sé que la frase que más repito es "estoy cansada", pero es que siempre lo estoy.
Estoy cansada de dar la imagen de la inocente, la lista, rabajadora, la que antes era cariñosa y ahora es una pasta de todo, la que ignora supuestamente a todos y a todo. la realidad es que estoy tan tan metida en mi mente que no puedo escuchar nada de voces exteriores, no consigo aclarar lo que hay aquí dentro como para tener la capacidad de además escuchar a tras personas. Y sí, me encanta escuchar y me puedo pasar más horas ecuchándote a ti de las que me escucho a mí en realidad. Pero todo se vuelve difícil cuando mis voces gritan desesperadamente lo inútil que puedo llegar a ser en todo. Siento que después de tantos años con estas etiquetas, ya nadie me verá de otra forma. Que nunca dejare de ser la chica inocente, trabajadora y tímida que todos ven que soy, y cuando después de tanto me he acostumbrado a que todos me vean así, ya solo intento encajar en sus etiquetas impuestas. Ser la "inocente", la que no sabe nada de la vida, no es nada divertido, todos a mí alrededor siente que saben de todo, y joder, sí saben más que yo, pero es que me lo restriegan de una manera que me hacen sentir una inútil por no saber sobre x tema. Cansa que la gente te trate como si fueras una niña pequeña a quién hay que cuidar, por "pobrecita, no sabe nada de la vida, es taan inocente ella". Cada vez que los escucho me dan ganas de llorar, una impotencia y una rabia, las ganas necesarias de romper todo, y ojalá pudiera romper todo...
Desearía gritarles que dejen de tratarme como una niña, que esta niña se está hartando de todos y más de una vez ha deseado que todos desaparecieran o fuera ella quien lo hiciera. Porfa, dejar las etiquetas, es frustrante que siempre te vean y traten de la misma manera aunque intentes cambiar. Ellos siempre te verán igual porque nadie conoce todas nuestras versiones. Y si te das a conocer, la mayoría te juzgan o te dejan de lado.
estoy harta de todos, ojalá vivir sola siempre.
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el usuario roselavie ha compartido sobre su miedo a
[ ratas y/u otros insectos ]
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#𝟎𝟎𝟏 —— el primer accidente.
aquella resultaba una de las peculiares oportunidades en que familia pasaría la velada como cinco con intenciones de ocio. no una cena en un pomposo restaurante con los socios del matrimonio, tampoco una elegante gala. no, no. más bien una ordinaria noche viendo una película en el cine, eso era. el hijo del medio había insistido, pataleado, llorado una infinidad de veces con que quería ir... el problema recayó en que secretario reservó tickets para ratatouille ¡ y el niño deseaba ver autos transformándose en robots gigantes mientras peleaban para salvar el mundo, no esa tontera ! ante la mirada severa del mayor de los tres, quien siempre se supo responsable por la actitud de los menores, es que aguas se calmaron y todos ocuparon sus respectivos asientos.
una vie, de cinco años por aquel entonces, movía inocentemente sus piernitas que lejos estaban de alcanzar el suelo en la butaca mientras masticaba las dulces palomitas de maíz, aguardando a que film comenzase a correr ¡consternación no figuraba en los planes!
sin embargo, siempre hay un pero.
el cómo se movía la colita de esa rata... la nariz... los ojitos... ¿cómo el señor podía aguantar que le estuviese tironeando del pelo? en un punto debió dejar de comer, pues se le retorcía el estómago ¿en serio estaba en la cocina cuando salió de la basura...? la gota que derramó el vaso fue ver el centenar de ratas en la alcantarilla, ¿era la familia...?
¡ewwwwwwwww!
¡asco, asco, asco! estaba disgustada a más no poder. familia tuvo que abandonar la sala a mitad de función ante las fuertes arcadas y llanto de la pequeña, por más que uno de los hermanos protestó porque no quería irse sin terminar lo que empezó.
¿y por qué de tan fuerte reacción? no había un porqué, simplemente le resultó lo más asqueroso que vio jamás a esa altura de su vida, tan acostumbrada a lo impecable de hogar y ambiente en que creció, donde nada estaba fuera de lugar.
#𝟎𝟎𝟐 —— el segundo accidente.
¡una pijamada para celebrar un cumpleaños! realidad es que a vie, quien ya contaba con diez años, no le agradaba idea. no le gustaba para nada esa niña que la organizaba ¡ es que estaba obsesionada con ella !
¿las dos coletas con lazos rosados? empezó a peinar su cabello de la misma manera ¿la lapicera rosada con gel y brillitos? apareció con la misma al otro día ¿los stickers con los que decoraba sus hojas? ¡ hasta eso consiguió cuando no le había dicho a absolutamente nadie donde los compró ! ¿sus amigas? se infiltró en selecto grupo de tres (que no necesitaba más cuando fuera de horario escolar prefería pasar su tiempo con mejor amigo), persiguiéndolas a todos lados y pretendiendo estar al tanto de sus planes.
aún así decidió asistir. porque mamá le enseñó que, en una guerra de apariencias, una debe quedar bien ( y que siempre hay que mantener cerca a tus enemigos hasta poder quitártelos de encima, lección número uno, vital, súper importante ).
noche casi transcurre sin problemas. pastel como cena, limonada bien fresca y una comedia romántica con la que podrían reírse, en teoría ¿luego? vie puso el grito en el cielo. fue en corrida al baño que encendió la luz, encontrándose con la ( nueva ) imagen más asquerosa que había visto hasta el momento en su prístina vida ¡ esta vez era en vida real !
cucarachas.
no una, ni dos. mínimo media docena de esos insectos parecían infestar el baño de esa casa. quizá más. no se quedó lo suficiente para verlo ¡ casi se desmayó en el acto del asco ! bueno, quizá exageró un poco y pretendió otro tanto, pero llamó de urgencia a su padre para que fuera a buscarla de inmediato ¡ no pasaría un segundo más en esa casa tan sucia ! ¿qué si hasta la comida estaba infestada por esos bichos? ¿se bañarían ahí mismo...? asco. al llegar a casa, se metió a la ducha de inmediato para quitarse sensación de suciedad y picor que le quedó.
al otro día, no demoró nada en esparcir sus terribles vivencias noche anterior, exponiendo a aquella chica y humillándola en el proceso, hasta le dejó una tarjeta de control de plagas sobre su escritorio. consiguió que el resto de la clase le mirase por encima del hombro y dejasen de hablarle. los niños a veces pueden ser crueles.
#𝟎𝟎𝟑 — — el tercer accidente.
con un avance rápido, nos encontramos con una vie de ya diecinueve años, graduada de secundaria e instalada en la gran manzana tras abandonar el nido familiar ¡ debía estar experimentando la vida de serena van der woodsen !
en cambio, vida en el upper east side supone una tortura ¡una vez pidió una ensalada que llegó con moscas! obviamente no compró jamás en tal establecimiento, denunció e insistió hasta que un inspector de salud fue a clausurarlo ( o algo ). y, ¿hola? ¿ratas en central park? ¡¿es que son una plaga?! ¡está bien que en medio de la dificultad reside la oportunidad, o un dicho similar, pero no quería que saliese una rata de entre las patas del banco cuando estaba en medio de una cita! útil porque por entonces muchachito que tenía por cita la consoló cuando exageró a pleno disgusto y no se separó de ella por el resto de la tarde ¡pero que asco! detesta el chillar de estos animalitos, como corretean con las patitas, le da asco. y ni hablar del subte... uf, ¡sucio! jura que casi muere cuando tuvo que tomar apestoso transporte. lo odió.
¡ y su otra mitad no hacía más que enviarle fotografías de los grotescos insectos que se cruzaba o de la temporada de arañas ! a propósito, porque sabe conseguiría que le llame para pelear y acabarían hablando por horas de cualquier otra cosa ¡ pero seguía sin entender cómo es que decidió irse hacia australia ! ugh, ¿cómo podían vivir rodeados de tantos bichos llenos de infecciones y posibles picaduras venenosas? imposible.
ah, sabía debía irse a parís.
le arrastraría allí como sea el próximo verano.
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