Tumgik
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Y una cosita más for you <3 ¡¡Feliz año!! yo? utilizar referencias??? por quién me tomas!!
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¡¡HAPPY NEW YEAR!! Espero que tengas un genial año, bonita! Acepta esta cosa azucarada y rosa como presente uvu* 
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se me resbaló la mano e hice uno más!! polque why da hell naut aw yea muamua
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Theey don't knooooww howw haaaard havve beeeeeen
wwaiting for a lovve like this ~ (8)
what hhhhhh hh h hhhh what can i say ahhhhhh
Feliz navidad bb ´/v/` love you <3<3<3<3<3 espero que te guste en serio serio espero que te guste aunque este medio pequeñito omg
ahhhhhhhhhh te adoro <3
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SO GOMEN POR LA TARDANZA Y EL DIBUJO FEO ´^`!! Surgieron varios imprevistos y no tuve tiempo ;v;! Prometo dibujarte JohnDave cuando tenga tiempo omg. Espero que aun asi aceptes mi humilde regalo y hayas pasado una linda navidad ;v;!!! /manda amor gay.
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omg de verdad me disculpo por la ultra demora y lo horrible que está esto así que por enero te haré un drabble mucho mejor u beautiful human being. merry christmas!!
 Dirk le mira, con su cara sin hacerle honor a lo mucho que le divierte ver al otro con la cara manchada del helado que se acaba de zampar.
—Tienes toda la cara con helado—le dice, riendo—.No sabes comer. Mejor saca servilletas.
—Entonces también tráeme. Anda, ahora.
—Decir por favor no mataría a nadie.
 Calliborn se para de la banca en que están, le saca la lengua al otro y parte al puesto de los helados. La escena no le deja de parecer cómica a Dirk por la manera en que el otro sigue frunciendo el ceño en la fila. De todas maneras, él es así desde que lo conoció. Pero, al verlo, dudaba que simpatizaran. No era más que un niño gruñón y molesto.
 De alguna manera, terminaron soportándose. Sin embargo, a Dirk se le escapa por qué Calliborn lo invitó a hacer las compras navideñas. No son amigos íntimos y con todo lo que ha hablado con él, le sorprende que le guste la Navidad. Aunque sólo la parte de recibir regalos. Lo demás lo apesta.
 Toma un sorbo de la botella de Fanta que tenía y ve como Calliborn vuelve al asiento. Una de sus manos lleva miles de servilletas y la otra el dichoso helado. La sonrisa que tiene plasmada en el rostro le hace aparentar de verdad los trece años que tiene. (Esa sonrisa también le hace sentir ese montón de mariposas en el estómago del que todos hablan; pero el mantiene el rostro estoico y trata de ignorarlo.)
—¿Vamos a seguir con la lista de cosas o te cansaste ya?—le pregunta al recién llegado, subiéndose las gafas de sol en el puente de la nariz.
—A lo que termine de comer nos vamos—dice Calliborn, volviendo al puchero de siempre.
 Mientras el joven ataca el cono de helado, Dirk saca un bolígrafo y un papel lleno de nombres. En silencio, comienza a tachar y escribir números. El sonido de la punta del lápiz contra el papel y la manera en que Dirk parece tan concentrado (aunque se vea igual todo el tiempo) distraen a uu.
—¿Qué haces?—pregunta con la boca llena.
—Veo quiénes nos faltan—le dice el mayor—. Todavía no nos podemos ir, nos hace falta tu hermana.
—¿Y? Tú sabes que ella me cae mal.
—Te van a matar en la casa si se enteran que no le llevas nada a ella pero a mí me compraste cosas.
—Es que tú eres tolerable, ella no—le responde Calliborn, con una mueca en la cara. Trata de ignorar el saltito al corazón que le da ver la sonrisa en el rostro de Dirk. No es nada del otro mundo, sólo le gusta como el otro se ríe, supone.
 Uu piensa que él debería reír en vez de tener la misma cara de zopenco todo el día. Y reír por cosas verdaderamente chistosas en vez de la cara que él tiene.
—Deja de reírte, estúpido. Le tira una bolsa a Dirk y el otro la esquiva, riendo aún. Su risa es callada y el menor siente como el calor le sube a las mejillas.
 Quizás sea molesto, pero uu no puede dejar de sentirse atraído por el mayor. No le dirá nunca, pero le encantó pasar el día con él. Negará que le gustan esos dibujos que el otro le dedica, o que le regaló esa Rainbow Dash para Navidad.
—Te odio—dice, queriendo decir lo contrario.
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Request: "Beta shenanigans, todos juntos de vacaciones."
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FANFIC
Request: Janeroxy.
A este punto ya parecía increíble pensar que habían estado separados todos por tanto tiempo. Los meses que habían pasado juntos habían sido tan extraordinarios a pesar de todos los problemas que habían sufrido. Los días anteriores a todo se veían realmente lejanos. Roxy ya casi podía olvidar toda la soledad de todos esos años sola viviendo tras el fin del mundo.
…Casi, de todas formas. Ya había dejado el alcohol tras mucho esfuerzo, y no necesitaba usarlo como forma para ahogar sus penas. Disfrutaba estar con los imbéciles de sus amigos a pesar de sus angustias adolescentes idiotas. Era un grupo complicado, pero unido en el fondo. Aún así, meses de su compañía no quitaba el vacío que Roxy traía consigo. Corazón, Esperanza, Vida… Todos sus amigos tenían aspectos que los representaban de forma mucho más positiva, y a ella le tocaba el vacío. La estructura del juego no hacía que algo sea absolutamente positivo y otra cosa sea absolutamente negativa, y ser el héroe del vacío no era necesariamente algo despreciable. Roxy lo sabía, pero no podía evitar sentir que no le agradaba pensar que eso era lo que más la representara.
- Has estado callada este rato – Dijo Jane interrumpiendo sus pensamientos
Roxy solía esconderle cosas a Jane. Era su mejor amiga, y por más que ella quisiera ser sincera, había cosas que Jane no iba a creer, como sus insistencias sobre la Condesa en una pasado. Eso ya era viejas noticias, pero a pesar de que Roxy haya intentado ser más abierta con su amiga, dejarse cosas para sus adentros era algo que ya era costumbre suya. 
- GEEZ, estoy bien Janey, no tienes por qué preocuparte tanto
- Verte tan seria es preocupante, parece como si estuvieras fuera de ti y te parecieras más a Dirk
- Es sólo un leve caso de Stridersitis. Demasiado contacto con un miembro de la especie de los Striders causa conducta seria y en tu cuero cabelludo empiezas a transpirar gel de cabello. Cuando la condición empeora no hay vuelta atrás Janey, tu pelo es permanentemente anime.
Jane soltó una risa sin alejar la vista de la cara de su amiga. Aunque conservara el sentido del humor, Jane seguía preocupada por Roxy. 
- No tienes por qué ocultarme cosas, ni tampoco contarme si es que no quieres. Sólo quiero decirte que si quieres hablar yo no tengo problema. 
Roxy acercó su mano a la nuca de Jane y empezó a acariciar su corto cabello levemente, como signo de ternura. Ella agradecía que Jane fuera tan amable, pero en verdad no tenía por qué complicarla con algo tan inútil como sus pensamientos estúpidos sobre su rol en el juego y otras imbecilidades. Verdaderamente se había complicado por idioteces. 
Jane devolvió el gesto, acariciando el suave pelo de Roxy. Cómo mantenía su cabellera siempre intacta era un misterio. Roxy rió tras que Jane jugará con su notorio y único rizo. Jane se alegró ante su genuina alegría. Roxy sacó sus manos detrás de la nuca de Jane y puso ambas en las mejillas de su amiga. Su piel era realmente suave. Tras años de no poder experimentar el calor de otro humano poder poner sus manos en piel ajena era realmente confortable, pero Jane lo era especialmente. Su piel era más suave y tierna que la de Jake y Dirk, además de tener mejillas más gorditas y carnosas.
Parecía que el tiempo iba a hacer que tocar esas mejillas iba a dejar de ser tan extraordinario como los primeros días, pero por más familiar que se volviera su textura, no perdían su atractivo.  
El vacío desvanecía ante el tacto de la piel y los labios de Jane. 
“El trabajo en equipo puede significar alguna cursilería idiota como que al unirnos como amigos nuestros aspectos también se unen y crece la Vida en mi Corazón dejando de lado el Vacío. Y la esperanza… Hem… OK, quién necesita a Jake de todas formas, que se meta el Corazón por el culo a la Esperanza” Dijo Roxy para sus adentros, mientras Jane se sentía un poco ofendida de que Roxy se riera tanto mientras ella la besaba.
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Una verdadera moiralianza
Personajes: Karkat Vantas, Gamzee Makara, mención de Kanaya Maryam, Terezi Pyrope.
Relaciones: Karkat <> Gamzee, Terezi <3< Gamzee, incorrespondido Karkat <3 y <3< Terezi.
¡¡HO HO, FELIZ NAVIDAD!!
Desde que Kanaya había tomado la determinación de rebanar a Gamzee a la mitad, tal y como había hecho con Eridan, Karkat se había responsabilizado no únicamente de mantenerlo oculto, sino también de encargarse de sus necesidades básicas, aunque no se podía decir exactamente que Gamzee se ocupara mucho de ellas antes.
Le había tomado un largo tiempo que Gamzee hubiera ganado lo que él creía un peso saludable para su estatura, y a pesar de que no se encontraba con él en cada ocasión, diariamente había una bandeja de comida en los conductos de ventilación, esperando por él.
Así mismo, se había encargado de mantener a la sangre jade, y especialmente a su aparentemente inofensivo lápiz de labios, alejados de su moirail, y rebajándose, en su opinión, a inclusive pedirle a los demás la mayor discreción al respeto, que la distrajeran en caso de ser necesario.
Y a lo largo de esos dos años, había funcionado. Gamzee seguía vivo, y solo faltaba un año para que salieran de ese mugroso meteoro, hacia un nuevo universo, donde quizás, finalmente Kanaya dejaría de buscar asesinarle.
No podía negar, bajo ninguna circunstancia, que las cosas que Gamzee habían hecho eran atroces. Sin embargo, hacía bastante tiempo que la furia asesina que le había embargado había desaparecido, y a pesar de que no era el mismo drogado y estúpido payaso de antes, no consideraba que fuera realmente un peligro.
O al menos, mientras Karkat estuviera con él.
Las burbujas de sueño, en cierto modo, le daban una ventaja especial. Mientras los demás se encontraban afuera del meteoro, en exploración de estas, y hablando con sus habitantes, él podía no solo encontrarse con Gamzee, si no que tenía el beneficio extra de esquivar a su dancestro.
Observando que nadie estuviera a su alrededor, abrió la ventanilla del ducto de ventilación, y entró esta, cerrándola cuidadosamente al haber pasado. Si bien solo había ocurrido una vez, la repentina vuelta de Kanaya le había cerrado el paso en una ocasión, y se había visto obligado a tomar otro camino, agradeciendo que ella no se hubiera dado cuenta de que se encontraba entreabierta.
-Hey, Gamzee – Avisó, escudriñando con los ojos en búsqueda del sangre índigo, y oyendo el eco en el desolado lugar.
-Hey – Respondió, en apenas un susurro.
Karkat consiguió distinguir la figura de Gamzee entre las sombras, y se acercó hasta él, dejando enfrente de él una bandeja repleta de comida. A continuación, se agachó a su lado. Sin embargo, arrugó la nariz, e hizo una mueca de asco, alejándose ligeramente.
-Agh. Qué asco, Gamzee. ¿Cuándo fue la última vez que tomaste una ducha? O que te acercaste a un baño, en general – Recriminó, tapando su nariz, y comenzando a respirar por la boca, evitando así sentir el hedor a sucio, y en parte, a sangre, que emanaba de su cuerpo.
Gamzee levantó la vista, fríamente, y comenzó a comer con voracidad, ignorando su pregunta durante unos minutos más, hasta que la comida de la bandeja había desaparecido, y solo quedaba únicamente esta.
-No sé si te hayas dado cuenta, hermano – Comenzó a decir, en voz baja, y luego exclamó -. PERO NO HAY MALDITOS SALONES DE BELLEZA EN ESTE LUGAR.
-Lo sé, idiota – Respondió, sin alterarse por su grito. Si bien al principio la nueva manera de hablar de Gamzee había sido aterradora comparada con como era antes, había tenido tiempo de sobra para acostumbrarse -. Pero por si no te habías dado cuenta, no los hay en ningún sitio de este estúpido pedazo de roca, y no por eso yo huelo a un pedazo de mierda – Reclamó.
Gamzee gruñó, y se levantó, obligando a Karkat a imitarle, de manera que no hubiera tanta diferencia entre ellos… Aunque ciertamente, no era algo que funcionara mucho. Karkat se cruzó de brazos, y a continuación, señaló una rejilla que se observaba en la oscuridad.
-Muévete. Vas a dejar de apestar – Ordenó, con tono firme -. Si sigues oliendo así Kanaya solo tendrá que seguir cualquier olor que parezca comida en descomposición.
Si bien no consiguió una reacción de este, lo agarró por un brazo, y comenzó a jalarle hacia la salida, sin conseguir resistencia de su parte. Aunque Gamzee dejó que siguiera guiándolo por unos segundos más, terminó zafándose de su agarre, y limitándose a seguirlo, saliendo por la rejilla, y siendo seguido inmediatamente por Karkat.
-Siendo que eres completamente incapaz de preocuparte en ningún aspecto de tu higiene personal, dudo que sepas siquiera como bañarte – Recriminó, y buscó un tanto en el baño, consiguiendo unos guantes, y colocándoselos.
Hora de entrar en acción.
No era, exactamente, una tarea sencilla. Al conseguir hacer desaparecer una capa de sucio, era capaz de ver la otra, y había recibido varios gruñidos de amenaza como respuesta al frote intenso que estaba realizando.
La pastilla de jabón entera con la que había comenzado se encontraba visiblemente desgastada, y la peor parte, era en la cual ni siquiera había terminado, faltándole su cuello, su espalda, su rostro, parte que probablemente terminaría saltando, viendo la expresión de hastío en su cara, y su cabello.
Volvió a enjabonar los guantes, y para el completo desagrado del sangre violeta, comenzó a frotar el cuello. Karkat, por su parte, tampoco se sentía encantado. Pero el desagrado por el olor de este le había hecho comenzar, y lo estaba llevando hasta el finar.
Después de un rato de frotar, sin embargo, encontró algo que le hizo fruncir el ceño en desconcierto, y a pesar de no decir una palabra respecto al asunto, se fijó con más atención, comenzando a pensar.
Era una herida. No era muy grande, como la de su rostro, si no que parecía un sencillo rasguño. Sin embargo, la cuestión no era qué tipo de herida era, sino el hecho de cómo había llegado allí. Pero al avanzar a un siguiente sector de piel, estuvo a punto de parar en seco, y se recobró a tiempo, evitando así cualquier pregunta de Gamzee al respecto.
No solo había más de estos rasguños, si no que una marca que relucía de color índigo a través de la piel le hizo reflejar sorpresa, sorpresa que el payaso no vio únicamente por la posición en la cual se encontraban.
Tragando saliva, y tratando de no pensar al respecto, se limitó a terminar con el cuello, e imaginar que se podía haber resbalado, caído contra algo filoso de muchas puntas, y de paso haber chocado algo contra su cuello.
Fue imposible de ignorar, para su desgracia, cuando llegó a la espalda.
Había ido a conseguir una nueva pastilla de jabón, y al volver, comenzando a encararse al sucio de esta, encontró unas largas marcas de rasguños a lo largo de toda la espalda. Karkat no necesitaba ver más para entender que era lo que estaba pasando. Y tragó saliva, tratando de no demostrar la tormenta de pensamientos que había comenzado en su interior.
Gamzee tenía un kismesis. Era la única explicación posible a la combinación de heridas que había encontrado recientemente, y de hecho, era sorprendente lo bien que este había parecido contenerse, siendo que  hubiera sido lógico haber encontrado más heridas.
Él no era dueño de los cuadrantes de Gamzee, y por lo tanto, tal asunto no debía de preocuparle en lo más mínimo, dejando de lado un posible reclamo de porque no le había contado, siendo que eran moirails.
Sin embargo, no había mucha gente montada en ese meteorito, y su mente recorría las posibilidades como un dial, borrando rápidamente las opciones.
Descartarse a él mismo era un paso obvio. Los humanos, por su parte, también eran altamente improbables, siendo que era probable que ni siquiera comprendieran el significado de esto. Que fuera Kanaya era algo completamente imposible, siendo que en caso de haberlo visto le hubiera atacado, en un sentido totalmente no romántico.
Y eso solo dejaba una posibilidad. Karkat, desesperado, comenzó a pensar en la posibilidad de que fuera alguien dentro de las burbujas de sueño, pero sabiendo en el fondo de sí mismo, que no era nadie más que… La sangre turquesa.
Conteniéndose a sí mismo, frotó con más fuerza la espalda de Gamzee, ganando un siseo de dolor, y abstraído en sus propios pensamientos.
Terezi. Terezi era la kismesis de Gamzee. Terezi, la misma chica que le había causado tantos dolores de cabeza en los últimos tiempos, la misma chica que había perdido en el cuadrante rojo por ser un idiota, y que como se acababa de enterar, también en el negro, por ser un total y completo idiota.
¿Cómo no se había dado cuenta antes de las desapariciones de Terezi? Si bien se limitaba a ignorarlas, sabía bien que no se encontraba con Dave, siendo que varias habían sido las ocasiones en las que había hablado con él mientras tanto.
Sabía, en el fondo, por qué. En general, él trataba con todas sus fuerzas ignorar sus acciones. Si ella había seguido adelante, él también podía hacerlo, y si seguía buscando su atención cuando sus cuadrantes ya estaban rellenos, no conseguiría nada más que molestarla, y hacer el ridículo de sí mismo.
Eso no significaba que no le dolía, por supuesto, y se mantuvo en silencio, quitándose los guantes al terminar con la espalda, y limpiando la cara superficialmente, viendo los rotos de sus labios cuando este cerró los ojos a causa del jabón. Mordiscos.
Se levantó a conseguir unos nuevos guantes para enfrentarse a la monstruosa cabellera de Gamzee, además de los implementos necesarios, y únicamente al desaparecer de su vista se permitió una mirada de desesperación, tratando de contenerse a sí mismo. Luego tendría tiempo para pensar en eso, pero en esos momentos se encontraba ocupado.
El resto del tiempo pasó en un silencio total y absoluto, mientras Karkat frotaba el cuero cabelludo del payaso, tratando de no perderse en su cabellera. Si bien le había tomado un largo rato, al final conseguir terminar lanzó los dos pares de guantes que había usado a una bolsa, al igual que la ropa que había estado usando.
-Espera aquí unos minutos. Iré a buscarte ropa limpia – Indicó el sangre mutante, levantándose, y pasándole una toalla a Gamzee para secarse, antes de apresurarse a salir del sitio por el ducto.
Únicamente al encontrarse solo, en dirección al respitebloque de Gamzee, se permitió comenzar a pensar en el asunto, y notó un nudo en su garganta. Se lo había ocultado, por un tiempo desconocido, y sabía muy bien porqué.
Ninguno de ellos era, realmente, capaz de percatarse de cómo funcionaba realmente una moiralianza. Conocían la definición, por supuesto, siendo uno de los conceptos básicos de la sociedad troll. Pero ninguno, ni entre los trolles, ni entre los humanos, entendía realmente como eran.
Nadie, excepto él.
Era incapaz de negar que sus emociones estaban comenzando a desbordarse frenéticamente. Se sentía herido, traicionado, celoso. Y sobre todo, solo. Sin embargo, no era tan estúpido, o mejor dicho, tan lleno de ira como ellos creía. También eran incapaces de comprenderle a él.
Se lo había ocultado para evitar que rompiera su moiralianza con él, como un intento de proteger a los demás de la ira que le desbordaría sin un catalizador, y también de no perderle. Sin embargo, no era necesario.
Hacía mucho tiempo que había perdido su oportunidad con Terezi, y a pesar de que una especie de retortijón le invadió por dentro al imaginarse a la sangre turquesa con Gamzee, sabía dentro de sí que no haría nada al respecto.
Tal y como no había hecho nada al respecto de la relación de Terezi con Dave.
Sin ser capaz de soportarlo más, se sentó en el suelo, y se recostó contra un muro, notando como lágrimas rojas comenzaban a aflorar a sus ojos. El llorar era algo que prefería evitar, tanto en presencia de los demás, como estando solo. Era, en cierto modo, un instinto de protección, siendo que en Alternia cualquiera que se hubiera percatado de su mutación le hubiera matado inmediatamente.
Sin embargo, no pudo evitarlo, y comenzó a llorar. Llorar por su estupidez, por haber creído que ella le pertenecía, cuando no era así, y por lo tanto, haberla perdido en todo sentido. Mas, a pesar de que se sentía como un desgraciado por dentro, trató de secar su rostro, e inspiró hondo.
Si ella era feliz, él también era feliz. No era con él, ciertamente. Pero se sentía alegre con alguien, y eso era más de lo que él podía lograr. No iba a abandonar a Gamzee, únicamente por un capricho que le seguía sin abandonarlo. Él también se merecía ser feliz.
Si era necesario, podía sacrificarse a eso para mantener a ellos felices. Y considerando oportuno que Gamzee no se diera cuenta de que él se había enterado, se levantó, y se apresuró a conseguir la ropa.
Un par de minutos después había vuelto con Gamzee, y le pasó la ropa, con lo cual este comenzó a vestirse. Sin embargo, sus ojos seguían irritados, y el sangre índigo se percató de esto, acercándose al verlo así.
-¿Qué te pasa, hermano? – Preguntó en voz baja, viéndole con una mirada de preocupación.
-No pasa nada, excepto que estoy cansado. No creo que pueda volver a mover los brazos en menos de otro maldito año – Consiguió responder Karkat, tratando de disimular cualquier resto de tristeza en su voz mediante agresividad.
Pero a pesar de su respuesta, con intenciones de hacerle olvidar el asunto, este se acercó, y agachándose lo suficiente como para quedar a su altura, le abrazó, volviendo a erguirse después, y por lo tanto, levantándole consigo.
Y fue en ese momento, que él terminó de confirmar su decisión. Actuaría como si no se hubiera dado cuenta, de manera normal, y fingiría que era una reacción por el cansancio de seguir en el meteoro, lo cual no sería difícil, siendo que era algo que también sentía.
Su moirail valía mucho más que un ataque de celos, y no iba a renunciar a él por ellos.
Y cerrando los ojos, lo abrazó con fuerza.
-Te quiero, Gamzee.
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<3
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¡Tenía muchas ganas de dibujar, así que mi persona se lleva dos cosas! Algo de Johnkat fluff para compensar mis aberraciones de porno. ¡Feliz Navidad! ヾ(゚∀゚ゞ)
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¡FEEEEELIZ NAVIDAD, DULZURA! <3 Ojalá recibas un montón de regalos más geniales que el mío y que lo pases súper dúper con tu familia y amigos.
Siento que mis habilidades no dieran para nada shippy. A mí también me gusta el Stridercest, pero el romance es algo que me puede. </3 (En todo caso intenté algo pseudo romántico, pero se fue al caño. Te lo puedo mostrar por interno si quieres)
Un abrazo de oso y que se cumplan todos tus deseos el próximo año. <3
PD: Mini!Dave también te manda saludos.   "que onda"
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okay, Solkat! para la persona que lo pidió!! la cual estoy un 97% segura que fue Vali :U
Y antes de que pregunten: No, no se que es la anatomía y no, no se que son las proporciones 8') pero ojala te guste <33 con todo el amor del mundo!! mwah mwah
feliz navidad! uvu 
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¡He aquí mi regalo para el Secret Santa! En mi lista me había tocado Dirkuu, así que ¿qué mejor momento para saldar mi deuda con Mara y darle la secuela del Fic del Consolador Naranja?
Sin más dilaciones: Dirkuu, Dirk/Jake, PWP, voyeurismo, masturbación, juguetes eróticos, sexo oral, sexo anal. Y otros triggers más que me dejo. Creo que soy incapaz de escribir nada que no sea porno.
'Tis the time to be smutty, falalalala, la la la~
Se acabaron los juegos 
Su planeta era un sitio oscuro y desolado.
Eso era todo.
No, en serio. Su planeta era un sitio oscuro y desolado. No había más. Oh, quizás habían algunas dunas y estatuas horrendas, pero ahí quedaba la cosa. No. Había. Nada. Absolutamente nada. Cero.
Definitivamente, a Caliborn le había tocado un planeta mierdoso.
Bueno, obviamente había algo. Para empezar, estaba aquel estúpido payaso… ¿dónde diablos se habría metido? Espera, le importaba una puta mierda. El caso era que aquel estúpido payaso seguía persiguiéndole como una mascota miserable, lamiéndole el culo como si eso fuera a conseguir su simpatía. Una simpatía de la que carecía. Y que si tuviera, no sería para ese asqueroso patán.
Nota mental: hundir más balas en el abdomen del payaso. A la mierda lo que dijera esa maldita voz en su cabeza.
Porque, por supuesto que su vida no estaba ya lo suficientemente llena de inútiles que creían tener algún tipo de poder sobre su persona. No, claro que no, además había aparecido un irritante tipo que pretendía dictaminar sus pensamientos. A la mierda eso, ningún idiota iba a darle órdenes. Y menos ofrecerle consejos sobre cómo jugar su partida. Como había hecho su hermana. Dios, cómo se alegraba de que estuviera muerta. En cuanto pudiera, haría lo mismo con Texto Negro.
Aunque, bien pensado, hacía tiempo que Texto Negro había dejado de molestarle son sus sandeces. Su cabeza estaba inquietantemente silenciosa. Eh, un momento, eso no quería decir que estuviera vacía. Simplemente estaba exente de voces misteriosas que le acosaban con intentos de doblegar su personalidad. Sus pensamientos eran suyos. Por fin.
Miró alrededor y descubrió que, efectivamente, tampoco estaba ese estúpido payaso cerca. Irónico como costaba tener algo de soledad en un sitio supuestamente oscuro y desolado.
En el tercer puesto de Cosas-Que-Había-En-Su-Planeta-Oscuro-Y-Desolado (se negaba a llamarle Tierra porque eso supondría reconocer que había estado escuchando a Texto Negro), estaban las torres de control. Se estaban multiplicando de manera vertiginosa, aunque no sabía realmente para que servían la mayoría de ellas. Las había calificado de inútiles y desechado de sus intereses.
A excepción de la que tenía en la pantalla a un familiar chico con gafas de sol triangulares.
El humano Dirk era decididamente el menos irritante de todos los bobalicones críos. Tampoco era como si hubiera intentado establecer contacto con los demás, pero… había algo en el muchacho. Ciertamente no eran sus estúpidas gafas. Pero tenía algo.
También estaba el hecho que era de las pocas personas que parecía no importarle que hablara con él. No era una lista muy larga. Constaba de una persona en el momento.
Sin contar el puto payaso, por supuesto.
Sin más dilaciones, se sentó en la butaca que había instalado delante de los controles, alzó una mano hacia la llave que accionaba su pantalla favorita y giró con decisión. Hacía tiempo que había solucionado el problema de la ubicación de pantallas. Quién fue el gilipollas que diseñó eso, de todas maneras. Un buen par de golpes con su barra metálica habían torcido la pantalla hacia su dirección, y ahora podía observarla con tan sólo ladear la cabeza los grados habituales. Tal vez había rayado un poco el cristal, pero le importaba una mierda. El fin justificaba los medios.
Le dio la bienvenida una pradera verde. Lo cual significaba que…
–¡Dirk, espera!
Enseguida escuchó a la voz de Dirk y, a su pesar, la del idiota de Jake. Se estaban persiguiendo como niñatas de parvulario, riendo y tropezándose. Obviamente, Dirk se movía con más agilidad que Jake, pero pudo comprobar que no estaba realmente huyendo de él, sino que corría lo suficiente para seguir el infantil juego.
Contempló con aburrimiento como el imbécil por fin alcanzó a Dirk, ambos jadeando, y soltaron otra vez esa risita vomitiva. La absurdidad de la situación le dio ganas de coger su arma y dispararle a la pantalla. Todo esto era culpa de Jake. Su idiotez era contagiosa. Menudo gilipollas de primera categoría. Qué ganas tenía de asesinarle.
Sin embargo, las ganas de mutilar fueron sobrepuestas por las acciones desarrollándose en la pantalla. Acciones… terriblemente… indecentes. Oh, Dios, ¿qué estaban haciendo? Eso era increíblemente sucio. Eso era positivamente obsceno.
Sonrojándose de pies a cabeza, Caliborn alejó su mirada de la imagen de los dos chicos, que estaban dándose la mano. Dándose la mano. ¿Cuándo había sucedido eso? ¿Había habido una de… una declaración de amor, y se la había perdido? Maldijo a su suerte.
Volvió a mirar, irremediablemente atraído por la morbosidad de la situación, y sintió su calor descender por su abdomen cuando escuchó las dulces, sucias palabras de Dirk, susurrándole a través de los altavoces.
–Te quiero, Jake.
Ooooh, jodida virgen. Cuánta indecencia.
Sin pensárselo dos veces, Calibron rebuscó entre las cosas que había traído de su anterior hogar y sacó una caja de color verde. La abrió y reveló un pequeño amigo suyo. Pequeño era, por supuesto, tan sólo una forma de hablar.
Nunca habría pensado en fabricarse uno si no hubiera sido por la tonta de su hermana. Un día, al despertar, vio que algo sobresalía por debajo de un paño de su mesa. Valiéndose de su bastón, consiguió destapar el objeto y vio lo que era. Un vibrador naranja. La zorra había estado leyendo demasiada ficción humana.
O viéndolo en directo, como supo más tarde.Lo cierto es que la cosa habría acabado ahí si un día no hubiera visto a Dirk utilizando uno. Normalmente la idea le habría resultado asquerosa y repulsiva. Sin embargo, el aparato parecía proporcionar a su dueño un gran placer y una distracción de su soledad, algo que Caliborn comprendía también. (Aunque está claro que Caliborn prefería estar solo a estar rodeado de imbéciles).
La tentación fue demasiada. Las horas inactivas en su habitación, encarcelado, acabaron con su paciencia y curiosidad, y al final acabó imitando el diseño de su hermana, no sin antes modificar el tamaño (el de ella era ridículamente pequeño, del tamaño de un antebrazo).
También cambió el color. No sabía exactamente por qué había escogido el verde precisamente. Unas fuerzas externas a él le habían forzado a elegir ese tono de entre toda la paleta. ¿La morbosidad, quizás? Empezaba por ‘M’ seguro.
Extrajo su consolador verde de la caja y alzó la vista justo a tiempo para ver- oh, mierda- como Dirk acercaba sus labios a la mejilla de Jake. Un breve roce de labios, Jake sonrojándose y devolviendo la caricia, y Caliborn bajándose los tirantes. ¿Qué importaba que estuviera el lelo de English? Esto era pornografía pura y dura, sin adulterar.
Pero justo cuando se disponía a tocar su deseoso miembro, Jake se apartó de Dirk con una sonrisa traviesa, le guiñó un ojo y le cogió de la muñeca, llevándoselo dentro de unas ruinas.
Oh, mierda. Iban a tener relaciones carnales, los muy hijos de puta. ¿Y ahora qué? Caliborn miró abajo, su erección prominente, su respiración entrecortada. Pensó ‘A la mierda’, y continuó contemplando la pantalla, siguiendo el caminar de los chicos con su mirada.
Bueno, tal vez no sería tan malo. Todo el mundo sabía la putita que era Jake. Quizás tendrían… sexo tímido. Oooh, eso estaría bien. Sí, Dirk sujetando las muñecas de Jake mientras este intentaba resistir sus gritos de placer. Que no podría retener y soltaría como una guarra. Sí, eso sería completamente impúdico. Uno podía aprender a gustarle cosas. Aunque estas fueran aberraciones. ¿Qué más daba? Se suponía que él era el malo, ¿no? Podía hacer lo que le diera la real puta gana.
Con la sonrisa de nuevo en la cara, observó a los muchachos darse besos mientras avanzaban dentro de las ruinas, agarrándose y sus manos intentando quitar algo de ropa, buscando el roce de sus cuerpos, piel a piel. Dirk besaba apasionadamente, como todo lo que hacía, mientras que Jake intentaba mantener el ritmo, devolviendo los besos con fervor, dedos deslizándose bajo camisetas y armillas. Sus cuerpos chocaron contra las paredes del templo en el que habían entrado, el polvo de las piedras cayendo sobre ellos como si de nieve gris se tratara, pero ninguno pareció notarlo.
Gimiendo por lo bajo, Caliborn retomó su previa acción, sus garras acercándose a su miembro y rodeando la punta, el roce eléctrico y placentero. Lo incorrecto de la acción la hacía aún más deleitable, como si estuviera haciendo algo fuera de las reglas. Le encantaba romper las reglas.
Dirk asumió el control, girando sus cuerpos para que su pecho estuviera contra el de Jake, el último quedando efectivamente atrapado entre su amigo y la pared. Un brazo de Dirk se envolvió a la cintura de su amigo, deslizando su mano por debajo de la camiseta y arañando con suavidad su espalda. Jake inclinó su cabeza hacia atrás y soltó un gemido grave y sonoro, que hizo eco por toda la sala, multiplicando su volumen. Caliborn no pudo evitar su suspiro de satisfacción y sus movimientos se hicieron más rápidos, sus dedos tirando de su pene con fuerza, apretando ligeramente en la cabeza.
Aprovechando el ángulo, Dirk movió sus labios hacia el cuello de Jake y mordió ligeramente, su mano libre quitando su chaqueta. Él se dejó hacer, ladeando su cabeza para permitir la intrusión y susurrando el nombre de su novio, sus manos agarrando sus caderas para intentar mantenerse en pie. Sin perder un segundo, Dirk apartó sus manos del cuerpo de Jake para quitarse su camiseta, revelando su contorneado torso, y acto seguido volvió a atacar a Jake, tirando de su camiseta con urgencia, sacándola del camino. Sus torsos chocaron, ahora sin obstáculos, y los chicos compartieron otro apasionado beso, todo lenguas, dientes, humedad y calor.
Sólo podía escucharse el sonido mojado de besos y el deslizar de la mano del querubín en sintonía con el jadeo de los tres, todos luchando por conseguir algo de aire en aquel apasionado instante. Caliborn observaba fijamente, sus ojos fijándose en el cuerpo de Dirk, sus manos, sus brazos, su torso, su boca… Era repugnante y era perfecto.
Justo entonces Dirk soltó un gruñido de placer, la mano de Jake sobre su paquete, masajeándole la erección, y Caliborn empezó a bajarse los pantalones, sentándose a la punta de la butaca para hacer más fácil la penetración. Siguió masturbándose y esperó, mirando como los chicos se acababan de desvestir completamente. Quería hacerlo cuando ellos empezaran. Una pequeña cortesía por su parte.
Dirk había dejado caer la cabeza, sus manos apoyadas en la pared por encima de la cabeza de Jake, jadeando mientras éste se arrodillaba y sostenía su pene con delicadeza, plantando pequeños besos sobre la cabeza, ya mojada con algo de pre-semen. Miró hacia arriba, dedicó una pequeña sonrisa a Dirk y acto seguido pegó un lametón a la cabeza entera, girando la lengua y trazando una línea húmeda hasta la base.
–Ohhh, mierda, Jake…
Eso es, puta, chupa como la guarra que eres. Caliborn acercó su vibrador verde y se lo llevó a la boca, humedeciéndolo para hacer más fácil la entrada luego. Accionó el vibrador y gimió ante la sensación, el agarre en su pene volviéndose irregular y su respiración entrecortándose.
Utilizando sus dedos índice y pulgar, Jake rodeó la cabeza del pene y abrió la boca, posando sus labios en la punta. Con un suave movimiento hacia abajo, empezó a introducirse el pene y descendió junto a sus dígitos, retirando la piel que lo cubría en una bajada firme y constante que acompañó con unas lamidas.
Dirk sólo podía soltar cortas exclamaciones sin sentido alguno y el nombre de Jake en su garganta, sus dedos entrelazándose en el pelo de su novio y su otra mano temblando sobre la rocosa pared. Jake subía y bajaba su cabeza, emitiendo pequeños sonidos y succionando alrededor del pene de Dirk lo mejor que podía sin ahogarse, degustando el sabor y rozando con gentileza sus dientes sobre la piel, haciendo que Dirk se estremeciera.
Sin poder aguantarlo más, Dirk apartó suavemente la boca de Jake de su pene, ganándose un sonido de protesta que fue rápidamente silenciado en cuanto le hubo girado, encarado a la pared y doblado hacia delante, bajándole los pantalones por el camino. Jake se aferró a la pared como pudo, intentando ver por encima de su hombro lo que hacía Dirk. Éste se llevó a la boca dos dedos, los lamió lo mejor que pudo y los acercó a la entrada de Jake. Un grito ahogado fue toda la respuesta que obtuvo, así que empezó a meter un dedo con suavidad.
–Shh, tranquilo. Simplemente relájate…
Ah, joder… Caliborn tocó su agujero con la punta del consolador, rodeando con círculos el músculo y finalmente empujando hacia dentro con algo de agresividad. Como le gustaba. Soltó un profundo gemido, masturbándose en un ritmo síncope a las estocadas con el vibrador. Alzó la vista de nuevo para ver como Dirk estaba ya con tres dedos metidos en el agujero de Jake, un Jake sudoroso y jadeante, abriéndose de piernas y suplicando por el pene de Dirk sin vergüenza alguna. Caliborn sonrió al ver eso, y accionó el vibrador al mismo tiempo que Dirk se introducía con un solo empuje. Jake maldijo por lo alto, Dirk aferró con fuerza las caderas de Jake y Caliborn se regodeó en las vibraciones de su querido consolador, olvidándose de su pene y utilizando ambas manos para mover el juguete dentro de él. Era maravilloso, el placer consumiéndole, ojos cerrados y el ruido de ambos chicos moviéndose dentro y fuera, gritos y gemidos.
Dirk embistió a Jake con firmeza, buscándole la próstata y alargando una mano para masturbarle. Jake apoyó sus antebrazos en la pared, buscando un apoyo mayor ante la fuerza de los empujes de Dirk, sintiendo el pene por todo su interior. El calor era sofocante y la pared le hacía daño, pero no le importó en absoluto en cuanto Dirk encontró el punto perfecto.
Con un grito ahogado, Jake empujó hacia atrás y en un glorioso momento, los tres entraron en unísono, las embestidas de Dirk y su mano en el pene de Jake, llevando un ritmo al compás de la mano de Caliborn, el juguete con una velocidad parecida a las respuestas de Jake. El eco devolviendo todo ese obsceno ruido, las vibraciones llenando un vacío inexistente.
Unos momentos más y todos llegaron al clímax, Jake corriéndose en la mano de Dirk y éste en el agujero de Jake, mientras Caliborn manchaba todo el panel de control con un insulto gritado. Los jadeos envolvieron el espacio, y todo pareció inerte durante unos pocos minutos, unos minutos inusualmente relajados.
Entonces Dirk se levantó, ayudando a Jake a incorporarse, y ambos se sonrojaron ante el ímpetu que les había llevado la situación. Dirk tentativamente le tendió su camiseta a Jake para que se pudiera lavar el torso. Éste la cogió con unas ‘gracias’ murmuradas, ambos muriéndose de vergüenza pero sin lamentar ninguna de sus acciones.
En otro lugar, Caliborn maldecía haber dejado encendido la pantalla, porque los chicos volvían otra jodida vez a ser indecentes.
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Oi! Oi! Aqui esta mi dibujo!! Dirk y Janeeee! Todavia estoy a tiempo??
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eeeeh la primera parte de este regalo puesto a que no pude hacer la otra, quizas de la otra en enero uvu
por mientras, una aradia de disculpas
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gomen jamás había dibujado esos engranajes o lo que sean pero no quería dejarlo tan vacío omg
anyway a quién corresponda, espero que te guste!!! <3 not gonna lie fue divertido omg hacía mucho que no hacía al david
feliz navidad ´v`
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