Tumgik
#Cerro Oscuro
elcorreografico · 2 years
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Conocer la reservas naturales bonaerenses en vacaciones de invierno
#BuenosAires #Turismo #MedioAmbiente | Conocer la reservas naturales bonaerenses en vacaciones de invierno
Dentro de la provincia de Buenos Aires se encuentran reservas y parques naturales que son parte del patrimonio cultural bonaerense. Para todas aquellas personas que quieran una alternativa a los atractivos turísticos, en estos sitios van a poder disfrutar de los paisajes que nos ofrecen estos lugares, así como aprender sobre el cuidado del ambiente.En estas vacaciones de invierno, el descanso y…
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algunloco · 19 days
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La nostalgia de lo no vivido. Salgo temprano, apenas la primera luz del sol se asoma tímida tras los cerros orientales. Veo desde un puente el amanecer, las nubes adquieren un tono rojizo mientras el sol sale lento, por el occidente todavía está oscuro y se ve brillar tímida una estrella. Una bandada de pájaros emerge detrás de uno de los edificios y vuela hacia las montañas. Pájaros volando hacia el amanecer. Trabajo todo el día, acepto turnos para poder olvidarme de mis pensamientos, dejar a un lado las transparencias del encuentro con Juliana y la absurda adoración por la visión del mundo de una mujer imposible. En los intermedios del día, en las horas del café y del almuerzo, leo a Piglia y a Joyce, el monólogo interior que va marcando el paso del tiempo y los sujetos trágicos. Todo pasa, nada permanece, y yo solo quisiera irme a leer a mi cuarto sin pensar más que en la estructura del relato. Vuelvo tarde a casa, la brisa helada de la noche pega en mi rostro y las imágenes nacen como tratando de organizar el pensamiento, la medialuna solitaria en el mar oscuro del cielo y una niña que juega con su abuela; un tren que atraviesa la sabana nocturna; las manos de Felice en los ojos de Kafka. Al final, Solo tienes esa extraña nostalgia que de pronto te invade.
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madameroxo · 2 months
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| Pequeño Vigilante.
. . . .‿‿‿๑❀๑‿‿‿ . . . .
Cellbit tenía apoyada su mandíbula en una de sus manos mientras observaba su mansión en construcción. En su mente la estaba visualizando ya terminada, pero por supuesto no era sencillo extraer lo que imaginaba a la realidad.
Todo era prueba y error.
Era oscuro por la noche, el mejor momento para ponerse a construir sin la presencia de sus queridos vecinos que pudieran interrumpir su trabajo. No era molesto cuando venían, pero precisaba terminar su casa para relajarse y disfrutar con su hijo Richas el mundo que tenía por delante, ese nuevo comienzo que le habían otorgado.
Sin embargo, desde hace unas cuantas noches atrás, sentía la presencia de alguien acechándolo. Sus sentidos se fueron agudizando mucho más por el tiempo que pasó en el Purgatorio, por lo tanto, no pasó por alto que lo estaban vigilando.
Pero lo ignoraba, ¿por qué? Por la sencilla razón de que no le resultaba una amenaza. Su vigilante se trataba de un pequeño niño de rizos castaños, lentes enormes para su cara, un conjunto enterizo de rayas rojas y blancas tan llamativos como para fallar en esconderse. De la mano tenía una oreja de conejo blanco que en ese momento arrastraba, lo cual le sorprendía porque cuidaba a ese conejo con su vida.
Se trataba de Pepito. El hijo de su esposo Roier.
Hijo de Roier…
Era tan… agridulce pensar en Roier nuevamente como un papá con un hijo propio, aunque ya era padre de Richarlyson, entendía que la situación no era lo mismo.
Aún no conversaba apropiadamente con él sobre ese tema en particular, ¿qué sentía al tener nuevamente la responsabilidad de cuidar un hijo propio?
¿Estaría feliz? ¿Tendría sentimientos conflictivos? ¿Estaría cómodo con este nuevo cambio otra vez?
Por lo que había observado de él en sus varios encuentros, lo veía tan… Feliz.
Sin embargo, en su corazón persistía una sensación rara, cómo si no fuera correcto algo.
Aunque era consciente que tener una conversación de sentimientos con Roier significaba tarea complicada, ahora le parecía más difícil que nunca.
Pero empujaba todas esas voces que le susurraban al oído que algo andaba mal hasta el fondo de su mente. Ignoraba completamente ese hecho y preferiría vivir engañado que todo se encontraba bien, lo necesitaba después de tanto tiempo alejado y luchando en una isla del infierno.
Regresando al presente, por el rabillo del ojo notó al pequeño niño que fallaba en esconderse, estaba en una esquina de la casa, asomando levemente un poco su rostro, no percibiendo que la mitad del conejo arrastrado delataba su posición.
Casi sonrió ante esa imagen, pero la contuvo porque el niño lo estaba observando.
Se dio media vuelta, dándole la espalda y caminó hasta la orilla donde tenía ese cauce que rodeaba el pequeño cerro donde ubicó su hogar.
Pepito, Pepito…
Al ser hijo de Roier, eso significaba que él era su… ¿Papá?
Arrugó el entrecejo al pensar en esa palabra, y a su audición llegaron los pequeños pasos de Pepito siguiéndolo.
Si era sincero consigo mismo, sentía miedo, no sabía si era correcto llamarlo su hijo después de aquella vez cuando tuvieron una reunión milagrosa con Bobby.
Su lado racional le decía que no había nada de malo, al estar casado con Roier, por ley era considerado su hijo. Pero por otro lado, todavía no habían convivido demasiado como para crear lazos de esa manera.
Le sorprendió y enterneció qué Pepito ya lo llamara de su Apa nada más conocerse. Por lo visto, Roier no dudó en dejarle claro que también era su papá.
¿Pero por qué le resultaba tan difícil llamarlo hijo en voz alta?
—Pepito… —lo llamó, terminó girándose para encararlo, el pequeño niño abrazó su conejo y lo miró sorprendido de ser atrapado.
Casi se rió porque pudo leer sus pensamientos en su rostro.
¿Cómo supo que estaba detrás de él?
Era lo que probablemente estaba pensando Pepito.
—¿Cómo supiste que era yo? —preguntó Pepito, ladeando la cabeza tiernamente.
Cellbit quiso agarrarse el corazón porque ese niño era endemoniadamente lindo e ingenuo.
¿Cómo se atrevía a estar cerca de un ser tan puro?
Agradecía enormemente que Richas estuviera atento a él porque tendría la tranquilidad de que nadie se metería con él al ser protegido por su hermano mayor.
—El conejo te delató —respondió, agachándose a su altura.
Pepito frunció el ceño y levantó al conejo para mirarlo con enojo, tenía esa mirada acusatoria.
Cellbit esta vez sonrió tenuemente, reprimiendo las ganas de abrazarlo y besar sus mejillas.
—Pepito, ¿por qué te escondes? ¿Me temes? —Hizo las preguntas que rondaban en su cabeza desde que descubrió a Pepito espiarlo varias veces.
Pepito agrandó los ojos y lo observó casi con pánico, negó muchas veces con la cabeza, se acercó unos pasos y puso su mano en su antebrazo, como queriendo afirmar que para nada le temía.
—¿Entonces? —instó a que le diera una respuesta al ver que continuaba sin decir nada, sólo lo miraba como si esperara que le leyera la mente.
—Pepito te quiere mucho —respondió en voz baja y tímida, bajó la cabeza un tanto avergonzado.
Cellbit alzó las cejas y ladeó la cabeza, su corazón se llenó de un sentimiento cálido y una comisura de su boca se levantó.
—¿Te escondes porque me quieres mucho?
Aún así, quería oír de verdad esa respuesta.
—Es que… —Lo vio morder su labio inferior y su mirada se desvió a las flores que había alrededor—. Tengo mucha curiosidad sobre ti. —Sintió que la pequeña mano que lo sujetaba apretaba su antebrazo, como si temiera que se alejara—. Pero no quiero incomodarte, ni invadir el espacio tuyo y el de Nito.
Cellbit parpadeó varias veces y suspiró levemente.
—Pepito, eres bienvenido en venir. No debes esconderte.
Pepito por fin levantó la cabeza para encararlo y frunció el ceño con confusión.
—No soy tu hijo —pronunció sin malicia, pero que aún así fue una daga para su corazón escucharlo.
—¿Cómo no? Me llamas apa —replicó con voz suave.
Pepito negó con la cabeza como si Cellbit no entendiera, alejó la mano y Cellbit se sintió mal al verlo tomar una pequeña distancia.
—Eres mi apa, pero no soy tú hijo, tú… no me llamas de filho como Nito —murmuró, abrazando con fuerza ese conejo blanco—. Por eso yo… temo estar molestando si vengo sin apa Roier. No quiero ser una molestia para ti, Apa Cellbit.
Cellbit sintió cómo su corazón se partía en miles de pedazos por esa percepción que tenía Pepito sobre ellos. Y sabía que era culpa suya, desde el principio notó que Pepito quería acercarse a él, pero de algún modo andaba con cuidado a su alrededor por temor a lo que Cellbit podría decir, e inconscientemente el investigador también actuaba de esa forma.
Cellbit no dudó y atrajo en un abrazo a Pepito, acarició su cabello y cerró los ojos.
—No, Pepito, lo siento, ¿sí? —susurró—, eres mi hijo también, mi filho —resaltó esa palabra para que no tuviera ninguna duda.
Pepito al oír esto, dejó caer el conejo y abrazó con mucha fuerza el torso de su padre, sintiéndose protegido en sus brazos.
—No debes esconderte más, ¿sí? Nunca serás una molestia para mí —aclaró cualquier pensamiento dudoso que tuviera.
Pepito asintió y apretó sus manitas en la camiseta de su Apa.
Cellbit ya no le importaba si su relación con Pepito de padre a hijo debía construirse lentamente, eso era mejor dejárselo a los adultos, para los niños, blanco era blanco y negro era negro.
Si Pepito lo consideraba su Apa, entonces él lo consideraría su filho, ni más ni menos.
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anllithix · 1 year
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Corrio al armario cereando la puerta tras el, podia escuchar los gritos de su hermano mayor cada vez mas cerca
Retrocedió mas al fondo del armario al escuchar los golpes en las puertas, hasta que sintió algo frio en su espalda, se giro encontrando una puerta, desde cuanto tenia una pequeña puerta en su cuarto?
- abre la maldita pierta! -
Un golpe hizo grietas sobre la puerta, no tenia tiempo para pensar, habrio lo puerta pasando agachado, la puerta se cerro sola una vez que paso
.
Era oscuro, no podia ver, no podia escuchar nada, siguió gateando asta ver una luz
- tu aun no deberías de estar aqui -escucho un susurro tras de el-
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jartitameteneis · 23 days
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"Minas y mineros, palos, hambre y represión en un lugar de la Mancha... Puertollano y comarca".
Eran tiempos de ropa azul y mano alzada. De vez en cuando nos cruzábamos por las calles con gentes de vientre inflamado y cara famélica y con profundas ojeras."Mira niño, me decían, ese que va por ahí se va a morir esta noche". Y yo nunca entendía el por qué de tan macabra afirmación. Luego, mucho más tarde, sí que lo entendí.
En aquel Puertollano de mi infancia se daban todas las prerrogativas para que sucedieran esas escenas. La hambruna de los años cuarenta causaba estragos en general y aquí, en el pueblo, en particular. Lugar de paso, de aluvión, al socaire del trabajo en las minas, la ciudad, estratégicamente situada a caballo entre Andalucía, Extremadura y la enorme extensión al sur de la llanura Manchega, había congregado durante la última etapa de la Guerra Civil a un buen número de refugiados que, terminada la contienda, intentaban sobrevivir en su lugar de acogida.
Gentes humildes, desarraigadas, en búsqueda desesperada de asiento que les permitiera acceder a trabajo y pan estables, formaban ese importante contingente de población flotante a los que la miseria les maquillaba trágicamente su aspecto.
Con ellos los demás. La clase obrera, mayoritaria, y la escasa burguesía que componían altos directivos de la Industria, Comerciantes, Vendedores de Mercado, Empleados de Renfe y Hacendados de la escasa actividad agrícola y ganadera de la comarca.
La ropa azul predominaba en el atuendo mayoritario de las gentes por la sencilla razón de ser la más asequible en aquellos duros años. Se empleaba para lo que se llamaba "vestir" y luego, cuando se desgastaba, para usarla en el trabajo diario. Aún me parece estar viendo a los mineros recién aseados, sentados a las puertas de sus casas cuarteleras, sobre tarugos de entibación, con los pantalones zurcidos por varias partes, las camisetas de tela azul, calzando sus alpargatas "rocaví" - aquellas que se anunciaron después en Radio Parroquial como propias para vagonear- degustando un botellín de gaseosa de Florián mezclada con vino peleón de la tierra… y próximos sus proles, niños semi-desnudos manchados de tierra y barro por todo el cuerpo, jugando a las canicas por el suelo y acercándose a ellos de vez en cuando por si podían recibir alguno de los garbanzos tostados que servían de aperitivo a sus padres. Dentro de la vivienda el cuarto que servía de todo: comedor, cocina y estar en una sola pieza y, tras él, el único dormitorio oscuro y promiscuo que albergaba descansos a toda la familia.
Y la Esposa...la "parienta" como gustaban de llamarla ante los demás. Preparando el pote, remendando andrajos o amontonándolos en la cesta de mimbre para dirigirse con ella al arroyo de "la bachillera" a la colada habitual...
¡Mujeres de aquél tiempo!...Sufridas esposas, madres y amas de casa. Muchas de ellas con el dolor de la pérdida en la Mina de padres, esposos, hijos o hermanos.... Amantes y sensibles en la oscura intimidad de sus encuentros con su hombre y eficaces administradoras del escaso salario que entraba en sus casas. Trabajadoras infatigables para dotar a su humilde hogar y a su familia de un casi imposible signo de presentabilidad... Madres abnegadas que asumían su analfabetismo como algo natural para ellas pero indeseable para sus hijos.... ¡Que buenas mujeres las esposas de aquellos mineros!
La distracción más barata y abundante eran las procesiones eclesiásticas de aquel entonces. No sabía las razones pero se celebraban muchas. Lo que no entendía muy bien era el por qué de los Himnos que sonaban a la entrada y salida de las iglesias y toda la muchedumbre alzando el brazo y con caras de susto. Pero aquello, como se repetía tanto en el cine, en los toros o al inaugurar la Feria, terminó por ser costumbre y dejar de asombrarme.
¡Que Puertollano aquél, bucólico y minero, de atardeceres dorados y neblinas de carbón quemado!.. Desde lo alto del peñón gordo del cerro de Santa Ana contemplábamos absortos el paisaje que se nos ofrecía con aquel desparrame de casas trepadoras, chimeneas humeantes, la gallarda silueta de la Asunción y el cuerpo yacente con su penacho de humo negro del ciclópeo Terry con sus vagonetas rampantes en aquel ir y venir continuo por sus jorobas....
Pero a mi desbordada imaginación infantil lo que mas impresionaba era contemplar el pueblo desde la cuesta del puerto de Mestanza. Desde allí observaba en aquellos inolvidables atardeceres, los trenes mineros que surcaban el valle en todas direcciones con su profusión de luces, chirridos y vapores... las luces multicolores de cambios de vías... las procesiones que, como luciérnagas, formaban los mineros en bicicleta camino de sus Pozos… y aquella confusión de luces parpadeantes que ofrecían las Torres y Edificios de la Destilería de Pizarra de la SMMP... y todo ello en primera línea de una panorámica con la silueta del pueblo al fondo, festoneado con las calles trepadoras por los cerros de San Sebastián y Santa Ana que, a mis ojos, se presentaban abrazando amorosos -como para protegerlo de cualquier enemigo- a mi amado Puertollano de aquél ayer tan lejano pero tan próximo en el recuerdo que siempre llevaré con orgullo en mi corazón.
Fuente: (Eloy Núñez Sánchez, 24-12-2016)
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la-semillera · 2 months
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ESTHER FERRER & GUADALUPE GRANDE
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Poética 1.0
Construí una casa en un árbol para caracoles,  cuando por fin los faisanes encontraron el salón de baile dejé que la maleza siguiera su curso
Mido segundos como quien se sienta a ver el accidente mortal al borde de la bombilla
Plancho las arrugas de los viejos panes, el cero entre el ángulo de la levita, la cuerda del pozo y ese balido sin eco que ya es solo teatro de la piedad
Giro a la sombra de una sombra, una sombra es un vocablo, ese recodo en la carretera, esa tarjeta de visita que dice si uno se inmola, tres piedras una junto a la otra, están prohibidas
Estoy sola, dice el espejo, estoy sola, dice la noche, estoy sola dice la vocal, estoy
Están aquí y allí, y a nadie le importa la soledad de las mandíbulas, ese oscuro designio en mangas de camisa, esa hora de cerro descerrajado en la precariedad
He visto un muro y una puerta y desgraciadamente escucho las chimeneas
Hay magnitudes y etimologías, sobre todo esa lenta memoria, ese tropiezo como un látigo, ese retraso imprescindible en la madriguera del azar
_ Guadalupe Grande
_ Esther Ferrer, El tiempo pasa (los días), 1973; en Esther Ferrer: ‘Todas las variaciones son válidas, incluida esta’, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, 2017.
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baki-tiene-un-simp · 2 years
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Hola si no estas muy ocupada/o me gustaría pedir un headcannon de la familia hanma tipo yandere con una lectora de 10 años huérfana y maltratada es decir como que de un día para el otro yujiro se encuentra con ella en la calle o en un lugar abandonado y simplemente la volvió parte de la familia pero con la excepción de que la trata mejor que a sus verdaderos hijos, y interacciones con chicos perdón si es muy largo🥲
No sé si era esto lo que pedían xD
Situación: Yujiro Hanma acoge a una niña como suya.
Advertencia.
Contenido yandere, nada demasiado explícito, pero por las dudas.
Yujiro pasaba por allí solo por casualidad, porque, es él, el ogro va por donde le plazca. Sonidos de lucha y unos cuantos gruñidos le llamaron la atención justo frente a ese oscuro callejo.
Se tomó la molestia de asomarse, solo notando a estos dos perdedores parados al fondo tratando de retener o atrapar algo pequeño, o eso suponía debido a que necesitaban encorvarse para tenerlo a su alcance.
Definitivamente algo que NO le interesaba, debiluchos, ¿quién podía tener problemas con algo tan pequeño?
Se detuvo ante el exagerado alarido de uno de esos hombres, mismo que termino botado en el suelo retorciéndose y quejándose por la punzante herida en su ojo derecho. La sangre se desbordaba de su rostro sin reparo mientras este trataba de evitarlo. Ahora Yujiro quería mirar.
Y tan solo en ese momento noto al pequeño ser que tantos problemas estaba dándole a esos dos.
Era una pequeñez, una pequeña niña que temblaba, desnutrida, herida y sucia, su mano apretaba con fuerza una aguja de tejer que junto a ella parecía amenazante. Pero lo que más llamo su atención fueron esos ojos llenos de rabia y miedo que activaban su reacción de huida o lucha. Le divertía tanto que esa pequeñez pueda hacer tanto.
El otro sujeto la sujeto por detrás, tratando de someterla y desarmarla, sin embargo retrocedió cuando la niña encajo sus dientes en su brazo. Se quejó al soltarla y dejando que escapara.
La niña se topó con la imponente figura de Yujiro que le bloqueaba su escape, retrocedió aunque le estuviese sosteniendo la mirada con la poca valentía que aun tenía. Le vio mover su mano hacia ella y solo opto por atacarle con su arma como reflejo.
La sangre del sujeto detrás de la niña se escurrió por los dedos del ogro, manchando el suelo y la parte trasera del enmarañado cabello de ella. Yujiro aplasto la cabeza del segundo sujeto y la niña solo había logrado encajar la aguja entre los músculos del hombre.
"Tienes agallas, pequeñez" menciono con los ojos brillando al rojo vivos, "sin embargo, soy superior a esos debiluchos a los que atacaste antes".
La niña tembló ante esa mirada, pero no se movió.
"No dejes las cosas a medias, pequeñez" menciono mientras arrastraba su mirada hacia el primer hombre que apenas y se recuperaba. Tambaleándose y adolorido, el sujeto se pone de pie observando a las únicas personas presentes.
"¿Qué pasa? ¿Acaso necesitas más ejemplos?".
Por segunda ocasión Yujiro estira su brazo hasta el sujeto, la niña desconoce lo que sucedió pues cerro los ojos. Tampoco necesitamos detallar lo que paso.
El Hanma se rio ante la reciente timidez del pequeño ser, "Ahora, vámonos" ella dudó con la mirada por lo dicho, "este lugar es molesto de noche, vayamos a casa".
。。。。。。。。。。。。。。 。。
Yujiro Hanma
Yujiro se quedó con la niña porque le gustaba lo peligrosa que podía ser algo tan pequeño.
Él mató, mata y matará por su hija adoptiva, de hecho, haría más que eso por ella.
Tardo una semana en ponerle nombre simplemente se dirigía a ella como "tú", "niña" o "pequeñez". Todavía usa el último de vez en cuando.
No es cariñoso, pero si es visiblemente más amable con ella; no le grita o levanta la voz, pregunta si le gusta o no las cosas y está atento a su presencia o acciones.
Yujiro es susceptible a lastimar a otros solo por placer, pero matará a cualquiera que moleste o represente un peligro para su hija. Sin reparos y de la forma más cruel posible.
Se pone celoso incluso por las interacciones más pequeñas que su hija tenga con otras personas, exceptuando a Baki y Jack por alguna razón, y no escatimara en gastos al desquitarse con su objetivo. Pueda defenderse o no.
Baki Hanma
A Baki le agrado instantáneamente, no le importa si Yujiro la quiere o no a él le agrada muchísimo la pequeña niña. En realidad es Baki quien le enseña cosas cotidianas como formas de sentarse, como saludar apropiadamente, qué hacer cuando le molestan, etc.
Baki también es quien se queda con ella ocasionalmente cuando Yujiro sale a hacer de las suyas, pero no es precisamente el mejor niñero de todos por lo que termina siendo una reunión de hermanos cuando llega la hora de comer.
Es débil ante ella, no hay cosa que ella quiera que Baki no se esfuerce en conseguir. Recurre a la tarjeta de su padre si es demasiado costoso.
Tanto Baki como Jack anhelan una familia normal y la nueva integrante representa lo más cercano a ello por lo que sus instintos yanderes nacerían a base de la necesidad desesperada por resguardar lo que les dé una imagen mental de normalidad.
Como dije, es débil ante ella, matara únicamente si la niña así lo deseara, pero jamás lo hará por cuenta propia. Disfruta más el solo golpear y marcar permanentemente a esos que molestan a su hermana.
Se pone celoso más rápido y es incapaz de dejarlos dentro demasiado tiempo, en cuanto su hermana se dé la vuelta o se quede solo empezara a planear como deshacerse de quien activo dichos celos; quizás los espante y los mantenga lejos o tal vez lo lesione de gravedad para que se queden en el hospital.
Jack Hanma
Jack la cuida mucho, se asegura de que coma y que duerma debidamente, pues cuando la conoció pudo notar las grandes ojeras que tenía y lo desnutrida que estaba.
Jack es extremadamente cuidadoso con ella, después de todo él es tan grande y ella es tan pequeña que cree que podría lastimarla con nada.
Gracias a él es que ella habla, después de todo los otros dos no la incitaban a ello; Yujiro solo le pregunta cosas y acepta sus asentimientos de cabeza y Baki le da/consigue todo lo que ella señala, Jack es el único que pregunta cosas que requieren respuestas reales.
Tanto Jack como Baki anhelan una familia normal y la nueva integrante representa lo más cercano a ello por lo que sus instintos yanderes nacerían a base de la necesidad desesperada por resguardar lo que les dé una imagen mental de normalidad.
Jack aplastará a cualquiera que amenace a su hermana, con su presencia o sus acciones.
También es de ponerse celoso muy rápido, pero él si puede dejarlos dentro por un tiempo sin olvidarse de ello, no hay que bajar la guardia con él pues cuando menos lo esperes el motivo de sus celos estará tendido en el suelo cubierto de sangre.
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elbiotipo · 2 years
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Una nave espacial de la UNASUR pasa por el lado oscuro de la Luna. Con la Tierra en su sombra, no hay señal de radio. A sus pies, solamente una oscuridad de roca basáltica y silenciosos cráteres. Arriba, una ventisca de estrellas infinitas. Dentro de la nave, nada más que el zumbido de los motores y de las computadoras calculando nuevas órbitas.
La soledad misma.
Se enciende un pequeño estéreo, traído por un astronauta de las tierras del fin del mundo, y se escucha una voz inmortal, melancólica, con un amor que se siente a través de los siglos:
"Yo no le canto a la luna, porque alumbra nada más,
le canto porque ella sabe, de mi largo caminar,
le canto porque ella sabe, de mi largo caminar...
Ay lunita tucumana, tamborcito calchaquí,
compañera de los gauchos en los cerros del Tafí..."
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ignacionovo · 11 months
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¡Hola, buenos días, humanidad! Feliz martes. Hoy os traigo la imagen de Salta, ciudad ubicada en el noroeste de Argentina. Conocida como "La Linda", Salta ofrece un casco histórico colonial, con calles empedradas y arquitectura de época, donde se destacan la majestuosa Catedral Basílica y el imponente Cabildo. Además, los coloridos mercados como el de San Miguel y el artesanal de Paseo Balcarce deleitan a los sentidos con sus productos locales y artesanías. Los alrededores de Salta también son fascinantes, con paisajes impresionantes como el majestuoso Cerro San Bernardo y el espectacular Tren a las Nubes, que atraviesa montañas y valles.
Para tener en cuenta...
Llega un momento en el que es necesario permitir que todo se desmorone. Es el momento de dejar de luchar por una vida que ya has superado y confiar en que estarás bien, incluso si en este momento no puedes vislumbrar cómo. En este proceso, y durante un tiempo, todo puede parecer caótico y desafiante, y es normal sentir miedo y estar perdido. Pero acepta el miedo. Acepta la incertidumbre. Acepta la pérdida. El oscuro túnel del cambio conduce a la luz de las posibilidades, pero primero debes atravesarlo. ¿Te atreverás?
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inspiredwriter · 1 year
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*Donnie y April están escondidos en el bosque*
Donnie and April :* estan escondido los arbustos*
April : revisa su teléfono* No puedo creer que tu hermano envió los videos que grabamos a los chicos lo boy a matar 😠
Donnie :*sigue enojado* Sí yo también es un traidor 😠
April :* le tapa la boca a Donnie* shhh silencio creo que están cerca🤫
Donnie :*asustado*si no queremos que nos maten😰
Donnie and April :* escucha los chicos que están cerca y ven que están muy molestos*
Leo : *enojado* Donnie, April no se van a esconderse para siempre😡
Mikey :*enojado* Sí lo vamos a encontrarlos muy pronto De dónde esten😡
Stefany and Anastasia :* vienen corriendo*
Stefany :*enojada* los han encontrado😡
Leo : no están en otro lado del bosque ni tampoco estan en la laguna😡
Donnie and April :* se asustaron poco pero escuchan lo que están diciendo* 😨😨
Anastasia :*enojada* Hay que seguir buscandolos no estoy molesta con mi hermana pero sí estoy molesta con Donatello voy a hacer el añicos😠
Mikey :*enojado* tranquila nena yo le haré añicos a mi hermano para que aprenda no grabar a nosotros bañadonos😠
Stefany :*enojada* si pero tengo tantas quejas con April por también grabanos a Leo y ami 😠
April :*susurra a Donnie* que vamos a hacer nos van encontrar aquí 😰
Donnie :*susurra* descuida tengo una idea💡* Tóma una piedra y lo lanza a los arbustos*
Stefany :* Escuchar el ruido del otro lado de los arbustos* chicos escuche por allá deben ser Donnie y April 😡
Leo : bien vamos por allá 😡
Mikey and Anastasia : si 😡
Donnie y April :* ven a los chicos que se van al otro lado del bosque por el ruido y salen de su escondite*
Donnie : muy bien tenemos tiempo para escondernos 😔
April : sí regresamos en la cabaña podemos escondernos en el cobertizo así dejara de Buscarnos😨
Donnie : buena idea mi Sirenita✨👌
*Donnie and April regresan a la cabaña iban hacia el cobertizo*
April :* abre la puerta* rápido entra antes que regresen😬
Donnie : claro.* entra el cobertizo*
April :* entra y cierra la puerta* bien los que demonos un tiempo hasta que se calme😔
Donnie : si por ahora está muy oscuro Dónde está interruptor
April : sí debe estar por aquí * toca la pared para buscarlo* creo que ya lo encontré
Donnie : ¡HAA! April ese no es el interruptor😳
April :* lo suelta* lo siento es que está muy oscuro no puedo ver nada😳
Donnie : no te preocupes es difícil buscarlo con la oscuridad* está buscándolo y lo encuentra* creo que lo encontré😊* enciende el interruptor*
April : muy bien tenemos que. Voltea y una máquina de lanza pelotas* es una máquina de pelotas y ¿son globos llenos de pintura?
Donnie : sí debe ser los globos de pinturas que uso Mikey y Anastasia con Leo y Stefany 😨
April :* va hacia la puerta pero no abre* porque no abre alguien la Cerro por atrás😰
Donnie :*asustado* creo que es una trampa😱
Donnie and April :* escucha la máquina que se encendió* si es una trampa 😱* la máquina de pelotas lanzan los globos de pintura a ellos manchadolos de pintura* ¡¡¡HAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!! 😫
*Mientras afuera estaban Leo, Stefany, Mikey and Anastasia están escuchándolos en el cobertizo los gritos de Donnie y april*
Anastasia :*sonríe* ven sabía que ellos estaría en el cobertizo escondiéndose jajajajajaja😈
Stefany :* sonríe* yo sabías que se esconderían en el cabertizo y sabía que están escondidos en los arbustos todo este tiempo jajaja 😈
Mikey :*sonríe* sí al menos hicimos este plan para vengarnos mientras estában escondidos puse globos de pintura en la máquina de pelotas y cerralos en el cobertizo jajajajajaja😈
Leo :*sonríe* Espero que ellos aprenda su lección jajaja😈, Mikey ¿Cuántas globos de pintura pusiste a la máquina?
Mikey : puse 80 globos parece que hay que esperar cuando terminé de lanzar globos a Donnie y April * saca su teléfono* bueno hora de grabar nuestra venganza para enviarlo a Raph jajaja 😈
Anastasia : *saca su teléfono* buena idea mi doctor esqueleto jajajajajaja 😈
Leo and Stefany :* saca sus teléfonos* buena idea jajajajajaja 😈
Leo, Stefany, Mikey and Anastasia :* fueron a hacia el cobertizo para grabarlos por la ventana * jajajajajaja🤣😆😈
Donnie and April : ¡NOS VEMOS A VENGAR!😠*grita mientras la máquina sigue lanzado globos de pintura a ellos*
April: *wipes paint off her face* Ah, I can't believe we were scammed like kids😒
Donatello: *Gives the girl another towel* That's for sure.. But when we get back to New York, Raph will be waiting for revenge worse than this😡😤
April: *Smiles meekly* I have no doubt about it, my sweet genius😏😏😊 *Pushes towels aside* But now we need to go wash up, otherwise this paint will harden. Do you mind doing this with me?😏
Donatello: *blushes* O-of course...😳😳 Just let's close the door this time please😟
*Donatello and April go to the bathroom holding hands*
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mrferro · 1 year
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Bogotá
He iniciado mi viaje, las montañas lejanas auguran fortuna, ¿Será está la cúspide de mis designios? ¿Será está la noche astronómica, dónde coincida la estrella de los Andes con el zodiaco del éxito? He de liquidar a mis demonios, ningún precio capital liquidará mis pecados, pero la lucha ancestral podrá rescatar mis virtudes. No soy ciego, aún cuando, un ojo he de perder; no soy mudo, aún cuando, la buena relatoría me es desconocida; no soy sordo, más he olvidado, las más maravillosas composiciones de tu boca, al decir te amo; no tengo anosmia, más he perdido, en el olvido, el aroma de muchas flores maravillosas, aún no tengo ageusia, aún cuando, estoy olvidando el sabor de dulces labios, deliciosos tragos, estoy en primavera, es el abril de las rosas, ahora emprendo mi destino tan pobre cómo mis sentidos pueden soportarme, sabiéndome sólo, observador y jamás poseedor de las flores frente a mí.
La razón me grita al alma "¡MATA AL OSO!  SE UN HEROE, SUBE A LA MONTAÑA, APROPIATE DE SU PIEL, EN LA GLORIA DE SU JUVENTUD, DE LA FUERZA ESPLÉNDIDA DE PRIMAVERA!! NO SEAS IMBÉCIL, NO SEAS COBARDE, NECESITAS LA GLORIA, LOS TUYOS TE LLENARAN DE HONRA POR GENERACIONES, ¡MATA AL OSO!".
Mientras el corazón, esté, herido corazón, me susurra en un estruendo de emociones "Ama al oso; haz tuyos sus rugidos para gritar dignidad, ama al oso; haz tuyas sus garras para pelear sabiduría, ama al oso; haz de ti su olfato para encaminar tu paso firme hacia las flores; a las frescas vayas (el vino) de está cálida primavera, que te regala la vida en juventud, ¡ama al oso! sé la mano fuerte para señorear la tierra, la vista sublime para naufragar en lágrimas el atardecer de los destinos, ¡Ama al oso! Toda quebrada será manantial que calme tu sed el día de verano, "¡Ama al oso!" Las cartas tropicales serán cama segura de tus sueños, ¡Ama al oso!".
Siguiendo el consejo estrepitoso y en llamas del corazón creciente, menguando la razón fría de la mente, empeño mi destino y deambulo la larga noche, de las luces estrepitosas; de los edificios estrellados de los Andes, recorro calles golpeadas y atropelladas, las que un día hice mías a la velocidad de pedales, hoy pongo bajo el paso de mis pies, me guía la luz desde los cerros orientales, voy en busca del amor nacido en otoño, florecido en primavera; qué llena de vino mis labios, y éxtasis mis entrañas, las flor luce cuál amapola, la luna brilla sobre ella, posee el aroma de las venuz, el dulce néctar de la depredación, que me atrae con locura, cómo las bellas polillas, a la luz inspiradora y fantasiosa de las maravillas de una vela de poetas. Es el cazador víctima de la real cazadora, el brazo sutil de las garras de los bosques andinos, el beso suave de la noche fría a la carne; cálido al alma de las nubes altas de los paramos.
Bien lo anunciaron las brujas y el mago, "se te ve feliz" mientras el ocaso sobre el antiguo día llega, "se te ve feliz" sobre el amanecer de la noche de batalla que llegaba; "se te ve feliz" cuando las aves anuncian con su vuelo y giro, la victoria sobre el futuro y los terrores nocturnos del pasado; "se te ve feliz" cuando los tonos del azul al rojizo; del vacío negro al sol naranja, brillan entre tu mirada y tus sorbos de café; "se te ve feliz" mientras bebes el oscuro sumo un café del Quindío, tostado bajo el sol tropical, mientras inhalas el denso humo de tabaco santandereano, con tonos chocolatosos; "se te ve feliz" mientras tomas y recobras el aliento para enfrentar la montaña, sus demonios y encontrar al Oso.
-Recuerda; todo triunfo es espejismo de tus sueños de libertad, todo demonio es consecuencia de tus errores del pasado, sueña más allá de la condena, lucha con la fuerza del oso, eres de la montaña y de los paramos, haz de la oscuridad y el frío tus aliados, haz de las estrellas y la luna tus guías, haz de ti un espíritu fuerte, que sostiene los sueños; el alma, los recuerdos, el cuerpo. Llévalos a la cima, encuentra al oso, y que su espíritu te guíe más allá de las montañas, más allá de las tormentas.- Fueron las palabras del Búho tuerto, aquel maestro centenario, desde el jardín de las letras, para encomendar mi cruzada, el viaje al amanecer de Bogotá, a encontrar la luz antes que sol.
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tn2022 · 1 year
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¿Cómo, cuándo, dónde, por qué inicio el turismo negro?
Aunque es controversial, el turismo oscuro ilumina pasajes desafortunados de la historia de la humanidad para que no los repitamos.
En 1996, los investigadores escoceses J. John Lennon y Malcolm Foley acuñaron la frase ‘dark tourism’ para nombrar al turismo en torno de la muerte y el dolor, a los recorridos por zonas de desastres naturales y de catástrofes causadas por el ser humano, a las visitas a lugares tétricos o misteriosos.
Los tours a puntos negros de la historia humana son conocidos también como turismo oscuro, turismo de dolor y muerte, turismo de duelo.
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Algunos lugares donde ocurrieron hechos históricos desafortunados hoy son destinos turísticos. Por ejemplo, sitios de batallas históricas, de catástrofes, de genocidios y crímenes de guerra, de leyendas e historias sobrenaturales; lugares, abandonados, peligrosos, prisiones, campos de concentración, etcétera.
Destinos emblemáticos
Dinorah Enríquez, maestra en geografía por la UNAM y especialista en turismo religioso, nos da un tour por el controversial tema del turismo oscuro.
No hay país que se salve de un evento desafortunado que marcó un lugar que actualmente es imán turístico. Unos son más emblemáticos y ‘populares’ que otros, por su simbolismo histórico, por sus leyendas urbanas, por algún personaje, por el riesgo asociado o por la celebración a la muerte.
Pese a la radiación (aunque a niveles inocuos), Chérnobil atrae a turistas de diversos países. Pripiat, la ciudad fantasma de Ucrania, conserva las cosas como las dejaron sus habitantes. Cuando los desalojaron por las explosiones de la planta nuclear en 26 de abril de 1986, creían que regresarían a sus casas.
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Un atractivo tétrico de París son las catacumbas que hay bajo toda la ciudad. Son una red de túneles y cuartos subterráneos que fueron canteras de roca caliza. Por la peste y saturación de cementerios, en 1786 se comenzó a depositar ahí a los muertos por las epidemias. Se calcula que hay unos seis millones de personas en las catacumbas.
Auschwitz, los campos de concentración y exterminio de la Alemania nazi en Polonia, son otro sitio de turismo oscuro. Hiroshima, donde EU tiró una bomba atómica, también es destino emblemático para el turismo de duelo e incluso espiritual.
Pompeya mantiene su magnetismo turístico por el desastre que causó el Vesubio. El volcán dejó una ciudad destruida, con gente petrificada. Ahora está en riesgo su conservación, por el ajetreo de visitantes.
América también tiene lugares atractivos para los amantes del turismo oscuro. En Estados Unidos, por ejemplo, la Zona Cero del atentado del 11 de septiembre a las Torres Gemelas de Nueva York es uno de los sitios más visitados.
En Chile está la Isla de la Muerte. Es una zona abandonada con tumbas donde yacen los restos de gente que se cree murió por una peste o por una intoxicación.
En Colombia, la casa de Pablo Escobar es un sitio que atrae a este tipo de turismo, que quiere conocer la vida del narcotraficante, fundador y líder del Cartel de Medellín.
Un atractivo turístico de Brasil también son sus favelas. Casas apiladas y asentadas en cerros, con alto grado de marginación. Por sus calles se realizan tours para ver su forma de vida y experimentar de cerca el peligro.
En México, un punto similar es Tepito. Hay tours para conocer por dentro el barrio bravo, de gran tradición cultural. Ahí se adora a la Santa Muerte, hay venta ilegal de todo tipo de artículos; a veces asoma la violencia, pero también el movimiento Arte Acá.
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Otro lugar popular es la Isla de las Muñecas en Xochimilco. Dos cosas atraen a los visitantes. 1. La leyenda de la niña que se ahogó enredada en los lirios y cuyo cuerpo fue encontrado en la orilla de la chinampa de Don Julián. 2. Su paisaje macabro con muñecas sin ojos, destartaladas, despeinadas, con sus vestidos rasgados.
Turismo oscuro asociado a la muerte también es el Día de Muertos, tradición mexicana de fama mundial. Mixquic, en la alcaldía Tláhuac, y el Lago de Janitzio, en Michoacán, atraen a miles visitantes de otros países.
Para no perderse
Enríquez, tesista doctoral del Posgrado en Geografía (enfoca su investigación sobre turismo religioso y la Virgen del Carmen) advierte sobre los riesgos del turismo oscuro.
Visitar Chernóbil requiere de guías para adentrarse por sus calles y casas. Aunque hay quienes entran clandestinamente.
Sin un guía es fácil perderse en los recorridos por las catacumbas de París. La visita oficial sólo comprende el 0.5 por ciento de los túneles. La restricción es por el riesgo de derrumbes.
Incluso en la Isla de las Muñecas hay guías que cuentan su historia y leyendas. También en los tours a Tepito. Es una zona complicada para los fuereños, sean mexicanos o extranjeros.
El ‘dark tourism’ tiene una relación directa con el turismo cultural. Quien visita Auswichz o Hiroshima no solo aprende algo nuevo como quien va al Museo de Louvre o a Teotihuacán. Se sensibiliza, adquiere conciencia.
El visitante a Auschwitz, lugar lúgubre, con una historia triste, se pregunta por qué los genocidios. Hiroshima (con el Museo de la Paz, La llama de la Paz, el monumento en memoria de los niños que murieron durante el bombardeo) recuerda al visitante un hecho trágico para la humanidad.
Pompeya nos advierte sobre la vulnerabilidad humana ante sismos, tsunamis, erupciones volcánicas y otros fenómenos naturales.
Gratis, o con costo
Aunque no hay una derrama económica como la que deja el turismo de playa, el turismo oscuro tiene potencial económico. Algunos sitios son gratis, pero en otros la entrada tiene un costo.
Los tours a la ciudad fantasma de Chérnobil tienen un costo de dos mil hasta 15 mil pesos. El precio depende de si va uno en un tour colectivo o solo con el guía.
Para los amantes de las catacumbas de París, el tour cuesta aproximadamente unos dos mil pesos. Los ingresos clandestinos a los túneles, sin guía, son por alcantarillas.
La entrada a Pompeya, ciudad italiana sepultada durante casi 17 siglos por la ceniza y la roca del Vesubio, y que es Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, cuesta unos 400 pesos.
En Hidalgo, México, hay recreaciones del paso de migrantes. Por curiosidad, algunas personas pagan por vivir la experiencia de quienes, estafados por polleros y acosados por narcos, cruzan la frontera para llegar a Estados Unidos.
Controversial, el turismo oscuro nos ilumina sobre esos puntos negros de la historia de la humanidad para que no los repitamos.
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chikipunk · 2 years
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Mi deal con Dios
No me duele
No me duele, no
¿Quieres verlo?
Hice un deal con Dios
para no caer
mientras
la oscuridad se me pega
subo la montaña
me sacudo
te hablo con la mente
mira el cielo
sal del lago negro,
sigue corriendo
Hice un deal con Dios
para que cuando cierre los ojos
y recuerde
las balas que me rozaron
el cielo me devuelva mi propia música
¿puedes ver en cámara lenta?
las mentiras como un espejo:
brillan
No me duele, no
¿Quieres saber cómo funciona?
Pude hacer un deal conmigo,
con lo alto
para que no sea kamikaze
el acto de quererte
el acto maravilla de quererte
el acto que no acaba nunca
el acto de querer
para no hacer de la ternura una navaja
sigo corriendo hacia ese cerro
con glitter en los pómulos
mi llanto astral sin telescopio
me elevo,
y subo entre los pastos
y veo
el amanecer
donde no estás
y no puedo alcanzar al sol
ni a ti, ni a esa otra que yo era,
la que quería así, así entre la oscuridad que se pega
y sonreía entre lo negro
desgastando la energía
siempre devorada
por el agujero que galopa
en los ojos de los hombres
y no sé qué hacer con la dulzura
que gotea aún
mientras escapo
y gotea gotea
la ternura
sobre este negro elástico
que se pega a las suelas de mis tenis
cuando corro
y aprieto los ojos
y pienso en mi amuleto
en este intercambio de experiencia
en esta experiencia que me punza que soltó a mis fantasmas sus amarras
No me duele, no
No me duele, no, no
miro el sol recargado en la azotea
y me zafo de este peso
Cae un rayo en mi corazón
No me lastima, no
¿Quieres sentir lo que yo siento?
No me duele, no
Porque mi deal con Dios es salvarme
y voy brincando entre edificios
a ver si encuentro el ticket
a un lugar donde haya olvidado
tu sonido
pero no quiero olvidar
sino quitarme este dulce oscuro
que se pega
amelcochado oscuro
pinole quemado es
lo que no pudo ser
sino burbuja a contraluz
en una playa nublada
No me lástima, no
sigo corriendo
amaso en mis propias montañas sueños ultravioleta que deslumbran
subo el edificio, corro por escaleras
soy polilla púrpura
porque conjuré mi quererme
sí, con Dios para aprender
a quererme
por dentro quererme
como con un quinqué
adentro
que produce su aceite
su calor su luz
así mi deal sí así, con Dios,
mi llama, mi sombra
esta miel salvaje que mana
Hay rayos cayéndome en el corazón,
sigo corriendo,
lavando el cielo
abro los ojos,
truenos en mi cabeza,
sigo corriendo
subo la montaña,
me dejo lastimar por el sol
a ver si lo ilumina
(por dentro
un poco)
este pedazo de brea
se pega en las costillas
en la lengua
y en tu sonrisa, no
sigo corriendo
hacia adentro
sigo corriendo
hacia mí
hacia mi cerro
sigo corriendo
es mi pecho ennegrecido, pegajoso
No me lastima, ¿lo ves?
Tú y yo en este paisaje de nada
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nadaesb · 2 years
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×y esto que no quiero olvidar. que me ofreció un consuelo infinito esos días. las noches del pleamar. una mano en el vacío las madrugadas bajando con niebla de san carlos. mucha gente que me ha ido salvando constantemente la vida únicamente con su presencia esas horas. cuando necesité sus luces . puedo estar agradecida con estos recuerdos. incluso con ese impulso que me empuja a contarlo todo a revelar mi alma al mínimo indicio de sensibilidad. esta foto de huancavelica curándome y llenándome de una añoranza. necesitaría que vayamos a caminar los cerros de huancavelica con un poquito de ron aguardiente cañita y allí sobre esa otra naturaleza sobre esas otras piedras sobre esas florecitas la revelación de otros conocimientos. estaba añorando eso. te dije. luego del gong de blondereadhead necesito que vayamos a un bar donde todo recuerda al eucalipto la memoria del eucalipto. luego quizá después de esa otra naturaleza podríamos bajar sobre el centro de la tierra y allí en esas memorias un sonido un zapateo algo que nos recuerde nuestra naturaleza lunar solar. anhelos de gente desconocida. colores indefinibles del valle del mantaro. colores indefinibles las tardes de huancavelica. antacca. antaccachkan. si shelley alvarez apareciera un día en huancavelica se sentaría en una banca de la plaza de armas frente al más grande y vería en la oscuridad desaparecer el cielo desaparecer la cumbre y vería en la oscuridad todo el universo. no recuerdo qué canción de intiillimani resplandeció tus días de dolor y despedida. sentado sobre una banca en la plaza de armas shelley alvarez pediría a la tierra madre con todo su corazón fuerza para su camino. fortaleza para los días oscuros y de violencia que le esperan lejos de este centro. mamá wankawillka uywaykuway. ujllaykuway sunquykipi. fumando un poquito en la oscuridad de la calle detrás de la catedral. subiendo las gradas. donde antes en esa estación había un ferrocarril lleno de pasto y maleza. recuerdas?
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loshijosdebal · 20 hours
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Capítulo XVI: Fragmentos del pasado
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El mango de la daga reposaba sobre la mesa en el centro del comedor. Alicent, Seth, Idgrod y Joric lo admiraron en silencio, con una mueca grave. Habían pasado algunas semanas desde que Alicent había revelado el paradero de aquel fragmento mítico, después de que Idgrod compartiera con ellos su última visión. Desde ese día, se habían reunido cada tarde para planear cuál era la mejor forma de proceder. A veces lo hacían allí, en su casa, cuando su madre no estaba. Cuando esto no era posible, se reunían en el Salón de la Luna Alta, donde Idgrod y Joric disponían de toda la privacidad que querían. Sin embargo, ella tenía la sensación de que preferían estar en su casa, como en aquel momento, donde la presencia de aquella pieza de artesanía daedrica  parecía recordarles la magnitud de lo que enfrentaban. 
Incluso ella misma había empezado a ver el mango con otros ojos. Lo que antaño fue un simple recuerdo ahora se había convertido en algo más. Algo misterioso y poderoso, pero también peligroso. Pensó en las veces que había tenido aquel objeto entre sus manos; tantas que conocía de memoria el tacto de la empuñadura de cuero, y también lo afilados que estaban los gavilanes metálicos de la guarda, con los que se había pinchado en más de una ocasión. Se estremeció al recordar aquello. Ahora que sabía que era mucho más que el recuerdo de su padre, era como si pudiera sentir el poder que desprendía el objeto, o quizá era sugestión sumada a su aprehensión natural. 
¿Cómo llegó a manos de papá?,  se preguntó una vez más. Había pensado en aquello demasiadas veces a lo largo de las últimas semanas, pero no se había atrevido a preguntar por ello a su madre. Primero, para no abrir viejas heridas y, segundo, para no levantar sospechas. La conocía lo bastante bien como para saber que no pasaría por alto una pregunta así.
—Insisto en que es el mejor plan —dijo Seth por cuarta vez en la última hora, sacándola de sus pensamientos. 
—Por supuesto que piensas que es el mejor plan, porque es el tuyo —replicó Joric, sin paciencia. 
Con el paso de los días y de las semanas, había ido perdiendo por completo las formas cuando se trataba de Seth, hasta tal punto que parecía dispuesto a posicionarse contra cualquier idea que saliera de la boca de este, por buena que fuera. 
Idgrod y Alicent intercambiaron una mirada agotada, tanto por Joric como por la situación. Desde que empezaron aquellas reuniones habían barajado bastantes planes que habían ido descartando, uno a uno, hasta que al final tomaron una decisión unánime. Esconderían el mango hasta que los nigromantes atacaran el pueblo, como sabían que pasaría. Entonces, negociarían con ellos un intercambio: la empuñadura a cambio de que dejaran Morthal en paz. Aunque todos estaban de acuerdo en que era lo más inteligente que podían hacer, seguían sin llegar a un acuerdo sobre cómo lo harían. Seth se había ofrecido a esconder el fragmento en el Cerro, pero Joric se negaba en rotundo. 
—¿Pero por qué no? —preguntó Idgrod. 
Alicent, cansada de la discusión, se acercó a la ventana. Esa tarde la niebla era más espesa de lo normal y el aire se sentía helado incluso allí adentro, pese al brasero que crepitaba en una esquina de la habitación. El cielo estaba tan oscuro que parecía que iba a romper a nevar en cualquier momento.
—¿Es que no os parece sospechoso? —preguntó Joric. Alicent lo vio reflejado en el cristal, con los brazos cruzados y la expresión molesta que no se había quitado de encima desde que habían llegado—. ¿Por qué de todos los sitios lo quieres esconder ahí? —preguntó, girando el cuerpo hacia Seth—. ¿No creéis que es un poco raro que no le preocupe ni un poco que una banda de nigromantes pueda ir a su casa a por el mango?
Seth resopló, perdiendo también la paciencia. Alicent había empezado a sentir lástima por él. Cuando quería, Joric era insoportable. 
—No me preocupa porque solo es una casa, imbécil. No hay nadie allí a quien puedan hacer daño. ¿Es que prefieres que vengan aquí? —preguntó con dureza. Alicent pensó en Sorli y en sus hijos, pero se abstuvo de quitarle la razón—. ¿Quieres que entren en casa de Alicent? ¿Que le hagan daño? ¿Quieres que la maten? Mandándolos al Cerro, se alejarán del pueblo. 
Era extraño. Aunque las palabras de Seth no auguraban nada bueno, no las sintió como si fueran sobre ella. No las sintió como si fueran sobre nadie, en realidad. Tal vez era porque no podía dejar de pensar en la daga. En el mango que, aunque seguía allí, cada día estaba más lejos de su lado. Aquello era lo último que le quedaba de su padre y era, a parte de sí misma, lo único que quedaba como prueba de que había existido alguna vez, de que había vivido en Morthal. Siempre había sido un objeto sin más importancia que la emocional, algo que simplemente estaba por casa, pero en ese momento Alicent no podía asimilar la posibilidad de no volver a verlo nunca. 
Si no conseguían frenar el ataque y a ella le pasaba algo, ¿qué le quedaría entonces a su madre?. Casi me pierde ya en la cueva, pensó, mirando la niebla arremolinarse contra la ventana. De haber muerto a manos de los falmer, a su madre solo le habría quedado aquella empuñadura como recuerdo de la familia que un día tuvo. Y ahora va a perderla. ¿Cómo le afectaría eso? Aunque era muy pequeña cuando pasó todo, podía recordar a su madre tumbada día y noche en la cama, negándose a trabajar, a limpiar y, casi, incluso a comer. ¿Qué habría sido de ella si Seth no la hubiera rescatado? 
—Alicent, ¿tú qué opinas? —preguntó Idgrod. 
Escuchar su propio nombre la trajo de vuelta a la realidad. Se giró sobresaltada y los miró con un mohín de disculpa. 
—¿Qué? 
—Esto es increíble —se quejó Joric, con un bufido.
Idgrod reprendió a su hermano con una mirada y luego se dirigió a ella con un gesto serio pero paciente.
—De lo que ha dicho Seth. Que hay otra opción.
Alicent lo miró, avergonzada por haberse perdido la última parte de la conversación. Él apretó los labios antes de hablar. 
—Decía que no tenemos por qué darles la empuñadura —explicó. Al escuchar aquello Alicent se irguió un poco y abrió los ojos de par en par, con la atención revitalizada ante la posibilidad de conservar la reliquia familiar—. La guardaremos en otro sitio, pero a ellos los enviaremos al Cerro. Y, allí, les tenderemos una trampa. 
—¿Y entonces mamá y yo nos la podríamos quedar? 
Por la manera en la que Idgrod desvió la mirada, adivinó la respuesta antes de que Seth respondiera su pregunta. 
—No —dijo él, confirmando su certeza. Su voz sonó apagada, como si hubiera preferido no tener que decirlo, sin embargo sus ojos brillaban con emoción—. Haremos algo mucho mejor. Cuando la temporada de brumas pase, la llevaremos al próstilo de Mehrunes, que está en la montaña que hay sobre el Cerro. Es posible que el daedra nos ofrezca el artefacto como agradecimiento. Podríamos ser sus guardianes. 
Ella apartó la mirada ante el entusiasmo de Seth. Como si no tuviéramos ya bastantes problemas con solo el mango. Ella no quería eso, quería la empuñadura tal y como estaba, donde estaba; en su casa. Pero incluso Joric, pese a su inmensa repulsa hacia Seth, parecía atraído por esa idea. Alicent comprendió que, lo quisiera o no, la empuñadura se iría sí o sí de su casa para siempre, de modo que permaneció en silencio. 
—Pero aunque hagamos eso al final —volvió a hablar Joric—, no serás tú quien la esconda mientras tanto. ¡Me niego! 
Seth cerró los ojos y apretó la mandíbula. Parecía estar conteniendo el bufido que Idgrod no se molestó en ocultar.
—Ya basta, Joric. 
El chico rodó los ojos. Alicent permaneció en silencio, conteniendo el impulso de echarlos de casa para evadirse, aunque fuera un rato, de aquella situación. En lugar de eso volvió a darles la espalda y se concentró en la bruma. Estuvo así un par de minutos hasta que sintió la mirada de alguien clavada en su nuca. Volvió la cabeza, molesta, para ver qué querían, pero solo se encontró con la mirada de Seth, que frunció el ceño. Sorprendida, se dio cuenta de que lo había pillado mirándola mientras Idgrod y Joric discutían. Él hizo el amago de acercarse a donde estaba, pero un rápido vistazo en dirección a los hermanos le hizo cambiar de idea, como si se contuviera de acercarse solo porque ellos estaban allí. 
Su corazón y su respiración se aceleraron, compinchados. Se llevó una mano al pecho, sorprendida por la fuerza de sus emociones. La cercanía de las últimas semanas la estaba empezando a afectar. Conforme el recelo que sentía en su presencia se había ido diluyendo, los sentimientos que tenía por él volvían a controlar sus reacciones. La conversación que había mantenido con Idgrod, en la que su amiga le había contado en detalle todo lo que Seth había dicho, había ayudado a que pudiera perdonarlo y, desde entonces, sentía que tenían una charla pendiente. 
Quería hablar con Seth a solas. Disculparse por no haber dejado que se explicara. Pero todavía no había surgido la oportunidad. Cada tarde era igual: para cuando terminaba de ayudar a su madre en la tienda, Seth ya estaba con Idgrod y Joric. 
En realidad había tenido la oportunidad de hablar a solas con él en un par de ocasiones. Alva había vuelto a Morthal hacía algo más de una semana. Alicent acababa de entregar un pedido de pociones a Falion cuando lo vio salir de su casa. Aunque sintió el impulso de acercarse a él y hablarle, saber que ella no podía compartir un rato con él sin que alguien los interrumpiera mientras que Alva lo podía recibir en su casa cuando quisiera, hizo que le hirviera la sangre. Así que, en lugar de saludarlo, aceleró el paso de vuelta a la tienda, pisoteando el camino de tierra enlodada con más fuerza de la necesaria y llenándose el vestido de barro. Exactamente lo mismo que ocurrió la segunda vez que se lo encontró, también saliendo de casa de Alva. Aquella última vez, además de enlodarse el vestido, terminó con los ojos empañados por los celos. 
—¡Haced lo que queráis! —espetó Joric, casi en un grito enrabiado. Alicent se sobresaltó al darse cuenta de que se había quedado mirando a Seth y se ruborizó, mientras Joric se dirigió con brío hacia las escaleras que llevaban al piso de abajo. Se giró hacia ellos antes de bajar el primer escalón—. Me largo. Está claro que mi opinión aquí no cuenta para nada. 
Se marchó acelerado, con pasos fuertes que hicieron crujir las tablas.
—¡Joric, espera! —reclamó Idgrod. Resopló exasperada e intercaló una rápida mirada con ella y con Seth antes de suspirar. Parecía estresada—. Iré a hablar con él, a ver si se calma un poco. Mañana tomaremos la decisión final —prometió, antes de ir tras su hermano. 
Y así, de la nada, como un golpe de suerte que no se esperaba, se quedaron solos. Seth ya se estaba poniendo la capa para irse cuando Alicent lo llamó. 
—Seth —musitó, nerviosa—. ¿Podrías quedarte un rato? —preguntó, sintiendo como se le empezaban a calentar las orejas—. Necesito hablar contigo.
Seth frunció el ceño. 
—¿Estás segura de que quieres que estemos a solas? —su voz tenía un ligero tono de reproche, pero no lo podía culpar. Asintió con torpeza. 
Seth dejó de nuevo la capa sobre una esquina de la cama y se sentó. Después hizo un gesto con la mano sobre el colchón, como una invitación muda a que se sentara a su lado. Alicent sintió como se le revolvía el estómago, pero hizo caso omiso a la sensación. Se enfadó consigo misma cuando, a cada paso que dio desde la ventana a la cama, su cabeza la hizo revivir lo que había pasado en el Cerro. 
—¿Y bien? —preguntó Seth, rompiendo el silencio. 
Alicent suspiró, sin saber qué decir. No debería haber sido tan impulsiva; debería haber esperado a otra oportunidad, después de pensar bien en cuáles iban a ser sus palabras. 
—Me sigues gustando mucho, Seth —confesó al fin, creyendo que lo mejor era dejar que la conversación fluyera por sí misma. 
No se atrevió a mirarlo. En lugar de eso, se concentró en las tablillas del suelo. Era mucho más fácil así, sin tener que enfrentarse a esos ojos del color de la miel que tenían el poder de hipnotizarla. Una de las tablas bajo sus pies estaba un poco levantada y bailaba al apoyar el pie. Mientras esperaba una respuesta, se entretuvo balanceándola. De pronto sintió vergüenza por el suelo de su casa. Incluso en eso la casa de Seth, donde no había vivido nadie durante años, era mucho mejor. Era ridículo.
—No te gusto, Alicent. Solo lo dices porque me viste salir de casa de Alva. —Alicent levantó la cabeza y lo miró con sorpresa; hasta ese momento, estaba segura de que él no la había visto en ambas ocasiones—. Lamento que estés confusa, pero no puedo arriesgarme a que se repita lo que ocurrió en el Cerro. Por ti. No quiero volver a herirte. 
Se le llenaron los ojos de lágrimas.
—No es justo —musitó, con la voz rota—. No sabía lo que pasaba. Yo… No es culpa nuestra que tus padres… —se detuvo en seco, tapándose la boca.
Seth abrió los ojos de par en par y, por un instante, su expresión fue un cuadro de emociones que no supo interpretar. Ira, miedo, culpa, nostalgia; tantas emociones al mismo tiempo que se desdibujaron, no dejando ver ninguna con claridad. Seth no tardó en desviar la mirada. Ninguno dijo nada durante casi un minuto. 
—Idgrod te lo ha contado —murmuró Seth, con la voz cargada de incredulidad. Parecía tan avergonzado que a ella se le encogió de nuevo el corazón en el pecho. 
—No te enfades con ella —suplicó, apurándose a coger su mano, que el chico había cerrado en un puño sobre el pantalón—. Me lo dijo porque quería que te entendiera, para que pudiera perdonarte. 
Seth negó con la cabeza, aún sin levantar los ojos del suelo.
—Seth. Mírame, por favor.
Él no la miró, pero escuchó su risa, amarga.
—Da igual lo que te contara. Aunque tú e Idgrod creáis que lo hacéis, no podéis entenderme. Nadie puede.
—Pues habla conmigo —pidió en un hilo de voz, sintiendo su angustia como propia. 
Seth la miró de reojo, con una mueca triste en los labios. Alicent no le había visto nunca aquella cara, ni tampoco quería volver a hacerlo. Entonces, después de dudarlo unos segundos, empezó a hablar. 
—Mi padre no era como el tuyo, me doy cuenta por cómo miras la empuñadura. —Alicent desvió la mirada hacia la mesa brevemente, antes de volver a centrar su atención en él. Había dejado caer la cabeza entre los brazos, los cuales apoyaba sobre los muslos—. Imagino que él hubiera querido que siguieras tu propio camino. Con mi padre, eso era imposible. En Markarth nunca pude llevar una vida normal, relacionarme con gente de mi edad o tener… amigos. Y no porque no quisiera. Pero llevarle la contraria ni siquiera era una opción. No sabes… —Su voz se rompió—. No te puedes imaginar las cosas que nos hacía cuando las cosas no salían como él planeaba. 
Alicent recordó la conversación que tuvo con Alva, hacía ya algunos meses, en la taberna. Pero también en lo que dijo Seth el día del festival. Frunció el ceño, había algo que no encajaba. 
—Pero dijiste que deseabas que él se sintiera orgulloso, ¿por qué querrías algo así, siendo como era?
Seth ladeo la cabeza y le lanzó una mirada dolida. 
—Te dije que no podrías entenderlo. Todavía a día de hoy sigo con la sensación de que si no soy como él hubiera querido, aparecerá y me lo hará pagar.
—Seth… 
Sabía lo que quería decir, que su padre estaba muerto, que ahora era libre para ser como él quisiera ser. Pero eran palabras duras y no fue capaz de pronunciarlas en voz alta. En su lugar, alzó la mano para ponerla en su hombro. Seth se irguió y subió la suya hasta posarla sobre la de ella. 
—No sabía lo que era tener amigos de verdad hasta que llegué a Morthal y conocí a Idgrod, e incluso a Joric —admitió, bajando la mirada a sus botas—. Y hasta que te conocí, no supe lo que era querer a alguien. Desde que descubrí que lo que te hice estaba mal, que te había dañado, no me lo he podido perdonar. 
Ninguno volvió a decir nada más. Seth parecía mortificado por lo que acababa de contar y Alicent se había quedado sin palabras. Volvió la vista al mango en el centro de la habitación, sobre la mesa de madera, solo para huir de la imagen desolada del brujo junto a ella. No podía dejar de pensar en lo mal que se debía de sentir, no solo por lo que había hecho, sino por el descubrimiento de que toda su vida había sido muy diferente a la de los demás. Se sintió egoísta por haber hecho tanto drama por lo que había ocurrido; estaba claro que, si Seth le había llegado a hacer daño, era a consecuencia del daño que le había hecho a él su propia familia, y él no iba por ahí quejándose ni llorando. 
—Yo te quiero, Seth —dijo de pronto, con una firmeza que la sorprendió incluso a ella. Seth la miró, con las cejas levantadas y un gesto de incredulidad que le rompió el corazón—. Aún con lo que ha pasado —insistió—. Cuando te dije que no quería ser tu novia, no me refería a eso. Sino a que… —Su voz tembló—. Entendí que para serlo, teníamos que hacer… eso. 
Seth la miró, con una mueca de horror. 
—Alicent, no…
—Espera —lo cortó, volviendo a coger su mano, apretándola.
—No, espera tú. Ali, yo aún quiero estar contigo. Y sé que todavía no te merezco, y que quizá no llegue a hacerlo nunca, pero… 
La voz de Lami anunciando su llegada los alertó, haciendo que ambos se pusieran en pie. Su madre no vería con buenos ojos que Seth estuviera allí, sobre todo sin Idgrod y Joric. Así que, tras intercambiar una mirada cargada de frustración, Seth se puso su capa.
—Será mejor que me marche. —Se acercó a ella y, sin preguntar, la sujetó de la cara y le besó la frente antes de volver a separarse—. Mañana seguiremos donde lo hemos dejado.
Alicent asintió, sintiendo una oleada de frustración recorrer todo su cuerpo. ¿Su madre no podría haber tardado solo un minuto más? 
Seth se acercó a la ventana y la abrió; ya se había encaramado al alféizar cuando le lanzó una última mirada. 
—Y Alicent… —ella se tensó en el sitio, buscando su mirada—. Guarda la empuñadura. 
Le dedicó una última sonrisa tras aquello y entonces, una magia blanca brotó de sus manos. La lanzó contra el suelo antes de saltar tras el haz de luz. Lo vio partir en silencio y, con las manos temblorosas, fue hasta el mango y lo sujetó con fuerza contra su pecho antes de guardarlo. Ni siquiera la certeza de que lo iba a perder para siempre consiguió hacer que dejara de pensar en Seth y en qué sería aquello que no le llegó a decir. 
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la-semillera · 2 years
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CARMEN HERRERA & CIRCE MAIA
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EL REGRESO
Regresarán follajes y entrecruzar de ramas,
el complejo rumor de los árboles, los múltiples,
salpicados, cambiantes colores de las hojas.
Volverán a su única semilla
a su primera vez, a su germen oscuro
donde un día dormían.
Y juntos, sin saberse ni verse, sin el ansia
por salir a la luz desde allá abajo
como ahora se esfuerzan en los espesos montes
alzándose y luchando.
Regresará aquel rojo de pétalo encendido
aquel verdor de luz, de dorada alegría
aquella flor veteada y de irisar rizado
todo aquel amarillo llovido sobre el campo
cuando abril se caía en gotas amarillas
sobre un lado del cerro.
Todos regresarán a su hueco de sombra
al centro oscuro y simple donde estuvieron juntos
donde una vez durmieron.
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- Circe Maia
-  Carmen Herrera , Beacon (2016). Acrílico sobre lienzo
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