Tumgik
Interludio: Justicia
Algunos aspectos del trabajo de Chara eran… repugnantes. Incluso desagradables. A veces incluso se sentía mal consigo mismo. Pero. A final de cuentas, todo era para un bien. Era lo correcto. Era lo justo.
La sangre se derramaba de las muchas heridas del cuerpo de la adolescente muerta. Entra mas levantaba Chara su cuerpo, mas se ensuciaba. No fue sino hasta que los brazos de Chara estaban completamente empapados de sangre que este empezó a dudar de su método. Chara soltó el cadáver con un gruñido, retrocedió un poco y trató de sacudirse la sangre. No había contratado a Muffet precisamente para evitar esta clase de situaciones?
No, era mala idea tratar con la paciencia de Muffet tan pronto después de haber hecho un trato con ella. Era cortés dejar el cuerpo accesible para que los pequeños secuaces de Muffet pudieran llevárselo.
-Esto no sería un problema- murmuró Chara para si -si le diera mantenimiento a estas contrapciones.
El interruptor que retraía los pinchos no estaba funcionando, y probablemente se había averiado hace meses o incluso años. Chara tendría que revisar todos los interruptores mañana.
El alma de la humana aún flotaba sobre el cadáver, brillando con una tenue luz verde. Chara suspiró. Un intento. Un solo intento más antes de regresar en el tiempo, llevar el alma a casa, y pensar en una nueva estrategia. Chara agarró el cuerpo con firmeza y le dió un fuerte tirón.
El cuerpo ya casi estaba libre de los pinchos cuando Chara escuchó un suave crujido que indicaba movimiento en el piso de arriba. Sorprendido, Chara soltó el cadaver, dió un salto hacia atrás y miró arriba. Ahora había silencio, pero las nubecillas de polvo indicaban que algo o alguien había estado ahí muy recientemente.
Probablemente no era nada.
De prisa y con bastante pánico, Chara subió la escalera que daba al piso de arriba.
Todo va a estar bien.
Después de todo, Chara había creado un punto de retorno después de que la humana cayó a su muerte, y Chara incluso se había asegurado de que nadie hubiera visto. Si un monstruo se había acercado ahora, Chara fácilmente podia regresar en el tiempo y evitar que el testigo llegara a la escena. No sería problema incluso si el monstruo resultara ser Asriel.
Chara llegó por fin al último peldaño de la escalera y se levantó al piso principal. Todo va a estar bien. Chara estaba preparado par todas las posibles situaciones.
Bueno, todo excepto por la temblorienta criatura respaldada contra la pared no muy lejos del agujero.
Otro humano. Dos en un mismo día. Chara apenas podía creer su suerte.
Igual que el anterior, este humano era una niña adolescente, probablemente incluso de la misma edad. Por fortuna, ésta no era tan alta. La humana vestía casi completamente de negro, su cabello era largo y castaño, pero al final estaba pintado de ridículas rayas rubias. A Chara le recordaba a los estilos “punk” o gótico, pero las botas y el sombrero vaqueros arruinaban la imagen. Aparentemente, horrendas modas alternativas eran algo de lo que todas las generaciones sufren.
Sin embargo, había algo familiar en la mirada de la humana. La humana parecía estar a punto de corer, pero estaba atrapada entre Chara y el enorme agujero; no había escapatoria. Después de unos momentos la humana habló, su voz llena de terror.
-¿Que has… Que has…?
Chara no tenia ni la paciencia ne el interés de ecuchar el resto. Hizo una pequeña reverancia en saludo.
-Saludos. Soy el guardián de estas ruinas. Mi nomre es…
Al inclinarse, Chara se percató de que su ropa estaba empapada de sangre. En su emoción se había olvidado por completo de ese detalle; el engaño había sido descubierto antes de que pudiera empezar.
-Ah. Bueno.- Chara se encogió de hombros -Supongo que podemos omitir introducciones.-
Chara blandió su cuchillo y se abalanzó hacia la humana. Anque era menos sencillo que el pozo de pinchos, el chuchillo era una alternativa mas limpia. Pero la humana no se estremeció; en lugar de eso, inmediatamente agarró una pistola que estaba en una funda atada a su cintura.
No hubo disparo de advertencia. La niña soltó un grito de ira, apuntó el arma a su objetivo y disparó.
Chara no tuvo tiempo de esquivarlo. La bala le penetró en la frente y salió por la parte de atrás del craneo.
***
Chara se tocó la cara. Estaba intacta. Chara estaba de nuevo frente al pozo done el humano anterior había caído; el cadáver y el alma verde se encontraban en el piso de abajo. La ropa de Chara de nuevo estaba limpia. Había regresado.
¿Como ocurrió esto? De no ser por su poder, todo el duro trabajo de Chara habría sido destruido pur una insignificante mocosa. ¿Que hacía una menor de edad con una pistola? ¿Y como le iba a hacer Chara para combatir contra algo así? Chara no había visto un arma como esa desde…
No. Este no era el momento de pensar en el pasado. ¿Donde estaba la humana? Estaba claro que no había sido testigo de la muerte de la humana anterior, de lo contrario habría intervenido.
Aún había tiempo para arreglar las cosas. Chara sacó su cuchillo y con un suspiro se dirigió a su destino.
Chara se adentró en las Ruinas, asegurándose de revisar cada cuarto. Eventualmente llego al final: el santuario por donde todos los humanos caían desde la superficie. Fue ahí donde Chara encontró a su más reciente huesped restregada contra un pilar y sosteniendo su pistola en una mano. Al percatarse de la presencia de Chara la adolescente cambió su mirada de susto y confusion por una de intense odio.
Ahí estaba otra vez. ¿Donde había visto Chara esa mirada antes?
El humano apuntó su arma hacia Chara una vez mas. Chara apretó sus puños. Indignado. Con ojos muy abiertos. Sonriente. Hubo un tenso silencio, pero al final Chara habló.
-¿Que es esto? ¿Te sorprende verme?
-Nunca es fácil derrotar al demonio.
Chara ignoró la respuesta.
-Veo que los humanos no han cambiado.- Chara hizo un gesto disgustado hacia la pistola -Mi padre estaba obsesionado con esas vulgares cosas.
Chara se acercó hacia la humana, recordandose a si mismo de que habia enfrentado muchos peligros en el pasado. Claro, una pistola era algo nuevo, pero nada de que temer. Sin embargo, sus manos estaban empapadas de sudor.
-Parece que tu papá tenía la idea correcta.- Se burló la descarada humana, pero Chara no estaba muy impresionado.
-Eres una criminal,- dijo -Una asesina. Una alimaña.
-¿Criminal…?- repitió la humana -¡No, yo soy justicia!
La adolescente disparó dos veces. La primera bala penetró la garganta de Chara. La segunda su cabeza.
***
Chara se agarró el cuello y casi tropezó con la trampa del pozo. Esta vez el resultado había sido peor. El dolor era solo una memoria, pero aún resonaba en la mente de Chara. Ahora le tocaba a la intrusa sangrar.
Chara corrió hacia el area remota de las Ruinas donde estaba su presa. Al doblar una esquina, una bala agrietó una de las paredes tan solo a unos centímetros de distancia de la cabeza de Chara. Chara retrocedió tras la pared para protegerse, esquivando la segunda bala por muy poco.
-P-p-po…- Chara se calló por un momento para reajustar su voz, disgustado por sonar tan temeroso. La humana se estaba acercando. Chara intentó tragar saliva, pero su garganta estaba seca.
-Podemos hacer esto todo el día si gustas- dijo Chara con mas confianza de la que sentía.
-Te mataré cuantas veces sean necesarias- contestó la humana.
-Eso parece un poco excesivo- dijo Chara mientras trataba de ajustar su cuchillo para tartar de ver a la humana por el reflejo de la hoja metálica. No funcionó. -Yo ni siquiera te he hecho nada.-
-¡TU MATÁSTE A MI AMIGA!- gritó la indignada humana.
-Ah, entonces tu eres el amigo…- dijo Chara mientras se agachaba para recoger algunas hojas marchitadas que había en el suelo. -Si mal no recuerdo, tu amiga dijo que le gustaría pasar mas tiempo en el Subsuelo. Le hice un favor.-
-¡Cállate! No te atrevas a hablar de-
Chara aventó las hojas fuera de su escondite y la humana disparó su arma impulsivamente. Tomando ventaja de que cada disparo necesitaba una pausa, Chara salió de su escondite y se abalanzó contra la humana blandiendo su cuchillo.
Chara había calculado mal. La niña estaba fuera de su alcance.
La humana ajusto su posicion y disparó tres veces en rapida sucesión. Dos de las balas fallaron, pero la tercera rasgó el codo de Chara. Chara soltó el cuchillo y calló al suelo aullando tan fuerte de dolor que sus gritos ahogaron el sonido del click-click-click de la pistola vacía.
Claro, los gritos. Que indignante. Chara sofocó su voz y se esforzó para levantarse. La niña había retrocedido, ahora buscaba algo con que reemplazar a su pistola vacía. Sus ojos se enfocaron en el cuchillo de Chara.
Pero Chara no iba a darle esa oportunidad. Aferró su brazo herido y se concentró. Necesitaba…
***
Un nuevo comienzo. Furioso, Chara sacó su cuchillo e irrumpió hacia las Ruinas. La niña tenía el arma superior de su lado, pero Chara tenia la inmortalidad en el suyo.
Pero imortalidad e invulnerabilidad no eran la misma cosa. Chara se detuvo y observó su brazo restaurado. Necesitaba cambiar su método.
Nuevo plan.
Chara envainó su cuchillo y caminó con cautela.
-¡Niña, ya es suficiente!- dijo, su voz haciendo eco -Me gustaría llamar una tregua.-
No hubo respuesta. Chara continuó caminando y volvió a hablar.
-Tengo una propuesta que nos beneficiará a ambos.
Chara sintió que una bala rozó contra su cabeza, y el sonido del disparo retumbó a través de el pasillo. Chara retrocedió, pero antes de hacerlo logró vislumbrar a la adolescente ocultarse tras la Puerta del siguiente cuarto. Chara resistió el impulso de perseguirla, y en vez de eso alisó su ropa y su cabello. Había hebras de cabello rotas y quemadas por donde había pasado la bala.
-¿No te cansa este juego, humana?- preguntó Chara -Ríndete y te reuniré con tu amiga.-
-No haré un trato con el demonio- contestó la adolescente sin salir de su escondite.
Chara soltó una risa sofocada. -¿Abandonarías una buena oportunidad por una razón tan insignificante?-
-Tu la mataste.
-Y tu me mataste a mi. Pero aún así vivo.
La humana salió de su escondite y apuntó su arma a Chara. Sus ojos brillaron con una amenaza familiar.
-Espera- dijo Chara levantando las manos -Haz visto mi poder. Serías una tonta en no utilizarlo a tu ventaja. Si me matas perderás tu oportunidad de ver a tu amiga otra vez.-
La humana pareció dudar por un momento, pero al final volvió a apuntar su pistola.
-No voy a matarte.- dijo -Voy a ejecutarte.-
La humana apretó el gatillo y Chara se movió a un lado justo a timepo para esquivar la bala, pero su brazo había sido razgado. Por fortuna, no era nada serio.
-¡Muy bien, haz lo que quieras!- gritó Chara -¡Le diré a tu amiga que elegiste abandonarla!-
Y con eso, Chara salió corriendo hacia el lugar donde se encontraba el cuerpo de la humana anterior.
-¿Que? ¡Espera! ¡Regresa!- La adolescente corrió tras él -¡No te atrevas a tocarla!-
La humana persiguió a Chara por un pasillo y apuntó su pistola y disparó dos veces. Dos veces falló. Chara desapareció de su vista tras dar la vuelta en un rincón y la humana aceleró el paso.
La adolescente entró al siguiente cuarto con la pistola por delante y Chara, quien la estaba esperando para emboscarla, le cortó la mano con su cuchillo. La niña dio un grito y su arma cayó al suleo junto con un par de dedos cortados. La sangre brotó de la mano herida y la adolescente se tiró al suelo gritando de dolor.
Chara se quedó estupefacto. Miró a los dedos desmembrados y luego a su ensangrentado cuchillo y se rió.
-Mira nada más.- dijo -Es un cuchillo muy filoso, ¿no?-
La humana presionó su mano ensangrentada contra su vientre e intentó recuperar la pistola con su mano sana, pero Chara la agarró antes de que la niña pudiese alcanzarla. Era un arma sorprendentemente bonita y muy bien cuidada. Sin contar las recientes manchas de sangre, estaba impecablemente limpia y tenía una incrustación de perlas en el mango. Era la clase de pistola que Chara podía imaginar colgada sobre el manto de una casa suburbana.
-Si he estado contando correctamente,- dijo Chara mientras apuntaba la pistola hacia la humana -Queda solo una bala.-
Chara empezó a apretar el gatillo. La humana lo miró con el ceño fruncido mientras las lágrimas le corrían por la cara.
-Dijíste…- dijo con un gemido -Dijíste que podías reunirnos. ¿Es eso cierto?-
Chara sonrió -Sí. Estarán juntas por siempre.-
***
Después de escoger una parte del cuarto que no estubiera manchada de sangre, Chara sacudió el contenido de la mochila de su víctima. Al suelo cayeron una chaqueta ligera, una brújula, una linterna, una cuerda, maquillaje, y dos botellas rectangulares de soda hechas de un extraño material parecido al papel. También había un cuadrado de metal parecido a un espejo compacto, pero cuando Chara intentó abrirlo, la hora y palabras que solicitaban credenciales aparecieron en la parte superior del objeto. ¿Tal vez era un reloj, o una especie de comunicador? Chara lo puso en la pila de objetos que iba a descartar.
Chara abrió una billetera negra con un diseño de telaraña en el frente, y en su interior encontró un poco de dinero y un par de tarjetas perforadas. ¿Tarjetas perforads en esta época? Ridículo. En la parte de atrás de la billetera había una tarjeta de identificación que tenía el nombre de una escuela preparatoria y la fecha del año 2076. La foto de la humana la mostraba sonriente y con un peinado menos ridiculo con el que habia llegado hoy. Pero cuando Chara vió el nombre de la humana se estremeció.
Porque el apellido de la humana… era el mismo que el de Chara.
Chara dejo caer la billetera y agarró la tarjeta con ambas manos, y leyó la palabra una y otra vez. ¿Que es lo que habia dicho la humana anterior, la de el delantal? ¿Que había un parecido entre Chara y su amiga?
-Coincidencia.- murmuró Chara aventando la tarjeta en la pila de objetos que iba a descartar y miró hacia los contenedores de almas que había traído. Uno tenía un alma verde, el otro un alma amarilla.
-O tal vez… es el destino.-
El Guardián de las Ruinas, Interludio: Justicia, Texto
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Cuento Original
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¡Feliz día de San Valentín!
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¡Felíz Año Nuevo!  ¡Y felíz cumpleaños, Frisk!
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¡Felices Fiestas a todos! Saludos de Santa, Rudolph, y un perfectamente ordinario Árbol de Navidad.
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Interludio: Amabilidad
Primavera del 2031
Hoy debería haber sido un maravilloso día. Después de todo, era un día con el que Chara había soñado durante los últimos 3 años, regresando y reseteando el tiempo, esperando que el destino le concediera otra alma humana. Y hoy, se le había concedido su deseo. Descansando tranquilamente bajo la sombra del viejo árbol negro de las Ruinas, el humano estaba prácticamente esperando en la entrada de su casa. Era una niña, mayor en edad que los humanos anteriores, una adolescente. Un pedazo de tela manchado de sangre envolvía parte de su pierna, pero no parecía tener otras heridas. La humana tenia una sonrisa inquebrantable en el rostro, y sus verdes ojos brillaban de felicidad.
Pero claro, Chara no podía ser tan suertudo.
Un monstruo compañero del humano arruinaba la imagen. Chara lo reconoció: era un joven miembro de la familia Whimsun, apenas en la escuela primaria. El pequeño era claramente responsable de que la humana hubiese sobrevivido las trampas; ya que éste se escondió detras de ella, como si estuviera conciente de su culpa.
La adolescente no pareció percatarse de la incomodidad del monstruo, y se volteó para saludar al guardian de las ruinas.
-¡Hola! – dijo la humana en un tono alegre -¡Usted debe ser Chara!
La disposición amigable de la humana causó que Chara se erizara.
-Tú. – dijo -Cual es tu nombre.
-Oh! – dijo la humana -Mi nombre es-
-No tú. – Chara le interrumpe, apuntando al pequeño monstruo -Él.  
El monstruo salió de su escondite.
-S-soy Whimsy- respondió cabizbajo -Lo siento, Chara. Sé que no debería estar aquí… por favor no les digas a mis padres.
-Ya veremos eso. – dijo Chara -Ven aquí.
Whimsy aleteó hacia Chara, volteando hacia atras con una mirada de disculpa. La humana arqueó una ceja y empezó a levantarse, a lo que Chara le ladró
-No. Tú quédate ahí.
La adolescente vaciló un poco, pero obedeció. Chara dirigió su atención hacia el monstruo y le habló en voz baja, cuidando de seguir vigilando a la humana.
-¿Hace cuanto que llegaron aquí, Whimsy? – preguntó Chara
-A la hora del almuerzo… al mediodía. – respondió Whimsy
Chara miró su reloj. Ya habían pasado las dos de la tarde, y Chara había creado un punto de salve hace solo una hora, demasiado tarde para evitar que Whimsy interfiriera.
-Y el humano. ¿Cuando fue que llegó al Subsuelo?
-No lo sé. – dijo Whimsy -La encontré pidiendo ayuda bajo el enorme agujero al final de las Ruinas.
El tiempo no podía haber estado peor. No importaba cuantas veces Chara regresara el tiempo: esta confrontación entre los tres ya era inevitable. Chara a veces hacía salves en momentos inoportunos, pero casi nunca eran así de malos.
Agitado por el silencio, Whimsy continuó hablando.
-Está herida, Chara…
-No importa si está herida. – dijo Chara, quien luego vajó un poco más la voz -Sabes bien lo que le pasó a Asriel.
Whimsy puso los ojos muy abiertos -¿Que le pasó a Asriel? – preguntó.
Genial. Whimsy era demasiado pequeño para recorder lo que le había ocurrido al príncipe. Y los anécdotas no eran exactamente aptos para contárselos a un monstruo de edad tan temprana. Chara suspiró exasperado. Luego tenría que presenter una apelación al departamento de educación para que enseñaran esta historia en las escuelas. Y para colmo, la humana seguía observándolos.
Chara sacó una llave de su bolsillo, cerrando la puerta de entrada de la casa con seguro.
-Whimsy, ven conmigo. – dijo Chara, hacienda un gesto para que el monstruo lo siguiera.
Whimsy asintió con la cabeza y Chara caminó en dirección a la humana y pasó de largo.
-Permanece ahí. – le dijo mientras pasaba -Regresaré por ti.
- ¡Adiós Whimsy! – gritó la humana - ¿Te volveré a ver pronto, verdad?
-A… Adiós… - Whimsy respondió, pero si iba a decir algo más, no tuvo la oportunidad.
Chara extendió su mano para guiar a Whimsy hacia la salida del sur. Caminaron hacia el pasillo de la izquierda, donde al final había una Puerta que daba hacia la ciudad de Hogar.
Aunque las Ruinas se estaban desmoronando, Hogar seguía lleno de vida y actividad. En este cuarto, Chara y Whimsy tenían vista al paisaje de la ciudad que desafortunadamente era oscurecido por un enorme portón de metal que envolvía la ciudad como si fuese una jaula. Chara estaba consiente de que monstrous lo suficientemente pequeños como Whimsy podían pasar enter las barras, pero nunca imaginó que alguien pudiera ser lo suficientemente valiente o estúpido como para entrar a las Ruinas sin permiso. No solo estaba prohibido por la ley; el portón había sido erigido para proteger a Hogar de los humanos. Sólo estaba permitido entrar y salir por el portón si Chara si Chara estaba de acompañante.
Ahora que por fin estaban fuera fuera del alcance del oído de la humana, Chara regañó a Whimsy por haber entrado a las Ruinas, y le explico en morboso detalle el incidente de Asriel. Sin importarle la mirada de terror de Whimsy, Chara procedió a amenazarlo con reportarlo con las autoridades y con sus padres por haber desobedecido la ley. Como Chara esperaba, Whimsy se desmoronó pidiendo disculpas y rogando a Chara que por favor no lo acusara con sus padres. Chara hizo un trato con el pequeño monstruo; si Whimsy juraba no decirle a nadie sobre el humano, Chara no lo reportaría. Hecho esto, Chara abrió la reja del portón y dejó que Whimsy, que ahora estaba muy solemne, entrara.
-Espera…- dijo Whimsy, rogando con los ojos -No te enojes con ella, ¿está bien? Sé que los humanos son peligrosos, pero ella es muy linda…
Chara abrió la boca para protestar, pero se detuvo y cambió tácticas.
-Lo tomaré en cuenta – dijo -Si es tan inofensiva como dices, La dejaré ir.
-¿En serio?
Chara sonrió -Si veo que es digna, por supuesto.
Whimsy suspiró aliviado, pero su tranquilidad no duró mucho, ya que Chara le record que si alguien se enteraba de su pequeña aventura, las consequencias serían graves. Whimsy se dirigió a su casa y Chara cerró el portón, esperando a que el monstruo estuviera fuera de vista antes de soltar un suspiro.
Por fin, de vuelta al trabajo.
Chara se sorprendió al regresar al árbol de la entrada. La humana se había puesto en pie, y era alta. Desconcertantemente alta. Desde una cierta distancia, Chara podría haberle confindido por una adulta si su rostro y sus desgrabadas extremidades no la hubiesen delatado. La humana llevaba atado a la cintura un delantal manchado de lodo y comida, ye an la mano tenía una sartén. ¿Siempre había tenido eso? ¿Y para que necesitaría esa cosa?
Chara se tomó un momento para arreglar su túnica. Consideró hacer un punto de salve, pero al final decidió no hacerlo, en caso de que fuera necesario repetir la plática con Whimsy. Chara se acercó a la niña con su mejor sonrisa, pero si la mirada escéptica de la humana era alguna indicación, su sonrisa no era muy convincente.
-Hola, humana. – dijo Chara -Me presentaría, pero parace que ya sabes quien soy. Pero bien, mi nombre es Chara, guardian de estas ruinas. Es desafortunado que no fuera yo el primero en saludarte.
La humana observó la Puerta detrás de Chara.
-¿Dónde está Whimsy? – preguntó.
-Su hogar.
-¿Como la ciudad?
La sonrisa de Chara titubeó. ¿Que más le había contado Whimsy?
-Sí. – le contestó en tono corto -Y es tiempo de que te vayas tú tambien.
La humana lo miró con ojos muy abiertos.
-¿Puedes llevarme a casa? – preguntó -¡Pero Whimsy me dijo-!
-Whimsy no sabe lo que yo sé. – Chara dió la vuelta en dirección a las ruinas -Sígueme.
La adolescente dudó un poco pero decidió obedecer, y rápidamente alcanzó a Chara en unos pocos pasos. Fue entonces que Chara confirmó que la humana era más alta que él. Que molestia.
Había varios cuartos entre los humanos y su destino. Chara habría preferido caminar en silencio, pero su curiosidad era tan intensa que al final habló.
-Dime. Por qué tienes eso.
-¿Que cosa? – preguntó la huama.
-¿Que no es obvio? – dijo Chara, fulminando a la humana con su mirada -En tu mano. ¿Es esa un arma?
-¿Un arma? – dijo la humana incrédula -¡No, no, esto es para cocinar! Pero, supongo que me veo algo extraña cargando con una sartén, ¿eh?
Chara no le responde, pues ha vuelto a mirar hacia el frente. Fuera con eso ya.
-Bueno,- la adolescente continuó -yo estaba acampando con un amigo; queríamos intentar cocinar sobre una fogata. Nunca lo habíamos hecho, así que intentamos cocinar un poco de todo: patatas, chorizo, y hasta panqueques. La mayoría de lo que cocinamos se quemó, pero pudimos comor unas pocas cosas antes de… antes de…
Chara oyó que la humana había dejado de caminar. Se dió la vualta para mirarla y vió que la joven campista estaba abrazando su sartén, y que estaba cabizbaja. En ese momento, la humana se veía pequeña.
Chara se dió y siguió caminando -Continuemos. – dijo
La niña lo siguió obedientemente sin decir palabra hasta que llegaron al cuarto con baldosas agrietadas. El piso estaba completamente intacto; evidentemente Whimsy había sido un bien guía. Tomando las circumstancias en cuenta, probablemente era mejor así. Después de todo, Whimsy no era lo suficientemente fuerte para presenciar la muerte de un humano. Pocos monstruos lo eran.
Chara volvió a mirar a la humana y fingió no notar que los ojos de ella estaban rojos e inchados.
-Ya sabes como resolver este obstáculo. – dijo -Sígueme con cuidado.
La adolescente asintió, y cuidadosamente siguió los pasos de Chara.
-Oye, Chara…- dijo la adolescente sin percatarse de que Chara había hecho una mueca a su tono de confianza -Me recuerdas a mi amigo. Eres muy serio y callado, igual que él, y también tienen un cierto parecido. Digo, no es que sean idénticos o algo así, pero siento que te me eres familiar por eso. ¿Sabes?
-No.
-Oh… okey, bueno…- la humana terminó de resolver el obstáculo, y ladeó la cabeza para ver mejor el rostro del guardian -De todas formas es algo lindo…
La humana volvió a sonreír y nerviosamente apartó la mirada.
-Yo pienso que si realmente eres como mi… mi compañero,- dijo -entonces sé que aunque no parezca, tú eres una muy buena persona, Chara.
Chara estuvo un poco sorprendido por el cumplido. Por primera vez desde que su encuentro, Chara le sonrió a la humana, esta vez de forma sincera.
-Es muy amable el haberme dicho eso. – dijo -Pienso que tienes razón.
La adolescente se relajó al oír la respuesta positive de Chara.
-¡Estoy segura de que eres bueno! – dijo -Pero necesitamos continuar. Mi amigo me necesita, y he pasado demasiado tiempo aquí.
-Por supuesto. – tarareó Chara -Pero primero, date la vuelta y despídete de éste lugar. Después de todo, esta es la última vez que verás el Subsuelo.
La humana, confundida, miró a Chara pero hizo lo que se le instruía.
-Supongo que tienes razón. – dijo
Con cuidado, la humana caminó hacia la derecha para ver mejor el corridor al otro lado del cuarto.
-Estaba tan preocupada por encontrar una salida que no me tomé el tiempo de apreciar este lugar. – dijo ella -Sabes, desearía haberme quedado un rato mas. Tal vez hacer algo lindo para Whimsy.
-Eso se puede arreglar. – dijo Chara
Antes de que la humana pudiera contestar, Chara la empujó por los hombros hacia el frente. La niña cayó hacia el suelo agrietado, el cual se rompió con el impacto, revelando una caída de tres metros. La niña gritó al caer, pero fue silenciada al hacer contacto con las muchas hileras de pinchos que le esperaban al fondo.
Chara nunca se acostumbraría a el sonido del impacto.
Chara había retrocedido varios pasos para evitar ser tirado hacia la trampa junto a su víctima. Observó el polvo que ondulaba alrededor del piso roto, y se dió cuenta de que aunque el ritmo de su corazón había aumentado, se sentía extrañamente tranquilo. Como si hubera terminado de matar a una rata que había estado destrozando la despensa, completar el espeluznante acto era un enorme alivio.
Chara se apartó unos rizos de pelo de la cara y respiró profundamente, disfrutando de su victoria.
Cuatro almas. No, cinco, incluyéndose él mismo. La salvación estaba casi al alcance.
El Guardián de las Ruinas, Interludio: Amabilidad, Texto
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Interludio: Perseverancia (Extra)
Chara limpia el interior de la casa minuciosamente, y deja el cuerpo de la humana con gafas en el jardín de enfrente para que los ayudantes de Muffet lo recogan. Aunque Chara tiene curiosidad de saber el proceso de Muffet, le preocupa que saber demasiado le traiga problemas, así que cierra las cortinas. Chara se dirige al cuarto de Asriel al terminar de limpiar el piso y asegurar el alma morada.
Afortunadamente, el único desorden en el cuarto de Asriel son las pertenencias de la humana y las hojas del cuaderno tiradas por todas partes. Con un suspiro, Chara se agacha para recoger los papeles. Dibujos de la flora local, notas sobre supuestos avistamientos de críptidos, y notas de diario de las opiniones y sentimientos de la humana. Todo es basura.
Chara se percata de que sobre la cama de Asriel hay una pagina rota: tiene un encabezado llamativo, escrito con enormes letras con pequeñas flores dibujadas alrededor: “¡¡6 de Febrero del 2056!!” dice, y abajo “¡Mi cumpleaños!”
Chara hace una pausa, y vuelve a leer.
¿2056? Tiene que ser un error.
Chara recoge lo que queda del cuaderno y lee las otras páginas. Todas fueroon escritas en el mismo año, la más reciente es 21 de Marzo del 2056.
Chara se sienta en la cama de Asriel, tratando de pensar en una explicación lógica para las fechas desiguales. ¿Quizás la humana viajó en el tiemp hacia el pasado? O algo alteró el flujo de tiempo en la Superficie, llevando a los humanos al futuro mientras el Subsuelo se mantuvo en su lugar.
No. Chara sacude la cabeza. Eso estaba al revés. Algo había alterado el flujo del tiempo aquí, y ese algo era él. Desde haber rozado con la muerte, Chara había regresado en el tiempo y así aseguró una vida libre de errores, verguenza y remordimiento. Y meintras el tiempo regresaba en el Subsuelo, en la superficie continuó normalmente. Chara nunca questionó cuánto había perdido con los años, pero ahora se enfrentaba con la sorprendente realidad: casi 30 años sacrificados por reintentos y reparos.
Chara siente una punzada de culpa, como si hubiese cometido una abominación contra las reglas del universo. Chara desdeña de sus sentimientos. No, él no ha hecho nada malo. Al contrario. Esto es como tienen que ser las cosas- como deben ser las cosas. De ésta manera Chara puede reunir todas las almas humanas necesarias y asegurarse de que los monstrous obtengan la libertad dentro de su corta vida. Necesitará ser agresivo con sus retornos en el tiempo, pero como ya había comprimido 42 años de la superficie en tan solo 13 años en el Subsuelo, obtener tres almas más sería sencillo.
Chara se levanta de la cama, pensando curiosamente en lo que le aguarda en la superficie. Deja los documentos a un lado y se dirige a la cocina, levantando el contenedor con el alma morada para mirarla de reojo.
-¿Que dices? - pregunta con una sonrisa torcida -¿Quieres que regresemos para que te entreviste? –
Chara pausa como para darle al alma tiempo para responder, y luego asiente con la cabeza en forma de burla.
-Ah, cierto. Sería una lástima tener que limpiar este desorden otra vez, ¿verdad?
Chara pone el contenedor en la mesa y ríe agudamente mientras se pasa la mano por el cabello.
-Supongo que tendré que guardar mis preguntas para el siguiente.
El Guardián de las Ruinas, Interludio: Perseverancia, Texto
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Cuento Original
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¡Felíz Halloween!
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INTERLUDIO: PERSEVERANCIA (RESUMEN)
Es Verano del 2028 en el Subsuelo. Chara está apunto de salir a hacer su diaria revisión de las Ruinas cuando Asriel lo interrumpe, pidiendole a Chara que considere darles a los humanos caídos mas oportunidad, pues no todos podrían ser tan malos como el que le causó su herida.
-¿Otra vez con este viejo argumento?¿En serio?- Chara suspire y mira su reloj. Por fortuna su último salve no fue hace mucho.
-¿”Viejo argumento”? No recuerdo...-
-Claro que no recuerdas. Ahora. Empecemos por el principio.
Chara regresa a un punto de salve que fue hecho antes de que Asriel le hiciera la pregunta, pero esta vez Chara está preparado para la confrontación. Comienzan a discutir, y cada vez que parece que Asriel no será convencido fácilmente, Chara regresa a su punto de salve e intenta una táctica distinta. Chara reinicia una y otra vez, hasta que por fin encuentran la combinación de palabras correcta para convencer a Asriel.
Exhausto pero satisfecho con su victoria, Chara se dirige a las Ruinas, felicitándose a si mismo por “salvar” a Asriel de una discusión incómoda y ser un buen compañero para él. Pero la sonrisa de Chara se desvanece al percatarse de un peculiar detalle: dentro de la vieja casa de los Dreemurr, hay un par de botas recargadas junto a la puerta de entrada. Chara no está solo.
Tras una rápida búsqueda, Chara encuentra a un pequeño humano dormido en la cama del cuarto de infancia de Asriel.
Enfurecido, Chara jala bruscamente las sábanas y le demanda al intruso que se valla. El humano despierta y se disculpa mientras se pone sus lentes. El humano es una niña pre-adolecsente vestida con ropa de excursión. Su mochila y su abrigo se encuentran en el piso, justo al lado de la cama. Chara interrumpe las disculpas de la niña y le exige una explicación: ¿Cómo se las arregló para atravesar las trampas? Pero la niña no parece escucharle y simplemente se pone a dar excusas por haber entrado a la casa. Chara se tranquiliza un poco, pero sigue irritado.
-No fue mi intención molestar. Verá, yo soy una investigadora. ¿O una excursionista? Estoy tratando de probar que los monstruos existen, o estaba, pero me perdí y caí por un agujero y ahora- bueno, pasaron cosas horribles, pero ahora que usted está aquí...-
-Suficiente.- Chara interrumpe, frunciendo el entrecejo. Se dirije a la lámpara y la prende. 
-Intentemoslo de nuevo.- Chara observa a la niña con desprecio, incapáz de siquiera fingir una sonrisa.
-Mi nombre es Chara, soy el guardian de estas ruinas y...- Chara hace un gesto a el cuarto -de esta vivienda. Nadie ha llegado hasta aquí sin my guía. Así que te preguntaré una vez más. Cómo lleguaste hasta aquí.-
La niña permanece callada por un momento, aprensiva. 
-Me tomó muchos intentos. Fracasé varias veces, pero… regresé. Regresé a la vida.
Chara siente que se le congela la sangre. 
-Explícate.
-No puedo. No se como funciona, pero lo anoté en mi libreta.- La niña se agacha para agarrar su mochila, y de ella saca una libreta grande de tapa dura. La niña empieza a abrir la libreta, pero cambia de parecer y en vez de eso la abraza como para consolarse a si misma. -Las primeras trampas fueron sencillas. Pulsé unos interruptores, y nadé alrededor del puente lleno de pinchos. Pero hubo un cuarto donde me caí. Y… morí.-
Chara permanece callado; comprende muy bien el fenómeno que ocurre. La niña le explica que tras morir, regresó a un punto anterior en las Ruinas, lo cual le dió una segunda oportunidad. Sin embargo, cuando trató de cruzar la trampa de azulejos agrietados por segunda vez, falló una y otra vez, en cada occasion aprendiendo un poco mas del obstáculo hasta que pudo resolverlo.
Chara empieza a sentirse atemorizado, y en su mente intenta formular un plan para anular la inmortalidad de la niña, pero luego la pequeña dice algo peculiar: incluso cuando resolvía la trampa, los bucles de tiempo continuaron, regresandole al mismo punto. Pero como la niña era tenaz, continuó resolviendo el obstáculo hasta que los bucles de tiempo cesaron, lo cual le permitió lleguar a la casa.
A Chara le pareció extraño que la niña hubiese retornado el tiempo sin querer, entonces le preguntó cuando fue la última vez que ocurrió un bucle de tiempo.
-Oh, eh…- la niña busca entre las páginas de su libreta, hojeando los papeles delineados y mirando su reloj. -Hace… ¿42 minutos? Vaya, se siente como si hubiera pasado hace mucho.-
Chara imita a la niña y observa su propio reloj. Su tensa expresión se relaja, y sonríe aliviado. 
-Conque eso es lo que ocurre,- Chara se ríe y sacude la cabeza, -y pensar que estaba tan preocupado.-
-¿“Preocupado”? Pero de que...-
-Humana.- Chara interrumpe, como si no la hubiera escuchado -Gracias por cooperar. Ahora sé que yo soy responsible por esta confusion.-
Chara extrae su cuchillo de debajo de los dobladillos de su túnica, provocando que la niña diera un grito apagado y retroceda hacia el colchón detrás de ella.
Chara mira su reflejo en la hoja de su cuchillo y luego torna su mirada hacia la niña 
-Corregiré esto.
Chara hace oscilar el cuchillo hacia la niña, pero ella bloquea el ataque con su libreta, causando que caigan páginas rotas al suelo debido a la fuerza del ataque. La niña corre, saliendo de la habitación y dirigiendose hacia la puerta de entrada. Pero antes de que la niña se acerque al final del pasillo, Chara le agarra de su jersey y la jala hacia atrás. Atrapada, la niña cambia de huir a pelear por su vida.
Dolor y adrenalina fluyen como sangre en las venas de la niña, trayendo con ellas una ferocidad que solo el pánico puede inspirar.
-Suéltame! Suéltame! Suéltame!- Grita la niña, cada vez con mas fuerza mintras araña y golpea como loca cualquier objeto sólido que esté al alcance. Abruptamente, Chara por fin la suelta, y la niña se tropieza un poco tratando de mantener el equilibrio mientras Chara retrocede.
La niña observa a Chara de arriba a abajo, frenéticamente buscando el arma. ¿La habrá soltado?
-No…
La voz de la niña vacila al verlo: el cuchillo encajado en su estómago. El dolor recorre su cuerpo, e instintivamente, la niña se arranca el cuchillo de su cuerpo. De repente, la niña se queda quieta, la desesperación visible en su rostro al darse cuenta demasiado tarde que tan solo ha acelerado su propia muerte. La niña cae al suelo de frente, el cuchillo ensangrentado cae de su mano, rozando el suelo.
Chara se queda con una expresión vacante. Se agacha en silencio para recoger el cuchillo y se dirige hacia la cocina. Hace una pausa y se observa a sí mismo. Las costuras de la manga de su túnica están rotas, y esta esta totalmente manchada de sangre. Un poco molesto, Chara se dobla ambas mangas y se lava las manos, el cuchillo, y otra vez las manos por si acaso. Se moja la cara con agua fría y se recarga contra el lavabo por unos momentos para componerse.
Tras un par de respires profundos, se seca con una toalla de cocina y abre un gabinete. Hay cuatro contenedores de almas adentro.
Chara sale de la cocina con uno de los contenedores, y se sorprende al ver que la niña consiguió arrastrarse hasta el final del pasillo, deteniéndose solo un metro antes de alcanzar la puerta de entrada.
-Que desastre.- Chara murmura. Con su mano libre, saca su teléfono y busca el nombre de Muffet. 
-Tu perseverancia es admirable, humana. Sin embargo. No te salvará.
Los ojos de la niña están desenfocados, y las lágrimas obstruyen la poca vision que le queda. Su voz es apenas un susurro.
-Monstruo...
El Guardián de las Ruinas, Interludio: Perseverancia, Texto
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Cuento Original
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Asriel es muy ingenuo. 
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Otro extra.
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¡Aprieta el gatillo, Asriel!
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De Arañas y Secretos
Resumen de la segunda mitad del Interludio: Integridad
En la parte anterior, Chara hizo que Asriel confesara su devoción hacia él, y luego recargó a su punto de guardado anterior. Éste punto fue hecho horas antes, justo cuando Chara terminó de enterrar el cuerpo del niño. Cuando Chara empieza a limpiarse la sangre, se percata de una araña espiándolo. Al principio, Chara intenta ahuyentarla, pero luego se le ocurre una idea y alega con ella.
-¡No te vallas! Tengo un mensaje para- la araña se adentra a una grieta en el suelo, pero Chara continua hablando -Solicito una audiencia con tu líder. Por favor dile que tengo una… propuesta de negocios.-
Una semana después, Chara recibe una invitación al salón de Muffet a través del telegrama de araña. En lugar de estar en Hotland, Muffet se encuentra en (Viejo) Hogar, administrando su nueva pastelería. Nervioso, Chara crea un punto de guardado y toca una puerta sin marca occulta en un callejón. La asistente de Muffet, una pequeña monstruo con aspecto de escorpión llamada Tarsus, abre la puerta. Ella guía a Chara a través de la mansión con aspecto de mazmorra y le deja una advertencia.
-Voy a darte un consejo, humano. La Señora Muffet es experta en negociaciones. Mantén tu ingenio sobre ti, o serás devorado vivo.
-Comprendo.
-Ya veremos.
Chara es guiado hacia un cuarto grande, con poca iluminación, llena de telarañas y adornada con muebles estilo Victoriano. Muffet saluda a Chara y le indica que tome asiento junto a la mesa de café, al lado opuesto de donde Muffet está sentada. Chara acepta una taza de té que las arañas le ofrecen, pero “casualmente” lo deja al notar que hay una araña muerta flotando en el líquido. Chara intenta iniciar el tema:
-Escuché que tienes manera de hacer… desaparecer cargas.
-¿Oh?- Muffet sonríe -¿Que te ha dado esa idea? Suena como algo demasiado pesado para una empresaria de un negocio tan pequeño como el mío.-
-No te hagas la tonta. Yo sé que tienes una red establecida aquí. Has estado haciendo favores por dinero sucio por… cuanto tiempo, ¿décadas?-
-¿Sucio…?- Muffet está perpleja, -Te aseguro que mi pastelería posee es de lo mas limpio, cielo. Y creo que la palabra ‘sucio’ describe mejor a el hecho de que que hace una semana enterraste el cuerpo de un niño, ¿no te parece? Uee hee hee~-
Viendo que ser discreto no estaba funcionando, Chara hace su propuesta: que la organización de Muffet se deshaga de los cuerpos de los humanos que él matara. Muffet le pregunta que ganaría ella a cambio, pero Chara amenaza con extorsionarla.
-No es secreto que eres un criminal, Señorita Muffet. Podrás engañar a los monstrous, pero no a mí. Tú piensas como un humano. Sobornas. Amenazas. Tratando con secretos y deshaciendote de las sospechas. Crees que tienes a todos envueltos en tus garras, pero esa manipulación termina aquí. Expondré tu imperio criminal a la mismísima Reina. A no ser. Que puedas hacerme un favor.-
Chara no puede evitar sonreír. Es la trampa perfecta. Muffet se queda callada, mirando su taza de té. A Chara le desagrada. 
-¿Y bien?
-Lo siento.- Muffet lo mira y le sonríe de manera apologética, -¿Puedes repetirlo? Estaba pensando en que no he alimentado a mi mascota.-
Muffet se levanta de su asiento y empieza a caminar de un lado a otro llamando a su mascota, mientras que Chara, confundido y enfadado, la sigue, y demanda que se tome en serio el asunto. Chara vacila al escuchar el sonido de unas enormes patas de insecto y un profundo gruñido. Chara gira sobre sí para encontrarse cara a cara con una enorme bestia, y apenas tiene tiempo de protegerse con su brazo antes de que el monstruo le pegue un mordizco, lo cual hace caer de espaldas a Chara. Chara grita cuando el monstruo encaja los dientes mas profundamente en su brazo izquierdo, y usa su brazo derecho para golpear desesperadamente al monstruo en su carnosa y pegajosa cabeza, sin efecto alguno. Mientras tanto, Muffet se pasea en su cuarto, hablandose a si misma.
-Es realmente una lástima. De verdad estaba interezada en tu propuesta. Después de todo, siempre he querido saber que sabor tiene la carne humana. Sin embargo, no creo que esto sea en vano. Tu sí tenías la razón en algo. Soy muy, muy adepta deshaciéndome de cargas.-
La bestia parte el brazo de Chara en dos, y luego…
Chara se encuentra de regreso frente a la puerta de entrada de Muffet. Con un jadeo ahogado, Chara empieza a sudar, y cae de rodillas mientras agarra frenéticamente a su brazo restaurado. Afortunadamente, Chara había tenido la precaución de Salvar antes de entrar al salón de Muffet, lo que le da otra oportunidad de confrontarla, si esque tiene el valor de hacerlo.
Después de una intensa lucha interna, Chara resiste el impulse de huir, y toca la Puerta. En esta occasión, las negociaciones van mucho más suaves, pues Chara ofrece pagar por los servicios de Muffet en lugar de recurrir a amenazas. Muffet acepta con entusiasmo, y le recuerda a Chara que el acuerdo require confianza.
-Mantendré tus secretos si mantienes los míos~- dice Muffet, extendiendo tres de sus brazos derechos.
Desconcertado, Chara toma el brazo de en medio. Muffet sujeta la mano de Chara con todas las seis suyas, y Chara es incapáz de conciliar lo mucho que está temblando. 
-Ahuhuhu~ Es un placer hacer negocios contigo, cielo~
El Guardián de las Ruinas, Interludio Integridad, Texto
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Cuento Original
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¡Felices Pascuas!
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Como asustar humanos, lecciones con Chara Dreemurr.
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El Guardián de las Ruinas, Interludio Integridad, página 152
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El Guardián de las Ruinas, Interludio Integridad, página 151
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El Guardián de las Ruinas, Interludio Integridad, página 150
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Comic Original
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