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#magistraloza
revistapipazo · 2 months
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Semana Santita [Cap. 2]
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Después de aquella fatídica caída, donde me hice cagar el cráneo, tuve que pasar en esa linda posta por un pinchazo de Dipirona, su yodo en la herida, y era.
“Váyase nomás, no tiene nada. Oiga, y no tome más, mire que por eso los curaos con malas caídas incluso se mueren.” -Me dice alguien que no era médico, ni enfermera, ni nada similar. De seguro era el hueón que trapea los pisos.-
En realidad no tenía nada, sólo un tajo de medio centímetro que chorreaba sangre a borbotones y que ni puntos merecía. Lo peor era el estado etílico que agudizaba el escándalo del momento.
La Loreto estaba desesperada por arrancar de ese antro feo y pobre, y yo también. El olor era nauseabundo, y la gente que me rodeaba más que enfermos, parecían delincuentes mayores, así que cómodas no estábamos.
“Bueno, qué hacemos al final?” -Me pregunta la Lore, con claras ganas de que vayamos a Viña de todas maneras.-
“Todavía querís ir a Viña, hueona?”
“Sí poh! No quedamos en éso?”
“Ay, no sé, necesito dormir, me siento como la callampa, culiá.”
“PF! Dormís en el bus y allá vemos poh. No te pongai cuática!”
Como la insistencia de la Loreto era “vamos o vamos”, y no tenía ganas de atado alguno, le dije que bueno, así que salimos medias asustás a eso de las 15°° hrs. con ganas de NO encontrarnos con los pacos culiaos y tener que mamarnos sus pajas, cual delincuentes prófugas de la maravillosa justicia shilena.
Como no había moros en la costa, rápidamente tomamos un taxi y en 15 minutos estábamos nuevamente en el terminal de buses. A esas alturas todo mal momento ya se había olvidado, así que íbamos felices como perdices camino a 4 días maravillosos de relajo y juerga.
“Llegamos, buscamos dónde quedarnos, duermo unas 5 horas, y listo para organizar nuestra regia salida.” -Pensé yo, ilusamente.-
Para partir, no habían pasajes en ninguna cagá de línea, encontramos pasajes en el terminal Santiago en un bus hecho mierda, sólo hasta Valparaíso, con pasajes inflados en un 5003%, un auxiliar que vendía arriba huevos duros, pan amasado y NINGUNA puta hueá para tomar “Porque llevamos ‘bibias’, pero están calientes, shiquillas”; así que cagadas de sed y hambre, viajamos todo el puto camino conversando puras hueás, escuchando música, leyendo el diario y sin dormir ni medio segundo.
Llegamos como a las 18°° hrs al terminal de Valparaíso, y no nos la pudimos para ir a Viña. Decidimos quedarnos en Valparaíso, buscando dónde quedarnos, con algunos datos que nos dieron en el terminal. Todo copado, y lo desocupado era una mierda demasiado expensive.
Ya rendidas, fuimos a comer algo por ahí, cuando un tipo nos da un “dato” en el antro donde comíamos.
“Buscan alojamiento? Shiquillas, tengo un dato súper bueno, barato, limpiecito, con ‘telecable’, agüita caliente [?], comidita casera buena, lugar tranquilito, nadie las va a molestar ahí cabras, ah!”
“En serio? Cuánto es ‘barato’? -Preguntamos.-
“Aer, esperen, voy a llamar al tiro, para que se vayan directo”
El asunto, es que la ‘pensión’ está emplazada frente al terminal de buses. Ésta es una hueá fea, hedionda, húmeda, oscura, mal… pero cobraban 7 lucas por noche, en una pieza con dos camarotes de palo, una cerradura que constaba de un candado coreano, un tubo fluorescente por lámpara en el techo de 5 metros de altura, y la bendita televisión con cable. Ideal para mí, que lo único que quería era echarme como vaca y dormir alguna hueá.
“Iso, yo me voy a duchar para que salgamos, Wiiiiiiiii!” -Me dice la Loreto, cosa que a mí no me causó gracia alguna.-
“Lore, a ver? Qué hueá voh? No pensai dormir algo?”
“Ah, voh creís que vine a dormir?” -Tirándome claramente la caballería encima.-
“Hueona! No hemos dormido nada, y yo no tengo gana alguna de salir ahora! Además es Jueves Santo, tú creís que vamos a encontrar algo abierto para huevear?”
“Ah, no sé yo, pero de seguro que algo hay. Aprovecha de dormir un rato mientras me arreglo, pero de que salimos, salimos!”
Quedé con ataque al píloro, porque me vi obligada a salir con esta cabra culiá, así que me acomodé para dormir al menos un par de horas. PICO! En 40 minutos, la hueona reculiá conchetumare, maraca de la Lore me estaba despertando y echándome la foca porque no tenía ni la más mínima intención de levantarme.
Por la súper chucha, me tuve que levantar, duchar y acicalar para salir con esta perra culiá deseosa de que se lo pusieran en semana santa.
Taxi:
“Señor, dónde podemos ir a tomar y comer algo acá, hoy?” -Pregunta la Lore al chofer.-
“Pucha, difícil por la fecha, pero en la subida Ecuador, demás que encuentran algo abierto.”
“Llévenos, por favor.” -Fue la orden maldita de la Lore.-
Increíblemente, la cagá de subida estaba atestada de hueones, pero todo ese paraíso rasca de antros tóxicos estaba cerrado en un 90%. Sólo habían un par de hueás abiertas, cuál de todos más feos, entre ellos un bar metalero, “El Martillo” creo que se llamaba, -hueá que yo no pisaría ni por hueveo-,  cuando preguntamos a una pareja de lagis qué nos recomendaban:
“Chiquillas, el ‘Coyote Quemado’, obvio!”
Partimos a la hueá directo, que estaba en la punta del cerro, literalmente.
La cagá estaba casi llena, nos atiende una mina, nos pasa la carta y OH, SORPRESA! La hueá era ultra barata! Copetes a $500, $1.000, $1.500, así como mucho muy caro. La Loreto estaba vuelta loca, queriendo tomarse toda el bar, pidió cuánta hueá se le ocurrió:
“Tráeme para partir unos golpeaditos, un Margarita, unas tablas, y blá. Qué querís tú, Iso?”
“Un té.” -Fue mi en extremo lacónica respuesta.-
“QUÉ!?!?!?!?!?! HUEONA, CÓMO CHUCHA VAI A QUERER UN TÉ!”
“Quiero un té, ojalá con leche. Tengo frío, tercianas, me cago de sueño y no estoy ni ahí con tomar copete. Yo quiero un té. Tienen supongo?” -Le digo a la mina, mirándola con cara de asco.-
“Eeeeh, no. Acá no vendemos té, esto es un PUB.”
“Entonces no quiero ninguna hueá. Punto.” -Protestando sutilmente ante mi no pescada negativa a salir.-
“A ver, déjeme preguntar si le pueden preparar un té.” -Con una evidente cara de entre plop y asco.-
La Loreto me quería matar, odiaba mi resistencia a lanzarme, y quería cortarme las tetas. Pero a mí, realmente me importaba un soberano coco de leproso. Yo quería dormir.
En fin, después de pasar toda una ETERNA noche tomando tecito, que mi mal estado físico me llevara a buitrear 1503 veces, que me quedara dormida como 5 veces en la mesa, que la Loreto se tomara todo el bar, que nos echaran con grúa de la hueá;  AL FIN nos fuimos tipo 5 am.
Al salir y querer puro morirme, había un grupo de hueones metaleros afuera del “Martillo”, que al vernos pasar nos gritan dicen:
“Oye minas! Vamoh a un after!”
Yo casi lloro, porque sabía que la Lore se prendería con la hermosa “invitación”, hasta que quedó la cagá.
“VAMOS!” -Me dice la Lore.-
“No hueona, yo me voy. Si querís, anda tú, pero yo no puedo más… en serio.”
“Puta la hueá, no sé pa’ qué chucha vine contigo, nunca podís carretear más de dos días seguidos! Sabís qué más? Ándate a la mierda, mañana voy a llamar a la Sú y la voy a invitar. Ella sí que jamás se negaría a carretear y lanzarse como corresponde. ÁNDATE HUEONA, ÁNDATE NOMÁS! ARGH!”
La Loreto se fue con los metaleros, yo me subí a un auto, y arriba del taxi logré captar que al llamar a la Sú, se vendría el infierno.
(Continuará…)
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revistapipazo · 2 months
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Semana Santita (Parte 1)
Como esta es la fecha propicia para reflexionar, vengo con una hermosa historia ad-hoc al momento.
Corría el año 2007, y yo compartía departamento con una de mis mejores amigas, la Loreto. Vivíamos en un regio departamento en Providencia, con una vista maravillosa al oriente, en un piso 15. Con la Loreto nos dedicamos a lanzarnos como si el mundo se fuera a acabar, ya que estábamos pasando por una racha increíble en la vida y había que celebrar a como de lugar. Decidimos tomar vacaciones para la semana santa, por lo que el día Miércoles, fuimos a comer al Liguria con unos amigos, y después nos íbamos directo a un after electrónico en Providencia. Como el carrete estuvo demasiado prendío, llegamos a nuestro palacio como a las 9 am, más prendías que la mierda,  pensando en que no debíamos perder más el tiempo, y partir como las estupendas aprovechando el vuelito, a Viña del Mar.
Debo ser honesta y reconocer que estaba ultra ebria junto a la Loreto y que en definitiva la decisión de viajar en ese estado fue más que nada impulsado por el copete, que por una decisión concienzuda, ya que la verdad la verdad, quería puro dormir.
En eso estábamos, escuchando música a todo volumen, armando maletas, y arreglando hueás varias, cuando nos llaman desde conserjería para echarnos la foca por “ruidos molestos”. Como no les dimos ni pelota a los culiaos, no encontraron nada mejor que llamar a los pacos, sin mediar aviso, para que nos hicieran cagar sin piedad. Como a los 30 minutos, nos tocan el timbre.
“los pacos hueona! Baja la música” -Me dice la Lore.-
“Conchetumare!” -Apago la hueá.-
La Lore le abre la puerta a los pacos culiaos, y los invita a pasar cordialmente. Era una pareja de Carabineros jóvenes, a lo mucho de 30 años el mayor y el otro bien cabrito.
“Ve? Si estamos las dos solas.” -Les dice la Loreto, haciéndose la linda.-
“Sí poh, además, ya son las 10 de la mañana, y no es hora para que estén llamando por ruidos molestos.” -interfiero yo.-
“Sí, así nos damos cuenta. Pero ‘oigan shiquillas’, ustedes tan lindas y solitas? -Salta el paco más viejo a tirar los calzones de una.-
La Loreto que no estaba ni ahí con “mancharse” los papeles en el edificio, se la jugó al todo o nada con los pacos y empezó su coquetería con los dos culiaos.
“Ay, sí. Es que estábamos celebrando la titulación de mi hermana, y ahora nos queremos ir a Viña y blá.” -Les comenta la Lore, jugando a la simpática.-
“Aaaah, y están tomando algo, shiquillas?” -Preguntan los pacos califas.-
“Sí pues, tenemos vodkita, quieren?” -La Lore nuevamente.-
“No, no podemos, estamos en servicio, pero podemos acompañarlas un ratito?”
“Claro! Quédense!”
Yo quedé con cara de Plop, porque… no sé poh, ná que ver carretear con un par de pacos que te van a derechamente partear. Creo…
“Ya poh, shiquillas, pongan música y bailemos!” -Exigiendo los dos hueones.-
La hueá, es que nos pusimos a bailar con los pacos, seguimos chupando, el paco más pendejo tenía los ojos celestes muy celestes, y fue el tema de conversación de la mañana.
Los pacos terminaron chupando con nosotras, fumando e intentando agarrar con nosotras de alguna manera, siendo lo menos pescado por nosotras, pero siempre haciéndonos las minas más felices con ellos.
Nos dieron las 13°° hrs. con estos dos, cuando los llamaron de la comisaría echándoles la foca por su “desaparición”; estos giles culeaos pasaos a copete, y a carrete, asustados al máximo, y urgíos que no les hayamos tomado fotos o videos, -hueá que a nosotros nos importaba un pico, ya que estábamos en Saturno, y en la única hueá que pensábamos, era en que no nos partearan, para irnos felices de la vida a la chucha.-
“Shiquillas, dónde van a tomar bus? Nosotros las vamos a dejar, así pasamos más piola.”
“Al terminal Alameda. En serio? Uh! Bacán!”
Partimos con los pacos en su cagá de zapatilla hasta el terminal, cantando Soda Stereo a todo pulmón, la Loreto se puso cariñosa con el paco de ojitos celestes y se lo agarró a besos con el culiao care raja, hasta que llegamos a puerto.
Al bajarnos, los pacos ebrios nos gritaban desde su furgón:
“Shao shiquillas! Nos llaman!”
Yo, haciéndoles chao con mi mano y caminando para atrás, me saqué la conchetumare por no ver la acera, me pegué un tremendo cabezazo que me dejó tirá, sangrando, y así fue como los pacos se bajaron de la hueá y me llevaron rajá a la posta, funando así mi viaje a Viña.
[Continuará...]
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