Tumgik
minervalerio · 1 year
Photo
Tumblr media
Qué alegría saber que es el Señor que nos guía día tras día. Qué dulce saber que Él nos ha dicho que Su misericordia nos acompañará siempre. Qué tranquilizante entender que nada nos faltará, porque el Pastor es quien nos dirige.
Él nos lleva a lugares de delicados pastos y aguas de reposo. Él no estima Su cuidado hacia nosotros, sino que rebosa nuestra copa. No un día y al otro día no; sino que Su misericordia nos sigue todos los días de nuestra vida.
Diez años han transcurrido desde que recibí la promesa de vida eterna por medio de Cristo; diez años de ver la fidelidad de Dios hacia mí en todo momento. Diez años de andar en el camino acompañada por el mejor de los guías, por el gran Pastor.
Qué alegría saber que El Rey de reyes y Señor de señores es quien nos infunde aliento y nos da el bien. Qué dulce saber que en este trayecto no caminamos solos. Qué tranquilizante entender que Su promesa es para siempre. Leer Salmos 23.
0 notes
minervalerio · 1 year
Photo
Tumblr media
“Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos” (Lucas 11:1).
Inmediatamente Jesús empezó a enseñarles cómo orar; no hizo una pausa o un preámbulo, no agregó palabras de introducción, ni dijo “lo haré”, sino que lo hizo. Qué manso, Jesús; qué humilde. Lo que me sorprende es que, luego de terminar, Jesús dice que al que pide se le dará, el que busca hallará, y al que llama se le abrirá. ¿Queremos que Jesús nos enseñe? Pidamos.
0 notes
minervalerio · 1 year
Photo
Tumblr media
Hace algunos años leí un libro sobre un hombre que se mudó a otro lugar y adquirió una tierra; él estaba empeñado en encajar en una sociedad completamente distinta para él. Inflexiblemente, su meta era hacer un campo de golf, a pesar de que su terreno estaba lleno de montículos y no era apropiado para tal fin. Su deseo de encajar y de ser alguien en esa sociedad lo impulsaron. No tenía el capital necesario para adquirir grandes máquinas, así que decidió hacerlo con lo que tenía a mano. Día y noche trabajaba en aplanar esos montículos; pero, a pesar de su esfuerzo y su empeño a través de mucho tiempo, la tierra nunca quedó perfecta.
Por otro lado, ayer leía que Juan el Bautista anunciaba: "Todo valle se rellenará, y se bajará todo monte y collado; los caminos torcidos serán enderezados, y los caminos ásperos allanados; y verá toda la carne la salvación de Dios".
Curioso el contraste. Curioso me fue recordar al hombre esforzado aplanando la tierra por sí mismo, buscando perfección para tener su propio campo de golf. Así estábamos antes de ver la salvación de Dios, aplanando un terreno con nuestras propias fuerzas, sin resultado alguno. Pero Dios, en Su gracia, bajaría el monte y collado, y allanaría los caminos ásperos, y entonces la tierra quedaría en perfecta condición en beneficio nuestro. Uno había de venir para salvarnos, y vino.
Hoy tenemos acceso al Padre, no gracias a un monte allanado con nuestras propias fuerzas, como el hombre de los montículos, sino por un collado bajado y un valle rellenado por Aquel que nos amó.
0 notes
minervalerio · 1 year
Photo
Tumblr media
Tanto Ana como Simeón estaban presente cuando José y María llevaron a Jesús a presentarlo al templo, conforme a la Ley. Simeón esperaba ese momento, y al ver a Jesús dijo que ya podía irse en paz porque sus ojos habían visto la salvación. Ana pudo honrar al Redentor esperado; ella también fue bendecida al verlo suceder, teniendo ya más de 100 años de vida. Ellos vieron al Salvador nacido, vieron las profecías cumplirse, y honraron al Rey. Nosotros no estábamos ahí, ni tampoco vimos al bebé en el templo; pero hoy nos regocijamos al saber que Dios nos ha hecho parte de Su plan salvífico. El Rey esperado por muchos en aquel tiempo, es hoy nuestro Rey. Nosotros también hemos visto la salvación, y ahora tenemos la certeza para decir que podemos irnos en paz. Gracias al Señor por haber preparado Su salvación para todos los pueblos, revelación a los gentiles y gloria de Israel.
0 notes
minervalerio · 1 year
Photo
Tumblr media
Luego de que Jesús hiciera su entrada triunfal, fue ungido en Betania, y de qué manera fue ungido. Sentado allí en casa de un leproso, a la mesa, vino una mujer con un envase en sus manos conteniendo un perfume de mucho precio, de tan considerable valor que hubiera podido ser vendido y usado el dinero para más cosas "buenas".
Pero ella eligió hacer lo mejor para el mejor. Derramó sobre la cabeza de Jesús este precioso perfume, ungiéndolo. Jesús consideró aquella obra como buena. Esta mujer ungió el cuerpo de Jesús para la sepultura esperada. Dice Jesús que para memoria de ella esto se contaría.
En las Escrituras vemos personas que eligieron la mejor parte, que adoraron a Dios desde lo más profundo de su corazón sin hipocresía. Padre amado, ¡pon en nosotros el deseo de adorarte buscando siempre Tu voluntad, no la nuestra! Que en alta estima, en la más alta, te tengamos a Ti por encima de todo. Y que aun frente a distintas opciones buenas, sepamos de antemano quién es el Rey de reyes, ¡y quién merece toda la honra y el honor!
0 notes
minervalerio · 1 year
Photo
Tumblr media
¿Imaginas haber presenciado un milagro de los que hizo Jesús? Hoy temprano mientras leía me transporté a una multitud que rodeaba a un muchacho endemoniado, lleno de cicatrices por quemaduras de tercer grado, flaco, con barba y cabello descuidado, y echando espuma por la boca mientras se volcaba con violencia crujiendo los dientes, y seguía haciéndose daño. ¿Qué le pasaba a este muchacho? Un demonio le había poseído no por uno ni dos días, sino desde su niñez. ¿Creería yo que ese, Jesús, podía ser el único que le restaurara de ese estado? Y si no, ¿diría igual que el padre de este muchacho? “¡Señor, ayuda mi incredulidad! “. Pero presencié el milagro de Jesús, vi cómo el muchacho abrió sus ojos y se levantaba del suelo con un espíritu apacible, con la mente lúcida, apoyado de la mano de Jesús quien le ayudaba. También pude percibir cómo el demonio clamaba a Jesús, y salía con violencia de allí, sabiendo muy bien delante de quién estaba.
Ese Jesús de ahí, mientras yo estaba también entre una multitud, compró mi alma. Con su mano me ha sostenido y acompañado durante muchos años, y tengo la certeza que lo seguirá haciendo para siempre porque me ha prometido que ni aun la muerte puede apartarme del amor de Dios que es en él. Ese mismo Jesús, que ayudó a levantar del polvo a ese muchacho, compró mi alma.
0 notes
minervalerio · 2 years
Photo
Tumblr media
Muchas veces la ingratitud se ve reflejada en el descontento con lo que tenemos. Se ve reflejada en la forma en que despreciamos nuestra vida porque queremos vivir otra que tenemos en mente. Se ve reflejada en oraciones a Dios pidiéndole que cambie el rumbo de nuestra vida, porque no nos gusta la que estamos viviendo, pero conforme a nuestra voluntad.
Tantas veces no creemos que lo que tenemos ahora es providencia del Señor, ni que Él cada día nos da mucho más de lo que necesitamos.
Cuando somos agradecidos con lo que Dios nos da, y con lo que Dios ha hecho en nuestra vida, podemos tener gozo en esperar en Sus promesas. Todo lo que ha ocurrido en nuestra vida desde el día uno, ha sido bajo Su divino plan. No cambiemos la belleza de los planes de Dios en nuestra vida, por los planes nuestros tan terrenales y tan enfocados en nosotros.
0 notes
minervalerio · 2 years
Text
Tumblr media
"Trata tu causa con tu compañero, y no descubras el secreto a otro, no sea que te deshonre el que lo oyere, y tu infamia no pueda repararse." (Proverbios 25:9-10).
Muchas veces nuestra frustración nos lleva a difundir una información, a chismear, a calumniar a otra persona, disfrazándolo todo con una petición de oración. Seamos cautelosas en pedir oración por otra persona con la cual nisiquiera hemos hablado, y aún después de hablar.
Hay daños que no se reparan, aunque una persona nos perdone por haberla calumniado, la confianza no será la misma. Pienso que a eso también se refieren estos versículos.
¡Busquemos honrar a nuestro Dios aún en los pequeñitos detalles de nuestra vida diaria!
0 notes
minervalerio · 2 years
Text
Tumblr media
Dios nos da un trabajo para hacer, quizás no el trabajo que estamos haciendo en este momento porque ese nos lo hemos encomendado nosotros mismos. O tal vez simplemente estamos haciendo el trabajo que Dios nos ha asignado para más adelante, y por eso nos encontramos tan cargados y abrumados.
Si nos detenemos a pensar, glorificamos a Dios cuando hacemos lo que Él nos ha asignado, haciéndolo con ánimos de agradarlo como si le estuviéramos sirviendo a Él directamente. No le glorificamos haciendo simplemente una raya de cotejo al lado de la lista de quehaceres mientras que al mismo tiempo llevamos un corazón de insatisfacción y queja.
Nos encontramos tan cargados que tenemos la sensación de siempre estar cansados, de que los pendientes no se terminan, de que los compromisos son inacabables, de que siempre hay algo en la lista de espera que nos asecha. ¿En qué momento nuestra vida se tornó tan agotadora?
Cuando nos centramos en cumplir con todos los roles que nos hemos asignado es natural encontrarnos cansados y abrumados, porque no damos abasto para satisfacerlo todo.
Algo importante que debemos analizar cuando estamos en situaciones como esta es si lo que estamos haciendo está naciendo de nuestros propios deseos, si lo estamos haciendo por alimentar nuestro orgullo. Si lo estamos haciendo para ganar el favor de Dios, o porque queremos impresionar al que está a nuestro alrededor. ¿Acaso queremos estar por encima de los demás delante de los ojos de los hombres y de Dios? ¿Estamos pensando en que si los demás hacen nosotros también tenemos que hacer?
Lo más importante al momento de analizar sobre lo que estamos haciendo, es preguntarnos de qué Dios está complacido. Quizás no estamos haciendo eso en lo que Él se complace. Tal vez no estamos haciendo lo que Él sí nos ha asignado hacer para este momento.
Cuando nuestra relación con el Señor está bien, todas las demás cosas en nuestra vida estarán alineadas a Su propósito. Nuestro andar con Dios debe ser nuestro enfoque principal. Si no alimentamos esta relación, todo lo demás se irá desbordando poco a poco, hasta el punto de que no podremos identificar si lo que estamos haciendo es parte del plan de Dios en nuestra vida, o no.
Necesitamos de ese pan de vida que sólo Dios puede darnos. Necesitamos de Su dirección, necesitamos escucharle a través de Su Palabra. Si estamos muy ocupados, tanto que no podemos cultivar esa relación, entonces las cosas no andan bien. Es una señal de que estamos abarcando más de lo que el Señor nos ha asignado para este momento.
Y si encontramos que todas las cosas que estamos haciendo las hacemos para servir al Señor, entonces debemos revisar y analizar aún más profundamente. Hay muchas cosas buenas que podemos hacer pero que sean buenas no significa que tenemos que hacerlas todas y ahora. Muchas veces estamos involucrados en todos los ministerios de la iglesia, ministerios que son buenos pero que nos llevan a descuidar lo más importante. Es fácil dejarnos llevar por las ocupaciones, decir que sí a cada demanda mientras alejamos nuestro corazón de la convivencia directa con nuestro Señor.
Demos oportunidad que sea Dios quien nos confirme por medio de la oración si cada actividad en las que nos vemos involucrados proviene de Su plan para nosotros. Dejemos que sea Dios quien establezca lo que debemos hacer primero.
Soy mujer y esposa. En mi rol como esposa Dios me ha asignado ser ayuda idónea para mi esposo. Me ha asignado ser cuidadora del hogar que compartimos. Para poder cumplir con este rol y no estar ausente para mi esposo, debo evaluar las actividades en las que me voy a involucrar, llevándolo a Dios en oración. El hecho de estar involucrados en múltiples actividades manteniéndonos ocupados y cumpliendo peticiones no significa que estamos haciendo lo importante para Dios. Es fácil dejarnos llevar por las presiones y distraernos al punto de no recordar lo que Dios nos ha encomendado hacer.
¿Quiénes somos en nuestro hogar? ¿Estamos físicamente presentes pero ausentes debido a nuestras cargas impuestas por nosotros mismos? ¿Estamos descuidando nuestro primer ministerio? ¿Estoy descuidando mi tiempo a solas con Dios y la oración? Son preguntas que nos debemos hacer para evaluar si lo que estamos haciendo nos está desviando del principal propósito.
‘‘Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar’’ (Mateo 11:28).
El Señor nos ha prometido descanso al venir a Él, de manera gratuita a nosotros nos lo ha ofrecido. A Él podemos recurrir cuando nos sentimos abrumados y agotados, y Él nos dará justo lo que necesitamos en ese momento.
Muy estrechamente ligado a este versículo, Dios nos dice que presentemos todas nuestras peticiones delante de Su trono. Que no estemos afanosos por nada. Que Él nos dará la paz que sólo Él puede darnos. Filipenses 4:6-7. Una puerta abierta tenemos para acudir a Su presencia a entregar nuestras oraciones. A derramar nuestros corazones y buscar descanso. A buscar dirección para hacer aquello que le agrada y le complace a Él. ¡Qué gracia se nos ha sido entregada!
‘‘Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos’’ (1 Timoteo 4:15).
Ocupémonos sabiamente en aquello que es importante, en la comunión con Dios por medio de la oración y la lectura de Su Palabra. No hay aprovechamiento en una lectura fugaz donde nada es retenido, no hay aprovechamiento cuando nuestra mente está sumergida en la lista interminable de cosas por hacer, no lo hay cuando nuestro corazón no está abierto a ser enseñado por la Palabra. Si no lo estamos haciendo iremos ocupados por el mundo dando sólo lo que humanamente podemos dar, agotados por las demandas interminables y regresando vacíos a casa, nuevamente sin tiempo para buscar lo más importante.
‘‘Una cosa he demandado a Jehová, esta buscaré;
Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida,
Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo’’ (Salmos 27:4).
Que todos los días vayamos a contemplar la hermosura de nuestro Señor. Por Su gracia hoy tenemos el acceso.
0 notes
minervalerio · 2 years
Text
Tumblr media
“Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar'' (Deuteronomio 28:1, 5).
Aunque este pasaje se encuentre en otro contexto, ya que fue una promesa dada a los israelitas, podemos aplicarla a nuestra vida por la fe en Cristo Jesús. El Señor nos promete suplir todas nuestras necesidades. Él mismo nos manda a considerar a las aves del cielo: ellas no siegan ni recogen en graneros, pero aun así Dios las alimenta. Y Jesús pregunta si acaso no valemos más que estas aves. Dios conoce nuestras necesidades, y nos manda a buscar su reino y su justicia, y todas estas cosas nos serán añadidas (Lucas 12:22-31).
Aquel que no escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por nosotros, ¿cómo no nos dará con Él todas las cosas? (Romanos 8:32). El amor de Dios para nosotros es como un manantial que se desborda; Él satisface todas nuestras necesidades.
Dios bendice nuestra canasta con fruto y pan. Aunque tengamos la provisión del día, esta canasta proviene de nuestro Dios. Observemos bien que tengamos el cuidado de administrarla, no queriendo guardar las provisiones como los israelitas guardaron el maná en el desierto. Pidamos que Él nos capacite para usarlas para su gloria, y que aquellas cosas que Dios nos provee no se conviertan en nuestros dioses.
En su Palabra encontramos que el alma generosa será prosperada, y el que sacia también será saciado (Proverbios 11:25). Esconder nuestras provisiones y ser tacaños es un camino hacia la riqueza mundana y acumulación de bienes, el cual no es el camino de Dios. A quienes reparten le es añadido más, pero quienes retienen más de lo que es justo van a la pobreza.
La fe en Dios está muy relacionada a dar. Dios nos manda a ser generosos con la Iglesia, con su rebaño, con nuestros semejantes, aun con aquellos no creyentes que pueden ser alcanzados. Siendo generosos y sin escatimar podemos ser un reflejo y ejemplo de nuestro Señor, quien nos lo ha dado todo. A Dios prestamos cuando damos al pobre, y Él es quien va a pagar (Proverbios 19:17).
Pero no demos para ser vistos por los ojos humanos, para ser influyentes, para ser aplaudidos por otros, sino demos alegremente para servir a nuestro Dios, para ser su instrumento de misericordia. Qué honor es poder servirle a aquel que es dueño de todas las cosas, administrando los bienes que Él nos provee, y sabiendo que gozamos de una promesa aún más valiosa que el oro. Sirvamos en secreto, allí donde solo Dios nos puede observar. Incluso, no midamos nuestro dar para cuidar nuestro corazón de querer alabarnos al decir: “¡Qué generoso he sido!”.
Tengamos gozo en la ternura y generosidad que tiene Dios para con nosotros. Tengamos gozo en que aun en el pan del día Dios nos provee para compartir con otros. Tengamos gozo en compartir en lo mucho y en lo poco. Tengamos gozo en que Dios ama al dador alegre. Tengamos gozo en que se nos ha enseñado que hay más bienaventuranza en dar que en recibir.
Las cosas más comunes que podamos tener se vuelven de bendición cuando buscamos servir con ellas al Señor, ya sea solo con pan y agua.
0 notes
minervalerio · 5 years
Photo
Tumblr media
El tesoro escondido y la perla de gran precio
‘‘Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo’’ (Mateo 13: 44).
Con esta Parábola Jesús ilustra cómo es el reino de los cielos (o lo que es la vida eterna) y usa también otra parábola para expandir que tiene exactamente el mismo significado.
‘‘También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró’’ (Mateo 13:45-46).
Dios nos ha ofrecido entrar al reino de los cielos (o tener vida eterna) por medio del sacrificio que hizo Jesús en la cruz; cuando encontramos ese tesoro estimamos nuestra vida como sin valor, dejando atrás nuestros deseos pecaminosos, arrepintiéndonos para adquirir ese tesoro o perla de gran precio.
¿Por qué tiene tanto valor ese sacrificio en la cruz? Porque Su palabra dice que todos hemos pecado y que ninguno puede entrar al reino de los cielos. No podemos estar sucios delante de la presencia de Dios. Pero en Jesús Él nos da la solución para limpiarnos de nuestro pecado y así poder entrar al reino de los cielos.
La Palabra también dice: ‘‘Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna’’ (Juan 3: 16).
Me explico: Dios dio a Jesús para que él pagara por la deuda que teníamos a causa del pecado, él tomó nuestro lugar recibiendo el castigo que era para nosotros y así pudiéramos entrar al reino de los cielos. Nuestro final iba a ser entrar por la puerta del infierno de no haber sido por ese sacrificio. Todo lo que andamos y adquirimos, todos los placeres de este mundo, todos nuestros pecados nos conducen al infierno, nos conducen a la perdición.
‘‘Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan’’ (Mateo 7: 13-14).
Muchos son los que andan por el camino ancho, el camino de complacerse a sí mismo, el camino que ofrece este mundo. El camino que es fácil y espacioso, pero que su fin en la perdición o el infierno.
Imagina un narcotraficante que es movido por el amor al dinero, sus riquezas lo llevan a obtener grandes placeres; él anda por el camino ancho, con mujeres, casas y lujos, ¿pero cuál crees que será su fin en ese camino?
Por otro lado está el camino estrecho: un camino donde hay que negarse a sí mismo, donde hay que decirle no a los deseos pecaminosos, y sí a lo que Dios quiere para nosotros. Pero este es un camino que al final conduce a la vida, y pocos son los que lo hallan.
Imagina una mujer que le dice a su jefe directo que no puede alterar los resultados de los estados financieros de la empresa, porque eso no le agrada a Dios; dispuesta a perder su trabajo pero haciendo lo que le glorifica a Dios.
Ese es un camino estrecho y difícil pero que conduce a la vida, y pocos lo hallan. Al igual que las parábolas que leímos al principio, no todo el mundo encuentra ese tesoro escondido o esa perla de gran precio. El mercader tenía toda una vida comprando perlas para negociar, pero un día encontró esa perla de valor incalculable. Él pudo ver el valor que tenía y por eso vendió todo para poseerla.
Cuando nosotros encontramos esa perla que es Cristo (quien nos lleva a la vida eterna), dejamos el camino ancho de la perdición para entonces ir por el camino estrecho que nos conduce a pasar toda la eternidad con Dios.
Hoy te dejo aquí este tesoro escondido, esa perla de gran precio; está en tus manos ir y vender todo (arrepentirte de tus pecados y confiar en que Jesús pagó por ellos) y adquirirlo. O también puedes no ver el valor que tiene este tesoro, no vender todo y seguir acumulando perlas que no sacian, porque ninguna de ellas se comparará a esta de valor incalculable que hoy tus ojos han visto.
El apóstol Pablo antes de confiar en el sacrificio de Jesús en la cruz, era una persona religiosa que confiaba en lo que él podía hacer para ganarse el reino de los cielos; así que era un conocedor de Las Escrituras, cumplía los ritos, era perseguidor de los que él creía que ofendían a Dios, era un hombre de renombre, pero no conocía a Cristo como Salvador. Luego de conocerlo, él relata que todo lo que él había acumulado lo estimaba como basura en comparación al conocimiento de Cristo; y que cuando Dios lo viera, quería que hallara la justicia de Cristo, y no la suya propia que no tenía valor alguno.
Ese sacrificio que hizo Cristo es gratis para nosotros, sólo teniendo fe en que él pagó por nuestros pecados será lo que nos lleve al reino de los cielos. Esa es la perla de gran precio, ese es el tesoro escondido, que al encontrarlo todo lo demás es estimado como basura y no sacia.
Mira hoy el valor que tiene, conoce lo incalculable que es. No te quedes sin venderlo todo para adquirirlo. El Señor te guiará a arrepentirte de tus pecados, aparatarte de ese camino y cambiar la dirección al verdadero camino de la vida eterna: ese camino que pocos hallan, ese tesoro que pocos pueden ver.
0 notes
minervalerio · 7 years
Photo
Tumblr media
No es necesario conocer el futuro para tener paz. No se necesita tener una agenda planificada de cada minuto de los siguientes días y que se cumpla cada detalle de lo que se ha planificado para estar en paz. Sino que para tener paz verdadera se necesita confiar en Dios. Confiar que es Su plan y no el nuestro, confiar en Su soberanía sobre todas las cosas, confiar en que Él es dueño del tiempo que usualmente queremos administrar. Para estar en paz no es necesario conocer qué va a suceder próximamente; sólo hace falta creer que Él tiene el mejor plan, y a Su tiempo.
Su Palabra nos dice en Filipenses 4 que Su paz sobrepasa todo entendimiento y que esta paz guardará nuestros corazones en Cristo Jesús. También nos dice que no nos afanemos, que no estemos ansiosos, sino que presentemos nuestras peticiones a Él mediante oración y súplica con acción de gracias. Y esta acción de gracias porque tenemos una relación de Padre a hijos a través de Cristo, por lo que podemos venir ante Su trono confiadamente, sabiendo que todo lo que sucede en nuestras vidas Él lo orquesta para nuestro bien.
También nos exhorta este pasaje: “Regocíjense en el Señor siempre”. Y otra vez: “¡Regocíjense!” (Filipenses 4:4).
0 notes
minervalerio · 7 years
Photo
Tumblr media
''Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve'' (Hebreos 11:1).
Tener fe es estar completamente seguros y convencidos de que Dios cumplirá lo que ha prometido. Y no es a nuestro tiempo, sino a Su tiempo. Tener fe es creer en lo que Él ha dicho, y esperar, sabiendo que Él es fiel y es poderoso para hacer lo que ha prometido.
Por fe me dirijo a lugares que desconozco, pero que Dios conoce, y de antemano ha elaborado un plan donde me ha hecho parte. Confiando siempre en Él y yendo a donde Él me guíe porque Su voluntad es siempre buena, agradable y perfecta.
0 notes
minervalerio · 7 years
Photo
Tumblr media
''Por eso les digo, no se preocupen por su vida, qué comerán o qué beberán; ni por su cuerpo, qué vestirán. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que la ropa? Miren las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No son ustedes de mucho más valor que ellas? ¿Quién de ustedes, por ansioso que esté, puede añadir una hora al curso de su vida? Y por la ropa, ¿por qué se preocupan? Observen cómo crecen los lirios del campo; no trabajan, ni hilan. Pero les digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de ellos. Y si Dios así viste la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¿no hará El mucho más por ustedes, hombres de poca fe?'' (Mateo 6:25-30).
0 notes
minervalerio · 7 years
Photo
Tumblr media
Es mejor atesorar los dichos del Señor en el corazón para que cuando llegue el momento de la tentación recordemos Su Palabra y no pequemos contra Él.
En Efesios encontramos que la Palabra de Dios es la espada del Espíritu, y, por lo tanto, podemos batallar con ella frente a cualquier tentación.
El Señor nos manda a fortalecernos en Él, a vestirnos con Su armadura, para que podamos estar firmes frente a las tentaciones del diablo, y, luego de resistir en el día malo, seguir estando firmes.
Jesús fue tentado en el desierto, y así como Él combatió cada tentación con la Palabra, estemos nosotros también preparados para combatir de la misma manera.
0 notes
minervalerio · 7 years
Photo
Tumblr media
Cavando tu propia tumba desde siempre... Después de haber trabajado tanto para lograr estar aún más en la profundidad, te das cuenta de lo húmeda y oscura que esta puede llegar a ser en muchas ocasiones. 
Allí te conduce el pecado en tu vida, llevándote cada vez más a lo profundo, a la oscuridad donde no puede haber luz; a las tinieblas, haciéndote incluso disfrutar plenamente de la húmeda y oscura cavidad donde te encuentras. 
Allí estaba yo. Pero Aquel que vino y pagó por mis pecados me rescató de ese lugar. Cristo me salvó, me llevó en otra dirección del lugar en el que estaba, y hoy prepara una morada para mí. A Él la gloria, pues por mis propias fuerzas sólo hubiese podido seguir cavando mi tumba de perdición para llegar a más profundidad sin encontrar nada allí.
¿Sientes que vas cavando un lugar, disfrutando la oscuridad que te ofrece el pecado? Cristo te ofrece perdón y salvación de pecado, te ofrece una nueva vida, te ofrece una morada para vida eterna.
“No se turbe su corazón; crean en Dios, crean también en Mí. En la casa de Mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, se lo hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para ustedes. Y si me voy y les preparo un lugar, vendré otra vez y los tomaré adonde Yo voy; para que donde Yo esté, allí estén ustedes también. Y conocen el camino adonde voy” (Juan 14:1-4).
0 notes
minervalerio · 7 years
Photo
Tumblr media
Simple e ignorante son dos palabras que la Biblia utiliza para referirse a la mujer insensata. Una mujer que dice: “Dulces son las aguas hurtadas, y el pan comido en secreto es sabroso”.
Parecerá dulce por el momento aquello que se hace en lo oculto, pero luego las consecuencias serán tan amargas como la hiel. Un camino que conduce a lo más profundo del Seol.
¿Has notado hoy en día la variedad de mujeres que como esta mujer descrita en Las Escrituras, se sientan a hacer un llamado a aquél que sea simple? “El que sea simple, que entre aquí”. Un llamado a un banquete fácil, el cual luego producirá una terrible indigestión.
“La mujer insensata es alborotadora, es simple y no sabe nada. Se sienta a la puerta de su casa, en un asiento, en los lugares altos de la ciudad, llamando a los que pasan, a los que van derechos por sus sendas: “El que sea simple, que entre aquí.” Y al falto de entendimiento, le dice: “Dulces son las aguas hurtadas, y el pan comido en secreto es sabroso.” Pero él no sabe que allí están los muertos, que sus invitados están en las profundidades del Seol” (Proverbios 9: 13-18).
0 notes