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#Carlota haciendo de las suyas
isabella880 · 4 years
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15 Villanas de telenovelas latinoamericanas que se hicieron famosas por su maldad en la pantalla chica
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Las telenovelas latinoamericanas han traumatizado las tardes frente a la televisión. Historias de aprecio y desamor, de aspiración y codicia, pero además de lucha y esfuerzos que muchas veces se ven empañadas por las terribles villanas que quieren obtener su cometido a toda costa.
Genial.guru reunió a las villanas más emblemáticas de la televisión en un lista que, conforme avanza, incrementa el nivel de maldad de sus historias.
1. Catalina Creel
Catalina Creel, interpretada por María Rubio, es una de las villanas más despiadadas de las telenovelas. En Cuna de lobos, les hizo creer a todos que había perdido un ojo por fallo de su hijastro José Carlos, pero eso era una mentira. Ella quería que su efectivo hijo, Alejandro, fuera el predilecto de su consorte. Posteriormente, Catalina se vio involucrada en actos crueles que la convirtieron en una de las mujeres menos queridas de la televisión.
2. Evangelina Vizcaíno
La telenovela Cadenas de amargura contó con la décimo de la primera actriz, Diana Bracho, quien interpretó al personaje de Evangelina Vizcaíno, tía de Cecilia, una chica que tuvo que ir a radicar con su tía Evangelina y su hermana, Natalia, al sucumbir sus padres en un incidente. Evangelina es cruel con Cecilia y hará todo por verla infeliz durante toda la trama.
3. Soraya Montenegro
Soraya Montenegro, personaje que encarnó Itatí Cantoral en la telenovela María la del Barrio, fue una mujer que vivió obsesionada con conquistar el aprecio de Luis Fernando, quien a su vez, estaba enamorado de María, interpretada por Thalía. Tras sufrir un incidente, Soraya rehace su vida en Estados Unidos con otra persona, pero un libramiento de la historia la hace regresar a México, donde continuará haciendo de las suyas para arruinar la vida de todos.
4. Deborah Falcón de Rivero
Si existiera una villana oportunista por excelencia sería Deborah Falcón de Rivero, interpretada por Nailea Norvind para la telenovela Abrázame muy fuerte. Deborah se enamora del hombre errado y, con el objetivo de conservarlo, reacciona de formas inimaginables.
5. Carmen Lucía “Carmina” Moreira de Souza
La temible villana de la telenovela Avenida Brasil, Carmina, es la madrastra de Rita, a quien envía a radicar a un tiradero de basura, presa de su aspiración y deseos de quedarse con toda la herencia tras enviudar del padre de Rita. Posteriormente, a posteriori de un libramiento inesperado de la historia, se casa con un futbolista pudiente, pero esa relación siquiera termina perfectamente.
6. Condesa Aimée de Altamira de Alcázar y Valle
Mónica y Aimée son unas jóvenes condesas hermanas que están en disputa por el aprecio de Juan del Diablo, un pirata y salteador por el que ambas hermanas sentían seducción en la telenovela Corazón salvaje. Mónica es una mujer aristócrata y dulce, a diferencia de Aimée, quien es calculadora y sin sentimientos.
7. Verônica Tardivo
Verônica Tardivo es la principal villana de la telenovela Cuna de gato, interpretada por Paolla Oliveira. Su objetivo era convertirse en una mujer adinerada, por lo que todo aquel que le impidiera conseguirlo estaba sujeto a sus acciones despiadadas. Una de las villanas con veterano dosis de maldad en su corazón de las telenovelas latinoamericanas.
8. María Paula
María Paula es una de las hermanas trillizas interpretadas por la misma actriz, Lucero, para la telenovela Lazos de amor. Ella, a diferencia de sus hermanas, María Guadalupe y María Fernanda, es cruel y caprichosa desde pequeña. Un incidente les arrebató a sus padres, pero eso no reblandeció el corazón de María Paula, quien a toda costa quiere evitar compartir la herencia.
9. Roxana Brito de la O
Roxana está casada por segundas nupcias con don Roberto, un patrón. Ella es una mujer de gran belleza, pero con muchas ambiciones y pocos escrúpulos. Interpretada por Joana Benedek para la telenovela Amigas y rivales, Roxana no está enamorada de su consorte; por el contrario, se siente atraída por el hijo de él, por lo cual hace todo para poder conquistarlo.
10. Carlota Espinoza de los Monteros
Carlota y su hermana, Macarena, se enamoraron del mismo hombre, Cristóbal, quien prefirió a Macarena, poco que Carlota en absoluto pudo perdonar. Carlota, interpretada por Leticia Calderón en En nombre del amor, es una mujer resentida que exploración vengarse de su desdicha con todas las personas, incluso con una pequeña que llegó a radicar con ella y su hermana tras poseer perdido a sus padres.
11. Nazaré Tedesco
Nazaré Tedesco, papel interpretado por Renata Sorrah en Señora del destino, es una mujer con pocas cualidades y muchas cosas que la convirtieron en una gran villana. Vive con paranoia, por otra parte de estar profundamente amargada y, aunado a ello, derrocha la fortuna de su marido, por lo que se desquicia totalmente. Esto hace que Nazaré esté dispuesta a todo con tal de no perder a Isabel, a quien raptó de su principio, María.
12. Paola Bracho
Paola Bracho, una mujer ambiciosa y además aburrida de su vida, decide salir de alucinación durante un tiempo para escapar de la monotonía diaria. Ahí, conoce a Paulina, físicamente idéntica a ella, pero con una personalidad aristócrata y generosa, totalmente diferente a la de Paola. En la telenovela La usurpadora, Paola demuestra su poder para hacer el mal a todos y rebosar con la suya.
13. Malvina Morantes, viuda de Del Olmo
María Mercedes, personaje de Thalía en la telenovela homónima, sufrió por las maldades de Malvina Morantes, viuda de Del Olmo, una codiciosa mujer que le tenía envidia a la verde por poseer heredado la fortuna de su clan al haberse casado con Santiago del Olmo, sobrino de Malvina y poseedor de sumas millonarias.
14. Marcela Valencia
La dulce secretaria, Betty, de la telenovela colombiana Yo soy Betty, la fea, vio su negra suerte gracias a la jefa de puntos de saldo, Marcela Valencia, quien además estaba comprometida con Armando Mendoza, el gran aprecio de Betty. Marcela hizo pedazos a la protagonista de la historia por los celos que sentía por el aprecio de Armando.
15. Rubí Pérez Ochoa
Rubí es una mujer que vive en una proximidad en compañía de su hermana y su principio. Esta villana convertida en protagonista de la telenovela homónima, encarnada por Bárbara Mori, se obsesiona por salir de la situación pusilánime en la que se encuentran, valiéndose de artimañas para hacerlo, sin importar el daño que le pudiera hacer a todas las personas que le rodean.
¿Cuál de estas villanas te ha parecido la más cruel y despiadada de todas? ¿Qué telenovela recuerdas mejor de todas estas?
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lacronicacoruna · 4 years
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15 Villanas de telenovelas latinoamericanas que se hicieron famosas por su maldad en la pantalla chica
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Las telenovelas latinoamericanas han traumatizado las tardes frente a la televisión. Historias de aprecio y desamor, de aspiración y codicia, pero además de lucha y esfuerzos que muchas veces se ven empañadas por las terribles villanas que quieren obtener su cometido a toda costa.
Genial.guru reunió a las villanas más emblemáticas de la televisión en un lista que, conforme avanza, incrementa el nivel de maldad de sus historias.
1. Catalina Creel
Catalina Creel, interpretada por María Rubio, es una de las villanas más despiadadas de las telenovelas. En Cuna de lobos, les hizo creer a todos que había perdido un ojo por fallo de su hijastro José Carlos, pero eso era una mentira. Ella quería que su efectivo hijo, Alejandro, fuera el predilecto de su consorte. Posteriormente, Catalina se vio involucrada en actos crueles que la convirtieron en una de las mujeres menos queridas de la televisión.
2. Evangelina Vizcaíno
La telenovela Cadenas de amargura contó con la décimo de la primera actriz, Diana Bracho, quien interpretó al personaje de Evangelina Vizcaíno, tía de Cecilia, una chica que tuvo que ir a radicar con su tía Evangelina y su hermana, Natalia, al sucumbir sus padres en un incidente. Evangelina es cruel con Cecilia y hará todo por verla infeliz durante toda la trama.
3. Soraya Montenegro
Soraya Montenegro, personaje que encarnó Itatí Cantoral en la telenovela María la del Barrio, fue una mujer que vivió obsesionada con conquistar el aprecio de Luis Fernando, quien a su vez, estaba enamorado de María, interpretada por Thalía. Tras sufrir un incidente, Soraya rehace su vida en Estados Unidos con otra persona, pero un libramiento de la historia la hace regresar a México, donde continuará haciendo de las suyas para arruinar la vida de todos.
4. Deborah Falcón de Rivero
Si existiera una villana oportunista por excelencia sería Deborah Falcón de Rivero, interpretada por Nailea Norvind para la telenovela Abrázame muy fuerte. Deborah se enamora del hombre errado y, con el objetivo de conservarlo, reacciona de formas inimaginables.
5. Carmen Lucía “Carmina” Moreira de Souza
La temible villana de la telenovela Avenida Brasil, Carmina, es la madrastra de Rita, a quien envía a radicar a un tiradero de basura, presa de su aspiración y deseos de quedarse con toda la herencia tras enviudar del padre de Rita. Posteriormente, a posteriori de un libramiento inesperado de la historia, se casa con un futbolista pudiente, pero esa relación siquiera termina perfectamente.
6. Condesa Aimée de Altamira de Alcázar y Valle
Mónica y Aimée son unas jóvenes condesas hermanas que están en disputa por el aprecio de Juan del Diablo, un pirata y salteador por el que ambas hermanas sentían seducción en la telenovela Corazón salvaje. Mónica es una mujer aristócrata y dulce, a diferencia de Aimée, quien es calculadora y sin sentimientos.
7. Verônica Tardivo
Verônica Tardivo es la principal villana de la telenovela Cuna de gato, interpretada por Paolla Oliveira. Su objetivo era convertirse en una mujer adinerada, por lo que todo aquel que le impidiera conseguirlo estaba sujeto a sus acciones despiadadas. Una de las villanas con veterano dosis de maldad en su corazón de las telenovelas latinoamericanas.
8. María Paula
María Paula es una de las hermanas trillizas interpretadas por la misma actriz, Lucero, para la telenovela Lazos de amor. Ella, a diferencia de sus hermanas, María Guadalupe y María Fernanda, es cruel y caprichosa desde pequeña. Un incidente les arrebató a sus padres, pero eso no reblandeció el corazón de María Paula, quien a toda costa quiere evitar compartir la herencia.
9. Roxana Brito de la O
Roxana está casada por segundas nupcias con don Roberto, un patrón. Ella es una mujer de gran belleza, pero con muchas ambiciones y pocos escrúpulos. Interpretada por Joana Benedek para la telenovela Amigas y rivales, Roxana no está enamorada de su consorte; por el contrario, se siente atraída por el hijo de él, por lo cual hace todo para poder conquistarlo.
10. Carlota Espinoza de los Monteros
Carlota y su hermana, Macarena, se enamoraron del mismo hombre, Cristóbal, quien prefirió a Macarena, poco que Carlota en absoluto pudo perdonar. Carlota, interpretada por Leticia Calderón en En nombre del amor, es una mujer resentida que exploración vengarse de su desdicha con todas las personas, incluso con una pequeña que llegó a radicar con ella y su hermana tras poseer perdido a sus padres.
11. Nazaré Tedesco
Nazaré Tedesco, papel interpretado por Renata Sorrah en Señora del destino, es una mujer con pocas cualidades y muchas cosas que la convirtieron en una gran villana. Vive con paranoia, por otra parte de estar profundamente amargada y, aunado a ello, derrocha la fortuna de su marido, por lo que se desquicia totalmente. Esto hace que Nazaré esté dispuesta a todo con tal de no perder a Isabel, a quien raptó de su principio, María.
12. Paola Bracho
Paola Bracho, una mujer ambiciosa y además aburrida de su vida, decide salir de alucinación durante un tiempo para escapar de la monotonía diaria. Ahí, conoce a Paulina, físicamente idéntica a ella, pero con una personalidad aristócrata y generosa, totalmente diferente a la de Paola. En la telenovela La usurpadora, Paola demuestra su poder para hacer el mal a todos y rebosar con la suya.
13. Malvina Morantes, viuda de Del Olmo
María Mercedes, personaje de Thalía en la telenovela homónima, sufrió por las maldades de Malvina Morantes, viuda de Del Olmo, una codiciosa mujer que le tenía envidia a la verde por poseer heredado la fortuna de su clan al haberse casado con Santiago del Olmo, sobrino de Malvina y poseedor de sumas millonarias.
14. Marcela Valencia
La dulce secretaria, Betty, de la telenovela colombiana Yo soy Betty, la fea, vio su negra suerte gracias a la jefa de puntos de saldo, Marcela Valencia, quien además estaba comprometida con Armando Mendoza, el gran aprecio de Betty. Marcela hizo pedazos a la protagonista de la historia por los celos que sentía por el aprecio de Armando.
15. Rubí Pérez Ochoa
Rubí es una mujer que vive en una proximidad en compañía de su hermana y su principio. Esta villana convertida en protagonista de la telenovela homónima, encarnada por Bárbara Mori, se obsesiona por salir de la situación pusilánime en la que se encuentran, valiéndose de artimañas para hacerlo, sin importar el daño que le pudiera hacer a todas las personas que le rodean.
¿Cuál de estas villanas te ha parecido la más cruel y despiadada de todas? ¿Qué telenovela recuerdas mejor de todas estas?
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lacronicacoruna1 · 4 years
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Las telenovelas latinoamericanas han traumatizado las tardes frente a la televisión. Historias de aprecio y desamor, de aspiración y codicia, pero además de lucha y esfuerzos que muchas veces se ven empañadas por las terribles villanas que quieren obtener su cometido a toda costa.
Genial.guru reunió a las villanas más emblemáticas de la televisión en un lista que, conforme avanza, incrementa el nivel de maldad de sus historias.
1. Catalina Creel
Catalina Creel, interpretada por María Rubio, es una de las villanas más despiadadas de las telenovelas. En Cuna de lobos, les hizo creer a todos que había perdido un ojo por fallo de su hijastro José Carlos, pero eso era una mentira. Ella quería que su efectivo hijo, Alejandro, fuera el predilecto de su consorte. Posteriormente, Catalina se vio involucrada en actos crueles que la convirtieron en una de las mujeres menos queridas de la televisión.
2. Evangelina Vizcaíno
La telenovela Cadenas de amargura contó con la décimo de la primera actriz, Diana Bracho, quien interpretó al personaje de Evangelina Vizcaíno, tía de Cecilia, una chica que tuvo que ir a radicar con su tía Evangelina y su hermana, Natalia, al sucumbir sus padres en un incidente. Evangelina es cruel con Cecilia y hará todo por verla infeliz durante toda la trama.
3. Soraya Montenegro
Soraya Montenegro, personaje que encarnó Itatí Cantoral en la telenovela María la del Barrio, fue una mujer que vivió obsesionada con conquistar el aprecio de Luis Fernando, quien a su vez, estaba enamorado de María, interpretada por Thalía. Tras sufrir un incidente, Soraya rehace su vida en Estados Unidos con otra persona, pero un libramiento de la historia la hace regresar a México, donde continuará haciendo de las suyas para arruinar la vida de todos.
4. Deborah Falcón de Rivero
Si existiera una villana oportunista por excelencia sería Deborah Falcón de Rivero, interpretada por Nailea Norvind para la telenovela Abrázame muy fuerte. Deborah se enamora del hombre errado y, con el objetivo de conservarlo, reacciona de formas inimaginables.
5. Carmen Lucía “Carmina” Moreira de Souza
La temible villana de la telenovela Avenida Brasil, Carmina, es la madrastra de Rita, a quien envía a radicar a un tiradero de basura, presa de su aspiración y deseos de quedarse con toda la herencia tras enviudar del padre de Rita. Posteriormente, a posteriori de un libramiento inesperado de la historia, se casa con un futbolista pudiente, pero esa relación siquiera termina perfectamente.
6. Condesa Aimée de Altamira de Alcázar y Valle
Mónica y Aimée son unas jóvenes condesas hermanas que están en disputa por el aprecio de Juan del Diablo, un pirata y salteador por el que ambas hermanas sentían seducción en la telenovela Corazón salvaje. Mónica es una mujer aristócrata y dulce, a diferencia de Aimée, quien es calculadora y sin sentimientos.
7. Verônica Tardivo
Verônica Tardivo es la principal villana de la telenovela Cuna de gato, interpretada por Paolla Oliveira. Su objetivo era convertirse en una mujer adinerada, por lo que todo aquel que le impidiera conseguirlo estaba sujeto a sus acciones despiadadas. Una de las villanas con veterano dosis de maldad en su corazón de las telenovelas latinoamericanas.
8. María Paula
María Paula es una de las hermanas trillizas interpretadas por la misma actriz, Lucero, para la telenovela Lazos de amor. Ella, a diferencia de sus hermanas, María Guadalupe y María Fernanda, es cruel y caprichosa desde pequeña. Un incidente les arrebató a sus padres, pero eso no reblandeció el corazón de María Paula, quien a toda costa quiere evitar compartir la herencia.
9. Roxana Brito de la O
Roxana está casada por segundas nupcias con don Roberto, un patrón. Ella es una mujer de gran belleza, pero con muchas ambiciones y pocos escrúpulos. Interpretada por Joana Benedek para la telenovela Amigas y rivales, Roxana no está enamorada de su consorte; por el contrario, se siente atraída por el hijo de él, por lo cual hace todo para poder conquistarlo.
10. Carlota Espinoza de los Monteros
Carlota y su hermana, Macarena, se enamoraron del mismo hombre, Cristóbal, quien prefirió a Macarena, poco que Carlota en absoluto pudo perdonar. Carlota, interpretada por Leticia Calderón en En nombre del amor, es una mujer resentida que exploración vengarse de su desdicha con todas las personas, incluso con una pequeña que llegó a radicar con ella y su hermana tras poseer perdido a sus padres.
11. Nazaré Tedesco
Nazaré Tedesco, papel interpretado por Renata Sorrah en Señora del destino, es una mujer con pocas cualidades y muchas cosas que la convirtieron en una gran villana. Vive con paranoia, por otra parte de estar profundamente amargada y, aunado a ello, derrocha la fortuna de su marido, por lo que se desquicia totalmente. Esto hace que Nazaré esté dispuesta a todo con tal de no perder a Isabel, a quien raptó de su principio, María.
12. Paola Bracho
Paola Bracho, una mujer ambiciosa y además aburrida de su vida, decide salir de alucinación durante un tiempo para escapar de la monotonía diaria. Ahí, conoce a Paulina, físicamente idéntica a ella, pero con una personalidad aristócrata y generosa, totalmente diferente a la de Paola. En la telenovela La usurpadora, Paola demuestra su poder para hacer el mal a todos y rebosar con la suya.
13. Malvina Morantes, viuda de Del Olmo
María Mercedes, personaje de Thalía en la telenovela homónima, sufrió por las maldades de Malvina Morantes, viuda de Del Olmo, una codiciosa mujer que le tenía envidia a la verde por poseer heredado la fortuna de su clan al haberse casado con Santiago del Olmo, sobrino de Malvina y poseedor de sumas millonarias.
14. Marcela Valencia
La dulce secretaria, Betty, de la telenovela colombiana Yo soy Betty, la fea, vio su negra suerte gracias a la jefa de puntos de saldo, Marcela Valencia, quien además estaba comprometida con Armando Mendoza, el gran aprecio de Betty. Marcela hizo pedazos a la protagonista de la historia por los celos que sentía por el aprecio de Armando.
15. Rubí Pérez Ochoa
Rubí es una mujer que vive en una proximidad en compañía de su hermana y su principio. Esta villana convertida en protagonista de la telenovela homónima, encarnada por Bárbara Mori, se obsesiona por salir de la situación pusilánime en la que se encuentran, valiéndose de artimañas para hacerlo, sin importar el daño que le pudiera hacer a todas las personas que le rodean.
¿Cuál de estas villanas te ha parecido la más cruel y despiadada de todas? ¿Qué telenovela recuerdas mejor de todas estas?
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Orquidia Negra capitulo 2
Adriana, o Perrita como le gustaba llamarla su Amo se arrodillo frente a él y con sus delicadas manos comenzó acariciar su miembro. Con cada caricia, se endurecía más y más.  Sus ojos se llenaban de lujuria y no podía esperar a tener la pija de su Amo en su boca.
 Ella aún se recordaba la primera que pudo acariciar la pija de su Amo. Fue un encuentro al azar en un sitio web mientras ella navegaba para ver pornografía. Desde chiquita siempre le habían gustado los hombres mucho mayores que ella, pero nunca tuvo la oportunidad de conocer a uno. Especialmente por su corta edad, esto parecía ahuyentarles. Para Adriana, la edad solo era un número. ¿Qué importaba la edad cuando los sentimientos eran verdaderos?
 Ella estaba por darse por vencida cuando de casualidad lo conoció. Un mensaje inocente al principio y al seguir platicando comenzaron a compartir fotos privadas y deseos privados que jamás le contarían a nadie más. Algo en él desataba la lujuria que hallaba dentro de su joven corazón. Eventualmente las pláticas se volvieron video-llamadas y en un plazo muy corto de tiempo, Adriana comenzó a llamar a este hombre “Amo.”  
 Su primer encuentro fue inolvidable. Fue todo un caballero, pero al final de la cita, ella ya suya en cuerpo y alma. Aún sentía esa cálida sensación de su pija pulsando en su boca mientras la llenaba de leche y cómo la montó después como una perra en celo. Ser el objeto de placer de un hombre era lo que Adriana más anhelaba y este hombre haría realidad su deseo. Haría todo por él.
 Y ahora, sus amiguitas tendrían el placer de experimentar el amor de su Amo.
 Adriana observó como ella miraban hipnotizadas la pija de su Amo. Ella se percató de la lujuria que se acumulaba dentro de sus corazones al punto de estallar.  No podían dejar de mirar como Adriana le besaba los testículos para luego acariciar el mástil con su lengua, para luego meter la pija en su boca.
 “¿Ven niñas?” expresó el Amo. “No tengan, miedo. Acérquense.”
 Como si estuvieran en un trance, las niñas se acercaron un poco más. Ellas observaban como Adriana chupaba, lamía y succionaba aquella pija que solo parecía existir en películas porno.
 “Es muy grande,” comentó Karla.
 “¿Verdad? No creo poder con algo así,” respondió Carlota.
 “¿Tendremos que meternos eso en la boca?” preguntó María José con ardor.
 Antonia no decía nada, sus ojos fijos en la pija mientras sus delicados dedos acariciaban su concha.
 Al percatarse de esto, el Amo preguntó: “¿Cuál es tu nombre, nena?”
 Antonia se sonrojo y con voz nerviosa respondió: “Soy Antonia, Señor.”
 “Bueno, Antonia.” El Amo le sonrió, “¿por qué no vienes y ayudas un poco a Perrita?”
 Antonia estaba sorprendida que el Amo le hubiera dicho eso. Se sentía halagada y nerviosa. Pero aun así caminó de rodillas hasta él y le preguntó: “¿Qué debo hacer?”
 El Amo le sujeto de la mejía y dirigió los inocentes labio de Antonia hacia sus pelotas. “Puedes comenzar besando mis pelotas, nena.”
 Antonia le dio un par de besitos a las pelotas del Amo mientras Perrita bombeaba la pija para sacarle toda su leche. Pero el olor de sus pelotas era intoxicarte y comenzó a utilizar su lengua, le gustaba como la sensación, la textura, nunca había experimentado algo así.
 “Uff, vaya que aprende rápido esta.” Exclamó el Amo.
 “¡Yo también quiero probar!” Exclamó Karla con ardor.  
“Entonces, ven aquí.” El Amo le apuntó con el dedo un lugar al lado de Perrita.
 Karla con gusto se aproximó a él y con ojos llenos de deseo y este le ordeno lamer su pija junto a Perrita.
 Al igual que Antonia, al principio Karla no sabía que ritmo tomar, pero luego su lengua estaba recorriendo el mástil como si lo hubiera estado haciendo orales toda su vida.
 María José y Carlota observaban el espectáculo, y el Amo sabía que les gustaba lo que miraban, por sus pezones erguidos y como resistían el deseo de tocarse.
 El Amo sintió como su pija se estremecía. “¡Aquí va niñas!” exclamó y Perrita se puso en posición.
 Él comenzó a gemir de placer mientras cubría de leche el rostro de Perrita ante una audiencia igual de excitada. Hablaban entre de si de la cantidad de leche que cubría su rostro.
 “¿Qué se dice, Perrita?”
 Perrita le sonrió y respondió: “Gracias por su leche, Amo.”
 Luego el Amo se dirigió al resto, “¿Qué esperan? Ayuden a limpiar a Perrita.”
 Las niñas intercambiaron miradas confusas. “Ahora,” ordenó el Amo.
 Y sin decir ni una sola palabra más, las niñas comenzaron a lamer el rostro de Perrita. El Amo observo que no les gustaba el sabor, pero mientras miraba el grupo de cuatro nenas desnudas lamiendo su leche, sabía que pronto les gustaría el sabor. Solo era cuestión de tiempo.
 Una vez que terminaron, el Amo abrió un cajón y de él saco 5 cadenas y se las mostro a sus invitadas.
 “Es hora de ir a pasear.”  
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La tradición negra radical y el marxismo en Cuba (I)
Maikel Pons Giralt
Nota: Participaré próximamente de un Seminario, convocado por CLACSO, titulado “Marxismos negros: raza y clase en el pensamiento crítico afrodescendiente y africano”, coordinado por los profesores Ramón Grosfoguel, Jacqueline Laguardia Martínez y Daniel Montañez. En la fundamentación del curso se consigna: “…. en este seminario se estudiarán, bajo la idea de “marxismos negros” acuñada por […]
Nota:
Participaré próximamente de un Seminario, convocado por CLACSO, titulado “Marxismos negros: raza y clase en el pensamiento crítico afrodescendiente y africano”, coordinado por los profesores Ramón Grosfoguel, Jacqueline Laguardia Martínez y Daniel Montañez. En la fundamentación del curso se consigna: “…. en este seminario se estudiarán, bajo la idea de “marxismos negros” acuñada por Cedric Robinson, aquellas reflexiones marxistas heterodoxas elaboradas desde la experiencia histórico-social de la población negra, marcada por siglos de esclavitud y superexplotación.” Mi participación tratará sobre dicho “marxismo negro”, específicamente en Cuba. Comparto plenamente la intención del curso, al tiempo que considero que la expresión “marxismo negro” es problemática en el contexto cubano. En aras de reflexionar con mayor amplitud sobre ello, pedí opinión a varios colegas, especialistas en el tema racial en nuestro país, sobre este concepto y sus posibles usos. En un inicio, propuse solo un intercambio personal de trabajo. Sin embargo, las respuestas, por su profundidad, me parecen útiles no solo para el curso en específico, sino para el debate más general sobre estos temas en nuestro país. Por ello, he solicitado autorización a sus autores para ir publicándolas en este blog. Asimismo, el artista plástico Alexis Esquivel —con una obra esencial sobre el tema racial en Cuba— ha permitido utilizar piezas suyas para acompañar dichas respuestas. Como es lógico, no coincidimos todos en lo que cada uno dice, pero aprecio cierto consenso —entre los colegas que hemos estado intercambiando sobre el tema— en torno a dos cuestiones: ciertamente, es problemática esa etiqueta para Cuba, pero también es imprescindible contribuir al empeño de visibilizar el marxismo elaborado mayormente por personas negras cubanas en relación con la cuestión racial. En ese horizonte, es necesario situar ese pensamiento como parte de los debates y procesos políticos de los que participaron y no solo limitarnos al estudio de sus “ideas”. Esto es, tratarlos como sujetos políticos, contemporáneos de su tiempo —cosa que hace el curso mencionado y que es necesario seguir haciendo— y no solo como “archivos” para su estudio por parte del investigador actual. Comienzo la publicación de tales respuestas con el aporte del investigador Maikel Pons Giralt. Julio César Guanche
La tradición negra radical en Cuba, y el marxismo
Por Maikel Pons Giralt
En el entendimiento de Cedric Robinson, el marxismo negro es una articulación de luchas, fuerzas sociales, intelectuales y activistas que articulan con las resistencias históricas de negros e indígenas. Desde un reconocimiento, acercamiento crítico o identificación con el marxismo europeo, ese enfoque profundiza la contextualización de esas luchas y ese marxismo a nuestras realidades. Ese marxismo negro jugó un papel fundamental en los procesos de liberación nacional en América, África y Asia y luego en la etapa de desarrollo nacional:
“Black Marxism was not a site of contestation between Marxism and the tradition, nor a revision. It was a new vision centered on a theory of the cultural corruption of race. And thus the reach and cross-fertilization of the tradition became evident in the anticolonial and revolutionary struggles of Africa, the Caribbean, and the Americas.” [El marxismo negro no era un sitio de contestación entre el marxismo y la tradición, ni una revisión. Era una nueva visión centrada en una teoría de la corrupción cultural de la raza. Y así, el alcance y la fecundación cruzada de la tradición se hizo evidente en las luchas anticoloniales y revolucionarias de África, el Caribe y las Américas.] (Robinson, 2000, p. 33)
Para Ramón Grosfoguel, uno de los teóricos contemporáneos del tema:
“El marxismo negro no es un color de piel, sino una manera de entender el mundo. Los marxistas negros piensan desde la experiencia histórico social de la articulación entre explotación capitalista y dominación racial, desde la experiencia de un esclavo negro en un mundo capitalista dominado por blancos occidentales, desde la experiencia de un sujeto negro inferiorizado racialmente en un mundo de Estados modernos blancos occidentalizados. El pensamiento marxista negro surge de la visión crítica que se produce a partir de la geopolítica y corpo-política del conocimiento de la opresión racial de un negro en un mundo capitalista, moderno, occidental dominado por elites blancas occidentales. No todo lo que piensan personas clasificadas socialmente como negras en las jerarquías raciales constituye pensamiento crítico.”(Grosfoguel, 2018, p. 18)
Avanza en esa misma dirección para agregar que:
“Lo que hace que la mayoría de los marxistas negros sean sujetos socialmente clasificados como negros y no sean blancos, es la urgencia que produce la vivencia de intentar entender la articulación entre racismo y capitalismo. Por eso, no es casual que la mayoría de los marxistas negros sean negros o que la mayoría de las feministas sean mujeres, es decir, porque son los que confrontan el problema con más urgencia, los que viven la experiencia de ser sujetos oprimidos por relaciones de dominación, en un caso racial y en otro patriarcal. Pero existen personas que son socialmente clasificados como blancas y que podemos incluir como parte integral de la tradición de los marxistas negros, por haberse tomado en serio la teoría crítica de intelectuales negros que nace de la experiencia de opresión racial de un esclavo y/o un asalariado negro super explotado en el capitalismo racial.” (Ídem., pp. 18-19)
A continuación, reflexiono a partir de estos supuestos epistémicos. No obstante, reconozco que todavía necesitamos realizar análisis más profundos y argumentados, sobre estos temas, su concepción e interpretación en el contexto cubano.
Insurrecciones antiesclavistas en Cuba
Yo creo que es posible identificar una tradición negra radical, primero, en el cotidiano y monumental acto de la resistencia cimarrona e indígena, y la conformación de los palenques donde se estructuró una forma de vida alternativa al sistema esclavócrata/colonial.
A modo de ejemplos debemos mencionar las insurrecciones de esclavizados en el Cobre entre los siglos XVI-XVIII [1] y las decenas de negros en las milicias habaneras que enfrentaron la invasión inglesa en 1762. Aparejado a esto, es necesario pensar en la emergente clase de mulatos y negros, con origen en las primigenias formas de sociabilidad de las Cofradías y/o Cabildos de Nación.[2]
En este grupo social emergente (creo que llamarle clase sería un poco precipitado, pero tenían elementos estructurantes de clase, en términos marxianos) podemos identificar el inicio de lo que llaman Du Bois, C. R. L. James, Robinson y otros representantes del black marxism, una incipiente intelligentsia negra.
Según Robinson, sería el fermento de una burguesía conservadora pro colonial y luego proburguesa. Al propio tiempo, fue la intelligentsia que luego, en diferentes momentos históricos se radicaliza y lidera procesos como la Sublevación de Aponte en 1812 y en 1844 la llamada Conspiración de la Escalera.
El primero de estos hechos debe ser analizado en una proyección internacional.[3] En esa perspectiva, la Revolución Haitiana tiene un peso fundamental en la creación de imaginarios literarios y culturales.[4] Baste mencionar una novela como El reino de este mundo (1946) publicada ocho años después de Los Jacobinos Negros de CLR James, donde Carpentier enuncia su concepción de lo real-maravilloso.
En términos político-epistémico la visión carpenteriana se pude entender como una apreciación descolonizadora de los acontecimientos en América. Cuestión sugerente si analizamos las posibles influencias diaspóricas de marxistas, panafricanistas caribeños y africanos, comunistas y los posicionamientos políticos que acompañaron la vida de Carpentier en el exilio y en Cuba.
También podremos notar esta influencia de la Revolución haitiana y del Caribe en historiadores como José Luciano Franco, que por cierto también se admira por figuras negras como Maceo, Aponte y Manzano. En su proyección analítica se pueden establecer nexos con la visión estructural y estructurante de la raza en la sociedad, característica del marxismo negro de Du Bois, Oliver Cox, James, figuras estas que eran contemporáneas entre sí.
El otro acontecimiento, la farsa de la Conspiración de la Escalera, ocurrió al unísono con una de las mayores y mejor articulada sublevación de esclavos en Cuba, liderada por la esclava Carlota en el ingenio Triunvirato. Desconozco si se ha comprobado la conexión entre estos dos hechos. Sería interesante saberlo porque sería una evidencia para presumir alianzas entre fuerzas sociales, ubicadas social e históricamente en diferentes espacios pero con un mismo origen, lo cual los convertía en enemigo común para el sistema. Estos acontecimientos son vitales para entender la larga onda “del miedo al negro” en el contexto cubano.
Conocemos la crueldad desmedida contra esta naciente burguesía/intelligentsia negra cubana, que no solo se expresa en la represión durante los hechos referidos, sino además en la sistemática producción intelectual que los subvalora, criminaliza y los declara una “amenaza” a las “buenas costumbres” y a la “civilización”.
En este punto podemos cuestionar a Saco, Arango y Parreño, y a toda una pléyade perteneciente a la intelligentsia blanca, eurocéntrica, hegemónica, matizada por sus posiciones ante la independencia, de autonomismo o anexionismo, y la conducta de pro o antiesclavismo que podía coincidir o no con la postura ante la independencia.
En todo caso, siempre fue un factor común la invisibilización del legado africano y/o la tendencia al blanqueamiento o a la eugenesia a través de la inmigración forzada de blancos/as, el cruzamiento o del exterminio, ese contradictorio tránsito de “negros/as de Cuba a cubanos negros/as”, que muy bien ilustra Martínez Heredia, donde se establecieron clases, razas, grupos sociales, en relación con la dominación y la rebeldía.
El proceso permitió el avance de un racismo antinegro promovido por los dominantes para disfrazar el crimen colosal de la esclavitud, presentarla como una “consecuencia de un orden natural” y así naturalizar esa inferioridad. (Martínez Heredia, 2018, pp. 417-426).
Las guerras de independencia
Siguiendo una lógica cronológica, una segunda etapa de emergencia notable de una tradición radical negra cubana, tendría que ser ubicada en el inicio de las guerras independentistas contra el poder colonial español.
No me refiero solo a la participación de los negros de Cuba, sino también a la producción y visibilidad de una intelligentsia negra, radical, revolucionaria, popular y democrática que en no pocas ocasiones lideró momentos cruciales de las diferentes etapas de lucha. Se trata del liderazgo indiscutido de hombres negros como Antonio Maceo, Guillermón Moncada, Quintín Bandera, de mujeres negras como Mariana Grajales yMaría Cabrales, que ponen en tensión la cultura racista y su imaginario inferiorizante.
No obstante, persistió una estructura social donde esos patrones sociales sobre el negro esclavo, eran asociados con la incivilización, la brutalidad, y la incapacidad genética para emanciparse. El hecho determinó que existieran y trascendieran en el campo insurrecto posturas contradictorias en la comprensión de la importancia del tema étnico/racial.(Cepero Bonilla,1971)
De todas las tensiones y contradicciones que caracterizaron y dieron forma al nacionalismo cubano, ninguna fue tan complicada e importante como la que se desarrolló en torno al tema de las razas, como demuestra Ada Ferrer. (Ferrer, 1999, 2002)
Para hablar de una tradición radical, revolucionaria y/o socialista o marxista en Cuba, tenemos que entender la dinámica raza-clase dentro de las luchas independentistas, especialmente la Guerra del 95 donde ya existen evidencias de proyectos políticos republicanos (a la cabeza Maceo y Martí) donde lo racial y lo nacional se entrecruzan en una importancia estratégica.
El radicalismo negro después de 1902
En aquellas primeras etapas del radicalismo negro y la conformación de una intelectualidad negra destacan sin dudas Manzano, Aponte, Plácido, Maceo, Mariana Grajales, Juan Gualberto Gómez, Rafael Serra, Evaristo Estenoz y Pedro Ivonet.
Este segundo momento de la tradición radical negra cubana incluso determinará discursiva, simbólica y políticamente, ya en la República, la que podemos visualizar como una tercera etapa de esa tradición: la creación del Partido Independiente de Color y luego la Masacre de 1912. Este genocidio contra los cubanos negros puede explicarse teniendo como premisa las tesis del capitalismo racial colocadas por Dubois, James, Cox, Eric Williams y Cedric Robinson. Creo que luego de los sucesos de 1912 comienza una articulación visible o sutil entre esta tradición negra radical cubana y aproximaciones epistemológicas y políticas más cercanas a las diferentes tendencias del marxismo que ocuparon el espectro cubano.
Considero que tendríamos una tradición radical negra evidenciada en los procesos de liberación antiesclavistas y anticolonial; y una intelligentsia cubana dedicada a lo racial en concepciones positivistas, liberal humanistas, y/o marxistas en sus variados matices. Existen evidencias que desde 1901 se había establecido una relación diaspórica entre los afrocubanos y los afronorteamericanos, como la establecida entre Juan Gualberto Gómez y Booker T. Washington (Guridy, 2010, p. 17).
Las relaciones con la cultura afroamericana sin dudas van a permear la intelligentsia afrocubana y la recepción de discusiones artísticas, literarias y políticas en las que se incluían las del movimiento anarcosindicalista, el trostkista, el comunista, y el panafricanismo iniciado por Marcus Garvey con la idea del “regreso a África”, así como la interacción con el proceso conocido como “Renacimiento de Harlem”.[5]
Este vínculo no puede ser codificado como un compromiso con las luchas radicales del pueblo afroamericano, o al menos con las demandas más exigentes, eran notables por ejemplo las diferencias en interpretar el papel de la educación para los negros/as entre Booker y Du Bois.
No obstante creo que es una relación poco explorada, y que en esta búsqueda de la tradición radical negra y un marxismo negro en Cuba,nos puede informar sobre varias cuestiones.
Considero que entre las figuras que por su obra política y/o intelectual/artística avanzaron más hacia esa posible conexión entre el panafricanismo, el marxismo negro y su articulación con las tradiciones liberadoras negras en la primera mitad de la República, se encuentran: Julio A. Mella, Villena, Roa, Sandalio Junco, Rómulo Lachatañeré, Ángel César Pinto Albiol, Cepero Bonilla, Juan Manuel Chailloux Cardona, Nicolás Guillén, Alejo Carpentier y Wilfredo Lam.
La elaboración cultural donde se premedita e induce el apagamiento de la herencia negro/africana en Cuba y a una emergencia de la tradición negra radical cubana, es el eje central para el análisis crítico, descolonizador de figuras como Lachatañeré (El sistema religioso de los afrocubanos, 1938), Cepero Bonilla (Azúcar y Abolición, 1948), Ángel Cesar Pinto Albiol (El negro en la economía y la política cubanas, 1946), y Juan M. Chailloux Cardona (Los horrores del solar habanero, 1945), antes de la revolución de 1959.
Estos análisis tienen una marcada impronta marxista pero también apuntan a brindar argumentos para poder realizar una reconstrucción negra[6], o son cercanas a la visión de Oliver Cox sobre el capitalismo racial, las castas y clases[7], por lo cual considero que en términos historiográficos y sociológicos articulan conceptualmente con esa emergencia de un marxismo negro.
En un segundo grupo de fuentes para esa elaboración y aportaciones al marxismo negro cubano yo colocaría a figuras como Fernando Ortiz y toda su monumental obra, la cual elogió sin reservas alguien como CRL James. También estarían Lydia Cabrera, Gustavo Urrutia, Alberto Arredondo, Sixto Gastón Agüero, Alberto Arredondo y Juan René Betancourt. Luego —el orden de importancia no es lo crucial, pues pienso mejor en la idea de actores-redes—, ubico a marxistas, sindicalistas, socialistas como Salvador García Agüero, Blas Roca, Jesús Menéndez o Antonio Guiteras.
De especial interés me resulta el debate [mencionado por Julio César Guanche en el texto de su cuestionario] sobre el libro de Serafín Portuondo Linares.[8] En este punto deseo retomar a Cedric Robinson cuando señala lo siguiente:
“Como había sido para Cesaire, así fue para todos ellos. Todos pasarían por las afirmaciones propositivas de la ideología burguesa de la superioridad cultural occidental con su único racialismo modestamente disfrazado. Pero eventualmente emergerían convencidos de que se requería un logro mayor y diferente. Al principio, creerían que la respuesta estaba en la visión de la lucha de clases […] Esa concepción, también, sería insuficiente. […] A partir de momentos como estos, cada uno en su propio tiempo, volvió su rostro a la tradición histórica de la liberación negra y se convirtió en radicales negros. Comenzaron la realización de su historia y su tarea teórica.” (Ídem., p. 184)
En la medida que la intelectualidad cubana retomó la tradición histórica de las luchas de los esclavizados, de los invisibilizados, y lograron colocar como foco lo racial para entender mejor la realidad cubana en una perspectiva crítica del marxismo, se articuló lo que podríamos llamar un marxismo negro cubano.
Insisto que existe una articulación esencial entre la tradición radical negra, los marxismos negros y lo que se ha dado en llamar pensamiento crítico/descolonizador caribeño.
La tradición negra radical y el marxismo negro en Cuba tras 1959
Una cuarta etapa en esta (forzada) periodización sería el proceso de la Revolución Cubana tras 1959.
Con sus alcances, tensiones, conflictos, contradicciones y retrocesos, la Revolución Cubana se enmarca como un momento visible y reconocido en esa articulación de fuerzas e ideas que reconoce la tradición radical negra y el (los) marxismo (s) negro (s).
Son palpables las simpatías y conexiones de líderes indiscutibles del pensamiento panafricanista, de las luchas por los derechos civiles en EE.UU y del marxismo negro caribeño, afroamericano y africano.
A modo de ejemplo es notable el apéndice “De Toussaint L’Ouverture a Fidel Castro” que Cyril Lionel Robert James le hace a la edición de Los Jacobinos Negros de 1962; el ensayo de Eric Williams en 1970 “De Colón a Castro: La historia del Caribe 1492-1969”, la actividad de la Tricontinental y toda la interacción de la Revolución Cubana con las luchas anticoloniales en América, África y Asia, así como con el movimiento por los derechos civiles en EEUU, y de forma particular con el Black Power.
Ese conjunto hace parte de la expresión de “marxismo negro”, en una relación que, como sabemos, no siempre ha sido armoniosa. En estos momentos Agustín Lao-Montes[9] y quien esto escribe, trabajamos en un artículo que profundiza sobre la cuestión racial en el crucial periodo de los 60s-70s.
Surgen interrogantes concretas: ¿se puede hablar de marxismo negro luego de la Revolución? ¿Quiénes serían los exponentes?
Creo que el proceso revolucionario constituye una etapa de articulación de redes, actores y de una epistemología que define el compromiso diaspórico con lo que yo llamo una cubafricanidad (siguiendo el concepto de Leila González de Amefricanidad), un proceso de continuum y también de ruptura con la tradición radical negra liberadora, y con el potente pensamiento social crítico y descolonizador que desde la República ya se desarrollaba.
Evidentemente, el impulso de la Revolución es decisivo, en términos de praxis política y también de pensamiento. En ello, el papel de Fidel Castro y de Ernesto Che Guevara es vital.
En una primera línea de pensamiento, en los 1960, reconozco a historiadores como Walterio Carbonell y Manuel Moreno Fraginals. Proyectos colectivos afines con ese marxismo negro y de los que luego resaltaron individualidades están Pensamiento Crítico (Fernando Martínez Heredia), Ediciones El Puente (Rogelio Martínez Furé, Nancy Morejón, Gerardo Fulleda, Pedro Pérez Sarduy), sin dejar de mencionar el trabajo de instituciones como Casa de las Américas y la Casa del Caribe, esta última en Santiago de Cuba.
Ya en los 1970 el personaje de Caliban cobra con Roberto Fernández Retamar un nuevo significante. Se coloca como una de las creaciones del pensamiento descolonizador cubano, que va más allá de sus fronteras y se intercala con el legado del marxismo negro.
Entre los 1970s-90s también destacan las investigaciones de Juan Pérez de la Riva, Pedro Deschamps, Francisco Pérez Guzmán, Ana Cairo, Joel James Figarola, Tomás Fernández Robaina[10] y muchos otros/as que potencializaron la perspectiva de estudiar “la historia de la gente sin historia”, especialmente de los negros/africanos en la historia y la sociedad cubana. En los 1980s la revista Anales del Caribe resulta vital para entender esas interacciones diaspóricas de lo caribeño en lo cubano y lo cubano en lo caribeño.[11]
Entre las personas que siguen trabajando en nuestros días, reconozco ese marxismo negro y/o la tradición radical negra cubana en investigadores, artistas y/o activistas como (es una lista distante de ser exhaustiva): Zuleica Romay, Daysi Rubiera, Oílda Hevia, Sandra Abd’Allah-Alvarez Ramírez[12], Roberto Zurbano, Alberto Lescay, Roberto Diago, Esteban Morales, María del Carmen Barcia, Olga Portuondo, Mildred de la Torre, Eduardo Torres-Cuevas, Alejandro de la Fuente, Pedro Cubas, Jesús Guanche, Félix Valdés, Rebecca Scott, Aline Helg, Alberto Abreu, Víctor Fowler, Carlos Moore, Alberto Abreu, Julio César Guanche, Ismael Sarmiento, Aisnara Perera, Aida Esther Bueno Sarduy, Tomás Fernández Robaina, Agustín Lao-Montes, Martha Cordiés, Rosa María Argilagos, entre otros/as. Algunos, como Juan Francisco Benemelis y Carlos Moore, se ubican como representantes de un Black Power cubano. En mi criterio las evidencias conceptuales y prácticas no son palpables, por eso me inclino más a ubicar la relación con el Black Power en sus diferentes momentos, como parte de esa articulación con las fuerzas de la tradición radical negra y los marxismos negros, lo cual se podría demostrar desde el punto de vista conceptual.
Hay que profundizar en la sistematización de esta relación, de los avances, retrocesos y desafíos de estos marxismos para la realidad cubana. En concreto, se trata de visibilizar un marxismo y unos marxistas que han sido subalternizados desde una visión hegemónica del marxismo que viene de Europa y que la mayor de las veces no responde muchas de las dinámicas que tenemos, y deviene inoperante para la realidad cubana, caribeña, latinoamericana.
Referencias:
1-Robinson, Cedric J. Black marxism: the making of the Black radical tradition. The University of North Carolina Press, 2000.
2-¿Negros marxistas o marxismos negros?: una mirada descolonial Tabula Rasa. Bogotá – Colombia, No.28: 11-22, enero-junio 2018.
Martínez Heredia, Fernando. Pensar en tiempo de Revolución: antología esencial. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: CLACSO, pp. 417-426, 2018.
Cepero Bonilla, Raúl. Azúcar y abolición. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 1971.
Ferrer, Ada. Insurgent Cuba. Race, Nation, and Revolution, 1868–1898. The University of North Carolina Press, Chapel Hill & London, 1999.
_____________. Cuba insurgente. Raza, nación y revolución. Trad. de Abel González. Revista Caminos, 2002, pp. 19-34. Disponible en: https: //revista.ecaminos.org/article/cuba-insurgente-raza-nacion-y-revolucion-1868-1898/
Guridy, Frank Andre. Forging diaspora: Afro-Cubans and African Americans in a world of empire and Jim Crow. The University of North Carolina Press, 2010.
James, C.R.L. Los Jacobinos Negros: Toussaint Louverture y la Revolución de Haití. Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica, 2003.
Notas:
[1] Las minas de Santiago del Prado y la rebelión de los cobreros 1530-1800, José Luciano Franco. Editorial de Ciencias Sociales, Ciudad de la Habana, 1975.
[2] Los Ilustres apellidos: negros en la Habana Colonial, María del C. Barcia. Ediciones Boloña, 2009.
[3] A propósito del tema, Matt D. Childs proporciona un análisis en profundidad sobre la Rebelión de Aponte en 1812, situándola en contextos locales, coloniales, imperiales y del mundo atlántico. Childs explica cómo los esclavos y las personas libres de color respondieron al “auge del azúcar” del siglo XIX en la colonia española al planear una rebelión contra la esclavitud racial y la agricultura de plantación. Alcanzando alianzas entre personas libres de color y esclavos, negros y mulatos, africanos y criollos, y poblaciones rurales y urbanas, los rebeldes fueron impulsados ​​a actuar por una creencia generalizada en rumores que prometían que la emancipación estaba cerca. Inspirándose más en la revolución haitiana de 1791, los rebeldes buscaron destruir la esclavitud en Cuba y tal vez incluso poner fin al dominio español. Al comparar sus hallazgos con estudios de insurrecciones de esclavos en Brasil, Haití, el Caribe británico y los Estados Unidos, Childs ubica la rebelión dentro de la historia más amplia de la revolución mundial atlántica y el cambio político. (The 1812 Aponte Rebellion in Cuba and the Struggle against Atlantic Slavery, Matt D. Childs, University of North Carolina Press, 2006). Desde esta perspectiva, y a través de otras evidencias, podemos teorizar que la Sublevación de Aponte constituye un primer momento en la conformación de una teoría y práctica radical negra en Cuba.
[4] Ver Espectros y espejismos: Haití en el imaginario cubano, Elzbieta Sklodowska; Prophetic Visions of the Past: Pan-Caribbean Representations of the Haitian Revolution, Víctor Figueroa.
[5] Ver David Levering Lewis, Cuando Harlem estaba de moda, Ediciones del Oriente y el Mediterráneo, 1995; Alain Leroy Locke, El nuevo negro: una interpretación . Nueva York: Arno Press, 1925.
[6] Ver W. E. B. Du Bois, Black Reconstruction: An essay toward a history of the part which black folk played in the attempt to reconstruct democracy in America, 1860-1880, Harcourt, Brace and Company, New York, 1935.
[7] Ver Oliver Cox, Caste, class and race. A study and social dynamics, Monthly Review Press, New York, 1959; Montañez, Daniel. La teoría del sistema-mundo es negra y caribeña: capitalismo y racismo en el pensamiento crítico de Oliver Cox. Bogotá: Revista Tabula Rasa, (28), pp. 139-161, 2018.
[8] Portuondo Linares, Serafín. Los Independientes de Color. Historia del Partido Independiente de Color (2da. edición corregida y mejorada [sic]. La Habana: Editorial Caminos, 2002.
[9] Será útil en esta reconstrucción el último libro de Agustín Lao-Montes Contrapunteos diaspóricos: Cartografías políticas de Nuestra Afroamérica, Universidad Externado, Colombia, 2020.
[10] De Tomás Fernández Robaina es vital revisitar El negro en Cuba 1902-1958 y Antología del pensamiento antirracista.
[11] Ver la excelente antología compilada por Félix Valdés, Antología del pensamiento crítico caribeño contemporáneo. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: CLACSO, 2017.
[12] Considero un proyecto importante para este empeño de visibilizar una teoría radical negra en Cuba y/o marxismo negro el Directorio de Afrocubanas liderado por Sandra Álvarez y otrxs activistas sociales.
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Mi vida nómada se estaba concentrando en una ciudad: Buenos Aires. Desde que había llegado estaba yendo de aquí para allá cambiando de casa, acogido por viejos y nuevos amigos. Y agradecido por ello.
Con Nico había pasado un par de días y de nuevo me movía. Volvía a Burzaco. Nico por su lado se quedaba recogiendo lo que le quedaba para hacer la mudanza. En la estación de Retiro me esperaba Raúl para ir de nuevo a su casa. Iba a pasar el fin de semana con su familia antes de volver a Rosario y visitar un par de pueblos entre las provincias de Santa Fe y Córdoba.
Burzaco y el entorno de Buenos Aires
Nada más llegar a Burzaco Raúl y yo pasábamos a hacer la compra para el fin de semana. Tenía intención de cocinar para la familia y no precisamente tortilla de patatas, que finalmente no hice. Tenía en mente otros platos de mi recetario para darles a probar.
La noche de la llegada fue de cocina, tanto Erika como yo nos pusimos manos a la masa y preparamos una buena cena. Al día siguiente Raúl tenía intención de que pasáramos el día fuera de casa recorriendo poblaciones alrededor de Buenos Aires, que conforman la capital, y llegar hasta Mataderos, donde íbamos a encontrar un mercado dominical y de paso nos quedaríamos a comer ¡un asado!
Erika y yo en el patio de la casa
La pequeña Julia con mi sombrero
Erika preparando los tomates para el plato de la cena
Erika y Julieta haciendo monadas con la cámara del móvil
Después de un paseo para conocer un poco mejor Mataderos, Raúl puso dirección a Tigre, bien al norte. Allí visitamos China Town, poco que ver con un barrio chino como conocemos en Europa, Asía o América del Norte, ya que más bien se trataba de un centro comercial dedicado a Asia y su cultura, en el que entre otras cosas se podían encontrar productos gastronómicos de varios países asiáticos. Posiblemente era uno de los pocos lugares donde comprarlos en la ciudad. Por lo demás, una feria estable en un gran supermercado o centro comercial.
Salimos de excursión el domingo para conocer los alrededores de Buenos Aires
El mercadillo de Matadero
Un poni para dar una vuelta por Matadero
Monumento dedicado al gaucho resero en Matadero
Museo Criollo en Matadero
El río de la Reconquista en Tigre
Barcas típicas de Tigre
Entrada al barrio chino de Tigre
Quedaban 60 kilómetros para volver a casa y todos andábamos agotados de un día animado y sin descanso. Erika preparó la cena y pronto todos a dormir. A la mañana siguiente tenía viaje. Volvía a Rosario.
Rosario por segunda vez
Había hablado con Carlota de ir a su casa por segunda vez. Era la manera más sencilla de seguir con mi recorrido, que me llevaría a Casilda en la misma región: Santa Fe y a Corral de Bustos, en la frontera con la región de Córdoba.
Raúl, Erika, Camila, Julieta y como no el pequeño Lorenzo me acompañaron hasta la terminal de autobuses de Burzaco con su coche, para desde allí llegar a Rosario con transporte público. Mi intención era la de ir a dedo, pero la familia me cubrió el coste del pasaje y además se quedó conmigo la hora larga que tuvimos que esperar por el retraso del autobús. Lorenzo y yo no dejábamos de hacernos la puñeta y jugar.
No quería volver a verme me dijo varias veces, pero al final, cuando descubrió que me iba y no íbamos a volver a vernos, al menos durante una larga temporada, arrancó a llorar, según me contaron Raúl y Erika que me enviaron una foto con su berrinche. Adorables todos, encantador y genial el pequeño Lorenzo.
Berrinche de Lorenzo cuando se dio cuenta que no volvería
La familia en la terminal de autobuses esperando
La familia despidiéndome. Saliendo hacia Rosario
Foto de familia de despedida
Cuando llegué a Rosario, tenía que acudir al trabajo de Carlota y Kava, que me estarían esperando. Preguntando se llega a Roma y así lo hice para llegar hasta La Rambla del Río Paraná donde los encontraría, desde la terminal de autobuses, a la que al día siguiente tendría que volver.
Ya habían terminado de trabajar, así que tomamos una cerveza y nos fuimos a un chiringuito de la playa cercano, donde se celebraba el cumpleaños del dueño y había organizado un concierto para los clientes y amigos. Seguimos bebiendo cerveza hasta que el evento termino y nos fuimos a casa.
Entre Buenos Aires y Rosario
Llegada a Rosario
Fiesta en la playa de Rosario con música en directo
Concierto en un bar de la playa de Rosario
Autobús destino Casilda
No me quedaría más que esa noche y después de comer seguiría camino hasta un pequeño pueblo llamado Casilda donde me esperaba otro amigo hecho durante el viaje.
Casilda, provincia de Santa Fe
A Juano Moroni lo conocí en Fiyi al coincidir en casa de Johnny, un taiwanés monitor de buceo, que nos acogió durante unos días a través de Couchsurfing. Algo que ya conté en este artículo.
Juano me vino a recoger a la estación de autobuses de Casilda y de allí nos iríamos dando un paseo hasta la casa de sus padres, donde vive. El bueno de Juano me había cedido su habitación para pasar el par de días que estaría en su casa.
A nuestra llegada me encontré con María, su madre, y Toti, su padre, que me esperaban. Más tarde aparecieron Constanza y Juli, las hermanas de Juano. La primera se quedó a la cena y añadió su arte, la segunda tenía una cita con su pareja y no nos acompañó. La conexión con la familia fue inmediata. Con todos tuve momentos especiales o bien cocinando o bien charlando y pasé un par de días realmente bonitos en Casilda.
María y Toti durante la primera noche
Juano y Toti durante la primera noche
Constanza y Maria durante la primera noche
Vista de la casa de los padres de Juano
El terreno trasero de la casa con un amplio jardín
Jornadas gastronómicas en casa Moroni
La primera noche tenían previsto un asado, la comida o cena de bienvenida de un argentino a un extranjero. Era de nuevo una copiosa cena a base de carne y para rematar unas espectaculares tartas que Constanza, la hermana de Juano, había preparado. Una cena que me dejaría la mitad de la noche en vela, hasta que opté por el bicarbonato y pude dormir del tirón hasta la mañana siguiente.
Constanza, María, Toti y Juano conmigo durante el asado la primera cena
Tarta de Constanza
Otra tarta de Constanza
Amanecí por la mañana y la dediqué a trabajar en el ordenador. En breves iba a ir a La Plata, Natalia había organizado una conferencia y una sesión de DJ y estaba preparando los carteles para anunciar ambos eventos. Por la tarde después de la comida en la que aprovechamos las sobras de la cena y añadimos unas ensaladas, me fui con Juano a pasear y conocer el pueblo. Nos sentamos en la terraza del bar de sus padres en el centro de la población y tomamos una cerveza tamaño familiar.
Parroquia San Pedro Apóstol de Casilda. Patrono de la ciudad
Con Juano conociendo Casilda
Plaza de los Mástiles de Casilda
El bar restaurante de la familia de Juano en Casilda
Interior del bar restaurante de la familia de Juano en Casilda
Terraza del bar restaurante de la familia de Juano en Casilda
Edificio de la Municipalidad (Ayuntamiento) de Casilda
A la vuelta aprovechamos para hacer la compra. Esa noche me había comprometido a hacer mis tortillas de patatas para que las probasen. Ellos también la ofrecen en el restaurante y querían ver como las hacía y si les gustaban utilizarían mi receta para las suyas. La cena volvió a ser un banquete y a mis tortillas añadieron ellos unos calamares y ensaladas y de nuevo Constanza hizo unas tartas que eran obras de arte y deliciosas.
Las tortillas finalmente llegaron para quedarse y Toti, me pidió permiso para usar mi receta en el restaurante, que por supuesto acepté. No solo era un honor para mi que la receta de mi madre se quedase en Argentina, sino que no veía mejor manera de corresponder a la hospitalidad que me habían brindado esas dos noches que habíamos compartido en su casa.
La tortilla en Casilda en marcha
Toti conmigo mientras cocinaba mis tortillas
Una de las tortillas de esa noche en Casilda
Tarta de Constanza para la noche de las tortillas
Flan delicioso para terminar la cena de las tortillas
A la mañana siguiente, domingo, teníamos una invitación para comer en casa de los abuelos de Juano. Nos habían preparado los filetes rebozados o milanesas, especialidad de la casa. Con la emoción olvidé hacer fotos de este momento y no puedo mostraros de nuevo el banquete y por supuesto la amabilidad de esta familia conmigo.
Llegaba la hora de partir, debíamos de ir a la terminal de autobuses ya que mi autobús salía en poco rato. Por la mañana temprano Juano y yo dimos un paseo para comprar anticipadamente mi butaca y poder viajar hasta Corral de Bustos.
La despedida de la familia estuvo cargada de emoción y para rematar Toti puso en mi mano una cantidad de billetes de pesos argentinos. No conocía la cantidad. Lo rehusé en un primer momento, ya que la hospitalidad durante esos días en su casa era suficiente para mi, pero el insistió y me pidió que aceptará una ayuda para seguir camino en mi viaje. Así mismo Juano había pagado el billete de autobús.
Constanza preparando una masa
Toti despidiéndose de mi
Terminal de autobuses de Casilda
Juano se quedó conmigo hasta que el autobús salió. Iba al reencuentro con otro amigo, en este caso con Alejando Scoccia nos unía una amistad desde hacía tiempo, cuando el vivió en España y era colaborador del Festival de Benicassim en el que coincidíamos. Durante mi etapa en Barcelona, fue a uno de los que les pude contar antes de salir, mi aventura y ya entonces me invitó a que cuando llegase a Argentina, pasara por su casa.
Corral de Bustos, el reencuentro con Alejando Scoccia
Durante el trayecto entre Casilda y Corral de Bustos, alrededor de 130 Km, Alejando y yo estuvimos en contacto vía Messenger contándole mi avance para que, llegado el momento, pudiese ir a recogerme a la terminal del pueblo.
Según la hora prevista llegué y allí estaba Alejandro con su moto. La primera parada la hicimos de camino a casa, sus colegas estaban sentados a la fresca y nos paramos a saludar. Conocer a un viajero alrededor del mundo les interesó y pudimos charlar y contarles sobre el viaje, respondiendo a sus preguntas.
Entre Casilda y Corral de Bustos
El encuentro con Alejandro Scoccia en Corral de Bustos
Alejandro con unos amigos al poco de mi llegada a Corral de Bustos
Tras ese buen rato nos dirigimos a su casa y allí me encontré con Raquel su madre y Enzo su padre, que ya estaban avisados de mi llegada y habían preparado una habitación cómoda al lado del salón comedor. Raquel estaba cocinado las empanadas argentinas, también populares como el asado, y fue una cena perfecta para acompañar con las cervezas que sus amigos habían traído.
Alejandro, Raquel y Enzo conmigo
Christian y Fabrizio amigos de Alejandro
Con Ludmila, una amiga de Alejandro
Se montó la fiesta, volvía a darlo todo y me acostaba alrededor de las 5-6 de la madrugada con una buena dosis de alcohol en el cuerpo. Dormí, que no fue mucho, hasta que la resaca me despertó. Alejandro aún había apurado la noche bastante más. Él seguía durmiendo a esa hora y se levantó justo para comer.
Un asado era el menú de mediodía. De nuevo me atiborraba de carne preparada con esmero por Enzo, que tenía una larga experiencia en ello y me lo demostró. Unos de los mejores asados que me había comido hasta la fecha en Argentina.
Por la tarde a reposar la carne y antes de que cayese el sol aprovechamos para ir a la piscina, ya que ese domingo era el último día que iba a estar abierta. El verano austral se había terminado. La piscina estaba en las instalaciones de uno de los clubes de fútbol de Corral de Bustos. En este caso del Corralense, que ese día jugaba y por los altavoces podíamos seguir los momentos más importantes gracias al speaker que daba los detalles del partido.
La comida de la resaca. Un buen asado y ensalada
La Piscina del Club Corralense
Alejandro en la piscina al atardecer
Esa noche la tomamos tranquila y yo me iba a la cama cerca de medianoche para descansar, al día siguiente teníamos prevista una cena con todos sus amigos en casa.
La comida del lunes la preparamos entre Raquel y yo. Logré convencerla de que tenía que probar mi tortilla de patatas y aunque incrédula por mis dotes culinarias accedió. Cuando las probó me felicitó. Por su parte, Raquel, preparó un pollo al horno con una cantidad abundante de ajos que tanto a Enzo como Alejandro les encantan y que le quedó realmente bueno.
Tortilla en casa de Alejandro en Corral de Bustos
Pollo al horno de Raquel en Corral de Bustos
Después de comer una siesta y cuando despertamos Alejandro me llevó al partidillo que juegan cada semana entre los amigos. Él era un buen futbolista, pero no siguió carrera y se notaba que vivía el juego con pasión. Incluso se enfadó por errores de sus compañeros, que cuando se juntaron en casa para la cena, todavía seguía siendo motivo de discusión y conversación.
La cena transcurrió en paz y yo preparé un arroz tipo paella, pero en un disco, que es como llaman en Argentina a unas sartenes parecidas a las paelleras, pero con un fondo profundo, perfectas para hacer el arroz caldoso o meloso.
Finalmente fuimos alrededor de la docena los que nos juntamos. Amigas y amigos de Alejandro, algunos que ya conocía. El arroz español sin azafrán no es lo mismo y Mauro –unos de sus buenos amigos- trajo un potecito sin estrenar para que lo usase. Después me regaló lo que sobró y me vino muy bien para las siguientes paellas que haría.
Partidillo de fútbol en Corral de Bustos
Alejandro controlando el balón
Mi arroz tipo paella en el disco argentino
Danilo, Alejandro y Agustina
Alejandro y Damian, amigos de Alejandro
De nuevo la noche se alargó hasta las tantas de la madrugada y de nuevo me fui a dormir con una buena dosis de cerveza y algún whisky en el cuerpo. Aunque bien amortiguados esta noche por una contundente cena.
Al día siguiente llegaba la hora de partir y había decidido hacer el trayecto entre Corral de Bustos y Buenos Aires a dedo. Mauro de nuevo sería mi salvador, ya que no puso pega a hablar con el camionero que debía de salir de su empresa con carga y pedirle que me acercara.
Sé que no era del agrado de Franco llevar a nadie, sobre todo por el seguro que ya he comentado en algún capítulo de esta serie dedicada a Argentina, pero accedió y sobre las 6.30 de la tarde salíamos con dirección a Buenos Aires.
Camión que haría de transporte entre Corral de Bustos y Buenos Aires
Mauro, Franco, Alejandro y yo antes de partir
Franco conduciendo su camión
Puesta de sol en la carretera
El sol poniéndose reflejado en el retrovisor del camión
Gasolinera donde me quedé a esperar un nuevo transporte
Yo me quedaría en una gasolinera en San Pedro, ya que quedarme en Zárate, donde el terminaba el recorrido, y a las afueras de la fábrica de Quilmes, donde descargaba y volver a cargar, no era lo más adecuado de madrugada por seguridad.
Era medianoche cuando llegábamos a la gasolinera y allí me quedé, esperando que algún otro camionero o conductor parase para descansar y volviese a pillar la ruta a la capital.
El frío comenzaba a caer y pasé la noche en vela preguntando a quien aparecía por allí por un hueco en su automóvil o camión. No pudo ser y agotado, mientras cargaba el teléfono en el restaurante de la gasolinera, eche una cabezada para recuperar fuerzas.
Por fin sobre las 6 de la mañana Lucas un camionero con el que me había saludado por la noche y al que había preguntado, aceptó acercarme hasta Campana, donde él llegaba, que era perfecto para subirme a un tren y llegar sin más demora a Buenos Aires.
Camino a Buenos Aires con mi nuevo transporte
Amaneciendo en la carretera
Lucas el camionero que me acercó hasta Campana
Estación de tren de Campana.
Interior de la estación de Campana
Desde Campana. Amaneciendo en Buenos Aires
A las 7. 30 ya estaba en marcha y tenía intención de pasar un par de días más en Buenos Aires antes de ir a La Plata para dar la conferencia del viaje. Pero esto será la historia del próximo capítulo de mi paso por Argentina.
Hasta entonces y como siempre…
¡Pura Vida!
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Vuelta a Burzaco, Rosario y conociendo Casilda y Corral de Bustos. Mi vida nómada se estaba concentrando en una ciudad: Buenos Aires. Desde que había llegado estaba yendo de aquí para allá cambiando de casa, acogido por viejos y nuevos amigos.
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