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El grupo femenino, Oh My Girl, se encontraba en la sala de ensayo practicando desde temprano su reciente canción “secret garden”, ya que mañana tendrían su última presentación en MCountDown y querían demostrar un excelente desempeño y profesionalismo para sus fans. Si bien, JiHo era buena bailando y la coreografía no le parecía difícil, sentía un pequeño pero punzante dolor en su tobillo, por lo que se movía lentamente, pisando de vez en cuando a sus compañeras y disculpándose por los errores que cometía y por las veces que debían comenzar nuevamente. 　　 　　　　 　　　　　　　　　　　　 La menor del grupo, Arin, en los minutos de descanso, se acercó a JiHo que se encontraba sentada en la fría cerámica de la sala con su espalda apoyada en la pared, muy preocupada y con sus mejillas rosadas por los repetidos ensayos, preguntó: 　　 　　　　 　　　　　　　　　　　　 — ¿Te encuentras bien? Nos tienes los dedos de los pies hinchados. — Seguido, dejó escapar una risilla, que la chica no pudo reprimir y la acompañó. 　　 　　　　 　　　　　　　　　　　　 — Creo que no calenté bien y me duele mi tobillo, pero supongo que estaré bien para mañana. — Respondió la visual del grupo, acariciándose el lugar de dolor con sus manos. 　　 　　　　 　　　　　　　　　　　　 Arin, tan tímida cómo de costumbre, quería agregar palabras de ánimo para apoyar a la castaña, pero la voz de la coreógrafa llamando a todas las chicas a tomar posiciones para iniciar con el ensayo, no se lo permitió y ayudó a su compañera a reincorporarse de pie. JiHo caminó a paso lento y pesado hasta el centro, quejándose por el dolor que sentía de vez en cuando. 　　 　　　　 — ¡1, 2 y 3! — Anunció la instructora, avisando que la canción ya estaba por comenzar. Todas las chicas bailaban tan perfectamente cómo siempre, a excepción de JiHo, que se tambaleaba e iba atrasada en los pasos que debían hacer en cada parte de la canción. La castaña, estaba por cruzarse con Yooa, cuando choca fuertemente con Mimi, cayendo inmediatamente al suelo y golpeando su tobillo. La canción es detenida inmediatamente, y sus compañeras forman un circulo, observando inquietas la situación de la integrante de su grupo, quien gemía de dolor en el mismo lugar donde cayó. 　　 　　　　 　　　　　　　　　　　　 — JiHo, lo siento mucho… Perdón… — Murmura Mimi, sintiéndose culpable y con sus ojos cristalizados. La chica niega, después de todo, la culpa no era de su compañera, sino de ella, que desde un principio se encontraba tropezando y chocando. Todas se arrodillan para quedar a la altura de JiHo y miran su tobillo, que está hinchado y morado. 　　 　　　　 　　　　　　　　　　　　 — No podrás bailar mañana, ni presentarte en el debut de la sub-unidad del grupo. — Dice tajante, HyoJung, pero a la vez, preocupada por el estado de su compañera. — Primero debes ver tu tobillo. Está hinchado. 　　 　　　　 　　　　　　　　　　　　 JiHo, no contradijo a la líder del grupo, ya que necesitaba descansar para recuperarse y poder demostrar su trabajo en mejor condiciones a sus fans, no quería decepcionarlos. Intentó ponerse de pie, pero fue imposible, el dolor en su tobillo no cesó, por lo que no quería sufrir una lesión aún más grave, así que, con la ayuda de sus compañeras, caminó saltando hasta el sillón cercano y esperó sentada, la visita de una enferma, que había sido llamada por Binnie. 　　 　　　　 　　　　　　　　　　　　 "— JiHo, deberás estar ausente durante las promociones y presentaciones del grupo. Queremos que te recuperes, por lo tanto, debes descansar. —" Fueron las órdenes de su manager, al enterarse del accidente que sufrió una de las chicas de Oh My Girl.

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JiHo, se encontraba junto a sus compañeras en el estudio, impacientes y nerviosas, esperando la llegada de su manager para que les confirmara sobre la salida de JinE, ya que hace unas semanas, ha estado recuperándose de su anorexia, pero últimamente, en la agencia circulan rumores sobre su permanente ausencia dentro del grupo y término de su contrato. Las chicas, estaban informadas sobre la enfermedad de su compañera de grupo, por lo que estaban dispuestas a asumir su retiro y la responsabilidad de compartir con sus fans la situación de JinE. JiHo, se muerde las uñas, moviendo sus pies rápidamente, HyoJung está igual de nerviosa que ella, debido a que es la líder y siempre ha cumplido muy bien su rol de mamá. 　　　　　　　　　　　　　　　　　　　 　　　　 　　　　　　　　　　　　　　　　　　　　　　　　　 La puerta del estudio se abre y aparece su manager, con mirada profunda y penetrante, caminando hasta el escritorio de madera, para dejar caer su cuerpo sobre la silla giratoria de cuero negro. JiHo, inmediatamente se pregunta que ocurrió con su compañera, pero teme preguntar y escuchar una respuesta que realmente no quiere saber, ya que Oh My Girl es su familia, las chicas son sus hermanas y se prometieron estar siempre juntas. 　　　　　　　　　　　　　　　　　　　 　　　　 — Bien... Hablé con CEO sobre JinE... — Expulsa aire de su boca y prosigue hablando, con continuas y pequeñas pausas. — Fue difícil para él tomar aquella decisión, pero quiere lo mejor para su compañera... 　　　　　　　　　　　　　　　　　　　 　　　　 Las chicas, se acomodan en sus respectivos asientos, con los ojos abiertos y un abismo de confusión ante sus palabras. 　　　　　　　　　　　　　　　　　　　 　　　　 — JinE, cree que es la mejor decisión, ya que le parece muy difícil superar su anorexia frente a las cámaras y una frecuente presión por parte del mundo de la fama. CEO y Jine, han decidido cancelar su contrato... — Agrega de una vez, cerrando ante sus ojos para no observar la cara de las chicas. — Lo siento mucho... Pero debemos preocuparnos por HyeJin. 　　　　　　　　　　　　　　　　　　　 　　　　 JiHo, intenta olvidar las ganas de llorar tragando saliva y respirando pesadamente. Pero le es imposible, ya que un nudo se forma en su garganta y las lágrimas se aproximan a salir de sus ojos. No es la única que llora en el estudio, Arin, Binnie y Yooa la acompañan con sus sollozos, HyoJung y SeungHee se muestran fuertes para mantener la calma, pero por dentro están igual de tristes que sus compañeras. 　　　　　　　　　　　　　　　　　　　 　　　　 — La extrañaré... — Susurra JiHo, entre su llanto, secando con sus manos las lágrimas que de deslizan por su rostro. 　　　　　　　　　　　　　　　　　　　 　　　　 “WM Entertainment ha anunciado la cancelación definitiva del contrato de JinE a través de su página oficial este 30 de octubre. Según la agencia, han decidido respetar su decisión de centrarse en su recuperación, así como la de concentrarse en otros aspectos de su carrera. Desde agosto de 2016, JinE ha estado padeciendo anorexia nerviosa, por lo que decidió retirarse para cuidar de su salud, ausentándose de Oh My Girl durante este último año. 　　　　　　　　　　　　　　　　　　　 　　　　 La agencia agradece, así mismo, todo el apoyo dado tanto a Oh My Girl como a JinE y piden que se siga apoyando al nuevo grupo de siete miembros.”

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Audition.

CEO un mes antes le informó a HeeJin que participaría en una audición para un nuevo proyecto de la famosisima agencia YG entertaiment. La chica no sería la única en mostrar sus habilidades, ya que sus compañeras HyunJin y HaSeul también trabajarían para entrar al programa. Ambas, sabían a que se enfrentaban. Nunca pensaron estar frente a Yang Hyun Suk, un señor que debutó famosos grupos, además tiene años de trayectoria en la música. — Prepárense. Están en los últimos días de práctica para su presentación. — Dijo el señor Myung, completamente serio. Sólo faltaban cinco días. Todas gritaron un "sí" seguras de la rutina que estaba ensayada hasta ese momento. Y así lo hicieron, se prepararon. Levantándose más temprano de lo normal, no querían desperdiciar aquellos difíciles y muy agotadores días en la agencia. Siempre apoyándose entre las tres, repitiéndose una y otra vez que estarían felices si cualquiera de ellas lograra entrar. Prepararon una canción grupal cómo les informó el señor Myung, la cual cantarían y a la misma vez, tendrían que manejar el baile y coordinación. También otra individual, que fue elegida por cada integrante del trío. HeeJin, presentaría un baile, que estuvo ensayando hasta la madrugada. Siempre ha sido una excelente bailarina, pero aún así, el miedo de equivocarse frente al señor Yang hacía que su cuerpo se estremeciera. Último día de ensayo y las chicas sin batallar demasiado, ya que los días practicando fueron muy fuertes y mejoraron su rutina día a día. Esperaban sorprender al público, y también, al estricto CEO de la agencia YG. — ¡Ahhhhh! — HaSeul gritó, interrumpiendo el baile de las demás miembros, quienes enseguida observaron a la aprendiz rendida en el luminoso suelo de la sala. — ¿Qué sucedió? — Preguntó HyunJin, levantando a la chica, Heejin inmediatamente ayudó a su compañera. — Estoy bien... mis cordones se enredaron y caí. — La chica alzó la comisura de sus labios, formando una sonrisa en sus labios. Ambas rieron, HaSeul no se quejó, las acompañó con su gracia. — Debes tener más cuidado la próxima vez. Ah, y también... preocuparte de los cordones de tus zapatillas. — Añadió HeeJin, quien se estiró lo necesario para hacer un nudo en los cordones de las zapatillas de HaSeul. Las tres chicas se retiraron de la sala en la que practicaban, necesitaban descansar para mañana, especialmente HaSeul, quien sufrió una caída, aunque no fue grave, pero seguía quejándose de su dolor de vez en cuando. Se preocuparon, así que decidieron abandonar la agencia, además, era tarde, las calles estaban oscuras. Pero no se retiraron sin antes visitar la oficina del señor Myung. HeeJin tocó la puerta, pero CEO ya sabía de quienes se trataba, ya que la risa de las tres jovencitas se escuchaba aunque estuvieran detrás de la puerta. "Pasen" se escuchó. — Sólo queremos decirle que HaSeul sufrió un accidente... — Habló HeeJin una vez dentro. El señor Myung abrió sus ojos. — Pero no fue nada grave. De hecho, se encuentra bien ahora. — Terminó por añadir, y CEO movió su cabeza, sonriendo por el susto que la menor le provocó. — ¡Vayan a descansar! Ya fue demasiado trabajo hoy. Confío en ustedes, sé que mañana serán las mejores y entrarán al proyecto. — Las palabras de CEO fueron necesarias. Estaban nerviosas, pero el apoyo que recibían las tranquilizaba para el día de mañana.

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Just breathe.

　　　　 La menor con sus dedos sobre las cuerdas de la guitarra, practicaba su canción en solista asignada para cada miembro del grupo debut. Observaba las notas en el cuaderno apoyado sobre la mesa de la sala y seguido formaba las notas correspondientes. — "Todos los días hay una luz en mi corazón, un brillante arcoiris, un mundo aburrido y sin color."— Con su suave y tierna voz, cantó acompañada de su guitarra. Siguiendo la melodía acústica, cambiando sus dedos para dirigirse a una nueva nota. Se detuvo a penas comenzaba el coro, estaba cansada, sus dedos dolían y las cuerdas irritadas estaban tatuadas en las yemas de sus dedos. Estiró sus manos y expulsó un largo suspiro, moviendo su cabeza para concentrarse en su instrumento. HeeJin siguió batallando con las estrofas de la canción y las notas dependientes. "Vamos, tú puedes" se repetía conmovida. En pocas horas debía presentar su canción de forma acústica en un vídeo para sus seguidores. Sólo faltaban minutos para grabar. HeeJin por última vez, tocó nuevamente la canción y corrigió leves errores, muy transparentes según ella, pero quería presentar un vídeo perfecto. La voz de un mujer configuró la sala de ensayo, el ambiente cálido que envolvía a la menor dejó de serlo una vez que la ajena le informara que le esperaban en el jardín de la agencia. HeeJin nerviosa, en un intento de abandonar la sala, casi cae sobre un equipo que decoraba. Bufó, agarrando con fuerzas su guitarra y se dirigió al lugar donde grabarían. El jardín. Un lugar verde y olor a viejo por una casa que terminarían por demoler pronto. Pero la escenografía no dejaba de ser agradable y bonita. HeeJin inmediatamente, a penas fue vista por los presentes, la maquilladora la tomó del brazo y la llevó con ella. Retoques de polvo y labial rosa, maquillaje sencillo. Quería que la menor se viese natural. — ¡HeeJin ven aquí! — Llamó el señor que se encargaba de la cámara, tocando una silla blanca. La chica obedeció. Se sentó en la silla con su guitarra en mano, apoyándola sobre sus piernas. Ordenó su vestido y su cabello, aprovechando que el señor frente a ella miraba su profesional cámara, curiosamente tocando la pantalla, enfocando a la menor con alta calidad. — ¿Estás lista? — Preguntó el camarografo, rindiendo las últimas palabras hasta terminar de grabar. HeeJin asintió, con sus dedos hizo la primera nota. Hasta que el señor le afirmó que estaba grabando. Saludó cómo había ensayado, se notaba su nerviosismo en cada palabra que salía de sus labios. Respiró profundamente y prosiguió a cantar, cambiando sus dedos en las cuerdas de su guitarra. El señor que estaba frente a ella, atento a sus movimientos, intacto en su cámara, después de unos minutos que parecían eternos para la chica, movió sus manos de un lado a otro para informar que ya cortó su grabación. HeeJin cerró sus ojos por un momento, deseando que sus seguidores estén satisfechos de su trabajo.

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(1st member LOONA). #견습생

— Heejin, ya sabes sobre los doce cupos para el primer grupo de la agencia... — Habló el señor Jong Myung totalmente serio. Heejin sólo asintió, sabía el propósito por el cual CEO le visitaba en la sala. Estaba nerviosa porque sus días entrenando últimamente fueron difíciles, ya que cincuenta trainees de la empresa estaban compitiendo por esos lugares y sentía un gran peso sobre su espalda. Anhelaba obtener uno de esos afortunados puestos. — Estamos sorprendidos de tu mejora. Eres muy talentosa, y por lo mismo... ¡Eres la primera miembro del próximo grupo femenino a debutar. Estoy orgulloso de ti. — Añadió, con una sonrisa intacta sobre sus labios, se veía emocionado. CEO lo estaba igual que ella. Las mejillas de la aprendiz no tardaron en humedeserce por lágrimas que caían delicadamente de sus pequeños ojos. Debutar a su pequeña edad lo veía imposible, más de una vez le dijeron que en tres años más podría estar sobre un escenario; cuando cumpliera la mayoría de edad necesaria. — Muchas gracias, se lo agradezco. Prometo no defraudarlo. — Entre sollozos respondió a lo anterior, secando su rostro con las mangas de su polerón viejo que siempre solía llevar a sus ensayos. — Trabaja duro. Sé que serás alguien exitosa y te encontrarás en la cima de la montaña. Tienes un gran potencial, Hee. — Añadió el señor Myung, mirando el reloj de su mano derecha. Con prisa se despidió de la chica y se retiró de la sala que la misma acostumbraba tocar la guitarra. Heejin lo imitó, y cómo si no recordase sus acciones, otra vez le agradeció acompañándolo hasta la puerta. La cual cerró con demasiada fuerza, debido a su calidad de emociones juntas. Todas unidas por el mismo sueño. La menor, gritó de gozo y corrió alrededor de la sala, saltando cualquier impedimento de la habitación. — Estoy en el grupo... ¡estoy en el grupo! — Susurró cansada. Pero no le importó y salió de la sala, para contarle a sus amigas y llamar a sus padres que esperaban la noticia.

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Alas.

Estoy cayendo nuevamente sobre un colchón llamado miedo, que me hunde lo más profundo para que mis alas no se puedan abrir y volar por el claro cielo azul que acompaña mis días. Unas manos negras intentan arrancar mis sueños, sólo porque ellos no saben lo que es el esfuerzo y quieren apoyarse en los míos, en mis anhelos. No pueden con el poder que tengo en mi cuerpo, no voy a caer, mis alas se abrirán con el ritmo del viento y la harmonía del cielo. Voy hacia donde alumbra el arcoíris, allá empieza mi camino y cálido futuro. Aún quebrando mis alas, yo seguiré volando... Podrás maldecirme y golpearme con el martillo de la muerte, pero las semillas que llevo dentro de mí, esas que tragué por temor a aterrizar fuerte, van creciendo y florecen hasta convertirse en unas brillantes y fuertes alas que me protegen de la vileza y me ayudan a salir de la oscuridad que me atormenta cómo un demonio perverso. Levanta la bandera de rendición, estúpido quijote sin sueños. No podrás con mi espíritu mariposa, yo siempre abriré mis alas y volaré donde brilla el arcoíris, el sol será mi guía

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No te hablen de a m o r.

Ella estaba completamente rota, con una grieta en su corazón y un alma vagabunda y sin consuelo cómo ayuda. Su corazón murió, dejó de palpitar desbocadamente cuando unas palabras lo apuñalaron, unas palabras mucho más dolorosas que un cuchillo clavado en su pecho. La palabra amor era insignificante para la chica que se encontraba ya completamente rota, aunque ella sabía que se sentía o producía ese sentimiento que llega a ti sin haberlo llamado en susurros ahogados, ni haberlo esperado tumbada en la cama con ojos de cristales, la chica era ciega ante ese maravilloso pero malvado término, se negaba a ver la realidad que la envolvía fuertemente en unos brazos fríos. La noche no era más oscura que su alma, el mar no era más turbulento que sus sentimientos y las rosas no más dañinas cómo ella, que dañaba a todo aquel que se le acercaba hablándole de amor, una palabra prohibida para cada persona que se encontraba rota y quién la pronunciaba, se rompía en pedazos igual que ellas. —¡No me toques con tus sucias manos!—Le gritaba a las cuatro paredes agrias que la rodeaban, esas cuatro eran el paisaje que veía todos los días, un horizonte sin luz que la guiara a la salida. La puerta 'escape' no existía, la borraron los caídos de amor, quienes no consiguieron amparo en la persona que creyeron su sustento en los días de tiniebla. —¡¡Nooooo!! ¡No! Cállate, no me hables de...—Su voz dejó de ser fuerte al pensar en esa criminal palabra, su alma se volvió tan débil cómo un vaso que cayó al suelo, en el que se derramó toda la agua limpia que dejó de estarlo al caer. Por su cabeza pasaron momentos al lado del diablo vestido de ángel, los que vivió día a día, agarrada de la mano de quién la mataba poco a poco. No le hablen de amor a alguien que está rota, no le hablen de amor a quien está muerta en un mundo de vivos. Esa es la ley de los caídos por amor, en la que estamos obligados a estar cada vez que nos destrozan por dentro y con agujas dolorosas, nos dejan marcas imborrables.

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Títeres de la falsedad.

Máscaras que esconden tu verdadero rostro, ojos de engaño, manos de tijeras que te cortan a pedacitos y actores profesionales de la mentira. Personas disfrazadas de ángel, cuando son el diablo. Pobre de ti, pobre de ellos que confiaron en títeres inmundos de mentiras, tan asquerosos cómo un cuerpo descompuesto, uno que vive contigo y con la boca abierta de mierda. El mundo se infectó de un virus llamado "engaño", donde la víctima o criminal eres tú, los papeles de sorteo son tirados en el infierno. Ya no contamos ovejas, contamos máscaras de la mentira. Las palabras se convierten en lamentos, en tu mente están dibujados los monstruos sin sentimientos y que su destrucción comienza por los sinónimos, acabando con los malditos antónimos. Ahora me pregunto a qué color pertenezco, soy negro o blanco. Pero si el negro es el bien y el blanco el mal, nadie me detiene a creer, aunque yo ya no lo haga con la cabeza en el centro y los pies sobre la tierra. No tengo mi raíz firme al suelo que me sostiene unos sagrados minutos y luego me pone de pie en un abismo oscuro que me causa espanto y eriza mi piel con tan sólo observarlo. Lo reconozco. Quizá soy multicolor y pertenezco a los dos infiernos, pero sé que yo duermo con ojos abiertos y las manos en puño, para que nada ni nadie me tape la boca con un paño sucio de mentiras. Ahora es imposible lo que algún día fue posible, cómo el vocablo de confiabilidad, una palabra que se la tuvimos con nosotros y se nos escapó de las manos.

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BaekYeon.

　　　　 La relación que ambos idols decidieron mantener oculta por un largo tiempo, salió a la luz que quema tan fuerte y no existe escapatoria. Los problemas comenzaron a llover sobre ellos, cómo también los insultos hacia Baekhyun y Taeyeon, que no tardaron minutos en perjudicar sus carreras y a ellos mismos. "Taeyeon deberías morir, eres una maldita perra" *un usuario más comentó tu foto*. El número de comentarios ofensivos en su Instagram seguían subiendo cómo las toneladas de arena bajo sus pies que le impedían seguir avanzando y seguía aumentando un peso sobre su espalda que estaba esperando sostener, pero por su cabeza que ya estaba en alboroto por su agenda apretada, nunca pensó que fuera un peso imposible de poder sostener ni la persona más fuerte en la tierra. Taeyeon se encontraba encerrada en su pieza, con miles de pañuelos tirados en el suelo y en su cama, el consuelo y aliento que recibía de Baekhyun y SONE aún no le era necesario, ni llenaba el vacío que sentía dentro de ella. Sólo era el inicio de la polémica y ya estaba agotada del ambiente que la rodea. La televisión y los periódicos hablaban de lo descubierto por Dispatch, todos comentaban lo visto y dicho, era la comida que todos se estaban alimentando ese día y disfrutaban hacerlo. El celular sonaba, mensajes y llamadas telefónicas de su manager, de su novio y de las chicas que estaban preocupadas por la mayor, ya que ese día decidió no asistir a la empresa. Taeyeon mentía cuando le respondía mediante mensajes a Baekhyun que estaba bien, que ahora se encontraba mejor, cuando no era así en absoluto. Estaba ahogándose en llantos y angustia. El timbre de su celular comenzó a sonar por milésima vez, la chica miró su celular con miedo a lo ocurrido hace unas horas, aún viendo el nombre del número que la llamaba, su facción no cambiaba. Era CEO. Se preguntó en si contestar o no, su negación era más grande, pero en algún momento debía enfrentar la situación, sin importan cuán difícil sea. Contestó la llamada y esperó que el señor hablara. —¿Taeyeon?...necesito que vengas a la empresa, Baek está aquí. Ven rápido, tenemos que hablar.— Y cortó sin darle tiempo de hablar u responder a sus palabras. Se notaba molesto, la chica lo notó en el tono que le habló y en cómo la llamó, llamarla por su nombre era algo que ella desconocía y le extrañaba. Siempre la había llamado por apodos, ya que la confianza entre ellos dos era auténtica e inigualable. La última palabra dicha por el señor, le dejó en un hilo su voz y su cabeza en tormenta, su cuerpo temblaba y no podía mantenerse de pie. "Tenemos que hablar...tenemos que...que ha-hablar". Repetía esa palabra cada segundo, mientras razonaba en su habitación sobre que iba a decir ante la situación que se encontraba sometida porque ella quería y también porque amaba a ese chico y nadie le obligaba a hacerlo.

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tóxico amor.

Yo quería escapar donde el canto de los pájaros se hace presente y el sol te abraza con sus cálidos brazos. Pero entré en el bosque oscuro y sin una salida que te mantenga viva, porque el amor duele, y duele hasta matar. Las drogas eran mis vitaminas, esas que te llevan a otro mundo, otro infierno, otra galaxia que no esté conectada a la tuya. Nunca supe prender la llama de nuestro -no- amor, pero sí un maldito cigarro que me quema por dentro. Maldita adicción, maldita obsesión, maldito tú que me haces quererte desear y morder la manzana prohibida. Tienes un corazón caliente, pero sentimientos de hielo que se derriten con el paso del tiempo. "Agárrame de la mano y bésame el alma, cariño mío". Pobre chiquilla, pobre de ella, pobre de mí. Aún seguía creyendo que las burbujas eran infinitas y que el rosa era el color que nos pinta a pinceladas suaves en el cielo azúl. Debí creerle a mi madre cuando me decía que el príncipe azúl es negro, y que tiene unos ojos que parecen ser hermosos, pero son el fin del brote y el comienzo de una sequía. "No lo mires, mi pequeña, no querrás saber lo que es vivir con el corazón muerto". Pero esos ojos parecían mirarme con amor y desearme con tanta pasión. Demasiado tarde. Entraste en el bosque y el lobo está hambriento. Sal antes que te encuentre, corre, va detrás de ti y una vez que te pille, te va a devorar por completo.

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Eres.

Eres todo lo que necesito. El sol que ilumine mis mañanas y la estrella que brille en mi cielo. El café que acompañe mis noches y la poesía que deleite mi persona. La lluvia que despeje mi camino y la cálida primavera que abrigue mi corazón. Eres quien quiero que pinte mi cuerpo con los labios y cure con ellos toda herida abierta. Esa eres tú, la medicina que necesito porque desaparezco, alguien que anhelo y sueño tener. No te alejes de mí, quédate ahí siempre, en mi imaginación, angelito de terciopelo que tanto deseo tener conmigo.

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Te escribo poemas de amor pocos sinceros, porque ya no te creo. Al pasar las horas, se convierten en un libro de poemas malditos con la portada de un corazón bombardeando en sangre, acuchillado por un lápiz de tinta negra que en muchos momentos fue testigo de nuestra historia con un punto final en la primera página. Borro, vuelvo a escribir la misma palabra que se llevó el viento y otra vez borro, porque siento que muero (lo estoy). Todas las cartas que he escrito no llevan posdata, dirección, hora, fecha, nada. Porque nosotros somos nada, pero queremos serlo todo y no importa cuanto duela lo que ya no queda, porque murió y no nos damos cuenta; el amor se esfumó cómo el humo de tu cigarro favorito.

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Palabras al viento que te mece en primavera.

Ella es la rosa más linda de mi huerto, parece ser delicada y mis manos no quieren tocarla por miedo a lastimarla. La observo de lejos, con un café en mano y mi libro favorito en mi regazo, que he releído miles de veces sentada en el verde y cuidado césped del grande jardín, pero mi ojos color miel se centran en ella, en esa rosa tan roja que florece cada vez más bella en primavera. Tiene espinas gruesas cómo su tallo que nace desde el suelo, las otras flores que envidian su belleza dicen que es peligrosa cómo el color de sus pétalos. Pero no deja de parecer tan indefensa ante mi persona enamorada, aunque me lastime y deje en mí una herida imposible de cerrar con agujas, yo seguiré tocándola y contemplando su presencia en mi huerto. La quiero proteger, la quiero cuidar de esas personas que quieren arrancarla de raíz, hasta que se marchite ella junto a su vida que no termina de florecer. Su tallo va a quebrar por su tiempo en la tierra, pero yo volveré a plantarla con mis manos llenas de ella y mi cuerpo será tatuado con su suave olor. Si su color deja de brillar ante el sol que la ilumina, yo la pintaré cómo si fuera una hermosa obra de arte. La abrazaré en los fríos días de lluvia y la amaré hasta que caigan todos sus pétalos, hasta que el etéreo viento en primavera no pueda moverla y su celestial brote termine, sé que nunca dejará de brotar, porque después de la muerte, hay otra vida, y ahí estará ella, en otro huerto, esperando que llegue a regarla cómo los viejos tiempos.

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i met him by a fall.

　　　　　　 La menor practicaba desde las diez de la mañana la vocalización, desvelándose como de costumbre, algo que era cansador y que más de alguna vez la llevó a pensar en abandonar su sueño, pero la euforia de sentirse brillando sobre un escenario y haciendo lo que más ama, le permitía avanzar y seguir en lo alto de sus anhelos. La profesora Li, encargada de ayudar y preparar a los trainees para alcanzar su nota alta, con preocupación y sosiego observaba a Jennie, quien sudaba, aún estando en invierno y sin practicar algún baile, que siempre terminaban agotados y bañados en sudor. La chica participó en la clase con palabras cortas, no bromeó con sus compañeros cómo siempre lo hacía. Estaba pálida, aunque su tez era clara, se podía notar la diferencia de su cambio de color, además, sus ojos estaban hinchados, cómo si no hubiera dormido en días. —Jennie, ¿qué ocurre? ¿te sientes bien? La profesora dejó su lugar frente a los alumnos y se acercó a Jennie, quienes aprovecharon el momento como tiempo libre; cuchicheando, en sus celulares o riendo de alguna que otra tontería. Jennie no respondió, no tenía ánimos, sentía que su cuerpo estaba débil, sólo movió su cabeza cómo señal de "sí". Li, llevó una de sus manos que reposaba en su bolsillo por el frío a la frente de la chica. Estaba caliente, seguramente tenía fiebre, esperaba que no fuera la presencia de una gripe, pues Jennie, es una buena candidata, pero aún así, necesitaba de esos ensayos, hasta que ella pudiese sentir segura de sí misma y notable dentro de su ámbito cómo cantante. —Puedes retirarte hoy temprano. Avisaré sobre tu retiro, descansa y toma medicina, espero verte bien mañana, Jennie. Se despidió de sus compañeros que estaban distraídos en sus tareas y se retiró por la puerta que se encontraba ya abierta por precaución, Corea estaba siendo víctima de uno y que otro temblor. Su mirada estaba centrada en el suelo que brillaba por lo limpio que se veía, trataba de mantenerse de pie y no tropezar, hasta que chocó con el cuerpo que favorecía la masculinidad de aquel desconocido y con sólo el roce de ambos cuerpos, Jennie ya estaba en el suelo, con su trasero herido y su cabeza apunto de explotar. "Aush" se quejó con sus ojos entre cerrados por el dolor, y escuchó cómo el contrario asustado, se insultaba y decía una y que otra grosería, que si lo escucharan, seguramente estaría en problemas. La chica, decidió con pocas fuerzas ponerse de pie. Con la vista en frente, se encontró con un chico alto, sus ojos parecían dos líneas, "seguro no ve" pensó. Sus dientes estaban torcidos, pero su sonrisa no dejaba de ser encantadora, su cabello era oscuro y de cuerpo delgado, pero trabajado. Seguramente era trainee, igual que ella, ya que se veía joven, quizá compartían la edad. —Oh, no te preocupes... Fue mi culpa de todos modos, debería haber mirado al frente y no el suelo— Jennie rió, y el contrario no dudó en acompañarla con una risa bastante contagiosa. —Por cierto, ¿cómo te llamas? Nunca te he visto por aquí. ¡Yo soy Bobby! Espero que nos llevemos muy bien y sin caídas— Añadió, mostrando su mano a la chica y estrechándola. Jennie, por un momento olvidó su dolor de cabeza y la razón por la abandonó la sala. Miró la hora en su celular (7pm) y sin más, se despidió del chico con su mano alzada y corrió para llegar a la puerta de salida, sin antes gritar su nombre para responder su pregunta y poder retirarse del lugar cómo debía. —Me llamo Jennie, Jennie Kim— Escuchó cómo el chico lo repetía con sus labios, tratando de grabar el nombre en su cabeza, para luego exclamar con rapidez, antes que la chica se perdiera de su vista. —Espero verte mañana, Jennie—

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그린 데이

　　　 Después de presentarnos en Inkigayo con nuestra nueva canción, manager nos avisó que tendríamos la tarde libre, cómo regalo del éxito que hemos logrado en éste esperado come back. Lisa y Rosé acordaron salir de compras, sin antes preguntarnos a mí y a JiSoo si deseábamos acompañarlas. A lo que ambas respondimos que no, ya que planeamos salir al parque con nuestros caninos. Hace días que Kuma, Kai y Dalgom no corren por un espacio gigante y verde. —JiSoo, ¿estás lista?—Grité, para que la mayor lograse escucharme, quien estaba secando su cabello en su habitación y el ruido de aquella maquina era molestoso. —¡Ya voy!—No tardó en responder JiSoo, apagando el secador y dirigiéndose inmediatamente a mí, con un bolso en mano y Dalgom entre sus brazos. —¿Llevas todo?—Pregunté, quitando su bolso y observando si los juguetes, comida, agua y entre otras cosas más estaban ahí. Luego, de percatarme y quitar mis dudas, llamé a Kuma y Kai, no demoraron en llegar a mí, ellos estaban igual de ansiosos que nosotras. Nos despedimos de Lisa y Rosé, que aún seguían en el departamento, ya que la menor estaba maquillándose y alistándose para salir, algo que siempre Lisa acostumbra hacer y demora una eternidad. Caminamos seis minutos para llegar al parque más cercano, no mucho, pero JiSoo, aprovechó de bromear sobre que ya no podía más y que posiblemente iba a morir con sus piernas dobladas. Exagerada, pensé. JiSoo, al ver el parque frente a ella, corrió, acostándose en el verde y bonito césped, acompañada de Kuma, Kai y Dalgom, que aprovecharon de hacer sus necesidades y correr por el lugar. Nos sentamos, para poder observar con claridad a nuestros cachorros, JiSoo sacó del boso unas galletas, ella las eligió y yo no me opuse, ya que son sus favoritas. Yo por mi parte, saqué cuatro platos, y deposité la comida para caninos y en otro, agua, ya que siempre terminaban con sus lenguas al aire de tanto jugar y revolcarse por ahí. Venían de vez en cuando a comer, siempre botando todo. —¿Sabías que si dejas un poco de comida de perro, crecerá un árbol?—Bromeó JiSoo, riendo ambas por aquella extraña pregunta. Algo que era muy común en Jichu. Cuando el sol estaba ocultándose, decidimos caminar al departamento, no queríamos llegar tarde, ya que mañana tenemos que presentarnos en Inkigayo otra vez. Kuma y Kai se durmieron en mis brazos mientras caminábamos, estaban cansados, al igual que nosotras, mientras Dalgom, miraba los vehículos pasar. Llegamos al departamento, soñolientas, con el estómago rugiendo, Rosé y Lisa aún no llegaban, seguramente estaban complejas en que comprar. Así que cocine una rica cena para cuando las chicas estuviesen aquí, mientras yo y Jichu descansábamos en el sofá.

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