Siento que la vida es demasiado corta para vivir angustiado, triste o enojado. Siento que voy a cerrar los ojos y cuando los abra voy a ser una vieja de 80 años (si es que llego). Me niego rotundamente a desperdiciar el tiempo que tengo odiando o sobre analizando cosas de manera innecesaria (mirando siempre el lado negativo). Necesito experimentar lo más que pueda, absorber toda la belleza y fealdad que pueda antes de dar mi último aliento.
Estas herida, ¿no es así? - Pregunta condescendiente.
- No quiero hablar de eso. - Respondo sin ánimos.
- Emily todo algún día acaba, recuérdalo y el dolor no es la excepción.
- Sabes, no tengo rencor con él, si no conmigo misma. Él me prometió el mundo y fui tan tonta para creerlo. - Afirmo sorprendida por mi repentina confesión. Jamás imaginé hablar de mis infortunios con Magnus.
- Cuando alguien te ofrezca el mundo recuerda que se refiere a su mundo y jamás sabrás con certeza si ese lugar es bueno o malo.
Ver la tumba de las luciérnagas me hizo pensar … en qué nos quejamos por cosas muy banales o estúpidas
Deberíamos agradecer más lo que tenemos , cada día, siempre, agradecer, a las personas, la familia, nuestro hogar, el amor que recibimos y damos, la comida, el ese día haber despertado para ver el sol una vez más
—No quise decir eso —reprochó—, es solo que suelo ser un idiota con las cosas que digo. Pero
tú no entras en la frase «soy infeliz», en lo absoluto. Eres lo mejor en mi vida, eres esa razón por
lo que soy, y eres el motivo de todas las cosas buenas que intento hacer —sonreí enternecida y prosiguió—. Eres como mi navidad.
No se entendían, rara vez estaban de acuerdo en algo. Siempre pelearon. Y se desafiaron a sí mismos todos los días. Pero a pesar de sus diferencias, tenían una cosa importante en común: Estaban locos el uno por el otro.