional. Un claro ejemplo de ello en su adicción al alcohol y las drogas, gracias a los cuales anula por completo sus habilidades y puede vivir con cierta paz. También, manteniéndose alejado de los asuntos familiares ya que desde pequeño siempre fue tratado como la oveja negra y el hermano más inservible para la Umbrella Academy. Tanto es así que él mismo se anula en situaciones donde requieren de su presencia escudándose en la indiferencia. Realmente, ansía que sus hermanos le tomen en serio.
Actualidad:
A día de hoy, al igual que casi todos los Hargreeves, Klaus se mantiene completamente desvinculado de La Umbrella Academy; también de sus hermanos, con los cuales sólo contacta cuando quiere dinero o simplemente tiene ganas de incordiar.
La única excepción a esto es Ben, su hermano fallecido. The Séance se negó a dejarlo marchar y lo invocó el mismo día de su muerte para que permaneciesen juntos. El hecho de ser el único de los hermanos que puede verlo le hace sentir especial, razón por la que no ha compartido este dato con ninguno de los Hargreeves. Se pasa el día peleando con él y haciendo comentarios ofensivos sobre su muerte, pero la realidad aplastante es que estaría mucho más perdido sin la presencia de Ben. Lo considera su estrella guía.
De hecho, es altamente posesivo con él y lleva realmente mal que otras personas también puedan verlo.
Por supuesto, no tiene afán por ganarse la vida y se limita a vivir de su encanto para engatusar gente que lo mantenga junto a sus vicios, algo que se le da realmente bien. Y aunque ha estado en varios centros de rehabilitación, la realidad es que no tiene el más mínimo interés por dejar sus adicciones.
De hecho, desde la reciente muerte de su padre —hecho que lo alegra enormemente—, se le ve frecuentemente rondando la mansión con el propósito de saquear cualquier objeto de valor que pueda canjear por drogas y alcohol. Eso sí, gracias a esto ha tenido más acercamiento con los siete Hargreeves restantes vivos. Algo que ha reforzado su sentimiento de inutilidad ante los demás.
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inothertime · 3 years
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Goodbye, Reginald.
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Los hermanos recibieron una citación para que acudieran a la antigua mansión que todos compartieron años atrás, antes del final de la Umbrella Academy. Era raro reunirse de nuevo una vez más, en especial ahora que faltaban dos miembros del equipo y la familia. Pero más aún por las circunstancias que los reunía en la casa: Sir Reginald Hargreeves, padre por imposición y dictador a jornada completa, había fallecido. Ninguno sabía cómo sentirse respecto a ello, o al menos no coincidían en su modo de despedir “al viejo.” 
Aunque si se acercaron a darle el adiós. Con la esperanza de que fuese el último.
Wanda entró como si fuera a dar una sorpresa a alguien, imagen muy diferente a la que se encontró en su interior: a nadie.
—¡¿Hola?! —Terminó diciendo, sintiendo que se le apagaba el gesto cada vez más—. ¿Mamá? ¿Pogo…?
Diego, al oír la voz de la pelirroja esbozó una sonrisa con gesto cariñoso nada propio de él. Caminó sigilosamente hasta la puerta que conducía al pasillo en la que se apoyó con aire chulesco.
La misma llave que se había tirado días mirando giró en la cerradura una vez más y Kiara se hizo paso de nuevo en la mansión de los Hargreeves.
—Genial —dijo para sí misma, seguido de un suspiro. No apreció señales de vida por ningún lado hasta que visualizó los rizos color fuego de Wanda, seguramente a una de las que más habría echado de menos—. ¿Wendy?
Siguió su primer instinto que fue estrecharle entre sus brazos con quizá más ímpetu de lo que cualquiera podría haber esperado de ella. No tuvo que escudriñar demasiado lejos para dar con Diego.
—Una persona que dice ser llamada igual que un pulpo gigante nos está mirando como si fuese la persona más interesante del planeta Tierra. ¿Es que no va a cambiar nunca? ¿De qué va vestido?
—Y la misma que se hace llamar “la sabia” no es capaz de adivinar que va vestido de payaso pero, oye, quién soy yo para juzgar nada.
Bellamy encogió los hombros con fingida inocencia y esbozó una sonrisa prieta, más incómoda que sincera. No sabía muy bien qué esperar de la situación en general.
Fiama llegó a tiempo para presenciar lo que prometía ser una escena cuasilacrimógena familiar. Número 5, que en algo tenía que parecerse a su mellizo, se quedó detrás de todos ellos observando el panorama en completo silencio. Cuando Bellamy terminó su introducción. Dio por subido el telón y apareció por su espalda. Sinuosa, como las serpientes, aplaudiendo pausadamente y sin demasiado entusiasmo.
—Wow. Bien hecho. Casi me creo que somos una familia de verdad. —Una sonrisa leve, pérfida, se dibujó en su rostro—. ¿Hemos terminado ya de fingir que os habéis echado todos mucho de menos? ¿Cuántas veces os habéis visto este tiempo? ¿Dos, si llega? En fin. Hay un entierro que organizar.
—Solo le interesa enterrar al fiambre para poder largarse o abrir la herencia. No estoy del todo seguro. —El brazo de Diego se abrió hacia el salón, donde todos conocían ya el mueble bar del viejo—. ¿Alguien quiere una copa? Porque yo me pido la botella.
Siguiendo el camino marcado por su hermano, Kiara se aclaró la garganta y lanzó algunas preguntas al aire, esperando que alguien supiese responderle.
—¿Y Uno? ¿Sabéis algo…? ¿Se habrá enterado?
—No sé nada de él —respondió Bellamy, suspirando con pesadez—. Supongo que Pogo se habrá molestado en avisar. Al igual que al resto. De todos modos, puedes hablar con él luego. Aunque si lo sabe… Me sorprende que no haya venido corriendo hasta aquí.
La casualidad quiso que sus ojos fuesen a parar en el retrato de Número 6; del mismo año en el que desapareció.
—¿Y de Drah? ¿Sabéis el resto algo? Ni siquiera sé si esperar que aparezca o no.  
—Tengo un pálpito. Drahkon vendrá. Seguro —Fiama respondió a Bellamy, sin dejar que su mirada se desviase al retrato de su hermano. No había nada que pudiese reblandecerla, ni siquiera eso—. Uno igual se ha deprimido con la noticia y ha creado ríos de lágrimas en la Luna. Papi Reginald siempre es lo que más le ha importado, ¿verdad, Ki?
Las puertas del gran salón se abrieron de par en par, dejando ver al otro lado a un Klaus claramente demacrado y aún más alto. Sus ojos, enrojecidos debido a las horas llorando debido a la muerte del señor Reginald, se pasearon por todos sus hermanos en silencio, quedando fijos sobre Kiara. Habían pasado años desde la última vez que los había visto, y aun así en aquel momento solo pudo alzar la cabeza con la mirada gacha a modo de saludo.
—Al menos a mí me importa alguien —pronunció en referencia al comentario de Fiama—. ¿Acaso a alguno le ha importado cómo ha muerto papá, además de solo? ¿Si ha sufrido? ¿Cómo ha pasado y por qué?
Para su suerte, Klaus no cerró la puerta a su paso. Drahkon aprovechó que el grandullón le hiciera de telón y, de repente, por los laterales traseros del cuerpo de Uno se asomaron sus brazos, haciendo movimientos que emulaban los cuatro brazos de Shiva.
Poco le duró la payasada. Por todos los presentes era sabido que  tenía un grave problema de incontinencia verbal.
—Eh, bro. No estás solo. De la que venía me preguntaba si le habría dado una erección post mortem y, la verdad, me cuesta creer que el viejo tuviera pito — exclamó, palmeando a duras penas el hombro de Uno, que le quedaba algo alto—. Bueno, ¿a cuánto tocamos de herencia? Me pido las pastillas del viejo.
Quien no se mostró contento ante la actitud de su hermano, aunque el resto de los presentes no pudieran notarlo, fue Ben. El comentario sobre los genitales de su padre le hizo esbozar una mueca de desagrado mientras negaba con los ojos puestos en Drah, el único que podía reparar en él. Desde que había muerto había ansiado el momento en que Número 4 se reencontrara con ellos, era su única oportunidad de volver a verlos juntos, pero acababa de tirarlo todo por tierra. Como siempre hacía.
—¿En serio? ¿El pito de papá? —Negó a la vez que rodaba los ojos y se apoyaba sobre la mesa—. La falda de Fiama ni siquiera te queda bien, por cierto. ¿Es que no puedes aguantar sobrio ni cinco minutos, Drah? ¡Venga ya!
Klaus se apartó de forma abrupta de la mano de su hermano, mirándole con gesto disgustado debido a sus comentarios.
—Te crees muy gracioso, ¿Verdad? —Miró a Drah, aunque en el fondo iba para todos los demás—. No os importa una mierda cómo murió, ¿verdad? ¿Para qué habéis venido? Si os hubiérais interesado, os habríais dado cuenta de que papá murió de forma extraña. Y de que su monóculo ha desaparecido. Nunca se lo quitaba, ¿Dónde está entonces?
—¿Y por qué iba a importarnos cómo murió el viejo? Ni que a él le hubiésemos importado mientras vivía. ¿No se te ha ocurrido a ti que no hay nada extraño, que ha muerto por viejo? ¿Cuántos años tenía, ochenta por lo menos? O, no sé, ¿igual porque el karma pone a todo el mundo en su lugar? Es increíble, ni La Luna te ha quitado el complejo de héroe.
—Ahora entiendo porqué me piré de aquí, ¿cómo la aguantábamos más de cinco minutos? Joder, que me duele la cabeza ya —reaccionó Kiara.
—¿Qué quieres que te digamos, Klaus? Posiblemente se le cayera mientras… ¿Qué demonios es eso…?
Los ojos de Número 7 fueron directos a los ventanales, donde varios objetos habían empezado a temblar y volaban en esa dirección como si de pronto la gravedad hubiese cambiado. Al otro lado de los cristales, el tiempo cambió como si avecinara tormenta y una luz blanca iluminaba el patio. 
El resto de sus hermanos lo siguió, congregándose en grupo a unos metros prudenciales del extraño suceso. 
—¡Ponéos todos detrás de mí! —Pronunció Klaus, situándose ante ellos como así pudiera protegerles, cogiendo la mano de Kiara por inercia.
—¿Qué está pasando? —gritó Wanda, cogiéndose al brazo de Bellamy con cierto temor, como si así pudiera sentirse protegida.
Un anciano se hizo presente al otro lado de la luz. Un anciano que, además, parecía estar rejuveneciendo en tiempo récord hasta que se desprendió de la anomalía y cayó de bruces contra el suelo. 
—Chicos, ¿vosotros también veis a…? —dudó Drah.
—¿Seis? —dijo Diego, bajo completa confusión, tapándose los ojos con una mano para protegerse del polvo que se había levantado.
—En… Prepúber —añadió Kiara, cuando su pasmo mutó en expresión de júbilo. No habían sido los hermanos más cariñosos pero, tras creerlo desaparecido durante todos aquellos años, lo surrealista de la situación había provocado en Kiara esa inusual reacción.
—Bonita corbata —apostilló Fiama.
El aludido se puso en pie y alzó la mirada hacia sus hermanos, reconociendo a cada uno de ellos. Estaban crecidos, pero seguían siendo los mismos críos inmaduros de siempre. Se alegraba de verlos, por qué negárselo, hasta le alegraba ver la perpetua expresión de oler mierda de Fiama. Sin embargo, al agachar la vista hacia sí mismo y darse cuenta de que se había quedado atrapado en su cuerpo de la adolescencia, sus palabras de reencuentro no fueron otras más que:
—Mierda.  
Tras unos segundos atónitos ante lo que acaban de presenciar, Wanda no sabía si acercarse a él; habían pasado demasiados años, y no sabía cómo iba a reaccionar, aunque tenía unas indudables y enormes ganas de abrazar a su hermano, por lo que finalmente lo hizo.
Los ojos del Kraken aún seguían sobre su hermano desaparecido hacía eones para él, apartando a Wanda sin poder evitar acercarse para tocarle la cara y asegurarse que era Seis, tirando de una de sus mejillas sin cuidado alguno y toqueteando el uniforme sin ser capaz de creerse lo que tenía ante sus ojos. Sin tardar, Seis lanzó un guantazo contra la misma para apartarla por la fuerza y lo miró con un gesto completamente afilado.  
—Es él. No hay dudas.
—Realmente sigues siendo tan primate como siempre.
Bellamy, temiendo la reacción de Número 2, se puso entre medias de sus hermanos a fin de evitar una pelea.
—¿Procedemos con el funeral del viejo y lo juntamos con la bienvenida del mocoso? Puedo ir a comprar JB y globos para todos. Ahora ya estamos casi todos.
—Muestra un poco de respeto a tu padre.
—Era un viejo amargado que murió solo, como se merecía.
Fiama entornó los ojos ante la pequeña discusión que estalló momentáneamente entre Diego y Klaus, frotándose la sien en lo que buscaba esa poca paciencia a la que constantemente se aferraba para no matar o herir de gravedad a nadie. Número Tres, por su parte, se apartó de ellos y decidió centrarse en su hermano. No podrían recuperar jamás a Ben, pero Seis…
—Realmente tenemos que hablar de todo lo que ha pasado. ¿Después? —Al formular la pregunta le dejó algo de espacio y sumó el recordatorio—. Bueno, sí… Reginald está muerto. Bienvenido.
—¿Y bien? ¿Qué hacemos? —preguntó Número Cinco, con cierta urgencia—. ¿Vais a decir algunas palabritas de cariño o se os ha acabado el repertorio con el súper reencuentro? Si queréis empiezo yo, seré breve. Este es el momento en el que recibes el premio al padre más mierda de la historia, felicidades, merecidísima recompensa por toda una vida de dedicación. Hiciste de nuestras vidas un infierno, ahora espero que disfrutes tu estancia allí para los restos de los restos. ¿Siguiente?
—Joder, qué pesada, simplemente no puede parar —exhaló Kiki, solo para Wanda.
Bellamy acabó hastiado llegados a aquel punto. Acababa de volver Número 6 después de… ¿Dieciséis años? Y lo único que hacían era pelear entre sí. Así que, queriendo cortar de raíz la situación, se adelantó para coger la urna que guardaban las cenizas de su padre y las volcó en el jardín, cerca de la estatua homenaje de Ben.
—Descansa en paz, Reginald. Si es que sabes lo que es eso —pronunció sin más, antes de andar de vuelta a la casa.
—Hasta yo admito que algo de aire habría venido bien en este momento —agregó Seis, que no tardó en encoger los hombros con indiferencia y en mirar al resto de sus hermanos—. ¿Hay café?
x KLAUS HARGREEVES: @bombinatesouls​
x DIEGO HARGREEVES: @saudadenlosdiasgrises​
x KIARA HARGREEVES: @priestsofsilence​
x DRAH HARGREEVES: @ultimaepopeya​
x FIAMA HARGREEVES: @freezrbvrn​
x SEIS HARGREEVES: @inothertime​
x BELLAMY HARGREEVES: @heroesmarginados​
x WANDA HARGREEVES: @bombinatesouls​
x BEN HARGREEVES: @inothertime​
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inothertime · 3 years
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The Umbrella Academy · The Hargreeves
NUMBER 1. Klaus Hargreeves. «Spaceboy». @bombinatesouls
NUMBER 2. Diego Hargreeves. «The Kraken». @saudadenlosdiasgrises
NUMBER 3. Kiara Hargreeves. «The Sage». @priestsofsilence
NUMBER 4. Drahkon Hargreeves. «The Séance». @ultimaepopeya
NUMBER 5. Fiama Hargreeves. «The Horror». @freezrbvrn
NUMBER 6. Six Hargreeves. «The Future». @inothertime
NUMBER 7. Bellamy Hargreeves. «Rocket». @heroesmarginados
NUMBER 8. Wanda Hargreeves. «Firestone». @bombinatesouls
NUMBER 9. Ben Hargreeves. «The Mime». @inothertime
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inothertime · 3 years
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You never did.
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inothertime · 3 years
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NUMBER FIVE in The Umbrella Academy
illustrated by Gabriel Bá (2007-)  |  portrayed by Aidan Gallagher (2019-)
inspired by this post by @siolasart
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inothertime · 3 years
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¿Estoy soñando?
Otro día más, otra ronda de peleas más. Diego había perdido la noción del tiempo y también de la realidad en cuanto se enteró de lo que había ocurrido realmente con su hermano. Utilizaba aquellos combates como excusa a su falta de dinero, pero en realidad eran su gran vía de escape. El Kraken era alguien con renombre en aquellos círculos, y aquellos días lo fue aún más al haberse convertido en alguien prácticamente indestructible. Sin embargo, tras 4 combates ganados, pareció que la suerte no andaba de su lado; un golpe a traición y directo contra su corazón, hizo que este se parase por completo, cayendo contra el suelo completamente noqueado. Estaba muerto.
Una luz hizo que Número 2 tuviera que parpadear un par de veces para poder ver de forma nítida cuando escuchó una voz muy familiar.
—¿Diego…? ¿Qué estás haciendo aquí?
— ¿Qué? ¿Cómo? ¿Estoy soñando? ¿BEN?
— No… No lo estás. ¿Estás…? No puede ser.
— Nah… Estoy soñando. — Pronunció, echándose a reír aunque un gesto cariñoso se apoderó de él al tener presente la imagen de su hermano. — Joder, nunca había soñado contigo.
— No es un sueño. Estabas en el ring, te han dado un golpe. Diego… No te haces una idea de las ganas que he tenido de que esto pase, pero no ahora. Es demasiado pronto.
— Espera… ¿Eso significa que estás aquí de verdad? ¿Me he muerto? ¿Ben…?
El mexicano era incapaz de creer lo que estaba sucediendo, llegando a tocar el hombro de su hermano para comprobar que podía sentirle. En ese momento, sus ojos se aguaron por completo. Diego callaba mucho, no era de los que hablaban ni mostraban sus sentimientos, pero volver a ver a Ben hizo que inevitablemente se emocionara.
— Estoy aquí, de verdad. No me lo puedo creer. 
 El más pequeño de los hermanos, se acercó hasta el contrario y lo abrazó con fuerza, siendo correspondido con fuerza y sin querer soltarle.
— ¿Cómo estás? Dios mío no me puedo creer que estés aquí. — Diego guió sus manos hacia las mejillas ajenas para acercarse algo más y mirarle, emocionado.
— Estoy bien, tranquilo. He estado todo el tiempo con vosotros. Sobre todo con Drah, siempre que lo veis estoy con él. Es lo más parecido a volver a veros.
— ¿Qué? ¿El cabronazo de Drah te ha visto todo este tiempo y no nos ha dicho nada?¿Has estado siempre? ¿Con todos?
— Es un pirado, pero al menos puedo estar con él y veros de vez en cuando. Aunque… Odio lo que le está pasando a la familia. Diego, no podéis seguir así.
Sus palabras hicieron que Diego rodase los ojos, dejando escapar un suspiro.
— No me vengas a reñir recién muerto. Deja que seme enfríe un poco el cuerpo, ¿No?
— No te estoy regañando, y no estás muerto. De hecho, no vas a estar aquí mucho rato.
— No quiero que te vayas.
— No soy yo el que se tiene que ir.
— Pues no quiero irme.
— Pero aún te quedan muchas cosas que vivir Diego.
— Ahora mismo no estoy muy seguro de eso Ben.
— Sé que la vida puede ser una mierda, pero tienes opción de mejorar. De avanzar. Aquí no.
— Estoy cansado de darme con una pared. Aquí al menos la podría atravesar, ¿No? — Bromeó.
— Aquí estás estancando, sin opción a avanzar. ¿De verdad es eso lo que quieres?
— No lo sé. Ahora solo sé que hace mucho que no te veía. Y que probablemente sigas siendo una alucinación, pero me conformo.
— No lo es, de verdad, soy real Diego.
—¿Cómo puedo saberlo?
— Pregúntame algo de cuando éramos niños.
— Cuando éramos niños… ¿Qué decíamos que Uno odiaba?
— Uno se hace pis en los calzones.. — Comenzó a canturrear el pequeño, haciendo que Diego se le uniera en seguida con una sonrisa amplia.
(…) 
— Dime una cosa. ¿Es cierto?
— Sí, lo es. Y puede que no quieras oir esto, pero no la culpo a ella. Lo que pasó esa noche fue… Raro. Ninguno sabíamos qué hacíamos.
— No le estoy echando la culpa a ella de eso.
— Sé lo que ha pasado y… Al menos no dejes que esto separe a a familia. Diego, tenemos que estar juntos, pase lo que pase.
— No sé qué hacer, Ben. Con ninguno. Ni siquiera con Wanda, llevamos sin hablar más que nunca. Bellamy ya ha dicho que pasa de formar parte de esto y que nunca se ha sentido de aquí. Igual es mejor que nadie más lo sepa para que las cosas no se terminen de joder entre nosotros. Lo poco que quede y los que quedan.
—Diego… ¿No lo ves? La vida es dura, tiene que ser dura. Pero la ventaja de estar vivo, es que puedes arreglar las cosas. Siempre hay una oportunidad. Si quieres hablar con Wanda, habla con ella. Si quieres que Bellamy sea tu hermano, entonces sé su hermano. No esperes sin más, nunca sabes cuándo puede ser el último día y perder esas oportunidades.
— Nadie va a entenderme. Nunca nadie lo ha hecho. Igual el problema a soy yo. Y es posible que estén mejor sin mí, ¿No?
— Yo lo hago. Y no, ninguno estamos mejor sin ti. No eres un problema, eres nuestro hermano. Pase lo que pase.
— Me gustaría poder creerte, Ben. — Sus ojos se llenaron de lágrimas fruto del cúmulo de emociones que llevaba aguantando desde hacía algún tiempo y que terminaron por explotar. 
— Diego, piénsalo. Siempre hemos tenido desacuerdos, hemos discutido y peleado, pero al final, cuando algo pasaba. ¿No acudíamos siempre a ayudar?
— Ojalá estuvieras con nosotros.
— Lo estoy Diego. Lo estoy.
(…)
— ¿A dónde vas cuando no estás con Drah?
— No importa a dónde vaya, Diego. Estoy muerto. Nada va a cambiar para mí desde ese día.
— Venga ya, Ben.
— Yo ya lo he aceptado. Ahora lo tienes que aceptar tú. Y volver, claro.
— No quiero ninguna de esas dos cosas. Aquí estoy mejor.
— ¿Y qué hay del resto?
— Estarán mejor.
— No, claro que no. Ya hemos perdido demasiado. No te sumes a esa lista.
Tras unos segundos en silencio, se llevó una mano al pecho como si le costase respirar, mirando a su hermano con expresión de horror.
—¿Qué me pasa? 
—Que tienes que volver. Escucha, no hay mucho tiempo. Diego… Puedes hacerlo.
—¿El qué?
—Superar todo lo que está por venir.
— No sé y… —Se dejó caer sobre su hermano para abrazarle una última vez, con fuerza y los ojos cerrados.— Mierda.
— Recuerda, pase lo que pase, somos una familia.
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El cuerpo de Diego terminó disipándose, abriendo los ojos de golpe mientras una bocanada de aire hinchaba su pecho. Estaba sobre el ring. Había vuelto.
· Ben Hargreeves @inothertime​ 
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Ben Hargreeves fue otro de los 43 niños nacidos el 1 de octubre de 1993. Su madre no estaba embarazada al comienzo del día, por lo que Sir Reginald no lo tuvo difícil para llevarse al recién nacido a cambio de una generosa suma de dinero. 
Al igual que el resto de sus hermanos, fue bautizado con un nombre propio por parte de su madre y apodado con un número por su padre. Son nueve hermanos y él es Número 9, por lo que en orden cardinal es el más pequeño.
Habilidades: 
No tardó en mostrar habilidades fuera de lo común, poseyendo Ben una bastante peculiar y por la cual fue bautizado por el público como The Mime. 
Aquel objeto que recrea con las manos toma forma corpórea, aunque invisible, y puede ser usado tanto por él como por cualquier otra persona. Por ejemplo, si Ben recrease una pistola con las manos, aparecería una invisible y podría hacer uso de ella disparando a quien quisiera con el mismo efecto que una real.
El único límite de su poder es que no puede decir en voz alta de qué objeto se trata o desaparecería al instante. Al igual que no puede invocar más de tres objetos al mismo tiempo.
Pasado y consecuencias:
A pesar de que la mayoría de sus hermanos (en especial los varones) poseen caracteres fríos, malhumorados y despegados, Ben no se dejó llevar por ese prototipo y siempre mantuvo una actitud cercana y agradable. Con un espíritu muy moralista, lo que siempre lo llevó a actuar del modo más pacífico posible. Por eso, cuando en una misión debía acabar con la vida de otra persona, era una experiencia que lo dejaba tocado por largos periodos de tiempo. Siempre buscará actuar del modo más correcto. 
Una vez la academia comenzó a dividirse, Ben se resistió a la idea y trató de mantener a sus hermanos unidos. No mantenía la esperanza de mantenerse como un grupo de héroes -tampoco quería-, pero sí de seguir siendo la familia Hargreeves. 
Esto le llevó a hacer una maniobra desesperada y a rastrear tanto el origen de sus poderes como los de sus hermanos. 
Sin darse cuenta, se metió en un camino oscuro y peligroso, y para cuando quiso escapar ya era demasiado tarde. Fue asesinado.
Este suceso terminó de dividir a la familia, justo lo que Ben siempre trató de evitar. 
Pudo ir hacia la luz, pero tuvo demasiado miedo y aprovechando la habilidad de su hermano Varick Hargreeves (invocar a los muertos), decidió quedarse en el plano de los vivos.
Desde entonces permanece pegado a él, cuestionando todo lo que hace pero agradecido de compartir tiempo juntos. En especial cuando Varick se digna a visitar a sus hermanos. 
Ben no puede tener contacto con ellos, pero se consuela con verles vivir sus vidas y comprobar que, dentro de lo que cabe, están bien. 
Actualmente:
Todos los miembros de su familia, inclusive su padre, creen que sus restos descansan en el jardín de la mansión Hargreeves, a pie de su estatua homenaje. Se trata de un dato erróneo. Los restos fueron cambiados y trasladados a las bases secretas de La Mano, una organización criminal con la capacidad de devolver a la vida a los fallecidos. Sus intenciones, a día de hoy, se mantienen en completo secreto. Ni siquiera Ben tiene constancia de tal dato.
El único enigma resuelto de su muerte es que se recientemente se ha conocido el nombre de su asesino: Kilgrave. Un hombre con la capacidad del control mental. Las manos ejecutoras del crimen fueron las de Jessica Jones, quien estaba controlada mentalmente por el hombre. Ben, sin saberlo, descubrió algo que Kilgrave no quiere que salga a la luz.
Sin embargo, su atención dista mucho de este suceso. Tras descubrir recientemente que Zoe (el gran amor de su vida) también puede verlo, y en ocasiones esporádicas tocarlo, Ben se ha centrado en retomar la relación con ella e incluso confesarle sus sentimientos. Ninguno entiende por qué es posible este contacto, pero están aprovechando el tiempo que no tuvieron en vida para estar juntos.  
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inothertime · 3 years
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A las 12 horas del primer día de octubre de 1993, cuarenta y tres mujeres de todo el mundo dieron a luz. Lo único inusual era que ninguna de estas mujeres estaba embarazada al comenzar el día. 
Sir Reginald Hargreeves, multimillonario excéntrico y solitario, decidió adoptar a todos los bebés posibles, con la firme idea de que esos niños estarían dotados con dones especiales. 
Consiguió nueve.
El tiempo no tardó en dar la razón al multimillonario, cuyo objetivo era crear un grupo con el poder suficiente para salvar el mundo. 
En plena adolescencia, los nueve hermanos Hargreeves saltaron a la fama mundial tras varias hazañas heroicas. Fueron conocidos por todos los rincones del planeta como The Umbrella Academy (TUA). 
Colmados por el amor del público, jamás recibieron una mísera gota de afecto por parte de su padre, lo que acabó consolidándolos como una familia excéntrica, despegada y disfuncional. 
Así fue como Seis acabó ocupando el puesto número 6 entre sus hermanos, Mientras que el resto de ellos fueron bautizados con un nombre propio por su madre, él fue el único que mantuvo su cifra numérica como tal. 
HABILIDADES:
El único alias propio que recibió vino por manos del público, The Future, el cual hace alusión a su habilidad especial para viajar en el espacio-tiempo.
Seis es capaz de dar, casi de manera literal, saltos que lo llevan de un lugar a otro en cuestión de segundos; también del tiempo. Al hacerlo, emana una luz blanca de sus manos que abre un portal entre el espacio y el tiempo. Apenas es perceptible ante el ojo humano ya que, normalmente, actúa con demasiada rapidez. Por supuesto, puede llevar a otros consigo.
Al igual que sus ocho hermanos, está adiestrado en combate cuerpo a cuerpo. Pero Seis prefiere el manejo de armas.
PASADO Y CONSECUENCIAS: 
Desde pequeño, Sir Reginald le instó a desarrollar sus habilidades para viajar en el espacio, mientras que le prohibió viajar en el tiempo. En un principio todo pareció marchar a la perfección hasta cumplir Seis los 13 años.
Creyendo que se trataba de una muestra de menosprecio, desobedeció las advertencias de su padre y comenzó a dar saltos en el tiempo. Los años sesenta, setenta u ochenta fueron algunas de las épocas visitadas. Un éxito rotundo hasta que en el siguiente salto llegó al futuro. 
Allí encontró la academia destruida, a toda su familia muerta y el fin del mundo. Cuando trató de regresar a casa no supo cómo hacerlo. Nunca volvieron a saber de él.
La supervivencia fue un desafío constante. Sin embargo, la peor parte fue la soledad. Pasando años de su existencia sin compañía.
Por suerte, su destino cambió tras conocer a Dolores. Su fiel compañera de viaje y de vida, con quien mantuvo una relación durante 30 años. Dolores es un maniquí.
No fue hasta su etapa adulta que fue reclutado por La Comisión, con el propósito de conservar la línea temporal. Su contrato era como sicario, asesinando a cualquier sujeto que pudiera impedir el apocalipsis.  
Gracias a su habilidad para acabar con cualquier vida, Seis se convirtió en una leyenda dentro de la compañía. Esto se debe a que fue sometido a numerosas y dolorosas cirugías en las que su ADN fue mezclado con el de los mejores asesinos en serie de la historia. Literalmente fue creado para ser el número uno entre asesinos.
Ha pasado un total de 45 años fuera de casa por lo que, actualmente, tiene cincuenta y ocho años. 
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A pesar de su complejo narcisista, su falta de escrúpulos o empatía, incluso sus tendencias sociópatas. Seis no ha olvidado a sus hermanos y no ha cesado de buscar el modo de reunirse con ellos. Una tarea complicada en vista de que no sabe controlar sus saltos temporales.
Hasta que, finalmente, en la fecha de entierro de su padre, Seis encontró el modo de volver a la época actual. Por desgracia, un fallo de cálculo hizo que proyectase su conciencia adulta en su cuerpo adolescente, razón por la que luce como si tuviera 14 años.
Teniendo presente las ganas que tenía de verlos, habría sido de esperar un reencuentro emotivo. Nada más lejos de la realidad, Seis ha criticado y menospreciado a todos y cada uno de ellos desde el momento en que los vio. Incapaz de abandonar su complejo de dios, que lo hace sentirse responsable y muy por encima de ellos en todos los niveles. Pero el hecho de que trate de organizarlos para salvar el mundo, y de paso sus vidas, es una clara muestra de lo mucho que los quiere y cuida de ellos.
De hecho, es muy consciente de que La Comisión le ha puesto precio a su cabeza por incumplimiento de contrato y, además, querer impedir el apocalipsis. Pero está dispuesto a pagar el precio. Si es que pueden contra él.    
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