Tumgik
#Aitana y Milo
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-¿Te ofrezco un café?
Le digo a Milo mientras dejo mis cosas en la mesa del comedor, así que lo que menos me espero es que me tome por detrás e intente besarme, mientras me zafo hábilmente y lo encaró de frente.
-Bueno, pero tú estás loco, o, ¿quién te crees? ¡Qué te pasa Milo! Las cosas no son así de simples. 
-Nunca antes te molestaste por eso, no veo por qué ahora no pueda hacerlo. ¿Está mal? Por lo que sé nuestra relación se basa en eso precisamente, en que nada está escrito. 
¡Cínico, este hombre es un cínico! Suelto una carcajada de esas macabras tipo bruja y le gritó:
-¿Cuál relación es esa según tú? Muero por enterarme qué es exactamente lo que tu tóxica y retorcida mente cree que tiene conmigo. 
Milo abre los ojos como platos y levanta la voz.
-¿Por qué chingada madre sigues pensando que te estoy mintiendo 24/7 con lo que siento por ti? Así no me ayudas en nada Aitana, ¡simplemente no puedo contigo, no te entiendo!
¡Mierda! Todo el problema es porque no me puede controlar.
-No, no es que no lo crea, es que más bien, sé de dónde viene eso que sientes según tú. Se llama marcar mi territorio, así como animalitos, ¿no? Si ya cogimos, soy tuya, nada ni nadie puede tocarme mucho menos osar verme. ¿Es eso? Quieres decirles a todos que esta hembra es tuya. Perdón, ¿en qué siglo de la prehistoria estamos?
-¿Por qué todo lo tienes que complicar? 
Suelto otra carcajada mucho más sonora y malévola que la primera. 
-Milo, Milo, yo no compliqué nada, esto de lo que tanto te quejas, es algo que provocamos los dos, y hay que aprender a repartir culpas. Si lo que quieres es una relación formal, conmigo no es. Ya tienes una mujer esperándote en casa, y ella te puede dar todo eso que me estás pidiendo a mí, no más bien, ya te lo dio, es solo que estas como se dice vulgarmente, enculado conmigo. 
-Vine a pasar el fin de semana contigo y no pienso irme hasta que terminemos en la cama abrazados. 
¡Alguien venga a explicarle a este hombre con manzanas y peras!
-Híjole Milo, agarra una silla porque te vas a cansar de esperar que eso pase. 
Digo y me encierro en mi cuarto y le pongo llave, pego la cabeza a la puerta para escuchar cómo Milo se marcha, pero no se oye nada. Así que decido aventarme a la cama y me doy cuenta que dejé mi celular afuera, ¡coño Aitana!
-No me pienso ir eh, voy a buscar qué preparar de cenar y espero que cuando termine de hacerlo salgas y lo pruebes. 
Milo piensa que voy a ceder, pero no me conoce, así que...game on. 
Tessa
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-Hola Milo, yo estoy bien, ¿tú? Si me disculpas, tengo que irme a mi casa. 
Pero no se mueve, se queda parado enfrente de la puerta. 
-¿Puedes hacerte a un lado? O, ¿vamos a jugar?
-Te hice una pregunta y no me has contestado. 
-No me acuerdo. Y como te dije, necesito pasar. 
-¿Vamos a mi casa? O, ¿la tuya?
-A ninguna de las dos, por favor déjame pasar. 
Impávido, se recarga ahora en la puerta. 
-Podemos pasar toda la noche acá, eh, yo no tengo problema. 
-Dale, yo tampoco. 
Empiezo a caminar hacia los elevadores y me alcanza y toma del brazo. 
-No me hagas esto Aitana, por favor. 
-¿Hacerte qué? Caminar, irme a mi casa, que te pida que te muevas de mi coche. ¿Qué es lo que no quieres que te haga?
-Ya, ya, perdón, es que no te he visto y...
-Tampoco es que me has buscado, supongo que la urgencia de verme o hablar no es mucha, ¿no?
-Ves, por eso prefiero no hacer nada, porque siempre, siempre terminamos peleando o...
Mmmm, no, te equivocas, me buscas, te apareces de la nada, cogemos, me das mil excusas para no comprometerte a lo que sea que es esto, prometes también que es real, y desapareces. 
Milo se queda callado porque sabe que esa es su forma de relacionarse conmigo. 
-Listo, esta conversación se acabó. 
Decido regresar a mi coche, y caminó lo más rápido que puedo, pero Milo llega a la puerta antes que yo. 
-Aitana, no hagamos escenas de película romántica. 
Suelto una carcajada. 
-¿Película romántica? Más bien de terror y tóxica. 
En cuanto lo digo, Milo se hace a un lado y tomó mi oportunidad para abrir la puerta y subir al carro. Camina cinco pasos a un lado y me arrancó, el ramo de flores vuela por el parabrisas y alcanzó a ver por el retrovisor como Milo levanta los brazos y grita algo inaudible. 
Tessa
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Decidí no cambiarme, creo que Milo vería el esfuerzo que estoy haciendo por verme bien, así que me dejo los jeans y la camisa tipo hawaiiana. Parezco adolescente mirándome cada tres minutos delante del espejo. 
Le mandé un mensaje a Rach diciéndole que nuestro plan quedaba cancelado por causas de fuerza mayor, lo último que necesito es un sermón de su parte. 
Una vez que suena el interfono y el portero me dice que tengo visita, le pido que lo haga pasar. ¡Mierda! Las manos me sudan. 
Cuando toca el timbre, siento el maldito zoológico en el estómago, no solo las mariposas esas mentadas que dice la gente. Muy bien Aitana, inhala rosa, exhala negro, y que pase lo que tenga que...
-Hola, traje esto, pensé que te gustaría. 
Chocolates y vino blanco, vaya que este hombre guardó muy bien en su cabeza mis favoritos. Lo recibo con un beso y un abrazo y le digo que siga. 
-Me gusta tu depa, céntrico, y además espacioso. 
-Sí, desde que lo vi anunciado supe que era para mí, pero el dueño no quiere vendérmelo dice que es una joya familiar, y que si lo hace será cuando el infierno se congele. Creo que es una bonita forma de decirme que mientras viva, nunca será mío. 
Veo que Milo sonríe, así qué le digo. 
-¿Mencioné algo gracioso? O ¿por qué te parece chiste que no me lo quiera vender?
-Hay muchas cosas que quieren ser tuyas, pero a veces no las dejas, ¿o no?
¡Mierda! Aitana y su gran bocota...
Tessa 
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-Creo que no sabemos nada el uno del otro, y nos hemos precipitado en muchos aspectos, así que, ¿te propongo que llevemos esto más tranquilo? Yo no quisiera arruinar la relación que tenemos con...todo lo que ha pasado. 
¡Qué tú quieres qué! Coño Milo, pero, ¿qué te pasa? Ahora resulta que quieres que seamos los mejores amigos antes de que pasé otra cosa. ¿En serio? Después de todo lo que sucedió, debes estar loco de atar. Aitana, inhala rosa, exhala negro...
-Sí claro, no tengo tema, ¿te sirvo agua? 
Trata de sonar lo más relajada posible, no hagas dramas, recuerda que entre él y tú, no hay absolutamente nada. N A D A. Así con mayúsculas. Entonces, se me ocurre algo. 
-Me das un segundo, ahora regreso. Le digo y me meto directo a mi cuarto. 
Rach, ¿quieres venir a cenar al depa? Perdóname fren, pero ya sabes, estoy hecha una loca. ¿Te lanzas?
-Enviar-
Si quiere jugar a que no pasa nada, pues perfecto, hagámoslo así, después de todo, tan amigos como siempre, o, ¿no?
¡Hola amiga! Ay claro, cero que tengo plan, ¿quieres que te lleve algo? Un sushi, botanitas, ¿que se te antoja?
-Responder-
Tráete lo que tú quieras, el sushi está perfecto, y si quieres unas cervezas. Acá te espero. Beso
-Enviar-
Después de mi maquiavélico plan, salgo a ver a  mi querido invitado, quién decidió hurgar en mi departamento y está ahora sentado en el balcón con dos copas de vino y los chocolates. Así que lo alcanzó y me siento en una de mis sillas Acapulco y que me vendieron en una ganga, y me acerca una copa. 
-¿Brindamos? Me dice coqueto.
Seguro, gran idiota, brindemos, asiento y sonrío. 
-¿Por qué te gustaría brindar?
-Por los amigos Milo, por los buenos amigos...
Salud, idiota.
Tessa 
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-No lo entiendo, de verdad Rach, o sea, sí me es claro que hemos cometido el error de seguir haciendo lo que pues bueno, tendríamos menos que hacer, pero ya pasó. No vuelvo a coger con él. 
-Eso no te lo crees ni tu misma Aitana, por Dios, todas las veces que se te aparece terminan en la cama. Cosa que en efecto no es buena para nadie. Y si estás ocupando a Diego como el “un clavo saca a otro clavo”, más bien podría convertirse en que te claves con el clavo. ¡Mierda, verso sin esfuerzo!
Rach y yo nos reímos a carcajadas. 
-Con Diego es distinto, preguntó lo básico y aceptó el reto. Estamos muy tranquilos con lo que sucedió y no ha habido reclamos. Pero Milo, ¡coño Rach! Todo quiere saber, le molesta que no ceda y si cedo entonces tengo que ser solo para él, y para firmar exclusivas ni que fuéramos protas de taranovela. 
-Mmm, ¿Diana te ha preguntado o insinuado algo? 
-Diana, pobre Di, la neta el otro día la odié con todas mis fuerzas, pero después entendí que ella no tiene la culpa. Si Milo le endulza el oído como hace con todas, pues cae. No sé si sea inmadurez o que está enamorada perdidamente de él. 
-Ay Diana, sí la he visto, es más creo que hasta le cuida la chamba a Milo y él la usa. Creo que su afán contigo es justo ese, que no puede usarte o que no sabe más bien cómo enredarte. 
¿Y sí Rach tiene razón? Que Milo está viéndome como una especie de reto porque no cedo ante sus artilugios amatorios. ¡Mierda! 
-¿De Angélica te dice algo más que quiere intentarlo? 
-Otra, pobre, ¿crees en el karma? 
-¿Que si creo que se te va a regresar el que te estés cogiendo a Milo cuando está en una pseudo relación con alguien de su pasado? No sé si el karma te va a coger con él, o  con el que sigue. 
Coger, todo lo que he hecho en estos últimos días tiene que ver con eso, joderme por coger. 
Tessa
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¿Podemos hablar? 
Y dale con este que quiere hablar, no sé de qué exactamente, pero el señor quiere reafirmarme qué, no sé. 
-Responder-
Sorry, tengo mil pendientes, ¿pero sobre qué exactamente? O sea , ¿de qué quieres platicar?
Espero por su bien que entienda mis negativas y deje de aparecerse en mi departamento, o en general en dónde sea. 
De nosotros y lo que sentimos y que esto no es un juego. ¿Sales con Diego? 
Ahh, ya salió el peine. Con que lo que necesita saber es si es de uso exclusivo. ¡Idiota!
-Responder-
Y sí salgo con él, ¿hay algún problema? O necesito solo acostarme contigo para que tengas paz mental.
¡Cínico! De verdad que esa Dianita es más venenosa de lo que creí, ya me imagino lo que le contó, y si Diego le comenta cosas personales y sabe que estuvimos juntos, ¡no bueno! Pueblo chico, infierno grande. 
Aitana, quiero saber en dónde estoy parado contigo y dejar de confundir las cosas. Para mí todo lo que ha pasado ha sido real, y siento cosas contigo que hace mucho no me pasaban, Angélica es Angélica. ¿Sales con él o no?
Y si le digo que salgo con él, ¿cambia en algo la situación o cómo? ¡Mierda, se cayó de cabeza de chiquito! 
Tengo muchas cosas que hacer como para estar perdiendo el tiempo tratando de contestar preguntas que creó para ambos son claras. Yo no ando pedaleando bicis ajenas, si quieres jugar a la casita, hazlo. Y si lo que quieres saber es si tengo algo con Diego, la respuesta es: no sé. 
Pongo en silencio el teléfono y me concentro en el correo que voy a enviar. 
¡Para cínicos, yo!
Tessa
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Cuando me despierto, Milo no está, así que me levanto y empiezo a buscarlo sin tener éxito. 
Pienso tontamente en que tal vez me dejó algún mensaje pero tampoco hay nada en mi teléfono. ¡Mierda Aitana! ¿Sería un error? ¡Coño! Me dijo que no quería cagar nuestra relación, pero, ¿cuál relación? ¡Fack! En eso vibra el celular y se me iluminan los ojos por un momento, solo para darme cuenta que es Rach. 
¿Y? ¿Qué tal? ¿Es bueno? ¿Te gustó? 
Y mi amiga intuye bien qué fue lo que pasó anoche, así que trató de disimular un poco y contestó:
Buenos días por la mañana amiga, ¿qué tal te amanece? Yo, bien.
-Send-
Aitana, no nací ayer, ni tampoco soy tonta, sé que pasó la noche contigo, me mandó un mensaje como a las seis de la mañana, preguntando si tenías un juego de llaves extras porque olvidó que tenía algo. 
¡Cómo! O sea que no se fue porque se arrepiente, sino, ¿que tenía algo que hacer?
Ya, ya Rach, perdón, estaba tratando de recuperarme del shock de levantarme y sentirme como dama de la vida galante, nada más le faltó dejar el dinero en el buró. Guiño, guiño. 
-Send-
Jajajaja, no me hagas reír, creí que no iban a pasar la noche juntos, pensé que alguno de los dos iba a caer en la cuenta de que es un error, pero aparentemente la única que piensa eso soy yo. Aitana, yo no sé si realmente lo que me escribió era verdad o un cuento chino para no darte explicaciones cuando le pidieras el segundo round. Guiño, guiño. 
Tiene un punto, ¡coño y más coño!
Mmm, no lo sé Rach, ¿quieres venir hoy y ver pelis y ayudarme a pensar? 
-Send-
No es ciencia oculta lo que tienes que pensar, pero voy. Hagamos un brunch. Beso. 
Veo el chat de Milo, ¿le escribo? No, no, ya Aitana, un error a la vez. En eso vuelve a vibrar el teléfono, siento un vuelco en el estómago, solo para ver que es Diego.
¡Hey! Perdón que te dé lata en domingo, mi jefe me pidió buscarte...no eso es mentira, ¿podemos vernos? 
¡Aitana, Aitana, Aitanita! Si no es Chana es Juana. 
Tessa
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Mientras acompañó a Diego a la puerta, alcanzó a ver que la pantalla del celular se prende, debe ser Rach que se muere por saber todos los detalles, sonrío para mis adentros y le doy un pico a Diego y nos despedimos como si de verdad fuéramos pareja. 
En cuanto se cierra la puerta corro a ver mi cel...
-Llamada perdida de Milo Nájera-
¡Mierda! Con todo esto de Diego, Milo se me había olvidado por completo, pero no es suficiente con llamarme, tengo más de 30 mensajes de Whatsapp de él, de Rach, nada. 
Hey, ¿cómo andas? Pasé a tu lugar pero no tuve suerte, ¿todo bien?
¿Podemos hablar? ¿Crees que pueda ir a tu depa?
Siento que soy bastante insistente, pero, es que no hemos tenido oportunidad de platicar y nos lo debemos. Perdón si fui un idiota en la junta. 
Hola Aitana, comienzo a preocuparme, Raquel me dijo que te buscó ella también pero que no sabe nada de ti. ¿Estás bien?
Aitana...psst, psst. ¿estás ahí? 
Pero el último mensaje es el que me deja fría.
Hey, estoy a cinco de tu depa, sorry, como no contestas, tengo que asegurarme de que estés bien. 
Veo la hora en que se envió y eso fue hace cinco minutos, ¡coño, coño! 
Aprieto el botón de redial para regresarle la llamada, suena y suena, pero no atiende. 
En eso el timbre moderno que tiene el departamento hace su entrada triunfal, intentó calcular el tiempo en el que Diego se fue y empecé a ver los mensajes. 
Abro la puerta y me tiemblan las piernas, y no por las mismas razones de hace un rato...
-¡Hey tú! Gracias a Dios, estás bien, me sacaste un susto. 
Milo me abraza y yo no puedo creerlo. 
Tessa 
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Hola Milo...
Escribo pero no puedo continuar, ¿qué se supone que tengo que contestar? ¿A qué estoy jugando? Todas son preguntas que ya me hecho lo suficiente, pero no alcanzó a entender por qué no puedo dejar de pensar en él. 
Su boca recorriéndome, las manos tomando todo aquello que pueden, las miradas, y...¡Pum! Angie, la tierna amiga en desgracia, inunda mi cabeza. 
Raquel me lo dijo también, Milo es peligroso, no es la primera vez que se le mete hasta los huesos a alguien para después hacerla pedazos. Pero, ¿estoy dispuesta a que eso suceda?
Hagamos una lista de “Pro´s y Con´s”, tal vez me ayudé en algo a decidir lo que sea que quiera decidir. 
Me regresa a la realidad una llamada entrante en la laptop, ¡mierda, es Diego! Dejo que entré el buzón y me levantó por una cerveza, después de todo en algún lugar del mundo ya debe ser la Happy Hour. 
Regreso a mi improvisada oficina en casa, y le doy reproducir al buzón de voz que tengo de: Buenrostro, Diego. 
-Aitana, hola, Diego de nuevo, perdón que sea tan insistente, Ricardo te ha estado buscando pero dice que no ha tenido suerte, podrías regresarnos la llamada, es algo urgente. Gracias. 
¡Coño, Diego me busca por trabajo! Así que buscó en el chat empresarial a Barragán Díez, Ricardo, el jefe de Diego, y le doy clic al ícono de teléfono. 
¡¿En dónde tengo la cabeza?! 
Lo pienso y sonrío, sé perfectamente en dónde la tengo, pero no pienso decirlo en voz alta. 
Tessa
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-No te entiendo, de verdad que no. Primero te escondes de ellos hasta por debajo de las piedras, y ahora resulta que hoy cenas con uno y mañana comes con otro. Yo lo único que te digo, es que estás metiéndote en camisa de once varas.
Rach me voltea los ojos y la cabeza en señal desaprobación.
-Mira, es una excelente oportunidad para que las cosas se aclaren y todos tan amigos como siempre. Diego es un escuincle que quiere jugar con fuego y...Milo no es tan mocoso, pero seguro quiere lo mismo. Además, ¿quién dice que yo quiero lo mismo que ellos?
-La única que se cree eso último, eres tú. Aita, por Dios, eres mujer no un palo, y la atención de estos dos te puede nublar el juicio. Bueno, mas bien ya estás con una masa cálida en esa cabeza. Te lo digo seriamente, piénsalo antes de hacer cualquier cosa.
Raquel tiene razón, suena bastante tentador estar con los dos, pero tiene sus riesgos. Ultimadamente, los hombres juegan así, ¿qué no? Ahora me toca a mí, lista o no, aquí voy.
Tessa
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-Ves cómo arruinó las cosas, siempre me pasa lo mismo, la cagó horrible en mis relaciones. 
La cara me arde cuando Milo dice eso, ¡quién carajos se cree! ¿Y desde cuándo esto es una relación? Así que sin más le suelto.
-¿Relación? No Milo, pero por eso no te preocupes, tuvimos sexo, no hay nada más allá. Porque estás de acuerdo que somos “amigos”, y levantó las manos para gesticular un par de comillas, desde hace poco. Entonces no te equivoques, ni pongas etiquetas en donde no van. 
Abre los ojos como platos. 
-Aitana, es que yo...
-¿Tú qué? Sentiste algo más, o, ¿sientes algo más? No creo que por una sola vez que hayamos estado juntos, ya te enamoraste de mí perdidamente, ¡no chingues, a poco tan buena soy! 
Sonrío.
-Mira, la verdad es que no sé qué demonios va a pasar entre Angélica y yo, y finalmente si dices que podemos ser tan amigos como siempre, me parece perfecto, necesito la opinión de mi amiga, ¿será que me la puedas dar? La opinión digo, ahora él sonríe. 
¡Hijo de! Mejor no digo de quién, es un idiota, de verdad un idiota. 
-Cómo te dije, haz lo que mejor te parezca, si crees que es una excelente oportunidad para ver cómo funcionas en matrimonio, pues adelante. 
Tranquila Aitana, no suenes despechada. 
-¿Matrimonio? Pero si solo vamos a vivir juntos, bueno, o sea, ya vivíamos como roomies, solo que ahora eso va a cambiar a que compartamos cama. 
-La idea de que alguien viva con otra persona, enseria cualquier relación Milo, tampoco te equivoques, y si ella o tú en algún punto anterior hablaron de matrimonio o de compromisos, pues, tómalo en cuenta. 
-Mmm, no, nunca se habló de eso, la verdad es que me agarró por sorpresa su proposición.
-Dale, pues que no te tome más y decídete. 
Cuando empieza a sonar mi celular, siento que me salvó la campana, es Blanca, mi jefa, como hoy no estuve todo el día en la oficina, seguramente querrá saber qué mosco me picó. 
-Perdón Milo es Blanca, y como no me conecté hoy, no sé cuánto tiempo me va a llevar la llamada. 
-Sí claro, sé el camino. 
Así que contestó el teléfono mientras Milo abre la puerta y se va, sé que también será de mi vida. Dramas no, eso me prometí la última vez y lo voy a cumplir. 
Tessa
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