Tumgik
quie-tud · 6 months
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Hoy hace 4 años que llegué a Tumblr. 🥳
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quie-tud · 11 months
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quie-tud · 11 months
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quie-tud · 11 months
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quie-tud · 1 year
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quie-tud · 2 years
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Medio tema
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quie-tud · 2 years
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Te amo pollito asado 💖✨
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quie-tud · 2 years
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quie-tud · 2 years
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4 de marzo del 2022
Me resbalé en la ducha en la mañana. Primera vez que me pasaba en la vida. No me hice daño, pues fue la manifestación de algo que me estaba haciendo sufrir.
En marzo de 1996 ocurrió algo sigue sucediendo ya siete décadas después de este acontecimiento: Una mujer de 32 años, trabajadora doméstica en su propio hogar, con una hija preadolescente de trece y un niño pequeño de tres, ve por la ventana cómo su esposo deja definitivamente la casa. La única que acompaña es el cigarro. La casa está pasada a cigarro, pero es que los muros de madera han sido embarnizados por años con los veintidós cigarros diarios que consumía esa pareja.
Quiero pensar que no le deprimía tanto que su esposo se fuera, en parte era algo que tuvo que haber ocurrido hace ya bastantes años —era una relación desgastada, se conocieron hace mucho, y hace mucho dejaron de ser las personas de las cuales se enamoraron. Tampoco era que ahora tenía que trabajar en lo que fuera para solventar a su familia —aunque el colegio subvencionado de su hija no fuera tan caro, y el mayor gasto del niño eran pañales; bueno, también su alimento; claro, también el arriendo, pero estaba decidido que se iría donde su madre. El dolor tuvo que haber provenido de que, por una pasión adolescente, desechó su deseo de inscribirse en la PDI. Fueron pocos encuentros, pero al tercero ya quedó embarazada. Era amor, estar enamorados era hacer familia rápidamente; es decir, casarse aunque no se quisiera —era la década de los noventas, la idea del casamiento empezaba a volverse media repulsiva, aunque los vínculos seguían el estándar de ser una preparación rápida para la generación de una familia.
Tenía pena, probablemente, y el dolor era haber perdido un futuro corriente que se deseaba por pasión romántica.
Mi paso por el colegio fue nefasto: Entré a un liceo católico conservador y sumamente autoritario. Duré tres años, pues repetí y me expulsaron en primero medio. El motivo fue la mala conducta, no tanto las notas. Tampoco hice mucho por quedarme, no soportaba ninguna forma de autoridad en ese momento. No iba a pedir perdón ni favores a gente que odiaba, ellos no sabían acatar la propia moralidad que promulgaban. Después, cada fin de año, recibía, de las autoridades del único colegio que me aceptó, el aviso de que me podrían echar. Era una establecimiento horrible: nada funcionaba bien y era una caja de fósforo —literal, concretamente estaba hecho de cartón. Gran parte de mis compañeros deseaban ser milicos. Gran parte de ellos son ahora evangélicos y tienen varios hijos. En Facebook siempre los veo en fotos donde van construyendo las casas para sus familias, justo en el patio interno de las viviendas de sus padres.
Entré a la universidad, y me maravillé por cómo era todo. En cada ramo enseñaban cosas hermosas. Me daba cierta pena, pues ahí conocí algunos apellidos que pensaba que tuve que haber descubierto años antes. Habermas, Foucault, Lacan, Derrida, Sennet, Bauman, y varios otros. También había una Butler, la que vi en 2011 en una conferencia en el patio de la universidad. Me senté a escucharla con un amigo. No entendí lo que hablaba, pero mientras menos entendía más me gustaba lo que hablaba. Pensaba que era una tarea de desciframiento. Ahí pensé que quería pasar la vida descifrando el registro oficial de la teoría.
12 años después, ingresé a estudiar programación en una institución técnico-profesional.
Soy una persona estructurada, y la vida profesional de alguien dedicado a ámbito de la investigación social es bien parecida a lo que llaman free-lancer. Me gusta que ese término esté desapareciendo. Antes se lo vendía como una apuesta laboral que entregaba autonomía y libertad; ahora se va comprendiendo que es simplemente precariedad, incluso existencial.
Vengo años trabajando desde la casa, harto antes de la pandemia. Hay años donde no trabajo por meses, aunque la paga se mantiene. He tenido suerte, y probablemente se perciba como una ventaja. No lo negaré, pero no soporto sentir que cada año puedo perder mi trabajo. Perder el empleo significa volver a vivir con mis padres, lo que no me molesta, pero compartir hogar con mi hermano es algo que no puedo imaginar. Terminaría muerto, y no es exageración.
Pensé que por pasión romántica podría trabajar en aquello que deseaba con todas mis fuerzas: ser un académico, dedicarme a la producción de conocimiento. Creía que por pura voluntad podría lograrlo. Estudié bastante, leía todo el tiempo. Me encerré a estudiar, no en una biblioteca —hay mucha gente molestando, tienes que saludar a medio mundo, no hay café disponible de manera gratuita, el baño está lejos, y el salir o entrar siempre era supervisado por torniquetes y tarjetas—, sino que en mi pieza. Me refugiaba a leer y estudiar todo el día. Para descansar jugaba League of Legends, o algún RPG japonés de PS1 por la noche. Logré ser ayudante en varios cursos. Un profesor abusivo me vendía la idea de que si hacia sus deberes me iba ayudar a crearme un lugar en la academia. No sé si fue mentira, dejé de hablar con él cuando en una asamblea se señalo que él acosaba a las estudiantes.
Años más tarde, cuando egresé, me di cuenta que no valía la voluntad. En una reunión reciente con mi compañero de trabajo y los profesores encargados de una investigación importante, me percaté por fin de que hablaban en un código muy distante al mío.
— Y tú Pablo, saliste del Nacional, ¿Cierto?
— Sí, mi hermano igual. Pero el entró a enfermería en la PUC, yo obvio a sociología.
— Mira, yo soy institutano.
— Yo igual *risa*.
— Es como lo que dicen, es natural de que si sales del nacional o un emblemático como de ese tipo entres a la cato o la chile.
Yo salí de un colegio pésimo, repetí, me echaron, y siempre tenía la amenaza de que ocurriera otra vez. No estudié nada en esa época, sólo veía películas y anime.
— Yo salí de un colegio entero malo en San Bernardo, más encima entré ahí porque me echaron de otro.
Me río, pero nadie se ríe conmigo.
Teniendo más experiencia que mi compañero, él se queda como equipo técnico. Al tiempo me avisan por correo que el próximo mes no sigo en el proyecto. Ya no podré seguir pagando el psicólogo.
Diez años después de encontrar mi pasión, veo que esta se convirtió en ese marido que se va porque no te riges según lo que te demanda implícitamente.
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quie-tud · 2 years
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quie-tud · 2 years
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quie-tud · 2 years
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quie-tud · 2 years
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quie-tud · 2 years
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quie-tud · 2 years
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quie-tud · 2 years
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“Be nice to yourself. It is hard to be happy when someone is being mean to you all the time.”
— Christine Arylo
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quie-tud · 2 years
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A ver si el feminismo empieza a centrarse más en construir solterias radicales, en vez de tanto poliamor liberal de mierda. No quiero que mis amigas en vez de una relacion abusiva tengan 3. El amor romántico no se deconstruye sumando vinculos afectivos.
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