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She loves me, she loves me not.
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Frost and Storm
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Me hallo sumergida en recuerdos, desesperada por regresar.
—danaearbg.
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Porfa no te vayas...
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Amantes
Solo un par de malaventurados como nosotros podrían perderse en el deseo y confundir los encuentros intermitentes con algo más, pero que es menos que amor.
"Amor" es el montón de mariposas que pululan y te prestan sus alas para perderte en ilusiones y promesas ajenas con la esperanza de que sean reales.
Por eso, no creo que lo nuestro sea amor; somos la promesa rota, la madrugada llena de adrenalina, el cielo estrellado de camino a tu casa, los gemidos que ahogamos en la boca del otro, somos tanto y a la vez nada.
Lo nuestro no tiene título, es como una canción olvidada en tu memoria, la buscas solo por la parte que más te gusta pero nunca por su nombre, de vez en cuando tarareas el estribillo hasta cansarte y luego vas a la siguiente canción, tu favorita, sabes su nombre y la conoces a la perfección, podrías cantarla con los ojos cerrados y repetirla a diario aunque parece aburrirte a veces.
Pero, no pareces cansarte de los besos agridulces que me has dado todos estos años, buscas cada vez más y luego te vas, supongo que estamos destinados a ser amantes que se convierten en extraños luego de que el cielo aclarea.
Empieza a confundirme la forma en que nos miramos cuando estamos juntos, el uno sobre el otro, ya no es solo deseo hay el atisbo de algo más en tus ojos, no sé definirlo, pero creo que es por miedo a equivocarme que prefiero no preguntar.
Al fin y al cabo, ya no está entre mis planes que me mires con ojos de amor, tu inexistente lealtad me asquea pero no te preocupes, soy plenamente consciente de que somos iguales, dos signos de aire que fluyen y no saben estar mucho tiempo con los pies en la tierra.
Y aunque repito como un mantra que no es de mi interés ser quien te robe el sueño, he de admitir que has robado el mío, y vivo sin poder parar los fragmentos que se reproducen en mi cabeza sobre todas las noches que pasamos juntos, tus pupilas dilatadas, tus manos apretando mis piernas, los jadeos que acompañan a las canciones de fondo que luego escucho y me recuerdan a ti.
Mentiría si digo que no adoro las noches en que me llevas contigo a toda velocidad en tu moto, sintiendo el viento en mi cara, pretendiendo que no nos escondemos de quien pueda reconocernos y decirle a tu novia.
Es irónico pensar en todo lo que lloré la primera vez que te vi con ella, para que después de todo termináramos nuevamente en este vaivén interminable solo que ahora intentando que nadie nos vea.
En este mundo lleno de mentiras, amores pasajeros y otros que juran ser eternos, seamos los amantes que se devoran el alma a besos sin importar lo que pase mañana.
- occasionally yours, E.
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Aun que sea a escondidas,
pero no me digas, que me quitas tu amor, porque me quitas la vida.
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La noticia de que has vuelto me resulta tan surreal como cuando supe que te ibas. No lloro, no estoy feliz, no siento nada, simplemente estoy procesando, pero cuando te veo aparecer a través de la ventana, en tu moto, mi corazón da un vuelco y soy un manojo de nervios, camino con miedo de que cuando nuestras miradas se encuentren seamos otros y todo haya cambiado, pero cuando al fin me miras y sonríes, puedo ver que seguimos ahí, tu y yo, lo que en un inicio nos unió.
Me das tu casco y vamos por la ciudad en la moto, sintiendo el viento, y por un segundo creo que estoy en una película, o tal vez un sueño, pero me siento alejada de la realidad, aunque bajo el casco, mi sonrisa es una que me llega de oreja a oreja.
Cuando llegamos a tu casa, percibo tu cara con mayor atención y veo que si que has cambiado, pero no estoy segura de qué es, tal vez tú personalidad tan distante o si es algo físico, aunque la ropa que usas no es del tipo que tú usarías, es más formal y por un segundo desearía verte con la ropa que tanto nos gusta.
Las palabras se hacen presentes y al fin pongo mis pies en el suelo, me niego en el fondo a dejar de verte, aún si mis palabras expresan eso, pero me siento herida.
No puedo dejar de tocar tus manos y jugar con ellas, entrelazar nuestros dedos y soltar bromas, muchas de ellas me hacen reír y otras dejan un sabor amargo.
Luego de tanto, al fin me besas, y me prestas una de tus camisetas para estar más cómoda, ya que pasaré la noche contigo. Nos fundimos en un abrazo y juro que podría fundirme en tu pecho, aunque sería por puro capricho mío, pues ya me siento cómoda, en paz y protegida.
Amo tus abrazos, tan típicos, tu cabeza en mi pecho, y yo dándote besos en la frente mientras estamos acostados.
- Siento que estamos en una burbuja y nada nos puede pasar - Te digo con los ojos cerrados.
- Pues que nunca explote - Contestas.
Nuestra sesión de besos se alarga y luego de meses de haber imaginado que estamos juntos de esta forma, ocurre.
Siento tu respiración en mi nuca y me retuerzo, juro que en tanto tiempo no me he sentido así, es glorioso.
Cuando terminamos seguimos abrazados, o conversando, muchas veces te beso las manos y juego con tus dedos, te beso la cara y me siento simplemente feliz.
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Llevo tiempo sin poder escribir algo coherente que describa cómo me siento, lo intento una y otra vez pero solo salen frases que incluso para mí carecen de sentido.
Siento la inmensa necesidad de hundirme en el mar, como si eso fuese a aliviar mi alma adolorida, como si la sal del mar no tocara mis heridas y las hiciera más dolorosas.
No quiero más este dolor que me estremece hasta dejarme tirada en el piso con los ojos hinchados de tanto llorar, no quiero esperar la imposibilidad de tu lealtad.
Solo me das el poco amor que deberías darte tu mismo, te he robado tu luz y tú la mía, pero no hemos hecho nada útil con ellas.
Solo nos las robamos y se disiparon en nuestras manos, sin saber qué hacer con ellas.
Somos el eco de lo que fuimos.
Un sonido que se pierde fácilmente entre nuestros gritos, golpes y desprecio.
Viéndonos así, nadie creería que alguna vez fuimos los cómplices que no podían separarse, que fuimos tan indispensables para el otro, como las columnas que sostienen a una casa.
Para mí lo eras, fuiste mi columna, me sostuviste, mis pulmones, me diste aliento,
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Si algún día regresas, búscame.
Espero que luego de tu hija y tu familia, ser alguien a quien también quieras ver, porque aunque no te lo diga o siga con mi vida, estaré aquí, cruzando los dedos para que algún día pueda encontrarte de nuevo, tal vez de madrugada en una calle y te pida un poco de tu cigarrillo, pero sin preguntarte tu nombre esta vez.
Ese día te preguntaré "¿cómo estás?", porque es lo que más me importa.
Si llega a romperse la conexión que tenemos, no te culparé; por ahí leí que todos fluimos como ríos, siempre en un cambio constante, y que cuando nos volvemos a ver ya no somos los de ayer.
No negaré que mi corazón quiere algun día recibir un mensaje tuyo diciendo que estás afuera de mi casa, y que cuando te vea nada haya cambiado, porque todo estuvo pausado, nada más.
Ahora mismo me sigue afectando todo lo que pasó, como te fuiste tan derepente, que la última vez que te vi me despedí pensando que te vería la mañana siguiente. Todo lo que vivimos fue por primera y última vez.
Por favor, nunca uses mi chompa para ir a verte con otra chica, te lo pido de corazón.
Sigue con tu vida, pero respeta todo lo que pasó entre nosotros, porque yo haré lo mismo, también te dije la última noche que estuvimos juntos que soy tuya y no fue por las emociones del momento. No estaré con nadie más, es mi decisión, estuve contigo en todos los aspectos y no cambiará a menos que vuelva sentir algo por alguien.
Estoy tan triste porque te extraño, porque he repetido mil veces que quiero tenerte aquí, abrazarte y sentir tu presencia en silencio, con eso me basta. Ven y abrázame cinco minutos. Y como la canción que escuchamos la primera vez que estuvimos juntos, "quédate quieto un momento, quiero escuchar tu corazón" porque cada vez que estábamos abrazados se me olvidaba lo demás, todo era paz.
Aunque las canciones que más me recuerdan a ti son fix you, luna de zoé y say yes to heaven, son tuyas.
Extraño tus manos, darte besos en la cara, acariciarte el cabello, ver tus tatuajes.
Mierda, te extraño tanto.
Te llamé "niño" cuando quería decirte "mi niño", aunque tu nombre siempre me va a gustar más, porque cada que lo escucho giro tan rápido como si fuera a encontrarte detrás de mi.
Te quiero a ti, a tus besos, tu risa cuando decía algo que te daba gracia, a tus lunares, tatuajes, pestañas, abrazos y aunque me da vergüenza decirlo, también cuando me decías "mi amor" las veces que lo hicimos.
Ya te dije que quiero de ti, pero no el porqué.
Te quiero porque volví a sentir cosas tan bonitas que no puedo explicar de otra forma que no sea llorando o sonriendo, te quiero porque la primera vez que estuvimos juntos no dejaste de preguntarme si estaba segura de que quería hacerlo o si estaba bien, valoro muchísimo eso, te quiero porque sí te llevaste mi pulsera contigo y las demás cosas que te di. Te quiero porque todo el tiempo me hiciste sentir querida e importante, también porque nunca nadie me hizo acholar a tal punto que tartamudeara. Te quiero más de lo que imaginas pero duele demasiado.
Y ya no me quiero sentir así, solo quiero tenerte aquí, pero me rehúso a ser egoísta con alguien que quiero tanto, así que me alejo.
Me duele escribir este mensaje y con lágrimas en los ojos te digo que no puedo más con tu ausencia así que intentaré sobrellevarlo como creo correcto y lo mejor para ambos es no hablar hasta que algún día, si el universo quiere, nos veamos de nuevo.
Búscame si algún día regresas pero en caso de no ser así, si algún día mi tristeza es más grande que yo y mis problemas me ganan, búscame en las mariposas, o en los pocos pero bonitos recuerdos que tenemos juntos.
Eres demasiado fuerte, no te rindas por favor, yo sé que puedes lograr demasiadas cosas y será por tu propio esfuerzo.
Si algún día sientes que el mundo se te viene abajo, llámame, yo estaré aquí, pero por ahora, me alejo y te bloqueo porque esto me está afectando muchísimo.
Te quiero demasiado y no dejará de ser así nunca, cuídate por favor mi niño, yo te prometo que también lo haré.
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Me senté sobre ti y vi tu cara iluminada por la luz que emanaba la televisión, te besé y aunque de fondo sonaba una de mis canciones favoritas no fui capaz de escucharla con claridad, estaba demasiado perdida en tus besos y en el alcohol que habíamos bebido.
La sesión de besos duró toda la canción hasta que yo empecé a quitarme la ropa y te ayudé a quitarte la tuya.
Nuestras lenguas se encontraban y casi danzaban entre ellas, sentí mi centro vibrar por un segundo y te pedí más, me brindaste de ti y sentí tocar el cielo con las manos, aunque éstas se encontraban demasiado ocupadas acariciando tu cuerpo.
Tus manos se posaron en mi cara y con desesperación me atrajiste hacia ti para besarme, yo te correspondí gustosa, incluso cuando golpeabas mi cara sabiendo que eso me causa placer.
Acariciaste mis labios con tu pulgar y luego lo introdujiste en mi boca, yo jugué con el y vi tu cara de placer contemplando el espectáculo que te brindaba,
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No he escrito en meses algo que realmente salga de mi alma, y aunque el par de cartas que escribí fueron colmadas de mi tristeza, no he podido escribir como realmente me siento.
Como en esta noche tan vacía siento que me hundo en la cama, en este colchón que si pudiera hablar o expresar algo, posiblemente lloraría y les contaría a los demás lo triste que me he sentido, que ha escuchado mis pensamientos más profundos las veces que he sentido que no puedo levantarme siquiera para comer y he pretendido fundirme junto con los hilos que hacen el forro de este colchón.
Me siento muerta, como si no tuviera alma, pero la verdad es que si, solo esta tristeza que siento tan infinita puede ser confundida con dejar de existir.
No es como si hubiera muerto alguna vez, pero todos los recuerdos que tengo, que ahora yacen bloqueados en mi memoria, me hacen sentir como un ser que apenas ha nacido ayer, con ideas implantadas, con recuerdos que no son míos y no he vivido.
La música me hace sentir tantas cosas, la música es lo más cercano a lo que me hacías sentir tu cuando apenas nos conocimos.
Lo recuerdas?
Éramos solo tu y yo, aunque ya no existe la persona que conociste y sé que es igual contigo, no te reconozco, eres un extraño bastante parecido al que algún día me amó.
Me hacías reír tanto que no me quería separar de ti ni un segundo, creo que algo de mi pensó que la vida era mejor de tu lado, de tu mano.
Ahora todas estas lágrimas derramadas se resbalan en mis mejillas, no puedo contenerlas y tampoco atraparlas, mis palabras son mudas, sin sentido, se han quedado en mi garganta y no pueden comunicar ni la mitad de lo que siento, son disparatadas y mienten a conveniencia de mi mente y corazón, buscan protejerlos. Han creado un monólogo donde mi corazón de ha olvidado de ti y mi mente piensa en cosas más interesantes que la primera vez que te tuve tan cerca que no podía pensar.
Aunque si de pensar hablamos, no siempre fui la mejor, de niña me costaba tener las ideas claras y los pensamientos en orden, los niños no eran buenos conmigo y fui rechazada por años.
Vulnerabilidad es lo que sentí.
Pero contigo esa palabra tenía un significado nuevo, ahora era "poder ser libremente" así que te conté de mis sueños más grandes y mis pesadillas más horribles. Te conté todo y no te quedó duda de cómo armar mi rompecabezas mental si algún día se desarmaba y olvidaba todo, me escuchaste con tanta atención que me conociste como esas canciones que tanto cantabas, podías entonarme al derecho y al revés, que la melodía sería la misma.
Yo, por el contrario nunca terminé de conocerte, cada día era algo nuevo, tu mente era un laberinto lleno de acertijos, decorado por rosas con espinas que no dejaban de lastimarme, y aunque me traías globos ostentosos para compensar mis heridas, olvidaste que le temo al sonido de los globos al explotar.
Y por más que quiera no puedo olvidar esa mañana dónde lloraba bajo tu cuerpo, fue tu primera mentira y mi cuerpo, mi mente, mi corazón gritaban que me fuera de tu lado, yo necia, seguí de tu mano por el largo y tortuoso sendero que me prometía dirigirme a una vida feliz a tu lado, pero a medida que avanzaba todo se distorsionó, como un mal sueño.
La mirada de desaprobación en los ojos de tus tíos, de tu mamá y tu abuelo, de todos a quienes llamabas "familia"... Es algo que aún sigue en mi memoria.
Al igual que la mirada de mi familia hacia ti, los regalos que mis tías te dieron, los platos de comida que tu comiste sin recelo, lo mucho que te querian... Algo que no pasó conmigo en tu casa.
Te quiero, pero no sé que pasa con mi corazón, te extraño pero siempre que vuelves me haces añicos, y si es de ser así, quédate dónde estás.
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