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#parpados
leregirenga · 2 months
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Mi diosa, mi reina, la nube andante de mi mente, la rosa carmesí que tiñe de fuego mis párpados y vuela en el jardín de mis desvaríos y mis más profundos placeres.
Ninfa de agua que nubla la razón, que llueve en mi interior y empapa la pasión cuando se vuelve eterna tentación.
Te quiero conmigo, ya sea de día o de noche, en la razón o la locura, en lo blanco y lo negro... Porque sin importar, eres mi amor permanente, la musa de mis más sentidos sueños.
Leregi Renga
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En la ingrávida añoranza te vivo intensamente, te siento, luego parpadeo
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Los párpados son los órganos móviles que protegen a los ojos de las agresiones externas (basura, frío, luz, etc.) Éstos pueden sufrir irritaciones o eccema.
SENTIDO BIOLÓGICO:
El párpado tiene la función de humedecer y limpiar la superficie del globo ocular. Evidentemente también cumple la función de proteger los ojos al cerrarlos. El músculo del párpado es proporcionalmente el más potente del cuerpo humano.
CONFLICTO:
Conflicto de motricidad en relación a lo que veo.
“No puedo ver sin ser visto».
El DOLOR EN UN PÁRPADO te indica que no te proteges bien de las agresiones externas, es decir, que te dejas influir mucho por lo que ves. Quizá seas una persona que no se concede el derecho de cerrar los párpados para descansar o acostarse. Quieres verlo todo.
Si tienes el PÁRPADO IRRITADO, date cuenta de que lo que te irrita es tu percepción de los hechos y no lo que sucede realmente. Si no puedes tolerar lo sucedido, date permiso para retirarte, para descansar.
PÁRPADOS HINCHADOS Y BOLSAS: Párpados hinchados son el signo de que vivo tristeza que se expresa por lágrimas, pero quiero retenerme, guardar mi dolor en mi interior.
Conflicto relacionado con los hijos, los prójimos, los cercanos a nuestra identidad en una tonalidad visual. “¡Es mi hijo!”. Personas separadas de sí mismas que tratan de copiar a los demás denigrándose. Pensar en gente que no volveremos a ver.
ECCEMA: Más bien en la tonalidad de separación, “gente a la que no volveremos a ver”.
Si mis PÁRPADOS CERRADOS A MEDIAS, hay algo o alguien en mi vida de quien quiero huir o que no me atrevo a mirar de frente.
PARPADEAR RÁPIDO: Mis párpados tienen tendencia a parpadear más rápido cuando vivo un estrés o una tensión más grande que de costumbre. Estoy en “sobre – voltaje” para con lo que veo.
TUS DOLORES Y SÍNTOMAS FÍSICOS MUESTRAN LOS CONFLICTOS DE TU VIDA QUE NO HAS RESUELTO. TE ENSEÑAMOS A ESCUCHAR A TU CUERPO, PARA DETECTAR Y RESOLVER TUS CONFLICTOS.
Un síntoma o enfermedad indica que se ha vivido un impacto conflictivo al que el inconsciente responde con un programa de adaptación.
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doodledudeart · 1 year
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Eyes portrait drawing #Ojos #Pupila #Iris #Esclerotica #Cornea #GloboOcular #Parpados #pestañas #Eyes #Eyelashes #Pupil #Eyelid #Eyeball #sclera #PencilDrawing #PortraitDrawing #anatomicalart #AndrewLoomis #AndrewLoomisMethod #AcademicDrawing #PencilSketch #DibujoConLapiz #DibujoALapiz #DibujoAcademico #DibujoAnatomico #Boceto #BocetoALapiz https://www.instagram.com/p/CnyORebsc-7/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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awacatin · 8 months
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vash grief 💖🎉🎉🎊🎊🎊🎊🎊💕💓💞💝💝💗💖💕💓💞💝🎊🎉💝🎊💓💗💕💝🎊
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mmyrve · 1 month
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Angelic smile
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That is a tiktok about fallen Emily and cat Alastor
That's all
Have a nice day!
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curlymangue · 3 months
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8 pasos de maquillaje para destacar tus ojos
¡Deslumbra con estos consejos de maquillaje para resaltar tus ojos! Hola, Curly. Si te has preguntado alguna vez: ¿cómo puedo usar el maquillaje para que mis ojos destaquen? Hoy te voy a responder a esa pregunta con 7 sencillos pasos. Y aunque existen varias técnicas de maquillaje que puedes usar, para resaltar tus ojos y hacer que destaquen más. Esta me parece la más sencilla de seguir. Por lo…
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cristinabcn · 11 months
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BELLEZA: EL PÁRPADO CAÍDO o ENCAPOTADO
BEAUTY: THE DROPPEN OR OVERLOADED EYELID HOLA MUNDO..!! La mirada es una de las características que nos proporciona atracción magnetismo y belleza, de hecho, es uno de los puntos más referentes para los maquillistas en todo el mundo para acentuar la mirada, embellecerla y volverla casi casi cautivante. Sin embargo, los ojos con párpados caídos o encapotados que hoy nos ocupa son aquellos ojos…
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mutantes-sinmas · 1 year
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Me hizo dos preguntas simples y me hizo darme cuenta de la realidad dentro de esta peli de cienciaficción que quiero vivir. Porque yo aveces me quedo en las nubes y necesito apoyo y perspectiva para mis visiones. Gracias. Te amo fuerte
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sehajmal · 2 years
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Cirugía de párpado
Cirugía de párpado Cirugía de párpados | La cirugía plástica es una de las operaciones que se ha vuelto muy popular hoy en día, especialmente entre las mujeres, ya que rara vez encontramos a una persona famosa o conocida que haya realizado una serie de operaciones estéticas como rinoplastia , sonrisa de Hollywood , estiramiento facial, aumento de labios. y cirugía de párpados. Por ello, en este…
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myillicitaffair · 3 months
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Hands to myself | Esteban Kukuriczka.
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Sumario: mañanas tranquilas con tu novio.
Warnings: sexo explícito (+18), fingering, sexo desprotegido, dirty talking.
Notas: cómo argentina, me parece preocupante la falta de fanfics que hay de este hombre xx.
Créditos: esta inspirado en la canción de Selena Gómez, las imágenes del principio no me pertenecen y las encontré en pinterest, sin embargo, el collage fue hecho por mi.
1.3k words.
La suave brisa bonaerense inunda el amplio cuarto, jugueteando con mis mechones, desperdigados en las almohadas. El sol empieza a colarse sin consideraciones por las ventanas entreabiertas, obligando a mis cansados parpados a perforar mi sueño.
Los fuertes brazos anclados en mi cintura me atraen aún más cerca del hombre dormitando a mi lado, su rostro anidado en mi cuello, su dulce y varonil aroma inundando mis fosas nasales, envolviéndome en su calor corporal.
“Buenos días, Tebi”- Murmuro suavemente, cubriendo sus hombros con delicados besos para despertarlo.
“Buenos días, preciosa”- Responde, despegándose de la somnolencia y serpenteando sus extremidades con las mías.
Hinco mis dientes seductoramente en su piel descubierta, salpicándolo con pequeñas marcas rojas en contraste con su tez pecosa. Ansiosa, deslizo mis piernas sobre las suyas, posicionándome a horcajadas sobre su regazo.
“¿Andamos cariñosas esta mañana?”- Socarrón, amasa la desnudez de mis caderas entre sus palmas, causando que nuestros sexos se rocen firmemente. La burlona fricción no está ni cerca de ser suficiente para calmar las llamaradas que empiezan a asentarse en mi estomago bajo.
“Dale, amor, ¡por favor te pido!”- Ruego impaciente, tratando de replicar sus movimientos. Su agarre me mantiene estática en mi lugar, sin permitirme mover.
“¿Por favor qué?”- Finge inocencia mientras las puntas de sus dedos empiezan a dibujar entramados sobre mis costillas, trepando hacia mis pechos.
Atrapa mis pezones entre sus yemas, jugueteando con ambos a la vez, hasta sentir como se endurecen ante sus atenciones.
“Tocame, te necesito…”- Aclaro sin aliento.
Con una sonrisa ladina, acerca su boca hacia el derecho, provocando el montículo con la lengua hasta empezar a succionarlo con urgencia. Me enredo en su cabello, tirando de el con ferocidad, ganándome un gimoteo de satisfacción de su parte.
Separándose de mi abusado busto, observa mis ojos con cierta malicia impresa en los suyos al tiempo que me restriega contra su palpitante centro. Una creciente erección se hace notar bajo la ropa interior que nos separa.
“Mira lo que me haces”- Acentúa su punto al embestir mi coño cubierto con su pulsante miembro. Mi boca se entreabre ante el placer repentino- “Me pones tan duro.”
“Tebi, no puedo más”- Susurro cuando su mano baja por mi estomago hasta hallar mi intimidad, desliza mi tanga por mis pantorrillas para así estimular el clítoris en premeditados movimientos circulares. Creo enloquecer ante sus ralentizadas caricias
Asienta su toque errante en mi humedad, sus yemas buceando entre mis jugos. Retira sus dedos índice y corazón, para luego sorberlos ruidosamente, lamiendo mi reluciente excitación.
“¿Quién te tiene así de mojadita? Mh?”- Pregunta orgulloso, sabiendo perfectamente que el es el causante.
Reanuda sus ministraciones en mi núcleo, colándose por entre mis labios para penetrarte con dos dígitos. Mis orbes fijos en sus movimientos, aun desconcertada por lo obsceno de su accionar.
Rápidamente acelera sus movimientos, curvándose para golpear la esponjosa cavidad. Su longitud roza todos mis puntos sensibles, acercándome a un inexorable crescendo. Sumergida en el disfrute, lo único que escapa mis cuerdas vocales son quejidos de satisfacción, entrelazados con gemidos nombrándolo.
“Contestame, nena. ”- Reclama, forzando el contacto visual al aprisionar mi mandíbula en su agarre.
“Vos, Kuku, ¡solo vos!”- Contesto, hundiendo mis uñas en la tersura de sus bíceps, marcando lunas crecientes para la posteridad. Una sonrisa engreída tiñe sus delicadas facciones al notar mi estrechez aspirándolo, signo de mi orgasmo aproximándose a pasos agigantados.
Meciéndome sobre sus largos dedos, comienzo a percibir las avasallantes olas de mi culminación; la presión en mi vientre amenazando con explotar, la euforia difuminando todo a mi alrededor, centrándome solo en el rostro de mi novio cercano al mío.
El clímax se ve remplazado por un insoportable vacío cuando retira sus dígitos de mi calor, negándome la liberación. Un sollozo se cuela por mi expresión desahuciada, mis ojos alarmadamente abiertos cubiertos por una fina capa de lágrimas.
“No no no, por favor”- Lloriqueo en su oído, tratando de reganar el pasado contacto. Sus fuertes extremidades me aquietan por encima de su muslo, logrando que mis movimientos mueran lentamente.
“Tranquila, linda. Ahora te voy a coger, ¿sí?”- Pronuncia, apaciguando mis patéticos hipidos. Asiento frenéticamente, deseosa de sentirlo en mi interior.
Con un preciso movimiento, me enjaula bajo suyo, su largo cuerpo enmarcando al mío. Lo observo despojarse de sus calzoncillos, ardiendo al presenciar su desnudez absoluta.
Mis ojos merodean desde su esbelto pecho hasta los colorados vellos que trazan el inicio de su pelvis, gruesa y rebosante de líquido preseminal.
Casi ausente, permito que mi mano recorra su cuerpo, centrándome en su furioso pene. Con lánguidos movimientos, trazo su longitud, torciendo mi muñeca para proporcionarle el mayor placer posible.
“Me vas a matar, bebé”- Confiesa, acalorado y excitado. Sus rizos cobre empiezan a pegarse a su frente ante el esfuerzo físico, unas singulares gotas de sudor recorren su tórax.
Toma mis extremidades superiores entre sus garras para anclarlas sobre mi cabeza, dejándome completamente a su merced. Con un gesto busca mi consentimiento, el cual soy rápida en proporcionarle.
Su glande comienza a ingresar por mi núcleo, empujándose pacientemente dentro mío. Mas allá de la cantidad de veces que repitamos el procedimiento, jamás lograría acostumbrarme a la deliciosa manera en que me estira. El aire se condensa de sus suspiros de alivio al sentir su polla completamente en mi interior.
Así, inmóvil entre mis piernas, logro sentir cada una de sus vena latiendo dentro mío, las crestas y surcos que lo componen.
“Hace conmigo lo que quieras, Kuku, pero por favor movete”- Demando sin aire, todavía pasmada por la intrusión.
Ni bien las palabras me abandonan, Esteban retira su falo casi por completo antes de embestirme ferozmente. Su boca yace abierta, su cara contorsionada por el deleite, sus cejas arrugadas entre sí… La vista más bella del mundo.
Noto que mis caderas intentan acompasarse a su compás, encontrándolo a medio camino. Un frenesí casi inhumano apoderándose de ambos, obligándonos a acelerar el ritmo para satisfacer aquel deseo tan primal.
Su palma izquierda apresando mis muñecas fuera de su camino, la derecha se posa en mi abultada panza, advirtiendo la protuberancia que su pene delinea en mi vientre bajo. Un gemido nace de mi garganta al notar lo que ocurre.
“Así de profundo te estoy cogiendo, nena”- Gruñe en mi oído, su mano aún en mi estómago, sus penetraciones cada vez más hondas.
“Ay, Esteban, estoy tan llena”- Plaño frente a su boca, robándole un chape al notarme increíblemente mojada ante la imagen.
Vuelven a apropincuarse las primeras olas de mi culminación quemándome por dentro, consiguiendo desesperarme por concluir. Sin siquiera notarlo, mi voz se fuerza por vociferar el regocijo que me inunda, aumentando su volumen a medida que mi clímax me alcanza.
“Dios, me voy a venir”- Advierto, enloquecida por las sensaciones apoderándose de mí. El mayor se apresura, complaciendo mi pedido tácito.
Su boca busca de nuevo la mía cuando mi coño pulsa delirantemente su entrepierna, buscando conducirlo hacia su propia liberación.
“¿Ah sí? ¿Me vas a empapar la chota, amor?”- Cuestiona, sabiendo cuanto me gusta que me hable así de sucio.
Su nombre huyendo de mis labios como mantras, mis uñas anclándose en su espalda, marcándolo como propio.
Me entrego al orgasmo que me engulle, mi cuerpo retorciéndose espasmódicamente bajo su imponente figura, mi centro manchándolo con mi corrida al contraerse.
En la brevedad, aúlla desaforado pues su masculinidad pulsa hasta derramarse dentro mío. Su semen pintando mis paredes internas, colmándome por completo.
Se retira de mis cavidades con lentitud luego de venirse, procurando que sus espermatozoides permanezcan en mi interior. Selecciona mi ropa interior de las desechas sabanas, calzándomelas como si nada.
“Así no se escapa nada”- Murmura, regalándome un pico. Me fascino ante la idea de mantener su eyaculación así de cerca de mí.
Lo arropo contra mí, exhausta y saciada, con la intención de quedarme atrapada en sus brazos por un rato más. Recíproca mi voluntad, reposando su cabeza entre mis pechos y acariciándome delicadamente.
“Te amo”- Digo luego de unos instantes, observándolo maravillada.
“Yo te amo más”- Responde, presionando nuestras bocas en un beso descuidado.
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elcaminodelsanto · 2 years
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black-beauty-poetry · 10 months
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No fue tu hermoso cuerpo, ni tus infalibles métodos de seducción.
Fue la belleza que encontré en tus características, aquellas que consideras mínimas e insignificantes, pero que, ante mis ojos, forman parte de una obra de arte.
Yo caí profundamente por tus risas, y la armonía que destilas a través de tus sonrisas ilumina el mundo, endulza la amargura de la vida.
Por la manera en que hablas suave y me haces flotar encima del firmamento. Por cómo estremeces mi cuerpo cuando derrites mis oídos con susurros.
Por cómo tus parpados se cierran y tus expresiones reposan serenas y tu respiración se sosiega mientras duermes sobre mi pecho.
Por tu dulce mirada que atraviesa mis paredes al mirar a través de mí. Por el movimiento de tus besos, y por el acento que usas al decir mi nombre que convierte mis sentimientos en un torbellino.
Por la calidez que emanas: hace que anhele estar a tu lado eternamente, hace de tu presencia un lugar de paz.
Por la forma en que expresas lo que sientes (provoca que quiera cumplir tus expectativas). Por cuando no callas tus pensamientos (provoca que nunca deje de escucharte).
Y cuando enfrentas tus batallas quisiera estar allí para protegerte de tus enemigos, pero tu valentía es tan gigante, a veces aterradora, que termino dando un paso atrás. No digo que esté mal, fuerte guerrera, me llena de admiración verte posicionarte sin miedo delante de tus tropas.
Por las veces que me cuentas sobre tus sueños, sobre tus recuerdos, son como una melodía que no me canso de escuchar.
Por la manera tan peculiar que tienes de sacudir mi piel al tocarme, mi alma se electrifica y esa es una reacción que nadie ha logrado causar.
Por cómo tus curvas se ajustan a tus vestidos. Por cómo tu cabello cae, mojado y lacio.
Por tu sentido de la moda que revoluciona las tendencias actuales, luces como una estrella que todo el mundo quiere tocar.
Al verte, no temo confesar que me enamoré. No me intimidan las dudas de gritarle al viento que eres la mujer más hermosa que he conocido y a mi corazón, lleno de grietas y cicatrices, que eres el amor de mi vida, el correcto, y lo harás risueño y verdaderamente feliz.
Te amo más de lo que imaginas.
Te amo como nunca he amado a nadie.
Eres la primera con quien he recuperado mi fascinación por el arte de amar.
Eres la primera que ha tocado mis rosas sin preocuparse por las espinas.
Eres con quien deseo pasar el resto de mi existencia.
-Dark prince
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mikrokosmcs · 3 months
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La  oscuridad  era  su  amiga,  es  la  primera  enseñanza  que  le  dieron  cuando  sus  poderes  se  manifestaron  en  una  rabieta  cuando  tenía  apenas  cinco  años,  refunfuñando  y  desobedeciendo;  escondiéndose  en  esas  mismas  sombras  hasta  que  fue  localizada  por  su  padre  y  traía  de  nuevo  a  la  luz.   La  oscuridad  era  una  aliada  y  lo  había  visto,  puesto  que  todas  las  semanas  posteriores  a  haberse  separado  del  resto  de  sus  amigos  y  comenzar  su  travesía  en  búsqueda  de  los  monjes  de  sombras  que  la  entrenaron  no  hace  mucho  tiempo,  solo  la  noche  les  ayudaba  tanto  a  ella  como  a  Eunho  para  camuflarse,  esconderse  y  no  perderse.  La  magia  negra  era  más  poderosa  en  ese  momento,  tanto  la  Shadow  Walker  como  el  nigromante,  habían  logrado  sobrevivir  de  soldados  de  la  luz  y  personas  que  les  estaban  persiguiendo  por  sus  poderes.  Pero  Jisu  deseaba  más  que  nada,  poder  volver  a  ver  la  luz,  que  Taehwa  le  sacara  de  las  sombras  y  le  llevase  de  regreso  a  los  brazos  de  su  padre  Ryeohee,  que  le  acunara  entre  ellos  y  el  dulce  aroma  a  menta  combinado  con  frutos  del  bosque,  le  durmiera.  Pero  eso  no  iba  a  pasar,  no  cuando  la  pesadilla  se  repita  una  y  otra  vez  cada  que  cierra  los  ojos,  como  la  tierra  se  abrió,  grandes  y  esqueléticos  brazos  salieron  del  abismo  y  se  tragaron  a  sus  padres  y  tíos,  desapareciendo  frente  a  sus  ojos  y  el  lazo  que  los  unía  como  familia  se  cortó.  No  podía  sentirlos,  no  podía  percibirlos  más,  estaban  muertos. 
Una  lagrima  escapa  de  la  comisura  de  sus  ojos  y  el  cuerpo  tendido  de  la  muchacha  se  estremece  en  sueños,  las  costillas  le  duelen  y  está  segura  de  que  ha  sido  magullada  por  una  pelea,  una  donde  salió  victoriosa  si  estaba  viva  pero  no  puede  asegurar  si  su  hermano  estaba  bien  y  completo.  Su  cuerpo  no  responde  y  reniega,  gruñendo  como  lo  hacen  los  de  su  clase  e  intenta  concentrarse  en  otro  de  sus  sentidos,  el  olfato.  Siente  la  tenue  esencia  de  eucalipto  con  ébano  y  puede  respirar  tranquila,  Eunho  está  bien  y  estaba  no  hace  mucho,  ahí  a  su  lado.  No  obstante,  son  otros  aromas  desconocidos  los  que  le  hacen  enfocarse  en  el  dulzor  de  las  flores  y  las  frutas,  algunos  aromas  fuertes  como  antisépticos  y  pócimas  alcoholizadas.  Recuerda  a  su  tío  Taeim,  quien  curaba  sus  raspones  con  el  solo  soplido  de  su  magia  rosada  y  blanca,  el  mismo  aroma  del  cuidado  y  la  delicadez  que  estaba  percibiendo  ahora.  Inspira  más  fuerte,  llevándose  un  golpe  directo  a  todos  los  sentidos  gracias  a  la  flor  de  iris  y  el  dulzor  exquisito  del  durazno,  puede  prácticamente  saborear  la  fruta  en  su  boca  como  si  estuviese  clavando  los  colmillos  en  ella,  su  cuerpo  reacciona  por  fin  y  los  parpados  se  abren  para  dejar  entrever  un  par  de  pupilar  rojizas,  un  impulso  meramente  salvaje  del  animal  que  habitaba  en  su  interior,  tal  vez  intentando  lucir  atemorizante,  tal  vez  y  simplemente,  una  reacción  natural  de  un  alfa  hacia  un  omega  de  espectacular  aroma.  Está  desconcertada,  se  nota  en  lo  frenético  de  su  vista  tragándose  cada  cosa  que  ve,  el  lugar  desconocido,  una  cama  que  no  le  pertenece,  el  sonido  de  personas  y  risas  en  el  exterior  hasta  caer  en  la  muchacha  que  estaba  al  costado  de  su  lecho.  El  corazón  le  martilla  ridículamente  en  el  centro  del  pecho  y  no  es  por  miedo,  es  por  algo  que  no  puede  ponerle  nombre  y  es  entonces  que  el  golpe  de  realidad  vuelve  a  azotarle  la  mente  cuando  un  oleaje  del  mismo  aroma  vuelve  a  calarle  en  la  nariz.  Recuerda  a  su  enemigo,  una  espada  encajada  en  su  costillar,  el  grito  de  Eunho  y  el  descontrol  completo  de  su  instinto  abriendo  un  agujero  negro  en  el  piso,  tragándose  al  soldado  de  luz  para  llevárselo  a  dios-sabe-donde,  salvándolos.  Jisu  se  desplomó  en  un  paramo  verde  e  iluminado  por  la  luna,  cayendo  de  rodillas  alcanzando  solo  a  levantar  la  vista  cuando  lo  que  parece  una  ninfa,  un  hada  o  una  criatura  mágica  hermosa  aparece  en  su  campo  de  visión.  El  mismo  aroma  de  durazno  y  flor  de  iris  estrujándole  el  alma  antes  de  caer  en  un  profundo  sueño,  su  cuerpo  cayendo  rendido  cuando  sintió  que  podía  confiar  en  aquel  extraño  ente.  -  —Fuiste  tu  —  -menciona,  las  cuerdas  vocales  apretadas  y  secas  hacen  que  su  voz  salga  grave  y  apenas  audible  por  el  desuso,  ¿cuánto  tiempo  estuvo  dormida?  Jisu  traga  saliva,  incomoda  por  la  sensación,  pero  vuelve  a  hablar.  -  —Fuiste  tu  quien  apareció  ahí…  ¿dónde  está  mi  hermano?  ¿está  bien?
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Al final del día frente al espejo la máscara cae, los sentimientos quedan a flor de piel y las lágrimas fluyen después de tanto reprimirlas.
La hora de la verdad llegó, es difícil enfrentar los propios fantasmas. Estar cara a cara con la soledad, de la que desesperadamente se intenta escapar minuto a minuto.
Mientras las horas pasan la oscuridad se convierte en un suave consuelo, que arrullando el pensamiento va ofreciendo un poco de paz; para sobrevivir hasta el siguiente ocaso.
Una y mil noches pesan en los parpados, que se enjuagan cada vez empapando la almohada. Bellos ojos cristalinos que ruegan por un reflejo amable al amanecer. Un reflejo que no es más que una seña de aceptación, de amor propio.
Así día a día, hasta entender... Un reflejo no brilla sino lo hace uno mismo brillar y para eso, primero se le debe una sonrisa robar.
París
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diamantar · 1 year
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NEGRA VENGANZA
→ Rhaenyra Targaryen + Daemon Targaryen x Targaryen!OC [Vaella Targaryen]
✦ Sinopsis: El dolor de las pérdidas requieren medidas desesperadas para una venganza apropiada.
✦ Advertencias: Angst / Mención de muerte / Relación familiar/platónica.
✦ Palabras: 1984
✦ Nota: Por un segundo consideré hacerlo romántico, pero decidí dejar el incesto e ir por la idea original... De cualquier forma, ¡ojalá les guste! Likes, reblogs y comentarios son muy apreciados ♡
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Abrazadas una a la otra, Vaella escondió el rostro de su hermana mayor cerca del pecho mientras lagrimas le mojaban la ropa. El fallecimiento de Viserys, la perdida de Visenya y la muerte de Lucerys fueron golpes demasiado fuertes que quebraron su corazón, y no podía más que sostenerla al ser un dolor que ninguna palabra arreglaría.
Le frotó la espalda y acarició su cabello, juntas permaneciendo sentadas al borde de la gran cama mientras el fuego de la chimenea entregaba algo de calor a tanto frío y oscuridad.
—No permitiré que ningún verde quede sin conocer tu sufrimiento, lo prometo —anunció, la voz sonando estrangulada debido a la angustia y la furia.
Rhaenyra asintió y se enderezó un poco, con una mano limpiando los ojos en un vago intento de recomponerse. En silencio la observó admirando su fortaleza, como, a pesar de éstos momentos privados, en el día a día era capaz de vivir sin colapsar y planear tan merecida justicia.
La puerta de la habitación se abrió y ambas observaron a Daemon, el cual apreció la escena e ingresó con lentitud. Acortó la distancia y se arrodilló frente a su esposa, a quien tomó de las manos e intentó darle un mínimo de confort.
—¿Necesitas algo? Puedo llamar a los sanadores y que…
—Estoy bien —interrumpió elevando el mentón y guardando la pena, enseguida mirando a la menor—. Es tarde, debes descansar.
—Sabes que no me importaría pasar toda la noche contigo —respondió sincera al tiempo que le acunaba una mejilla.
Rhaneyra hizo una torcida y triste sonrisa y colocó su propia palma encima, con unas caricias de pulgar animándola a ir a su propia habitación.
—No dudes en pedir ayuda si tienes problemas para conciliar el sueño —dijo al tiempo que se ponía de pie.
—Lo sé —confirmó, rápido bajando los parpados cuando ella se inclinó a darle un delicado beso en la frente.
—Es difícil con el torbellino emocional, pero deben dormir. Los dos.
Daemon echó un vistazo y apreció la mirada de advertencia que le regalaba, sin decir nada el matrimonio observando como se retiraba.
Absoluto silencio la envolvió en los sombríos pasillos, el monologo interno del dolor de ya no tener a su padre y sobrinos poniendo la racionalidad al límite. Ante el resto intentaba mantener las formalidades, pero se sentía al borde de la locura y no podía evitar admirar a su hermana por lo entera que se mantenía.
Con aflicción apoyó ambas manos en el marco de una ventana y dejó caer la cabeza, silenciosas lagrimas manchando el suelo en puntos oscuros. Incoherencias bailaban esperando que actuara respecto a alguna de las ideas de venganza, entonces enfocándose en la más obvia: dragones.
Desde joven tuvo la condena de ser incapaz de entregar vida a los huevos en Pozo Dragón, los tres que pasaron por sus manos falleciendo o naciendo con deformidades. Llegó un punto donde simplemente se alejó de las criaturas para evitar llevarles la maldición que reinaba sobre ella, pero ahora confiaba que era momento de entregarse a su destino como Targaryen y volar sobre uno.
Recordaba a Daemon mencionar que existían dragones sin dueño y que algunos vivían en la isla, los cuales obtener sería de enorme ayuda para la guerra.
—Debo hacerlo —susurró para sí misma, pronto mirando las estrellas con un nudo temeroso y emocionado.
Apretó los labios y rechinó los dientes, en un impulso yendo a su habitación a arreglarse. No había tiempo que perder, así que rechazó a las sirvientas que querían cambiarla a ropa de cama y simplemente indicó que preparan un caballo.
—¿Un caballo, Princesa? —preguntó la de más antigüedad con el ceño fruncido, casi como si hubiera imaginado las palabras.
—Si, saldré a los terrenos —respondió indiferente, de un cajón sacando pergamino y tinta—. En media hora estaré en la entrada, aguarden allí.
Con miradas confundidas y preocupadas, el pequeño grupo de mujeres salió y Vaella se sentó. Admiró el vacío papel y con profunda inspiración empezó a escribir, su corazón volcándose en sinceridad hacia su hermana en caso de que no regresara de tan peligrosa misión.
Dejó el pigmento secar e hizo una rápida visita al baño, una vez lista agarrando la extensa nota y partiendo con paso cuidado. Revisó en no cruzarse con ningún familiar y contuvo el aliento cuando vio a Daemon abandonar el cuarto principal, tensa siguiéndolo con la mirada hasta que pudo aproximarse. Arrimó la puerta para no provocar ruido y descubrió que Rhaenyra dormía, al acercarse identificando que estaba en un sueño muy ligero.
Apretó los labios y con excepcional cautela deslizó parte del pergamino bajo la almohada, un par de veces petrificándose al creer que le había despertado. De todas formas, logró escapar y un gran peso la abandonó, por unos segundos creyendo que enfrentarse a un dragón salvaje era menos peligroso que confrontar a su hermana.
Con más seguridad anduvo hasta la entrada, donde el grupo de mujeres y un caballero esperaban. Sonrió satisfecha y dio un pequeño agradecimiento antes de indicar que no se preocuparan, al agarrar las riendas dando un asentimiento de despedida. Miró la luna y la luz plateada que iluminaba su camino, embelesada ignorando el dolor y la guerra que acababa de comenzar.
—¿Dónde vas?
El sobresalto hizo que trastabillara y frenara en seco, rápido girando y viendo como de las sombras salía Daemon.
—¿Qué haces aquí? —preguntó con una mano en el pecho, la sorpresa transformándose en malhumor.
—Desde uno de los pasillos pude ver como traían el caballo y vine a investigar —inclinó la cabeza con profunda seriedad—. ¿Piensas escapar?
—¿Crees que puedo cruzar el mar con ésto? —enarcó una ceja sacudiendo las riendas.
—¿Entonces?
Vaella calló y dudó, al sospesar sus opciones definiendo que él podría ser quien más comprendiera la motivación de lo que iba a hacer.
—Conseguiré un dragón.
El masculino frunció el entrecejo y cambió de peso a la pierna izquierda, luego relajando las facciones y cruzando los brazos.
—¿Cuál?
—Caníbal.
Daemon sonrió y bufó, por un segundo viendo hacia un costado mientras la repuesta se procesaba.
—Es un dragón que nunca fue montado, te matará apenas aparezcas.
—Tomaré el riesgo.
—Rhaenyra no soportará la pérdida de otro familiar —dijo firme y dando un paso hacia ella.
—Es fuerte y tiene dos hijos que vengar, entenderá la razón de mi accionar.
—Hay un límite para la locura.
—¿Desde cuándo? —infló el pecho—. Pensé que me apoyarías, que entenderías.
—No podemos perderte, tus primas y sobrinos también te necesitan.
—Existe la posibilidad que durante la guerra de todas maneras muera a causa de un dragón, ¿no sería mejor tomar la oportunidad e intentar tener ventaja?
—Considero que ambos tenemos razones válidas para contradecir al otro, pero...
—Aparento estar bien, pero ciertamente por no es así —interrumpió con dureza, incluso elevando el tono de voz—. Me volveré loca de la furia y el rencor, quiero que paguen y ser yo quien los ejecute. No importa que tan terrible, cruel o arriesgada tenga que ser, cobraré todo lo que nos hicieron.
Daemon inspiró y enderezó los hombros, el fuego dorado en las pupilas contrarias opacando el brillo de la luna. Jamás había cruzado tal arista de su personalidad, y, a decir verdad, la sed de sangre casi lo dejó sin habla.
—Hazlo.
El permiso sirvió para despejarla al igual que un baño frío por la mañana, cualquier rastro vengativo desapareciendo y siendo reemplazado por estupor.
—¿De verdad?
—Sabes lo qué harás y porqué, no pienso entrometerme.
Vaella tardó unos momentos en recomponerse e hizo una pequeña mueca relajada, así acercándose a él y colocando la mano libre en su hombro.
—¿Alguna palabra de buena suerte o cariño? Puede que sea la última vez que nos veamos.
—No mueras —dijo simple, y ella rodó los ojos dándole la espalda.
—Si fallezco prometo que como fantasma iré a Desembarco del Rey a molestar a cada uno de los verdes durante la noche, el insomnio nos dará ventaja —resopló mientras daba el impulso y subía al caballo.
—Junta la familia y dominen la Fortaleza Roja, en grupo pueden que logren algo grande —aconsejó, hipnotizado admirando como la luna la hacia centellear.
—No es mala idea —reconoció, el concepto de fallecer y encontrar a quienes amaba tampoco siendo desagradable—. Le dejé una carta a Rhaenyra cerca de la almohada, avísale por si no llega a verla.
Daemon asintió y ella le sonrió, en un eterno segundo memorizando su rostro y luego dando la orden al caballo de andar. Sin arrepentimientos se sumergió a la parcial oscuridad, el ruido de los cascos golpeando la tierra siendo la única compañía en la sepulcral noche. Las horas a solas sirvieron para desconectar y fluir, al repasar su vida tomando conciencia de ciertas decisiones y qué podría haber hecho mejor, cada tanto reconociendo cuando actuó bien.
El inicio del amanecer señaló el comienzo del real desafío, el viento marino borrando una lagrima fugitiva mientras descendía del caballo. Acarició al animal y dejó que pastara, la ansiedad evitando reflejarse en su calmo exterior mientras se acercaba al límite del acantilado. Con una mano frotó los labios en estrés, rápido entendiendo que, una vez que bajara, la única forma de salir sería volando.
Inspiró profundo y admiró el horizonte que se empezaba a iluminar, por primera vez sintiendo el cansancio físico del sufrimiento emocional y la falta de sueño. Incluso si no tenía espejo o gente que se lo mencionara, podía sentir las ojeras y la hinchazón de los parpados luego de tanto luto. Extrañamente, el agotamiento ayudaba a nublar el juicio e impulsó aún más los deseos de justicia, la memoria del martirio de Rhaenyra siendo suficiente para que descendiera.
Las prendas rápidamente fueron rasgadas a medida que las rocas raspaban, manos y piernas enrojeciendo y sangrando ante el difícil camino. Gruñó, maldijo y jadeó a medida que se lastimaba, luego de algunos resbalones logrando arribar al nivel donde el infame dragón vivía.
Avanzó con sumo cuidado y observó el agitado ponto más abajo, al marearse dejando la vista al frente mientras instintivamente los sentidos se agudizaban para ubicar la amenaza. El viento, las olas y aves costeras cubrían cualquier rastro sonoro, aunque la sal y el pescado no tapaban el olor a dragón.
Frenó a metros de la entrada y durante unos segundos descansó contra el acantilado, la idea de morir provocando cosquillas en su estómago. El placer de la sensación hizo que riera, un leve rastro de lucidez señalando que ciertamente no estaba en sus cabales.
Observó los hermosos colores matutinos y en un parpadeo acortó el trecho, enseguida estando frente a frente con la oscuridad de la profunda cueva. El asomo del sol no lograba destapar los secretos del interior y con cautela avanzó hasta donde la luz llegaba, activamente buscando alguna señal de la bestia. Las pistas escaseaban y eligió adentrarse más, de pronto un retumbar grave y perezoso sacudiendo la roca bajo sus pies.
Cada músculo entró en alerta y tragó entendiendo que estaba más cerca de lo que creía, entonces notando como una masa negra se movía a solo unos brazos de distancia. Afiló la visión y dejó de respirar cuando un gran ojo apareció, lentamente parpadeando como quien acaba de despertar. De a poco elevó la cabeza y la inmensidad del cráneo la deslumbró, comparando y deduciendo que solo Vhagar podía ganarle en tamaño.
Tragó el nudo en la garganta y se preparó para enfrentar el juicio de la bestia, como Targaryen siendo criada para comandar el fuego o morir a causa de él. Dio un paso y Caníbal rugió, la muestra de intimidación haciéndola enorgullecer al considerarla una amenaza lo suficientemente digna.
Sonriendo grande y resplandeciendo en llamas gracias al amanecer a su espalda, Vaella avanzó firme a conocer al salvaje que nadie pudo domar.
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