me pregunto si pensarás que me he olvidado ya de ti. la mayor parte del tiempo lo hago, mentiría si te dijera que no me esforcé porque fuera así. y he pensado en otras personas y he fantaseado con hacer nuestros planes con esas personas. pero llega un momento improvisado durante algún día al azar en el que te recuerdo y siento que un día nos vamos a reencontrar y esta vez si vamos a funcionar. o que al menos funcionaremos por más tiempo. y pienso en lo que me gustaría estar usando el día del reencuentro. es un vestido negro y medias de algún color vibrante, con zapatos de plataformas y un bolso q es ridículamente pequeño. estamos en algún callejón de guanajuato, tu con tu familia y yo con la mía. para ese entonces yo ya estoy completamente desinhibida y tu ya no eres un maldigo cobarde. te reconozco de lejos. sigues usando la misma paleta de colores tierra, una prenda verde pero hay algo distinto en ti, un toque de howl. hay joyería, es dorada, se ve tan bien en la piel canela que tantas veces besé. te veo y debes ser tu porque esa es tu forma de pararte, tu esqueleto como si estuviera hecho de palos inestables pero de alguna manera tan seguro como un ave que detiene su vuelo para descansar sobre la rama tambaleante de un árbol. sólo que esta vez no te ves inestable, antes eras un mueble mal atornillado y poco confiable del que me la pensaría dos veces antes de recargarme. ahora te veo más firme, fijo, nuevo. cambiaste, lo bueno. reconozco tu porte y al ver esta nueva fuerza, incluso dudo que seas tú. pero ya no me importa nada, la vida es muy corta como para quedarnos con la duda, así que me acerco a ti, sientes mi presencia y volteas a verme. antes de llegue hacia ti, ya me esperas con los brazos abiertos pero tu cara sigue sin creer que después de todo este tiempo me tienes frente a ti. llego a ti y te abrazo colgándome de tu cuello como si fuera una niña pequeña. me abrazas fuerte y hundes tu cabeza sobre mi cuello y mi hombro. una vez más me tienes volando y dando vueltas, como el breve tiempo que estuvimos juntos. es mas un momento de felicidad máxima. es como si nos diéramos cuenta de que todo no fue por nada. encontrarnos una vez más es una nueva oportunidad, y si podremos hacer todo lo que queríamos hacer juntos. al final de cuentas si tenemos un contrato juntos en esta vida. permanecemos abrazados mientras nuestras familias nos miran confundidas. tu familia si me reconoce. me preguntas que hago allá y quieres saber todo lo que ha pasado conmigo, quieres saber de mi arte y mi música y me confiesas que has estado al pendiente todo este tiempo. te pregunto cómo te fue en italia, con la ligera esperanza de que me trajeras algo. permanecemos hablando en un abrazo cercano pero mirándonos frente a frente. salgo del trance y me disculpo con tu familia y saludo rápidamente, te presento a ti y a tu familia con la mía. cada quien debe regresar con su respectiva familia pero quedamos en vernos más tarde a cenar o a tomar algo y bailar. y no se si esto sería un nuevo inicio o el cierre con broche de oro. de cualquier manera estoy encantada de verte.