Tumgik
#de momento no sé me ocurre nada más pero llevo dos horas y esto quedo mucho más largo de lo que queria so 😬
trabandovidas · 1 year
Note
Espero que esto no te incomode, pero lei los tags acerca de como escribir a personas hablando en lenguaje de señas, y me gustaría saber si tenes algún consejo para hacerlo pero en un comic(?) la idea que yo tenía era mostrar el movimiento de las manos en el globo de dialogo, pero no sé
No hay problema alguno! Aunque de antemano voy pidiendo perdón si algo no sale muy coherente o hay errores gramaticales, por acá ya pasamos las 2am y llevo dos horas escribinedo esto😅
Mi mayor consejo para este tipo de cosas, por más que suene muy brusco u horrible, es no lo hagas a no ser que sepas algo de dicha lengua de señas
Las lenguas de señas son, al fin y al cabo, lenguas. A la hora de plasmarlas en tus comics, también estás plasmando su gramática y su léxico, y si no sabes ninguno de esos dos va a estar complicado. He visto muchos casos en donde la gente intenta dibujar una o dos señas de todo lo que se dice, basándose en una búsqueda de léxico (palabra fancy para "vocaulario") en internet y en donde terminan embarrándola bastante feo. Ojo! esto no quiere decir que sea imposible, se puede hacer sin saber la lengua de señas, pero es abrirse a muchos posibles errores.
Por ejemplo, es muy común que la gente piense en la lengua de señas como una variación visual del idioma hablado de un país, y que quieran aplicar el mismo orden de palabras de la lengua oral en la lengua de señas, cuando muchas veces estos difieren, ya que son lenguas independientes. O esperan que las lenguas de señas sigan una equivalencia de 1 seña = 1 palabra, y hagan sus traducciones en base a este presupuesto. Sin embargo, una seña puede ser toda una expresión y varias palabras pueden traducirse a una sola seña. Así mismo, una palabra sola puede corresponderse a varias señas diferentes, o varias señas a una palabra. Por ejemplo, en la Lengua de Señas Uruguaya (LSU) hay 3 o 4 formas diferente de decir "solo/a/e", otras 3 (o más) para "igual"; pero una misma seña puede referir a "leer-los-labios", "oralizado/a/e" u "oralista", dependiendo del contexto.
Uno de los mayores errores que veo es gente que piensa la frase en una lengua oral, y luego la traduce mal en base a lo que encuentra en internet, o una pregunta rápida a alguna persona sorda, con poco o ningún reparo por la gramática de la lengua. Esto se puede evitar, ya sea aprendiendo la lengua primero, o no hacer algo que escapa nuestras capacidades. Sin embargo, si las ganas de hacer el comic es más grande que correr este riesgo, un par de consejos de como reducir este riesgo son:
Trabaja junto con varias personas sordas e interpretes a todo momento. Esto va tanto para sí sabes la lengua como si no
Cuando les estés dando la frase o palabra a traducir, busca que el contexto siempre este claro. Siguiendo el ejemplo de las diferentes señas para "solo" o para "igual", la seña que vayas a usar varía según el contexto, de que se está hablando y de que forma, y con quien, etc. Si yo fuera y le preguntara al primer sordo como se dice "igual" me va a dar una seña, pero cabe la posibilidad de que esa seña no sirva y este mal en el contexto en que yo la preciso, y que la que precise sea una de las otras que también existen.
Siempre que puedas, no hagas vos la traducción, sino que toma las frases o palabras directo de personas sordas (de preferencia, aquellas que sean nativas de la lengua, y no que la hayan aprendido hace un par de meses o uno o dos años)
asegurate que los sitios que uses para sacar la gramática y el léxico sean confiables, y que, o sean hechos por sordos, o tengan la colaboración de estos
Utiliza la menor cantidad de señas posibles, para reducir el riesgo
Después, otros consejos, que sirven tanto para si sabes o no la lengua:
Tomate un tiempo y observa a varias personas hablando en una lengua de seña. De preferencia la que vas a plasmar, pero para cosas más generales cualquiera sirve. Observa como hablan las personas oyentes o que suelen señar con menor frecuencia. Observa como lo hacen las personas sordas/aquellas con mayor exposición a la lengua, y como se suelen diferenciar (por ej: aquellos con menor experiencia, o menor grado de fluidez, tienden a usar pocas expresiones, a señar "chiquito", contra el cuerpo, y con una gramática más asemejada a su lengua oral que lo que lo hace una persona con más fluidez, así como también a usar la voz o modular más que lo que haría alguien que sabe hablar bien la lengua -aunque no son los únicos que lo hacen. Las personas sordas oralizadas también tendemos a esto último, sobre todo cuando se aprende la lengua de señas de forma tardía).
Del mismo modo, observa como interactúan. Como mantienen el contacto visual, como retiran objetos que impiden ver al otro, como hablan cuando están uno al lado del otro, como lo hacen cuando estan frente a frente, como y cuando se interrumpe a la otra persona, como se le llama la atención, etc.
Observa también como señan según el espacio en el que están y segun la cantidad de luz que hay. Todo esto te va a ayudar a representar una conversación más realista. Por ejemplo, en un lugar con menos luz, la gente tiende a acercarse, para así ver mejor. A veces las personas o algún vehículo se atraviesa en medio de una conversación y te perdés de una parte, o hay gente que cuando pierde el interés en una conversación rompe el contacto visual, etc. Todo está en los detalles
Con lo de contacto visual, tené en cuenta que uno no mira solo a las manos, sino a un "recuadro" que va desde más o menos la mitad del torso hasta una mano por encima de la cabeza. Este es el lugar en donde la persona seña, y observar este "plano amplio" permite seguir toda la oración sin tener que estar constantemente cambiando de lugar la mirada
Y cuando uno seña, no siempre está mirando a la persona con la que está dialogando. En realidad, muchas veces, uno mira sus propias manos o hacia un punto en el espacio, según lo que esté diciendo y el cómo (por eso insisto tanto en el observar a otras personas hablar, no sé si muchas personas sepan de este tipo de cosas)
La lengua de seña se conforma por varios componentes, no solo las manos. Las expresiones faciales y los rasgos no manuales en general son algo a tener en cuenta a la hora de dibujar una seña. Por ejemplo, en LSU, la seña para "gordo" incluye el inflar los cachetes y encoger un poco los hombros, y esto tiene que verse reflejado en el dibujo dado que es parte de la seña
la entonación o intención (si es pregunta o no, si alguien está enojado o emocionado etc) de una frase muchas veces se comunica a través de expresiones y del lenguaje corporal y eso tambien debe verse reflejado. Por eso tanto la insistencia en saber la gramatica de la lengua
La ubicación de la mano, el movimiento, la orientación de la palma y la forma de la mano, así como la expresión, son muy importantes. Cambiar uno, a veces incluso ligeramente, significa que puede estar haciendo un gesto sin sentido o una señal diferente de la que pretendía hacer. La precisión es clave en este tipo de cosas
En lo personal, me gusta más cuando de toda una frase, se seña la última o las últimas señas. Muchas señas juntas en un mismo dibujo termina siendo bastante difícil de descifrar
Y, nuevamente, personalmente, me gusta más cuando la seña esta correctamente ubicada en el cuerpo del señante, y no flotando al lado, en un globo de diálogo o fuera de este, pero eso ya si es 100% gusto personal
El sistema de dibujo que (muy personalmente) me gusta más, es, como dije, la seña en el cuerpo del señante, y marcar la dirección de la seña con flechas y enumerando los diferentes movimientos si los hubiere
busca y revisa el trabajo de otras personas a la hora de dibujar señas. De momento solo me acuerdo de rodrigonzalez87, sordo uruguayo; jenafloydart sorda de EEUU si no me equivoco?, y caldatelier que es filipino, todos en instagram. También está la tienda web DonSigno, pero en este momento no recuerdo si una tienda de personas sordas o no. Pero igual hay montones de dibujantes y de artistas sordos que podes buscar para tomar inspiracion
Y ya por último, y sé que esto suele ser una crítica muy grande a shows y películas más que nada, pero que yo aplico también a comics: por favor no cortes en el dibujo las señas. Con esto quiero decir, que se vea por completo la seña en el recuadro, o al menos un 95%. Es muy frustrante ver como alguien hace uso de tu idioma y lo agrega a su obra para hacer arte, para luego solo mostrar un pedacito de la mano o ir cortando la frase casa dos segundos/cuadro de por medio. En la comunidad Sorda shows que hacen esto suelen ser visto como "hearing pandering", es decir, el hacer el show o peli para los oyentes y que estos disfruten de ver una lengua "exotica" y no para visualizar o representar a los Sordos o las lenguas de señas. Si hay algo que yo buscaría evitar, sería esto mismo
Y la recomendación obligatoria que siempre hago: en este post (también hecho por mi lol, aunque está todo en ingles) hay más información de como funcionan las lenguas de señas y conceptos falsos que se tienen de las mismas, así como varios comentarios por otras personas S/sordas e hipoacusicas sobre la comunidad Sorda y las personas S/sordas en general
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baby-foreveryours · 4 years
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12 de marzo, por la mañana.
Hola.
N.
Sé que me dijiste que no viniese a este lugar, pero también me dijiste que me ibas a acompañar hasta llegar a tu edad, y no te veo. No es un reclamo, solo me excuso.
Vine acá sin que nadie lo sepa. Solo le mande un msj a mama para que no moleste y lo comente en un lugar que se supone que nadie ve. Salí casi al mismo tiempo en el que amanecía, pero no le preste atención al cielo, y empecé el viaje largo hacia acá. No hay muchos comentarios sobre el viaje, no es nuevo porque ya lo he hecho.
No te traje nada porque sé que odias que corten las flores y otra cosa no se me ocurre. Tal vez escribí algo pero lo termino olvidando en algún lugar. Es curioso pero no te extraño.
¿Por qué vine? Bueno, hace unos días se me vino de la nada misma una de nuestras charlas, esas que improvisamos, que me enseñaste. Bueno, precisamente esa en la que te saliste del papel y contaste algo real, tuyo, se escapó un recuerdo tuyo. Eras muy chico, tenías el pelo mucho más largo de lo que yo llegue a tenerlo, tu padre llego no muy sobrio y violento. De la nada se la agarro con vos y no podías hacer nada para salir de esas situación, sentías el terror de que estas eligiendo todas las palabras equivocadas para hablar con él y ya no querías ni siquiera verlo, intentaste escapar del comedor pero te agarro del brazo y fuerte, algo dijo de que le molestaba no poder verte la cara y empezó a cortarte el pelo con unas tijeras que tenía a mano, con lo inestable que estaba tuviste suerte de que no te lastimase. No estaba tu mama y tu hermano era muy chico para hacer algo, él había vivido episodios peores. Pasaste toda la noche con el pelo en tus manos preguntándome el porqué de todo. Al día siguiente te despertó por la puerta tu mama, que llegó en algún momento, quería entrar pero rápidamente pensaste que no querías más problemas. Si ella te veía tus padres iban a pelear y no querías tener que escuchar más, lo de ayer fue suficiente. Le dijiste "te quiero y papi ayer estaba triste". Encerrado en tu pieza y sin molestia terminas de cortar los mechones de pelo largo que te quedaban y te volviste a dormir. Mama tenia la llave de todas las puertas así que no tardo en despertarme de nuevo pero esta vez logrando verte. Intentaste mentirte que fuiste vos mismo pero ella sabía que no dejarías pelos en el comedor. Una vez que supo todo te abrazo y lloraste todo lo que llevabas guardando, "no me vuelvas a dejar". Ella te dio tu tiempo para que te recuperes pero cada día te mostrabas más triste, tu papa no había vuelvo en todos esos días. Tu mama, esa hermosa mujer, tomó una decisión digna de alguien que ama y tiene empatía, (hasta valentía si lo pienso yo) corto su pelo de princesa y te dije que no está tan mal. Madre e hijo, princesa y príncipe ahora se volvían a parecer, y vos no lo podías creer, lo que ella hizo, y se veía feliz, pensaste que vos también podrías volver a hacerlo. Nunca más necesitaste pruebas de que esa mujer te amaba. De ella aprendiste, una vez que se fue, que si ella amaba a tu papa era por algo, y vos también lo ibas a intentar. Cuando ella se fue lo que dejó era el amor que tenía por cada uno de ustedes, vos guardaste el amor de ella.
Sinceramente no sé porqué me acordé de esto. Pero tengo muchos sentimientos en mí estos últimos meces y en esos esta vos y quise venir a verte.
Quería llegar y empezar a hablar de mil cosas pero no puedo. Es que siento esta tranquilidad que hay aquí y quiero interrumpirla lo menos posible.
Bueno, estoy acá y la tierra es húmeda, un manto verde y gastado también se ve, muestra que está cerca el final del verano. Eso me pone bien, sabes? Nos ponía bien saber que el verano terminaba, cosa de introvertidos supongo. Cague todo lo que intente, sabes? Es duro de escucharlo, imaginate de decirlo. Re pienso eso y ya brotan esa sequedad en la garganta, el tiempo pasó y me sigue costando llorar. Si, llore en algunas, pero me arrepiento, no del hecho por el cual llore, sino de el lugar en el que lo hice. Vos te arrepentiste de mostrar tus lágrimas? Ellas sí que eran raras, las borraste de tu rostro muy fácil.
Te acordas de la música, siempre quedo en nada. Estoy lleno de letras pero no puedo hacer nada con ellas, si esperabas que mi voz mejorase estabas muy equivocado, hablo re para el orto (si alguien mas me lo vuelve a repetir lo voy mandar a la mierda), no valdría la pena ponerle mi voz a eso que me esfuerzo por escribir, no.
El deporte que me mantenía distraído ya no hace falta. Lo deje todo. Estudiar, ya te lo dije, no es mi agrado. El estudiar por mi cuenta, me falta mucho motivación. Y bueno, me informo solo si es obligatorio.
Chamuyar, sabes que realmente nunca lo intente ? Ahora sé que ni me interesa.
Te conté de ella ya, una vez que me quise matar, le hable, porque no había nadie. Estoy escribiendo bastante. Las cosas terminaron. Me hubiera gustado escribir más sobre ella cuando estaba a mi lado y no cuando me prohibo por ella escribirle. Tengo muchas fotos de los dos, más aún... Sé que no te va a agradar, puede que se parezca a ese tipo de persona que veíamos mal pero para nuestra mala suerte las apariencias engañan. Bueno, con algunas cosas.
Ya voy a tener más tiempo para decirte en todo lo que la cague. Te dije que no te extraña, pero es porque otra persona tiene ese lugar. Te necesitaba, comprendes? Es raro, estabas ahí igual. Con tu forma de ser racional con todo. Me acompañó un tiempo largo después de que te fuiste, me hizo más frío también. Y alguien me lo quito. Estabas ahí, en esos forzosos silencios que tenía, ahí estabas, te hable, y el silencio era la respuesta, bueno ahí estabas. Sigo siendo realista, sé que no existís materialmente, solo lo que tengo de vos, y lo necesite. Hablo de un pasado si te diste cuenta, y por que es así? Bueno, me di cuenta que no tengo nada así que no podía seguir con vos, deje de necesitarte, no hay nada simplemente. Solo te quiero. creo que vine para decirte eso
Te quiero
No había tenido la oportunidad de decirtelo.
Arruine mi vida, pero esta bien. Son mis decisiones.
Mi familia, cada vez son menos para mi, sólo quiero que no se metan en esta vida que llevo.
La escritura, bueno, estoy siendo más constante pero de qué me sirve si termino escribiendo algo pensando en ella en la mayoría de las veces. Tengo un par de cosas que te van a gustar, te voy a leer algunas ahora. (...)
Prometo traer aunque sea una que no te haya leído antes cada vez que venga. En el camino escribí algo que de eso que tengo en mi cabeza y mis sueños, lo que quisiera. Lo voy a terminar y lo voy a subir.
Voy a seguir viniendo, mientras tanto, si.
Empecé a ir a la psicóloga. La pago yo. Me cuesta entenderme y comunicarme con ella. Es una mujer mayor que espera solucionar todo con Freud. Sé que te va a caer del orto. No le voy a hablar de vos, porque prometí no volver a hablarte con nadie. Lo que me mostraste fue a mi, y tengo que llevarlo yo sólo. Todos los demás hicieron mierda eso. Volviendo a la psicóloga, no estoy viendo progresos pero supongo que puedo aguantar unas semanas más, no veo la hora de tener las recetas a las pastillas (sarcasmo).
Hace casi dos años que no busco bandas y géneros nuevos, me volví muy conformista, capaz demasiados.
Las drogas están haciendo en mi algo que capaz no quiero pero no sé, ya no importa, no?
Hace un rato dije que iba a seguir viniendo pero más que eso siento que voy a cruzarse, esta vez sabes de lo que hablo, ya nadie lo puede impedir. No es que quiera ser como vos, son cosas diferentes las que nos llevan a nuestros respectivos finales.
Encontré trabajo, pero no te creas que me baje a los estándares laborales de ser lo que las empresas buscan. Me metí en un empleo precario en el que vos prestas tus servicios (repartidor en este caso) y trabajas lo que queres. Estoy saliendo a las 9 de mi casa y volviendo 11 de la noche, me viene bien porque me hace perder mi vida, me ahorra pensar, me ahorra afrontar cosas que no quiero. Pero mis sueños, la vida sabe cómo ingeniárselas, en ellos te juro que se va todo. Y los días libre que me tengo que dar ya sea porque mi cuerpo no da mas o tengo que arreglar la bicicleta sufro, no la paso bien. Me drogo o salgo. Nunca te entendí con tu manía de tener que salir a cualquier lado siempre con alguien, sino no salias. Me voy a cualquier lado solo, ya no tengo compañía, menos amigos. Si me pinta saltar de altura, lastimarte, decir que me quiero morir, lo hago. La tranquilidad. Es eso. Sé que se van a aprovechar algún malviviente de mi estado de estar sin segunda para salir, pero bueno, que venga. Quiero probar lo que es estar con lsd en un bosque, pronto voy a comprar una moto y me voy a ir lejos. Jajaja, igual eso último es fantasear, pero no está muy lejos. Me dijiste que no se puede gastar todo el dinero en drogas (término general de la palabra) pero conocí a varios que muestran lo contrario.
Si conozco a varias personas, pero no las meto en mi vida, de ser necesario les muestro otro yo. Gracias a eso aprendí a jugar con fuego. Me fui a pleno sur del conurbano con la costera, y era tan feo como lo pintan, te juro que con esa determinación con la que fui me volví. Nada, parece que lo disfruto, pero estoy muy lejos.
Distraerme, dijiste que mujeres hay muchas pero no me tocó ni yo mismo, estoy muy apagado ahora mismo.
Su amistad, siempre la buscaba, dijiste que era por falta de afecto materno pero te he dicho que no. Dijiste que podía ser un casanova, con respecto a eso, estoy cansado de tener que dejarlas de lado porque en realidad su intención de buena onda era otra, me canse de esas cosas. Pero ya me da igual, no las busco más.
Me gustaría tener una habitación como las de un manicomio y llena de cosas cutes, kawaii como muñecas y hello kitty, sábanas blancas manchadas de sangre. Me retabas por cortarte pero no es la única forma de lastimarse, sabes?
Te imaginas como hubiera sido todo si mis padres me daban un hogar? Si hubiera sido más alto como te conté, si vos siguieras acá, si no hubiese tenido piedad por esa persona y terminaba mi vida. Es una paja pensar en eso.
Quiero vestirme como quería y hacer esa mierda que me distrae la cabeza, no estoy pidiendo nada en realidad, sobrevivo y pierdo mi tiempo.
Descansa, pronto descansaré también. Te tendré respecto cuando te des cuenta de que este es mi respeto.
Te deje con el nombre de "Gran Hermano" no tiene nada que ver con el libro ese nombre. Es solo sentimental. Sos mi único hermano y aun así fuiste el mas grande.
Capaz aguante para que puedas ver mi pelo largo de nuevo.
No necesito de nada más que aguantar esta vida.
Me voy, y hasta la próxima vez que venga voy a estar en modo automático.
Nunca te dije adiós, y no tengo la necesidad.
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laentabipolar · 6 years
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El percance familiar.
Todo comenzó hace un mes y medio más o menos. Con el TAB es difícil saber si simplemente estas sintiendote bien, si estas en un periodo particularmente productivo o si estás en el comienzo de un episodio maníaco.
Desafortunadamente esta vez fue la última posibilidad. Había comenzado un par de proyectos artísticos, un par de semillas de emprendimiento y de alguna forma mi tarjeta de crédito se volvió mi mejor amiga. Pagando Uber, comidas rápidas, compras online, tatuajes (incluso pensé en dejar que un amigo se tatuara y pagarlo con mi tarjeta de crédito también). De alguna forma y de manera misteriosa, en menos de dos semanas casi la sobregiro, no sin antes haber gastado todos los ahorros que tenía en el banco, y todos los ahorros chiquitos que tenía en casa.
~Adiós ama y señora del dinero, fue bueno tener el control mientras duró.~
Con mis padres habíamos planeado y pagado, un mes atrás, un viaje familiar aPerú, ellos estaban súper emocionados; yo intrigada por conocer las maravillas creadas por mis ancestros lejanos.
Faltando tres semanas para el viaje llegué al punto máximo del episodio maníaco. Luego de una semana de descontrol y ansiedad, de saltarme dosis de medicamentos, de beber alcohol como si mi vida dependiera de ello. De llorar todas las noches mientras me reía de mí misma y no saber exactamente que parte de mi situación me hacía reír y que parte me hacía llorar, finalmente llegó el día.
Miércoles en la noche, a eso de las 2 o 3 am texteo a mi demonio favorito (de aquí en adelante le llamaremos F), quien como ya hemos determinado que es un demonio y es favorito obviamente no contesta. Entonces texteo a mi ángel favorito (mi amante actual), quien estaba en otra ciudad y probablemente durmiendo pues tiene que trabajar al día siguiente (a este ángel le llamaremos JF).
Tras no recibir respuesta de ninguno de los dos, recalcó, son las 3 am y ninguno de los mensajes es particularmente entendible, me quedo en el ataque de pánico, la hiperventilación, el saber – porque no es la primera vez que ocurre, y obviamente no fue ni será la última – que todo va a pasar pero no saber cuándo.
En algún punto me quedo dormida, me levanto tarde el Jueves, hacia las 11 am, desesperada por algo: un cigarrillo, alcohol, cortarme, darme contra el mundo de alguna forma que duela, abolle, moretee y deje marcas permanentes en esta carcasa humana; finalmente decido que la opción menos autodestructiva es hacer Yoga.
Si.
Yoga.
Hice yoga, lloré mientras lo hacía, lloré cuando terminé. Lloré después de haber pasado 45 minutos tirada en el mat. Llorando. Uno de esos llantos atacados que simplemente no podés parar.
Finalmente me levanté del mat para hacerme algo de desayuno (también lloré mientras hacía el desayuno, pero hey! Nadie dijo que el TAB funcional no está lleno de emociones). Me preparé un té y saqué un pan de la nevera. Busqué el cuchillo y lo encontré.
Y.
Lo.
Encontré.
Eso era lo que había estado necesitando toda la mañana, un filo, una hoja de corte para acariciarme la piel, abrirla como no lo hago desde hace 10 años y estaba en el cole. Dejar correr la sangre a ver si podía vaciarme de todas las cosas que no se estaban vaciando con las lágrimas. Cortar mi carne, abrirla, sacar cosas de allá adentro a las que nunca he podido poner nombre y por lo tanto nunca he podido hacerlas mías y dominarlas (tomamos poder de todo aquello que podemos nombrar y por eso no le das tu nombre a cualquiera).
Ahí supe que no estaba bien (si, en ese momento lo supe, no antes) y llame a mamá quien estaba trabajando. Mamá que deja todo tirado por mi desde que nací. Mamá que es una heroína y una de las pocas razones por las que nunca intenté suicidarme. Mamá que trabaja al otro la de la ciudad pero de todas formas viene en un santiamén. Mientras ella llegaba hablo con JF, le cuento más o menos del meltdown que estoy teniendo en ese momento. Me alejé de los cuchillos, salgo de la cocina, lloro mientras él me habla por teléfono y yo no entiendo nada de lo que dice. Solo su voz hasta que mamá llega y de ahí al hospital.
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Desde las 3 pm del jueves que me ingresaron a emergencias hasta las 5 am del viernes estuve en la misma sala, papá también llegó a acompañarme y no dejarme sola. Como en emergencias no hay psiquiatras me dieron un calmante (que no me hizo nada) así que le pregunté a la médico de guardia si debía tomarme mis medicamentos normalmente, la médico titubeó un poco antes de decir que sí. Finalmente alguien llegó con otra inyección, esa sí que hizo efecto. Me dormí en la sala de emergencias y desperté en la habitación del hospital psiquiátrico no sé cuantas horas después. El siguiente día que recuerdo es el domingo, aunque yo pensaba que era sábado hasta que me explicaron que había dormido casi todo el día por el sedante.
Ahora, los hospitales psiquiátricos no se parecen en nada a Girl, interrupted. No se hagan ilusiones. Son aburridos, monótonos y no sé cómo la gente sale de allá supuestamente mejor de lo que entró, pero de eso hablaré en otro post, lo prometo.
Volviendo al tema de este post y su título. Después de salir del hospital comencé a ver a un psiquiatra particular por aquello de la psicoterapia (que no soy muy fan pero dicen que ayuda así que ahí voy una vez a la semana y tomo mis medicamentos a la hora, y llevo un chart de moods etc,. De todo esto tmb hablaré en otro post). Uno de mis más grandes miedos es volverme un obstáculo. Ese miembro de la familia que nunca puede avanzar por sí mismo y siempre hay que estar cuidando. El minusvalido, el enfermo. Así me siento y me da miedo. El doctor dijo que probablemente era mejor aplazar el viaje.
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Ese día fuimos con mamá y papá a la cita. Unas horas antes mamá me había dicho que le diría al médico que recomendara eso precisamente, que le da miedo salir de país o ir a cualquier lado mientras sigo tan inestable. El médico estuvo de acuerdo con ella y papá se reservó el derecho a guardar silencio (siempre el mediador y terreno medio). Por mi parte no pude ignorar los miedos de mamá, al fin y al cabo son los mismos míos. ¿Qué va a pasar si un día tengo que responder por un trabajo real que no se ajuste a mis necesidades? Es una pregunta que me llena de pavor y que al parecer discutiremos en la próxima sesión con el Dr. MM (mi doctor).
Lo del viaje… Al final quería ir solo para demostrar que puedo, que la enfermedad no me controla y que soy “libre“, pero no es tan así. La depresión y el trastorno bipolar son las causas más grandes de discapacidad a nivel mundial, ya debería de saberlo, lo he estado viviendo y negándoselo a todo el mundo (hasta a mi misma) por más de la mitad de mi vida.
Finalmente papá llamó a la agencia de viajes para cancelar/posponer el viaje por un “percance familiar“. Y auqne sé que ellos no piensan de mí en esos términos yo sí lo hago; me siento así con todo lo que ha pasado y la forma en que las cosas han cambiado en casa, de lo que hablaré en otro post.
A.
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Comienzo por el nudo (8 abril de 2012, 16:09)
Comienzo por el nudo
Suuuper día el de ayer. Fue una cosa tan maravillosa que... a no, cierto, que llovieron patadas en la boca a diestro y siniestro...
"Despertarme" ( porque para eso tendría que haber dormido algo) a eso de las 8 porque me faltan horas al día para lo que quiero hacer, al igual que aliento para respirar. No he quedado con nadie, no por nada, sino porque llevo días tratando de estarme tranquielo, cosa imposible. Además de la falta de ganas, de energía, va incluido ahí la falta de tiempo. Las ojeras cuelgan de mi rostro como si mal pegadas a el estuviesen, ya incluso me he aficionado al maquillaje antiojeras, hace autenticos milagros.
Comienzo a ordenar mi cuarto mientras van saliendo recuerdos hasta debajo de las piedras. Sigue por ahí la cometa, la rosa, el anillo... todo de personas distintas y todo con resultados similares. Creo que lo meteré todo en una bolsa, y me tiraré yo.
Y porque cojones he ordenado el cuarto, sabiendo lo que iba a encontrar entre la mierda? porque una personita muy especial me ha dicho de quedar para vernos y yo, toooonto de mí, aquí estoy haciendo malabares para que me dejen salir.
Sí, me gusta esa persona, y sí sé que soy gilipollas por sentir eso, porque sé que solo me ve como amigo, ni siquiera como rollo, porque claro, para eso tendría que resultarle medianamente atractivo, cosa que no creo que opine ni mi abuela.
Lo conocí cuando estaba colado por uno, y no hice nada porque soy gilipollas y porque quería que fuese feliz, aunque fuese con el muchacho, después empezaron a salir. Resultó ser un gilipollas el muchacho, pero el que yo quería seguía con el. Sé que sabe lo que siento y que lo ignora, pero aun así se lo he dicho varias veces, de lo cual solo he obtenido silencios incómodos. Pasaron las semanas, y ahora están de tiempo, ¡puede que ahora vea algo en mí!
Así que quedo con el siempre que quiere, lo trato lo mejor que puedo, y hago lo que esté en mi mano porque saque esa sonrisa tan bella que tiene cuando esta feliz, y ese brillo en los ojos que tanto me gusta.
Como mis padres no me dejaron salir debido a situaciones adversas que no comentaré, me escapé, todo por verle, todo porque me viese. Sé que una vez más no tiene sentido, pero no me canso de verle, me encanta estar con él y sentir ese aroma suyo que tanto me llega.
Llego donde habíamos quedado, un cuarto de hora antes, para que no tenga que esperarme ni un solo minuto, para que no pierda un segundo de contemplarlo. Y me llega un mensaje al móvil, “voy a llegar un cuarto de horas más tarde”… y así pasé media hora, esperando con frío y viento. Y cuando voy a regañarle le veo esa cara tan adorable y le digo… no pasa nada, da igual.
Después  fuimos a merendar a la Manquita, y, mientras te cuento todo lo ocurrido en la fiesta, soy incapaz de dejar de mirar tu rostro, ya no sé como ser discreto para poder mirarte sin que te des cuenta.
Querías consejo sobre algo, y yo, cómo no, no pude negártelo. Me cuentas tus intenciones y me preguntas… lo ves bien? Y yo… éticamente sí. Y siempre contestaba yo lo mismo, ÉTICAMENTE  sí, lo veo correcto, pero mi interior quiere gritar que no, que debería de ser yo para ti al igual que te veo para mí. Pero sé que no significaría nada, solo soy de capaz de decir que me da envidia el muchacho, y, como si un ejército de ángel pasase por nuestras cabezas, tú callas para no darme ooootra patada en la cara después de todas las que he escuchado y yo callo por no empeorar más las cosas. Concluimos diciendo que ya se vería cómo iba su noche, cosa poco lógica, porque era obvio el final.
Después de tanto rato de sucesivas patadas en la boca, lo único que sangra es mi interior, pero como no se ve, sonrío deseando no escupir dolor.
Vamos hacia la estación de autobuses, no recuerdo si lo he dicho más de una vez, pero me encanta tu forma de andar, da una sensación de frescura, de elegancia, de belleza… simplemente me encanta, como casi todo lo tuyo.
Vamos a entrar a la estación y me encuentro al yonki del otro día, y el de la otra vez… Y a modo de saludo dice…. Mariquitas de mierda, y sigue su paso mientras yo empiezo a perder el mío.
Nos sentamos en la parada del autobús, quisiera tener una pinzas para no parpadear ni un solo instante y verte más rato aun… y vuelve a aparecer el yonki de mierda, pasa por nuestro lado y sigue adelante, trato de llamar al muchacho, pero no consigo articular palabra. A esto que se acerca otra vez el yonki “simpático” para “hablar”… Pregunta la hora, y, como me negaba a sacar algo de valor, le dije lo primero que se me pasó por la cabeza.
+ Son las ocho y cinco (dije yo con la poca voz que me quedaba en el cuerpo)
-          Qué? (dijo el muy cabrón, haciéndome de decirle la hora como unas cuatro veces)
-          Ustedes… sois maricones ( y a mí se me fue el poco color de la cara)
No recuerdo mucho más el resto de la conversación, solo estaba pendiente de que mi cuerpo no se moviese, delatando mi estado mental.
-Ha pasado por aquí la policía secreta?
Y vi la oportunidad de quitárnoslo de encima, si le decía que acababa de pasar, lo mismo se iba asustado. Y mientras yo decía eso, dice el muchacho… no, no lo he visto.
Total, que coge el tío y se va. Y, como presa que se abre, comienzan mis emociones a fluir. Trato de frenar mi cuerpo, pero como atravesado por electricidad, se mueve solo a merced de un titiritero invisible. Intento que no lo veas, para que no pienses que estoy aun más chalado de lo que crees, pero me ignoras tanto que solo eres capaz de ver que me asfixio poco a poco.
Voy perdiendo gradualmente la visión y la audición, y me jode, porque dejo de verte y dejo de oírte. Pero, con un esfuerzo sobrehumano, cuando tienes que irte, me pongo de pie a duras penas y te abrazo. Y aun con espasmos en el brazo que tienes en tu espalda te das cuenta de lo que ocurre, pero mejor así, no me gustaría verte preocupado, y menos por mí. Me pides que te llame cuando llegue a casa, y mientras pienso en lo mono que eres, me voy yendo de la estación, decir me voy yendo por decir algo, los espasmos en las piernas me hacen tropezar una y otra vez…
Salgo de la estación y, acertáis a quien me encuentro?, sí, al yonki, al jodido yonki de siempre. Se me acerca y me dice… que ya se ha ido tu novio? Y a mí se me cae el alma a los pies y se me ponen los huevos de corbata. Soy incapaz de hablar. Y me vuelve a decir, esta vez de forma más autoritaria… ERA TU NOVIO EL QUE SE ACABA DE IR! Y, a duras penas, hecho a correr, me da igual tropezarme o lo que sea, solo quiero salir de ese infierno llamado estación de bus…
Entre los espasmos, la carrera y lo torpe que soy, me caigo, pero no un poquito no, me chorreé por la carretera, dejando la palma de las manos arañadas y ensangrentadas y los codos iden. Me dolía mucho más las rodillas, pero aun más el corazón, y no de forma metafórica (que también) sino de forma física, tenía una presión en el pecho que amenazaba con partirme el esternón.
Consigo llegar a mi parada del bus, no sin antes ver como mi autobús acaba de salir ya, sin mí en su interior, me quedo esperando con tres negros, dos moros, un cachas con pinta de cani y algo que no sabría ni distinguir su sexo. Pasado el tiempo correspondiente me monto en mi bus y… a quién me encuentro por el centro mientras voy en el bus? A la parejita del numerito 1 y del numerito 0, que no hace que sean la pareja 10 ni mucho menos.
Justo al llegar a casa se va mi padre y dice… voy a recoger a tu madre del trabajo, cuida de la niña, ah, y tú y yo ya hablaremos…
Subo las escaleras, me tiendo en la cama, y como me seguían doliendo a muerte las rodillas me quité los pantalones. Sangre, ambas rodillas ensangrentadas y  con sangre hasta la mitad del gemelo…
Y me acuerdo que te tenía que llamar, coges el teléfono y escucho tu voz, y por un momento olvido todo lo malo, y me dices… qué tal? Y yo, sin saber sin reír o llorar te digo que estoy bien con una voz tan apagada como una vela antes de consumirse.
Me tiendo en la cama otra vez, y me pongo a llorar, no sé qué me duele más, pero cualquiera es causa y motivo suficiente para mi reacción. Pienso en qué ha hecho uno, en qué va a hacer el otro, en qué he hecho yo. Y sin dejar de llorar apago la luz de mi cuarto.
Llega mi madre, me ve tirado en la cama en este estado tan lamentable, se acerca y me dice… no sé que habrás hecho exactamente, pero sea lo que sea, creo que ya estás teniendo bastante castigo…..
Mi acto para este castigo?…no sé, sigo pensando qué puede haberme llevado a tal estado. Mientras que no encuentre la respuesta mantendré la hipótesis de que ser bueno es malo para la salud y el amor la peor enfermedad de todas.
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besosyexcesos · 5 years
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Marilyn mansion
Capítulo 1.
Un día como otro cualquiera se me dio por hablarle a un youtuber por MD de instagram, sin saber que la conversación iba a convertirse en una de mis mejores rutinas. Sin quererlo, echamos hablando por MD como unos dos meses hasta que decidimos pasarnos al whatsapp. Había todo tipo de conversaciones y la conexión cada vez era más fuerte. Empezaba a gustarme aún sabiendo que nos separaban unos 700km, pero no sólo yo estaba interesada en él, sino que él mostraba mucho interés por mí. Un día le sugerí que podía venirse a Galicia a pasar unos días, y así mataba dos pájaros de un tiro. Yo le enseñaba sitios precioso de mi tierra y él a cambio tendría la oportunidad de conocerme. Y así fue, hizo la maleta, se cogió el coche junto sus otros 3 compañeros de mansión y se pusieron rumbo a Galicia.
Tenía toda la ilusión del mundo por poder conocerlo en persona, me había visto todos sus vídeos de youtube, no era obsesión, pero el haber hablado con él había causado en mí algo que nunca supe explicar. Tampoco sabía, que esa llegada iba a darle un giro de 360 grados a mi vida. El principio de algo estaba a punto de comenzar, pero no era como yo lo había imaginado. 
Me acerqué hasta la estación de tren para ir a recogerlos ya que me quedaba justo a 8 minutos de mi casa. Estaba nerviosa, no conocía a ninguno de los cuatro, sólo a J y de haber hablado con él por instagram, whatsapp y a veces por videollamada. Sabía cómo era él por sus vídeos y fotos, y alguna que otra llamada, podía reconocer su voz, pero eso no hacía que yo parase de temblar, inquieta, tan sólo quería que llegasen ya y salir de la estación de tren dónde me estaba poniendo súper nerviosa. 
Los veo bajar del tren y el corazón empieza a latirme muy deprisa, no se me ocurre otra cosa que echar a correr y sin embargo, me quedo quieta y espero a que él se acerque a mí y me salude, aunque tampoco habíamos planeado ningún tipo de saludo, ni hemos hablado sobre el tema de que haríamos al vernos, ni nada, y normalmente esas cosas se planean o se hablan por lo menos para tener un mínimo de idea.
Se acerca hacia a mí, deja las bolsas en el suelo y me abraza levantándome del suelo, yo me emociono. Me baja al suelo, y me presenta a sus amigos, (aunque yo ya los conozco por su vídeos). Me presenta a Sttik, le doy dos besos y él intenta vacilarme, cosa que no consigue, y nos acabamos riendo todos. De seguido me presenta a Paul, que me hace gracia ver lo bajito que es en comparación con todo el resto de integrantes, prácticamente es de mi altura, aunque todavía le llevo un par de centímetros y por último me presenta a Leo, que realmente se llama Guillem, el nombre de Leo tan sólo es un personaje de youtube. Proseguimos a acompañarlos al hotel, tenían la idea de coger un taxi, pero como tampoco llegaron muy cargados y el hotel está relativamente cerca, decidimos ir andando. Me ofrezco voluntaria a ayudarles con las cosas, y mientras vamos caminando, empiezan a contarme lo que les sucedió de camino al tren desde Madrid, etc.
LLegamos al hotel, me invitan a sus habitaciones, Juanjo dormía con Paul, y Leo con Sttik, no me lo esperaba la verdad, pensaba que Juanjo dormiría con Sttik, pero mejor para mí supongo, Sttik es muy atractivo y en cualquier momento se me puede ir la vista y sería un plato de muy mal gusto. Nos vamos todos para una sola habitación y así estar los cinco juntos. No dejan de preguntarme cosas sobre mí, mientras yo me pongo nerviosa y a la defensiva con algunas preguntas que no quiero responder por miedo o simplemente vergüenza, poco a poco voy estando a gusto con ellos y me voy sintiendo cómoda. Planeamos que hacer mañana, y a dónde podemos ir a cenar esta noche. Ya que no tienen coche, y hasta mañana no se cogen uno de alquiler, les sugerir ir a una cafetería que no queda muy lejos del hotel, dónde se come y se cena muy bien, y espero que no los reconozca nadie, porque no me apetece ser la que saca las fotos y no la que posa con ellos. 
Salimos del bar, y nos dirigimos hacia el hotel, ellos ya están cansados, llevan muchas horas en pie y necesitan descansar, yo al contrario, no tengo sueño ninguno, y estoy deseando pasar aunque sean cinco minutos con Juanjo, aunque dudo de que eso sea posible. Los acompaño hasta la puerta del hotel, me despido de todos ellos y Juanjo decide quedarse un par de minutos para despedirse de mí como debería. Me da un beso en la mejilla y un abrazo, y nos despedimos dándonos las buenas noches. 
Mientras subo las escaleras no dejo de darle vueltas a la cabeza, ¿por qué no me besó? ¿Es que no le gusto? ¿Todos estos meses hablado para nada? ¿En serio? y, ¿todas esas conversaciones que? ¿es que no significaron nada para él? Igual espera a que me lance yo, o igual sólo me ve como una amiga y no sabe cómo decírmelo. Estoy muy confusa en este momento, no sé si reír, llorar, o mandarle un mensaje por whatsapp para que me explique a que vino esa despedida tan sosa. 
Día 2. Me mandan un whatsapp. Menos mal que me dejaron dormir toda la mañana, si no duermo mis 10 horitas, no soy persona. Me preguntan si salgo a comer con ellos, y contesto que si, Salgo de casa, me dirijo hasta la puerta del hotel y ya está Leo allí con Sttik, Paul y Juanjo todavía no habían bajado, pero estaban a punto. Me pongo a charlar con ellos para hacer tiempo, y ellos a mí me preguntan que tal ayer con Juanjo, decido cambiar de tema, y ya se dan cuenta de la situación. 
Vamos a comer dónde cenamos ayer, hoy hay muchísimas más gente, dos chicas paran a Sttik y le piden un par de fotos, menos mal que fueron a él y no a Juanjo, no me apetecería nada tener que sacar las garras por dos niñas. Al acabar de comer, deciden ir a alquilar un coche para conocer un poco más Santiago. Una vez que tenemos el coche, nos ponemos rumbo a la playa, Leo y Paul quieren grabar el mar; como en Madrid no hay mary aquí estamos tan cerca de él, los llevo a donde me piden. Sacan las cámaras, hacen un par de tomas y yo con mi cámara, les saco un par de fotos muy chulas, a Leo les encantan, y me pide que al llegar al hotel, si es posible se las pase, yo le contesto que al llegar a mi casa se las paso por drive. Nos hacemos fotos, hacemos el tonto, Paul y Sttik acaban metiéndose en el agua, y Juanjo está distante conmigo y no sé porque. Decido acercarme a él y hablarle:
Yo: Hola. 
Juanjo: Hola.
Yo: ¿Te pasa algo conmigo? 
Juanjo: No, ¿por qué?
Yo: Desde que llegaste, te noto distante, no sé, todo lo que hemos hablado estos meses por whatsapp... ¿acaso no significo nada para ti?
Juanjo: Claro que si, ¿no ves que vine a conocerte? Pero no sé, es algo extraño, tienes que entenderme, nunca me pasó esto con nadie, es mi primera vez. 
Yo: Y lo comprendo, pero jobá, no hay ni una muestra de cariño en ti. Ayer pudiste haberme besado al despedirte. 
Juanjo: ¿Eso querías? 
Yo: Sí. 
Juanjo: También pudiste haberme besado tú. ¿Por qué no lo hiciste? 
Yo: Por miedo. 
Juanjo: Pues a mí me pasó lo mismo. 
Yo: Lo siento. 
Juanjo: No lo sientas y ven aquí anda. *(Nos abrazamos)*.
De repente llegan Leo y el resto de chicos a tocarnos las narices. Decidimos volver a casa, pero antes parar en el camino para tomar algo, que estábamos sedientos. Ahora me siento mucho más cercana a Juanjo, y no sé porqué me siento mucho más segura conmigo misma. 
Ya hemos llegado a Santiago, me invitan otra vez a subir a sus habitaciones. Paul, Sttik y Juanjo tienen que ducharse ya que se metieron en el agua, así que yo me quedo con Leo, esperando a que ellos se aseen. Y sin darme cuenta, sucede: 
Leo: ¿Qué tienes con Juanjo? 
Yo: Nada que yo sepa, de momento nos estamos conociendo, ¿porqué? Leo: No, por nada, simple curiosidad, él no nos cuenta nada. Un día nos dijo que sería ir a Galicia a pasar unos días, y nosotros flipamos, lo dijo sin venir a cuento y no explicó el motivo ni nada. Yo me imaginé que era por una chica, aunque reconozco que me parecía una locura, luego te vi, y lo entendí todo, yo habría hecho lo mismo. 
Yo: ¿Perdona?
Leo: Perdonada. Pero es la verdad, eres muy guapa, Juanjo tiene suerte. Yo: Tú tampoco estás mal, ya que hablamos con la sinceridad por delante. 
Leo: Gracias. *(Me guiña un ojo y se crea tensión)* Sale Juanjo de uno de los baños, ya vestido para cenar, me coge de la mano y me lleva a uno de los sofás de la habitación, echo la mirada hacia atrás y le doy un último repaso a Leo. 
Ya estoy en casa después de la noche turbia que acabo de vivir y me siento confundida. ¿Le gusto a Leo? Bueno, gustar.. le parezco atractiva. La verdad es que Leo y Sttik son los youtubers que conozco desde hace más tiempo y ambos siempre me parecieron muy atractivos, pero nunca se me ocurrió hablarles, sin embargo con Juanjo si. Llegado a esta altura, no puedo hacerle eso a Juanjo, él está en Galicia por mí, debo aclararme las ideas antes de hacer alguna estupidez. 
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bluesdeldesierto · 4 years
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EL CORAZÓN DE UN BURRO
Tardo solo unos minutos desde la parada de La Cañada hasta casa de mis padres por el camino de al lado de las vías. Mientras ando voy mirándome los pies dando pasos, uno detrás de otro, ordenados y dispuestos hacia la casa en la que viven mi madre y Manuel que es mi padrastro en realidad, pero bueno, he vivido con él casi toda mi vida. Miro mis zapatillas blancas marcando el pulso. Plas, plas. El sol quema esta mañana así que es mejor mirar la tierra de todos modos. La de este camino es una tierra arcillosa y despejada. Todavía no he desayunado y me están dando un poco de nauseas del hambre. Ando con una mueca de disgusto mientras me encorvo un poco más de la cuenta. Un paso, otro paso, otro paso. Mis padres viven en una casa aquí, detrás de la zona de la gente con pasta, en una casa antigua con algo de terreno. Plantan cosas, tienen bichos. Antes tenían dos burros pero hace poco murió Silvia, que era la burra. No he visto a Gabriel todavía, mi madre dice que le ve triste y que se pasa el día debajo de la higuera. A mí me gustaban mucho los ojos de Silvia. Los burros dan mucha paz. Te dejan en sintonía con el mundo. 
Desde antes de girar la esquina ya puedo oír ladrando a los perros de casa que me huelen. Este trozo de calle está mucho mejor porque hay bastantes pinos que hacen sombra. Abro la puerta de fuera y saludo a los perros. Se revuelven a mi alrededor como un vórtice de perro mientras mis manos rascan los trozos de piel que interceptan. Sandra es la más activa, es una labrador negro de unos cuatro años ya o cinco. Se revuelca panza arriba y me mira. Yo estoy con ellos pero no dejo de pensar en Silvia y en Gabriel, tengo ganas de verlo. Los burros a veces se revuelcan también por el suelo, es divertido verlos formar esa nebulosa de polvo marrón mientras se rascan en la tierra. Mi madre y Manuel deben estar dentro de casa, espero que haya algo de desayunar, café o algo. 
Me acerco a la parte de atrás de la casa y veo un montoncito de pelo gris acumulado a la sombra de la higuera. Gabriel se está mordisqueando un costado porque le picará o algo. Tiene algunos penachos de pelo blanco en los costados y en el lomo. Cuando un burro se hace una herida y cicatriza el pelo que sale encima de la cicatriz es blanco. Gabriel tiene heridas de carga de cuando trabajaba antes de vivir aquí. Normalmente son muy pacientes y siguen andando aunque les duela.
Me acerco a tocarlo un poco, le pongo la mano en la cabeza y rasco. Gabriel me mira con sus ojos enormes y oscuros. Parece cansado porque hace mucho calor. Sandra se acerca también y se rasca la cabeza contra el burro un poco y luego sale corriendo. 
 - ¡Javi! ¿Qué pasa? Entra y lávate las manos, hay café, hemos de bajar al pueblo a comprar cosas.
Ese es Manuel hablando desde una ventana de la casa. Mi madre no le deja fumar dentro así que él se apoya en el alféizar de la ventana que es una especie de vacío legal porque técnicamente la acción de fumar ocurre en el exterior. Entro en la casa y me lavo las manos en la cocina. El agua sale demasiado caliente porque las tuberías están a solana. 
- Bien ¿Qué tal Gabriel?
 - Bueno ya sabes. - Dice mientras hace como si se clavara algo en el pecho de forma exagerada, casi cómica. - Pues jodido. 
 - Ya
 - Pero bueno, yo qué sé. ¿Quieres café? Pilla lo que sea y vamos para el pueblo va, que se hace tarde.
 - ¿Mamá está en la ducha?
 - No, donde Mayca, echándole un cable con la casa. Limpiando y eso. 
 - ¿Qué años tiene Mayca ya? 
 - No sé ¿Ochocientos? Por ahí.
Manuel huele a tabaco y alcohol de romero, que es lo que usa como aftershave desde que lo conozco. Esta mezcla para mí es el aroma fundamental de la figura hombre-padre. Salimos y vamos hacía la parte de atrás para coger el coche.
 - ¿Vamos con la pickup mejor?
 - Vale 
 - Está a punto de hacer los doscientos mil, puedes conducirla tú, le damos un par de vueltas a ver, es todo un rito de paso eso, la puesta de largo. Tengo hora en la itv la semana que viene
 - ¿Está todo a punto no?
 - Yo qué sé, el otro día no arrancaba, así de pum. Pero el mecánico dice que no le pasa nada. ¡Eh Gabriel! ¡Alegra esa cara hombre! ¡Luego te llevo galletas va!
Gabriel miró distraído en nuestra dirección un segundo y pronto volvió a lo suyo.
 - Venga va sube. No pongas el aire, bajamos un poco la ventanilla.
 - ¿A dónde voy?
 - Donde Paco.
 - ¿Qué has de comprar?
 - Vamos a hacer tacos.
 - Que guay, que bueno ¿De qué?
 - De corazón de ternera.
 - ¿De corazón de ternera? 
 - Están buenos ¿No te molan?
 - Solo he probado corazones de pollo creo.
 - El proceso es el mismo. Un corazón es un corazón, da igual el animal del que venga. Los de ternera están muy buenos, picaditos van bien para los tacos ¿Sabes? Cebollita, picante, buah, que ganas tú.
 - Bien, será interesante.
 - Son enormes eh, los corazones de ternera. Como, la palma de mi mano, así. Abierta. Un poco menos igual. 
 - ¿Has hecho tú la salsa picante?
 - Claro chaval ¿Qué te crees?
 - A mí no me sale igual.
 - Es un arte. Está en el toque. El que la hace también ha de picar ¿Me entiendes? - Me da un codazo mientras se ríe y termina por toser.
 - Voy a dejar de fumar. El piti de esta mañana era el último. 
 - Vaya ¿Y eso?
 - Ya tengo una edad, no sé, hay que cuidarse un poco, beber más agua, hacer menos enemigos, comer pan con semillas, esas cosas.
 - Parece buen plan. 
 - ¿Tú qué? ¿Qué tal los exámenes?
 - Pues jodidos la verdad. O sea, bien, pero mucho curro.
 - Ya ¿Y el curro? 
 - Bien, el otro día entro y veo a Glòria con el pelo en la redecilla. Es obligatoria ¿No? Pero ella no lleva nunca y digo: algo pasa. Y nada estaba el supervisor de la zona o algo así. El tipo iba de traje y corbata con una gorra de la pizzería. 
 - Business casual
 - Imagen de marca y tal. No sé.
 - Y esa Glòria ¿Qué? ¿Tiene novio?
 - No, creo que no, o sea no hablamos tanto.
 - Hombre, mides la temperatura mirándole el pelo. Algo de comunicación veo.
 - Bueno, o sea alguna vez hablamos… De vez en cuando hay algún pedido que nos devuelven. En plan que llevaba algo que no habían pedido, que no hay manera de encontrar la casa del cliente, no responde o lo que sea o que directamente te dicen que no han pedido nada porque ha sido alguna broma o algo.
 - Los criajos.
 - Sí. El caso es que cuando nos lo devuelven normalmente nos lo vamos comiendo los del curro. En plan alguien acaba el turno y dice: chao chicos, me llevo un trozo, hasta mañana y tal.
 - El intermitente no te cobran por ponerlo eh.
 - Sí, perdón. Bueno, el otro día, al cierre, estábamos Glòria, yo y otro pavo, Nitesh, un encargado.
 - ¿Nitesh?
 - Un chico indio. De hecho estábamos cerrando y nada, íbamos comernos una pizza devuelta que estaba entera, menos un trozo. 
 - ¿De qué era?
 - Barbacoa.
 - Puaj.
 - Y estábamos ahí los tres y se va Nitesh a llamar por teléfono a su prima o su novia o no sé quién porque en su país era de día y tal. Y nos quedamos comiendo Glòria y yo. Le dije que me gustaban sus manos por su diligencia y gracia a la hora de preparar pizzas.
 - Madre de Dios.
 - Va y me dice que todavía no se ha cortado las uñas y que le va a pasar algo malo. Le pregunté que porqué decía eso y me estuvo comentando que en su familia está la idea de que si te dejas las uñas más largas de una medida concreta como que atraes la mala suerte y tal.
 - Puede ser, yo siempre me las he mordido y me ha ido bien.
 - Y me dice en plan: sí, mi madre, y la madre de mi madre, y en esta línea muchas mujeres han establecido que hay que llevar las uñas cortas, o sea, es un gesto podemos decir de modestia, pero de modestia ante el destino. Yo no entendía bien qué quería decir y va y sigue como de: Estoy escribiendo sobre estas cosas ¿sabes? La gran novela rural. Y no sé, en ese momento me reí. 
 - ¿De dónde es ella?
 - Del interior. Y sigue y me dice: ¿Te ríes? La gran novela rural. De verdad. Pasajes de la vida mesetaria so to speak. Tengo muchas ideas la verdad, sobre todo autobiográficas. Empieza a contarme que una vez estaba en el colegio ¿no? tenía como seis o siete años e iban a jugar las chicas un partido de fútbol porque los chicos no jugaban con ellas a eso y tal. Y le había tocado ser capitana del equipo y era como la última ronda, me dice: Era la última ronda y quedaban dos nenas solamente, mi prima Arantxa que siempre había sido un mal bicho que me había martirizado y Ana, que era una niña gitana que nunca se había metido conmigo, así que total, elegí a Ana. Me dice que vaciló un segundo, lo suficiente como para que su prima diera medio paso en el aire, segura de sí misma, y ella rompiera esa esfera de metacrilato verde diciendo Ana. Total, que va la prima después y se le acerca y le dice algo como de: tía, has elegido a una puta gitana antes que a tu prima. Y no sé, o sea, Glòria está preocupada porque me dice: no sé cómo escribir sobre esto sin que parezca que intento quedar como una puta heroína o algo. Y o sea, tiene razón hace falta gracia y salero para contar esto ¿No crees?
 - Vale, puedes aparcar ya ahí, en el vado ese.
 - ¿Bajas tú?
 - Ve tú mejor. Se alegrará Paco de verte. 
***
La casa de mis padres no es muy grande pero han conseguido estrujar dentro todas las comodidades modernas y las incomodidades del recuerdo. Es curioso eso, yo pienso que solo somos aquello que ya hemos hecho. Solo existe el pasado. La casa de mis padres tiene abajo un comedor, un aseo y la cocina. Desde la ventana de la cocina puedo ver a Gabriel de pie mordiendo algunos hierbajos bajo la higuera. 
 - Se estará purgando.
Aquí todo huele un poco a limón y un poco a rosa mosqueta y siempre me quedo hipnotizado con los euclidianos patrones de los azulejos de la cocina.
 - Lo primero que has de hacer es quitar estos trozos de grasa del exterior ¿Ves? Recortarlos, es una grasa muy dura, no sé puede masticar. Este tiene más trozos duros que el otro, sería una ternera más seria. - se ríe - Hay que hacer el corazón en trocitos, o sea, pero no super super picado ¿sabes? como en cubos pequeños. Mira, así. Este tipo de carne no opone mucha resistencia cuando muerdes, así que tampoco hace falta volverse loco ¿Me explico?
Se explicaba, pero yo estaba mirando por el ventanal. Arrastrando la mirada errática yendo del burro al césped y luego al muro y luego al cielo o a cualquier cosa viva o muerta. Estoy recordando la conversación con Glòria otra vez. Pequeñas piedrecitas se desprenden de ese recuerdo y se van acumulando en mi pecho hasta que empiezo a notar su peso y repaso mi soliloquio del coche. Cada vez que recordamos algo lo contaminamos con el momento en el que nos encontramos recordando y se apaga un poco, se va difuminando como una fotografía quemada por el sol. Como una doble, triple exposición. Hasta que todo es solo un amasijo de luces y torsiones. No existen líneas rectas en la mente. Todas las líneas dan vueltas y vueltas sobre sí mismas y llegan al mismo punto una y otra vez. Veo a Gabriel mirar a través de la valla los descampados de detrás de la casa. Salgo de la cocina y me acerco hasta él. Camino despacio. Gabriel me escucha y se gira a mirarme, esperando. Le pongo la mano sobre la frente y rasco. Le rasco las mejillas y apoya su cara contra mi vientre. No corre nada de viento en esta mañana de verano. Las chicharras mueren. Las coníferas impregnan la parcela con su olor. 
 - Hola ¿Quién es?
 - Hola Glòria, soy Javi.
 - Ah Javi, es que este móvil es nuevo, no tengo guardado casi a nadie.
 - Ya, no te preocupes.
 - ¿Pasa algo?
 - No nada. Te quería decir ¿a ti a veces no te pasa que todo es como un Pollock? ¿que todo es un devenir y un fluir y todo está dentro fuera y alrededor de todo y la realidad se cae por todos los lados de sí misma y estás como en alta mar como intentando parar el oleaje para entender algo durante un segundo pero cuanto más luchas lo único que ocurre es que te quedas sin aliento y te dan calambres así que te rindes un poco e intentas flotar, solo flotar y flotas así un día y otro día y otro día?
 - Bueno, eh,  sí, casi siempre supongo.
 - Ya. 
 - Eso pasa Javi, no te rayes.
 - No, qué va, lo que pasa es que cuando estamos en cocina. Cuando estás en cocina y te miro haciendo pizzas. Tía, haces pizzas como las plantas crecen. Estás insertada en la harmonía del universo y no sé. Te veo y no es que el mundo tenga más sentido sino que la pregunta acerca del sentido se desformula y es como si me quitara los zapatos y andara tocando el suelo por primera vez cada vez. Me devuelves al mundo cada vez. He pensado hoy en lo de las uñas ¿Sabes que mi burra ha muerto y mi burro está muy triste? Creo que me gustas mucho la verdad, a lo mejor podríamos vernos fuera del curro algún día, en plan, ir al cine o a hacer pintadas con marker al descampado del camí fondo. 
 - Ja, ja, ja ¡Claro! Estaría bien, mi novia vive por ahí cerca, seguro que también te cae genial, yo vuelvo el jueves al curro, hablamos ¿Vale?
 - Vale, vale. Guay. Cuídate. 
 - Lo mismo Javi, un abrazo.
 - Hasta ahora.
Me quedo mirando algún punto impreciso del horizonte. El horizonte se difumina en el baile ardiente de los espejismo. Una suave racha de brisa nos refresca a Gabriel y a mí a la sombra de la higuera. Debería volver a dentro y ayudar con los tacos.
 - Javi, chaval, ¿Qué te parece si te llevamos de vuelta a Valencia con la furgo? ¿Eh? Está a punto de hacer los doscientos mil, puedes llevarla, damos un par de vueltas por tu barrio y nos tomamos algo ¿Eh? Para celebrarlo. 
 - Estaría bien, sí.
 - Genial, bueno, sácame una birra de la nevera. ¿Qué te pasa? Pilla una que estás que no estás va.
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venirducoeur · 4 years
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• 18 de junio, 2019.
Mar, 18 de junio, 15:34 Llamada en curso: Primer tono. Segundo tono. Tercer tono... ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ Mar., 18 de junio, 15:34 Llamada entrante aceptada: ¿Diga? ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ ¿Bennett? ¡Ay! Josh... Menos mal. Gracias a Dios que me lo has cogido. Me estaba poniendo histérica. En serio, estoy de los nervios. De verdad, de verdad que sí. Necesito tu ayuda. ¡Y es muy urgente! Súper, súper urgente. Mega urgente. Muy. Ultra. Mega. Max-... ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ ¿Eleanor? Espera, más despacio. ¿Qué? ¿Qué ocurre? ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ ... Pues. Ehm... En realidad me da mucha vergüenza decírtelo, ¿sabes? Pero es que... Todo me pasa siempre a mí. No sé porque demonios la mala suerte me persigue allá donde vaya. ¡¿Por qué siempre a mí?! El caso es que... Llevo como alrededor de 45 minutos intentándolo, pero ya no puedo más, estoy sin fuerzas; sin agua; ¡y gracias a Dios que he conseguido algo de cobertura! Porque por aquí no hay ni un alma. Y... Joder. ¿Dónde estás? ¿Qué estás haciendo ahora mismo? ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ Estoy saliendo de casa, ¿pero se puede saber dónde estás tú? ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ Estoy a las afueras de la ciudad. En mitad de la nada. No perdida, pero más sola que la una y aquí no hay un puto árbol. Me voy a asar. Tenía que ir a un curso hoy... Y como el lugar estaba a hora y media, dos horas en coche; me pareció buena idea pedirle el coche a mi padre y así no pierdo la práctica. Y, ¡¿adivinas?! ¿ADIVINAS QUÉ ME HA PASADO? ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ ¿Te has quedado sin gasolina? ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ No. Mucho peor... ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ ¿Has tenido un accidente? ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ Vale, no... No. Menos peor. ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ ¿Entonces...? Dime dónde estás. Algún tipo de ubicación. ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ Entonces... Dios. Pero qué vergüenza. Dame un momento. Voy a buscarlo en la agenda... A no ser que me haya dejado las llaves y la puerta se me haya cerrado también. Já. Ja, ja. Me parto. Pista: no. Espera, ¿vale? Pongo el manos libres. ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ No entiendo nada. ¿Te has quedado fuera del coche? ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ No, no. Estaba siendo sarcástica. Estoy aquí perdida, en la nada más lejana. Bueno, ahí es a dónde debía ir. Estoy perdida pues por... La mitad del camino, imagino. En realidad no lo sé. Y no puedo concretarte porque no me funciona nada. ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ ¿Necesitas que lleve algo? ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ Con una botella de agua bien fresquita me conformaría, pero no es necesario... ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ Ten el teléfono a mano por si debo llamarte, ¿de acuerdo? ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ De acuerdo... Y gracias, de verdad. Intentaré quedarme en este punto que; uf, qué calor, joder. ¿Por dónde iba? Ah, sí; que aunque hay alguna que otra interferencia, tengo cobertura. ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ Llegaré lo antes posible. O al menos lo intentaré. Trata de buscar algún lugar en el que cobijarte. ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ No te preocupes... Y sí, lo intentaré. A ver si tengo algo de suerte. Gracias otra vez...
[...] ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ Mar., 18 de junio, 17:45 Llamada en curso: Primer tono. ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ Mar, 18 de junio, 17:45 Llamada entrante.., aceptada (al cuarto o quinto tono): ¿Sí? ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ ¿Has traído dinero contigo? ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ Sí, claro. Tengo mi kit de supervivencia en la mochilita que me he traído. ¿Por qué? ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ Porque... este viaje tan maravilloso que estás haciéndome dar, espero que tenga una recompensa. Aunque es probable que a estas alturas ya sepas que por ti iría a cualquier lugar del mundo. ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ ¿Y si te dijese que ya no es necesario que me vengas...? ¿Y si te dijese que ha venido alguien a socorrerme sin yo llamarle? Aunque... Tenéis algo en común, no hacéis una buena acción sin esperar de ésta nada a cambio. ¡Y qué feo! Pero tranquilo, puedo pagarte hasta el último litro de gasolina. ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ Me parecería muy feo no haberme llamado, en tal caso. Ah, ah. No quiero tu dinero. ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ ... Tienes razón. ¿Y qué querrías a cambio entonces? Sorpréndeme. ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ Me basta con ver una sonrisa. Probablemente la obtenga cuando te enseñe la botella de agua que me has pedido y un conjunto de ropa nueva, por si deseas cambiarte y encontrarte más fresca. ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ Pero, pero... ¿Hasta ropa me has traído? ¿Puedo tener más suerte? Desde luego, contigo a mi lado, tengo toda la del mundo. Aunque quizá en otros aspectos no tenga tanta, ¡pero! Si querías una sonrisa, créeme: ya lo has conseguido. ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ Creo... Creo que te veo. Levanta la mano. ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ ¿Qué levante la mano? No me tomes el pelo... ¡Porque no estoy de humor! ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ Mar., 18 de junio, 18:12 Llamada en curso finalizada.
Vehículo abandonando la arteria principal de la carretera. Detención paulatina y controlada junto a un segundo automóvil. Ventanilla del piloto descendida. 18:16 - ¿Es que acaso creías que te iba a hacer bailar? ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ ¿Acababa de...? ¿Acababa de cogarle? No, no. Probablemente aquello fue sólo causa de la escasa cobertura que había en aquel punto. Con esa idea en mente, la veinteañera volvió a elevar la extremidad con la que sujetaba el dispositivo móvil para asegurarse de que había cobertura, mientras que la otra la usaba de visera para ocultarse del sol. Pulsó, sin pensarlo, rellamada. 18:16 - Eres imbécil. Pensaba que me habías colgado. ¿Te divierte hacerme sufrir de esa manera? ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ A pesar de que aquella pregunta le sonsacase una silenciosa sonrisa... el veinteañero se limitó, mientras observaba a su ex pareja, a acomodarse sobre el reposacabezas. — ¿No te parece un comentario un tanto exagerado? Teniendo en cuenta que dispones de un teléfono con el que poder ponerte en contacto con la policía local, una grúa, un familiar o amigo cercano... ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ — Eso he hecho, llamar a la policía. — Afirmó con rotundidad, a medida que reconducía sus pasos hacia el vehículo del americano. — Te estoy poniendo a prueba, a ver qué mano tienes con el ciudadano después de todo. — A pesar de que su mirada estuviese oculta tras sus gafas de sol, la veinteañera no perdió la oportunidad de echar un vistazo a la indumentaria del americano... — Además, sigues siendo mi marido, ¿no? Es lo que te toca, apechugar. ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ ¿Apechugar? El término escogido le hizo gracia. Tanta, que se atrevió a reproducirlo para sí mismo mientras procedía a girar la llave en el contacto. Una vez la hubo retirado, se aseguró de abrir la puerta con la diligencia necesaria. — ¿De verdad? — Preguntó, conforme trasladaba de regreso el portón, con el fin de cerrar el vehículo. ¿Seguía siendo su marido? Concluida la tarea, condensó y alternó la atención de su mirada entre la figura femenina y el automóvil ajeno. — Dime, ¿estás bien? ¿Qué ha ocurrido? ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ — Y tan de verdad. — Nada más observar la puerta entreabrirse, la muchacha dio un par de pasos hacia atrás para permitirle la entera apertura. Un par de segundos más tarde, tuvo que contener el (casi) inevitable ascenso de sus comisuras como consecuencia inmediata del brusco cambio de actitud en el americano. — Espera, espera. No me trates de tú. Por muy llamada de emergencia que haya sido, sigo siendo una desconocida para ti. Pero sí, yo estoy bien. Sedienta, eso sí. Y muerta de calor. No sé ni cómo he aguantado sin que me dé una insolación. O como no me he muerto de hambre, qué también. Aunque eso ha de ser cosa del disgusto. Mira, ven. — Volvió sobre sus pasos y rodeó el automóvil de su progenitor para mostrarle el motivo de todos sus males: la rueda posterior derecha, pinchada. En efecto, había pinchado. ¿Y lo peor? Que por más esfuerzos que hizo, no pudo cambiarla ella sola. Tenía todo el instrumental, cada herramienta necesaria y la rueda de repuesto. Además de los conocimientos de la autoescuela, de su profesor y también de su padre. Pero, ni saltando (impulsándose sobre la llave) consiguió aflojar los pernos / tornillos. — Más te vale no reírte, MÁS TE VALE. Porque la fuerza que me falta para que una rueda de mierda me pueda, me sobra para tumbarte a ti. ¡¿Capicci?! ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ — En ese caso... es posible que algún día te recuerde tus obligaciones como esposa. — Comunicó con un tono de voz lento y arrastrado, al mismo tiempo que ejecutaba el desplazamiento de las gafas de sol que lucía aquella misma tarde desde el puente de la nariz hasta la base de su cabeza. — Me temo que entonces te tocará apechugar a ti. — Agregó con cierto choteo y complicidad al hacer uso del término que anteriormente había sido empleado por la morena, a medida que iniciaba una maniobra de aproximación hacia el vehículo ajeno. ¿De eso se trataba? ¿De una rueda pinchada? — ¿Por qué no empleas esa energía en descansar? — Efectuada la sugerencia, el muchacho señaló su propio coche. — En el asiento el copiloto encontrarás una bolsa térmica con una botella de agua fresca en su interior y el conjunto de ropa que te comenté. Ten, las llaves. Puedes poner el aire acondicionado si lo necesitas. — Nada más encontrar el objeto en cuestión, lo aproximó hasta la anatomía femenina. — Creo que podré apañármelas. Una última cosa, ¿has sacado la rueda de repuesto del maletero? ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ — Vaya... Me muero de curiosidad. Tendrás que hablarme de esas obligaciones como esposa. Porque como se traten de esas mismas obligaciones que estoy dispuesta a cumplir veinticuatro-siete; veremos quién tiene entonces que apechugar y quien tragarse sus palabras. — Espetó (cambiando el peso de una cadera a otra: manteniendo los brazos cruzados) con decisión en cada palabra pero, al mismo tiempo, con un tono guasón. (...) Mordiéndose el labio inferior por dentro, la veinteañera contuvo una sonrisa al escuchar aquella serie de atenciones que le tenía preparada en el interior del vehículo, no obstante... Desechó, con amabilidad, la idea. — No, no. Me quedo aquí contigo, lo prefiero. Así que si necesitas mi ayuda, pídemela. — Sugirió, con una pequeña sonrisa al mismo tiempo que le indicaba y señalaba dónde había colocado la rueda de repuesto. — Está ahí, debajo del coche. Es que la usé de asiento durante un rato... — Admitió, mientras agarraba las llaves y se encaminaba al coche del americano, dispuesta únicamente a coger la botella de agua que TANTO necesitaba. ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ A pesar de mantenerse en silencio... el semblante del veinteañero habló por sí solo: Aquella expresión... Aquella expresión, con las cejas ligeramente arqueadas y las comisuras de los labios revelando el paulatino nacimiento de una sonrisa, transmitían complicidad. — ¿El qué me voy a tragar? — Se animó finalmente a manifestar, sin perder en ningún momento el aire de confianza e intimidad que irradiaban sus facciones. Sin perder el contexto encubierto que había surgido en mitad de aquella conversación. Únicamente procedió con su cometido; esto es, aproximar la rueda en buen estado hasta la defectuosa, cuando se vio forzado a retirar la mirada de los andares femeninos. Aquella tarea requería, objetivamente, de cierta concentración. ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ Pese a que la réplica verbal femenina no llegase, ésta le contestó con la mirada. Sus facciones y expresiones faciales, siempre hablaban por sí solas. Era demasiado expresiva, tanto para lo bueno como para lo peor. Lo hizo de ese modo, solamente, cuando se retiró las gafas de sol del rostro y, sin perder el contacto visual, con los ojos ligeramente achinados y los labios prensados uno sobre otro; procedió a guardarlas (a posteriori) en su correspondiente estuche. En efecto, se había mordido la lengua. Había contenido a su lengua para que esa respuesta fácil no llegase a sus oídos. Una vez tuvo la botella de agua entre las manos, no perdió tiempo alguno en abrirla y dar un largo trago que, siendo sinceros, le supo a gloria bendita. — Joder... Cómo lo necesitaba. — Y qué cierto era. Al borde de la deshidratación estaba. Con una sonrisa, esta vez algo pilla entre los labios, la veinteañera se aproximó a la zona del capó del vehículo contiguo y, apoyando las nalgas sobre éste, observó al americano trabajar... Estaba tan guapo. Ni siquiera había dudado en recorrer todos esos kilómetros con tal de socorrerla... Era su héroe, definitivamente. Y se le veía tan concentrado en lo que hacía que, la posibilidad de usar sus armas de mujer para descentrarle de aquella tarea, era demasiado tentador. Como siempre que sabía que no debía interrumpirle, lo deseaba. Lo mismo sucedía cuando estudiaba... ¿Cómo podría hacerlo? ¿Cambiándose de ropa allí en medio? ¿Echándose por encima el agua...? Pero, lo más importante, ¿debía? Tal vez aquel no era el mejor momento... Cambiar una rueda sería cuestión de menos y nada. ¿Debía alargarlo? Quizá no. Quizá debía vivir la escena con la seriedad que se esperaba. ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ Gato elevador. ✔️ Rueda de repuesto... ✔️ Llave de cubo. ✔️
Nada más asegurarse de contar con las herramientas necesarias para proceder con el cambio de la rueda, el americano se introdujo momentáneamente en el interior del vehículo. ¿Con qué propósito? Verificar que la primera marcha se encontrase introducida. Una vez hubo asegurado el freno de mano con vigor, regresó a su particular punto de partida. Lo primero que hizo, nada más acomodar las rodillas sobre el suelo, fue aflojar las tuercas presentes en la rueda con ayuda de la llave correspondiente. A continuación, su atención se condensó en la ubicación que tendría que ocupar el gato elevador. Hacia la izquierda... Quizás un poco más hacia la derecha... Después de un par de ajustes, inició su ascensión: aunque no sin antes avisar a Eleanor de lo que podría suceder con el vehículo. — Tal vez deberías separarte del capó. — Manifestó con uno de los ojos ligeramente cerrado como consecuencia de la molesta incidencia de la luz del sol. — Puede que no sea seguro, no sé realmente cómo puede reaccionar el coche. — Agregó prácticamente de inmediato para, al cabo de unos instantes, contemplar con cierta tensión cómo el coche iba elevándose lateralmente. Parecía... Parecía que había surtido efecto. Sin embargo, quiso mantener a la morena todo lo alejada que fuese posible. Retiró las tuercas y la rueda defectuosa... Insertó la de repuesto... Colocó y apretó con fuerza las tuercas anteriormente extraídas. Y finalmente, se aseguró de bajar el coche con el mismo tacto con el que lo hizo ascender. ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ Por fin hidratada y saciada su sed, Eleanor se mantuvo en su sitio: observando la escena, hasta que escuchó la advertencia del americano. ¿Cómo? ¿A qué se refería exactamente? No dudó en preguntar para disipar aquella momentánea e intrigante duda. — ¿Qué quieres decir exactamente? ¿Tu coche va a ponerse cachondo o algo? ¿O te refieres al "mío"? — Y dibujó en el aire las comillas mientras pronunciaba el posesivo. En cualquier caso, la morena decidió alejarse por si lo que temía es que el vehículo fuese en su dirección. Volvió sobre sus pasos, abrió la puerta del copiloto en principio, para guardar la botella. Sin embargo, dos segundos más tarde cayó en que quizá cuando terminase el americano quisiera darle también un trago, así que la dejó en el suelo mientras, con la puerta abierta, procedía a desvestirse. Lo cierto era que se sentía sucia con aquella vestimenta... Había pasado toda la mañana en la cocina con aquello puesto y, a esas horas, de no haber pinchado, ya estaría duchada, perfumada y la ropa tendida. Apenas se demoró en el cambio, ni se paró a mirar qué le había traído: se lo puso y la ropa usada la dejó en la bolsa. Cuando quiso darse cuenta, él ya había terminado y ella estaba encaminándose hasta su dirección, tendiéndole el agua. — Joder, Josh... Gracias. Me has salvado la vida. ¿Cómo puedo agradecértelo? ¿Te apetecería salir a cenar esta noche? Yo invito.
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Es la tercera vez que come hoy. Una desfachatez, en mi cara. Yo aquí plantado, mirándole, y el tipo sin enterarse de nada. También le entiendo, es posible que aún no se haya dado cuenta. Lo peor es que, si no lo hace, si no consigo que se entere de que ahora tengo hambre, tampoco tiene pinta de ir a cambiar mucho. No parece que vaya a morirme, ni nada. Lo cierto es que no sé cuánto tiempo llevo aquí, pero fue hace tres días ya, sé que hace tres días pero no sé por qué lo sé. Los días, el hambre, todo. Lo único que ocurrió fue que hace tres días de pronto noté un hambre terrible, y junto con ella vino todo. No tengo recuerdos antes que eso, y lo cierto es que después sólo he estado quieto, aquí, en la puerta de mi casa, delante de un campo de trigo falso, pensando en ello. Aunque hoy he hecho un descubrimiento a tener en cuenta; entre su desayuno (maldito cabrón) y el café de media mañana (mataría por un café, aunque en realidad no sé si me gusta, sólo que me oigo las tripas cuando le veo sorberlo), he descubierto que puedo mover las manos. Aunque las tengo tan frías que cuando he intentado dar un golpe contra el cristal, sólo se me ha movido el pulgar. A saber por qué tendrán que poner nieve en las bolas estas. No parece que se planteen que con la nieve suele ir el frío. Un frío del carajo, me permito añadir. Supongo que no cuentan con que te despiertes, al fin y al cabo estoy en una bola de cristal, no creo que fuera la idea. En una bola de cristal, con una casita monísima, una casa del tamaño de su mano, que está en un campo de trigo (falso) lleno de nieve. No han caído en que el trigo y la nieve no suelen aparecer, lo que se dice, de la mano. Yo soy del tamaño de la puerta de la (¿mi?) casa, así que ahora que sé que puedo moverme, no puedo entrar. No parece casualidad que el que hizo esta tontería, que puedo haber sido yo porque como digo, no hay nada en mi cabeza antes del hambre, creyera que un campo de trigo dorado e idílico casaba con nieve por todas partes. La nieve va con el frío. Y con el hambre, que fue lo que me despertó (supongo). Mucha, mucha hambre. Siempre vuelvo al mismo tema, qué pesadilla. Me recuerda a una costumbre bastante molesta que tiene el tipo este; de pronto es como si se despertase, mejor dicho lo contrario, se le queda la mirada perdida, justo como debía estar yo antes del hambre. Alarga la mano, coge mi bola de cristal y me da un par de vueltas. Todo debe estar pegado al suelo, porque no nos caemos, ni mi casa, ni yo, ni los trigos. Pero justo después de eso siempre nieva, la nieve que estaba forrándolo todo de pronto desaparece y al instante siguiente me está cayendo encima. Cómo le gusta esto de dar la vuelta a las cosas. También he estado pensando en este hombre. Vivo con él, más o menos, yo tengo mi casa y él la  suya, todavía no nos conocemos, aunque de primeras no me cae del todo bien. Quiero decir, esto de darle vueltas a mi casa, nevarme encima, y no plantearse que igual comer delante de mí no es lo que se dice elegante. En realidad vivo sobre su mesilla de noche, al lado de una lámpara monstruosa y amarilla (como el trigo). De cuando en cuando me baja al salón, y mientras hace cosas me pone cerca, normalmente sobre un sitio elevado, no querrá darme una patada, claro. De cuando en cuando me mira, es bastante incómodo, se queda con los ojos fijos en los míos un rato. A mí se me hace eterno, la verdad. Antes no sabía que podía moverme, así que sólo le miraba a mi vez, pero ningún signo de reconocimiento. Tiene la mirada en blanco, los movimientos congelados, los labios sin llave. Después de eso suspira, como si se hubiera dado cuenta, como si hubiera aprendido a verme y fuera evidente lo absurdo de mi situación. Pero sólo se levanta, yo me doy cuenta de lo pequeño que soy, se da media vuelta y se marcha, y nos quedamos solos yo y el hambre. El hambre y yo. Ahora estoy en el salón; él acaba de recoger la mesa y ha subido las escaleras. Es un hombre de costumbres, siempre acaba de comer, me deja en el salón, sube un rato corto (no sé qué hace, yo me quedo en la mesa) y después vuelve al salón a mirar por la ventana. No es muy hablador, ni muy entretenido. Esa es otra, mi vida es de un aburrimiento sin límites. Y eso que sólo llevo tres días, pero es que no puedo pensar en divertirme, tendría que comer algo primero. Además nunca me he divertido como tal, el aburrimiento debe ser esto de tener ganas de hacer algo pero no saber el qué. El hombre no las tiene. Se levanta, enciende la lamparilla infernal, así que ya aprovecha y me deja ciego a mí. Y luego se pasa el día comiendo a intervalos fijos, siempre en las horas de la comida, que no sé por qué son tantas pero siempre las mismas, y el tiempo entre medias mira por la ventana del salón. Tampoco hay mucho que mirar. Un campo verde y una carretera, que lógicamente no sé qué hace ahí. Nunca me ha sacado de casa, que yo recuerde al menos. Aunque en algún momento tuve que entrar, me imagino. Justo pensando en el aburrimiento y acabo de oír un ruido desde la puerta. Es parecido al que hace él cuando da con las manos en la mesa. Es un ruido gutural, oscuro, sordo, casi me laten los oídos, aunque lo oiga a través de cristal. Quizá precisamente por eso. Como si viniera desde muy profundo, desde la tripa, se me ocurre (estoy sembrado). Baja corriendo las escaleras, parece nervioso, uy, nervioso, no sabía que supiera esa palabra. Joder, igual que el hambre. Ha llegado a la puerta y la abre, pero desde la mesa me tapa el paisaje y no veo nada más. Le oigo hablar por primera vez, pero no acabo de entender lo que dice. También su voz es muy profunda, le oigo muy lento, como si ronronease (eso también me ha venido solo). Se hace a un lado y en la puerta hay una espiga de trigo, de su tamaño. Esto tiene que ser una broma. Es igual de perfecta que las de mi suelo, estilizada, pensada para moverse con viento, muy delgada, apenas una idea de algo. Su cabeza no, tiene un pelo precioso. Pero sólo hay uno, me resulta curioso. Yo estoy acostumbrado a una moqueta de trigo, pero bueno, se ve que me he perdido muchas cosas. El tipo cierra la puerta y el trigo viene hacia el salón, seguido por el hombre, que le mira como intentando que no se dé cuenta. El trigo no parece que intente nada. Sólo va andando, parece que no pesa nada, hasta el sofá, y se sienta donde se suele sentar el hombre, se deja caer mejor dicho. El sofá apenas se mueve, como si no hubiera notado nada. En ese momento me rugen las tripas, y el hombre se queda parado en la puerta del pasillo; joder, ojalá me haya oído, sería un momento perfecto. Hay un trigo enorme en tu salón y yo tengo hambre. Le miro a él y consigo, a fuerza de voluntad, mover dos dedos contra el cristal, pero apenas suenan dos toquecitos de nada. Vuelvo a mirar al trigo y es curioso, tiene orientada hacia mi mesa lo que me parece que es su cara, aunque tampoco estoy seguro, claro. Un poco como si me hubiera oído. Pero no puedo comprobarlo, porque justo entonces el hombre va y se sienta a su lado. Se mueve muy raro, como incómodo, hace lo posible por no tocar al trigo. La verdad es que se ven graciosos desde aquí. Le dice algo que no entiendo, igual habla otro idioma, no se me había ocurrido. El trigo le contesta muy bajo. No sé de qué hablan pero esto ya no es tan interesante. Tengo hambre. Me concentro en mover las manos con más fuerza mientras los dos siguen, uno sentado al lado del otro sin hacer nada. La siguiente vez que miro casi me desmayo (qué buena expresión, tengo que probar a desmayarme). Me he concentrado tanto en mis manos, que por cierto he conseguido despegar del cristal, que me he perdido toda la historia. Pero como parece que estamos ligados, casi casi podría ser azar, dos en uno; el tipo tiene al trigo entre las manos, cogido por su tallo largo y precioso. Y de pronto le veo partirlo. Partirlo en dos, literalmente, el trigo aún vivo y el pobre sacude la cabeza. Pero el hombre está ciego o simplemente no le importa. Vuelve a partirlo, en cuatro, y cada trozo, ahora tiene a ocho pequeños trozos de trigo. No sé si seguirá vivo o no, le está mirando igual que cuando se pone a mi altura y sus ojos dejan de pensar y sólo se quedan pegados al cristal. Coge uno, con cuidado, parece como si ahora le diera vergüenza, como si se arrepintiese. Por un momento creo que sí, que se arrepiente, y noto que me va a ver, esta vez sí, que se va a acercar con el trozo de trigo entre los dedos y me lo va a ofrecer porque de pronto lo sabe. Pero no, no es así. Coge y se lo mete en la boca. Diría que no me lo puedo creer pero sí puedo, aunque acabe de comer, aunque es imposible que tenga hambre. No importa, sólo sabe mirar con ojos blancos. Mientras él sigue comiendo yo cierro una mano, la consigo hacer una bola; levanto el brazo, pero todos los movimientos me cuestan mucho, el aire dentro de la bola parece más espeso que fuera. Soy más lento, todo cubierto por el hambre, todo lleno del vacío de la nieve. Pero no impide que consiga dar un golpe al cristal. No ha sido muy fuerte, pero esta vez sí ha sonado un poquito. Incluso he movido algo de la nieve. Me fijo en él y vale, tengo que darme prisa, sólo quedan tres trozos de trigo (uno para cada día). Ahora que sé lo que tengo que hacer es más rápido. Y más fuerte, vibra todo el suelo de nieve, bum. Los golpes suenan divertido, suenan huecos, vacíos, también son lentos pero suenan desde dentro, siguen sonando incluso cuando dejan de sonar. Doy un golpe tras otro, cada vez más rápido, ya no hay silencios entre ellos pero no importa, no importa porque se ha acabado el trigo. Y yo sigo teniendo hambre y sólo estos golpes huecos. De pronto se levanta, se levanta y viene hacia mí, y claro, me quedo helado. Me entra un miedo casi tan fuerte como el hambre, y si se ha enfadado, quiero decir,  está un poco desequilibrado como pasemos a las manos. Pero no, sólo coge mi bola, me siento infinitamente ridículo, coge mi bola con esas manazas y subimos a la habitación, me pone de nuevo en la mesilla de noche y estoy tan, tan enfadado, cómo se atreve a ignorarme así, eso no se hace con el hambre, maldita sea, y menos cuando tú acabas de comer. Doy golpes y golpes, pero la nieve ahora ya no se sacude, creo que son mucho más suaves o ni siquiera sé si estoy dando golpes, sólo le estoy llamando pero está tumbado en la cama,  no me oye, no me oye porque ahora me doy cuenta de que el hambre sólo sabe llamar con el silencio.
El trigo tiene hambre
https://farhamptonmag.com/2017/01/15/el-trigo-tiene-hambre/
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tuseriesdetv · 7 years
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Crítica Del 1x09 "Self Condemned" De The Good Fight: Hypothetically He's Back
Falta menos de una semana para la season finale de The Good Fight – con una segunda ya en mente – y, esperemos, para conocer la respuesta a algunas de nuestras preguntas. Las cosas por Chicago siguen complicándose para algunas de nuestras protagonistas. Si quieres enterarte de lo que ha pasado, no dudes en seguir leyendo
Me parto xD
No puedo negaros una cosa y es que mi hype por este episodio estaba bastante arriba por un único nombre – lo siento, Jane Lynch –: Colin Sweeney. La vuelta de mi cliente favorito ha sido el combustible para que yo me lo pase pipa viéndole un año después de los acontecimientos de The Good Wife. No estuvo en la última temporada de esta, cosa que eché muchísimo de menos, pero tenerle de vuelta es lo mejor que me ha pasado en lo que llevamos de serie. Colin sigue siendo un troublemaker, un tipo excéntrico y juguetón que no puede estarse quieto. El caso en sí me ha dado un poco igual porque Dylan Baker – a sus pies; ¡qué pedazo de actor y cómo le quiero! – sigue robando la pantalla cada vez que aparece. Sí, tenemos otro caso de brutalidad policial que implica a Sweeney. Si lo pensáis fríamente, en estos diez episodios nos hemos movido por un rango muy restringido de casos: brutalidad policial, Chumhum (blancos ricos que se ríen de sus abogados), un caso de presuntos abusos que al final no fue, el caso Rindell como tal… Entiendo que en veinte episodios, como en el caso de TGW, hubiese una mayor diversidad pero se puede trasladar a los diez de The Good Fight y sin meter relleno, como pasaba en la serie madre. Se me está haciendo cansino ver lo mismo y más si tampoco es que avancemos gran cosa en la trama. Colin Sweeney ha sido todo lo que quería y necesitaba, pero venimos de un capítulo donde la guerra civil en Reddick, Boseman & Kolstad acababa de comenzar y… lo han cortado. ¿Lo van a dejar para el final de temporada o ya para la siguiente? ¿Con un periodo de tiempo tan largo, en el caso de la segunda opción, nos va a seguir interesando esta división del bufete, táctica ya más que manida por parte de la serie original? Tengo mis serias dudas. Siguiendo con Sweeney, tengo que decir tres cosas. La primera es que ha mencionado a Alicia – no podía coger su caso. ¿Qué andará haciendo con su vida? – y el momento en el que se ha dirigido a Barbara me ha recordado muchísimo a cuando hablaba con Florrick. Tengo los feelings a flor de piel con este señor – no os podéis ni imaginar lo mucho que le quiero –. Segundo: ¿qué ha pasado con Renata? ¿Ya se ha divorciado de ella? Anda que las fiestas que este se trae con drogas y sexo de por medio… Habría que verlas para salir huyendo. Tercero: ¡¿embajador en el Vaticano?! Por favor, ¡spin-off para Colin Sweeney si eso ocurre! El diablo en persona en el Vaticano. ME MUERO. Ay, Colin, cómo te echaba de menos en mi vida. Ojalá vuelvas.
¡Qué mona, por favor! ♥.♥
Este episodio ha estado más centrado en Maia, quien se ha reunido con una agente del FBI, Madeline Starkey, interpretada por Jane Lynch, y Lucca, quien es ¿su abogada? ¿Qué pasó con la anterior, la han echado, se le ha acabado el contrato, los King han decidido cortar por lo sano? ¿Qué es esto? El caso es que Starkey ha jugado bastante bien al intentar confundir a Maia en más de una ocasión y hacerla sentir bastante incómoda. Que te pregunten por cosas de hace nueve años es una gran presión, sobre todo porque ni vosotros, queridos lectores, os acordaríais de qué hicisteis si quiera hace una semana – ni yo, os lo aseguro –, así que estaríamos todos un poquito en la mierda. Por lo tanto, comprendo y simpatizo con Maia. Sin embargo, ya vamos viendo cosas raras. Maia notaba que algo se estaba quemando pero nunca fue más allá, se contentó con las respuestas que su padre, principalmente, le daba. Puede ser por la inocencia de la juventud, porque su mente estaba a otras cosas, no indagase más, pero algo debió pasar en su cabeza para que no le dijese nada a Henry sobre la inversión que querían hacer los padres de Amy. La “traición” a Amy le pesa bastante ahora mismo y con cierta razón, dado que es su novia y le mintió, pero debe haber una razón por la  que no se ha cuestionado nunca sobre por qué no se lo contó a su padre. La sensación que me da sobre Maia y la fundación es que realmente ella no estaba muy involucrada, sino que eran sus padres quienes manejaban todo y ella sólo firmaba los papeles que le daban. Esta institución nació con muy buenas intenciones, pero estas desaparecieron del mapa en cuanto los padres de ella se dieron cuenta del negocio tan lucrativo que tenían entre manos. Si lo expandimos, mi sensación es que Maia es una hija única muy querida involucrada en la familia pero, al mismo tiempo, muy ausente. Si no, no me explico cómo tampoco se olía nada o nunca le ha dado por mirar los cajones. ¿Demasiado inocente? ¿Hay gente de 25 años tan inocente? Sin duda alguna, Maia – aunque me duela – necesita un par de bofetones para espabilar porque si no se la van a comer con patatas. Ya los está recibiendo por todas partes, sin comerlo ni beberlo, y espero que la hagan un poco más lista y más echada para adelante porque la noto muy paradita. Otra razón puede ser que sus padres sean merecedores del Oscar a mejor actor y actriz del año, porque esconder todos los problemas ha debido de ser para darles el premio. Al final, entre jugada y jugada, supuestamente Maia miente a Starkey, por lo que el trato por el que “todo lo que digas no va a ir en tu contra” se anula y Rindell va a ser investigada por el fiscal del Estado. Me da una pena tremenda porque, en el fondo, es una chiquilla que acaba de obtener su título como abogada y estaba empezando a trabajar. Esto puede ir dos caminos: uno muy bueno en el que todo se medio arregle y ella espabile, sin perder su bondad; o por uno muy malo donde, uno, también se medio arregle todo y se convierta en una cínica como Alicia Florrick, o dos, todo se vaya a la mierda y acabe en la cárcel. Esto último sería lo sorprendente y lo que haría que The Good Fight se desvirtuase un poco de The Good Wife. Una de mis quejas es que, aunque esté bien beber de la serie madre, también hay que saber forjar una identidad propia, desvinculándose en ciertos momentos y tomando un timón propio. TGF lo ha hecho en cuanto a que contamos con tres personajes femeninos protagonistas en vez de uno solo, tenemos un bufete integrado por afroamericanos, nuevos personajes…, pero en otros aspectos continúa ciertos caminos ya vistos y que pueden resultar repetitivos. Espero que la season finale nos sorprenda.
¡Qué monas! Me gusta el tándem que forman
Otra cosa con la que no se ha avanzado en este episodio es la no relación entre Lucca y Colin, a quien no hemos visto junto a Marissa. Ambos personajes han estado fuera de combate. Me da a mí que lo van a dejar para la finale también y ahí va a haber una marabunta de temas, tramas y personajes que nos va a volver locos. Tenía ganas de saber qué va a pasar entre Lucca y Colin, quienes me están quitando la vida poco a poco, pero vamos a tener que esperar una semana más. En cuanto a Lucca, ha estado estupenda ayudando a Maia. Starkey se le ha metido debajo de la piel y Quinn ha sabido cómo jugar a su juego. Menos mal porque veía que esto terminaba peor de lo que lo ha hecho.
En general, este episodio me ha parecido más un tránsito hacia el final de la temporada, donde todo parece que va a explotar. Y no estoy muy segura de que eso sea bueno. Con todo lo que tienen que contar, me da que el episodio va a durar casi una hora o sus 50 minutos no se los quita nadie. No sólo tendrán que cerrar tramas, sino también abrir otras nuevas de cara a la segunda temporada, a no ser que dejen alguna abierta ya de esta y ya veréis la risa que nos va a dar – totalmente irónico esto último –. Este capítulo, en particular, no me ha dicho gran cosa; tiene dos puntos interesantes (la vuelta de Sweeney y la reunión de Maia) pero no mucho más. Como llevo diciendo semanas, me sigue faltando algo en esta serie, algún tipo de profundización con chicha. En este caso lo hemos tenido con Maia, pero realmente no hemos sacado mucho en claro porque ni ella misma se acuerda bien de lo que pasó, por lo que, haciendo balance, me quedo con nada.
Por mi parte nada más excepto animaros a que dejéis vuestros pensamientos, sentimientos o cualquier cosa que se os haya pasado por la cabeza al ver el episodio. Siempre intento sacar un hueco para responder vuestros comentarios, que sé que es una cosa que cuesta bastante. Os lo agradezco de veras.
¡Hasta la semana que viene!
P.D: Mamá Rindell lleva años tirándose a Uncle Jax. Esto se pone turbio.
P.D.D: ¿Adrian sugiriéndole a Diane que vayan a cenar alguna vez? ¿Esto es una hipotética cita? Uyuyuy.
Irene Galindo (@MissSkarsgard) 
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marumigamer · 7 years
Text
The king of Rubial: Capítulo 29 - Descendientes de Rubial
Surprise, surprise! For Raios... Kukuku...
Language: Spanish.
Pairing: Raios X Shadow.
Chapter 28 here.
First chapter here.
English version here.
Some characters belong to Hiro Mashima and some belong to me. Enjoy!
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Los primeros en despertarse al día siguiente fueron los dragones. Salieron de la posada y saludaron a todo el mundo. La pastelera les invitó a desayunar.
Raios fue el primero de los dos en despertar. Estaba agotado. Había dormido poco. Shadow seguía durmiendo, pero su cola no dejaba de moverse. Raios buscó el origen del olor a menta. Lo encontró debajo del armario. Un pequeño incienso. Lo recogió en una burbuja de aire, así como todo el aroma que había en la habitación. Dejó la burbuja encima de la mesa y abrió la ventana. Fue entonces cuando descubrió la barrera de sombra que Shadow había puesto la noche anterior. Era una barrera que aislaba el sonido. Raios pudo comprobarlo al sacar la cabeza fuera. Escuchó todo el ruido exterior. Al volver a entrar, se hizo el silencio. Miró a Shadow. Éste parecía algo más calmado. Raios se vistió e intentó salir de la habitación, pero no pudo. Había unas extrañas runas en la puerta. No conocía el lenguaje en el que estaban escritas.
- Es el antiguo idioma de los Exceed - dijo Shadow de repente.
- ¿Ya te has despertado? - preguntó Raios -. ¿Tú has puesto esto?
- Sí... Hay algo que debo contarte antes de que salgas.
- ¿Es el motivo por el que estabas tan extraño ayer?
- Eso era el incienso.
- No, la otra parte.
- No lo sé. Estaba algo más sensible de lo normal. Pero no es eso.
- ¿Y qué es?
- Este pueblo... Todos saben quién eres.
- ¿Cómo? Solo lo saben Raziel, la gente de Hargeon y otras criaturas.
- Por lo que me contaron, cuando Rubial ardió en llamas, todos aquellos que vivían fuera decidieron reunirse en un mismo sitio. Este pueblo fue creado por ellos.
- Espera... ¿Estás diciendo que toda la gente que hay aquí fuera es de Rubial?
- Todos y cada uno de ellos. Usé mi magia para oscurecer los ojos de todos y hacer que parecieran marrones.
- ¿Por qué?
- No quería que te sintieras incómodo dos semanas antes de tu cumpleaños. Además, todo el mundo accedió a que lo hiciera. Querían ver como era su rey antes de revelar su verdadera procedencia.
- ¿Qué han pensado sobre mí? Sobre nosotros...
- No les ha importado que estuvieras casado con un hombre.
- ¡Eres un gato!
- Eso tampoco les ha importado.
- Entonces... ¿Están bien con que su rey sea...?
- Sí, no te preocupes. Lo único que les importaba era si ibas a ser un buen rey o no.
- ¿Por qué no les importa?
- Me dijeron que se encargarían de decírtelo cuando reconstruyeras el reino. Si no pueden ser ellos, las siguientes generaciones.
Raios se sentó en la cama. Estaba algo asustado. Shadow le abrazó por la espalda.
- ¿Te da miedo salir? - preguntó Shadow.
- Es que... Ahora me siento incómodo aquí... ¿Podemos irnos?
- Raios, sólo un poco más...
- No... No puedo seguir aquí...
Raios se levantó, recogió sus cosas y abrió la puerta. Inmediatamente la cerró, quedándose dentro de la habitación.
- No puedo hacerte esto otra vez...
- ¿Sabes? La gente encuentra que eres un rey adorable. Que eres muy diferente a tu padre.
- ¿De verdad? Ni siquiera recuerdo cómo era mi padre como rey.
- Los mayores lo recuerdan. Muchas veces no prestaba atención a las necesidades de su pueblo. Pero cuando eso pasaba, era tu madre la que iba. Ella siempre se preocupó por sus ciudadanos, igual que tú.
- Raziel me enseñó bien.
- También lo heredaste de tu madre. Aquellos que conocieron a tu padre me lo contaron.
Raios sonrió, dejó sus cosas en el suelo, y fue a besar a Shadow.
- Te adoro... - le dijo Raios.
- Lo sé.
- ¿Debería empezar a ponerme las ropas de rey? ¿O mejor sigo con las de príncipe?
- Haz lo que quieras - rió Shadow -. ¿Debería ponerme yo las de rey?
- Espera a estar coronado.
- ¿Y cuándo voy a poder coronarme?
- Casémonos otra vez cuando reconstruyamos el país. Con todo el mundo presente. Algo grande.
Shadow sonrió, pero sus ojos se mostraban tristes. Raios se dio cuenta y volvió a sentarse en la cama.
- ¿Qué ocurre?
- No es nada.
- Mientes. ¿Te asusta lo que diga la gente en ese momento?
- No es eso... Es... No quiero ser el centro de atención. Me mirarán mucho más a mí que a ti.
- ¿Te acuerdas de mi coronación?
- Como si fuera ayer. Estabas muy nervioso.
- Quería desaparecer. Todo el mundo me estaba mirando a mí. Solo a mí. Cuando te coronen a ti, estaré a tu lado. Eres el rey consorte, ¿Recuerdas?
- Más te vale no dejarme solo.
- ¿Y si tengo que ir al baño?
- Te aguantas.
- ¿Y si es muy urgente?
- Te sigues aguantando.
- ¿Y si tengo diarrea?
- No. Ni se te ocurra separarte de mí. Te cagas encima si es necesario.
- No seas así... ¿Y si tu experimento funciona?
- ¿El del huevo? No sé si va a funcionar. Llevo nueve años intentándolo, y nada. No siento nada.
- ¿Y ahora por qué lloras?
- No lo sé...
Raios abrazó a Shadow. Éste se puso en posición fetal encima de su esposo.
- No sé qué me pasa... - dijo Shadow, aún llorando.
- Lo sé. Tranquilo. Si quieres que nos quedemos aquí hoy, lo entenderé.
- Tengo algo de hambre...
- ¿Quieres que vaya a por algo de comer?
Shadow asintió. Raios salió de la habitación, y se sintió un poco incómodo al ver los ojos morados del posadero.
- Buenos días joven - le dijo el posadero.
- Buenos días - le contestó Raios, algo incómodo.
- ¿Se encuentra bien?
- Sí, pero mi pareja no. No es grave, pero no quiere salir de la habitación.
- ¿Quiere que llame a alguien?
- No, está bien. Sólo tiene que descansar un poco. ¿Dónde puedo comprar comida para llevar?
El posadero le indicó a Raios en qué restaurante podía comprar comida para llevar. Raios volvió cerca de una hora más tarde, cargado de comida. Al entrar en la habitación, Raios se encontró a Shadow sentado en la cama y enrollado con la manta.
- ¿Te encuentras mejor? - preguntó Raios.
- Un poco.
- ¿Tienes hambre?
- Demasiada. Me siento como si no hubiera comido en tres días o más.
- Ten, come.
Raios le dio a Shadow una bolsa con comida. Éste la engulló prácticamente al instante.
- Has comido muy rápido.
- ¿De verdad? - preguntó Shadow, con la boca llena.
- ¿Estás seguro de que no está funcionando?
- ¿El qué?
- Lo del huevo...
- ¡Segurísimo! No siento nada.
- ¿Aún tienes hambre?
- Mucha.
- Tengo más comida, pero puedo ir a buscar más si es necesario.
- Estoy bien con todo esto por ahora.
- Espera... ¿Y yo que como?
- No lo sé. Yo me quedo con todo eso.
- Voy a comprarme algo...
Raios salió de la habitación, dejando a Shadow solo con la comida. Al salir de la posada, se encontró con los dragones, que iban a comer.
- ¿Y Shadow? - preguntó Dust.
- No se encuentra bien - le contestó Raios -. ¿Vais a comer?
- Sí.
- Voy con vosotros.
Raios fue con los pequeños a comer en un restaurante. Estuvo distraído todo el tiempo, pensando en Shadow.
- ¿Va todo bien? - preguntó Antartica.
- Sí, no es nada.
- Estás distraído - dijo Silver.
- ¿Vais a tener un hijo? - preguntó Gold.
Raios sonrió con una mirada triste y les miró.
- No podemos tener hijos.
- ¿Y lo del huevo? - preguntó Gold.
- Es un experimento. Ni siquiera es seguro.
- Pero no se encuentra bien, ¿Cierto? - dijo Magma.
- Eso no significa nada. Pero... Podría ser... No me hagáis pensar en estas cosas. Comamos.
- También podría... Estar muriéndose... Y tú aquí... Con nosotros...
- ¡Smoke! - le gritaron el resto de dragones.
Pero ya era tarde. Raios ya estaba llorando. Los pequeños intentaron reconfortarle. Dust regañó a su hermano. Consiguieron calmar a Raios y que comiera un poco, pero enseguida volvió a la posada, dejándoles solos.
Al llegar a la habitación, Raios se encontró a Shadow temblando de frío en su forma gatuna, al lado de un gran charco de vómito. Raios le recogió y se bañó con él, para quitarle el sudor del pelaje. Después, le envolvió con una toalla, lo dejó en la cama y limpió el vomito del suelo. Después secó el pelaje del Exceed, le puso en la cama y le tapó con la manta.
- Estoy bien - murmuró Shadow -. No necesito que te preocupes.
- No estás bien si has vomitado todo lo que has comido - le contestó Raios, poniendo la mano en la frente de Shadow -. Parece que tienes algo de fiebre. Descansa.
- No quiero contagiarte lo que sea que tenga.
- No te preocupes por eso - Raios besó la cabeza de Shadow -. Duerme tranquilo. Yo me encargaré de todo.
Shadow asintió con una sonrisa. Raios se vistió y salió de la habitación. Fue al médico del pueblo a pedir consejo sobre lo que le estaba pasando a Shadow. No se saltó ningún detalle sobre las características especiales de Shadow.
- ¿Estás seguro de que quieres descartar lo del hijo? - le preguntó el médico a Raios.
- Si se trata de eso, en algún momento me lo dirá - le contestó Raios -. No quiero presionarle con ello.
- Entonces no sé de qué puede tratarse. Puede que sea alguna enfermedad propia de los Exceed, o alguna nuestra que provoque ese efecto en su cuerpo.
- ¿No hay nada que pueda ayudarle? Aunque sea un poco.
- Me temo que no.
- En ese caso, haré lo que pueda para cuidarle. Muchas gracias por su ayuda.
- De nada, majestad.
- No me llame majestad. No estamos en Rubial. Ahora mismo, ese reino no existe.
- De acuerdo.
- Cuando reconstruya el reino, este pueblo será el primero en saberlo. Pero aún no estoy preparado para ello.
Raios salió de la consulta del médico y volvió a la posada. Los pequeños dragones estaban en la puerta de la habitación en la que estaba Shadow.
- Esta bien, no os preocupéis - les dijo Raios al verles -. Pero puede que sea contagioso, así que yo me quedaré allí con él.
- ¿Y si te enfermas tú? - preguntó Dust.
- En ese caso, llamáis a un médico. Pero no pienso dejar que pilléis algo que no sé lo que es.
Raios entró en la habitación, dejando a los pequeños fuera. Sonrió enseguida al ver a Shadow dormido. Se tumbó a su lado y besó la cabeza del Exceed.
- Mmm... - murmuró Shadow.
- Descansa mi amor - le dijo Raios -. Estaré aquí si me necesitas.
- Es la primera vez que me llamas así...
- Es una ocasión especial.
- Raios...
- Dime.
- ¿Qué tal tu primer día con 35 años?
- De la habitación al restaurante, otra vez a la habitación, a ver a un médico y otra vez aquí.
- Lo siento...
- No lo sientas. Eres lo más importante para mí, y lo sabes.
- Te amo Raios...
- Yo también te amo. Ahora descansa.
Shadow volvió a quedarse dormido. Raios besó su frente y se quedó tumbado a su lado. Los pequeños llamaron a la puerta a la hora de cenar.
- Os traemos la cena - anunció Silver.
- Dejadla ahí - le pidió Raios -. Ahora voy a recogerla.
Los dragones dejaron la cena en la puerta. Raios se levantó de la cama para ir a buscarla, despertando a Shadow.
- ¿Y mi estufa? - preguntó Shadow.
- Ahora viene. Los niños nos han traído la cena. ¿Tienes hambre?
- No mucha.
- Come un poquito, ¿De acuerdo?
- Vale.
Shadow se incorporó. Raios se sentó delante de él con la comida.
- ¿Cómo te sientes? - le preguntó Raios.
- Algo mejor.
- ¿Qué te apetece comer?
- Cualquier cosa me vale.
- ¿Una manzana?
Shadow cogió la manzana y empezó a comerla. Raios le miró mientras cenaba. Shadow cogió un vaso de agua con sus dos patitas y bebió.
- Te ves tan pequeño ahora... - dijo Raios.
- Nos hemos acostumbrado mucho a mi forma humana - le contestó Shadow -. Tú te ves gigante.
- Hemos vivido tanto juntos... Echo de menos a Raziel. Él siempre estaba allí cuando le necesitábamos.
- Yo también. Siempre sabía cómo solucionar las cosas.
- Si él hubiera estado con nosotros, lo que ocurrió hace siete años...
- No pienses en eso, por favor.
- No puedo evitarlo. Sé que él lo hubiera solucionado sin que ninguno de los dos sufriera.
- Raios, no quiero recordarlo.
- Es la única cosa de la que realmente me arrepiento.
- Lo sé. Y te disculpaste. Deja de torturarte con ello.
- No puedo. Ni siquiera puedo imaginarme lo mucho que tuviste que sufrir. Shadow, siempre me arrepentiré de haberte abandonado.
Shadow miró a su esposo. La expresión de Raios era de rabia consigo mismo, y tristeza. Aún se estaba torturando internamente por ese hecho de siete años atrás. Shadow voló y besó a Raios.
- ¿No habíamos quedado que nada de besos en tu forma de gato? - le recordó Raios.
- Es una ocasión especial.
- ¿Como cuando se deshizo tu maldición?
- Exacto.
- ¿Y qué tiene de especial?
- Tu sonrisa después de que te besara...
Raios abrazó a Shadow contra su pecho.
- Lo siento. Siempre te estoy preocupando con este tipo de cosas.
- Raios, deja el pasado doloroso atrás. Por favor...
- Lo intentaré.
Terminaron de cenar y se fueron a dormir. Sólo tumbarse al lado de Raios, Shadow empezó a ronronear. Raios le acarició hasta que ambos se quedaron dormidos.
Al día siguiente, Shadow se encontraba mucho mejor, pero Raios estaba enfermo.
- Es un simple resfriado - diagnosticó el médico -. ¿Cómo se encuentra usted?
- Mucho mejor - le contestó Shadow, ya en su forma humana.
- Debe tener algún efecto extra en los Exceed...
- ¿Por qué tenías que contagiarme? - se quejó Raios.
- Tú te pasaste el día entero conmigo - le contestó Shadow.
- Estaba cuidando de ti...
- Y hoy me toca a mí cuidar de ti.
- Esto puede durar varios días.
- Podemos quedarnos un poco más.
Shadow besó la frente de Raios. Éste sonrió y acarició la mejilla de su esposo. Shadow le cogió la mano y la besó.
Una semana más tarde, pudieron irse del pueblo. Raios se sintió un poco incómodo al escuchar que todos se despedían de él llamándole majestad.
- Ha sido divertido - le dijo Shadow a Raios cuando se hubieron alejado lo suficiente.
- Nunca pensé en encontrar tanta gente de Rubial en un mismo sitio - añadió Raios.
- ¿Adónde vamos ahora? - preguntó Antartica.
- Aún no hemos llegado a nuestro destino original. Iremos dónde nos lleven nuestros pasos, ¿De acuerdo?
- ¡Sí! - contestaron los seis dragones.
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