Tumgik
#punta hermosa
cuarzorosita · 4 months
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por faa, hace algo doméstico con enzoo 😭😭🩷🩷
🍑 ˚. ࣪ ⊹ AMOR EN LA PIEL . . . enzo vogrincic
♫ play like the dawn by the oh hellos
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⠀⠀⠀𐙚 ˚. ࣪ ⊹ . . . pairing : enzo vogrincic x fem!reader.
⠀⠀⠀𐙚 ˚. ࣪ ⊹ . . . warning(s) : enzo estando ⠀⠀⠀completamente enamorado de r, mucho fluff, ⠀⠀⠀boyfriend material? no, husband material.
⠀⠀⠀𐙚 ˚. ࣪ ⊹ . . . summary : cuando es hora de hacer tu ⠀⠀⠀rutina de cuidado de piel, enzo siempre esta ahí, ⠀⠀⠀tanto como para observarte como ayudarte.
⠀⠀⠀𐙚 ˚. ࣪ ⊹ . . . emi's note : no sé si esto cuente como ⠀⠀⠀doméstico pero lo amé, espero te guste bellaa; este ⠀⠀⠀es mi primer pedido chiquillas, si les gustó pidan ⠀⠀⠀más, y si no, bueno na que hacerle jandkskjs. la ⠀⠀⠀rutina que use aquí. <3
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tú rutina para el cuidado de la piel era fundamental, sin importar si se trataba de el rostro o el cuerpo.
cuando enzo estaba en casa, él disfrutaba de ver como hacías todas esas cositas, como él decía. le gustaba tomarte fotos cuando lo hacías o participar de lleno, poniéndose de igual manera un poco de tus productos en el rostro.
pero lo que más disfrutaba, era cuando le pedías ayuda y era él quien al final te masajeaba las piernas, brazos y hombros.
después de una ducha para relajar tus músculos tensos por el trabajo, te sentaste en su cama compartida con tu bata alrededor y los productos en las manos.
enzo no tardó mucho en aparecer por la puerta cuando escuchó que salías de la ducha, sabiendo lo que tu rutina decía que seguía.
comenzaste poniéndote una banda que el mismo enzo te había regalado, para sujetar y evitar cualquier pelo sobre tu rostro. enzo amaba particularmente este paso porque podía ver tú rostro completo, al natural y completamente despejado. solo para él.
"que hermosa te ves, eh" habló desde la puerta con una sonrisa en el rostro. lo miraste desde tu lugar y le sonreíste.
"tú también te ves hermoso" le respondiste, observando como su cabeza se iba hacía atrás al reírse.
"nunca tanto como vos, gordita" se acercó hasta la cama, rodeandola hasta sentarse detrás de ti, lo sentiste pasar sus brazos por tu cintura y entrelazar sus dedos, bloqueando el agarre.
dejo un beso húmedo en tu mejilla, observandote a través del espejo de mano frente a ustedes. le devolviste el beso antes de continuar con la rutina.
abriste tu crema de ojos, sacando un poco de producto con la espátula que venía incluida. con tus ojos y los de enzo observando el espejo, pasaste la espátula por alrededor de tus ojos, expandiendo y masajeando lo suficiente.
enzo observaba como pasabas tus dedos cuidadosamente, como esparcías cada gota de la crema por tus ojitos y le fascinaba la forma tan delicada que tus manos se movían.
no pudiendo contener el sentimiento cálido de amor en su pecho, dejo un beso en tu hombro, logrando que lo mirarás por el espejo.
"¿quieres un poquito, amor?" le preguntaste y él asintió emocionado. te giraste entre sus brazos aún agarrados y dejaste un poco de producto debajo de sus ojos.
antes de que tus delicados dedos tocaran su rostro, tomó tu mano para llevarla a sus labios, donde dejo un beso en cada dedo.
sonrió al ver tu mirada llena de amor, quería asegurarse de capturar ese momento tan íntimo entre ustedes dos con lujo de detalle. desde como estabas vestida hasta el brillo innegable de tus ojos.
"algún día de estos me vas a matar" le dijiste, acercándote para dejar un rápido beso en la punta de su nariz.
"espero que no" susurró sobre tus labios, con los ojos aún cerrados. soltó tu mano suavemente para que comenzarás a masajear su rostro con la misma delicadeza que lo hiciste contigo misma.
abrió los ojos lentamente, apreciando tu cara concentrada; desde que te había conocido, enzo había sentido que tú eras su one and only, el amor de su vida y de las próximas si es que tenía.
sus ojos se llenaban de estrellas igual que el cielo por la noche cuando te miraba. llenos de admiración y sobretodo, amor.
un pequeño puchero se plantó en sus labios cuando dejo de sentir la calidez de tus manos en su rostro. te reíste y besaste su puchero.
"fue muy rápido, gordita" dijo triste, con unos ojos de perrito, sonreíste por su ternura.
"lo siento, amor" dejaste otro beso en sus labios "si te hace sentir mejor, ahora tengo que ponerme crema en las piernas"
su puchero desapareció rápidamente, logrando que rieras con fuerza. esa era realmente su parte favorita.
"rápido rápido" te apuró, soltando su agarré en tu cintura para que pudieras sentarte frente a él.
mientras tú te acomodabas en la cama, él tomó entre sus manos tu crema corporal; cada vez que esa crema se te acababa, él siempre te la compraba, específicamente la misma, porque amaba ese aroma, porque la habías usado desde que se conocían y para enzo, ese era tú olor característico.
el que se quedaba en su ropa cuando te abrazaba o en las sábanas cuando se dormían. un recordatorio de tu presencia en sus fosas nasales.
"¿ya?" preguntó desesperado, asentiste sonriendo, levantando tus piernas hasta dejarlas estiradas sobre la cama.
ante él, cada parte de ti era simplemente perfecta. tus piernas eran una de las miles de cosas que amaba de ti. tenían un color y un brillo gracias a los cuidados que tú o él mismo le daban.
dejo caer crema desde tus muslos hasta tus tobillos, apresurandose para pasar sus manos por tus piernas.
siempre pensaste que enzo tenía las manos perfectas para ser masajista, pero cuando se lo dijiste su respuesta fue que "las únicas piernas que pienso tocar, son las tuyas" logrando que tú corazón se derritiera otra vez.
pasaba las palmas de sus grandes manos por tus muslos, haciendo pequeños círculos con sus pulgares o dándole leves apretones.
sus manos subieron hasta el costado de tu muslo, haciéndote reír.
"¿qué estás buscando, eh?" te reíste y gracias a la cercanía en la que estaban, enzo miro tus labios antes de besarte.
"yo voy a hacer mi trabajo bien, y esto" dijo apretando suavemente la carne "es parte de tu pierna" sonreíste, dejándolo seguir adelante.
siguió masajeando, disfrutándolo mucho a tu parecer pero se lo permitiste. se veía concentrado y casi anonadado por tu suave piel contra su mano.
sus dedos por fin abandonaron ese espacio en tus muslos, permitiéndote sentir la perdida de su calor en tu piel. viajaron hasta tu rodilla, donde se inclinó para dejar un par de besos, susurrando palabras de apreciación por cada beso.
pasaste una mano por su cabello café, despeinandolo un poco en el proceso.
"sos mi pieza de arte más preciada, gordita" te susurró contra la piel de tu rodilla. juraste que tus ojos picaban ante la amenaza de unas lágrimas.
se estiro nuevamente, llegando hasta la última gota de crema. seguía haciendo círculos con sus pulgares, pero ahora eran más lentos, queriendo disfrutar el momento con todo su ser.
frotó y presionó cada musculo, tendón y los ligamentos de tu pierna, hasta llegar al final.
lo viste suspirar cuando se dio cuenta que había terminado, adoraba tanto cuando podía tocar tu piel de manera tan íntima, pero tan delicada, que la idea de que solo él podía hacerlo le llenaba el pecho de orgullo.
su rostro se elevó, al igual que los costados de sus labios.
"ahora la otra" susurró, deslizando sus dedos por tu otra pierna.
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© CUARZOROSITA | do not copy, steal, adapt or translate my works.
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karylvsjuanii · 2 months
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Holaaaa. Me encanta tu smut, por favor no dejes de escribir. Este ultimo con matias esta muy bueno.¿Puedes hacer uno con kuku por favor?
DILUVIO | Esteban Kukuriczka
tw: penetracion con dedos, groserías, orgasmo interrumpido, muchos chorros, masturbacion, sobre estimulación.
Los diálogos son en argentina pero mi narración es latina.
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Dale mi amor, no pares. - Gimes fuerte aferrándote a los hombros de Esteban.
Tres de sus dedos salían y entraban de ti con fuerza y rabia.
Eso es mi princesa, dámelo todo. - Se acerca a tu oído dejando rastros de besos por tu clavícula.
Sus dedos seguían sus patrones y continuaba enroscandolos dentro de tus paredes, abriéndote aún más.
Ándate bebé, ponete en cuatro pa mi.- Y cómo debe ser, sus órdenes fueron concedidas por ti en menos de un minuto.
Te tenía de perrito como a él le gustaba, sus dedos entrando en tu entrada apretada te sacaron fuertes gemidos de placer.
Ah, la puta madre, metelo más “kuku”.- Empujas tus caderas hacia atrás, tratando de alcanzar más a sus largos dedos.
Te gusta?, te gusta cómo te follan mis dedos?- Esteban masajea tu clitoris en busca de tus gemidos.
Ay dale papi, me encanta.- sus dedos seguían en trabajo, sin hacer esfuerzo en tu clitoris ya estimulado por la palma de su mano.
Como me gustas así se apretadita, bebita.- Su mano izquierda se aleja de su polla antes masturbada por el, para atender a tu clitoris hinchado.
Su dedo índice empieza a palmearlo con suavidad, dio cinco leves palmadas antes de dar otras tres con más rudeza. Después de que empezaras a gemir, aplastó tu nervio rojizo con su dedo y tu cuerpo reboteó con brusquedad al ser restregado con la yema de su índice, llenándote de lagrimas por el placer.
Bajó la velocidad y con solo la punta de su dedo, cepillo con tortura a tu clitoris sonrojado.
Ah, mi amor, que rico. - Tus tetas saltaban dándole a Esteban la mejor película porno.
Mirate, bonita, babeando por mis dedos en tu coñito apretado. - La velocidad de sus dedos nunca cambió.
Te estoy jodiendo tan bien que no podes ni respirar. - De su boca dejó caer saliva a tus pechos.
Dale mi beba hermosa, mostrame que podes hacer con ese cuerpecito tuyo. - Su mano izquierda dejó de atender a tu clitoris para dar una nalgada en tu culo.
Follate en mis dedos. - Los azotes de sus dedos pararon.
No papi, no me hagas esto, ya casi termino.- Intentaste tomar sus muñecas para que vuelva a golpear tu coño.
Hacete chorrear, princesa, se buena para papi. - Esteban sonrió como nunca al verte así.
Comenzaste a deslizar tu entrada por sus dedos de nuevo, bajando tus caderas para hacer a sus dedos entrar duro a ti.
Solo bastaron 30 segundos para volver al ritmo anterior, estabas follandote en los dedos de tu novio sin poder razonar nada de lo que hacías. Babeabas y llorabas en las almohadas, tus dedos se enroscaban en tu cabello por la desesperación de tu cuerpo. Tu cuerpo sentía temblar y a recibir espasmos cuando tus dedos restregaron de nuevo a tu clitoris caliente.
Tu cabeza volvió a subir y tu boca se abrió en “o”, sacando un gemido agudo y cambiando tu expresión a un ceño fruncido, tus tetas se movían por tu dedo frotando tu clitoris.
Esteban metió y sacó sus dedos sin frenar el ritmo duro que habías tomado, volviendo a sacar un gemido agudo de tu parte y la expresión en tu rostro sin dejar de babear. Chorros salieron disparados de tu entrada mojando a Esteban del cuello al abdomen, sus dedos salían y entraban sin freno.
De tu boca no salía ningún sonido, solo eran tus ojos entrecerrados y tu boca intentando emitir un sonido inaudible. Golpeaste la mano de Esteban para que la sacara de ti, seguido de mas chorros fuertes empapando las sábanas.
Tu mano derecha cepillando tu clitoris fue retirada por Esteban para tomar su lugar y ayudarte a bajar de tu subidón.
Eso es mi amor, lo hiciste muy bien. - Tu novio besaba con dulzura tus mejillas sin dejar de atender a tu botón.- Te amo, pero todavía no acabamos. - Tomó a tus piernas con delicadeza y las jalo hacia él. Sus manos tomaron camino a tu falda aún puesta, bajándola por completo.
Al parecer Esteban estaba dispuesto a darte la mejor noche de tu vida.
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deepinsideyourbeing · 1 month
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Holis! Todo bien? Quería hacer un request para Enzo si no es mucho problema :)
No soy alguien que le guste el sexo agresivo, me da miedo y no lo disfruto, soy mas del sexo gentil, las caricias, besitos y palabras lindas. Podrias hacer un smut así con Enzo?
+18!
Enzo se siente fatal cuando al ver las lágrimas en tus mejillas su miembro palpita y, en un intento de consolarte, deposita un suave beso sobre tu piel húmeda.
Tus pestañas brillan tanto o más que tus ojos cuando lo mirás y él no puede evitar sentir ternura al pensar que el placer que te brinda te abruma lo suficiente para llorar.
No decide si prefiere la imagen frente a sus ojos o el sonido que sus dedos producen al aventurarse en tu interior húmedo una y otra vez. Suspira y temblás al sentir su respiración cálida golpeando tu piel.
-¿Más?- ofrece con una pequeña sonrisa.
-Por favor...
Su mirada es tan intensa como las devotas palabras que te dirige a continuación, siempre convencido de que debería ser él quien suplique por tu cuerpo.
-Yo tengo que pedirte por favor- otro beso-. ¿Me dejás...?
Asentís, desesperada aún después de los múltiples orgasmos que te sacó con su boca y sus manos sólo a modo de preparación para este preciso momento. Tu esencia mancha tu piel cuando sostiene tu cadera.
El lubricante frío cae sobre tus pliegues haciéndote estremecer, él sólo susurra una disculpa y besa tu rodilla. Lubrica también su miembro goteante, al cual ignoró hasta casi sentir dolor, y te acaricia con su punta antes de dirigirse hacia tu entrada. Respirá, indica en voz baja.
El ardor es inevitable, no importa cuántas veces tengan sexo o cuánto te prepare con sus dedos y juguetes, pero Enzo te distrae acercándose a tu rostro y besando tus labios delicadamente. Roza su nariz con la tuya, acaricia tus mejillas y tus pómulos, y besa tus párpados mientras susurra palabras de aliento.
Luego de unos minutos comienza a mover sus caderas y tus gemidos resuenan en toda la habitación. Sus movimientos son lentos pero profundos y su punta acariciando suavemente tu cérvix te hace arrojar la cabeza hacia atrás.
-¿Sí, ahí?- y cuando repite el movimiento se deleita con tu expresión-. Sos hermosa.
Negás, avergonzada.
-Sí, sos hermosa- dice como si fuera un mantra-. Y mía.
Abrazás su cintura con tus piernas para atraerlo más hacia tu cuerpo y rodeás su cuello con tus brazos. Cuando besa tu cuello tus paredes se contraen y sentís sus gemidos contra tu piel.
Después de escribir esto me voy a dormir llorando y abrazando mi peluche de t-rex para no pensar en cuánto quisiera un Enzo 😭
taglist:
@madame-fear @creative-heart @recaltiente @llorented @chiquititamia @delusionalgirlplace
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sissy-frydda · 8 months
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El me esperaba en la puerta, de bata. Hacía ya algún tiempo que teníamos chats calientes y coincidíamos en fantasías, a el le encantaba recibir sexo oral y sodomizar chicos, a mi la idea de ser la pasiva sumisa de alguien me quemaba la cabeza. Sentí que debía dar el paso y me puse bella, depilada suave y perfumada y eche mano a la lenceria negra que se que se me ve rico. Un vestido ajustado con mangas y un abrigo ligero, mi peluca castaña y mis sandalias de tacones, tome mi bolsa con las cosillas necesarias de una chique, vibra, lubricante, viagra y una bombachita extra. Un ligero maquillaje y para su depto. 22 pm domingo, debo subir hasta un tercer piso y algunas vecinas siguen atentas al chisme. Se que se nota que no soy una chica y el maldito me hace esperar segundos eternos hasta que me abre la puerta. Me toma de las caderas, recorre el relieve de la braga por mi cola con sus manos calientes mientras me besa el cuello y me dice al oído que me va a llenar la cola de leche. Nunca como hombre pensé que una situación así fuera tan erotizante, mi ano comenzó a contraerse y relajarse y mi bombachita se humedeció. Se sentó en el borde de la cama, se abrió la bata y se recostó, "ponlo duro con la boca nena" y ni siquiera lo dude un instante, tome su pene con mi mano y engulli su glande, era algo discreto pero suficiente. Yo de rodillas frente a el, me sentía la esposa que libera la tensión del marido. Sin embargo, su pene empezó a ponerse rígido mientras lamia sus bolas y cuando quise acordar era una hermosa pija curva hacía arriba y con un duro glande en cono. Entonces la necesidad de sentir aquello dentro mío fue superior, corrí mi bombachita de lado, me alce la falda y me coloque a lo vaquerita sobre el. Su verga golpeaba contra mis nalgas, nos lubrique y con mi mano lo fui llevando al lugar, su glande en punta hizo todo más gentil y agradable, le pedí que no fuera brusco y no lo fue, lo comenzó a mover suavemente y con cadencia y sintió delicioso bien pronto. Me pide que lo bese y cuando lo hago, el me da una profunda estocada anal qué se sintió tan genial que se me escapó el sonido más gay de mi vida. Mi pene y bolitas eran un delicado bulto en la bragas ardiendo de exitacion, mis tetitas estaba rígidas en el corpiño, y mi cola subía y bajaba aquella estaca de carne caliente, sus manos tomaban mis muslos. "Cojete" me dijo, y lo hize, tan rico que supe que me iba a venir sin manos. Entonces el me tomo las caderas y empezó a controlar la velocidad y la profundidad de su pija, aumento el ritmo y la fuerza y lo único que atiné fue a correr mi tanga para liberar a mi pene qué desde el interior de lo más profundo de mi ser, fue sorprendido por un hermoso orgasmo en el vientre de ese macho maldito. Siento entonces como empuja y empuja su verga en mi explotando en un poderoso y viril orgasmo. Su pija late en mi cada vez que eyacula, yo acompaño cada latido con un genuino gemido de placer empalandome de verga lechera y caliente.
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emeraldkniight · 6 months
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𝓢𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐬. 𝗃𝗎𝗌𝗍𝗂𝖼𝖾 𝗅𝖾𝖺𝗀𝗎𝖾 𝗍𝗋𝗂𝗇𝗂𝗍𝗒 ୨ ໋ ˳ ⊹ esp. . . !
superman, wonder woman and batman x f!reader
ADVERTENCIAS: smut drabble, gang bang, muy poca degradación sexual, masturbación, sexo oral, p in v. Diana!bisexual.
NOTA: este es primer relato de un au smut de la liga de la justicia. Pueden contribuir a este si gustan dando sugerencias o ideas.
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Siempre hubo algo extraño e inverosímil en esos tres desde el momento en el que los conociste.
Todos escondían secretos. Esconder secretos, según tú, era una de las partes más comunes de la esencia humana. No te interesaba saber lo que todos ocultaban, pero a tu mente curiosa le obsesionaba saber que guardaba la santa trinidad de la liga de la justicia bajo su elegante y sofisticada fachada de héroes; la cual nadie atrevería a poner en duda o cuestionar.
El precio que tuvo que pagar tu curiosidad fue más costoso de lo que jamás hubieses imaginado que conllevaría una deuda a saldar. Ahora, eras parte de esa locura y por más que quisieras no podrías escapar.
La buena noticia era que tampoco querías.
Supiste que estabas conforme con pertenecer en el momento en el que los sentiste por completo a los tres.
Es que era difícil pensar en otra cosa cuando te encontrabas atada en una silla completamente desnuda y sin poder moverte mientras tres pares de ojos azules te analizaban.
La hermosa princesa de Themyscira no tenía ninguna vergüenza en clavarse en tu dulce entrepierna. Sus dedos se resbalaron por tus labios vaginales empapados en un sonido tan vulgarmente obsceno que provocó que accidentalmente te removieras en tu silla.
Miraste atentamente a las dos figuras masculinas mientras intentabas acercarte a Diana lo máximo que tu cuerpo lo permitiese para poder besarla y sentir aún más profundo sus dedos en tu interior.
Pero antes de que pudieses llegar a sus labios fuiste brutalmente apartada por el hombre de acero que tuvo una clara intención de probar tu boca primero. No es que te quejaras; la lengua de Clark era un paraíso. Tenía una extraña pero caliente conexión con tus labios, por lo que te convertía en un desastre de inmediato. ¿Quien diría que el último poder de superman sería hacer empapar tan fácilmente a sus víctimas?
Aunque, no te merecías que fueran buenos contigo. Al contrario, tendrías que ser castigada por insubordinación. Lo que hiciste no tenía perdón.
En tú defensa, no sabías que eras exclusiva del trío y que no podías acostarte con otras personas. Las reglas no habían estado demasiado claras cuando los conociste así como cuando comenzaron con sus aventuras de sexo sin compromiso.
Por supuesto no eras exclusiva de absolutamente nadie y eso ibas a dejarlo en claro a futuro. Ahora mismo estabas demasiado ocupada en correrte sobre los dedos de Diana perforando tu coño que no tuviste tiempo suficiente para pensar en otra cosa.
Bruce se sintió en cierto punto cansando de observar. Llegaste a pensar que quizás estaba imaginando cuál de todas las torturas posibles sería la correcta para hacerte sufrir justo como a él le gustaba.
La adoración que el murciélago tenía por como tú coño lo envolvía tan cálidamente sacaba la parte más dominante y morbosa de su interior. La vista de cómo en ese momento su polla entraba y salía de tu pequeño agujero al mismo tiempo que tu boca se comía muy alegremente la erección de Clark y tus dedos el clítoris de Diana fue completamente suficiente como para ponerse en el borde del orgasmo.
Te atragantabas con la punta rozando tu campanilla. Ni siquiera podías concentrarte lo suficiente por lo fuerte que estaba penetrándote. El placer era abrazador.
— Mira a nuestra pequeña zorra. Ni siquiera puede concentrarse en chupar una buena polla mientras la están follando. — Comentó Wayne. Seguía moviéndose justo en tu punto dulce; cada vez más rápido, cada vez más preciso.
— Ella se ha portado demasiado mal. Aunque, ¿deberíamos darle un premio? Siempre nos toma tan bien. — Kent continúa, preguntando. Empiezas a controlar el ritmo de tu boca aunque de cierta manera sigue siendo un poco difícil.
— ¡Oh, Hera! — Gime la princesa de Themyscira. — Esto se siente tan bien. — Sus dedos no resisten a intentar a ayudarse para poder correrse sobre tu mano.
Esta es definitivamente la mejor parte del día, la que más disfrutabas. Y por supuesto, ese era el placer culposo que conllevaba el guardar un secreto. El secreto que compartían los cuatro.
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irismaebe · 4 months
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HAPPY VALENTINE'S DAY! 1/2
The girl who is so used to being loved just discovered that the one who does everything for her does not love her.
although maybe he will change his mind with a cupid's arrow.
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La chica acostumbrada a ser amada por todos ha descubierto que aquel que haría cualquier cosa por ella no la ama.
Aunque quizás el cambie de opinión con una flecha de Cupido
Traducción:
Mabel: tú debes amarme!
Will: No señorita, yo debo de servirle
Mabel: pero soy hermosa! cómo es que no me amas!?
Will: eres hermosa,y podría enamorarme de ti pero es mi decisión hacerlo.
Vi una imagen en Pinterest y esta idea salio de mi mente. Espero que ayer hayan tenido un excelente día.
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tarjapearce · 6 months
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AHHH my fellow catracha ❤️❤️❤️❤️ thank you so much for including Punta in your latest soccer family fic!!!
I love your blog so so so much,te quiero bella espero que estés muy bien hermosa ❤️❤️❤️❤️
🥹❤️❤️❤️ AAAHHH HOLA PAISANA 💙
Thanks for your support 😊❤️. Means alot! 🥹🇭🇳
tkm anon ✨💙
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suleo · 10 months
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subiendo un YSBLF desde de Wattpad de un "DÉJAME AMARTE" les recomiendo mucho es hermosa yo estaba como cascada sin parar desde el cap 1, me tenía de puntas jejjjajs
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j4v13rd14z · 1 month
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en la vigésimosexta hora del día
con dieciséis años me compré una pipa de madera oscura y un paquete de tabaco con sabor a licor…
también por entonces, con una cita breve y seductora, Borges me mostró un Carroll con el que aprendí a atravesar los espejos…
acomodé mis pertenencias ―una sonrisa, una lágrima y algunas volutas de humo― en una maleta de cartón-piedra y encaminé mis pasos a las ruinas circulares que un día cobijaron el sueño de Arturo…
conocí a Ginebra, dejé que Lancelot me amara; imaginé un cáliz de urania apariencia ―adornado con minúsculos planetas― para ocultarlo luego en el futuro de los hombres que me precedieron y en el recuerdo de los que me sucederán…
bajé hasta las entrañas de la pirámide y besé los dorados labios de Tutankamón; despertó y bebimos en el cáliz artúrico; bebimos hasta el alba, hasta un amanecer ensangrentado y violento que anunciaba la llegada de un ejército angélico y terrible…
comandé las huestes del Emperador Amarillo;
cabalgué a la derecha de Alejandro y caí herido en la toma de Altair, durante la conquista de la constelación de Aquila…
en las horas sofocantes de la tarde abisinia, tendido en una alfombra, dejé que el burbujeo de una pipa de jazmín se mezclara con el imperceptible sonido de algún dátil cayendo…
y en la frescura de un carmen granadino, conocí los placeres que las huríes otorgan a los que mueren en la batalla; el acompasado tintineo del agua en la fuente se fundía con un lejano y metálico sonido de alfanges y de espadas: a los pies de la muralla, las tropas del rey cristiano degollaban a mis súbditos…
gocé el cuerpo de Beatrice mientras el Dante bajaba a los Infiernos…
aspiré el perfume de los cedros el Líbano y coroné las montañas de los aromas de la mano de Salomé…
reiné en el lecho de Cleopatra ―Antonio no lo supo― mientras la barcaza de la muerte remontaba un Nilo arropado por juncos…
compartí los celos de Judas mientras veía cómo el evangelista recostaba su cabeza sobre el pecho del nazareno…
acompañé a Juana de Orleans en Compiègne y, a los pies de la pira, en Ruán, me despedí de élla besando las puntas de sus dedos…
la sonrisa del Tadzio veneciano y los ojos de la Bergman guerrillera siguen aún emborrachando mis sentidos…
goberné la santabárbara del buque fantasma ―algunos establecieron mi origen en Holanda y me bautizaron "errante"…
he vivido en los ojos de Cristina de Suecia…
oculté el rumbo de la nave de Ulises y supe sucumbir a los cánticos de las sirenas, a la caricia del mar y a los besos de la noche…
no se me oculta el hecho de que Avalón me espera;
y en esta hora imposible, hermosa como todo lo imposible, he sabido que jamás retornaré a Ítaca.
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De citas y otros sucesos (Miles Edgeworth x fem!reader)
Fandom: Ace Attorney
Pairing: Miles Edgeworth x fem!reader
Word count: 4.2 K
Warnings: smut (super ligero, pero ¡menores DNI!), asesinatos, temas sensibles, enfermedades crónicas, fingering (f reciving), cualquier otra cosa lo agregaré después...
Notas: realmente no tiene mucho sentido, sólo se me ocurrió y realmente adoro a Miles. Espero lo disfruten, sé que no hay casi nada de Ace Attorney por aquí y mucho menos en español. No se olviden de apoyar con reblogueos y comentarios si les gusta.
P.D: no he olvidado mi fic de Obi-Wan, pero tenía esto por aquí, esperen proximamente una actualización de Blue&Grey.
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⋅•⋅⊰∙∘☽༓☾∘∙⊱⋅•⋅
Tu relación con Phoenix era de las más extrañas y adorables que muchos habían notado con el joven y brillante abogado. Claramente Maya no pensaba lo mismo, un ligero caso de celos le cegaba, pero intentaba actuar como si no le importara.
A pesar de los celos, ella podía distinguir que eras una buena persona, igual de entregada al trabajo que Phoenix y muy amable. Todas las mañanas traías café y pasteles para compartir con ambos antes de iniciar el día.
En el primer caso donde los acompañaste dentro de la sala de juicio. Maya notó algo que la hizo sentir como una idiota.
-Hey, Phoenix… ¿Quién es ese? – preguntaste en un susurro para que nadie más que ellos dos escucharan.
-¿Él? De todos los fiscales que pudiste poner tus ojos en, ¿te fijas en él?
-Siento que te molesta, ¿qué pasó allí? – preguntaste confundida
-Fingió su muerte y luego regreso – responde Maya en un susurro y todas las piezas lograron encajar como un rompecabezas.
-Oh, es tu amigo de la infancia, el que te defendió de una acusación en la escuela… ¿Cómo dijiste que se llamaba? – intentaste recordar mientras dabas varios golpecitos con tu dedo índice a tu mejilla derecha.
Maya lo entendió, no tenías ningún sentimiento romántico por Phoenix, eran mejores amigos y realmente le salvaste el pellejo más de una vez a estas alturas.
-Fiscal Edgeworth, ¿fiscalía se encuentra lista?
-Sí, su excelencia
-¿Defensa se encuentra lista, abogados?
Te mantuviste estática, todavía intentando recordar el nombre cuando Maya te dio un ligero codazo sacándote de la ensoñación.
-¿Qué sucede? – preguntaste sorprendida
-El juez
-¿Defensa, algún problema?
Entonces lo entendiste, Phoenix estaba aguantando la risa y le diste un pisotón por detrás provocando que se agachara a sujetar su pie con una mano y la otra cubría su boca aguantando el grito de dolor.
-Defensa se encuentra lista, su excelencia- respondiste con seriedad, pero tus mejillas anunciaron que te sentías avergonzada.
El fiscal tuvo que disimular una sonrisa ante tu acción, a lo que actuó con bajar la mirada hacia sus papeles y listas de pruebas.
•─────⋅☾ ☽⋅─────•
Miles estaba experimentando lo que llamaban “amor a primera vista”, cuando entraste por la puerta de defensa con varias carpetas bajo el brazo y en el otro tu bolsa, casi cae de espaldas.
El pantalón tipo palazo, la blusa de vestir blanca y los zapatos de punta triangular de color negro y tacón de aguja sumado a tu adorable rostro y cabello con los accesorios en tono dorado te hacían ver respetable y hermosa.
Cuando le susurraste algo a Phoenix y este respondió un poco molesto causando que te quedaras con una expresión que dejaba en claro que estabas pensando sobre algo, distrayéndote de la pregunta que hizo el juez que casi lo hace reír. Pero cuando con fluidez pisaste a Phoenix, Miles mordió su lengua para no reír y al ver tu expresión de vergüenza bajó su mirada a los papeles que tenía en frente para no perderse en lo tierna que te veías.
El juicio.
Oh, el juicio.
No dejaba de pensar en cómo te veías, completamente concentrada y en el momento en que lideraste la verificación de los hechos de los testigos fue increíble.
Miles sabía que perdería el juicio, desde el inicio, pero cuando dieron el veredicto no pudo importarle menos. Con solo el verte fue suficiente para él.
Al salir de la sala Phoenix estaba discutiendo contigo y no supo si no acercarse. Claramente, Maya decidió por él.
-Edgy, ven a saludar – exclamó y le saludo con la mano.
-Phoenix – saludó -, Maya… señorita.
Tu expresión fue algo similar a pánico, pero sonreíste antes de voltearte y extender la mano.
-Y/N Powell[EM1] 
-Miles Edgeworth – respondió con agrado y estrechó tu mano -. Bienvenida a la ciudad, no la he visto por aquí antes.
-Me mudé hace un par de meses, de hecho.
-Excelente trabajo allá dentro, supongo que todos tus amigos son igual de apasionados, Phoenix.
-Ella en especial – reconoció divertido a lo que rodaste los ojos.
-Pasó la prueba del bar un año antes de graduarse.
-En ese caso debe ser más inteligente que tú
-Muy gracioso, tú no pasaste ese examen tampoco.
-No cuando estudiaba, pero si poco después de graduarme.
-Te dije que lo intentaras de nuevo, Nick. No es tan difícil.
-Lo dice la que lo pasó siendo estudiante.
-Y siento que lo haría mejor ahora, estas desestimando lo que la experiencia aporta a tus conocimientos base. Deberías de hacerlo.
-Ugh, eres insufrible
Dejaste escapar una risa y negaste – Hace casi diez años que nos conocemos y sigues diciendo lo mismo.
-Es porque es cierto. Demasiado insufrible…
El teléfono de Miles sonó y todos lo miraron curiosos.
-Disculpen, me agradaría quedarme, pero tengo otro juicio en unos quince minutos. Fue un placer conocerle señorita Powell, espero verla nuevamente. Nos vemos Wright, Maya, con permiso.
•─────⋅☾ ☽⋅─────•
A pesar de no verse muy seguido se encontraron un par de veces en las salas de juicio. Las miradas cargadas de anhelo no pasaron desapercibidas por Phoenix ni Maya, pero tomaron el acuerdo mutuo de no decir nada, a ninguno de los dos.
Luego de un par de meses de admirar de lejos tuviste que visitar el edificio de la fiscalía. El caso era horrible y no encontrabas información que te diese una pista de lo que podría estar ocurriendo. Las pruebas, coartadas y todo se ajustaba al acusado, estabas segura de que él era el culpable pero la parte más importante era lo que faltaba, la prueba definitiva que lo dejara en evidente e indudable culpabilidad.
Por todo eso, te atreviste a solicitar permiso al juez para revisar los archivos que se encontraban almacenados en ese edificio. Tendrías severos problemas porque tendrías que vivir allí por días intentando leer todos los casos que pensaste se parecían un poco, o a lo mejor estuviesen relacionados y no lo habían notado.
Ahora mismo estabas intentando terminar de leer un caso a pesar de lo cansada que te sentías. Habías llevado muchas cosas en el bolso con el fin de poder vivir en la biblioteca un par de días, pero las gotas para los ojos no te estaban ayudando mucho y la cantidad de casos junto sus archivos anexos se habían multiplicado cuando habías pedido por ellos.
-¿Y/N Powell?
Levantaste la cabeza por encima de la torre de carpetas y encontraste a Miles confundido. El sonrojo que te recorrió fue digno de esas comparaciones con el color de los tomates. No tenías la mejor apariencia, en especial luego de haber estado leyendo sin parar por lo que tenías seguro ya eran horas.
-Fiscal Edgeworth, ¿qué hace por acá? – preguntaste nerviosa intentando soltar tu cabello y parecer alguien más respetable.
-Trabajo aquí, pero ¿qué hace con tantos reportes?
-El caso del asesino serial, estoy intentando encontrar algo entre todo esto que me sirva. Hay pruebas, pero no lo suficientemente fuertes. El abogado defensor me tiene acorralada.
-¿Está en ese caso?
-Los padres de varias víctimas decidieron contratar mis servicios para poner al asesino tras las rejas… Me estoy volviendo loca, el segundo juicio es dentro de quince días.
-¿Ha comido algo?
-Sí, un emparedado y un té.
-¿A qué hora? – preguntó interesado
-A las ocho de la mañana, posiblemente a las doce tome un descanso – respondes tranquila.
-Son las tres de la tarde… Venga conmigo, los documentos no van a salir corriendo por que se tome un descanso.
-Ah, pero…
-No acepto un no. Necesita comer algo, además, la habitación cuenta con llave y yo tengo una copia, todo su progreso no se perderá.
-Gracias, Edgeworth.
-Miles, por favor.
Sonreíste un poco – Está bien, Miles.
Te llevó a una cafetería preciosa, no te permitió decidir que pedir y mucho menos ver el precio de las comidas. Cuando la mesera se acercó tenía un par de emparedados salados que olían delicioso y varias tartaletas de frutas. En una taza transparente se encontraba un té artesanal que se estaba abriendo en forma de flor que olía igual de maravilloso que lo demás.
-Que disfruten la comida – dijo con voz dulce, aunque sospechabas que iba dirigida para el fiscal.
-Gracias.
-¿Estás intentando engordarme o algo? – preguntas, divertida sin dudar en sujetar un trozo del emparedado y morderlo.
Miles dejó escapar una sonrisa – No, pero me preocupa que descuide su salud por ese caso, por el momento no tengo ningún caso, quisiera ofrecerle mi ayuda.
Abriste mucho los ojos sorprendida, el famoso fiscal Miles Edgeworth estaba ofreciendo su valioso tiempo para algo que no lo beneficiaría en lo absoluto.
-¿De verdad lo harías?
-Con todo gusto, no sería ningún problema.
-Pero, no te beneficiaría en nada… No ganarías nada.
-No lo necesito, créeme…
-Te daré la mitad de los honorarios, no puedo permitir que no recibas nada si vas a ayudarme con ese caso.
-Insisto en hacerlo de buena fe, no necesito el dinero.
-No, de verdad no puedo… Tiene que haber algo.
Miles te analizó, si te veías cansada y todo, pero la tenacidad con que lo mirabas no le dejaba pensar muy claro. Eras increíblemente hermosa, incluso con evidentes ojeras.
-¿Qué harías por mí? – preguntó sin poder controlar la lengua y casi se pega al saber que lo que pensó lo había dicho.
-Uhm… lo que sea, mientras no sea matar a alguien.
Miles dejó escapar una risa genuina y negó – ¿Después de que termine el caso saldrías conmigo?
Estabas bebiendo un sorbo del té que sabía a caléndula, rosa y té verde, era de las cosas más deliciosas que habías probado en la ciudad, una lástima que terminara escapando de tus labios y casi terminara en tus pulmones ante las palabras que salieron de Miles.
-Perdona… creo que escuché mal – dijiste tosiendo un poco.
-Me temo que no… ¿Una cita a cambio de mi ayuda te parece bien?
-¿De verdad es eso lo que quiere?
-Efectivamente.
Bajaste la mirada y secaste un poco del té que había aterrizado en tu pantalón mientras pensabas. Una cita, sólo eso con tal de que te ayudara y de paso tuviesen horas para compartir juntos, una gran oportunidad de conocerlo más…
Serías una tonta si decías que no.
-Está bien, acepto.
Su expresión te pareció indescifrable, pero en el fondo, él estaba radiante de felicidad.
•─────⋅☾ ☽⋅─────•
Miles entendió la razón de todo el problema y cómo era que a pesar de todas las pruebas la persona estuviese a punto de salir de prisión preventiva y con un veredicto de no culpable.
Su ADN no correspondía al de la escena del crimen. Una de las últimas víctimas había logrado defenderse clavándole un abrecartas en el muslo. La lesión estaba en el acusado, según criminalística la herida podría haber sido causada por el abrecartas, pero la sangre del arma que usó como defensa la víctima no coincidía con el ADN con el del acusado.
El teléfono que habías dejado en la mesa mientras ambos revisaban un par de casos similares resonó y levantaste la mirada antes de responder.
-¿Sí? – preguntaste frotando un poco tu ojo para alejar el cansancio, hasta que quedaste estática al escuchar la voz al otro lado de la línea – ¿Hospital? ¿Por qué? ... ¿¡Qué!? Voy para allá.
-¿Qué sucede?
-Llevaron al acusado al hospital, Phoenix me llamó porque tiene un caso y estaba visitando al testigo en el hospital… Dice que está grave, aparentemente tiene una enfermedad sanguínea.
-Voy contigo, yo conduzco.
•─────⋅☾ ☽⋅─────•
Tanto el abogado del acusado como tú y Miles estaban esperando noticias.
El abogado del acusado había sido compañero de la universidad y mientras conversaban en voz baja intentando no revelar nada que el otro pudiese utilizar en el juicio. Él confesó que no tenía idea de que estuviese enfermo, los dos estaban igualmente sorprendidos en eso.
-¿Quién es el abogado del acusado? – pregunta el médico – Necesita una transfusión sanguínea de emergencia, si necesitaran tomar alguna muestra o algo para la investigación ahora es el momento.
Él se volteó a mirarte y mordiste tu labio, nerviosa. No tenías una orden y mucho menos sabías qué podría pasar.
-¿Qué es lo que padece? – preguntó Miles por ti al ver que parecía que no tenías idea de qué hacer.
-Leucemia, me temo que el trasplante de médula ósea no está funcionando o no estaríamos observando las señales de enfermedad nuevamente.
-¿Cree que pueda tener acceso a toda la información de tratamiento, doctor? – preguntaste al escuchar esa frase
-Eso sería una petición directa con la junta directiva del hospital, abogada, pero es posible que acepten a que tenga acceso.
-Gracias… Otra cosa, ¿tienen acceso a quien fue el donante de médula ósea?
-Sí, no es una donación anónima, por el procedimiento tiene que someterse a muchos estudios… También, si tiene una orden podría acceder a esta información, supongo.
-Gracias, doctor. Con permiso.
Miles te siguió con pasos lentos, no necesitaba correr para alcanzarte – ¿Qué pensaste?
-Una condición muy peculiar, si fue receptor de un trasplante de médula ósea es como si fuese una persona diferente sanguíneamente y el resto de él fuese otro. El termino es quimerismo y ya he visto un caso así.
-¿Dónde?
Sonreíste divertida – Mi segundo caso como novata.
Miles se quedó congelado permitiendo que tomases la delantera hacia el auto. Si los comparaba, tanto Phoenix como tú habían sido novatos prodigios para resolver casos con tanta complejidad. Si sabías términos médicos y no los olvidaste a pesar de los años, definitivamente eras un abogado notable.
Y uno que lo tenía casi de rodillas.
•─────⋅☾ ☽⋅─────•
En los últimos momentos del juicio el caso se había vuelto la sensación de la ciudad, los noticieros corrieron para solicitar entrevistas y declaraciones tanto de los detectives, criminalística, juez y los abogados. Lo inusual que era el caso, los registros médicos admitidos como pruebas, los resultados y la manera en que explicaste cómo había logrado como casi salir libre de la cárcel y al consultante médico que solicitaste como testigo fueron los que dieron el golpe final. Desafortunadamente, por la enfermedad que tenía y lo complicado que se encontraba de salud en esos momentos seguiría en el hospital bajo custodia activa, pero había sido un veredicto de culpable.
-Muchas gracias, señorita, sin usted se hubiese salido con la suya. Le agradezco mucho en nombre de mi hijo.
-No es nada, señora Peters, sólo estaba haciendo mi trabajo – admites un poco avergonzada, no te gustaba tener casos que resonaran tanto con la prensa y tampoco es que fueses un genio.
-Gracias, señorita, le agradezco mucho todo lo que hizo por traernos justicia – señala la madre, ya bastante mayor, de una de las víctimas. Una señora adorable que ahora quedaba sin su único hijo.
-Sólo hacía mi trabajo, les agradezco por haber confiado en mí – respondes y los reverenciaste, no podías evitarlo, les querías demostrar lo mucho que agradecías su confianza.
-Es hora de que se tome un descanso, su novio hizo un trabajo increíble apoyándola en el juicio. Vi como la miraba, estaba maravillado – intervino y sólo atinaste a sonrojarte, no la ibas a contradecir.
-No lo creo.
-Claro que sí, vaya a descansar y ese jovencito merece que le dediques un par de horas, luego de haber estado atrapada con este caso por semanas.
-Lo haré, le debo una cita, de todas formas – respondiste volteando de forma ligera el rostro para observar a Miles a lo lejos.
La señora te dio un par de palmaditas amigables en la mano – Nuevamente, muchas gracias por todo. Siga haciendo un trabajo excelente, los ciudadanos necesitamos abogados como usted. Ahora estoy segura de que mi pequeño podrá descansar en paz.
-También espero lo mismo, que tenga un buen viaje de regreso.
Cuando se retiraron giraste para observar a Miles y le sonreíste. Estabas cansada, sí, pero también extremadamente feliz.
-Miles.
-Estuviste increíble allá dentro.
-Gracias – respondiste y cerraste los ojos tardando un poco más de lo normal en abrirlos.
-Te vez cansada, mereces descansar un poco… ¿te llevo a tu casa?
-Puedo tomar un taxi, no quiero molestar más de lo que he hecho.
-No ha sido molestia alguna, me… me ha gustado pasar tiempo contigo – admitió y sonreíste.
-Si sigues diciendo cosas así, puede que me llegues a enamorar, Miles – admites sonrojada, pero restándole importancia, no querías hacerte ilusiones.
-¿Funcionaría?
Levantaste la mirada sorprendida, el corazón latiéndote desbocado en el pecho y la saliva se había tornado demasiado espesa de un momento al otro – Uhmm… ¿quieres que funcione?
Él levantó una mano hasta tu rostro y acarició tu mejilla con su pulgar, sentiste como tu piel se encendía por donde había tocado provocando que dejaras escapar un suspiro.
La sala de espera había quedado vacía, sólo quedaban dos guardias en la salida, Miles y tú. Pasaste la punta de tu lengua sobre tus labios. Sus ojos brillaron con un sentimiento que no fuiste capaz de identificar y él deslizó su dedo pulgar sobre tu labio inferior.
-No tienes idea…
Cerraste los ojos al mismo tiempo que intentabas tragarte un gemido que quería escapar, deseabas que te besara allí mismo, no había nadie y los guardias de seguro estaban demasiado aburridos como para notarlo.
-Dios, bésame Miles – suplicaste en un susurro.
Pero no pudiste terminar de comunicar tu deseo, los labios del fiscal habían terminado por tragarse las palabras que no terminaron de salir.
La sensación fue abrumante, sus labios estaban tibios, suaves y se movían con una facilidad sobre los tuyos que provocaron que tus piernas perdieran la fuerza para mantener el peso de tu cuerpo estable. Te sujetaste a su traje con ambas manos vueltas puños, la mano que había descansado en tu mejilla se movió hasta tu cuello y la otra se posó sobre tus caderas.
Ambos se separaron más rápido de lo que hubiesen deseado, sólo porque fueron capaces de recordar que estaban en un lugar donde debían de guardar el decoro.
-Te llevo a tu casa – murmuró cerca de tus labios
-Gracias.
•─────⋅☾ ☽⋅─────•
No tenías por qué estar nerviosa, la cita era algo que ya tenías planeado y no era como si fuese la primera vez que pasarías tiempo a solas con Miles. Habían tenido que posponerla casi dos semanas después de que finalizara el juicio, la cantidad de casos que ambos recibieron fue abrumante y no querían ser interrumpidos por el deber en media cita. Una que estabas segura ambos deseaban.
Un par de días después, cuando la carga de trabajo de ambos se estaba aligerando, recibiste un mensaje donde venía una fecha, una hora y un nombre.
Buscaste el nombre, claro, se trataba de un restaurante de los más lujosos de la ciudad y casi caes de espalda a la nota del pie de página “Código de vestimenta: elegante”. Tuviste que correr a buscar vestido, zapatos y joyería.
Por eso, ahora mismo estabas terminando de colocarte un poco de polvos compactos para terminar el maquillaje, rociaste un poco de perfume en tu pecho, detrás de tus orejas y en las muñecas. Tomaste los aretes que eran esmeraldas, luego el brazalete de plata y, por último, el collar. Tomaste los zapatos de color plateado, al tenerlos seguros en tus pies levantaste la mirada y admiraste el trabajo que habías hecho. Maquillaje ligero y discreto, cabello ligeramente ondulado que colocaste en un semirrecogido que definía más tu rostro, el bolso sólo contenía tus tarjetas de crédito y tu teléfono.
Lista.
Bueno, lo más lista que podías estar.
Miles había insistido en recogerte así que sólo esperabas que el timbre te notificara de su llegada. El abrigo negro largo te esperaba a la salida y deseabas no tener que usarlo o arruinaría todo el conjunto.
El timbre sonó y saliste sonriente. Miles te dejó boquiabierta, estaba demasiado guapo.
-Estás… estás – intentó decir y no lograste disimular la sonrisa.
-¿Me veo muy mal?
-No, no… Estás hermosa.
-Gracias, también estás guapo – admitiste y él extendió su mano a lo que asentiste antes de aceptar.
El viaje hacia el restaurante fue silencioso, pero nada incómodo. Al bajar del auto le entregó las llaves al jovencito encargado del servicio de estacionamiento y se dirigió a abrir la puerta, donde aceptaste su ayuda y entraron con seguridad.
La cena transcurrió sin percances, el vino estaba delicioso y tal vez tomaste un poco más de lo que debías. Para tu suerte él estaba atento y se adelantó a pedir que trajeran más agua, se encargó de asegurarse que bebieses más del líquido claro y sin alcohol, además de pedir un postre bastante delicioso y dulce para ayudarte. Luego de haberse asegurado que estabas lo suficientemente lucida pidió la cuenta, pagó y salieron del restaurante.
-¿Te sientes bien?
-Sí, ya estoy mejor, descuida – extendiste tu mano que tomó con cuidado y besó el dorso sin apartar la mirada del camino. Regresó tu mano a tu regazo y continuó conduciendo.
-Miles…
-¿Sí? – preguntó sin dejar de mirar la carretera, tu mano se colocó sobre su muslo y pudiste escuchar como su respiración se entrecortó – Y/N…
-¿Sucede algo? – preguntas sin dejar de acariciar su pierna, pudiste sentir como sus músculos se tensaban y mordiste tu labio esperando por una reacción
Habías escuchado susurros, cosas. No es como si durante el tiempo que compartieron juntos revisando documentos en la fiscalía las caricias distraídas y bastante camufladas no hubiesen ocurrido y sería una estupidez por tu parte decir que más de una vez no estuvieron cerca de hacer algo en su oficina varias veces.
En especial la última semana, sabías que estabas jugando con fuego, pero no le tenías miedo a su reacción, de hecho, estabas esperando por que sucediera.
Observaste la fuerza con que estaba sujetando el volante y no controlaste la risita cargada de diversión que escapó de tus labios. Miles abrió mucho los ojos antes de frenar bruscamente provocando que buscaras sujetarte del tablero del auto con la mano que antes tenías sobre su pierna y la otra en el borde de tu asiento.
-Miles, ¿qué pasa?
Viró en U con seguridad y tomó un desvío
-Vamos a mi casa – admitió y como única respuesta pasaste saliva al mismo tiempo que tu corazón se aceleraba.
•─────⋅☾ ☽⋅─────•
La forma en que te besaba te estaba volviendo loca, te había confesado que se tomaría su tiempo y estaba cumpliendo tan bien la palabra que te estaba llevando al borde de que casi podrías rogar.
Casi.
Sentiste su lengua rodear tu pezón a lo que arqueaste la espalda al mismo tiempo que dejabas escapar un gemido, no sabías el momento en que había sacado del camino el vestido, el cual ahora mismo se apuñaba a nivel de tus caderas y no podía caer más porque estaba ajustado al inicio de las caderas.
-Miles, por favor – pediste entre un gemido y él se atrevió a sonreír contra tu esternón antes de levantar la mirada. Un par de mechones cayeron de su usual peinado rozando ligeramente tu frente.
Volvió a acariciar tu labio inferior y no evitaste sacar la lengua para lamerlo sacándole un gruñido.
-Eres bastante impaciente – comentó y sin alejar su dedo de tu boca, ni apartar su mirada de tu rostro, su otra mano comenzó a subir por tu pierna hasta encontrarse cerca de donde más lo necesitabas –, sólo deseo venerarte como mereces.
-Oh – fue lo único que lograste decir al sentir como su dedo tocaba justo el lugar que necesitabas, a lo que terminaste por responder cerrando los ojos.
-¿Se siente bien? – preguntó curioso, intentaste asentir, pero sólo lograste morder tu labio inferior al intentar callar un gemido, al no recibir respuesta aplicó un poco más de presión y curvó un dedo en tu interior sacándote un gemido más fuerte – Necesito que me digas si se siente bien.
-¡Sí!, por dios, Miles… uhm…
-No dejes de decir mi nombre, quiero escucharlo.
Su mano no dejaba de hacerte sentir maravillas, los sonidos que escapaban de tu garganta te hacían sonrojar pero poco a poco el placer continuaba incrementando hasta que no te importaba si estabas gritando o no.
Sin darte cuenta, a pesar de tener los parpados cerrados lograste ver un fondo blanco. Al abrir los ojos un poco desubicada sentiste una caricia en el costado y al bajar el cabello de Miles resaltaba de donde se encontraba dejando besos. El vestido no estaba apuñado a nivel de tus caderas sino perdido por algún lugar de la habitación.
-Miles – llamaste y él levantó el rostro para verte, apartó un par de cabellos de tu rostro y besó tu frente antes de besarte los labios con reverencia.
-¿Quieres continuar? – pregunta y asentiste antes de rodearle las caderas con tus piernas.
Volvió a besarte tomándose su tiempo, la noche apenas comenzaba y no pensaba detenerse luego de unos minutos.
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nagycyra · 2 months
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Entre detalles
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Un día prometedor, la emoción recorría completamente a T/N, incapaz de poder mantenerse tranquila apenas sonó la alarma de su teléfono.
El sol ni siquiera había mostrado sus primeros rayos, pero no se podía evitar, el día de su boda no podía simplemente verse arruinado por contratiempos.
Finalmente, a sus 27 años, T/N se casará con la persona que más ha amado, Miguel O'Hara, un hombre del que ha estado enamorada desde finales de la universidad, conocerlo había sido una coincidencia bastante extraña, considerar que algún día se casarían era una idea increíblemente ocurrente, un hombre con firmes creencias científicas junto a una mujer con un corazón amable y sensible, es una mezcla extraña para bastantes personas, pero realmente se sentía bien con eso.
T/N apenas salía de la comodidad de su cama, casi tropezando con las sábanas que caían del colchón, apresurada al dirigirse a la ducha, comprobando la temperatura del agua que caía para finalmente despojarte de la ropa que cubría su cuerpo, cómodamente sintiendo el agua recorrer desde la coronilla de su cabeza hasta las puntas de sus pies, soltando un pequeño suspiro mientras los músculos de su cuerpo se relajaba ante la calidez, limpiando suavemente la piel y lavando cuidadosamente su cabello hasta que finalmente siente la comodidad de la limpieza.
Salir de la agradable ducha fue más tardado, el frío de la mañana era incómodo al rozar su piel, usando la cómoda bata para cubrir su cuerpo del frío mientras salía nuevamente a su recamara. Los rayos del sol empezaban a brillar a través del lindo bordado en las cortinas, unos pequeños toques sonaron en la puerta de la habitación.
—Cariño, ¿estás despierta?— La voz de Conchata sonó del otro lado, un tono suave y emocionado mientras T/N tarareaba con aceptación, haciendo que la mujer entrará en la habitación, la señora vestía cómodamente, con el cabello recogido y una agradable sonrisa en sus labios. —No sé quién está más emocionada, si tú porque es el día de tu boda o yo porque finalmente el amargado de mi hijo se casará con alguien tan encantadora.
Una sonora risa sale de los labios de T/N, ligeras gotas de agua aún caían de su cabello al suelo, humedeciéndolo y empezando a sentir el frío con mayor intensidad.
—Bueno, a decir verdad creo que voy a chillar de la emoción— Su suave voz se esforzaba en esconder el pequeño grito que T/N anhelaba tanto soltar, las mejillas sonrojadas y el corazón acelerado, Conchata sonreía ante la agradable imagen de su nuera tan emocionada, recordando los días de su propia felicidad al ver a la joven tan inquieta.
—Bien, bien, tú ganas— Habló con una sonrisa mientras abría la puerta y otra mujer entraba, Anna, una amiga cercana y la mujer que se encargará del maquillaje, a pesar de su aspecto ligeramente desaliñado al buscar la forma de encontrar un espacio adecuado para atenderte, la sonrisa de felicidad adornaba su rostro, aquellos ojos azulados te veían con tanta alegría, sus labios pintados de un tono ligeramente rosado apenas resaltaba, Anna tiene la clara intención de que seas la mujer más hermosa en ese día, no solo se habías esforzado en mantenerte como una gran estudiante en tus días universitarios, también lo hiciste al sentir el deseo de querer ser una destacable esposa.
Recordar el día que Miguel se arrodillo en aquel muelle, una linda noche donde todo estaba hermosamente alumbrado, detalles con flores y música suave de fondo mientras te pedía nerviosamente casarte con él, fue simplemente una noche inolvidable, naturalmente la boda también debe serlo.
Con una sonrisa, T/N estaba sentada frente al tocador, mirando por el espejo como Anna acomodaba bolsas de diferente tamaños sobre una mesita para después sonreír con cierta complicidad, Anna te conoce mejor que nadie, es tu mejor amiga y quien más consideración ha tenido contigo al paso del tiempo, una chica que siempre mostró amabilidad y lealtad a su amistad, incluso dejando de lado a chicos si veía que intentaban dañarte o insinuarse hacía tu persona con alguna intención maliciosa.
Ella se encargaba de tratarte cuidadosamente, sabe lo curiosa que eres y lo inquieta que te pones al tener que esperar tanto, limpiando tu piel suavemente, aplicando el maquillaje, observando los pequeños detalles a destacar, ella siempre te ha dicho lo hermoso que son tus ojos, aquella mirada que era tan expresiva, que brillaba tanto al hablar o hacer algo que tanto te gustaba, lo rápido que se hinchaban cuando llorabas con alguna típica novela dramática o incluso cuando llegaste a llorar por la historia de un perro que esperó por tanto tiempo a su dueño, ella no era tan sensible como tú pero ciertamente nunca se burló de tu forma de ser, aún cuando curiosamente se conocieron por medio de malentendidos.
—¿Cómo es posible que mi mejor amiga se esté casando tan pronto?—Cuestionó Anna con una sonrisa en sus labios, poniendo hábilmente el delineador, resaltando la belleza de tus hermosas cuencas.
—No me digas eso, tú te casaste antes que yo—comentó T/N con una sonrisa en tus labios, siendo regañada por Anna al moverte demasiado al intentar verla.
—Si, llorabas tanto que incluso me retrasé en ir a ver a los invitados después de la ceremonia—La voz de Anna sonaba tan nostálgica, la conoces bien, sabes que ahora es ella quien posiblemente se pondría a llorar de emoción.
—No puedes culparme, me tienes acostumbrada a tener tu atención, de la nada resulta que te casaste y ahora te tengo que compartir— te quejabas con un puchero en tus labios, provocando una risa divertida en Anna.
—Pero sabes que siempre estoy para ti.
—Lo sé, hoy es una prueba de eso— una sonrisa se dibujó en los labios de T/N, Anna solo maquilla como un pequeño pasatiempo, ella es la dueña de un prestigioso restaurante, la viste llorar y hacer corajes para llegar en dónde está, y su esposo, Marcus, es un conocido vendedor de bienes raíces , aún que según él su verdadera pasión es la crítica gastronómica, pero T/N siempre la consideraba como una excusa para probar de primera mano los platillos de Anna.
—Realmente debes considerar que hice magia para preparar tu bufete— la voz de Anna sonaba orgullosa, ella misma se había encargado de organizar todo meticulosamente, dios sabe lo que sufrieron los pobres cocineros ese día.
Una agradable risa salió de tus labios, realmente sabías que Anna fue bastante quisquillosa en cada detalle para tu día.
—Si, lo sé.
Pasó el tiempo, el esmero en arreglar cada detalle del maquillaje, vestido, peinado, todo fue tan cuidadoso que T/N creía que se te haría tarde. T/N lograba ver su reflejo en el espejo, estaba realmente hermosa, tu maquillaje resaltaba la belleza de tus ojos, mostrando las hermosas curvas de tu cuerpo cubierto de una tela suave y cómoda, mostrando ligeros detalles que destellaban sutilmente en tu escote, resaltando la belleza de tu cuerpo, de tu suave piel.
Cada detalle parecía único y exclusivamente hecho para ti.
Finalmente llegó la hora de salir, a pesar de las diversas ideas sobre dónde sería la boda, la idea de salir de la enorme iglesia con un vestido blanco parecía ser la mejor opción, considerando la gran cantidad de personas que habían sido invitadas, fue curioso, inicialmente empezaron con familiares cercanos, hasta que de un momento a otro la mayoría de los familiares de Miguel y amistades cercanas terminaron dentro de la celebración, aunque fue agradable que respetaran la regla de que no habrían niños en la fiesta, más que nada porque el salón llevaba una gran cantidad de espejos y cristales hermosos.
El camino a la ceremonia era algo bastante tranquilo, a pesar de las preocupaciones acerca del trafico, no parecía ser tan caótico como se mostraba inicialmente.
El corazón de T/N latía rápidamente, sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas mientras bajaba de la limosina, acompañada de su padre mientras la encaminaba al altar.
El diseño barroco se la iglesia era casi convencional, pero la emoción no podía ser descrita con palabras, la forma en que las puertas se abrieron para mostrar el interior, para mostrar el lugar casi repleto mientras un nervioso Miguel sonreía casi tímidamente, algo bastante lindo de ver considerando lo seguro que es tu futuro esposo en casi todos los momentos.
Tu padre tomo suavemente tu mano, murmurando palabras tranquilizadoras mientras encaminaba a T/N hacia el altar, cada paso parecía ser un hermoso sueño, recordando las promesas de amor y ternura que se habían prometido desde que se enamoraron.
Finalmente habían llegado frente a Miguel, la sonrisa nerviosa y torpemente enamorada del hombre no tuvo precio al ver lo hermosa que se mostraba T/N.
—Mi amor....— ronroneaba el hombre suavemente, su voz ligeramente seductora, como una promesa de lo que vendría después.
T/N tomo la mano de su futuro esposo, viendo la sonrisa suave de su padre al momento de entregar a su amada y pequeña hija.
—Estamos aquí para celebrar la unión de una hermosa pareja— la voz del sacerdote hacia eco en el gran lugar, hablando y conmemorando el momento hasta que finalmente las palabras definitivas fueron dichas.
—Miguel O'Hara, ¿acepta a T/N para amarla y respetarla hasta que la muerte los separe?
—Acepto.
—T/N, ¿Acepta a este hombre, para amarlo y respetarlo hasta que la muerte los separe?
—Acepto...
Apenas dijeron esas palabras, ambos se vieron, los ojos de Miguel bajaron a ver los hermosos labios de su amada, sus manos bajaron a la cintura de T/N, sus ojos marrones se entrecerraban suavemente ante el amor y el deseo hacia su pareja. T/N lo sabía perfectamente, ella alzó su mirada suavemente hasta que Miguel finalmente puso sus labios sobre los de ella, presionando suavemente, sintiendo el suave sabor del labial, tomando nota del aroma de su amada, la forma en que se estremecía y la forma en que aquella sensación tan adictiva empezaba a llenarlo, haciendo casi imposible alejarse al momento de profundizar el beso. Hasta que finalmente a causa del aire o los gritos de emoción de las personas, Miguel se alejo lentamente, chupando suavemente el labio inferior de T/N, saboreando hasta el último gramo de su amada.
—Tan hermosa, mi amada esposa...— Murmuró suavemente mientras acunaba suavemente una de las mejillas de la hermosa mujer con su mano, sintiendo lo perfecta que es, la forma en que se acoplaban perfectamente al momento de acercarse.
—Te amo, mi guapo esposo— comentó T/N con las mejillas sonrojadas, abrazando a Miguel mientras éste aprovechaba para cargarla entre sus brazos de forma nupcial, haciendo que T/N soltara un pequeño chillido de emoción.
Las personas aplaudieron y celebraban en voz alta al ver a los recién casados caminar a la salida.
Este día no podría ser mejor.
Entonces, ¿Por qué después de cinco años de matrimonio y una pequeña hija, estás aquí, firmando los papeles de divorcio?
—¿Hay algo más que hacer?— preguntó T/N de una forma cortante, su vestido largo de color vino se movía sutilmente con cada movimiento de la mujer, la cuál se había cuidado y mantenido de una manera asombrosa, muchas mujeres la envidiaron al lograr verse tan bien a pesar de haber engendrado a una pequeña niña.
—No, eso es todo, referente a las visitas...
—Fines de semana, empezando de viernes a domingo por la tarde— interrumpirte al hombre que antes era tu esposo, ahora, ex marido, quien vestía un traje gris, la camisa blanca resaltaba el color opaco del saco y sus pantalones.
—Si...— la indiferencia del hombre rompía el corazón de T/N, pero él se lo busco, no eras la culpable, no lo eras....
Es lo que más anhelas creer...
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lileuph-milkybanana · 2 months
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PARTE I
Invierno
Yoongi miró la oscura profundidad de su taza, el líquido dentro era negro y estaba tan espeso como el alquitrán. Tenía tanto vapor que sus lentes se empañaron. Olía a muerte, también, lo que realmente no ayudaba a creer que, supuestamente, era una poción curativa.
Se veía asquerosa.
—Se ve asqueroso—dijo Yoongi y levantó una ceja al ver como una burbuja enorme formada en la superficie se reventaba.
Su voz, demasiado baja y rasposa debido a su nariz congestionada y su garganta adolorida, sonaba graciosa incluso para él. Especialmente cuando sentía sus orejas como si tuvieran un montón de algodón en ellas. Todo se sentía apagado, demasiado caliente y demasiado asqueroso en general. No merecía tener una nariz congestionada, ojos lloros y músculos adoloridos.
—Insulta mi trabajo otra vez y podrás estar seguro de que será la última vez que salvaré tu trasero.
La mano de Hoseok tocó su frente y su mano estaba tan caliente que Yoongi quiso empujarla lejos. Aún no podía descifrar la magia que corría a través de las venas de Hoseok que lo hacía asquerosamente caliente y resistente al frío. Bastardo suertudo.
—Aún tienes fiebre—dijo, alejando su mano. La miró por unos segundos con leve disgusto antes de limpiarla en su camiseta. —Y estás sudando más. Tómatelo todo. No voy a mentir, sabe a mierda. Pero te sentirás mejor después de diez minutos. Quizás quince.
—¿Estás seguro que no te equivocaste como la última vez?
—Pedí perdón, ¿está bien? Además, ambos sabemos que te veías increíble con esa barba. Solo que eres demasiado tímido para admitirlo.
—Te llamaré otro día por si quiero que me crezca una cola o algo.
Habían unas cuantas burbujas de jabón con pequeñas llamas dentro de ellas flotando por la habitación. Yoongi todavía no sabía cuál era el propósito de ellas, pero Hoseok insistía en crearlas cada vez que lo visitaba. Decía que eran tiernas y que levantaban el ánimo. Lo que era cierto. Hasta que accidentalmente reventabas una con tu cara. Definitivamente menos tierno.
Se iluminaron un poquito más cuando Hoseok se rió.
—Siempre olvido que eres un idiota cuando te enfermas—dijo Hoseok, poniéndose su chaqueta. Probablemente ni siquiera la necesitaba cuando su cuerpo era suficiente para mantenerlo cálido. —¿Estás seguro que estarás bien? Es mejor que lo estés porque no quiero quedarme aquí por el resto de la noche. Tu casa es demasiado sombría en el invierno.
—Es encantadora— Yoongi sorbió por las narices—estoy ofendido.
En realidad, había algo encantador sobre su casa cuando mirabas más allá de los colores oscuros y el suelo viejo y chirriante. Pero el elemento más importante era la vista que le daba la bienvenida a Yoongi cada mañana. El bosque, con sus árboles altos, ahora cubiertos con nieve blanca, brillante y hermosa. Con pájaros que cantaban y lobos que aullaban en la noche. Con caminos hechos con los pasos de Yoongi. Tranquilo, pero animado con toda la vida a su alrededor.
—Lo que digas. Avísame si te sientes mejor. O si te crece un par extra de brazos—Yoongi captó la breve sonrisa de Hoseok antes de que desaparecía bajo su bufanda.
El suelo de madera sonó bajo los pasos de Hoseok cuando salió de la habitación de Yoongi y bajó por las escaleras. Yoongi terminó su bebida en un solo y asqueroso sorbo y suspiró. Se acurrucó en una pequeña bola de fatiga y mal humor, decidiendo que ya era hora de una merecida siesta.
Escuchó un sonido de unas patas suaves contra el suelo y Yoongi sintió cómo Gata saltó a la cama. Se tomó su tiempo para acomodarse, eligiendo un lugar junto al estómago de Yoongi y empujó su cabeza contra su mano impacientemente.
—Está bien, está bien—murmuró Yoongi cuando comenzó a acariciarla—¿estás feliz ahora?
Tomó su ronroneo como un sí.
Gata no era exactamente la gata de Yoongi. Aún así, se convirtió en una pequeña parte de su vida, incluso si sospechaba que le gustaba más su comida y tener un lugar cálido para dormir más que él. Su pelaje, negro desde la punta de la nariz hasta el final de su cola, la haría una gata perfecta para un brujo. A excepción de sus dos manchas blancas en sus patas frontales. Caminaba un poquito gracioso y la cicatriz en su oreja se sentía áspera, pero no era nada comparado con el montón de huesos rotos que era cuando Yoongi la encontró.
Yoongi estaba a punto de dormir cuando Gata levantó su cabeza abruptamente. Sus ojos se abrieron rápidamente.
Las luces flotando a su alrededor parpadearon una, dos, tres veces. Cambiaron de color, también, de naranjo a rojo y de rojo a morado y, entonces, las burbujas protegiendo la luz pop, pop, pop, desaparecieron. Yoongi se sentó derecho, sintiendo algo oscuro e incómodo revolviendo su estómago.
Entonces la puerta en el piso de abajo se abrió ruidosamente.
—Será mejor que vengas y veas esto. Rápido.
Escuchar la voz de Hoseok, incluso si estaba temblorosa, logró calmarlo un poco. Tragó el pánico que había comenzado a nacer en su garganta y salió de su cama.
—No me digas que te asustaste de la oscuridad de nuevo—dijo mientras bajaba las escaleras, pero al ver los ojos de Hoseok se calló.
Yoongi lo siguió hasta afuera, donde el aire estaba frío y podía sentirlo en sus huesos. Llenó sus pulmones con el olor del invierno y el hielo y la sangre que empapaba la nieve fresca, recién caída. Había algo tirado en el suelo, solo a unos pasos de él. Algo grande, negro y que respiraba.
—¿Eso es…? —comenzó a hablar Hoseok.
—Un lobo.
—Son extremadamente raros en donde vivo. Nunca había visto uno. ¿Y tú?
—Escuchado, sí. Primera vez que veo uno—respondió Yoongi. Ya se encontraba caminando hacia él, ignorando los balbuceos asustados de Hoseok.
La figura de su cuerpo se movía con cada respiro leve, arriba y abajo, arriba y abajo. Gemidos temblorosos y dolorosos perturban el silencio de la noche. Seis bocanadas de aire escaparon suavemente de su boca abierta antes de que Yoongi se arrodillara a su lado. Sintió su presencia y gruñó, pero estaba demasiado débil para ser una amenaza.
Yoongi estiró su mano y la puso en la herida que atravezada su estómago, tenía la piel cortada y abierta, su pelaje apelmazado por la sangre tibia. Podía sentirlo temblar bajo sus dedos.
—No voy a dañarte—susurró.
Presionó sus dos manos con más firmeza en su cuerpo y cerró sus ojos. Tomó un gran suspiro, lo sostuvo y lo dejó salir, susurrando el hechizo tan despacio, que solo él podía escucharlo. Sus manos, lengua y labios se movían fácilmente, recordando todas las veces que lo había hecho. Sintió la familiar sensación de la piel cerrándose bajo sus dedos, el olor de la sangre ya seca, escuchó sus gemidos apagarse y su respiración se volvió más estable.
El hechizo terminó y Yoongi quedó sin aire. Abrió sus ojos, sus párpados se sentían pesados y su visión estaba borrosa. Se forzó a sí mismo a moverse y logró pararse; todo el mundo giraba a su alrededor. Sentía como si sus piernas fueran a rendirse, sus rodillas repentinamente débiles al soportar su cuerpo. Intentó tragarse la pesada ola de náuseas y se tambaleó pero logró recuperar el balance antes de caerse. Respiró, dentro y fuera. Y otra vez, dentro y fuera, hasta que el aire frío aclaró su mente y agudizó sus sentidos.
—¿Estás bien?— la voz de Hoseok sonaba muy lejana.
—Estoy bien— respondió, cerrando sus puños manchados de sangre para que dejaran de temblar—ayúdame a entrarlo.
—¿Estás seguro que estarás bien?—Hoseok miró sobre el hombro de Yoongi al lobo tendido en el suelo que se encontraba al lado de la chimenea—es gigante.
Yoongi bufó. Estaba buscando en una estantería llena de botellas pequeñas de colores para encontrar una poción apropiada.
—¿Este cachorro gigante? he lidiado con cosas peores. Además—miró más de cerca una de las botellas, entrecerrando los ojos para leer lo que estaba escrito en la etiqueta— sané la mayoría de sus heridas. Solo necesito darle algo para que duerma en la noche y se irá en la mañana.
Hoseok arrugó su frente y presionó sus labios con duda— Parece más un joven sediento de sangre que un cacharro para mí.
—Eres demasiado dramático— se rió Yoongi— Ve a casa, Hoseok. La gente de tu pueblo te va a extrañar.
—Puedes sobrevivir un día sin mí.
Yoongi inspeccionó otra botella, la que estaba buscando. Era morada, el líquido adentro brillaba como una pequeña galaxia— ¿Estás seguro? la última vez eso no terminó bien.
Hoseok suspiró—Bien. Solo…cuídate.
—Sabes que siempre lo hago.
—Sí. Eso es lo que me preocupa—Hoseok miró una última vez al animal y Yoongi notó la duda en sus ojos.
—Nada en este bosque me ha herido nunca—dijo Yoongi— y él no lo hará, tampoco. Ve a casa ahora.
Yoongi se sentó junto al lobo, inspeccionándolo antes de estirar una mano para pasarla por sul pelaje negro y enredado. El lobo abrió sus ojos, solo un poco pero lo suficiente para que Yoongi viera el marrón de estos y el oro fuego reflejado en ellos. Su mirada se mantuvo desenfocada, mirando algo en la distancia.
—Quiero que bebas esto—dijo Yoongi, abriendo la botella—te ayudará a dormir y no sentirás dolor en la mañana.
Se la bebió toda en pocos, pequeños y lentos tragos. Yoongi continuó acariciándolo hasta que cerró sus ojos y su respiración se volvió profunda y estable.
—Gracias por no ser difícil.
Cuando Yoongi estuvo seguro que se durmió, se levantó y comenzó a caminar a su habitación.
Pero se detuvo. Se dio la vuelta. Tomó una manta del sofá y cubrió al lobo con ella. Si las suposiciones de Yoongi eran correctas, la manta sería útil en la mañana.
La manta si resultó ser útil. Funcionó bastante bien, cubriendo el trasero que le pertenecía a un hombre totalmente desnudo que se encontraba durmiendo en el suelo de Yoongi.
Parecía muy cómodo, incluso sin una almohada, mientras se estiraba con un pequeño suspiro, dándose vuelta para recostarse en su espalda. Era fornido, notó Yoongi, con músculos definidos y líneas suaves, pecho ancho y cintura estrecha. Era guapo, también. Unos mechones de su cabello negro y desordenado cubrían sus ojos. Los labios rosados, separados y las pestañas revoloteantes le otorgaban una sensación muy juvenil, casi sin encajar con la línea aguda de su mandíbula y sus cejas oscuras y fruncidas. Su piel tenía un bronceado como el verano, desvanecido, pero aún dorado en el sol de principios de febrero.
Y luego, habían cicatrices. La más grande y fresca estaba en su estómago, comenzando arriba de su ombligo y recorriendo hasta su corazón. Había otras por aquí y allá en sus brazos, más antiguas y ya sanadas. Pequeñas y blancas marcas adornaban sus muslos, una junto a la otra, un recuerdo de los filosos colmillos que las dejaron.
Yoongi carraspeó y el chico desnudo abrió sus ojos a regañadientes. Se sentó con otro suspiro y pestañeó unas cuantas veces antes de que estuviera lo suficientemente consciente para registrar a Yoongi apoyándose contra el marco de la puerta.
—Hola—dijo Yoongi, entretenido. Cruzó sus brazos sobre su pecho y esperó.
Unos ojos adormilados hicieron contacto con los de Yoongi y luego se abrieron al darse cuenta de donde estaba. Miró alrededor nervioso antes de mirarse así mismo y luego a Yoongi. Se sonrojó desde su cuello hasta la punta de las orejas, y torpemente envolvió la manta a en su cuerpo. Se puso de pie, tropezando con sus pies en el proceso.
—¿Quieres tomar desayuno o…? —bromeó Yoongi, mientras el chico pasaba corriendo a su lado para salir.
Todavía había algo muy animal en sus pupilas dilatadas y sus movimientos rápidos y nerviosos. Se paseó en círculos incómodo, pasando su peso de un pie a otro antes de que Yoongi, amablemente, le señaló la puerta. La abrió y con un fuerte golpe y en menos de veinte segundos después de despertar, se fue.
Yoongi llevó sus pies al porche, escondiendo un bostezo atrás de su mano. Recogió la manta que el chico dejó atrás y suspiró, quitándole la nieve. Desde donde estaba, vio las huellas en la nieve que repentinamente cambiaron a patas, dirigiendo directamente al bosque.
—De nada—murmuró.
***
Las semanas pasaron y Yoongi no volvió a ver al chico lobo otra vez. Escuchaba aullidos en la noche y a veces sentía un par de ojos mirándolo desde la oscuridad, pero nada más que eso.
Hasta el día en que encontró un pato muerto afuera de su puerta.
Lo miró por unos segundos hasta que notó unas huellas de patas en la nieve que se le hacían familiares. No necesitaba un pato muerto. Es más, se sentía mal por él. Después de considerar un entierro, decidió dejarlo en el bosque para que alguien más lo encontrara.
Después encontró una paloma, otro pato y unos cuantos peces, todos muertos. Yoongi comenzó a temer abrir su puerta, con miedo de encontrar otro cadáver allí. Los volvió a dejar en el bosque, esperando que alguien que tuviera más necesidad de ellos lo encontrara.
Después de su último regalo, una trucha que hizo contacto directo son sus ojos de pez muerto (lo quemó) decidió consultar con alguien. Se dirigió a una arroyo que fluía no muy lejos de su casa en busca de algún tipo de ayuda.
—¿Jimin? —escuchó una risa familiar pero ninguna respuesta— Vamos. No tengo tiempo para jugar a las escondidas contigo.
El agua salpicó y una cabeza salió a la superficie.
—Hey—dijo Jimin, empujando su cabello mojada lejos de su frente.
Jimin, una ninfa, delicada e intocable como la misma agua. Su cabello era dorado y brillante, su cuerpo suave y de alguna forma transparente. Tenía tanta inocencia en su dulce sonrisa que distraía de sus ojos oscuros y que siempre tramaban algo. Y con una voz tan hermosa como fatal para algunas almas desafortunadas.
Jimin nadó hasta el bando nevado y descansó sus brazos ahí. —¿Pasa algo?
—Necesito tu ayuda.
Los ojos de Jimin se entrecerraron. —¿Y qué obtendré a cambio?
Yoongi debió haberlo sabido. Incluso si Jimin era encantador, raramente hacía cosas gratis. Yoongi chasqueó su lengua y respondió, —La satisfacción de haber ayudado a un amigo.
La expresión de Jimin se tornó increíblemente aburrida y parecía estar listo para volver bajo el agua. —Estoy un poco ocupado ahora, así que…
—Bien—suspiró Yoongi. Arrugó su nariz al pensar en todos sus muebles mojándose, pero no es como si tuviera otra opción— Un día en mi casa. ¿Qué tal eso?
—Tres.
—El hechizo sólo puede mantenerte lejos del agua por 24 horas. Lo sabes.
Jimin levantó una ceja. —Aún creo que es una excusa muy conveniente que inventaste. Pero está bien. Día, noche y una buena cena entre medio.
—Tú no comes.
—Soy bueno pretendiendo.
—Trato hecho…¿Me escucharas ahora?
Puso su mentón en su mano y sonrió dulcemente. —Por su puesto.
Yoongi se agachó para estar más cerca de Jimin y bajó el tono de voz. —Alguien ha estado dejando animales muertos en mi puerta.
Jimin lanzó su cabeza hacia atrás en una risa ruidosa y chillona, sus ojos se arrugaron tanto que casi desaparecieron. —Pero tú no comes carne—se las arregló para decir entre risas— ¿Siquiera sabes quién es?
—Sí. Un hombre lobo que salvé hace un tiempo.
Jimin silbó. —Mírate. Recibiendo regalos de tu novio lobo sin decirme nada antes.
Yoongi pasó su mano por su cabello y se preguntó por qué pensó que esto sería una buena idea. Ya podía sentir el principio de una jaqueca comenzando en la parte trasera de su cabeza.
—Ni siquiera lo conozco. Estaba sangrando frente de mi casa así que lo entré. Después despertó desnudo en mi piso y escapó sin decir nada.
—¿Y te preguntas por qué quiero pasar tiempo en tu casa? Escúchate. ¡Tienes hombres lobo desnudos durmiendo en tu piso! ¿Sabes qué pasa aquí? Nada. Todo lo que obtengo es un lobo intentando atrapar un pe- —los ojos de Jimin se abrieron excesivamente y sus labios formaron una O perfecta —Oh…
—Estaba por preguntar si lo viste.
—Sí, como hace un día. Si crees que un humano en el hielo es gracioso, debiste haber visto esto. Fue valiente, sin embargo, realmente quería darte esos peces.
Yoongi se sintió mal por un momento. No es que no apreciara esta forma de decir gracias. Es sólo que preferiría algo que no tuviera tanta muerte.
—Esperalo una noche y dile que no comes carne—dijo Jimin después de un momento. Hizo pequeñas bolas de nieve y las tiró en el agua para mantenerse ocupado mientras pensaba. —Pídele algo mejor a cambio. Lo salvaste, después de todo.
—No quiero nada a cambio—murmuró Yoongi— pero gracias.
—No hay problema. Por cierto—la expresión de Jimin se tornó astuta— ¿era lindo?
Yoongi se puso de pie y quitó el polvo de su ropa. Envolvió su bufanda un poco más alrededor de su cuello y metió sus manos en el bolsillo de su abrigo.
—Volveré mañana para que vamos a mi casa. Nos vemos.
***
Yoongi vio al hombre lobo una semana después, cuando estaba a unos pasos de la puerta de Yoongi. El contorno de su espalda tenía un tenue resplandor azul bajo la luz de la luna. Una capucha cubría su cabello y sus manos estaban metidas profundamente en los bolsillos de su chaqueta gastada y remendada.
—Hombre lobo desnudo—dijo Yoongi.
El chico se sobresaltó y se dio vuelta para enfrentarlo. Parecía irritado, empujando su lengua contra su mejilla y presionando sus labios como si estuviera considerando no contestar. Aún había algo frágil sobre la curva de sus labios, pero ya no parecía vulnerable, pues todas sus rasgos suaves estaban escondidos detrás de un escudo de ceño fruncido y sus ojos oscuros y serios.
Cambió su expresión a una neutral cuidadosamente antes de responder. —Es Jungkook, de hecho.
Yoongi se dio cuenta de que era la primera vez que escuchaba su voz. Era un sonido placentero, cálido, a pesar de lo distante que era Jungkook.
—Soy Yoongi—dijo, aunque no sabía si a Jungkook le interesaba.
Había una pequeña bolsa en los pies de la puerta de Yoongi. Jungkook debió notar la vacilación de Yoongi porque volvió a hablar.
—No es un pájaro muerto, no te preocupes. Me di cuenta que no eras un fan de eso—hizo un pequeño puchero.
Cuando Yoongi abrió la bolsa, fue golpeado por un aroma fresco de hierbas proveniente de adentro de la esta. Miró con cuidado y notó que habían unos cuantos tallos verdes con pequeñas hojas, atados cuidadosamente con una cinta.
—Romero. Alguien me dijo que era bueno para los resfríos— dijo Jungkook. Su tono aún era indiferente pero se permitió sonreír—parece que te enfermas seguido.
Comenzó a darse la vuelta pero se detuvo en último segundo. Se tensó un poco antes dedecir hablar de nuevo, su voz sonaba débil y más insegura que antes.
—Gracias. Por lo de la otra noche, me refiero—sonaba como si tuviera que forzar las palabras salir de su cuerpo, cada una de ellas estaba separada por una pequeña pausa— Y um. Perdón por los problemas.
—No te preocupes. Gracias por tus…regalos.
Jungkook asintió y se relajó un poco. Yoongi lo miró por unos momentos mientras se alejaba y el sonido de la nieve bajo sus botas se vuelven más y más distantes.
—Jungkook—lo llamó Yoongi antes de que Jungkook desapareciera entre los largos árboles.— ¿Qué te sucedió esa noche?
Jungkook se encogió de hombros— No a todos les agradan los lobos.
Dio unos pasos más hasta que Yoongi no pudo verlo más, su silueta perdida en la oscuridad del bosque.
***
Jungkook no volvió a aparecer después de esa noche pero había signos de él en el bosque. Sus patas marcadas en la nieve, a veces solo, a veces junto a las huellas de otro lobo. Gotas de sangre, un camino de gotas rojas que llevaba a los huesos, piel y las plumas de lo que quedaba de sus presas. A veces huellas, una señal de botas pesadas que vagaban entre los árboles que Yoongi no intentó seguir.
Fue solo por casualidad que Yoongi vio a Jungkook durante una de sus usuales caminatas. Incluso desde la rama en la que estaba sentado, grande y lo suficientemente baja para alcanzar, pudo ver que había algo raro en la forma que caminaba.
—¿Algo mal con tu pierna? —preguntó Yoongi, tan pronto como se acercó. Jungkook se sobresaltó con sorpresa, se detuvo y miró confundido antes de encontrarlo.
—Estoy bien— cambió su peso para pararse normalmente pero apretó sus dientes con dolor— no es nada.
—¿Así que cojeas por diversión?
Jungkook cruzó sus brazos sobre su pecho y suspiró. Claramente se ve reacio a hablar—salté.
—¿Saltaste? — preguntó Yoongi, entrecerrando sus ojos.
—Y tuve un aterrizaje de mierda.
—Podría ayudarte con eso—propuso Yoongi, antes de poder recordar que no era nada de su incumbencia.
Las mejillas de Jungkook se veían pálidas, todo el color de su cara desapareció excepto por su nariz rosada. Tenía ojos cansados, como si no hubiera estado durmiendo bien. Sus manos agarraban la manga de su chaqueta tan fuerte que sus nudillos estaban blancos.
—Te dije que no es nada—la voz de Jungkook sonó débil y forzado, por lo que Yoongi decidió que era un buen momento para dejar el tema.
—Claro. Sabes dónde encontrarme en caso de que cambies de opinión.
Yoongi esperó hasta la mañana para escuchar un suave golpe en la puerta. La abrió y se encontró una expresión de pura derrota en la cara de Jungkook.
***
No es como si Jungkook visitara la casa de Yoongi seguido pero estaba más ahí. Y de sus visitas ocasionales aprendió dos cosas.
Una - Jungkook se lastimaba seguido. Yoongi no sabía si eso era una cosa de hombres lobo o una cosa de Jungkook. Quizás una combinación de ambas. No era nada demasiado serio, un tobillo esguinzado, músculos desgarrados, algunos cortes por aquí y por allá. Usualmente terminaba con una jaqueca para Yoongi. Nada que no pudiera manejar.
Y dos - algo que Yoongi leyó como arrogancia, resultó ser simplemente timidez.
Con Jungkook las cosas eran simples. Venía, siempre com la misma expresión renuente, y se iba en cuanto Yoongi terminaba. Respondía las preguntas de Yoongi cortésmente pero siempre respuestas de una sola palabra. O varios gruñidos, era bueno con esos. Sacudiendo su cabeza, especialmente en días malos. Pero ya que Yoongi tampoco se llamaría una persona conversadora, no le importaba realmente.
Es por eso que Yoongi hizo una nota mental la primera vez que Jungkook le dijo algo más. Comenzó una conversación, incluso.
—¿Cómo está tu resfrío?
Tomó a Yoongi por sorpresa, al punto que se detuvo a la mitad de envolver una venda alrededor de la muñeca de Jungkook. Su mano se quedó ahí, inmóvil, por unos cuantos segundos antes de recordarse que sería cortés responderle.
—¿Ignorando el hecho de que no puedo oler o sentir nada? Estupendo.
—Umm…—dijo Jungkook, en una manera en la que Yoongi aprendió significaba comprensión, y volvió a su previa ocupación, la cual era mirar el piso.
—¿No tienes nada aquí que pueda ayudarte? — Jungkook dijo otra vez, después de lo que se sintió como una hora. —Considerando que sanas…y todo eso—señaló las pequeñas botellas de pociones coloridas y ungüentos que yacían en la mesa — quiero decir, viendo todas esas cosas, debes ser invencible o algo por el estilo.
Yoongi solo bufó —no es tan fácil.
Jungkook tomó aire, listo para decir algo más, pero al final no lo hizo.
Se sentaron en silencio luego de eso hasta que Yoongi escuchó un familiar ruido sordo en la cocina. Pronto, Gata apareció en la habitación, pero se detuvo y su cuerpo se tensó cuando vio a un extraño.
Se acercó a Jungkook lentamente, inclinándose para oler su pierna. Finalmente, maulló y acarició su cabeza contra su pierna.
Solo entonces Yoongi notó como la expresión inaccesible de Jungkook se rompió y una sonrisa iluminó su rostro.
—¿Puedo hacerle cariño?
—Claro—se encogió de hombros Yoongi— si ella te deja.
Jungkook estiró su mano pero no se atrevió a tocarla hasta que ella terminó de olerla. Antes de que pudiera hacer cualquier movimiento, la gata chocó su cabeza contra su mano, instando a acariciarla. Jungkook se rió y Yoongi sintió que se había estado perdiendo ese sonido.
—¿Cuál es su nombre?
Yoongi se sintió un poco estúpido antes de carraspear y responder —Gata.
—Wow—resopló Jungkook— que original.
—Y práctico—Yoongi miró como la expresión de Jungkook se volvió de asombro cuando Gata le permitió acariciarla bajo su barbilla. —no sospechaba que te emocionarias tanto por un gato.
—Es porque es la primera que no huyó de mí.
—Claro—dijo Yoongi. Escuchó como Jungkook intentó esconder una risa cuango Gata lamió su mano. Por un segundo, se olvidó de los lobos, de colmillos lo suficientemente filosos para partirlo por la mitad, de la nieve cubierta con sangre, y se preguntó: ¿por qué alguien querría huir de él? —Siempre ha sido un poco diferente.
Lentamente, una palabra se convirtió en frases cortas, que luego comenzaron a ser más y más largas, hasta que finalmente desarrollaron algo que podía ser llamado diálogo. Mayormente enfocado en el mismo tema, el cual era formas creativas en las cuales Jungkook se lastimaba, pero aún así. Un diálogo. Una conversación real entre dos seres. Nunca sobre algo personal, pero a Yoongi no le importaba. Era sorprendentemente agradable, de todas formas.  
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justdeathbylove · 10 months
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"PECADO" (parte I).
Categoría: monorol/relato.
Advertencia: contenido explícito +18.
2023, Corea del Sur.
Desde el momento en el que Arin había cruzado la puerta él sabía lo que sucedería, no se resistió, ella era la "medicina" que necesitaba esa noche. Sus manos subían por los muslos debajo de la falda que llevaba, masajeando con desesperación marcaba sus dedos en la piel suave de la mujer mientras se devoraban el uno al otro en un beso. La fricción del roce indirecto de sus sexos les robaba suspiros y suaves jadeos que llenaban la cocina, el escenario inesperado en el que dejaron que sus instintos se desataran con furia como el temporal fuera.
El tacto quemaba en los dedos de Seojoun, ardían en deseo con cada roce y él estaba hambriento, a punto de perder toda su cordura. La prenda inferior cayó a sus pies y levantó a Karma sentándola sobre la isla contra la que la mantenía acorralada, ella separó sus piernas instintivamente y él se acomodó entre ellas, dónde solía encajar perfectamente. Las manos del músico se posaron en los muslos de la mujer abriéndolas aun más para él, no pudo resistirse a la vista de la lencería oscura y húmeda contrastando con la piel blanca y suave.
Mantener el control era imposible para ese punto, rebuscó en el cajón a su lado y tomó el primer cuchillo que alcanzó. Con un asentimiento de su cabeza ella accedió, como en tantas otras ocasiones las palabras entre ellos sobraban. La punta de la hoja filosa bajó por el abdomen de Arin lentamente tentando y ella siguió el trayecto, contuvo su aliento mientras y mordió su labio inferior en un intento de ocultar el leve temblor. Seojoun se alimentaba de esa adictiva combinación de miedo y adrenalina, se veía hermosa, era una presa indefensa en las manos de un depredador.
El corte fue rápido, la tela fina de las bragas cedió de inmediato y las dejó caer a sus pies. Una sonrisa de satisfacción apareció en su rostro cuando Karma ahogó un quejido con sus ojos cerrados. Miedo, puro y genuino, le daba el poder completo sobre ella, lo convertía en un pecador.
—Abre los ojos, Arin.—Soltó una suave risa por lo bajo.
Apoyó la punta filosa sobre su muslo y cuando su órden fue acatada ejerció presión. Un camino de sangre apareció cuando comenzó a trazar el pequeño corte, el suave ardor que le provocaba a la mujer y los insultos que balbuceaba despertó la euforia en él. Trazó sus iniciales en la piel de Arin como un recoratorio de su paso por su cuerpo, el dolor ajeno era una adicción y disfrutó de cada quejido que provocaba en ella. Pero conocía los límites, no podía dejarse llevar por completo por su sadismo aunque su mente reproducía los escenarios más dolorosos para su acompañante.
Dejó el cuchillo de lado y se inclinó sobre su sexo pasando su lengua por la entrada recogiendo sus fluidos mientras subía entre sus labios hasta su clítoris. Para él era una completa delicia. Karma apoyó su espalda contra la isla y echó su cabeza hacia atrás, sus dedos se enredaron en la cabellera oscura de Seojoun cuando con sus labios ejerció una suave succión y con su lengua estimuló aquel punto sensible de forma lenta.
Atento a cada maravillosa reacción se dedicó por completo a satisfacerla, introdujo su índice y su dedo medio en el interior cálido de la mujer empapando sus falanges por completo. Con movimientos lentos comenzó un vaivén en su interior, para ese entonces era imposible entender los balbuceos de Arin, que se sostenía con fuerza del borde de la isla. El placer ajeno lo volvía completamente loco, lo encontraba tan fascinante como el dolor y lo hacía sentir orgulloso de ser él quien sea el que provocaba esas sensaciones abrumadoras en otra persona.
Sintió el interior de la mujer contraerse alrededor de sus falanges, mantuvo su ritmo buscando el deseado orgasmo hasta que un quejido seguido de un gemido escaparon entre los labios de Arin ante el golpe intenso del placer por cada rincón su cuerpo. El tirón en su cabello no le impidió seguir por un breve momento aprovechando la sensibilidad de su sexo para torturarla, su lengua recogía sus fluidos producto del clímax.
Seojoun se incorporó con una sonrisa, ver a Karma con sus ojos cerrados mientras su pecho subía y bajaba en busca de recuperar el aliento era jodidamente excitante. La erección debajo de sus pantalones comenzaba a doler y rogar por atención inmediata.
—Todavía no hemos terminado, Arin. —La alzó en sus brazos para llevarla por fin a su habitación.
Fin.
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deepinsideyourbeing · 1 month
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No se si estarás ocupada o sentís que la idea ya la "quemaste" pero te gustaría escribir un smut de enzo con una lectora embarazada donde tienen sexo muy dulce, el le acaricia la panza y le dice puras cosas lindas ya que ella no se siente tan bonita como antes estando embarazada?
Solo soy una chica vainilla en un mundo de sexo duro 😔
+18!
Con los meses se volvió parte de tu rutina pararte frente al espejo y enfocarte en esos nuevos detalles de tu cuerpo que te hacen arrugar la nariz. Perdés horas decidiendo qué usar, si optar por la comodidad o lucir bonita en una prenda que no te deja respirar, y otros tantos minutos se van mientras masajeás tus estrías con cremas que prometen reducir su apariencia.
Todavía no encontraste forma de apreciar la mayoría de los cambios que el embarazo trajo consigo y tampoco creés lograrlo. En un mal día incluso comenzás a preguntarte si hay algo en tu ser que está mal, sobre todo cuando recordás que tus conocidas se expresaron sobre sus embarazos como si fueran algo mágico y maravilloso.
El único consuelo que encontrás es la obsesión -recientemente agravada- de Enzo con tu cuerpo. Puede pasar horas sosteniéndote entre sus piernas, masajeando tus pechos sensibles hasta lograr que supliques, acariciando el interior de tus muslos para enloquecerte y frotándose contra tu espalda baja.
Adora decirte que estás radiante, peinar tu cabello, besar tus mejillas y repetir "Qué linda pancita" cuando te abraza por detrás. Cada vez que te ayuda a aliviar el dolor de tus piernas y tus tobillos hinchados se asegura de cubrir con besos cada centímetro de piel.
Cuando te encontró en la sala realizando ejercicios de yoga no pudo resistir la tentación y se acercó para observarte. Con la excusa de brindar apoyo, sus manos comenzaron a recorrer tu cuerpo y pronto se encontraba masajeando tu centro por sobre tu ropa.
Antes de que lo notaras ya te había arrastrado a la cama y el lindo conjunto que llevabas puesto había desaparecido.
-¿Me dejás a mí, hermosa?- pregunta cuando intentás subirte a su regazo. Por mucho que Enzo adore ver el vaivén de tus pechos y acariciar tu cadera o colocar sus manos sobre las tuyas cuando sostenés tu estómago, sabe que la posición requiere mucho esfuerzo en tu estado-. No quiero que te canses.
No oponés resistencia cuando te ayuda a recostarte contra su pecho firme y cálido, pero sí intentás golpearlo cuando señala la pequeña sonrisa en tus labios y bromea diciendo que estás muy mimada. Su aliento golpea tu cuello y tu oreja mientras desliza una mano por tu muslo para acomodar tu pierna.
Sentís sus labios sobre tu piel cuando comienza a acariciar tus pliegues y tu clítoris con su miembro, que se humedece por completo debido a tu excitación. Empujás tu cadera contra su pelvis para provocarlo.
Su punta roza tu entrada y suspirás.
-Más.
Su mano se cierra sobre tu pecho y juega con tu pezón mientras se introduce muy lentamente en tu interior con movimientos que serían imperceptibles de no ser porque tu entrada arde un poco ante la intrusión. Entre respiraciones profundas lo escuchás decir:
-Estas muy caliente, bebé.
Cuando sus dedos se dirigen hacia tu abdomen bajo y ejercen presión arrojás tu cabeza contra su hombro. Él captura tu mejilla con sus dientes, más desesperado que antes.
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etinfernum · 3 months
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Why do you ship Argentina with an irrelevant country like Uruguay?
Pensaba traducirlo al inglés pero consideré que ante la bronca era mejor escribir todo esto en mi idioma. Antes de volver a decir una burrada como esa, mejor siéntese, cállese y escuche porque no estoy con mucha paciencia últimamente. Voy a tomar esta pregunta como lo que en realidad fue, un insulto hacia el país y no hacia el personaje: Uruguay no es irrelevante.
Es un país rico en cultura musical, actoral, escritura, futbolística, etc. ¡Tienen los paisajes más hermosos! Por sus grandes parecidos culturales con nuestro país suelen ser los más queridos entre los extranjeros, además que tanto nuestro acento como nuestros modismos son muy parecidos, compartimos también el mate, el dulce de leche, etc.
Por nombrarte ejemplos:
-Punta del Este y Montevideo son unos de los destinos turísticos más preferidos por los argentinos.
- Escuchamos su música rock (No te va a Gustar, La vela Puerca), en nuestras fiestas abunda la plena (Nietos del futuro) y en sus fiestas se escuchan nuestro cuarteto y cumbia villera. También en las épocas más hermosas de carnaval hemos tenido como invitadas a grandes murgas uruguayas.
- Tienen escritores famosísimos como Mario Benedetti, Eduardo Galeano u Horacio Quiroga.
- Hemos recibido con los brazos abiertos a tremendos actorazos uruguayos, algunos de los que se me vienen a la mente son: China Zorrilla (quien tuvo un papel importantísimo en la icónica película "Esperando la carroza"), Natalia Oreiro, Enzo Vogrincic ("La sociedad de la nieve"), Mónica Farro (actriz teatral y vedette), Osvaldo Laport, etc. Además que en su país se consume nuestra farándula/televisión
- ¡Incluso el relato más conmovedor de nuestra historia futbolística (el gol de Maradona a los ingleses) fue realizado por un uruguayo: Victor Hugo Morales! Quien hasta hace poco fue periodista en uno de nuestros noticieros más conocidos. Asímismo en su selección de fútbol masculino tienen a Fernando Muslera, quien nació en Argentina y se nacionalizó uruguayo para jugar allá. Ni qué decir de Luis Suárez, futbolísta también queridísimo por acá, que es también uno de los mejores amigos de Lionel Messi.
Tengo mil y un motivos más para querer a Uruguay, más allá de que tambien lo llevo en mi propia sangre porque toda mi familia es de allá y emigraron a Argentina hace más de dos décadas.
Si no te gusta una ship, bloquea el hashtag o mejor bloqueame a mi. Pero no vengas a molestar ni a insultar a todo un país.
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rabbitcruiser · 3 months
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Sea Otter Heaven, Morro Bay (No. 3)
Sea otters live in coastal waters 15 to 23 metres (49 to 75 ft) deep, and usually stay within a kilometre (2⁄3 mi) of the shore. They are found most often in areas with protection from the most severe ocean winds, such as rocky coastlines, thick kelp forests, and barrier reefs. Although they are most strongly associated with rocky substrates, sea otters can also live in areas where the sea floor consists primarily of mud, sand, or silt. Their northern range is limited by ice, as sea otters can survive amidst drift ice but not land-fast ice. Individuals generally occupy a home range a few kilometres long, and remain there year-round.
The sea otter population is thought to have once been 150,000 to 300,000, stretching in an arc across the North Pacific from northern Japan to the central Baja California Peninsula in Mexico. The fur trade that began in the 1740s reduced the sea otter's numbers to an estimated 1,000 to 2,000 members in 13 colonies. Hunting records researched by historian Adele Ogden place the westernmost limit of the hunting grounds off the northern Japanese island of Hokkaido and the easternmost limit off Punta Morro Hermosa about 21+1⁄2 miles (34.6 km) south of Punta Eugenia, Baja California's westernmost headland in Mexico.
In about two-thirds of its former range, the species is at varying levels of recovery, with high population densities in some areas and threatened populations in others. Sea otters currently have stable populations in parts of the Russian east coast, Alaska, British Columbia, Washington, and California, with reports of recolonizations in Mexico and Japan. Population estimates made between 2004 and 2007 give a worldwide total of approximately 107,000 sea otters.
Source: Wikipedia
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