Tumgik
#Ya la gloriosa cumbre del Tabor
cmatain · 1 year
Text
«La Transfiguración», soneto de Clemente Althaus
Este es mi Hijo amado, en quien me complazco, escuchadlo.(Mateo, 17, 5) El escritor peruano Francisco Clemente de Althaus Flores del Campo (Lima, 1835-París, 1876) dejó una novela inconclusa, titulada Coralay, redactada en su juventud, y compuso también el drama Antíoco, que se estrenó en el Teatro Principal de Lima el 24 de marzo de 1877. Como poeta publicó Poesías patrióticas y religiosas…
Tumblr media
View On WordPress
0 notes
lofranomaturi · 5 years
Text
OratorioDonBoscoBoleita ‪#‎BN 20190317
“Qué la memoria de los caídos por la libertad y la justicia, haga a todos los seres humanos despojarse de la indiferencia y del egoísmo” Papa Francisco
“Un terror intenso y misterioso se apoderó de él”
¿Qué se supone que debe sentir un venezolano, cuando escucha a un alto personero del régimen decir, que todavía no han visto de lo que somos capaces? Cuando has pasado más de 100 horas en un mega apagón, en las que no estando acostumbrados a la era de las cavernas, cada uno se sintió abandonado, rodeado de historias de muerte y despedazado por dentro, de comprender que una nación que exportaba electricidad no podía haber caído tan bajo… Es por ello que, unas lecturas como las de este domingo vienen, como siempre, como anillo al dedo, para elevar nuestras montañas y esperanzas. Dios no nos abandona jamás, pues su pacto fue sellado con la sangre de su Hijo único y eterno. Dios se ha acercado a la humanidad, a su creatura, tanto, que se ha hecho una sola cosa con él. El que murió en la cruz, llevó consigo toda nuestra naturaleza y en ese trono rústico, se coronó y nos coronó, Rey de Reyes y Señor de Señores. No hay una salida más impactante e irónica, la muerte de Cristo se ha convertido en nuestra victoria total y ningún mequetrefe, que se ha drogado de poder, podrá jamás vencernos, porque lo más trágico que hombre alguno puede experimentar, la muerte, ha sido totalmente vencida por Aquél, que nos amó tanto, que nos hizo ciudadanos del cielo. Hoy ríen, no sé si de nerviosismo o porque ven su caída con una mueca de espanto (en su ideología la muerte es el final del camino) pero Dios que nos ha elegido como hijos, sostendrá nuestras luchas por ser coherentes con su propio proyecto. No dejemos pues, que la tiniebla exterior se posesione de nuestro espíritu… entremos con temor y temblor en el pacto definitivo: Dios es más grande, Dios es eterno y supera cualquier expectativa que un ser humano pueda tener. Hoy en su montaña de transfiguración, mañana en la puerta del Sepulcro del Resucitado.
Reflexión
“Desde esta Iglesia voy a dirigir también una mirada a la política del País. No como político, no lo soy, sino como Pastor, guiando un pueblo para que se ilumine con los principios cristianos; y ya que tienen que vivir ustedes en el mundo esas realidades políticas, como yo también las tengo que vivir como pastor, sepamos como criticarlas, como juzgarlas desde el evangelio y como también colaborar, comprometernos para hacer de nuestra historia, la historia según el proyecto de Dios. En las lecturas de hoy Dios nos revela los dos grandes extremos de su proyecto: Liberar de algo, para promover hacia algo. Promover de algo, remover la injusticia, apartar el pecado, redimir al hombre de la maldad. No puede haber verdadera liberación mientras no se libera el hombre del pecado… Debían de tenerlo en cuenta todos los grupos liberadores que surgen en nuestra Patria: que la primera liberación que tiene que propiciar una agrupación política que de veras quiere la liberación del pueblo, tiene que ser: liberarse él mismo de su propio pecado. Y mientras sea esclavo del pecado, del egoísmo, de la violencia, de la crueldad, del odio, no es apto para la liberación del pueblo… Por eso, donde quiera que hay muerte, hay pecado, la muerte es la señal evidente de que el pecado reina. Espanta pensar que en la Patria haya tantos muertos y que los caminos sagrados de nuestro suelo se empapan cada vez más de sangre humana. El pecado reina en El Salvador y los liberadores de El Salvador tienen que comenzar por allí: como arrancar el pecado de nuestro pueblo. Esto es el proyecto de Dios, de allí parte el proyecto de Dios. Y todo proyecto político que no tenga en cuenta el pecado, la injusticia, el querer mantener la injusticia social, es querer mantener entronizado el pecado y echar aparte a Dios. Sin Dios, no puede haber liberación y donde hay pecado, no puede estar Dios. Cristo vino para salvarnos del pecado ¡y le costamos tanto! Tanto dolor y tanto sufrimiento, no lo olvidemos en Cuaresma. Cristo colocado en la cumbre del Tabor es la imagen bellísima de la liberación. Así quiere Dios a los hombres: arrancados del pecado, y de la muerte, y del infierno, viviendo su vida eterna, inmortal, gloriosa. Este es nuestro destino, y hablar de ese cielo no es alineación sino motivación para trabajar con más garra, con más gusto, las grandes responsabilidades de la tierra. Nadie trabaja la tierra y la liberación política de los pueblos con tanto entusiasmo, como aquel que espera que las luchas liberadoras de la historia se incorporarán en la gran liberación de Cristo.” San Óscar Arnulfo Romero 02 Marzo 1980
0 notes