Cartas de amor para mi amor, para que en unos años me lea el sentimiento, alma y corazón. A la dueña de mis emociones y de mi felicidad, de mis desvelos y de todas las contradicciones que conlleva la maternidad. Su apretado abrazo y su boca rosa diciendo "mamá", dormida en mi regazo o enchufada a 220 sin dejarme descansar. Con la más grande sonrisa que jamás haya visto, o con un llanto desgarrador y desesperante, que me arrincona al abismo. Te amo, ángel inocente, dulce ángel de mis entrañas, eres mi raíz al suelo eres mi cielo en calma.
I admit to have stared at this about to hit bed look for too long. He looks homely. Domestic. Hot af. Broad af. Cute and just the right amount of chubby. That ass. That hair.
Ilustración: Yessie Willcox Smith. Estados Unidos, (1863 - 1935). Fue una importate ilustradora durante la época dorada de la ilustración. Especializada en dibujos y pinturas de madres, niños y bebes. Ilustradora de libros y artículos de revistas.
Te amo y me disculpo si no lo notas, me cuesta ir al desnudo cuando he sentido en mi la derrota. Extrañé tu abrazo caliente y tu amor paciente, que me ha aceptado desde siempre a pesar de cualquier error recurrente. Temí no volver a verte jamás, por eso te doy gracias mamá porque viniste por más. Valiente madre me has demostrado, que tu amor es más fuerte que todo aunque sabes lo he dudado. Hoy soy más como tú y entiendo, cómo un hijo es nuestro corazón latiendo. Nada hubiera sido igual en éste proceso, si no hubiera tenido conmigo tu sincero consejo. Me alegró la vida recibirte de nuevo, por siempre conmigo esta experiencia llevo. Que no se piense la vida que ya me he conformado, retomar nuestra historia juntas es algo que recién ha comenzado. Te amo y te prometo que éste es nuestro momento, doy gracias al cielo por desbordar tanto sentimiento.
Algunos padres solo quieren a sus hijos cuando son infantes y todavía mantienen alguna ilusión de que serán alguien, que los podrán salvar, sacar del fango, cuando se dan cuenta de que eso no va a pasar, pierden todo interés, incluso los odian por el tiempo que invirtieron durante cuarenta, cincuenta, en el peor de los casos, sesenta años.