Tumgik
elbesodelabruja · 4 years
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Detallito
Sigo escribiendo, no en orden, no tan seguido como quisiera. Pero sigo pokeando las tablas de esta maravillosa cuenta de retos. Sólo que ahora no los tomaré por el mes correspondiente, sigo el mes que me inspire, algo así. 
Igual, cada mes estará ligado a un tema, que iré aclarando cuando suba algún escrito de esa tabla (en su respectivo post) y no sé si terminaré escribiendo los 30+ prompts de cada mes. Mi reto personal es más que nada escribir lo que pueda, pero escribir. Solo eso.
Otra cosita, ahora los fics (excepto los de originales) estarán en mi cuenta de Ao3, más que nada porque me siento más segura para poder guardarlos de allá (y por si se desaparecen aquí en tumblr).
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elbesodelabruja · 4 years
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Abril: 24. Memento [One Piece]
Title: Memento.
Canon: One Piece.
Claim: Marco - Sabo.
Notes: Post-Timeskip.
Summary:
Marco tiene una rutina, algo que hace al menos cada dos meses y solo mantiene el peso que hunde sus hombros.
Hasta que un día, un extraño rompe esa rutina.
Tabla: Abril.
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elbesodelabruja · 4 years
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Abril: 29. Sonidos [One Piece]
Title: Más que un sueño.
Canon: One Piece.
Claim: Brook.
Notes: Un poco inspirado en el episodio 384 del anime.
Summary: 
Brook no dormía.
Tabla: Abril.
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elbesodelabruja · 4 years
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Reto de Abril
Enfocado en el manga/anime de One Piece.
Puede que toque igual películas, especiales, omakes, extras. Dependerá de la inspiración.
No sigo orden en específico (en referente a los números).
Tumblr media
Victoria
Pánico
Sonámbulo
Locura | Ace.
Virtud
Grieta
Estrellas
Eterno
Regreso
Competencia
Instinto | Ace + Sabo.
Fortuna
Compasión
Encanto | Law > Luffy.
Obstinación
Cenizas | Marco.
Esencia | Sabo.
Infantil
Temprano
Futuro | Ace + Sabo.
Intercambio
Escarlata
Caos
Memento | Marco - Sabo.
Repetición
Canto
Cansancio
Mentira
Sonidos | Brook.
Traición
Alternativos:
Invisible
Construcción
Joya
Incomodidad
Habilidad
Involuntario
Avanzar
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elbesodelabruja · 5 years
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Noviembre: 14. Victoria [MC: SG]
Canon: Marvel Comics – Spider-geddon.
Claim: Anya.
Warning: Spoiler del final de Spider-geddon.
Habían ganado, los inheritors por fin dejarían de cazarlos, las cosas para las arañas regresarían a la normalidad, teniendo solo los problemas en los que cada uno se metía por su cuenta y que sólo tuvieran relación con sus respectivos mundos. Todos, más que estar felices, se encontraban aliviados. Regresarían a casa, a sus vidas. No se sorprendió que nadie reparara en ella, era lo usual y los únicos que podrían saber su situación tenían sus propios problemas y de seguro ni caerían en cuenta de lo que significaba la caída de Loomworld, o al menos lo que significaba para ella. (No culpaba a Jess, ella ya cargaba con sus propias cosas. 
Hace mucho que dejó de esperar algo de Peter, así como él parecía haber dejado de lado su existencia, una chica problemática menos de la que fijarse ¿no? Igual no es que antes hubieran tenido la relación más cercana o algo) Estaba aliviada por la victoria, pero no podía estar ni remotamente feliz por la misma. Otra vez lo había perdido todo. Bill, Karn... Con todo lo que pasó ni podía recordar qué fue lo último que conversó con ellos. La suerte de las arañas, a pesar de lo que Peter (el de su mundo) pudiera decir, tenía una forma algo lógica para actuar. Por cada buena suerte, y su mente piensa en Annie aquí, debía haber alguien que no la tuviera. Así se equilibraban las cosas. Sin hogar, sin familia, sin un destino ni misión en la vida. Que victoria tan agridulce. Pero eso venía con ser una araña, ¿no?
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elbesodelabruja · 5 years
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Noviembre: 16. Honestidad [MC: SV]
Canon: Marvel Comics – Spider-verse.
Claim: Karn y Anya.
Warning: Spoilers del final del Spider-verse.
El portal se cierra quedando sólo ellos tres en Loomworld. Bill haba un poco con Karn antes de ir a revisar qué edificios pueden adaptar para sus viviendas. Por el silencio Karn casi se olvida de la chica que parece entretenida observando las distintas ‘ventanas’ de la Red de la Vida y el Destino. Iba a dejarla ser, pero algo en su mirada... no, en su pose le llama la atención. ―¿Arrepentida? ―Le pregunta, porque sigue sin quedarle claro cómo alguien tan joven ha aceptado dejar su mundo y su vida por una misión como esa, en un mundo donde los únicos habitantes serán ella y dos sujetos mayores. Anya le mira con una ceja alzada. ―¿De qué? ―De dejar todo atrás ―Aunque él puede abrirle el portal cuando quisiera si lo piensa bien. El que la chica se eche reír mientras niegue lo deja confundido. ―No era mentira lo que le dije a Jess: hay suficientes arañas en mi mundo como para que mi ausencia afecte algo. Karn puede sentir la verdad en sus palabras, pero... ―A pesar de tu casco, puedo notar como sigues mirándome de forma fija. ¿No me crees? ―No, lo siento, te creo. Anya mira hacia la red de forma ausente un momento, rascándose la nuca antes de suspirar y volver a verle. ―Ok, seré cien por ciento honesta contigo. No tengo familia, mi mejor amiga (la única amiga que me quedaba) está más a salvo sin mi ahí y nadie notará mi ausencia. Siento que aquí seré de más ayuda. Sí, sí, bubu, pobre de mí, ahora puede sonar el violín más pequeño del mundo. Y se calla, esperando. La lastima, la pena, palabras que intenten consolarla, lo que sea. No que Anya le haya dicho todo eso buscando algo, sólo quería dejarle las cosas en claro. Karn le mira y luego de un rato asiente, comprendiendo. Parece ser que los tres eran hilos descosidos, a la deriva, pero ahí volvían a tener la opción de entrelazarse, de estar unidos a la red. ―¿Crees que William pueda conseguirnos libros? Es el turno de Anya de quedarse mirando. Aun no nota sus rasgos por la máscara, pero puede notar como se relaja, parece que por fin ha dicho algo correcto. 
La joven araña le sonríe, divertida. ―Si me abres un par de portales, puedo conseguir varios muy interesantes. ―Espero que entre tus métodos no esté el robar. ―No, claro que no... puede que alguno lo deba tomar prestado sin permiso. ―Así que “prestado”. ―Sí. Aunque... solo no se lo digas a Billy, que quede entre nosotros ¿ok? Ambos se ríen. Es rápida la familiaridad entre ambos. Karn puede sentir que ella no le odia ni parece culparle de nada. Le gusta esa chica. Ella y William se volverán (o tal vez ya lo sean) en su nueva- no, en su familia. Karn se da cuenta que es la primera vez que siente que no odia estar en Loomworld.
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elbesodelabruja · 5 years
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Noviembre: 11. Alma [SWR]
Canon: Star Wars Rebels.
Claim: Cierto lobo.
Warning: Spoilers de la última temporada.
El mensaje ha sido dado y el lobo observa desde lejos como su antiguo estudiante parece recuperarse aunque sea un poco y regresar con los suyos. La conciencia comienza a flaquear, el alma estando en paz al haber cumplido con su misión. Su tiempo en ese plano ha terminado y es su turno de descansar, pero hay algo que aún quiere hacer, debe hacer. El lobo corre, hasta llegar a las montañas y percibe su aroma antes de verla a lo lejos. Frunce el ceño y ladea su gran cabeza, notando un sutil cambio en ese aroma, es casi como si... Comprende. Alza la vista al cielo y aúlla, dejando que incluso los mortales y aquellos no ligados a la fuerza le escuchen, sin disculparse si les asusta, aunque es un aullido con una dicha que casi nadie comprenderá. Es su despedida. Su estudiante está bien y ella no se quedará sola. Puede irse en paz, ahí ya no se le necesita. Hasta entonces, los cuidará siendo uno con la Fuerza. Y esperará tranquilo al momento del reencuentro. No tiene prisa para ello.
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elbesodelabruja · 5 years
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Noviembre: 21. Cambio [TLOZ: WW/OoT]
Canon: The Legend of Zelda: The Wind Waker / Ocarine of Time.
Claim: Fado.
Warning: Spoilers de la segunda mitad del juego de WW, kinda e igual del final de OoT.
Los kokiri tienen una vida tranquila, cuidar del bosque, ayudar al nuevo árbol Deku a crecer sanamente; algunos se encargan de calmar a los skull kids con un poco de música, proteger a los animales... ninguno sale a las tierras más allá del bosque, no lo necesitan, viviendo en un mundo aparte, incomprensible para los demás seres que habitaban ese país. Por ello cuando la temible amenaza acabó, se enteraron sólo porque el joven gran árbol Deku y la princesa los hylianos les hablaron de ello, contándoles sobre el héroe del tiempo y los sabios que ayudaron al mismo en su misión. Tontos ellos al no haberse dado cuenta antes, a llorar tarde el destino de una querida amiga, a celebrar en lo que se había convertido a pesar de la tristeza que eso mismo provocaba. Años han pasado desde aquello y lo sucedido poco a poco se ha convertido en una leyenda más, contado a los más jóvenes, a aquellos que tienen curiosidad por los grabados. Pero no todos olvidan, no todos quieren dejar lo sucedido de lado. Sonriendo, como todas las mañanas, el pequeño kokiri sale de su casa a saludar al joven gran árbol Deku, a pasear por la aldea y preparar una canasta con comida, así como su fiel y querido violín. Pasea con calma por el bosque, a una zona donde ya no hay monstruos pero sigue teniendo mala fama y es evitada por casi todos los de su pueblo, tachándolo de loco despreocupado por su extraña rutina. Llega frente al ruinoso edificio en lo más profundo, el templo del bosque y se trepa al árbol frente al mismo, acomodándose en su gruesa rama, dejando su canasta a un lado y preparando su violín para iniciar su verdadera rutina. Toca aquella canción que a ambos les encanta. La toca por horas, junto con otras de su repertorio y que recuerda le sacaban siempre una sonrisa. Hace tiempo, en una ocasión, el joven gran árbol Deku le preguntó curioso por qué de su ritual en el templo del bosque a lo que él, portando su infinita sonrisa le respondió: ―Porque debe ser aburrido para ella estar en un lugar tan callado, ¿no? “Y sola” pero eso solo lo pensó para sí. El guardián del bosque entendió y asintió, dejándolo ser, porque su sonrisa era sincera y podía sentir lo feliz que esa tarea autoimpuesta lo hacía. Y así, su visita al templo se volvió algo de su día a día, maravillando a esa parte del bosque con su pequeño concierto. Fue así año tras año, hasta que en un día, inspirado tras un sueño donde los recordó a ambos (y eso debió de darle una pista de que ese no sería un día normal, rara vez sueña con su viejo amigo hyliano), toca una nueva melodía que le provoca una extraña sensación. ―Fado ―le llama la tierna voz del ya no tan joven gran árbol Deku―, ven a verme, he de hablar contigo. El kokiri mira su hada, pero ella tampoco parecía tener idea del porqué de tal llamada, así que sin perder el tiempo, ambos se dirigen de regreso al poblado. Ya frente al protector del bosque notan otra presencia ahí, un gran búho marrón. ―Fado, hay algo que debo decirte. «Sabio del Viento» No se ríe en voz alta por respeto a los presentes, pero el pensamiento está ahí, más claro que el agua del lago Hylia: “Debe ser cosa de familia”. Parece ser que aquella melodía definió su destino. No le molesta, más bien se siente como algo que siempre debió ser. El búho dice ser un representante del sabio de la Luz que está ahí para guiarlo hacia al castillo, para conocer al rey de Hyrule y a una zora que es la sabia de la Tierra (y ahí está evitando reírse otra vez, ¿por qué un zora es de la tierra? ¿Por qué el agua ya estaba tomado por alguien de su raza y no querían repetirse?) El cambio de vida es algo extraño. No le molesta dejar el bosque, aunque si extraña el templo, pero el rey le ha otorgado un lugar con un lindo jardín. Pasan unos meses así, tocando con la chica zora siendo dirigidos por el rey, aprendiendo sobre su misión y memorizando la melodía que ahora es su responsabilidad. Aunque sabe que en realidad les están ayudando a hacerse a la idea de su destino. Cuando el día llega, Miruto* parece triste al despedirse, pero el sólo sonríe, lo que la resigna y le hace sonreírle de vuelta antes de seguir al soldado que le guiará al templo de la Tierra. Se despide del rey y sigue a su propio guía. Este lo lleva hasta un lugar muy remoto y le deja en la entrada, solo. Solo... así es como se supone estará el resto de su vida. Saca su violín, listo para tocar la melodía que le abrirá la puerta cuando algo inesperado le sorprende. (Lo que es raro, él casi nunca se sorprende ni es tomado desprevenido de esa forma) ―Fado. Su eterna sonrisa tiembla un poco, pero no desaparece. ―Saria. La pequeña sabia del bosque se ha manifestado frente a él y es la misma que recuerda, sin haber cambiado nada. Aunque eso es lo usual en los kokiri ¿no? ―Fado, me alegra mucho volver a verte. Ríe. Con ella nunca ha tenido razón para esconder su risa. ―¡En verdad mi misión debe de ser importante! La mismísima sabia del Bosque ha venido a verme. ―Fado ―reclama Saria con voz suave, calmando él su risa. ―No lo he dicho de mala forma, el verte siempre alegrará mis días. ―Solo hasta ahora se me ha permitido poder verte. ―Porque es una despedida ¿cierto? No le responde, pero su sonrisa le dice todo. Conversar no tiene mucho sentido para ambos, así que él señala con un gesto su violín. ―Espero que todos estos años como sabia no hayan menguado tu habilidad. Por fin logra que Saria sea la que ría y alza la mano, haciendo aparecer su ocarina. No se sabe cuánto tiempo pasan tocando, pero es como si algo se reparara dentro de él, algo que no sabía estaba roto. La había extrañado, pero saber que a pesar de su posición se encontraba bien le quitaba un peso que nunca había aceptado tener. La última melodía que tocan es aquella nueva que aprendió, la que le ha cambiado la vida. ―Gracias ―murmura, escuchando como la puerta del templo se abre―. Adiós, Saria ―sin dejar de tocar se adentra al mismo, en ningún momento dando un paso tembloroso, nunca dudando sobre en lo que se ha convertido ahora su vida. Saria termina la melodía, observando como el templo se cierra para aquellos que no sean su sabio o el héroe. ―Adiós, Fado. Y con eso, luego de muchas (muchas) décadas, su espíritu por fin puede descansar. El sabio del Bosque ya no es necesario, ahora es el turno del sabio del Viento. Hasta que Hyrule o su héroe vuelvan a necesitarlos. - *Miruto: Nombre inventado y siguiendo la lógica de Fado (hecho de las notas musicales Fa-do), el Mi por la nota y el resto por esa costumbre de los zoras de tener nombres similares a Ruto. Doy a entender que ella es la primera sabia de la Tierra, antepasada de Laruto.
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elbesodelabruja · 5 years
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Noviembre: 23. Bondad [TLOZ: TP]
Canon: The Legend of Zelda: Twilight Princess.
Claim: Midna.
Nota: Toma referencia tanto del juego como del manga.
Resopla burlesca, de forma que está segura él pudo escucharla a pesar de estar en su sombra (esa era su intención al fin y al cabo). Ahí va de nuevo, arriesgándose “noblemente”, ayudando a cualquiera que se metiera en su camino, actuando como el héroe que tanto niega ser. Le causa risa la mirada que le dedica, como si se justificara. “No soy un héroe, pero tampoco puedo ignorarlo”. Su bondad le jugará en contra. No. Su bondad ya le ha jugado en contra. Está atorado con ella ¿no? Eso y quitarse la maldición de ser una bestia. Puede que en un momento fue más eso que lo primero, pero Link es tonto, ya se ha acostumbrado a los cambios y a tenerla de compañera. (No que le esté pasando lo mismo a ella) Parpadea al escuchar sus risas y lo observa jugando con los mocosos esos que le admiran. Debían de encontrar rápido la última pieza de la sombra fundida y así podrían separarse, ¿por qué perdía le tiempo de esa forma? (Así no se dejará arrastrar más por él, así evitará encariñarse) (No, no está encariñada ya) Desaparece en su sombra, ignorando su llamado cuando parece que nota que hay algo raro en ella. No quiere conversar con él por ahora. (¿Y desde cuándo parece que puede leerla tan bien?) La bondad de Link es peligrosa. Pero no sólo para él. (Le tiene miedo, a la bestia de ojos claros, pero no de la forma que ella cree)
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elbesodelabruja · 5 years
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Noviembre: 8. Valor [TLoZ: ALBW]
Canon: The Legend of Zelda: A Link Between Worlds.
Claim: Ravio.
Warning: Spoilers del final del juego.
Sonríe, a pesar de que él no puede verlo por su capucha, pero debe hacerlo o su voz le traicionara. Ha jugado demasiados días el papel de bufón para dejarlo ir ahora. Su mirada sigue al héroe mientras éste analiza que objeto alquilará en esta ocasión, qué le podrá ser útil en su siguiente aventura y es cuando nota las nuevas heridas en el mismo. Quiere preguntar, pero Link no parece darles importancia, a pesar de que se ve que algunas le molestan cuando se mueve y su ropa roza las mismas. El joven héroe toma uno de los báculos y le pregunta el poder del mismo, por lo que responde con su tono gracioso, recordándole que gracias a él pronto podrá jubilarse y que no debe preocuparse por regresárselo, porque Shirio lo recogerá y por ello puede agonizar tranquilo si así lo desea. No es que quiera que eso suceda. Sabe que no pasará, porque es Link, el héroe al que sin duda alguna la trifuerza del valor elegirá, el que no sólo salvará Hyrule, sino también a Lorule. (Porque es su esperanza, porque él no puede hacer nada, porque él sólo sabe huir) Despide al héroe con una sonrisa y un par de bromas, divertido por su cara exasperada. Pero es tan amable, sigue sin correrlo de su casa ni le ha tratado mal en ningún momento. Se queda quieto en medio de la habitación, mirando la puerta y volviéndose a preguntar lo mismo: ¿Por qué Hilda no pudo tener a su lado alguien digno de ser su héroe? Ella es una buena princesa, no se merece todo lo que le está pasando, sólo necesita a alguien en quien confiar, que la sostenga. (¿Por qué tiene que ser un cobarde? ¿Por qué no puede ser ni un poco como Link?) Frota su mano derecha sin marca alguna, recordándose por qué estaba ahí. No es el héroe, pero seguirá ayudando al mismo, hasta el final de aquella aventura. ―Señor Héroe, perdona por ser tan egoísta y dejártelo todo a ti. Se quedará ahí hasta que descubra la verdad y lo rechace por quien es. Porque sabe que así será. Él mismo se rechazaría de tener la oportunidad. (Puede que ya lo haga) (Puede que lo ha hecho siempre)
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elbesodelabruja · 5 years
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Noviembre: 12. Sobrevivir [???]
Original: Aun sin nombre.
Claim: Siguen sin nombre /llora.
Nota: La inspiración vino de una serie de fanarts.
La habitación era completamente blanca, sin ningún adorno ni ventana que pudiera darle algún indicio de dónde se encontraba, aunque tampoco es que pudiera recordar cómo había llegado ahí. Se miró, su cuerpo estaba lleno de heridas al parecer un poco tratadas, tenía un brazo roto (otra vez) y el pecho le dolía, además del cuello. No recordaba mucho de lo que había sucedido, pero dejó de pensar en ello al observar lo único que sobresalía en ese sitio.
Era una puerta. No parecía nada extraordinaria salvo que la madera era negra era lo suficiente grande como para que él llegara solo a la mitad. Aunque tampoco es que fuera muy grande para su corta edad.
Se acercó a la misma y tocó. Fue en ese momento, justo cuando su mano entró en contacto con la fría superficie que un escalofrío recorrió todo su cuerpo.
―¡Abre! ―Tocó con aun más fuerza― ¡Abre de una vez! ¡Soy yo!
Nada, ni una reacción de parte de quién sea que estuviera del otro lado. Pero estaba seguro había alguien. Siguió tocando por más tiempo hasta que escuchó a alguien llamándolo. Miró la puerta por última vez y gruñó.
―¡Volveré! ―Se dio la vuelta y desapareció.
-
Suspiró, sintiendo cada hueso de su cuerpo tronar cuando abría los ojos. Quedó confundido al notar la blanca habitación, sin estar seguro dónde estaba- hasta que sus ojos se fijaron en la puerta negra y fue como si un vago recuerdo, algo brumoso, viniera a su mente.
Se puso de pie con dificultad, su cuerpo reclamando por todas las heridas que tenía en esta ocasión. Caminó con dificultad hacia la puerta, dejando marcas rojizas tras sus pasos, su sangre resaltando entre la blancura.
Miró la puerta y posó su mano sobre la madera, acariciándola con algo de ternura.
―Ha pasado el tiempo. ¿Ahora sí puedo entrar?
Ya no estaba la ira infantil, sino una resignación que adquirió con la madurez, si es que a eso se le podía llamar “madurez” (tenía solo 20 años después de todo). Pero la puerta siguió cerrada.
Aun no sabía qué había del otro lado, a dónde llegaría, aunque podía sospecharlo, después de todo era la tercera vez que estaba frente a la misma (la segunda fue muy rápida, más caótica, no quiere recordarlo) y en sus investigaciones salía algo referente al tema- solo teorías, cuentos.
Suspiró, recargando su frente contra la madera.
―Por favor... por favor, ábreme ―, suplicó, el dolor en su pecho hundiéndolo, superando cualquier hueso roto que tuviera en esa ocasión.
Pero la puerta siguió sin abrirse, y quién estuviera del otro lado siguió sin responder.
Volvió a superar, negando mientras se separaba.
―Tendrás que dejarme entrar tarde o temprano ―, murmuró antes de dar la media vuelta, reconociendo que alguien llamaba su nombre.
-
Se resbaló, su espalda siempre estando en contacto con la fría puerta de madera negra, hasta quedar sentado. Dobló sus rodillas y ocultó su rostro en las mismas, tapando sus oídos una vez más para negar la voz al otro lado que insistía en querer que alguien le abriera la puerta.
No podía, aun no era tiempo, esperaba que nunca fuera el tiempo.
Sabía por qué su consciencia era llamada a ese lugar cada determinado tiempo. ¿Qué hacía ese idiota? ¿Por qué terminaba tan herido como para llegar ahí?
No importaba. No sucumbiría. Le extraña, sí, pero eso no significaba que dejaría que ese idiota tuviera lo que quisiera.
―Olvídate de mí de una maldita vez.
Habló a la nada, después de escuchar cómo esos pasos se alejaban del otro lado.
Eso era una tortura. Suponía que era parte de su castigo.
Está bien, la aceptaba. Si con eso se aseguraba que él no fuera de ese lado, lo soportaría.
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elbesodelabruja · 5 years
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Noviembre: 10. Miel [RdlF]
Original: Rueda de la Fortuna.
Claim: Peter Pan.
El tiempo termina afectando a todos, por más fuertes e inamovibles que se crean. Una roca termina sucumbiendo ante el suave golpeteo del agua o del viento. Nada puede mantenerse igual para siempre, ni aquel lugar llamado Neverland ni aquel que era su gobernante indirecto (solo indirecto porque él negará siempre ser tal cosa, por ser un título aburrido).
Ya iban un par de años (¿o meses? ¿o eran simples días? El tiempo era difícil de calcular ahí) en que el sol brillaba poco, siendo cambiado por nubes grises y un viento helado, como si el invierno quisiera pasar pero solo podía rozar con la punta de sus dedos las tierras de aquella isla lejana.
Todo era por el humor del chico que no quería crecer, y eso a la vez sólo era muestra que había crecido un poco, solo que nadie se atrevía a señalarlo, como ¿qué clase de consecuencias traería? Mejor no arriesgarse.
Aunque nadie podía saber con certeza cuándo fue el cambio y mucho menos tratar de descifrar el por qué.
Peter sabía.
Peter había comenzado a recordar, de forma más vivida.
Y Peter quería volver a olvidar.
Había sido algo inocente. Se había empapado jugando en un lago y por el frío estornudó. Rani, la hada con la que había jugado (una muy linda y la única que podía nadar) le miró preocupada y, usando su magia, le preparó un té endulzado con miel.
Fue ese sabor el que reavivó memorias que hace tiempo estaban dormidas. Un suave rostro, una dulce voz y la calidez de esa persona regresaron a él.0
Y con eso la inconformidad de cómo había terminado esa aventura.
Lo que nos llevaba a la situación actual. Incluso los piratas comenzaban a estar en preocupados, el mal clima afectando la bahía donde tenían anclado su barco. ¡Que alguien arreglara el maldito humor de ese niñato! Aaah qué tiempos aquellos donde existía el Capitán Garfio y sus encuentros mantenían el humor de todos. Los piratas ya no eran los mismos y de hecho ya no había tales encuentros, todo era demasiado tranquilo, todo en paz incluso con los nativos.
Fue una casualidad, tal vez porque Peter había estado pensando mas de lo necesario, tal vez sólo cosa del destino o la casualidad, pero el pensamiento llegó de la nada y para él resultó una excelente idea. Podía hacer algo mejor que sólo olvidar.
Necesitaba nuevos amigos. Tal vez buscarla a ella aunque era posible que en todo ese tiempo ya fuera una adulta. Pero para ambas cosas necesitaba visitar de nuevo las tierras de los niños que crecen.
Nadie podía detenerlo de hacerlo.
(Y de hecho, nadie quiso, esperando que al estar lejos y más calmado, el clima en Neverland mejorara.)
¡Así iniciaba su nueva aventura! En un lugar más allá de las dos estrellas gemelas.
¡Sería fantástico!
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Nota: Rani es un hada que existe en el libro "El País de Nunca Jamás y el secreto de las hadas".
A cierto par, no tengan grandes esperanzas, sé que es raro (?)
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elbesodelabruja · 5 years
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Noviembre: 25. Recuerdo [RdlF]
Original: Rueda de la Fortuna.
Claim: Sourire.
―Puedo pensar en seis imposibilidades antes de empezar el día.
El gato la miraba divertido, ondeando su cola sin cuerpo, algo que la chica ya parecía haberse acostumbrado o sólo había decidido que lo mejor era ignorarle. Dolía un poco eso, ¡era la primera vez que pasaba! Pero a la vez era muy interesante, ¿qué tanto podría resistir su curiosidad?
―¿Y qué hay con el resto del día? ¿O tus días son tan cortos?
Ojos tan claros e inocentes no dejaron de mirarle. Esperaba que se enojara o se indignara, que inventara alguna excusa.
No que riera divertida.
―Si mis días fueran tan cortos, mis años pasarían más rápido y crecería y sería adulta en un parpadeo ¿verdad? No, no quiero eso. Si pienso seis imposibilidades solo al empezar el día, entonces el resto del mismo haré lo impredecible e improbable. Todos dicen que el tiempo es cruel, yo no lo creo, prefiero ser amable con él y que me ayude a hacer todo o solo a no hacer nada.
-
Abrió los ojos, mirando con el ceño fruncido el techo de su oficina. Cuando se aburría del mundo, dejaba que su consciencia se fuera al de los sueños y así obtener información del resto del mundo para poder usarla cuando más le conviniera. Pero esa noche no fue el caso y terminó accediendo a sus propios recuerdos.
Malo, malo, malo. Las personas interesantes comenzaban a ser sólo sueños y cuentos, las mentes actuales eran tan aburridas haciendo que su cuerpo prefiriera estar en letargo que seguir buscando.
Se sentó mejor en la silla, cruzando los brazos y las piernas, dándose el lujo de ladear la cabeza como un pequeño gato curioso.
¿Buscando? ¿Estaba buscando algo?
No. Alguien.
Alzó la mano con un dedo extendido, feliz de descubrir rápido ese extraño pensamiento.
Así que estaba buscándola. Bien, eso era nuevo. ¡Era interesante! ¡Algo impensable! Toda una imposibilidad.
No la extrañaba, no es que la quisiera tampoco. ¿Por qué la buscaba? ¿Por qué la necesitaba? ¿La necesitaba?
Se puso de pie, estirándose para alejar cualquier rastro de pereza.
Esa serie de pensamientos ameritaba que saliera a investigar. Podía haber más profundidad, una razón tras ello. Además, hacía siglos que no la recordaba de forma tan clara y si había pasado, significa que algo había cambiado.
Era hora que el gato saliera de la bolsa y enterrara sus garras en algo divertido, ya había llenado su cuota de tiempo tranquilo.
―Gato dormilón no pilla ratón ~
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elbesodelabruja · 5 years
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Noviembre: 24. Disfraz [HxH]
Canon: Hunter x Hunter [Hogwarts AU].
Claim: Killua Zoldyck.
Nota: Hogwarts AU.
En un inicio, la selección de los nuevos estudiantes atraía la atención de todo el alumnado, algunos hacían apuestas y otros comenzaban a evaluar a los nuevos aliados o ‘competidores’. Pero, luego de diez personas se comenzaba a perder el interés y después de veinte ya la mayoría estaba más centrado en ponerse al día con sus amigos y solo aplaudían siguiendo al resto, tal vez ni recordando el nombre o a qué casa había sido dicha.
Ese año parecía que sería más de lo mismo. O, al menos, hasta que se pronunció el último nombre. Dos simples palabras que resonaron con una extraña fuerza.
―Zoldyck, Killua.
Todos guardaron silencio, incluso los profesores se dignaron a sentarse derechos y fijar su vista en el joven que se acercaba al taburete con aspecto despreocupado.
Killua ya estaba acostumbrado a las reacciones que provocaban su apellido, ni que decir que su propia apariencia solía llamar la atención: cabello casi blanquecino, piel pálida como el mármol y unos grandes ojos azules. Sabía que su apariencia resaltaba más con esa capa negra que era el uniforme reglamentario y que el resto no veía a un niño inocente, sino a un integrante más de esa familia.
Su familia era bien conocida por practicar las artes oscuras y por causar problemas, pero también que seguían sus propias reglas, porque a pesar de todo, nunca se les vio vincularse (directamente) con ningún mago tenebroso. Se rumoreaba que incluso a esa clase de magos les causaban miedo. Y, para ser peor, él era el tercero que entraba en Hogwarts en corto tiempo, estando sus hermanos mayores uno en quinto y el otro en tercer año. Se decía que sólo los miembros de la familia principal eran enviados a la escuela inglesa, mientras el resto variaba entre las otras tres escuelas de magia reconocidas.
(Esperen a que supieran que aún faltaban dos hermanos más, no que a Killua le agradara imaginarse esa clase de miradas sobre sus hermanas pequeñas)
Al pequeño chico no le importó ser el centro de atención. Venía con el apellido, venía con lo que todos esperaban de él, porque sabía que ya todos tenían asumidos a que casa quedaría: Slytherin, como cada miembro de su familia que pasaba por esa maldita escuela, como si necesitaran un estigma más.
Se sentó en el taburete y miró a todos de forma desafiante. Era divertido ver como alguno que tenía la mala fortuna de chocar su vista se contraía, como si fuera a echarle alguna clase de maleficio. Solo hacía eso para no mirar la casa de las serpientes, no queriéndose encontrar con la mirada de sus hermanos, sobre todo del mayor de ellos. No necesitaba esa presión, ese recordatorio que había dejado la vigilancia de sus padres (sobre todo de su molesta madre) para tener la de su hermano mayor (que era aún peor).
La profesora mandó a callar todos los murmullos y puso el viejo sombrero sobre su cabeza. Este murmuró en reconocimiento de otro miembro de su familia y se quedó pensativo.
―Curioso, curioso...
Killua agradecía que el sombrero le cubriera los ojos, porque así nadie vio la confusión en su mirada.
―Mmm, interesante.
―¿Qué es interesante? ¿Qué es curioso? ¿Y por qué tardas tanto?
Era obvio a donde tenía que ir, ¿no?
―Eres un Zoldyck y sin duda sientes que deberías de ir a Slytherin, sí, sí, puedo verlo, larga tradición familiar, sin duda, pero-
¿Pero?
―Aquí hay más. Oh, sin duda hay mucho más. Que mente tan dispuesta tienes aquí, lista para aceptar todo el nuevo conocimiento, cuanta curiosidad y viveza, sí. Pero también esa osadía... y un corazón tan noble…
Killua se tensó, casi enterrando sus dedos al borde del banco. No, no. Lo que decía ese sombrero no estaba bien, no sonaba bien.
―Ah difícil. Ha pasado un tiempo desde que no había tenido a alguien con tantas opciones.
«No»
―¿Qué es lo más conveniente para hacer florecer a tan increíble mente? Sin duda los Ravenclaw te alimentaran con el conocimiento adecuado...
«No»
―... pero no es sólo la mente, el alma también debe ser alimentada y ahí los Gryff-
―¡No! ―gritó en su mente con todas sus fuerzas, cerrando sus ojos y su cuerpo tan quieto que nadie, ni siquiera la profesora que tenía a un lado, podrían ver que algo malo pasaba.
El Sombrero Seleccionador se quedó callado por un tiempo que le pareció como horas al pequeño.
―¿No? ¿Por qué no? Ambas casas serían lo mejor-
―No. Tiene que ser Slytherin, debo ir a Slytherin.
El Sombrero soltó una risa despectiva.
―No es una mala casa, pero no estaría ahí por las razones correctas.
―¡Pero tiene que ser! ¿Sabes lo que me haría mi hermano si termino en otra casa? ¿Si termino en Gryffindor?
Había terror palpable en ese pensamiento que nunca aceptaría pero el viejo sombrero pudo percibir. Suspiró, asintiendo.
―Tienes una gran mente, joven Zoldyck, que podrá florecer en cualquier lado siempre y cuando lo permitas. Esperemos que el nombre de tu familia no sea el ancla que limite tu potencial.
Para el resto solo habían pasado unos pocos segundos cuando el sombrero gritó a viva voz ¡Slytherin! para la poca sorpresa de todos.
Killua se quitó el sombrero y lo miró aturdido un segundo antes de dirigirse a la mesa bajo las pancartas verdes y plateadas, sin querer mirar a nadie a la cara (e ignorando la persistente y fría mirada de Illumi sobre él).
No siempre había estado de acuerdo con el accionar de su familia, ni con el entrenamiento ni su manera de pensar. No estaba tan interesado en la magia oscura ni la historia oscura de los muggles que por alguna razón encontraron siempre atractiva sus antepasados. Pero el pensar distinto a su familia y que en verdad casi estuvo a punto de terminar en una casa con actitudes no “aptas” de un Zoldyck es algo que nunca había considerado.
Su vista viajó hacia la mesa de los cuervos, mirándolos con atención y luego hacia la de los leones, preguntándose si había decidido lo correcto al pedirle al sombrero que no lo mandara a ninguna de esas, casi comenzando a imaginar que hubiera cambiado en su vida de haber terminado en alguna de esas casas.
La aparición del banquete lo trajo a la realidad y decidió ignorar esos pensamientos. No importaba en qué casa estuviera, eso no cambiaba quien era ¿cierto? Ya era una oveja negra en su familia, serlo en la casa de las serpientes solo sería más de lo mismo.
Suspiró profundamente antes de tomar todas las cosas dulces (y con chocolate) que tenía al alcance. Nadie quería hablar con él, los que estaban sentados cerca se habían apartado no muy sutilmente. No le importaba, no estaba en esa escuela para hacer amigos.
Se volvería un gran mago y así podría irse de su infernal casa y romper lazos con su familia. Sólo tenía que aguantar siete años más (tal vez seis, si lograba ahorrar bien para entonces) y sería libre. Si para eso tenía que vestir la piel de una serpiente, podría hacerlo.
Sólo tenía que centrarse en eso y no dejar que nada ni nadie se metiera en su camino.
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elbesodelabruja · 5 years
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Noviembre: 19. Sostener [HTTYD]
Canon: HTTYD.
Claim: Astrid Hofferson.
Warning: Aunque está ubicada entre películas, maybe cuenta como un poco de spoilers de The Hidden World.
Astrid tenía un secreto, que hasta el momento sólo había sido descubierto por Valka. Había sido un poco humillante en un inicio, pero Valka supo manejar la situación, tranquilizándola y no encontrándole nada malo al hecho.
(Lo había encontrado tierno y desgarrador a la vez, pero nunca le expresaría eso a la chica, no había necesidad)
Así que Astrid seguía con ello. Hace tiempo, cuando los dragones comenzaron a ser una parte positiva de su vida, había encontrado aquel risco para descansar, dejar que la brisa acariciara su cuerpo y alejara su mente de lo que sucedía en el mundo, con Stormfly dormitando a su lado.
Fue al mes cuando notó la silueta negra sobrevolando su pequeño escondite. Se había puesto alerta, lista para pelear si se atrevía a hacer algún comentario al respecto. Pero él nunca bajó, nunca la vio.
Y así fue a la semana siguiente y la que le siguió esa, hasta que los meses se volvieron años y esa pequeña costumbre se mantuvo.
Agradecía que nunca la hubiera notado o, de haberlo hecho, que nunca lo hubiera expresado. Siempre le gustó ver a Hippo y Toothless volar. Tenían una conexión inexplicable, algo que nunca nadie podría volver a igualar. Tenía que deberse a que Hippo siempre perteneció más a los cielos que a la tierra, a estar en un ambiente donde no existían límites.
Pero en el último año ese gusto se volvió agridulce. La igualdad entre ambos líderes estaba cambiando a una codependencia no sana de parte Hippo y él no podía verla... nadie podía verla, lo que era (bastante) frustrante. Ella no podía hacer nada, no se le permitía actuar, porque no encajaba ahí (aun no).
Sabía perfectamente que no existía nada malo en su persona, que Hippo confiaba en ella y la quería de verdad. No tenía ninguna duda al respecto.
Pero aún existía una barrera que no podía superar. Era quien lo levantaba, quien lo empujaba para que no se rindiera, pero no quien lo sostenía, en quien se apoyaba para no caer.
Un suspiro cansado escapó de su boca, dejándose caer de espalda con una mano cubriendo su rostro para que la vista del basto cielo azul no le lastimara.
Por eso no le dejaría dar el siguiente paso. No podían unir sus vidas, no cuando su lazo aún era débil en algunas áreas.
Claro que no iba a deprimirse por eso. Era una tontería. Alzó el puño, sonriendo un poco mordaz. Al contrario, se haría más fuerte, más confiable. Le demostraría que no existía nadie mejor en quien pudiera apoyarse. No quería que rompiera su vínculo con su dragón, eso ni pensarlo, sólo quería que se diera cuenta que Toothless no era el único que se quedaría a su lado de manera incondicional.
Además, eso servía igual para practicar su paciencia. Porque Hippo era muy lento para darse cuenta de lo que sucedía en su alrededor. Estar con él requería mucha paciencia. Al menos ahora tenía a Valka para que le ayudara y su permiso para golpear a su hijo cuando estuviera extremadamente denso.
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elbesodelabruja · 5 years
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Noviembre: 03. Mentira [TDI]
Original: Teoría de las Dimensiones Interconectadas.
Claim: Scire (Bossu) & Hechicero (QUE ALGÚN DÍA LE BUSCARÉ NOMBRE).
El espacio en gris se ha vuelto demasiado familiar para su propio gusto, acostumbrada siempre a llenar todo de color y ruido, negándose siempre a la tranquilidad que está (de alguna extraña forma) ligada a su verdadera forma. Pero solo está de paso, esta vez en verdad está solo de paso, es como eso de cumplir el ‘último deseo’.
―¿Tuyo o mío?
Ríe.
―Creí que lo había pensado. Oh, claro, sin cuerpo hablar y pensar viene a ser lo mismo.
Vuelve a reírse y eso sólo hace que se endurezca más la mirada que aquel al que fue visitar le dirige.
―Vamos, vamos, ¿por qué el ceño fruncido? ¿Acaso te arrepientes de todo lo que ha pasado?
Él resopla, haciendo que su momentáneo enojo se vaya con su aliento. Ah, así es como siempre lo había visto, tan tranquilo, tan sereno, como si nada de lo que sucediera en ese universo le interesada.
Y sabía que así había sido, hasta que se conocieron.
―Nunca me arrepiento de nada de lo que hago. No ocupo que tú te arrepientas por mí ―Le sonríe, burlón.
La pudo leer. Vuelve a reír, encantada como siempre cuando se trataba del entendimiento que él tenía sobre alguien tan caótica como ella.
―Es verdad. Haces las cosas porque quieres, sin importar las consecuencias porque esas las aceptas igual.
―Y tú siempre encontraste eso divertido ―Hay un pequeño toque de reproche ahí.
―Te lo dije la primera vez, nunca fui una deidad típica.
―Nunca fuiste una deidad en primer lugar.
―Ouch, cruel. Eso suena mejor que decir “edificio interdimensional” ¿no crees?
―Una mentira más para ti no hace ninguna diferencia.
Ahí estaba, el verdadero reclamo. No pierde su sonrisa, pero su felicidad anterior se apaga un poco. Él la mira, esperando. Ninguno de los dos puede moverse realmente, él por estar apresado, ella porque eso significaría gastar el último residuo de energía que le quedaba.
―¿No crees que es algo raro? En las historias siempre hablan de un espacio blanco y luminoso, en esa parte cuando dos seres se encuentran ya sea en su camino al mundo de los muertos o solo como una franja entre mundos, pero en realidad-
―Nunca ha sido blanco, tampoco negro, solo un muy aburrido gris.
―¡Exacto! ¡Gris por todos lados! Lo de la luz se mantiene, pero es gris, ni siquiera distintos tonos de gris, solo un gris pálido.
―Es porque el blanco y el negro tienen significados más profundos, buenos o malos. Pero el gris nunca es tomado en cuenta. Aunque sabemos que está ahí, para expresar que las cosas no son solo dos lados.
Siguió hablando, tontería tras tontería sin que él la detuviera. No tenía por qué hacerlo, porque para eso estaba ahí. Podía ver de reojo como él se relajaba, cerrando sus ojos y sólo escuchándola divagar. Una conversación tranquila, sin sentido, muy distinta a las que habían tenido antes, porque ya no poseían sus títulos, porque ya habían dejado de ser algo y ahora al fin se convertirían en ‘nada’.
―Reencarnaremos en un par de miles de años y seguiremos molestándonos peor que ahora ¿cierto?
Siente como esos ojos pardos vuelven a mirarla y el silencio se propaga en esa dimensión donde nada existe o todo deja de existir.
Le mira directo a los ojos por primera vez en todo ese momento, con una expresión seria.
―Lo haremos, ¿no?
El entendimiento brilla en aquellos ojos y su sonrisa es burlona, como siempre, aunque con un tono que solo le vio una vez. Eso hace que ella misma sonríe tranquila.
―Espero no como hermanos, sería un fastidio.
Eso era suficiente. Su risa inunda todo, liberadora, alegre, despreocupada. Él cierra sus ojos, perdiéndose apropósito el como ella se deshace en tenues brillos y sólo queda el eco de su voz, de su presencia.
Nunca se arrepentía de lo que hacía o decía, eso incluía decir aquella única mentira.
Porque ninguno de los dos volverían a verse. Porque ninguno de los dos volvería a existir.
Sólo le tocaba esperar a que fuera su turno de irse desintegrando, de que su presencia fuera borrada para siempre. Y lo haría teniéndola en su mente.
No era una mala forma de irse.
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elbesodelabruja · 5 years
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Noviembre: 18. Limite [ToA: Trollhunters]
Canon: Tales of Arcadia: Trollhunters.
Claim: James “Jim” Lake, Jr.
Warning: Spoilers de la tercera parte.
Daba miedo, lo poco que había dudado para tomar la decisión.
Daría más miedo aun si, en retrospectiva, se pudiera analizar todas las veces en que no dudó tomar decisiones donde lo ponían a él en riesgo. Tal vez por eso no lo hacía.
Mientras cae en la oscuridad escuchando susurros o ecos de la voz de su madre, quiere hacerse creer que lo pensó bien en esta ocasión, que los recuerdos de sus seres queridos le hicieron dudar, replanteárselo, tratar de pensar en otra idea para solucionar las cosas. Pero sabe que es mentira, que la decisión la tomó en el mismo instante en que entendió que es lo que planeaba Merlín.
Dejaba tanto atrás, abandonaba todo sin saber si podría regresar algún día, si podía estar con ellos un poco más. Esa incertidumbre dolía, pero ya lo había hecho una vez ¿no? Decidiendo irse a las Tierras Oscuras sin arriesgar a nadie más. Al final eso había terminado bien, de alguna forma (no, no era así, había empeorado todo, había hecho que llegaran al punto en donde se encontraban ahora). Eso no iba a repetirse.
No podía arriesgarlos así nuevamente.
¡Él era el Trollhunter! ¡Él era el que tenía que acabar con Gunmar y Morgana!
Seguía creyendo que el trabajo en equipo los haría llegar lejos, que fue sólo gracias a sus amigos que logró tantos méritos. Pero todo tenía su límite. Lo de Draal le había recordado sus límites.
Cierra los ojos y deja que la oscuridad termine de cubrirlo.
No había vuelta atrás y no se arrepentía de ello.
(Al menos, esperaba no hacerlo)
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