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#alemana malvada
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Una de las (25) personas más malvadas de la historia.
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Reinhard Heydrich fue el jefe de la Oficina Principal de Seguridad del Reich, la segunda persona más poderosa de las SS y el autor intelectual de la Solución Final. Fue uno de los más altos rangos de todos los nazis y fue responsable de muchos crímenes de guerra. Sus acciones causaron la muerte de millones de personas. Fue responsable del asesinato en masa de funcionarios soviéticos y judíos rusos durante la invasión alemana de la Unión Soviética, que mató a más de un millón de personas. Obligó a 60.000 judíos a abandonar Alemania e ir a Polonia, donde fueron enviados a guetos. Mientras presidía la Conferencia de Wannsee, presentó un plan de transporte y deportación de 11 millones de judíos de todos los países de Europa para ser asesinados o asesinados. Heydrich pensó en el pretexto para invadir Polonia, que mató a más de 80.000 personas y comenzó la Segunda Guerra Mundial. Hubo un intento de asesinato contra él en 1942. Sobrevivió al intento de matarlo, pero murió 9 días después. En respuesta a su muerte, los nazis mataron a casi todos en el pueblo de Lidice.
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angelariasdominguez · 9 hours
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 3.378. Los ojos de la noche (Jesús Franco, 1970)
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Algo hay que reconocerle a Jesús Franco, la capacidad de montar proyectos, películas, y lanzarlas al mercado. Le tengo fichadas 156 películas, seguramente tenga a su nombre algunas más. Ésta en concreto la montó en Liechtenstein, nacionalidad a la que pertenece. Pero además de en España ha rodado bajo bandera italiana, francesa, portuguesa, alemana, seguramente británica, etc.
¿La calidad? Bueno, cada uno tiene su cine, y seguro qeu hay aficionados que valoran mucho este tipo de obra, Serie B, destape, erotismo light, vampirismo, desviaciones sexuales, etc.  
Todo envuelto en un aire vaporoso en donde las piezas encajas a veces de manera un tanto forzada. Mujeres guapas, ligeras de ropa, que mantienen una relación sexual mantienen su vivencia por el dominio de una sobre la otra para que ésta última realice asesinatos por ella bajo una especie de coacción psíquica parecida a la hipnosis.
Su temática suele ser avanzada a su época, ésta es de 1970, y esto tiene un valor, claro. Pero, en general, aporta poco al cine. Sus cintas suelen ser repetitivas, por momentos obsesivas, siempre como vehículo de canalización de una exposición erótica que la mayoría de las veces no tiene sentido ni lugar. No es Tinto Brass, que sí rueda películas eróticas en donde los desnudos, las escenas de sexo y erotismo tienen un papel fundamental en la historia porque forman parte de ella. Aquí esos momentos están 'pagados' a la historia, podían ser intercambiables con otros películas sin problemas.
Mujeres pérfidas, malvadas, con evidentes frustraciones sexuales, que se empoderan mediante la maldad, el sexo y el crimen.
La verdad, no me parece nada edificante. 
Una más de Franco, que la verdad, no se salva de la quema. Habré visto unas 20 suyas, sólo dos las considero medianamente interesantes: Justine, y Cartas de amor de una monja portuguesa. Todas las demás son parecidas a ésta, baratas, incoherentes, recurrentes y obsesivas y con poca calidad. Supongo, sólo lo supongo lo tengo pruebas ni indicios, que conseguía que sus producciones no perdieran dinero, por eso rodó tanto.
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LA HISTORIA OCULTA DE BLANCA NIEVES:
El Cuento que Nació de la Vida Real
Los cuentos de hadas pueden parecer fantasiosos, pero algunos tienen raíces en la vida real.
Tal es el caso de Blancanieves, una historia que ha fascinado a generaciones.
¿Pero sabías que la trama está inspirada en la vida de María Sofía Margarita Catalina Von Erthal, una princesa alemana del siglo XVIII? Adentrémonos en este enigma para descubrir cómo una princesa en Lohr, Alemania, se convirtió en el ícono mundial que conocemos hoy como Blancanieves.
El Nacimiento de una Leyenda
Nacida en 1729 en la ciudad alemana de Lohr, María Sofía no vivió una vida de cuento de hadas.
Afectada por la viruela en su infancia, la enfermedad la dejó parcialmente ciega. A los 12 años, en 1741, sufre otro golpe emocional: la muerte de su madre.
Su padre, el príncipe Philipp Christoph von Erthal, se casó de nuevo dos años después con Claudia Elisabeth María von Venningen, la condesa de Reichenstein, que se convirtió en su “madrastra malvada.”
El Espejo Parlante: Un Reliquia Real
Lohr, la ciudad donde se crió María Sofía, era famosa por la manufactura de espejos de calidad excepcional.
Claudia Elisabeth, la madrastra, era dueña de un espejo especialmente intrigante: un “espejo parlante” que producía un efecto de eco al hablar delante de él.
Este elemento se conserva incluso hoy día en el castillo familiar y se cree que inspiró al famoso espejo que consultaba la Reina Malvada del cuento.
María Sofía y los “Siete Enanos”
María Sofía era adorada por las personas humildes de su pueblo, especialmente los trabajadores de las minas cercanas.
Estas minas, diseñadas en terrenos blandos y peligrosos, requerían trabajadores de baja estatura, incluidos niños.
El vestuario de estos mineros—largos abrigos y gorros—posiblemente inspiró la apariencia de los siete enanos que todos conocemos.
Un Final Lejos del Cuento
Contrario a la historia que ha llegado hasta nosotros, María Sofía no fue víctima de una manzana envenenada.
Falleció a una edad temprana, alrededor de los 21 años, debido a una enfermedad no especificada que la mantuvo postrada en cama.
Aunque no tuvo un ataúd de cristal, en su funeral los trabajadores del pueblo cubrieron su ataúd con pequeños fragmentos de cristal como muestra de afecto.
Los Hermanos Grimm y el Legado de una Princesa
Fue la habilidad narrativa de los Hermanos Grimm la que transformó la vida de María Sofía en el cuento de Blancanieves que ha capturado la imaginación del mundo.
No obstante, la base de la historia estuvo siempre allí, en la vida y las experiencias de una joven princesa alemana que fue querida y recordada por su comunidad.
Blancanieves es más que un personaje de ficción; es un legado que captura las complejidades de la vida real.
Su historia, aunque embellecida por la imaginación de los narradores, se fundamenta en una realidad que es tanto trágica como hermosa.
Así, la leyenda de Blancanieves se convierte en un fascinante mosaico donde la historia y la mitología se entrelazan de manera inolvidable.
Fuente: Wikipedia
Imagen: de redes
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amomivida-2 · 5 years
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ANNELIESE....... a beautiful teenager with an impressive story
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amomivida-3 · 5 years
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CINDHY......... a beautiful teenager with an impressive story
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amomivida-4 · 5 years
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LINANNE.......... a beautiful teenager with an impressive story
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bondenargentina · 5 years
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“El Satánico Doctor No”: un riesgo económico, una ganancia prestigiosa
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Por Lucas Manuel Rodríguez*
El nombre de James Bond es globalmente conocido, ya sea por su vínculo al mundo del espionaje, al cine o por haber sido protagonizado por varios actores en diferentes etapas. Sin embargo, existió un tiempo en el que su durabilidad cinematográfica estaba lejos de ser una garantía, y solo una minoría se dispuso realmente a catapultar una franquicia que ya era un fenómeno literario.
Con licencia para producir
Cuando se publicó la primera novela de 007, Casino Royale (1954), en Estados Unidos, inmediatamente, la CBS le pagó mil dólares al autor Ian Fleming para permitirles adaptar un episodio de la serie antológica Climax! (1954 - 1958) que llevara ese mismo título. Desafortunadamente, la aventura del “Jimmy” Bond de Barry Nelson fue más recordado por ser un fallo comercial, mientras los libros eran un éxito absoluto y pasaban también por el formato gráfico con series de historietas. Ya en 1958, el productor Albert R. Broccoli quería convencer a su socio Irving Allen de llevar los relatos de Bond al cine en una reunión con el creador del personaje, pero Fleming se disgustó porque Allen le aseguró que su obra en general era inadaptable. Dos años después, Charles K. Feldman adquirió los derechos fílmicos de Casino Royale y, en paralelo, el canadiense Harry Saltzman los de las otras historias. En ese entonces, Broccoli se separó de su ex-socio y en un intento de comprarle a Saltzman lo suyo, formaron una asociación conformada por dos compañías: Danjaq (llamada así por sus esposas, Dana y Jacqueline), para sostener los derechos de las películas; y EON (por Everything Or Nothing, Todo O Nada), para producirlas.
Broccoli y Saltzman, tras descartar a figuras como Cary Grant (padrino de bodas del primero) y Humphrey Bogart por no querer implicarse en sagas, marcaron cancha al formar su equipo técnico y actoral con cineastas esencialmente británicos. A expensas de la postura de Fleming, y por la propuesta casi azarosa del editor Peter R. Hunt al haber trabajado con él en  Pícaros Afortunados (On The Fiddle, 1961), el desconocido escocés llamado Sean Connery interpretaría a James Bond.
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Los aliados de siempre
A pocos minutos de presentarse en el relato, Bond se reúne con los compañeros que jamás lo han traicionado y, aparentemente, jamás lo harán: M, el jefe y cabeza del Servicio Secreto Británico, que es el único que protagonizó todas las películas a la par del agente, interpretado esta vez por Bernard Lee (quien así lo hizo hasta su muerte); la secretaria de M, Moneypenny, actuada por Lois Maxwell, perseverante en ese rol hasta el inicio de la era de Timothy Dalton (1987); y su amigo norteamericano de la CIA, Felix Leiter, personaje con el cual nos acostumbraron al cambio de actor mucho antes que con James Bond, aquí con la presencia de Jack Lord.
Hubo que esperar hasta la siguiente película para que Desmond Llewelyn debutara en la piel de Q, pero esta vez tenemos al “armero” (en créditos finales figura como Major Boothroyd, el apellido de pila de Q) y este le introduce a Bond una de sus más inseparables amigas: la Walther PPK de 7, 65 mm con silenciador Brausch, destacada por ser tan potente como un ladrillo que se estrella contra un vidrio, a cambio de la Beretta Modelo 1934 que, si bien es “linda y liviana”, carece de potencia, se atasca con facilidad e hizo que Bond terminara en un hospital por ello.
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Las mujeres en Bond
De entrada se estableció como pauta que 007 tuviera relaciones sexuales con tres mujeres por película, dos de ellas con participación limitada. Además, una debía ser “malvada” para darle al protagonista el imperativo de seducirla y así extraerle la información necesaria como beneficio de la misión de turno: en este caso, Miss Taro (la británica Zena Marshall), una doble agente de rasgos orientales que trabaja para el Doctor No. Por su parte, Eunice Gayson aparece en los primeros minutos como Sylvia Trench; es importante destacar que, mediante una partida de Bacará en el Club Le Cercle, ella le dio el pie a Sean Connery para que escucháramos por primera vez la más recordada introducción del agente como “Bond, James Bond”, e incluso, por su cameo en la siguiente entrega, se llegó a considerar que Trench fuera la “novia oficial” de Bond en la franquicia, pero evidentemente fue descartada. La tercera mujer se establecía como la Chica Bond que se comprometía románticamente con el espía, y la sueca Ursula Andress, encarnando a Honey Ryder, se luce con su bikini blanco. Sin embargo, iniciada la era digital y la propagación de la tendencia a ser lo más políticamente correcto posible, cada vez circulan más los argumentos que sostienen que la participación de Ryder en El Satánico Doctor No carece de peso narrativo y la actriz termina por ser un mero decorado a pesar de su innegable trascendencia cultural; honestamente, me cuesta pensar lo contrario. Como curiosidad, tanto la voz de Andress como la de Gayson fueron dobladas por la alemana Monica "Nikki" van der Zyl, y también participó así en otras nueve películas de Bond hasta Moonraker (1979).
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Villano y furtivo
El doctor Julius No (Joseph Wiseman con prótesis en los ojos para aparentar un aspecto oriental) es un científico con ascendencia alemana y china especializado en radiación que, tras ser rechazado por los norteamericanos y los soviéticos, ofreció sus habilidades a la organización criminal SPECTRE: SPecial Executive for Counterintelligence, Terrorism, Revenge and Extortion (o en español: Ejecutivo Especial para Contraespionaje, Terrorismo, Venganza y Extorsión). El Doctor se dedica a sabotear lanzamientos de cohetes espaciales realizados por el Proyecto Mercurio en Cabo Cañaveral, desde su isla jamaiquina en Cabo Key (Crab Key); un profesional, aunque en el fondo es toda una suerte de vendetta personal. En el film, este personaje aparece recién en el último tercio y solo comparte dos secuencias con el protagonista, pero el director Terence Young se las ingenió para que, previo a esos momentos, se sintiera una atmosfera amenazante y misteriosa cada vez que recibimos información sobre nuestro antagonista. Esto implicó que le solicitaran al diseñador Ken Adam que los interiores de la base del Doctor No tuvieran un aspecto futurista, con una impresión de que el villano tiene su mente actualizada en todas sus áreas de interés: como bien lo muestra la presencia del Retrato del Duque de Wellington de Francisco Goya en su comedor, el cual realmente había sido robado en la National Gallery de Londres el 21 de agosto de 1961.
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El espectro de Bond
Aún con un presupuesto reducido de un millón de dólares (compárenlo con los 15 invertidos en la enorme Lawrence de Arabia, estrenada en el mismo año), esta inserción de Bond al cine trajo consigo unas cuantas particularidades que todavía permanecen en las secuelas: para empezar, el clásico tema original compuesto por Monty Norman, que había reciclado de un trabajo previo, la canción “Good Sign, Bad Sign” del musical Una casa para Mr. Biswas; la disponibilidad de filmar en locaciones exóticas, al convertirse en la primera película que fue rodada en Jamaica; los diálogos con el villano que expone sus planes mediante una extraordinaria dirección de actores detrás de cámara; la obsesiva capacidad de observación de James Bond y su manera de dejar trampas a la competencia (la llegada a la habitación del hotel es un calco de la misma situación en la novela Casino Royale); entre otras que son bastante un producto de su época como el modo de expresar sus vicios con la bebida y las mujeres, y los atisbos de racismo hacia los isleños (en particular, Quarrel).
Así, Bond se convirtió en un éxito global, y no solo por los 59.5 millones de dólares recaudados. Su impacto se manifestó abiertamente en la apreciación de eventuales realizadores, como Steven Spielberg, George Lucas, James Cameron, Christopher Nolan, y más recientemente, Mathew Vaughn (las dos Kingsman , 2015 & 2017) y Ryan Coogler (Pantera Negra, 2018). En cuanto a fechas registradas, El Satánico Doctor No se estrenó en Argentina el sábado 10 de abril de 1963, por Zona Microcentro, en el Teatro Gran Rex, pero las premieres a modo “Opening Nights” se volvieron tradición para las producciones de EON el 5 de octubre del año anterior por su primera proyección en el edificio London Pavilion de Reino Unido, y es por eso que para esa fecha se celebra mundialmente El Día de James Bond.
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Ficha Técnica: Título original: Dr. No. Año: 1962. Duración: 110 min. País: Reino Unido. Dirección: Terence Young. Guión: Richard Maibaum, Johanna Harwood, Berkely Mather. Música: Monty Norman. Fotografía:Ted Moore. Edición: Peter R. Hunt. Reparto: Sean Connery, Ursula Andress, Joseph Wiseman, Jack Lord, Lois Maxwell, Desmond Llewelyn, Bernard Lee. Productora: Eon Productions. Distribución: United Artists. Productor: Harry Saltzman, Albert R. Broccoli. – Datos de producción extraídos del material extra y el audiocomentario del Blu-ray editado en 2012.  – *Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Quilmes. E-mail: [email protected].
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alergriggio · 5 years
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La mirada perdida
Pedro Morel es un pobre tipo. De esos hombres que hacen que uno emita un suspiro seguido de un largo “uh” y consiguiente sacudón de cabeza. De esos seres que pasan cabizbajamente desapercibidos y cuando se los ve, provocan olvido al segundo. Es contador de una agrupación de librerías que publican libros de autoayuda, cuyos dueños siempre aseguran de enviarle. De contextura gruesa, piel de tono café con leche, nariz ancha y ojos grises, solo atrajo a un puñado de mujeres en su vida, sin contar las que lo fingieron por una efímera recompensa. Pedro Morel es un infeliz.
Pero no siempre fue el ser angustiante que es hoy. Años atrás, mientras estudiaba contabilidad se enamoró de Verónica. La conoció en las clases de actuación a las que acudía, lo único que lo llenaba plenamente. Por las mañanas, de lunes a viernes, asistía a la facultad para cumplir los mandatos familiares, se daría cuenta más adelante, y tres veces por semana asistía al teatro Cipriano por Devoto, donde se convertía en Julio César, Saverio, Edipo o John Howell, entre otros. Verónica era una de las chicas que también actuaban y, en esas clases, Pedro y Verónica se enamoraron. Sería la única vez que se sentiría amado. Era una sensación nueva, que lo llenaba de felicidad. Vero, como le decían, lo miraba con esos ojos marrones y Pedro levitaba. De los 17 a los 21, estuvieron juntos. Toda primera vez, fue con ella. Primera vez que una sonrisa lo derritió, primera vez que una risa le mimó el alma, primera vez que dos palabras lo desarmaron. La primera vez que su corazón fue roto. Ella se iría a Europa a perseguir su sueño y un dubitativo Pedro la perdería para siempre, quedándose en Buenos Aires para finalizar sus estudios. Una parte de él se quedaría mirando por la ventana como el avión despegaba, para siempre.
Nunca más supo de ella. Intentó seguir actuando, pero solo podía actuar del insoportablemente triste Pedro Morel, y dejó, un mes después de la partida de Verónica, la actuación para siempre. Sin embargo, continuó su carrera y, una vez recibido, se dio cuenta que sus padres nunca serían complacidos por nada. Decidió hacer su propio camino, reinventándose. Declinó un puesto importante en la empresa familiar y se mudó a un mono-ambiente por Villa del Parque donde, de lunes a sábados, trabajó. Trabajó y ahorró cada centavo. Fue negreado y pisoteado por gente indeseable, envidiosa y malvada. Pero el tozudo Pedro lo soportó, y con sus ahorros pudo cumplir su sueño de viajar por el mundo. Fumó los mejores habanos en Cuba, conoció Madrid, tomó las mejores cervezas alemanas, se acostó con la prostituta más cara de la zona roja, y durmió una siesta frente al Coliseo con el estómago pulsando de pizza. Pero Pedro, el triste Pedro, seguía siendo infeliz.
Ya era un hombre independiente, tanto del dinero como de la falta de amor de sus padres. Por lo tanto, decidió explorar otras opciones. Comenzó leyendo los libros de autoayuda que le llegaban gratis. Le parecieron lecturas burdas, aunque un gran número de frases motivadoras le quedaron grabadas.  Luego, consultó con médicos si su imposibilidad de sentir felicidad pudiera ser física. Quizá, la última gran broma de sus padres fue darle alguna enfermedad incurable. Por suerte, no detectaron ningún síntoma que pudiera causarle descontento. Únicamente, el colesterol alto y le mandaron a hacer estudios rutinarios en el apéndice y deseos de una larga y feliz vida. Más tarde, probó con terapia, la cual probó útil para, luego de un año, darse cuenta que el psicoanalista cabeceaba y anotaba garabatos durante las sesiones. Paseando por el centro, encontró un gurú que le propuso como tratamiento el consumo de hierbas que, para la buena fortuna de Pedro, eran conseguidas a precios exorbitantes, pero necesarios por su rareza, en el bazar debajo del departamento del gurú. Mas tampoco daba abasto. Recurrió a la lectura. Incursionó en la filosofía, cuestionando la vida junto a los grandes griegos. Leyó literatura europea y americana, se sumergió en mundos ficticios, lloró con poemas de Pizernik y Baudelaire y rio con las aguafuertes de Arlt. Pero, aun así, nada lo llenaba.
Mientras exploraba tanta opción encontrara para poder sonreír honestamente, su oficio lo mantenía. Luego de tantos años en el estudio, fue subiendo escalones hasta convertirse en socio. Por inercia, aburrimiento o como forma de huir de sus demonios internos, seguía trabajando de lunes a sábados, sin excepción. Se había mudado del pequeño mono-ambiente y ahora vivía por Montecastro en una pintoresca casa con jardín de colores, que obviamente no cuidaba él porque sus plantas morían siempre. Pensó que el tener espacio lo llevaría a llenarlo, pero a fuerza de desencuentros desechó la idea y cerró con llave las vacías pero espaciosas habitaciones. Una vez estuvo cerca de afianzar el vínculo con una mujer, pero -siempre un pero con Morel- lo dejó por otro hombre. A esta altura, sentía que martillaban otro clavo en su cajón.
Pero el azar aún le jugaría una última carta. En sus rutinarios viajes de transporte público, el casi resignado Pedro Morel, se encontró con una joven que repartía volantes. Lo tomó y se preparó para desecharlo cuando la chica lo perdiera de vista. Mientras se acercaba a un cesto, leía el contenido del folleto. Su corazón dio un vuelco: era una obra que sería actuada en el escenario que tan bien conocía de chico, el del teatro Cipriano. El resto del día no dejó de pensar en su ya lejana juventud. La obra se llamaba “La mirada perdida” y no ofrecía sinopsis. Aparentemente, trataba de un único acto y un actor.  Ese mismo sábado era el estreno y decidió asistir.
Buenas noches, ¿un único boleto? Sí, uno solo, que disfrute la función y atravesó las puertas. De repente, volvía a ser un muchacho de 20 años que se sentaba en las aterciopeladas butacas para ver a sus amigas y amigos actuar. Las paredes del edificio aún lucían las mismas máscaras que lo observaban actuar, juzgándolo. Eligió sentarse lo más lejos posible pare rehusar su mirada. El aire se sentía caluroso, la sala se llenó a medias y las luces se apagaron. No sabía por qué, pero se sentía raro. El ruido chirriante del telón moviéndose lo emboscó y le trajo muchos recuerdos. No, no vayas, pensó Morel, y se centró en el comienzo de la obra. El escenario presentaba un aspecto lúgubre, triste. Los colores y luces eran únicamente blancos y negros. En el medio de la escena se encontraba un ataúd flaqueado por dos sillas. El hombre, de aspecto pálido, lloraba sobre una de ellas. Estaba vestido de traje, enteramente de negro.
Luego de unos segundos, el hombre se levanta, se dirige al cajón y apoya su saco.
-       Este es el saco que tanto te gusta.
Al pronunciar la última sílaba, rompe en llanto. Cae estrepitosamente de rodillas, rendido. Apoya su rostro contra la fría madera del cajón.
-       Amor, necesito que me escuches, que queda tanto por decirte. Yo sé que no te fuiste, sé que me escuchas. Lo siento con todo mi ser, con todo este dolor anclado en mi pecho.
Pedro se encontró intentando dejar de pensar en Verónica, en la última vez que la vio. En las palabras que nunca pudo pronunciar, atascadas en su garganta durante tantos años. El hombre volvió a su silla.
-       Debo ser un sueño, si ayer te estaba esperando en la parada del colectivo. Tardabas, pero el 107 siempre tarda. Si leí tarde el mensaje que decía “en breves llego, corazón”. Esto no puede estar ocurriendo. Con tanto que nos queda por hacer, tanto por vivir juntos…
El hombre enterró la cabeza entre sus rodillas, sollozando. Sin previo aviso, se para de un salto, impulsando la silla hacia atrás, y de un grito exclama:
-       ¡Qué injusto es esto y maldito hijo de puta el que te quitó de mí! Pero… No… mentira, nada te podría quitar de mí. Si este dolor es prueba de que estás. Si las fotos y nuestros recuerdos son prueba de que estuvimos. Si la sonrisa que me provoca pensarte, es prueba de que estarás. ¡Ay, tu sonrisa! La comisura de tus labios, el hoyuelo que se te formaba y la forma en que reías. El escalofrío que comienza en mi columna y termina en mi alma como una caricia que me provoca…pero, ¿Por qué vos? ¿Por qué no fui yo? Tranquilamente podría haber sido yo el accidentado, cambiaría con gusto nuestros lugares. Así, podrías volver con tu jardín y tus flores, y tus vestidos, y tus sueños…
De repente, el escenario estaba vacío. Pedro, atónito, miró a su alrededor, pero no encontró a nadie. Al pararse, notó que debajo del escenario se encontraban dos jóvenes. Sin sentir que sus piernas se movían, bajó por las escaleras y se acercó.
-       ¿Hola? ¿Qué está pasando?
No parecían haberlo escuchado. Bajó unos escalones más y, aunque el instinto le aconsejara lo contrario, preguntó nuevamente.
-       ¿Dónde está el actor? ¿Esto parte de la obra?
Ya más cerca, pudo ver que eran un chico y una chica. El muchacho acariciaba el rostro de la chica, y parecían estar susurrando. Pedro comenzó a acercarse, pero lo que escuchó lo dejó pasmado.
-       Pedro quizá sea mi única oportunidad. Me voy a ir. Pero no significa que nos tengamos que separar. Podrías venir conmigo, ya sabes que mi familia te recibiría y allá podríamos actuar y trabajar y ser…
-       No, Vero, ya sabes que no puedo. Mi familia, mis estudios, no puedo.  Si esperas un tiempo, yo seguramente…
Reapareció en el asiento, escuchándose hablar. Comenzaba a hacer más calor.
-       … ¿Cómo podré vivir el resto de mi vida sin vos? Despertar cada día para no sentirte cerca, extender el brazo y tocar solo el colchón vacío. No compartir el café de todas las mañanas. Volver de trabajar y que faltes con tus pantuflas rosa corrigiendo exámenes, con el ceño fruncido y el lápiz rebotando de índice a anular. ¿Cómo hago? ¡Díganme, vamos! Como sobrellevar la falta de tu mirada tan liviana, esa mirada que me atrapa en una burbuja y me deja sin aire. Tus ojos tan llenos y vacíos de palabras, tan perdidos y encontrados en los míos. Un amor viceversa, un amor espejo, un amor hundido en un río circular.  Y mira si nos hundimos, amor, si el agua nos caló hasta los huesos y a besos nos volvimos a re-a-r-mar, cambiando separados, pero al unísono eligiéndonos. Elegirnos pensándolo una vez, dos veces, un trillón de veces y siempre la respuesta sos vos, solo vos, sin dudar un segundo el salto al abismo, porque si la caída es juntos, en realidad volamos. Quizá…sí. Yo sé que sí. Para siempre. Espérame un poco más, amor…
Pedro se encontró tomando un cuchillo del bolsillo del saco.
-       Así, te elijo de vuelta, amor. Elijo morir para que vivamos…
El hombre levantó el cuchillo con ambas manos, dejándolo caer sobre su estómago a la misma velocidad que el telón cerraba. Los aplausos no tardaron en llegar. La realidad volvía a recomponerse y el tiempo volvía a correr tal como se lo esperaba. La magnífica actuación del joven actor se vería eclipsada por la sorpresa y el terror de encontrar un espectador muerto en el fondo de las butacas. Los siguientes días por Devoto se escuchaba “el maldito infeliz arruinó el estreno”.
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mevoyalcampo · 5 years
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La cuarta conjugación
Hace tiempo que llevo dándole vueltas a una pequeña participación por mi parte de cara a la lengua española. Hasta hoy, no quería hacerla pública porque no soy filólogo, ni lingüista, y por supuesto, tampoco soy un leopardo.
Pero, soy español, y como buen español, voy a hacer algo muy español y mucho español. Voy a hablar de algo sin tener ni puta idea y voy a dar mi opinión de cómo debería ser, aunque, como ya he dicho, no soy un leopardo.
Siempre han existido tres conjugaciones opresoras que no han dejado florecer a la cuarta conjugación. Algo que la Santa Inquisición (porque tengo la necesidad de encontrar algún culpable) se encargó de ocultar y de tachar como brujas a aquellos hombres que desarrollaron la conjugación prohibida (o la “tetraconjugada” para los amigos) y los quemaron en el fuego inquisidor de las tres conjugaciones.
Ahora bien, como introducción al momento histórico-lingüístico actual, debemos recordar que existen tres conjugaciones cuyo dominio reside en el oligopolio de poder repartido entre la “a”, la “e”, y la “i”. De ahora en adelante, serán conocidas como vocales malvadas. Y aquí nace mi duda. ¿Qué pasa con la “o”?
Ante tal pasividad de la Hermandad de las Letras, me he visto obligado de crear una cuarta conjugación, por mi cuenta, en defensa de esta vocal. Con verbos totalmente nuevos desarrollados a partir de palabras alemanas que nacen para inventar situaciones en vez de describirlas. Que esto es algo que me jode de los alemanes, tardas menos en describir una situación que en inventarte una palabra a la que añades el mayor número de consonantes posibles entre vocal y vocal, y obviamente, la “o”, no suele aparecer. Dicho esto, a continuación, voy a exponer una serie de ejemplos de verbos que he desarrollado en vez de estar haciendo algo útil con mi vida. Cabe destacar, en plan, como tráiler de la tetraconjugación, que todos los verbos son monovocálicos, por lo que solamente aparece la vocal “o” en ellos.
En primer lugar, me gustaría presentaros el verbo “sochondótofror”.  Que expresa el sentimiento de gozo que se produce al observar el sufrimiento ajeno. Un verbo hecho a la medida de los hijos de puta de toda la vida. Pues bien. Yo sochondotofro, tú sochondotofras (a la hora de conjugar sí que se permite el uso de vocales malvadas en pos de la comodidad lingüística). Él sochondotofra, nosotros sochondotofreamos, vosotros sochondotofreáis y ellos sochondotofrean.
Os habréis fijado en que no hay femenino en la cuarta conjugación. Esto es porque la cuarta conjugación es machista y patriarcal. No entiende de valores y tampoco es un leopardo.
Otro ejemplo de la cuarta conjugación sería “bokfófongor”. Significa golpear una cara que merece ser golpeada o que pide una ostia a gritos. Me pondría a conjugar este verbo, pero es un pateo.
Para mí ha sido muy entretenido poder aportar mi granito de gramática a la gran montaña de la lengua española. Pero claro, al haber desarrollado una conjugación patriarcal, me he visto con la necesidad de generar una quinta conjugación con la vocal más mierda de todas, la “u”. Una conjugación feminista que luche contra la cuarta conjugación mientras las tres primeras conjugaciones afianzan si dominio lingüístico. Una quinta conjugación que tampoco es un leopardo.
La quinta conjugación también se basa en palabras alemanas. Y por supuesto, única y exclusivamente está conjugada en femenino. Como, por ejemplo, “wundurlustur”. Que significa explorar o conocer el mundo durante el invierno a través de Google Maps porque apetece quedarse en casa con mantita y peli. Yo wundurlustu, tú wundurlustus, ella wundurlustua, nosotras wundirlustuamos, vosotras wundurlusteáis, ellas wundurlustean.
Finalmente, espero que ustedes lectores no se enfaden por intentar enriquecer nuestra querida lengua y tengan en cuenta que yo no soy un leopardo.
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shalomanna · 3 years
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LA INSPIRACIÓN DE WALT DISNEY: UTA VON BALLENSTEDT (S.XI) ROSTRO DE LA MADRASTRA DE BLANCANIEVES...
"Esclavo del espejo, sal de la oscuridad, ven a mí del Más Allá. Tan sólo dime una cosa, ¿quién en este reino es la más hermosa?". Con estas palabras se presentaba una de las villanas más famosas del cine, la madrastra de Blancanieves. El rostro de la malvada reina se inspira en la escultura de una noble alemana de la Edad Media, UTA VON BALLENSTEDT, que destaca en la catedral de Naumburgo –una ciudad alemana próxima a la frontera con la República Checa–, considerada una obra maestra del gótico francoalemán.
En el verano de 1935, Walt Disney viajó por Europa en busca de modelos para su largometraje de animación Blancanievesy los siete enanitos (1937) y la austera belleza de esa estatua lo convenció para utilizarla como modelo de la reina Grimhilde, combinándolo con rasgos de las actrices Joan Crawford, Katharine Hepburn y Gale Sondergaard.
El monumento, que Walt Disney nunca vio en vivo, sino a través de libros de arte que incluían fotografías de la escultura, se encuentra entre las estatuas que adornan el coro occidental de la catedral de San Pedro y San Pablo de Naumburgo. La escultura representa a una dama del siglo XI llamada Uta von Ballenstedt.
Situada al lado de su menos agraciado consorte, y separada de él por un escudo, Uta aparece ante el espectador glacial y misteriosa. Luce un vestido adornado con un valioso broche y bajo la garganta sujeta con la mano derecha una pesada capa con un amplio cuello, levantado sobre la nuca, que resalta el óvalo de su cara. Por encima de su rostro, enmarcado por una toca blanca ribeteada de oro, luce una tiara decorada con lirios. La expresión distante y atemporal, los ojos verdes almendrados, aún más vívidos y magnéticos a causa de la policromía general, la nariz recta y los labios de color rojo carmín le aseguraron un lugar definitivo y duradero en el imaginario colectivo popular de la sociedad alemana.
ICONO INMORTAL
De hacerla inmortal se encargó el desconocido Maestro de Naumburgo, un genial escultor que entre 1250 y 1260 talló las esculturas que representan a los ilustres benefactores de la catedral, enterrados allí. Las estatuas se encuentran entre las obras más originales de la escultura europea medieval. A pesar de que no son retratos "del natural", puesto que los personajes representados habían vivido doscientos años atrás, las doce figuras monolíticas, ataviadas al modo de la clase dominante de mediados del siglo XIII, se caracterizan por una fisonomía extremadamente realista.
En el siglo XIX, la escultura se convirtió en icono del arte teutónico y emblema de la germanidad. Posteriormente, el régimen nazi la utilizó sin ningún escrúpulo, erigiéndola en un monumento nacional que simbolizaba los ideales de lo bello y lo sagrado del Tercer Reich. Pero fue el estadounidense Walt Disney quien la hizo traspasar fronteras al convertirla en modelo de la madrastra de Blancanieves.
Alessia Carmannini/nationalgegraphic
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guillermoloren · 4 years
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♦A partir de 6-8 años♦
«No es lo mismo ser una buena bruja que una bruja buena, ¿qué quieres ser tú?»
Cubierta de: ‘La pequeña bruja’
La pequeña bruja y su cuervo Ajetreo
Antes de comenzar a hablar del libro os voy a contar una pequeña historia sobre él que seguro que no conocéis. La primera edición de La pequeña bruja se publicó en 1957, pero en enero de 2013 la editorial alemana que lo publica (Thienemann Verlag) se planeó una modernización del texto con respecto al uso de términos que ya no se usarían ni entenderían en su significado original, y la nueva edición revidada se publicó en julio de 2013 y de la cual se ha realizado la presente traducción.
“Érase una vez una pequeña bruja que tenía solo ciento veintisiete años, lo que, realmente, no es mucho para una bruja. Vivía en una solitaria casa de bruja, en lo más profundo del bosque, la cual, al pertenecer a una bruja pequeña, no era precisamente grande.”
De esta forma comienza uno de los libros más queridos por niños de todo el mundo pues La pequeña bruja ha sido traducido a más de cuarenta y cinco idiomas; y es de agradecer a Ediciones Maeva que lo haya recuperado en su magnífica Colección Clásicos recuperados. Pero ¿que nos cuenta Otfried Preußler en su famosa novela? Nos cuenta la historia de una pequeña bruja cuyo deseo más importante es poder volar con las grandes brujas en la noche de las brujas en el monte Block. Y eso solo ocurre una vez al año.
Casa de la pequeña bruja
La pequeña bruja estudia
La pequeña bruja vive con su cuervo parlante Ajetreo en una pequeña y torcida casita en el bosque. Pero una noche intenta unirse ilegalmente a las otras brujas para bailar en la noche de las brujas, y es descubierta por su tía Sacudidas, que es muy malvada, y su escoba de bruja es quemada como castigo. Pero se le da la posibilidad de participar en la próxima noche de las brujas si consigue ser una buena bruja para entonces. Cuando llega andando a su casa, pues su escoba se la habían quemado, la pequeña bruja se pone a estudiar seis horas diarias y ha tratar de hacer suficientes buenas acciones durante un año, ayudando a la gente pobre, castigando a los malos, salvando animales y encontrando nuevos amigos.
“Y comenzó a leer al consejo todo lo que había hecho la pequeña bruja durante aquel año: cómo había ayudado a las buscadoras de leña y cómo había hecho caminar al guardabosques; salieron luego a colación la histortia de la niña de las flores, la del carretero y la del castañero; también relató lo del buey Corbiniano, al que la pequeña bruja había salvado la vida, lo del muñeco de nieve y lo de los ladronzuelos de nidos…”   [Pág. 114-115]
Sin embargo, cuando informa al Consejo de Brujas, resulta que el Consejo de Brujas cree que una bruja debería ser buena para ser malvada. Así que debería ser castigada recogiendo la madera para la hoguera de la noche de las brujas. En cambio, se venga “conjurando a las grandes brujas” y conjurando sus libros y escobas mágicas… 
Y tendréis que leer el libro para descubrir todas las aventuras que le suceden a nuestra pequeña bruja y a su cuervo Ajetreo en esta historia en la que hacer el bien al prójimo es lo más importante, no para ser una buena bruja, sino para ser una buena persona.
Lee y disfruta de las primeras páginas del libro.
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Otfried Preußler
El autor: Otfried Preußler (20 de octubre de 1923 – 18 de febrero de 2013) nació en Reichenberg, Bohemia (actualmente Liberec, República Checa). Su abuela Dora era una gran narradora a la que escuchó historias de brujas, fantasmas y ladrones. Esta influencia de la tradición oral se nota en su obra. Con doce empezó a escribir poesía y artículos para la prensa. Tras varios años luchando en la guerra y como prisionero, dedicó su vida a la enseñanza y la escritura. Otfried Preussler escribió un total de 32 libros que han sido traducidos a 55 idiomas y ha sido reconocido y galardonado con multitud de premios literarios. En Maeva Young tiene también publicados El bandido saltodemata y El pequeño fantasma. Mención Honorífica Hans Christian Andersen a toda su carrera en 1972.
El libro: La pequeña bruja (título original: Die kleine Hexe, 2013) ha sido publicado por el Sello Maeva Young en su Colección Clásicos Recuperados. Traducción de Carmen Maluenda Bastos. Encuadernado en tapa dura s/sobrecubierta, tiene 128 páginas.
Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro
Como complemento pongo el trailer Oficial Español (2018) de la película La pequeña bruja.
youtube
. Para saber más: http://www.preussler.de/ Otfried Preußler en Wikipedia.
“La pequeña bruja”, de Otfried Preußler (Ilustraciones de Winnie Gebhardt-Gayler) ♦A partir de 6-8 años♦ «No es lo mismo ser una buena bruja que una bruja buena,
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jgmail · 5 years
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Reportaje sobre Dugin en revista alemana ZUERST!
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Perfil de Aleksandr Dugin a cargo de Manuel Ochsenreiter, redactor jefe de la revista mensual ZUERST! (tradicionalista y antisistema, próxima a las ideas de la revolución conservadora y a los postulados del eurasismo – huelga decir que tal publicación no resulta agradable al rígido stablishment de lo “políticamente correcto” reinante en Alemania, y han intentado silenciarla y retirarla de la circulación en múltiples ocasiones).
“¿Quién gobierna Alemania en realidad?” titula la portada del ZUERST! en su primer número, de enero del 2010
ZUERST ! que significa “PRIMERO!” y que se define como “Deutsches Nachrichtenmagazin” (“revista alemana de noticias”), hace alusión con su nombre al deseo de que los intereses de Alemania sean defendidos PRIMERO; antes que los de la parasitaria casta plutocrática globalista que ha robado la soberanía nacional del país, mediante los burócratas-peleles de Bruselas que exprimen y subyugan no sólo a Alemania, sino a todos los pueblos de la llamada “UE”.
Además de ser una publicación conservadora que defiende los valores tradicionales frente a los delirios progres de la infraizquierda postmoderna, ZUERST! mantiene una línea editorial antiimperialista, soberanista, partidaria de un acercamiento a Rusia en el marco de un eje continental París-Berlín-Moscú, y de solidaridad con los países bajo ataque por la OTAN: Manuel Ochsenreiter estuvo de corresponsal en Siria en un tiempo en el que la violencia terrorista que azotaba la capital era particularmente implacable; cuando entre otros atentados, se produjo el magnicidio que costó la vida a altos cargos del Gobierno, entre ellos el Ministro de Defensa Dawood Rahja, en la operación denominada «Volcán de Damasco».
Allí entrevistó entre otros al sacerdote Elias Zahlawi. Éste relató el calvario al que están expuestos los cristianos orientales que caen en las garras de los energúmenos salafistas (en su mayoría saudíes, libios, turcos o chechenos) que componen las bandas takfiristas mercenarias que intentan desde hace 2 años derrocar al gobierno sirio instigadas e instrumentalizadas por el sionismo y con el beneplácito y apoyo explícito de “occidente”. También entrevistó para ZUERST! a la joven activista Mimi al-Laham, más conocida en Internet como “Syriangirl”.
Ochsenreiter es así, junto al francés Thierry Meyssan y muy pocos más, uno de los escasos reporteros europeos que se atreven a informar de manera honesta sobre conflictos como el de Siria, Libia o Serbia; contradiciendo la versión oficial de los medios imperialistas.
Reportaje sobre Dugin – Friburgo, diciembre 2012
Ambos, Dugin (acompañado por su hijo Artur) y Ochsenreiter, se encontraron en Friburgo, donde visitaron la casa del célebre filósofo Martin Heidegger (muy estimado por el profesor ruso), compraron libros en anticuarios y charlaron en un café de la ciudad sobre el pasado, el presente y el futuro; sobre política y metapolítica.
Traducido del alemán para TM por Felix W.
El siguiente reportaje se encuentra aún inédito en internet en su versión original alemana – Se puede consultar sólo en la versión impresa del más reciente número de la revista ZUERST! (marzo 2013)
El innovador
Los analistas occidentales “expertos en Rusia” se sienten alarmados ante él. El profesor Alexander Dugin es uno de los más conocidos – y a la vez controvertidos – politólogos rusos
Hace exactamente 30 años desde que el Presidente de EE.UU. Ronald Reagan, subió a la tribuna de oradores el 8 de Marzo 1983 en Orlando, Florida, para dirigirse a los miembros del grupo cristiano conservador “National Association of Evangelicals”. Su redactor de discursos, el ganador estadounidense del premio Pulitzer Anthony R. Dolan había escrito su, por así decirlo, obra maestra. El periodista Dolan, de apenas 32 años de edad, sabía como escenificar correctamente a Reagan.
El discurso de Orlando debía ser impactante, como una bomba. El presidente de los EE.UU. bramó ante los cristianos conservadores contra la Unión Soviética. Pero esta vez no se refería a la URSS tan sólo como una “dictadura comunista” o como “Amenaza a la libertad” – esta vez la calificó como el “Imperio del Mal”. Éste era el patetismo fraseológico que más triunfaba ante la mojigata audiencia que le escuchaba. El público aplaudió durante minutos, poniéndose en pie durante la ovación. No se trataba  sólo de mantener a raya a sus competidores ideológicos y geopolíticos, sino que era la clásica lucha del “Bien contra el Mal”, por lo tanto una lucha geopolítica e ideológica. Y propia de las películas del Oeste, en las que también el propio Reagan había actuado en el pasado. Los americanos sabían que al final, los buenos siempre ganan. La Unión Soviética hace mucho que ya no existe. Ahora está la Federación Rusa en su lugar. Rusia ya no es comunista, ya no tiene a su alrededor a sus estados socialistas satélites y ya no envía misiles nucleares a Cuba. Y hoy ya no huyen  intelectuales soviéticos en aventureras condiciones hacia el Oeste, sino que actores como el francés Gérard Depardieu se establecen de manera completamente legal y en primera clase a Rusia. Pues allí hay  un impuesto fijo bajo y una buena vida para quienes tienen la ventaja de ser una celebridad.
Y, aún así, en los medios occidentales  Rusia tiene nuevamente el viejo papel de villano: El presidente ruso Vladimir Putin sería una especie de dictador, que practica una oscura política autoritaria y megalomaníaca. En el Consejo de Seguridad de la ONU Rusia es de nuevo ante los ojos de muchos observadores occidentales el notorio obstáculo, ya conocido desde los tiempos de la Guerra Fría. Y las gamberras anarquistas profanaiglesias “Pussy Riot ” son hoy en día ensalzadas en Occidente como se hizo en el pasado con el disidente ruso Alexander Solzhenitsyn.
El Prof. Alexander Dugin es uno de los más conocidos intelectuales de la nueva Rusia que vuelve a inquietar a Occidente. Y como tal, en los principales medios de comunicación del establishment de la Bundesrepublik, Dugin  no tiene muy buena prensa.
Especialmente el diario izquierdista-progre  “taz” ve en ese hombre alto y de larga barba algo amenazante. Dugin, escribe la taz, es “ideólogo-jefe” y aunque se considera “filósofo”, pero sería más correcto calificarlo como líder de una secta “. En los escritos de Dugin observan los redactores de la taz incluso una “retórica fascista”. El historiador alemán Andreas Umland, que imparte clases de Historia de Europa central y oriental en la Universidad Católica Eichstätt-Ingolstadt llegó a señalar en 2008 que la influencia de Alexander Dugin en la política rusa podría incluso provocar una “segunda guerra fría entre Moscú y  Occidente “. 30 años después del discurso de Reagan los periodistas, académicos y políticos occidentales, una vez más se alarman por una “malvada Rusia bajo el control de un lider sectario”
Un Primero de Mayo patriótico
El “imperio del mal” parece estar de vuelta. Alexander Dugin sonríe cuando oye esas cosas sobre él. Él conoce esos ataques, que parecen no molestarle.
En Friburgo de Brisgovia está frente a la casa del filósofo Martin Heidegger, mientras que su hijo Artur coloca su cámara en el trípode. El cielo es gris oscuro, sopla un viento frío. El informe del tiempo ha  previsto lluvia, pero hasta ahora sigue sin llover. A través de los árboles avanza la niebla. Alexander Dugin sepulta las manos en los bolsillos de su abrigo, y su mirada se fija en el cielo. “El tiempo es perfecto”, dice satisfecho. Con su hijo, está grabando un video documental sobre Martin Heidegger. Para encontrar la casa de Heidegger hay que saber la dirección exacta. Ninguna señal indica el camino, casi ninguna guía turística la señala. Friburgo no está orgulloso de “su” filósofo, al contrario. Se lo ha condenado al ostracismo. Pues Martin Heidegger habría sido un “filósofo nazi”. Y en una ciudad universitaria gobernada por los progres se está orgulloso de las zonas con poco tráfico y de la presencia de tiendas de “comercio justo” pero no de un filósofo de fama mundial.
Martin Heidegger
Dugin sacude la cabeza. Casi parece como si tuviera un poco de compasión por nosotros los alemanes. “Martin Heidegger fue el más importante Filósofo del siglo XX”, asegura Dugin y acaricia brevemente su barba. “Pero aquí en Friburgo hay que buscar mucho tiempo para encontrar sus obras en una librería”. Se trata de la primera confrontación de Alexander Dugin con el “complejo de culpa” alemán, de su primera visita a Alemania. En Rusia, dice Dugin, Martin Heidegger es muy apreciado. En la Universidad de Moscú, donde Dugin imparte clases, el filósofo alemán tiene gran importancia. Que los alemanes, ya no sepan valorar a sus propios próceres es algo dificil de entender para el profesor ruso. El admirador declarado y amigo de los alemanes se siente en una tierra de nadie que se pelea contra ella misma. La cámara se encuentra finalmente en posición, Dugin pasa por delante de la casa de Heidegger. Dugin, nacido en 1962 en Moscú, conoce a Heidegger desde la era soviética. Antes del colapso de la URSS, organizó círculos de lectura y grupos, donde saltándose las convenciones académicas imperantes bajo el gobierno del Partido Comunista se leían y discutían obras que en las universidades soviéticas eran muy difíciles de adquirir.
Cuando Mikhail Gorbachev, durante el último periodo de la URSS proclamó la glasnost y la perestroika, Alexander Dugin y otros con ideas afines se dedicaban a probar de los frutos (aún) prohibidos: Además de Martin Heidegger fueron también leídos y debatidos el filósofo italiano Julius Evola y el francés René Guénon. Cuando, después de la desintegración de la Unión Soviética, Boris Yeltsin gobernaba en Moscú, llegó la gran hora de los profetas del “mercado libre” en Rusia. En pocos años se formó una casta de riquísimos oligarcas. Bajo el bebedor Boris Yeltsin fueron saqueados los recursos del país y repartidos entre algunos “hombres de negocios” a menudo ex-funcionarios de la organización juvenil comunista Komsomol, disuelta en 1991. En el vacío político de este colapso total  Alexander Dugin, entre otros, se negó a aceptar que Rusia fuera, como otros países del este de Europa, anexada en calidad de colonia por la esfera liberal occidental. En 1992 – el mismo año, en el que el politólogo USamericano Francis Fukuyama se entusiasmaba con el “fin de la historia” Dugin fundó, junto al conocido escritor ruso Eduard Limonov el Partido Nacional-Bolchevique de Rusia.
Limonov era popular, y Dugin contribuyó a una gran parte del programa político. Por primera vez Alexander Dugin empezó a ser conocido fuera de su país – y occidente se sobresaltó.
Pues el nuevo partido atraía atención de inmediato: La bandera del partido era de color rojo brillante con círculo blanco, dentro, en negro, la hoz y el martillo. Limonov provocaba escándalos frecuentemente, y pronto se unieron al partido especialmente los jóvenes rusos, entre ellos muchos artistas que luchaban contra Boris Yeltsin y su sistema antihumano de la troika (liberalismo, democracia, capitalismo).
En las elecciones, el nuevo partido nunca tuvo verdadero éxito, pero provocaba furor con sus frecuentes marchas. Alexander Dugin guarda buenos recuerdos de aquellos años combativos.
Tras el colapso de la Unión Soviética nos dimos cuenta de que hay que luchar contra las tentaciones hegemónicas occidentales. El gobierno de Boris Yeltsin abrió todas las puertas para la invasión del occidente liberal. Queríamos evitar eso. En aquel tiempo, los nacional-bolcheviques proclamaron que querían fusionar las formas más radicales de resistencia nacional con las formas más radicales de resistencia social.
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Ante la catedral de Friburgo Dugin examina los libros de un anticuario. Toma algunos de ellos, los ojea, pasa las páginas y los vuelve a colocar en su sitio. Ahora ha comenzado a llover. A Dugin eso no le molesta. Es más, parece disfrutar del mal tiempo y sigue repasando los libros  de la tienda. Alexander Dugin domina nueve idiomas – entre ellos el alemán. Es un autodidacta con mucho talento, aprende las lenguas por su cuenta.  Su hijo Artur, ventitantos y estudiante de Filosofía, revela la técnica de aprendizaje de su padre, que en ese momento está apilando los libros que piensa comprar. “Él se pone sistemáticamente a ello, primero aprende la sintaxis de un lenguaje –es decir la estructura – entonces la llena, por así decirlo, con el vocabulario.” Mientras tanto, a Dugin el vendedor le empaqueta los libros en una bolsa.
El parecido de Limonov con Trotsky es asombroso, tanto en lo físico como en lo político – Aquí con el agente atlantista bilderberguiano y pussyriotero, el ex-ajedrecista Kasparov, su mayor aliado en la cruzada anti-Putin
++ La salvaje década de los ´90 hace tiempo que forma parte del pasado. En 1998 terminó la cooperación  entre Limonov y Dugin. Mientras que el escritor Limonov apoya hoy el movimiento de protesta anti-Putin, su ex compañero de lucha Dugin se encuentra en el otro lado de la barricada. Dugin ahora dirige el Instituto Sociológico de la Universidad de Moscú y también asesora al Kremlin en materias de política exterior. Por ello, a los observadores occidentales les suenan las campanas de alarma. Pues Dugin no tiene ninguna intención de “distanciarse de su pasado” como es costumbre hacer, sobre todo, en la República Federal de Alemania.
Y como profesor, el carismático ruso es además muy popular entre sus estudiantes. Cuando Dugin da lecciones en la universidad, la sala siempre se llena al máximo. A menudo incorpora en sus discursos bombásticas instalaciones de vídeo. Mientras Dugin habla a su público, hay una pantalla tras él donde se ven llamaradas de fuego a gran altura, o donde se muestran explosiones. Sea como fuere, sabe cómo cautivar a las audiencias. Desde hace ya tiempo, sus eventos se han convertido en una sugerencia vanguardista en Moscú. “La estética es importante para nosotros”, dice tranquilamente, dirigiéndose a una pequeña cafetería. Dugin cuelga su abrigo en el guardarropas, bajo su negra chaqueta lleva una camisa a rayas, que recuerda a los típicos chalecos del Ejército ruso. ¿Y qué fue del Nacional-Bolchevismo? “Fue una fase en la década de los ´90 “, explica, “pero uno debe madurar” Mientras habla se acaricia la barba. Y se santigua antes de beberse el café, como muy creyente cristiano ortodoxo que es.
Dugin y su círculo moscovita de jóvenes investigadores han creado un propio y bullicioso think-tank. Los contenidos fuertemente tradicionalistas se procesan de una manera moderna. “La estética es importante para nosotros”, repite Dugin y mueve su taza de café un poco hacia atrás y hacia adelante. El concepto de Dugin y sus partidarios – en su mayoría jóvenes intelectuales y estudiantes – consiste en la idea de Eurasia: un bloque continental euro-asiático como poderoso contrapeso a la alianza transatlántica. “Es necesario y luchamos por ello “, dice Dugin con resolución. Cómo ve él ve el papel de Alemania en ese orden? “Alemania es el centro de Europa.  Una Alemania que se reencuentra a sí misma, se convertiría en uno de nuestros socios más importantes.” Éstas palabras son una muestra del por qué los círculos políticos berlineses evitan como la peste  las tesis de Dugin.
Karl Haushofer Dugin no tiene miedo a utilizar en la República Federal de Alemania el tabuizado concepto de la geopolítica. El geógrafo y militar alemán Karl Haushofer fue uno de los fundadores de esa ciencia, que desde 1945 ya no se enseña en Alemania. Los vencedores aliados consideraron las teorías de Haushofer como fuente de peligros y se encargaron de asegurar que no aparecieran más en el plan de estudios.Mientras que hoy en Alemania, casi ningún estudiante está en contacto con las obras de Haushofer, Alexander Dugin hace constantemente referencia a ellas en sus conferencias y libros. “Se trata por encima de todo esto, no sólo de preservar las ideas de Haushofer sino de continuar desarrollándolas “. La idea euroasiática es un desarrollo de sus ideas. El enemigo principal de ésta idea es – el mismo que en la década de 1990 – la hegemonía liberal occidental. “La globalización demanda que el mundo entero se someta al sistema de valores liberal-occidental, que niega las particularidades de los pueblos, y que ha olvidado sus tradiciones y su cultura” afirma Dugin, inclinándose sobre la mesa. Con la mano indica en la mesa el bloque de poder occidental,  que mediante diversos métodos, desde sedicentes “Organizaciones No Gubernamentales” hasta guerras abiertas, tiene mucho interés en expandir su territorio. El conflicto siempre está presente – ya sea, por ejemplo, con el escándalo de Pussy Riot; que fue masivamente alimentado y propagado mediante  ONGs, medios y políticos occidentales; o incluso también en guerras calientes, como actualmente en Siria. Occidente está abogando por un concepto de “mundo unipolar”, dice Dugin. Él por su parte propone un orden multipolar del mundo – con una fuerte región euroasiática como uno de los centros políticos. Dugin considera que el presidente ruso Vladimir Putin va por la dirección correcta – al menos en lo que respecta a política exterior.
Cuando se inflaman los confictos en la frontera que separa Eurasia de los territorios dominados por la hegemonía occidental, Dugin no duda en desplazarse a las zonas calientes, allí donde se disparan los tiros. Durante la guerra de Georgia en 2008 visitó al Ejército ruso. “Nuestras tropas deben llegar hasta la capital georgiana Tiflis, ocupar la totalidad
del país, y de paso también Ucrania con la península de Crimea, que de todos modos pertenece históricamente a Rusia ” lo cita la revista alemana Der Spiegel. Él sería “el barbudo jefe ideológico del resurgimiento del panrusismo”, tronó la publicación izquierdista Hamburger Nachrichtenmagazin contra Dugin, el cual a su vez, en lugar de enfadarse, nos muestra sonriente algunas fotos de su visita a las tropas en el frente de Georgia. Una lo muestra con un Kalashnikov delante de un tanque ruso. Éste hombre no tiene nada, absolutamente nada, de “políticamente correcto”. “Pero el combate contra el occidente  liberal-hegemónico se libra especialmente en las mentes“dice Dugin en voz baja mientras va guardando de nuevo las fotos de Georgia. “Mientras que en las Universidades occidentales se enseña que el liberalismo y el individualismo son la cumbre desarrollo humano, nosotros estamos trabajando en desarrollar una alternativa”
El comunismo, el fascismo y el liberalismo son las tres principales teorías políticas del Siglo XX. Políticamente poderoso es hoy sólo el liberalismo, que Dugin considera como una “ideología totalitaria con pretensión universalista”. El liberalismo derrotó al fascismo y el comunismo y por así decirlo, los digerió. “El liberalismo moderno no tiene ni siquiera enemigos reales en sus esferas de dominio. Allí gobierna el aburrimiento político”. Dugin elige sus cortantes palabras deliberadamente. “El mundo debe liberarse del yugo del liberalismo”¿Pero cómo? Dugin habla de la “Cuarta Teoría Política ” que recientemente publicó en forma de libro.
“Una clave importante para la superación de la modernidad está aquí en Friburgo. Es la noción heideggeriana del Dasein (la existencia)”, dice Dugin. Según ésta no habría un solo “Dasein”, sino muchos. Del mismo modo no hay una sola “Cuarta Teoria Política “, sino un gran conjunto de “Esferas de existencia” antimodernas, que tienen todas algo en común: su oposición a la hegemonía occidental. “Debemos volver a nuestras raíces, a nuestros mitos y Tradiciones. “Cualquiera que hable con el filósofo ruso, no necesita mucho tiempo para entender por qué los periodistas occidentales lo ven como una amenaza: Él sabe cómo cautivar a la audiencia.Incluso si sólo se sienta en un café sin rimbombantes proyecciones que acompañen su presentación. ¿Debemos aprender los alemanes a ser de nuevo alemanes? Dugin ríe. La primera vez ese día. Tras una breve pausa, responde con calma: “Si los alemanes recuperan la consciencia acerca de su propio Dasein y se despiden de la pesadilla transatlántica, la alternativa de  Eurasia estará mucho más cerca. Porque sin (la sumisión de) los alemanes, el proyecto liberal-occidental de la UE no puede existir “. Celebraremos juntos ese día en Berlín o en Moscú? Los ojos azules de Dugin brillan “¿Y por qué no en Königsberg (Kaliningrado)?” Una cosa parece cierta: quienquiera que sea presidente de los EE.UU. ese día, volverá a dirigirse a sus seguidores hablando de la  resurrección del “Imperio del Mal”
MANUEL OCHSENREITER
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canaldelmisterio · 4 years
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Uta von Ballenstedt, la escultura medieval que sirvió de modelo para la madrastra de Blancanieves
Uta von Ballenstedt, la escultura medieval que sirvió de modelo para la madrastra de Blancanieves
Uta von Ballenstedt, la escultura medieval que sirvió de modelo para la madrastra de Blancanieves
Esta desconocida noble alemana del siglo XI fue inmortalizada en una escultura cuya imagen inspiró a Walt Disney para crear a su famosa malvada.
En el verano de 1935, Walt Disney viajó por Europa en busca de modelos para su largometraje de animación Blancanieves y los siete enanitos (1937) y la…
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amomivida-3 · 5 years
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I LOVE MY LIFE 3
create your own happiness no matter what others say, smile, that life is all yours my love
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elcinedelcine-blog · 6 years
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El Puente
Es la historia de un grupo de chicos enlistados en la milicia alemana. A pesar de que aún no son mayores de edad, son reclutados debido a la numerosas bajas de soldados.
Hemos visto numerosas películas acerca de la guerra, pero son pocas las contadas por los mismos alemanes. Claro que no cambia el discurso en el que se denuncia a la guerra como uno de los actos más atroces en el que puede participar un pueblo. 
Bernhard Wicki tiene una forma peculiar de aproximarse a esto. Como señalando que la gente malvada y retorcida no distingue ni razas, ni etnias, ni religiones, si no que es capaz de sacrificar a los suyos como si tan sólo se tratara de deshacerse de una piedrita en el zapato.
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Tres versiones de Judas - Jorge Luis Borges
En el Asia Menor o en Alejandría, en el segundo siglo de nuestra fe, cuando Basílides publicaba que el cosmos era una temeraria o malvada improvisación de ángeles deficientes, Niels Runeberg hubiera dirigido, con singular pasión intelectual, uno de los coventículos gnósticos. Dante le hubiera destinado, tal vez, un sepulcro de fuego; su nombre aumentaría los catálogos de heresiarcas menores, entre Satornilo y Carpócrates; algún fragmento de sus prédicas, exonerado de injurias, perduraría en el apócrifo Liber adversus omnes haereses o habría perecido cuando el incendio de una biblioteca monástica devoró el último ejemplar del Syntagma. En cambio, Dios le deparó el siglo veinte y la ciudad universitaria de Lund. Ahí, en 1904, publicó la primera edición de Kristus och Judas; ahí, en 1909, su libro capital Den hemlige Frälsaren. (Del último hay versión alemana, ejecutada en 1912 por Emili Schering; se llama Der heimliche Heiland.)
Antes de ensayar un examen de los precitados trabajos, urge repetir que Nils Runeberg, miembro de la Unión Evangélica Nacional, era hondamente religioso. En un cenáculo de París o aun en Buenos Aires, un literato podría muy bien redescubir las tesis de Runeberg; esas tesis, propuestas en un cenáculo, serían ligeros ejercicios inútiles de la negligencia o de la blasfemia. Para Runeberg, fueron la clave que descifra un misterio central de la teología; fueron materia de meditación y análisis, de controversia histórica y filológica, de soberbia, de júbilo y de terror. Justificaron y desbarataron su vida. Quienes recorran este artículo, deben asimismo considerar que no registra sino las conclusiones de Runeberg, no su dialéctica y sus pruebas. Alguien observará que la conclusión precedió sin duda a las “pruebas”. ¿Quién se resigna a buscar pruebas de algo no creído por él o cuya prédica no le importa?
La primera edición de Kristus och Judas lleva este categórico epígrafe, cuyo sentido, años después, monstruosamente dilataría el propio Nils Runeberg: No una cosa, todas las cosas que la tradición atribuye a Judas Iscariote son falsas (De Quincey, 1857). Precedido por algún alemán, De Quincey especuló que Judas entregó a Jesucristo para forzarlo a declarar su divinidad y a encender una vasta rebelión contra el yugo de Roma; Runeberg sugiere una vindicación de índole metafísica. Hábilmente, empieza por destacar la superfluidad del acto de Judas. Observa (como Robertson) que para identificar a un maestro que diariamente predicaba en la sinagoga y que obraba milagros ante concursos de miles de hombres, no se requiere la traición de un apóstol. Ello, sin embargo, ocurrió. Suponer un error en la Escritura es intolerable; no menos tolerable es admitir un hecho casual en el más precioso acontecimiento de la historia del mundo. Ergo, la traición de Judas no fue casual; fue un hecho prefijado que tiene su lugar misterioso en la economía de la redención. Prosigue Runeberg: El Verbo, cuando fue hecho carne, pasó de la ubicuidad al espacio, de la eternidad a la historia, de la dicha sin límites a la mutación y a la carne; para corresponder a tal sacrificio, era necesario que un hombre, en representación de todos los hombres, hiciera un sacrificio condigno. Judas Iscariote fue ese hombre. Judas, único entre los apóstoles, intuyó la secreta divinidad y el terrible propósito de Jesús. El Verbo se había rebajado a mortal; Judas, discípulo del Verbo, podía rebajarse a delator (el peor delito que la infamia soporta) y ser huésped del fuego que no se apaga. El orden inferior es un espejo del orden superior; las formas de la tierra corresponden a las formas del cielo; las manchas de la piel son un mapa de las incorruptibles constelaciones; Judas refleja de algún modo a Jesús. De ahí los treinta dineros y el beso; de ahí la muerte voluntaria, para merecer aun más la Reprobación. Así dilucidó Nils Runeberg el enigma de Judas.
Los teólogos de todas las confesiones lo refutaron. Lars Peter Engström lo acusó de ignorar, o de preterir, la unión hipostática; Axel Borelius, de renovar la herejía de los docetas, que negaron la humanidad de Jesús; el acerado obispo de Lund, de contradecir el tercer versículo del capítulo 22 del Evangelio de San Lucas.
Estos variados anatemas influyeron en Runeberg, que parcialmente reescribió el reprobado libro y modificó su doctrina. Abandonó a sus adversarios el terreno teológico y propuso oblicuas razones de orden moral. Admitió que Jesús, «que disponía de los considerables recursos que la Omnipotencia puede ofrecer», no necesitaba de un hombre para redimir a todos los hombres. Rebatió, luego, a quienes afirman que nada sabemos del inexplicable traidor; sabemos, dijo, que fue uno de los apóstoles, uno de los elegidos para anunciar el reino de los cielos, para sanar enfermos, para limpiar leprosos, para resucitar muertos y para echar fuera demonios (Mateo 10: 7-8; Lucas 9: 1). Un varón a quien ha distinguido así el Redentor merece de nosotros la mejor interpretación de sus actos. Imputar su crimen a la codicia (como lo han hecho algunos, alegando a Juan 12: 6) es resignarse al móvil más torpe. Nils Runeberg propone el móvil contrario: un hiperbólico y hasta ilimitado ascetismo. El asceta, para mayor gloria de Dios, envilece y mortifica la carne; Judas hizo lo propio con el espíritu. Renunció al honor, al bien, a la paz, al reino de los cielos, como otros, menos heroicamente, al placer1. Premeditó con lucidez terrible sus culpas. En el adulterio suelen participar la ternura y la abnegación; en el homicidio, el coraje; en las profanaciones y la blasfemia, cierto fulgor satánico. Judas eligió aquellas culpas no visitadas por ninguna virtud: el abuso de confianza (Juan 12: 6) y la delación. Obró con gigantesca humildad, se creyó indigno de ser bueno. Pablo ha escrito: El que se gloria, gloríese en el Señor (I Corintios 1: 31); Judas buscó el Infierno, porque la dicha del Señor le bastaba. Pensó que la felicidad, como el bien, es un atributo divino y que no deben usurparlo los hombres2.
Muchos han descubierto, post factum, que en los justificables comienzos de Runeberg está su extravagante fin y que Den hemlige Frälsaren es una mera perversión o exasperación de Kristus och Judas. A fines de 1907, Runeberg terminó y revisó el texto manuscrito; casi dos años transcurrieron sin que lo entregara a la imprenta. En octubre de 1909, el libro apareció con un prólogo (tibio hasta lo enigmático) del hebraísta dinamarqués Erik Erfjord y con este pérfido epígrafe: En el mundo estaba y el mundo fue hecho por él, y el mundo no lo conoció (Juan 1: 10). El argumento general no es complejo, si bien la conclusión es monstruosa. Dios, arguye Nils Runeberg, se rebajó a ser hombre para la redención del género humano; cabe conjeturar que fue perfecto el sacrificio obrado por él, no invalidado o atenuado por omisiones. Limitar lo que padeció a la agonía de una tarde en la cruz es blasfematorio3. Afirmar que fue hombre y que fue incapaz de pecado encierra contradicción; los atributos de impeccabilitas y de humanitas no son compatibles. Kemnitz admite que el Redentor pudo sentir fatiga, frío, turbación, hambre y sed; también cabe admitir que pudo pecar y perderse. El famoso texto Brotará como raíz de tierra sedienta; no hay buen parecer en él, ni hermosura; despreciado y el último de los hombres; varón de dolores, experimentado en quebrantos (Isaías 53: 2-3), es para muchos una previsión del crucificado, en la hora de su muerte; para algunos (verbigracia, Hans Lassen Martensen), una refutación de la hermosura que el consenso vulgar atribuye a Cristo; para Runeberg, la puntual profecía no de un momento sino de todo el atroz porvenir, en el tiempo y en la eternidad, del Verbo hecho carne. Dios totalmente se hizo hombre hasta la infamia, hombre hasta la reprobación y el abismo. Para salvarnos, pudo elegir cualquiera de los destinos que traman la perpleja red de la historia; pudo ser Alejandro o Pitágoras o Rurik o Jesús; eligió un ínfimo destino: fue Judas.
En vano propusieron esa revelación las librerías de Estocolmo y de Lund. Los incrédulos la consideraron, a priori, un insípido y laborioso juego teológico; los teólogos la desdeñaron. Runeberg intuyó en esa indiferencia ecuménica una casi milagrosa confirmación. Dios ordenaba esa indiferencia; Dios no quería que se propalara en la tierra Su terrible secreto. Runeberg comprendió que no era llegada la hora: Sintió que estaban convergiendo sobre él antiguas maldiciones divinas; recordó a Elías y a Moisés, que en la montaña se taparon la cara para no ver a Dios; a Isaías, que se aterró cuando sus ojos vieron a Aquel cuya gloria llena la tierra; a Saúl, cuyos ojos quedaron ciegos en el camino de Damasco; al rabino Simeón ben Azaí, que vio el Paraíso y murió; al famoso hechicero Juan de Viterbo, que enloqueció cuando pudo ver a la Trinidad; a los Midrashim, que abominan de los impíos que pronuncian el Shem Hamephorash, el Secreto Nombre de Dios. ¿No era él, acaso, culpable de ese crimen oscuro? ¿No sería ésa la blasfemia contra el Espíritu, la que no será perdonada (Mateo 12: 31)? Valerio Sorano murió por haber divulgado el oculto nombre de Roma; ¿qué infinito castigo sería el suyo, por haber descubierto y divulgado el horrible nombre de Dios?
Ebrio de insomnio y de vertiginosa dialéctica, Nils Runeberg erró por las calles de Malmö, rogando a voces que le fuera deparada la gracia de compartir con el Redentor el Infierno.
Murió de la rotura de un aneurisma, el primero de marzo de 1912. Los heresiólogos tal vez lo recordarán; agregó al concepto del Hijo, que parecía agotado, las complejidades del mal y del infortunio.
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