Tumgik
sebastianzapata · 2 years
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Reforma tributaria: entre la impopularidad y la necesidad
Empezó el gobierno del “cambio”. Después de dos semanas el suspenso se mantiene: ¿ese cambio va ser positivo o negativo? Desde luego, muchas voces se alzan y piden mayor paciencia y aplomo para emitir cualquier juicio de valor: “el cambio no llegará en tan poco tiempo de mandato, no se trata de una solución mágica”.  
Les confieso, soy de los que han tenido una posición expectante sobre lo que va a realizar este nuevo gobierno, especialmente en el frente económico, las reformas que presentará y la confianza que generarán dichas reformas. No me considero opositor ni tampoco gobiernista, simplemente un ciudadano independiente que desea celebrar los triunfos de este gobierno a su vez triunfos del país, pero que asimismo debe alzar su voz en los aspectos que considere. Por ello, creo que se debe esperar un tiempo prudente para opinar sobre lo que va resultando de las otras reformas que se presentarán. Así lo haré. 
Lo que no se puede reducir, por el momento, es la especulación producto de la lucha de voluntades entre los viejos sectores ―quienes van a seguir peleando con vehemencia por el poder— y los sectores políticos entrantes que ganaron las elecciones. A los últimos les espera una situación inédita: ya no son oposición del gobierno, ahora deben gobernar. 
Por cierto, el poder no se obtiene estrictamente al ganar unas elecciones, digamos que esto solo asegura partir de primero en la carrera, lo que no significa llegar victorioso a la meta. Además, el poder es pragmático, no debe romantizarse: pues mantener el poder es una contienda que se tiene que librar hasta el último día. Como un amigo cercano me decía, “el poder no se gana, se arrebata”. 
Entonces, tal parece que este llamado cambio escora hacia el modelo económico (aumento del gasto estatal), más que en la forma de hacer política, porque ya lo que hemos visto en apenas unos días: se mantiene el fenómeno de la mermelada, beneficios para algunos sectores y tráfico de influencias. Lo anterior ha sido el común denominador en Colombia. Lo curioso es que quienes impugnaban ayer dichas prácticas, hoy las excusan como mal necesario para alcanzar objetivos virtuosos.  
Delineado lo anterior, me gustaría empezar por la discusión económica, no por la política, insisto, esa la dejaré a un lado y que sea el electorado y las instituciones de control las que hagan el trabajo. En consecuencia, veo oportuno empezar por lo técnico. Hablemos un poco de la reforma tributaria. 
Con carácter de urgencia fue presentado el documento, nomás empezó este gobierno, que cambiará las reglas de juego (este es el motivo por el que me tardé una semana adicional para realizar la publicación de este blog, estaba terminando de estudiarla). El nuevo paquete tributario aún parece no tener muchos puntos claros, y más bien parece un sutil laberinto que tiene como intención generar confusión. Aventurémonos en señalar algunos articulados de manera general. Seguramente identificarás aquí los más mediáticos y polémicos. 
Veamos, efectivamente la reforma cumple la promesa de campaña hecha por el entonces candidato de gravar a los más ricos, y aunque en términos generales cualquiera puede pensar que esto es bueno, hay que ser muy cuidadosos en la lectura, vigilar la doble tributación, por citar un ejemplo, ya que, si pagar más impuestos desincentiva la generación de riqueza, la doble tributación exorbitante es catastrófica para la confianza inversionista. 
Por otro lado, si bien afecta a los más ricos ―no se discute―, lo malo es que también afectará a los más pobres, pues, aunque no existen tributaciones sobre renta (ingresos) para las capas sociales más bajas, si lo habrá para productos de consumo popular. Dicho lo cual, el impacto es inequívocamente trasversal. Para ilustrar de mejor manera lo anterior, tomemos a consideración los siguientes ejemplos del clamor de diferentes gremios y comunidades. 
Hablemos de canasta familiar, un tema con temperatura elevada por estos días. Hace poco la OCDE publicó una estadística inquietante, a la que llamaremos de manera coloquial ranking de países con mayor índice de inflación en sus alimentos. Colombia ocupa un tercer puesto, solo siendo superado por Turquía y Lituania. Cuatro renglones más abajo se asoma Chile. Así las cosas, preocupa cualquier nuevo impuesto que afecte, directa o indirectamente, los alimentos. 
Indirectamente gravados, por ejemplo, las lentejas, los fríjoles, las hortalizas, tubérculos y toda la familia de alimentos nutritivos y orgánicos, entre muchos productos básicos de la canasta familiar, aunque no están gravados ellos como tal, sí otros elementos necesarios para su producción, como los paquetes en los que se realiza su presentación para la venta final.
De lo anterior se desprende una verdad que podemos reconocer a leguas: Naturalmente, el incremento de precio en algunos insumos para producir o vender cierto alimento, producto del gravamen, de seguro se verá reflejado en el precio final que pagará el consumidor. Con todo, se sigue asegurando, con cierta tozudes, que dichos impuestos solo afectarán a los grandes capitales.
Ahora, volvemos a los “alimentos”. Todos sabemos que el emblemático Chocoramo, por mencionar un ejemplo, no se escapará de un eventual gravamen (Aquí viene a cuento los azucarados y ultraprocesados, quienes nunca pasaron la prueba de “alimentos”: se quemaron en el crisol de los alimentos saludables, por lo que estoy muy de acuerdo la afectación a dichos productos); es legítimo afirmar que dicho producto no hace parte de la pirámide nutricional. En ese sentido, habrá decenas de otros productos con características similares que entran como candidatos a gravar. 
Sin embargo, y a pesar de los alegatos de salud, sí afectarán a los menos acaudalados, ya que el producto será directamente gravado por su naturaleza (azucarado o ultraprocesado). Al final los más pobres pierden capacidad de compra, hay menor consumo; en resumen, es un impuesto indirecto, pero impuesto, al fin y al cabo, ya que las empresas, apostemos por ello, no se harán cargo si no que trasladarán a sus consumidores los correspondientes aumentos de precio. Termina siendo casi lo mismo que aumentar el IVA, pero con diplomacia.
No obstante, en algo sí estoy de acuerdo (como les decía anteriormente), y es que a un porcentaje amplio del espectro de productos a los que se les aplicará estos impuestos, por atentar contra la salud de los colombianos, (las bebidas gaseosas, los productos azucarados o los embutidos), había que gravarlos desde hacía rato, porque al final le costaron, y le están costando, más al sistema de salud del país que lo que beneficia tener sus precios bajos. El actual ministro de Educación, en calidad entonces de ministro de Salud, con quien tuve la oportunidad de discutir estos temas, ya había iniciado esa gesta, pero fue desatendido. Juzguen ustedes.  
Observado todo lo anterior, ¿cómo evitar el impacto trasversal de los impuestos? Esto es algo muy complejo, si consideramos que toda medida tributaria deriva en una afectación secundaria o terciaria. Pero se puede hacer una mejor tarea para mitigar el impacto, es decir, gravar progresivamente, invitar a la discusión a los afectados: gremios grandes y pequeños por igual que viven de la venta de estos productos y generan empleo y riqueza, por mencionar algunas opciones. Y cómo les digo, no hablo solo de los grandes productores si no de los empresarios pequeños también, como los tenderos que se verían gravemente afectados, o hasta los miles de vecinos que derivan su sustento de la venta de comidas rápidas. 
En acuerdo con lo último, ya Acodrés (Asociación Colombiana de Restaurantes) sentó su voz de preocupación (pero sin ser atendida por el gobierno). El gremio considera que el gravamen a azucarados y ultraprocesados lesiona sensiblemente los insumos de los que se derivan populares preparaciones de alto consumo en la nación, esto es, tradicionales negocios de barrio y ciudad como panaderías, pastelerías, heladerías, y hasta pequeños puestos de comida rápida deberán asumir el costo, o trasladarlo al consumidor final. Todos sabemos lo que ocurrirá. Por favor, escuchémoslos y planteémosles alternativas. 
¿Toda esta discusión se subsume en desacuerdos por comida chatarra o plásticos? No tan rápido. También es necesario observar a vuelo de pájaro el polémico artículo sobre la eliminación de los beneficios al precio de la gasolina de frontera. ¿Por qué tanto revuelo? Desde 1995 esta gasolina está exenta de pagar impuestos, en aras de promover el desarrollo y bienestar fruto de la comercialización de productos binacionales, o para fomentar la comercialización al interior de alimentos producidos, por ejemplo, en Nariño. Dicho sea de paso, las voces de protesta mas notables se sintieron precisamente en el departamento mencionado, donde el actual presidente arrasó en segunda vuelta. Así las cosas, la afectación al bolsillo de los habitantes en la frontera oriental, nororiental colombiana, y del sur, (Amazonas, Nariño, Putumayo), también podría ser asumida por los consumidores del interior que se benefician de productos transportados desde estos territorios. 
En fin, el panorama pinta así: nos encontramos de cara a una reforma tan ambiciosa como la que originó el estallido social. Al parecer, esta reforma ha sido diseñada con el fin de recaudar más para gastar más (y ojo, que más gasto estatal es lo mismo que menos inversión privada y viceversa); pero, tal como lo veo, no beneficia de manera sustantiva a algún sector económico. Aquí solo se quiere aumentar el gasto. Presidente, ¿dónde queda el incentivo para producir e invertir más?
Al modelo presentado (Estado cada vez mas grande) siempre he sido contrario y he interpuesto respetuosa oposición; pero ello no es definitivo para reconocer que no hay verdad absoluta y más cuando las culturas juegan un papel tan importante a la hora de determinar el éxito o no de los modelos. Como les decía en otra publicación, desde lo técnico la razón nos dice una cosa, pero eso conjugado con lo social genera un resultado muy diferente, y en eso, en lo social, solo conociendo las diferentes realidades de primera mano, es cuando se tiene potestad para hablar o de divulgar verdades.
Parece que en el congreso y en el país, hay ambiente para que esta reforma salga avante, claro con algunas modificaciones (como la prometida por un Senador del partido de gobierno para no afectar a la industria creativa incentivada por el anterior mandato). En las urnas, las mayorías se hicieron oír, seguramente conocedoras de esa otra realidad del país, que en algunos casos desconozco. Pidieron un cambio, y es lo que hay que darles, por eso prefiero callar en otros aspectos y esperar resultados por respeto a la diversidad del país que respaldó al actual presidente, esperando, eso sí, que el modelo que resultó ganador, sea el correcto aun si yo no tengo razón.  
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sebastianzapata · 2 years
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La victoria ama a los preparados
Iniciar cada publicación no es tarea fácil, es más, creo que es la parte más difícil de cada entrada, pues realizar esa primera conexión es un reto significativo. Es algo similar a cuando estás a punto de subir a un escenario para hablar en público; es arduo, pero una vez te conectas, puedes continuar por horas, o en este caso durante bastantes renglones. Pues bien, aquí vamos.
En esta oportunidad, el tema que debemos tratar, de acuerdo a la secuencia que hemos venido trabajando, es el del emprendimiento. A propósito de este sistema de crecimiento personal y empresarial hay algunas inquietudes que se repiten a menudo, entre ellas, ¿cómo puedo lograr mis objetivos? ¿cómo puedo hacer realidad mis proyectos?
Pues bien, resulta que la respuesta es demasiado extensa y profunda (al igual que las premisas de “invierte en ti” y todo eso) como para contarte en apenas unos renglones, y aunque creo que el conjunto de todas las publicaciones siguientes son la respuesta larga, para efectos prácticos esta vez te voy a dar un solo tip, uno muy importante, el determinante, ya que estamos en plan de ir al grano (además, porque le prometí a algunos amables críticos que las publicaciones serían más concisas): la rutina, la respuesta es la rutina.
No existe nada más importante en términos prácticos para alcanzar tu meta que lograr estructurar una rutina que puedas cumplir. Esto es lo que te llevará a alcanzar tus objetivos. Punto. 
En internet puedes encontrar mil formas de estructurar tu rutina, y a todos nos puede funcionar algún método u otro, pero en esta oportunidad te quiero contar que después de probar muchas formas esta es la que más me ha funcionado. Y este no es un método por sí mismo, de hecho, es la recopilación de muchos métodos de los cuales extraje lo que consideré mejor. Veamos pues a qué me refiero.
Primero, lo que debes hacer es definir cuáles son las actividades que debes realizar a lo largo de la semana, y definir con qué periodicidad las vas a realizar, por ejemplo, trabajar, hacer ejercicio, leer, meditar, estudiar o dedicarle espacio a ese proyecto nuevo que llevas tanto tiempo queriendo iniciar y que “por falta de tiempo” no lo has llevado a cabo. De suerte, cuando tengas un espacio definido en tu agenda y la cumplas a cabalidad, ahora sí vas a poder empezar a materializar tal proyecto o finalizar ese libro que tienes empezado hace meses. Te lo aseguro.
Una vez entonces tengas claras cuáles son esas obligaciones que te van a ocupar sí o sí una parte de tu día, y además tengas claras esas actividades que deseas realizar para cumplir con tus objetivos personales, entonces estarás listo para empezar a organizar tu rutina.
Y he aquí lo que más me ha funcionado: estructurar mi rutina o agenda por módulos. Imagino que debes estar preguntándote ¿qué es eso? ¿con qué se come? No te preocupes, es sencillo, solo se trata de generar bloques a los que les dediques cierta prioridad, por ejemplo, en las mañanas al levantarte vas a tener un bloque de cierta cantidad de tiempo para trabajar en algunos aspectos de ti, tales como meditar, orar, hacer ejercicio u otras actividades que definas a discreción.
Otro módulo va a ser el de los 'preparativos para asistir al trabajo', después, otro modulo grande de trabajo, posteriormente uno de, nuevamente, actividades para ti o tu familia, y así de manera sucesiva. Ojo a esto: en cada módulo específicas qué actividades quieres realizar y cuánto tiempo les vas a dedicar a cada una con algo de tiempo extra para no andar corriendo. Ese tiempo extra es tan importante que incluso puede significar eliminar algunas actividades si es el caso, esto con el propósito de que te cuadren los tiempos según tus apretadas obligaciones.
¿Por qué este método funciona? Pues mira, por la flexibilidad y la motivación que te otorga un enfoque. Un aspecto muy importante de las rutinas es la flexibilidad, estar relajados y contentos de realizar las actividades es fundamental, cuando sigues una agenda al pie de la letra solo por cumplir con esos objetivos en el largo plazo no estás haciendo nada, debido a que estás sacrificando tu salud, física y mental, por el corto plazo. Es ahí cuando te salen esas prematuras canas justo en la primavera de los 20, empiezas a desarrollar tics nerviosos, o peor, tu maltratado sistema se expresa a través de enfermedades como el síndrome de colon irritable, u otras peores. 
Eso no lo queremos, ¿cierto? Por eso es que en el caso de que deseemos suprimir cierto bloque, e ir continuando con el siguiente, lo podemos hacer; y está bien, porque este método nos va a permitir que este pequeño salto en tu rutina no signifique sacrificar el resto del día. Insisto, una rutina tiene que traer armonía a tu día, ¡que te encamine a cumplir tus objetivos sin dejar de vivir! 
Y tal como te expresaba con anterioridad, desarrollar una rutina por bloques contribuye a mantenerte enfocado, y ya que sí decidiste realizar ese bloque, te mantendrás concentrado, sabes que dispones del tiempo y puedes disfrutar sin afanes al cumplir cada tarea.
Lo anterior es solo para organizar una agenda flexible y mantener la concentración. Ahora, ¿cómo se puede mantener la motivación para lograr cumplir a cabalidad esta rutina que ya estructuramos? Ponerme retos es lo que más me ha funcionado, y utilizo una muy buena estrategia. (Atentos, que en el párrafo por venir te entrego la estrategia más importante de este post).  
Vas a poner esas actividades principales como hacer deporte, leer, estudiar, meditar o las que sea que consideres más importantes, y que no has podido cumplir, sea la razón que sea (esas en las que quieres hacer más énfasis, esas a las que deseas constituirlas como hábitos naturales en tu vida), en un cuadro donde esté cada día de la semana. Así que ubicas cada una en los días que, según tu rutina, las debas realizar; a cada actividad le pones un valor del 1 al 3 en acuerdo con la importancia que les des (siendo el 1 el menor valor y el 3 el mayor valor), e igualmente en consonancia con el grado de dificultad que signifique para ti este hábito.  
Observa este ejemplo: a tus actividades deportivas le otorgas 3 puntos, leer 2, y así sucesivamente, y al cumplir la realización de la actividad en tu día a día puedes sumarte los puntos que vale dicha actividad, al final de la semana vas a sumar el total de puntos que obtuviste y vas a evaluarte y premiarte (para motivarte) de la siguiente manera: si logras el 100% de los puntos puedes relajarte un poco el fin de semana; incluso, puedes darte un pequeño premio, ese gustico que quieres darte hace tiempo y no lo has recibido porque no sientes que lo mereces. Pues bien, ahora sí que te lo mereces, ¡dátelo!
Si no logras el 100% de los puntos debes fijarte un rango al cual es igualmente aceptable llegar. Mi rango aceptable es del 75% al 99%. Ahí me permito relajarme un poco el fin de semana, comer esa hamburguesa o dulce preferido y festejarme el logro, pero nada de premios, esos son solo para el 100%. Y, por último, si quedas por debajo de ese rango aceptable, es decir, por debajo del 75% del total de puntos, debes “ponerte en cintura”, no premios, no hamburguesas, nada de esas cosas extra que te encantan.
Ya para despedirnos, reitero lo siguiente: una rutina tiene que estar construida armoniosamente, es decir, debe generarte alegría poder desarrollarla, de lo contrario, como te lo decía, puede terminar estresándote y llevándote a concluir que todo este ejercicio es fútil, así, terminas desistiendo. Esa no es la idea, por eso debe de ser armoniosa, flexible y al final debes siempre premiarte por esos pequeños logros de cada semana, esos que logras cumplir a cabalidad o por estar dentro del rango aceptable.
Tip bonus: cuando empezamos este loco viaje de escribir entradas en un blog, te había dicho que uno de mis propósitos para mantenerme constante en las publicaciones de este, era tener socios corresponsables, es decir, esas personas aliadas, bien sea tu pareja, familia o amigos, que conocieran nuestros objetivos, y que nos supervisaran a cumplirlos, pues uno de los temores más grandes del ser humano es el escarnio público. Si logramos conseguir que estos socios nos apoyen y alienten, por nuestra parte, nos veremos más motivados a cumplir. Y lo haremos. Consigue esos socios corresponsables. Mis socios son ustedes, los lectores.  
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sebastianzapata · 2 years
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7 de agosto: entre la incertidumbre y la esperanza
Quiero confesarles algo: una de mis metas al involucrar lo político dentro de las publicaciones de este blog, ha sido ser lo más objetivo posible en mis análisis acerca de los temas de interés nacional. Parece ser un buen momento para poner a prueba este compromiso. ¿No creen? Aquí vamos. 
El primer hecho político, o hecho de interés general, desde la última publicación fue la elección del presidente de la república para el próximo cuatrienio. Tal parece que pasamos de un extremo a otro. Al menos teóricamente.
Empecemos hablando un poco del gobierno del presidente saliente. Este fue un gobierno de aciertos y desaciertos, como todos, pues aparte de un interés personal, los gobernantes en general siempre quieren hacer el bien, por lo menos desde su perspectiva. Para mí, los desaciertos estuvieron marcados por su inexperiencia, falta de autoridad, ademas de falta de canales apropiados de escucha e interlocución con el pueblo y sus sectores. Adicional a todo esto le faltó suspicacia en el manejo político, lo que le costó su popularidad y el respaldo. 
Así las cosas, se dedicó a mejorar lo bueno y a perpetuar lo malo, esto último por su falta de liderazgo para realizar cambios. Al parecer, el actual presidente electo interpretó bien los sentimientos de inconformidad de la población y los capitalizó para lograr lo que siempre había anhelado ―casi como un capricho o una obsesión—, estar al mando del poder ejecutivo de NUESTRA nación.
Hace solo unos renglones dije que habíamos pasado de un extremo al otro con esta elección, pero solo a modo teórico, porque créanlo o no, y a pesar de algunos desmanes propios de la politiquería, la democracia en nuestro país funciona, y la democracia hace que los líderes converjan casi siempre, en un punto medio (cosa demostrada en el gabinete elegido por Petro, que es mixto frente a los espectros políticos) donde al final, deberá gobernar con todos. Cuando menos, los sectores perdedores tienen instrumentos propios generados por la evolución de nuestra democracia, mecanismos que les otorgan voz y voto. Esperamos que los contrapesos democráticos otorguen esas garantías. 
Sin embargo, no podemos desconocer que para muchos colombianos, empresarios en especial, existe un alto nivel de incertidumbre con la llegada del nuevo gobierno electo que tomará posesión a partir del próximo 7 de agosto. Y no es un hecho menor, siempre que el pasado del presidente electo desconcierta y los mensajes que ha enviado, después de resultar elegido, no han sido los más apropiados: control de la tasa de cambio; reformas necesarias pero demasiado bruscas como la de la salud, el campo, la justicia, las pensiones y, la peor, una reforma económica muchos más ambiciosa que la que generó el estallido social de hace un año. 
Todo lo anterior asusta, pero quienes creemos en la democracia, creemos que las instituciones estarán a la altura, para así evitar cambios profundos que atenten contra lo que se ha construido. Confiamos en que esta nueva visión también pueda estar a la altura de todo intento de desviación y pueda darle el enfoque moderno a los diferentes sistemas que necesitan evolucionar, por lo menos intentarlo, ya que no sabemos si la visión que entra al palacio efectivamente va a ser la “verdad revelada” que dice ser. Como siempre lo he dicho, las visiones que parecen ser ideales y lógicas, no son necesariamente las que obtienen los mejores resultados, pues el éxito de estas depende de la capacidad de acomodación de las sociedades a las mismas, es decir, son realmente las personas y la cultura de un país, las categorías que terminan definiendo si cierta visión funciona o no, y no propiamente la vision como tal. 
Pero ojo, no todo es catastrófico, al contrario, a pesar de que tengo mis reservas sobre realizar cambios bruscos en vez de paulatinos, conservo algo de fe en todo esto. Hay que abonarle al mandato entrante que está tratando de formar un equipo como lo había concebido, de centro, mixto, y que además es experimentado. Lo anterior puede ayudar a converger y recoger ideas de todos los sectores para generar cambios reales, que es el objetivo principal de este nuevo gobierno, (insisto, ojalá respetando lo construido) y donde por fin se desarraigue a los mismos de siempre, esos que no quieren bajarse de los escaños de poder, y que no permiten que el país avance a paso firme.  
Y con lo anterior, no me refiero a que pondremos fin a los corruptos, porque les aseguro, estos permanecerán, pues estoy convencido que simplemente llegarán otros nuevos solo que con otra ideología, pero corruptos, al fin y al cabo, y por supuesto, otros que ya estaban se acomodarán para seguir robando. Es un tema cultural y de justicia real, más que de espectro ideológico. En fin, no me refiero a esos, me refiero a los que no permiten que la nación avance, creando barreras que impiden la democratización de instrumentos como el acceso al crédito, o la tecnología, o simplemente poniendo trabas al que quiere salir adelante. 
Esos sujetos nunca entendieron realmente que una clase media, empoderada, podía hacerlos más ricos a ellos y a todos. En contraste, prefieren ser los capataces de una finca pobre para ser solo ellos.
En conclusión, a pesar de que tengo mis reservas sobre lo que puede ser el nuevo gobierno, también tengo mi esperanza de que este será un gobierno que, además de respetar la democracia, puede generar condiciones de oportunidad y equidad. Es posible implementar un capitalismo real, y no uno de rosca como el que hay actualmente, uno que nos permita emprender, generar riqueza y, sobre todo, que conduzca a un Estado de bienestar, si no, por lo menos un sistema económico y político que pueda generar unas condiciones mínimas de dignidad, ojalá sin quitarle a unos para darle a otros, si no al contrario, generando, como lo decía antes, mas riqueza para todos. 
Creo que este gobierno lo puede lograr, siempre y cuando haga a un lado cualquier interés revanchista o no se permita asomos de complejo de superioridad producto de un ego que no reconoce otras voces.
Presidente Petro, como muchos colombianos, no aspiro a ser el palo en la rueda, desde la independencia aplaudiré lo bueno, alzaré mi voz en lo que considere equivocado, pero todo desde la objetividad y la concordia. Buen viento y buena mar. ¡Primero Colombia!
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sebastianzapata · 2 years
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Ocho consejos para leer más y no dormirte en el intento
Las líneas que leerás a continuación encarnan la tercera publicación del blog, pero es la primera que estará enfocada en el aspecto que quizás puede interesar más al público y, debo confesar, que más me apasiona: emprendimiento.
Hace días subí una publicación a mi Instagram —de paso aprovecho y les dejo mis redes sociales al final de esta publicación para que nos sigamos y compartamos más sobre todos estos temas— sobre algunos tips que he implementado para poder ser constante en el hábito de la lectura, desde luego, uno de los hábitos más importantes que se pueda cultivar.
Las reacciones fueron satisfactorias, recibí algunos comentarios solicitando que se ampliara la información sobre estos tips; así que decidí, gracias a la gran acogida, que este fuera el primer tema sobre emprendimiento. Empecemos afirmando, de manera categórica, que la lectura no solo hace parte del crecimiento personal, sino que también debe considerarse piedra angular de toda empresa humana.
Delimitado lo anterior, definamos lo que es un emprendedor. A mi juicio, es una persona que está en constante reflexión de sí mismo y de su entorno, esto con el fin de evolucionar como individuo y a la vez proponer soluciones asertivas de cara a los retos del día a día. Para mí todo esto se resume en ser conscientes y creativos.
Así, la lectura sin duda impacta de manera significativa estas variables mencionadas, variables que describen a cabalidad a un emprendedor; de suerte, la lectura nos permite aprender y desaprender; y al ser constantes con dicho ejercicio, nos permite ver lo que otros no ven. Vale la pena reforzar esta idea: un buen lector es casi sinónimo de un buen emprendedor, en consecuencia, un buen lector está más cerca de desarrollar un emprendimiento exitoso.
Ya entendiendo la importancia de la lectura que por cierto es mucho más que solo lo anterior, pero que para efectos prácticos del tema que se quiere tratar en este blog lo dejaremos hasta ahí, vamos ya al grano, es decir, empecemos de una vez por todas con los tips que más me funcionaron para adoptar este hábito de la lectura.
Primero, empieza leyendo libros que no superen las 250 páginas, que sean de fácil digestión (puedes identificarlos por recomendaciones de tus amigos o por los comentarios en las páginas web donde los compres) y, por supuesto, que sean temas de tu interés.
Evalúa los libros que lees, si has avanzado hasta en 1/3 del libro, y no logras conectarte con ellos, cámbialos, no te preocupes, Jorge Luis Borges te daría el mismo consejo; caso contrario, si fuerzas la lectura es posible que quieras evitarla. Con el tiempo, cuando ya tengas el hábito marcado y puedas leer textos más complejos, y no me refiero si no a la forma como están escritos, con toda seguridad encontrarás el mismo libro más atractivo.
Segundo, el tiempo: el standard aconsejable para empezar es leer entre 30 minutos y una hora al día. Pero he aquí el consejo más importante que puedo darte, cambia esas largas jornadas e intenta esto: lee en sesiones que abarquen solo 10 páginas, trata de hacer mínimo una sesión al día y máximo dos, pero debes hacerlo mínimo seis días a la semana, es decir, descansas un día a la semana (esto además te incentiva a leer de nuevo y evitas la fatiga), los otros días es imprescindible que tengas mínimo una sesión.
Mira, en promedio un lector se despacha una página en un lapso de un minuto treinta segundos y dos minutos treinta segundos; así que supongamos que eres ese lector promedio, deberías leer, cuando menos, una página en dos minutos o menos, es decir, las 10 páginas, con toda calma, las lees en máximo 20 minutos.
Este es el único tiempo que vas a invertir en lectura al día, o 40 minutos si haces hasta dos sesiones, generalmente una sesión de 10 páginas en la mañana y otra en la noche, cada una te exigirá apenas 20 minutos, ¿muy poco no?. Recuerda que en el primer tip te dije que leyeras libros de máximo 250 páginas, pues bien, leyendo 10 páginas diarias, o sea, haciendo una sola sesión, podrás leer mínimo un libro al mes, 12 al año. Es un maravilloso comienzo, ya estás muy por encima del promedio nacional que se sitúa en apenas tres o cuatro libros, ¡al año! Imagínate si hicieras dos sesiones al día.
Tercero, ten identificado un momento del día dentro de tu rutina para la lectura, si no tienes una rutina establecida, o si no separas ese espacio dentro de la misma, es posible que nunca tengas tiempo para leer y así no vas a capitalizar este importante hábito. En publicaciones siguientes hablaré un poco sobre la importancia de la rutina, para mí, la herramienta mas poderosa a la hora de acercarte realmente a tus objetivos.
Cuarto, y aunque suene loco es importante, hidrátate y se consciente del momento. Esto es, ingerir líquidos, ojalá agua, durante la lectura, y ojo, no empieces a leer solo por hacerlo, tómate tu tiempo para iniciar, respira profundo antes de comenzar e inicia tranquilamente tu tiempo de lectura.
Quinto, si tienes problemas con la concentración, trata de leer en voz alta, si no puedes, lee en tu mente, pero a la mayor velocidad posible, esto aumenta nuestra concentración ya que el foco tiene que ser tal que no podremos pensar en otras cosas.
Sexto, si tienes problemas visuales visita a un profesional especializado para que te formule y puedas leer sin problemas, este aspecto es muy importante toda vez que la fatiga visual nos altera la concentración y nos aleja del placer de la lectura (además de atentar contra nuestra salud).
Séptimo, el lugar es muy importante. Estar en un ambiente tranquilo, silencioso y sin distracciones es fundamental, por lo menos mientras logras consolidar el hábito, después podrás concentrarte en diversos escenarios. Otro aspecto de relevancia es la luz, asegúrate de que la luz sea lo suficientemente buena para que no esfuerces la vista y no pierdas concentración ni afectes la salud de tus ojos.
Octavo y último, debes evitar leer en la cama, no le estás enviando a tu cerebro y cuerpo el mensaje indicado, la cama es para dormir, y por eso, de modo inevitable, te entrará sueño si lees a buen resguardo de edredones y almohadas, además de tener posiblemente una mala postura; trata de buscar un espacio en el que puedas estar cómodo, erguido y sin hacer esfuerzo. Si usas asiduamente el espacio correcto, tu mente terminará por saber que, cuando estés ahí con tu libro, debe estar en disposición de la lectura.
Espero te haya gustado la primera entrada acerca de emprendimiento. Cuéntanos, ¿hay más tips que incluirías en este post?
Recuerda que entre todos podemos aportarnos y mejorar. ¡Comenta aquí abajo!
Twitter: @sebaszapata Instagram: @sebastianzapata
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sebastianzapata · 2 years
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Segunda publicación
Colombia es un país con una trayectoria histórica de notables trances sociales y económicos. Dichas dificultades nos han dejado una honda sensación de pesimismo. Y cómo no, cuando hoy el 40% del país es pobre y el 15% aguanta física hambre; tal situación nos hace preguntarnos: en casi más de dos siglos de conformación de la república ¿dónde estaba el Estado que debería de haber salvaguardado el bienestar de su pueblo?
Así que nos preguntamos una y otra vez dónde está ese Estado garante, protector e inclusivo cuando además hay millones de personas que han sido víctimas de la violencia con sus cruentos resultados: lisiados de por vida, sueños de jovencitos apagados por una bala perdida o reclutamientos forzados por parte de los grupos armados, incluso desplazamientos forzados tan estadísticamente crudos como los del conflicto de Siria. Situaciones humillantes, aberrantes, casi sin comparación con ningún otro país del mundo.
¿Es el Estado el entero responsable o acaso como pueblo también fallamos? Podría pensarse que somos artífices de nuestro destino, responsables de nuestros actos, y aunque decididamente tomamos las riendas de nuestra existencia con la mejor de las intenciones, cada cuatro años siempre regresamos al mismo desafortunado punto. La pregunta brota, una vez más, terca y dolorosa en nuestras gargantas, ¿dónde está el Estado protector de nuestro pueblo? ¿cómo no evitar que el pesimismo se apodere de nosotros?
Y es que no solo la pobreza y la violencia se han ensañado con nuestros compatriotas, sino también la falta de oportunidades, porque no hay problema que desencadene consecuencias más negativas en el destino de un pueblo como lo es la falta de oportunidades. Sumado a esto, tenemos a los grandes abusivos: terratenientes, dueños de monopolios y los corruptos de siempre. Estos sujetos han sido claves para alimentar la desesperanza del pueblo colombiano. Esto tiene que acabar.
Como quiera verse, el escenario es muy complejo para millones de colombianos, aquí traemos a relación apenas algunas de las dificultades, pero existen muchas otras que nos siguen impactando y que merecerían cientos de hojas de análisis. Desde luego, quienes vivimos en las grandes ciudades, o los que tenemos un mínimo de bienestar, no nos damos cuenta de todo lo que otros tienen que afrontar día a día a lo largo del territorio nacional, especialmente en las zonas más apartadas y sin cobertura institucional, esto es, donde no llega el Estado colombiano. 
Visto lo anterior, ¿cómo ha podido nuestro pueblo soportar tanto? Esa es una pregunta que ha ocupado las mentes de analistas, sociólogos e historiadores. Si me lo preguntan, creo que la resistencia de nuestros compatriotas se vertebra en dos puntos: uno es la alegría innata de nuestra gente, aparejada dicha alegría a nuestro alto nivel de solidaridad, y el segundo es nuestra fe.
Armados de esa felicidad, de esa fe y de esa solidaridad, también es preciso armarnos de inteligencia y plena conciencia con el fin de entender que estamos obligados a ser parte de la solución. Todos podemos poner nuestro grano de arena; además, debemos dar por terminada la costumbre de culpar a otros y de no mirar la hebra de paja en nuestro propio ojo. 
Por eso, y en acuerdo con esa última idea, este es el gran mensaje de esta columna: NOSOTROS SOMOS LA SOLUCIÓN. El perdón, el pago justo, el buen trato o cualquier otro acto de bondad que se te ocurra, por grande o pequeño que parezca, son también acciones válidas para reconciliarnos y así entender que juntos podremos salir adelante. 
Pero bueno, aunque gran parte de la solución, insisto, sí o sí, parte de nosotros, no debemos olvidarnos de lo que le corresponde al Estado. Es imperioso que el Estado se transforme, punto. Afirmo lo anterior sin desconocer esfuerzos de algunas legislaturas pasadas; porque por supuesto, también hemos avanzado en muchos temas (que asimismo celebraremos en columnas futuras, porque si hay cifras pesimistas, del mismo modo, e incluso más, las hay optimistas).
Con todo, no podemos seguir con paso firme hacia el futuro si realmente no dejamos atrás la división y el odio de clases que genera la falta de oportunidades PARA TODOS, sin olvidar los rampantes abusos de aquellos amparados en el poder económico, político o el terrible poder que les arropan las armas. Pero para poder dejar atrás el odio y la desesperanza es imprescindible que el Estado abandone prácticas que conducen hacia la indolencia y la negligencia, acentuando la desigualdad y, en consecuencia, acentuando la profunda brecha entre clases. 
Y no, no crean que en estos párrafos voy a exponer la fórmula mágica para cambiar el país, porque NO EXISTE. (De paso aprovecho para concientizar en lo siguiente: No debemos creerle al que dice que tiene esa tal solución divina o a aquel que cree que conoce la verdad absoluta de todo). Lo único que puedo hacer en publicaciones siguientes es reflexionar sobre algunos temas, compartiendo mi punto de vista y, ojalá, enriqueciéndolo con los aportes y la discusión de cada uno de ustedes; todo con el fin, como les decía en la entrada de bienvenida, de que alcancemos un nivel de verdad más alto, cuando menos objetivo. 
Pero, hay algo que sí puedo afirmar ya mismo: Para generar cualquier cambio necesitamos toda la capacidad de liderazgo que solo puede ofrecer un buen líder, un líder íntegro, el líder correcto. Considero que por allí es la cosa, por allí es el camino, previo requisito de un cambio en cada uno de nosotros de cara a la construcción de una mejor sociedad. Y al llegar a este punto es necesario hacernos una nueva pregunta: “¿Qué tipo de líder queremos para nuestro país?”. 
Este domingo son las elecciones presidenciales, y aunque no puedo pretender, en lo absoluto, influir o cambiar su voto, solo puedo decir dos cosas: la primera es que voten, no se queden sentados en el sofá viendo los resultados, y la segunda es que el país necesita un líder que desarraigue el problema desde la raíz: la división, porque recuerden, juntos salimos adelante, divididos seguimos perpetuando a los abusivos. 
Por eso, los invito a que evitemos a los líderes de los extremos, evitemos a los que acentúan el odio que tanto mal nos han hecho, y tratemos de votar por la opción que consideremos que más puede unirnos, y así dejar, de una vez por todas, fuera del juego a los caudillos extremistas. 
En conclusión, nos dirigimos al meollo central: la transformación del Estado. Lectores, podemos empezar a cambiar el Estado. Pero para que esto suceda necesitamos que nuestro voto sea consciente y muy bien informado, para así elegir a los líderes correctos; y esa es la forma como un ciudadano de a pie, como usted y como yo, toda vez que no estamos dentro de la estructura del Estado, puede ayudar a generar el cambio. Y no hablo solamente de esta elección, porque además no sé si las opciones actuales sean necesariamente las correctas para el país, pues para nadie es un secreto de los oscuros movimientos políticos que se han quedado en descubierto de las diferentes candidaturas, pero sí hablo de los comicios electorales venideros, desde los regionales hasta los próximos nacionales.
PD: Esta columna ha sido escrita con la intención de concientizarnos. Ese es el único aporte que puedo ofrecerles.
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sebastianzapata · 2 years
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Primera publicación
Desde hace mucho tiempo he venido considerando una idea. Empiezo a capitalizar esta en los renglones que están leyendo. Sí, he considerado crear un blog para compartir algunas visiones y reflexiones acerca de dos temas con los cuales me he visto estrechamente relacionado: política y emprendimiento. Debo señalar que realizaré inicialmente dos publicaciones, una de cada tema por mes.
Sí, lo sé, hablar de “política” no parece ser el mejor plan, pero no se escandalicen, aunque seguramente serán publicaciones relativamente sesgadas ―por supuesto van a exponer mi visión de un tema en particular—, no estarán motivadas por el interés de convencer acerca de quiénes son los buenos y quiénes los malos; además, no serán publicaciones estrictamente “políticas”, sino que mas bien serán entradas sobre temas sociales, económicos, morales y otros relacionados con las diversas coyunturas del país u otras que nos atañen como humanidad.
En consecuencia, con lo anterior reitero que estas publicaciones no quieren imponer una verdad absoluta frente algún tema en particular, político, social o empresarial, al contrario, deseo poner en relieve una perspectiva personal y a la vez invitar al debate sano, especialmente un debate donde primen las ideas (con mucho respeto por el otro) para que así entre todos construyamos una versión más objetiva.
Les confieso: mi motivación no es compartir opiniones para sentirme escuchado, enaltecer un ego o creer que puedo influenciar a otros, nada de eso; escribo más bien estas cuartillas alimentando un reto personal, esto es, una tarea social en la cual halle muchos socios corresponsables (ustedes, los lectores), quienes me mantendrán motivado a ser constante en mis proyectos. 
Es decir, gracias a los que leen estas palabras voy a verme felizmente obligado, en este espacio, a cumplir a cabalidad con la frecuencia de mis publicaciones, no vaya a quedar expuesto a la picota pública por no cumplir con lo prometido; dicho sea de paso, aprovecho para pedirles que sigan leyendo y compartiendo estos escritos en aras de mantener activo este blog y así seguir fortaleciendo mi disciplina, para mi vida y para otros proyectos de beneficio comunitario. Por todo lo anterior, ya se podrán dar cuenta que son ustedes quienes realmente me están aportando experiencias de calidad.
Otra motivación, e incluso más importante que la primera, es también la de obligarme a mantenerme más activo, estudioso, reflexivo y consciente de las diferentes situaciones o temas nacionales e internacionales para poder así exponer argumentos con bases sólidas, y que de verdad aporten en la formación de un público de opinión. 
Culminando estas líneas, les doy la bienvenida a este blog, espero que sea de su agrado, ignoro si las primeras publicaciones tendrán la calidad que deseo en honor al espacio soñado, pero si les puedo prometer que con el tiempo iré aprendiendo y evolucionando, y en este blog orientaré ese aprendizaje y crecimiento para que así valga la pena llegar hasta este lugar.
Empecemos…
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