Tumgik
#¿Cómo saber si una sonrisa es verdadera?
pezsandalia · 2 years
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monvria · 1 year
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16 Cartas.
Javiera:
  En momentos como estos me alegra haber estudiado con los jesuitas, me enseñaron a leer y escribir, y gracias a ello puedo seguir manteniendo comunicaciones contigo. Vea, aunque me hayan botado de la hacienda, me imagino porque su señora madre supo de lo nuestro, tenga por seguro que esto no acabará aquí. Por eso, corazón, extiendo mis saberes para ti por medio de estas cartas que le estaré enviando de a poquito, y en cambio, quiero que usted haga lo mismo para conmigo. Ponga su carta, por favor, en el mismo lugar donde yo deposito las mías, así cuando pase por las noches podré tomarlas y leerlas y después enviarles mis respuestas.
No las fecho porque, ya sabe, por la clandestinidad de esto.
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Javiera:
  Me complace que me hayas hecho caso. Cuando pasé por la noche cerca de la ventana de su habitación y ahí vi la carta, debo de admitir que el aliento se me escapó. Más se me escapó cuando lo leí justo ahí. Lo sé, qué imprudencia la mía, pero las emociones me pudieron más. Su mensaje fue corto ¿es por el miedo a esto? Le comprendo, estoy igual. Pero mire, habrá sido corto pero igual me hizo sentir cosas. Y cuando llegué al final del mensaje, cuando me pedías que me cuidase, que comiera y durmiera bien, se me ha escapado la sonrisa boba. ¿Cómo lo haces, mujer? ¿Esto de hacerme sonreír con tan poco? Usted parece bruja ¿Qué maleficio me ha echado? Pero no importa, me gusta.
Usted que me deseó tantas buenas cosas, yo le deseo eso y algo más: sueña con los angelitos.
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Javiera:
  Comprendo que queme las cartas por su seguridad. Yo las tuyas las tengo guardadas, me puedo dar ese lujo, usted no. No importa ¿sabe por qué? Porque usted tiene un gran corazón, el cual dicen que alberga todo esto a lo que llamamos sentimientos y sé que aunque queme mis escritos, ahí donde tiene el corazón, ahí está mi tinta como recuerdo. Creo en esto. Sabes, mi madre también tenía un gran corazón, uno demasiado grande, y era así. Daba igual cuánto pasara, recordaba a pie juntillas todas las veces que le dije “te amo”, y mi corazonada dice justo eso, que usted recuerda todo lo que le he escrito y lo recita como mantra, tal como yo, en mi trabajo, recito el suyo, porque esto que nos escribimos es un “te amo” aunque la frase no haga presencia.
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Javiera:
  Hoy fui a misa, el Padre en su sermón dijo “todos los caminos llevan a Roma”. No me pregunte por el sermón, no presté atención, sabe cómo soy. En eso que iba para mi casa me topo con esta división de caminos. Uno va para mi hogar, el otro para el suyo. Ahí exclamé “¡oh!” porque justo me vino de nuevo esa frase cuando vi el camino. Yo digo que tú eres mi Roma, y sí, todos los caminos siempre me conducen a usted. Estoy seguro que puedo irme a la montaña más alta de por aquí, vivir ahí una temporada, y cuando baje, aun sin conocer el camino, sin duda terminaría frente a su hacienda porque eres Roma. La altiva, la recia y la necia. Esa Roma es usted.
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Javiera:
  ¿Cómo puede decir que se le ha olvidado montar a caballo? Tanto que me costó enseñarle; eso nunca se olvida, cariño. Creo que me estás mintiendo. Cuando leas esto dirás “¿cómo?” pero no se haga. Es una trampa. Quieres que vaya allá y nos veamos, eso quiere. Se hace la tonta, pues, para vernos una vez más las caras. Sí, sí. Estate atenta la próxima semana y tendrá que estar en vela, iré allá y me verá, aún en la oscuridad de la noche, pero me verá.
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Muchachita:
  ¿Te puede decir así? Verá, ayer soñé contigo y te volví a ver y caí en cuenta que eres bastante bajita. Me reí al verla. Le llevo una cabeza de alto, quizás una y media. Entonces para burlarme de usted le puse mi codo en su cabeza y apoyé ahí mi peso. Se enojó. Yo me reí, porque así mismo es usted en vida real.
A veces siento que mis sueños son realidades, que la usted de ahí es verdadera. Debe imaginarse mi decepción cuando me despierto y no es así. ¿Usted sueña conmigo también? Porque si es así, quizás sea cierto lo que me dijo el indio aquel, que a veces los sueños son realidades y estas se dan cuando dos personas sueñan con ellas al unísono. Si ayer soñó conmigo. . . Tengo el corazón en la garganta, mujer. Solo de pensar esa posibilidad.
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Javiera querida, muchachita mía:
  No se preocupe por mí, le aseguro que el accidente no fue tan malo como lo describí en mi anterior carta. Creo que me entró la vena dramática y por eso lo redacté como tal. Pero no te enojes tampoco, por favor, que desde acá siento cuando estás hecha un huracán. Me quedó solamente una cicatriz en la frente, un tanto prominente pero nada catastrófico. Le juro que sigo siendo guapo, mujer, que no me volví el feo del pueblo. Tan así que le pedí a mi hermano Francisco que me retratara, ya sabe, él dibuja bonito, y ahí verá. Y después con ese retrato lo puede guardar o quemar, lo que mejor le convenga, pero yo insto a lo primero ¿sí? Temo a veces que se olvide de cómo me veo.
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Mi corazoncito:
  Vea, anteayer andaba por la plaza del pueblo y por ahí había un artesano vendiendo sus cosas. No tenía absolutamente planeado comprarle algo pero vi una cuestión que me llamó la atención. Había una muñeca de porcelana y era igualita a ti, pero es que igualita se queda corto. Era tu viva imagen. Solo le faltaba un poco de rosa en los mofletes y eras tú. Se hizo el día el artesano conmigo. Ahí lo tengo bien guardado en una cajita para dártelo, no sé cómo porque las cartas pasan bien entre las ranuras de la ventana, no así una caja, pero usted lo tendrá más pronto que tarde y podrá confirmar lo que le dije.
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Muchachita:
  Usted no sabe cuánto me complace saber que le ha gustado el regalo ¿vio que se parece a ti? Su comentario me hizo sonrojar, Dios mío, tenía los cachetes a candela viva. ¿Me da permiso para sonrojarme? Le pregunto porque dicen que esto de sonrojarse no es cosa de varones, y que ustedes las mujeres odian eso de nosotros, pero también dicen que pedirle permiso a una mujer es incorrecto, pero yo digo que sí quiero estar con usted, que lo nuestro trascienda, debo saber lo que piensas y lo que quieres, y cumplir (juntos) esos deseos.
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Javiera, corazón:
  Sé que he tardado mucho en escribirle. No piense que me he olvidado de ti. Antes muerto que eso. Mire, me salió un trabajo a un pueblo más alejado de donde estás y por eso ha costado poder enviarle mis escritos. Calma, sí, es un trabajo temporal así que no se asuste, cuando vuelva a donde estaba seguiremos la correspondencia con la misma frecuencia de siempre. En esto que he estado más lejos de ti hice introspección sobre cuánto te amo. ¿Sabe a qué tan lejos estamos? Los cálculos que saqué fueron de 10 leguas. Entonces puedo decirte una cosa: mi amor por ti es tan grande como 10 leguas de distancia.
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Amor mío:
  Quiero hacerte una pregunta retórica ¿Sabes cuántos llevamos en esto de las correspondencias? Nunca feché mis cartas, usted hizo lo mismo, pero recuerdo vívidamente el día en que escribí mi primera carta a usted. 16 de enero de 1871. No hay en absoluto nada especial en esas fechas, hasta ahora; ya dos años de eso es prueba suficiente como para decirte que el 16 de enero es de mis días favoritos porque recuerdo esto que hemos mantenido con tanto receloso entre ambos y es especial por ello. Mis hermanos se burlaron de mí la primera vez que les conté sobre estas correspondencias. Me dijeron “¡eso no va a funcionar!” y yo les dije que se mordieran la lengua los tres. Lo que más me llena es que justo no parece perecer este ejercicio, seguimos en lo mismo, con una frecuencia envidiable, eso me dice que aún no se ha aburrido de mí y ya sabe, yo no me he aburrido de usted.
Pero también otro pensamiento me ha invadido la cabeza. Eso que hemos durado me parece casi que inverosímil. Lo que le quiero decir es que nunca me consideré buen hombre. Usted si estuviera cara a cara conmigo me habría dicho que lo contrario, lo sé, pero me explicaré. No me considero buen hombre porque no lo soy. Para entrar a trabajar en su hacienda me valí de tretas para sacar del paso a uno que poseía más experiencias que yo. Antes de eso, con Ángel hacíamos cuatrerismo por ahí y de hecho, casi me meto a bandolero en una vuelta, sino fuera que Rodrigo me sapeo sobre que ustedes buscaban un caporal y que era mejor eso que acabar colgado de un árbol. Yo solo estaba ahí para ganar dinero, hasta que la conocí. Después de eso no he sido el mismo.
A usted le debo de agradecer muchas cosas; primero, su amistad; segundo, su amor; tercero, mi salvación por usted. Porque verá, cuando comenzó nuestras andadas me dije que cambiaría porque usted se merece algo mejor que ese diablillo que llegó ahí por puras artimañas y que quería seguir en esas sendas. Me dije que no se merecía eso. Por eso cambiaba, más buena gente quería ser, y sí vino de corazón, si no, no hubiera llegado hasta donde estoy. Y como un acto de esos, de buena gente, yo le confieso esto sobre mí a sabiendas que puede cambiar su percepción de mí, pero como la amo mucho mucho y sé que es lo correcto, no tengo más opción que hacer esta prueba de fuego y esperar su respuesta.
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Javiera:
  Mi pregunta para ti es: ¿estás loca? He demorado en contestarle porque he estado analizando su propuesta. Es bastante osado. Si falla estaré yo colgado en algún árbol de la zona, lanceado por alguien de su escuadra o bien, muerto a hierro. Pero lo que más temo es por ti, lo que te pueda suceder. Pero si es así, habrá que irse lejos, muy lejos de estas montañas ¿Aguantarás el calor de las llanuras? Porque solo yendo para allá o lugares así estaremos a salvo.
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Javiera:
  He logrado convencer a mis hermanos para raptarte, porque por más que lo quieras vender de otra forma, lo que haremos es un rapto. “Convencer”, bueno, no será la palaba correcta porque solo se los comenté y aceptaron de una vez. Ahora los quiero mucho. Pero en fin. Estate atenta en esta luna menguante que viene por ahí se hará esto. Ten a mano solo lo necesario. Eso es lo único que te recomiendo.
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                                                                                     Moreno. 1 de agosto 1888.
Muchachita mía:
  Lastimosamente ha de esperar más. Este señor que no es más que un desgraciado aún no me paga las reses, así que le dije “aquí estaré” y heme aquí, día a día yéndole a cobrar. Pero pese a ello me puse a pensar en ti y me volvió a salir la risa boba. ¿Sabes qué recuerdo? Pues mire. Oficialmente me llamo Juan Jáuregui y usted Manuela del Cid, pero yo la conocí por Javiera Gonzáles y usted a mí por Andrés Gómez. Por cosas de la vida acá me han apodado André, que no Andrés, y he sonreído tan grande porque hacía tiempo que alguien que no fuese cercano mío se refiriese por mi nombre, o en este caso, algo cercano a mi nombre. Ahora que lo pienso, y es que ni gente cercana. Esos chiquillos endiablados tuyos me dicen “papá Juan”, pero me gustaría que me dijeran “papá Andrés” pero no se puede. ¿A usted le gustaría que le dijeran “mamá Javiera”? Me temo que sí, por los nombres eran necesarios para disipar cualquier persecución.  
Nos casamos como Juan Jáuregui y Manuela del Cid, pero para mí siempre serás Javiera y es el nombre con el cual te llamo sea aquí, en tinta, o allá, con voz. Cuando canto es el nombre que sale, cuando pienso en ti pienso es en Javiera. Mi vida la estoy edificando con Javiera Gonzáles. Por eso a veces cuando andamos en público me enerva no poder decir tu nombre a la otra persona, porque quiero decirles “sí, ella es mi esposa Javiera” y no eso de Manuela. Se me pasó por la cabeza rápido proponerte usar nuestros verdaderos nombres, pero caí en cuenta que ya ha pasado mucho tiempo y todos nos conocen por Juan y Manuela, solo nos queda ese nombre para nosotros, y mis hermanos supongo, y unos que otros amigos tuyos. Pero ya le digo y le repito que para mí eres Javiera. La altiva, la recia y la necia. Mi Roma. Mi bruja. La de muy gran corazón.
                                                                                                    —Andrés Gómez.
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                                                                            La Espiga. 16 de enero de 1920.
Amor mío:
  Vieras lo que me pasó. Acá esperando a que el señor arregle la muñequita de porcelana me vino una niñita muy parecida a uno de los chiquillitos de tus endiablados chiquillos. Me dijo “¡qué pelo más blanco tiene, señor!” y yo me he reído y sonreído. Cómo pasa el tiempo, tanto que uno de mis hermanos ya no está con nosotros y cada tanto tengo que hacer un recuento de cuántos nietos llevamos porque siento que cada año salen dos más. El tiempo pasa muy deprisa y ahí me imaginé tu rostro y se me magulló el corazón. Estás como yo, con el pelo muy blanquito pero al menos mis cejas siguen siendo oscuras, las tuyas no. Y tu rostro, muy arrugado, como el mío también. Mas me alegra que podamos seguir caminando a la par; me gusta ir contigo a la plaza y sentarnos ahí a ver la gente pasar. Gracias a eso volvió a latir mi corazón, porque aún sigues conmigo a mi lado. Se me pudo haber magullado un poco el corazón pero siempre se recupera gracias a ti.
                                                                                                    —Andrés Gómez.
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                                                                                           20 de octubre de 1926.
Mi querido:
  De todo lo que vivimos tengo una queja, quizás la única queja que te pueda tener: me consentiste mucho, demasiado. Como no estás espero paciente tus cartas, como siempre has hecho cuando no estamos juntos, pero no llegan. Creo que mis “endiablados” chiquillos se han dado cuenta de mi tristeza, sino no se explica que me haya visitado uno de tus hermanos. Hablamos un poco. Hablamos de ti. Me reí mucho con sus cuentos y sonreí bastante gracias a esas tertulias. Aún recuerdo cómo me hiciste “incivilizarme” (tus palabras, no las mías) solo para que calzara entre el campesinado porque según tú andaba muy de fina. No te mentiré, sí me costó, me costó pasar de mi casa de adobe a tu rancho de pencas que suelo de tierra poseía; me costó trabajar lo suyo el campo, me costó entender a las bestias y domarlas. Te maldecí una vez. Pero a las finales te lo agradezco. Sé más gracias a estar contigo a lo que sabría si me hubiera quedado allá. Gracias a ti puedo tocar la guitarra, y cantar algo, ¿recuerdas cuando canté para el cumpleaños número treinta de Ángel? Se me salieron los gallos pero no me dijiste nada, solo me sonreíste, pero no por gracia, sino por orgullo.
Dijiste que tengo un muy gran corazón. Creo que ahora me está siendo contraproducente. Sí cariño, recuerdo todas esas cartas quemadas en la chimenea. Las releía muchas veces, tantas que me sabía línea por línea lo que decía. En efecto, eran “te amos” no puestos. Pero ahora ese gran corazón lo siento un poco quebrado. Cuando me despierto siento un peso en el otro lado de la cama y me volteó rápido pensando que eres tú. Mi decepción es mayúscula cuando no te veo. Quiero que estés aquí conmigo, pero eso sería muy egoísta ¿no? Porque me imagino que allá donde estés andarás muy feliz con tu madre y cantando con tu hermano. Aún me queda tiempo aquí. A veces quiero que sea poco y otras no, porque si no ¿quién cuidará de tus endiablados chiquillos y sus chiquillitos?
Así que heme aquí, escribiéndote aunque sé que no tendré respuestas, pero lo seguiré haciendo Andrés, ¿sabes por qué? Porque este ejercicio que llevamos haciendo más de cinco décadas solo puede morir cuando los dos ya no estemos aquí. Por tanto aquí estaré llenando esa cajita de madera con estas cartas mías y las tuyas, las que ahora sí guardé, ahí al ladito de la muñeca de porcelana.
                                                                                                 —Javiera Gonzáles.
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@animeluci-98thpg Aprovechando que aún poseía un ápice de inspiración y que a la vez estoy desempleada así que tiempo tengo, le hice esto para emendar la trapeada que le he hecho a su OTP porque donde aparezca la Javiera es para andar de loca o tener más cuernos que un vena’o. Así que algo más feliz. 
Eso no quita que es mucho más entretenido pensar a Javiera con más cacho que un toro o que los poderes sobrenaturales de Diomedes sean tal que pueda volver cuck a Andrés. Por lo menos acá nos podemos reír un poco que los hermanos hayan dicho «hell yeah, raptemos a la cuñada» sin pensarlo dos veces. 
Más tarde subo esto a AO3 para mejor lectura.
Editado
Para mejor lectura »aquí«.
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thestupidpunky · 1 year
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Latin party
Ben barnes x reader
Advertencias: contenido +18.
Me da mucha risa que esto tenga Reggaetón old School entre medio pero estaba escuchando una playlist mientras escribía esto y no pude evitarlo.
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Bailaba al ritmo de atrévete-te-te de calle 13, amaba las fiestas latinas, y desde que me había mudado a Inglaterra no iba a una, hasta que una de mis amigas me invitó a una fiesta como las de casa.
La mayoría de las personas a mi alrededor eran latinas o hispanohablantes, por lo que erika me había dicho también asistirían británicos, según ella para que se dieran cuenta de lo que era una "verdadera fiesta"
Mientras Caminaba mi cuerpo se seguía moviendo al ritmo de saoco de Daddy yankee y Wisin.
Al llegar a la cocina tome una cerveza y la destape contra la mesa.
-Wow. - mi cabeza giro para ver a la dueño de esas palabras.
-Nunca había visto a una chica destapar una botella de solo un golpe.
Solté una risa.
-Estas en una fiesta latina mi amigo, debes venir dispuesto a ver de todo.
El fornido chico vestía una camisa color gris, pantalones de jeans y zapatos que combinaban con su outfit.
Se veía un hombre de buen gusto, la cerveza helada hizo contacto con mi garganta, haciendo que un escalofrío recorriera mi cuerpo.
-Uuh- solté al escuchar Salió el sol de Don Omar mientras bailaba.
El británico río.
-Y yo quiero saber como es que baila la Julieta.- movia mis hombros y caderas al ritmo de la canción.
El alcohol tomó las riendas de mi conciencia y tome la mano del chico, lo lleve a la "pista de baile", que en realidad era el living de Erika.
Al llegar se quedó parado sin dejar de reír mientras que yo bailaba con los ojos cerrados, dejé de escuchar su risa cuando pegue mi espalda a su pecho. Ni siquiera sabía si aquel quería estar ahí, como ya dije, yo no actuaba, el alcohol lo estaba haciendo.
Sentí como su mano bajo por mí cuerpo hasta llegar a mi cadera, la canción cambió a Flow natural y moví mis caderas aún más rápido en un intento de "Belly dance" Aunque probablemente estaba haciendo el ridículo.
Su cabeza se posicionó en la curvatura de mi cuello, sentí como su mano empujó levemente mi cadera para estar aún más juntos, sus hombros intentaban seguir el ritmo de la música.
-A mi no me importa lo que muchos digan- Cante cuando la canción cambió a Quiero Bailar de mi reina Ivy Queen.-Si muevo mi cintura de abajo para arriba.
Sentí un pequeño gruñido de su parte, seguí susurrando la canción en su oído, haciendo que soltara pequeños gruñidos.
-Dios, sigue hablándome en Español y veras lo que sucederá- Solté una ancha sonrisa.
Seguí cantando las canciones que sonaban hasta que en la mitad de Zun Da Da. Tomo mis caderas y me dio vuelta para quedar ambos de frente, seguí moviendo mis caderas mientras me miraba con lujuria, pasé mis brazos por sus hombros y me mordí el labio con lujuria.
Con una de sus manos tomó mi mandíbula y devoró mis labios con un beso pasional, el movimiento en mis caderas hacia que estas chocarán con las de el.
Al separarnos mordí su labio y solté.
-sígueme inglés.
Lo tome de la mano y salimos de la pista de la misma forma en la que entramos, subí las escaleras de la casa de Erika y llegamos a la habitación de invitados que estaba reservada para quedarme a dormir, aunque ahora haría de todo menos dormir.
Al abrir la puerta y entrar me tomo de las caderas y pego mi trasero a su pelvis, haciéndome sentir su bulto, se encargo de cerrar la puerta con llave con su otra mano.
Lo empuje a la cama y me sente a horcajadas sobre sus piernas, sus manos pasaban por mi cuerpo mientras yo movia mis caderas al ritmo de la lejana canción que apenas se escuchaba. Tomé mi camiseta de tirantes y la levante dejándola caer otra vez, no me había percatado de cómo le quedaba aquella camisa, su pecho hacia que los botones se vieran apretados, haciendo que sus músculos en sus brazos se marcarán.
Acerce mi cara a su cuello y pase mi nariz por este, el hombre tenía un aroma que me hacía desearlo cada vez más, sus manos seguian masajeando mi trasero. Mis manos pasaron de su barba hasta su cuello, hasta llegar al primer botón, sus gruñidos y los míos inundaron de a poco la habitación.
Ambos necesitábamos unirnos.
Rápidamente desabroche su camisa y el ayudó a quitarla, sus manos viajaron a mi camiseta y la quito de un tirón dejando al descubierto mi sujetador.
Rápidamente quedamos en desnudez y nos encargamos de unirnos, el hombre era un dios y sin dudas era lo mejor de la noche.
Gracias a Dios, mujer prevenida vale por dos y Erika se encargo de dejar preservativos en la mesa de noche y me evite una preocupación y me encargue de disfrutar la noche.
Ya íbamos por el tercer round, el hombre mordió mi hombro soltando un gruñido fuerte, sentí la última estocada hacerme llegar al paraíso por sexta vez, haciendome gritar.
Arañe por última vez su espalda, ambos caímos cansados en la cama, las sábanas estaban revueltas haciendo que tuviera que acurrucarme junto a él.
-maldita latina - dijo entre suspiros- estas tan buena mujer.
Solté una sonrisa, sin dudas aquel hombre no se me escaparia de las manos luego de esto.
Su mano izquierda salió de entre las sábanas y me la tendió.
-Ben Barnes, encantado de conocerla. - Solté una carcajada.
-Y/N un gusto conocerlo.
Written by : @thestupidpunky
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infusionmental · 2 years
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Prompt 13: La mañana después
Cas fue expulsado del Vacío por segunda o tercera vez en su existencia una noche lluviosa. Jack lo hizo. No fue fácil pero todo quedó en paz con la entidad.
Esa noche, Jack le contó lo que había ocurrido desde su desaparición. Su nuevo status como Dios, la reestructuración que tenía pensada para el nuevo cielo, todos sus proyectos. Cas se sentía tan orgulloso de su hijo. Más tarde, cuando las nubes despejaban y las estrellas comenzaban a brillar, Castiel desplegó sus alas...realmente, realmente las había extrañado. Y fue al extenderlas cuando notó de nuevo toda su gracia corriendo desde un confín a otro de su cuerpo. Su recipiente, Jimmy, se le hacía estrecho y probó a salir de él y mostrarse ante Jack, tal como era. Por supuesto Jack podía verlo, pero hacía tiempo, mucho tiempo que Castiel no había regresado a su verdadera forma. Ahora le parecía que era mucho menos real que ser de carne y hueso, casi humano, tan humano, que incluso lo fue. Con su verdadera forma alcanzó  las estrellas, vio los árboles y las hojas nacer y morir. Una sinfonía de sonidos, que con su imperfecta vasija humana no llegaba a apreciar.
Retornó a Jack y a Jimmy y se sintió de nuevo un poco como en casa. Entonces Jack le dijo:
-Castiel, sabes que necesito tu ayuda, pero, al igual que he prometido no intervenir en nada de la humanidad, también quiero que seas feliz, quiero que puedas decidir, padre. Volveré en la mañana, se que es poco tiempo, pero dime que has pensado.
A lo largo de la noche, Castiel voló a algunos lugares de la Tierra, lugares que habían sido importantes para él en su vida como mortal, como ángel caído, como Winchester. Y acabó en la puerta del bunker.
Sería tan fácil, pensaba Castiel, llamar a la puerta y decir que he regresado.
Pero no tuvo valor. Y entonces se permitió pensar por primera vez en esa noche en Dean. En las últimas palabras que le dijo, en su expresión de dolor cuando se fue. Y lo peor no era eso. Si, es cierto que fue honesto cuando dijo que la felicidad era sólo ser y poder decirlo… Pero enfrentar ahora las consecuencias de esas palabras, era algo que simplemente no podía. Sabía cómo era Dean, no era alguien que fuese a pensar mal de otra persona por estar enamorada…Pero él era Castiel, el ser que más veces le había defraudado. Y en su mente las palabras de Dean “no hagas esto, Cas” tenían muchos posibles sentidos. Podían significar “no hagas esto, porque eso significa que te  irás” pero también “no hagas esta mierda porque no quiero hacerme cargo”. Y como siempre, Castiel, pensó lo peor para sí mismo. Y entendió que era más fácil leerlo como un rechazo.
Esa noche, en la puerta del bunker, Castiel decidió que quería hacerse a un lado. Dejar a Dean vivir su vida. Decidió que no quería saber lo que Dean tendría que decir al respecto de su confesión. No obligaría a Dean a mirarle a los ojos y rechazarle con todas las letras. Dean, de entre todos los humanos, ahora merecía un nuevo comienzo y él no debía ser un lastre o algo que le atase al pasado.
Y es por eso que, a la mañana siguiente, cuando Jack le encontró en la puerta del bunker, cubierto con el rocío, la decisión ya estaba tomada.
Le dijo a Jack que le ayudaría, desde el principio y en todo. Que no volvería a bajar a la Tierra. Que su tiempo allí había terminado. Y Jack con una sonrisa le abrazó. Le susurró un “gracias, padre” y Castiel sintió que aunque su corazón dolía, había tomado la decisión correcta. Habría otro tiempo para enfrentarse a sus errores y a su confesión o quizá no, como siempre, todo dependería de Dean, pero en cualquier caso, él también merecía poder depositar todo el amor en un proyecto hermoso.
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charliekw · 1 year
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*               INTERVENCIÓN   #011  :  UN  AMIGO  DE  ORO.  ╱ @lacupulaint
📂    FILED UNDER :   sesiones  de  consejería.
FICHA ESTUDIANTIL.  charlotte kwon.  22 años.  equipo citron.
sentada en el sofá de la oficina de linda wallace, con la espalda perfectamente derecha contra el respaldo y la mirada fija en la mujer, charlotte sabe que este juego lo ha ganado. es la primera vez que la consejera trata con charlie, pero la única hija de los kwon ya tiene la experiencia necesaria lidiando con terapeutas y consejeres como para saber que, para el final de la sesión, le tendrá comiendo de su mano. sin mayor preámbulo, deja que la consejera comience el espectáculo.
— es un placer conocerte, charlotte. ¿cómo te ha tratado el principio de semestre?
‘ gracias, linda. ¿puedo llamarte así, verdad? ’  le ofrece su mirada más inocente, casi ingenua y la mujer asiente. no le gusta disminuir su inteligencia, pero es la carta que mejor le ha funcionado con terapeutas anteriores. por supuesto, no tiene necesidad de fingir nada con la consejera de alabaster, pero tampoco ve motivos para no hacerlo. está segura de que podrá sacar provecho de esto en el futuro.  ‘ no ha estado mal, salvo por… ya sabes, los mensajes. ’  dice, bajando la mirada a su regazo por un calculado instante antes de volverla a su interlocutora.  ‘ pero fue solo una travesura infantil, así que ya no me preocupo tanto. ’  concluye con una suave sonrisa y linda toma nota de lo que la neoyorkina acaba de decir. 
— espero que sepas que esos mensajes no dicen nada de tu valor como persona, charlotte, aquí todos son bienvenidos. pero, ¿quieres hablar más de eso?
‘ gracias, no está de más escucharlo. ’  agradece, aunque la verdad es que las palabras de linda le parecen vacías y cursis.  ‘ oh, no es necesario. mis compañeros me han ayudado a olvidarlo. ’  
— qué bien. sabes, eché un vistazo a tu expediente y me han llamado la atención un par de cosas: trabajas a tiempo completo con la compañía de baile local además de estudiar, e incluso tienes un par de extracurriculares. ¿segura de que puedes con todo eso?
‘ será un reto, pero estoy segura de que puedo hacerlo. ’  charlie sabía que acabarían preguntándole algo por el estilo, así que se limita a replicar lo que ya tiene ensayado.  ‘ no es la primera vez que tengo un horario tan pesado. ’  se acerca bastante a los compromisos que tenía en secundaria, mas incluso entonces su agenda estaba mucho más cargada. sin embargo, mantiene la fachada de ingénue optimista con la que ha empezado la sesión.  ‘ espero poder lograrlo. ’
— excelente, charlotte. recuerda que puedes contar conmigo si te sientes sobrepasada, ¿vale?
charlie asiente, ocultando lo mucho que le molesta el tono que linda emplea con ella. sin embargo, ya se ha comprometido a mantener una imagen más dulce que altanera. no es momento de perder la paciencia, mucho menos por un comentario tan insignificante. 
— también vi que has estado en terapia dos veces antes, ¿te incomodaría contarme por qué?
la pregunta la toma un poco desprevenida, pero aun así se mentiene impasible.  ‘ no, no hay problema. ’  porque si se niega la mujer pensará que oculta algo. linda la mira, a la espera de que detalle su paso por sesiones similares a esta. ‘ la primera fue a los once. mis padres estaban separándose y les preocupaba cómo me pudiese afectar. ’  revela, hablando bajo, como si el recuerdo le trajera un sabor agrio, porque es lo que linda probablemente espera de ella. sin embargo, no guarda ningún rencor por aquellos días. la primera vez que pisó la oficina de un psicólogo era solamente una niña; sus padres parecían al borde del divorcio y temían por su bienestar. lo que los kwon ignoraban era que charlotte secretamente disfrutaba la inestabilidad de la situación — podía hacer y deshacer como se le antojase, y sus padres parecían estar en una carrera por ganarse su favoritismo. no le costó mucho tiempo entender que, mientras más triste la vieran en esa aburrida oficina, más regalos y favores obtendría. la verdadera frustración solo llegó cuando los kwon se reconciliaron y todo regresó a la normalidad.  ‘ la segunda fue en la secundaria. ’  esta vez, no esclarece la razón. mencionar que fue un castigo no encaja del todo con la versión de sí misma que le está vendiendo a la consejera. charlotte tenía apenas dieciséis años, pero ya sabía cómo jugar con la gente y una chica de su clase fue víctima de sus artimañas. por supuesto, cuando la muchacha la acusó a ella de estar detrás de los mensajes anónimos que recibía en redes sociales y de volverla una paria, charlie negó todo. no habían pruebas y las autoridades de la escuela lo tomaron como dos jovencitas peleándose por un chico. además, no hay nada que el dinero no pueda conseguir y la otra chica era una estudiante becada: el único castigo que demandaron de la hija de los kwon fue una disculpa escrita a mano y sesiones de terapia, en donde fingió total inocencia y arrepentimiento por haberle robado el novio a su vieja amiga.  ‘ la adolescencia es difícil. ’  agrega, riendo por lo bajo. linda imita el gesto y asiente, volviendo a sus notas. 
— ya veo… una pregunta, charlotte, ¿quién es anya thomas? 
el nombre la deja helada y puede ver en la cara de linda una señal de victoria, porque al fin ha conseguido bajarle las defensas, aunque sea un instante. charlie está a punto de preguntar de dónde conoce el nombre, pero calla: una búsqueda rápida en google de su anterior compañía todavía arroja el accidente de la joven en los primeros resultados.  ‘ era una de mis compañeras en el cuerpo de baile. ’  antes de que anya diese un abrupto fin a su propia vida, claro.  ‘ falleció hace un año. ’  aclara, mirando a un lado. espera que linda lo interprete como un gesto de tristeza, pero la verdad es que charlie es perfectamente consciente de haber jugado un pequeño rol en el trágico final de la bailarina. es la verdadera razón por la que sus padres decidieron obligarla a irse a estudiar lejos de nueva york, aunque ninguno de los dos quiera reconocerlo. 
— oh, lo siento, debe ser difícil para ti oír de ella aún. alabaster no es el mejor ambiente para el duelo…
‘ estaré bien, de verdad. ’  le asegura, resistiendo el impulso de poner los ojos en blanco en señal de hastío.  ‘ me da un poco de miedo que tengan a un asesino suelto, pero confío en que lo solucionarán pronto. ’  dice, permitiéndose sonreírle de la misma forma condescendiente en la que su madre lo hace en eventos de caridad.  ‘ sobre todo con gente tan capaz como tú, linda. ’  finaliza, antes de despedirse y marcharse con pasos despreocupados, aunque siente que la mirada de linda y el fantasma de anya la siguen hasta la salida — de alguna manera, acaba de perder en un juego de su propia invención. 
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normanmurillo · 2 years
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LA MARIONETA
“Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo. Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan. Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz. Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen. ¡Escucharía cuando los demás hablan y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate! Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma. Dios mío si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol. Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, y una canción de Serrat sería la serenata que le ofrecería a la luna. Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos . . . Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida . . . No dejaría pasar un sólo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero. Convencería a cada mujer u hombre que son mis favoritos y viviría enamorado del amor. ¡A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse! A un niño le daría alas, pero le dejaría qué el solo aprendiese a volar. A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido. Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres . . . He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada. He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre. He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse. Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo. Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas. Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma. Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte más. Si supiera que esta fuera la última vez que voy a oír tu voz, grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas una y otra vez indefinidamente. Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría “te quiero” y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes. Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré. El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que, si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo. Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles “lo siento”, “perdóname”, “por favor”, “gracias” y todas las palabras de amor que conoces. Nadie te recordará por tus pensamientos secretos. Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos. Demuestra a tus amigos cuanto te importan.”
GABRIEL GARCÍA MARQUEZ
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nigge · 11 days
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carta de lu a lucesita de colores
Lu: Te vas Y si te vas Que vuelvas.
Entre nubes de humo Tinieblas de tormenta Pasamos juntos Y a contra corriente Fue suficiente Nuestro apoyo
Donde vos estás, yo estoy Y donde yo esté, vas vos Tenemos un poquito (bastante) de nosotros 2
Me impresiona Y asombra, Nuestra capacidad de congeniar con la sombra
Si mi espalda estuviese desprotegida en boca ajena Delante de vos Confiaría más que en mi propia sombra Porque así es como sos
Y es que lo que me encanta de vos Es que no cerras el orto Y yo tampoco cierro el orto Y nos parece tan normal que nos escuchemos decir pelotudeces todo el tiempo Que cuando no tengo quien me escuche O me hable Siento que ando solo Porque se trata de que fuiste muy buena compañera en esta vida
Y sos Porque seguis estando Me vas a seguir acompañando Porque me llevo mucho de vos Y espero contarle a mis hijos sobre vos en algunos (varios) años Jeje
Es que sos sol Es literal cuando digo que brillas Tenes una actitud única Y no te podes callar lo que no te gusta Y banco una locura eso
Nuestros choques son Porque ambos podemos exponer nuestros puntos de vista Pese al resultado, no nos interesa tanto la trascendencia de quién tenga razón Ya que preferimos dejar nuestros egos de lado (nosotros🤌🏻) para volver a tener la misma relación que tenemos
Que es recíproca Orgánica Nos hace bien
Gracias a vos yo tengo mucho Me tendiste el brazo justo en un momento de desaliento para mi Y me acompañaste durante todo el proceso Tus consejos y escritos Nuestras charlas con vino Nuestras bailes bailados Y nuestros rostros tirados
Me ayudaste a reconectar conmigo Me sacaste el bandido Me hiciste sentir lindo Me haces sentir querido Y me haces querer darte amor
Y ahora que me animo más a demostrar mi afecto No me siento incómodo Tu respuesta es grata Sincera Y me hace sentir en paz
Sos lo más cercano a un amor de pareja Tu fidelidad me brinda confianza Y me haces sentir seguro
Tu amor es puro Y generaste amor puro Real Y sincero En mi corazón
Te re ganaste un espacio en mi vida
Por eso tenes que saber lo que vales Lo que me significas Y lo que reflejas en mi
Te mereces saber lo linda que sos Inteligente y charlatana Elegante y Fina Segundera y enaltecedora
Alma radiante de bella sonrisa Que quema en su presencia Y en su ausencia, brilla
Sos muy chistosa Espontánea y teatrera Fronteadora y estilosa La verdadera quién pudiera
Y vos podes Y confío mucho en vos Por vos Tus dotes Por cómo te veo cuando me contas tus sueños e ideas Y tus ganas Pongo fe en vos Creo en vos Sos demasiado capaz de muchas cosas Y siempre voy a estar para lo que necesites
Sabes por qué sos tan especial? Porque conoces cosas que no toda la gente se merece saber de mi
Mi hermanita querida que me hizo tocar la vida Mi alma gemela perdida Mi media naranja partida Una de mis mejores experiencias que me brindó esta hermosa ciudad Que nos bendijo con nuestra presencia en la vida del otro
Y que lo que nos une nos haga seguir encontrando
Gracias por tantos buenos recuerdos Enseñanzas que no se olvidan fácilmente Procuremos que no sea eterno Para que nos veamos nuevamente
Te voy a estar esperando Lucesita de colores Te amo
Luciano. <3
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bloody-cr0wn · 5 months
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H i s t o r i a.
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Cuál una brisa fría en la cálida tarde, así lo sintieron sus padres al nacimiento de Vincent, el futuro rey de Waloed nació de forma saludable, un bebé regordete de casi 5 kilos con orbes deslumbrantes, el 23 de enero, su vida comenzaba.
Una vida llena de lujos, de grandes enseñanzas, de mucho saber y en especial, beneficios de la realeza.
Ya sea viendo a sus padres beber un té con otras realezas, o incluso escondiéndose cuando se daba inicio al fuego…
Vincent nunca fue alguien… agresivo, incluso a sus cinco años solía llorar cuando alguien lo empujaba en sus clases de esgrima. Bastante débil solía decir su padre, necesitaba carácter, fuerza… Las charlas en las cenas eran repetitivas.
"Vincent no puedes ser así, Vincent mejor cambia esto, espalda recta, se más fuerte, golpea sin miedo… esto… aquello…"
Al final del día las palabras terminaban entrando en su cabeza, modificaban su forma de pensar aunque verdadera personalidad saliese a flote.
Un futuro príncipe no podía ver una flor y querer cuidarla por siempre al parecer, o eso entendía cuando, al crecer, notaba a su territorio en pelea tras pelea.
Algunos días tocaba esconderse, el primogénito debía ser cuidado, otros salir con cautela, pero él siempre se las ingeniaba para visitar el pueblo y charlar con algunos súbditos.
Al pasar de los años sus padres finalmente dejaron pasar las cosas, no podrían controlarlo eternamente, tan sólo pusieron algunos consejos, unas clases extra de lucha con espada, clases de piano, sobre los cristales, incluso sobre cómo tratar a la servidumbre. Pft, que tontería decía él… Mucha más tontería sería cuando sus ojos se fijaron en quien no debía… recordarlo ahora causa dolor en su pecho, inclusive vergüenza sobre sí mismo, ¿Cómo fue capaz de romper el corazón de la única persona que lo trató como un humano común y corriente?
Bien bien, quizás fue una PÉSIMA idea enamorarse de una portadora, pero, ¿Acaso alguien manda en el corazón? ¡Nadie! Y menos en el de Vincent, demasiado grande como para haber nacido allí.
Fue un amor intenso, lleno de risas y sonrisas, torpes serenatas e incluso tontos encuentros, dónde el príncipe actuaba de la forma más descuidada posible con los nervios que tenía, pero verla sonreír causaba un brillo en propios ojos…
Un brillo que él mismo mató, o una de las otras portadoras que solía ayudarles en la limpieza, una mujer de más de cuarenta años dio la alarma a sus padres, quienes enfadados regañaron a Vincent, gritos por eso y todas las veces que había demostrado compasión con cualquier ser inferior.
No fue consciente de la gravedad hasta que le obligaron a terminar, lo que sea que hubiera entre ellos… Claro que se negó, pero eran dos opciones. La trataba tan mal que ella nunca más lo quería, o no tendrían pena en asesinarla.
Fue la primera vez que sus padres vieron verdadero odio en su mirar, sin embargo, eligió ser él quien acabase todo.
Cito a la muchacha, con sus padres espiando y fue firme y duro.
“Te pido te alejes de mí antes de que me ensucies, todo lo que ha ocurrido es un error, ¿Por qué crees que me metería contigo? No puedes llegarme a los talones, nunca podrías ser una digna reina, sólo eres una sucia sirvienta.”
¿Qué pasó después con ella? Prefirió no saberlo, enfocándose en sus estudios y demás eventos que pronto, sus padres se ocuparon de llenarle, ahora con más vigilancia que nunca, Vincent había dejado de ser el chico que su padre tanto intentó cambiar, ahora sentía asco de sí mismo.
Ni siquiera recuerda las fechas, pero sabe que ha pasado mucho de ese suceso, trata de no recordarla, aunque a veces su corazón duela. En las cenas mientras papá se llenaba la boca hablando de la guerra, de los otros reinados, Vincent sólo pensaba en un "¿Y si todo hubiese sido diferente?"
Sin embargo el tiempo pasaba, el príncipe crecía y sus obligaciones dentro del territorio también, pronto tomaría control de muchas cosas y debía despejar su mente, pensando en frío, abandonando los ideales con los que alguna vez nació, lo importante era ganar la guerra que seguía de pie, aún así deba derrumbar todo Sanbreque y a sus ciudadanos consigo.
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TRAMAS:
// æ: HELLO. Un gusto aquí traer al príncipe y decir que esta abierto a cualquier trama q gusten, un besazo.
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traduccionesmich · 11 months
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Ado /心という名の不可解 (Kokoro to iu nano Fukakai)
“El enigma llamado corazón / La cosa indescriptible llamada corazón”
Lyrics& Music & Arrangement. Mafumafu Vocal. Ado
ஜ ಌ ஜஜ ಌ ஜஜ ಌ ஜஜ ಌ ஜஜ ಌ ஜ
El sonido de algún parpadeo
Incluso el sonido de alguna mirada que dirige sus ojos hacía otro lado
No me cuesta nada distinguirlos
A veces me pregunto cuál debería ser el nombre que le ponga a esta enfermedad
Nadie sabe conocer acerca del corazón, así que no espero nada de ello
No puede haber un poco de desviaciones en zigzags grabados con precisión
No hay más sentido que eso puede tener
Por más que fuerces la sonrisa
No vale la pena creer en lo que no está escrito en un historial clínico
Eso eso lo es todo
Se escuchan latidos
Se escuchan latidos
Solo eso
Está templado, es algo que no puedo ver
No existe alguna forma de cura ideal
Oye
¿Cómo puedo juzgar mis emociones?
¿Cómo puedo diferenciar y clasificar mis sentimientos?
Las ambigüedades que no se pueden demostrar, escupen errores y palpitan
Me da igual la paz y la comodidad
E stá bien si mi vida es una vida de arrepentimiento, sabes
¿Cuál es la razón de esta enfermedad que hace humedecer mis ojos?
Un mensaje que llamó a la puerta de la eternidad y el silencio
¿En cuánto tiempo se supone que lo olvidare?
Con los dedos que conectan con el mañana
Voy contando las cosas que he perdido
Como se estuvieran en algún vacío
Se escuchan latidos
Se escuchan latidos
La verdad es que
Si me tocas bruscamente
Se podrán llenar todos esos espacios en blanco que están asomados
¿Esa es mi verdadera identidad?
Solo usa el bisturí en mi expresión facial
Termino pensando que el afecto es una dosis de medicamentos
En una mesa de operaciones sin disecciones
Nunca voy a saber la respuesta
No se demuestra nada con fórmulas matemáticas
Ni el enigma llamado corazón
Y ni la razón de la que no puedo expresar cómo es que me siento
Mira a través de mi
Se escuchan latidos
Se escuchan latidos
Dime que aqui no hay sueños en los que no puedes despertar
ーーー¿Cómo puedo juzgar una emoción?
¿Cómo puedo juzgar mis emociones?
¿Cómo puedo diferenciar y clasificar mis sentimientos?
Las ambigüedades que no se pueden demostrar, escupen errores y palpitan
No importa cuántas veces te niegue, te rechace
De esa forma, volverás a ser amable, verdad?
¿Cuál es la razón de esta enfermedad que hace humedecer mis ojos?
¿Cuál es el nombre de este sentimiento?.
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ஜ ಌ ஜஜ ಌ ஜஜ ಌ ஜஜ ಌ ஜஜ ಌ ஜ
Donde mas verlo:
Instagram.
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bookishnerdlove · 1 year
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ILM - Capítulo 199
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Los ojos de Damia se abrieron ante su inesperado comentario. Miró a Lessid con una mirada de no saber qué responder, luego se echó a reír. “Sí, así es. Lessid ​​es muy bonito”. Ella era sincera. Si Lessid hubiera nacido mujer, el título de 'La Bella del Norte' habría pertenecido a otra persona. Ante eso, Lessid se encogió de hombros. Quería que Damia se sonrojara en lugar de reír. 'Parece que todavía no me consideras un hombre.' Sin embargo, todavía había tiempo. Fue paciente y supo practicar la estética de la espera. Habiendo captado sus verdaderas intenciones, Lessid la acompañó cortésmente, en dirección a la casa de té más popular de la capital. Y en el camino, infirió los pensamientos internos de Damia. “Estaba preocupado porque pensé que era un poco presuntuoso con mi intromisión la última vez”. "¿Sí? ¿Qué intromisión?” "En ese momento, cuando estaba 'presumiendo' con Sir Akkard". "Ah". Fue entonces cuando Damia recordó el breve juego que tuvo con Lessid. Cuando actuó muy cariñosamente con Lessid, Akkard se mostró terriblemente sorprendida. '¿Y preguntaste por Kael la última vez?' Al recordar los hechos de ese día, le vino a la mente la sensación del líquido caliente que había caído sobre sus párpados. Aunque no había visto a Akkard llorar en persona, no podía ignorarlo. 'No sé qué diablos está pensando ese tipo'. Involuntariamente, Damia dejó escapar un profundo suspiro. Y Lessid era un hombre que podía identificar aproximadamente sus pensamientos con solo ese suspiro. "Su relación parece un poco complicada, pero parece que no está en muy buena forma". De camino a la casa de té, no dijo ni una palabra sobre Akkard, y Lessid quedó satisfecho con eso. "Aquí está el lugar". Lessid se detuvo frente a la casa de té y la miró. Una agradable sorpresa se extendió por el rostro de Damia cuando levantó la cabeza. "¡Oh Dios mío! ¡Tan bonita!” La casa de muñecas más perfecta y encantadora con la que cualquier joven noble podría haber soñado. Un sueño que se hizo realidad frente a sus ojos. El edificio, hecho de menta clara y colores crema, exudaba una sensibilidad antigua. Los pequeños macizos de flores rosas y los ramos de flores secas que los rodeaban también eran muy delicados. Mientras se acercaba a la casa de té, la puerta color menta adornada con encaje blanco y cinta se abrió. Y una empleada, con su traje de sirvienta con volantes, la saludó con una sonrisa amistosa. "Bienvenidos." Lo esperaba por fuera, pero el interior era aún más bonito. Paredes de color rosa pálido con flores blancas, grandes ventanales con cortinas de gasa ondeantes, elegantes sillas arqueadas y hermosos manteles bordados. "¿Cómo es? ¿Te gusta?" Lessid preguntó con una sonrisa. A diferencia de la generalmente tranquila Damia, fue divertido verla mirando diligentemente a su alrededor. Fue entonces cuando Damia se avergonzó un poco de sí misma porque estaba muy emocionada. Luego, mientras tosía rápidamente y aclaraba su expresión, habló francamente de sus sentimientos. “Sí, todo es tan bonito. Muchas gracias por traerme aquí”. Sus cumplidos y agradecimientos fueron los mejores premios. Lessid llamó al empleado de buen humor, pidió té y postre, luego miró a Damia. "Entonces, ¿hablamos de trabajo ahora?" "Sí estoy listo." Damia lo miró con las manos cuidadosamente colocadas en su regazo. Solo había una información que le pidió a Lessid. 'Sobre la familia de Santa Calistea.' La última vez que Lessid mencionó que Calistea era una huérfana sin padres, fue confiada al templo con un hermano. Aunque parecía joven por fuera, tenía cincuenta y tantos años. Por tanto, pedir información de hace unas décadas no habría sido tarea fácil ni siquiera para Lessid. "Especialmente, habría sido aún más difícil encontrar información sobre la Santa". Pero Lessid se las arregló hábilmente para darle a Damia la información que quería. “¿Ya te lo he dicho? Ella tenía… … Tenía un hermano de su edad.” Lessid sabiamente habló vagamente, sin mencionar 'santa'. Como esta es la capital, no sabía cuándo y dónde podría estar un espía. Al darse cuenta de esto, Damia asintió en silencio con la cabeza. Luego, convencido de que ella entendía, continuó. “No es que lo que dije el otro día estuviera mal, pero había algo que me perdí”. "¿Qué es?" “En realidad, no eran solo hermanos, eran gemelos”. “… … ¿Gemelos, dices?” Casi añadió: '¿Él también era un santo?' Damia se sorprendió por sus noticias inesperadas y se mordió la boca por un momento. “Los gemelos, especialmente de diferentes géneros, son raros. ¿No es sorprendente?” Lessid agarró su barbilla y preguntó, parpadeando con sus ojos verdes. Damia asintió con la cabeza ante esto y luego preguntó con renovada curiosidad: No sé mucho sobre gemelos. Aunque los géneros son diferentes, ¿se ven iguales? "Yo tampoco estoy seguro". Lessid eligió sus palabras con una expresión pensativa por un momento. "Según mi investigación, el gemelo masculino... ... Oh, creo que su nombre es Calix". "Calix". Damia repitió en silencio el nombre que había escuchado por primera vez. Tanta atención y luz se centraron en la Santa, pero ella nunca había oído nada sobre su hermano. Atrás Novelas Menú Siguiente   Read the full article
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Nos enseñan que el amor lo es todo, que es la meta, la parte más alta de la montaña, el premio mayor… no nos dicen que el amor debe formar parte del camino, que es la construcción diaria del tesoro y no el tesoro en sí… el amor es la montaña completa, el camino hacia la meta, el mapa del tesoro, el amor es los colores con los que pintas el día a día, el amor es el paraguas que te permite estar de pie en la tormenta y disfrutar de la brisa… no detendrá la lluvia pero te permite apreciarla, el amor no es el castillo, son los planos, el primer ladrillo, los cimientos, el amor si lo es todo pero a la vez es tan efímero como la nada, puede ser eterno o durar un parpadeo, ser tangible e intangible en una sola frase, se forma de sonrisas, de caricias, de momentos, también de lágrimas y un par de lamentos, el amor no se define con simpleza, es complicado y enredado, es la única magia verdadera que puede volver sapos en príncipes y vagabundas en princesas, puede ser el primer paso de un cambio verdadero y el impulso que hace ese cambio algo perdurable… el amor es aferrarse y también soltarse, saber cuando y cómo, saber porque y a quien, el amor es amor sin más rodeos, y puede ser aún cuando no ha sido o seguir siendo aún cuando ya no volverá a ser….
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Brisa Ártica
02: Confianza
[ Index | AO3 ]
x+x+x+x+x+x
Por mucho tiempo, equiparó el contacto con otras personas a meter la mano en una fogata encendida. Daño innecesario. Para él, la verdadera confianza sólo existía entre animales. Criaturas todavía limpias de la maldad humana.
Fenrir abrió lentamente sus ojos, como tratando de decidir si realmente seguía con su segunda vida, o si el día anterior no fue más que una pesadilla enviada por los dioses. Luego de acomodar sus ideas, miró por encima de las cobijas hacia la ventana. Su experiencia le decía que ya estaba bien entrada la mañana y no valía la pena quedarse en cama. Era hora de buscar el río más cercano y refrescarse. Tal vez incluso tomar un baño.
Esto generó una pausa en sus pensamientos. Si ahora residía en el Palacio Valhalla, asearse en un río no parecía necesario. Se llevó una mano a la barbilla, pensativo. Tenía un vago y lejano recuerdo de haberse sumergido en agua caliente junto a su madre hace mucho tiempo. Y había sido bajo techo. Detectó una puerta que el día anterior no había percibido y al abrirla, se topó con el baño. Fenrir miró la ducha con desconfianza, ignorante sobre cómo operarla. Giró una de las llaves y de inmediato un chorro de agua fría le dio justo en la cara. Cerró esa misma llave al instante, indignado.
Ging lo había seguido hasta ahí y con infantil curiosidad saltó dentro de la tina cercana. El joven entonces se acercó y, siendo más precavido, abrió una llave lentamente. El agua que salía se calentó rápidamente y el lobo salió de la tina de un brinco. Una vez que Fenrir descifró cómo mantener el agua a una temperatura agradable, los dos se metieron en la tina. Una tarea que normalmente tomaba unos 15 minutos se extendió una hora entera mientras se divertían en el agua.
Ging se sacudió dentro del baño, salpicando todo rincón visible. Fenrir escurrió toda el agua que pudo de su larga cabellera. Poco después encontró unos paños con los que terminó de secarse. De nuevo en la habitación, se vio tentado a usar las mismas ropas que el día anterior, pero recordó que en el armario Ártica había dejado algunas nuevas. No escogió nada parecido a lo que había visto usar a los demás Dioses Guerreros, pero sí trató de que fueran prendas cómodas y abrigadas. Le pareció curioso que la mayoría de ellas fueran azules y blancas.
El lobo comenzó a apresurarle. Fenrir le abrió la puerta y sólo alcanzó a apreciar una ráfaga azul que se fue a toda velocidad por la salida más cercana. Se sentó sobre la cama, sin saber qué hacer. La puerta del espejo resonó tímidamente con un plenk, plenk que llamó su atención. La cabeza de Ártica se asomó con cautela y sonrió al verlo.
-Buenos días, Fenrir- le saludó al entrar. –Creí que seguías dormido-
El aludido meramente negó con su cabeza, sin despegar su mirada de ella. Específicamente del lado izquierdo de su cara. –Tus vendajes no se ven muy bien-
–¿Vas a desayunar?- murmuró ella, incómoda.
-…No quiero desayunar con los demás- replicó al instante. –Quiero comer aquí-
Ártica pareció alegre de escuchar eso, pues otra brillante sonrisa cruzó su rostro. -¡N-no hay problema! Les pediré que nos traigan la comida aquí-
-¿No vas a ir a comer con las princesas, y Bu- las otras Sombras?- inquirió Fenrir, percatándose de la ligera reacción al mencionar el nombre de Alcor Zeta.
-No… hoy no. No me siento bien…- dijo, algo tensa.
-Como quieras, entonces- respondió él, encogido de hombros. –Pero no olvides pedir comida para Ging -
La joven desapareció unos minutos y antes de que volviera a entrar, una persona la llamó por su nombre.
-Señorita Ártica, le recuerdo que hoy limpiamos sus heridas y cambiamos los vendajes. Le agradecería si esta vez fuera más colaboradora- comentó la débil vocecilla de una mujer mayor. –Es por su bien-
-Sí… sí, Andri- fue la débil respuesta. –Lo tengo presente-
Regresó a la habitación algo melancólica, aunque forzó una expresión más relajada al detectar la mirada de Fenrir. Claramente no estaba funcionando, porque sentía como si el otro pudiera leer claramente sus pensamientos. Un silencio incómodo estaba comenzando a asentarse entre ellos, pero después de asustar a varios habitantes del Palacio, Ging entró trotando y se subió a la cama de un salto. Ártica se alejó de él al instante.
-¿Te desagrada Ging?- preguntó Fenrir con frialdad.
Ártica negó con gestos nerviosos. –N-no es eso. No quiero molestarlo. Los animales en general parecen detestarme-
-Ging no te detesta- contestó. –Simplemente no confía en ti-
Les interrumpió la anciana ama de llaves. Andri recitó el menú que les traía y se retiró sin más. Ártica le pasó un plato a Fenrir y acercó otro tímidamente hacia Ging. El lobo le gruñó a manera de advertencia antes de jalar la comida hacía sí y devorar la carne cruda.
Después de saciar su hambre, los tres individuos se quedaron en silencio. La ama de llaves regresó para retirar los platos, cuidadosa de no acercarse mucho al lobo. Antes de irse, citó a Ártica al anochecer. La Sombra asintió con rigidez, ante la atenta mirada del Dios Guerrero. Le ofreció dar un paseo por los jardines para distraerse, pero se negó.
-No quiero ver a nadie hoy, y me parece que tú tampoco-
Ártica desvió la mirada, nerviosa. –Eres muy perceptivo-
-¡Ja! El lenguaje corporal es muy importante cuando convives con seres que no hablan-
Ártica miró a Ging indirectamente a través del espejo de la puerta. –Realmente es… como una parte de ti-
-Es la palabra “familia” resumida en un individuo. Al menos ahora que ya no está el resto de la manada…-
Después de esas palabras, otro silencio se apoderó de la habitación. Un chico más joven pasó velozmente preguntando por el almuerzo y Ártica decidió reprogramarlo para después. Seguían todavía llenos del desayuno. Se volteó hacia Fenrir y Ging, pero ninguno de los dos estaba en la habitación. No fue hasta que escuchó la voz del primero que se dio cuenta que habían entrado a la habitación contigua.
Fenrir analizaba la estancia con interés. A pesar de ser muy parecida a la suya, tenía mucha más personalidad. En la pared colgaba un arco y un carcaj con flechas dentro. Al lado de la cama yacían un par de bien usadas botas de cuero de ciervo. Sobre un mueble reposaban innumerable cantidad de objetos pequeños que él no había visto nunca.
Todo en esa habitación tenía impregnada la esencia de la joven. Casi todo. Un sospechoso abrigo sobre la cama hizo que Fenrir elevara una ceja. En primera instancia se delataba muy grande para la contextura de Ártica, y al analizarlo más detalladamente, se percibía un aroma muy diferente en toda la prenda.
-Es de Bud- le dijo. –Me lo prestó porque con mi ropa tan húmeda, no tardaría en pescar un resfriado-
Fenrir no pareció del todo convencido con su respuesta, por lo que despegó su mirada del abrigo y se fue hacia la mesa de noche al lado de la cama. –Estos objetos tampoco son tuyos-
-La bufanda la tejió mi hermana, el bolso era de mi hermano y esa pequeña placa de metal de mis padres. Es para la buena suerte-
-¿Tienes hermanos? ¿Dónde están ahora?- inquirió él. –No parecen haber tocado esto en mucho tiempo-
-Sí, soy la menor de tres. Ahora viven en el país vecino. Hace ya seis años que se fueron para allá-
-Ya veo… ¿y por qué…-? – quiso preguntar, pero alguien tocó a la puerta del cuarto de Ártica y ésta abrió de inmediato.
En el marco de la puerta estaba Bud, lo que al parecer indispuso al otro joven al instante. Ging tampoco reaccionó bien y erizó su pelaje con sólo oírlo.
-Ártica yo… Oh, hola Fenrir- le saludó tranquilo. -¿Dormiste bien?-
Alioth Epsilon asintió sin decir nada.
Bud se aclaró la garganta. -Qué bueno. Ehm… ¿Puedo hablar con Ártica a solas?-
El otro entrecerró sus ojos, pero hizo como se le pidió. Ging lo siguió al cuarto que les correspondía y se sentaron en la cama justo en el momento en que se cerró la puerta del espejo, aunque no lo hizo por completo. Desde su posición, Fenrir podía escuchar lo que decían.
-Hoy te cambian los vendajes, ¿cierto?- preguntó la voz de Bud.
-S-sí. Al anochecer…- contestó ella. -¿Por qué quieres hablar de eso?-
Bud guardó silencio un momento. –La señorita Hilda me dijo lo que sucedió la vez anterior, Ártica-
-¿Exactamente qué dijo que sucedió?-
-Me dijo que…- comenzó él. Fenrir no podía verlo, pero por el sonido se dio cuenta de que se acercó a ella unos pasos. Tensó la mandíbula. –… tus gritos se escuchaban en toda el ala oeste y que… empujaste a Andri contra una pared-
Aún desde su propia habitación, Fenrir podía sentir la tensión en el aire. Se reubicó en la cama para tratar de ver mejor por la hendija que la puerta dejaba. Bud estaba justo frente a su Sombra.
-No estoy orgullosa de eso- murmuró Ártica. –Me daba vergüenza ir a visitarla a su habitación después de lo que pasó-
-Andri no te guarda ningún rencor-
-Es que…- dijo la Sombra, colgada de un hilo de voz. – ¡Duele tanto…!-
Fenrir pudo distinguir un par de lágrimas en las pestañas de Ártica. Alcor Zeta la rodeó con sus brazos en un suave abrazo. Su semblante destilaba algo de tristeza. –Lo sé…-
-No, no lo sabes, Bud- le decía ella con dificultad. Apoyaba su frente en el pecho del otro. –No has sentido una enorme aguja cosiendo tu cara, tan cerca de tu ojo que te aterra pensar que se clave en él-
-Pero eso fue el día que sucedió, Ártica, ya no te tocan más punzadas-
La joven se despegó de él y le miró fijamente con su único ojo, fastidiada. -No, para suturar ya no, pero sí para drenar el pus. No has visto la infección que se esconde bajo los vendajes. El entrenamiento de ayer fue más tolerable porque el frío baja un poco la inflamación, pero el roce más ligero me da ganas de gritar. ¿Te hace sentir mejor eso?-
Bud se enderezó, indignado. Miró fugazmente las vendas sobre el ojo izquierdo y no pudo hacer más que besar su frente y volver a abrazarla. –Tienes razón, no lo sabía. Lo siento-
En su habitación, acostado sobre la cama, Fenrir se llevó una mano al ojo izquierdo y lo tapó con ella. Luego intentó recordar alguna buena herida que le hubiera causado un dolor similar al que relataba su Sombra. Le vino a la mente la vez que una gran piedra le cayó sobre unos dedos, y lo inflamados que estuvieron durante semanas. En otra ocasión, cazando, no se fijó por donde corría y chocó de lleno contra un árbol. Sus costillas reclamaron durante mucho tiempo actividades simples como reír o respirar. Pero definitivamente la que más fácil le hacía entender el dolor que Ártica describió fue un raro episodio en que fue a pescar con Ging y otros cuatro miembros de la manada. Al ir bajando por la empinada vertiente se resbaló y fue a parar directamente al hielo, donde un afilado borde le rebanó el muslo en varias partes. Esa vez le pareció ver hasta el hueso.
Su puerta se abrió momentáneamente y el mismo joven de antes le avisó que traía su almuerzo. Fenrir le dijo que lo dejara por ahí, pero que el de la joven lo llevara a la otra habitación.
-¿Quieres que me quede aquí mientras te limpian la herida?- preguntó Bud. Con un suave movimiento, se deshizo de las lágrimas que se negaban a caer. –Como apoyo-
-Gracias- le respondió. –Pero creo que será mejor que no-
-Bien. Cuéntame, al menos, por qué no me dijiste nada al respecto-
-Cómo podría. Ese día regresaste de visitar a tus padres y la felicidad en tu rostro era demasiado sincera. No me atreví a arruinarla-
-No seas tonta, Ártica. Quería compartir la experiencia contigo, pero te escondiste todo el día- le reprochó. –Fue una cruel decisión-
-La única que me pareció viable- contestó ella, pero se oía más tranquila.
Tocaron la puerta y apareció el chico con el almuerzo. Bud fue sirviendo la comida mientras la otra se asomó por la puerta entreabierta. –Fenrir, ¿Quieres com…-? Oh-
El Dios Guerrero apoyaba la cabeza sobre una mano y la otra la tenía entre las orejas de Ging. Había platos vacíos sobre una mesa cercana. Sus ojos cerrados le dieron la impresión de que dormía, así que Ártica salió sin hacer ruido y esta vez, sí cerró la puerta como se debe. Apenas lo hizo, tanto el lobo como el joven abrieron un ojo para verse entre sí pero lo volvieron a cerrar, listos para hacer la digestión.
Cuando Fenrir abrió sus ojos de nuevo, ya estaba oscuro. Bajo otras circunstancias hubiera seguido durmiendo, pero un vago recordatorio lo hizo reaccionar. Se puso de pie, sin molestar a Ging, y se fue hacia la puerta del espejo. Pegó su oreja a ella y pudo escuchar unos murmullos. Se fue hacia la puerta que daba al pasillo y al entreabrirla, un visiblemente preocupado Bud se apoyaba en la pared contraria. El joven frunció el entrecejo mientras cerraba la puerta. Se fue de nuevo a la del espejo y sin pensarlo más la abrió de un portazo.
La situación era tensa. Ártica estaba acostada en su cama, restringida de movimiento por dos hombres, uno a cada lado. Junto a la cabecera de la cama, del lado izquierdo, estaba Andri con una aguja en una mano y un humeante paño húmedo en la otra. Ártica la miraba aterrada, forcejeando para alejarse de ella.
Ninguno pudo reaccionar al ver la puerta abrirse, ya que Fenrir fue directamente hacia el hombre de la izquierda y lo empujó hacia la pared. Si bien no se lastimó, al hombre le quedó claro que un gesto más serio del Dios Guerrero sería mucho más grave. El otro hombre decidió no probar esa teoría y se apartó lentamente.
Andri estaba escandalizada. -¡Joven Fenrir! ¿Qué cree que está haciendo? ¡Salga de inmediato!-
El aludido torció la boca, poco impresionado por el tono de voz de la ama de llaves. Sin más, le quitó la aguja y el paño.
–Quiero verla obligándome- fue su insolente respuesta.
Se giró hacia Ártica y pudo apreciar que la herida no sólo estaba infectada, sino que Andri había estado haciendo cortes horizontales y alargados alrededor de ella. Es decir, en lugar de permitir que sanara, estaba empeorando la situación. Hasta alguien como Fenrir entendía que no ayudaría en nada.
Seguidamente miró a su Sombra y en un tono de voz neutro le indicó lo que iba a suceder. –Ártica, voy a sacarte el pus con la aguja, pero sólo unos cuantos pinchazos. Tendré que presionar donde está la sutura, con el fin de asegurarme de que todo está saliendo. Así la infección se irá. Te va a doler, así que quiero que durante todo el proceso me mires a mí y a nada más. No te atrevas a desobedecerme, yo que soy Dios Guerrero de Alioth Epsilon, uno que está en las canciones épicas de nuestro pueblo-
Su Sombra asintió con rigidez y fijó su mirada en la ambarina de Fenrir. Éste pellizcó el pómulo afectado y lo pinchó suavemente. Cumpliendo su palabra, repitió la acción solo un par de veces más. Aplicó presión con delicadeza, aminorando la fuerza cuando Ártica dejaba escapar quejidos. Y ella no le quitó la mirada de encima. El Dios Guerrero limpió el área con el paño húmedo, la vendó con cuidado y le devolvió todo a la vieja ama de llaves. -Váyase ya, señora, no queda nada más por hacer-
“¡Tras de que tengo que asumir las tareas de los médicos mientras están fuera del Palacio, ahora resulta que…!” refunfuñaba Andri por lo bajo, estrujando el paño entre sus manos. Claramente ofendida, salió del lugar con furia. Los dos hombres salieron tras ella, y ni siquiera la extrañada expresión de Bud sacó palabra alguna de ellos. Alcor Zeta entró a la habitación, sorprendido de ver al introvertido de cabello plateado al lado de la cama.
-¿En qué momento entraste tú aquí?- le preguntó. -¿Y para qué?-
Fenrir no apreció el tono de su voz. -En el momento justo, y para evitar más desastre de parte de esa anciana-
-¿Eh?- replicó Bud, evidentemente confundido. –¿De qué estás hablando?-
El Dios Guerrero dejó escapar un gruñido de fastidio. -Esa mujer no sabe lo que está haciendo; ¡hizo muchos cortes alrededor de la herida! No me extrañaría si empeora la infección-
Bud elevó las cejas, no muy seguro de querer creerle, pero al no haber visto la herida personalmente, no podía argumentar nada. De todos modos, había algo más importante que estar discutiendo con Fenrir sobre medicina. –Ártica, ¿cómo te sientes?-
La Sombra se palpó levemente todo el pómulo; el dolor consecuente era mucho menor que antes. Dejó escapar un suspiro, claramente aliviada.
-¿No te duele?- inquirió Bud al sentarse a su lado en la cama. Fenrir tensó la mandíbula.
Ártica negó con la cabeza. –Sí me duele, pero ya no tanto-
-No sabes cuánto me tranquiliza escuchar eso- sonrió el gemelo. Puso su mano sobre la de ella con familiaridad.
El único Dios Guerrero presente se dio media vuelta al instante.
-¡Espera, Fenrir!- dijo Ártica al ponerse de pie. –Muchas gracias por tu intervención. La aprecio mucho-
El otro se detuvo momentáneamente. –Como sea. Me voy a dormir-
-Claro…Buenas noches-
Fenrir no respondió; cerró la puerta con fuerza innecesaria. Mandó a volar una de sus botas de una patada antes de meterse entre las cobijas –Ging es mi familia, y no necesito nada más-
En la habitación contigua, Bud se llevó una mano a la nuca y Ártica se rascaba el brazo ausentemente. Ninguno de los dos entendía exactamente por qué se sentían tan incómodos.
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cchiroque · 1 year
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“Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.
Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.
Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz. Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen. Escucharía cuando los demás hablan y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate!
Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma.
Dios mío si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol. Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, y una canción de Serrat sería la serenata que le ofrecería a la luna. Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos . . .
Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida . . . No dejaría pasar un sólo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero. Convencería a cada mujer u hombre que son mis favoritos y viviría enamorado del amor.
A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse! A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar. A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido. Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres . . . He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada. He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño por primera vez el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.
He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse. Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.
Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas. Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma. Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte más. Si supiera que esta fuera la última vez que voy a oír tu voz, grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas una y otra vez indefinidamente. Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría “te quiero” y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.
Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré.
El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo. Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles “lo siento”, “perdóname”, “por favor", “gracias” y todas las palabras de amor que conoces.
Nadie te recordará por tus pensamientos secretos. Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos. Demuestra a tus amigos cuanto te importan.”
-Johnny Welch
La marioneta
(Poema erróneamente atribuido al maestro García Márquez.)
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bbrp-hq · 2 years
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Presentamos a Maeve Wang, el nuevo participante que ingresará a la casa más famosa del mundo, ¡bienvenidx!
*       Novita, esperamos la cuenta de tu personaje
sobre el usuario: 
 * nombre / apodo: novita 
* pronombres: ella / suya 
* triggers: todo tipo de abuso, racismo, maltrato, incesto, y pedofilia 
* fc reservado: natasha liu bordizzo 
 sobre el personaje: 
 * nombre completo: Maeve Wang 
* edad: 26 años 
 * nacionalidad: australiana ( su padre es chino ) 
* introducción: 
 índices remueven hebras de su rostro, iris se deslizan por entorno, acabando en figura femenina que se mantiene inmóvil detrás de la cámara, a la espera de una indicación suya. exhala pesadamente, ofreciendo un asentimiento lento, dando inicio a grabación. ‘ ¡hola! ’ saludo es efusivo, comisuras tiran de una sonrisa leve y natural, mientras manos se dedicana ofrecer un movimiento lento, enfatizando palabra. ‘ mi nombre es Maeve Wang, la mayoría de la gente me llama Mae, aunque mis amigos cercanos prefieren decirme Vee. ’ aclaración es innecesaria, pero forma en que se expresa enseña comodidad que siente ahora al enfocarse en video. ‘ tengo veintiséis años, nací y crecí en Sydney, Australia. ’ continúa, saboreando presentación, relamiendo sus labios resecos por nerviosismo que genera situación. ‘ soy… sagitario, si alguien le interesa la información, aunque mi conocimiento sobre astrología es nulo. ’ desconoce si algo más de ello es relevante, ha escuchado de cartas astrales y demás, pero nunca le ha dado verdadera importancia. mirada se desliza hacia un reloj de pared, no muy lejano, corroborando horario. ‘ en este momento son casi la siete de la mañana, actualmente trabajo como camarera, aunque es normal que cambie de empleo con frecuencia. ’ admite, vestimenta es casual, difícilmente se pueda visualizar algo que destaque. ‘ nunca supe que decir en cosas como estas, así que haré mi mejor esfuerzo para permitirles conocerme un poco. ’ a grandes rasgos, al menos. ‘ tengo una pequeña de cuatro años, yo… ’ se detiene, quizá sin saber cómo aventurarse en aquello sin sentirse abrumada. ‘ solo somos nosotras y mi compañera de piso, mi mejor amiga. ’ concepto de familia es difuso, pero con ellas dos ha comprendido a lo que se refieren con amor incondicional, no sabría dónde estaría de no haber sido por apoyo que fémina le ha ofrecido mientras se aventuraba en su etapa de madre. ‘ ¿creo que esto funcionará? ’ interrogante se acompaña de una mueca pequeña con sus labios, mientras dedica un instante de pensamiento. ‘ creo que tengo lo que se necesita para estar en esa casa. ’ seguridad es todo lo que acompaña vocablos, después de todo, personalidad mutable le ha ayudado a adaptarse a cualquier sitio. ‘ la razón por la que hago esto es… Madeline. ’ nombre de infante se abre paso finalmente y una mirada veloz a habitación es suficiente para convencerse de ello. ‘ el premio me ayudaría a darle una vida más cómoda, nos ayudaría a las dos a estar en una mejor posición. ’ conclusión la lleva a bajar vista, apenas, casi apenada de situación apretada en la que se encuentran desde hace tiempo. ‘ no soy necesariamente material de chismes, pero me es fácil estar en entornos de muchas personas así que espero verlos ahí. ’ finalmente, grabación llega a su fin.
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archivorpg-yc · 2 years
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#𝐋𝐈𝐑𝐎𝟎𝟔𝟐𝟓 — 𝐒𝐭𝐢𝐥𝐥 𝐭𝐫𝐲𝐢𝐧𝐠.
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ᴿᴼᴸ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀𝐋𝐈𝐋𝐘-𝐑𝐎𝐒𝐄⠀𝐹𝐴𝑅𝑅𝑂𝑊. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀#𝐋𝐈𝐑𝐎𝟎𝟔𝟐𝟓 ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⤷ 𝑓𝑡. Reiner Sundqvist. ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀ —— 𝐒𝐭𝐢𝐥𝐥 𝐭𝐫𝐲𝐢𝐧𝐠. 𝙴𝚍𝚒𝚗𝚋𝚞𝚛𝚐𝚑, 𝚂𝚝𝚘𝚌𝚔𝚑𝚘𝚕𝚖. 𝖩𝗎𝗇𝖾 𝟢𝟩, 𝟤𝟢𝟣𝟫. —— ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀
LILY-ROSE
⠀⠀⠀La señora Denver, una mujer de alrededor de cincuenta y cinco años, sabía cómo actuar en esos casos, y también cómo pretender que Lily-Rose era su señora, y nada más que su señora, como si al pasar de los años éstas dos jamás hubieran desarrollado alguna especie de vinculo cariñoso.
LILY-ROSE
⠀⠀⠀¿Qué dirían sus padres si supieran que quería divorciarse tan rápido como se casó? Y peor aún, luego de que ellos le suplicaran que pensara un poco las cosas. Debió haberlos escuchado en su momento, de eso era lo único que sentía arrepentimiento en cuanto a ellos respectaba.
REINER
⠀⠀⠀ Pensó en ella siendo tan libre como en su etapa de soltera, pensó en ella cuando la conoció, en lo fácil que fue conquistarla, también pensó en ella siendo conquistada por otros antes de que Reiner llegara a casa. ¿Eso la haría feliz? ¿Cree que sería feliz con la consciencia de que su esposa se entregaba a otros?
⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀ —¿Dónde está el provecho en que te acuestes con otros? —Murmuró dejando de acariciar su rostro para presionar su cuello con fuerza. —¿Crees qué me hará feliz el saber que alguien te puso algo más que una sonrisa? ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀ Su mirada se encontraba clavada en los ojos ajenos mientras ejercía presión en su agarre. Eran estos escenarios por los que a veces deseaba retirarse, se desaparecía una temporada y su esposa creía que podía hacer y deshacer a su conveniencia. Tuvo que soltarla provocando que cayera con fuerza hacía el suelo cuando escuchó los pasos de la Sra. Denver acercarse a levantar el desayuno de la mesa, tal como si de una salvadora se tratara. ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀ En ocasiones los gritos de Lily no eran sutiles con el tiempo no fue secreto para los trabajadores lo que pasaba en su matrimonio, pero Reiner jamás había permitido que alguien lo viera, como el sexo, esas situaciones solo ocurrían en su propia privacidad. ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀ —Estaré con mi esposa en la habitación. —Habló dándole una mirada a quién se encontraba incorporándose del suelo. —En caso llamen; no estoy para nadie.
LILY-ROSE
⠀⠀⠀“¿𝘋𝘰́𝘯𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢́ 𝘦𝘭 𝘱𝘳𝘰𝘷𝘦𝘤𝘩𝘰 𝘦𝘯 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦 𝘢𝘤𝘶𝘦𝘴𝘵𝘦𝘴 𝘤𝘰𝘯 𝘰𝘵𝘳𝘰𝘴?” cuestionó él. ⠀⠀⠀Lily lo miró con unos ojos temerosos y esa expresión se plasmó en el resto de su rostro -y de su cuerpo- cuando la mano ajena se cerró en torno a su cuello. Ella temió, verdaderamente, por lo que pudiera ocurrir, especialmente porque Reiner lo había entendido todo mal. ⠀⠀⠀Y ese era uno de los tantos jodidos problemas. Él no la escuchaba casi nunca con precisión. Oía sus palabras y se dejaba llevar por la primera mala interpretación, y una vez que así era, no existía fuerza poderosa para hacerlo cambiar de idea. Nadie tenía la razón jamás, sólo él. ⠀⠀⠀Si tan sólo hubiera escuchado con más calma, hubiera comprendido que cuando Lily habló de tener opciones, se refería a poder elegir entre más cosas y no simplemente a qué usaría en el día, y el menú de las comidas. ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀Con brusquedad su esposo la empujó a un lado y la tiró al suelo. La inglesa cayó directa contra el piso y sintió cómo su piel se encajaba en los huesos de su cadera, lastimándola. ⠀⠀⠀El golpe no fue tan feo en realidad, o al menos no comparado con las palizas que él le había dado en el pasado. Si corría con suerte, ni siquiera se le formaría moretón alguno. Lo pesado era el miedo que experimentaba: ese era el verdadero dolor, la verdadera causa de que de pronto no tuviera nada que decir. ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀Completamente avergonzada, con los ojos enrojecidos por las lágrimas que estaba conteniendo (porque de ninguna manera lloraría frente a los empleados), se puso de pie y vio de reojo como la señora Denver se retiraba en silencio, dejando la mesa limpia. ⠀⠀⠀¿Qué podía hacer la señora al respecto? Absolutamente nada, porque así se lo había pedido Lily, misma quién sabía que si Denver se atrevía a pedirle ayuda a alguien, sería despedida. Farrow no quería a una sirvienta nueva, le gustaba Denver. ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀La habitación era el lugar menos favorito de Rose. En cada rincón estaba el recuerdo y la esencia del esposo que ahora desconocía. Estar ahí era difícil, y lo único peor a eso, era estar encerrada ahí mismo con esa persona que le generaba terror. ⠀⠀⠀Sí, Reiner le generaba terror. Y no, no se trataba de que ella no se defendiera: no era estúpida y hacía sus intentos, pero no existía forma de ganarle a un hombre como él. Defenderse significaba hacer el problema más grande y, por ende, recibir peores golpes. ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀Se adelantó dejando a su esposo en la cocina, pero no duró ni siquiera un minuto sola. Reiner llegó a los segundos, y cerró la puerta luego de haber entrado también. ⠀⠀⠀Solos, en la privacidad de su recamara, Lily caminó hasta su peinador, se pasó los dedos por los ojos para borrar todo rastro de lagrimas, y colocó sus manos en el respaldo de la silla en la que cada mañana se sentaba para arreglarse. ⠀⠀⠀La rodeó, de modo que la silla pudiera quedar entre los dos si él se acercaba, y ella volvió a buscar los ojos de su esposo. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀—¿Así va a ser nuestro matrimonio siempre? —preguntó llevando en su voz el peso del lamento—. ¿Qué sentido tiene, Reiner? —Lily de verdad deseaba una respuesta para esas preguntas—. Si separarse no es una opción, ¿entonces qué sí lo es? ⠀⠀⠀Al terminar la pregunta, la rubia alzó una de sus manos y se la colocó en el cuello con suavidad. Había creído que Reiner no la había lastimado antes, pero en ese momento le empezó a arder un poco en donde imaginaba que estaban marcados los dedos masculinos. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀—Y me entendiste mal en la cocina. Jamás —enfatizó y lo señaló con el índice de su otra mano—, ¡Jamás! dije que quería acostarme con otras personas. Lo que dije, mi amor —léase en tono sarcástico—, fue que, si te importara hacerme feliz, entonces tú también terminarías siendo un hombre feliz. ¡Sólo piénsalo un poco! —Confiada, la rubia se alejó de la silla y empezó a caminar por la habitación dándole la espalda—: Yo iría a tu encuentro cada vez, completamente satisfecha con mi día, taaaaaaan agradecida como para demostrártelo de la manera en que te gusta: con sexo. Tendríamos una vida tan activa ¡y quién sabe! —Lily se encogió de hombros y se volteó para encararlo—. En una de esas logras embarazarme y tenemos nuestra feliz familia. —Las palabras que la joven utilizó para decir aquello fueron intencionalmente dichas para que él creyera que si ella no quedaba embarazada, era por él y no porque hubiera algo malo en ella.
REINER
Nunca le había agradado la violencia, pero las personas a su alrededor insistían en sacarlo de sus casillas y obligarlo a perder el control. ¿Por qué su esposa no era capaz de comprenderlo y ser mejor para él? Reiner en su momento la había amado, todavía seguía sintiendo afecto por ella, sobretodo cuando se veía tan frágil como en ese momento. Siempre quiso protegerla, la había tomado para cuidarla y que no le faltara nada, pero al parecer ella no estaba contenta y era desesperante buscar algo que sí le gustara y se adecuara a la situación que ellos manejaban. Cerró la puerta de la habitación tras él y procedió a quitarse la corbata y empezar a soltar los primeros botones de su camisa hasta que la escuchó. Reiner era consciente de la realidad de su matrimonio, también estaba agotado con aquel vaivén y la falta de tranquilidad que había en casa, pero jamás había fallado y su matrimonio no sería su primer fracaso. —Quiero que seas feliz conmigo. —Respondió sentándose en el borde de la cama haciendo notar su frustración—. Nuestro matrimonio no tiene que ser así siempre, Rose. Yo solo necesito que tú me respetes, no quiero llegar a casa y que mi esposa haga insinuaciones... Se detuvo para continuar escuchándola, pero continuaba sin poder entender hacía dónde iba hasta que toqué el punto dónde Reiner siempre flaqueaba. No podía quitarle crédito, había aprendido bastante bien a jugar sus cartas y no provocarlo, la forma en como hablaba y las palabras clave que sabía cómo utilizar para que él se calmara y entrara en una especie de lucha consigo mismo. Siempre había deseado un hijo, pero desde que se enteró de la problemática su deseo por ella casi desapareció, pero ahora le estaba dando una bandera blanca. —Digamos que accedo a este pedido tuyo. —Empezó por responder, de esta respuesta dependía su siguiente humor así que debía ser inteligente si no quería que se repitiera la escena del comedor con la única diferencia de que no vendrían a detenerlo—. ¿Qué es lo qué quieres hacer? Probablemente pueda hacerlo.
LILY-ROSE
⠀⠀⠀¿Sería que, finalmente, en el último año, la vida le quería volver a sonreír? Envés de acudir a la disciplina física, donde ella era la víctima y él el verdugo, el verdugo se había quitado la máscara, había dejado el machete a un lado, y había perdonado una vida; o en este caso, había dejado pasar un momento que él habría llamado “corrección”. ⠀⠀⠀¿Reiner estaba considerado sus peticiones? ¡Tremenda sorpresa! Lily estaba sin creerlo y era evidente por la manera en la que se le quedó viendo, en silencio, y casi en shock. ⠀⠀⠀Si al despertar alguien le hubiera dicho que su esposo llegaría a casa, y tendrían una oportunidad para pasar un buen día -realmente un buen día-, ella se hubiera reído. ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀El rostro femenino recobró algo de vida. Tuvo un destello diferente. Lily suavizó todos sus gestos y bajó la defensiva. Se emocionó incluso, aunque no se puso a dar saltos ni a gritar de felicidad como si fuese una niña. ⠀⠀⠀El sueco había expresado su deseo de querer que ella fuera feliz con él, y Farrow pensó que no era demasiado tarde, porque en el fondo una parte de ella, la parte que recordaba con nostalgia lo feliz que fue el día de su boda, y todo ese tiempo cuando él la estaba conquistando, seguía enamorada e ilusionada. ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀—Te diré qué es lo que quiero hacer —contestó ella con un tono más dulce y calmado. Se colocó los mechones del cabello tras sus orejas, caminó hasta llegar frente a él, y aprovechado que Reiner permanecía sentado, ella le comenzó a acariciar las mejillas con lentitud—: Quiero salvar este matrimonio —musitó. ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀Sacrificios: ambos tenían que hacerlos. Lily-Rose fue la primera al decidir no expresar su deseo por volver al hospital. No era el momento y, además, seguía sin creer que el día podía ser bueno, y no quería estropearlo. No tan rápido. ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀—También quiero que me lleves contigo, como lo dijiste en el comedor —añadió y dejó de acariciarle las mejillas para seguir con la tarea que él había empezado antes: aflojar su corbata, desabotonar su camisa, y librarlo de ella. Sus ojos se apartaron de los contrarios; Lily le miró los labios y sintió como surgió dentro de ella un deseo por besarlos, pero se limitó a seguir descendiendo para observar como el torso iba quedando desnudo—. Y que me des algo de confianza, al menos para viajar a Londres a visitar a mi familia de vez en cuando. Sé que mis padres no te agradan demasiado, pero siguen siendo mis padres. ⠀⠀⠀Rose se mordió el labio inferior, y tiró de la tela para que la camisa bajara por sus brazos musculosos, hasta que quedó tirada en el piso a un lado. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀—Y tal vez, sólo tal vez, podrías crear una beneficencia a mi nombre —sugirió en un tono de voz un tanto dudoso, pero meloso—. No sería un trabajo realmente, y hablaría demasiado bien de ti el hecho de que tu mujer use su tiempo para ayudar a cualquier organización de la sociedad. Especialmente en el ámbito político en el que te mueves, Reiner.
REINER
¿Hace cuánto tiempo que Lily no lo tocaba de esa manera? Había olvidado lo que sentía el roce de sus manos y su cercanía voluntaria. ¿Estaba escuchando correctamente? Si bien era cierto que hacía mucho que la convivencia en la cama era nula, Reiner tenía a su esposa en un pedestal, ella era su señora al final de todos los días y sus compañeras recurrentes solo eran eso; compañeras. Sus palabras tenían sentido, una beneficencia a favor de las mujeres no venía nada mal, sobretodo cuando su machismo empezaba a notarse y si algo había aprendido hasta este punto es que las minorías podían ser demasiado ruidosas, sobretodo cuando manejaban muy bien las redes. Tomó su rostro entre sus manos y finalmente dejó ver una amplia sonrisa con la idea que ella le había brindado se liberaría de tener una esposa infeliz y su aprobación pública aumentaría. —Podemos ser un equipo excelente, ¿Puedes verlo? —Habló dejando notar su emoción cuando dejó un casto beso sobre la frente de su esposa—. Solo debes tratarme bien. Claro que la idea de visitar a sus padres no era de su agrado, podían aprovechar la oportunidad para buscar un centro para lo que buscaban realizar, tenía claro que su imagen no podría ser la principal, pero no sería la primera vez que operaría detrás de las cortinas. —Tendrás al equipo perfecto, tengo en mente quién te puede asistir. Acarició su rostro con cuidado, con cierta ternura que parecía incapaz de tener en su cuerpo luego de haberla marcado con su mano hacía un rato. Era mejor pretender que aquello no estaba ahí, al menos ahora que se encontraba de tan buen humor. Lo importante ahora es que su esposa había aprendido a comunicarse y a tratarlo como merecía, Reiner solo necesitaba algo de agradecimiento por todo lo que hacía por ella.
LILY-ROSE
⠀⠀⠀En ese preciso momento, cuando Reiner colocó las manos en las mejillas de Lily, ella supo que existían dos posibles escenarios: uno muy malo, y otro muy bueno. La sonrisa que poco a poco se fue situando en el rostro del sueco reveló cuál de esos dos escenarios había ganado, y Rose no lo podía creer. ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀—¿Tienes en ment…? —La sonrisa desapareció de los labios femeninos. Su expresión se tornó confusa, y comenzó a negar en cuanto comprendió por qué Reiner había aceptado casi todas sus peticiones sin haber objetado—. No, amor —Lily puso las palmas de sus manos en las mejillas del hombre y lo obligó a verla a los ojos—, yo quiero encargarme del proyecto sola. Déjame hacer algo. Si necesito ayuda te lo haré saber, pero por favor, por favor … ¡por favor! —insistió y abrió los ojos de par en par para exagerar su ruego—: Necesito sentir que tengo el control de algo en mi vida. —Pero, temiendo que lo que acababa de decir pudiera provocar una reacción negativa en Czar, Farrow fue rápida en agregar—: Quiero demostrar mi gran capacidad como la esposa de la mano del rey. La gente tiene que saber que detrás de un gran hombre, tan poderoso y … —uno de sus pulgares le acarició la mejilla casi con ternura—, tan inteligente, existe una gran mujer. Tú lo acabas de decir, podemos formar un gran equipo. —Se atrevió a usar sus propias palabras en su contra—. Y nada grita más respeto de mí hacia ti, que exaltar tu nombre, el nombre del esposo ejemplar al que locamente amo, en las beneficencias. ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀Reiner se quedó en silencio por minutos prolongados, sin embargo, sus caricias tiernas y cariñosas, aunque parecieron volverse ausentes, no desaparecieron como lo habrían hecho antes. ⠀⠀⠀Lily permaneció cercana a él, y con suavidad permitió que sus brazos rodearan el cuello masculino por completo en lo que parecía el comienzo de un abrazo. ⠀⠀⠀Tenía que darse crédito a sí misma: esa mañana había hablado con elocuencia, tanta que Reiner no le estaba gritando. ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀—¿Sabes? —interrumpió el silencio con un tono de voz bajo e íntimo, digno de la cercanía de la que se habían hecho—. Ni siquiera tenemos que ahondar en detalles de absolutamente nada en éste momento. Dijiste que querías pasar el día conmigo … —Rose sonrió—: Hagamos eso. ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀Sin pensarlo, mostrando seguridad, ladeó el rostro y unió sus labios a los de su esposo, entregándose a sus deseos carnales para ser suya una vez más, a elección, a voluntad, y con intención. ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀[…] ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀Tal vez había sido la gran cantidad de días que pasaron desde la última vez que habían estado juntos; o tal vez había sido el hecho de que, en esta ocasión, los dos mostraron interés y deseo; o el hecho de que ninguno de los dos estaba de mal humor, pero Lily-Rose disfrutó hacer el amor con su esposo. ⠀⠀⠀No. Hacer el amor no. Por primera vez, después semanas de tortura para ella, estaba segura de que el término “hacer el amor” no podía ser aceptado. Entre ellos dos no existía tal sentimiento genuino; pero sí la atracción. ⠀⠀⠀Lily definió, entonces, que esa media tarde de sexo con su esposo había resultado magnifica. Se sintió dispuesta a aceptar y reconocer que al menos tenían química en una cosa. ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀Exhausta se dejó caer hacia un lado, bajando de estar encima del cuerpo del sueco, y se acostó en el colchón tirando de una de las sábanas para medio cubrir su desnudez. ⠀⠀⠀Su respiración apenas se estaba apaciguando, aunque el calor y el sudor siguieron presentes en su anatomía todavía unos minutos después de haber culminado. ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀Sus ojos se cerraron, tomó una profunda inhalación, y exhaló por la boca. Abrió los ojos luego, y aprovechando que había quedado en el ambiente esa esfera de cercanía, complicidad e intimidad de la que no se podían dar lujo, la rubia buscó una de las manos de Reiner y la tomó haciendo que el hombre pusiera su palma contra su vientre desnudo, por encima de la sábana. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀—Lo hicimos bastante bien, ¿no? —preguntó con una ancha sonrisa en el rostro, misma que marcó los hoyuelos en sus mejillas—. Tal vez lo hemos conseguido esta vez. Podría ser —comentó refiriéndose al hecho de quedar embarazada, porque si había algo más que pudiera hacer que el día mejorara para el sueco, era la probabilidad de un embarazo: la familia que él deseaba.
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lascronicasdebianca · 2 years
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15~Tremere.
La noche en la que llegaron fueron atendidas por una mujer mayor la cual era la dama de llaves del lugar y se apresuró a avisar a Raziel de su llegada, ambas le esperaron a los pies de la escalera principal. Pocos minutos después él hizo aparición seguido de la mayor de sus hijas. Tenía un porte elegante , unas pocas canas se veían en su cabello pero le daban apariencia de un imponente lord inglés , sus facciones eran amables y una sonrisa se dibujó en sus labios al ver a las hermanas. Siguiéndole estaba Hayley la hija mayor de Raziel , no aparentaba más de veinte años y se trataba de una vampira de gran belleza. De larga cabellera pelirroja casi anaranjada y vivarachos ojos azules, sus movimientos eran elegantes al igual que los de su padre. Lo primero en lo que se fijó Bianca es que ninguno de los dos tenía un color de ojos que dejara entrever su naturaleza vampírica.
 -Las hijas de Alice , que gran alegría teneros aquí.- Dijo llegando frente a ambas. 
-Raziel , es un placer conocerte al fin. - Dijo Bianca sonriendo de forma leve.
-Esta es Hayley una de mis hijas os ayudará a conocer la ciudad y estoy seguro de que os llevaréis muy bien. - Dijo Raziel indicando a su hija que se acercara también. 
-Bienvenidas a los Tremere.- Dijo con una sonrisa tímida. 
-Gracias Hayley eres muy amable estoy segura de que seremos grandes amigas. - Dijo Susan con una sonrisa adelantándose y abrazando a Hayley , tan sociable como siempre intentando romper el hielo. 
-Bianca , ¿te parece bien si Susan se queda con Hayley y hablamos en mi despacho? 
-Me parece perfecto, Raziel. Ambas chicas comenzaron a andar por la mansión , Hayley le enseñaría la casa y Susan seguramente estaría encantada conociendo más del lugar. 
Llegaron al despacho de Raziel , tomó asiento en un sillón negro y le invitó a sentarse frente a él. 
-Tu madre me ha contado un poco tu problema Bianca. Yo puedo ayudarte. Aunque no debes de verlo como algo malo , perteneces a una estirpe que se remonta al principio de los tiempos y tu padre es alguien muy importante. 
-Sé poco de mi familia aún la verdad , ni siquiera les conozco. 
-Bueno eres la hija del mismísimo Satanás y todos los miembros de tu familia han llevado a cabo grandes hazañas. Soy un brujo…bueno ahora también vampiro pero ante todo soy un estudioso de nuestra historia.- Miró a Bianca con una sonrisa. 
-Mi madre me dijo que ahora que puedo cambiar no tardarán en venir a buscarme. 
-Así es , debes de llevar a cabo el ritual de ascensión. Ahora mismo tu cuerpo está peleando por saber cuál es la forma que debería tomar. Si no aceptas tu verdadera naturaleza acabarás destruyendo te a ti misma.- Su rostro se puso serio. 
-Lo que no quiero es hacerle daño a nadie , tengo mucha sed más que nunca y no solo de sangre humana…me está volviendo loca. -¿Sabes? 
-Alice también vino a visitarme siglos atrás cuando se enteró de la clase de criatura que te convertirías , no estaba asustada , solo quería saber cómo poder ayudarte. Investigamos mucho y llegamos a la conclusión de que el medallón que te dio Nayeia te ha servido todos estos años para mantener tu verdadera esencia bajo control además de los propios poderes de protección que tiene, claro. Pero ahora ya no es suficiente. 
Bianca asintió escuchando interesada todo cuanto él decía llevando una de sus manos al colgante el cual había conseguido arreglar su cadena y en tantos momentos le había servido de ayuda. 
-También leí tus libros Raziel y me interesaría que me enseñaras a usar la Taumaturgia. Consiguieron atacarme usándola y me dejaron fuera de combate , cosa que es bastante difícil de conseguir. 
Soltó una pequeña carcajada ante sus últimas palabras y después miró a Bianca con seriedad. 
-Está bien , serás mi aprendiz. Pero es un tipo de magia que no debes tomar a la ligera. Puedes modificar la sangre , puedes curar prácticamente cualquier enfermedad humana con ella dado su poca complejidad entre muchas otras cosas. Pero es tan potente que requiere una gran cantidad de energía , debes usarla como último recurso.
 Bianca le escuchaba con enorme interés , si conseguía poder usar esa clase de magia sería una debilidad menos que tendría pues tampoco podrían atacarla con ella. 
-Y el día que puedas controlarla por completo podrías pasar a aprender la Nigromancia aunque ni yo mismo puedo usarla aún en todo su potencial. 
 -Eso suena muy interesante pero vayamos poco a poco , antes de aprender a correr debo empezar a andar , ¿no crees?- Rio de forma suave mirando a Raziel. 
-No quiero meterte prisa , tenemos la eternidad entera por delante. - Levantó sus manos un tanto a modo de disculpa sonriendo.- Solo es que tengo ganas de ver hasta dónde podrías llegar. 
Tras aquella conversación ambos salieron del despacho y fueron al gran comedor en el que ya se encontraban Susan y Hayley además de varios hombres y mujeres humanos los cuales comían tranquilos mientras charlaban entre sí. 
-Son mis aprendices al igual que tú ahora mismo, la diferencia es que ellos son humanos pero están aprendiendo a usar la magia , si pasan mis pruebas les convertiré en vampiros y pasarán a ser oficialmente del Clan Tremere.- Le dijo Raziel en voz baja a Bianca mientras tomaban asiento. No tardó en aparecer el servicio del lugar el cual recogía los platos ya acabados y servía copas de sangre a los recién llegados. 
-¿No se sienten incómodos mientras nosotros bebemos? - Dijo Bianca refiriéndose a los humanos. 
-Si algún día quieren ser como nosotros deben acostumbrarse, aquí permanecemos todos juntos.- Sonrió saludando a los demás comensales los cuales le saludaron con una sonrisa.- Además ellos son nuestros donantes esta noche…por lo que debemos estar agradecidos.- Alzó la copa en su dirección - Gracias por tan magnífica cena , amigos. 
Bianca dio cuenta de su copa con rapidez ya que tenía bastante sed , el servicio se la llenó de nuevo. -Oh vaya…tampoco quiero abusar. 
-Tranquila querida , están acostumbrados. Espera un momento. - Elizabeth querida , ¿puedes acercarte? - Le hizo un gesto a una de las comensales , parecía extremadamente joven. Esta se levantó sin dudarlo y se acercó quedando entre Raziel y Bianca. 
-¿Necesita algo , maestro? - Preguntó con una sonrisa. 
-Si querida , necesito que estés con nuestra nueva hermana esta noche. 
Bianca no sabía a qué se refería exactamente hasta que la joven le indicó que se moviera un tanto para poder sentarse en su regazo. Una vez sentada se apartó el pelo dejando su cuello al descubierto. En cuanto notó la cercanía de la humana no pudo evitarlo sus ojos se volvieron completamente negros y sus colmillos quedaron visibles. Mordió el cuello de la joven bebiendo con avidez , se dejó hacer sin quejarse cerrando los ojos e intentando respirar despacio. No era la primera vez que pasaba por aquello, al parecer. Raziel le cogió del hombro de forma suave. 
-Debes parar o la matarás. 
Bianca le escuchó pero ahora que se estaba alimentando era totalmente imposible separarle de su presa. 
-Ya vale , Bianca.- Repitió en tono serio. 
La joven cada vez estaba más pálida y su cuerpo más lánguido en los brazos de Bianca , su vida se escapaba. 
-Hoy aún no es el momento de convertirla , suficiente. 
 Al ver que no podía parar usó su poder para hacer que la sangre que estaba bebiendo comenzará a hervir en sus labios quemando su organismo por dentro si seguía alimentándose. No tardó en soltar a la joven y levantarse casi de un salto llevándose las manos a la garganta como si estuviera ardiendo desde dentro. Raziel cogió a la joven en brazos antes de que tocara el suelo.
 -Aprenderás a controlarte , será muy duro pero te ayudaré a conseguirlo. Quizás deberías retirarte no quisiera tener más altercados esta noche. - Miró a Bianca con seriedad y salió del comedor con su joven discípula en dirección a la enfermería. 
-Lo siento Raziel , es tan difícil… 
Susan se levantó del lado de Hayley y tiró de Bianca con suavidad. 
-Vamos hermanita , te enseñaré el cuarto que nos han preparado para las dos.
Bianca se despidió de Hayley y dejó que Susan le arrastrara hasta la habitación, necesitaba alejarse de todo el mundo en ese momento.
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