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#Museo Carlos Darwin
jujuygrafico · 1 year
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La Noche de los Museos en todo Jujuy
#Cultura #Turismo #Provincia | #LaNochedelosMuseos en todo #Jujuy
Dieron a conocer detalles de la de la 11° Edición de la Noche de los Museos, que el próximo viernes tendrá apertura a las 18 horas en las 4 regiones que simultáneamente en las Yungas, Valles, Quebrada y Puna, estarán habilitados los museos, salas y espacios culturales de la Provincia, municipales e independientes para esta actividad. El Secretario de Cultura, Luis Medina Zar junto a la…
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cmatain · 2 years
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«La vida de Cajal transcurrió en una época en la que se produjeron grandes avances científicos. En su etapa de formación, los descubrimientos de Lamarck, Spencer y Darwin le mostraron un mundo apasionante. La lectura del libro _La Patología celular_ de Virchow le permitió apreciar el papel esencial de la unidad celular en la evolución fisiológica y patológica. Cajal consagró cincuenta años de su vida a la investigación del sistema nervioso, formuló la teoría neuronal y realizó contribuciones esenciales sobre la estructura y la función del sistema nervioso, la transmisión interneuronal del impulso nervioso, los procesos de regeneración y degeneración, la identificación y la función de la glía y otros aspectos que le convirtieron en uno de los principales fundadores de la neurociencia moderna. Tal como afirmó Pío del Río Hortega, la ciencia “brotaba a raudales de su talento”. Sus descubrimientos fueron reconocidos por la comunidad científica internacional con la concesión de distinciones prestigiosas como el Premio Moscú (1900), la Medalla Helmholtz (1905) y el Premio Nobel de Medicina (1906). Además, realizó una relevante labor de magisterio, sin parangón en la universidad española, ya que formó a un conjunto de investigadores que integraron la Escuela de Histología Española. Por todo ello, ha trascendido a las circunstancias de su época y continúa siendo uno de los protagonistas de la ciencia contemporánea.» Texto: Francisco Cánovas Sánchez, _Santiago Ramón y Cajal. Maestro, científico y humanista_, ed. de José Luis Puerta, Madrid, Alianza Editorial, 2021, pp. 16-17. Imagen: Exposición «Santiago Ramón y Cajal» en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC), Madrid. Comisarios: Cristina Cánovas y Juan A. de Carlos. #RamónyCajal #SantiagoRamónyCajal #AñoRamónyCajal #PremioNobel #PetilladeAragón #Investigación #Ciencia https://www.instagram.com/p/Ch30Y8NMxRR/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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laquimeradegupta · 4 years
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EL APOYO MUTUO EN AVES: mutualismo, vuelos en V y conciencia de uno mismo
En esta primera parte abordaremos el apoyo mutuo intraespecífico con ejemplos en fringílidos, córvios y en algunas de las grandes aves migratorias. Con la evidencia presentada se sugiere que el apoyo mutuo o mutualismo ha sido una fuerza moldeadora de la evolución del comportamiento en las aves y que las hipótesis de la selección por parentesco no llegan a explicar fenómenos que ocurren mucho más allá del grupo familiar.
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Todos hemos tenido la oportunidad de observar en nuestras campiñas, parques o caminos cómo pequeños pájaros se alimentan de semillas, restos de alientos o cualquier otro recurso calórico. Si nos fijamos con atención veremos que, en múltiples ocasiones, estos grupos de pájaros, a veces no tan pequeños, son diversos: no están compuestos de una sola especie de ave. Podemos observar gorriones paciendo amistosamente con verdecillos, palomas y otros columbiformes, estorninos; podemos observar en nuestros campos cómo grupos de jilgueros, verderones y lúganos viajan de aquí para allá, comiendo bayas de los arbustos que abarrotan lo húmedos bosques de ribera; podemos ver a numerosos buitres aprovechando las corrientes ascendentes, que se generan tras las primeras horas de sol, para con el mínimo consumo energético, recorrer grandes distancias y, a estos buitres, compartir estas ascendentes con cigüeñas y alguna que otra rapaz despistada. Sin embargo, cuando uno se asoma al paradigma actual (ya no tan actual) sobre la evolución y, sobre todo si nos centramos en las historias naturales asumidas para la mayor parte de aves, vemos cómo lo que predomina es la narrativa de la competición, el egoísmo y la destrucción del extraño.
Ya en fechas tan tempranas como 1902, el excelente geógrafo, naturalista y filósofo anarquista Piotr Kropotkin, reflexionaba sobre esta cuestión. Habiendo estudiado la geología y la geografía, así como la flora y la fauna de las estepas siberianas para el Imperio ruso, se dio cuenta que la competencia entre los organismos allí era prácticamente inexistente. Los ambiente depauperados o poco productivos parecían producir, por el contrario, numerosas asociaciones entre especies. En su texto, "El apoyo mutuo: un factor en la evolución", relata en el primer cuarto de libro las diferentes asociaciones que se encontró en estos inóspitos parajes y la interpretación mutualista que les otorgaba (1). Nunca llegó, como afirman otras voces, a despreciar lo que Charles Darwin y Alfred Russell Wallace habían teorizado casi 50 años antes. De hecho, valoraba muy positivamente que Darwin hubiera reconocido que había sido preso de sus propias convicciones victorianas al interpretar el concepto "la lucha por la supervivencia" de una forma estrecha (como los estaban ya haciendo los eugenetistas y los partidarios del sociólogo Herbert Spencer en la época en la que Kropotkin publicó su manuscrito).
"Luego sucedió con la teoría de Darwin lo que sucede con todas las teorías que tienen relación con la vida humana. Sus continuadores no sólo no la ampliaron, de acuerdo con sus indicaciones, sino que, por lo contrario, la restringieron aún más (...)", escribió Kropotkin. Con la teoría darwinista "nos permitió abarcar, en una generalización, una vastísima masa de fenómenos, y esta generalización fue, desde entonces, la base de todas nuestras teorías filosóficas, biológicas y sociales. (...) La adaptación de los seres vivientes a su medio ambiente, su desarrollo progresivo, anatómico y fisiológico, el progreso intelectual y aun el perfeccionamiento moral, todos estos fenómenos empezaron a presentársenos como parte de un proceso común" (1, p. 34).
Ese era el legado de Darwin y Kropotkin no abjuraba de él. Pero, como miembro de lo que después se conocería como "escuela rusa de la evolución", Kropotkin labró sus conocimientos científicos y sus investigaciones en un mundo completamente distinto al de Darwin y Wallace. Darwin, cruzando medio mundo pero, sobre todo, realizando sus más profundos trabajos en las Galápagos, en las Islas del pacífico y en Inglaterra; Wallace, en el archipiélago malayo percatándose de la profunda diferencia que existía entre la fauna (y en menor medida en la flora) al norte del estrecho de Macasar y el Mar de Célebes (Islas de Borneo, Java, Sumatra y Filipinas y el conjunto del continente asiático) y el sur de esta línea (Islas Célebes, Timor, Archipiélago de Flores, Nueva guinéa, Australia y el resto de Islas del Pacífico). La famosa línea de Wallace, que divide el contienente asiático del de oceanía, es famosa por su biodiversidad. No era, precisamente, un lugar inhóspito.
Por su parte, los naturalistas y biólogos rusos desarrollaban sus investigaciones en zonas donde la densidad poblacional, tanto de plantas como de aniamles, era bastante baja y donde la lucha por la supervivencia era más contra el medio. De hecho, esta es la situación habitual en la naturaleza. Los ecosistemas que producen excedentes y son capaces de mantener grandes poblaciones son la excepción, y no la norma, de la ecosfera.
Esta "escuela rusa de la evolución" daría muchas gratas noticias al conocimiento universal en el futuro. El prominete zoólogo Karl Fiódorovich Kessler 25 años antes que Kropotkin tenía una comprensión de la evolución mucho más cercana a Kropotkin y al Darwin más cooperativista (el del "Origen del hombre"), que no a los defensores de la teoría de la evolución contemporáneos a Kropotkin
"No rechazo la lucha por la existencia, sólo afirmo que el desarrollo progresivo, tanto de todo el reino animal y, sobre todo, de la humanidad no esfacilitado por la lucha mutua tanto como por la ayuda mutua" (2).
Otros autor de la Escuela rusa de la evolución fue nada más y nada menos que Konstantín Sergéyevich Merezhkovski, un botánico y especialista en líquenes que postuló el origen simbiótico de los cloroplastos y que, solamente comenzamos a conocer sus hipótesis gracias al inmenso trabajo de Lynn Margulis y la teoría endosimbiótica. Esto deja claro que, diferentes concepciones de la realidad, producen diferentes teorías de la misma, teorías que en muchos casos no son incompatibles, sino complementarias la tratar sobre diferentes ángulos de la realidad.
Así, la denominación de apoyo mutuo para aquella interacción entre individuos o poblaciones, de la misma especie o de especies distintas, parece históricamente legítima. De hecho, en nuestros libros actuales se recoge bajo el epígrafe "mutualismo".
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APOYO MUTUO INTRAESPECÍFICO
Imaginemos que, tras largas semanas de planificación con tus amistades, cogéis vuestras bicicletas y, durante 4 años, os dais a la buena vida, recorriendo pueblos, caminos, los mejores arbustos del lugar para saborear los mejores frutos de verano y otoño, los mejores árboles donde pasar la noche. Tras esos cuatro años habéis recorrido más de 1000 kilómetros (si, no habéis hecho más de un kilómetro al día, pero habéis explorado mucho en vuestro paseo). ¡Qué grandes amistades! Pues bien, si exceptuamos lo de las bicicletas y lo sustituimos por volar tenemos, exactamente, lo que hacen los lúganos (actualmente con el nombre científico de Spinus spinus).
Una investigación del CSIC y del museo de historia natural de Barcelona (España) ha encontrado que estos fringílidos tiende a viajar juntos, manteniendo pequeñas agrupaciones de estabilidad relativa (3). La mediana, con los datos recogidos en la base de datos de anillamiento europea, se sitúa en unos 21 días de viaje en grupo, con el increíble caso de un pequeño conjunto que viajó sin separarse durante casi 4 años, recorriendo más de 1200 kilómetros. También encontraron un grupo de 58 lúganos que permaneció unido durante 19 días ¡Hasta la rave más llena de estimulantes y alucinógenos tendría difícil superar semejante marca! Esta habilidad de los lúganos en concreto, y de muchos fringílidos en general (como los jilgueros, verdecillos o verderones) ya había sido intuida por muchos naturalistas que, mediante observaciones esporádicas en el campo, se daban cuenta del comportamiento grupal de estas aves.
¿Por qué viajar juntos? Según algunos de los trabajos citados por el grupo de investigación responsable del hallazgo, la clave estaría en que estos grupos se forman sobre todo al final del otoño y de cara al invierno. A finales de invierno es cuando se produce el emparejamiento y parece ser que la probabilidad de que el emparejamiento se produzca con los individuos de dentro del grupo es mucho más elevada que con cualquier otro individuo de la población. Según Juan Carlos Senar, que también participó en el anterior estudio, y otros tres colegas de la Universidad de Uppsala (Suecia), esta diferencia en la preferencia de las hembras por los machos de un mismo grupo, frente a machos de otros grupos puede llegar a ser 4 veces mayor (aunque tel factor depende mucho de lo peinado y colorido que éste, al final, esté, llegándose a igual la situación si uno se arregla mucho para la ocasión frente a un desaliñado lúgano del grupo familiar). Este tipo de grupos serían muy diferentes a los llamados grupos "fusión-fisión". Estos grupos se deshacen cada vez que termina la épica de búsqueda de pareja para volverse a formar en la siguiente y, aquí, la probabilidad de apareamiento con cualquier miembro de la especie es, en prinipio, la misma. Por tanto, tendríamos en las aves dos tipos de grupos, si atendemos a la probabilidad de relación con el "adentro y el afuera", operando.
Esto estaría indicando, en el caso del primer tipo de grupo que, además, desde el punto de vista poblacional, a la hora de la reproducción, los lúganos funcionarían como una suerte de unidad semi-cerrada: los grupos, por ejemplo, con individuos más proclives a amistades duraderas con otros lúganos, y suponiendo que esta propiedad tiene alguna base hereditaria (por aprendizaje o por herencia genética) tenderán a serlo también en el futuro (4). ¿No es esta una condición necesaria para que se produzca selección a nivel de grupo?
Además de los viajes improvisados de nuestros queridos fringílidos, existen otros viajes mucho más planificados, que ocurren todos los años con los cambios de estación y que requieren de una estructura de colaboración mucho más fuerte y desarrollada. Así como la historia de los viajes con amigos de los lúganos puede que al lector le resulte poco conocida, sí que habrá escuchado, leído o visto las formaciones en V de las grandes aves migratorias. Gansos, ibis, cigüeñas, grullas, flamencos, y un largo etcétera, utilizan estas formaciones para recorrer grandes distancias. Son grupos que, a menudo, no están formados por individuos con relaciones de parentesco.
¿Qué sentido biológico tienen estas formaciones? Desde los años 70 del siglo pasado, la hipótesis más invocada fue la eficiencia energética del grupo. Las aves se turnarían para liderar el grupo (posición esta que exigiría un elevado gasto energético) mientras que el resto iría "a rebufo", aprovechando las turbulencias generadas para impulsarse con un menor consumo de energía individual. El resultado grupal sería, también, más eficiente. Pero la primera evidencia de esto fue aportada por un grupo de 5 personas del Centro Nacional francés para la investigación que en el año 2001 y utilizando 8 pelícanos comunes (Pelecanus onocrotalus) a los que se les había implantado medidores cutáneos de la frecuencia cardíaca, observaron qué ocurría con esta frecuencia mientras volaban en formación en V (5). Estos pelícanos habían sido educados para volar siguiendo a un ultraligero. Estimaron que los gastos de energía de los pelícanos que vuelan en grupo se reducían un 14%; una estimación hecha a partir de la reducción de la frecuencia cardíaca y del número de aleteos entre un vuelo en solitario y un vuelo en V.
Una demostración más elegante, más refinada, de este apoyo mutuo para el vuelo durante grandes migraciones fue aportada por el grupo de investigación liderado por Steven J. Portugal del Real colegio veterinario de la Universidad de Londres (Reino Unido). Utilizando una bandada de Ibis eremita (Geronticus eremita) a la que también se le había enseñado a volar siguiendo un ultraligero (y que, además, forman parte del interesante proyecto Waldarapp en el cual estos Ibis eremita son entrenados con la intención de recuperar antiguas rutas migratorias perdidas por la intensa caza que esta especia ha sufrido en Europa) estudiaron, no solo el número de aleteos, sino su sincronización y el flujo de aire que creaba cada ave, demostrando que la eficiencia proviene del mejor aprovechamiento aerodinámico que realiza la formación en V durante el vuelo (6).
Es evidente que, ni la explicación de la selección por parentesco, ni la selección natural como consecuencia de la competencia, explican estos comportamientos. ¿Cuan cerrados son estos grupos de aves migratorias? ¿Podría estar ocurriendo algo similar a lo que ocurre en los fringílidos y que las aves se apareen con una mayor probabilidad con aquellas con las que vuelan comúnmente? Si esto ocurre así, es posible que la explicación la hallemos en el apoyo mutuo y la selección a nivel de grupo.
EL CASO ESPECIAL DE LOS CÓRVIDOS
Lisa Horn, del departamento de Biología Cognitiva y del Comportamiento de la universidad de Viena, explica la generosidad, ha encabezado un trabajo multidisciplinar sobre la cooperación voluntaria (7). La generosidad espontánea en los metazoos, nos dice, se ha intentado explicar, al menos, de dos formas distintas. La primera hipótesis establece como causa última de la cooperación social voluntaria la evolución de la crianza cooperativa que establecería la base de los sistemas neurobiológicos y comportamentales para el surgimiento de la cooperación más allá del ámbito de lo estrictamente familiar. Estas precondiciones, como la empatía, los niveles de estrés bajos, etc. en sí mismas serían el sustrato sobre el cual, la causa próxima puede operar. Esto podría haber promovido la aparición de comportamientos tendentes al beneficio de otros individuos no emparentados de forma voluntaria. La segunda hipótesis establecería el origen último de la cooperación voluntaria en la evolución del comportamiento gregario que, a su vez, necesita de la reducción del estrés y los niveles de agresión ante la presencia otros miembros de la misma especie (sobre todo en los casos en los que se parte de un sustrato comportamental territorial). Es más muchos autores consideran que una vida social "exigente", no solo fomentaría la cooperación, sino que estaría también detrás del origen evolutivo de la inteligencia.
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Figura 1: Sistema de balancín diseñado por los autores del estudio Horn et al. (2020) que permite conocer la tendencia a la generosidad voluntaria en los córvidos
En el estudio, trabajan sobre varias especies de córvidos. Algunas de ellas, como el cuervo grande o común (Corvus corax) y otras especies del género Corvus (volveremos más adelante sobre ellos) o los arrenjados (en concreto, el arrendajo funesto o Perisoreus infaustus) no tienen ni cría cooperativa, ni se reúnen en grupos de forma más o menos frecuente. Podríamos hablar de "córvidos individualistas". Otras especies también del género Corvus, como el grajo, la corneja negra o la grajilla occidental (Corvus frugilegus, Corvus corone y Corvus monedula respectivamente) tiene, o bien cría cooperativa (la corneja negra), o bien se reúnen en grupos de forma frecuente (el grajo y la grajilla occidental). Por su parte el rabilargo ibérico (Cyanopica cooki) presenta ambas características. Podríamos hablar, en este caso, de "córvidos gregarios y/o cooperativos".
Pues bien, este grupo de investigadores ideo un sistema para reconocer la propensión de los individuos a ser generosos de forma voluntaria con otros congéneres basado en un balancín que, mediante el peso del individuo altruista, otro congénere podría acceder a una fuente de alimentos (Fig 1.). Los resultados  demuestran, en primer lugar, la existencia del apoyo mutuo en las especies gregarias y/o cooperativas en la crianza, pero en muy pocas de las poblaciones estudiadas se daba la inexistencia de ese apoyo mutuo. Es decir, también las especies no sociales acababan por ayudar a sus congéneres a extraer comida. Enlazando con esto, la segunda conclusión es que existe una diferencia, aunque no excesivamente marcada, en la cantidad de veces que se produce esta generosidad voluntaria entre especies no gregarias y especies gregarias y/o cooperativas. La diversidad entre las diferentes poblaciones dentro de una misma especie parece indicar que los factores ambientales de cada localidad son extremadamente importantes. Los resultados también muestran, como tercera conclusión, una muy clara diferencia entre machos de especies más territoriales con los machos de la especies gregarias y/o cooperativas, siendo los rabilargos ibéricos los que obtenían una mayor puntuación en este "test de generosidad".
ESPECULANDO SOBRE LA CONCIENCIA
Y, ahora, entremos en un terreno más especulativo porque la existencia de la conciencia continúa siendo algo impermeable a nuestros métodos de sondeo de la realidad. La conciencia es habitualmente presentada como una característica eminentemente humana. Sin embargo, desde hace ya varias décadas, los experimentos de autoreconocimiento en espejos, experimentos comunicativos en primates o de resolución de problemas complejos nos hacen dudar de nuestra unicidad y preguntarnos si la conciencia está presente en otros organismos. Una hipótesis nada descabellada establece que conciencia y sociabilidad bien pudieran ir de la mano desde el punto de vista evolutivo. ¿Pueden darnos alguna pista los córvidos?
El cuervo de Nueva Caledonia, o Corvus moneduloides, es un ave que no hace cría cooperativa ni se junta en grandes agregados coloniales, pero tiene la capacidad de manipular herramientas. Además, no es algo que lleve gravado en su impronta comportamental, sino que es algo que debe aprender de sus progenitores, aunque sí que tengan disposición innata a jugar con todo lo que se encuentren por el camino. La periodista Jennifer Ackelman, que ha escrito El ingenio de los pájaros, maneja una interesante hipótesis acerca de cómo llegaron estos descendientes del cuervo americano (Corvus brachyrhynchos) a poder utilizar herramientas:
"Es posible que vivir al margen de tales amenazas [depredares y dificultades para el acceso a la comida] propiciara la evolución de una infancia más ociosa, en la que las crías, bajo la atenta mirada de sus progenitores, podían aventurarse a elaborar herramientas y refinar sus habilidades progresivamente sin morirse de hambre en el proceso" (8).
Los propios cuervos americanos, nos cuenta la propia Ackerman en su libro, se hicieron famosos por su comportamiento de generosidad voluntaria con Gabi Mann, una niña de 8 años que vive en Seattle (EE.UU.). Pese a que no es un ave que viva en grupos especialmente grandes, como hemos dicho anteriormente, la variabilidad es grande. Esto podría explicar cómo Gabi Mann y un cuervo americano llegaron a una relación recíproca en la cual, la niña dejaba cacahuetes en una bandeja y, al volver a pasar por el lugar para recoger la lámina metálica, se encontraba con pequeños obsequios dejados por el cuervo (etiquetas de plástico, un corazón, un trocito de metal con la palabra best...)
Las urracas (Pica pica), otra especie de la familia de los córvidos, reconocen su propio reflejo en un espejo. El grupo de ... intentaron averiguar si, al igual que otros mamíferos como los delfines, los elefantes y algunos primates, estas aves podían superar esta prueba relacionada con la autoconcienca. Para ello, colocaron un círculo de color rojo en la garganta de seis urracas. Dos de ellas intentaron desahcerse de él con las patas en lugar de reaccionar territorialmente ante la imagen del espejo como si hicieron las otras cuatro (9).
La mayor parte de los córvidos pertenecen al segundo tipo de grupos que operan en la aves, y que comentamos anteriormente: grupos de "fusión-fisión". Estos grupos, en aves de vida relativamente larga, tienen implicaciones sociales de largo alcance. A lo largo de su vida, un ave puede haber formado parte de muchos grupos, con integrantes diferentes, y haber interactuado, por tanto, con decenas de individuos de su especie, en un ambiente sociológicamente estimulante. Este tipo de etructuras podrían, también, espolear la evolución de sustrato cerebral útil para el recuerdo de la positividad o negatividad de las relaciones habidas ¿No se parece esto mucho a la capacidad humana de interacción social? En una revisión del este tema hecha por Thomas Bugnyar de la Universidad de Viena (Austria) hace unos 7 años, se afirma todo lo que aquí estamos desarrollando: la vida social compleja es una de las hipótesis que se manejan para explicar la emergencia evolutiva de la cognición superior. Hasta ahora solo se habían estudiado mamíferos (sobre todo primates). Pero las aves supenen un doble desafía: la unidad principal de reproducción es la pareja monógama, algo que es distinto a los mamíferos, y que también muestran una gran flexibilidad a la hora de formar grupos. Los mamíferos forman grupos eminentemente familiares. Las aves, no. El autor, estudiando los grupos "fusión-fisión" en Corvux corax, concluye que la existencia de vínculos sociales complejos (alianzas) en esta especie son reales y que, por tanto "cognición social sofisticada puede evolucionar en sistemas con un grado dado de complejidad social, independientemente de la filogenia" (10)
Pero, quizá, las evidencias más contundentes sobre la existencia de conciencia en aves, concretamente en córvidos, nos están llegando en los últimos años. Concretamente, este año 2020 Andreas Nieder, y dos colaboradores más, todos ellos del Instituto de neurobiología de la Universidad de Tubingen (Alemania), han encontrado que las cornejas (Corvus corone) tienen conciencia sensorial o primaria (11). Pero ¿Qué es esto de la conciencia sensorial o primaria? Este concepto fue acuñado por el premio Nobel de Fisiología y Medicina, Gerald M. Edelman en su libro "Bright Air, Brilliant Fire: On the Matter of the Mind" (1992).
Imaginemos un partido de fútbol. El árbitro acaba de señalar la pena máxima y unos cuantos jugadores del equipo castigado se arremolinan entorno al colegiado para recriminar su sanción. Otros jugadores, del mismo equipo, parecen algo más despreocupados. Quizá piensen que, al fin y al cabo, tampoco ha sido tan riguroso, mientras que algunos jugadores del equipo contrario sonríen, no sabemos muy bien si por la elevada probabilidad de adelantarse en el marcador gracias a la transformación del penalti, o porque saben que, quizá, sí ha sido algo riguroso. Mientras, en las casas de los aficionados, podemos ver, también, las más diversas reacciones ante la jugada. Pues bien, esta percepción individualizada de un estímulo dudoso es lo que Gerald M. Edelman denominó conciencia sensorial o primaria. En principio, solo se había encontrado su existencia en primates.. hasta ahora. Por su parte, la metacognición, el pensamiento auto-reflexivo, el lenguaje, la volición o la planificación a futuros formarían parte de la conciencia secundaria.
En el trabajo de Andreas Nieder y sus colegas descubrieron que, presentando un estímulo visual a las cornejas, éstas, si era evidente, reaccionaban tal y como las habían entrenado para reacción (moviendo la cabeza para decir que sí habían visto el estímulo y no reaccionando si no lo habían visto). Pero ¿Qué ocurría cuando el estímulo era dudoso (aparecía solo unos milisegundos, era muy tenue o tenía otros colores)? Pues que, en cada ocasión, reaccionaban de forma individualizada. Es decir "creían haber visto el estímulo" o "no lo creían". Esto demostraría, según los autores, que las cornejas tienen conciencia primaria.
NOTA: en la segunda parte de este texto abordaremos el apoyo mutuo entre diferentes especies de aves, centrándonos sobre todo en los llamados “mixed forraging flocks” o grupos de forrageo mixtos.
REFERENCIAS
Kropotkin, P. (2005). “El apoyo mutuo. un factor de la evolución”. Santiago de Chile: Instituto de Estudios Anarquistas.
Todes, D. P. (1989). Darwin Without Malthus the Struggle forExistence in Russian Evolutionary Thought. Oxford University Press.
Senar, J. C., Kew, J., & Kew, A. (2015). Do Siskins have friends? An analysis of movements of Siskins in groups based on EURING recoveries. Bird Study, 62(4), 566-568.
Senar, J. C., Mateos-Gonzalez, F., Uribe, F., & Arroyo, L. (2013). Familiarity adds to attractiveness in matters of siskin mate choice. Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences, 280(1773), 20132361.
Weimerskirch, H., Martin, J., Clerquin, Y., Alexandre, P., & Jiraskova, S. (2001). Energy saving in flight formation. Nature, 413(6857), 697-698.
Portugal, S. J., Hubel, T. Y., Fritz, J., Heese, S., Trobe, D., Voelkl, B., ... & Usherwood, J. R. (2014). Upwash exploitation and downwash avoidance by flap phasing in ibis formation flight. Nature, 505(7483), 399-402.
Horn, L., Bugnyar, T., Griesser, M., Hengl, M., Izawa, E. I., Oortwijn, T., ... & Taylor, A. H. (2020). Sex-specific effects of cooperative breeding and colonial nesting on prosociality in corvids. eLife, 9, e58139.
Ackerman, J. (2017). El ingenio de los pájaros. Ariel.
Prior, H., Schwarz, A., & Güntürkün, O. (2008). Mirror-induced behavior in the magpie (Pica pica): evidence of self-recognition. PLoS biology, 6(8), e202.
Bugnyar, T. (2013). Social cognition in ravens. Comparative cognition & behavior reviews, 8, 1.
Nieder, A., Wagener, L., & Rinnert, P. (2020). A neural correlate of sensory consciousness in a corvid bird. Science, 369(6511), 1626-1629.
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portaldiario · 5 years
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La Onda Plana/El epicentro científico europeo
Eric Rosas
El Reino Unido alberga una de las sociedades que mejor han asimilado el concepto de “economía del conocimiento”. En este archipiélago se inventó la máquina de vapor y con ella nació la Revolución Industrial, que ha impulsado el desarrollo tecnológico, comercial y económico mundial por más de un siglo. La sociedad británica lleva inscrita la curiosidad en la esencia de su ADN. Los pupilos de las escuelas primarias no aprenden a memorizar hechos históricos de la ciencia o la innovación; sino que son permanentemente impulsados por sus profesores a observar su entorno, plantearse cuestionamientos y sacar sus conclusiones mediante el razonamiento de cada individuo y la experimentación. Los niños del Reino Unido tienen a su alcance evidencias tangibles de la evolución y beneficio del conocimiento, en las envidiables colecciones que están a su alcance - incluso para tocar y jugar - en los museos de ciencias, de historia natural, la colección de Carlos Darwin, etc. Eso hace que el discurso del beneficio de la ciencia y la innovación no les suene hueco, como a los infantes en otras latitudes.
Los frutos de esta apuesta no son pocos ni menores: los científicos británicos son asiduos asistentes a las ceremonias de entrega de los Premios Nobel - 20 laureados del 2001 a la fecha -; cuentan con tres de las mejores universidades a nivel mundial; producen el 6 % de las publicaciones científicas del mundo; generan el 15 % de los artículos científicos más citados en el orbe; ocupan el cuarto lugar en el Índice de Innovación Global; se encuentran entre los mejores diez países para hacer negocios, conforme al ranquin del Banco Mundial; y en 2017 las compañías británicas invirtieron 23,700 millones de libras esterlinas en investigación e innovación. Todos estos hechos resultan contundentes y hablan por sí solos.
En días pasados el Gobierno de Su Majestad publicó su Estrategia Internacional de Investigación e Innovación, en la que destaca la proyección para incrementar al 2.4 el porcentaje del Producto Interno Bruto destinado a estas actividades en 2027. La estrategia apunta a siete acciones concretas que son detalladas en el documento difundido: convertir al Reino Unido en un socio global, mediante la construcción y promoción de una mayor apertura y de asociaciones guiadas por la excelencia y el impacto; aglutinar al talento en redes mundiales, que conecten a investigadores y emprendedores para soportar sus desarrollos y el flujo de las ideas; proveer a los innovadores, emprendedores e inversionistas del mundo, con la infraestructura necesaria para transformar a la isla británica en un polo de desarrollo para las industrias del futuro; generar los incentivos y apoyos financieros que permitan la atracción y crecimiento de empresas innovadoras de todas partes del mundo; convertir al Reino Unido en una plataforma de las tecnologías del mañana, alineando la gobernanza, la legislación y la regulación británicas, de manera que faciliten el desarrollo de las tecnologías emergentes; invertir en la consolidación de alianzas colaborativas para enfrentar los graves retos mundiales; y aportar al conceso internacional para mejorar la gobernanza y la ética de la investigación, así como la confianza en el acceso abierto al conocimiento científico. Esta estrategia refleja la importancia que la sociedad y gobierno británicos conceden a la ciencia y la innovación, y su claridad convence mucho más que un párrafo de cinco líneas.
Lo anterior, dicho sin aberraciones.
[email protected] Twitter: @DrEricRosas
(Foto: Redes)
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periodicomirador · 6 years
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Zacatecas, Zac.-Inspirado en personajes como Alexander von Humboldt, Alejandro Malaspina, Jorge Juan y Antonio Ulloa, Claudio Gay, Martín Sessé, Mariano Mociño, Charles Darwin y muchos otros naturalistas más que influyeron en mayor o menor medida en el actual pensamiento científico moderno sobre la teoría de la evolución, el historiador de la ciencia Miguel Ángel Puig-Samper Mulero hurga en los archivos históricos que existen en Europa y América en busca de nuevos episodios de esta fascinante historia.
Una de sus mayores satisfacciones como académico, dice Puig-Samper, es la de hallar en algún archivo nuevos materiales desconocidos para la ciencia, como ocurrió en años recientes con el descubrimiento de un manuscrito inédito sobre ornitología mexicana redactado por Martín Sessé y Lacasta y José Mariano Mociño —el primero un botánico español y el segundo un naturalista de la Nueva España, ambos se embarcaron por encargo del rey Carlos III en la Real Expedición Botánica a Nueva España entre los años 1787 a 1803—, así como algunos papeles también inéditos de Alexander von Humboldt en su estadía en Madrid, España.
En especial, el profesor-investigador del Instituto de Historia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en España ha estudiado las expediciones científicas durante el dominio español en las colonias de la Nueva España que, siendo facetas distintas de la colonia, dejan como lección en ambos lados del océano Atlántico un esfuerzo muy importante tanto para la ciencia metropolitana como para la incipiente ciencia criolla, destaca el especialista.
“Es muy interesante observar cómo los expedicionarios intentaron recoger la sabiduría de las culturas prehispánicas con relación a los conocimientos sobre los animales y las plantas. Todavía hoy este esfuerzo antiguo en el reconocimiento del territorio novohispano sirve para ver los cambios de territorio de algunas especies, su extinción, etcétera”, comenta el miembro correspondiente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
El descubrimiento tiene varias facetas: una estrictamente científica porque ya se utiliza el sistema de Linneo para la clasificación de especies animales y vegetales, mismas que se dan a conocer al mundo europeo y, por otro lado, hay una búsqueda de la utilidad que puedan tener estos recursos naturales como medicina y remedios, maderas para construcción naval o insumos con fines comerciales.
Miguel Ángel Puig-Samper estudió biología en la Universidad Complutense de Madrid, donde se doctoró en ciencias biológicas, disciplina desde la cual emprendió el camino a la investigación; su interés por la historia de la ciencia le nació primero como afición por unos papeles familiares que hablaban de una expedición científica en el siglo XIX, lo que le llevó a visitar el Museo Naval de Madrid y los archivos históricos.
“Mi contacto con un profesor de historia de la biología, ya finalizando la licenciatura, me inclinó algo más a esta materia y definitivamente fue el impulso del profesor José Luis Peset, historiador de la ciencia del CSIC, lo que decidió mi carrera científica”, relata.
El académico formó parte de la generación que vivió el franquismo (dictadura que se originó después de la guerra civil española en 1939 y culminó con la muerte del general Francisco Franco en 1975), y a la que le correspondió restablecer los movimientos ciudadanos que impregnaron de un nuevo aliento a la sociedad española y a sus instituciones científicas.
Puig-Samper se ha especializado en temas de biología, antropología y darwinismo. Sus líneas de estudio se centran en la historia de la antropología, recepción del darwinismo en dimensión comparada, historia de la ciencia española e iberoamericana, expediciones científicas y exilio científico.
Respecto a este último tema, señala que ha estudiado al grupo de biólogos que fueron al exilio americano, a la cabeza de los cuales estuvieron Ignacio Bolívar y su hijo Cándido, fundadores en 1940 de la revista Ciencia de la AMC. “El exilio científico español siempre me resultó atractivo por su esfuerzo y la maldición política que les persiguió. Esto me unía a este grupo porque también sufrí represalias por la dictadura de Franco en 1974-75 cuando yo era un joven estudiante de biología en la Universidad Complutense de Madrid”.
Y agrega: “También me resultaba muy atractiva la figura de José Cuatrecasas, exiliado en Colombia y luego en Estados Unidos, así como Fernando de los Ríos y el físico Blas Cabrera. La figura de algunos de ellos me interesa también por su compromiso político y su capacidad de reorganizar la ciencia en el exilio, especialmente en México”.
El investigador visitó nuestro país por primera vez en el año de 1992 con motivo de un congreso de historia de la ciencia y allí conoció a algunas personalidades con las que establecería futuras colaboraciones como el profesor Carlos López Beltrán y la historiadora de la botánica Graciela Zamudio, de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Poco después tuvo contacto con el Laboratorio de dicha Facultad, dirigido entonces por la doctora Rosaura Ruiz —expresidenta de la AMC— y con su grupo hizo una muy buena relación para los estudios de historia de la biología y el evolucionismo.
“Años más tarde colaboré con Jaime Labastida —director de la Academia Mexicana de la Lengua— en el proyecto de edición de la obra de Mociño, tarea en la que continuamos. He tenido también colaboraciones con El Colegio de México, a través de la doctora Clara Lida y el doctor Pablo Yankelevich, y actualmente preparo un libro para una colección de historia mínima sobre el evolucionismo. Asimismo, colaboro con la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, a través de los profesores José Alfredo Uribe y María Teresa Cortés, entre otros”.
En reconocimiento a la estrecha colaboración que mantiene el historiador de la ciencia con académicos mexicanos y cuyos frutos han sido la publicación de artículos, capítulos y libros, el 2 de septiembre de 2016 en la Facultad de Ciencias de la UNAM se llevó a cabo la ceremonia de ingreso como miembro correspondiente a la AMC. Su principal proponente fue José Alfredo Uribe.
Escritos inéditos de las expediciones científicas españolas en la Nueva España was originally published on Periódico Mirador
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obrascompletas · 7 years
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Chiloé
Charles Darwin 2016, Universitaria · Goodreads
Comencé a leer Chiloé casi a fines de nuestras vacaciones en la isla. Regalé el librito a Nicole en navidad para que leyera antes del viaje, pero nunca lo hizo, por lo que terminé leyéndolo yo en paralelo con De animales a dioses, que comentaré en la próxima entrada.
El texto bilingüe español/inglés selecciona solo una parte del más extenso Viaje de un naturalista alrededor del mundo. Aun así, como el año pasado leí Chile en los ojos de Darwin, en esta ocasión pude entender sin muchos problemas en qué parte del recorrido se encontraba y el por qué de sus constantes menciones a Tierra del Fuego. Me llama la atención cómo me he ido adentrando de a poco en la lectura de Darwin, casi por accidente, pero gracias a ambos libros me han dado ganas de leer Viaje pronto, quizá en las próximas semanas, para tener una perspectiva más completa. Tengo en Valparaíso la edición de la Biblioteca Ercilla de El origen de las especies, que leí pero del que no recuerdo nada excepto que desconfié de que la edición estuviese completa o bien traducida (leí también la versión en prosa de La divina comedia, tan mala que no seguí con ninguno de los otros libros de las colecciones café claro y café oscuro, a pesar de que les tengo un poco de aprecio nostálgico).
Casi a fines de febrero tomamos un avión desde Santiago que nos dejó en Castro, donde dimos vueltas por un par de horas antes de tomar un bus (?) hasta Cucao, en la zona central y occidental de la isla, junto al lago del mismo nombre. Allí estuvimos cinco días, en los que visitamos el parque nacional de Chiloé, vimos casi todo el pueblo, anduvimos en kayak por el lago, me quemé como jaiba y, principalmente, descansamos mucho con el silencio de la naturaleza, que era lo que más ganas tenía de hacer. Tuvimos varios días de lluvia, que fueron los más hermosos y relajantes, pues nos quedamos en una cabaña con casi todas las comodidades posibles (la principal: ¡cero televisión!). Hubo un par de cosas que no pudimos ver por la lluvia y/o por flojos, pero en general creo que fueron unas muy buenas vacaciones, y sin duda hicieron que me picara el bichito de salir de la ciudad más seguido.
En esas condiciones comencé la lectura. El explorador británico visitó muchos más lugares que nosotros y por más tiempo: pasó por Ancud (entonces San Carlos), Castro, las islas Lemuy, Caylén y Tranqui (sector oriental), Chacao y nuestros ahora conocidos Cucao y Huillinco, además de salir de la isla. Una de las cosas que me llama la atención —aunque pude haber entendido mal— es que en varias ocasiones menciona ver la erupción del volcán Osorno, que según el mapa estaría demasiado lejos. No pude comprobar si realmente era visible por culpa del tiempo nublado que tuvimos la mayor parte del tiempo.
Lamenté no haber leído el libro antes. No es lo mismo comparar la lectura con la memoria del lugar que comparar la memoria de la lectura con el lugar. Sí pude reconocer algunas de las plantas y animales que menciona durante nuestro segundo viaje por el parque nacional, y ya solo eso fue satisfactorio. Ver directamente los seres y lugares que Darwin observó y catalogó me hace sentir al menos en parte conectado por su historia, pero sobre todo apreciar su gran inteligencia y capacidad de observación. Con solo veinte años podía decir mucho sobre lugares que miraba por primera vez, en ocasiones hasta más que los locales: sobre la geología, sobre la historia de la flora y fauna, sobre las relaciones entre las distintas clases y relaciones humanas. Aunque mantiene la indiferencia un poco arrogante del explorador inglés del siglo XIX, es capaz sin embargo de anotar las injusticias y la explotación que los «chilenos» mantienen con los «indios» y los pobres del sector. Las dinámicas sociales de la época interesaban a Darwin mucho más de lo que habría pensado.
Yo no puedo decir nada de interés sobre la naturaleza de la isla, mucho menos algo que complemente lo escrito por Darwin. Por ejemplo, él menciona que las alturas de la cordillera —que van casi en línea recta por la isla— provocan una ilusión óptica que te hace sentir que estás siempre en el centro de un semicírculo, como un anfiteatro natural. Tras días mirando el horizonte puedo decir que efectivamente tengo esa sensación, pero jamás lo habría notado de no haberlo leído. Sí puedo, quizá, escribir un poco sobre el pueblo que conocimos más, Cucao, y cuánto se parece al Chiloé del siglo XIX.
Si bien la separación entre chilenos e indígenas ya prácticamente no existe, hay una clara diferenciación entre los chilotes y los turistas, sean estos últimos de unos días, de una temporada o que ya se crean locales, aunque se note a una legua que, como nosotros, vienen de otra parte. Durante los días que estuvimos allí conocimos a una mujer que llegaba todos los veranos a ayudar a su suegra con la temporada y que instaló un carrito de kuchen y cafés extirpado directamente de una calle hipster de Providencia. También hablamos con un dueño de restorán, claramente un ejecutivo santiaguino que gastó su retiro anticipado en el local, al que cuando le preguntamos por qué tenía cerrado el 15 de febrero, nos dijo que la noche anterior «estuvimos celebrando a nuestras mujeres» con un tono que sonaba a promotor de orgías y nos decía que era feliz porque «¡Esta es mi oficina!» mientras apuntaba al lago con la amplitud del hippie latifundista.
También conocimos al viejo dueño de la entrada a Muelle de las Almas —al que no pudimos entrar por la lluvia— y vimos su museo improvisado de piedras, fósiles, dientes y huesos que había encontrado en el sector. Durante los quince minutos que estuvimos allí habló constantemente sobre todas las piezas que había escondido del SAG, lo que pienso debe ser para él una forma de validación, pues si el SAG las quiere, deben ser auténticas. No sé si haya sido un truco para hacernos creer que su museo improvisado era importante, pero debo decir que fue una de las cosas más interesantes que vi durante las vacaciones. El pequeño museo privado de un viejo campesino, del cual parecía sentirse sinceramente orgulloso, porque podía mostrar algunos de los tesoros que su isla guardaba, parte de su identidad. ¿Cuántos museos desconocidos hay repartidos por el mundo, en casas de campesinos y pescadores, cerca de cráteres, valles y ríos?
Ahora que lo pienso, sí puedo decir algo nuevo respecto del mundo natural de Chiloé. La mujer del carro hipster nos contó que, antes del terremoto de diciembre del año pasado —¡hace solo dos meses!—, esa zona tenía unas enormes dunas que separaban la costa de la ciudad. Con el terremoto, las tierras blandas cedieron y cayeron, por lo que solo quedó la vegetación circundante, que en nuestra ignorancia confundimos con las «dunas» de tierra blanda sobre las que se instalaban y que los letreros del parque aún indicaban. También el río al que llegamos era nuevo, producto de los movimientos de tierra. No lo descubrimos nosotros —de hecho dedujimos lo contrario— pero ya este pequeño conocimiento geológico me hace sentir un poco más darwiniano. Se siente bien, espero poder sentirme así de nuevo pronto.
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jujuygrafico · 1 year
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Exitosa Noche de los Museos en Jujuy
#Cultura #Turismo | Exitosa #NochedelosMuseos en #Jujuy
La 11º edición de la “Noche de los Museos“ se concretó durante la jornada del viernes 25 en diferentes espacios culturales de cada una de las cuatro regiones de Jujuy, en donde museos, salas y centros culturales públicos y privados, presentaron diferentes propuestas de manera gratuita para toda la comunidad.El secretario de cultura de la provincia, Luis Medina Zar, acompañado por las directoras…
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portaldiario · 6 years
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Remozarán Museos emblemáticos de Toluca
Redacción
Ocupada en salvaguardar el acervo artístico y brindar a la sociedad espacios museísticos de calidad, la Secretaría de Cultura anuncia que se dará mantenimiento integral a los emblemáticos Museos de Bellas Artes y de Arte Moderno “Carlos Olvera”.
El edificio que alberga el Museo de Bellas Artes data del siglo XVIII; era el Convento de la Purísima Concepción de la Orden de los Carmelitas Descalzos de la Nueva España, mismo que, en 1943, cedió la propiedad al Estado de México.
Sin embargo, fue hasta el 7 de septiembre de 1945 cuando se inauguró como museo, con el objetivo de exhibir diversas pinturas, esculturas y demás colecciones artísticas de los siglos XVII al XIX.
Actualmente, el Museo de Bellas Artes, ubicado en el centro histórico de Toluca, es uno de los recintos más visitados y que ha sido sede de importantes exposiciones nacionales e internacionales como “Tutankamón: el oro, la tumba y la maldición”, “La Muestra Imposible” y “Darwin, la gran aventura de la Ciencia”.
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Dicho inmueble recibirá mantenimiento integral, por lo que permanecerá cerrado del  15 de mayo al 30 de noviembre a fin de realizar trabajos específicos que por su antigüedad requieren de mayor atención, como el corredor, patio, sus siete salas de exposición permanente y las tres para exposición temporal.
Por otra parte, el Museo de Arte Moderno “Carlos Olvera”, ubicado en el Centro Cultural Mexiquense, cuyo peculiar edificio tiene forma de platillo volador, fue inaugurado hace 31 años.
En la actualidad, este espacio museístico cuenta con una colección de más de 730 obras pictóricas y escultóricas de prestigiados maestros mexicanos que datan del año 1910 a la fecha.
Este inmueble, permanecerá cerrado durante los meses de mayo y junio del presente año, teniendo como reapertura el próximo mes de julio.
(Foto: Especial Portal)
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