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unmontondeages · 6 years
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Música, buey y democracia (Segunda y peor parte)
La otra vez les conté que, entre otras cosas, en 1985 había nacido yo. Bueno, fue un día como hoy. Me gusta pila cumplir años en noviembre. Todavía no hace mucho calor. Si no cumpliera en noviembre, me gustaría cumplir en setiembre. No sé por qué, es una estupidez.
 Pero no quería sumar un año más sin la segunda parte de los discos que, según yo, forjaron el año de mi natalicio y esto en lo que me convertí.
R.E.M. – Fables of the Reconstruction
Para la grabación de este disco, el tercero de su discografía, la banda se fue a Londres. En el medio de un frío y húmedo invierno. Pero los oriundos de Georgia no estaban acostumbrados a las bajas temperaturas de los inviernos ingleses, por lo que pasaron re mal y de muy mal humor, al punto de tener ganas de tirar la banda al demonio. Así salió un disco que es bastante más oscuro y melancólico que los anteriores. El título en español quiere decir algo así como ‘las fábulas de la reconstrucción’. Michael Stipe dijo que la idea era la de sentarse alrededor del fuego y contarse leyendas y fábulas. Fábulas y leyendas como la del conductor del tren de “Driver 8”, que es mejor que se tome un descanso, porque todavía falta mucho para llegar al destino.
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The Smiths – Meat is murder
La carne es asesinato. Así se llama el segundo disco de The Smiths. Todo bien, yo tampoco soy mucho de la carne. No sé bien qué canción elegir, hay demasiadas demasiado buenas. Desde el hit “How Soon is Now?”, pasando por “I Want the One I Can't Have”, “That Joke Isn't Funny Anymore”, hasta “Barbarism Begins at Home”. Siempre me pareció brillante eso de que la barbarie empieza en casa. El mensaje es directo y sencillo: lo que recibís por preguntar o por no preguntar es un golpe en la cabeza. Se ve que a Morrissey no le había ido muy bien con los papis.
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Tom Petty and the Heartbreakers - Southern Accents
De este disco solo me sé “Don't Come Around Here No More” que fue escrita conjuntamente entre Petty y David Stewart de Eurythmics. Es la canción perfecta para decirle a alguien que te importaba que eso cambió porque, aparentemente, te hacía sombra en la puerta y ya no querés que eso pase más, que ya te diste por vencido y que es mejor que no pase ni cerca de tu casa. Es increíble, pero la voz de Tom en esta canción refleja exactamente todo eso, que en realidad es la más profunda y sincera indiferencia quizás, sí, mezclada con un poco de tristeza.
 I don't feel you anymore
You darken my door
Whatever you're looking for
Hey, don't come around here no more
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Beach Boys – The Beach Boys
Después de veinte discos, los Beach Boys sacan un disco con canciones muy parecidas a las que hacían cuando estaban en la cresta de la ola, pero con distintas letras y grabado digitalmente. Mucho corito playero y casi que ninguna canción muy destacada. Brian Wilson ya había caído en manos del médico ese que lo empastilló hasta la médula para que no se drogara más con drogas ilegales, siempre son mejores las legales. Eso sumado a que, supongo, ya habían dicho todo lo que tenían para decir con cierta gracia en los veinte discos anteriores, el resultado es un poco choto, pero son los Beach, los banco a muerte.
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Y ta. Ahora sí. Fin.
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unmontondeages · 6 years
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Música, buey y democracia
1985 (MCMLXXXV) fue un año normal comenzado en martes en el calendario gregoriano. Corresponde al año del buey en el horóscopo chino. La Organización de las Naciones Unidas lo declaró Año Internacional de la Juventud,​ en tanto la UNESCO lo declaró Año Internacional de la Música.
Pasó de todo ese año, Estados Unidos y la Unión Soviética reanudaron el diálogo para iniciar negociaciones sobre desarme nuclear y espacial tras veinticuatro años de guerra fría, en Francia un equipo de médicos consiguió cambiar la sangre de un feto por medio de una transfusión intrauterina, en Sudáfrica el líder de la resistencia contra el apartheid, Nelson Mandela, encarcelado desde 1962, renunció a la libertad que le ofrecía el gobierno racista de su país si abandonaba la lucha armada, en Sicilia se descubrió una ciudad subterránea usada por la mafia como refugio, en la URSS, Mijaíl Gorbachov salió elegido presidente, en España ingresó por primera vez una mujer en la Policía Nacional, en Argentina, María Estela Martínez de Perón dimitió de la presidencia del Partido Justicialista, entró en vigencia el austral como nueva moneda y se produjo el último secuestro de los Puccio, en Uruguay se restauró la democracia con la asunción de Julio María Sanguinetti como presidente, además, salió el videojuego Super Mario Bros., Microsoft sacó al mercado la primera versión de Windows de la historia y, entre otras cosas, nací yo.
Y tuve la suerte de nacer en un mundo aún habitado por Freddie Mercury.
Ponés todo eso en la licuadora y ahí estoy yo: música, buey y democracia. En realidad sería más correcto ponerlo en el mixer, pero no tengo mixer. Pero durante ese año no solo me estaba gestando yo, también lo estaban haciendo varios discos que, a diferencia de mí, siguen dando que hablar. 
Brothers in Arms – Dire Straits
Con ese nombre, este disco siempre me decepcionó por su tapa. Me esperaba soldados en trincheras, con ojos de dolor, los soldados de las Malvinas. Pero no, una guitarra de 1931 bajando del cielo en medio de una combinación de colores que nunca soporté: celeste y rosado. A pesar de las cuestiones estéticas, que definitivamente en la década de 1980 no eran prioridad, con este disco los Dire Straits la colgaron del ángulo. Vendieron más de treinta millones de copias y al día de hoy es el decimosegundo álbum más vendido de toda la historia. Además, fue uno de los primeros discos editados en CD y en ser grabados exclusivamente de forma digital. Una de las canciones del disco es “Money for Nothing”, compuesta por Mark Knopler en colaboración con Sting (que en realidad no hizo mucho pero viste cómo es esto de los derechos de autor). A este último se lo puede escuchar al final de la canción diciendo “I want my MTV”. Debe ser por eso que el video fue uno de los primeros en ser emitidos en la cadena de televisión MTV.
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The Cure – The Head on the Door
Las vibras de mi inminente nacimiento también favorecieron a The Cure porque The Head on the Door fue el mayor éxito comercial de su carrera. Si bien eso no quiere decir que sea su mejor disco, mal no viene. Siempre me llamó la atención el nombre (la cabeza en la puerta). Yo me imaginaba alguna de esas horribles cabezas de animal que cuelgan de las paredes los loquitos que cazan. Parece que el nombre surge de una pesadilla que tuvo Robert Smith cuando era chico. Leí en algún lugar que la tapa de este disco era como un diseño abstracto del cuadro de Goya “Saturno Devorando A Sus Hijos”, a mí siempre me pareció ver una orquídea sumergida en agua. El disco abre con “In between days”, la canción que te advierte que si estás pensando en conseguirte una “in between days girl” para sentirte menos viejo y cansado de tu relación actual, te vas a sentir un idiota. Y también está la preciosa “Close to me”. Ninguna canción parece más una canción de acercamiento con el ser amado como ésta. Habla de acercamiento, sí, pero con fantasmas. Ahí aparece la famosa cabeza en la puerta:
Si simplemente estuviera seguro
de que mi cabeza sobre la puerta fue un sueño.
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Freddie Mercury – Mr. Bad Guy
Y con motivo de mi llegada al mundo, Freddie me regaló su primer y único disco como solista. A nadie le gustó este disco, a nadie le gustó tampoco el Hot Space, a nadie le gusta “Living on my own”. Pero ¿por qué no? ¿No les gusta la gente que se sale de lo que hizo y de lo que hará? ¿No les gusta la gente que sabe que a nadie le va a gustar y lo hace igual? Pues a mí sí. Y sobre todo si es Freddie. Parece bastante evidente que fue un disco conformado por todas esas canciones que Freddie escribió para Queen y que no encajaron. Así que podríamos decir que es un disco nacido de la censura y con el que Freddie se muestra como nunca gritando a los cuatro vientos que se siente solo y que no hay nadie que le advierta sobre nada. En el video de “Living on my own” se lo puede ver super enfiestado. Es la cosa con bigote y calza de arlequín más adorable que vi en mi vida. De este disco también es “Made in heaven”, canción de la que toma nombre su disco póstumo.
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Sumo – Divididos por la felicidad
El italiano Luca Prodan llega a Córdoba en 1981, recién sobrevivido de una sobredosis de heroína y tratando de hacer una especie de cura de salud en las sierras, pero se juntó con unos amigos e hicieron una banda. Se mudó a Hurlingham, se hizo famoso y después de unos años se murió igual por un ataque al corazón que le dio debido a la cirrosis que le vino por tomar tanta ginebra. Una serie de eventos desafortunados, digamos. En la época de Hurlingham es que sale el primer disco de Sumo, Divididos por la felicidad, con clara alusión a la banda Joy Division (dato que aparece en todos lados pero me copa poner igual por si existe la chance de que alguno de ustedes no se haya dado cuenta de la coincidencia). En este disco aparecen los clásicos “La rubia tarada” y “Mejor no hablar (de ciertas cosas)”. Ambas canciones hacen referencia a la misma dicotomía: están los tarados y los otros, los que no saben que hay otra cosa afuera del estereotipo y los otros, están los que se preocupan por pelotudeces y está la gente despierta, están los que de ciertas cosas no hablan y los que sí, están a los que les choca que le cuestionen “¿por qué te pelaste?”. Y sí, era bastante obvio que se volvieran la voz de una generación.
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Talking Heads – Little Creatures 
También el álbum de más éxito de la banda liderada por David Byrne. En este disco está la megaconocida “And she was”. El baterista de la banda, Chris Frantz, dijo una vez que la canción “es una historia sobre una mujer que tiene el poder de levitar por encima del suelo y de mirar a todos sus vecinos desde una perspectiva a vista de pájaro. Y el tipo que está escribiendo la canción está enamorado de ella y quiere que ella sea más normal, como que vuelva al suelo, pero no lo hace. Ella va flotando por el patio y pasa los edificios, las escuelas y demás, y es absolutamente superior a él en todos los sentidos”. Siempre me gustó el sonido de Talking Heads, sobre todo por el “Fa fa fa fa fa” (y el bajo que es genial) de “Psycho Killer” que tiene un meme extremadamente gracioso con el dinosaurio que habla todo con la “f”, pero claro, esa es de otro año. 
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Sí, lo sé, se te vinieron a la cabeza otros discos de ese glorioso 1985 y acá no están. No desesperes porque esta historia continuará.
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unmontondeages · 6 years
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Música, buey y democracia
1985 (MCMLXXXV) fue un año normal comenzado en martes en el calendario gregoriano. Corresponde al año del buey en el horóscopo chino. La Organización de las Naciones Unidas lo declaró Año Internacional de la Juventud,​ en tanto la UNESCO lo declaró Año Internacional de la Música.
Pasó de todo ese año, Estados Unidos y la Unión Soviética reanudaron el diálogo para iniciar negociaciones sobre desarme nuclear y espacial tras veinticuatro años de guerra fría, en Francia un equipo de médicos consiguió cambiar la sangre de un feto por medio de una transfusión intrauterina, en Sudáfrica el líder de la resistencia contra el apartheid, Nelson Mandela, encarcelado desde 1962, renunció a la libertad que le ofrecía el gobierno racista de su país si abandonaba la lucha armada, en Sicilia se descubrió una ciudad subterránea usada por la mafia como refugio, en la URSS, Mijaíl Gorbachov salió elegido presidente, en España ingresó por primera vez una mujer en la Policía Nacional, en Argentina, María Estela Martínez de Perón dimitió de la presidencia del Partido Justicialista, entró en vigencia el austral como nueva moneda y se produjo el último secuestro de los Puccio, en Uruguay se restauró la democracia con la asunción de Julio María Sanguinetti como presidente, además, salió el videojuego Super Mario Bros., Microsoft sacó al mercado la primera versión de Windows de la historia y, entre otras cosas, nací yo.
Y tuve la suerte de nacer en un mundo aún habitado por Freddie Mercury.
Ponés todo eso en la licuadora y ahí estoy yo: música, buey y democracia. En realidad sería más correcto ponerlo en el mixer, pero no tengo mixer. Pero durante ese año no solo me estaba gestando yo, también lo estaban haciendo varios discos que, a diferencia de mí, siguen dando que hablar. 
Brothers in Arms – Dire Straits
Con ese nombre, este disco siempre me decepcionó por su tapa. Me esperaba soldados en trincheras, con ojos de dolor, los soldados de las Malvinas. Pero no, una guitarra de 1931 bajando del cielo en medio de una combinación de colores que nunca soporté: celeste y rosado. A pesar de las cuestiones estéticas, que definitivamente en la década de 1980 no eran prioridad, con este disco los Dire Straits la colgaron del ángulo. Vendieron más de treinta millones de copias y al día de hoy es el decimosegundo álbum más vendido de toda la historia. Además, fue uno de los primeros discos editados en CD y en ser grabados exclusivamente de forma digital. Una de las canciones del disco es "Money for Nothing", compuesta por Mark Knopler en colaboración con Sting (que en realidad no hizo mucho pero viste cómo es esto de los derechos de autor). A este último se lo puede escuchar al final de la canción diciendo “I want my MTV”. Debe ser por eso que el video fue uno de los primeros en ser emitidos en la cadena de televisión MTV.
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The Cure – The Head on the Door
Las vibras de mi inminente nacimiento también favorecieron a The Cure porque The Head on the Door fue el mayor éxito comercial de su carrera. Si bien eso no quiere decir que sea su mejor disco, mal no viene. Siempre me llamó la atención el nombre (la cabeza en la puerta). Yo me imaginaba alguna de esas horribles cabezas de animal que cuelgan de las paredes los loquitos que cazan. Parece que el nombre surge de una pesadilla que tuvo Robert Smith cuando era chico. Leí en algún lugar que la tapa de este disco era como un diseño abstracto del cuadro de Goya “Saturno Devorando A Sus Hijos”, a mí siempre me pareció ver una orquídea sumergida en agua. El disco abre con “In between days”, la canción que te advierte que si estás pensando en conseguirte una “in between days girl” para sentirte menos viejo y cansado de tu relación actual, te vas a sentir un idiota. Y también está la preciosa “Close to me”. Ninguna canción parece más una canción de acercamiento con el ser amado como ésta. Habla de acercamiento, sí, pero con fantasmas. Ahí aparece la famosa cabeza en la puerta:
Si simplemente estuviera seguro
de que mi cabeza sobre la puerta fue un sueño.
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Freddie Mercury – Mr. Bad Guy
Y con motivo de mi llegada al mundo, Freddie me regaló su primer y único disco como solista. A nadie le gustó este disco, a nadie le gustó tampoco el Hot Space, a nadie le gusta “Living on my own”. Pero ¿por qué no? ¿No les gusta la gente que se sale de lo que hizo y de lo que hará? ¿No les gusta la gente que sabe que a nadie le va a gustar y lo hace igual? Pues a mí sí. Y sobre todo si es Freddie. Parece bastante evidente que fue un disco conformado por todas esas canciones que Freddie escribió para Queen y que no encajaron. Así que podríamos decir que es un disco nacido de la censura y con el que Freddie se muestra como nunca gritando a los cuatro vientos que se siente solo y que no hay nadie que le advierta sobre nada. En el video de “Living on my own” se lo puede ver super enfiestado. Es la cosa con bigote y calza de arlequín más adorable que vi en mi vida. De este disco también es “Made in heaven”, canción de la que toma nombre su disco póstumo.
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Sumo – Divididos por la felicidad
El italiano Luca Prodan llega a Córdoba en 1981, recién sobrevivido de una sobredosis de heroína y tratando de hacer una especie de cura de salud en las sierras, pero se juntó con unos amigos e hicieron una banda. Se mudó a Hurlingham, se hizo famoso y después de unos años se murió igual por un ataque al corazón que le dio debido a la cirrosis que le vino por tomar tanta ginebra. Una serie de eventos desafortunados, digamos. En la época de Hurlingham es que sale el primer disco de Sumo, Divididos por la felicidad, con clara alusión a la banda Joy Division (dato que aparece en todos lados pero me copa poner igual por si existe la chance de que alguno de ustedes no se haya dado cuenta de la coincidencia). En este disco aparecen los clásicos “La rubia tarada” y “Mejor no hablar (de ciertas cosas)”. Ambas canciones hacen referencia a la misma dicotomía: están los tarados y los otros, los que no saben que hay otra cosa afuera del estereotipo y los otros, están los que se preocupan por pelotudeces y está la gente despierta, están los que de ciertas cosas no hablan y los que sí, están a los que les choca que le cuestionen “¿por qué te pelaste?”. Y sí, era bastante obvio que se volvieran la voz de una generación.
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Talking Heads – Little Creatures 
También el álbum de más éxito de la banda liderada por David Byrne. En este disco está la megaconocida “And she was”. El baterista de la banda, Chris Frantz, dijo una vez que la canción “es una historia sobre una mujer que tiene el poder de levitar por encima del suelo y de mirar a todos sus vecinos desde una perspectiva a vista de pájaro. Y el tipo que está escribiendo la canción está enamorado de ella y quiere que ella sea más normal, como que vuelva al suelo, pero no lo hace. Ella va flotando por el patio y pasa los edificios, las escuelas y demás, y es absolutamente superior a él en todos los sentidos”. Siempre me gustó el sonido de Talking Heads, sobre todo por el “Fa fa fa fa fa” (y el bajo que es genial) de “Psycho Killer” que tiene un meme extremadamente gracioso con el dinosaurio que habla todo con la “f”, pero claro, esa es de otro año. 
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Sí, lo sé, se te vinieron a la cabeza otros discos de ese glorioso 1985 y acá no están. No desesperes porque esta historia continuará.
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unmontondeages · 6 years
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Porque aburrirse hace bien
Hace unas semanas hubo apagón. Me aburrí como una ostra. Creo que a todos los que nos tocó nos dimos cuenta que somos unos rematados modernos dependientes de la electricidad no sólo para cocinar, bañarnos y ver, sino para divertirnos. Esa es la conclusión a la que llegué: la mayoría de nuestra diversión es eléctrica. UTE debería pagarme por este nuevo slogan. En un momento pensé en salir a caminar, probablemente la luz estuviera de nuevo al volver. La calle era una boca de lobo, igual algo se veía. Volví y nada. Me fui al shopping con los auriculares, por hacer algo, seguro al volver la luz ya habría vuelto, pensaba. Fui en mis peores fachas de domingo, pensando que no me iba a cruzar con nadie conocido y me crucé con todo el mundo. Igual no me importó demasiado. Volví y seguía sin haber luz. Charlando con amigos me dicen que va para largo. Las baterías de todo estaban por morir. La compu ya había muerto. Estuve un rato sentada en el sillón, cual Forrest Gump en la parada del bondi, mirando las tenues luces de las velas decorativas que prendí. Me las habían regalado para los quince y fue la primera vez que las usé. No podía seguir con ese desperdicio de tiempo, tenía que lograr encontrar algo para hacer que no necesitara luz, porque las velas decorativas parecen iluminar un 40% de las que no lo son y no alumbraban ni para leer con mínima comodidad. Increíblemente en la terraza de mi casa se veía algo más que adentro, así que no se me ocurrió nada mejor que lavarme los championes. Después me fui a dormir temprano del embole que tenía. Asombrosamente me dormí al toque.
Tumblr media
Para personas con síndrome de productividad como yo, el no estar haciendo algo es complicado. De por sí no hacer nada nos genera una suerte de ansiedad, caminamos en círculos y no siempre tirarnos a ver una peli nos place porque sabemos que no hicimos algo que nos sació como para recompensarnos con un rato de aletargamiento. Y es aún más complicado, porque cuando no tenemos tiempo para aburrirnos, lo anhelamos, todas las ideas geniales nos vienen a la cabeza cuando tenemos otra cosa que hacer. Y es cierto, el aburrimiento es justo y necesario. La creatividad crece en la fértil tierra del hastío (tremenda frase, realmente). Debe ser por eso que cuando alguien tiene una idea brillante le dibujan una lamparita en la cabeza, de seguro se le ocurrió a fuerza del embole que tenía durante un apagón. Y a pesar que me genera ansiedad, contradicción interna y hasta bajón, reivindico el aburrimiento. Lo vengo pensado desde hace un tiempo y me parece que el signo de estos tiempos, donde el aburrimiento está tan mal visto, es que ya no hay tiempo ni para saber lo que nos gusta, ni para que nos gusten cosas distintas. No tenemos mucho tiempo para saber qué es realmente lo que nos divierte. Se pierde lo que yo llamo la diversidad de las preferencias y, sobre todo, la independencia de la interacción. Todo eso de la conectividad y las redes sociales nos pega un cachetazo en la cara cuando falta la energía por más de seis horas seguidas.
Y no hay lugar a la más mínima duda, este es el artículo más aburrido que escribí y deben agradecerme por brindarles el sosiego necesario para que, aburrimiento mediante, sean más felices y más conscientes. Pero como ya es un clásico, proseguiré con un breve listado de canciones preciosas que de por sí los harán salir de la abulia en los que los he sumergido. Estas son mis canciones de apagones y aburrimiento.
The Brobecks – Boring
Antes de unirse a Panic! At the Disco, Dallon Weekes y su banda sacaron Violent Things, en 2009. Tiene una frase que me encanta: “perdido, el tiempo es menos efectivo”. En realidad no tiene mucho sentido, pero juega con esa falsa idea de que el tiempo pasa más rápido cuando no nos estamos aburriendo, o más falso aún, tenemos la sensación de no perder tiempo cuando estamos haciendo algo, pero el tiempo siempre pasa, siempre se pierde, no importa si hicimos todo o nada.
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Sui Generis – El día que apagaron la luz
Me acuerdo perfecto de cuando salió Sinfonía para adolescentes, el disco con el que se juntó Sui Generis veinticinco años después de haberse separado. Era el año 2000. Me acuerdo también que lo sacaron en vinilo. En aquella época no era común, todavía el CD estaba en auge y a la moda del vinilo le faltaban algunos años. Hoy no me parece una gran canción, en su momento me parecía un poco mejor, pero Charly García tiene algo que me encanta, es capaz de componer canciones con palabras como “suvenir” o incluir oraciones como “yo puedo ver casi todo lo que hacés”. Es como un voyerista consciente de sus limitaciones. Sin embargo, el significado del tema es aburridamente explícito, hasta yo lo saco: el apagón digital. Año 2000, supuestamente iba a volar todo por el aire o, en el mejor de los casos, las computadoras no iban a saber qué hacer cuando se pasara del 1999 al 2000. ¿Quién nos convenció de que había chance de que eso fuera tan difícil? (creo que fue Nostradamus) Y con el colapso de las vintage comunicaciones que teníamos en el 2000, donde se podía ver “casi” todo lo que hacían los demás, íbamos a quedar todos solos y nos íbamos a dar cuenta que estábamos escuchando una música horrible.
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MGMT – Time to pretend
Esta es la canción que te explica qué significa ser un careta y qué no, pero también explica el peligro de siempre estar haciendo cosas “divertidas”. Me encanta esta canción. Me encantó desde la primera vez que la escuché. Es como si supieran lo que pienso de ciertas cosas e hicieran una canción.
“Esta es nuestra decisión, la de vivir rápido y morir jóvenes.
Tenemos la visión, ahora divirtámonos un poco.
Sí, es abrumador, pero ¿qué más podemos hacer?
¿Tener trabajos en oficinas y despertarnos a la misma hora todas las mañanas?
(…)
 Extrañaré los parques de juegos y los animales y las lombrices excavadoras.
Extrañaré el confort de mi madre y el peso del mundo.
Extrañaré a mi hermana, extrañaré a mi padre, extrañaré a mi perro y mi casa.
Sí, extrañaré el aburrimiento y la libertad y el tiempo desperdiciado estando solo”.
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The Libertines – Music when the lights go out
Sí, la música durante un apagón es posible mientras dure una batería. ¿Por qué será que ya no hay vitrolas a manija? Pero de nada de eso habla esta canción de los Libertines, banda inglesa liderada por Carl Barat y Pete Doherty, que surgió allá por el año 1997. Es una canción del disco The Libertines de 2004. Este disco lo escuché mil veces. Los Libertines fueron mi banda de cabecera por pila de tiempo. Y esta canción me gustaba particularmente. Arranca así: ¿es cruel o amable no expresar mis sentimientos y mentirte en lugar de herirte? Es bastante retorcido el famoso “te mentí para no lastimarte” y, a su vez, flagrantemente falso. ¿No será, en realidad, “te mentí porque sino me ibas a mandar a pasear y no tengo ninguna gana de responsabilizarme por mis actos y prefiero que vivas en una realidad que no existe y en realidad soy tan buen tipo que no te quiero lastimar”? Pero puesto en una canción rinde bastante y sí, me gusta igual. Además, de última, la posibilidad de que eso sea cruel está. Al final de cuentas es una pregunta válida.
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A modo de corolario
El científico y escritor Isaac Asimov, aseguró que el aburrimiento iba a convertirse en la principal enfermedad de nuestra época, hasta tener consecuencias mentales, emocionales y sociológicas.
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unmontondeages · 6 years
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Porque aburrirse hace bien
Hace unas semanas hubo apagón. Me aburrí como una ostra. Creo que a todos los que nos tocó nos dimos cuenta que somos unos rematados modernos dependientes de la electricidad no sólo para cocinar, bañarnos y ver, sino para divertirnos. Esa es la conclusión a la que llegué: la mayoría de nuestra diversión es eléctrica. UTE debería pagarme por este nuevo slogan. En un momento pensé en salir a caminar, probablemente la luz estuviera de nuevo al volver. La calle era una boca de lobo, igual algo se veía. Volví y nada. Me fui al shopping con los auriculares, por hacer algo, seguro al volver la luz ya habría vuelto, pensaba. Fui en mis peores fachas de domingo, pensando que no me iba a cruzar con nadie conocido y me crucé con todo el mundo. Igual no me importó demasiado. Volví y seguía sin haber luz. Charlando con amigos me dicen que va para largo. Las baterías de todo estaban por morir. La compu ya había muerto. Estuve un rato sentada en el sillón, cual Forrest Gump en la parada del bondi, mirando las tenues luces de las velas decorativas que prendí. Me las habían regalado para los quince y fue la primera vez que las usé. No podía seguir con ese desperdicio de tiempo, tenía que lograr encontrar algo para hacer que no necesitara luz, porque las velas decorativas parecen iluminar un 40% de las que no lo son y no alumbraban ni para leer con mínima comodidad. Increíblemente en la terraza de mi casa se veía algo más que adentro, así que no se me ocurrió nada mejor que lavarme los championes. Después me fui a dormir temprano del embole que tenía. Asombrosamente me dormí al toque.
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Para personas con síndrome de productividad como yo, el no estar haciendo algo es complicado. De por sí no hacer nada nos genera una suerte de ansiedad, caminamos en círculos y no siempre tirarnos a ver una peli nos place porque sabemos que no hicimos algo que nos sació como para recompensarnos con un rato de aletargamiento. Y es aún más complicado, porque cuando no tenemos tiempo para aburrirnos, lo anhelamos, todas las ideas geniales nos vienen a la cabeza cuando tenemos otra cosa que hacer. Y es cierto, el aburrimiento es justo y necesario. La creatividad crece en la fértil tierra del hastío (tremenda frase, realmente). Debe ser por eso que cuando alguien tiene una idea brillante le dibujan una lamparita en la cabeza, de seguro se le ocurrió a fuerza del embole que tenía durante un apagón. Y a pesar que me genera ansiedad, contradicción interna y hasta bajón, reivindico el aburrimiento. Lo vengo pensado desde hace un tiempo y me parece que el signo de estos tiempos, donde el aburrimiento está tan mal visto, es que ya no hay tiempo ni para saber lo que nos gusta, ni para que nos gusten cosas distintas. No tenemos mucho tiempo para saber qué es realmente lo que nos divierte. Se pierde lo que yo llamo la diversidad de las preferencias y, sobre todo, la independencia de la interacción. Todo eso de la conectividad y las redes sociales nos pega un cachetazo en la cara cuando falta la energía por más de seis horas seguidas.
Y no hay lugar a la más mínima duda, este es el artículo más aburrido que escribí y deben agradecerme por brindarles el sosiego necesario para que, aburrimiento mediante, sean más felices y más conscientes. Pero como ya es un clásico, proseguiré con un breve listado de canciones preciosas que de por sí los harán salir de la abulia en los que los he sumergido. Estas son mis canciones de apagones y aburrimiento.
The Brobecks – Boring
Antes de unirse a Panic! At the Disco, Dallon Weekes y su banda sacaron Violent Things, en 2009. Tiene una frase que me encanta: “perdido, el tiempo es menos efectivo”. En realidad no tiene mucho sentido, pero juega con esa falsa idea de que el tiempo pasa más rápido cuando no nos estamos aburriendo, o más falso aún, tenemos la sensación de no perder tiempo cuando estamos haciendo algo, pero el tiempo siempre pasa, siempre se pierde, no importa si hicimos todo o nada.
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Sui Generis – El día que apagaron la luz
Me acuerdo perfecto de cuando salió Sinfonía para adolescentes, el disco con el que se juntó Sui Generis veinticinco años después de haberse separado. Era el año 2000. Me acuerdo también que lo sacaron en vinilo. En aquella época no era común, todavía el CD estaba en auge y a la moda del vinilo le faltaban algunos años. Hoy no me parece una gran canción, en su momento me parecía un poco mejor, pero Charly García tiene algo que me encanta, es capaz de componer canciones con palabras como “suvenir” o incluir oraciones como “yo puedo ver casi todo lo que hacés”. Es como un voyerista consciente de sus limitaciones. Sin embargo, el significado del tema es aburridamente explícito, hasta yo lo saco: el apagón digital. Año 2000, supuestamente iba a volar todo por el aire o, en el mejor de los casos, las computadoras no iban a saber qué hacer cuando se pasara del 1999 al 2000. ¿Quién nos convenció de que había chance de que eso fuera tan difícil? (creo que fue Nostradamus) Y con el colapso de las vintage comunicaciones que teníamos en el 2000, donde se podía ver “casi” todo lo que hacían los demás, íbamos a quedar todos solos y nos íbamos a dar cuenta que estábamos escuchando una música horrible.
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MGMT – Time to pretend
Esta es la canción que te explica qué significa ser un careta y qué no, pero también explica el peligro de siempre estar haciendo cosas “divertidas”. Me encanta esta canción. Me encantó desde la primera vez que la escuché. Es como si supieran lo que pienso de ciertas cosas e hicieran una canción.
“Esta es nuestra decisión, la de vivir rápido y morir jóvenes.
Tenemos la visión, ahora divirtámonos un poco.
Sí, es abrumador, pero ¿qué más podemos hacer?
¿Tener trabajos en oficinas y despertarnos a la misma hora todas las mañanas?
(…)
 Extrañaré los parques de juegos y los animales y las lombrices excavadoras.
Extrañaré el confort de mi madre y el peso del mundo.
Extrañaré a mi hermana, extrañaré a mi padre, extrañaré a mi perro y mi casa.
Sí, extrañaré el aburrimiento y la libertad y el tiempo desperdiciado estando solo”.
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The Libertines – Music when the lights go out
Sí, la música durante un apagón es posible mientras dure una batería. ¿Por qué será que ya no hay vitrolas a manija? Pero de nada de eso habla esta canción de los Libertines, banda inglesa liderada por Carl Barat y Pete Doherty, que surgió allá por el año 1997. Es una canción del disco The Libertines de 2004. Este disco lo escuché mil veces. Los Libertines fueron mi banda de cabecera por pila de tiempo. Y esta canción me gustaba particularmente. Arranca así: ¿es cruel o amable no expresar mis sentimientos y mentirte en lugar de herirte? Es bastante retorcido el famoso “te mentí para no lastimarte” y, a su vez, flagrantemente falso. ¿No será, en realidad, “te mentí porque sino me ibas a mandar a pasear y no tengo ninguna gana de responsabilizarme por mis actos y prefiero que vivas en una realidad que no existe y en realidad soy tan buen tipo que no te quiero lastimar”? Pero puesto en una canción rinde bastante y sí, me gusta igual. Además, de última, la posibilidad de que eso sea cruel está. Al final de cuentas es una pregunta válida.
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A modo de corolario
El científico y escritor Isaac Asimov, aseguró que el aburrimiento iba a convertirse en la principal enfermedad de nuestra época, hasta tener consecuencias mentales, emocionales y sociológicas.
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unmontondeages · 6 years
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unmontondeages · 6 years
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La verdadera canción celeste
Por algún motivo que algo tiene que ver con el fútbol el mundial está de más. Tengo el álbum y todo. También tengo algunas figuritas pegadas, no muchas. Lo tengo más bien para chivear. Y me di cuenta el otro día, cuando me preguntaron por qué tenía el álbum si no pensaba seriamente completarlo, que no sé qué palabra formal, digamos, debería usar que sea el sinónimo perfecto de “chivear”. Por otro lado y aunque nada tiene que ver con el fútbol, también me di cuenta que tampoco sé cuál es la palabra formal para “botijear”. Le quise explicar el significado a un brasilero que vi la semana pasada y no pude. En fin, iba diciendo que esta vez no lleno el álbum ni a palanca, pero hubo una vez que sí. Fue durante el mundial de Estados Unidos, en 1994. Con mi viejo y mi hermana lo llenamos y está en algún lugar de la casa de mis padres. Probablemente en la catacumba. Le llamamos cariñosamente “la catacumba” al lugar que ocupaba la caldera, varios escalones por debajo del nivel de la casa, una especie de sótano pero en galería. Siempre hay olor a humedad, muchas cosas apiladas y telas de arañas con sus respectivas arañas por todos lados. Lo tenemos tan interiorizado que a veces le pregunto a mi madre dónde está algo y me dice “debe estar en la catacumba” y en ningún caso me refiero a algo enterrado, vaya la aclaración por las dudas.
Pero el mundial no es sólo figuritas, programas pedorros de uruguayos en Rusia y la lesión de Cavani. También es importantísimo dirimir cuál es la mejor de las canciones con inspiración mundialista sobre la selección uruguaya, siempre evocativas del celeste, el sol, y el cielo que, oh casualidad, también es celeste. Y no me malinterpreten, todo eso tiene sentido. Sin rodeos les digo que mi favorita es la de Jaime y la peor es la que dice: “Uruguay, te queremos, te queremos ver campeón”. Tiene un aire a: “Ya comienza el pedalear de un evento internacional, ru ru ru tas de América es valor…”. Pero hay muchas canciones y la gente vota cuál es la mejor y todo eso.
Pero yo fantaseo con que hay canciones ocultamente dedicadas a la celeste. Como si hubiera, cual Griezmann, foráneos que admiran a nuestra selección pero que no pueden cantarlo a los cuatro vientos, literalmente, por lo tanto, disimulan las letras haciéndolas pasar por otro cosa. Por suerte que me di cuenta de todo esto y puedo aportar mi grano de arena para decidir cuál es la verdadera canción celeste. Aquí un repaso de las que pudieron ocultar peor su inspiración en nuestra querida selección mayor.
Guiseppe Verdi – Celeste Aida (Se quell guerrier io fossi)
Esta es la que más groseramente deja ver su impronta de arenga charrúa. Bueno, esta vez tiene sentido dado que Italia quedó afuera de la copa. La letra tiene importantes alusiones que analizo a continuación en la traducción porque quedaba muy largo poner también la original, pero si la quieren se las mando por mail. Sé que no pueden vivir sin ella.
¡Si yo fuera ese guerrero!
¡Si mi sueño se hiciera realidad!
Un ejército de guerreros guiados por mí,
¡Y la victoria y el aplauso de toda Menfis!
Y a ti, mi dulce Aida,
Regresando rodeado de laureles,
Decirte: ¡por ti he luchado por ti he ganado!
Celeste Aida, forma divina,
Mística guirnalda de luz y flor,
De mi pensamiento, tú eres la reina,
Tú de mi vida eres el esplendor.
Tu hermoso cielo me gustaría devolverte,
La brisa dulce de tu tierra natal,
Una Una corona real ponerte,
Erigirte un trono cerca del sol. ¡Ah!
Estas son las tres primeras estrofas y en la primera ya aparece una clara alusión a la victoria sobre Egipto en primera ronda (porque quedaba muy obvio poner Egipto, así que se despachó con Menfis, que fue la capital del Imperio Antiguo de Egipto y del Bajo Egipto. Estaba situada al sur del delta del río Nilo y donde hoy podemos visitar el museo de Mit Rahina). Después, muy obvios todos los códigos: celeste en repetidas veces, los guerreros, la forma divina (de la pelota, obvio), el cielo, un trono cerca del sol. Está todo. Verdi hinchaba por Uruguay. Lo único que no me cierra es que la ópera Aida, de donde se extrae esta aria, fue escrita por Giuseppe en 1871. Sí, eso es lo único que no me cierra pero tampoco es tan imposible. Obvio les dejo la interpretación de Luciano que es mi favorita. No se le mueve ni un pelo, aunque las cejas un poco sí.
youtube
Destroyer – Sun in the sky
La banda Destroyer es oriunda de Vancouver, Canadá. Ellos nunca fueron al mundial salvo en 1986, donde terminaron últimos, así que tiene sentido que busquen en otras selecciones saciar su pasión futbolera. Sin embargo, la pasión en esta hermosa canción no es tan obvia, hay que ser muy despierto para encontrarla, pero porque hace referencia a otras características que rodean a la celeste: el sufrimiento y el milagro.
Suffering every way you’d look
Really good in that thing
 Sufriendo de todas las maneras que mirarías
Realmente buenos en eso
(…)
It’s a miracle every time
(…)
Todas las veces es un milagro
Es claro que para un uruguayo no hay novedades en esto. No se es Uruguay si no se gana sufriendo y las heroicas hazañas de los jugadores, prácticamente están dictaminadas por el de arriba, que estira el dedo y hace que Cavani meta el gol. Después él agradece.
youtube
Thelonious Monk - Light blue
Bueno, me encantaría decirles que aparte de una figura descollante del Jazz, Thelonious Monk se convirtió en fanático de la selección de 1930 y que esta pieza, llamada celeste en inglés, parece recrear los tambores del carnaval, pero la verdad es que simplemente me gusta y se llama celeste. El resto, lo dejo a vuestra imaginación. Lo cierto es que es un jazz celeste.
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Y hoy más que nunca ¡Vamos Uruguay guay guay guay! (con el eco de la nefasta canción) 
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unmontondeages · 6 years
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La verdadera canción celeste
Por algún motivo que algo tiene que ver con el fútbol el mundial está de más. Tengo el álbum y todo. También tengo algunas figuritas pegadas, no muchas. Lo tengo más bien para chivear. Y me di cuenta el otro día, cuando me preguntaron por qué tenía el álbum si no pensaba seriamente completarlo, que no sé qué palabra formal, digamos, debería usar que sea el sinónimo perfecto de “chivear”. Por otro lado y aunque nada tiene que ver con el fútbol, también me di cuenta que tampoco sé cuál es la palabra formal para “botijear”. Le quise explicar el significado a un brasilero que vi la semana pasada y no pude. En fin, iba diciendo que esta vez no lleno el álbum ni a palanca, pero hubo una vez que sí. Fue durante el mundial de Estados Unidos, en 1994. Con mi viejo y mi hermana lo llenamos y está en algún lugar de la casa de mis padres. Probablemente en la catacumba. Le llamamos cariñosamente “la catacumba” al lugar que ocupaba la caldera, varios escalones por debajo del nivel de la casa, una especie de sótano pero en galería. Siempre hay olor a humedad, muchas cosas apiladas y telas de arañas con sus respectivas arañas por todos lados. Lo tenemos tan interiorizado que a veces le pregunto a mi madre dónde está algo y me dice “debe estar en la catacumba” y en ningún caso me refiero a algo enterrado, vaya la aclaración por las dudas.
Pero el mundial no es sólo figuritas, programas pedorros de uruguayos en Rusia y la lesión de Cavani. También es importantísimo dirimir cuál es la mejor de las canciones con inspiración mundialista sobre la selección uruguaya, siempre evocativas del celeste, el sol, y el cielo que, oh casualidad, también es celeste. Y no me malinterpreten, todo eso tiene sentido. Sin rodeos les digo que mi favorita es la de Jaime y la peor es la que dice: “Uruguay, te queremos, te queremos ver campeón”. Tiene un aire a: “Ya comienza el pedalear de un evento internacional, ru ru ru tas de América es valor…”. Pero hay muchas canciones y la gente vota cuál es la mejor y todo eso.
Pero yo fantaseo con que hay canciones ocultamente dedicadas a la celeste. Como si hubiera, cual Griezmann, foráneos que admiran a nuestra selección pero que no pueden cantarlo a los cuatro vientos, literalmente, por lo tanto, disimulan las letras haciéndolas pasar por otro cosa. Por suerte que me di cuenta de todo esto y puedo aportar mi grano de arena para decidir cuál es la verdadera canción celeste. Aquí un repaso de las que pudieron ocultar peor su inspiración en nuestra querida selección mayor.
Guiseppe Verdi – Celeste Aida (Se quell guerrier io fossi)
Esta es la que más groseramente deja ver su impronta de arenga charrúa. Bueno, esta vez tiene sentido dado que Italia quedó afuera de la copa. La letra tiene importantes alusiones que analizo a continuación en la traducción porque quedaba muy largo poner también la original, pero si la quieren se las mando por mail. Sé que no pueden vivir sin ella.
¡Si yo fuera ese guerrero!
¡Si mi sueño se hiciera realidad!
Un ejército de guerreros guiados por mí,
¡Y la victoria y el aplauso de toda Menfis!
Y a ti, mi dulce Aida,
Regresando rodeado de laureles,
Decirte: ¡por ti he luchado por ti he ganado!
Celeste Aida, forma divina,
Mística guirnalda de luz y flor,
De mi pensamiento, tú eres la reina,
Tú de mi vida eres el esplendor.
Tu hermoso cielo me gustaría devolverte,
La brisa dulce de tu tierra natal,
Una Una corona real ponerte,
Erigirte un trono cerca del sol. ¡Ah!
Estas son las tres primeras estrofas y en la primera ya aparece una clara alusión a la victoria sobre Egipto en primera ronda (porque quedaba muy obvio poner Egipto, así que se despachó con Menfis, que fue la capital del Imperio Antiguo de Egipto y del Bajo Egipto. Estaba situada al sur del delta del río Nilo y donde hoy podemos visitar el museo de Mit Rahina). Después, muy obvios todos los códigos: celeste en repetidas veces, los guerreros, la forma divina (de la pelota, obvio), el cielo, un trono cerca del sol. Está todo. Verdi hinchaba por Uruguay. Lo único que no me cierra es que la ópera Aida, de donde se extrae esta aria, fue escrita por Giuseppe en 1871. Sí, eso es lo único que no me cierra pero tampoco es tan imposible. Obvio les dejo la interpretación de Luciano que es mi favorita. No se le mueve ni un pelo, aunque las cejas un poco sí.
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Destroyer – Sun in the sky
La banda Destroyer es oriunda de Vancouver, Canadá. Ellos nunca fueron al mundial salvo en 1986, donde terminaron últimos, así que tiene sentido que busquen en otras selecciones saciar su pasión futbolera. Sin embargo, la pasión en esta hermosa canción no es tan obvia, hay que ser muy despierto para encontrarla, pero porque hace referencia a otras características que rodean a la celeste: el sufrimiento y el milagro.
Suffering every way you'd look
Really good in that thing
 Sufriendo de todas las maneras que mirarías
Realmente buenos en eso
 (…)
It's a miracle every time
(…)
Todas las veces es un milagro
Es claro que para un uruguayo no hay novedades en esto. No se es Uruguay si no se gana sufriendo y las heroicas hazañas de los jugadores, prácticamente están dictaminadas por el de arriba, que estira el dedo y hace que Cavani meta el gol. Después él agradece.
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Thelonious Monk - Light blue
Bueno, me encantaría decirles que aparte de una figura descollante del Jazz, Thelonious Monk se convirtió en fanático de la selección de 1930 y que esta pieza, llamada celeste en inglés, parece recrear los tambores del carnaval, pero la verdad es que simplemente me gusta y se llama celeste. El resto, lo dejo a vuestra imaginación. Lo cierto es que es un jazz celeste.
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Y hoy más que nunca ¡Vamos Uruguay guay guay guay! (con el eco de la nefasta canción) 
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unmontondeages · 6 years
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unmontondeages · 6 years
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unmontondeages · 6 years
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Confesiones de invierno
Sí, luego de hacerse desear, el invierno llegó. A menos de una semana con temperaturas mínimas de un grado por debajo de los dos dígitos, la mayoría de la gente ya quiere que vuelva el verano. Yo no, yo me voy a confesar como persona con predilección por el invierno. Por más que se me enfríen las manos y no se me vuelvan a calentar hasta setiembre y que los labios estén agrietados y al borde de explotar y que corran los chorros de sangre.
Hay dos cosas que hacen que me guste el frío: el té con leche y mi salto de cama.
No sé por qué, pero a nadie parece gustarle el té con leche. Tengo dos teorías: lo preparan mal o se lo daban de tomar de chicos sus abuelas, probablemente también mal preparado. Pero el té con leche no es una bebida para niños. Si nos dieran cerveza a los seis, probablemente de grandes tampoco nos gustaría. No se hace con cualquier té. Se prepara generalmente con tés de tonalidades cítricas como el clásico Earl Grey. Hay muchas leyendas de cómo fue que el buen amigo Conde de Grey, Primer Ministro Británico entre 1830 y 1834, fue a dar con la receta de este té, pero lo cierto es que como lo tomaba seguido, la gente de la época, cuando lo iba a comprar, decía: “dame del que toma el Conde de Grey” y ahí le quedó el nombre. 
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Gracias, Conde de Grey
Es una mezcla de té negro fermentado, que procede de la India o de la actual Sri Lanka (antiguamente Ceilán), aromatizada con aceite de bergamota. La bergamota es la fruta de una planta cítrica fragante, de la que se utiliza el aceite, extraído más de la piel que de la pulpa. El aceite esencial de mejor calidad se consigue de los frutos de Calabria, en el sur de Italia. Todo esto me es muy familiar porque mi padre es calabrés y mi abuela tenía un árbol de bergamotas en el fondo. La temperatura y el grado de adiposidad de la leche son fundamentales, por lo tanto, se debe agregar, a mi humilde entender, una nube de leche gorda fría. Así queda premium. Ir agregándole la leche a un té con leche tiene un efecto visual hermoso, tenés una tormenta amarronada en una taza. Para mí, el té con leche aporta felicidad.
Además, me gusta el invierno porque puedo usar mi prenda de vestir favorita: mi salto de cama. No sé si ya hablé de él en algún otro post en algún otro lado. Mis problemas de memoria hacen que una de mis preguntas más recurrentes sea “¿ya hablamos de esto?”. En fin, iba diciendo que mi salto de cama me aporta mucha felicidad. Creo que es simplemente un tema del tacto. Se siente muy bien a pesar de que me quede grande, tenga una mancha de agua jane bastante grande y que el capitoneado se esté deshilachando. Es bastante viejo, creo que era de mi madre. Y está bueno que me quede grande porque me puedo hacer bichito bolita y tengo mi propio capullo personal. Brinda la temperatura perfecta, ni mucho calor, ni poco. La verdad es que sabía que era prodigioso y lo amaba, pero ahora que enumero sus cualidades, les sugiero que se consigan uno. Si no tengo que salir de casa, no hay manera de que me lo saque.
Luego de mi redacción escolar “pensamientos para el té con leche y mi salto de cama”, procedo a lo que nos compete: la nada mismo y un poco de canciones desordenadas que ensalzan el frío y dan ganas de lo de siempre: estar guardado en el salto de cama, tomando té con leche y escuchando música. Salen como churros.
Confesiones de invierno de Sui Generis 
youtube
La cantamos con mis amigas en segundo de liceo en la clase de música. Era tipo una tarea. Afortunadamente no había celulares y no quedaba registro de ese tipo de cosas. Aunque me acuerdo que la profe nos grababa. Un peligro. También es un peligro escucharla si no estás bien arriba.
White Winter Hymnal de Fleet Foxes
youtube
Y si les pareció que es una canción muy dulce, van a hacer plop! cuando sepan que el sello que editó el primer disco de Fleet Foxes se llama Bella Unión. En fin.
Winterlong de Neil Young
youtube
Esta canción salió en el disco recopilatorio de 1977, Decade. Años más tarde la versionaron los Pixies. Lo que me pasa con las versiones de canciones de Neil Young es que siempre me quedo con las de Neil Young. No hay con qué darle.
Winter Winds de Mumford and Sons
youtube
Canción perfecta para una prometedora tarde de domingo de invierno. Todas las canciones parecen coincidir en que el invierno está ideal para abrigarte en los brazos de alguien. 
Invierno de Antonio Vivaldi
youtube
Hay cuatro estaciones y Vivaldi lo tenía claro. Metió un concierto para violín y orquesta para cada una, cosa de quedar bien con todos. Fue compuesto tipo por 1721. Cada uno de los conciertos tiene unos sonetos. Hay uno que termina:
“Siroco, Bóreas, y todos los vientos en guerra
Esto es el invierno, pero tal, que alegría nos trae”
Lo dijo todo.
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unmontondeages · 6 years
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Confesiones de invierno
Sí, luego de hacerse desear, el invierno llegó. A menos de una semana con temperaturas mínimas de un grado por debajo de los dos dígitos, la mayoría de la gente ya quiere que vuelva el verano. Yo no, yo me voy a confesar como persona con predilección por el invierno. Por más que se me enfríen las manos y no se me vuelvan a calentar hasta setiembre y que los labios estén agrietados y al borde de explotar y que corran los chorros de sangre.
Hay dos cosas que hacen que me guste el frío: el té con leche y mi salto de cama.
No sé por qué, pero a nadie parece gustarle el té con leche. Tengo dos teorías: lo preparan mal o se lo daban de tomar de chicos sus abuelas, probablemente también mal preparado. Pero el té con leche no es una bebida para niños. Si nos dieran cerveza a los seis, probablemente de grandes tampoco nos gustaría. No se hace con cualquier té. Se prepara generalmente con tés de tonalidades cítricas como el clásico Earl Grey. Hay muchas leyendas de cómo fue que el buen amigo Conde de Grey, Primer Ministro Británico entre 1830 y 1834, fue a dar con la receta de este té, pero lo cierto es que como lo tomaba seguido, la gente de la época, cuando lo iba a comprar, decía: “dame del que toma el Conde de Grey” y ahí le quedó el nombre. 
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Gracias, Conde de Grey
Es una mezcla de té negro fermentado, que procede de la India o de la actual Sri Lanka (antiguamente Ceilán), aromatizada con aceite de bergamota. La bergamota es la fruta de una planta cítrica fragante, de la que se utiliza el aceite, extraído más de la piel que de la pulpa. El aceite esencial de mejor calidad se consigue de los frutos de Calabria, en el sur de Italia. Todo esto me es muy familiar porque mi padre es calabrés y mi abuela tenía un árbol de bergamotas en el fondo. La temperatura y el grado de adiposidad de la leche son fundamentales, por lo tanto, se debe agregar, a mi humilde entender, una nube de leche gorda fría. Así queda premium. Ir agregándole la leche a un té con leche tiene un efecto visual hermoso, tenés una tormenta amarronada en una taza. Para mí, el té con leche aporta felicidad.
Además, me gusta el invierno porque puedo usar mi prenda de vestir favorita: mi salto de cama. No sé si ya hablé de él en algún otro post en algún otro lado. Mis problemas de memoria hacen que una de mis preguntas más recurrentes sea “¿ya hablamos de esto?”. En fin, iba diciendo que mi salto de cama me aporta mucha felicidad. Creo que es simplemente un tema del tacto. Se siente muy bien a pesar de que me quede grande, tenga una mancha de agua jane bastante grande y que el capitoneado se esté deshilachando. Es bastante viejo, creo que era de mi madre. Y está bueno que me quede grande porque me puedo hacer bichito bolita y tengo mi propio capullo personal. Brinda la temperatura perfecta, ni mucho calor, ni poco. La verdad es que sabía que era prodigioso y lo amaba, pero ahora que enumero sus cualidades, les sugiero que se consigan uno. Si no tengo que salir de casa, no hay manera de que me lo saque.
Luego de mi redacción escolar “pensamientos para el té con leche y mi salto de cama”, procedo a lo que nos compete: la nada mismo y un poco de canciones desordenadas que ensalzan el frío y dan ganas de lo de siempre: estar guardado en el salto de cama, tomando té con leche y escuchando música. Salen como churros.
Confesiones de invierno de Sui Generis 
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La cantamos con mis amigas en segundo de liceo en la clase de música. Era tipo una tarea. Afortunadamente no había celulares y no quedaba registro de ese tipo de cosas. Aunque me acuerdo que la profe nos grababa. Un peligro. También es un peligro escucharla si no estás bien arriba.
White Winter Hymnal de Fleet Foxes
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Y si les pareció que es una canción muy dulce, van a hacer plop! cuando sepan que el sello que editó el primer disco de Fleet Foxes se llama Bella Unión. En fin.
Winterlong de Neil Young
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Esta canción salió en el disco recopilatorio de 1977, Decade. Años más tarde la versionaron los Pixies. Lo que me pasa con las versiones de canciones de Neil Young es que siempre me quedo con las de Neil Young. No hay con qué darle.
Winter Winds de Mumford and Sons
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Canción perfecta para una prometedora tarde de domingo de invierno. Todas las canciones parecen coincidir en que el invierno está ideal para abrigarte en los brazos de alguien. 
Invierno de Antonio Vivaldi
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Hay cuatro estaciones y Vivaldi lo tenía claro. Metió un concierto para violín y orquesta para cada una, cosa de quedar bien con todos. Fue compuesto tipo por 1721. Cada uno de los conciertos tiene unos sonetos. Hay uno que termina:
“Siroco, Bóreas, y todos los vientos en guerra
Esto es el invierno, pero tal, que alegría nos trae”
Lo dijo todo.
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unmontondeages · 6 years
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unmontondeages · 6 years
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31 minutos de buena música
Corría el año no me acuerdo cuando llegué de trabajar del primer empleo que tuve. Hacía calor. Con mi hermana nos fuimos a mirar la tele al cuarto de mis padres, si bien “volver de trabajar” e “ir a mirar la tele al cuarto de mis padres” son dos oraciones que confunden al ir juntas. Uno no sabe si se trata de un niño o de un adulto, realmente. Digamos que estaba en transición. Y, a pesar de los años, sigo en transición.
Iba diciendo que con mi hermana nos fuimos a mirar la tele al cuarto de mis padres. Nunca tuvimos cable hasta un año antes de que me fuera de la casa de mis padres (se les fue vaciando el nido y lo llenaron con cable. Buen negocio. Aunque puedo dar fe de que al final del día sólo consumen unos pocos canales: la RAI, Film and Arts, Fórmula 1 HD y Más Chic donde pasan Casas frente al mar, que está de más. Es un programa de un inglés que recorre las costas más lindas y lejanas del Reino Unido descubriendo las mejores casas frente al mar. Es uno de los motivos por el cual visito a mis padres seguido porque yo, siguiendo la tradición familiar, no voy a tener cable hasta los sesenta años, si es que sigue existiendo el cable para ese entonces), así que sólo contábamos con la oferta televisiva de los cuatro canales de aire. Solíamos mirar el canal 5, hoy llamado Televisión Nacional. Estaban dando un programa de unas marionetas y títeres que hablaban con acento chileno. Y nunca más dejé de mirarlas. Hacían un noticiero bastante desopilante conducido por el excéntrico y egocéntrico Tulio Triviño y producido por el angelical, bueno y explotado laboralmente (por Tulio) Juanín Juan Harry. El espacio La nota verde, sobre ecología y medio ambiente, estaba a cargo del ludópata adicto a las carreras de caballos, mentiroso y mujeriego Juan Carlos Bodoque, el conejo rojo. Quien terminó viviendo en el contenedor de basura del canal donde se grababa el noticiero porque había apostado todo lo que no tenía a la yegua de sus amores, Tormenta China, que jamás ganaba. El noticiero también tenía una sección musical.  Hasta el día de hoy sigo escuchando las canciones del Ranking Top elaborado por el corrupto periodista de espectáculos, Policarpo Avendaño Hesschussel Pangel, que siempre ponía en el ranking alguna canción de uno de sus numerosos parientes. El noticiero en cuestión se llamaba 31 minutos. Y duraba 31 minutos.
Sin miedo a equivocarme, “Bailan sin cesar” es la mejor canción de todas las temporadas de 31 minutos, si  bien lucha por el primer puesto del podio con “Mi equilibrio Espiritual” de Freddy Turbina. Una oda al drama de sacarle las rueditas a la bici. Ese momento en que conseguís mantenerte en equilibrio y nunca más vas a volver atrás. Sin embargo, la característica intro electro ochentosa de la primera y el personaje de César, que golpea a la gente al bailar, han dejado un recuerdo imborrable en nuestros oídos y ojos, por lo que corono a “Bailan sin cesar”. Estaba interpretada por LLUEHHHB (Latidos Latinos Urbanos Emergentes Hip-hop Hermano Brother). Ains… (onomatopeya de suspiro), este humor sí que me causa gracia.
youtube
Otra de las canciones que siempre tocó particularmente mi corazón es “La regla primordial”. Siempre me causaron empatía los que tratan de encajar y al final se dan cuenta de que no es necesario. Las estrofas finales de la canción rezan (nunca entendí por qué se dice así, ni que fuera sermón): siempre vamos a la búsqueda de nuevas emociones, nunca hacemos algo que no nos parezca original. Es la regla primordial, que nos mantiene con vida, y ahora que eres de los nuestros nunca más te aburrirás.
youtube
Pero una de mis favoritas es “Mi castillo de blanca arena (Con vista al mar)” de Gary González.  Y no debe ser casualidad que me guste esta canción y Casas frente al mar. O es mucha casualidad. Quién sabe. Pero sí que ambas cosas me transportan a como si tuviera una casa, no construida de blanca arena íntegramente, pero seguro que hay algún porcentaje de arena en su construcción; con vista al mar, con amigos, mientras un pingüino toca su trombón (¿?). Y en este caso me gustaría que escucharan la versión de Jorge González Ibarra (¿será algo de Gary?), más conocido como Siddhartha. Es un mexicano que transforma el encanto aniñado y melancólico de los chilenos en puro indie melancólico. La melancolía es lo que no cesa acá.
youtube
Y para terminar, una recomendación y un himno. La recomendación: “Yo opino” de Joe Pino. Canción dedicada al opinador consuetudinario, más o menos concienzudo, pero respetuoso de la opinión ajena. Y el himno: “Yo nunca vi televisión (y luego sí, pero después no)”. Todo el elenco del noticiero la interpreta y advierte de las desgracias de tener un televisor (yo lo vivo en carne propia; después de dos años sin televisor me compré uno y realmente es muy fome, o sea, aburrido), lo cual resulta contraproducente para los intereses del propio programa, porque si nadie tiene televisor nadie podría sintonizarlos, y eso me resulta muy convincente.
youtube
Háganle escuchar a sus hijos e hijas, amigos y amigas, madres y padres, abuelas y abuelos, compañeras y compañeros de trabajo 31 minutos. Y también pónganle los videos, la película y los recitales. Es bueno para todos y todas. Recomendado por mí (como si fuera un sello de garantía o algo así).
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unmontondeages · 6 years
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31 minutos de buena música
Corría el año no me acuerdo cuando llegué de trabajar del primer empleo que tuve. Hacía calor. Con mi hermana nos fuimos a mirar la tele al cuarto de mis padres, si bien “volver de trabajar” e “ir a mirar la tele al cuarto de mis padres” son dos oraciones que confunden al ir juntas. Uno no sabe si se trata de un niño o de un adulto, realmente. Digamos que estaba en transición. Y, a pesar de los años, sigo en transición.
Iba diciendo que con mi hermana nos fuimos a mirar la tele al cuarto de mis padres. Nunca tuvimos cable hasta un año antes de que me fuera de la casa de mis padres (se les fue vaciando el nido y lo llenaron con cable. Buen negocio. Aunque puedo dar fe de que al final del día sólo consumen unos pocos canales: la RAI, Film and Arts, Fórmula 1 HD y Más Chic donde pasan Casas frente al mar, que está de más. Es un programa de un inglés que recorre las costas más lindas y lejanas del Reino Unido descubriendo las mejores casas frente al mar. Es uno de los motivos por el cual visito a mis padres seguido porque yo, siguiendo la tradición familiar, no voy a tener cable hasta los sesenta años, si es que sigue existiendo el cable para ese entonces), así que sólo contábamos con la oferta televisiva de los cuatro canales de aire. Solíamos mirar el canal 5, hoy llamado Televisión Nacional. Estaban dando un programa de unas marionetas y títeres que hablaban con acento chileno. Y nunca más dejé de mirarlas. Hacían un noticiero bastante desopilante conducido por el excéntrico y egocéntrico Tulio Triviño y producido por el angelical, bueno y explotado laboralmente (por Tulio) Juanín Juan Harry. El espacio La nota verde, sobre ecología y medio ambiente, estaba a cargo del ludópata adicto a las carreras de caballos, mentiroso y mujeriego Juan Carlos Bodoque, el conejo rojo. Quien terminó viviendo en el contenedor de basura del canal donde se grababa el noticiero porque había apostado todo lo que no tenía a la yegua de sus amores, Tormenta China, que jamás ganaba. El noticiero también tenía una sección musical.  Hasta el día de hoy sigo escuchando las canciones del Ranking Top elaborado por el corrupto periodista de espectáculos, Policarpo Avendaño Hesschussel Pangel, que siempre ponía en el ranking alguna canción de uno de sus numerosos parientes. El noticiero en cuestión se llamaba 31 minutos. Y duraba 31 minutos.
Sin miedo a equivocarme, “Bailan sin cesar” es la mejor canción de todas las temporadas de 31 minutos, si  bien lucha por el primer puesto del podio con “Mi equilibrio Espiritual” de Freddy Turbina. Una oda al drama de sacarle las rueditas a la bici. Ese momento en que conseguís mantenerte en equilibrio y nunca más vas a volver atrás. Sin embargo, la característica intro electro ochentosa de la primera y el personaje de César, que golpea a la gente al bailar, han dejado un recuerdo imborrable en nuestros oídos y ojos, por lo que corono a “Bailan sin cesar”. Estaba interpretada por LLUEHHHB (Latidos Latinos Urbanos Emergentes Hip-hop Hermano Brother). Ains… (onomatopeya de suspiro), este humor sí que me causa gracia.
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Otra de las canciones que siempre tocó particularmente mi corazón es “La regla primordial”. Siempre me causaron empatía los que tratan de encajar y al final se dan cuenta de que no es necesario. Las estrofas finales de la canción rezan (nunca entendí por qué se dice así, ni que fuera sermón): siempre vamos a la búsqueda de nuevas emociones, nunca hacemos algo que no nos parezca original. Es la regla primordial, que nos mantiene con vida, y ahora que eres de los nuestros nunca más te aburrirás.
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Pero una de mis favoritas es “Mi castillo de blanca arena (Con vista al mar)” de Gary González.  Y no debe ser casualidad que me guste esta canción y Casas frente al mar. O es mucha casualidad. Quién sabe. Pero sí que ambas cosas me transportan a como si tuviera una casa, no construida de blanca arena íntegramente, pero seguro que hay algún porcentaje de arena en su construcción; con vista al mar, con amigos, mientras un pingüino toca su trombón (¿?). Y en este caso me gustaría que escucharan la versión de Jorge González Ibarra (¿será algo de Gary?), más conocido como Siddhartha. Es un mexicano que transforma el encanto aniñado y melancólico de los chilenos en puro indie melancólico. La melancolía es lo que no cesa acá.
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Y para terminar, una recomendación y un himno. La recomendación: “Yo opino” de Joe Pino. Canción dedicada al opinador consuetudinario, más o menos concienzudo, pero respetuoso de la opinión ajena. Y el himno: “Yo nunca vi televisión (y luego sí, pero después no)”. Todo el elenco del noticiero la interpreta y advierte de las desgracias de tener un televisor (yo lo vivo en carne propia; después de dos años sin televisor me compré uno y realmente es muy fome, o sea, aburrido), lo cual resulta contraproducente para los intereses del propio programa, porque si nadie tiene televisor nadie podría sintonizarlos, y eso me resulta muy convincente.
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Háganle escuchar a sus hijos e hijas, amigos y amigas, madres y padres, abuelas y abuelos, compañeras y compañeros de trabajo 31 minutos. Y también pónganle los videos, la película y los recitales. Es bueno para todos y todas. Recomendado por mí (como si fuera un sello de garantía o algo así).
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