Lo peor de vivir en Argentina, sobre todo con este gobierno, es que la crisis económica constante no te permite pensar en otra cosa. No podés hablar de política internacional, de cultura, de ciencia, de tecnología, de cosas tan importantes como la naturaleza, porque el discurso es que hay una crisis (artificial) y que no hay plata, que hay que hacer plata, que no alcanza la plata, que tenemos que ganar plata, que no hay plata. Es realmente cansador y contribuye a una mentalidad de mirarse el ombligo y solamente concentrarse en eso.
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