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#comer tostas en madrid
EL BLOQUE
Al principio pensé en ahorrar lo suficiente para estar un año sin trabajar. Descarté la idea porque me conozco y los cambios radicales no me sientan bien. Lo mejor sería buscar algo de tarde. No tardé mucho en encontrarlo. A las dos semanas me llamaron para un trabajo en Ávila, de cinco a once de la noche.  El día que llegué tenía una lista de unos pocos pisos y me quedé con el más barato. No estaba mal. Lo mejor eran las vistas desde el salón. Se veía la muralla a un lado y la sierra al otro. Dejé las pocas cosas que traía de Madrid y fui al Mercadona. Quedaba más o menos cerca y todavía faltaba una hora antes del cierre. Compré pasta carbonara, que ya venía con tenedor, y un pack de cervezas. La gente me pareció más bajita, vieja y callada.  A la vuelta paré en un banco. Todavía era de día y hacía bueno. No me apetecía encerrarme en casa así que me puse a comer allí mismo. Estaba de espaldas a un parque con una entrada de hormigón grande, como del futuro. En frente había un bloque de tres edificios con ropa colgada en casi todas las ventanas, y a su lado una explanada con columpios medio desechos. Me fijé en una señora gorda, con pañuelo y delantal, sentada en una silla de terraza. Estaba tranquila y vigilante. Al poco rato se sentó un gitano a mi lado. Era moreno y tenía el pelo de los lados rapado. Que si quería algo. Yo no conocía a nadie. Todavía me quedaban unos días para empezar, así que le dije que sí, que tenía diez euros. Se fue y al rato volvió con una piedra de hachís. Muy mala pinta. Que volviera si quería más. Vale. Me levanté y me fui. No tuve que andar mucho hasta casa, estaba a pocos metros. La probé. No estaba mal. Tampoco había mucho más que hacer.  A la mañana siguiente bajé a desayunar al bar que estaba al lado del portal. Me pedí una tosta de solomillo con cabrales y un café. Todo bastante barato. Me apeteció entrar en el parque raro. Era circular y en el centro tenía un palo de metal con una bola. Creo que era un reloj de sol o algo así. Me senté en un banco y encendí un cigarro. En frente tenía un grupo de gitanos. De vez en cuando se acercaba alguien con pinta de yonqui arrastrando un carro de la compra. Me recordaron a los lateros de Madrid, pero estos iban a comprar en vez de a vender. Eran ya casi las dos y pensé en subir y hacer la comida. La verdad es que no tenía mucho en casa: las pocas latas del fondo del armario que me traje de Madrid. Podía hacerme unos espaguetis con tomate y atún, pero me asqueó la idea de subir y ponerme a cocinar. Pensé en tomar el menú del día del bar de antes, pero tampoco me convencía del todo.  Ahí estaba yo, dándole vueltas, sin decidirme por el menú o los espaguetis, cuando se sentó a mi lado el mismo camello del día anterior. Iba con pantalones de chándal y camiseta Adidas. Sin esa ropa no podría haberse sentado como lo hizo: el culo en el borde del banco y las rodillas totalmente flexionadas hacia fuera. Estaba en tensión, botando continuamente como si tuviera un muelle en el culo. Me dijo que podía venderme algo de caballo. Yo me vi toda la tarde sin nada que hacer en una ciudad que no conocía. Nunca lo había probado y todavía me quedaban un par de días para empezar, así que pensé que sí, que este era el momento, si es que había un momento para estas cosas. Luego pensé en la adicción y en los yonquis, pero solo iban a ser un par de días, un poco de anestesia para acostumbrarme más fácil a tanto cambio. También pensé que la gente exagera mucho con el tema de la droga y que no hay que tomárselo todo con esa negrura.  Me pareció más barato de lo que pensaba. Subí con ello a casa por miedo a encontrarme con algún poli, aunque el parque no tenía pinta de estar muy vigilado. Tenía hambre pero me pudo la curiosidad.  No me apetecía nada pincharme y tampoco tenía material. Fumarla era la mejor opción. Nunca había visto cómo hacerlo, así que busqué en internet. Se pone en papel de aluminio, se quema el polvo y se transforma en una gota que cae por la inclinación, soltando un humo denso. Se absorbe el humo usando un turulo. Me puse encima del fregadero con el pollo, un trozo de papel de aluminio, un mechero y el turulo. La primera vez salió un poco de humo que no me dio tiempo a aspirar, así que desperdicié casi todo. La segunda eché bastante más y vi cómo resbalaba la gota, humeando. En cuanto empecé a aspirar, el humo desapareció. A la mierda. Había que quemarlo mientras aspiras, siguiendo la gota. Y parecía fácil. Notaba un ligero mareo parecido a cuando llevas mucho tiempo pintando. En la tercera puse un poco más y lo hice con más cuidado. Esta vez sí entró. Aspiré una calada bien profunda y se me aceleró el corazón. Me noté más vivo y libre, pero supe que en algún momento tendría que sentarme. Me acerqué al sofá todo lo rápido que pude. Al sentarme, el rebote me sacudió el pecho como si me lo aplastaran con una losa. Tuve que dejarme caer hacia atrás y luego de lado, como si acabaran de darme una paliza.  Pasaron un par de horas casi sin darme cuenta. Estuve metido en unos cuantos sueños que no recuerdo. Solo sé que la lámpara de tres bombillas que colgaba del techo tuvo algo que ver. Me sentía bien. No volví a acordarme de comer. Tenía ganas de salir y situarme un poco. Nunca he sido de los que se pasan la tarde encerrados. Necesitaba salir, aunque fuera para estar en un parque sin hacer nada. Tenía suerte porque, además del parque del reloj, en frente de casa empezaba un paseo que llegaba hasta el río. Un río sin agua pero con algún banco y zona verde alrededor. Noté cómo me flojeaban las piernas. Las rodillas se me doblaban solas. Pensé en tomarme una cerveza pero cuando llegué a la nevera me dio asco abrirla. Vi el papel al lado del fregadero. Todavía quedaba. Eché un poco más y lo quemé. Entró todo bien, hasta el final. No tardó en subir. Me hormigueó todo el cuerpo. Bajé a la calle y me senté un rato en el primer banco del paseo. Esa segunda vez no fue tan fuerte. Seguían los hormigueos pero enseguida pude mantenerme despierto y alerta. Tenía algo de dinero en la cartera y ganas situarme. Me prometí salir, aunque fuera yo solo, para celebrar lo que fuera. Caminé hacia el centro. Me tomé un par de vinos en el primer bar que vi. Te ponían una tapa bastante grande pero no la probé. Me quedé un buen rato mirando cómo jugaba la gente a la máquina tragaperras. Tenía bastante éxito esa máquina. Luego había unos señores sentados en la mesa de la esquina jugando a las cartas. Solo se les oía a ellos en todo el bar, con el sonido de la tragaperras de fondo. Salía a fumar de vez en cuando. Podría haberme quedado en la terraza pero me apetecía más el ambiente que había dentro. Se hizo de noche. Los camareros empezaron a limpiar las mesas y los cuatro señores que estaban con las cartas se marcharon. Yo pagué y me fui detrás de ellos. Estaban cerrando todos los bares de pinchos así que me puse a dar vueltas. Tenía que haber al menos un sitio que no cerrara. Era una ciudad lo suficientemente grande como para que lo hubiera. Al final lo encontré, en una plaza pequeña. Antes de entrar me senté en un banco a fumar. Un tío medio cojo vino a pedirme un cigarro. Casi no podía ver su cara porque tenía detrás una farola que me cegaba. Se lo di. Se sentó a mi lado y me ofreció de su litrona. Yo le di un par de tragos. Me apetecía hablar con alguien, con quien fuera.  –Me acaban de echar del bar. Son unos mierdas. –Iba a entrar ahora. –Si quieres vamos a otro. Está mucho mejor. –Vale. Estaba muy cerca. Me alegró saber que por lo menos había dos bares abiertos a esas horas. Nos sentamos en la barra y pedimos dos cervezas. Su forma de hablar era algo gangosa, de yonqui. Nunca entendí por qué todos hablan igual. O lo que se meten les hace hablar así o hay un acento de yonqui que se contagian unos a otros. No creo que el caballo te pueda dejar tan tocado.  Vestía una chaqueta impermeable azul marino bastante elegante. No se la quitó, aunque dentro hiciera calor. Tenía la cabeza pequeña, el pelo liso y los dientes ridículamente pequeños. Se llamaba Toni y no paraba de hablar. –¿Hueles eso? –Sí. –Es caballo. Alguien está fumando en el baño. ¿Lo has probado? –No. –Si quieres podemos ir a pillar. No me apetecía meterme con él. Era mejor disfrutarlo a solas. A partir de ese momento ya no me sentí cómodo, así que me fui. Antes de despedirnos me pidió unas monedas. Le di un par de euros y se fue. De camino a casa me empezaron a molestar las luces de los coches que venían de frente. No había nadie en la calle pero seguían pasando coches de vez en cuando. Estaba mareado.  Nada más llegar a casa saqué una cerveza de la nevera y me la bebí en la terraza. Me senté en una de las sillas de camping que había comprado ese mismo verano. Tenían hueco para dejar la lata. Parecía que todo empezaba a encajar. Me la terminé mirando a la muralla, fumé dos cigarros y me fui a la cama. Al día siguiente desayuné y pensé en meterme algo, pero en vez de eso fui a dar un paseo por el río. Llegué hasta una explanada bastante grande, casi sin césped. Había una tía de no más de cuarenta años paseando a dos perros. Era rubia y tenía el pelo alisado. Parecía quemado de tanto usar las planchas. Ella también parecía bastante quemada. Me senté en un banco cerca y encendí un cigarro. Uno de los perros vino corriendo hacia mí. Yo le acaricié un poco y enseguida vino ella para apartarle.  Hablamos de sus perros y de su curro. Me dijo que en unos días se iba con un amigo a la recogida de la fresa. –¿Cuánto te pagan? –Cinco treinta la caja de cien manojos. –¿Y cuánto tardas en hacerte la caja? –Si vas rápido, una hora. Seguimos hablando. La acompañé a casa. Vivía en un edificio cerca del parque. Subimos y echamos un polvo entre perros y olor a tabaco. Después me fui. En la zona no había más que el parque, su edificio y un restaurante. El menú valía siete euros así que entré. La comida no estaba mal. Acabé lleno y un poco borracho por el vino.  Fui a casa. Me metí un chino. Me afectó casi como el primero. Cuando me entraron ganas de moverme solo eran las cinco. Ya no tenía más caballo así que bajé con un par de latas de cerveza al parque del reloj. Antes de terminarme la segunda se me acercó el mismo gitano del día anterior. Que si quería más. Le dije que sí.  El día terminó poco más o menos que el anterior.  Recuerdo que esos días la ciudad era toda para mí.  Luego empecé a trabajar.  No volví al parque del reloj. Tampoco recuerdo mucho más de esa época.
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giannicersosimo · 5 years
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MADRID, ¿DÓNDE COMER BUENO, BONITO Y BARATO?
Bueno, bonito y barato son las tres “B” que más relevancia cobran a la hora de viajar, y en este caso, a la hora de comer.
La capital española no sólo nos deslumbra con su historia y arquitectura, sino también con su inagotable escena gastronómica.
Excelentes restaurantes, tabernas, mercados  y comercios centenarios, hacen a Madrid la capital gastronómica de Iberoamérica.
Aquí una lista de algunos de ellos, donde por pocos Euros, podremos sumergirnos y disfrutar la cocina española.
 El Tigre
No hay dudas, si pasamos por la calle Infantas del barrio de Chueca, y vemos mucha gente haciendo cola frente a uno de sus comercios, estaremos frente a la famosa Sidrería “El Tigre”.
Con tapas de calidad muy generosas, que incluyen desde croquetas, papas bravas y alitas de pollo, hasta paella y tortilla, la Sidrería El Tigre es una excelente opción para salir de tapas en Madrid por muy poquito dinero. Con sólo pagar las bebidas (aprox. 2,50€) las tapas nos vienen incluidas.
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La campana
Ubicado a escasos metros de la icónica Plaza Mayor, este local vende uno de los mejores bocadillos de calamares de la ciudad ¡y a sólo 3€! 
 El Capricho Extremeño
Luego de pasear por el mercado de El Rastro, el más popular y acogedor de Madrid, vale la pena darse una vuelta por El Capricho Extremeño, para saborear las mejores tostas acompañadas de un irresistible tinto de verano. Hay que ser pacientes porque siempre hay bastante cola, pero como todo lo bueno, vale la pena esperar!
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 El Respiro
Con el mismo concepto que la Sidrería el Tigre, pero en el centro de Madrid, al pedir una caña en “El Respiro” vamos a recibir una tapa súper generosa, la cual puede consistir en croquetas, paella, papas bravas, huevos rotos o fiambres. 
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 MU! El Placer de la Carne
Sí, ya sé, no viajamos a España para comer el clásico asado argentino… pero a unos pasos de la Gran Vía, en este pequeño local vamos a saborear excelentes carnes, unas empanadas para chuparnos los dedos y a degustar un delicioso Malbec. Excelente opción calidad-precio.
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 El Aliño
En el bohemio barrio de Malasaña, este restaurante nos ofrece menús completos (primero plato, segundo y bebida) a precios muy económicos. Es una buena opción para hacer una parada técnica al mediodía en nuestro recorrido turístico por el barrio.
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San Ginés
Una visita a la capital española no sería completa si no disfrutamos de las delicias que nos ofrece la chocolatería y churrería San Ginés.
Ubicada en el pasaje con su mismo nombre y Arenal (muy cerca de la Puerta del Sol), por 4€ vamos a sentir que tocamos el cielo con las manos.
Nos van a servir un tazón del chocolate más terso y untuoso -cuyo sabor va a perdurar por siempre en nuestros recuerdos- con seis crocantes y livianitos churros (también se puede ordenar media ración).
La chocolatería está abierta toda la noche, ideal para darnos una pasada (o panzada) cuando volvemos de bailar.
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lesamp · 7 years
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Bienmesabe
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Taberna gaditana
Cierra D noche
http://www.rbienmesabe.com/
Cena para 3. Jueves. Junio 2016
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Va que me tengo que poner al día y sacar del móvil las casi 4.000 fotos que tengo de comida. Prevenida que es una que hace un par de años cuando me compré el teléfono elegí el de mayor capacidad que si no...y es que no es broma que llevo un lastre de varias decenas de restaurantes. Me doy autovergüenza, pero qué le vamos a hacer si me gusta más comer que escribir.
La cena que atañe este post fue una cosa así improvisada, de esto que es Junio en Madrid y hace tan buena noche que meterse en casa apetece lo mismo que ir a trabajar un domingo. Cena en principio para 2, que a última hora se convirtió en 3.
Este sitio me lo recomendó un alemán ya entrado en años (que no me oiga, porque yo aún cuando llegue a los 60, si escucho a alguien llamarme señora le caerá mínimo un sartenazo) que me comentó con toda la emoción de su vida que el salmorejo de aquí estaba cojonudo. Hay 4 repartidos por Madrid, 2 en Chamberí, uno en Cruz del Rayo y este último en Chamartín, todos con zona de barra/tapeo y comedor; el de Chamartín y uno de Chamberí además cuentan con terraza.
La carta del restaurante y de la barra son distintas aunque no importa donde te sientes, se puede pedir de todo. Aquí la del restaurante:
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A compartir entre 3 pedimos:
De aperitivo de la casa una tosta fría de pisto con chanquetes
Salmorejo
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Efectivamente muy bueno, no excesivamente espeso y suave. Servido con huevo duro picado muy fino y jamón.
Chipirones a la plancha
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con picada de ajo y perejil, bien marcados y servidos con sus patitas.
Habitas con jamón y huevos de codorniz
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Muy buenas; habas de piel fina, nada aceitosas, con un jamón muy decente y la yema del huevo líquida.
La única “pega” el jamón. Siendo un plato pensado para mezclar todos los ingredientes, el jamón en loncha no facilita la tarea y cortarlo con el cuchillo resulta farragoso.
Salmonetes a la andaluza
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Rebozados y fritos; muy ricos también. Ración de unos 12, estupenda para compartir.
En cuanto a los postres:
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Tarta de chocolate con toffe
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Así, light. Porción generosa sólo apta para chocolateros. No es especialmente empalagosa a pesar de llevar toffe, pero la textura es densa. A mí no me hizo ilusión pero porque lleva trocetes de nuez en la masa. Se acompaña de helado de menta y trozos de chocolate.
De precio nos quedó realmente bien:
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19 por persona, pero ojo, sin bebida. No es que se olvidasen, no, si no que pedimos sendos vasetes de agua; yo soy muy de Coca Cola pero con los salmonetes y el salmorejo no me pega así que bewatermyfriend.
A parte de este día y a lo largo del año he ido muchas más veces, eso sí, a la barra o mesas altas y no me queda más que recomendarlo. Recomendación bis, id con reserva al restaurante o “pronto” a la zona de picoteo, porque siempre está como el corral de La Pacheca.
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Restaurante Vegano
Buenpaladar te ofrece este reportaje temático sobre los restaurantes veganos más asequibles, apetecibles y recomendados de la capital. Si no te gusta la carne quieres probar algo diferente y comer mucho más sano, los restaurantes vegetarianos son una buena opción. Decorado como una película de piratas, ofrece platos con productos integrales y orgánicos de la cocina francesa, marroquí, griega, india sudamericano.
Te recopilamos los artículos que hemos escrito en el blog hasta ahora:
https://chocolatealaska.tumblr.com/post/180442692837/restaurantes-vegetarianos
https://chocolatealaska.tumblr.com/post/180442692837/restaurantes-vegetarianos
https://chocolatealaska.tumblr.com/post/180445118382/vegano-madrid
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Los mejores restaurantes vegano de la ciudad de Madrid
Se dedica a la cocina macrobiótica, vegetariana y vegana y se considera algo más que un restaurante, puesto que ofrece cursos de cocina, cuenta con una importante tienda ecológico y celebra exposiciones y seminarios con regularidad. Groupon tiene estupendas ofertas en restaurantes vegetarianos de Madrid. Esto ha provocado que en ciudades como Madrid hayan surgido un buen número de restaurantes vegetarianos de calidad.
Para los entrantes, hay delicias como fatira (torta) con miel foul; y los platos específicamente vegetarianos incluyen verduras, legumbres y muchas especias típicas etíopes. Los restaurantes vegetarianos en Madrid están surgiendo como setas, algo que ya es tendencia en las grandes ciudades del mundo. Inicio →Sin categorizar →Los 10 mejores restaurantes vegetarianos de Madrid centro.
Una buena idea es pedir tu comida para llevar, que puedes comprar con un descuento de 25% de sus platos de la carta. ¿Este restaurante ofrece buenas opciones para vegetarianos?Sí No No estoy seguro. La capital Española es el hogar de muchos restaurantes vegetarianos y estando Deliveroo asociado con algunos de los mejores establecimientos del lugar, nunca tendrás pocas opciones.
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Comida vegetariana para llevar en Madrid:
Con una gran selección de restaurantes cercanos. En su carta destaca la comida rápida: tortilla, croquetas, falafel, choriveganos, hamburguesas… pero sobre todo pizzas. De ambientación muy chic, muy acorde con el barrio de Malasaña donde se encuentra, el Vega surge hace poco más de un año para ofrecer más opciones a los clientes veganos”.
Y en Madrid estamos de enhorabuena, ya que en los últimos cinco años las tiendas y restaurantes veganos han ido multiplicándose, aumentando y, sobre todo, diversificándose. Los que son vegetarianos veganos entenderán estas afirmaciones, cansados de tener que preguntar, adivinar e incluso disculparse por querer saber lo que van a comer. Restaurantes, bares, comida para llevar servida a domicilio, tiendas donde comprar todo tipo de productos... La oferta vegana para personas que deciden vivir causando el menor daño posible a los demás sigue creciendo en ciudades de toda España.
El restaurante Sanissimo es un lugar indicado para veganos y vegetarianos, y también para aquellos que desean mantener una dieta saludable y baja en calorías. Por suerte, esto ha cambiado y ahora es pura tendencia, día a día aparecen nuevos locales, con amplias, variadas y riquísimas cartas que ofrecen económicos menús del día de la comida más saludable. El menú del día entre semana de Gustu Bilbao ofrece cuatro platos por 14,50 euros, con cremas de verduras y el plato principal de la casa, con cereal, legumbre proteína vegetal, verduras, encurtido y algas.
Este establecimiento de comida orgánica y de productos locales es obra de Nieves Urrutia, quien ha creado un concepto vegano más amplio: restaurante, escuela y asesoría nutricional. Restaurante y pasteleria, Vegetart te ofrece platos de la cocina catalana, pero sin ningún ingrediente de origen animal. Cerca del Templo de Debod, este local regentado por Verónica y Ronny, dos uruguayos y veganos convencidos, proponen algunos platos capaces de convertir a cualquier omnívoro.
En su centro, se encuentra el veterano restaurante Madre Tierra (Bajada de Tripería, 2), aunque aferrado al concepto ecológico y vegetariano tradicional, cuenta con algunas opciones para veganos. En su carta cuenta con bastantes opciones veganas como tostas de aguacate, aceite, champiñón y tomate, hamburguesa y pizza y platos que cambian cada semana como pasta fresca con tomate y tomillo. Alojamiento rural que ofrece cocina ecológica, vegetariana y crudivegana a 45 km de Madrid.
En el centro de Navacerrada, este restaurante cuenta en su carta con un rincón vegetariano” y en este se pueden encontrar varias opciones veganas. Carnicería, charcutería y delicatessen con productos vegetarianos y veganos. Dentro de su nueva carta de 25 platos, solo 5 contienen proteína de origen animal, pero ofrece una opción vegana -al completo- si se solicita al hacer la reserva.
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La carta en los restaurantes Veganos
Restaurante que cuenta con una carta vegana con rissottos, hamburguesa, tabulé, ensaladas… en su Rincón Vegano Han realizado cursos de cocina vegana con chefs como Luis García Vegan Food. Es la primera tienda ecológica y vegana del sur de Madrid donde se puede encontrar una gran variedad de productos, además de veganos, sin gluten, cosmética natural 100% libre de componentes animales y químicos y complementos alimenticios. Lo bueno es que he hecho de vientre ya dos veces, es por la fibra, materia prima de los platos de este restaurante, recomendado para vegetarianos y extreñidos de cualquier causa.
Hola buen día , los invito a visitar plant Grill un restaurante vegano muy cerca de la plaza el sol en madrid centro, calle Núñez de Arce 6, este restaurante se diferencia dado que tiene una carta al Grill, algo novedoso en el país , está muy bueno. Su comida es vegetariana, aunque también cuentan en la carta con bocados para veganos. Déjate mimar en Madrid en estos 10 restaurantes vegetarianos.
Además de una amplia carta de platos y tapas vegetarianos y 100% ecológicos, en La Encomienda encontrarás una buena selección de bebidas artesanales. Distrito Vegano: Calle del Doctor Fourquet, 32. Comidas, meriendas y cenas veganas al 100%, elaboradas de manera artesana con productos frescos y ecológicos. Este restaurante de Lavapiés tiene una amplia selección de platos vegetarianos muy apetitosos.
Top de los restaurantes vegetarianos de Madrid. Hoy te vamos a facilitar la tarea, mostrándote algunos de los mejores restaurantes vegetarianos en Madrid , al menos, los más destacados en nuestra humilde opinión. Guía de los mejores restaurantes vegetarianos en Madrid.
Con dos sedes en Madrid, una en Huertas y otro en Gran vía, llevan ofreciendo comida vegetariana con opciones veganas desde 1990. En la misma línea que sus compañeros ofrecen menú y carta con platos que pueden llegar a ser pesados por las combinaciones de alimentos escogidas. La carta del restaurante Yerbabuena de Madrid es bastante extensa y podrás encontrar múltiples platos, nosotros destacamos los siguientes: berenjenas asadas, crema de almendras, canelones crepes de espinacas.
Otro de los restaurantes de Madrid que destacan por su buena mano en la preparación de la comida vegetariana es My Veg. El restaurante Punto Vegano de Madrid, es un establecimiento tremendamente cuidado, tanto en su diseño como en su personal, algo que también se refleja en el detalle de sus platos. A continuación, os presentamos nuestra lista de nuestros sitios preferidos vegetarianos y veganos de Madrid.
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Que restaurante elegir si eres vegano
Así que, si eres vegano, vegetariano simplemente quieres acercarte a probar la carta de cualquiera de estos restaurantes, no te pierdas nuestra lista. A veces puede parecer difícil encontrar bares y restaurantes en cuya carta no predominen platos que contengan carne de cerdo, pollo, ternera pescado. Cuál fue mi sorpresa al encontrarnos un menú con dieciséis platos vegetarianos para elegir , además de cuatro postres.
No es un restaurante vegetariano en sí, pero ofrecen un menú, con opción vegetariana. Así que, cuando llegó la hora del almuerzo, nos vimos abocados a comer en alguno de los locales alrededor del Teatro Romano, que ofrecían menús turísticos con algún plato vegetariano. En un plano turístico de la ciudad de Cáceres que nos entregaron, encontramos un anuncio de este restaurante, en el que indicaban que ofrecían platos vegetarianos.
La carne, los embutidos y grasas animales están omnipresentes en su cocina y repostería, y además la oferta de restaurantes 100% vegetarianos creo que es nula. Bowls veganos y vegetarianos, hamburguesas, nachos, tartas… Todos ellos con un aspecto que entran por los ojos y sorprenden en la boca por lo jugosos y sabroso que resultan.
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revistamasviajes · 6 years
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“BIENVENID@ A LA JUNGLA DE LA GRAN VÍA”: ADÉNTRATE EN LA TERRAZA MÁS SALVAJE DEL CENTRO DE MADRID
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Si dicen de Madrid "que es una selva", si pasas por la plaza de Pedro Zerolo, lo vas a descubrir en primera persona. Porque, “La Jungla de la Gran Vía”, es un terreno poblado por una frondosa vegetación y por una fauna muy variada ;). Seas de la especie que seas, aquí tienes cabida. Y, si además, te consideras tigre o tigresa, sentirás que estás en tu hábitat. Ya no tienes que salir de Madrid para disfrutar de la naturaleza salvaje.
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Puro Instinto de Supervivencia en “la Jungla de la Gran Vía” Ya sabes que en la “jungla” hay que cazar, pescar, buscar agua…Es puro instinto de supervivencia. Pero, en esta “Jungla” lo hacemos por ti. Hemos ido de pesca y te traemos los boquerones en vinagre con aceitunas; hemos ido de caza y te servimos Tostas de Jamón ibérico y queso brie; hemos hecho “fuego” y te ofrecemos los nachos horneados, salsa especial de queso “Valdez” y guacamole, o las pizzas como la “carnívora”, la más selvática, con pepperoni algo picante. También puedes aprovechar que estás en la jungla y optar por lo verde como las “ensaladas”… Marida tu plato con la bebida que más te guste. Rugidos en “La Jungla” al mediodía La experiencia continúa en esta jungla con una de las dos opciones para el menú del mediodía, de lunes a viernes hasta las 17:00 horas, por 10,95 €. La primera opción está compuesta por una tosta a elegir de la carta, una ensalada una bebida y un café. Y la segunda, por una pizza, una bebida y café.
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Refrescarse en la Jungla en versión cocktails Es hora de refrescarse y en lugar de ir al río a beber agua… En “La Jungla de la Gran Via” la coctelería es la protagonista, con los cócteles “aperol” para el aperitivo como: Aperol Spritz con Aperol, cava y soda; Hugo Spritz: que lleva flor de Sauco, cava y soda; El clásico Martini Blanco o Rojo y nuestro Tinto de Verano con Rioja y Fanta de Limón. Para rehidratarte en la “jungla” también se puedes optar por los zumos de naranja, piña y zanahoria y el zumo de naranja, fresas y plátano. Esta “jungla no es de cristal”. Es un paraíso. Si necesitas apagar la sed con algo más frío, puedes elegir los cocktails FROZEN (de Margarita, Frozen Daiquiri, de Daiquiri fresa, de Piña Colada; caipiriña o capiroska y por supuesto el Bloody Mary).Sin olvidarnos de sus ya tradicionales: Mojitos (clásico, de fresa y de violeta), Granizados (de naranja, limón, de fresa, de sandía, de café o el Baileys Iced Coffee), Sangrías (clásica, blanca, de cava…). Y por supuesto, no pueden faltar sus maravillosos Gin Tonics. Seis variedades diferentes de Gin Tonics, con diferentes “trimmings” y servidos siguiendo las pautas del mejor “Perfect Serve” para disfrutar en plan Afterwork, y para las primeras copas nocturnas. Ya tienes vegetación y naturaleza para perderte este verano: “La Jungla Terraza de la Reina” En la nueva “Jungla Terraza” se puede desayunar, comer, cenar y tomar copas. Es el paraje perfecto para un break veraniego y una experiencia sensorial al aire libre para vivir una aventura en el centro de Madrid. Todo en un bonito set ambientado en la filosofía “selvática”, con un servicio formal pero desenfadado y un ambiente moderno. ¿A qué esperas para vivir la experiencia de tu vida? “La Jungla de la Gran Vía” (en la Plaza Pedro Zerolo). Lunes a Domingo de11.00 a 02.00- Teléfono de Reservas: 91 522 84 82). Ya tienes selva para perderte este verano: "LA JUNGLA DE LA GRAN VÍA" . Dime qué día quieres que despertar tu lado "salvaje" y "rugir" que te reservo. Estás invitad@ https://www.youtube.com/watch?v=OQlByoPdG6c Read the full article
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Hoy para comer: Gulas con un poco de cayena, tosta de arroz y yogur natural. #myhealthylife #comida #comersano #comerbien #goodforyou #gulas #formadevida (en Madrid, Spain)
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