Tumgik
siahtizroz · 2 months
Text
youtube
0 notes
siahtizroz · 11 months
Text
POEMAS DE MONTSERRAT ÁLVAREZ PARA NO PERDER.
Los relojes se han roto
En estos días de paro armado y carestía,
días de microbuses atropellados y de comensales
engullidos,
cuando hay tanta cerveza por beber,
en estos días, digo, en estos días,
la sangre y la cerveza derramadas
se suben a la frente con más sed.
En estos días en los que la muerte
es un adorno más para la vida,
las horas del futuro se han venido al presente;
los relojes se han roto, o se los han robado.
Ars poética
La poesía debe ser como el amor,
asunto raro de bichos raros de largos dedos
sensitivos
La poesía debe ser como el amor,
refinada y violenta
y que haga daño y muerda
sin llegar a romperse
ni a romper
Pero a veces la poesía debe llegar más lejos
que el amor
y más lejos que todo
Y romper cosas
En Lima
En Lima no existen los perros anónimos
Todos sabemos sus nombres, sus caras y sus sonrisas
Los locos son nuestros camaradas en las calles de Lima
Caminan a nuestro lado, y hombro con hombro, y diente con diente
En Lima hay un callado policía en cada esquina
y nadie sabe lo que alberga en su negro corazón secreto
En Lima muchos sabemos que las cosas también se
mueren,
que se extingue humildemente su pobre vida servil de cosas
En Lima todos sabemos que otros van a morirse mucho antes que nosotros,
y que con sus ojos en los nuestros dirán:
“Hasta nunca”
En Lima los gallos cantan demasiado temprano, y bajo las veredas hay ocultas
sábanas heladas como la noche de los hermosos cuerpos solitarios
y las nubes son cúpulas de mármol en el horizonte
de los días de invierno
En Lima todos sabemos del sonido preciso del rechinar de dientes, y hemos nacido cobardes hasta la médula de los huesos
En Lima los microbuses llegan siempre cuando ya es tarde y traen historia de fracasos en cada letra de su recorrido
y nosotros nos sentamos para olvidar los paraderos y meditamos en silencio y sin mirarnos a la cara, porque en Lima
cada uno es poeta, y baila con su sombra como
única pareja, y prepara en secreto su voz de medianoche.
Anacreóntica
El dulce licor que duerme en las cavas,
antes de convertirse en palabras sagradas
o en juegos de amor perversos,
de intolerable voluptuosidad,
antes de convertirse en electricidad en la garganta
del rey o el pordiosero,
sueña con grandes deleites y misterios,
con banquetes y desenfrenadas poesías,
con mares, con crepúsculos, con dientes y con lenguas
En el secreto abismo subterráneo acaricia su sexo
de fluida e insondable perfección
como un silente océano de fuego
El dulce licor que duerme en las cavas
alberga las palabras de un diablo cruel y alegre,
y por eso, en el hombre que lo beba,
hará nacer un ansia de intrépidos placeres
Del antiguo demonio que lo puebla
florecerá la risa depravada en el vientre
del más pobre y cobarde bebedor,
llenando hasta los bordes su trémula consciencia
como canto nocturno que se alce en las entrañas
de la tierra, o maldita y prohibida ceremonia
llena de blasfemias bellas y terribles
Y a nadie negará el dulce licor albergue
en su sombrío palacio: iguales ante él serán
buenos y malos, míseros y ricos, necios y sabios
–pues, como la Muerte, a nadie desdeña–
El dulce licor que duerme en las cavas
y sueña con carcajadas, con máscaras y con guerras,
conocerá glorias y desdichas, llantos, triunfos y risas
A muchos míseros regalará el don de quemar sus vidas
tan insensiblemente, de tan veloz manera,
que un día en su corazón confundirán
su última copa con aquella primera
que tomaran tanto tiempo ha
Nacerá el dulce licor imbuido de negra potencia
Erguido emergerá de su honda caverna,
desplegando sus alas hacia la implorante avidez de la tierra
Al mundo entregará en cándidos chorros
el prodigio recóndito del alma
que le insuflara ángel o demonio
para hacer
oro del estiércol y estiércol del oro
Le buscará aquel que nada teme, y también el cobarde
recurrirá a su magia revestida
por jaula de cristal, y al último,
al leproso,
al idiota, al ruin, al loco, al peor
de todos, a aquel de quien no se cuidan
ni los cielos ni la tierra, y sólo a él,
al que nada posea, ni siquiera
la mirada de otro mortal, ni pueda
ya caer,
obsequiará el más raro y secreto de los cielos
–ese horrible misterio que unge al triste mendigo
con la invisible gloria del abismo
Compañeras
La amenaza del amanecer
nos persigue, a mí y a esta mujer
Pende como una espada de Damocles
sobre nuestros pescuezos
Huimos de un bar a otro, de una sombra a otra
Esta mujer –no sé si ya lo dije–
está ebria,
completamente ebria,
y yo también
Tiene la borrachera de la locura metida en sus venas negras,
y me la ha contagiado,
aunque no siempre lo lamento
–luz subterránea–
Ríe, llora, folla
Abre su vagina a cuanta verga
pasa ante sus narices
Yo sé de su tristeza
De ella dicen: la Noche,
la Noche eterna
Cuidado
Afuera el canto del gallo enciende la madrugada
como un río de sangre de neón encabritado
Afuera la oscura atmósfera se sobresalta se agita
hendida por el silbido simultáneo de las fábricas
rasgado agudamente su tejido / por los primeros ómnibus del día
convulso su silencio trasnochado / por los potentes gritos de las aves
Afuera los perrosparias enderezan su osamenta mirando los muladares
siendo pateados sus huesos por matronas putrefactas que a toda costa defienden
su kioskito, sus mesitas, su espeso hedor perezoso
de pescado corrupto refrito en grasa rancia,
alegre desayuno de estómagos paupérrimos
También yo he despertado para siempre,
después de un sueño revelador, señores míos,
con los ojos tan abiertos que ya nunca podré cerrarlos
con los cabellos tan erizados como el lomo de un gato enfurecido
con los senos erguidísimos como cúpulas-estandartes
con la hipertensión necesaria para enfrentar 70 inviernos juntos
Aspiro la verdad que ha horadado mi frente la bebo a grandes tragos
Huid de mí los que vivís en el engaño
de las paredes protectoras cubiertas con bellos cuadros
de las palabras rimbombantes sin consecuencias peligrosas
Cuidado
ahora me revuelvo contra todos vosotros
contra el oprobio y la vergüenza de ser como vosotros
con los dientes famélicos del perro muerdo la gruesa pierna que lo ultraja
Cuidado
ahora me levanto, apartando las sábanas;
con mi cuerpo blanquísimo y desnudo
rompiendo la penumbra de mi cuarto cerrado con tres llaves,
Voy a abrir las ventanas y las puertas
Voy a abrir las ventanas y las puertas
El profesor Bernheim
Había un profesor llamado Bernheim
Le gustaba mostrar a sus alumnos
─entre ellos se sentaba el joven Freud─
un raro experimento:
hipnotizaba a un hombre
para que hiciera algo sin sentido
media hora después
La clase continuaba
y al llegar el momento
el hombre obedecía
la orden del profesor
pero justificándose
mediante alguna excusa racional
Podía tratarse de una excusa tonta
Lo importante es que fuese racional
Para ti la razón es sólo eso
Nunca irás más allá
Funcionas racionalmente y te crees cuerdo
Imaginas que ves cosas reales
porque las ves con los ojos abiertos
y a cada paso tuerces el destino
cumpliendo las palabras sin sentido
de tu profesor Bernheim
Era un experimento fascinante
pero dejaba a todos una extraña inquietud
y el mismo profesor sentía un breve espanto
que los aplausos pronto
lograban disipar
Para ti la razón es sólo esto
Soñar que estás despierto
Vivir fotocopiando gestos huecos
como un hipnotizado
y abrir los ojos el tiempo de un suspiro
tu suspiro final
Escucha
Escucha, pues es conveniente,
lógico y de sentido común
que en nada consideres mis poemas
ni mis transidas horas
Un poeta es la sombra de una sombra
Nada es excepto un sueño
A veces se arrastra por los edificios de oficinas
como corrector de textos, lustrabotas o portero
Las musas le visitan a horas inadecuadas,
haciéndole perder más de un empleo
Tropieza en las aceras, derrama las salsas, se mancha
de vino y de café, mastica
con la boca abierta, es monstruosamente necio
e indeciblemente perverso
Fuma y bebe en exceso
¡Es exageradamente torpe, amigo mío!
Nada tiene para darte, excepto
ciertos paganos esplendores de edades más luminosas, tal vez,
de cuando la luz de los astros
atravesaba los vitrales del Medievo
o de cuando en los bosques de Grecia
aún resonaba la lira de Orfeo
y, por supuesto,
más de un problema, y nada de dinero
Fórmula de la felicidad
«Vivere, Galio frater, omnes beate volunt».
Séneca.
Será preciso no poseer mirada
Será preciso callar cuanto se pueda
Ciertas palabras desembocan siempre
en lo que la palabra no domina
Os mantendréis derechos en la ruta
Evitaréis mirar a los costados
La disciplina os será necesaria
sólo hasta ser moldeados por el hábito
Haréis uso de voces astringentes
Comprenderéis que nada es importante
Os deberéis mover a vuestras anchas
como en estado de apacible alerta
Seréis inteligentes como nadie
a fin de no ceder ilusamente
a los engañabobos y promesas
de cuanto ofrezca mucha intensidad
La mucha intensidad en el placer,
igual que en el dolor, es enemiga
de la felicidad inteligente
Falsas son las ofertas de su terrible dicha
Si la Vida os dirige una mirada
demasiado directa y penetrante,
desviaréis los ojos cortésmente
diciendo «Señorita, estoy casado»
Y si en la calle os interpelara
alguien a quien quisierais llamar prójimo,
desconfiad enseguida: es vuestro corazón,
no ese hombre ni el mundo, quien flaquea
Después todo os será fácil e inevitable
Cuanto os resultase arduo en un comienzo
os hará sonreír condescendientes
ante el tonto que fuisteis, y que ya no seréis
Será preciso creer lo que convenga
y desterrar lo contraproducente
Método y seriedad en esta práctica
harán del ser feliz algo automático
Si las ideas poco convenientes
intentan seduciros con sus mañas,
considerad que lo único sensato
es usar las ideas, no servirlas
Los engranajes de la maquinaria
de la felicidad mecanizada,
cuando correctamente programados,
borran del operario lo falible
Será preciso no albergar espíritu
Será preciso no alimentar un alma
Dormiréis mucho más de ocho horas diarias
De hecho, será preciso, a todos los efectos,
que no volváis a despertar jamás
Poema nostálgico para N. B.
Llegabas con el rostro agrio y desagradable
de quien juzga y condena al rebaño –¡nosotros!–
de ignorantes henchidos de indigesto saber
(quizá era exasperante, en realidad:
tanta ciencia, y tan poca)
«Extraño personaje», según me dije a veces
por aquel tiempo, en medio
de las categorías y los diálogos,
para entretener mis fatídicos ocios
La atmósfera era gris en el rumiar de los minutos
y dabas manotazos de ahogado en el tedio:
«¿Qué opinan de esto? ¿Qué piensan de aquello?»
Digo mal: en verdad, no te aburrías
¡Tanto desdén y, sin embargo, tanta fe!
Esto era de lo más curioso
Y así pasaste, como pasa el tiempo
–el pequeño, prodigioso enigma
de otra vida humana–, por mi vida
Contemplé este fugaz tránsito tuyo
con indiferencia en su momento
y sin embargo
Y, sin embargo, ahora he recordado
He recordado, por feliz asociación de ideas,
lo que posiblemente no recordarás nunca:
tantas insólitas posibilidades
¿Y si hubiera hecho esto?
¿Y si hubiera dicho aquello?
¿Y si te hubiera confiado…?
¿Y si…? ¿Y si…?
–ved cuán singular es la existencia humana,
cuán rica en potencia y cuán pobre en acto–
Llegabas en un tosco blue-jean, siempre fumando
Un rostro desdeñoso, agrio, severo
Era imposible en él una sonrisa
En una tarde gris me preguntaste
–el pasillo bullía de alumnos liberados–
cuál era mi opinión sobre Aristóteles
Debes recordar esto
«Prefiero a su maestro», respondí
Y entonces sucedió algo extraño y perfecto
Dijiste: «Yo también», y sonreías
Y, ¿cómo te diré esto que te digo?
Nos separamos al llegar a la escalera
–la timidez, el hábito, el orgullo–
He recordado esa tarde gris de otoño
–(me molesta el banal encanto de esta frase)–
no tanto con nostalgia de esa tarde para sí (ríe
de mi jerga hegeliana, si quieres)
cuanto de lo que ella era en sí
antes de separarnos por distintos caminos al alcanzar la escalera
–tú al salón de profesores y yo a la hemeroteca–
Nos separamos –como lo hacen todos
permanentemente, en medio de las breves
horas de la vida–
al llegar a la escalera
Y antes del azar o de la volición de aquellos pasos,
esa tarde era en sí, y ya no es
–pues las circunstancias, al cambiar, destruyen
no tan sólo el ser en acto, sino también la potencia–,
otras tardes parecidas, o distintas
Era una tarde gris que ahora recuerdo
no tanto con nostalgia de lo que ella fue
cuanto de esas otras tardes que tú ignoras
porque sólo pudieron haber sido
Hago de ella un símbolo
de la extravagante condición humana,
que en cada realización de lo posible
genera lo imposible, aniquilando infinitos,
por siempre incógnitos mundos,
enterrando en el pasado inconquistables futuros
Tomates
¡Tomates! ¡Tomates! Hijos de la sangre
Grandes nabos, blancas
fibras de la luna
Espléndidos apios, locos de remate
Amo vuestra dulce vocación canora
de llenar de bocas más de mil y una
en la oscuridad de las altas horas
De verdes anhelos está llena mi alma
–de jugo de berros, de sangre de palta–
De los entremeses, los engañabobos,
la cola del pato, la boca del lobo,
el huevo del dodo y el del avestruz,
la vaca sagrada que hunde su testuz
en la fuente ansiada –la transustanciada
sangre de Jesús–
Abrid vuestras bocas hambrientas, hermanos,
al maná que blanco tiembla en vuestras manos
al maná de ciegos y de comedores,
al maná de cojos y devoradores
Abrid vuestras bocas hacia este futuro,
extended a él vuestros brazos duros,
que a nuestros estómagos enormes y magros
llegarán celestes, oleosos milagros
Tregua
En una tregua de la Eterna Lucha,
Satanás conversaba con un ángel
Servían de pretexto mil y una nimiedades
habituales entre seres que sostienen
una relación cordial, mas no demasiado estrecha
Ambas potencias se hallaban distraídas
en aquel momento de reposo,
por lo cual su mirada, de ordinario más atenta,
no advirtió la presencia de quien, por accidente,
pudo presenciar tan singular encuentro
(y que había sido hasta ahí llevado
merced a los grandes poderes del sueño)
–Era el tamaño del testigo humano,
dicho sea de paso y en descargo
del descuido de ambos interlocutores,
en relación al de éstos
igual que el de una pulga es al de un perro–
Decayó el diálogo en cierto momento
El Maligno se sumió en algún complejo enigma
Guardó el ángel discreto silencio
«No sé qué me sucede últimamente»,
confesó al fin Satán
Su acento reclamaba mayor intimidad
«De un tiempo a esta parte –prosiguió–,
la comisión del pecado me produce
cierta incomodidad inexplicable»
El ángel no parecía sorprendido
«Es natural –replicó–:
estás volviéndote viejo
Tu conciencia te pide el descanso
al que tiene derecho,
pues, débil ya, se ha vuelto
vulnerable a los remordimientos»
Interrogóle entonces Lucifer:
«¿Me vuelve menos malo la vejez?
¿Debe ser entonces, según tu concepto,
bueno envejecer?»
Y sonreía su terrible rostro
«No lo es», suspiró el ángel, «no lo es
Envejecer no es bueno para nadie
Ni para ustedes
Ni para nosotros»
3 notes · View notes
siahtizroz · 11 months
Text
POEMAS DE MONTSERRAT ÁLVAREZ PARA NO PERDER.
MANIFIESTO DEL BUEN SALVAJE Nunca entendí el sentido del término confort ni tampoco compreendo el valor del dinero Y no digo esto por vangloriarme (pues sería muy torpe querer impresionar con un lugar común que casi siempre es falso) En mi casa la gente duerme hasta bien entrada la mañana come abundantemente y nunca tiene frío, pero cuando debo ir a la oficina no me importa dejar el lecho en la penumbra ni tampoco comer precariamente en cualquier cafetería en decadência ni tampoco me interesa la inclemencia del frío San Felipe, donde todos los ventos confluyen: me gusta el soplo helado que enciende mis cabelos me gusta la terraza donde suelo sentarme aunque el viento se lleve todas la servilletas y perda veinte fósforos en cada cigarrillo —y, cuando cae la noche sobre las altas torres de ventanas flamígeras, ver las constelaciones de la electricidad— Más el blando sillón que está al abrigo de los elementos, me complacen el duro banco del parque solitário, el escalón austero, el piso indiferente, el desnudo contacto con grandes fuerzas cósmicas. No me gusta aceptar licor y chocolates de manos de un cordial anfitrión satisfecho y el calor del hogar me hastía y me sufoca. Mi existencia es discreta y depravada, y prefiero el olor vivificante y tenue de la sangre, la roja carne cruda devorada en el silencio, a solas, en secreto, en cualquier rincón de la noche.
Alta suciedad EN ESTAS negras calles se trasnocha y se bebe aguardente con las putas. No me baño hace meses. Sé que carezco de principios y que frecuento los abismos mientras vosotros yacéis en limpios, decentes lechos, entre decentes sábanas, con la conciencia recta. Pero más celeste es mi corazón que el vuestro. En mi alma llevo versos, y no estiércol.
Peter Punk PETER PUNK te espera detrás de las esquinas —en cualquier esquina, esta misma noche— para mostrarte su membro mientras ríe a carcajadas y un relámpago de gozo se desmaya en su cérebro Él no tiene futuro ni responsabilidades sólo goza y se abandona en los brazos de su madre, esta gran prostituta que es la ciudad de Lima Ella lo pisotea con el mayor desprecio pero él sigue aferrado a su fláccido seno Él la odia y la ama y la busca en su pasado, donde no tiene futuro ni responsabilidades (hace ya más de treinta años que no tiene nada de eso) Yo lo conozco bien, tú también lo conoces se nutre de veneno que las calles le ofrecen y luego lo vomita y blasfema y maldisse Madre, tú amaste mucho a este pobre hijo débil, lo amaste demasiado, al más débil de todos, que una noche espero tu regreso detrás de aquella esquina con su chaveta implacable y la clavó en tu cuerpo con rencor y con odio La clavó trece veces en tu pálida sangre, con odio y con amor, riendo a carcajadas —oh placer infinito—.  Recemos por su alma.
0 notes
siahtizroz · 11 months
Text
Domingo 15 de abril de 1962
Quando eu estava me preparando para partir, tornei a lhe perguntar acerca dos inimigos do homem de conhecimento. Argumentei que ia passar algum tempo sem voltar, e que seria uma boa idéia escrever as coisas que ele tivesse a dizer e pensar a respeito enquanto estivesse fora. Hesitou um pouco, mas depois começou a falar: - Quando um homem começa a, aprender, ele nunca sabe muito claramente quais seus objetivos. Seu propósito é fumo; sua intenção, vaga. Espera recompensas que nunca se materializarão, pois não conhece nada das dificuldades da aprendizagem. "Devagar, ele começa a aprender... a princípio, pouco a pouco, e depois em porções grandes. E logo seus pensamentos entram em choque. O que aprende nunca é o que ele imaginava, de modo que começa a ter medo. Aprender nunca é o que se espera. Cada passo da aprendizagem é uma nova tarefa, e o medo que o homem sente começa a crescer impiedosamente, sem ceder. Seu propósito torna-se um campo de >batalha. "E assim ele se deparou com o primeiro de seus inimigos naturais: o Medo! Um inimigo terrível, traiçoeiro, e difícil de vencer. Permanece oculto em todas as voltas do caminho, rondando, à espreita. E se o homem, apavorado com sua presença, foge, seu inimigo terá posto um fim à sua busca. - O que acontece com o homem se ele fugir com medo? - Nada lhe acontece, a não ser que nunca aprenderá. Nunca se tornará um homem de conhecimento. Talvez se torne um tirano, ou um pobre homem apavorado e inofensivo; de qualquer forma, será um homem vencido. Seu primeiro inimigo terá posto um fim a seus desejos. - E o que pode ele fazer para vencer o medo? - A resposta é muito simples. Não deve fugir. Deve desafiar o medo, e, a despeito dele, deve dar o passo seguinte na aprendizagem, e o seguinte, e o seguinte. Deve ter medo, mente, e no entanto não deve parar. É esta a regra! E o momento chegará em que seu primeiro inimigo recua. O homem começa a se sentir seguro de si. Seu propósito torna-se mais forte. Aprender não é mais uma tarefa aterradora. Quando cesse momento feliz, o homem pode dizer sem hesitar que derrotou seu primeiro inimigo natural. - Isso acontece de uma vez, Dom Juan, ou aos poucos? - Acontece aos poucos e no entanto o medo é vencido da repente e depressa. - Mas o homem não terá medo outra vez, se lhe acontecer alguma coisa nova? - Não. Uma vez que o homem venceu o medo, fica livre dele o resto da vida, porque, em vez do medo, ele adquiriu a clareza de espírito que apaga o medo. Então, o homem já conhece seus desejos; sabe como satisfazê-los. Pode antecipar os novos passos na aprendizagem e uma clareza viva cerca tudo. O homem sente que nada se lhe oculta. "E assim ele encontra seu segundo inimigo: a Clareza! Essa clareza de espírito, que é tão difícil de obter, elimina o medo, mas também cega. "Obriga o homem a nunca duvidar de si. Dá-lhe a segurança de que ele pode fazer o que bem entender, pois ele vê tudo claramente. E ele é corajoso porque é claro e não pára diante de nada porque é claro. Mas tudo isso é um engano; é como uma coisa incompleta. Se o homem sucumbir a esse poder de faz-de-conta, sucumbiu a seu segundo inimigo e tateará com a aprendizagem. Vai precipitar-se quando devia ser paciente, ou vai ser paciente quando devia precipitar-se. E tateará com a aprendizagem até acabar incapaz de aprender mais qualquer coisa. - O que acontece com um homem que é derrotado assim, Dom Juan? Ele morre por isso? - Não, não morre. Seu inimigo acaba de impedi-lo de se tornar um homem de conhecimento; em vez disso, o homem pode tornar-se um guerreiro valente, ou um palhaço. No entanto, a clareza, pela qual ele pagou tão caro, nunca mais se transformará de novo em trevas ou medo. Será claro enquanto viver, mas não aprenderá nem desejará nada. - Mas o que tem de fazer para não ser vencido? - Tem de fazer o que fez com o medo: tem de desafiar sua clareza e usá-la só para ver, e esperar com paciência e medir com cuidado antes de dar novos passos; deve pensar, acima de tudo, que sua clareza é quase um erro. E virá um momento em que ele compreenderá que sua clareza era apenas um ponto diante de sua vista. E assim ele terá vencido seu segundo inimigo, e estará numa posição em que nada mais poderá prejudicá-lo. Isso não será um engano. Não será um ponto diante da vista. Será o verdadeiro poder. "Ele saberá a essa altura que o poder que vem buscando há tanto tempo é seu, por fim. Pode fazer o que quiser com ele. Seu aliado está às suas ordens. Seu desejo é a ordem. Vê tudo o que está em volta. Mas também encontrou seu terceiro inimigo: o Poder! "O poder é o mais forte de todos os inimigos. E naturalmente a coisa mais fácil é ceder; afinal de contas, o homem é realmente invencível. Ele comanda; começa correndo riscos calculados e termina estabelecendo regras, porque é um senhor. "Um homem nesse estágio quase nem nota seu terceiro inimigo se aproximando. E de repente, sem saber, certamente terá perdido a batalha. Seu inimigo o terá transformado num cruel e caprichoso. - E ele perderá o poder? - Não, ele nunca perderá sua clareza nem seu poder. - Então o que o distinguirá de um homem de conhecimento? - Um homem que é derrotado pelo poder morre sem mente saber manejá-lo. O poder é apenas uma carga em 'ice destino. Um homem desses não tem domínio sobre si, e não sabe quando ou como usar seu poder. - A derrota por algum desses inimigos é uma derrota final? - Claro que é final. Uma vez que esses inimigos dominem o homem, não há nada que ele possa fazer. - Será possível, por exemplo, que o homem derrotado pelo poder veja seu erro e se emende? - Não. Uma vez que o homem cede, está liquidado. - Mas, e se ele estiver temporariamente cego pelo podar, e depois v recusar? - Isso significa que a batalha continua. Isso significa que ele ainda está tentando ser um homem de conhecimento. O indivíduo é derrotado quando não tenta mais e se abandona. - Mas então, Dom Juan, será possível que um homem se entregue ao medo durante anos, mas que no fim ele o vença. - Não, isso não é verdade. Se ele ceder ao medo, nunca o vencerá porque se desviará do conhecimento e nunca mais terá. Mas sé procurar aprender durante anos no meio de i!s medo, acabará dominando-o, porque nunca se entregou realmente a ele. - E como o homem pode vencer seu terceiro inimigo, Dom Juan? - Também tem de desafiá-lo, propositadamente. Tem de vir a compreender que o poder que parece ter adquirido, na nunca é seu. Deve controlar-se em todas as ocasiões, Com cuidado e lealdade tudo o que aprendeu. Se conseguir ver que a clareza e o poder, sem seu controle sobre si, são piores do que os erros, ele chegará a um ponto em que lado. Então, saberá quando e como usar seu poder. E assim terá derrotado seu terceiro inimigo. "O homem estará, então, no fim de sua jornada do saber, e quase sem perceber encontrará seu último inimigo: a Velhice! Este inimigo é o mais cruel de todos, o único que ele não conseguirá derrotar completamente, mas apenas afastar. "É o momento em que o homem não tem mais receios, não tem mais impaciências de clareza de espírito... um momento em que todo seu poder está controlado, mas também o momento em que ele sente um desejo irresistível de descansar. Se ele ceder completamente a seu desejo de se deitar e esquecer, se ele se afundar na fadiga, terá perdido o último round, e seu inimigo o reduzirá a uma criatura velha e débil. Seu desejo de se retirar dominará toda sua clareza, seu poder e sabedoria. "Mas se o homem sacode sua fadiga, e vive seu destino completamente, então poderá ser chamado de um homem de conhecimento, nem que seja no breve momento em que ele consegue lutar contra o seu último inimigo invencível. Esse momento de clareza, poder e conhecimento é o suficiente.
A Erva do Diabo/ Carlos Castañeda
0 notes
siahtizroz · 11 months
Text
Sábado, 8 de abril de 1962
Em nossas conversas, Dom Juan sempre usava ou se referia à expressão "homem de conhecimento", mas nunca explicava o que queria dizer com isso. Perguntei-lhe a respeito. - Um homem de conhecimento é aquele que seguiu honestamente as dificuldades da aprendizagem - disse ele. Um homem que, sem se precipitar nem hesitar, foi tão longe quanto pôde para desvendar os segredos do poder e da sabedoria. - Qualquer pessoa pode ser um homem de conhecimento? - Não; não qualquer pessoa. - Então o que é preciso fazer para se tornar um homem de conhecimento? - O homem tem de desafiar e vencer seus quatro inimigos naturais. - Ele será um homem de conhecimento depois de vencer esses quatro inimigos? - Sim. Um homem pode chamar-se um homem de conhecimento somente se for capaz de vencer os quatro. - Então, qualquer pessoa que conseguir vencer esses inimigos pode ser um homem de conhecimento? - Qualquer pessoa que os vencer torna-se um homem de conhecimento. - Mas há algum requisito especial que o homem tenha de atender antes de lutar contra esses inimigos? - Não. Qualquer pessoa pode tentar tornar-se um homem de conhecimento; muito poucos homens o conseguem, realmente, mas isso é natural. Os inimigos que um indivíduo encontra no caminho do saber para tornar-se um homem de conhecimento são realmente formidáveis; a maioria dos homens sucumbe a eles. - Que tipos de inimigos são, Dom Juan? Recusou-se a falar sobre os inimigos. Disse que se passaria muito tempo até que o assunto fizesse sentido para mim. Procurei manter a conversa e perguntei-lhe se ele achava que eu poderia tornar-me um homem de conhecimento. Respondeu que ninguém poderia dizer isso ao certo. Mas eu insisti para saber se havia algum indício que ele pudesse usar para saber se eu tinha ou não possibilidade de me tornar um homem de conhecimento. Falou que dependia de minha luta contra os quatro inimigos - se eu conseguiria derrotá-los ou ser derrotado por eles - mas que era impossível prever o resultado dessa luta. Perguntei-lhe se ele podia usar feitiços ou adivinhação para ver o resultado da luta. Declarou claramente que os resultados da luta não poderiam ser previstos por meio algum, porque tornar-se um homem de conhecimento era uma coisa temporária. Quando pedi que ele explicasse isto, respondeu: - Ser um homem de conhecimento não tem permanência. Nunca se é um homem de conhecimento, não de verdade. Ou antes, a pessoa se torna um homem de conhecimento por um instante muito breve, depois de derrotar os quatro inimigos naturais. - Você tem de me dizer, Dom Juan, que tipo de inimigos eles são. Não respondeu. Tornei a insistir, mas ele mudou de assunto e começou a falar sobre outra coisa.
A Erva do Diabo/ Carlos Castañeda
0 notes
siahtizroz · 11 months
Text
Tumblr media Tumblr media
1 note · View note
siahtizroz · 11 months
Photo
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Um pico desbloqueado que preciso refazer a rota para chegar novamente nele. 
0 notes
siahtizroz · 11 months
Photo
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
0 notes
siahtizroz · 11 months
Text
youtube
0 notes
siahtizroz · 11 months
Text
youtube
0 notes
siahtizroz · 1 year
Quote
[...] Mis oídos de espeleóloga. Que escuchan brotar la poesía cuando aún es subterránea, pero lucha lentamente em el interior para entregarse al encantamiento exterior, goza y sufre por no ser sino la respiración de la materia. A todas mis amigas para quienes amar el instante es uma necesidad, salvar el instante es uma cosa tan difícil, y nosotras nunca tenemos el tiempo necesario, el tiempo lento, snaguíneo, que es la condición de este amor, el tiempo pensativo, tranquilo que tiene el valor de dejar durar, dedico los ter dones: la lentitud que es la esencia de la ternura; uma fuente de frutos de la pasión cuya carne presenta, em su corazón, filamentos comparables a los estilos de la poesía; y la palabra spelaïon, porque es, em sí misma, um frasco lleno de voces, um oído hechizado, el instrumento de uma música continua, uma especie de naranja abierta, sin fondo. (p.114)
Vivir la naranja, Hélène Cixous
https://webs.ucm.es/info/especulo/numero26/linhages.html
2 notes · View notes
siahtizroz · 2 years
Video
youtube
no fone!
0 notes
siahtizroz · 2 years
Text
Tumblr media
0 notes
siahtizroz · 2 years
Photo
Tumblr media
La foto que le sigue al cuento “La bic, el baño y sus ojos”. 
0 notes
siahtizroz · 2 years
Quote
Estaba por la calle Talcahuano y entré en un bar. Saqué mi cuadernito a rayas con espiral, una bic que encontré en el fondo de los recuerdos y me puse a escribir, a recordar situaciones, recrear sensaciones. Hace unos días andaba caminando sumergida en un estado melancólico, y de repente, al pasar por un teléfono, fue como encontrarme con sus ojos. Entré a llamarla, casi compulsivamente. Entre su hola, y mi hola, se entrelazaron energías llenas de emociones. Hacía meses que no hablábamos, más aun que no nos veíamos. Detrás de mi saludo, que sentí entre-cortado, escuché su silencio. Ebullición. Luego de unos segundos en conexión con el cable del silencio, con las palabras en retirada, volvió una nueva ola. Yo sólo deseaba verla. Mi percepción era que ella también. Me preguntó dónde estaba y al darle las coordenadas del lugar en que me encontraba, esperaba que me dijera Venite a casa. Decime venite, decime venite, rezaba hacia mis adentros. —Te mandé un e-mail —No lo vi, hace unos días que no abro mi correo –le dije todavía expectante–. Bueno, ¡¿arreglamos?! –días atrás habíamos combinado que nos encontraríamos. —No voy a poder. Su silencio era tan elocuente y sus palabras cargadas de deseo, pero lamentablemente venían acompañadas de cierto raciocinio anterior. —No voy a poder –insistió–, no quiero discutir. Entendí que no era un problema de horarios había una decisión por detrás. Tal vez el e-mail tendría cierta información al respecto. Me dijo que me había extrañado tanto que no podría pasar por lo mismo nuevamente. —¿Estás diciendo que no querés que nos veamos? Hasta entonces nuestras voces y silencios estaban llenos de deseos. —Lo pensé bien, es mejor que no. Vamos a discutir y… —No –la interrumpí–, yo tampoco quiero discutir. Pero bueno, si es tu decisión es mi deber respetarla –respondió mi parte más racional, más correcta e indeseada. Hablamos de cómo estábamos, en tres palabras lo que veníamos haciendo. Mientras le contaba sin mucho entusiasmo el rumbo que llevaba mi vida, ahora era ella la que me interrumpía con firmeza. —Veámonos. —¿Estás segura? –le dije demostrando toda mi ilusión, aunque mi parte "correcta" saliera al cruce nuevamente–. Mirá que estoy en la calle y no tengo celular. Si te arrepentís, no tenés cómo avisarme. Corté el teléfono y salí ansiosa cual adolescente. Mis piernas se apuraban, corrían en dirección al colectivo. Al llegar noté cambios. Ya no precisaba bajar a abrirme, ahora una cámara-espía me largaba chorros de luz y un timbre abría la puerta. —Hola. —Llegué. Subí. Mientras salía del ascensor y miraba para un lado, para el otro, allí estaba ella, parada. En la puerta me recibió con un beso abierto y un abrazo cansado de esperar. De a poco fui reconociendo la casa, un imán roto en la heladera, marcaba el paso del tiempo. Ella estaba igual de linda, me contaba con ganas algunas cosas atrasadas de tantos silencios impuestos. Se acercaba con la necesidad de tantos besos no besados. Me acercaba con la sed de tanta agua acumulada. Tantas palabras arrinconadas en el lugar del enojo y la distancia. Pasamos una noche de fiesta, entre diosas y cervecitas con nueces, palabras y jadeos. A la mañana siguiente nos levantamos temprano, entre caricias y mates nos demoramos un poco más de lo previsto. Tomamos casualmente el mismo colectivo. Ella me contaba alegre una historia que tuvo que acelerar y terminó rápidamente con un chau, me bajo en esta. Todavía vestida de deseo, bañada del placer de la noche anterior, me preguntaba si llamarla, si esta segunda vez podría volver a superar la prueba. Si me rechazaba, corría el riesgo de un final abrupto, en cambio si no la llamaba me quedaría con un final abierto, expectante, con la ilusión encendida. Con la punta de mi dedo, fui muy lentamente borrando el teléfono escrito con lapicera bic negra que otrora anotara con tantas ganas. Una lágrima que brotaba de la tristeza, hacía más fácil la operación. Fui al baño, le pedí al señor que estaba al lado mío que mirara mis cosas y me perdí en la escalera. Entré nuevamente a ese lugarcito que tantas veces visitamos juntas, en el que un primer, tercer y quinto beso sellaban nuestros encuentros. Broma macabra del destino al ver la foto junto a las toallitas de mano. ¡Ahí también había cambios! Apagué la luz y salí.
pessah, mariam . La bic, el baño y sus ojos. Amor, placer, rabia y revolución. Porto Alegre: colección Libertaria, 2012 (livro).
0 notes
siahtizroz · 2 years
Video
youtube
0 notes
siahtizroz · 2 years
Text
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
0 notes