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mauriciomeschoulam · 7 days
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Israel-Irán: El factor Hezbollah
Publicado originalmente en El Universal: https://www.eluniversal.com.mx/opinion/mauricio-meschoulam/israel-iran-el-factor-hezbollah/
La noción de que el escudo antimisiles israelí es impenetrable no es precisa. Efectivamente, el sábado pasado Irán trató de penetrar ese escudo empleando cientos de misiles y drones. Asistido por una coalición internacional, Israel consiguió detener el 99% de esos proyectiles. Sin embargo, para quienes han seguido toda la conflictiva en Medio Oriente los últimos meses, no es novedad el que una de las milicias aliadas de Irán, Hezbollah, tiene un mucho mayor grado de eficacia al intentarlo. Por ejemplo, el 17 de abril, Hezbollah utilizó drones kamikazes y misiles Burkan en su ataque contra una base militar israelí. El ataque hirió a 18 soldados (un número muy superior que lo que Irán logró con sus cientos de misiles del sábado pasado). Hezbollah y el ejército israelí han aumentado la intensidad de sus intercambios a través de la frontera en los últimos días. Israel bombardeó el Valle de Bekaa en Líbano y el 16 de abril asesinó a un comandante de Hezbollah. A la vez, Hezbollah ha incrementado sus ataques utilizando misiles y drones más sofisticados. De hecho, a lo largo de los pasados meses, Hezbollah ha hecho enorme alarde en sus redes sociales cada vez que logra esquivar el escudo defensivo israelí con todos los daños que causa. Por tanto, cuando se analiza un potencial escalamiento entre Israel e Irán, el factor Hezbollah no puede ser omitido.
Un poco de historia y contexto
Hezbollah es el “Partido de Dios”, una organización política islámica libanesa de denominación chiíta que tiene una rama paramilitar, la cual fue fundada, armada, entrenada y financiada por Irán para contribuir a avanzar los objetivos estratégicos de Teherán y sus aliados tanto en Líbano como en otras partes de la región. En los años ochenta y noventa, Hezbollah luchaba contra la intervención israelí en el Líbano, así como en contra de los intereses estadounidenses y, en general, occidentales. No obstante, el retiro israelí de Líbano en el año 2000 no detiene la lucha de Hezbollah en contra de ese país, o en contra de sus intereses en distintas partes del mundo. Tampoco detiene su lucha en contra de cualquiera de los enemigos de Irán, entre quienes se encuentra por supuesto Washington.
Además de tener una impresionante capacidad armada en Líbano (lo que representa un poder militar más fuerte que el propio ejército de ese país), Hezbollah cuenta con presencia en Siria y en otras partes de Medio Oriente, siempre combatiendo a lado de Teherán y sus aliados. Adicionalmente, el ala política de Hezbollah compite en las elecciones en Líbano y se ha ganado una importante participación en el parlamento y el gobierno de ese país.
Distintas células de Hezbollah han cometido distintos ataques suicidas y otros tipos de atentados terroristas tanto en Líbano como en otros países del mundo desde hace décadas. Uno de los más sangrientos por el que miembros de esa organización tienen acusaciones formales (aunque el caso permanece irresuelto) fue cometido en 1994 en Buenos Aires en contra de la Asociación Mutual Israelita Argentina, el cual causó 85 muertes y cientos de heridos. Ese y otros atentados han resultado en la denominación de agrupación terrorista por parte de EU y de otros gobiernos. Pero como hemos comentado, el terrorismo no es sino una táctica de violencia que busca fines específicos, y Hezbollah no únicamente se ciñe a esa táctica.
Estamos hablando de una organización compleja, que además de utilizar el terrorismo, cuenta con una base electoral, política, económica y militar en Líbano y en otras partes de Medio Oriente, cuyas fuerzas de combate están entrenadas en tácticas de guerra frontal y en tácticas de guerrilla, que cuenta con un poderoso arsenal de misiles y a quienes pocos pueden restringir incluso en su propio país. Las prohibiciones de Naciones Unidas en cuanto a las transferencias de armamento de Irán y Siria a esta organización han sido imposibles de llevarse a efecto. Hezbollah ha sostenido distintos enfrentamientos con Israel, el mayor de ellos en 2006, año en el que incluso a pesar de haber penetrado Líbano nuevamente, el poderosos ejército israelí fue incapaz de derrotar a la agrupación islámica.
Ahora bien, como dije, Hezbollah es una organización chiíta, aliada de Irán y del presidente sirio Assad, a quien ayudó a combatir en la guerra interna que éste ha librado desde el 2011. Por consiguiente, a medida que la pugna entre musulmanes sunitas y chiítas creció en diversos frentes, Hezbollah, naturalmente, como parte del eje chiíta, se ubica posicionado directamente en contra de organizaciones sunitas como Al Qaeda o como ISIS. Hezbollah llegó a estar enfrentada también con Hamás durante cierto período en la década pasada, aunque posteriormente se reconciliaron.
Entre otras cosas, Hezbollah lleva años intentando buscar aliados y establecer redes globales, lo que incluye a nuestro continente. Considere usted lo siguiente: en una entrevista del 2019 con el New York Times, el exjefe de inteligencia de Venezuela, Hugo Carvajal, relata cómo Tareck El Aissami, entonces ministro del interior de Venezuela, había buscado acercamientos con Hezbollah e Irán desde años atrás. Ya desde entonces, las visitas venezolanas a la región que incluían Damasco y Teherán, buscaban también establecer contactos con la milicia libanesa. De igual modo, desde entonces se documentó la presencia de Hezbollah en Venezuela buscando financiamiento para sus actividades a través de tejer redes y contactos en distintas partes de América Latina. Por ejemplo, hubo varios reportes acerca de que Hezbollah y organizaciones criminales latinoamericanas utilizaban las mismas redes de lavado de dinero. Carvajal indica que El Aissami llegó a proponer un plan para que militantes de Hezbollah fueran a Venezuela para trabajar en colaboración con combatientes de las FARC.
Más allá de Venezuela y Colombia, una y otra vez han emergido reportes de la presencia o actividades de Hezbollah en otros países latinoamericanos, el nuestro incluido.
Hezbollah en el contexto del actual conflicto Hamás-Israel
1. Sin detenerme en los detalles de la compleja historia que existe entre Hamás y Hezbollah, solo afirmar que a medida en que Hamás fue restaurando sus relaciones con Irán tras un distanciamiento prolongado, también las relaciones entre Hamás y Hezbollah se fueron reconstruyendo.
2. Es muy probable que, tras sus ataques del 7 de octubre contra Israel. Hamás esperaba que Hezbollah se sumara a la lucha de manera más activa. Israel mostraba enormes vulnerabilidades y el tener que librar un conflicto en dos frentes ofrecía una oportunidad de oro para dañarle de manera histórica.
3. Como contexto, de todos los aliados de Irán, Hezbollah es la agrupación percibida en Israel como su mayor amenaza inmediata (toda vez que su patrón, Irán, se podía dar el lujo de evadir un conflicto directo con Israel mientras que contaba con brazos como Hezbollah para golpear a su enemigo). En 2006, el último enfrentamiento mayor entre Israel y esa organización, las hostilidades terminaron en una especie de empate (el cual en Israel fue percibido con sabor muy agrio, ya que las metas enunciadas, “la destrucción” de esa organización, no se consiguieron). Hezbollah tiene unas 10 veces la fuerza de Hamás, y una escalada mayor que involucre a esa agrupación sería no solo desastrosa para Líbano sino también para Israel.
4. Hasta hace unas semanas al menos, Hezbollah había decidido calentar su frente con Israel solo mediante intercambios de fuego relativamente limitados, pero sí suficientes como para haber ocasionado la evacuación de decenas de miles de residentes israelíes del norte del país, y tener al ejército israelí distraído, considerando siempre la posibilidad de que dicho frente se encienda más.
5. Dicho eso, había otros factores que restringían las acciones de Hezbollah. Esto incluye la desaprobación que hay en Líbano acerca de la posibilidad de ser arrastrados a un enfrentamiento con Israel, o bien, otros como la disuasión que había ocasionado la presencia incrementada de Washington en la región, así como las amenazas de Biden.
6. Aún así, Hezbollah ha llevado a cabo más de 1200 ataques contra Israel desde octubre, causando 18 fatalidades y decenas de heridos. Israel de su parte ha respondido con más de 4500 ataques contra esa agrupación causándole más de 290 muertes (INSS, 2024). Esto muestra no solo la disposición de Hezbollah a absorber un elevado costo por sus actos, sino, sobre todo, que las respuestas de Israel hasta este punto han sido incapaces de disuadirle.
Los cambios y consideraciones actuales
1. Pero a partir del sábado pasado todo cambia. Por primera vez en toda la larga historia de su enfrentamiento de “bajo perfil”, Irán opta por atacar territorio israelí ya no mediante terceros sino de manera directa desde su territorio. Hezbollah se sumó a la ofensiva de aquel sábado más de manera simbólica que consecuente, pero sí enviando el mensaje de que dada una escalada del conflicto Irán-Israel, esa agrupación participará en las hostilidades.
2. Esto lo que hace, en realidad, es aumentar los riesgos preexistentes, puesto que, como hemos dicho, la conflictiva Israel-Hezbollah también tiene una dinámica propia y corre por un canal paralelo al tema de Irán. Una muestra de ello es la disposición tanto de Israel como de Hezbollah de ir aumentando el nivel y letalidad de los ataques que hasta ahora se cometen.
3. Ahora bien, como dije arriba, para Israel, el riesgo de Hezbollah dentro de todo este rompecabezas no es menor. Primero, por la cercanía geográfica. A diferencia de Irán, Hezbollah está posicionada en la frontera entre Líbano e Israel. Esto le brinda la oportunidad de enviar misiles contra Israel (miles de los cuales tienen capacidades similares a las que Irán puede enviar desde su territorio, dado que son provistos a Hezbollah precisamente por Teherán) los cuales alcanzan su objetivo en un lapso de tiempo mucho menor. Es por ello que, en el curso de los últimos meses, Israel ha sufrido daños mucho más considerables por los misiles de Hezbollah que lo que observamos el sábado pasado mediante el ataque directo desde Irán. Pero adicionalmente, el mayor temor de Israel tiene que ver con la posibilidad de que combatientes de Hezbollah penetren su territorio y lleven a cabo ataques similares a los que Hamás perpetró el 7 de octubre. Esa es una de las razones por las que Israel ha evacuado a decenas de miles de civiles de la zona.
4. Un elemento adicional: al igual que Hamás, Hezbollah tiene toda una infraestructura militar posicionada en zonas civiles, una táctica que empleó con brutal eficacia en su enfrentamiento con Israel en 2006. Con ello, cada vez que la aviación israelí bombardeaba los sitios “desde donde se lanzaban los misiles”, la cantidad de víctimas inocentes entre la población libanesa crecía dramáticamente. Esto, ya desde 2006 generó un fenómeno que actualmente nos es familiar: la imagen de Israel resulta enormemente vulnerada, y con ello las presiones políticas para detener su ofensiva—tal como ocurrió en 2006—aumentan.
5. En este último sentido, considere lo siguiente: según un informe de hace unas semanas, Hezbollah está viendo una gran oportunidad para erosionar la legitimidad de Israel en Occidente, y así asestar “un golpe fatal” a la “entidad sionista”, según expresó su líder Hassan Nasrallah (Daoud, 2024). La estrategia consiste en insertar las metas de Hezbollah, tal y como lo ha hecho eficazmente Hamás, en el lenguaje de la lucha de resistencia en contra de un “estado de colonos blancos europeos racistas”, dentro del cual, cualquier actor que pelea en contra de ese estado, forma parte de la resistencia global contra el colonialismo, el racismo y la discriminación. “Todavía necesitamos tiempo hasta llegar a la etapa del golpe mortal”, dijo Nasrallah, “pero mientras tanto estamos ganando”.
6. Esto aporta entonces a Hezbollah una múltiple eficacia: Primero, una capacidad de daño material que supera con mucho a Hamás, que en ciertos casos puede incluso superar la capacidad de Irán para penetrar el escudo antimisiles israelí (dado que cuenta con un arsenal provisto justo por Irán); segundo, una capacidad operativa que le brinda el haberse entrenado como una guerrilla con grandes habilidades (que además de todo tiene reciente experiencia de combate en la guerra civil siria). Y tercero, una capacidad de enorme daño simbólico, psicológico y político en contra de Israel.
Es por toda esa combinación de factores que el tema de Hezbollah no puede ser excluido de la ecuación, cuando se considera la panorámica actual en ese complejo rompecabezas.
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19 de abril 2024
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mauriciomeschoulam · 7 days
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Israel-Irán: ataque limitado de Israel…por ahora
Publicado originalmente en El Universal: https://www.eluniversal.com.mx/opinion/mauricio-meschoulam/israel-iran-ataque-limitado-de-israelpor-ahora/
Cuando ABC News reportó varias explosiones en Siria, en Irak y en Irán, las tensiones se elevaron al máximo punto en todo el globo. Funcionarios estadounidenses habían filtrado la noción de que Israel no atacaría hasta después de la Pascua judía (es decir, dentro de más de una semana). También indicaron que se trataría de un ataque limitado. Paralelamente, Irán había amenazado que si sufría una agresión que violara su soberanía (lo que podría incluir sus instalaciones nucleares, pero no solo ello), respondería masiva e inmediatamente. Por ello, la primera señal que buscamos, mientras obteníamos la confirmación del ataque israelí y su dimensión, era la relacionada con una potencial respuesta por parte de Teherán. Esa respuesta no llegó. Funcionarios iraníes restaron importancia al ataque sufrido, incluso algunos negaron que hubiese ocurrido tal ataque. Efectivamente, conforme pasaron las horas observamos que la respuesta israelí sí había llegado antes de lo esperado, pero también era por ahora, por lo visto, un intento por enviar el mensaje de que buscaba desactivar la espiral actual. Esto no significa, de ninguna manera, que la situación ha quedado resuelta. De lo que podríamos estar hablando, más bien, es del retorno de las hostilidades Irán-Israel hacia el territorio de una guerra de bajo perfil o de baja intensidad. Eso habrá que evaluarlo en los próximos días o semanas. Acá unos breves apuntes al respecto:
1. Como he explicado ya en varios textos, debemos entender la última escalada Israel-Irán como un eslabón más de una larguísima cadena. No repito la historia de esa conflictiva. En los apuntes de hoy, me concentro exclusivamente en lo de los últimos días.
2. El sábado 13 de abril, Irán optó por responder contra Israel. Lo hizo empleando al mismo tiempo los siguientes elementos: Primero, tras el ataque israelí a sus instalaciones consulares en Siria y sobre todo, el asesinato de un general de alto perfil de las Guardias Revolucionarias, su represalia sobrevino de manera no inmediata: esperó 13 días para implementarla. Segundo, durante todos esos días dejó saber que la respuesta era inminente y permitió filtraciones que predijeran el tipo de ataque que lanzaría (funcionarios estadounidenses dejaron saber a los medios que se trataría de un ataque contra territorio israelí que incluiría al menos a cientos de drones y varias decenas de misiles), esto permitió a todos los actores involucrados un grado importante de previsión, incluso acerca del tiempo en el que su represalia podría llegar. Tercer elemento, sin embargo, su ataque no fue menor. El lanzamiento de 150 drones suicidas, acompañado por decenas de misiles crucero, y, sobre todo, de 110 misiles balísticos (de los misiles más sofisticados y poderosos que existen), no es un ataque que pueda ser considerado poco significativo, todo lo contrario.Es decir, al factor predicción, Irán añadió un importante mensaje de fuerza.Independientemente de su fracaso en conseguir daños debido a la alta eficacia de los escudos antimisiles y fuerzas aéreas de Israel y varios países que le asistieron, Irán comunicó eficazmente que si Israel continúa atacando sus posiciones como lo ha hecho a lo largo de muchos años, ahora sí responderá. Lo hará de manera directa (a diferencia del pasado), desde su propio territorio (a diferencia del pasado), contra territorio israelí (a diferencia del pasado) y masivamente (también a diferencia del pasado).
3. Por lo que sabemos, Israel estuvo a nada de responder de manera inmediata y proporcional, es decir, también masivamente. Sin embargo, EU y otros aliados intervinieron para atemperar la respuesta israelí. Al interior de ese país el debate giraba no en torno a si Israel debía o no responder (pues había consenso en que debía hacerlo), sino en torno a la dimensión de su respuesta. El sector más duro afirmaba (y afirma) que no se podía permitir a Irán un ataque de semejante dimensión sin regresarle un poderoso mensaje que le obligara a recalcular acciones similares en el futuro. El no responder con fuerza, en su visión, es una invitación para que Irán repita los ataques directos contra territorio israelí. Por otro lado, en la comunidad de análisis y también entre diversos políticos del país, se estimaba que estratégicamente era mejor conservar unida la coalición de países que habían contribuido con la defensa de Israel (lo que incluyó a Jordania de manera directa e incluso a Arabia Saudita de manera indirecta) y no quebrar la oportunidad que se ha abierto al respecto, lo que sucedería si Israel escala más las hostilidades. Ese otro tipo de mensajes también cuentan y a la larga, pagaría más puesto que permite a Israel confrontar a Irán de manera coordinada con otros importantes actores en la región y en el mundo. Aún así, a lo largo de los últimos días, al parecer, la discusión acerca de cuál era la mejor respuesta, continuó.
4. Aparentemente, la decisión fue tomada unas 24 horas antes del ataque y comunicada a EU de manera previa.Esta decisión incluyó también varios elementos: (a) Sí atacar territorio iraní, pero de manera limitada; (b) No emplear a la fuerza aérea sobrevolando territorio de ese país sino hacerlo a la distancia; (c) Atacar específicamente la zona de Isfahan, una ciudad que alberga un importante número de instalaciones militares, nucleares y de investigación, pero no impactar ninguna de esas instalaciones, sino una base aérea ubicada en las afueras de dicha ciudad; (d) Mandar con ello varios mensajes, el primero, acerca de la capacidad de Israel de llegar hasta ese territorio y su potencial de daño al respecto, pero también un segundo, mediante la ya muy conocida ambigüedad estratégica al comunicar, y a través de la confusión informativa generada, abrir una ventana para que Irán interpretara esta acción como un intento por no escalar más la situación de lo que ya estaba y acaso retornar el enfrentamiento entre ambos actores al nivel de “bajo perfil”.
5. La respuesta política por parte de Irán, fue elocuente. Varios funcionarios iraníes negaron que hubiese siquiera ocurrido tal ataque. Otros funcionarios lo reconocieron, pero minimizaron su importancia asegurando que no había ocurrido daño alguno. No hubo fuente iraní oficial alguna que indicara que el autor de los ataques hubiese sido Israel. Es decir, Irán decide no atribuir el golpe a algún actor específico y, por tanto, no se autoimpone la necesidad de responder. Así, se filtró en medios que Irán no estaba preparando represalias, que abría su cielo a la navegación aérea y que retornaba a actividades normales.
6. En otras palabras, y por ahora, parece haber un acuerdo tácito entre las partes de que este no es el momento de seguir escalando las hostilidades entre ellas, que es mejor retornar a la ambigüedad informativa, a la no atribución y, por tanto, a su muy larga confrontación de baja intensidad o bajo perfil.
7. Aún así, no hay aún nada resuelto. Los sectores más duros en Israel podrían presionar a Netanyahu para continuar ataques dentro de territorio iraní y en un momento dado, Irán podría responder reactivando la espiral. Además, mientras el conflicto en Medio Oriente continúe tanto en Gaza como en otros frentes con aliados de Irán (por ejemplo, los houthies o Hezbollah), la situación siempre corre el riesgo de deterioro.
8. Por ahora, sin embargo, la atención global probablemente regresa a Gaza, para retomar el tema en el punto en el que se quedó. Las negociaciones por un cese al fuego y la liberación de los rehenes israelíes continúan sin dar frutos, y ahora Qatar está reevaluando su rol como mediador. Israel que había retirado a la mayor parte de sus tropas de la franja está tomando pasos para incrementar nuevamente su presencia, aunque no al mismo nivel que antes. La crisis humanitaria que continúa. El tema de la ofensiva israelí en la ciudad de Rafah, a donde se tuvo que desplazar la mitad de la población de Gaza, está nuevamente sobre la mesa. Todos estos aspectos volverán a marcar la conversación en los días que siguen si es que, efectivamente y por ahora se confirma que la escalada entre Israel e Irán ha logrado ser desactivada.
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19 de abril 2024
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mauriciomeschoulam · 14 days
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Conflictiva Israel-Irán escalando: el contexto
Publicado originalmente en El Universal: https://www.eluniversal.com.mx/opinion/mauricio-meschoulam/conflictiva-israel-iran-escalando-el-contexto/
Hace unos días, en un ataque atribuido a Israel contra instalaciones pertenecientes al consulado iraní en Siria, varios miembros de las Guardias Revolucionarias Islámicas iraníes perdieron la vida, entre otros, el General Mohammed Reza Zahedi, un alto líder de las Fuerzas Quds pertenecientes a las Guardia Revolucionarias. Los bombardeos israelíes en contra de bases, posiciones y personal iraní en Siria no son algo nuevo. Esto ocurre con alta frecuencia desde, al menos, 2017. No obstante, el más reciente de estos ataques destaca primero, por el contexto de la guerra en Gaza, el rol que Irán ha jugado en el armamento, entrenamiento y financiamiento de Hamás y la Jihad islámica, y, sobre todo, el involucramiento del eje de milicias proiraníes en este conflicto en apoyo a Hamás, empezando por Hezbollah en Líbano, pasando por las milicias en Siria e Irak, y llegando hasta Yemen y el Mar Rojo con los houthies. Segundo, se trata probablemente del asesinato de más alto nivel cometido por parte de Israel contra Irán en toda la cadena de eventos desde 2017 hasta la fecha. Es por ello que el mundo entero está con toda su atención puesta en las posibles represalias iraníes ante lo sucedido. Por tanto, es necesario evaluar esta situación a partir de un contexto general. Dedico el texto de hoy a ese contexto, además de unos apuntes acerca de la situación actual y lo que puede venir.
1. Recordar que Irán e Israel son dos de los mayores enemigos regionales desde hace décadas. Ambos países se perciben como amenaza. Israel considera el proyecto nuclear iraní, de hecho, como un peligro existencial. Para Irán, sin embargo, sus capacidades nucleares simplemente representan un esfuerzo por equilibrar la balanza ya que Israel cuenta con sus propias bombas atómicas desde hace más de 50 años. Irán apoya a diversos actores no-estatales que han cometido atentados contra civiles israelíes y han combatido contra su ejército en distintos momentos, tales como Hezbollah o Hamás, quienes actualmente se encuentran en guerra directa con Jerusalem. De su lado, Israel he efectuado diversos actos de sabotaje que incluyen infraestructura civil y militar en Irán. Estos factores impactan continuamente en la forma como cada acción y reacción es entendida y respondida por cada parte. La violencia directa entre ambos—ya no por parte de aliados—ha estado creciendo en los últimos años de manera peligrosa.
2. Uno de los ámbitos en donde esta confrontación se ha mantenido escalando (mucho antes del actual conflicto) es el territorio de Siria, país fronterizo con Israel. En la medida en que Irán o sus aliados fueron resultando beneficiados del desenlace de la guerra siria, Israel fue sintiendo amenazada su frontera y su seguridad inmediata. Así, durante años, su aviación estuvo bombardeando Siria cada vez que detectaba que había un traslado de armas hacia la milicia libanesa de Hezbollah—fundada, armada, financiada y entrenada por Teherán—o las fábricas de armamento y posiciones del ejército del presidente sirio, Assad, aliado de Irán, que podrían operar a favor de milicias proiraníes. Sin embargo, conforme Teherán fue afianzando sus propias posiciones en territorio sirio (ubicando bases y personal militar iraní en ese país), Israel las ha atacado ya de manera directa (desde 2017). Cientos de soldados y oficiales iraníes han muerto en estos ataques. Irán, pensando en el largo plazo, ha elegido responder únicamente de manera ocasional y limitada y, en cambio, se ha concentrado en conservar y acrecentar dichas posiciones en ese territorio.
3. Otro rubro de enfrentamiento que ha escalado entre Israel e Irán es una guerra naval de “baja intensidad”, lo que fue reportado ampliamente por el Wall Street Journal desde hace años. Desde entonces, decenas de ataques contra buques iraníes (por ejemplo, los que se dirigen a Siria para llevar petróleo u otros productos) son atribuidos a Israel. Del otro lado, Irán es sospechoso de atacar mediante misiles o torpedos embarcaciones israelíes o navíos en los que existe participación o intereses de ciudadanos israelíes.
4. Lo relevante de esta serie de ataques mutuos tiene que ver con dos factores. El primero, se trata de una guerra cada vez más pública y abierta en la que, a diferencia de hace unos años, ambas partes están dispuestas a atribuir a la otra la responsabilidad del golpe, lo que conlleva también un compromiso de respuesta. El segundo, el nivel de los ataques. Por ejemplo, frente a un evento del 2021 en que un buque israelí fue impactado por un misil iraní, Israel respondió con enorme fuerza, atacando un navío que pertenecía a las Guardias Revolucionarias Islámicas ubicado en el Mar Rojo, el cual, se pensaba, operaba con fines militares y no civiles.
5. Un siguiente ámbito de enfrentamiento entre ambos países es el de la ciberguerra y los sabotajes.Por ejemplo, hackers iraníes han llevado a cabo ciberataques en contra de al menos unas 80 firmas israelíes ubicadas en toda clase de industrias, incluida la aeronáutica y la aeroespacial. Se trata de ciberataques realmente masivos que a veces se prolongan durante varias semanas. De su lado, Israel ha planeado y puesto en marcha ataques para sabotear plantas, tecnología e infraestructura iraní, también desde hace tiempo. En julio del 2020, al menos siete barcos iraníes fueron incendiados en un puerto en el sur de ese país. También en 2020, hubo distintas explosiones en varios complejos militares, centros de investigación y depósitos de armamento en Irán.
6. Este es el punto en el que entra quizás lo más delicado: el rubro nuclear. Ya en el pasado, Israel ha conducido ciberataques contra el programa nuclear iraní. Más recientemente, en noviembre del 2020, un comando asesinó al Dr. Mohsen Fakhrizadeh, un científico iraní considerado el padre y líder del proyecto nuclear de ese país. En esa ocasión, el entonces presidente Rohani acusaba directamente a Israel y prometía responder.
7. En 2021, en una agresión también atribuida a Israel, drones cuadricópteros atacaron el reactor nuclear iraní de Natanz. El ataque fue denunciado por las autoridades iraníes como “terrorismo nuclear”. Hace dos años, otros seis drones cuadricópteros explotaron en Kermanshah, en la planta principal iraní para manufactura y almacenamiento de drones militares (NYT, 2022). El pasado mayo, hubo otro ataque con drones en las afueras de Teherán, contra una planta de tecnología nuclear, de misiles y de drones.
8. Ahora bien, toda esta compleja situación no había derivado en un conflicto armado entre esos dos países y al menos hasta hace unas semanas se pensaba que probablemente, al menos durante algún tiempo más, seguiríamos viendo respuestas similares a las que hasta ahora se han manifestado. Esto tiene distintas explicaciones. Señalo algunas para entender el contexto:
(a) El proceso de negociaciones nucleares entre Estados Unidos y otras potencias con Irán estaba estancado, pero seguía vivo, al menos hasta el 7 de octubre. De hecho, parte de las críticas que Biden recibió tienen que ver con los acuerdos a los que Washington estaba llegando con Teherán. Aún así, en la medida en que Irán siga percibiendo que tiene razones para mantenerlo con vida, y que se beneficia de no entrar en una guerra directa con un aliado de Estados Unidos o de no ser percibido como beligerante, es probable que siga eligiendo responder como hasta ahora;
(b) En todo caso, Teherán parece convencida de que sus objetivos finales se están alcanzando mediante ejercer una “paciencia estratégica”. Sus posiciones en Siria, así como las de sus milicias aliadas, en lo general, se han mantenido a lo largo de los años, con todo y los retrocesos que frecuentemente sufren por los bombardeos israelíes. No hay daño militar o nuclear que hasta el momento no se haya podido revertir pasado un tiempo. La realidad es que, como constata el año pasado el director de la Agencia Internacional para la Energía Atómica, Irán ya cuenta con material suficiente para armar varias bombas nucleares si decide hacerlo;
(c) La guerra en Ucrania ha acercado considerablemente a Irán y a Rusia, y es muy probable que Teherán esté valorando que, en el largo plazo, esa cercanía, así como su cercanía con China, terminarán por brindarle la protección que necesita para seguir avanzando en su estrategia mayor.
En palabras simples, es probable que, al menos hasta antes de la actual guerra en Gaza,su cálculo consistía en que entrar en una guerra directa con Israel en este punto, podría resultarle más perjudicial para sus proyectos nuclear, de misiles y de influencia regional, que si aguantaba la confrontación en un nivel de baja escala.
Situación actual bajo el conflicto Hamás-Israel
1. Parece un hecho que Irán desconocía los detalles y fechas de los ataques terroristas de sus aliadas Hamás y la Jihad Islámica contra Israel en octubre pasado. Aún así, es imposible obviar el contexto en el que esas dos organizaciones forman parte del denominado “eje de resistencia proiraní”, que reciben entrenamiento, financiamiento y armamento de Teherán, y mantienen un relativo grado de colaboración y coordinación con Irán. Es ese el sentido en el que, desde un plano estratégico, está en los intereses de Irán el que Israel salga lo más dañado posible del conflicto actual.
2. Aún así, su lógica mayor sigue vigente: no está en el interés de Irán generar un conflicto mayor que pudiese perjudicarle más de lo que le haría ganar pensando en un largo plazo. Un conflicto de esa naturaleza podría involucrar ya no solo a Israel, sino también a EU, una situación que Teherán preferiría evitar.
3. Es por ello que, desde esta perspectiva, el contar con milicias aliadas ubicadas en todo Medio Oriente resulta funcional en términos de los balances que Irán desea conseguir. Por un lado, estas milicias pueden mantener a Israel (y en cierta medida también a EU) bajo un acoso constante. En otro sentido, sin embargo, esa estrategia permite a Irán la “negabilidad plausible”, es decir, negar su rol en esta serie de ataques argumentando que cada milicia de su eje de aliados opera de manera independiente.
4. El reciente ataque israelí contra instalaciones consulares iraníes, es un atrevido mensaje de fuerzaque no solo se suma a la larga cadena de ataques y contraataques arriba citada, sino mediante el cual Jerusalem busca hacer a Teherán directamente responsable por la cantidad de ataques por parte de cada una de sus milicias aliadas que Israel viene padeciendo desde el 7 de octubre en adelante.
5. La cuestión y el riesgo mayor, es que en esta ocasión el ataque israelí no permite fácilmente a Teherán evadir la necesidad de responder. El riesgo estriba en que, bajo el contexto de guerra actual, y con la situación tan caliente en la frontera entre Israel y Líbano, una represalia iraní podría activar una espiral que se pudiera salir de las manos de todos los actores involucrados. De ahí que Teherán está pensando bien cómo responder en esta ocasión específica pues, de acuerdo con fuentes de inteligencia, Irán ha tomado ya la decisión de lanzar algún tipo de represalia en los días que siguen.
6. Una respuesta proporcionalincluiría algún tipo de ataque contra instalaciones diplomáticas israelíes, salvo que eso podría meter a Irán en problemas con terceros países. Ya sea esa opción o bien, atacar lo que Irán indica son “instalaciones de inteligencia de Israel” en algún país de la región, como Irak o Azerbaiyán, son alternativas que han sido discutidas. Una opción más directa sería un ataque son misiles y drones lanzados directamente desde Irán en contra del territorio del Golán (una zona ocupada por Israel desde 1967 que ni Irán ni Siria reconocen como parte de ese país). O bien, está lo más temido por diversos actores en el planeta: que Irán decidiese atacar de manera directa, territorio israelí empleando misiles y drones para ello. Esto último activaría quizás una nueva represalia escalatoria por parte de Israel, probablemente atacando—como respuesta proporcional—directamente territorio iraní, activando ahora sí en una espiral que, bajo el contexto actual, es de pronóstico reservado.
Por ahora será indispensable mantenernos monitoreando todo lo que señalo. Seguiremos comentando.
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12 de abril 2024
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mauriciomeschoulam · 18 days
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Conflicto en Medio Oriente a seis meses
Publicado originalmente en El Universal: https://www.eluniversal.com.mx/opinion/mauricio-meschoulam/conflicto-en-medio-oriente-a-seis-meses/
Todas las guerras tienen un contexto amplio dentro del cual emergen. Pero además del contexto, hay eventos detonantes, hay una evolución, hay espirales de violencia que son desencadenadas y que cobran vidas propias y que, cuando lo hacen, generan riesgos que se pueden expandir. Esos elementos se añaden a dicho contexto preexistente y eso es lo que está sucediendo no solo en Gaza, sino en zonas más amplias de Medio Oriente. Hace seis meses, cuando nos enterábamos de los atentados terroristas en Israel perpetrados por Hamás y la Jihad Islámica, quizás podíamos sospechar, pero difícilmente podíamos predecir el grado de impactos que hoy, en medio del torbellino, apenas empezamos a valorar. Esto incluye, por supuesto, el costo humano, mayormente en la franja de Gaza, pero también otros factores como son los impactos políticos y geopolíticos que se han producido. Al margen de posturas y pasiones, elaborar los balances a medio año de guerra, supone intentar un análisis frío que incorpore la mayor cantidad de elementos posibles al respecto.
Empecemos por comprender que la definición de “victoria” en esta guerra es muy distinta para un actor como Israel, que para Hamás.
En Israel esta guerra es percibida como una guerra existencial. No por el tamaño o poder que pueda tener Hamás. Desde la perspectiva de seguridad israelí, lo ocurrido el 7 de octubre fue un tsunami de proporciones históricas. Considere usted que apenas en un lapso de dos horas, se lanzaban unos 2,500 misiles en contra de ciudades y población civil del país, su territorio era penetrado e invadido por miles de terroristas, quienes se encargaron de asesinar, masacrar y violar a comunidades enteras, controlando aldeas y asentamientos durante horas, en algunos casos durante días, además de secuestrar a cientos de civiles y militares para llevarlos a Gaza.
Desde la perspectiva israelí, esto no solo implicaba la mayor debacle de seguridad en décadas, sino un peligroso mensaje de debilidad que estaba siendo enviado a su mayor enemigo, Irán, así como a todo su eje aliado en la región. Especialmente porque Hamás y la Jihad Islámica forman parte de ese eje, son organizaciones que reciben financiamiento, armamento y entrenamiento por parte de Teherán. Pero más allá de Hamás, el temor consistía en que Israel estaba exhibiendo de manera contundente una y todas sus debilidades, y que ello ofrecía una enorme oportunidad a todos esos enemigos que se proponen su destrucción de manera declarada y abierta.
Entonces, desde un ángulo de seguridad nacional, se había producido una tormenta perfecta que a seis meses se mantiene y contiene al menos los siguientes elementos: (a) un gobierno encabezado por Netanyahu enormemente polarizante y divisivo, que ya tenía bajísimos niveles de aprobación y que ahora, tiene que liderar la guerra incluso con una aprobación menor, lo que continuamente le lleva a tomar decisiones de seguridad diseñadas para que su coalición de gobierno no se rompa, (b) la incapacidad de dicho gobierno para ofrecer las condiciones mínimas de seguridad a su población y por tanto, el elevadísimo sentimiento de vulnerabilidad producido y propagado, (c) un trauma colectivo de carácter histórico (documentado ya con estudios que muestran niveles de PTSD en altos porcentajes de la población israelí), (d) los riesgos geopolíticosque esa vulnerabilidad proyecta ante enemigos como Irán o como sus aliados, quienes a partir del 8 de octubre se suman a la guerra enviando misiles, drones y ataques contra territorio israelí desde al menos tres frentes. Esto incluye a la poderosa milicia libanesa de Hezbollah, y a los houthies que están operando contra Israel y contra la navegación comercial internacional desde Yemen.
Esa combinación de factores produce una conclusión casi consensual que penetra la narrativa militar y política en Israel: no hay alternativa sino enviar un mensaje de fuerza a quienes nos atacaron y a todos sus aliados. Se necesita restaurar la capacidad disuasiva de ese ejército que era percibido antes del 7 de octubre como el más poderoso de la región y que ahora ha sido despedazada. Eso implica atacar y “destruir” a Hamás penetrando sus instalaciones militares ubicadas dentro, encima y por debajo de zonas densamente pobladas en Gaza, incluso ante el costo humano palestino que ello conlleve. Israel argumenta que cada uno de sus actos está respaldado en la legalidad internacional, pero la realidad es que hay una gran cantidad de incidentes que están siendo ya analizados por expertos y juristas en el mundo, y también en Israel, quienes están cuestionando el proceder del ejército en numerosos casos. Pero el tema es que, al margen de lo que revelen las investigaciones y procesos jurídicos al respecto, desde la narrativa militar israelí, la prioridad es la supervivencia del país, y la seguridad nacional se encuentra por encima de cualquier otra consideración como lo son esos criterios legales o los morales.
Esto se traduce en una definición de victoria que admite poco cuestionamiento y consiste en la destrucción total de las capacidades de Hamás para gobernar o para volver a atacar a Israel. Es importante recalcar que esa meta se alimenta cada vez que el liderazgo de Hamás u otros actores aliados desde Irán hasta Hezbollah declaran que “esos atentados fueron apenas el principio, que los repetirán una y otra vez hasta la destrucción de Israel”, o que “el 7 de octubre fue apenas la fase 1 del plan”, o que “la meta de destruir a Israel está más cerca”, pues “Israel ha mostrado que es vulnerable y vencible”.
Además, bajo el contexto que describo. la meta de acabar con Hamás no solo es una meta de Netanyahu y su gobierno, a pesar de su bajísima aprobación. De acuerdo con encuestas de opinión, la gran mayoría de la población israelí comparte la visión de que Hamás debe ser eliminada. Y en un entorno así, vale la pena escuchar la voz de alguien como Yuval Noah Harari, una de las personas más críticas con el gobierno de Netanyahu desde hace años. Harari dice que el nivel de trauma que la sociedad israelí vivió ha sido de tal magnitud, que les es imposible hoy apreciar el dolor ajeno.
El resultado en términos humanitarios está a la vista. Hasta el momento de este escrito se contabilizan más de 33 mil muertes en Gaza. Según las propias autoridades israelíes (u otras fuentes como la inteligencia en EU), se calcula que, de ese total, quizás entre 10 y 12 mil eran miembros de Hamás, la Jihad Islámica y otras agrupaciones. El resto, civiles, con una gran cantidad de niños, mujeres y ancianos como víctimas fatales, además de miles de heridos, y una catástrofe humanitaria difícil de describir.
Ello nos lleva a las metas de Hamás, y su estrategia para conseguir esas metas. Ya desde la década pasada explicamos que Hamás no libra una guerra material contra Israel, o no principalmente. Sus miles de misiles enviados, sus atentados terroristas contra civiles o ataques contra militares, son solo instrumentos para luchar en un campo en donde esta agrupación es mucho más eficaz: el mundo inmaterial, la esfera psicológica, simbólica y política.
Empleando tácticas que le conocemos desde hace décadas, Hamás se inserta eficazmente dentro de la narrativa de la resistencia palestina, su lucha se legitima dentro y fuera de su zona de operación. Más aún, la popularidad de Hamás baja cuando se ve forzada a gobernar o administrar Gaza, y sube, cuando se enfrenta a Israel pues ese país es percibido como la potencia fuerte, ocupante, represora e intolerante ante cualquier negociación. Hamás en cambio, es vista como parte de ese pueblo oprimido que necesita resistir, incluso usando los medios que sean. Encuestas recientes muestran que un 71% de la población palestina considera que los métodos empleados por Hamás el 7 de octubre fueron adecuados, y una mayoría de encuestados considera que Hamás no cometió atrocidades o que los videos que se han compartido son un invento israelí (Palestinian Center for Policy and Survey Research, 2024). Fuera de Palestina, Hamás crece en apoyo dentro de todo el mundo árabe, e incluso dentro del mundo occidental.
Así, mediante tácticas aprendidas de organizaciones aliadas como Hezbollah, Hamás posiciona su arsenal y su infraestructura militar en el interior de zonas densamente pobladas. Adicionalmente, construye una red de túneles que ha sorprendido al mundo entero por su dimensión: más de 800 km de extensión, en ciertos casos hasta ocho plantas de profundidad, todo ello cruzando ciudades enteras, por debajo de hospitales, mezquitas, escuelas, o infraestructura civil.
Por tanto, cuando Hamás ataca a Israel el 7 de octubre, prevé y asume la represalia que llegaría por parte del ejército de ese país, y se resguarda dentro de la amplia red que crea para librar una guerra de guerrillas con combate urbano y subterráneo. Construye, en otras palabras, lo que para ellos es una trampa ideal, en la que Israel ha caído una y otra vez a lo largo de 15 años, pero ahora de manera mucho más honda. Porque mientras más se le ataca, más se producen víctimas civiles, lo que va paulatinamente alimentando la narrativa de Israel como perpetrador: Israel se transforma velozmente de víctima de terrorismo en victimario del pueblo palestino.
Las entrevistas con el liderazgo de Hamás que publica el NYT en octubre y noviembre del 23 son elocuentes: de acuerdo con ese liderazgo, ellos querían producir un “estado de guerra permanente”, para “despertar al mundo” y reposicionar el tema palestino en la agenda global. En esas mismas declaraciones, indican que “las víctimas civiles palestinas son lamentables mártires” que morían por un propósito mayor pues su objetivo era dañar a Israel irreparablemente. Lo dice también el líder de Hamás en Gaza, Sinwar, en su comunicación con el liderazgo político de Hamás en Qatar: “No se preocupen, tenemos a los israelíes exactamente en donde los queremos” pues mientras más aumente la cantidad de civiles muertos, indica Sinwar, se agrega presión a Israel para parar la guerra (WSJ, 2024).
Un claro ejemplo de lo anterior es, evidentemente, la relación entre Washington y el gobierno de Netanyahu. A medida que pasan las semanas, y bajo las condiciones humanitarias existentes, Biden, en plena campaña electoral, está hoy más presionado que nunca, para contener las acciones israelíes, y limitar la crisis que se ha generado en Gaza. Esto último es bien conocido por Sinwar y lo está usando a su favor en las negociaciones.
La victoria, entonces para Hamás, no consiste en “derrotar al ejército israelí”. Hamás se define como un movimiento de resistencia y, por tanto, todo lo que necesita para ganar es resistir. Por ello, un cese al fuego que permita su supervivencia, consigue para esa agrupación una victoria redonda: además de aterrorizar y producir un trauma colectivo en la sociedad israelí, resulta victoriosa en términos políticos, reposiciona el tema palestino contribuyendo a un activismo global, diplomático y social a favor del nacimiento del estado palestino, sin mencionar que probablemente conseguirá un importante intercambio de prisioneros palestinos por rehenes israelíes, algo muy valorado en la sociedad palestina. Todo esto a la vez que genera un daño político y diplomático mundial en contra de Israel que a ese país le costará años reparar, si acaso lo llega a lograr.
Ese es el punto en el que nos encontramos, a seis meses. El problema es que mientras que Israel siga declarando como meta la “victoria total” contra Hamás, y mientras Hamás siga teniendo como meta su supervivencia y la vulneración política de Israel, no es simple encontrar acuerdos para cesar las hostilidades. Aún así, hay cinco procesos de negociación en curso, lo que abre, finalmente, una ventana de oportunidad. Esperemos por el bien de todas las poblaciones, que al menos algunos de esos procesos sigan avanzando.
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07 de abril 2024
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mauriciomeschoulam · 24 days
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Breves apuntes sobre la génesis del ISIS que hoy conocemos
Publicado originalmente en el Universal: https://www.eluniversal.com.mx/opinion/mauricio-meschoulam/breves-apuntes-sobre-la-genesis-del-isis-que-hoy-conocemos/
Hace unos días, una de las ramas de ISIS reivindicó el atentado terrorista más letal que ha ocurrido en Rusia en muchos años. Como expliqué en mi último texto, independientemente de cómo las autoridades rusas han elegido encuadrar estos hechos, dado el reconocimiento tanto por parte de Putin como por parte del Servicio Federal de Seguridad (FSB) ruso de que los perpetradores eran extremistas islámicos de origen de Asia Central, y dada la actividad contraterrorista del FSB en los últimos meses buscando frustrar los planes de ISIS, he estado recuperando una parte del análisis sobre esa organización que venimos efectuando desde hace años.
En algunos sitios, principalmente en redes sociales, tal y como ocurrió principalmente entre 2016 y 2018, se afirma que ISIS es una creación de Estados Unidos o de Israel, o que esa organización fue financiada por estos países o sus aliados. Comparto unas notas al respecto:
Lo primero es complejizar el análisis pues no es incorrecto el que Washington financió a Al Qaeda en sus orígenes o que una parte del financiamiento de EU durante la guerra siria fue a parar a las manos de ISIS. Aún así, hay que entender que la historia de ISIS no arranca en 2016, ni en 2015 o en 2014 cuando apenas se empezó a hablar de ello en los medios. ISIS es una escisión de la rama de Al Qaeda en Irak. Dicha filial de Al Qaeda en Irak fue establecida precisamente para combatir la intervención estadounidense en ese país. Washington libró una cruenta guerra en su contra y casi logra desaparecerla hacia 2009 y 2010. Y es precisamente en ese “casi” en donde podemos rastrear la transición de AQI hacia el ISIS que hoy conocemos. Pero ISIS no es OTRA organización. El líder de AQI hasta 2012 y 2013 (Al Bagdadi)—quien fue combatido tan ferozmente por EU durante aquellos años—siguió siendo el mismo líder de ISIS, que llevó a esa agrupación a fundar el “califato” una vez que conquista la mitad de Siria y la tercera parte de Irak. Asumir, por tanto, que ISIS “nació” durante la gestión de Obama como si fuese algo completamente nuevo, o como producto de la creación de Washington, equivale, para poner un paralelo, a dejar de comprender las escisiones que ocurren en las organizaciones criminales en México sin revisar la historia completa de esas organizaciones, así como la evolución de los liderazgos, alianzas y rivalidades que tienen.
Por ello, recupero los siguientes apuntes:
1. Podríamos decir que el Estado Islámico de Irak y Siria o Levante (conocido también como ISIS o ISIL por sus siglas en inglés, como Daesh o Da’ash por el acrónimo que forman sus iniciales en árabe, o simplemente como Estado Islámico—el nombre preferido por esta organización)—es en realidad el producto de una serie de circunstancias y factores históricos y coyunturales. En este texto no se busca abordar a profundidad la historia de esta organización, pero sí es importante destacar, al menos, algunos elementos sin los cuales sería imposible comprender la génesis del grupo tal y como al momento de este escrito es conocido.
2. Se puede rastrear el origen del “Estado Islámico” al año 2000, cuando el jordano Abu Musab al-Zarqawi estableció un campamento de combatientes extranjeros de procedencia árabe en Herat, Afganistán (Tønnessen, 2015). Años después, ya en Irak, aquel grupo fundado por Zarqawi sería el componente dominante de la filial iraquí de Al Qaeda o AQI, una organización islámica de denominación sunita que funcionaba como paraguas aglutinando en torno suyo a diversos grupos islámicos que operaban en ese país. Es solo a partir del 2006 que empezamos a leer acerca de uno de esos grupos, el llamado Estado Islámico de Irak o ISI, por sus siglas en inglés (Harmony Project, 2007), en referencia a dicha agrupación fundada por Zarqawi. AQI libró una cruenta lucha en contra de la ocupación estadounidense en aquel país (además de que perpetró un gran número de atentados terroristas, principalmente en contra de musulmanes de denominación chiíta) hasta el 2011, cuando esta organización había sido casi completamente abatida (Michael, 2016).
3. AQI fue comandada por Al Zarqawi hasta el 2006, cuando ese líder murió en un ataque estadounidense. En los años que siguieron, muchos veteranos del grupo también perdieron la vida a raíz de la guerra con Washington, y alrededor del 2010, esos veteranos tuvieron que ser sustituidos por una nueva generación de líderes dentro de los cuales permanecieron solo unos cuantos miembros de la vieja guardia de AQI. Es ese el punto en el que comienza a aparecer dentro del liderazgo de la organización un sector de antiguos oficiales iraquíes, exmiembros del antiguo partido Baath, quienes habían sido retirados de sus posiciones cuando el ejército iraquí fue desmantelado en 2003 (Tønnessen, 2015).
4. Muy mermada por su lucha contra Washington, a partir del 2012, AQI encuentra una oportunidad para recuperar fuerza en la guerra civil que estaba teniendo lugar en el país vecino de Siria. Desde entonces empezamos a observar cómo algunos portales de noticias, además de hablar del Frente Al Nusra como una filial de Al Qaeda en Siria, y que estaba compuesta principalmente por combatientes sirios, narraban la llegada o penetración de jihadistas procedentes principalmente de Irak y de algunos países del norte de África a esta guerra civil (Sanger, 2012; Schem, 2012).
5. El nombre propiamente de ISIS o ISIL—el cual añadía una S o L al antiguo ISI, en referencia al Estado Islámico de Irak y Siria o Levante—no comienza a aparecer en los medios sino hasta que en 2013 se empieza a gestar el distanciamiento y posterior ruptura entre Abu Bakr Al Bagdadi, entonces líder de AQI y Al Zawahiri, sucesor de Bin Laden y líder de la rama matriz o central de Al Qaeda en Pakistán. (vgr. Barnard y Schmitt, 2013). Incluso ya entrado el 2014, el grupo sigue siendo denominando como Al Qaeda en Irak o como “jihadistas ligados a Al Qaeda” (ver, por ejemplo, AFP, 2014; AP 2014).
6. Por eso, hay un antes y un después en la génesis de la organización que hoy conocemos como ISIS. El punto de inflexión es el establecimiento de un “Califato” en junio del 2014, circunstancia que no puede entenderse sin la guerra civil siria y las subsecuentes ofensivas de ese año en Irak en las que esta organización toma posesión de importantes porciones de la provincia de Anbar en aquel país, así como las ciudades de Tikrit y Mosul.
En otras palabras, el ISIS que hoy conocemos, es el resultado combinado de:
a. Los remanentes de la rama de Al Qaeda en Irak (AQI), organización que nunca fue derrotada del todo.
b. La alianza de lo que quedaba de esta organización, con exfuncionarios y exmilitares iraquíes del partido Baath de tiempos de Saddam Hussein.
c. Las circunstancias de inestabilidad y conflicto que prevalecían en Siria a partir del 2011.
d. La ruptura política entre AQI y la matriz de Al Qaeda ubicada en Pakistán.
e. La puesta en marcha de las estrategias primigenias de Zarqawi a través del establecimiento formal de un “Califato” o “Estado Islámico”,
f. La capacidad de esa organización para posicionarse como una alternativa distinta y viable para el jihadismo global tanto ideológica (Michael, 2016) como materialmente y, por tanto, su eficacia en competir contra Al Qaeda, su organización madre, y, como consecuencia de ello,
g. El influjo de decenas de miles de combatientes de diversas partes del mundo quienes deciden sumarse a su causa.
7. Las diferencias entre ISIS y Al Qaeda sí existen. Sin embargo, en algunos espacios, quizás han tendido a sobre-exagerarse. Podríamos rastrear dichas diferencias hasta Abu Musab al Zarqawi, quien como se indica arriba, es considerado el padre ideológico de ISIS. Sabemos que él y Bin Laden no pensaban de manera idéntica en cuanto a cómo alcanzar la meta final de la jihad, la cual era el establecimiento de un califato global que aglutinara a toda la Umma o comunidad islámica en el planeta (Bar y Minzili, 2006). Bin Laden pensaba que tomar posesión de territorios y fundar el califato en esos territorios no solo era un camino lento, sino contraproducente, porque atraía a los ejércitos occidentales y les ofrecía blancos abiertos que, en un momento dado, podrían ser atacados por esas potencias. Bin Laden pensaba que la única manera de lograr las metas jihadistas era expulsar a Estados Unidos y a todos sus aliados de los países musulmanes, y posteriormente luchar contra los gobiernos locales que no se sometieran a la jihad, y solo entonces fundar y expandir el califato. El primer paso, entonces, era atacar a Occidente. Zarqawi en cambio, concebía una lucha más local, dirigida contra los gobiernos de los países musulmanes, gracias a la cual, poder primero establecer y luego expandir el califato deseado por todo el movimiento jihadista (Kazimi, 2005).
8. A pesar de esas diferencias, sin embargo, Zarqawi decidió unirse plenamente a Al Qaeda, someterse al mando de Bin Laden con quien estuvo lado a lado en Afganistán, y cuya autoridad acató hasta el final (Kazimi, 2005). Hoy ni Zarqawi ni Bin Laden se encuentran vivos. Posiblemente de estarlo, no conoceríamos al ISIS que actualmente conocemos; quizás es válido pensar, como algunos sospechamos, que esos dos líderes hubieran podido resolver las disputas que emergieron tras la guerra civil siria del 2011, aunque es imposible saberlo.
9. La ruptura llega entre 2013 y 2014. Una vez que AQI penetra la guerra civil siria, el líder de esa organización, Bagdadi, decreta su fusión con el Frente Al Nusra, la filial de Al Qaeda en Siria. El líder de Al Nusra, Golani, desconoce la fusión. Al Zawahiri, el dirigente de la red de Al Qaeda, desde la matriz en Pakistán, declara la fusión como ilegal y ordena a AQI regresar a Irak. Bagdadi, decide desconocer la autoridad de Zawahiri, y éste le expulsa de la red a él y a toda su agrupación (Michael, 2016). Poco tiempo después, reclamando que él es el verdadero sucesor de Bin-Laden, Bagdadi se autoproclama Califa del “Estado” que él mismo funda en los territorios que ese grupo había conquistado dentro de Siria e Irak. En otras palabras, como afirma Schweitzer (2016), el divorcio y pleito entre ISIS y su madre, Al Qaeda, es mucho más motivado por cuestiones políticas que ideológicas.
El origen de las ideas del financiamiento de EU a ISIS
1. EU contribuyó al armamento y financiamiento de los combatientes o “mujaheedines” de Al Qaeda durante su fase de lucha en contra de la Unión Soviética (años 80). Asumiendo entonces que Al Qaeda es el origen de su filial en Irak (y por tanto, de su posterior escisión que conocemos como ISIS), es posible afirmar que a EU le sucedió algo que le ha pasado varias veces en la historia: su intervención en conflictos diversos armando o financiando agrupaciones termina resultando en Frankensteins que se le salen de las manos.
2. Dicho eso, tras los ataques terroristas de Al Qaeda durante los años 90, esa agrupación se vuelve una de las mayores obsesiones del contraterrorismo estadounidense, y mucho más tras los atentados terroristas del 2001 y tras las intervenciones militares de EU en Afganistán y en Irak. La guerra que se libra entre Washington y Al Qaeda es real, y tiene un enorme costo en vidas estadounidenses y en presupuesto, como es ampliamente conocido. Esta lucha que se libra desde Clinton hasta Bush continúa con Obama, logrando, como dije, en sus primeros años (2009-2010), una enorme eficacia.
3. Lo que pasa es que luego llega la guerra siria (2011), con una enorme complejidad que no relataré en el texto de hoy. EU y sus aliados deciden primero financiar y posteriormente armar a la rebelión contra Assad. Y sucede que varios de los grupos rebeldes contra Assad eran milicias islámicas, algunas de las cuales se adhieren inicialmente a la red de Al Qaeda, y posteriormente a la red de ISIS.Por tanto, como Washington lo fue descubriendo, una buena parte de su financiamiento y armamento terminó justamente en las manos de ISIS.
4. Dicho eso, de nuevo, el combate de EU y sus aliados contra ISIS en los años siguientes es real. Washington lidera las operaciones que terminan arrebatando a ISIS la parte de Irak y una parte de Siria que esa agrupación había conquistado (la otra alianza que combatió a ISIS fue la de Siria-Rusia-Irán). Más aún, Washington sigue persiguiendo a ISIS en esos años en los que elimina a Bagdadi y a varios de los líderes que le sucedieron.
No es el objeto de este texto abordar más de lo que estoy compartiendo, en entregas posteriores seguiremos comentando.
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01 de abril de 2024
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mauriciomeschoulam · 27 days
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Recordatorio sobre ISIS: ¿Cómo se compone? ¿Cómo opera? ¿Cuáles son los riesgos?
Publicado originalmente en El Universal: https://www.eluniversal.com.mx/opinion/mauricio-meschoulam/recordatorio-sobre-isis-como-se-compone-como-opera-cuales-son-los-riesgos/
Independientemente de la forma como el Kremlin ha decidido encuadrar el atentado terrorista de hace unos días en Rusia o de lo que resulte de posteriores investigaciones, ya el presidente Putin ha declarado que los atacantes son extremistas islámicos procedentes de Asia Central. Poco después del atentado en Rusia, las autoridades francesas elevaron la alerta terrorista señalando amenazas también por parte de ISIS, concretamente su rama afgana, la cual reivindicó el ataque en Moscú. Por tanto, más allá de la propaganda o las conexiones que se quieran hacer con Ucrania, se necesita efectuar una evaluación actualizada de los riesgos reales que ISIS representa. En el texto de hoy comparto información que hemos estado revisando en los últimos meses, y retomo el análisis de cómo se compone y cómo opera esa compleja organización.
1. Primero, es necesario conectar el ataque en Moscú del 22 de marzo con el anuncio del FSB (El Servicio Federal de Seguridad de Rusia) del 7 de marzo, un anuncio que fue completamente público e indicaba que una célula terrorista de ISIS o (“Estado Islámico”) había sido neutralizada por ellos. Esta célula, según el FSB planeaba uno o varios ataques contra sinagogas en Moscú. Y sí, el mismo 7 de marzo, la embajada de EU en Moscú emitió una alerta de seguridad por riesgo de terrorismo, pero esto fue horas después de que el FSB frustrara el atentado, según el anuncio señalado.
2. Los análisis que indican que Moscú desestimó las advertencias de EU necesitarían incorporar un panorama más amplio. Rusia conoce bien los riesgos por terrorismo en su país. Por ejemplo, el 3 de marzo (cuatro días antes de la alerta de la embajada de EU), el Comité Antiterrorista de Rusia (NAK) anunció que el FSB llevó a cabo una operación antiterrorista focalizada contra presuntos militantes de ISIS en Karabulak, República de Ingusetia. Es común que las autoridades rusas atribuyan la actividad terrorista en ese país, y específicamente en el norte del Cáucaso, a ISIS. Concretamente, un análisis de Rane indica que hay señales fuertes de que Rusia estaba monitoreando de cerca la amenaza de la rama afgana de ISIS (llamada ISIS-K) desde mucho antes del reciente ataque de Moscú. Durante una reunión de octubre del 2023 de los jefes de los servicios de seguridad en las naciones de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), el jefe del FSB, Bortnikov, advirtió que el grupo estaba expandiendo sus capacidades hasta el punto en que eventualmente podría llevar a cabo ataques terroristas fuera de Afganistán (Rane, 2024).
3. Sin embargo, el que las autoridades rusas entiendan que su país corre riesgo por terrorismo, no los vuelve infalibles a la comisión de atentados, como bien se sabe en Europa cuando las alertas por riesgo terrorista han estado a niveles máximos, y cuando a pesar de todos los ataques que se frustran, igual se han cometido atentados letales. Esto es adicional al hecho de que Rusia se encuentra, naturalmente, altamente concentrada en la guerra que libra con Ucrania, y cómo esto se conecta con la vulnerabilidad que se proyecta cuando se comete un ataque terrorista tan importante en Moscú.
4. Aún así, todo lo anterior, repito, debe entenderse en un contexto en el que la rama afgana de ISIS (conocida como ISIS-K) parece haber aumentado su enfoque en planificar ataques fuera de Afganistán desde principios a mediados de 2023. Muchos de los planes de ataques externos de ISIS-K han involucrado a nacionales de Asia Central, especialmente tayikos, lo que sugiere que esa filial de ISIS ha tenido éxito en los últimos años utilizando propaganda dirigida para reclutar militantes de entre esas poblaciones.
Esto nos lleva a recordar cómo está compuesto y cómo sigue operando ISIS a pesar de todo el combate que se ha efectuado en su contra.
Componente I: ISIS-Matriz o centro operativo
ISIS-Matriz es el corazón y núcleo de esta organización, el cual se mantiene en Siria e Irak. Este centro operativo logró conquistar, en su momento, la mitad de Siria y una tercera parte de Irak, y estableció en ese territorio un “califato”. Esta es la rama que fue combatida de un lado por Estados Unidos y sus aliados, y del otro, por parte del eje Siria-Rusia-Irán. A pesar de que le fue arrebatado todo el territorio que controlaba y a pesar de que sus líderes han sido eliminados una y otra vez, se estima que este centro operativo se mantiene activo con miles de militantes (10 mil a 20 mil), sostiene una importantísima operación de narcotráfico, y sigue conservando tanto el liderazgo como las líneas propagandísticas de la organización, que es su mayor fuente de su poder para reclutar y proyectar sus mensajes.
Componente II: ISIS-“Provincias”
La red de Al Qaeda, de la que ISIS formaba parte, estaba compuesta de una serie de poderosas filiales, así como de un gran número de grupos más pequeños que manifestaban o reclamaban lazos con una de estas filiales o con la organización central ubicada en Pakistán. Las más importantes filiales de Al Qaeda eran: Al Qaeda en Irak (AQI), Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQIM), y Al Qaeda en la Península Arábiga (AQAP). Posteriormente se establece la filial siria de Al Qaeda o el Frente Al Nusra, así como Al Qaeda en el Subcontinente Indio.
Una vez que ISIS se separa de Al Qaeda, decide hacer exactamente lo mismo. Aprendiendo las lecciones de su organización madre, ISIS comprendió que su mensaje y su capacidad de operación sería mucho mayor si lograba establecer una red similar o incluso más poderosa que la que Al Qaeda había logrado consolidar. Pero esta red tenía que ser denominada de manera consistente con el mensaje central que indicaba que ISIS no es un grupo u organización, sino un “estado”. Por consiguiente, sus filiales importantes debían ser denominadas “provincias” o Wilayats.
Una parte de los grupos y organizaciones afiliados a Al Qaeda se mantuvo dentro de aquella red. Ejemplos de ello son AQAP, AQIM o el prominente grupo somalí de Al Shabab. Pero hubo otros grupos que decidieron abandonar Al Qaeda, mover su lealtad hacia ISIS y simplemente cambiar de bandera y de nombre. Algunos de esos grupos se han autodenominando “provincias” del “Estado Islámico”. La mayor parte de sus actividades son independientes a las de ISIS-Matriz, están alimentados por combatientes propios, y tienen liderazgos capaces de llevar a cabo operaciones propias, como lo hacían desde mucho antes de que ISIS se separase de Al Qaeda. Un ejemplo claro de estas “provincias” fue Boko Haram, pero que a partir del 2015 se afilia a ISIS y se autodenomina “Provincia de África Occidental del Estado Islámico”.
Otro ejemplo es justamente la “provincia” afgana de la organización, también denominada ISIS-Khorasan, o simplemente, ISIS-K, compuesta esencialmente de ex talibanes hoy afiliados a ISIS. En algunos casos, ISIS-Matriz aporta algo de financiamiento y asesoría a estos grupos. Otras veces no. En la inmensa mayoría de las ocasiones no hay evidencia de que los ataques de estos grupos se encuentren planeados o coordinados por ISIS-Matriz.
Ahora bien, a medida que la matriz de ISIS fue perdiendo territorio, las “provincias” o filiales se convirtieron en centros receptores de “veteranos” de Irak y Siria. Al final, al actuar a nombre de la organización matriz, como “provincias” del “Estado Islámico”, la sensación generalizada es que todo forma parte de una planeación y coordinación centralizada.
Componente III: ISIS-células
Además de lo anterior, existen muchas células, algunas de ellas ubicadas en ciudades europeas. Varias de estas células están compuestas por jihadistas que tienen muchos años de serlo, o una combinación de jihadistas de muchos años, con jihadistas nuevos. Algunos de estos jihadistas eligen permanecer fieles a Al Qaeda (ejemplo: los atacantes de Charlie Hebdo en atentado cometido en París en enero del 2015). Otros decidieron abandonar su afiliación antigua y adoptar la nueva, la afiliación a ISIS. Estas células tienen distinto grado de conexión con la matriz. En algunos casos, como ocurrió con las células que cometieron los atentados de París en noviembre del 2015, o en Bruselas en 2016, la relación operativa entre las células europeas y la matriz en Siria/Irak era elevada. Varios de los atacantes—ciudadanos franceses y belgas—estuvieron en Siria, recibieron entrenamiento, y cuando regresaron a Europa empezaron a planear lo que, según se supo después, era su misión. En cambio, otras células trabajan con un mucho más elevado grado de independencia de la matriz, tanto financiera como de operatividad.
Componente IV: ISIS-actores o “lobos” solitarios
Fuera de las células, hay un gran número de potenciales atacantes que no forman parte de organización alguna y que, por ende, no están coordinados entre sí o con alguna red. Estos atacantes normalmente operan en solitario. A veces, las menos, operan en grupos pequeños de personas. De acuerdo con el Índice Global de Terrorismo, el 70% de muertes por terrorismo en países miembros de la OCDE del 2007 al 2015 eran producto de atentados de esta categoría. Por consiguiente, es un error identificar ataques de estos lobos solitarios o pequeños grupos de personas como si todos fuesen parte de un mismo plan coordinado. Sin embargo, es común que el liderazgo de ISIS llame a sus seguidores a cometer ataques, estén donde estén. Así, atacantes desde Sídney hasta Ottawa o el norte de África, simplemente actúan en su nombre o inspirados por la organización. Esto, comunicativamente, es utilizado por ISIS para generar un sentimiento de capacidad, alcance y crecimiento.
El quinto elemento: Reclutas virtuales o más allá de los lobos solitarios
Hasta 2016, cuando un individuo que llevaba a cabo un atentado no tenía un lazo operativo, de financiamiento, o de cualquier otra índole con la matriz u otras células, el atentado era calificado como “un ataque a manos de un lobo solitario” inspirado por ISIS.
Sin embargo, hacia el final del 2016, Gartenstein-Ross y Barr (2016), explicaron en un texto en Foreign Affairs, que, en muchas ocasiones, estos atentados eran erróneamente calificados como ataques de lobos solitarios puesto que, en algunos casos, sí se había detectado comunicación a distancia entre el atacante y otras células, o con la matriz. La autora Bridget Moreng lo describió posteriormente con mayor detalle en la misma revista (Moreng, 2016). De acuerdo con ella, ISIS tiene varios años operando una rama a distancia o virtual. Según la autora, se trata de una sección dentro de uno de los brazos de ISIS denominado Amn al-Kharji, el cual incluye “planeadores virtuales”, encargados no solo de inspirar atacantes de todas partes del mundo, sino de dirigir varias de las operaciones desde la lejanía geográfica. Esto, entonces, compondría un quinto elemento o componente de ISIS: el de los reclutas virtuales.
Entonces, la operación incluye uno o varios de los siguientes elementos: ISIS tiene oficinas de medios, de redes sociales y de propaganda, que buscan, entre otras muchas cosas, atraer nuevos seguidores. Algunos de esos seguidores llegaron a viajar a Irak o Siria. Otros, llevan a cabo el viaje hacia sitios en donde ISIS tiene filiales. Algunos más, se fueron incorporando a células como las europeas. Otros seguidores, en cambio, pasan por un proceso individual de radicalización y se convierten en lobos solitarios. Y adicionalmente, hay un número de reclutadores virtuales, quienes, a distancia, detectan el potencial de radicalización de determinados individuos, y quienes los invitan a tener conversaciones privadas empleando espacios virtuales seguros tales como la red Telegram, desde donde se trabaja por semanas y a veces meses, con el futuro atacante.
Una vez que el potencial recluta es persuadido de manifestar su lealtad al “Estado Islámico” mediante un ataque, se le instruye acerca de qué objetivos atacar y acerca de cómo atacarlos, se le comparte manuales en línea, se da la orden de llevar a cabo el atentado y se le invita a compartir su misión. En otras palabras, en esos casos sí hay un lazo que no es solo ideológico o de inspiración entre ISIS-matriz y el atacante, sino que se genera un verdadero lazo operativo a distancia. El contacto con, el reclutamiento y el seguimiento del potencial terrorista, sí ocurre desde la matriz, pero a nivel virtual.
Es así como, empleando cualquiera de los anteriores componentes, o bien, alguna combinación de los mismos, la violencia es utilizada de manera estratégica a través de una comunicación bien planeada y diseñada, con el fin producir efectos psicológicos masivos. Ello es, en esencia, en lo que consiste el terrorismo y es lo que hace de ISIS lo que es.
Solo como nota final. Todo lo anterior muestra que el combatir a uno de los componentes de ISIS (por ejemplo, su matriz) sin combatir el resto, es una aproximación incompleta, lo que, aunque ha resultado en una disminución temporal del terrorismo, permite que eventualmente éste reemerja con fuerza. De esto hablaremos en otras entregas.
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30 marzo 2024
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mauriciomeschoulam · 1 month
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Terrorismo en Rusia: unos apuntes
Publicado originalmente en El Universal: https://www.eluniversal.com.mx/opinion/mauricio-meschoulam/terrorismo-en-rusia-unos-apuntes/
Hay una serie de cosas que sabemos y otras muchas que no sabemos acerca de los atentados ocurridos en Rusia el 22 de marzo. Pero partiendo de lo que sí se sabe, coloco acá algunos apuntes de contexto:
1. Sabemos que el terrorismo no es violencia material, sino violencia psicológica que usa la violencia material meramente como instrumento con el objeto de inducir un estado de shock colectivo o pánico masivo en terceros —aquellos quienes no vivieron el ataque, pero tuvieron contacto con la narrativa del mismo por medio de videos, imágenes, textos o relatos— y a través de ese terror, canalizar una serie de mensajes, reivindicaciones, o generar presión política, a fin de que el actor perpetrador avance en sus metas políticas, ideológicas o religiosas. Las lamentables víctimas inocentes de la sala de conciertos atacada en Rusia son solo eso, herramientas, para generar un efecto colectivo.
2. Sabemos también que, tras su intervención a gran escala en Ucrania en 2022, Rusia se encuentra en medio de una guerra mayor. Sabemos que, dado el fracaso de la contraofensiva ucraniana del 23, en los últimos meses Moscú ha recuperado la iniciativa de la guerra. Y sabemos que, en los últimos días, Rusia ha estado lanzando una serie de ataques masivos contra la infraestructura civil y energética ucraniana.
3. Sabemos también que Rusia es uno de los países que más ha sufrido el terrorismo islámico desde hace décadas. Más allá de los ataques del 2004, hacia 2012/2013 Rusia era ubicada como uno de los 10 países más afectados por el terrorismo (GTI, 2012/3). La mayor parte de atentados en esa época eran perpetrados por extremistas islámicos de la zona del Cáucaso con metas separatistas.
4. Sabemos también que Rusia es uno de los mayores enemigos de ISIS. Solo recordar que Moscú respaldó al presidente Assad y a Irán en su combate a esa organización y que, desde 2015, Rusia lanzó una intervención terrestre y aérea en Siria que fue clave para arrebatar a ISIS una buena parte del territorio que controlaba en ese país. Paralelamente, ISIS también era combatida por EU y sus aliados. En esta ecuación, como lo explicamos en su momento, no funciona la fórmula del “enemigo de mi enemigo es mi amigo”, y esas cosas. ISIS peleaba y pelea contra todos a la vez, es parte de la visión apocalíptica de su lucha.
5. Sabemos que, a lo largo de estos años, ISIS ha atacado o ha efectuado planes para atacar a sus muy distintos enemigos. Lo ha hecho a través de células, a través de sus filiales mayores, a través de su capacidad de inspirar ataques de actores solitarios, y también desde su centro operativo mayor ubicado en Siria y en Irak. Sin embargo, ese centro operativo perdió la mayor parte de sus capacidades precisamente porque era combatido por dos coaliciones mayores, la de EU y sus aliados y la de Assad y sus aliados (Rusia e Irán).
6. Sabemos, no obstante, que varias de las filiales mayores de ISIS ubicadas en África, Medio Oriente y Asia, han seguido enormemente activas. De todas ellas, una de las que más ha adquirido capacidades es la rama afgana de esa organización, conocida como ISIS-Khorasan, o como ISIS-K (también ISKP —la provincia oriental del “Estado Islámico”).
7. De acuerdo con reportes que monitorean continuamente los eventos de terrorismo (a pesar de que la mayoría de los medios no lo han hecho, dada la concentración de su atención en otros asuntos internacionales como la guerra en Ucrania o la de Medio Oriente), ISIS-K es quizás la filial de ISIS que no solo tiene las mayores posibilidades de cometer atentados a nivel global, sino que tiene toda la intención de hacerlo y lo ha estado haciendo. ISIS-K ha aprovechado el vacío generado en Afganistán (y en Pakistán) tras el repliegue de tropas de EU y la OTAN de la zona. Por ello, se ha trazado la meta de hacerlo, atacando uno a uno, a sus muy distintos enemigos. El objetivo último es avanzar, despacio, inspirar y expandir a la organización y a sus filiales, hasta lograr un califato a nivel global. El mensaje último es que el Estado Islámico, lejos de morir, sobrevive después de todos estos años, que tiene operaciones en toda clase de continentes, y que terminará por retornar y devolver a cada enemigo, los golpes recibidos.
8. Sabemos también que fue precisamente ISIS-K quien lanzó los recientes ataques terroristas en Irán, otro de sus enemigos, lo que, en ese caso, sí fue reconocido por las autoridades en Teherán y lo que orilló a ese país a lanzar los ataques de represalia respectivos.
9. Sabemos, por las propias autoridades rusas, que ISIS-K estaba planeando atentados contra sinagogas en Rusia, para mostrar solidaridad entre ISIS y el pueblo palestino, y sabemos que las autoridades rusas afirmaron haber desmantelado esos planes. Pero sabemos que la alerta no bajó puesto que, frustrada la idea original, ISIS podría mover sus blancos en Rusia. Los reportes que señalan que las autoridades en Washington conocían de esa alerta son correctos, pero quienes monitoreamos estos eventos, pudimos enterarnos de estas alertas desde muchas semanas atrás. No era ningún secreto, sino información pública.
10. Sabemos que ISIS reivindicó los ataques sin ofrecer pruebas, como es normal cuando los reivindica salvo en contadas excepciones, puesto que muchas de las células que trabajan en su nombre no informan o tienen contacto con la “matriz” o el centro operativo/informativo antes de efectuar sus ataques. Para ISIS lo importante es lo que ocurre después del ataque, es ahí en donde entra su vasto aparato propagandístico para apropiarse de éste y avanzar su guerra psicológica. El mensaje de ISIS siempre ha sido que ellos son omnipotentes y omnipresentes. Están en todos lados y siempre pueden atacar. Un mensaje altamente eficaz que nunca ha necesitado evidencias para cumplir con su objetivo, independientemente del rol material que la organización cumpla o no con los ataques reivindicados.
11. Por último, sabemos que para Ucrania era indispensable deslindarse del atentado del 22 de marzo. Lo mismo para EU, quien fue enormemente veloz en corroborar la reivindicación de ISIS. Esto se debe a la guerra informativa existente con Rusia, y a la posibilidad que, tras las sospechas que se tenían, Moscú pudiese encuadrar el evento como parte de su guerra en Ucrania.
11. Ahora bien, lo que no sabemos, al momento de este escrito (24 marzo 7 am) es la identidad de las personas capturadas por Rusia como responsables directos o como cómplices del ataque. Y no sabemos si efectivamente se trató de un plan de ISIS, como afirma esta organización y quienes respaldan su teoría, o si se trata de otro tipo de atacantes. Insisto, Rusia ha sufrido el terrorismo desde hace décadas, y las posibilidades de una gama de actores que quisieran atacar a su población civil siempre son amplias. Lo que sabemos en cambio, es que Putin afirmó que se trataba de extranjeros, que no hizo mención a alguna a ISIS en su discurso al respecto, y que, por el contrario, acusó a Ucrania de facilitar el ingreso de los atacantes a su territorio, culpándole implícitamente de complicidad. Podemos prever que esa narrativa continúe. Encuadrar estos hechos como parte de la “guerra defensiva” que Rusia se ve obligada a luchar, puede resultar lógico en este momento para Moscú, pues le permite seguir explicando a su población que su lucha mayor tiene sentido.
No abundo más en este punto, precisamente a falta de información. Pero lo seguiremos monitoreando.
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24 de marzo 2023
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mauriciomeschoulam · 1 month
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Amenazas nucleares de Putin: evaluando riesgos reales y su evolución
Publicado originalmente en El Universal:
Hace pocos días Putin volvió a emplear las amenazas nucleares como parte de su discurso. No es, por supuesto, la primera vez que lo hace. A lo largo de estos años, una lecturaha sido que se trata únicamente de una guerra psicológica. Pero ha habido otro tipo de lecturas también, las cuales toman más en serio estas amenazas y han buscado encontrar en qué momentos el presidente ruso ha considerado realmente la posibilidad de emplear dicho armamento. En el texto de hoy analizamos la evolución del tema.
La teoría
La teoría nos dice que una guerra entre potencias nucleares es altamente improbable. El atacar a quien tiene capacidad de destruirme se vuelve una decisión no racional puesto que el resultado de una guerra así no sería la victoria sino el suicidio. El objetivo de tener armamento de ese tipo es, entonces, meramente disuasivo. Sin embargo, por lo que hay en juego en una guerra activa como la actual, esta serie de argumentos necesita someterse a un mucho mayor escrutinio. Primero, por la vasta investigación (desde la economía conductual hasta la neurología) que existe acerca de la irracionalidad en la toma de decisiones. Segundo, por la posibilidad de que alguien, en el camino, encontrara motivos como para que un primer ataque nuclear sí tuviese justificaciones racionales. Por ejemplo, Ucrania no cuenta con bombas atómicas, y, por tanto, si ese país en específico fuese atacado nuclearmente por Rusia, tendríamos que evaluar hasta dónde y cómo sería defendida por sus aliados occidentales.
El debate interno en Rusia hacia mediados del 2023
“La reciente discusión pública en Rusia sobre el uso de armas nucleares contra Occidente fue, en realidad, una discusión sobre cómo Moscú puede salir de la difícil situación en la que se encuentra y qué precio está dispuesta a pagar por una victoria”, escribía Andrey Baklitskiy para la Carnegie en el verano del 2023. Su texto abordaba el debate nuclear entre la comunidad de expertos en Rusia desde el ángulo de la preocupación de Moscú por su difícil situación y su deseo de encontrar una solución que reforzara su posición en Ucrania y en la confrontación con Occidente. Expertos rusos, incluido Sergei Karaganov, habían planteado la posibilidad de un ataque nuclear como una forma de generar miedo en Occidente y así, lograr una victoria en la guerra. Él insistía en que Occidente no respondería nuclearmente contra Rusia. Sin embargo, es importante señalar que la mayoría de los expertos en ese paísy la opinión pública no apoyaban esta idea, y considerabanque el uso de armas nucleares conllevaría riesgos y costos inaceptables.
Aún así, en última instancia, la decisión sobre el uso de armas nucleares recae en el presidente ruso y en su círculo cercano de asesores. De ahí la necesidad de comprender cómo funciona y cómo evoluciona en el tiempo una dinámica escalatoria más allá de las voluntades de los individuos. Igualmente importante es observar cuando la dinámica escalatoria tiende a reducirse.
La paradoja de la escalada y las consecuencias de alimentarla 
Desde el inicio de esta guerra, ha estado presente, entre rivales y enemigos de Moscú, la necesidad de mantener un equilibrio entre, por un lado, elevar el costo a Putin por haber lanzado una intervención militar sobre un país soberano, y por el otro, no permitir que la espiral ascendente de violencia se salga de control. No obstante, se trata de un equilibrio que navega por líneas demasiado delgadas. A cada acción que se ha puesto en marcha, han correspondidoreacciones y consecuencias. Más aún, a medida que pasaba el tiempo y, sobre todo, cuando los fracasos del ejército ruso se acumulaban, los riesgos de esa escalada que se queríaevitar, se mantuvieron creciendo. 
1. Por un lado, está la postura de la sociedad ucraniana, la cual se ha venido construyendo a lo largo de años. Esa postura se ha vuelto cada vez más atrincherada, sin demasiado espacio para la negociación (ver Instituto Internacional de Sociología de Kiev, 2023). Desde esa visión (abrumadoramente mayoritaria), su país está siendo agredido y su obligación es defenderlo a toda costa, sin ceder una pulgada de territorio. De modo que, si Zelensky mostraradisposición a negociar partes de dicho territorio, probablemente sería acusado de traición y las presiones internas que recibiría quizás le obligarían a recular. 
2. Sumado a lo anterior, el ejército ucraniano mostrócapacidades que eran inesperadas después de observar su desempeño entre 2014 y 2021, mientras que, paralelamente, el ejército ruso exhibió debilidades y vulnerabilidades que tampoco eran esperadas. El resultado entonces hacia 2022 e inicios del 23, fue la convicción, entre muchos, de que Ucrania no solo debía, sino que podía recuperar cada pedazo de tierra que Rusia había conquistado y anexado desde el 2014 y, por lo tanto, antes de siquiera pensar en negociar, necesitaba seguir peleando y explotar esas vulnerabilidades rusas. 
3. En línea con lo anterior, la evaluación en Occidente se fuedividiendo entre (a) quienes pensaban que Rusia debía ser completamente derrotada y expulsada de Ucrania, (b) quienes pensaban que más bien se debía negociar con Putin incluso al costo de tener que aceptar la soberanía rusa sobre determinadas porciones de Ucrania (como Crimea), y (c) quienes siguen sosteniendo que es posible mantener un equilibrio, apoyando a Kiev justo con lo necesario como para que se haga a Putin pagar un costo considerable, pero no de manera tal que se corra el riesgo de una mayor escalada que pudiera terminar en una catástrofe en Europa y quizás en otras partes del mundo. 
4. El problema es que las dinámicas conflictivas tienden a cobrar sus vidas propias. Desde febrero de 2022, con cada avance o acto agresivo de Moscú, especialmente cuando Rusia conseguía dominar la iniciativa del conflicto, Zelensky fue eficazmente incrementando la presión para recibir más y mejor armamento por parte de Occidente, lo que contribuyó no solo a una eficiente defensa, sino a lograr para el ejército ucraniano, en ese 2022, contraofensivas de altísimo impacto. 
5. Esto a su vez, fue endureciendo determinadas posturas en Rusia que demandaban a Putin mucha mayor aplicación de fuerza, incluido el uso de armas nucleares tácticas. Y cada vez que el ejército ruso perdía posiciones, esas presiones contra Putin seguían creciendo, lo que, aunado a su necesidad de proyectar poder hacia afuera y sostener su imagen como una superpotencia capaz de conseguir sus objetivos y cumplir con sus amenazas, terminópor orillar al presidente ruso a seguir escalando la guerra (mediante medidas como movilizaciones masivas o tácticas convencionales, pero escalatorias). 
6. La paradoja acá entonces, era que, a medida que Kiev sostenía y avanzaba en su apuesta por sacar a Rusia de todo su territorio y, al mismo tiempo, a medida que varios países occidentales se mantenían convencidos de que Ucrania debía ser apoyada en esa meta, los riesgos de escalamiento se incrementaron, toda vez que Putin no parecía tener una estrategia de salida vendible después de la propia camisa de fuerza que él mismo se fue imponiendo con su discurso y sus acciones. Es decir, justo el incrementar el costo a ese presidente por haber lanzado esta invasión, es lo que más le arrincona y, conociendo su personalidad, lo que parecía tornarle más dispuesto a elevar la espiral, incluso bajo los costos que podía implicar el hacerlo. 
7. Es ahí en donde la comunidad de expertos comenzó a elevar las alertas, pues los riesgos de un ataque nuclear (si bien limitado al uso de armas tácticas o reducidas y dirigidas solo contra el ejército ucraniano) se estaban elevando.
El presente: Rusia recuperando la iniciativa de la guerra
1. Actualmente estamos en otro contexto. La contraofensiva ucraniana del 2023, en lo general, fracasó. En contraste, Rusia logró recuperar la iniciativa de la guerra y en este punto amenaza a Ucrania desde al menos cinco frentes diferentes. Independientemente de lo que suceda en esos frentes, el uso de la retórica nuclear en marzo del 2024 tiene que ser analizado desde una perspectiva diferente. No porque los riesgos de escalamiento no existan. Insisto, cuando una superpotencia posee armamento atómico, siempre existe una posibilidad de que la espiral de violencia ascienda y que, con ello, se materialice en algún punto el uso de un arma nuclear. Sin embargo, estos riesgos, bajo el contexto actual han disminuido. 
2. Es decir, Putin cuenta, militarmente, con muchas otras alternativas para conseguir los objetivos que se trazó originalmente, las cuales son mucho menos costosas para Rusia que el usar una bomba atómica. 
3. Más aún, en la medida en que Rusia ha dejado de tener derrotas en el territorio ucraniano, y ha venido acumulando victorias por escasas que sean, en esa medida la presión interna para usar armamento nuclear por parte de los sectores más duros en su país, ha disminuido.  
La guerra psicológica
Ello nos lleva entonces a insertar, una vez más, el discurso de Putin, dentro de una guerra psicológica y discursiva que sostiene con Occidente. El contexto de hoy y las motivaciones para usar ese discurso incluyen elementos como los siguientes: (a) El acceso formal por parte de Suecia a la OTAN, el cual sumado al de Finlandia el año pasado, alimenta la narrativa en Occidente de que Putin ha cometido enormes errores de cálculo y que está ocurriendojusto la expansión que ese presidente quería evitar, (b) La retórica de líderes como Macron en cuanto a desplegar tropas de la OTAN en Ucrania para impedir que Rusia siga avanzando en ese territorio, (c) Las elecciones en EU, el sitio que hoy Trump ocupa en las encuestas, y la visión internacional aislacionista que él y su base sostienen, (d) Otros factores que contribuyen al calentamiento retórico incluyen las recientes evaluaciones por parte de funcionarios y agencias de inteligencia en Estonia, Lituania o Dinamarca que aseguran que Moscú se prepara para una guerra con la OTAN en los próximos años, y que, por tanto, esa alianza militar necesita efectuar un esfuerzo histórico en materia de armamentismo y despliegues en su frontera con Rusia.
Considerando todos los elementos que indico, entonces, podemos pensar que, al volver a recordar al mundo que Rusia es una potencia nuclear y que está lista para usar su armamento atómico, Putin habla a muchas audiencias (internas y externas) al mismo tiempo con un mensaje que él se mantiene repitiendo: aquellas personas que han llegado a sostener que Rusia puede ser derrotada tanto en Ucrania como en cualquier otro territorio, y que han trabajado y siguen trabajando en esa dirección, deben recalcular sus decisiones y quizás, más bien deberían empezar a vislumbrar(como Trump) el sentarse a negociar con Moscú, ahora sí, de manera mucho más seria que en el pasado. 
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23 de marzo 2024
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mauriciomeschoulam · 1 month
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Trump y el “baño de sangre”
Publicado originalmente en El Universal: https://www.eluniversal.com.mx/opinion/mauricio-meschoulam/trump-y-el-bano-de-sangre/
Donald Trump advirtió en un mitin político en Ohio, que, si él no gana las elecciones este noviembre, habrá “un baño de sangre” en EU. Este tipo de declaraciones nos regresa a la agenda de hace cuatro años, a los temores que entonces se tenían y a las distintas formas de violencia como esos temores se llegaron a materializar. El texto de hoy recupera varias de las reflexiones que desde entonces y hasta la fecha hemos efectuado con el fin de retomar la discusión precisamente donde se dejó:
Percepción de canales tradicionales cerrados y su impacto en la radicalización
1. Trump no solo fue un candidato que desde 2016 energizó a las bases republicanas tradicionales, a conservadores, a evangélicos, o a determinados empresarios. Trump levantó esperanzas entre la derecha radical, entre supremacistas y nacionalistas blancos que antes operaban desde las márgenes, y ahora, finalmente, sentían una conexión con su sistema político y una esperanza para alcanzar el poder.
2. Entonces, se desató un ciclo clásico en el extremismo que Moghaddam ha llamado “la escalera de la radicalización”. Más y más simpatizantes se sumaron a las causas de la derecha extrema, participaron en mítines políticos, sitios de internet, y llevaron al centro de la discusión sus temas, preocupaciones, sus convicciones acerca de estar siendo reemplazados por “judíos, negros, latinos e inmigrantes”, sus teorías conspirativas, esperando que la movilización política les diera réditos.
3. No obstante, muchas de esas personas se empezaron a sentir decepcionadas y fueron perdiendo la confianza en los mecanismos tradicionales de participación, mucho más cuando percibieron que Trump estaba siendo incapaz de cumplirles.
4. En esa escalera de radicalización hay quienes ascienden un peldaño más, toman la decisión y brincan al uso de la violencia. Mientras más gente percibe que su apuesta política está bloqueada, más actos violentos hay. Esta fotografía es retratada primero, por un análisis de lo que ha implicado las teorías conspirativas en el paso de Trump por la presidencia, y segundo, por dos reportes que analizamos con detalle en 2020.
Las teorías de conspiración
1. Dos factores para entender la relevancia del tema: (1) El mayor predictor de que una persona crea en una teoría de conspiración, es su creencia previa en una conspiración anterior, según explica Cass Sunstein. Las teorías de conspiración, nos dice la investigación, se dan en cascada; y (2) La relación entre este expresidente y su base es bidireccional. Trump alimenta continuamente la idea de que existe una conspiración en su contra. Al mismo tiempo, el exmandatario entiende muy bien cómo piensa su base electoral, conecta con ella, y se nutre de ella. En todo este panorama, la teoría de que hubo un fraude electoral, un robo masivo de votos en el que participaron actores de distintos niveles de gobierno, de los tres poderes de la unión, de ambos partidos, además de personalidades clave del sector privado, de los espectáculos y los medios de comunicación, no es sino un capítulo más de una serie de cascadas que no han terminado, a las que ahora se suma el drama de los múltiples cargos y procesos legales en su contra.
2. Por ejemplo, hace muchos años, Trump impulsó la teoría de que Obama no era estadounidense, sino un musulmán nacido en África. Al hacerlo, independientemente de la evidencia al respecto, Trump fue paulatinamente acumulando una masa de seguidores para quienes esta idea tenía absoluto sentido. Posteriormente se promovió como un candidato presidencial que era externo a Washington, ajeno a las élites del poder, libre de la corrupción y malas decisiones que a lo largo de años habían sido tomadas lo mismo por presidentes demócratas que republicanos. Por tanto, durante las primarias del 2016, continuamente argumentaba que las estructuras de poder—incluso las de su propio partido—operaban en su contra. Trump en realidad representaba un movimiento anti establishment, abanderaba a amplios sectores (cuya dimensión en ese entonces estaba altamente subestimada) hartos del sistema, que desconfiaban de las instituciones, de los medios y que estaban convencidos de que Washington estaba podrida de corrupción y suciedad.
3. Más adelante, ya en la campaña contra Hilary, Trump declaraba varias veces que las elecciones estaban manipuladas y llenas de trampas diseñadas para que él no ganara. Esta teoría no terminó ni siquiera con su victoria. Trump siguió insistiendo en que hubo millones de votos ilegales y que solo por eso Hilary había ganado el voto popular. Una buena parte de su electorado, de acuerdo con encuestas de ese año, le creía a pesar de que ello nunca fue demostrado.
4. La cascada de las teorías de conspiración no se detuvo. Ahora, cuando finalmente Trump lograba “vencer al establishment” y tomaba posesión de la Casa Blanca en 2017, las estructuras del sistema “se aliaban para sacarlo de ahí” a como diera lugar. Mediante tuits, declaraciones y discursos, el entonces presidente colocó una y otra vez en la misma línea enemiga a las agencias de inteligencia, a personalidades de la política (demócratas y republicanos por igual), a miembros de su propio gabinete, de su propio equipo que siempre “terminaban traicionándolo”.
5. Desde el “Estado Profundo”, se fraguaba un plan para encontrarle pruebas a fin de destituirlo. Primero, la injerencia rusa en las elecciones (que él se rehusaba a aceptar pues deslegitimaba su victoria). Luego, la colusión de Moscú con su campaña electoral y una fiscalía especial para investigar esos alegatos. Ya en 2020, a falta de evidencia para sacarlo del poder por la colusión con Rusia, se “diseñaba un nuevo plan” para someterlo a un primer juicio de destitución por el caso ucraniano.
6. Todo encajaba. Al final, si bien se demostró la injerencia rusa en las elecciones, no hubo evidencia suficiente para inculpar a Trump de estar aliado con ese país para ganarlas. Esto, naturalmente, alimentó las teorías conspirativas: “Intentaron inculparlo y no lo lograron”. Uno a uno de sus detractores en la Casa Blanca que operaban en su contra desde adentro, terminaba exhibiendo su “traición”, y él los iba retirando del camino. El voto a favor de destituirlo tras el primer juicio de Impeachment en la Cámara de Representantes y a favor de su absolución en el Senado, se dio prácticamente en las líneas partidistas. Por tanto, ese juicio se presentó en su momento, como la última treta y fracaso de sus enemigos para sacarlo del poder.
7. En ese sentido, el “fraude” del 2020 formaba parte de la misma narrativa. Ya que no pudieron destituirlo de manera legal, ahora, el “Estado Profundo” echaba a andar toda una maquinaria—la misma que ya había echado a andar en 2016, pero ahora de formas mucho más refinadas—para robarle la elección, sacarlo de la Casa Blanca y luego una vez más intentar destituirlo mediante un nuevo Impeachment. Trump advirtió una y otra vez que a través de un complejo sistema de votación a distancia “con el pretexto” de la pandemia, funcionarios electorales, miembros locales, estatales y federales del partido demócrata apoyados por los medios de comunicación tradicionales, por multimillonarios y personalidades de todos los ámbitos, planeaban un “fraude masivo” en su contra. Millones de personas le creyeron desde entonces.
8. De manera que, una vez transcurrida la jornada electoral, todo cuadraba con sus sospechas: Los cambios de tendencia en estados clave como Georgia o Pensilvania, los escasos márgenes en Wisconsin, Nevada o Arizona, el uso de máquinas para contar votos cuyo “mal funcionamiento” había sido ya “probado”; posteriormente, la proyección de Biden como ganador por parte de los medios y la desestimación de casos por decenas de cortes a causa de falta de pruebas, algo que en realidad exhibía la “indisposición” a escuchar los alegatos de la campaña de Trump o quienes la apoyaban. Esto incluyó a la Suprema Corte de Justicia con todo y los tres jueces nominados por el mismo presidente. En fin. Todo un plan al que ya en 2023 se sumaban los diversos cargos legales en su contra.
El aumento de violencia política y su conexión con las teorías conspirativas
Uno de los reportes del 2020 es un informe publicado por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), que corroboraba tendencias que ya conocíamos. Dos conclusiones centrales:
1. La primera, el terrorismo de extrema derecha en Estados Unidos siguió creciendo en esos años y rebasaba, por mucho, al perpetrado por cualquier otra clase de ideología en ese país, lo que incluía actos extremistas cometidos por grupos de izquierda, o al terrorismo islámico. Solo en 2020, en plena pandemia, 90% de atentados o planes para cometerlos, pertenecían a esa categoría.
2. Segunda conclusión del CSIS: El terrorismo de extrema derecha probablemente seguiría creciendo a lo largo del siguiente año. Uno de los motores, de acuerdo con el centro, sería la oportunidad percibida por personas radicalizadas a raíz de la polarización del entorno electoral. Pero, sobre todo, esa tendencia podría estar influenciada por el resultado de la elección. Mientras más personas adherentes a estas ideologías se sintieran decepcionadas por su sistema político, crecerían las probabilidades de que ello resultara en actos violentos.
3. Lo anterior era corroborado por el segundo reporte, publicado por el Southern Poverty Law Center (SPLC), una institución que monitorea el extremismo de derecha desde hace años. El informe mostraba que del 2016 al 2018 hubo un considerable incremento en la movilización política por parte de grupos supremacistas, los cuales incluían nacionalistas blancos, neonazis, simpatizantes del Ku Klux Klan y de la “Alt-Right” (Derecha Alternativa), entre otros.
4. Sin embargo, reportaba el SPLC, el número de estas movilizaciones políticas fue decayendo conforme estos grupos fueron perdiendo confianza en Trump y en su eficacia para lograr sus metas. Como resultado, muchos de esos adherentes se fueron retirando de la actividad pública y se unieron a células clandestinas más extremistas que consideran que “la democracia multirracial en EU está inevitablemente destinada al colapso” y que, por tanto, el proceso necesita ser acelerado mediante la violencia.
5. El período de activismo político, entonces, es seguido de una siguiente fase, justo la del 2020, marcada por una mayor amenaza de ataques violentos como los atentados cometidos en sinagogas en los años previos, o como el ataque en un Walmart de El Paso en 2019 (en el que, lamentablemente, murieron varios ciudadanos mexicanos, entre otras víctimas inocentes). Mediante estos atentados, los supremacistas blancos buscaban “despertar” la conciencia acerca del “genocidio blanco”.
6. Ellos “saben cosas que otros desconocen” (un fenómeno que se conoce como el “red-pilling”, aludiendo a la píldora roja de la película The Matrix) y, entre otras cosas, han “caído en la cuenta” de que la pluralidad de razas, representa en realidad el “reemplazo y el fin de la raza blanca”. Si bien, no todos los eventos de violencia perpetrada por extremistas de derecha de esos tiempos tenían las características o las dimensiones de atentados como el de El Paso, ese tipo de reportes documentaban el incremento de incidentes menores y sobre todo, de planes para cometer atentados de alto impacto (como por ejemplo, una explosión en un hospital de Kansas City con pacientes de Covid), los cuales fueron, afortunadamente, detectados y detenidos antes de consumarse, pero que evidencian este brinco señalado por el SPLC: del activismo político al uso de la violencia material.
7. Lo que predecía el CSIS no se cumplió al pie de la letra. Sin embargo, si pudimos observar cómo es que después de las elecciones del 2020, la violencia política se incrementó hasta culminar con el asalto al Capitolio del 6 de enero del 2021.
8. Es decir, lo que sí se materializó fue la conexión entre: (a) el discurso político de Trump, (b) la creencia en la conspiración que ahora culminaba en el “robo masivo de votos” y (c) la comisión de violencia material con motivaciones políticas.
Después del 2021
1. Si seguimos el hilo de esa narrativa, una vez que Trump deja el poder, las fuerzas que buscan terminar con él “siguen trabajando”. Existen varios procesos legales en su contra desde hace tiempo. Los cargos que se han levantado, las evidencias al respecto y todos los procedimientos, formarían parte de la conspiración para “impedir que regrese” y “destrozar su carrera política”.
2. La cuestión es que, para quienes creen en ello, la existencia de este plan maestro no necesita ser probada. Es autoevidente. Si las pruebas ofrecidas muestran una verdad diferente, entonces las pruebas forman parte del plan. También forma parte del plan quien las exhibe y quien las juzga. No importa cuántas veces se volvía a contar los votos, o si es que existen pruebas contundentes para imputarle cargos de cualquier índole: se trata de una conspiración que se autosostiene.
3. En esa conspiración creen millones de votantes, y ese es el dato, porque cualquier esfuerzo de distensión, de despolarización, y de sanación social, cruza por el fantasma de la ilegitimidad de Biden, quien, para esos millones, siempre será el presidente que robó las elecciones; los cargos contra Trump serán siempre parte del mismo plan y, por tanto, su implementación se explica sola.
4. En todo caso, lo que es un hecho, es que las teorías conspirativas que circulan y se alimentan, se encuentran en el corazón de cada uno de los factores señalados y que, bajo ese contexto, la violencia políticamente motivada se vuelve más probable.
Conclusión: el baño de sangre
El discurso de Trump debe tomarse muy en serio. Él argumentará siempre que al hablar de un baño de sangre no está invitando a llevarlo a cabo, sino advirtiendo sobre lo que puede pasar. Pero, como lo muestra todo lo que acabo de documentar, la inevitable conexión entre la creencia previa en teorías conspirativas, el discurso que alimenta esas creencias, la radicalización paulatina de determinados sectores de su base que perciben cerrada la lucha a través de las vías tradicionales para conseguir sus fines y la materialización de todo ello en violencia política, son temas reales que es necesario monitorear y prevenir.
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19 de marzo de 2024
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mauriciomeschoulam · 1 month
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Ataques en el Mar Rojo: ¿todo ligado a Gaza? ¿qué buscan los houthies?
Publicado originalmente en El Universal: https://www.eluniversal.com.mx/opinion/mauricio-meschoulam/ataques-en-el-mar-rojo-todo-ligado-a-gaza-que-buscan-los-houthies/
Washington ha estado teniendo negociaciones secretas con Irán mediadas por Omán, según se reportó en el FinantialTimes esta semana, con el objetivo de persuadir a Teherán para frenar los ataques de los houthies contra embarcaciones comerciales en el Mar Rojo. Las disrupciones al comercio global en esa vía neurálgica que conecta Asia, África y Europa se han convertido en un dolor de cabeza desde hace meses. Hay, sin embargo, dos suposiciones básicas que debemos reexaminar. La primera tiene que ver con que Irán es una especie de comandante sobre las milicias aliadas de su llamado “eje de resistencia” y que, por tanto, negociar con Irán puede conseguir los resultados que EU desea. La segunda es que toda esta violencia se encuentra íntima y diría yo casi únicamente relacionada con el conflicto entre Hamás e Israel; que el objetivo central de milicias como los houthies al provocar estas disrupciones al comercio internacional es solo respaldar a la lucha palestina y que, por tanto, bastaría cesar el fuego en Gaza para así retornar a los houthies al camino del diálogo y la negociación en su zona de influencia. 
Recupero, para contexto, algunos datos que ya he compartido, añadiendo un examen de esas dos suposiciones de las que hablo.
1. Los houthies son un grupo insurgente de Yemen, quienes predominantemente pertenecen a una subsectadel islam chiíta, llamada zaidi. Los houthies participaron en las revueltas de la Primavera Árabe en 2011. Se trata de una agrupación apoyada por Irán desde los años noventa, aunque el respaldo iraní en ese entonces era mucho menor que en la actualidad. 
2. Los rebeldes houthies tomaron en 2014 control de la capital del país, Sanaa, y lanzaron una gran ofensiva de expansión amenazando ahora a Adén, ciudad a donde tuvo que huir el gobierno formalmente reconocido, liderado por el presidente Hadi. Desde entonces los houthies libran una guerra contra ese gobierno, así como contra una coalición de países liderada por Arabia Saudita. El conflicto en Yemen ha pasado por distintas fases. En 2023 hubo varios ceses al fuego que colapsaron. No obstante, parte del tema actual es que el reino saudí se encuentra altamente interesado en mantener vigentes esos ceses al fuego y por tanto prefiere por ahora distanciarse de cualquier escalamiento con los houthies. 
3. Al igual que el resto del eje de milicias proiraníes, desde el inicio del actual conflicto entre Israel y Hamás, los houthies expresaron que apoyarían con fuego a sus aliadas en Gaza: Hamás y la Jihad Islámica. 
4. Esto ha sido implementado por los houthies de dos maneras. De un lado, esa agrupación ha lanzado múltiplesataques contra Israel, lo que incluye una gran cantidad de misiles crucero, misiles balísticos y muchos más drones, enviados desde Yemen hacia el sur israelí. Es notable la cantidad de ocasiones en las que buques estadounidenses han intervenido para interceptar esa serie de proyectiles, pero también es interesante considerar que otros países, incluidos Francia, Reino Unido o hasta la propia Arabia Saudita y Egipto, han tenido que interceptar drones y misiles houthies en esa zona. 
5. La segunda forma ha sido la disrupción a la navegación comercial en el Mar Rojo que los houthies han puesto en marcha como medida de presión, ya no solo contra Israel. Los houthies han secuestrado o atacado con drones y misiles a embarcaciones que esa organización inicialmente indicaba que tenían lazos con Israel o que efectuabanoperaciones comerciales con ese país. Sin embargo, estos ataques se fueron expandiendo hacia embarcaciones con lazos con otros países, lo que ha afectado a compañías europeas y asiáticas, al grado de ocasionar que muchas de éstas suspendan operaciones en ese importante mar que conecta Asia y África con Europa. 
6. Como expliqué antes, los riesgos de escalamiento en este frente se mantienen creciendo desde hace meses.Ante los ataques houthies, Estados Unidos conformó una coalición de defensa que amenazó a esa agrupación en caso de continuar con sus ataques. De hecho, EU ya había hundido embarcaciones houthies semanas antes de esto. Ello había ocasionado que ahora fuese Irán quien trasladase un buque militar a la región mandando también sus propias señales de apoyo a esa organización aliada. 
7. No obstante, debido a que los houthies sostuvieron sus ataques en el Mar Rojo, e incluso atacaron embarcaciones con intereses estadounidenses, Biden estaba ya presionado para cumplir las amenazas que había emitido, y enviar un mensaje de fuerza que pudiera ser leído no solo por los houthies, sino también por Irán. Así, desde enero, tanto EU como otros de sus aliados, han estado lanzando múltiples ataques contra posiciones y arsenal de los houthies en Yemen. 
8. Esto, como habíamos previsto, lejos de disuadir a los houthies ha detonado una espiral ascendente de violencia. Hoy, la milicia yemení se mantiene atacando embarcaciones de muy diversas nacionalidades. Muchos otros estados como Grecia o Países Bajos se han sumado conbarcos para interceptar misiles y drones que los houthies dirigen tanto hacia buques comerciales como militares. Los ataques houthies ya pueden sumar al menos una embarcación hundida y algunas muertes de tripulantes de esos barcos, además de muchos otros tripulantes secuestrados, con personal mexicano incluido. 
Examinando la suposición 1: la relación de los houthies con Irán
La primera noción que hay que cuestionar es que Irán es una especie de “comandante” de una serie de milicias que operan en Medio Oriente bajo su autoridad. Cada una de las milicias o aliados del denominado eje proiraní (o “eje de resistencia”) tiene vínculos y relaciones de muy diverso grado con Irán. Efectivamente Teherán otorga importante financiamiento, armamento, entrenamiento y asistencia a varias de estas milicias, pero cada una de ellas tiene historias propias, metas y objetivos propios, dentro de los cuales puede haber importantes confluencias con Irán, pero no siempre y no del todo. Esto, por supuesto, va a variar de una agrupación a otra. 
Por ejemplo, varias de las milicias proiraníes que operan en Siria y en Irak fueron explícitamente fundadas, formadas, fondeadas y entrenadas por las Guardias Revolucionarias iraníes para cumplir con objetivos específicos, y, por tanto, normalmente son altamente responsivas a su mando. Pero ese no es el caso de Hamás, una agrupación palestina sunita, no chiíta, que emerge de la Hermandad Musulmana y que,sin duda, en distintos momentos se va a beneficiar del financiamiento y el armamento iraní, y de su alianza con Teherán, pero que en otros momentos también ha roto con Irán por intereses divergentes para posteriormente volverse a acercar a ese país. Ahora mismo, no obstante, varias agencias de inteligencia coinciden en que Irán no fueinformado de la planeación de los ataques de Hamás y la Jihad Islámica de octubre contra Israel y solo se enteró de ellos cuando ocurrieron. Hezbollah, de su lado, es una organización libanesa que con los años ha ido creciendo y adoptando cada vez una mayor fuerza e independencia en atención a su propia lucha política en Líbano. Aún así, la coordinación entre Teherán y Hezbollah sigue siendo considerada elevada. 
El caso de los houthies tiene que analizarse por separado.Si bien sus vínculos con Irán existen desde hace mucho tiempo, la realidad es que estos vínculos fueron creciendo notablemente durante la década pasada a raíz de la guerra en Yemen. Los houthies habían tomado la capital y estaban siendo combatidos por Arabia Saudita y sus aliados, precisamente el grupo rival geopolítico de Irán. Esto acercó de manera notable los intereses iraníes con los intereses de los houthies, lo que fue haciendo crecer la colaboración a altísimos niveles. Incluso miembros del Hezbollah libanés viajaron a Yemen para asistir a los houthies en el entrenamiento y el empleo de armas sofisticadas que Teherán transfería mes con mes. 
Esto, sin embargo, no implica que negociar con Teherán consiga de manera automática influir sobre la conducta houthi. Se trata de un grupo enormemente aguerrido, tenaz, con convicciones, intereses y metas propias, el cual, como Arabia Saudita lo tuvo que entender a lo largo de al menos los últimos 10 años, lejos de “ceder” ante la presión militar o de negociación, tiende a endurecer sus posturas hasta conseguir lo que busca. Eso nos conecta con la siguiente suposición que debemos reexaminar. 
Examinando la suposición 2: la conexión entre los houthies y la causa palestina
La reciente ola de ataques sobre la navegación comercial en el Mar Rojo comenzó, en efecto, tras el estallido del conflicto entre Israel y Hamás, y como parte de la lucha del “eje de resistencia” proiraní contra Israel. Sin embargo, con los meses, los ataques houthies se han diversificado a un punto tal que, en muchas partes del globo, esa milicia está siendo percibida como un verdadero frente de resistencia contra Occidente. Esto está teniendo ya implicaciones severas al comercio global. Por ejemplo, comerciantes agrícolas indios han decidido detener sus exportaciones debido al aumento de las tarifas de flete y la escasez de equipos. El barco de propiedad británica pero operado por una compañía libanesa, que fue hundido por los houthies,cargaba precisamente fertilizantes. El número de países occidentales que les está combatiendo en el Mar Rojosigue creciendo, lo que en lugar de disuadirles parece empoderarles hacia metas mayores.
Por tanto, asumir que la lucha houthi tiene una conexión directa con el conflicto Israel-Palestina es apenas una mirada parcial. La dinámica de la guerra en Yemen ha sido enormemente compleja, pero su entretejimiento con el conflicto en Gaza está arrojando otra serie de componentes explosivos que la complejizan aún más. Los houthies están pensando en cómo su guerra actual en el Mar Rojo en contra de Estados Unidos, sus aliados, y todo lo que por ahí se mueva que es percibido como parte del comercio prooccidental, les va arrojar mayores beneficios en términos de sus propias metas en relación con Yemen, en relación con sus propias negociaciones, y también en términos de su relativa independización o autonomía frente a Irán. Barel, un analista de la región, lo pone en estos términos: “La campaña del grupo (houthi) en el Mar Rojo está avanzando lentamente más allá de su pretexto original, la guerra de Israel en Gaza, y se está convirtiendo en una 'guerra de liberación' cuyo objetivo es preservar el régimen houthi y expandir su control sobre Yemen y más allá”.
Por tanto, algunas conclusiones inmediatas. Primero, suponer que negociar con Irán temas relacionados con los houthies puede arrojar resultados automáticos es, cuando menos, cuestionable. Segundo, asumir que los houthies u otros actores solo luchan contra Israel, EU y sus aliados, para defender la causa palestina, es también una mirada parcial. Por último, pensar que los houthies pueden ser fácilmente disuadidos por los ataques de la coalición internacional debe ser repensado. 
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16 marzo 2024
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mauriciomeschoulam · 2 months
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Participación en Agenda Pública 10 marzo: Estados Unidos - Estado de la Unión y Super Martes
Les comparto mi participación del día de hoy en Agenda Pública, en donde platicamos sobre la definición de candidatos presidenciales en Estados Unidos y el discurso de Biden del Congreso de la Unión.
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mauriciomeschoulam · 2 months
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Detrás de las tensiones EU-Israel en plena campaña electoral de Biden
Texto publicado originalmente en El Universal: https://www.eluniversal.com.mx/opinion/mauricio-meschoulam/detras-de-las-tensiones-eu-israel-en-plena-campana-electoral-de-biden/#:~:text=El%20mensaje%20pol%C3%ADtico%20de%20Biden,crisis%20humanitaria%20que%20ah%C3%AD%20prevalece%E2%80%9D.
Kamala Harris, la vicepresidenta estadounidense, pronunció hace unos días el discurso con los términos más críticos y duros contra Israel desde que el conflicto actual inició. Se ha escrito que ella jugó el papel de “la policía mala” de la Casa Blanca. Y es que todos los días se filtra en la prensa que a Biden se le ha agotado la paciencia con Netanyahu dada su falta de una visión estratégica que vaya más allá de su propia supervivencia política. En efecto, la relación EU-Israel está siendo puesta a prueba como hace mucho no ocurría. La presión interna e internacional hacia Biden al respecto del conflicto en Medio Oriente viene desde muy distintos sitios y, especialmente en un año electoral, el presidente está teniendo que navegar por líneas muy delgadas. No obstante, este tema es fundamental porque de las decisiones que se tomen en Washington (aunque en Israel esto no siempre se acepte o reconozca) depende en buena medida lo que sucederá tanto en Gaza como en otros sitios de la región. De ahí la necesidad de desmenuzar el tema:
1. Desde los ataques terroristas del 7 de octubre de Hamás contra Israel, este asunto se mezcló con la política interna y electoral en Estados Unidos. Los republicanos inmediatamente vincularon a Hamás con Irán y criticaron a Biden por haber sido débil con ese país. Precisamente debido a que Irán es una de las fuentes de financiamiento de Hamás y de la Jihad Islámica, ese sector se lanzó contra el presidente argumentando que, si no fuera por todas las concesiones que la Casa Blanca ha hecho a Teherán, incluido un “descongelamiento de recursos” por un acuerdo producto de las negociaciones, Hamás y la Jihad Islámica “no hubiesen podido haber cometido los atentados”. Más adelante el propio Trump declaraba que si él fuera presidente, esos ataques terroristas no hubiesen nunca ocurrido, como tampoco hubiesen tenido lugar los ataques contra tropas estadounidenses por parte de milicias proiraníes ubicadas en Siria y en Irak.
2. Además de ese tipo de críticas, Biden tuvo presiones dentro de su propio gabinete y en otros sectores como el Pentágono, dado que, según se argumentaba, su política de repliegue de Medio Oriente estaba siendo leída como un síntoma de debilidad de la superpotencia, mensaje que no solo era recibido por Irán, sino también por otros como Rusia y China.
3. De modo que su decisión fue otorgar un respaldo a Israel de pocos precedentes en términos de sus confrontaciones previas con Hamás. Esto no solo ha incluido la provisión de las armas necesarias que ese país necesita para su guerra (reportes recientes documentan un puente aéreo de transferencia de armas sin precedentes), sino un importante escudo diplomático tanto en los organismos multilaterales, como ante toda clase de aliados de ese país, lo que incluye a varios miembros de la OTAN, pero también a diversos países árabes.
4. Todo eso, además, acompañado por otro escudo: la disuasión militar. EU envió dos portaaviones, decenas de aeronaves de guerra y miles de tropas adicionales a la zona, amenazando a Irán y a sus aliados con intervenir en caso de que éstos optaran por atacar a Israel y expandieran el conflicto.
5. Los actos disuasivos han sido respaldados con hechos que ya tienen a tropas estadounidenses materialmente involucradas en el conflicto. Esto se ha podido apreciar con los ataques y represalias estadounidenses contra milicias proiraníes en Irak y en Siria, y con su despliegue naval que intenta contener la ofensiva de los houthies—la milicia rebelde yemení aliada de Irán—en el Mar Rojo en contra de la navegación comercial internacional. Desde prácticamente el inicio de las hostilidades, buques de guerra estadounidenses estuvieron interceptando misiles houthies que eran dirigidos a Israel. Esto sin mencionar los ataques directos de Washington y sus aliados como RU en contra de posiciones houthies en Yemen.
6. Todo esto, no obstante, ha venido cambiando de formas importantes. Con su ofensiva sobre Gaza y la crisis humanitaria desatada, Israel se transformó narrativamente de víctima de atentados terroristas a victimario de una represalia masiva. Esto empezó a generar una gran presión internacional primero, entre aliados árabes de EU, luego ya también entre aliados estadounidenses de la OTAN y por supuesto en organismos internacionales.
7. Pero más allá de lo internacional, en EU se empezó a producir una presión interna de proporciones mayores. Desde la óptica de infinidad de personas, Biden había otorgado un cheque en blanco a Netanyahu, y, si bien se reconocía el derecho a la defensa de Israel, las víctimas civiles palestinas y la crisis humanitaria tenían que detenerse. Biden sí expresaba frecuentemente que la situación en Gaza era insostenible, pero los hechos no respaldaban sus dichos puesto que el apoyo material y político de la Casa Blanca a Israel se mantenía casi intacto.
8. La protesta interna contra Biden ha incluido renuncias dentro de su propia administración, cartas abiertas, condenas por parte del sector más progresista de su propio partido, y expresiones más recientes como un militar que se inmoló frente a la embajada de Israel en Washington, o bien, como el voto de castigo o “no comprometido” por parte de 100 mil personas en las primarias demócratas de Michigan. Para entender la dimensión de esto último, es necesario considerar que ese estado bisagra ha sido crucial en las últimas elecciones, y que, en 2016, Trump lo ganó solo con 11 mil votos de diferencia contra Hilary Clinton.
9. Esto, por supuesto, se puede observar en una infinidad de encuestas que muestran que el respaldo de la sociedad estadounidense hacia Israel está marcadamente disminuido. Ya una mayoría de personas expresan su oposición a que EU siga financiando la guerra de Israel contra Hamás. Esto es más pronunciado entre sectores jóvenes y liberales. Una encuesta de hace dos meses de Harvard/Harris encontró que 51% de jóvenes en EU respalda “que Israel sea eliminado y el territorio se otorgue a Hamás y a los palestinos”, entre otros hallazgos que reflejan una importante opinión antiisraelí. No obstante, el tema no se limita a estos sectores. La gestión de Biden del conflicto en Medio Oriente es mal valorada por una mayoría de potenciales votantes republicanos y demócratas.
10. Mientras tanto, del lado israelí lo que hay es una coalición de gobierno encabezada por Netanyahu que desde hace más de un año ha sido prácticamente secuestrada por sus componentes ultranacionalistas y ultra religiosos, lo que hoy dificulta las posibilidades de maniobra de ese primer ministro. Sobre todo, considerando que, si esa coalición se desploma y se convocara a elecciones, y ante su baja aprobación, es muy probable que Netanyahu perdería toda aspiración a seguir gobernando. Ello se traduce a veces en ideas vagas acerca de la estrategia a largo plazo, pero también en concesiones a los extremistas, o una falta de planeación en cuanto a cómo ocupar el vacío que ha dejado Hamás en las zonas de Gaza que han sido tomadas por el ejército israelí.
11. Esto último llegó a un pico la semana pasada. Un incidente muy lamentable en la entrega de ayuda en Gaza, en el que más de 100 civiles palestinos murieron, ha aumentado la preocupación global y elevó aún más las presiones sobre Biden. Ahora, EU está enviando ayuda a Gaza por aire, y ha declarado que se establecerá un puerto provisional en la franja para apoyar estas entregas. El mensaje político de Biden hacia Israel es claro: “EU está teniendo que intervenir directamente para hacer lo que Israel no está siendo capaz de hacer de manera eficiente: aliviar, el menos un poco, la crisis humanitaria que ahí prevalece”.
12. La pregunta crucial que nos tenemos que hacer es hasta qué punto Biden podrá seguir sosteniendo su alto nivel de respaldo hacia Israel o en qué punto realmente aplicará medidas de presión que sí incidan sobre la conducta de Netanyahu. No es la primera vez que sucedería, de hecho, hay mucha experiencia previa, si bien en contextos diferentes. La historia muestra que, ante situaciones de conflicto armado, cuando aumentan las pérdidas de civiles, Washington ha ejercido la presión suficiente como para que Israel modere o definitivamente detenga sus ofensivas.
13. Acá el tema es que Hamás parece estar entendiendo perfectamente lo que está sucediendo entre Estados Unidos e Israel y, probablemente eso está influyendo en el endurecimiento de su postura en las actuales negociaciones.
14. Como lo explican Shelah, Shapira y Shafran en un brillante texto (INSS, 2024), bajo contextos de guerra asimétrica como la que ocurre en Gaza, para Israel la definición de “victoria” es muy distinta que para Hamás. Todo lo que necesita Hamás es “no perder”, sobrevivir, resistir. En el estimado de esa agrupación, Israel no tiene ya demasiado tiempo para seguir con su ofensiva por lo que es solo cuestión de tiempo que las condiciones obliguen a Netanyahu a reconsiderar la estrategia. Así lo dijo el líder de Hamás en Gaza, Sinwar, en su comunicación con el liderazgo político de Hamás en Qatar: “No se preocupen, tenemos a los israelíes exactamente en donde los queremos” pues mientras más aumente la cantidad de civiles muertos, indica Sinwar, se agrega presión a Israel para parar la guerra (WSJ, 2024).
15. Es decir, imaginemos un escenario en el que Biden comienza ahora sí a restringir el armamento a Israel (como ya está siendo contemplado), endurece su postura contra ese país ante el Consejo de Seguridad de la ONU, o incluso retira portaaviones o tropas de la zona como expresión de su exasperación y que por tanto, el gobierno israelí accede a un acuerdo
de liberación de los rehenes a cambio de un cese al fuego comprehensivo y un retiro parcial o total de Gaza.
16. Bajo un escenario como el que planteo, Hamás puede utilizar a los más de 100 rehenes que aún tiene cautivos como salvoconducto para continuar con su lucha de resistencia desde Gaza o desde otros sitios, y para conseguir la liberación de más de 1000 presos palestinos. Todo ello sumado al reconocimiento interno e internacional de que fue justo esa organización mediante sus tácticas violentas la que finalmente consiguió traer de vuelta el tema palestino a la agenda internacional y que por tanto su lucha es la que acerca finalmente la posibilidad del nacimiento de un Estado Palestino. En ese escenario, desde la óptica de al menos el ala dura de Hamás, su victoria es redonda, y como lo expresó su liderazgo entrevistado por el NYT, las decenas de miles de lamentables víctimas civiles “son mártires por una causa mayor”.
Así que lo que acá planteo nos devuelve a la discusión central de este texto. Evidentemente, Israel no desea un escenario como el que señalo. Pero también es evidente que la presión que existe sobre Biden en un año electoral aumenta todos los días y que no esperamos que deje de aumentar con el mes sagrado para el islam del Ramadán o con una potencial ofensiva de Israel sobre Rafah, el sitio a donde han ido a parar cientos de miles de desplazados palestinos. Por tanto, la creciente tensión entre Biden y Netanyahu, quizás al punto de estallido, es inevitable. De cómo se resuelva esa tensión va a depender mucho de lo que acá describo.
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09 marzo 2024
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mauriciomeschoulam · 2 months
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Israel vs Hamás: Análisis actualizado de estrategias y narrativas
Publicado originalmente en El Universal: https://www.eluniversal.com.mx/opinion/mauricio-meschoulam/israel-vs-hamas-analisis-actualizado-de-estrategias-y-narrativas/
Acabo de recibir un reporte emitido por el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional (INSS), un importante centro de estudios en Israel. El reporte habla acerca de las metas de ese país en cuanto a la guerra en Gaza y evalúa las estrategias que se han implementado para lograr esas metas. Paralelamente también recibí un texto acerca de la estrategia narrativa que está tejiendo Hezbollah y cómo espera movilizar “la ira de Occidente contra Israel”. Al margen de las legítimas opiniones personales que se puedan tener acerca de toda esta conflictiva o de las partes beligerantes, el análisis frío de este tipo de discursos es un paso indispensable en el campo de los estudios de paz y seguridad. El estudio de las distintas formas de violencia, los contextos que las facilitan y la forma como los estados responden ante esas violencias (revisar por ejemplo el Índice Global de Terrorismo del IEP), no buscan justificar o ignorar sus consecuencias humanas. Al revés, entender los factores psicológicos, simbólicos, políticos o narrativos que se encuentran detrás de esas conductas son pasos indispensables para aprender y quizás prevenir este tipo de situaciones en el futuro. Dedico las siguientes líneas a entrelazar los dos textos que refiero, intentando explicar algunas de las omisiones de la narrativa militar y los riesgos en los que esa línea discursiva incurre.
1. Desde la perspectiva estrictamente militar, el shock recibido por Israel tras los atentados fue y está siendo leído como una amenaza existencial y un tema seguridad nacional al más alto nivel. La razón de ello, como nos explica el informe del INSS, no es porque Hamás o la Jihad Islámica por sí solas tengan la capacidad de destruir a ese país (a pesar de que en sus metas así lo expresen), sino por el mensaje de debilidad y vulnerabilidad que Israel proyectó con esos sucesos hacia todos sus otros enemigos regionales, especialmente Irán y sus aliados.
2. De lo que estamos hablando, siguiendo esa misma lectura, es de la incapacidad de Israel para predecir y prevenir (a) el envío de 2,500 misiles contra su población civil en el curso de dos horas el día 7 de octubre del 23, (b) la distracción que esos miles de misiles ocasionó, lo que hizo creer al ejército de ese país que ese era el ataque mayor, (c) la penetración de varios miles de terroristas al territorio israelí para cometer una serie de masacres y ataques contra civiles y militares, (d) el secuestro y extracción del territorio israelí de más de 240 personas, lo que incluyó a decenas de civiles nacionales de ese y otros países. Todo lo anterior bajo un contexto político en Israel de altísima polarización y división interna, protestas de cientos de miles de ciudadanos, un choque frontal de los poderes del país, y la politización de los temas de seguridad.
3. Paralelamente la milicia libanesa Hezbollah aprovechaba esa situación y comenzó a atacar posiciones israelíes desde Líbano. El temor mayor justo en esa fecha, mientras el ejército israelí contenía la amenaza en el sur, no era solamente que los terroristas pudiesen penetrar más poblados israelíes en otras zonas, sino que Irán y su eje de milicias aliadas (justo como Hezbollah) leyeran esta serie de eventos como un momento ideal para dar un golpe fatal a su enemigo mayor.
4. Combinando esa serie de factores, en la lectura del informe del INSS, las metas que incluyen el desmantelamiento militar y político de Hamás—y con ello el envío de un mensaje de fuerza y disuasión hacia Irán y hacia todos los aliados de Irán—son metas adecuadas, tienen carácter de existencial, y como prioridad de seguridad nacional no pueden subordinarse a cualquier otra clase de objetivos o consideraciones.
5. Más aún, la inteligencia israelí sabía acerca de la infraestructura militar de Hamás construida a lo largo de años en el seno de zonas densamente pobladas, pero la dimensión, extensión, y sofisticación de la red subterránea de cientos de kilómetros de túneles por debajo de esas zonas densamente pobladas sigue sorprendiendo a Israel todos los días. Destruir ese tamaño de infraestructura, explica el texto, a través de tácticas limitadas, o peor aún, dejarla parcialmente funcional, no son opciones viables desde esta perspectiva militar que relato.
6. Como era ya evidente desde mucho antes de esta confrontación (lean los análisis que acá hemos escrito a lo largo de 15 años), bajo esas condiciones, Hamás esperaba que Israel respondiera precisamente como lo hizo. Se sabía que el monto de víctimas civiles crecería dramáticamente de manera diaria, lo que solo se incrementaría mientras el conflicto siguiese escalando. Esto, naturalmente, vulneraría la posición política de Israel, incluso entre sus mayores aliados, convirtiéndose narrativamente ahora ya no en la víctima de los atentados terroristas, sino en los victimarios de una tragedia humanitaria de proporciones mayores. Lo expresaron con brutal crudeza varios líderes de Hamás entrevistados desde octubre pasado, quienes incluso indicaron que esas víctimas civiles eran “mártires” que morían por un propósito mayor pues su objetivo era “conseguir un estado de guerra permanente” que dañara a Israel irreparablemente. Lo dice también el líder de Hamás en Gaza, Sinwar, en su comunicación con el liderazgo político de Hamás en Qatar: “No se preocupen, tenemos a los israelíes exactamente en donde los queremos” pues mientras más aumente la cantidad de civiles muertos, indica Sinwar, se agrega presión a Israel para parar la guerra (WSJ, 2024).
7. Siguiendo esa misma lógica, indica el reporte del INSS, detener la guerra ahora implicaría que Hamás sobreviviría, se podría reorganizar, eventualmente recuperaría capacidades operativas e incluso políticas. Estas consideraciones son reforzadas por las declaraciones de Hamás cuando indican que el 7 de octubre apenas fue el principio. Que repetirán esos atentados “una y otra vez” hasta lograr la destrucción de Israel. Por ello, un cese al fuego “incondicional” que no considere el fin de Hamás resulta, en esta narrativa, completamente impensable.
8. En esa narrativa en la que la seguridad y el interés nacional están en juego, las consideraciones humanitarias o jurídicas, parecen entrar en un segundo plano toda vez que de lo que se habla es de la supervivencia misma del país ante una amenaza existencial.
9. No obstante, la parte que el texto deja de observar, y muy en línea diría yo con otros análisis y conversaciones que he sostenido al respecto, es el componente narrativo, simbólico y político también como factores que pueden operar en contra de los intereses y la seguridad nacional de un estado. Porque más allá de que la investigación acerca del terrorismo muestra que esa clase de violencia no resulta eficazmente combatida mediante estrategias frontales y masivas, lo que estamos apreciando es una especie de lección aprendida por otros enemigos de Israel, lección que no está en el campo de lo material, sino en el inmaterial.
10. Hezbollah está viendo una gran oportunidad para erosionar la legitimidad de Israel en Occidente, y así asestar “un golpe fatal” a la entidad sionista, según expresó su líder Hassan Nasrallah (Daoud, 2024). La estrategia consiste en insertar las metas de Hezbollah, tal y como lo ha hecho eficazmente Hamás, en el lenguaje de la lucha de resistencia en contra de un “estado de colonos blancos europeos racistas”, dentro del cual, cualquier actor que pelea en contra de ese estado, forma parte de la resistencia global contra el colonialismo, el racismo y la discriminación. El ministro exterior de Irán, Hossein Amir-Abdollahian, también indicó que todas las fuerzas del “Eje de Resistencia” (lo que incluye a Hamás, la Jihad Islámica y Hezbollah, entre muchos más) deben aprovechar el “creciente odio hacia los israelíes” en el mundo. “Todavía necesitamos tiempo hasta llegar a la etapa del golpe mortal”, dijo Nasrallah, “pero mientras tanto estamos ganando”. Una encuesta de hace dos meses de Harvard/Harris encontró que 51% de jóvenes en EU respalda “que Israel sea eliminado y el territorio se otorgue a Hamás y a los palestinos”, entre otros hallazgos que reflejan una importante opinión antiisraelí.
11. La pregunta entonces es en qué momento ese tipo de factores se convierten también en temas de seguridad nacional para Israel. Ya no solo porque hoy crece el sector en Estados Unidos—el sostén diplomático y la principal fuente de armamento de Israel—que demanda a su gobierno dejar de proveer armas a ese estado (y vale la pena estudiar el caso ucraniano para comprender cómo es que la disminución en el respaldo estadounidense llega directo y sin escalas al terreno de las hostilidades). Sino porque además de eso, esas organizaciones que se pretende combatir, llámense Hamás, Jihad islámica o Hezbollah, terminan cada vez más legitimadas y políticamente más fuertes (algo que ya documentan encuestas tanto entre la población palestina como en muchos otros países de la región y de fuera de la región).
12. Este último punto es, naturalmente, secundario, desde la óptica del reporte del INSS que mencioné. Primero está la consideración de garantizar la seguridad del país y evitar que pueda seguir siendo bombardeado o penetrado. No obstante, se trata de discusiones y dilemas enormemente complejos puesto que el optar por esa perspectiva lejos de erradicar, lo que ocasiona es hacer crecer políticamente al enemigo que pretendes estar combatiendo. Esto es lo que muestra la investigación y amplia experiencia histórica al respecto.
Si bien estamos ante una dimensión e intensidad inusitada de la violencia en esa zona, la verdad es que no hablamos de una discusión que no se había dado anteriormente. Esa es quizás la parte más triste. Sabiendo en lo que todo esto se podía convertir, una serie de actores cruciales tanto en la región como fuera de ella, frustrados ante la incapacidad de llegar a soluciones, eligieron simplemente “administrar” el conflicto. Hoy, a pesar de la guerra, y como lo expliqué hace unos días, hay cinco procesos de negociación en curso. Lo único que podemos esperar es que, en esta ocasión, estos procesos sean tomados con más seriedad que en el pasado.
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02 marzo 2023
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mauriciomeschoulam · 2 months
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Reflexiones sobre Ucrania a dos años: impactos históricos y globales
Artículo publicado originalmente en El Universal: https://www.eluniversal.com.mx/opinion/mauricio-meschoulam/reflexiones-sobre-ucrania-a-dos-anos-impactos-historicos-y-globales/
A lo largo de los últimos dos años nuestra labor ha consistido no solamente en observar la evolución diaria de esta guerra, sino en leer ensayos y análisis, participar en foros y en discusiones internacionales, y de pronto intentar aportar en la reflexión acerca de lo que está significando esta confrontación en términos mucho mayores que lo que hoy alcanzamos a apreciar. Es decir, hacernos constantemente la pregunta de hasta qué punto estamos ante hechos históricos. Es obvio que ese tipo de preguntas solo se responden con tiempo y perspectiva, lo cual hoy no tenemos. Aún así, es perfectamente válido observar nuestro alrededor y tratar de explorar los impactos. Ese es el sentido en el que en este espacio intentamos no solo narrar y analizar los sucesos cotidianos sino contribuir con esas discusiones. Aprovecho la coyuntura del segundo aniversario de la guerra en Ucrania para recuperar y actualizar algunas de esas reflexiones.
Por ejemplo, ya al cumplir los primeros tres meses de la invasión rusa escribía lo siguiente:
Los efectos de esta guerra corren mucho más allá de Ucrania y son aún difíciles de evaluar. Como explica Kurt Volker, se han desatado tendencias que muy probablemente no se hubiesen desatado de no haber ocurrido esta intervención. Esto incluye temas como la decisión de Alemania de duplicar su presupuesto militar, la decisión de la UE de financiar armamento para Ucrania y su posible futura aceptación como miembro pleno de ese bloque, la decisión de Suecia y Finlandia de abandonar la neutralidad y sumarse a la OTAN, el acercamiento de posiciones en esa alianza y la decisión de expandir e incrementar su presencia militar en Europa hasta niveles que no habíamos observado en décadas, la decisión de Washington de confrontarse con Rusia como hace tiempo no lo veíamos, expandiendo su ayuda a Ucrania en un monto hasta 60 veces superior al de hace pocas semanas, y a la vez, la decisión estadounidense de exhibir su músculo contra China intentando comunicar que puede combatir en dos frentes a la vez. Están ahí también todos los contramensajes que se intentan enviar al bloque occidental, no solo por parte de Rusia, sino por parte de países que eligen, o bien apoyar a Moscú, o simplemente permanecer neutrales. Por otro lado, otras afectaciones lamentables incluyen la escasez y alza de precios de alimentos, el hambre en millones de personas, más alzas a los combustibles y más problemas para las cadenas de suministros, entre muchas afectaciones más.
Esta observación no tendería sino a repetirse y profundizarse. Considere esto que escribí poco después:
Lo más delicado, probablemente, está apenas cocinándose. Leyendo ensayos y análisis que se escriben por todo el planeta, pareciera que prevalece con fuerza la convicción de que varias de las ideas que guiaron al mundo en la etapa posterior a la Guerra Fría estaban, en esencia, erradas. Ni el libre comercio, ni la interdependencia económica, ni el desarme, el derecho internacional o las instituciones multilaterales, según se escribe y analiza, fueron o serán capaces de impedir que una superpotencia haga prevalecer lo que estima como su interés nacional si así lo decide o desea y, por tanto, siempre estará dispuesta a pagar los costos que implique una guerra como la que hoy estamos viendo. Por consiguiente, siguen los análisis, lo único que se puede hacer es disuadir a los rivales a través de armarse cada vez más y mejor, exhibir que se cuenta con capacidades militares brutales, y, sobre todo, con la disposición y determinación para emplear esas capacidades ante la menor provocación. Ello supone el retorno a una época en la que los tratados de control de armas o la posibilidad de resolver controversias a través del derecho y las instituciones multilaterales, brillaban por su ausencia, y nos regresa a debates que pensábamos ya superados. Mientras tanto, en el campo del pensamiento alternativo no parece por ahora estarse construyendo un discurso lo suficientemente creativo y convincente que abogue por una visión distinta o paralela; y si acaso en ciertos espacios limitados sí lo hay, ese pensamiento parece estar siendo fuertemente rebasado.
Así, hace un año me preguntaba del impacto de esta guerra en términos del campo de los estudios y la discusión sobre la paz:
Corren voces que indican que quien sea que se encuentre en el campo de “paz” o la promoción de la “paz”, es inocente y desconoce o deja de tomar en cuenta las condiciones actuales del globo. Las instituciones multilaterales, el derecho internacional, y los arreglos que han sostenido la “paz” global, se afirma, han mostrado su ineficacia. Por tanto, en este planeta del 2023 (y del 2024 sin duda), solo un enorme esfuerzo por avanzar en tecnología militar, una gigantesca inversión para crecer los presupuestos militares, un monumental despliegue de fuerzas, y, sobre todo, la comunicación eficaz de que los países están determinados a emplear esas fuerzas sin importar las consecuencias, solo ese conjunto de factores, podrá disuadir a otros de atacar, y así sostener “la paz”.
Pensar de otro modo, parece hoy ser cancelado.
Escucho esos argumentos. Los reconozco. Los comprendo bien, en buena medida porque a eso me dedico y los recibo por torrentes en textos, análisis, ensayos, reportes y comentarios varios.
El problema es que en el fondo hay algunos malentendidos que necesitan clarificarse. Recupero algunos elementos que acá hemos compartido antes para entenderlo.
¿Qué es paz?
1. Examinar nuestras narrativas tradicionales y automáticas.
Vivimos inmersos en narrativas automáticas que a veces omitimos pasar por nuestra revisión crítica. Permítame ejemplificarlo así: los análisis que hacemos desde la geopolítica o la teoría básica de guerra indican, citando a Clausewitz, que la guerra es la continuación de la política por otros medios, y que entonces, la política es la continuación de la guerra por otros medios, los pacíficos. Así, por tanto, los reportes que me llegan continuamente intentan, con razón, comprender y desmenuzar los objetivos políticos del Kremlin al haber lanzado esta guerra, o bien, analizar cómo es que estos objetivos han ido cambiando a medida que la guerra ha ido evolucionando, hasta llegar a decir incluso que esta guerra, bajo su situación actual, “ha dejado de funcionar a Putin para conseguir sus objetivos políticos”. La suposición básica—y automática—de estos análisis es que la guerra puede ser empleada como instrumento cuando la política falla. Ese es justo el tema. La guerra no debería ser “opcional”. La violencia no debe ser una opción alternativa “por si las cosas no salen como yo esperaba que salgan”.
Pero ¿cómo se logra eso? ¿No acaso la violencia es “natural” al ser humano y recurriremos a ella cada vez que hace falta si sentimos que ella sirve a nuestros intereses?
Ese es precisamente otro de los temas que debemos repensar y replantear. Sin meternos demasiado a la teoría, según el constructivismo social, la violencia, la guerra o la paz, no son “pre-sociales”, o “externos” a lo humano, como si fuesen condiciones que se generan “allá afuera” de nuestras interacciones con otros sujetos. La guerra, la violencia o la paz son constructos sociales que se van edificando a medida que transcurre la historia, a medida que labramos nuestras culturas, nuestras representaciones, nuestros símbolos, a partir de los distintos tipos de relaciones e interacciones que vamos tejiendo, desde el lenguaje, hasta lo material. A diario. Desde que nacemos, desde que nos cuentan las historias de héroes y villanos. Desde que las reproducimos en las escuelas, en los libros, los diarios, los medios. Somos seres relacionales; no vivimos en un vacío, y, por tanto, no hay un “allá afuera” separado de esas interacciones. Somos el resultado de lo que hemos ido socialmente construyendo. Es por ello que cuestionarnos y cuestionar nuestras narrativas automáticas, son pasos iniciales si pretendemos imaginar situaciones diferentes.
2. La paz no se limita a la ausencia de guerra o violencia. Estudiar la guerra o estudiar la violencia no es estudiar la paz. Por ende, negociar el final de una guerra, es apenas un paso necesario, pero no suficiente, para construir paz. La paz es un tema serio que debe abordarse a partir del desarrollo de investigación y conocimiento de las sociedades pacíficas de la historia y del presente, o de las sociedades que eran menos pacíficas y que han logrado avanzar ciertos grados en su construcción de paz. Es decir, al igual que es indispensable estudiar y entender todo lo que produce guerra y violencia, es también necesario estudiar los factores que promueven, generan y sostienen la paz. Y no es lo mismo. Sintetizando mucha literatura existente al respecto (vg. Galtung, 1985; Alger, 1989; Instituto para la Economía y la Paz o IEP, 2023), podemos decir que hay un ángulo o parte negativa de la paz, y otra parte positiva. La paz negativa—eso que no debe haber para considerar que una sociedad está en paz—es la ausencia de violencia, así como la ausencia de miedo a la violencia. En cambio, la paz positiva consiste en “la presencia de actitudes, instituciones y estructuras que crean y sostienen a sociedades pacíficas” (IEP, 2023).
3. Niveles. Vale la pena aproximarse a la paz como un gran sistema compuesto de múltiples factores, vectores y niveles que interactúan entre sí y que interactúan con el todo. Esto puede iniciar por “niveles de paz” que van desde cada una de las personas que habitan este planeta, pasando por las familias, los barrios, las comunidades, de ahí ir ascendiendo hacia otros niveles como las regiones, las sociedades, los países y la comunidad internacional. En cada uno de esos niveles hay factores de paz negativa y de paz positiva que se encuentran presentes o ausentes. Como resultado, pensar en construcción de paz supone una gran cantidad de acciones a ser ejecutadas en cada uno de esos ámbitos.
4. Esto incluye, por supuesto, la dimensión internacional de la paz positiva. Adaptando, el marco del IEP, pensar en la paz positiva a nivel internacional requeriría un esfuerzo de adaptación que nos llevase a comprender cuáles son las actitudes, las estructuras y las instituciones que generan y sostienen paz entre los distintos países. En ese sentido, sin elaborar una lista exhaustiva, podríamos pensar por ejemplo en la necesidad de adaptar pilares o columnas como (a) un sistema sólido de derecho internacional y de organismos internacionales que funcionen adecuadamente para procesar las controversias entre los estados y garantizar su convivencia armónica (acá es donde se podría incluir la legislación y las instituciones que garanticen el desarme, y otras legislaciones, además de la solidez, el diseño o rediseño del Sistema de Naciones Unidas y organismos regionales y globales, las garantías para que esas instituciones sean eficaces, incluyentes y respetadas); (b) una más equitativa distribución entre los recursos globales y/o su explotación; (c) buenas relaciones entre naciones vecinas; (d) aceptación y respeto a los derechos de todos los estados y los pueblos; (e) bajos niveles de corrupción global; y (f) un buen ambiente para el desarrollo de los negocios (en condiciones de respeto a los derechos y distribución equitativa de los recursos), entre varios otros aspectos semejantes.
¿Qué hacemos ahora, en plena guerra, con toda esa información?
Ese es justo el reto.
Partamos de que, es completamente cierto que una enorme cantidad de los elementos que señalo, brillan por su ausencia, o exhiben brutales debilidades en el entorno actual.
¿Significa entonces que la promoción de un sistema de paz global es insensible ante una intervención internacional que busca cubrir objetivos de seguridad por parte de la potencia invasora a través del uso de la fuerza? ¿Y que no se entiende que, en el camino, hay cientos de miles de personas que están muriendo, que están siendo heridas o afectadas, o que se están perpetrado crímenes de lesa humanidad?
Pienso que no. Pero también pienso que nuestro sistema de paz global no tiene en este momento respuestas eficaces ante una situación a la que francamente no se enfrentaba desde la Segunda Guerra Mundial. Por supuesto que en estas décadas hubo cientos de conflictos armados de toda índole. Pero el actual, por su dimensión y características, tiene una naturaleza diferente, mucho más similar a las guerras de siglos anteriores o a la primera parte del siglo XX.
La paz negociada
Pensar solo en “la paz negociada”, es, de entrada, incompleto, y no aborda las fallas integrales del sistema. Efectivamente, es posible intentar ceses al fuego, esquemas de mediación y otras estrategias. Pero si existe un compromiso serio con un sistema estructural de paz, la propuesta no debería consistir en conseguir una paz negativa (fin a las hostilidades), sin considerar en ese mismo proceso todos los otros factores mencionados, es decir, el rol de las instituciones y las estructuras para conseguir que se diseñe y se sostenga una paz con verdad y con justicia. Y sí, es posible que hoy nos encontremos en un momento muy complicado para hablar de esos otros temas y que, por tanto, la mediación sea interpretada como un esquema favorable al país invasor. Pero también tiene que considerarse que la prolongación (por meses o quizás años) de una guerra en la que participa una potencia nuclear, asumiendo que, porque no lo ha hecho hasta ahora, es 100% seguro que esa potencia no escalará las hostilidades o que es impensable que se arrastre a terceros países a la confrontación, también son suposiciones muy arriesgadas.
En suma, las propuestas de paz no solo deberían ser bienvenidas, sino que se debería trabajar activamente en ellas. Salvo que debe tratarse de propuestas integrales, que no solo aborden cómo detener las bombas y dejar a los ejércitos congelados en sus líneas actuales, sino que se enfoquen en restablecer el rol de las instituciones y de las estructuras para sostener una paz de fondo. Y entonces sí, comunicar esas propuestas de manera eficaz, para que sean consideradas por las partes con seriedad. No tengo—no tenemos—respuestas claras, pero me encantaría ver un debate más serio en el mundo al respecto.
Una última reflexión en 2024
Las tendencias arriba descritas no hicieron sino profundizarse a lo largo del último año. Con el estallido de otro conflicto, el de Medio Oriente, y con el escalamiento de hostilidades en muchos otros sitios, además de la consideración de que Rusia está mucho mejor parada hoy que un año atrás, prevalece la convicción de que otros actores en el planeta están considerando que solo la vía militar (fuerza, despliegues, carreas armamentistas y mostrar la determinación del empleo de esas capacidades) es lo que puede asegurar sus intereses de seguridad nacional. Lo podemos ver con la determinación militar de Israel—a pesar de temas como la opinión pública global, las presiones políticas o incluso las restricciones que podrían imponer cuerpos legales globales—pero también en otros casos como el de Corea del Norte o la propia China en todo su entorno.
Podemos discutir acerca de si “siempre fue así”, y durante décadas vivimos una especie de “sueño” o “ilusión” que limitó los conflictos, o si se trata de tendencias que simplemente están retornando. Lo que me parece inescapable, sin embargo, es la necesidad de recuperar estas discusiones en todos los sectores de nuestras sociedades, aquellos que tienen que ver con lo interno o con lo internacional, en los centros de estudio y pensamiento, universidades y medios. No podemos simplemente estar narrando la nota cotidiana o seguir los “trending topics” de las redes. El planeta está realmente entrando en fases que necesitan ser profundamente pensadas si es que queremos, si no transformar, al menos impactar sobre las tendencias militaristas que llegan como tsunamis imparables.
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27 de febrero de 2024
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mauriciomeschoulam · 2 months
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De Avdiivka a Navalny: Putin cada vez más firme y asertivo, en El Universal
De Avdiivka a Navalny: Putin cada vez más firme y asertivo
Artículo originalmente publicado en El Universal en este link:
Acaba de morir Andrei Morozov, un bloguero ruso que escribía frecuentemente desde el frente de Donetsk. Lo apodaban Murz. Era un ultranacionalista que llevaba largos años cubriendo las batallas en la zona entre los separatistas prorrusos y el ejército ucraniano. Murz murió, de manera misteriosa, en la misma semana que Navalny, quien quizás fuera el mayor opositor de Putin. Navalny es globalmente conocido. Murz no. Pero su muerte es hermanada por las circunstancias: ambos eran altamente críticos de Moscú. La diferencia es que Murz formaba parte de ese sector que se queja de la falta de firmeza de Putin, del desorden ruso en el frente, de las altísimas bajas entre los soldados rusos ante “mucho menos” bajas entre los ucranianos. Navalny, en cambio, era la voz de ese sector liberal que ahora mismo protesta la guerra, pero que desde hace décadas ha denunciado la corrupción, la falta de democracia y derechos en Rusia. Al igual que con el líder de Wagner, Prigozhin, ambas muertes, la de Navalny y la de Murz serán investigadas, y probablemente nunca tendremos evidencia para afirmar que Moscú los eliminó. Lo que podemos hacer, sin embargo, además de sospechar, es observar el momento en el que se encuentra Putin—probablemente el de mayor fuerza desde hace dos años que inició su ofensiva sobre Kiev—y conectar todo con otras medidas que está tomando, hacia adentro y hacia afuera, para seguir impulsando la agenda que le llevó a invadir Ucrania. Acá varios elementos:
1. El primer factor tiene que ver con los avances rusos en el campo de batalla. De lleno ya en la sexta fase de la guerra, Moscú consigue después de mucho tiempo, tomar la posición de Avdiivka, un sitio por el que primero las fuerzas prorrusas y luego el ejército ruso, llevaban peleando desde que iniciara la rebelión separatista en el este ucraniano (2014). Llama la atención que el ejército ucraniano se retira indicando que no puede seguir combatiendo porque los rusos les sacan una ventaja de 10 a 1 en capacidad de artillería. Ese es el tema relevante. Blogueros como Murz justamente indican que el número de bajas rusas era tres veces mayor que las ucranianas, y que fuera del número de tropas, Kiev superaba a Moscú en todos los aspectos militares. Pero la realidad es que las guerras de este tipo no se ganan solo con tácticas, sino con estrategia. Si las municiones y el reabastecimiento de tropas llegan al agotamiento en uno de los lados, las guerras se pierden. Eso es lo que le está pasando a Ucrania.
2. Además de Avdiivka, Rusia está presionando al ejército ucraniano en al menos otros cuatro frentes, en cada uno de los cuales hay decenas de miles de tropas rusas combatiendo. Esto incluye sitios en el sur del país que Kiev había conquistado en sus exitosas contraofensivas del 2022. Lo anterior no necesariamente implica que Rusia esté por “conquistar todo el territorio ucraniano” o algo similar, pero sí muestra que, tras haber resistido exitosamente la contraofensiva ucraniana del 2023, ahora Moscú recupera la iniciativa.
3. Esto debe conectarse con el desplome del respaldo a Ucrania que se vive en países que han sostenido su guerra como EU. El propio Biden declaró que la pérdida de Avdiivka estaba directamente vinculada con la incapacidad de su Congreso de aprobar el paquete de ayuda a Ucrania. Usted recordará que ya desde las filtraciones de inteligencia hace un año, fuentes militares en Washington estimaban que Ucrania padecía una enorme escasez de municiones, defensas y en general de armamento, y que el costo de mantener viva una guerra como estas, implicaba un financiamiento continuo y sostenido. A esto se opone tanto Trump como un enorme sector del partido republicano que el expresidente controla pues, en su visión, EU no tiene por qué financiar eternamente las “guerras de otros”. En su lugar proponen ya negociaciones serias con Putin.   
4. En este punto, podemos insertar las recientes declaraciones de Trump respecto a la OTAN. La realidad es que el expresidente exhibió, una vez más, su desconfianza en la alianza atlántica. Como lo expliqué la semana pasada, esto no es algo nuevo y sus declaraciones recientes tienen que leerse bajo todo el contexto de su gestión previa. La preocupación de que EU pudiera no salir en defensa de un aliado de la OTAN en caso de ser atacado, está siendo considerada con seriedad por varios países miembros.
5. Sumamos a ello la entrevista que dio Putin a Tucker Carlson y la narrativa que buscó comunicar. Independientemente de lo que muchos piensen al respecto de Carlson o acerca del propio Putin, o de que hace apenas unos meses varios análisis hablaban del “principio del fin” de ese presidente, lo que podemos afirmar es que Putin hoy se siente fuerte. Es decir, se puede aceptar o rechazar la narrativa que teje en su entrevista. Pero es evidente que Putin realmente se autopercibe con una enorme resiliencia y poder. Está realmente convencido de que, a pesar de sus varios descalabros de los últimos años, Rusia ha podido recuperarse y está saliendo bien librada de todo. Desde lo económico hasta lo militar. Todos se han dado cuenta, dice Putin, de que a Rusia no se le puede “derrotar” y que por tanto se necesita negociar con ella.
6. Ese acto comunicativo podría sonar vacío si no viniera acompañado de los otros factores que acá estoy describiendo puesto que la exhibición narrativa no se queda en el relato. Las percepciones inciden en las decisiones, en acciones y en hechos que muestran la determinación de Moscú de probar la resistencia de la alianza atlántica. Hace pocos días, por ejemplo, el Kremlin emitió órdenes de aprehensión contra distintas/os funcionarias/os de los países Bálticos, lo que incluyó a la primera ministra de Estonia. Paralelamente justo la inteligencia de ese país, Estonia—que desde hace años ha sido de los más vocales en advertir sobre Rusia—reportó que Moscú se está preparando para una guerra contra la OTAN en los próximos 10 años y que está planeando un brutal incremento en sus despliegues militares en sus fronteras con la alianza (que ahora incluyen a Finlandia). De igual modo, el ministro de defensa de Dinamarca advirtió, citando “nueva información”, que no se puede descartar que, en un período de tres a cinco años, Rusia pruebe el Artículo 5 (el llamado a la defensa colectiva) y la solidaridad dentro de la OTAN.
7. Ese es el contexto en el que también hay que entender las declaraciones del líder del comité de inteligencia en le Cámara de Representantes de EU, un republicano de línea dura quien ha criticado la falta de apoyo a Ucrania por parte de su propio partido. Fue por él que supimos que la Casa Blanca cuenta con información acerca de potenciales planes rusos para desplegar armamento nuclear en el espacio lo que, de confirmarse, cambiaría la ecuación del balance de fuerzas en esa esfera. En seguimiento a ello, Washington ya informó a sus aliados que Rusia podría insertar un arma nuclear antisatélite en órbita espacial tan pronto como en 2024.
8. Ahora sí, regresamos a Navalny (y de paso, a Murz). Insisto, a pesar de no contar con evidencia acerca de la responsabilidad del Kremlin en las muertes de personajes como ellos, si observamos el panorama amplio, veremos que las voces críticas de Putin—a su izquierda y también a su derecha—han sido silenciadas una a una. Muchos medios que eran considerados libres o independientes han sido cerrados. Los opositores o actores que cuestionan la política del Kremlin son etiquetados como “agentes extranjeros”.
9. Putin gobierna Rusia desde el 2000. Desde hace tiempo fue tejiendo las condiciones para seguir gobernando el país por muchos años más. En unas semanas vienen las elecciones en donde todo indica que él será, por mucho, el ganador. Nada de lo que digo implica que Putin carezca de un enorme respaldo en su país. Sí lo tiene, y hay muchos estudios serios que muestran que se trata de un respaldo sincero (ver, por ejemplo, Gabuev, 2023 o Giles, 2024). Lo que sí muestra, sin embargo, es que el presidente se siente más cómodo en un entorno en donde puede operar libre de críticas. Sus lecciones de estos años, y especialmente después de la insurrección de su exaliado Prigozhin, le han enseñado que sus críticos pueden crecer y verdaderamente pueden llegar a amenazar su poder.
10. Navalny era, sin lugar a dudas una de esas amenazas. Y no sería la primera vez que se le intentó matar, ni tampoco el único opositor que ha tenido intentos de envenenamiento o asesinato. Lo que sí hay que entender es que hay un factor que asemeja 2020—cuando Navalny sufrió aquel envenenamiento que le llevó a ser tratado en Alemania—con 2024: Putin se sentía fuerte, hacia adentro y hacia afuera. Hubo un período entre estos años en donde las circunstancias no le favorecieron. Las primeras fases de la invasión rusa a Ucrania no salieron como él esperaba. La economía de su país ha pasado por momentos complicados. La OTAN se ha expandido para incluir a miembros que hasta hace pocos años eran pensados como imposibles de ser incorporados. La alta aprobación de ese presidente tuvo descalabros. El descontento por la guerra creció cuando se entendió que se tenían que efectuar movilizaciones masivas. La insubordinación en el ejército ruso se incrementó y hace unos meses el propio Putin tuvo que ser resguardado—y Moscú tuvo que declarar un toque de queda—por una insurrección armada interna. Hoy, no obstante, poco tiempo después, todo se ve diferente. Al menos él, Putin, lo ve diferente y eso le hace sentir que es momento de tomar pasos más firmes, y terminar de convencer a tirios y troyanos que es hora de sentarse a negociar—ahora sí de manera seria—con Rusia.
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mauriciomeschoulam · 2 months
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Participación en La Hora de Opinar
Les comparto mi participación en La Hora de Opinar esta semana, platicando sobre la muerte de Navalny y el estatus de la guerra en Ucrania.
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mauriciomeschoulam · 3 months
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México-EU: temas geopolíticos compartidos
Publicado originalmente en El Universal: https://www.eluniversal.com.mx/opinion/mauricio-meschoulam/mexico-eu-los-temas-geopoliticos-compartidos/
México no solo comparte con Estados Unidos una agenda bilateral. Es decir, los temas migratorios, financieros, comerciales o de seguridad, importan sin duda, pero nada de eso se limita exclusivamente a una agenda México-Washington. Para comprenderlo, necesitamos pensar sistémicamente. En el todo global, las partes están interconectadas entre ellas, y también se conectan con el todo. Ese todo impacta en las partes, y las partes impactan en el todo. De manera tal que lo que ocurre en Ucrania, en Medio Oriente o en Asia, por poner ejemplos, influye no solo en la política externa sino también en la política interna de Estados Unidos, afecta la economía global, y—ya sea que lo visualicemos o no—nuestro país es también impactado a causa de esos temas, en términos de política, comercio, migración o seguridad, entre muchos más. Así que, lo que ocurra en las elecciones en ambos países es determinante, pero no únicamente por lo que podamos dialogar, negociar, o gestionar entre ambos países, sino por las afectaciones sistémicas de distinto grado que ello pueda tener. Permítame poner unos ejemplos.
Donald Trump sostenía que los gobernantes en Washington—tanto demócratas como republicanos—habían permitido que todo el mundo se aprovechara de EU, habían negociado pésimas condiciones para su país y esas condiciones forzaban a Washington a gastar recursos, a invertir en armas y personal sin sacar réditos o ventajas por ello. En esta visión global no solo estaba el TPP, el acuerdo climático de París o los ejercicios militares conjuntos con Corea del Sur, también estaba el TLCAN y la agenda migratoria. “Los gobiernos en México”, decía, siguiendo este mismo discurso, “han sido muy inteligentes y se han aprovechado de nosotros”.
Todos los temas terminaban vinculándose. Considere usted que, justo en el pico de los atentados asociados a ISIS en ciudades occidentales (lo que incluyó el de Orlando o el de San Bernardino, California), las encuestas del 2016 en EU mostraban que 96% de las personas que iban a votar por Trump tenían miedo de sufrir ellos o sus allegados, un atentado terrorista. Así que Trump no tenía empacho en advertir que, no solo había que prohibir la entrada de musulmanes a EU, sino que, debido a las políticas migratorias laxas y a las fronteras porosas, cientos de miles de migrantes, criminales y terroristas, se colaban por la frontera sur. Es por ello, por los “criminales” y por los “terroristas”, por lo que había que construir un muro (que México debía pagar). Esto, a pesar de que no hay registro de atentados cometidos en EU por personas que hayan migrado a ese país desde México, y a pesar de que, de hecho, en su gran mayoría, esos atentados han sido cometidos por personas que se encontraban legalmente en EU. Pero eso no importaba pues los datos, las cifras o la evidencia son “cuestionables” cuando una parte de la población “siente” que algo es verdad.
Lo que sí importaba era que EU tenía desplegados a miles de soldados en Medio Oriente. Su país, decía Trump, no tenía nada que estar haciendo en guerras lejanas, ajenas y costosas. Había que sacarlos urgentemente de ahí y desplegarlos en la frontera con México, que es en donde realmente radicaba el problema, en su visión. Es decir, él mismo conectaba los temas. No eran “otros” soldados los que había que desplegar en nuestra frontera. Sino esos, los que estaban en Siria. De hecho, el presidente llegó a sostener que había que declarar a “los cárteles” mexicanos (así en plural) como grupos terroristas, y enviar misiles directamente en contra de laboratorios de fabricación de droga ubicados en México.
En efecto, los temas se conectan. Trump amenazaba continuamente con levantar aranceles a distintos países para equilibrar la balanza comercial de EU. Esto tuvo impactos fuertes en sus relaciones comerciales con China, por ejemplo, impactos que persisten hasta la fecha. Pero China no fue la única destinataria de las barreras comerciales, lo fueron muchos países más, incluidos grandes aliados de EU. En medio de las amenazas, un buen día Trump se fue contra México asegurando que, si nuestro gobierno no detenía una caravana de migrantes que marchaba hacia el norte desde Centroamérica, Washington impondría “desde ese mismo lunes” un 5% de aranceles sobre todos los productos que cruzaban de nuestro país hacia EU, y que aplicaría un 5% adicional cada cuatro semanas hasta llegar al 25%. Cuando internamente se le cuestionó que esto era violatorio de acuerdos comerciales existentes y de normas de la OMC, él respondió que era competencia de cortes internas juzgar esos temas, y que, si acaso, pasarían años antes de que un cuerpo como la OMC dictara una resolución al respecto.
Esto no debe sorprendernos. Es obvio que, si un mandatario no tiene mayor aprecio por las instituciones globales y ataca el sistema de arreglos, normas y cuerpos internacionales, eventualmente también un país como México pagará costos por ello.
Coloco estos asuntos acá a manera de ejemplo de cómo los temas geopolíticos globales terminan conectados con nuestras agendas bilaterales. Y hablo de Trump porque ese expresidente está nuevamente compitiendo por un sitio en la Casa Blanca. No estoy implicando necesariamente que él vaya a ganar las elecciones. Tiene probabilidades elevadas, sin duda, pero falta mucho tiempo. Hay analistas que sostienen que la intención de voto por Biden está subestimada o que todo puede moverse en los meses que siguen. En todo caso lo que habrá que monitorear será lo que suceda en condados específicos de estados específicos que terminarán decidiendo la elección. Pero suceda lo que suceda, es necesario desde ya trabajar con los distintos escenarios y sus diferentes probabilidades de materializarse.
Lo que sí es que, independientemente de esos escenarios, México debe considerar para los próximos años no solo el trabajo de una agenda bilateral, sino fortalecer nuestra presencia y acción en temas globales que son de nuestra competencia, o al menos lo han sido si echamos un ojo a nuestra historia. Esto incluye un trabajo colaborativo a nivel internacional para revivir y/o fortalecer el multilateralismo (hoy tan golpeado), la normatividad internacional y las instituciones intergubernamentales como mecanismos para resolver las controversias entre estados. Se entiende que todo ello puede requerir el análisis, diagnóstico y reforma de varias de esas instituciones, pero se trata de trabajos ineludibles si estamos comprometidos con los principios en los que como nación creemos. Incluye también recuperar la agenda de desarme, control de armas y no proliferación. Incluye sin duda, temas de combate a la corrupción transnacional, o al crimen organizado internacional pues son fenómenos que rebasan nuestras acciones o medidas internas, y requieren de una cooperación sin precedentes. En este esquema está el rol que juega nuestro país como potencia media, y sí, también nuestro trabajo conjunto con un país tan importante como Estados Unidos. Trabajo que debe desempeñarse de manera creativa y colaborativa con quien sea que gobierne allá o acá.
10 de enero, 2024
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