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criswhite13 · 2 months
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    Situando la mirada por sobre aquello cuanto el hombre conoce, ante el perfecto horizonte que determina aquello cuanto el hombre ha dominado, y aquello cuanto aún le falta tocar, tan si quiera el ínfimo intento de una forzosa contabilidad, frente a la eterna panorámica de píxeles, en tanto personas, parecía ser sino otro intento de la humanidad por jugar a ser dios, más sea este no por mano de un prodigioso revolucionario, sino por parte de un vestigio buscando ser parte de un todo, tan perfecto que sea capaz de mostrar imperfecciones.    Suspirando por sobre los fríos aires a lomos del coloso de metal, la vista del estético amanecer le traía recuerdos: No tanto de un inocente día de verano como de la corrupción que engloba una cotidianeidad, tan significativa como es solo lo automático, lo que destruye y deteriora, hasta que aquello que llamamos experiencia no es más que la percepción, y poco menos que un conjunto de luces, sin significado alguno.
   En corto antaño se veía a sí mismo, observando la curiosa imitación de musas ante la divinidad, que hacen de los niños al emplear tan insaciable energía en la práctica del esfuerzo medido, tan aclamado, y tan poco reflexionado. Aquellas sonrisas sin fin ni destinatario le provocaban una ligera gracia interior, como si sintiera que aquella visión se tratase más de un patrimonio común ante todo sujeto de humanidad, algo que debiera protegerse, a pesar de ser tan sensible al cambio.
   Ante el próximo abanico de efímeros estímulos, de desgarrante color y poca tez, el constante reflejo de constructos arquitectónicos se le aparecían como un desfile de relojes; sus segundos se asemejaban a pirámides; a torres, sus minutos; y lunar era su hora, pues solo una poseía siempre y cuando, como todo aquello cuanto respira, tuviera algo a lo que pertenecer. Las agujas perforaban sus ojos, sin dejar de marcar cuanta temporalidad se rige en este mundo, pero llorar habría sido tan ilógico, como si el vasto océano que gobierna este universo apagara los mares de llamas que separan y hacen de los continentes, aquello cuanto son.
   El peso de sus propios pasos le parecía tan ligero que abrumaba, tan rápido que mareaba y tan insólito, que poseía un rumbo: Inconcluso, claro está, pues todo aquello que un destino posee, en tanto humanidad, se sujeta de lo probable y reina en cuanto lo certero se recluye en su propio espacio, donde el error es el pionero entre sus habitantes. Si las emociones eran el origen del peso, tal como desde siempre se ha conocido ¿Por qué son tan inherentes de quienes encarnan la evolución? Con cada paso pensaba en cuanto podría descartarse, ignorante ante el hecho de que la libertad de los cielos resulta inadmisible, cuando se porta en deseo la verdad, pero en tanto verdad, se porta al miedo mismo.
   Con las rodillas a nivel de la cintura, el constructo del ser humano se deterioraba ante su correspondencia anatómica, que dicta en que manera debe todo aquello cuanto ha de marchar, recorriendo el millonésimo aniversario de la creación en un destello tan difícil de colorear, y aún más, tan difícil de expresar en palabras, que enloquecería a cualquiera que no lo viese en conjunto, con la liberadora presencia de los cielos. Después de todo, los objetos conectan el tejido de la misma realidad, pero cuando uno teje ¿Por qué es incapaz de retratar la visión de aquel horizonte?
    Situando la mirada por sobre aquello cuanto el hombre conoce, ante el perfecto horizonte que determina aquello cuanto el hombre ha dominado, y aquello cuanto aún le falta tocar, tan si quiera el ínfimo intento de una forzosa contabilidad, frente a la eterna panorámica de píxeles, en tanto personas, parecía ser sino otro intento de la humanidad por jugar a ser dios, más sea este no por mano de un prodigioso revolucionario, sino por parte de un vestigio buscando ser parte de un todo, tan perfecto que sea capaz de mostrar imperfecciones.
   Y es entonces, una vez más, cuando el arrojo se convierte en el abandono de unos ojos entrecerrados y fríos, pues al observar el mundo, como una colonia de hormigas, la sabiduría es poco ante la confrontación del hecho, ante el avistamiento de la gloria antaña reducida a percepción, ante una lluvia que impacta mediante miles de sonidos, pero que no empapa, ni enferma.
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criswhite13 · 3 months
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El conocimiento es la materialización mental de la información pura, tal como esta es concebida por el cerebro humano, sin confirmación por parte del razonamiento, ni cuestionado por el concilio impermeable de la casta vanidad, que implica enfrentar el saber con la propia predisposición a la ignorancia.
La inteligencia, por su parte, se engaña ante el espectáculo inédito de la resolución de conflictos, donde el filo sagaz del tiempo impera a la ilusión de una eficiencia inmediata, cuando nunca esta ha sido confirmada atemporalmente.
¿Entonces qué los diferencia? Si tanto por un saber, como por una realización, cualquier reconocimiento por estos hechos los aparta de una reciprocidad que permita la cooperación. Irónico pensar cómo pensamientos intuitivos, propios del funcionamiento que permitieron nuestra característica evolución, termine por impedir el desempeño de la introspección.
Entonces, la inteligencia consiste de la fuerza para ejercer el conocimiento, en la misma medida en que el ego es una ambición ya proclamada, más no realizada.
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criswhite13 · 4 months
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Al tomar el pensamiento con las propias manos, y bajo la ambición de materializar aquel tan abstracto concepto que conocemos como fantasía, buscamos el inicio de la iliada, el desarrollo de la oda, y el desenlace de la odisea, pintando por sobre signos que, alguna vez, fueron poco más que un instrumento de supervivencia.
Como abducidos por el almohadón de plumas, el asiento o soporte de aquel que se determina a crear es ignorante frente al infinito que supone poseer una mente, y más aún, tan pequeño ante sí mismo, viajando erráticamente en el intento de dar nombre a una constelación, de dar objeto a un héroe, y de dar oídos a la música.
Invertir el mundo, crear uno nuevo, destruirlo o salvarlo: Es invasiva la ironía con que estas ideas nacen en un pico de invención, como el nacimiento del Frankenstein, pero cada ínfimo paso para este Olimpo es tan complejo, y tan difícil de explicar, como un humanoide insecto boca arriba de su propia cama, transformando lo cotidiano en lo imposible, y lo imposible en cotidiano.
Por supuesto, la originalidad es también un martirio, pero la génesis de la narratología tendrá descanso al notar el peso de la pluma.
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criswhite13 · 6 months
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El hambre forma parte de aquel conjunto al que se teme por consenso común, como aquello que tanto se odia, y con tanta presencia, que se atribuye a todo cuanto llega a ser social... Si la debilidad y ansiedad son síntomas de este, pocos dudarían que afecte al sentido y al pensamiento, más su solución es tan simple como todo lo que el instinto nos dicta, todo aquello que verdaderamente nos permite clasificarnos como seres vivos.
Sin embargo ¿Qué escapatoria tiene uno, cuando es el cerebro quien tiene hambre?
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criswhite13 · 6 months
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¿Qué se puede hacer cuando las palabras ya no surgen? Cada día que pasa es otro paso que se aleja, cada vez más, del lápiz y las letras.
No siento la necesidad de escribir, pero tampoco quiero abandonarlo. Quiero creer que los motivos de mis palabras eran más que un desahogo de dolores patéticos y menores.
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criswhite13 · 1 year
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El cuerpo humano no es ningún fenómeno, ni anomalía, pues los diversos sistemas y órganos que nos componen son algo ya visto, básico incluso, en el vasto mundo que presenta la naturaleza, que tanto estudiamos, inquisitivamente, y con la cual tanto nos comparamos, de manera metafórica. Los ojos humanos ven solo lo que tienen delante, y es tal lo que otorga tanto poder a los puntos de vista.
Desde que la fortaleza se conoce como tal, y siempre que la debilidad se despreciara, estos pasan a ser conceptos conscientes, entes de significación nula para cualquier otra criatura, pero absolutos ante nosotros, y repetidamente, relevantes e irrelevantes entre nuestros similares y contrarios, pero iguales. La debilidad del fuerte es la fortaleza del débil, y así por regla será, pues si algo nos caracteriza más que nada, es precisamente, no llegar a pertenecer a nada; tenerlo todo y poseer nada; finalmente, ser llamado por tantos nombres, y entre tales, que ninguno se relacione a la esencia de tu ser.
La percepción posee tanto una enemistad como un lazo íntimo con la abstracción, de modo que la clara diferenciación entre distancia o cercanía es poco más que un concepto psicológico, retórico, de veracidad indivisible e infinita dependencia de la relatividad, pues algo puede estar cerca, en los límites del desconocido espacio, o lejos, al alcance de la mano y todo tacto; cercano en el reloj de mano, consciente solo de lo próximo, y lejano al sonido de las campanas, cuya reinsidencia es absoluta; cercano como lo está la fuerza de la debilidad, y lejano como la debilidad de la fuerza.
Entre tanta incertidumbre, y con tan solo mirar al frente, muchos podrán sentir el abrumante peso del existir, y quizás tan inconcluso como las dudas, cesen de la existencia sin encontrar el propósito de la misma; tal vez por esto, quizás, es esta tan profunda y diversa.
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criswhite13 · 1 year
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¿porque ya casi no publicas?
Que pregunta oportuna, estaba a punto de hacerlo.
En primera instancia, comenzó a parecerme un tanto vacío el formato de publicaciones: Me da el sentimiento de recitar palabras al aire, sin juez ni verdugo, y resultó lo suficientemente desalentador como para bajar la frecuencia.
Esto no quiere decir que vaya a cerrar la cuenta repentinamente, pero tampoco puedo garantizar lo contrario.
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criswhite13 · 1 year
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La filosofía se torna obsesiva con afirmar la negatividad en todas sus formas, asegurando que somos ignorantes, qué tan pequeños somos, y la insignificancia de nuestra existencia, tan carente de sentido al iniciar, y nosotros, tan incapaces de darle importancia a su final.
Es cierto que hemos descubierto, que hemos desafiado (¿O inventado?) el concepto de la evolución, una y otra vez, y sin embargo, aún limitamos el mismo, aún vemos la adquisición del mismo como algo administrable, lucrativo, intrínsecamente relacionado al panorama de la supervivencia corriente. Si no hay cantidad de conocimiento que nos salve de un destino en común con cualquier otro animal, no veo motivos para cuestionar nuestra ignorancia.
Es cierto que somos pequeños, sí, y aún si existiesen seres más diminutos que nosotros, lo cierto es que hemos construído cosas más grandes que cualquier ser vivo al alcance de nuestra percepción, incapaces de surcar los mares de estrellas, o incluso, reconocer la plenitud del nuestro. Si todo aquello que anhelamos está destinado a ser inalcanzable, ciertamente, no se me ocurre una manera más insignificante de hacer uso del existir.
El final de una vida es, realmente, tan efímero como la vida misma, un mero suceso natural desencadenado a partir de una ocurrencia de acciones, de la preservación de una vida, para que esta alimente otra. Frente al gran destino de pavimentar el camino hacia otra vida, tan infinita como la sentimos al vivir día a día, el ser recordado se siente, ciertamente, como algo insignificante.
Tal vez uno sepa que las montañas son escalables, pero es este mismo acto aquello que le da el significado que los humanos apreciamos y admiramos. De la misma manera, puede que la filosofía esté en lo correcto, pero aceptar esto como algo rotundo insultaría el motivo de su existencia.
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criswhite13 · 1 year
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La gente elige ver a aquellos que envidian como el enemigo, pues poseen lo que desean, y proceden al activo deseo de ponerlos al mismo nivel de miseria que ellos.
Yo, personalmente, considero más sabio hacer aliados a aquellos que envidio, pues poseen lo que deseo: ¿Qué mejor forma de conocer los secretos con los cuales obtuvieron ese algo, que el intercambio de favores?
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criswhite13 · 1 year
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¿En qué nos basamos para la forja de la identidad? ¿Qué es aquel ápice de esencia que disemina los alcances del alma, del ser? ¿Es la gota roja que contamina el agua, sangre, o existencia?
Siempre diferenciamos humano de bestia, más las diferencias pueden considerarse poco más que ficticias, incongruentes, insulsas quizás: La falta de una comunicación abstracta, lejana y cósmica puede ser una carencia, pero también, algo más práctico, más inmediato a la supervivencia; lo mismo podríamos decir de la capacidad de imaginar, pues solo nosotros, quienes imaginamos, somos capaces de perdernos en una realidad constante, rutinaria, inflexible. Sí, todo tendría sentido, si no fuésemos capaces de cazar a todo lo demás.
Así como puede dificultarse imaginar al humano como una existencia diferente a los animales, es difícil imaginarnos como algo con iguales. Y es que el vidrio separando realismo de parentescos es tan fino, que imaginarlo es la única forma de conocerlo.
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criswhite13 · 2 years
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 La grandeza de la fantasía es un asunto de temible comparación, análisis, discusión si quiera: Torres en movimiento, astros conscientes, entidades sobrenaturales... Todo aquello que podría limitarnos con tan solo el miedo, de ser reales, es poco más que el obstáculo más insignificante, cuando se trata de nuestra imaginación.  Sería difícil equivocarse si uno afirma que, en algún punto de nuestra historia, todo descubrimiento o invento comenzó como un disparate de alguien que fue considerado un loco, o peor aún, castigado por lo mismo. También resulta curioso que, en nuestra historia, se castigara al ignorante, y a la vez, se promoviera la ignorancia.  Tal vez, la fantasía no sea la gran cosa, tal vez sea tan corriente como la manera en que la incorporamos al emocionarnos; fuésemos nosotros quienes nos volvimos demasiado aburridos, acatando una sagaz rutina, y sería tan solo lógico que anheláramos los épicos cánticos de un guerrero muriendo por algo más grande que él, o quizás, el descubrimiento de lo profundamente desconocido.
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criswhite13 · 2 years
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Rendirse es de cobardes implican los dichos, las voces de las masas ¿Y qué hay de cuando rendirse es la opción difícil, aquella que más esfuerzo toma? Hasta contar la reincidencia de este estrepitoso hecho, tan negativo como solo su propia naturaleza puede serlo.
El miedo es causado por lo desconocido, por la incertidumbre; la certeza, por otro lado, actúa de un modo más propio: Una desesperación tranquila, de calma equivalente a lo que arranca, y se sienta a esperar, pues sabe mejor que nadie que escapar no es una opción, una existencia, si quiera.
Ira, silencio, odio, paz, tristeza, vacío; enumerar es una de las acciones más básicas procesables por el cerebro, y aún así, a su manera, permite blanquear el mismo, ser uno con este por un instante. La frecuencia de este proceso se vuelve inexplicable de manera proporcional, en relación con cuán soportable se vuelve la vida diaria.
Por mucho que lamente, las hojas siguen cayendo, cambiando de color. ¿Por qué algo tan diminuto, me hace sentir tan pequeño? Es como si estuviese decidido a intentar ser algo que no soy, y a la vez, ser la principal víctima de aquella mentira que llamamos morir.
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criswhite13 · 2 years
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El mundo que nos rodea es un lugar místico, carente de razón; claro, puedes llamar ciencia a todo aquello que posea constante ¿Pero bajo qué reglas hemos de considerar aquello que llamamos subjetivo? Solo los humanos poseemos la capacidad de interpretar semejante cosa ¿Y no es acaso, este criterio, más absoluto de lo que parece? Después de todo, el único conocimiento que compartimos con el mundo, es la ley del más fuerte.
La música, específicamente, excede en su subjetividad: Posee tanto letra como melodía, así como una u la otra, y a la vez, ninguna de las dos.
Podríamos decir que un piano equivale a tristeza, o que un violín encarna la elegancia, danzante a ritmos imprecedentes; sin embargo, numerosas y brillantes mentes han sabido demostrar lo contrario. De la misma manera, y a diferencia de la poesía, no es necesario entender el significado de las palabras, para reconocerte como un receptor de sus emociones.
Si se la mira en retrospectiva ¿Qué tan irracional es decir que la música es, cuanto menos, la ciencia de la subjetividad?
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criswhite13 · 2 years
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Los rayos del sol me rechazan, intimidan, presentan un panorama de siniestra dualidad; un eclipse nos demuestra la oscuridad en la luz, y la luz en la oscuridad ¿Es la dualidad un símbolo de la oposición, de la conflictiva naturaleza que implica existir? ¿O es acaso una prueba, una constancia de que existir, implica coexistir?
A pesar de sus consecuencias, enfrento a esta luz, e intento acercarme a su apogeo, intento brillar, pero en mi reflejo veo gotas ¿O es más bien, que solo ante ellas me reflejo? Después de todo, mis movimientos son libres bajo la lluvia; me pregunto entonces, una vez más ¿Existen porque conviven? ¿O conviven porque existen? Sea cual sea su relación, la soledad que implica ser libre te hace cuestionarte, más de una vez, uno de los mayores objetivos de la humanidad.
Si tan solo dependiera de mí ser parte del colectivo, mis pensamientos escasearían. Y una vez más, me pregunto...
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criswhite13 · 2 years
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Mis palabras dejan de poseer significado, y se convierten, cada vez más, en una prueba del invasivo odio.
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criswhite13 · 2 years
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Me desprendí del sufrimiento que significaba estar en una familia, pero entonces ¿Qué ampara al dolor, de no tener por quién preocuparme?
El descontrolado y fugaz destello de recuerdos que llamamos mente inquieta a la seguridad, pero sin importar qué, vuelve al punto de partida; sabiendo esto ¿Qué espera al final de un camino, donde ni el inicio poseía luz alguna?
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criswhite13 · 2 years
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 No puedo dejar atrás las dudas, pero quizás, son prueba de mis preocupaciones, quizás sean la fiebre que advierte del error de olvidar. Todo cuenta una historia: Las hojas que arrancamos contienen un último aliento, una fantasía, un recuento de proezas, o quizás, una vorágine de lamentos, los infinitos enlaces de una marchita y crujiente rama que aún puede resistir, más no volar.   Las incontables gotas de una fuente son comparables a las paginas que nos registran, que nos humanizan: Podemos interrumpir sus trayectorias con nuestras manos, en pos de una ínfima vanidad, pues inevitable es su destino, su retorno a la tierra ¿No es aquel, también, nuestro destino? Conocemos la respuesta, pero nos aterra convertirnos en hojas; preferimos alzarnos como banderas, aunque ningún vendaval nos reconozca.
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