Tumgik
yinnydegoxs · 8 days
Text
¿Amor o amistad? Parte 42
Despertó de un momento a otro, desorientado y adolorido, cuando abrió sus ojos se encendieron para ver de nuevo, todo se veía negro, podía suponer que estaba con las cuencas cubiertas, al mismo tiempo podía notar una mordaza en su boca cuando se orientó lo suficiente y unos fuertes amarres que sujetaban sus muñecas, rodillas y tobillos, al punto de ser más que incomodo, quizá esa sensación dolorosa fue la que poco a poco lo fue despertando, intento invocar sus manos, pero al tener las reales completamente restringidas las réplicas no parecían coordinar para poder moverse, sin mencionar que el calor que sentía interfería con sus señales mágicas.  
Intento forcejear las ataduras, si aún fuera un esqueleto, deshacer los nudos sería pan comido incluso estando en celo, pero esa opción ya no era viable; recordando aquello, su alerta volvió a saltar, ¿cuánto tiempo estuvo inconsciente? ¿Habían pasado horas, días? Aún sentía el horrible calor en su vientre, así que no podía haber pasado mucho tiempo, sin embargo, que sintiera aquello con mucha más fuerza indicaba que aún estaba en esos días probablemente en los que empezaba a ser mucho más insostenible.  
—Oh, tanto movimiento, ¿se ha despertado doctor?  
Se quedo quieto en el lugar, alzando la cabeza levemente hacia donde había oído a quien lo había atado, aún si quisiera, pelear no era una opción, escucho los pasos de quien venía, con un leve chapoteo, lo que le hacía entender que posiblemente su andar fuera imperceptible si no ponías atención. De un momento a otro la venda de sus ojos fue retirada de sus cuencas, las entrecerró un poco, sin poder ver mucho al inicio por el cambio de luz, pero una vez enfoco la vista, pudo ver esa figura harapienta, desalineada y desagradable de su captor.  
—Ha pasado tiempo doctor~ un placer volver a vernos cara a cara~ —sonrió de lado, tomándolo bruscamente del mentón —Debo suponer que el espléndido y prestigioso doctor Gaster aún me recuerda.  
Apretó sus dedos, clavando las garras por el cuello logrando que el otro se quejara levemente.  
— . . . —frunció el ceño molesto, volviendo a forcejear.  
—Oh, seguramente me recuerda, aunque ha pasado tanto… de verdad extrañaba verlo… tan cerca… —rio relamiéndose.  
Gaster intento retroceder la cara al momento que el maldito gato pasaba la áspera lengua por una de sus mejillas, apenas lo consiguió uso el peso de su cuerpo para darle un cabezazo al hocico, haciendo que casi cayera hacía atrás por el golpe. El captor solo se llevó la mano a la nariz, gruñendo por lo bajo antes de recomponerse.  
—Realmente quería ser amable doctor… pero parece que aún no entiende su posición.  
Dicho aquello, sin ningún tipo de miramiento volvió a sujetarlo del mentón y uso la mano libre para pegar con el puño cerrado contra su vientre con bastante fuerza, como reflejo el científico tosió aún con la mordaza puesta, apenas tomó algo de aire miró con furia al otro. Esto solo hizo crecer la sonrisa siniestra que con poco esfuerzo había ocultado, araño su mentón con clara intención de hacer daño y luego saco de uno de sus bolsillos la pequeña pero perjudicial picana eléctrica lo que hizo al contrario tensarse al momento.  
—Me alegra taaaanto haberlo estado vigilando en las sombras, uno aprende a ser… invisible con mayor facilidad cuando está en la lista negra de nuevo, ¡y esta preciosura que encontró hace un tiempo es muy útil! ¡Tomar una caja cuando se fue! No sabe lo fácil que es robar comida y lo que sea desde que la tengo y sabe, —la apoya contra uno de los hombros —no solo es que de un shock que inmoviliza, puede hacer mucho, pero muuuucho daño~  
—¡. . .! —se retorció, intentando alejarse de aquello.  
Gaster solo apretó con fuerza los dientes contra la mordaza, ahogando un gemido de dolor cuando aquello volvió a darle una descarga, pero esta vez no dejo que lo noqueara, no, eso sería demasiado fácil; Jack solo rio y cambio de lugar el aparato para dar otra descarga aleatoria, cuando veía que estaba llegando al límite simplemente lo alejaba. Cuando aquellas descargas comenzaban a ser un peligro real, cuando bajaban un pequeño porcentaje de vida, era cuando debía parar, al menos para no terminar por desmayarlo de nuevo.  
Jugó durante unos minutos más hasta que se acabó la batería, Gaster jadeo fuertemente contra la mordaza, el gato solo arrancó el trozo de tela enrollada, mirándolo unos momentos mientras recobraba un poco de aliento.  
—¿Duele doctor? Es un monstruo jefe después de todo, ¡esto no es nada! ¿verdad? —le levanto la cabeza —¿Sabe que si duele doctor? ¿Sabe lo que he tenido que pasar? Me he convertido en una basura para todos los monstruos, ¡ir por segunda vez a la lista negra! Todo porque no me acepto, ¿por qué no hacerlo? ¡Dejó que me acercara tanto…!  
—Tks —le escupió en la cara —ya eras… una… maldita basura… desde el inicio, Jack.  
—¿Sigue sin comprender en que posición esta? —se relamió donde había manchado —bueno, esa terquedad suya es lo que siempre lo hizo malditamente atractivo, —volteo y se acercó a una mesilla destartalada —no sé qué hizo en este tiempo, pero debo decir que actualmente tiene un cuerpazo, mucho más sólido… y sensual.  
Gaster se sobresaltó al ver unas tijeras en sus manos, Jack se acercó de nuevo a donde estaba, agarrando la tela de la camisa y pasando sin el menor cuidado las hojas oxidadas, destrozando la ropa superior para dejar su pecho al descubierto, se tensó completamente cuando puso una mano por uno de los costados de su pecho y dio un arañazo sorpresivo, yendo de un lado a otro.  
A pesar de que podía sacar una mueca de dolor, él resistió a no soltar ningún sonido.  
—El rey va a asesinarte por esto.  
—Oh, es cierto, cierto —golpeo delicadamente la tijera contra su cara —pero a estas alturas ¡qué importa! —tiró la tijera a un mueble al azar del lugar —lo tengo solo para mí, el resto de las cosas se pueden ir al diablo.  
Dicho aquello agarró por el pecho a su presa, apretando en distintos lados, rompiendo de un par de arañazos las tiras que cubrían sus pezones y claro que fue directo a ellos; Gaster maldijo por lo bajo, aquella sensación de tener a otro tocándolo lo repugnaba, además de sentir como pequeñas pero dolorosas puntadas le daban por el cuello cada que tocaba sus áreas sensibles, un monstruo con marca solo puede sentir placer con su pareja, así que cualquier otro que le pusiera las manos encima, hacía que aquello fuera un sufrimiento.  
No es como si eso le fuera a importar a ese gato obsesionado con su persona.  
—Deja de tocarme… —apretó los dientes cuando sintió una mordida en su pecho.  
—Quizá debí dejarlo con la boca tapada si de todos modos no va a gemir para mí.  
—Una basura como tú… —Afiló la mirada.  
—Parece que tendré que adiestrarlo, es decir, es un orgulloso monstruo jefe después de todo… pero parece tener periodos débiles, ¡lo he visto por años! ¡Como viene a New Home y se queda aquí en ciertas fechas! Y sé de sobra que ahora es una de esas fechas.  
—Eres un maldito enfermo, ¡¿me has estado vigilando como un puto acosador?!  
—Que palabras tan crueles, solo soy un pobre monstruo enamorado… y no aceptare que otro lo haya marcado, haré lo que sea necesario para borrar esa marca~  
Dicho aquello lo levanto de la silla donde lo tenía atado, solo para tirarlo a una cama de acero que arriba parecía tener como colchón un montón de pasto marchito rejuntado y una sábana sucia encima, sin perder mucho tiempo, tomo un par de sogas hechas de telas rotas para atarlo a su gusto en la parte inferior y una cuerda por el cuello para mantener la cabeza en el sitio, al momento que intento resistirte, tomo con fuerza la soga y apretó alrededor de cuello. Para el científico era una experiencia nueva todavía la de necesitar aire y era mucho peor la sensación de la asfixia, sintió que por un momento su visión se ponía borrosa y el ahogo casi lo hace perder la consciencia, más consiguió una bocanada de aire cuando lo soltó de golpe, tosiendo un poco por el lado.  
—¿Apesta tener que respirar no doctor?  
—Eres un… jodido… desquiciado… —jadeo recuperándose un poco.  
—Oh sí, tal vez —agarro con su larga cola otro objeto al azar —pero bueno, si coopera conmigo estoy seguro de que… la experiencia no será tan dolorosa.  
Luego de ello, simplemente trajo un viejo cuchillo con el mango atado en varios lugares por telas, pero con un filo demasiado bien conservado, lo deslizo por el pecho hasta el vientre del otro, haciendo una fina línea de corte con apenas apoyarlo contra su piel, para luego pasarlo y cortar las ropas aún intactas, luego subió el filo por todo el largo hasta el cuello, cortando parte de las vendas que cubrían la marca.  
Claro que Gaster sabía a donde iba con todo eso, no era solo palabrería.  
—Cooperar… ni lo sueñes…  
—Es tan terco, pero adoro eso de usted querido doctor~  
Hizo un corte más profundo por la altura del vientre, lo suficiente como para hacer que tuviera un ligero sangrado, aquello fascinaba al desequilibrado monstruo, por supuesto que lo había visto antes, uno de los pocos de su especie que podían tener algo parecido a la sangre en lugar de solo polvo o con un descuento en su barra de vida, relamió los restos que quedaron en el cuchillo para limpiarlo y volver a pasarlo esta vez por sus muslos, llevándose la poca tela que aún le cubría, Gaster no tenía intenciones de quedarse quieto por demasiado tiempo, pero cada que se inquietaba demasiado, el gato procedía a apretar la venda de su cuello hasta dejarlo semi consciente.  
—Debe disculparme doctor, estoy realmente emocionado y no puedo controlar mi pulso~  
—Vete al diablo…  
El monstruo rio jocoso y tiro de las cuerdas que ataban desde las rodillas al científico haciendo que no pudiera mantenerlas juntas, aquello lo alerto demasiado, más solo consiguió hacerse daño intentando alejar al otro de él; Jack solo sonrió con cierta malicia, pero sobre todo con superioridad mientras presionaba con sus dedos alrededor de su entrada, clavando con cierta impaciencia sus garras y abriéndolo para notar el calor y el olor dulce que desprendía de por sí, hacerlo con más fuerza desde ese punto.  
—Parece que está impaciente doctor, no pensé que fuera de esos que les gusta el dolor~  
—Por supuesto que no me gusta, lunático.  
—Si, pero esta más que listo, como aquella vez en el laboratorio, si ese maldito rey no hubiese intervenido habríamos tenido una noche esplendida~  
—¡No hables así del rey! —gruñó molesto, apretando fuerte las manos.  
—¿O qué? ¿Me acusara de nuevo? Ya estoy en el fondo, no me importa lo que suceda, aún con marca o no, seguro que si yo también lo “marco” de otra forma, lo recordara.  
Dio una fuerte mordida a una de sus piernas, pasando la lengua por arriba de la marca que soltaba pequeñas gotas de su sangre, tal como dijo, ya estaba en el fondo así que solo se deshizo de la parte de debajo de la ropa, él de verdad estaba emocionado con la idea, con lo suyo completamente listo, el científico miró aquello con horror, más no iba a pedir o rogar que no lo hiciera, de nada serviría, solo volteó la cara y cerró fuerte los ojos al notarlo con la punta frotarse por la zona.  
Aquel gato solo sonrío de nuevo y sin nada de preparación, lo metió hasta el fondo.  
Gaster solo tuvo medio segundo para asimilarlo, justo antes de una oleada mágica de puro dolor recorriendo toda su columna, como si muchos pinchos se hubiesen clavado hasta el fondo del interior de su vientre, apretó los dientes con fuerza, no iba a darle el gusto de escucharlo, al menos, eso era lo único que podía hacer en ese momento; pudo notar con los ojos entrecerrados como el otro parecía fascinado, en otro mundo si se podía decir, con esa sonrisa de absoluto éxtasis.  
El dolor lo hizo volver a no fijarse en los detalles cuando comenzó a moverse como una bestia salvaje, clavando fuerte las garras en su cadera, a pesar de que estaba lubricado debido a los fluidos del celo, su interior estaba completamente tenso, como si aquello pudiera hacer que retrocediera, pero eso fue tomado como un reto para el otro, golpeando contra su cadera y tomando el bailarín cuchillo enrollado en su cola para clavarlo a un lado de la cara del científico, más cerca de su cuello que otra cosa, cortando sin cuidado las vendas restantes para descubrir la marca.  
Gaster solo apretó con fuerza las manos, intentando desviar la señal de dolor a otra ubicación más tolerable, más era completamente inútil, sentía como si su interior estuviese siendo arañado y pinchando, además de la frustrante sensación de desgarre de aquello que punzaba su interior, el gato llevo el puño cerrado arriba y golpeó el vientre con bastante fuerza, apenas arrancando una queja suprimida, mantuvo presionando con el puño contra él. Al golpear sus puntos sensibles internos, el dolor no hizo más que aumentar.  
Aun así, estaba determinado a no darle el gusto de oírlo.  
—Ah, a pesar de estar marcado sigue siendo alguien muy estrecho doctor —lamió un lado de su cara.  
—Nh…—volteo la cara, asqueado.  
—Realmente está probando mi paciencia, me asegurare de “marcarlo” bien, creo que sabe a lo que me refiero.  
— ¡. . .! —se retorció al entender esas intenciones.  
No, ni siquiera Asgore había hecho eso, él no podía ir más lejos.  
Jack aumento la intensidad, arañando el vientre con rudeza clavando los dedos para hacer que apretara más mientras empujaba lo más profundo que podía, Gaster intento con las pocas fuerzas que tenía romper las ataduras de sus manos, antes de sentir una de las zarpas del otro, tirando de golpe la soga que lo ahorcaba, haciendo que su cuello se cerrara casi por completo, inevitablemente comenzó a jadear en busca de oxígeno pasado cerca de un minuto sin poder respirar, el otro solo se deleitaba con el hecho de que se pusiera muy apretado así que ahogo más a su presa antes de terminar con ganas hasta lo más profundo.  
Cuando sintió que había soltado hasta la última gota, lo saco.  
—Oh sí~ que bien se siente soltarlo todo, ¡venía guardando magia por semanas! —soltó la cuerda para dejarlo respirar de nuevo.  
—¡Agh! Ughhh…  
No pudo contener los quejidos por la nueva y horrible sensación, su interior ardía, pero de una manera muy diferente, incluso peor que cuando había tomado toda esa determinación concentrada, su cuerpo rechazaba por completo la magia que intentaba inseminarlo a la fuerza, su vientre parecía agonizar con la sensación de quemadura interna y como si no bastara con que su mente se rehusaba a aceptarlo, su cuerpo instintivamente intentaba expulsarlo todo. Claro que eso no le gusto demasiado al otro monstruo que con el cuchillo hizo una línea gruesa en el muslo.  
—Parece que me tomara un par de intentos que me acepte doctor, pero tiene suerte, necesito recargar fuerzas, —tomo la mordaza y después de algo de forcejeo, logro ponerla —así que le dejare pensar si realmente no quiere cooperar.  
Tomó el cuchillo en sus manos y lo clavó con fuerza en un mueble astillado que estaba a poco más de un metro de la cama, a pesar de todo, el gato realmente estaba en las nubes, ahora solo tenía que enseñarle a su exjefe quien tenía el mando. Con una risa mal contenida, desapareció en las sombras con la segunda picana cargada.  
Gaster respiró hondo, intentando no perder la calma, la sensación de ardor del celo estaba completamente opacada por la repugnante magia de su captor, ahora que se había ido tenía que centrarse en lo importante, se podía permitir mirar alrededor, examinando alguna posible salida o al menos una forma de cortar sus ataduras, el lugar parecía un sector oculto de las cañerías bajo tierra de New Home, no había otro lugar con alcantarillas, era el único que necesitaba redirigir las aguas al núcleo.  
Agitó la cabeza, su mente estaba intentando divagar para no pensar en el dolor y no podía concentrarse, cerró los ojos y volvió a respirar, recuperando del todo el aliento, ahora, no podía dejar que lo quebrara, en el momento que pasara, se había acabado el juego. Tenía que resistir todo lo posible hasta que su celo desapareciera, que era algo que solo podía cortar con Asgore y lo acababa de comprobar de la peor manera imaginable; de todos modos, si lograba soportar su celo entero con ese desquiciado y volver a tener control total en su magia, lo haría pagar con su vida.  
Lo que no sabía era que estaría con esa clase de “tortura” por los siguientes días iban de mal en peor, escalando en daño y agregando nuevas cicatrices a la par de pérdida de puntos en su barra de vida; por alguna razón, no quería dañar su rostro, no demasiado, quizá por el hecho que era lo único que prácticamente no había cambiado o porque en su retorcida cabeza, era su parte favorita y no quería arruinarla. Aunque eso no le impidió obligarlo a tomar su miembro con la boca, a cambio de dejarle unas horas de descanso si lo dejaba satisfecho, la única razón por la que no se lo arranco al momento de aceptar ese trato era por el hecho de que mantenía peligrosamente cerca el cuchillo en su miembro, a cualquier amago y los dos saldrían perdiendo.  
Los choques de magia que mandaba la marca de su nuca al resto su cuerpo cuando realizaba algún acto sexual o jugueteo le impedían sentir cualquier tipo de placer, lo cual irónicamente agradecía, jamás se perdonaría a si mismo de sentir placer con otro monstruo que no fuera el rey.  
—No suele hacerlo muy seguido, ¿uh? Bien, le enseñare como.  
Lo cazo por la cabeza y lo metió entero hasta golpear su garganta, notando su lengua tener ligeros rasguños cuando comenzó a embestir su cara, no tardando demasiado en conseguir que el otro terminara en su boca a propósito para que saboreara aquello, lo sacó antes de que quisiera morderlo de todos modos y le tapó la boca hasta que finalmente tragara.  
—¡Cof! —tosió ahogado, al final lo hizo solo para poder respirar.  
—No sabe tan mal, ¿verdad? Tomándolo directamente no lo escupes.  
—Tks… —lo miró furioso, sus ojos brillaban en rosa casi rojo.  
—Sigue haciendo la ley del hielo, ¿sigue molesto porque sigo rellenando su vientre?  
—. . .  —solo lo fulmino con la mirada.  
—Su alma es tan terca como usted mismo, pero mi magia tarde o temprano la alcanzara doctor… aunque empieza a ser molesto… si pudiera encargarme de quien hizo la marca…  
Gaster lo miró un poco alarmado un momento, pero luego de unos segundos, no pudo hacer otra cosa que reírse a carcajadas en su cara, después de días de solo chasqueadas de lengua y gruñidos.  
—¿En serio has estado vigilándome bien? ¿realmente eres estúpido no es verdad?  
—No me ha hablado en días ¿y eso es lo primero que se le ocurre decir?  
—Debo decir que, como acosador obsesivo, dejas mucho que desear, ¿de verdad no sabes a estas alturas? —lo miró como basura.  
—¡Nadie del maldito subsuelo lo sabe!  
—Oh, claro que algunos lo saben ¿quieres que te facilite el trabajo? Esta marca, quien me la hizo…  
El gato empezó a molestarse al notar que no había podido quebrarlo ni un poco.  
—¡¿Quién es?!  
—Es el mismísimo rey… —sonrió de lado —Asgore me marco.  
—¿Qué…? —lo miró estupefacto unos segundos, procesando aquello —Je… Ja…—comenzó a reír nervioso —¿Cree que soy idiota? El rey esta locamente enamorado de la reina, usted podrá ser realmente un monstruo muy atractivo, pero… ja, por favor doctor, ¿es por qué le gusta el rey cierto? Ese hombre no tiene ojos para otro.  
Aquello se sintió como un viejo puñal, pero mantuvo una sonrisa de lado mientras lo veía.  
—Puedes pensar lo que quieras, si el rey aún piensa en la reina, probablemente puedes verme como un simple juguete de la realeza entonces.  
—Tiene que ser una jodida broma, no es cierto.  
—Es muuuuy cierto, nunca me ha interesado tener pareja, sin embargo, haría lo que sea por Asgore, así sea ser solo un aliviador de estrés para toda mi vida.  
—No… no… —se llevó las manos a la cabeza.  
—¿Qué pasa? ¿Te comiste la lengua?  
Jack perdió completamente los estribos y llevó sus manos al cuello del científico, apretando más fuerte que otras ocasiones, clavando las garras con rudeza contra la piel, solo había un maldito monstruo del que no podía encargarse en todo el subsuelo y ese era el rey; mientras más lo aprisionaba, los puntos de vida empezaron a bajar, haciendo que rápidamente la barra comenzara a verse negra.  
—¡¿Por qué?! ¡¿Por qué el rey?! ¡Podría haber sido yo! ¡YO habría dado todo! ¡¿Es por su estúpida lealtad?! ¡¿Ser el juguete del rey es a todo a lo que aspira?! ¡Yo lo amaría más de lo que el rey nunca lo hará!  
—Ack… en… tus… su… sueños…  
Apretó los dientes con fuerza, furioso de esa soberbia que tenía al mirarlo en esos momentos, sabiendo que nunca tuvo oportunidad en primer lugar, aquello le hizo gritar con frustración y tomar el cuchillo con tal fuerza que rompió el mango, pero no le importaba. Gaster pudo notar a duras penas con los ojos apenas abiertos, de forma muy borrosa la forma del arma y sabía que había jugado demasiado con fuego, más no se arrepentía de nada de lo que había dicho.  
Terminó por cerrar fuerte los ojos cuando el filo atravesó su hombro hasta traspasar de un lado a otro, perdiendo mucha vida de golpe, ni siquiera tenía el aire suficiente para quejarse del dolor, sentía los gritos, ahora indescifrables para su nivel de consciencia.  
—¡Hey!  
Parte 41
Parte 43
2 notes · View notes
yinnydegoxs · 13 days
Photo
Tumblr media
[ Gaster Story;; is an personal take on the character W.D. Gaster from Undertale, drawn and written by Chad Donald. It is an ongoing project and follows the life of the esteemed Royal Scientist himself as he attempts to create a structure called The CORE from scratch, a building made to grant the Underground indefinite power. As he works himself into an early grave over his research, numerous creatures neither human nor monster, simply referred to as Demons, attempt to halt his progress – by any means necessary.]
In chronological order the current Story;; goes:
[ Gemini Story;; Gemini Demon is on the loose, and this time Gaster needs the help of his loyal assistant, Sans, to help him. ]
[ Sagittarius Story;; After several adventures with a portal gun and travelling through timelines, Gaster’s done with surprises – up until he receives a text message to go to the roof. ]
[ Sagittarius Story Pt 2;; Takes place right after the first part, of which Gaster is still subject to the whims of the Demons. Meanwhile, Sans, asks Grillby how he dealt with the Royal Scientist when they were younger, leading to a very… interesting response. ]
[ Ursula’s Story;; While healing from his wounds, Gaster meets someone who begins to change his worldview. Sadly, HOPE is running out for the both of them. ]
[ Sagittarius Story Pt 3;; Right after Ursula’s Story;;, Gaster gets another call to the roof. It seems it’s time to confront Sagittarius once and for all, but which one is really the monster in this situation? ]
[ Umbra Story;; It’s Gaster’s birthday. After another year of the same junk, Gaster enjoys a day of relaxation from those dearest to him… but this time it’s not the Demons Gaster has to worry about this time.]
727 notes · View notes
yinnydegoxs · 20 days
Text
¿Amor o amistad? Parte 41
Se preparó por la mañana temprano, cuando aún la luz artificial seguía apagada, yendo silenciosamente por la casa para salir por la puerta, no es que hubiese hecho nada malo ni mucho menos, simplemente no había podido dormir adecuadamente y prefería ahorrarse el discurso de Papyrus sobre su falta de sueño constante, no es que fuera su culpa tener la mente demasiado revolucionada como para no poder descansar. Le serviría más que le diera el sermón que le da a su hermano, pero de todos modos se terminaría quejando de irse al otro extremo.  
Cerró la puerta detrás de sí, con todo el cuidado posible, antes de emprender camino al laboratorio, quizá un poco demasiado temprano, pero aquellas nuevas armas lo tenían inquieto, por decirlo de alguna manera, esperaba que Flowey no estuviera husmeando por su oficina o donde sea que dejasen todas las cajas para investigación; apenas llego vio que las luces en el laboratorio también estaban apagadas, probablemente por el horario, aun así, simplemente entró y fue a revisar la zona donde los de limpieza solían dejar las nuevas piezas de tecnología o lo que ellos mandaran a buscar entre la basura.  
Encontró todo prolijamente ordenado en forma de pirámide, un total de diez cajas.  
—Qué raro, creí haber contado de reojo once sin abrir…—murmuró por lo bajo.  
Negó con la cabeza, tal vez solo contó una dos veces al verlas muy por arriba, notó que en la mesa se encontraba la caja abierta, con aún una de las picanas guardada cuidadosamente dentro, al parecer solo había espacio suficiente para dos en cada espacio disponible, y una quizá innecesaria cantidad de plástico para llevarlas seguras. Mandaría a reciclar cada envoltorio más tarde.  
Se llevó uno a su oficina, también tomando algunas herramientas para desarmarlo después de saber cómo funcionaba; cuando noto las luces del pasillo encenderse después de quizá una hora o dos, envió un mensaje a Alphys para avisarle que estaba en su oficina y si quería venir a comprobar con él que tal iban esos nuevos artilugios, no tardo más de un minuto en llegar a la puerta.  
—¿M-Me llamo d-doctor?  
—Adelante Alphys, estoy en medio de algo.  
La pequeña lagarta asomo la cabeza por la puerta, encontrando a su jefe con el arma extra que había en la caja.  
—¿E-Eso es funcional?  
—Debería serlo, le di una recarga con un desfase de la energía del núcleo, apenas unos segundos.  
—¿Eso n-no es peligroso?  
—Seguramente lo sea, he notado que puede tener un “voltaje” determinado, a máxima potencia pueden cargar cincuenta mil voltios.  
—¿E-Eso sería…?  
—Energía, no es muy diferente a la energía del núcleo, en teoría, también encontré un regulador oculto, además del botón de encendido, creo que estaría bien… probar si aún son funcionales.  
—¿P-Probarlo? ¿P-Pero cómo?  
—Bueno, no creo que pueda probarlo en alguno de esos bocones bajo mi mando, así que —le dio vuelta en su mano, dejando el mango libre —pruébalo conmigo.  
—¡¿Q-Qué?! ¡¿No sería peligroso?!  
—Probablemente, así que lo puse en el voltaje más bajo posible, solo será cosa de usarlo uno o dos segundos para ver si es suficiente.  
—¿E-Está completamente seguro de esto d-doctor?  
—Sí, aunque podría probar con alguno que este lo suficientemente distraído también…  
—¡L-Lo p-probaremos c-con usted d-doctor! —lo tomó de inmediato antes de que terminara de hablar.  
—Bien, es lo que quería oír —se arremango la camisa —probemos en el brazo, solo un momento a ver si es suficiente.  
Gaster solo miró un momento como la chica seguía dudando sobre ello por un par de minutos antes de encender y apagar el aparato, probablemente asegurándose de que estuviera funcionando como debería antes de acercarlo a él y finalmente apoyarlo contra su piel. Al instante que presiono el botón pudo sentir una descarga potente en el lugar, notando como su cuerpo se tensaba al momento y apenas lo apago solo un segundo después se alejó por reflejo, cubriendo la zona con la mano contraria, maldiciendo en su tipografía.  
—¡D-Doctor! ¿S-Se encuentra bien?  
—Sí, solo, dolió mucho más de lo que esperaba —se froto despacio.  
—¿E-Es mucho?  
—Podría decir que se asemeja al dolor punzante de un hueso fisurándose, pero solo en el momento que entra en contacto encendido, y además tensó mi cuerpo al instante —movió los dedos despacio —diría que también altero temporalmente mi magia.  
—¡¿E-En verdad?! ¿Q-Qué deberíamos hacer?  
—En primer lugar, no comprobar su máxima potencia, ya me quedo claro con la mínima que es un peligro —chasqueo los dedos con un poco de dificultad —parece que tiene una especie de efecto paralizante, me cuesta mover un poco mi mano ahora.  
—¿Seguro que está bien d-doctor?  
—Lo estaré en un rato, el choque eléctrico hizo que mi magia no sea capaz de viajar correctamente, es como un bloqueo al impulso nervioso interno…  
—¿N-No está pensando en hacer más pruebas verdad?  
—Lo dicho, solo con una vez es suficiente… a menos que encuentre voluntarios.  
—¡D-Doctor! —se quejó asustada.  
—Es broma, —alzó la mano —no podría exponer a otros monstruos a algo así, —tomó de nuevo la picana. —Lo mejor sería desarmarlas y conservar solo una o dos… quizá funcionen bien contra un humano.  
—¿P-Planea usarla contra un humano?  
—Bueno no, no se ve como algo muy ético para un combate justo, diría que no debería… solo la tendremos por si acaso el siguiente humano que caiga encuentra una de las entradas a los refugios del reino.  
—S-Supongo que servirán en caso de e-emergencia.  
—La idea es que nunca lleguen a eso, pero sí, manda a desarmar las que están en las diez cajas sin abrir.  
—¿D-Diez? ¿No q-quedaban once?  
—¿Eh? ¿Tú también contaste once cajas sin abrir?  
—C-creí haber visto ayer… t-tal vez solo vi el reflejo de una extra en el agua.  
—Si, supongo… por si acaso pide la lista del sector de limpieza.  
La pequeña lagarta asintió para luego corretear fuera de la oficina, el doctor solo suspiro pesadamente, moviendo su mano un poco para que se pasara el estado de parálisis, por fortuna esto no duro más de unos cuantos minutos y su magia volvió a correr por su brazo con normalidad; al poco rato la asistente volvió con la lista de objetos recolectados entre la basura del día anterior, tuberías en estado medio que probablemente irían al área de fundición, algunos pocos materiales textiles, muestras de telas de alfombras y rollos de lo mismo con algunas imperfecciones, botellas de cerveza en buen estado, lotes de comidas secas vencidos y entre las ultimas cosas estaban los diez paquetes que había encontrado con Alphys.  
Decidió no preocuparse por ello, los de limpieza nunca se quedaban con nada, no sin un permiso, así que probablemente por la oscuridad del momento y un mal reflejo habrían contado mal la cantidad de cajas, pero incluso así, se sentía extrañamente intranquilo, podía jurar por su alma que él vio una caja adicional, quizá se estaba volviendo muy paranoico.  
Pasados casi dos meses y de muchas charlas, casi discusiones, con el rey, terminó por convencerlo de que Grillby y Alphys conservaran las picanas eléctricas que sobrevivieron al desarme, ellos eran quienes se encargaban de mantener seguros los refugios cuando sonaban las alarmas, así que, en cualquier caso, de emergencia máxima, estaban autorizados a usarlas. Mientras tanto, dichos artilugios fueron resguardados bajo llave en las entradas del refugio y que ambos monstruos siempre debían llevarlas con ellos.  
No es que no confiara que ellos solo las usaran explícitamente en momentos de peligro, si no que no confiaba en lo absoluto que Flowey no intentara apropiarse de una de estas inquietantes armas, después de todo, una onda de choque que anulaba las ordenes mágicas era algo demasiado oportuno para él y un segundo intento de genocidio.  
Hablando del susodicho, claro que no había olvidado que tenía que hacer un alma para él, pero requería tiempo, quizá mucho más que el que necesito para Sans y Papyrus, que entre uno y otro habían casi veinte años de diferencia, podría tardar incluso más que eso con Flowey ya que no tenía un punto en el cual apoyarse para general el alma, podría optar por intentar conseguir reconstruir un contenedor de alma de monstruo, que lo más difícil era mantenerlo estable para llenarlo de magia, el problema, es de donde sacar magia lo bastante estable para ello.  
Tomaría años de investigación.  
—¿Dings? —le paso una mano por delante.  
—¿Oh? ¡Ah! Lo siento Asgore, de nuevo me distraje.  
—Te he notado mucho así en este último tiempo, ¿seguro que todo está bien?  
—Estoy bien Asgore, quizá de nuevo me estoy preocupando demasiado por Flowey.   
—Desde que te dio una “visión” un poco dolorosa lastimando tus manos es que estas así.  
—Dije que estaba bien con eso Asgore —suspiró y miro la cicatriz de aquella vez.  
Suspiró por lo bajo, algo que notó en las anteriores veces que había vuelto en un principio, es que los golpes se quedaban con él y si no se recuperaba del todo antes de la siguiente vez, el daño seguía ahí, más reducido que la primera vez que aparecía con ello, pero seguía.  
No podía negar que también tenía algunas pequeñas cicatrices de algunos pequeños momentos aleatorios que Flowey volvía atrás después de que finalmente encontraba algo distinto, entre ellos algunos daños en el núcleo, sobre todo en sectores difíciles de alcanzar, o sorpresivos golpes de vapor caliente por una ruptura de cañerías, la “última” vez fue hace algo más de dos semanas, aún conservaba una cicatriz ligeramente notoria bajo la tela en el brazo derecho.  
Asgore se asustó mucho cuando volvió un par de horas antes del incidente, maldiciendo del dolor por la quemadura.  
—No hay forma de recibir estas… premoniciones ¿sin que te hagan daño?  
—Todo depende sobre todo si fui participe directo de lo que quería mostrarme, a veces les pasaba a otros a mi alrededor y he ayudado a que ese destino no se cumpla, ¿lo recuerda?  
—Sí, lo recuerdo —tomó suave su mano para pasar delicadamente sus dedos por la zona —solo quisiera que no te expusiera al peligro de esta forma.  
—Es un precio que estoy dispuesto a pagar, obligadamente.  
—Dios, no se puede ganar siempre, ¿verdad?  
—Me temo que no.  
—¿Al menos dejo de doler?  
—Solo quedo la cicatriz Asgore, con algo de tiempo probablemente desaparezca.  
—Eso es un alivio.  
—Lamento haberlo asustado cuando paso.  
—Fue un gran grito, rara vez te duele lo suficiente para que lo demuestres.  
—Oh sí, fue demasiado para ese momento.  
—Bueno, solo quiero que me prometas que me dirás que visión te muestra, sin importar que sea.  
—Algunas cosas es preferible que no las sepas Asgore, quiero decir… a veces presencio futuros crímenes o malas pasadas, pero rara vez ocurre o no termina pasando por estar demasiado atentos y estresamos a la guardia real.  
—Supongo que es cierto, supongo que ser más cuidadosos hasta ese punto es demasiado.  
—Suele serlo… pero supongo que puedo dar un punto medio… solo informare las que podemos detener, no las que “cancelamos” tomando muchas precauciones.  
—Bien, suena justo. —Lo mira un poco, preocupado de todos modos, —bueno, deberías retirarte ¿no? Se está haciendo tarde.  
—Oh, si, lamento que mi mente este divagando tanto.  
—Aunque sabes, puedes quedarte en casa para relajarte un poco, si quieres.  
Gaster sintió calor en la cara, claro que sabía que eso era una directa invitación.   
—M… Me vendría bien —murmuró por lo bajo, avergonzado.  
Se terminó yendo por la mañana temprano, cuando las luces recién estaban encendiéndose, podía haberse quedado más, pero prefería aprovechar su día con sus niños, que probablemente seguían dormidos, si es que Papyrus no se había quedado frente a la casa de Undyne toda la noche otra vez, a veces lo hacía cuando estaba demasiado emocionado por algún entrenamiento adicional o prácticas de puzles nuevos.  
Terminó por tomar la barca para volver directamente a casa, no tenía muchos ánimos de caminar después de “relajarse” en casa del rey. Incluso el viaje fue un poco incómodo ya que sentarse era difícil todavía, aun así, para su suerte el barquero no preguntaba nada sobre ello, no solía meterse en los problemas de otros.  
Apenas llego al puerto, descendió con cuidado, frotando un poco su cadera, caminando por la fina capa de nieve, aun cuando faltaba poco para que acabara el verano por completo, no era suficiente para privar de su nieve a la zona fría del subsuelo, lo único que sí, es que no tenía que usar abrigos demasiado gruesos.  
Se paró un momento en la puerta, buscando sacar las llaves de su bolsillo.  
—¡Hey! ¡Bastardo con bata!  
—Llamarme por mi nombre nunca fue una opción, ¿verdad Flowey?  
—¡Deberías haber estado en el laboratorio anoche!  
—Te dije que su majestad espera que tenga vida fuera del trabajo también, ¿o solo querías ver de nuevo a Undyne sacarme como una bolsa de papas bajo el brazo?  
—Admito que Undyne hace un muy buen trabajo en eso… ¡pero ese no es el maldito punto!  
—Ah, baja la voz, aún es temprano para que estés molestando, ve al grano.  
—¿Has estado haciendo lo que deberías o no?  
—Si, estoy revisando mis viejos manuscritos, pero no hará que tenga un alma pronto, te dije que tomaría años pequeño retoño impertinente.  
—¡¿Como puede tomarte tanto tiempo?!  
—¿No notaste que Sans y Papyrus tienen casi veinte años de diferencia? ¿Crees que hice eso apropósito?  
—¡¿En serio te tomo veinte malditos años hacerlas?!  
—Deja de gritar, dios, eres un mocoso insoportable a veces —suspira —hago lo que puedo con el tiempo que tengo disponible y con los materiales que dispongo, deja de ser tan impaciente.  
—¡Más te vale internarte en el maldito laboratorio esta semana!  
—¿O qué? ¿La repetirás hasta que lo haga? De los dos, yo gano en paciencia también.  
—Ugh, ¡eso ya lo sé bastardo! ¡como sea!  
Negó suave con la cabeza mientras lo vio hundirse en la nieve, realmente era una planta demasiado molesta cuando se lo proponía, incluso si lo dejaban estar en su día libre en el laboratorio, sinceramente ya no se sentiría cómodo porque rompería su rutina de años. Cuando se aseguró de que realmente esa flor se había ido, entró a casa y suspiró con alivio, todo seguía apagado, mirando la hora, eran cerca de las seis de la madrugada, quizá podría hacerse algo rápido de comer con un té antes de que su niño despertara e intentara hacerle un desayuno ruleta, podría estar bueno, pasable o incomible.  
Y realmente no tenía ganas de tentar a la suerte.  
—Hey G.  
—Oh, despertaste temprano. —Volteó a ver mientras esperaba las tostadas.  
—Se podría decir, escuche la tetera cuando hirvió.  
—Si, olvide bajar el fuego, ¿quieres un té negro antes de que Papyrus despierte?  
—Extrañas mucho la cafetera, ¿verdad?  
—No tienes idea de cuanto…  
Suspiró por lo bajo mientras ponía otra taza para preparar un segundo té, también con bastante azúcar, irónicamente le encantaba el té super dulce, más cuando se trataba de café lo prefería lo más negro y amargo posible, por algo no le termino de gustar demasiado la bebida estrella del café maid, era demasiado dulce para su gusto incluso si lo pedía sin azúcar, parecía que le agregaban miel o algo de todos modos. No es que le hiciera asco tampoco, solo, no era para él.  
—¿Cómo va la cicatriz del brazo?  
—Oh, mucho mejor, quizá en un mes o dos pueda hacerla desaparecer.  
—O en una semana dependiendo que quiera él.  
—Aún te molestan los saltos de tiempo por como lo dices, te terminas acostumbrando, además no es que los haga tan seguido ahora.  
—Quizá cuando se aburra de jugar.  
—Cuando se aburra, yo volveré a darle “diversión” —murmura sombrío.  
—Yep, definitivamente no creo que quiera ver eso de nuevo.  
—Cuento con ello.  
Sirvió las dos tazas de té en la mesa, mientras su hijo mayor se ponía a hacer avena y tomar huevos pequeños de codorniz que podían conseguir de dichas aves cercanas a la superficie de forma un poco fuera de la ley, aunque también podía hacer una imitación de huevos a base de hongos, no solían tener el mismo gusto o textura; además Sans solía pintarlos de forma que se vieran como huevos de “dinosaurio” en miniatura y parecían encantar a Papyrus.  
Mientras dejaba cociendo la avena y esperaba a que hirvieran los huevos, Sans se acercó a dar un trago a su té, poniendo un poco de kétchup en el pan tostado separado para él, Gaster solo negó suave, no es que ese condimento fuera especialmente nutritivo o adictivo, pero siempre que había oportunidad de ponerle eso a la comida, lo hacía.  
—Papyrus te mataría con la mirada si ve esa atrocidad.  
—O intentara confiscarme de nuevo, aunque nunca sabe de dónde saco más.  
—Es un misterio ¿huh?  
Claro que Gaster sabía de sobra que él podía tele portar la salsa del lugar destinado a la confiscación de comidas, que era el refrigerador, o enterrados en la nieve de detrás de la casa, que es donde mayormente estaban sus reservas de kétchup, claro que no iba a decir nada de ese detalle, prefería que su niño menor tuviera algún que otro desafío que resolver por su cuenta.  
Luego de un rato, su hijo mayor volvió a la cocina, solo para traer la avena y los huevos cocidos en un bol mediano, dejado a un lado de la roca mascota, el mayor solo comió sus tostadas en silencio, aunque no podría disfrutar de eso mucho tiempo.  
—¿Entonces vas a internarte en el laboratorio cómo él quiere?  
—¿No que habías despertado con la tetera?  
—Dije que había oído la tetera, no que eso me despertó.  
—Debí suponerlo, esa flor chillona es demasiado estridente —suspira —bueno, espero no despertara a Papyrus.  
—Oh no, pase por ahí y sigue dormido, es un hueso duro.  
—Por favor no empieces con los chistes tan temprano.  
—Oh, alguien no tiene el hueso de la risa ¿eh?  
—Dios…  
Terminó su té de un trago, para bien o para mal, tendría ese pequeño repertorio de chistes durante un buen rato, seguramente si el esqueleto tenía suficientes energías, probablemente vendría a su cuarto a lanzar alguno mientras estaba concentrado. Tenía una copia de sus escritos sobre las almas artificiales de monstruo en su habitación, releería todo y vería que material usar para el faltante del material físico, que antiguamente fue parte de su estructura ósea, si siguiera siendo un esqueleto, podría probar cortar otro circulo en uno de sus pies, pero eso ya era una idea descartada.  
Iba a ser muy doloroso y probablemente no tendría éxito al tener tejido blando.  
Mientras estuvo repasando que hacer, que materiales usar y demás, pudo escuchar de vez en cuando a su hijo menor volver de sus entrenamientos, rondas de patrullaje, recalibración de puzles, solo para venir a ver a ese tonto robot en la televisión, incluso aún si no era el mejor programa, le encantaba sus clases extras de cocina, de música o de teatro, a veces podía atraparlo con la guardia baja y hacerlo admitir que no era un buen “episodio”, pero que tenía mejores. Prefería no destruir la ilusión de sus ojos cada que veía a Mettaton actuar, por desgracia con los años adquirió un poco de esa tonta actitud de exageración, no podía culpar del todo a la televisión o a ese trasto parlanchín, fue él quien no lo vigilaba adecuadamente después de todo.  
Solo de pensar en ello hacía que se llevara las manos a la cara, frustrado.  
Cuando se quiso dar cuenta, ya la noche había caído, las luces ni siquiera titilaban, esta vez sí había bajado por un par de refrigerios temprano, se llevó tanto el almuerzo como la cena en una sola parada, y ahora estaba comiendo unas rebanadas de pizza recalentadas, incluso por un momento sintió que no era necesario volver a darles calor, después de la comida del mediodía, había empezado a sentir algo de temperatura, incluso tanto como para no usar su abrigo.  
Suspiro por lo bajo, frotando un poco su cara con una mano, ese calor ya no era del verano, que casi acababa por cierto y estaba llegando el otoño. Sabía que significaba eso, era probable que fuera del principio de su época de celo, era un poco pronto, a veces empezaba una o dos semanas antes, en otras se retrasaba hasta casi un mes dependiendo del anterior.  
—Ugh, si sabía me hubiese quedado con su majestad…—se quejó molesto consigo mismo.  
Luego de terminar su cena, tomó el abrigo y se dirigió directamente al puerto de Snowdin, si su celo estaba empezando, era mejor encargarse desde un inicio, no es como si Asgore tuviera aún problema con ello, seguramente estaría encantado de recibirlo, aunque a lo mejor lo recibía con algún pequeño regaño; subió a la barca e indico ir al puerto oculto de New Home.  
—Tralala~ hoy se siente diferente~  
—Oh. —No pudo evitar mirarlo.  
—Tralala~ la maldad acecha~  
El científico sintió un pequeño escalofrío por alguna razón, se aferró a su abrigo esperando que sus feromonas no estuvieran lo suficientemente fuertes como para atraer a nadie; el resto del viaje fue incomodo por decirlo de alguna manera, el barquero siguió canturreando, pero ya no había oraciones coherentes si no sus divagaciones normales, cuando llego al puerto real se bajó un poco apresurado, viendo que el barquero tomaba rumbo a otro viaje, sin perderlo de vista hasta que desapareció en la corriente.  
“Tal vez debí hacer caso a su majestad y pedir escolta… pero a estas horas, hubiese sido molestar.” Pensó un momento.  
Caminó mientras veía las calles vacías y oscuras, lejos de la buena vibra y esplendor que solía tener durante el día, podía escuchar el ruido de las ratas corretear por la basura, no muchas la verdad, muchos monstruos que tenían una persistencia animal solían encargarse de ellas para que no fueran una plaga; se detuvo un momento para poder airearse de las ropas, bajando un poco su abrigo por los hombros para respirar mejor, odiaba el calor del celo y aunque Asgore no se lo había advertido, probablemente porque no lo sabía, es que el calor era mucho más intenso cuando tenías una marca de pareja, tuvieron que averiguarlo por la vieja tortuga medio senil de Waterfall, aún podía oír la risa de Gerson en su cabeza de cuando fueron a preguntar.  
—Ah demonios, debí dejar esta cosa en casa.  
Dio una honda respiración mientras ponía el abrigo en sus manos, estaba un poco, apenas, mareado por el cambio de temperatura, pero no lo suficiente para plantearse usar un atajo y evitar el lugar que parecía abandonado a la suerte. Quizá por pensar demasiado, por el calor, por el mareo o por el celo, podía decirse que había bajado la guardia lo suficiente como para no notar que había alguien detrás suya, cuando notó un leve crujido su alerta se disparó como un rayo, pero al momento de voltear pudo notar dos puntas metálicas sobre su cuello y luego un fuerte dolor punzante junto con una fuerte corriente corriendo por todo su cuerpo, haciendo que después de unos segundos sometido a ello, finalmente cayera a un lado, apenas consciente.  
—Al fin lo tengo doctor…  
Apenas y pudo distinguir esas palabras antes de cerrar los ojos.  
-----------------------------------------------------------
Parte 40
Parte 42
1 note · View note
yinnydegoxs · 29 days
Text
¿Amor o amistad? Parte 40
Decidió no hacer caso, aún si insistía que molestarle en un día que no tenía permitido entrar al laboratorio, no era como si pudiera conseguir que entrara ese día, además había aprendido a apreciar mucho el tiempo con Papyrus, tenía puzles que eran una burla a la inteligencia y otros que sin pistas podían volverse un poco complicados de resolver, cuando llegaron al mediodía, dejo que su niño fuera a su siguiente sesión de entrenamiento y su “informe” de centinela principiante, posiblemente para tenerlo entretenido por si aparecía algún humano.  
Para desgracia de Gaster, cada día que pasaba subía más y más la probabilidad de que otro humano finalmente cayera, si tenía “suerte” quizá esa desquiciada flor mataría antes de que pueda moverse por el subsuelo, pero depositar sus esperanzas en que Flowey pudiera hacer algo así, que lo consiguiera, era dejar demasiado a la suerte.  
Luego de pensarlo un poco, decidió ir al puerto en el pueblo de Snowdin e ir hasta New Home por el lado del rey, solo los lacayos reales y el propio Asgore tenían pase a ese lado del afluente, Undyne de vez en cuando lo tomaba para evitar el calor abrazador de Hotland con la armadura puesta, Asgore suele hacerlo para relajarse un poco fuera del castillo o caer de sorpresa en el laboratorio sin que ninguna cámara lo vea hasta que ya está en las puertas.  
De hecho, justo al llegar al puerto privado, encontró al susodicho, como si lo estuviera esperando.  
—¿Su majestad?  
—¡Oh! ¡Doctor! —le saluda contento.  
—Qué raro verlo aquí… ¿pensaba dar una vuelta?  
—Oh, no, de hecho… sentí por alguna razón que vendrías por aquí, raro ¿no? Será cosa de Flowey.  
Gaster mantuvo el semblante sereno mientras se bajaba de la barca, Flowey no había retrocedido el tiempo, si no él lo habría notado, por más pequeño que fuera el salto. Así que la única teoría que podía tener en mente era que, como había repetido su día libre anterior tantas veces viniendo por aquí, Asgore había adquirido el hábito de esperarlo allí de forma subconsciente.  
—Bueno, puede ser su majestad, realmente es difícil predecir a quien le dará de sus pétalos o polen y lo volverá un poco paranoico.  
—Supongo que no debería preocuparme mientras no te lo haga a ti.  
—Tranquilo su majestad, creo que me necesita bastante como para querer intentar alguna tontería, esperemos… —miro que el barquero se fuera por donde llego —¿tenía algo planeado en especial?  
—Oh, bueno, pensaba ir a buscarte, ¿has almorzado?  
—Estuve con Papyrus hasta hace un par de minutos, picoteé algo de comer por el camino.  
—Oh, entonces podríamos ir a un nuevo local de café aquí en New Home…  
—No creí que estuviera a favor de que tomé café su majestad.  
—No lo apruebo, pero dicen que tiene un buen almuerzo para compartir entre dos o hasta seis monstruos, así que… que tal “recargar” un poco tu magia allí.  
—Bueno… —sintió calor en las mejillas —suena… muy bien de hecho.  
Asgore movió la cola, contento, le gustaba poder sacar a su pareja a citas, sin levantar ninguna sospecha, aún ninguno de los dos quería que todo el reino se enterara de su relación, aunque los jóvenes comenzaron a enterarse de que eran viejos amigos de la infancia, así que muchos dejaron de ver raro que lo acompañara u obligara a comer con más regularidad. Esto último había sido aprovechado luego de que Gaster finalmente mostrara el progreso de sus habilidades.  
Se podía decir que eran momentos prósperos debido a los progresos, había mucha abundancia de comida, bebida y magia, sí, seguían encerrados, sí, también había fallado en conseguir un alma artificial humana de nuevo, pero dentro de todo, con sus errores y pruebas mínimamente había hecho la vida de los monstruos mucho más amena y aquel extenso interior de la montaña volcánica era un poco más… acogedor.  
El científico choco de repente contra el rey, estaba tan sumergido en sus pensamientos, que no había notado que habían llegado, el local era de tamaño estándar, con un exterior de piedra con ligamentos de una mezcla especial de barro, no lo hacía destacar del resto de locales, pero un gran cartel de luces rosa brillante de “Maid Café” lograba captar la atención de los transeúntes.  
La primera palabra le sonaba de algún lado.  
Cuando entro, se dio cuenta de dónde venía esa maldita palabra, intento no sobresaltarse demasiado con la vestimenta curiosa de algunos jóvenes monstruos que trabajaban de meseras. Algunos con trajes similares a los de un mayordomo otras vestidas de sirvientas con las faldas infladas, dejando las piernas muy a la vista y resaltaban el pecho; escuchando un poco, pudo oír que fue una idea “sugerida” de Mettaton después de pasar algo de tiempo con Alphys viendo una de las series de la cultura del anime.  
—Majestad ¿está bien con un lugar así? —murmuró por lo bajo cerca de él.  
—¿Oh? ¿Tiene algo de malo?  
—Ah, eso… no, no lo tiene e-es solo que… quizá es un poco fuera de mi zona de confort.  
—Oh vamos, está bien abrir un poco los horizontes ¿no crees?  
—Tiene razón, supongo que estoy hecho a la antigua.  
—Vamos, se ve un buen ambiente.  
Pidieron una mesa para los dos, que no hubiese demasiada gente alrededor, no querían llamar la atención ni tampoco oír conversaciones ajenas, el científico aún se ponía paranoico con ello; fueron dentro a la parte del fondo, donde había algunas mesas con separadores especiales para grupos bulliciosos o comedores silenciosos sin dejar que el encanto del lugar se perdiera de su vista, la verdad es que, probablemente ellos sabían que las sillas normales podrían ser incomodas para Asgore, ya que no había demasiados monstruos demasiado grandes, así que un asiento largo y una mesa con espacio por debajo era una opción mucho más accesible para el rey.  
Se sentaron, bastante más tranquilos de tener un espacio un poco privado, sin llegar a serlo del todo, el lugar tenía un ligero olor dulce del café, que seguramente era en lo que se especializaban, pudieron notar un menú de tamaño normal y otro pequeño, para monstros como los Whimsalot que hacían rondas por el núcleo y alrededores de New Home como centinelas intermedios, suponiendo que tienen horarios de descansos como Sans, aquí podría ser un excelente lugar para comer.  
—¿Quieres probar el menú del día o hay algo que te interese?  
—Bueno, creo que será más rápido el menú del día…  
Después de todo, después de estar casi quince años comiendo las preparaciones de Papyrus, su paladar estaba acostumbrado a todo lo comestible y lo que no, incluso a lo que era tóxico algunas veces. Asgore rio como adivinando sus pensamientos antes de pedir el menú del día para dos personas cuando un joven Madjick vestido como sirvienta les tomaba la orden, Gaster solo supuso que como su traje habitual suele ser una curiosa túnica, ese traje le iba mejor.  
—Se ve como un lugar entretenido, ¿no lo crees?  
—Debo admitir que tiene su… encanto. —Sonrió suave.  
—Qué bueno que podemos salir más seguido. —Mueve la cola.  
—Bueno, aprovechamos bastante en el último tiempo —suspiró aliviado, en cierta forma casi un año si contaba los reseteos.  
—¿Sabes? Te he notado algo raro, como si estuvieras de nuevo demasiado alerta.  
—Supongo que la flor me tiene un poco nervioso, no sé en qué momento se aburrirá y me sumergirá en algún futuro distópico o algo desagradable.  
—Si te quedas pensando en ello no podrás estar tranquilo.  
—Lo sé, lo sé —se deja caer en el respaldo de su asiento.  
—Intenta que no te afecte mucho, ¿de acuerdo? —Le tomo suave de la mano.  
Gaster solo asintió, con un tono en sus mejillas, quizá si dejaba que eso lo preocupara demasiado, se volvería loco, si pasaba, simplemente es que Flowey encontró algo con lo que divertirse y quería repetirlo, no era algo que no pudiera soportar. Apartó suave la mano cuando se dio cuenta de que la “maid” estaba regresando con su orden unos minutos después.  
Miró un poco curioso, cuatro tortillas francesas hechas a base de harina de legumbres, lo cierto es que los huevos eran raros de conseguir y solo el rey y unos pocos monstruos con restaurantes o cocinas muy específicas los tenían; siguió revisando lo que traían, dos pequeños recipientes de salsas verde, posiblemente de aguacate, y roja brillante que podía ser la salsa búfalo que leyó de reojo en el menú, además de unas tostadas con queso fundido y algún tipo de reemplazo a la carne roja, eso sí que era mucho más difícil de conseguir; por último se sirvió un gran plato de papas horneadas, conservándolas enteras pero cortadas finamente como rebanadas.  
Tragó saliva, no podía negar que todo tenía muy buen ver.  
—¿Ansioso por algo doctor?  
—¿Ah? Oh, esto yo…—miró a otro lado apenado, no pensó que se viera tan obvio.  
—Oh, parece que no ha desayunado como debería, ¿me equivoco?  
—Quizá… quise evitar que Papyrus se retrasara haciendo el desayuno…  
—Oh, no quería retrasar a su niño ¿huh?  
—Se puede decir…  
Asgore solo rio por lo bajo, tomando su parte de la comida, curioso también de que era lo que atraía a tanta gente, aparte de la extravagancia del lugar; mantuvo la vista de refilón en su pareja, al menos podía decir que la comida era realmente buena por el brillo fugaz de magia que llevaba a ver en sus ojos, no muy diferente a cuando él le hacía algunos postres, aun cuando los quemaba un poco, siempre tenía esa ilusión en su mirada.  
Gaster miraba de vez en cuando a los meseros disfrazados mientras comía, algunos parecían estar muy dentro de su papel de sirvientes, otros podían estar un poco encima de los clientes, para obtener una buena propina por el trato especial, el hecho de que tuviera la marca quizá lo salvaba de ese pequeño show, y en cuanto a Asgore, difícilmente intentarían ser demasiado coquetos con él por respeto a la corona.  
Así que, por suerte, eso les dio una comida tranquila.  
Al final, terminaron por pagar la comida y llevarse dos porciones de postre para más tarde, más que nada, porque el esqueleto ya no tenía espacio para más, por el momento, mientras que Asgore, veía una buena oportunidad para probar algunos pasteles nuevos caseros bastante simples, pero que tenían muy buen ver a la hora del té.  
Se tomaron un poco de tiempo antes de ir a la casa del rey para guardar a tiempo sus respectivas elecciones de postres, una vez dentro el rey las llevo a la nevera, debía aprovechar los postres frescos ahora que era mitad de verano. Asgore miró un poco a su esqueleto una vez guardó los refrigerios, para atraparlo por la cintura desde atrás, logrando que pegue un salto de la sorpresa.  
—¿M-Majestad?  
—Oh, ¿te asuste? —lo mira algo divertido.  
—Ah, no, no, solo me ha sobresaltado un poco —murmura apenado.  
—Bueno, tenemos algo de tiempo hasta la hora del té, —le besa suave por la nuca.  
—¡Ah! —sintió su magia subir de inmediato a su cara —¿E-Estará bien?  
—Sabes que dentro de casa no tenemos a nadie que nos vea. —Subió la mano al mentón del otro.  
—Estoy consciente —volteó un poco el rostro a él —¿P-Podríamos ir al cuarto?  
—Por supuesto.  
Asgore lo levantó en brazos, no es que fuera necesario, pero le era divertido las reacciones de vergüenza o pena del otro, atesoraba que solo le mostrara a él esas expresiones. Aunque podía notar que en esta ocasión podría estar un poco más nervioso de lo habitual, quizá por esa pequeña y escurridiza flor que le gustaba observar a todos, incluso era lo bastante silencioso para que no notaras su presencia hasta que soltaba alguna risilla maliciosa o alguna expresión de asombro que no podía ocultar.  
Dejo de pensar en ello, prefería concentrarse en un solo monstruo, su pareja.  
—Ten cuidado al volver a casa ¿sí?  
—Lo tendré Asgore.  
Se despidieron con un beso a puerta cerrada, antes de que el esqueleto finalmente abandonara el hogar del rey por la tarde noche, al final atrasaron un poco la hora del té por estar ocupados en otros asuntos más privados, el tiempo es difícil de medir sin un reloj o una ventana para ver las luces destinadas a controlar los horarios, se llevó consigo un poco de pastel para el camino, Asgore lo conocía bien y sabía que, si quería evitar una zona, usaría un atajo.  
Caminó un poco de regreso por New Home, el lugar ahora era mucho más ameno de pasar, descontando a algún que otro monstruo con mala suerte de estar en la lista negra o que ya no lo aceptaban por su pobre desempeño que incluso en tareas básicas eran un problema, suspiró por lo bajo, hacían lo posible para que todos estuvieran bien, pero solo con intenciones no iba a ser suficiente, mejorar la calidad de vida de tantos monstruos era… complicado.  
Miró de reojo alguna extraña figura moverse entre los callejones luego de sentirse observado, no es que de vez en cuando no notara las miradas de otros monstruos, simplemente hacerla tan obvia como para sentirla incomoda era más inusual, negó con la cabeza y al final, cuando llego a las afueras de New Home, uso un atajo medio para aparecer directo delante del laboratorio.  
Apenas llego le dio un bocado a su tentempié sobrante, cuando usaba atajos inmediatamente venía un hambre casi voraz a invadir su cabeza, siempre y cuando no estuviera concentrando su atención en algo del trabajo o con la mente ocupada lejos del tema de la comida. Se relamió suave al terminar de comer y dejar la bolsa limpia en un contenedor de reciclaje, dentro de lo posible, ellos reutilizaban todo, hasta que era completamente inservible.  
Medito un momento, era tarde, pero no tan tarde, así que, podría ir una rápida escapada al vertedero a recorrer los nuevos desperdicios, ya que no hubo avisos de material peligroso en ese día, tenían mucha suerte de que eso pasara rara vez. Dirigió su andar hasta la entrada de Hotland para adentrarse en Waterfall, le envió un mensaje a Alphys por si no tenía nada que hacer o si no había encontrado otra pequeña joya televisada con la cual entretenerse, podrían buscar un rato entre las cosas.  
Respondió rápidamente, así que decidió esperarla antes de meterse al agua.  
—¡D-Doctor!  
—Buenas Alphys, —alza una mano a modo de saludo —¿todo en orden hoy?  
—O-Oh, sí, h-ha estado tranquilo.  
—Bien, ¿qué tal si revisamos un poco? Quizá encuentre algún nuevo accesorio para Papyrus como mínimo. —Suspiro suave.  
Vio a su pequeña cómplice de búsquedas asentir con la cabeza bastante entusiasmada, lo que le dio la clara señal de que podrían rebuscar por entre la basura sin molestias de las cámaras o de encontrarse con los grupos de revisión profunda en la basura. Dieron los primeros pasos, mojando los pies y parte de sus piernas al inicio del vertedero, algo que agradecer del grupo anteriormente mencionado, es que las aguas estaban tan cristalinas a pesar de la cantidad desbordante de desperdicios gracias a sus minuciosas limpiezas.  
Se decidieron por montones de basura medianos, para no tener algún peligro al escalar las semi-montañas que había debajo de las cascadas, Gaster de vez en cuando encontraba algún que otro muñeco aleatorio para Papyrus, Sans se había aficionado a repintarlos para que quedaran más presentables también. Una actividad familiar por cuotas si se podía decir.  
Luego de casi una hora, por el rabillo de su cuenca pudo notar un montón de cajas extrañamente empaquetadas, con mucha, demasiada cinta adhesiva envolviéndolas, claro que algo así iba a llamar la atención así que se dirigió a revisarlas más de cerca, dio un par de chasquidos para llamar la atención de la pequeña lagarta, ella con sus garras probablemente podría abrir el embalaje sin mucho problema.  
—¿Oh? ¿A-Algo interesante doctor?  
—Bueno, llamativo sería la palabra, estas cajas están sospechosamente envueltas.  
—¿N-No cree sean peligrosas?  
—O frágiles —sacudió despacio, notando apenas ruido —hay muchas de estas aquí.  
—¿D-Deberíamos llamar a los descontaminantes?  
—No luce como algo contaminado, quizá se perdieron en el transporte de algún humano o simplemente las desecharon aquí porque eran demasiadas.  
—¿Q-Qué deberíamos hacer entonces?  
—Bueno, no tengo acceso al laboratorio hoy, así que podríamos abrir una aquí, tus garras son bastante afiladas —se la entrego en mano.  
—C-Como diga doctor.  
Sin mucha protesta sobre ello, la pequeña lagarta obedeció la orden y alzó su índice como si de una cuchilla se tratara y la paso por los lados y el centro del paquete para dejar las solapas libres, miraron dentro una vez el paquete estaba abierto, un par de objetos extraños similares entre ellos, algo como una agarradera negra con un botón por el lado, con dos puntas metálicas por uno de los extremos y otros detalles que no se puso a mirar demasiado, llevo la atención a la caja, buscando algún indicador o algo que dijera que eran esas cosas.�� 
—Uh, d-doctor a-aquí dice algo…  
—¿Qué dice? —mantuvo la caja quieta.  
—P-Picana eléctrica policial, u-uso d-de último recurso.  
—¿Policial? Creo que lo único que he entendido de eso es que usa electricidad ¿cómo los rayos de tormenta?  
—¡O-Oh! P-Policía es como una… e-especie de guardia real, pero con civiles entrenados por años para hacer cumplir la ley, s-suelen vestir t-también uniformes azules y llevar una insignia o algo así.  
—Oh… —la miró un poco impresionado. —¿En tus animes se explica que es un policía?  
—¡A-Ah sí! ¡De hecho encontré con Undyne una serie de policías muy buena que trata de…!  
—No, no empieces —le da un toque entre los ojos —si requiero información, te pediré esa… serie, pero de momento no me interesa.  
—L-Lo siento d-doctor.  
—Está bien, sé que te emocionas demasiado con esas cosas… no te culpo, —miró un momento lo que traía en la mano —Eléctrico, se oye peligroso.  
—B-Bueno, n-no inspira mucha confianza…  
—Ah, lleva está de regreso, las analizaremos mañana, también llama al equipo de limpieza, que muevan todas las cajas de este tipo al laboratorio.  
—¡A-A la orden!  
Dio un suspiró de resignación cuando las luces del lugar empezaron a parpadear, indicio de que las apagarían por completo pronto para simular la noche, se podía decir que habían encontrado algo interesante a la par de peligroso ese día, si estas cosas eran usadas por “policías” quería decir que probablemente eran un arma o algo por ese camino; negó con la cabeza, hubiese preferido la humillación de encontrar otra caja de juguetes para adultos con Alphys y morir de vergüenza los dos por ello.  
Acompaño a su asistente hasta el cruce de Hotland, yendo hacía el puerto una vez la vio entrar en el laboratorio; espero un poco antes de ver al barquero llegar por el lado, subió sin hablar prácticamente nada más allá de un saludo cordial y la indicación de llevarlo a Snowdin, podía escucharlo canturrear por lo bajo mientras hacían el pequeño viaje por el río, mientras pasaba los dedos por la corriente, mañana tendría que ver más sobre aquellas nuevas armas o lo que fueran.  
Se despidió del barquero una vez en su sector, yendo directamente a casa, quizá con algo de suerte su hijo habría preparado algo comestible, o si ocurría el milagro de que consiguiera que supiera bien para variar, últimamente se había aficionado mucho a los espaguetis, los sabía cocer a la perfección, pero sus salsas eran solo para temerarios muchas veces, si bien podía decirle a veces a Papyrus que solo le interesaban los fideos simples, no podía escapar de alguna nueva combinación.  
—Estoy en casa —abrió la puerta.  
Miró que las luces estaban apagadas, incluida la televisión, así que probablemente su niño ya se había acostado; fue a la cocina, encontrando un plato de espagueti en la mesada, suspiro resignado al ver la salsa verde encima, al parecer no tuvo tanta suerte, resignado tomó un tenedor para enrollarlos y tomar un primer bocado. Para su sorpresa, se podía sentir el sabor del brócoli molido junto con ajo picado que se mezclaba bastante bien con un poco de cebolla de verdeo, quizá un poco de más del segundo ingrediente, pero era bastante comestible, solo que, con un sabor más potente, por comidas como estás que rara vez se repetían, se podía plantear seriamente que Flowey retrocediera ese día solo para volver a vivir esto.  
Pensando en frío, no, mejor no darle una excusa.  
Limpió prácticamente el plato en poco menos de cinco minutos, disfrutando un poco de ello, antes de ponerse a lavar, la cocina olía a ajo ligeramente, así que probablemente Papyrus había usado el método de cocina de Undyne para picar los ingredientes. Con los puños.  
—Esa chica… bueno, no puedo decir nada.  
Negó un momento, ya era bastante que entretuviera a su niño y le pusiera tantas condiciones para no entrar en la guardia, quizá debería darle un presente o algo por ello, o más ideas para entrenar a su niño sin ponerlo en peligro.  
Suspiró yendo a su cuarto, ya vería que hacer mañana.  
--------------------------------------------------------------
Parte 39
Parte 41
3 notes · View notes
yinnydegoxs · 1 month
Text
Tumblr media
35 notes · View notes
yinnydegoxs · 2 months
Text
¿Amor o amistad? Parte 39
Debido al shock inicial, no pudo tener un semblante sereno para intentar ocultarle su sorpresa, terminó por mirarlo de lado, sin volver a voltear a verlo, no era una broma, ni siquiera es que Sans pudiera bromear con algo así sabiendo solo la historia que todos conocían; paso saliva inquieto mientras le plantaba cara, no del todo convencido de cómo proceder.  
—¿De qué…? —Detuvo su cuestión, no obtendría respuestas si él no las daba primero —Tu lo recuerdas… la masacre de hoy.  
—Puedo decir que sí, la gran mayoría.  
—¿Cómo…? Si tú… nunca fuiste afectado, ¿o estuviste fingiendo todo este tiempo?  
—Mentiría si dijera que no sentía algo raro, muchos momentos de deja vú, momentos en los que sentí que, ya había hecho esto y aquello, pero lo ignore, hasta esta vez.  
—Has… ¿recordado esta vez entera?  
—Se puede decir que verte matar a esa flor unas… cien veces distintas, fue un poco interesante, je, ahora sé que nunca debo hacerte enojar en serio, das miedo viejo.  
—Ah… no lo entiendo, ¿qué tuvo de diferente esta vez?  
—Determinación.  
Gaster le miro un poco desconcertado antes de que Sans sacara de su chaqueta una cápsula vacía, entonces, un pequeño clic en su cabeza le hizo darse cuenta de ello, para también hacer que se pusiera pálido de un momento a otro, si él tenía eso, quiere decir que tuvo acceso al sótano y a todo lo que hay ahí abajo.  
—¿De dónde sacaste eso? Solo tenías permitida una y la tomaste hace meses…  
—Alphys te desobedeció, ella se quedó mirando las cámaras mientras esa flor psicópata mataba a todo lo que se le cruzara, y ahí llegue yo, como centinela estaba intentando llevar a todos a un lugar seguro, ella había bajado al sótano a buscar… algo, no pregunte, solo la encontré allí… junto a toda la investigación y a “ellos”.  
—¿Ellos? —intento mirar a otro lado.  
—Sabes de lo que hablo G, entiendo porque no dejas a nadie bajar al sótano, no voy a juzgar, solo sé que algo debió salir terriblemente mal ahí abajo.  
—Es… clasificado, por favor no lo menciones.  
—Bien, no me quiero desviar de todos modos —tiro la pequeña cascara de la cápsula. —Solo te diré que la determinación parece traspasar las barreras del tiempo, al menos esa es mi teoría.  
—Tú tomaste la píldora de determinación… ¿antes del reseteo?  
—Convencí a Alphys de que me la entregara, estaba desesperada luego de ver a Undyne.  
—Sabía que sería demasiado para ella ver eso —gruñe por lo bajo —ahora sabes de esto… por culpa mía, no debí crear las de determinación… no debí seguir investigando ese rasgo…  
—Lo hecho, hecho esta, irónicamente esto es algo que no puedes volver atrás.  
—Ugh… solo… intentare mantener bajo control a la flor.  
—¿Al príncipe dirás?  
—El príncipe murió hace mucho tiempo, lo que sea que haya quedado de él en esa flor, solo es una cascara vacía y recuerdos de lo que una vez fue.  
—Aun así, quieres darle un alma como las de Paps o mía.  
—Si obtiene un alma propia, no creo que vuelva a ser el príncipe, pero quizá pueda devolverle algo lo suficientemente bueno para que no quiera intentar otro genocidio.  
—Eso es una apuesta arriesgada G, ¿vale la pena?  
—Es lo único a lo que puedo apostar, dejarlo a su suerte no es una opción, ya lo hice y viste el resultado.  
—¿Cuántas veces ha vuelto atrás?  
—Vuelto al “inicio” unas veintiséis veces más o menos, de cuantas, en total, quizá unas ciento cincuenta y esto pensando seriamente que murió por lo menos un par de veces antes de llegar conmigo.  
—Solo puedo decir que esa flor no pudo usarte de abono ni en sus sueños.  
—Probablemente lo hubiese intentado si al menos hubiese conseguido hacerme poner serio.  
—Reitero mi afirmación de que no debo hacerte enojar de verdad.  
—Jamás les haría daño a ustedes, son mis hijos… debí haber estado aquí cuando sonó la alarma, debió importarme una mierda el gasto de magia y aparecer directamente…  
— . . . —miró a otro lado. —Papyrus es demasiado bueno…  
—Eso me temo. —Suspiró un poco resignado a ello —quizá… ah, realmente no sé qué tanto hubiese cambiado… si hubiera podido salvarlo…  
—Olvídalo G, ahora dejara que pase el tiempo, supuestamente…  
—Sí, hablaré con Papyrus cuando venga, es mejor que sepa.  
Se dejó caer en el sillón, cubriendo su rostro con las manos, si tan solo hubiese dejado las cosas como estaban, si no hubiese jugado a ser dios sin realmente serlo, si solo… dejaba que las cosas siguieran su curso, ahora había roto reglas que ni imaginaba, traer a la vida a alguien que hace mucho tiempo descansaba en paz, con una mente que no estaba completa, con un poder que podría volver hasta al ser más calmado en un psicópata, en un megalomaníaco avaricioso.  
Ya no podía revertirlo, no tenía el control de ese poder, solo podía jugar al mismo juego con el escenario que Flowey eligiera, lo único a favor, es que él no estaba ligado a sus reglas, no podía controlarlo a él, no podía borrar sus recuerdos, nunca podría predecirlo completamente, y eso, era su carta del triunfo en ese tablero retorcido.  
Luego de ello, ya casi por la noche tardía, Papyrus llego a casa bastante contento de haber “hecho un amigo”, ambos esqueletos mayores se mordieron la lengua, no habían llegado a advertirle al joven de la peligrosa amistad que acaba de conseguir, claramente Gaster iba a estrangular a Flowey como se pasara de listo con su no tan pequeño esqueleto, pero eso no era algo que él tuviera que saber, solo esperaba que no lo metiera en problemas o en peligro.  
Decidió que era mejor ir a tomar algo bajo la mirada acusadora de su esqueleto menor, solo para relajarse un poco, además de hablar con Grillby de la situación y rezar que realmente no tendría que volver a pasar de nuevo por ello después de más de veinte veces que ya lo hizo, tomó su abrigo y salió de casa, quizá podría hacer algo con Asgore esos días, algo que fuera repetido sonaba bien para tener algo rutinario a lo que aferrarse.  
Entró al local que aún tenía las luces encendidas, alzando la mano a su viejo amigo.  
—¿Un día pesado?  
—Oh, no tienes idea de cuánto.  
—Vaya —tomó el añejo vodka de la repisa —ahora tienes mi atención.  
—Eres un jodido aprovechado ¿sabías?  
—¿Entonces no quieres?  
—Sírveme y cállate.  
Se sentó en los banquillos frente a la barra, suspirando cansado, físicamente estaba completamente bien, esta vez, pero mentalmente estaba desgastado, después de repetir tantas veces la misma semana, se empezaba a notar el desgaste, contar eso quizá no sería la mejor idea, pero si decir su primera teoría dicha a sus esqueletos.  
Tomó en su mano el vaso una vez le sirvió el primer trago, un buen coctel de vodka con fresas, ahora que tenían un buen abastecimiento de frutas y verduras, tener el privilegio de disfrutar un trago más elaborado era algo que se podía permitir. Dio un pequeño trago, para dejar que el dulce de la fresa invadiera su boca, suspirando de alivio por un momento.  
—Te ves terriblemente agotado ahora que te veo de cerca.  
—Si pudiera decir todo, no creerías ni la mitad.  
—Bueno, ¿Qué tienes para contar? ¿Paso algo con Asgore?  
—No directamente… en fin, por dónde empezar…  
—Por el principio tal vez.  
—¿Sans te está pegando lo chistosito?  
—Puede ser, es mala influencia tu chico.  
—No voy a opinar sobre eso…  
No necesito demasiados tragos para soltarse, en el segundo termino por decir sobre su experimento fallido, que al parecer de alguna forma le “daba” premoniciones, con un precio a pagar. Si bien era la misma explicación que le dio a Alphys que estaba al tanto de las posibilidades por más irreales que fueran, eran posibles, aun así, no parecía convencer del todo a su viejo amigo, pero contando las locuras que el científico había hecho con el tiempo, le podría ofrecer el beneficio de la duda. Gaster suspiró, decir eso era más creíble que decirle que esa puta flor psicópata podía jugar con el tiempo a voluntad y divertirse como quisiese.  
—Así que… si veo una flor dorada parlante, lo mejor es tener cuidado.  
—Si, es un experimento que se salió del laboratorio mientras investigaba… fue una apuesta demasiado arriesgada y le di ganas de vivir y voluntad a una planta, no entró en mis cálculos.  
—Alguna vez alguna de tus creaciones te va a matar, sea un éxito o fracaso.  
—Estoy consciente de los peligros, el progreso se tiene que lograr jugando fuerte muchas veces —dio un trago y mordió una rodaja de fresa —Ah, amo los cócteles.  
—No te haré un Espresso Martini ni que ruegues por ello.  
—¡Oh vamos! —lo mira mientras se pone a preparar un tercer trago. —No es como si fuera algo que te pidieran seguido.  
—Vaciaras el vodka y el licor de café en menos de dos horas, tu hijo menor se va a quejar de que lo “permití”.  
—Oh, ¿no te atreves a decirle que tú me engatusas poniendo el trago en mi cara?  
—No es como si no pudieras decir que no.  
—Toúche.  
Cuando se quiso dar cuenta, ya estaba un poco mareado por el alcohol, en los cocteles se notaba menos el licor, como ya sabía, pero no impedía seguir pidiéndolos, era mucho más atractivos que los tragos secos, Grillby lo ayudo a levantarse del asiento, sabiendo que seguramente mañana sería regañado por su joven esqueleto, se lo merecía por abusar.  
Dejó que la semana pasara, mientras él estaba en modo automático, ya sabiendo las respuestas y soluciones a la mayoría de los problemas de esos días, parecía un robot que hasta incluso Asgore le notaba extraño, pero no preguntaba demasiado ya que sentía que lo que fuera que estuviera pasando, no podía hacer nada por él.  
Es obvio que le dijo a Asgore que el pequeño Flowey podía dar una especie de magia alucinógena, que podían dar la sensación de que algo ya había sido vivido cuando nunca paso; más en él era diferente, su magia llegaba a dar premoniciones bastante acertadas, pero que sí algo malo sucedía con él en ese futuro predefinido, su cuerpo sufriría los daños o su mente podía ser afectada ligeramente, obviamente no iba a decirle la verdad.  
Sin embargo, esto era lo más cercano a lo acertado que podía decirle.  
Y entonces, llegó el momento de la verdad, cuando se cumplió la semana finalmente, no había rastro de la flor por ningún lado, con suerte no estaría torturando en secreto a nadie con preguntas intencionalmente maliciosas, también le pregunto a Papyrus si su “amigo” estuvo con él ese día, obtuvo una negativa, pero le dio un dato curioso, que intentaría ver que había más allá de las puertas de las ruinas, bien, si había suerte solo estaba atormentando a Toriel y no a un pobre e indefenso monstruo encerrado con esa bruja.  
Llevó los reportes con Asgore, ya sabía de memoria hasta el detalle más pequeño, nada se le había escapado de la vista, después de repetir la semana tantas veces raro sería no saberlo todo, toco con suavidad la puerta de la sala del trono, esperando como siempre la voz de su rey.  
—Adelante.  
Abrió despacio la puerta y asomo la cabeza, viendo al rey regando las flores con su regadera de tamaño normal, vista diminuta en sus manos; pasó mientras cerraba detrás de él.  
—¿Llegué muy temprano?  
—Tal vez un poco, es muy raro que adelantes tu llegada, siempre dices que esperas hasta el último dato del día.  
—Oh sí, —había olvidado eso —esta semana ha sido tranquila, dentro de todo, así que no ha habido detalles fuera de mi vista a última hora.  
—Oh, muy bien, ¿quieres probar un pie de caramelo y canela mientras me muestras todo? He tratado de hacerlo muchas veces, tal vez ha salido bien esta vez, aunque no es mi especialidad…  
—Estaré encantado Asgore.  
Mientras Asgore iba contento a la parte de reuniones, el científico no pudo evitar hacer una mueca de disgusto, si, ese tipo de preparación dulce en específico era la especialidad de la reina, después de la no tan agradable tarta de caracoles, respiró hondo y siguió por donde el rey se había ido, debía suponer que cosas como esas podían pasar, pero le traían un mal sentimiento que no podía controlar.  
Se sentó en su lugar de siempre, mientras miraba las tazas de té en su lugar, cerca de un minuto después, el rey regreso con su pie de caramelo y la tetera en la otra mano; el olor dulce del caramelo quemado le traía sentimientos encontrados, si bien era una receta del repertorio de Toriel, no dejaba de ser la pieza dulce favorita de Asgore.  
Cuando tuvo su rebanada cortada del postre recién hecho en sus manos le dio un pequeño mordisco, tenía una textura suave por dentro y un poco crocante en la base, se sentía el sabor característico de la canela, pero el caramelo que recubría la porción podía decirse que estaba un poco pasado, casi quemado, aun así, era perfectamente comestible y si ignorabas ese detalle, el pie estaba realmente bueno.  
—Siento si no tiene el mejor sabor, puedes ser sincero conmigo. —Lo miró expectante.  
—Puede que pusiera demasiado calor en la parte superior Asgore, pero está realmente bueno ignorando ese detalle. —Dio otro pequeño bocado, quizá incluso era mejor, así no se parecía tanto a la de Toriel.  
—Oh, lo tendré en cuenta la siguiente vez. —Movió la cola, contento.  
La siguiente vez, esperaba que eso finalmente pasara.  
Se despidió de Asgore, sin saber si el tiempo pasaría o no, uso un pequeño atajo para pasar de New Home, revisando con la mirada los pasillos del núcleo, todo estaba en orden, lo sabía de memoria; llegó al laboratorio luego de un rato, podría pasar la noche ahí y comprobar si Undyne venía a sacarlo a patadas de su oficina si llegaba la mañana. La idea era, dentro de todo, tentadora.  
—¡Hey! ¡Bastardo con bata!  
—¿Oh? —alzó la mirada —¿Al final vas a volver atrás y te tomas la molestia de avisarme?  
—Dios, ya dije que dejaría que pase, además ya me aburrí de la misma puta semana.  
—Entonces, ¿a qué debo esta inesperada visita?  
—¡Quiero saber si ya has empezado con nuestro trato!  
—Oh, sobre eso, sí, he tenido una cantidad innecesariamente grande de tiempo libre gracias a ti y tus reseteos, pero no puedes esperar que algo que toma años lo resuelva en una semana.  
—Ugh, ¡se supone que eres un maldito genio!  
—Debo recalcar que esto a un genio como yo, le tomará años, a alguien promedio posiblemente mil años aún le quedarían justos.  
—¡No quiero esperar tanto!  
—La paciencia no es una virtud que te caracterice.  
—¡Cállate!  
—Bien, intentare darle cierta prioridad, pero no esperes que me centre en ello completamente, tengo mucho trabajo que atender y el rey espera que tenga vida fuera del trabajo también.  
—¿Qué voy a hacer mientras?  
—Torturar a Toriel diciéndole la verdad y romperle el corazón sería una forma de diversión que podría ver perfecta para ti.  
—Podría hacer lo mismo con el rey.  
—Ya le he advertido a tu padre de ti, así que no va a funcionar… y si al final vuelves atrás por algo así, ten por seguro que lo repetiré las veces que sean necesarias.  
—Ugh, como sea, supongo que harán algo nuevo cuando me vean.  
—Algunos sí, Undyne probablemente intente podarte a lanzazos, entre otras cosas que pueden pasar.  
—Bien, ¡quiero mi maldita alma o conseguiré una por mi cuenta!  
—Bueno, si cae un humano de nuevo, probablemente caiga en las ruinas, sería una buena oportunidad opcional… ¿no te parece? Robar un alma humana.  
—Oh… ¡OH! ¡Eso se oye genial! ¡Pero no crea que dejare de vigilarlo!  
Dicho eso, la flor se hundió entre baldosas y desapareció de su vista, bueno, eso garantizaba que esa flor maniática iba a rondar más por las ruinas que por el resto del subsuelo, lo cual le venía de maravilla. Dejó el resto de los papeles en su escritorio, esta vez sí dejando la bata y llevando su abrigo en el brazo, tomaría el viaje rápido e iría a casa a revisar que todo estuviera en orden, quizá con suerte su niño no se aferraría demasiado a Flowey o por lo menos que no le haría caso a todo lo que diga.  
Papyrus podía ser muy complaciente en momentos equivocados.  
Tal como fue parte de su acuerdo, el tiempo finalmente progreso, lo que, en cierta forma fue refrescante para el doctor, sentir que se repetía toda la semana durante casi seis meses o más que eso, podía decir que lo estaba desgastando mentalmente más de lo que podría admitirle a esa flor, para fortuna de él, Flowey también se había aburrido de esa semana.  
Tomó su día libre para ir a ver a su niño como entrenaba en Waterfall con Undyne, además de verificar que ella no se rendiría a la idea de no dejarlo entrar a la guardia, por suerte ella estaba determinada a proteger a los monstruos, aún si eso significaba mantenerlos a raya en ciertas situaciones o peticiones.  
Gaster se sentó en un pequeño banco hecho con un tronco de madera partido por la mitad, probablemente alguna “manualidad” de Undyne que no quiso desperdiciar, el entrenamiento básico ya era juego de niños para Papyrus, observando con detenimiento, podía decir que el nivel intermedio también, pero al intentar destacar demasiado terminaba arruinándolo al final así que Undyne no le permitía avanzar al nivel avanzado, que, si su hijo terminaba por agarrarle la mano, lo pasaría sin problemas.  
Eso era… preocupante.  
—Bien, ¡suficiente por el entrenamiento de la mañana!  
—Oh… —parpadeo curioso, eso había sido demasiado rápido —¿entrenan así todos los días?  
—¡Claro doc.! ¿Usted no ha dejado de hacerlo o sí?  
—No lo olvido Undyne, tampoco de comer o beber antes de que lo preguntes.  
—¡Muy bien! No quiero tener que arrastrarlo otra vez.  
—¿Debo recordarte quién suele olvidarse de no llevar armadura en Hotland?  
—¡Eso solo paso una vez!  
—Una vez al mes mínimamente… —tomó un poco de agua de una botella que traía.  
—Detalles.  
—En fin, ahora toca ir a recalibrar tus puzles, ¿verdad Papyrus?  
—¡Nyeh! ¡Claro que sí! ¡Nunca se sabe cuándo un humano vendrá! Todo tiene que estar en perfecto estado.  
—Excelente Paps, adelántate con eso, ¡yo tengo que hablar una cosa con el doc!  
—¿Ah? —levantó la vista, curioso —iré en un rato Papyrus, sabes que puedo aparecer de un momento a otro allá.  
Su esqueleto simplemente siguió su camino, sabía que podía confiar en Undyne.  
—Bien doc., —le pasó un brazo por encima —¿puede explicarme mejor lo de ese hierbajo parlante que anduvo molestando?  
—Oh, vino a molestarte imagino…  
—Se puede decir que fue mi tiro al blanco de despertador, ¿Qué es esa maldita cosa?  
—Un experimento fallido, —tomó un trago —tengo un trato con él, no hará estupideces, o lo intentará al menos, y yo crearé un alma para que sea un monstruo como todos.  
—¡Esa estúpida hierba está probando mi paciencia!  
—También probo la mía por mucho tiempo, pero llegamos a este acuerdo… has tenido alguna especie de deja vu ¿últimamente?  
—Oh, un par de veces, pero generalmente era con Papyrus la semana pasada, sentí que cometió errores que ya había visto pero… eso es imposible ¿no?  
—Bueno, la raíz parlante puede inducir a que tengas recuerdos que nunca estuvieron, pero no suelen durar mucho, tampoco es permanente en ustedes.  
—¿Cómo que en “ustedes” doc.?  
—Digamos que yo soy una especie de excepción, puede mostrarme premoniciones… pero si me pasa algo malo en ello, puedo terminar herido.  
—¡¿Ah?! Entonces no debería ni acercarse.  
—No tengo problema con un par de golpes y aparte, es un pago bastante… justo por saber cosas que pueden ocurrir.  
—Empiezo a entender porque Asgore se preocupa tanto.  
—Mira quien habla.  
No pudieron evitar sonreír un poco, sabiendo que ambos preocupaban a Asgore a su manera, no es que lo hicieran a propósito, solo que quizá los dos sabían que el otro tentaba demasiado su suerte; luego de un par de minutos y un poco de fruta como refrigerio fue a encontrarse con su niño, que estaba haciendo montones de nieve más o menos de tres cuartos de su altura, lo que haría que probablemente cuando endurecieran, no pudieras pasar a menos que de fueras por el camino que estaba haciendo.  
No es que fuera el puzle más peligroso, pero serviría para ganar tiempo sin duda alguna.  
Estuvo un rato con su joven hijo, revisando que cosas tenía para preparar e incluso lo convenció de hacer un laberinto invisible que diera toques eléctricos, pero no pudo de ninguna forma persuadirlo de que fuera mortal, suspiró resignado, hubiese sido una culpa muy grande para su niño de todos modos, así que lo haría a su gusto.  
Suspiró por lo bajo mientras compraba una paleta al conejo azulado que estaba más que feliz de por fin tener clientes ese día, suele moverse por las tres áreas del subsuelo más pobladas, si bien tenía mucho éxito en Hotland venía a hacer y empezar sus helados en Snowdin, no es que fuera la mejor comida en la zona más fría, pero necesitaba algo que comer y era lo primero que podía encontrar, era eso o masticar nieve.  
Por un instante, pudo notar una mirada detrás suya, miró de reojo detrás y noto algo hundirse en la nieve.  
Si, podía decir que esa flor, efectivamente, lo iba a vigilar.  
-----------------------------------------
Parte 38
Parte 40
1 note · View note
yinnydegoxs · 2 months
Text
Tumblr media
Valentine Day, Kingdings
11 notes · View notes
yinnydegoxs · 3 months
Text
¿Amor o amistad? Parte 38
Hizo un poco de fuerza para poder levantarse erguido, presionando al costado derecho y mirando un poco a su niño que parecía estar impacientándose mucho, suspiró derrotado antes de correr su abrigo y levantar el suéter. Claro que la reacción de Papyrus iba a ser la misma del rey, aunque al menos no parecía conectar lo suficiente como para gritarle, pero claro qué si lo era como para levantarlo en brazos y llevarlo escaleras arriba de un momento a otro, sin dejarle tiempo a protestas o algo más que quejarse levemente por el dolor, tenía mucho más autocontrol para eso de lo que ellos podían pensar. 
Papyrus tenía un buen nivel de magia así que aplicar curaciones podía ser una tarea fácil, ninguno de los dos dijo una palabra, el menor estaba más preocupado por hacer que el manchón violeta disminuyera y Gaster no sabía cómo explicarle que una herida “del futuro” había viajado con él al pasado, ya el mero hecho de decir algo así era surrealista y sonaría como una mentira muy mal dicha. Solo suspiró hondo mientras se llevaba una mano a la cara, dejando que le curara lo que Asgore no había tenido tiempo de sanar, aunque no tardó mucho en notar que no estaba solo Papyrus curando si no que su hijo mayor estaba en la puerta y si bien no demostraba su preocupación muy seguido o no sabía expresarla de forma no burlona, ver sus cuencas completamente vacías le daban el claro indicio de que quería una maldita explicación a su estado. 
—Bueno, estás entero como dijiste al menos —se acercó a ver —al menos te ves entero por fuera. 
—Es algo difícil de explicar… 
—Bueno, tus reportes son la cúspide de lo complejo y aun así se lo puedes resumir neutro al rey, así que, puedes empezar por ahí. 
—Ah, ugh… —se resistió a presionar la lesión —solo, ah… un accidente en el laboratorio… 
—¿Accidente? Eso luce mucho más como el ataque de alguien. 
—Eso mismo…—suspira por lo bajo. 
—¿Qué demonios hiciste o creaste para que te pudiera hacer algo de ese tamaño y que no lo esquivaras? 
—Estaba demasiado concentrado en otra cosa, ¿de acuerdo? 
—¿El rey lo sabe? 
—Fue el primero en saberlo, si no me hubiese curado un poco probablemente no habría ni llegado al laboratorio… 
—No dejaste que te curara más. 
—Hubo un par de contratiempos que atender… 
—No te mataría ser más específico, probablemente eso te salvaría de no tener otro de esos ¿sabes? —le señala el daño. —¿Qué son exactamente esos asuntos? 
—Ugh… digamos que… puede haber una posibilidad de que olviden esta conversación… —mira a otro lado —en fin, digamos que cierto experimento… se salió de control y puede… darme premoniciones, pero tienen un precio —se señala. 
—¿Eso no haría que puedas ver lo malo antes de que te pase? 
—Si y no, es… complejo, incluso intentar simplificarlo es difícil. 
—Puedes intentarlo, vas por buen camino. 
—Se puede decir que no depende de mí, si no del experimento fallido… si recibo el daño dependerá de él, no de mí. 
—Eso suena como dejar mucho al alzar. 
—Tal vez… al menos esa es la mejor explicación que puedo darles… al menos esta vez. 
—¿Nyeh? ¿Esta vez? 
—No lo pienses mucho Papyrus… 
Gaster miró a otro lado, si el príncipe decidía volver a quitarse la vida, entonces ellos jamás recordarían que esta situación paso, incluso había la posibilidad de que su herida nunca estuviera si regresaban el tiempo, había mucho que investigar, pero tendría que soportar primero las mediciones de Asriel a su nueva habilidad. 
Tal como esperaba, cuando paso aproximadamente una semana, el tiempo retrocedió y pasada “otra” semana, el tiempo volvió atrás de nuevo, una y otra vez, volviendo al mismo “punto de partida”, justo delante del rey, tomando el té, con su teléfono en mano, con Alphys desesperada, con el rey preocupado, con el mismo rumbo inicial, lo hacía de forma automática para no causar reacciones demasiado dispares a las que ya estaba empezando a acostumbrarse. Perdió la cuenta de la semana pasado la veinteava vez. 
Podía decir que aprovechaba sutilmente aquellas repeticiones para hacer diferentes planes con el rey, o intentaba conseguir unas explicaciones más simples para Alphys sobre la “flor del tiempo”, el pequeño Flowey como se hizo llamar a sí mismo. 
—¡Hey doctor! 
—Oh, se ha salido de lo habitual al visitarme príncipe, ¿ya se sabe la semana de memoria? 
—¿Aún está enojado porque queme la biblioteca hace como cinco “semanas”? 
—Bueno, es material preciado para nosotros, ya que nadie sabe que puede volver como si nada… nadie excepto nosotros, príncipe, pero no estoy enojado por ello… 
—¿O será que lo está porque ahora soy amigo de Papyrus? 
Apretó los papeles en mano. Bingo. 
—Preferiría que se mantenga lejos de mis hijos. 
—¡Pero Papyrus es muy divertido! 
—¡No fue divertido que le robara y partiera un maldito brazo solo porque tenía curiosidad de cómo reaccionaría! 
—¡Pero fue solo una vez! Además, volví atrás y esta como nuevo, sin recuerdos ni traumas, no es para tanto. 
—Tampoco es divertido que le enseñe algo “genial” como tirarse de nuevo a la lava —frunció más el ceño. —¡No pruebes con la gente lo que te dé la gana! 
—¿Por qué no? Es divertido y no pasa nada ¿verdad? Siempre puedo volver. 
—No sabes si siempre podrás volver, ya sé que aprendió a regresar sin morir, porque era demasiado doloroso, pero no sabes cuanto durara ese poder, ese “archivo” como le dices. 
—Oh vamos doctor, después de todo usted lo ha estado “disfrutando” también ¿no es cierto? 
—¿Qué? —lo miró un momento al notar su tono medio sarcástico. 
—¿Creyó que no notaría que esta con papá? 
—Ugh —enrojeció de golpe y miro a otro lado —¿qué tiene de malo? 
—Bueno, bueno, he leído todos los libros, incluso el que tiene oculto en su oficina y sus anotaciones sobre ello. 
—¡¿Cuándo reviso aquí?! 
—Oh, eso no importa ya, solo se todo de los celos y cosas de adultos —alza las hojas como si se encogiera de hombros —¿quién diría que el estimado y recto científico real tiene una relación de ese tipo con su rey? Incluso te tiene marcado, ¿qué brujería le hiciste a papá? 
—¡No fue maldita brujería! ¡Ni sueñe que voy a decírselo! 
—Agh, papá tampoco me dijo la vez anterior… ni siquiera diciéndole que soy su hijo. 
—Ah, deje de jugar con esta semana infinita, es obvio que, para cierto punto, nada de lo que haga será diferente, todo será predecible porque sabrá todas las respuestas. 
—Puede que tenga razón doc.… por eso es un genio. 
Luego de esa charla, Flowey apareció el “panel” o al menos así le decía el científico desde que lo vio por primera vez, negó suave, ya sabía lo que venía, otro reinicio de la semana. 
Y tal como predijo, volvió al mismo punto. 
Más nada lo preparaba para lo que venía a continuación. 
Luego de su ya habitual aparición, saludo e ida de la sala del trono, Asriel no apareció en todo el día, en ningún punto visible de las cámaras, lo cual extraño mucho al esqueleto, ¿quizá estaba probando su paciencia? Para cuando se hizo de noche, se escuchó la alarma por todo el subsuelo, cosa que alertó al doctor que aún se encontraba con el rey, antes de que Asgore pudiera detenerlo, él desapareció al instante, apareciendo en las puertas traseras del laboratorio. 
Cuando llego al sector de seguridad, para su horror pudo presenciar como su hijo menor era decapitado con una raíz en forma de cuchilla mientras una risa se escuchaba en el fondo, apretó los dedos hasta casi hacerse daño, lo sabía, sabía que en algún momento el príncipe se volvería loco, que estaría hambriento de poder, de ver que más pasaría de la forma más retorcida posible. 
De ver qué pasaba si los mataba a todos. 
—¿Todos están en los refugios? 
—T-Todos los posibles… 
—Has que todos se escondan, ¡de inmediato! 
Se alejó de la zona de las pantallas mientras mordía uno de sus dedos con fuerza, sintiendo que iba a arrancárselo, estaba furioso. Tomó algunos cuantos refrigerios y comenzó a comer lo suficiente como para tener mucha, realmente mucha energía, ya que le gustara o no, tendría que pelear. Solo quería ir y obligar al príncipe a volver atrás, eso no iba a ser fácil pero no era imposible, y si lo era, mataría a esa maldita planta la suficiente cantidad de veces como para que quisiera regresar. 
Le ordenó a Alphys que fuera al refugio, que ya no viera las cámaras, que seguramente la guardia real de Waterfall podría hacer algo, esperaba que sí, pero lo más seguro es que Undyne no pudiera con las tretas de manejo del tiempo de Asriel, no sabía hasta qué punto habría aprendido a usar ese manejo, si ya no tenía que retroceder una semana, si ahora podía dar saltos más pequeños. 
Si podía “guardar” su progreso. 
Caminó con paso firme hasta el castillo, directamente al gran pasillo, seguramente acabaría con todo lo que se cruzara hasta llegar al rey, posiblemente podría salvar a los que aún no llegaron a ser encontrados en su camino, pero nada de eso valdría la pena, cualquier lugar anterior a ese pasillo no era lo suficientemente espacioso, lo bastante resistente y el más visible. Además, si algo sabía de la avaricia que ahora poseía al príncipe, es que te puedes frustrar muy fácilmente si el “final” es algo que no puedes alcanzar. 
—Veo que ha estado ocupado, príncipe Asriel. 
—¡Hola doctor! Creí que habría huido junto con el montón de ratas que se me escaparon. 
—Príncipe Asriel, no sé qué quiere probar con esto, pero le sugeriría que vuelva atrás. 
—Volvería atrás solo para ver si puedo verle cara a cara cuando maté a su querido niño, ¿no es gracioso? Él realmente pensó que podía solucionar todo con un abrazo y decir que todo iría bien, que solo necesitaba a un amigo para ver el buen camino, ¿estúpido no lo cree? 
Gaster apretó los puños y miró al frente. 
—Le aconsejo volver atrás, príncipe… no, Flowey. 
—¡Oh! ¿Te estas revelando a la corona? Sigo siendo el príncipe, aunque solo tú lo sabes. 
—No, el príncipe está muerto. —lo miro con las cuencas vacías —Flowey, está es mi última oportunidad para ti, si te acercas solo una baldosa más… bueno, te lo diré de otra forma. 
—Soy todo oídos doctor. 
—¿Quieres pasar un mal rato? —Encendió sus ojos en un tono rojizo. —Porque si te atreves a avanzar más… te juro que no te gustará lo que viene después. 
La risa burlona de la flor y como salía de entre las baldosas para moverse hacía él le dieron a Gaster el claro indicio de que, efectivamente, Asriel había muerto, solo quedaba ese cascarón vacío carente de amor o algún sentimiento bueno en su ser, solo estaba esa ansia asesina, esa búsqueda de poder saber hasta dónde podía llegar sin consecuencias reales. 
Pero esa tontería y destrucción sin sentido se acaba aquí. 
Decidió ser el que tomaría el primer turno, sin dejarle un instante para pensar que estaba pasando cuando un centenar de huesos salieron en decenas de direcciones distintas, una hilera tras otra, con un rango mínimo de escape, casi inexistente, algo que incluso podría considerarse injusto o incluso tramposo. No es como si eso le importara. 
—¡¿Qué demonios fue eso?! —se sacude histérico, con menos de la mitad de vida. 
—Veo que puedes experimentar dolor, —alzo la mano, haciendo un ademán con el índice, indicando que le tocaba. —Quizá te preguntes porque fue un ataque tan serio, simplemente pensé que sería “divertido”. 
—¡Tú, maldito bastardo con bata! No creas que vas a detenerme. 
—Que vocabulario tan amplio has ganado, lástima que no fuera por buen camino, como tu manejo con el poder. 
—¡Cierra la maldita boca! 
Gaster plantó los pies firmes en el suelo, invocando manos mágicas para desviar los ataques, sin moverse del sitio, mirando a Flowey con superioridad, él podría controlar el tiempo sí, pero no tenía ni el entrenamiento ni el nivel de un monstruo jefe con experiencia con la guerra y en combate a muerte real, con cien o hasta mil veces mejor control de la magia, potencia de ataque y un muy amplio repertorio de rompecabezas y patrones de ataque. Cuando el turno de la pequeña e irritante flor terminó, lo alzó en el aire con magia azul y comenzó a estrellarlo contra las columnas, techo y el suelo aleatoriamente, invocando huesos al instante que lo golpeaba contra cualquiera de las superficies. 
Entonces, parpadeo solo un momento, y toda su “pelea” había vuelto atrás. 
—Oh, veo que soy bueno en lo que hago ¿ah? —no pudo evitar sonreír de lado. 
—Maldito seas… ¡solo eres una maldita abominación! ¡Haré que desees haberte escondido como una rata igual que el resto de ellos esperando que no te mate! 
—Sí es así… vamos por el round dos entonces. 
Sin mucho más que decir, volvió al ataque, pero para sorpresa de Flowey, estos tenían un patrón diferente al anterior, lo que hizo que esquivar fuera una maldita tortura, por segunda vez y perdiendo un par de pétalos en el proceso, gruñó por lo alto mientras él intentaba atrapar al científico. Más no consiguió ni siquiera acercarse a él, cortó sus raíces con magia azul, no usándola de forma convencional, como había visto a Papyrus o a Sans, si no como un arma tangible a modo sierra giratoria. 
Apretó los dientes, furioso al ver que no había podido moverlo ni un centímetro. 
—¿Eso es todo? —movió suave los dedos, desprendiendo magia amarilla de ellos. —Es mi turno entonces. 
Apareció un total de diez manos a su alrededor, todas brillando en amarillo en el centro antes de empezar una lluvia de perdigones mágicos, con mucha concentración en cada disparo, haciendo que cubrirse fuera una pésima decisión, incluso si se ocultaba bajo tierra, la potencia del disparo era suficiente para hacer que la magia atravesara las baldosas, recibiendo el daño de todos modos. 
Y de nuevo, al punto inicial de la batalla. 
—Hijo de… 
—Esa expresión, luces realmente enfadado, bueno, dicen que la tercera es la vencida… veamos para quién. 
Su tercer inicio, volvió otra vez a lo mismo, cambió de orden sus ataques, volviendo a causar daño de forma concisa y dolorosa, podía matarlo rápido, más de lo que ya lo hacía, pero eso no sería un reto para esa flor, terminaría prediciendo y atacando fuera del combate incluso, no iba a dejar que eso pase ni tampoco iba dejarlo sin castigo, su gente, sus amigos y conocidos… su niño. Lo haría PAGAR, con polvo, dolor y lágrimas las veces que se lo permitiera. 
Y esta vez, ni siquiera pudo sobrevivir al primer turno. 
—¡DEJA DE HACER ESO! ¡MALDITO TRAMPOSO! 
—Oh, ¿no tenías curiosidad de que pasaría si matabas a todos? ¿O que se sentiría tener algo impredecible en tu camino? Aquí estoy para enseñarte que es lo que pasa. 
—¡Voy a decapitarte justo como hice con él! 
—Ven e inténtalo. 
Esta vez permitió que él empezara a atacar, aunque ni siquiera le movió del sitio, solo tuvo que bloquear los proyectiles de semillas que había invocado a su alrededor, sin un aparente escape convencional, claro, él probablemente empezaría a no seguir las reglas de un combate justo, se podía decir entonces que estaban parejos, dos tramposos enfrentados. 
Dos criaturas llenas de determinación de querer aplastarse mutuamente. 
—Patético. —Lo miró entornando los ojos —¿Y así piensas que ganaras? Tienes demasiado que aprender, mocoso. 
—¡Púdrete científico de cuarta! ¡Voy a hacerte polvo! 
—Todavía estoy esperando que logres moverme del lugar, o espera… me toca. —Rio siniestro. 
Flowey pudo sentir por instinto, que aquello iba a ir de mal en peor, sin embargo, no tuvo tiempo de huir, en el momento que Gaster lo atrapó con magia verde, lo clavó en el lugar, alzó la mano libre para crear pequeñas esferas naranjas, concentrándolas lo máximo posible para tele portarlas directo alrededor de su cabeza. Un pequeño chasquido, y estas pequeñas esferas simplemente explotaron con gran potencia. 
Y de nuevo. Otra vez al inicio. 
—¡¿Acabas de volarme la jodida cabeza?! 
—Tal vez… —sonrió con malicia —empiezo a ver lo divertido Flowey, ¿no te estas divirtiendo también? Veamos si te conservas entero en algún momento. 
—¡Estas mal de maldita cabeza! ¡Eres un maldito enfermo! ¡Deja de sonreír rarito! 
—Solo te estoy dando lo que tanto buscabas, algo nuevo que sentir, mataste a todos los que se te cruzaron ¿quizá de un golpe? ¿Era divertido sentirte liberado debido a ese sentimiento prohibido? 
—¡Te asesinare una y mil veces! ¡Volveré atrás una y otra vez! ¡Voy a matarte y matarte y volver a hacerlo hasta que este satisfecho! 
—Podrías decir eso si al menos pudieras hacer que me mueva, pero parece que pido demasiado. 
Volvieron a combatir, si es que a esto se le podía llamar así y no un abuso total y absoluto de poder, experiencia y habilidad de parte de uno de ellos, derrota tras derrota, la pequeña planta se iba exasperando más y más, intentando atacar incluso cuando no era su turno, intentando atraparlo con sus raíces de todos los ángulos, de disparar sus semillas cargadas con magia, pero nada funcionaba, no podía leer al científico, incluso estaba empezando a desesperarse aún más cuando ni siquiera podía recordar si había hecho un patrón de ataque repetido, eran tan malditamente perfectos con el diminuto espacio para esquivar que alguien que no tenía una experiencia de una pelea de verdad no tenía la más mínima oportunidad de sobrevivir más allá del cuarto turno. 
—Uff… ugh… —resopló entre los dientes. 
—¿Llevas la cuenta de cuantas veces has vuelto atrás? Creo que es la numero cien ya y recién estoy empezando a ponerme serio. 
—¡¿Estas de putísima broma?! ¡¿Que ha sido todo esto entonces?! 
—Un juego de niños, ni siquiera un calentamiento —se sonó los nudillos, —ahora, si quieres realmente ver como pelea un monstruo jefe adulto de verdad, espero que estés preparado. 
Dio un paso adelante, después de estar horas en el mismo sitio. 
La flor simplemente comenzó a temblar, sintiendo que su instinto le pedía, a gritos, huir de ahí, sin embargo, sabía que él no iba a dejarlo ir y de lograr escapar de todos modos estaba más que seguro que lo encontraría y lo asesinaría de nuevo otro centenar de veces, quizá de formas más dolorosas de las que ya lo estaba haciendo en ese momento. 
Escucho otro paso, más cerca. 
—¡Agh! ¡Bien! ¡Tú ganas! ¡Volveré atrás! ¡Solo aléjate de mí! ¡Maldito lunático! 
—Me dices lunático después de que asesinaste a todo el pueblo, pequeña raíz hipócrita. 
—Ugh… ya entendí, volveré atrás, dejaré que pase la maldita semana y seguiré adelante… 
—Mi oferta sigue abierta, Flowey, si no puedes sentir porque no tienes un alma, aunque me tome un tiempo, puedo intentar volver a crear una de nuevo. 
—¡¿Cómo que volver?! 
—Sí, en serio leíste todos mis archivos ¿o solo el maldito libro sobre el celo y sus apuntes? 
—Puede que haya encontrado eso más interesante que todo ese material teórico y encriptado. 
—Bueno, si te hubieses tomado la maldita molestia de verlo o preguntarme, sabrías que mis niños tienen almas artificiales. 
—¡¿Por qué no me DIJO ese puto detalle antes?! 
—No es que estuvieras muy cooperativo para escucharme, estúpido mocoso. 
—¡Grrr! ¡Bien! ¡Dejare que pase el maldito tiempo! ¡Así que créame una maldita alma! 
—Puede tomar años, décadas si se te ocurre volver atrás en un mal momento y me interrumpes. 
—Ya entendí maldita sea, solo volveré atrás si me aburro demasiado o si quiero repetir algún evento, ¿eso está jodidamente bien para ti? 
—Un punto medio ¿huh? Suena a un buen trato. Solo, tengo una pequeña cosa que decirte antes de que volvamos. 
—¿Ahora qué? —lo mira un poco desconfiado. 
—Te matare un millón de veces más si vuelves a intentar esta estupidez otra vez e incluso si logras pasarme, recuerda que Asgore también es un monstruo jefe que tiene las seis almas de los humanos a disposición… ¿entiendes a lo que voy? 
—Ugh, —escalofríos —sí, ya entendí maldición… —apareció el panel. 
—Nos vemos en la sala del trono, Flowey. 
Luego de ello, volvió al inicio del día, sin siquiera molestarse en nada, envió las órdenes de forma automática a Alphys, sabiendo ya las respuestas que más la calmarían, también calmó al rey y esta vez hablo sin mucho problema de Flowey, con la diferencia de pedirle que cuando lo vieran, bajo ninguna circunstancia enseñara las almas humanas a este espécimen, que probablemente encontraría como fingir ser otra criatura, incluso imitar a su hijo para obtenerlas pero que no se dejara manipular por sus palabras o recuerdos, que él se encargaría de estabilizarlo mentalmente para que fuera uno más, con algo de tiempo. 
El rey al verlo tan neutro y tranquilo con eso del experimento fallido se sintió bastante aliviado, cuando su científico no perdía la calma, es que tenía la situación bajo control. 
—¡Howdy pequeña flor! 
—¡Howdy! ¡Soy Flowey! Flowey la flor —alzó las hojas con una sonrisa de alegría. 
Claro que el doctor sabía que era falsa, pero como en otro reseteo anterior, lo dejaría pasar. 
—¡Encantado! Espero que no estés muy confundido de donde estas. 
—Yo creo que está bien su majestad, de todos modos, si alguna vez quieres ayuda no dudes en venir al laboratorio, Flowey. 
—Claro… —lo miró incómodo —en fin, tengo mucho que explorar, así que ¡adiós! 
Sin más que decir, se hundió en la tierra. 
—Parecía un poco incómodo contigo. 
—Puede ser, supongo que ¿hable demasiado serio? 
—Je, a veces lo haces, podías soltarte un poco. 
—Bueno, ya está hecho, probablemente venga al laboratorio cuando termine de explorar. —suspiró, eso sería en cinco minutos contando que ya lo sabe todo de memoria —bueno, yo debería volver también Asgore. 
—Oh, no te quedes trabajando hasta mañana o Undyne te sacara a patadas del trabajo. 
—Dios, como si no lo supiera a estas alturas. 
Asgore rio suave antes de abrazarlo y besarlo despacio, sin importar la cantidad de reseteos que vivió, siempre tener una muestra de cariño con el rey era sorpresivo, incluso cuando sabía que iban a pasar; tardó quizá un par de segundos en corresponder, abrazándolo del cuello. Cuando lo dejo ir un poco atontado, se trató de centrar, ahora, si Flowey cumplía con su parte del trato, entonces ahora él podía advertir a todos de él, aunque quizá debía dejarlo, así como estaba, solo quizá avisando a sus hijos de ello, sobre todo a Papyrus. 
Decidió mandarle mensajes a Alphys, preguntando si todo estaba en orden y que si encontraba a la flor merodeando que no perdiera la calma y que no cayera en ninguna posible trampa. Al cabo de lo que serían unos quince minutos recibió el mensaje de que faltaba una cápsula de determinación, negó con la cabeza, debió imaginar que esa planta haría alguna tontería de todos modos, mientras no intentara asesinar a todo el pueblo o traumatizarlos, podría quizá dejarlo pasar. 
Decidió pasar del laboratorio una vez que Alphys le aseguro que no faltaba nada más y que no había rastros de la flor parlante, yendo al puerto de Hotland para navegar a Snowdin, mientras seguía mandando mensajes a ciertos monstruos en específico, como Undyne o Grillby, porque ellos llegaron a ver y evacuar antes a los monstruos, Undyne probablemente peleo con Flowey, pero no sabía si esta vez recordaría algo de ese reseteo, con suerte solo tendría la desconfianza de forma “natural” hacía esa flor. 
Cuando llegó a casa respiró con alivio de ver que todo estaba en orden, con suerte se mantendría así un largo tiempo, hasta que un humano cayera o hasta que esa raíz volviera a tener otro delirio de poder y tuviera que ponerlo en su lugar. Llegó sin problemas a casa, esta vez siendo él quien estaba más temprano, así que sus niños debían estar en sus actividades rutinarias. 
—Hey doc. 
Alzó la vista, un poco sorprendido. 
—¿Sans? ¿No es tu horario de trabajo? 
—Oh sí, solo decidí tomar un descanso y venir a casa un momento. 
—Ya veo —lo miró un momento, “inusual” paso por su cabeza un instante. —¿Finalmente recogerás tus calcetines por voluntad propia? Aún falta para el cumpleaños de Papyrus como para darle esa sorpresa. 
—Oh no, nada de eso, solo… quería hablar de un pequeño tema sin mucha importancia. 
—Oh, por supuesto —colgó su abrigo sin darle mucha importancia. 
—Bueno…—sus cuencas se pusieron negras —¿qué tal la batalla con el príncipe? 
Gaster solo pudo sentir un horrible escalofrío por su espalda. 
-----------------------------------------------------------
Parte 37
Parte 39
3 notes · View notes
yinnydegoxs · 3 months
Text
¿Amor o amistad? Parte 37
Luego del susto del laboratorio, la sorpresa del castillo y la llega del mundo de los muertos de Asriel, se puede decir que podía ser un buen comienzo para la experimentación, más que solo eso, pero prefería mantener los estudios de esa clase lejos de su investigación, por lo menos un largo, largo tiempo y para que algo así pasara por su mente, es que tenía un muy mal presentimiento en todo eso, se oía demasiado bien, era tan irreal que no podía convencerse a sí mismo de que podía incluso con muchos años de investigaciones, traer por completo al joven príncipe para que fuera nuevamente un monstruo.  
Solo le contó sobre esto a su asistente, más que nada para que se tranquilizara, Asgore no quería que nadie supiera sobre su hijo, no por el hecho de que sintiera algo malo, simplemente no sabía cuánto tiempo estaría “vivo” y arrebatar las esperanzas de su gente así, no lo veía correcto. Sin embargo, estaba de acuerdo con que, por su propio pie, su dulce niño conociera a los nuevos monstruos, como todo había cambiado en esos tiempos que estuvo “ausente”.  
—¡Doctor!  
—¿Uh? ¿príncipe? —levanto la cabeza al verlo entre las baldosas —sigue siendo sorprendente que pueda moverse por cualquier lado.  
—¡Eso no importa! Necesito ayuda…  
—¿Qué necesita príncipe?  
—Es sobre papá… sobre todos en realidad… —bajo la cabeza —¿por qué no puedo sentir nada?  
Aquello tomo por sorpresa al esqueleto.  
—¿Sentir…? ¿De qué habla? ¿Puede ser más específico?  
—Es solo… eso, no puedo sentir… nada por papá, y es confuso cuando intentar abrazarme o levantarme… o solo intentar pasar tiempo con él… es como vacío y… ¿aburrido?  
—Solo ha estado con el rey unos tres días, puede que se sienta abrumado por todo príncipe.  
—Solo… quisiera sentir algo… ¿Dónde está mamá?  
Gaster apretó las manos, era claro que él terminaría preguntando por ella en algún momento, era su madre después de todo.  
—El rey no ha querido decirte algo más allá de que ella se ha ido ¿verdad?  
— Si, no suele decir mucho y se ve desolado…  
—Ah, diablos —había tomado tanto volver a verlo medianamente bien —ella se… adueño de las ruinas que están por delante del bosque de Snowdin, sello las puertas para que nadie pudiera pasar, —miro a otro lado —pero… con tu habilidad para cruzar bajo tierra… tal vez puedas ir a verla.  
—¡¿En verdad?! ¡¿Ella estará ahí?!  
—No puedo garantizarlo, aunque que la barrera aún esta, lo que probablemente de la pista de que sigue viva detrás de esas puertas.  
—¡Genial!  
Antes de que el esqueleto pudiera decirle algo, el pequeño se hundió en el piso, desapareciendo del laboratorio, el científico apretó los papeles, odiaba la idea de que el príncipe pudiera ser influenciado por la estupidez de Toriel, pero muy en el fondo sabía que Asriel merecía ver a su madre de nuevo, negarle esa información y que la descubriera más tarde podría ser algo mucho peor.  
No significaba que le gustara ser “ético” con eso.  
Para su mala suerte, tuvo que decirle a Asgore a donde se había ido el príncipe después de que preguntara varias veces, más no estaba enojado con él por darle la información, sabía que su niño querría ver a su madre, solo que no estaba preparado mentalmente para decirle sobre ella, se sentía desolado y devastado con solo pensar que no volviera a querer verlo. Aun así, esa decisión solo caía en las manos del pequeño Asriel.  
—Majestad, debí consultarlo con usted, lo siento…  
—No, está bien… Tori es su madre, merecen verse mutuamente…  
No pudo evitar hacer una mueca cuando la nombro por su apodo, sin embargo, decidió mantener la boca cerrada, para variar, solo se concentró en mimar un poco a Asgore, le había tomado años sacarlo de su pozo de miseria y más aún poder tener algo con él, le dolía ver que podía recaer de nuevo al menor descuido.  
Solo les quedaba esperar.  
Estuvo los siguientes días cercano al rey, cuidando que no fuera visto muy seguido, quería asegurarse de que no volviera a caer en depresión y lo peor de todo es que sería su culpa esta vez, no soportaría ver a Asgore de nuevo como en esos tiempos que fue abandonado a su suerte. Intento mantener su cordura, incluso intentar cocinar cosas sencillas para él, no era el mejor en ello, pero si hacía que pudiera tener un ojo sobre él, lo haría lo mejor posible.  
Cuando llegó la noche, decidió retirarse, comprobando que hubiese comido algo y que de estuviera durmiendo medianamente tranquilo, había pasado en total una semana desde que Asriel había regresado y este era el cuarto día que permanecía con la reina, tal vez la decisión del rey de tomar la vida de los humanos hizo que generara rechazo inconsciente hacía su padre, después de todo tenía una estrecha relación con el príncipe Chara, era una posibilidad difícil de digerir.  
De todos modos, no era algo que pudiera decirle al rey.  
—¿Qué debería hacer? ¿Quizá lo he arruinado todo? El príncipe tenía un gran cariño a los humanos… —murmuró por lo bajo mientras iba de regreso caminando.  
Mantuvo su mente divagando mientras iba por todo el subsuelo, sintiendo aún culpa de que el pequeño príncipe no regresara, quizá debió esperar un par de días más a que se adaptara o decirle su cruda visión de lo que pensaba de su madre, aunque eso podría haber sido peor, porque seguramente le habría dicho a Asgore y las cosas no hubiesen acabado en un simple regaño; agitó la cabeza, debía mantener esa idea alejada de su mente.  
Más cuando hizo eso, pudo ver la silueta de una gran flor justo en el borde de la lava del núcleo, lo que hizo que se detuviera al instante.  
—¡¿Príncipe Asriel?! —lo miró exaltado.  
—Oh… —medio volteo la cabeza. —Hola doctor.  
—¿Dónde ha estado? ¡El rey estaba muy preocupado!  
—Fui a ver a mamá… lloró mucho, dijo que no dejaría que nadie volviera a lastimarme…  
—Ah, —lo miró apretando las manos —vino a decirle al rey que irá con la… ¿con Toriel?  
—No, a pesar de que intenté con mucha fuerza… no sentí nada… a pesar de que mamá cocino su delicioso pie de caracoles para mí, de probarlo, de intentar sentir su calidez… no sentí nada.  
—Príncipe, eso puede ser porque… ah, porque no tiene un alma.  
—¿No tengo un alma?  
—Intenté… crear una artificial con toda la determinación calculada para un alma humana, se suponía que la flor que es usted ahora, sería el recipiente para ello, pero en cambio… de alguna forma fortuita, lo revivió.  
—¿Soy una especie de accidente entonces? —le habló con voz monótona y apagada.  
—Yo… —miró a un lado, sin poder hacerle frente —eso me temo, aun así, ¡muchos descubrimientos que han sucedido aquí pasaron de la misma forma! Estoy seguro de que puedo ayudarlo a sentir otra vez… ¡quizá no aspirar a tanto y volver a crear un alma de monstruo!  
—¿Y si no lo consigues? —volteo a verlo del todo —¿Estaré condenado a vivir como una flor sin alma eternamente?  
—¡Puedo hacerlo! Solo necesito tiempo y rejuntar materiales, puedo ayudarlo…  
—Doctor… sabe… cuando fui a la superficie, todos los humanos pensaron que había matado a mi hermano… me rodearon enfurecidos, gritando y… golpeando…  
—¡. . .! —devolvió la vista hacía él.  
—Me llamaban asesino, —prosiguió —demonio, entre otras que dejé de escuchar… entendí que este mundo es cruel, malicioso, oscuro y que… había perdido al único humano que realmente amaba a los monstruos.  
—Príncipe Asriel… entiendo si eso fue doloroso… pero lo repito, puedo ayudarlo.  
—Doctor, no quiero vivir en un mundo sin amor, un mundo vacío… un mundo en el que Chara ya no está…  
Gaster se fue poniendo más y más pálido azulado mientras más palabras salían de la boca del príncipe, entendiendo que es lo que estaba planeando hacer, entendiendo porque estaba al borde de la lava, porque no había vuelto con el rey, para seguir los pasos de su hermano; uso inmediatamente la magia verde sobre él, manteniéndolo en el lugar como Undyne le había enseñado a usar.  
—Príncipe, tal como jure ante la corona de servirlos, juro que no descansare hasta devolverlo a como era…  
—Doctor… mi decisión está tomada.  
—Le suplico que se deshaga de esa idea, ¡el rey no soportara su perdida otra vez! Por favor…  
—El rey… —lo miró soltando un suspiro —lo siento doctor, pero… yo no siento nada por papá…  
—Príncipe…  
Aquellas palabras lo hicieron perder la concentración durante unos segundos, permitiendo que el príncipe pudiera hacer un movimiento, justo antes de que el mayor reaccionara, hizo que una gran raíz espinosa lo golpeara sorpresivamente por un lado y lo hiciera caer hacia atrás con un desgarro en sus ropas y una herida profunda, un quejido de dolor inundo el lugar, mientras Asriel observaba con un ínfimo sentimiento de culpa por hacerle daño, pero apenas fue libre, alzó sus raíces para tirarse hacía las candentes e hirvientes burbujas de lava.  
—¡Príncipe! —Se levantó a gatas, corriendo encorvado—¡PRINCIPE ASRIEL!  
Alzó la mano a la par que llamaba a gritos al pequeño príncipe, pero su magia ya no podía detectar nada para poder alzar.  
Se había ido.  
—¡¿Dings?! ¡¡Estás bien?!  
—¡¿Ah?!  
Levantó la vista, conmocionado, notando que estaba en el pequeño lugar de reuniones detrás de la sala del trono, sentado justo delante de Asgore, él se veía asustado por alguna razón, entonces bajo la vista, logrando encontrar el teléfono en su mano, con los mensajes de Alphys completamente desesperada y el primer mensaje de: “la flor se ha ido”.  
—¡¿Dings?! ¿Estás bien? ¿Qué sucede?  
—Yo… —agitó la cabeza, intentando serenarse —estoy bien… hubo… un problema en el laboratorio.  
—¿Es algo peligroso? ¿Necesitaras al equipo de limpieza o descontaminante?  
Gaster parpadeo por un momento curioso, recordando esas mismas cuestiones, entonces, miró un momento la fecha en su celular y en los papeles. Sentía que estaba atrapado en una pesadilla, ese era el día en el que Asriel había revivido como una flor, ¿cómo era siquiera posible algo así? ¿de alguna forma extraña había vuelto al pasado? ¿Había sido todo… una ilusión de su cabeza?  
—¿Dings…?  
—Disculpa Asgore, Alphys solo me ha asustado, ahora que he leído bien… es algo manejable, le daré las instrucciones a seguir.  
—¿Seguro? Te veías muy pálido hace un momento.  
—Estoy bien, solo fue un susto.  
Sonrió a medias antes de enviarle mensajes a Alphys, que debía calmarse y que ya “sabía” que la flor podía “irse” y que tenía una suerte de presentimiento de a donde se dirigiría, que vigilara la magia extraída y calmara, de ser necesario, a las amalgamas. Luego de ello, dejó el celular en su bolsillo de nuevo, intentando recordar cuanto tiempo paso entre su ida y venida al laboratorio durante su alucinación… o predicción si es que Asriel aparecía de nuevo en la sala del trono.  
Se levantó del asiento para inmediatamente sentir un dolor muy agudo en un lado de su cuerpo, provocando que perdiera la fuerza en las piernas, el rey alarmado lo sujeto cuando casi cae hacía delante.  
—¡¿Dings qué te sucede?! —lo sentó de nuevo.  
—Yo… no lo sé… —se llevó una mano al lado derecho de las costillas —de repente solo… agh… dios duele muchísimo…  
—Déjame ver.  
—Ah, d-deme un momento… ah… ¿sí?  
—Muy bien, —lo miró preocupado, esperando.  
El científico solo respiro suave y despacio, quitando la mano de la zona una vez el dolor se apaciguó lo suficiente, dejando que el rey levantara el suéter clásico que siempre le veía puesto. Se horrorizó al instante de ver que había bajo la tela.  
—¿Asgore…? —lo miró un poco confundido.  
—¡¿Por qué me has ocultado algo así?! ¡¿CUÁNDO TE HA PASADO ESTO?!  
Gaster se sobresaltó al momento en el que su rey le había levantado tan fuerte la voz, sin entender a que se refería, hasta que, bajo la vista a su cuerpo, abriendo apenas la boca de la sorpresa y completamente en estado de shock, una terrible marca morada oscurecida que se extendía desde parte de sus costillas hasta la mitad superior de su vientre del lado derecho.  
—J-Juro q-que no sé… no sé cómo tengo esto…  
—¡Por dios Dings! ¡No puedes decirme que no sabes! ¡Esto se ve terriblemente doloroso! No hay forma que no sepas donde o cuando te hiciste esto.  
—¡No lo sé Asgore! ¡No lo tenía hace un momento! ¡Le juro que no estaba herido antes de llegar al castillo! No hubo momento en el cual pudiera… ¡ugh! Agh… mierda… —se llevó la mano, temblorosa esta vez, al moratón gigante.  
—Te lo sacaré de alguna forma, ¡ahora tengo que curarte inmediatamente!  
—N-No te estoy mintiendo Asgore, de verdad no… ¡Nh! Duele mucho…  
—Ya hablaremos, por ahora solo respira despacio, no te tenses ni te muevas.  
Él solo pudo asentir despacio, dejando que Asgore fuera curando la zona con sumo cuidado, podía decir que de milagro no tenía las costillas rotas a pesar de donde estaba el extraño daño aparecido de la nada. Entonces lo recordó. No era una jugarreta de su mente, tampoco era una alucinación, él realmente fue herido, Asriel lo atacó para liberarse, le hizo un golpe realmente fuerte, mucho más de lo que tenía ahí se podría decir, no estaba seguro, lo que sí podía decir con total seguridad, era que había regresado al pasado.  
Pagando un precio por ello.  
Ahogó con mucha dificultad sus quejas mordiendo la tela del suéter, temblando levemente por el dolor punzante e intenso, pero dentro de todo era tratable con magia verde, Asgore paso algo más de media hora solo aplicando su magia para disminuir cualquier daño interno posible, soltando algunas pequeñas llamas de su boca, quizá molesto, pero sobre todo preocupado.  
—C-Creo que estoy bien así Asgore…  
—Ni siquiera he terminado —lo mira serio.  
—Puedo sentir que no, pero es suficiente por el momento… hay algo que debo decirle.  
—¿Vas a decirme como te paso esto?  
—No exactamente, si no lo que volvió loca a Alphys hace un momento…  
—Oh, entonces si es más serio…  
—Sí, se trata de… un segundo intento de alma sintética.  
—¡Ah! ¿Has hecho algo así sin consultarme?  
—Creí que tenía todo bien calculado, así que me arriesgué sin decirle, lo siento por eso Asgore…  
—Dios, ¿qué sucedió con ello?  
—Lo probé con la primera flor dorada, pero esta… parece que escapó. —Respiró hondo, quejándose por lo bajo —no puedo decir si es peligrosa, es probable que intente mentir o algo cuando la vean, si tiene consciencia suficiente para ello.  
—¿En verdad está bien?  
—Bien no sería la palabra, supongo que… ah, no importa, lo que sí tengo certeza, es que probablemente venga a la sala del trono, quizá por instinto de sentir que ahí es seguro.  
—¿Crees que este pronto aquí?  
—Sí, deberíamos movernos…  
—Aún no olvido que estas herido, más vale que “recuerdes” que te ha pasado.  
—Intentare hacer memoria.  
Se acomodó con cuidado la ropa antes de volver a levantarse, esta vez con mucha más calma y con Asgore sujetándolo por la cintura, por precaución lo sostuvo todo el trayecto hasta la puerta de la sala del trono, lugar que sugirió sutilmente caminando hasta ahí; esperaron por lo menos unos quince minutos, revisando con la mirada las flores doradas, hasta que, una grande se alzó en medio de todas, justo en frente del trono.  
—¡Oh! ¡Howdy pequeña flor!  
—¿Uh? —Volteó a ver a la puerta.  
—Parece que mis presentimientos no eran errados su majestad.  
Ambos monstruos se acercaron a la flor, teniendo una especie de distancia preventiva, solo porque Gaster no le dejaba avanzar más al rey, Asriel miraba con confusión por un momento, mientras Asgore solo saludaba un poco alegre al pequeño retoño.  
—Debes estar un poco desorientado, soy Asgore, el rey de los monstruos, ¿puedes decirnos tu nombre, pequeña flor?  
— . . . —se mantuvo dubitativo un momento antes de sonreír con falsa alegría —soy… eh… soy… ¡Soy Flowey! ¡Eso! Flowey la flor.  
—Un placer conocerte pequeño Flowey.  
—Un gusto, soy el doctor Gaster… debes estar muy confundido, ¿verdad? Cualquier cosa que necesites puedes decirme, “Flowey”.  
—Claro… —mira a otro lado un momento, incómodo —sería ah… ¡interesante saber que está pasando!  
—Es bueno saberlo, si gustas puedo llevarte a mi laboratorio, podré explicarte mejor las cosas allí, —hizo una reverencia —¡Ugh!  
—Ah, ¡aún no está bien! No haga movimientos innecesarios doctor.  
La flor lo miró un momento, desconcertado.  
—Lo siento su majestad… ah… —se enderezó —como dije, puedo explicar mejor todo allá…  
—Es una oferta tentadora, iré cuando encuentre el laboratorio, por ahora yo… yo… ¡iré a dar una vuelta! Sí eso, porque sabe, se ve como que hay mucho más que el jardín…  
Dicho aquello, la flor se hundió en la tierra, desapareciendo de la vista de ambos monstruos, Gaster suspiró con alivio, no era algo difícil de entender, él no había viajado solo al pasado, Asriel también lo había hecho, más que eso, posiblemente quien hizo esa magia tan impensada como el manejo del tiempo no fue otro que el mismo príncipe.  
—¿Estás seguro de que puedes regresar solo a casa?  
—Ugh si… solo tengo que evitar movimientos adicionales, no me agachare por unos días ni levantare peso.  
—De acuerdo, si pasa lo que sea, dile a cualquier guardia o centinela que te ayude o me informe.  
—Está bien Asgore, llegare entero a casa, pero lo tendré en cuenta.  
Antes de cruzar por las puertas, se acercó y besó suavemente al rey, no es que eso hiciera que se despreocupara, pero simplemente de volver a verlo como antes de que toda esa semana pasara, era reconfortante para él. Sin mucho más, se despidió, yendo por la parte de New Home, de tanto en tanto tenía que parar ya que el dolor volvía de forma renuente y prefería no perder la fuerza en las piernas debido a ello de nuevo, se planteó seriamente decir a los guardias que necesitaba un poco de asistencia, pero se resistió a la idea, quizá por terquedad, quizá por orgullo, quizá por ambas.  
Respiró con cierto alivio al volver al laboratorio, yendo primero a su oficina, solo para revisar si el príncipe había ido y lo estaba esperando ahí, su predicción fue bastante acertada, ya que ahí estaba, asomado entre las baldosas, con sus hojas cruzadas, como si estuviera impaciente.  
—Lamento la demora… príncipe.  
—¿Cómo lo sabes? ¿Por qué papá no lo sabe? ¿Por qué tu recuerdas?  
—Muchas preguntas sin una respuesta, príncipe, porque Asgore y probablemente nadie más lo recuerde, no tengo una certeza, tendría que hacer algunos exámenes y averiguarlo, igualmente para saber porque yo recuerdo todo… ahora, ¿me permite una cuestión?  
—¿Qué quiere?  
—¿Cómo volvimos atrás en el tiempo? Sé que, de alguna forma, usted lo hizo.  
— . . . —miró a otro lado, aún con las hojas cruzadas.  
—Fue al momento de morir ¿verdad?  
—¡¿Recuerdas hasta eso?!  
—Sí, aunque siendo sincero, preferiría no recordar cómo alguien se suicida ¿sabe? En todo caso, ¿sería tan amable de decirme?  
—Solo, no lo sé, cuando vi la muerte cara a cara otra vez, por mi mente cruzó ¿qué pasa con los que no tienen alma? ¿A dónde iré? Y entonces… solo podía pensar que no quería morir… y entonces, volví, volví al jardín de flores…  
—Así que, si hay peligro de muerte o muere directamente, usted puede volver. Básicamente eso.  
—Supongo… —mueve las hojas un poco —que puedo intentar… sentir algo esta vez.  
—Mi oferta sigue vigente.  
—Lo pensare, pero por el momento quiero… experimentar por mi propia cuenta.  
Aquello hizo escalofriar al esqueleto, que no le dio tiempo a decir nada ya que el príncipe se había ido entre las baldosas, suspiró por lo bajo, no sabía si un niño sin compasión con un poder tan grande como el de controlar el tiempo podría con ello sin enloquecer al punto de ser un megalomaníaco o si había algo peor que ello.  
Lo vigilaría, o al menos lo intentaría.  
—Ugh…—se llevó la mano a un lado mientras caminaba de regreso a casa.  
Pensó en subirse al barco en la entrada de Hotland, más si era sincero consigo mismo, no sabía que tan bien podría llevar el movimiento brusco del barco, era rápido y eficiente, pero eso lo hacía inestable en muchas ocasiones. Camino despacio, a veces apoyándose en la pared para tomar un pequeño descanso, quizá debió dejar que Asgore siguiera con las curaciones, porque algo probablemente seguía lo suficientemente dañado por dentro como para que el dolor no cesara, podía intentar curarse a sí mismo, pero con sus restricciones necesitaría comer o beber de mientras, vería que encontrar en casa para comer, incluso si era una de las comidas de su niño.  
—Hey doc.  
—Ah —alzó la vista y miró a un lado —¿no deberías estar en casa en este horario?  
—Es mi último minuto del turno.  
—¿Demasiados descansos otra vez?  
—Solo los seis del día como siempre…—lo miró un poco mejor —¿todo bien?  
—Estoy entero, es lo que importa… iré primero a casa.  
Se despidió con un movimiento de mano mientras iba derecho a Snowdin, el aire frío podía decirse que era un poco mitigante contra el dolor, quizá, aunque le molestase un poco, ponerse una bolsa de hielo en la zona herida podía ser una opción muy viable. Un poco lento, pero sin detener el paso, llegó hasta la puerta de casa, abriendo y entrando de una, apoyándose un momento contra la puerta y deslizándose hasta quedar en el suelo, adolorido, tal vez sería una buena idea no moverse mucho el día de mañana, aunque no admitiría que estaba agradecido de tener un día libre.  
—¿Papá?  
—Ah…—alzó la vista, es cierto que este día se repetía. —Ah, Papyrus… parece que llegué temprano, creí que estarías durmiendo.  
—Nyeh, ¿estás bien?  
—¿Oh? Oh… si, solo quizá demasiado cansado…  
—Es otro de esos momentos de “vida privada”.  
—Ah, —se encogió de hombros, su niño lo leía más de lo que le gustaría —no, diría que no… —lo miró un poco incómodo.  
—¿Entonces puedo saber qué pasa?  
---------------------------------------------------
Parte 36
Parte 38
1 note · View note
yinnydegoxs · 3 months
Text
¿Amor o amistad? Parte 36
Al final, paso por la tarde noche a ver al rey y por su mente se pasó la idea de mencionar que intenciones tenía con las flores en esta ocasión, pero rápidamente saco esa idea de su cabeza, no quería una discusión ni estar en malos términos ahora, ya tenía caminando por su espalda pecados y secretos, uno más a la lista, no sería diferencia.  
Volvió por la mañana, revisando con el rey las flores, asegurándose de que la flor dorada inicial estuviera sin dudas en la ronda de esta ocasión, esperaba que hubiera resultados positivos y que la flor no explotara con la determinación, o quien sabe que otros efectos podría tener, era jugar con fuego, solo esperaba que no terminara quemado. Cuando las flores fueron llevadas, después de algunos viajes, el científico real solo se quedó divagando con el rey, más que nada para que no intentara ayudar a mover las plantas a su sitio, no podía permitir que fuera ahí abajo, aún si eso significa una reunión de “emergencia”.  
No es que se opusiera a ello, en absoluto.  
Cuando por fin pudo despedirse del rey, fue directo al sótano de un atajo para ir con Alphys al sótano, estaba un poco impaciente con este experimento, pero debía intentar calmar su ansia de conocimiento e ir poco a poco, tenía la determinación bailando vigorosamente en su contenedor, a veces con más o menos movimiento, pero ahí estaba, como una bomba de tiempo. Comenzó a tomar muestras del contenedor en jeringas de tamaño medio, podría intentar inyectarlo todo de una, pero eso sería ir demasiado lejos, en el mejor de los peores casos, simplemente la flor mutaría de cierta manera y sería usado en el sector agrícola del subsuelo, como el resto de los rasgos.  
Si dentro del fracaso, pasaba eso, no lo mencionaría al rey, por el simple hecho que extraer la determinación era mil veces más complicado que extraer el resto de los rasgos y no valía la pena la espera para utilizarlo; agitó la cabeza un momento y tomó la tanda de jeringas, empezando el tedioso y meticuloso trabajo de ver como reaccionaba la flor dorada a la determinación pura. En un principio, no parecía haber cambios, como paso en un principio con el resto de las demás flores, la magia podía tener un tiempo de asimilación, solo quería agilizar ese momento, así que siguió con las siguientes jeringas, la dejaría reposar y rezaría de que esos seis meses de espera no fueran tirados a la basura.   
Al menos cualquier pequeño detalle que se saltase, su asistente estaba detrás de las maquinas redactando cualquier cambio en una de las entradas para ser archivada con el resto datos.  
—Alphys, dejaremos la flor en observación, estaré estos días fuera del sótano para no ponerme ansioso, te lo encargo.  
—C-Como ordene doctor.  
—Estaré arriba, hoy toca examinación para los que tomaron las cápsulas, si pasa cualquier cosa importante, llámame de inmediato.  
Dicho esto, tomó otra de las barras de dulce para ponerla en su boca y desaparecer, tenía que hacer un par de estudios y ver que todo estuviera en orden, sobre todo con la pequeña araña tacaña, ella tuvo un tipo de reacción diferente a Sans o él con los ataques morados, podía volver las almas de ese color y delimitar sus movimientos, era algo nuevo que investigar, pero era la única monstruo araña, aparte de su mascota, que tenía un nivel de vida aceptable para soportar un nivel bajo de determinación y el rasgo de perseverancia.  
Grillby por otro lado, fue una sorpresa que quisiera tener participación en ello, pero por su propia seguridad, decidió darle las que estaba calificado para tener pero que solo pelearía si el próximo humano era peligroso y encontraba como entrar al refugio que había detrás del bar, solo en absoluta emergencia para defenderse a sí mismo o a los monstruos débiles y él aceptó esta condición.  
Procedió también a revisar a Undyne y de paso también a su persona eran un pequeño extra, con ella habían pasado más de trece años y estaba el noventa por ciento de las veces estable, hubo ocasiones en las que ella lo llamó directamente porque sus manos se sentían viscosas como si su piel se derritiera, las escasas veces que ocurrió algo así, fue estabilizada con los otros dos rasgos que había en su alma, sobre todo la amabilidad que tenía un efecto sanador.  
No paso algo muy diferente con él, a veces despertaba asustado, con la sensación de viscosidad en su rostro o mano, no había dolor, pero si signos de derretirse, se podía estabilizar con una dosis controlada de otros rasgos, con él tenían que ser todos, debido a la asimilación de cada uno en las pruebas, por desgracia.  
Luego de pasar casi toda la tarde, finalmente despidió al grupo de monstruos, le envió un mensaje a Alphys en el momento que ese maldito robot llego luego de hacer un hueco en su apretada “agenda” para venir a un cambio de aceite y rueda, aparte de un ajuste de tuercas y por supuesto, preguntar por centésima vez cuando estaría su cuerpo nuevo para tenerlo listo.  
No es que no tuviera YA un maldito cuerpo adicional dentro de esa caja donde estaba, él quería un segundo cuerpo, más peligroso, potente, imponente y con muchas modificaciones innecesariamente glamurosas, Alphys siempre decía que necesitaba ajustes, lo cual era cierto, el cuerpo nuevo tenía la cuantiosa cantidad de cero en defensa, lo que haría que fuera un montón de chatarra inútil en un combate con un humano demasiado fuerte.  
Pero claro, dile tú a ese jodido narcisista que sus “ideas” no son compatibles con la seguridad.  
—¡Doooooooctor! —enredo su brazo mecánico alrededor de él —¿ha pensado en trabajar como modelo en su día libre~? ¡Estoy seguro de que batiremos el rating con su colaboración~!  
—He dicho una decena de veces que no, ¡no me interesa!  
—¡Oh, por favor~! ¡Tiene un cuerpo tan carismático! Lástima que su actitud no lo sea~ ¡aun así! ¡Solo tendría que hacer algunas buenas poses y dejara encantado a todo el subsuelo!  
—Paso totalmente de eso —le pone una mano en su pantalla —Alphys ya viene a hacerte tus arreglos para que no pierdas tu “valioso” tiempo en el laboratorio.  
—Oh, mi querida~ espero que pueda pulirme, creo que tengo un poco de oxido.  
—Bueno, se acabó el acero inoxidable de repuesto gracias a tu gran pedido, y desde ya te digo, no, no está terminado aún.  
—¡Eso es tan desafortunado! ¡Ese cuerpo tiene que estar listo pronto!  
—Lo tendrías si no hubieses pedido tantísimos detalles costosos.  
—¡El estrellato necesita lucirse doctor! ¡Usted también! Después de esa magnífica exposición de sus nuevas magias ¡podría ser una estrella! No tan vista como yo, ¡pero aun así muy grande!  
—Solo soy un simple lacayo de la corona y me gusta donde estoy, además odio que la gente hable de mi por mucho tiempo, eso te pega más a ti.  
—Oh sí, ¡hablaron por años de usted y de su pareja misteriosa! ¡Fue un gran reto hacer que las miradas volvieran a mí!  
—¿Así que quieres competencia de nuevo? ¿Es eso?  
—Oh, no querido doctor~ como dije, lo que quiero es una colaboración, su actual encanto físico con una buena ropa ajustada y visto en una buena luz ¡hará mi programa de invitados el más visto del subsuelo!  
—Suena a una buena oferta para cualquiera, menos para mí, lo dicho: no me interesa.  
—¿Seguro~? ¡Es una oportunidad única!  
—Deja de ser única cuando lo pides cada vez que vienes.  
—Es que veo un potencial tan desperdiciado~ es un excelente científico, ¡el mejor! Pero un trabajo de modelaje sería fantástico ¡y su marca lo haría inalcanzable! Lo que hará a la audiencia verlo como un ídolo que solo podrán desear~  
—Agh, solo ve con Alphys por favor y ya suéltame o tendrán que arreglarte un brazo también, ¿entiendes lo que digo?  
—Oh, tan rudo y cruel~ estoy seguro de que a la gente le encantaría ese lado malvado~  
—A ti no te va a encantar quedarte sin malditos brazos una temporada.  
Se llevó una mano a la cabeza y fue a su oficina en el momento que escucho el ascensor, solo tenía que darle mantenimiento durante un par de horas y por fin se largaría del laboratorio, si tenía suerte y Alphys no lo convencía de quedarse para ver algún programa de los que encontraba en la basura.  
—Juro que, si no fuera la treta de Alphys, lo desenmascararía en su maldito programa, estúpido fantasma farsante.  
Frustrado con la situación, paso el resto de sus horas laborales encerrado, preparando todo para cuando tuviera que ir con el rey, claro que podían hacer que todas las reuniones fueran en el laboratorio, pero era demasiado peligroso tenerlo ahí, con las amalgamas abajo a veces haciendo ruidos de ultratumba si olvidaban alimentarlos a horario o por si se volvía a hablar de él, rumores de porque estaba tan cerca del rey, de porque a veces tardaban tanto en sus reuniones o había de emergencia en el laboratorio o en el propio hogar de Asgore, de que hablaran de Asgore también.  
Simplemente se negaba a pasar por ello otros tres años más.  
Pasó los siguientes días antes de la reunión del castillo encerrado mayormente en su oficina, solo saliendo para literalmente robar la jarra de café y devolverla a los diez minutos completamente vacía, si bien era cierto que ahora tomaba mucho más líquido, no sabía que tan sano era tomar tanto café en ese lapso de tiempo, contando que antes la devolvía a las dos horas, también lo vieron recoger botellas de agua y comida instantánea, incluso llegaron a verlo morder directamente los fideos duros, como una barra de caramelo cualquiera.  
—Bien, todo listo… —murmuró para luego morder una barra de pan.  
Termino de comer la que estaba empezada, beber casi la mitad de una botella y desaparecer del laboratorio, apareciendo al inicio de New Home, entonces se permitió usar un poco más su magia, volviendo a usar un segundo atajo para estar en la puerta del castillo; tocó la puerta para saber si Asgore se encontraba ahí.  
—Está abierto. —se escuchó desde dentro.  
El científico posó la mano en la madera, empujando para poder entrar.  
—Buenas Asgore, —alzó la mano a modo de saludo.   
—Oh, veo que has tenido un pequeño tentempié de nuevo.  
—¿Cómo lo supo?  
—Oh —rio por lo bajo —tienes migas en toda la cara.   
—¿Ah? Oh, no limpie mi cara después de comer algo de pan —se pasó la manga de la bata por la parte inferior de la cara.  
—¿Tendrás apetito para una tarta de manzanas? Este año tuve mucha fruta.  
—Siempre tengo espacio, más desde que tengo este cuerpo.  
—Me sorprende que no ganes peso de todos modos.  
—Entreno periódicamente con mi magia, aparte de ejercicio físico con Undyne para mantener este cuerpo flexible, resistente y que no cambie de forma otra vez.  
—¿Quieres decir que no quieres engordar?  
—Tener reservas como esas no las veo necesarias ahora que no tendremos escasez, así que, podría decir que si, no quiero estar “gordo”.  
—Te seguiría viendo adorable.  
—Asgore por favor. —Refunfuña avergonzado —no soy adorable.  
—Je, a mis ojos lo eres —lo atrapó en sus brazos —bueno, ¿veremos los reportes?  
—Eso mismo —beso tímidamente su nariz.  
Asgore solo rio por las cosquillas que se sentían con esos labios sutiles y aterciopelados, decidió soltarlo para poder ir a la parte de atrás a comer algo de pastel mientras tomaban té y veían que todo estuviera en orden. Por suerte, todo parecía estar completamente estable, los movimientos de la lava no fueron tan impredecibles como en los peores días, así que el núcleo estaba en óptimas condiciones, además de que los voluntarios presentaban buenos signos vitales y ningún efecto secundario sobre ellos.  
—Oh, —cuando se dio un momento para probar la tarta de manzana sus ojos brillaron.  
—¿Está bien? Tuve que rasparla un poco ya que la deje mucho tiempo en el horno.  
—Es deliciosa Asgore. —Dio otro bocado.  
—Bueno, la comida casera siempre es deliciosa, diría.  
—Podría poner eso en discusión con la comida de Papyrus, aunque agradezco que lo siga intentando.  
—Oh, ¿ha seguido las enseñanzas de Undyne?  
—Por desgracia, aunque logre un avance, ahora anota los ingredientes que usa para que yo pueda ver que reemplaza de la receta y que es lo que le da un elemento nocivo cuando ocurre.  
—Debo agradecer que tienes mucha vida.  
—Sans también lo agradece, a su manera.  
La charla siguió, quizá durante un poco más de una hora, hasta que terminaron la tarta y el té, una tarta de tamaño normal como las que hacía Asgore, él realmente podía comer un cuarto de la tarta y se vería como pequeña aun siendo una porción grande, de todos modos, el esqueleto se las arregló para comerse la mitad o simplemente el rey quería que tuviera bastante energía.  
Todo estaba bien, hasta que el celular del esqueleto empezó a sonar insistentemente, con muchos mensajes, un poco preocupado de ello, Asgore le insto a que viera que estaba pasando y el otro aceptó un poco a regañadientes. Cuando vio el primer mensaje, su rostro palideció, casi poniéndose azul, lo que hizo que Asgore se levantara de inmediato y fuera con él.  
—¡¿Dings?! ¡¡Estás bien?!  
—Ah, —reaccionó, pero seguía aturdido —tengo que volver, ahora.  
—¿Qué ha pasado? ¿Algo está mal?  
—Hubo un inconveniente serio, muy serio en el laboratorio, debo volver de inmediato.  
—¿Es algo peligroso? ¿Necesitaras al equipo de limpieza o descontaminante?  
—No, es algo que paso con los rasgos, lo tendré informado si algo más sucede.  
—Ah, está bien, por favor, lo que sea que pasara, dímelo cuando regreses.  
Gaster solo asintió, antes de prácticamente usar un atajo directo al laboratorio, hay se iba toda la energía de la tarta probablemente, casi corrió al ascensor y bajo al sótano lo más rápido que ese trasto viejo podía llevarle; apenas las puertas se abrieron salió disparado a la zona de testeos, donde mantenían las flores doradas.  
—¡D-Doctor!  
—¡Alphys! ¡¿Qué demonios fue eso?! ¿Qué quisiste decir con que “la flor se ha ido”? ¡Qué demonios!  
—R-Recibí la señal de peligro en mi celular, ¡l-las maquinas estaban como locas! Y-Y cuando vine, la… la primera flor dorada había desaparecido…  
—Ah, ¿has visto las cámaras? ¿No sale nada?  
—D-De hecho, si d-doctor, p-por ello es que dije que se había “ido”.  
—Dios, quien sabe que puede hacer, si escapó de aquí es que tiene consciencia o instinto suficiente para… lo que sea, ¡tiene que estar en algún lado del subsuelo!  
Ambos científicos se pusieron histéricos luego de pensar las posibilidades, ahora tenían una flor con alma, una criatura vacía que posiblemente actuaba por instinto, ¿si era agresiva? ¿Si comenzaba una búsqueda de un alma real? ¿Si iba contra el rey…?  
Gaster inmediatamente alzó la cabeza en dirección a las flores, tenía que serenarse, incluso si la maldita planta iba por el rey, probablemente si intentaba algo seguramente la quemaría viva, aun cuando tuviera el poder de un alma humana, ya cinco de ellas fueron abatidas por Asgore y una por él y Undyne así que podía decir que dentro de todo estaban mal, pero no tanto.  
Miró la maceta real tirada en el suelo, justo debajo había un fino y largo agujero entre las baldosas, no sabía si eso ya estaba ahí o si la flor lo había hecho para escaparse, eso significaba que quizá sería una criatura escurridiza y evitaría los problemas, quizá un “instinto” por ser una planta, no estaba seguro, lo único que sabía, es que debía informar al rey. No es que él tuviera prohibido usar las flores para experimentos, eran la razón por la que no había vuelto a experimentar consigo mismo, pero nunca pidió autorización para el uso de determinación en estado puro, mucho menos para un segundo intento de crear un alma humana artificial.  
—Asgore me va a matar, antes de que yo mismo lo haga. —Se encogió de hombros.  
Luego de ello, le ordenó a Alphys limpiar el lugar y revisar si las amalgamas estaban bien, luego de ello, uso un atajo para salir del laboratorio y correr el resto del camino, ya que no podía abusar de atajos largos en tan corto tiempo, por desgracia para él. Paso a los tropezones entre la gente de todas las zonas y esquivando los rompecabezas que normalmente estaban apagados en el horario que él solía pasar.  
—¡Majestad! —golpeó la puerta del castillo.  
Sin esperar una respuesta, yendo contra su propio instinto, abrió las puertas.  
—¿Dings? ¿Qué paso en el laboratorio? Luces… terrible.  
—E-Eso, ah, —intento recobrar el aliento —e-es sobre eso… lo que pasa…  
Antes de que el científico pudiera decir algo sobre lo ocurrido en el laboratorio, un suave llanto se escuchó detrás de ambos, en la sala del trono, los dos adultos perdieron el foco de atención durante un momento, antes de mirar hacía las flores, siguiendo el sonido de los pequeños lloriqueos de lo que se oía como un niño perdido.  
—¿Mamá? ¿Papá? ¿Dónde están?  
Gaster se sobresaltó de sobremanera al oír esa pequeña voz, hacía tantos años cuando fue la última vez que la escucho, pero la recordaba como si la hubiese escuchado ayer mismo; levantó la vista al rey, que parecía pálido como una hoja y estaba completamente rígido en su lugar, sin saber si moverse o si quedarse donde estaba, quizá ambos estaban alucinando, lo que escuchaban no podía ser real. Mas un pequeño y sollozante balido hizo al rey reaccionar y correr a las flores, seguido del científico muy de cerca.  
—¿Papá…? ¿Mamá…?  
Cuando ambos llegaron al lugar del incesante llamado, pudieron ver a una flor mucho más grande que el resto de sus pequeñas versiones, llorando, con voz que podrían reconocer sin importar que tan baja fuera.  
Asgore no parecía creer lo que sus ojos estaban viendo así que Gaster se armó de valor.  
—¿Príncipe Asriel…?  
Su voz apenas salió, pero fue lo suficiente para que pudiera ser oído por ambos, solo entonces, la pequeña flor levantó la vista, mostrando la clara cara del pequeño niño que hacía siglos Asgore y el reino entero habían perdido. El rey se arrodillo frente a él, tocando con todo el cuidado posible las frágiles hojas que usaba como manos, cuando hizo aquello, la pequeña flor alzó sus hojas, moviendo sus pétalos para sacudirse sorprendido.  
—¡Papá! ¡Eres tú! —La alegría y posible alivio se dibujó en su cara.  
—Oh dios… —se puso a un lado —¿Príncipe Asriel… en verdad…?  
—¿Ah? Usted es… ¿el doctor Gaster…?  
—Ah, ¿me recuerdas? ¿De verdad es usted príncipe…?  
—Uh, si… recuerdo que no solía salir mucho del laboratorio e inventar cosas raras. —Movió la cabeza hacía un lado.  
—Mi niño… —escarbó un poco alrededor para poder levantarlo con la tierra y ponerlo suave contra su mejilla —mi pequeño Asriel.  
Gaster sabía que tenía que decirle en algún momento que paso con esa flor, que ese “Asriel” que tenía en sus manos era por una falla en un experimento no autorizado, podría regañarlo de nuevo, sin dudas, pero al menos, algo bueno resulto de ello. Al menos eso pensó hasta que vio la expresión del pequeño, completamente confundido, como si se hubiese perdido de nuevo; era extraño, hace un momento estaba feliz de volver a ver a su padre, pero ahora, se veía como si él no estuviera sintiendo de nuevo esa felicidad.  
Quizá solo estaba pensando demasiado.  
—Su majestad, debo confesar que este era el “incidente” que me hizo correr al laboratorio.  
—¿Cómo?  
—H… He vuelto a intentar crear un alma artificial y… la primera flor dorada, parecía una candidata lo suficientemente fuerte para convertirse en un recipiente… pero al parecer termino… con el regreso del príncipe de alguna manera extraña.  
—¿Regreso? ¿Qué quiere decir doctor Gaster? —levanto las hojas la pequeña flor.  
—¿Qué es lo último que recuerda príncipe?  
—Recuerdo… haber traído el cuerpo de Chara aquí, luego, hablar con mamá y papá… pensar que podía dormir un poco… no recuerdo nada más…  
—Príncipe… usted…  
—Doctor, no deberíamos decirle más.  
—Me temo que tendrá que decirle majestad, si no ¿qué explicación podría darle a su nueva forma?  
El rey bajo la cabeza, dubitativo.  
—Tienes razón. —Suspiro derrotado, sin soltar la tierra ni raíces de su “niño”.  
Gaster fue de inmediato a por una nueva maceta para poder transportar de forma segura al príncipe, o que quedará de él. Asgore lo puso con mucho cuidado para poder llevarlo a la pequeña mesa de detrás, donde hace menos de media hora, ambos monstruos estaban tranquilamente comiendo. El científico fue el primero en hablar ya que veía que el rey no estaba listo para rememorar ese día, no de momento, así que él tendría que hacer ese duro trabajo, tomó al pobre príncipe y le habló del día en el que salió con su difunto hermano a la superficie, como lo trajo de nuevo, lleno de heridas y con polvo cayendo su cuerpo, de cómo… murió, siglos atrás. Claro que también tuvo que decirle, aunque Asgore parecía renuente a que lo supiera, que, por su asesinato, todo humano que llegara al subsuelo sería abatido, que ya no podía haber paz entre ellos desde hace mucho tiempo.  
—¡No! ¡Eso no es lo que quería que pasara!  
—Lo siento príncipe, pero por desgracia, las cosas con los humanos fueron en decadencia, a diferencia del joven Chara, todos quisieron irse aun significando que debían matarnos.  
—No, no, no… no puede ser, no puede ser… ¿Entonces él tenía razón…?  
—¿Príncipe? Se que es mucha información, ahora que ha regresado al mundo de los vivos, le iremos enseñando que ha pasado, respire hondo…  
— . . . —el pequeño príncipe se quedó pensando, para al final asentir.  
—Eso, con calma, todo estará bien, ¿de acuerdo príncipe?  
Asriel pareció mirar un momento a su padre, asintiendo de nuevo, pero con una extraña cara de confusión.  
Gaster tenía un mal augurio cada vez que veía esa expresión. 
----------------------------------------------------
Parte 35
Parte 37
1 note · View note
yinnydegoxs · 3 months
Text
¿Amor o amistad? Parte 35
Con el tiempo, los rumores, malas lenguas y demás se fueron apaciguando, quizá fue más de lo que le hubiese gustado al científico, le tomo poco más de tres años antes de que empezaran finalmente a hablar de algo más y eso era el tonto robot de Alphys que había ganado algo de popularidad entre los monstruos de nuevo, de alguna forma, esa chatarra había conseguido no ser la estrella en la televisión, pero si en las calles de todo el subsuelo, por lo que, en cierta forma debería agradecerlo. Suspiró molesto por ello, suponía que mientras no le presten atención innecesaria a él, le bastaba.  
Salió de sus pensamientos cuando recibió una llamada.  
—¡D-Doctor! ¡E-El rey está aquí!  
—Voy, distráelo un minuto en lo que acomodo el papeleo.  
Dicho aquello tomó todo el papeleo del día y lo rejunto en su viejo pero fiable portapapeles antes de tomar un atajo, no sin antes llevarse una barra de golosinas a la boca.  
—"Su majestad." —Uso sus manos mágicas mientras masticaba.  
—Oh, doctor Gaster, lo atrape con un tentempié.  
—"Fue su idea tener siempre algo de comer antes de usar un atajo."  
—Agradecería que fuera algo más sano, aunque supongo que ya es un avance que al menos recuerdes comer. —Negó suave.  
—"¿Viene por los informes de las flores?"  
—Eso mismo, vamos a su oficina.  
—"A la orden."  
Sin mucho más que decir, el científico real siguió los pasos de su rey mientras terminaba de comer; al final, Undyne si le contó que necesitaba mantenerse cuidado poco después de un mes de la primera vez que casi había colapsado y solo porque su asistente lo había delatado luego de encontrarlo inconsciente entre las amalgamas, no es que pudiera castigarla por apuñalarle por la espalda, pero estuvo un tiempo molesto con ella sobre eso aun cuando fue lo mejor, y fue la excusa perfecta para que Asgore pudiera venir a vigilarlo sin que las malas lenguas del resto de trabajadores sospechara nada, aparte de cambiar su sitio de reuniones cuando se hablaba de los experimentos de las almas con las flores al laboratorio para evitar que su jefe usara atajos innecesariamente para llegar rápido cuando perdía la noción del tiempo.  
Cerró la puerta detrás de él, dejando los papeles en su escritorio.  
Solo un momento después su rey lo atrapó entre sus brazos, besándolo despacio y siendo correspondido por su esqueleto. Claro que su relación seguía siendo secreta, más eso no les impedía tener un par de momentos de cariño cuando las vistas no estaban sobre ellos, incluso tener citas se había hecho más fácil desde que Gaster pudo mostrar al resto del subsuelo los resultados de su experimentación, después de necesitar un par de ajustes estrictamente autorizados por Asgore.  
Lo malo de toda esa experiencia es que necesitaba comida y bebida de forma constante luego de usar demasiado tiempo su magia, sobre todo sus atajos a gran escala, de una punta del subsuelo a otra con toda la potencia o unos diez o hasta veinte pequeños saltos; así que ya era casi rutina que el rey lo llevara a comer a uno que otro restaurante o café del subsuelo para "reponer" su magia.  
Ellos quizás habían aprovechado bien esas desventajas.  
—Asgore con calma —susurró jadeante, separando apenas su rostro.  
—Ah, lo siento, aun olvido que necesitas un poco de aire.  
—No solo eso, sabe que soy fácil de provocar —bufó por lo bajo.  
—Oh —rio por lo bajo —no puedo negar que adoro provocarte.  
—Asgore… —le puso un dedo en la nariz para apartarlo gentilmente —no en el trabajo, no de nuevo si tiene la amabilidad.  
—Oh vamos, han pasado unos meses de la última vez.  
—Estoy completamente consciente de eso.  
Suspiró avergonzado, por cuestiones de trabajo tuvo algunos momentos en el que se olvidó por completo de su celo así que tuvieron que manejarse en el laboratorio, Asgore lejos de molestarse por ello, parecía gustarle la idea de quizá transgredir algunos de los límites y reglas que habían puesto en la relación. Y odiaba admitir que la posibilidad de ser atrapados podía ser un poco más excitante, por esa misma razón es que realmente no estaba enojado cuando se ponía demasiado cariñoso en puntos ciegos de las cámaras o en su pequeño escondite en el vertedero.  
—Podemos ver los avances primero, ¿por favor?  
—Está bien, es lo que vine después de todo.  
—Si, después… veremos si tenemos tiempo de sobra.  
Asgore sonrió divertido y fue a sentarse al sillón, mientras su esqueleto tomaba el portapapeles y revisaba que todo estuviera ordenado como él necesitara. Cuando estaba por sentarse, el rey lo jaló para que se sentara en su regazo, haciendo que el otro se sonrojara y refunfuñara en su vieja y nativa tipografía, más no se apartó de su rey.  
Entró en su modo de científico real, sereno, con voz seria y una mirada neutra, aunque aún se podía notar que sus pómulos guardaban un poco de magia adicional. Todo lo que habían encontrado era que las fuentes mágicas de las almas podían servir como un potenciador para las plantas, más allá de las flores doradas, como habían estado superponiendo en cosechas específicas durante los últimos dos años, dependiendo el rasgo las plantas crecían más fuertes, vigorosas, duraderas, resistentes, con mayor producción o con una reducción de tiempo para ser cosechadas, además sumando la energía del núcleo para generar luz solar artificial daba un resultado mucho mejor. No era el plan que tuvieran esa función, pero fue un descubrimiento cuanto menos, conveniente para todo el pueblo. Al menos morir de hambre o la inminente escasez de recursos estaban fuera de sus preocupaciones por un largo tiempo.  
Ahora, venía el tema delicado, los rasgos con un ligero tinte de determinación, hacía escasos meses, luego de ver con Gaster que los efectos de las pastillas eran permanentes, pero suplementaban la falta de poder de monstruos con una barra de vida aceptable. Tras mucha suplica, no del esqueleto, si no de su pueblo, Asgore accedió a que hubiera voluntarios para probarlas, pero debían pasar un meticuloso estudio para ver si no había algún tipo de incompatibilidad o efectos secundarios.  
Para desgracia de Gaster, Sans cumplió todos los requisitos para poder tener una píldora de perseverancia y apenas una ínfima parte de determinación para mantener la magia de forma permanente en sus ataques.  
Volviendo al presente, termino su resumen de las mejoras de las plantas con los seis rasgos y de los estudios que se hacían aún en ellas.  
—Ah, supongo que sabré como están los que probaron las pastillas en nuestra segunda reunión en el castillo.  
—Si, mañana vienen a revisión Muffet y Grillby, también tengo que hacer el chequeo a Undyne de paso y probablemente Alphys se encargara de su robot con alma.  
—Oh, aún te desagrada Mettaton por lo que noto.  
—No es santo de mi devoción, me parece un poco demasiado engreído, pero lo tolero porque es creación de Alphys y dentro de todo, es útil.  
—¿Sigues molesto porque es el favorito de tu "pequeño" esqueleto?  
—No me lo recuerde, no se pierde un maldito programa.  
—No lo ha distraído de ser un guardia real tampoco.  
—No, él sigue terco y a Undyne se le acabaron las ideas, ahora está en "entrenamiento" para ser un centinela principiante y gracias a ti Asgore, él no puede entrar como guardia real a menos que sea mayor de veintiún años y haya pasado por centinela experimentado.  
—Tuve que agregar un par de requisitos por su determinación, ¿también quiso probar las píldoras?  
—Hizo los requisitos para las seis disponibles, tuve que decirle que estaba sobre cualificado y que su nivel de magia era demasiado alto de forma natural, lo cual es verdad.  
—Se quejo de su hermano también las pidió y consiguió una, Undyne me dijo.  
—Oh, no fue difícil hacerle entender que con lo flojo que es Sans, necesitaba un apoyo adicional, aunque hubiese preferido no dársela, a lo que Sans me habría puesto un cuestionario completo de porque no y en algún momento me iba a atrapar.  
—Estará bien Dings, has hecho muy estables esas cosas.  
—Si, dentro de lo teórico son completamente estables —bufó, no es que le gustara de todos modos meter a su hijo en eso.  
—Ah, no pienses mucho en ello.  
Le tomó suave del mentón para subirle el rostro y besarlo nuevamente, haciendo que pegara un pequeño salto, más no tardó demasiado en corresponderle otra vez, lo sostuvo de la cintura y lo pegó contra él, jugando un poco con su lengua y quizá acariciando un poco de más, notando como de tanto en tanto se sobresaltaba, llevo con cuidado la mano por su vientre hasta su pecho, llegando a tocar uno de los lados y encontrando algo curioso.  
—Asgore n-no toques tanto por ahí.  
—¿Tienes banditas en el pecho?  
—¡Es su culpa! —miró a otro lado, controlando su voz —no sé por qué le interesa tanto estimular esos, pero ahora el roce de la ropa es… molesto en cierta forma últimamente.  
—¿Oh? ¿Es mi culpa que tu pecho sea sensible? —lo mira divertido.  
—B-Bueno si, e-es decir, s-siempre que tenemos algo de intimidad… usted… —se cubrió el pecho apenado.  
—¿Yo que?  
—A-Ah… j-juega demasiado con ellos.  
—¿Te molesta que lo haga? Sabes que puedes decirme que pare.  
—¡L-Lo sé! P-Pero… n-no es que m-me moleste en esos momentos…  
—Quizá es que tú eres demasiado sensible, como aquí.  
Luego de decir eso, bajo su rostro hasta el cuello de su científico, besando y pasando su lengua por la marca, Gaster de inmediato se arqueo y balbuceo nervioso, sin llegar a poder decir nada coherente, cosa que el rey aprovecho para pasar la mano bajo la camisa, arañando suavemente su vientre, casi arrancándole al instante un gemido reprimido.  
—A-Asgore ¡a-aún tengo trabajo! ¡Nh! —Se cubrió la boca, ahogando un nuevo gemido.  
—Necesitas relajarte de vez en cuando, estás al día con el trabajo.  
—E-Entiendo eso, pero a-ah…  
—Tenemos algo más de media hora libre ¿no? —mordió apenas su nuca.  
—S-Si, pero… ¡Nh! No muerdas la marca A-Asgore… —jadeo tembloroso.  
—Si me permites jugar en otros lados… lo pensaré.  
El científico se quejó por lo bajo en su tipografía antes de separar la mano que aún quedaba en su pecho, lo que el rey aprovecho para subir de su vientre al pecho, arañando a su paso, no tanto como para que doliera pero si para que se sobresaltara, lo puso bien contra su cintura y procedió a acariciar su pecho por debajo de la tela mientras también lo hacía con una de sus piernas, rozando apenas entre ellas pero sin llegar a tocar del todo, sabía que ese tipo de provocaciones volvían loco a su científico, esa sutileza de excitarlo sin tocar donde más magia se acumulaba.  
Asgore sonrío divertido, y sí, podía admitir que algo que le había gustado hacer en esos años era haber “entrenado” la zona de los pezones, tanto en su circunferencia como al propio centro; araño suave para romper la tira de un lado y frotar con cuidado, pero persistentemente, escuchando de tanto en tanto algunos gemidos bajos de su pareja.  
—A-Asgore a-ah… e-espere ¡ah!  
—Te gusta sobre todo cuando froto mis almohadillas ¿o quizá más si…? —lo atrapó con sus dedos y tiro despacio.  
—¡NH! —tiró la cabeza para atrás, mordiendo sus dedos.  
—Ah, adoro cuando quieres contenerte.  
Lamió alrededor de la marca, pellizcando con cuidado y dando algunos tirones en el momento indicado, pudo notar la mano temblorosa que estaba libre apretar la que estaba por sus piernas, jalando quizá inconscientemente para que dejara de provocarlo, no pudo evitar una risa ronca y pasar los dedos por su entrepierna, atrapando con cuidado la punta por encima de la tela.  
—A-Asgore ¡ah…! —movió débilmente la cadera.  
—¿Ya estás de humor? —lo miró divertido.  
—¿D-De quién es l-la culpa? —jadeo, visiblemente ansioso.  
—Oh, me declaro culpable. —Presiono suave con ambas manos arrancándole un gemido ahogado. —¿Aún tienes el frasco escondido aquí?  
—E-En mi escritorio…— respondió apenas, sintiendo el calor en su vientre.  
—¿Crees que puedas ir por él?  
Gaster paso saliva nerviosamente cuando Asgore le liberó para que pudiera levantarse, lo hizo lentamente mientras le temblaban las piernas y camino hasta su escritorio, abriendo el cajón grande para sacar el frasco y ponerlo encima de la madera; antes de que pudiera voltear, el rey lo atrapó por la espalda, haciendo que apoyara el pecho contra el mueble, deslizando hábilmente sus pantalones hasta sus rodillas.  
—A-Asgore, ¡h-haremos un desastre aquí!  
—Limpiaremos todo en un momento, no te preocupes.  
Dicho esto, abrió el frasco al instante y tomó un poco del lubricante para pasarlo por su miembro, una vez listo simplemente alzó más la cadera del científico y presiono, casi deslizándose hasta el fondo sin ningún tipo de resistencia. Gaster se mordió los labios, el solo sentirlo dentro empujando sus entrañas ya lo volvía loco, además de que ese cuerpo se había amoldado perfectamente para su rey, Asgore salió lentamente hasta la punta, yendo esta vez con una estocada brusca.  
—¡¡ . . . !! —arqueo la espalda, con un grito muriendo en su garganta.  
—Dios, que apretado te pones cuando lo hago así…  
No pudo esconder que le encantaba hacer que su pareja no pudiera esperarse lo que haría, ya que con esas sorpresas él se ponía realmente apretado y aún más hambriento de algo de acción, como pulsar un interruptor que apagaba su sentido común; llevó una mano a su vientre para sujetarlo y a la vez hacer que sus puntos débiles fueran mucho más fáciles de tocar, araño con algo más de fuerza sus caderas con la mano libre antes de empezar a moverse, en un ritmo más acelerado de lo usual.  
—¡Nh! A-Ah ¡no! ¡A-Asgore! ¡No! ¡Ahí no! ¡No! ¡O-Oh dios ah! ¡E-Es…! T-Tan bueno… dios ooohh…  
Pudo notar como arrugaba con las manos las hojas que estaban dispersas en el escritorio, mientras su mente se apagaba e intentaba con su ultimo ápice de cordura mantener la voz lo suficientemente baja para no ser oído fuera de la habitación, Asgore presiono su vientre para golpear directamente en su zona sensible con cada estocada, rápidas y feroces en esta ocasión debido al corto tiempo que tenían. Aunque curiosamente, eso parecía excitar más a su lindo científico, cuando lo hacían en el laboratorio él realmente lo apresaba con más hambre, aunque después lo negara.  
—¿Quieres que pare? —Pregunto roncamente contra su cuello, conociendo la respuesta.  
—¡N-No! ¡Ah! ¡Dios no pare…!  
—Aquí te gusta ¿verdad? —embistió sin piedad contra su próstata.  
—¡A-Ah! ¡S-Si! M-Me… ¡ah! L-Lo amo… ¡A-Asgore! ¡Ah, justo ahí!  
Se aferró a su cadera mientras chocaba la suya, yendo a morder la marca de nuevo, podía sentir que la resistencia de su pareja se esfumaba, gimiendo bajo y agitado, temblando de pies a cabeza al no tener el más mínimo control de su cuerpo, Asgore llevo su mano a acariciar el desatendido miembro del otro, notando como palpitaba en su mano para terminar quizá después de un minuto de atención, haciendo que apresara el suyo en su interior, dio un par de embestidas más antes de sacarlo y terminar en el suelo, casi en el mismo lugar que el científico.  
Cuando se calmó un poco, limpió primero a su pareja para volver a acomodarle la ropa, y después hacer lo mismo consigo mismo, antes de limpiar el piso mientras que el científico cerraba y guardaba de nuevo el frasco en su lugar.  
—Ha estado bien ¿no crees?  
—E-Eso f-fue m-malditamente peligroso A-Asgore…—jadeo agitado, aun recuperando el aliento.   
— Tal vez, pero creo que he notado un patrón, pareces mucho más… apretado cuando sientes que pueden descubrirnos.  
— ¡¿Ah?! ¡P-Por supuesto que no!  
—¿Seguro? ¿Qué tal si hacemos algunas pruebas para confirmarlo?  
—D-Dios, —se cubrió la cara, avergonzado —n-no deberíamos tentar la suerte así Asgore.  
—No te estas negando a hacer las pruebas. —Lo mira divertido.  
—¡T-Tampoco las estoy aceptando!  
—Está bien, está bien —lo jalo suave y lo abrazo —sé que me he vuelto más atrevido con el tiempo, pero estas consciente que puedes frenarme cuando quieras.   
—S-Sabe que una vez que empieza quedar a medias es un maldito dolor, en más de un sentido —se quejó, escondiendo la cara.  
—Oh, lo sé, lo sé.  
Ya un par de veces tuvieron que parar a medias y si, realmente era doloroso quedarse con las ganas.  
El científico simplemente suspiro contra su pecho, ahora tenía las piernas débiles, al menos durante un rato, era lo único que le desfavorecía de un encuentro rápido pero intenso como ese. Aunque podía decir que eran peores cuando eran largos periodos sin descanso como en los celos y su cadera quedaba adolorida unas horas, realmente sirvió bastante pedirle entrenamiento a Undyne para fortalecer su cuerpo, fue un infierno al principio, pero agradecía los resultados.  
Asgore probablemente también los agradecía.  
—Ah, supongo que debería volver al castillo, debo preparar la ronda de flores para mañana.  
—Sería bueno tener eso listo…—levantó la vista un poco —podría ir más tarde a darle una visita, si no me rapta toda la noche.   
—Oh, es que eso suena muy tentador, cada vez que tengo la oportunidad de tenerte.  
En un momento, escucharon el suave toqueteo en la puerta, ambos se separaron, no sin antes dar un corto beso y luego el rey fue a abrir la puerta.   
Detrás de la misma estaba la pequeña asistente del científico, un poco quizá demasiado acalorada, Gaster enrojeció al instante, podía haber una mínima posibilidad de que los hubiera escuchado, ya que es la única con permiso de venir a interrumpir sus reuniones y para que mentir, es la que mejor se puede escuchar en el pasillo debido a sus garras chocando contra el suelo, más esa vez solo estaba atento a no gemir fuerte, aunque puede que incluso en eso hubiese sido descuidado también.  
—Oh, ¿sucedió algo doctora Alphys?  
—¡Ah! E-Esto, l-las flores h-han sido recogidas d-del sótano, s-solo vine a avisar.  
—Oh cielos, debería llamar para que las lleven de nuevo al castillo y los alrededores, no aguantaran mucho el calor de Hotland.  
—S-S-Si, ¿q-q-quiere que llame a l-l-los guardias?  
—Oh, yo iré a dar la orden directamente, ya me retiro de todos modos, —volteó la mirada adentro un momento —nuestra reunión fue bastante productiva doctor. —sonrió calmadamente, con un ligero tinte travieso.  
—P-Por supuesto su majestad —sentía su cara arder de la vergüenza.  
Luego de ello, simplemente se despidió de ambos monstruos, yéndose por el pasillo tranquilamente; inmediatamente Gaster jalo a su asistente dentro de la oficina, muerto de vergüenza, a Asgore no le importaba si ella de casualidad los oía porque era uno de los monstruos que sabía de su relación, pero no quitaba que era una maldita relación secreta y que no quería que ella escuchara cuando el rey se ponía demasiado cariñoso.  
Además de sus malditas historias publicadas en Undernet.  
—¿D-Doctor?  
—¿Desde hace cuánto estabas en la puerta?  
—N-No mucho, e-en serio, no es como si hubiese oído nada tampoco.  
—¿Te quedaste oyendo en la maldita puerta verdad?  
—N-NO, ¡lo juro! E-Estuve llevando l-las flores en el ascensor…  
—¿Segura? —la miró insistentemente.  
—T-Tal vez oí de casualidad… ¿Q-Qué el rey quería hacer pruebas?  
Gaster se pasó una mano por la cara, avergonzado de eso, vale, entonces no escucho lo más importante unos minutos atrás, pero si había escuchado la sugerencia muy tentadora de Asgore, así que podía olvidarse de los puntos ciegos de las cámaras una temporada y por supuesto que también se tendría que olvidar de que Alphys no escribiría en su maldito blog.   
Aunque no iba a admitir que, a veces, buscaba a ver que se le ocurría con ellos.  
—Bien, esas “pruebas” son asunto privado Alphys, no te pongas a vigilarme con las cámaras o juro que no irás a la lista negra, te irás al fondo de la cascada que enfría el maldito núcleo, ¿estoy siendo claro?  
—¡S-S-S-SI d-doctor!  
—Bien, este tema queda zanjado. —Respiró hondo, contando mentalmente hasta diez.  
—D-Disculpe d-doctor…  
—¿Paso algo más?  
—No es solo, l-la maquina extractora de determinación consiguió un cien por ciento.  
El científico real de un momento a otro paso del enojo a la sorpresa incluso llegó un punto en que pensó que era imposible acumular tanta determinación limpia y dentro de los posibles cálculos, estable.  
—Oh… ¿de verdad?  
—S-Si d-doctor, d-después de más de seis meses finalmente llegamos a juntar.  
—Bien, ese porcentaje sería prácticamente un alma determinada, teóricamente, pero falta un contenedor —medito un momento sobre ello.  
—¿Tiene algo en mente d-doctor…?  
—Ningún monstruo puede aguantar tal carga de determinación o terminarían como ellos o quizá ni siquiera puedan sobrevivir… pero tengo una suerte de presentimiento…  
—¿P-Presentimiento?  
—La primera flor dorada, la grande que viene en su maceta con la marca real separada del resto.  
—¿E-Esa no es la flor que creció t-tras la muerte de los príncipes?  
—Si, Asgore la trae una vez al año debido a la rotación de flores… y toca en la siguiente… es una oportunidad que no va a repetirse, no sabemos cuánto tiempo tendremos la determinación estable.  
—¿E-Esta seguro? ¿Q-Qué tal si las cosas salen mal?  
—Tendré que pedirle encarecidamente disculpas al rey y claramente prohibir en absoluto el uso de determinación en estado puro… pero, podría ser un contenedor ideal, esa flor ha vivido mucho más que cualquiera y nunca se ha marchitado, siento que es la elegida para darnos un alma humana artificial perfecta.  
—¿P-Pero no le estaríamos dando vida a algo?  
—Una flor de por sí ya está viva, pero le estaríamos dando la tarea más importante hasta ahora, un alma humana artificial, que pueda servirle al rey sin la necesidad de estar en peligro otra vez… sin manchar nuestras manos de nuevo…  
—E-Es una apuesta muy arriesgada.  
—Es nuestra única y mejor apuesta, tenemos que hacerlo ahora o puede que no tengamos otra chance para ello, la determinación suficiente para un alma entera… tenemos que apostarlo todo.  
—¿Le ha dicho al rey?  
—No. Ni siquiera lo he mencionado, no quiero una discusión, si las cosas salen bien, Asgore no tendrá que volver a matar a nadie…  
Quería evitar a toda costa que el espíritu y alma de Asgore se quebraran debido al peso de sus pecados, así tuviera que ocultarle este gran paso para todos, se aseguraría que todo saliera bien.  
Tenía que hacerlo.  
-------------------------------------------------------
Parte 34
Parte 36
3 notes · View notes
yinnydegoxs · 3 months
Text
¿Amor o amistad? Parte 34
Luego del mal rato, el resto de la patrulla de canes se retiró del bar, dejando al par de amigos solos, el científico solo suspiro de mala gana mientras terminaba con la bandeja de papas fritas de gran tamaño, podría decir que, para pasar el mal momento, necesitaba un buen trago dulce. Le hizo una suave seña a la botella de ron por detrás de la barra, quizá no tomaría tanto, quizá sí, dependía de que tanta información estaba dispuesto a dar según su nivel de sobriedad.  
Grillby pacientemente sirvió hasta que ya tuvo un tercer o cuarto trago encima, lo suficiente para estar medianamente cómodo y suelto para hablar, además de asegurarse de que ya podía cerrar.  
—Bueno, ¿tienes alguna razón para estar más caderón?  
—Un pequeño accidente en el laboratorio, —dio un trago —no estaba planeado ni mucho menos… solo sucedió.  
—¿Qué tan grande era la cosa?  
—Bueno… su majestad me dejo testear sobre mí mismo la magia de las almas humanas.  
Grillby lo miró fijo, juzgando seriamente lo que acababa de escuchar.  
—¿No tenías sujetos de prueba?  
—Sabes que no Grill, su majestad rechazo la idea de tener gente a disposición aún si eran voluntarios.  
—¿Cómo lo convenciste de ser tú el que probara entonces?  
—Discutimos un rato por ello, pero al final accedió siempre y cuando fuera cuidadoso.  
—Puedo adivinar que no lo fuiste tanto.  
—Tarde o temprano tenía que arriesgarme, lo hice demasiado pronto.  
—¿Y qué es exactamente lo que te paso?  
—Bueno, se puede decir que ya no soy un esqueleto, diría que soy un monstruo aún, sin duda, pero ya no tengo una clasificación clara, es decir…  
Suspiro por lo bajo antes de sacarse su tapado negro y arremangar con un poco de esfuerzo la manga de su suéter, mostrándole a su viejo amigo que efectivamente no había huesos visibles, si no que tenía un brazo con una anchura similar al suyo, el cantinero miro un poco sorprendido aquello, el científico extendió el brazo para que pudiera tocar y asegurarse de que no estaba teniendo una alucinación. Él solo presiono un poco alrededor de la muñeca y un poco por su brazo descubierto aún sin poderlo creer del todo.  
—¿Esto aplica a todo tu cuerpo?  
—Si, tanto extremidades como el torso, incluido el cuello, solo mi cabeza no se vio del todo afectada, aunque tengo una ligera capa de piel blanca que la recubre.  
—Pues estás relleno en buenos lugares ¿seguro que no fue a propósito?  
—¡Hey!  
—Solo digo, ¿estás bien, así como estas? ¿Es reversible?  
—No me he puesto a investigarlo realmente, —vuelve a cubrirse —es un poco un incordio, pero si me acostumbro supongo que estaría bien quedarme así.  
—Adivino, ¿a Asgore le gusto?  
El científico solo enrojeció y miró a otro lado.  
—Bueno, un poco, supongo… es decir, ya le gustaba antes, pero… quizá no le parece del todo mal esta forma.  
—Ajá, ¿sí? —lo mira alzando una ceja.  
—Ugh, cierra el pico y sírveme otro trago.  
Hubo más charla, sobre todo de su nueva apariencia, el científico no podía negar que, sin dudas, tenía musculatura y otras cosas más en los lugares apropiados para verse atractivo con la mayoría de los monstruos bípedos del subsuelo, no es que nunca antes le hubiesen dicho cosas así, cuando era un esqueleto y Papyrus era un bebé recordaba escuchar mucho a las madres solteras hacer juegos de palabras con tintes sucios para adultos con su persona, algunas más atrevidas que otras, y quizá algún monstruo soltero que tenía menos respeto, pero que prefería no recordar los detalles, recuerdos reprimidos, que prefería que siguieran así.  
Cuando vio que la botella estaba vacía, decidió parar con los tragos, quería evitar un mal encuentro con su niño si se enteraba que bebió hasta el punto de estar completamente dependiente de otros para volver a casa. Volvió a ponerse tu tapado y dejo una bolsa con monedas de oro para pagar lo del mes y la ronda de bebidas, siempre hacía una ligera insinuación de cuanto podía estar debiendo Sans, pero Grillby nunca le decía; resignado a que no resolvería ese misterio, se retiró del local, saludando con la mano desde la puerta.  
Llegó a su hogar y llevo los pasos pesados hasta su cuarto, esperaba que sus niños a esa hora estuvieran ya dormidos, no es que necesitase ocultar nada, desde el primer día que paso lo de las pastillas, decidió no ocultarle a ninguno que había cambiado completamente y claramente alentó a que ninguno de los dos intentara postularse como voluntarios cuando las pastillas fueran dadas a ciertos monstruos. Aunque el efecto de la determinación pura podía ser la única capaz del cambio, no quería arriesgar a sus esqueletos, aun así, Sans parecía querer ir en contra de ello.  
Ya llegaría el momento de hablar, pero eso podría estar muy lejos.  
Cuando se hizo de mañana, tuvo un par de mensajes de Alphys que parecían requerir una atención inmediata por la cantidad enviada, se tomó un momento para leer mientras se cambiaba para salir, pero un mensaje hizo saltar todas sus alertas, los guardias reales querían llevar ellos mismos las flores doradas al sótano del laboratorio. Sabiendo que el rey podía haber dado la orden, Alphys no podría detenerlos mucho tiempo, así que inmediatamente al poner un pie fuera de casa uso el atajo más largo que le permitiera su magia actual para llegar lo antes posible.  
Corrió apenas apareció en las puertas del laboratorio, para encontrarse en la puerta de atrás a los guardias, discutiendo con su pequeña asistente que de milagro los había retenido ahí.  
—¿Qué sucede aquí?  
—Oh, doctor, tenemos ordenes de llevar las flores doradas al sótano.  
—El ascensor no aguanta demasiado peso, yo me encargare de llevarlas, pueden irse.  
—Pero doctor…  
—Díganle a su majestad que cumplieron y que todo está en orden, no quiero un accidente adicional aquí ni heridos por su terquedad.  
Dicho esto, tomó de las manos de uno de los guardias la maceta con una flor dorada particularmente grande, al final, ellos se resignaron y dejaron todas las flores a las puertas del elevador, suspiró pesado cuando se fueron, claro que era mentira que el elevador no podía soportar mucho peso, y de ser verdad, solo haría que Alphys colocara y empujara con cuidado las macetas para él recibirlas en el sótano, sin ponerlos en peligro.  
De hecho, para tener esa seguridad, procederían de esa manera.  
Después de aproximadamente una hora, todas las macetas con flores estaban en el sótano, tuvo que cambiar de forma precipitada la luz del cuarto para que fuera apta y que las plantas no se marchitaran por la falta de luz, aunque debía decir que esas flores eran realmente resistentes, ya las había visto crecer espontáneamente por algunos lugares del reino, aunque morían si no tenían ciertos cuidados a largo plazo.  
—E-Está es la última, d-doctor.  
—Oh, muy bien —tomó la última maceta y la acomodo con el resto.  
—¿C-Cómo convenció al rey de darnos las flores d-doctor?  
—Él las ofreció y que las mandara tan rápido quiere decir que habla muy en serio…  
—¿D-De qué habla?  
—De lo que paso conmigo, tengo prohibido volver a experimentar en mí mismo, indefinidamente.  
—A-Ah, q-quizá sea lo mejor ¿n-no cree?  
El científico real pudo notar donde iba la mirada de su pequeña asistente, mirando al cuarto donde las amalgamas solían ocupar con mayor regularidad, si, debía admitir que era lo mejor esa prohibición, de lo contrario había una gran posibilidad de convertirse en uno de ellos. Apretó un poco los dientes, aún frustrado de no poder devolverlos a su forma, pero no tenía la magia tan fría como para intentar asesinarlos para acabar con su sufrimiento, debía haber una cura.  
—Vuelve arriba Alphys, te llamaré si pasa cualquier cosa y mantenme informado de lo que suceda.  
—A-A la orden d-doctor.  
Espero a que la joven lagarta se fuera por el ascensor, antes de tomar el pase a la sala con las almas y todas las pastillas, ahora, quizá necesitaba volverlas a dejar en estado líquido para poder inyectarlas de manera eficiente en las flores doradas o podía volver la magia polvo de manera que las usara de fertilizante y ver sus efectos a largo plazo, ambas opciones eran tentadoras y en el peor de los casos que un humano llegara, él tendría tiempo de intentar dar las cápsulas de magia temporal a los monstruos con un nivel de vida respetable, incluso si Asgore no lo autorizaba, sería solo en un caso de emergencia absoluta.  
Estuvo un par de horas, experimentando con la magia, probando algunas flores pequeñas con ciertos rasgos, sin muchos resultados significativos, solo lecturas normales la mayor parte del tiempo, sin nada que valiera la pena anotar, suspiró un poco decepcionado, pero bien, tendría que tomar las cosas con calma.  
Cuando se hizo de noche, recibió un par de mensajes de Alphys, dejo las plantas en su lugar y revisó para ver como estuvo el día, antes de caer en que su asistente había avistado a alguien merodeando por el basurero desde la cámara, como rebuscando cerca de la cascada donde él había estado.  
Entonces recordó su bolso.  
—Maldita sea, nadie puede encontrar eso. —Sintió un escalofrío por su espalda.  
¿Qué tan a la mierda se iría su reputación si alguien encontraba su bolso?  
Ni siquiera espero una respuesta de Alphys, simplemente desapareció del sótano, apareciendo inmediatamente en el vertedero, si tenía algo de suerte, encontraría sus cosas antes de que ese monstruo localizara la cueva oculta, reviso por los alrededores, si hubiesen sido las amigas de Alphys moriría de vergüenza, pero al menos podía considerar que eran inofensivas.  
Pudo notar por el rabillo del ojo un rápido movimiento y no tuvo el suficiente tiempo de reacción para detenerlo con magia azul, bufó frustrado y fue detrás de la cascada, no importaba si Alphys veía ese pequeño lugar, simplemente sería otro secreto más a la lista, la cual parecía agregar más conforme pasaba el tiempo. Revisó detrás del sillón, encontrando su bolso, no pudo respirar aliviado hasta que reviso que todo estuviera tal y como lo dejo, para su fortuna, no faltaba nada.  
—Dios, como pude olvidarlo.  
Se apretó entre los ojos y acomodo todo de nuevo, tomando la bolsa para salir del lugar, más cuando estaba de nuevo fuera de la corriente del agua, sintió un fuerte mareo, ahora que el momento de adrenalina se había esfumado, estaba notando que no se encontraba nada bien. Clavó las rodillas en el lecho del río, un poco aturdido, respiró hondo varias veces, profundo y despacio para reubicarse, ni siquiera sabía porque estaba tan mal de un momento a otro; levantó la vista a la cámara oculta en la basura, aunque no le gustara la idea, le hizo señas a Alphys para ordenarle venir por él, ya que realmente no sentía que pudiera moverse por su cuenta.  
Aunque eso tomaría al menos unos veinte o treinta minutos.  
"Ugh, ¿Por qué mi cabeza de repente me está matando?" Se quejo mentalmente mientras respiraba despacio.  
—¡Hey Doc! —se escuchó desde lo alto.  
—Ah, ¿Undyne? —levantó la vista.  
Antes de que pudiera hacer o decir cualquier cosa, pudo ver como la chica saltaba desde lo alto de la cascada para caer en un montón de basura blanda, hundiéndose en ella, para luego ver como sacaba los puños por arriba y salía de la montaña a base de patear los desperdicios a un lado.  
—¡Puaj! ¡Qué puto asco!  
—Lenguaje Undyne, ugh… —soltó un jadeo, llevando una mano a su cabeza.  
—¡Hey! ¿Está bien? Joder, lo llevare al laboratorio.  
Sin darle tiempo al esqueleto de que pudiera quejarse sobre ello, lo levantó en brazos, como una princesa en apuros esta vez, lo cual era bastante vergonzoso, pero en lo único que pudo pensar fue en aferrarse fuertemente al bolso para que no se abriera; la joven procedió a saltar de montón en montón de basura para finalmente salir del vertedero y llegar a la entrada de Hotland en pocos minutos, para ese momento el mayor solo se había resignado a ser llevado, en parte porque no sentía estar del todo consciente.  
—Ah, ¿el laboratorio…? —entrecerró los ojos, intentando enfocar la vista.  
—¡Alphys! ¡Hey!  
Cuando las dos chicas se juntaron, llevaron al doctor a la enfermería, a la vista del resto de trabajadores, que no entendían que estaba pasando, ni en qué momento el jefe había abandonado el sitio, pero nadie tenía el valor de ir a ver, no después del castigo que les cayó después de hablar a sus espaldas.  
—Estoy bien, solo estoy mareado, déjame en la silla, —gruñó, todo le empezaba a dar vueltas.  
—Bien, como quiera.  
Tal como pidió, lo dejo sentado en la silla en lugar de la camilla, el esqueleto soltó despacio el bolso para dejarlo a un lado, mientras el mareo aumentaba progresivamente lento.  
—¿D-Doctor? ¿M-Me escucha?  
—Alphys, ah, ¿tú le dijiste a Undyne? —la miró aún algo desorientado.  
—L-La vi en las cámaras y creí que n-necesitaba ayuda inmediata.  
—Estoy bien, solo fue un momento de mareo, descansare un momento y…  
—¡Hey! ¡Hey! —lo tomo de los hombros y lo enderezó —Bien no es precisamente la palabra para describirlo, diría que tiene la cara un poco más pálida de lo usual.  
—Ugh, solo es un mareo.  
Ambas chicas se miraron un momento, era claro que no era un simple "mareo" tonto ni nada por el estilo, al final la capitana optó por poner la mano en la frente del mayor comprobando que efectivamente, tenía temperatura, fiebre.  
Fiebre, fatiga, debilidad como para caerse, mareos que no se iban y quizá náuseas por eso mismo, estaba irritado, y por sus acciones era claro que también le dolía bastante la cabeza. Entonces la chica agarró de repente a la pequeña asistente bajo el brazo y la llevó corriendo para que le abriera la sala de descanso, tomó todas las botellas de agua que pudo del refrigerador, también puso a calentar una taza de agua y puso al lado unos fideos instantáneos.   
—¡Llévalos cuando estén listos! ¡Y no le pongas condimentos, solo un poco de aceite!  
—¡¿E-EH? ¿Ah? O-Okey… —balbuceo sin entender nada.  
Rápidamente, volvió a la enfermería con las botellas bajo sus brazos, las dejo todas encima de la mesa de indumentaria, abrió una y se la pasó al doctor, él cual no estaba del todo bien orientado, o simplemente no quería nada en ese momento.  
—Escuche doc, o toma ahora mismo agua o juro por dios que traeré a Asgore sobre mi maldita cabeza para que vea como se encuentra.  
Gaster se sobresaltó un momento, mirando que la chica estaba hablando muy en serio con ello, a veces bromeaba, pero su tono era demasiado frío y denotaba mucha molestia, a regañadientes, tomo la botella y dio un trago, un poco corto, sin que la chica le perdiera la vista, así que fue dando tragos pequeños hasta que noto llegar a Alphys de nuevo con un tazón de videos brillosos con solo aceite.  
—¿No usaste los condimentos?  
—No necesita sales ahora mismo, después le haremos otro, ahora coma también y no deje de beber agua.  
Acercó la mesa con las botellas y le hizo espacio para poner el tazón de forma que fuera fácil de tomar porciones con el tenedor, el científico solo suspiro, tomando el tenedor y enrollando los fideos para comer un pequeño bocado, masticó un poco y trago, pasando con un sorbo de la botella, tanto él como Alphys estaban más que confundidos de porque estaba haciendo todo eso.  
Sin embargo, luego de lo que sería una hora, el mareo se detuvo y ya no se sentía con tanto malestar, de hecho, estaba bastante mejor.  
—¿D-Doctor? ¿Se siente mejor?  
—Debo confesar que sí, mucho —miró a Undyne confundido.  
—Doc, estaba deshidratado a mas no poder y probablemente muerto de hambre también.  
—¿Deshidratación? ¿Yo?  
—Ya no es un esqueleto doc, ese cuerpo si parece necesitar que lo cuide debidamente, ¿gasto mucha magia hoy?  
—Hice un atajo corto y dos realmente grandes.  
—¿No ha venido a comer en ningún momento? —Undyne gira la vista a Alphys y ella niega nerviosa.  
—Puede que me olvidara de la comida o de venir por un café de vez en cuando… o solo beber agua de los grifos del sótano.  
—¿Cuándo fue la última vez que comió y, sobre todo, bebió algo?  
—Ah… —rememoro un momento —no he bebido nada desde anoche, esta mañana vine apurado y… se me paso completamente.  
—Jeez, ¿en serio como esqueleto aguantaba uno o más días sin beber?  
—Vivo a base de café. —Dio un trago a la botella.  
—Eso me di cuenta.  
—Por cierto, ¿cómo supiste con solo verme que estaba deshidratado?  
—Porque me pasa a mi cada maldita puta vez que vengo con armadura a Hotland, ¿acaso se olvidó ese detalle? Solo que yo puedo reponerme con un poco de agua en mis escamas.  
—Es cierto —se llevó la mano a la cara —soy yo el que va a tirarte agua y ayudarte a entrar al laboratorio para que no te cocines.  
—Como sea, le voy a contar a Asgore.  
—¡¿EH?! ¡No, no lo hagas!  
—¡Claro que lo voy a hacer! Estuvo al borde de una deshidratación severa, ¡maldito científico loco!  
—Ugh, no quiero que se entere, por favor.  
—Olvídelo, volverá a pasar si me lo callo.  
—¡No! ¡no puedo tener a su majestad preocupado por ello!  
—¡¿Y por qué no?!  
—Ugh, hay demasiadas vistas sobre mí y no quiero que pasen a ver a su majestad…  
—¿Qué? ¿Vistas?  
—Ah, —mira un poco a las dos —vamos a mi oficina, aquí aún hay micrófonos.  
Tomo su bolso bien cerrado y se intentó levantar, pero la chica volvió a cargarlo en brazos cuando casi se cae de frente, refunfuño frustrado y simplemente se dejó llevar, ahora tendrían que hablar de nuevo en el trabajo, si es que se atrevían. Undyne pateo la puerta para abrir y pasar derecho al sillón, la pequeña Alphys traía consigo las botellas que aún tenían agua y verifico que la puerta seguía funcional, al menos para poder cerrarla de nuevo.  
—Bueno, ¿suficiente con estar aquí?  
—Ah, sí —suspira por lo bajo.  
—T-Tomé doctor. —Le acerca una botella.  
Agarró la botella y le dio un trago antes de suspirar resignado.  
Al final empezó suave, con lo que ya sabían ambas o creía que sabían, Alphys estuvo bastante emocionada de confirmar sus sospechas a la obvia relación de sus jefes y Undyne tuvo que actuar con sorpresa solo para que la pequeña lagarta no le reclamara nada, luego de ello, empezó a decir lo que paso a causa de los rumores que empezaron debido a su marca y como un monstruo extendió información clasificada entre la gente de su persona, aparte del mal rumor de que fue marcado a la fuerza, en parte cierto pero no lo sentía de esa forma.  
Claramente la capitana de la guardia real quería saber de inmediato quien demonios era, más Gaster se abstuvo de darle esa información ya que solo haría que la gente supiera que había algo de verdad en ello; claramente protesto, pero ambos científicos la calmaron un poco, claro que la relación era secreta y solo algunos sabían, confirmado por el propio doctor y probablemente suposiciones de algunos guardias, como los que custodiaban al rey en su celo.  
Claro que Undyne los mantenía a raya.  
—En verdad no vale la pena Undyne, además su majestad se hará cargo sutilmente, si sigue con lo mismo tomaremos medidas más severas.  
—Puedo partirle las piernas como medida más severa.  
—Ni siquiera sabes si tiene piernas —mira a otro lado, a ver si eso hace que se desvíe un poco.  
—Algo tendrá que pueda destrozar.  
—Déjalo, simplemente esperaremos que los rumores se dispersen, o que algo más distraiga al pueblo, se pasara como todo. No quiero problemas para su majestad.  
Las chicas se miraron mutuamente, si bien era cierto que los rumores iban y venían, si alguien estaba reviviendo el mismo una y otra vez, eso no pasaría rápido. Aun así, poco podían hacer realmente con la escasa información que daba el científico y la decisión del rey de aplicar él un castigo a medida; ambas suspiraron con resignación, se haría a la antigua, con paciencia.  
—Bueno, de todos modos, Asgore debería saber que casi te desplomas.  
—No, no tiene qué, no lo preocupes innecesariamente, no pasara de nuevo.  
—¿Seguro?  
—Intentare que no pase de nuevo.  
—Si vuelve a pasar, le digo.  
—Ugh, bien…  
------------------------------------------------------
Parte 33 
Parte 35
6 notes · View notes
yinnydegoxs · 5 months
Text
¿Amor o amistad? Parte 33
Sintió que su magia subía a su cara, pasando saliva antes de atrapar uno de los pequeños huevos o "balas" con cable, tomo el pequeño control y lo encendió para mostrarle al rey cómo funcionaba y que nivel de vibración alcanzaba, cuando se lo entrego miró a otro lado, no sabía del todo como iba a funcionar aunque intuía donde lo usaría; Asgore lo levantó de repente para ponerlo de espaldas contra su pecho, balbuceo por lo bajo, sin saber que decir al notar contra su cadera que ya estaba ciertamente despierto. Antes de que pudiera acomodar sus ideas volvió a sentir en un lado de su pecho la vibración del juguete, esta vez menos intensa pero igual de sorpresiva.
—A-Asgore q-que… ¡ah!
—Preferiría que no escapes de nuevo.
Dicho eso, procedió a dar pequeñas vueltas alrededor de la zona del pecho, presionando un poco más cuando notaba saltos de sorpresa del otro, lo tomó del mentón para que dejara el cuello quieto, lo bastante para poder pasar su lengua y morder alrededor de la marca en la nuca, podía escuchar jadeos y gemidos suaves escapar de entre los dientes, al menos podía comprobar que sus antiguos puntos sensibles seguían intactos, pero quería comprobar aún más, así que llevo la mano sin el juguete al frasco, mojando los dedos en la mezcla.
Mientras el científico estaba lo bastante distraído, paso la mano por entre sus piernas, presionando directamente sobre su entrada, empujando sus dedos dentro sin mucha resistencia; aquello lo hizo brincar de nuevo y aún más cuando sus dedos alcanzaron sin problema la zona antes estimulada.
—A-Asgore n-no ¡a-ah! T-Tantos e-estímulos a la vez…
—Tu mente no puede divagar si ataca en todos lados, ¿verdad?
Jadeo ronco contra su nuca, volviendo a morder, sin dejar sus manos quietas, una vez que noto donde hacía que el otro se arqueara, fue mucho más intenso, presionando el juguete contra lo que sería uno de sus pezones, haciendo que pudiera verse con bastante claridad y por supuesto que no iba a dejar su interior en paz, frotando donde más sobresalía; Gaster comenzó a gemir con más claridad el nombre del rey y dejando escapar cuando se sentía demasiado intenso, a veces arqueándose más o presionando débilmente con sus piernas el brazo que tenía entre medio, tenía demasiada información llegando como chispazos a su mente, notando que se ponía en blanco por momentos.
Inconscientemente llevó una mano a su miembro que estaba desatendido, había estado sintiendo ligeros tirones delante debido a tantos estímulos, simplemente su mente apago cualquier pequeño rastro de sentido común o razonamiento. Se terminó pegando a su rey mientras terminaba en su mano poco después de tocarlo y sintió un escalofrío recorrer su columna cuando Asgore extendía la sensación del orgasmo al presionar más todos lados.
Después de casi un minuto haciéndolo delirar teniendo la mente en blanco, apartó las manos.
—A-Ah… —jadeo agitado, apenas manteniendo un poco de cordura.
—Parece que te has "oxidado" un poco en tu resistencia —jadea contra su cuello —tendré que darte una mano esta vez.
El científico se sobresaltó cuando el rey lo levanto de las piernas, alzando su cadera lo suficiente para para sentir el roce más directo del miembro descubierto, intento tener un poco de apoyo, apenas sujetando con sus manos por los brazos de Asgore, su interior ya estaba algo inquieto y su alma aún más después de provocarlo tanto. Se mordió apenas, si lo dejaba hacerlo ahora, probablemente lo volvería loco, pero a quien podía mentirle, él realmente estaba esperando eso desde el inicio.
—A-Asgore… a-ah n-no juegue así… p-por favor.
—¿Qué es lo que deseas ahora mismo Dings? —jadeo ronco, lamiendo la marca de su nuca.
Gaster se estremeció entero, sintiendo su cara y su interior arder a la par.
—L-Lo deseo A-Asgore… —tartamudeo muerto de pena.
El rey no pudo evitar sonreír por ello, hacer que pudiera decirlo cuando aún estaba lúcido con esa timidez que le encantaba, lo hacía realmente irresistible, aun así, procedió a entrar lentamente en él, con ese cuerpo desconocido, podía haber una posibilidad de dañarlo si lo hacía tan brusco como en su anterior celo o en los encuentros posteriores; pudo notar que el científico se tensaba ligeramente y llevaba una mano a su boca, probablemente para morder sus dedos o cubrir sus propios quejidos de haberlos.
—¿Es doloroso? —lo mantuvo firme una vez estaba adentro por completo.
—S-Solo es… incomodo, estoy bien…
—No me ocultes si lastima, ¿de acuerdo? —murmuró a un lado de su cráneo, genuinamente preocupado de dañarlo.
Gaster solo asintió tembloroso, debía decir que era casi como la primera vez de nuevo, si bien dolía un poco, estaba más caliente que el infierno y el hecho de tener una preparación previa con el lubricante ayudaban mucho a que fuera más llevadero; como pudo, movió su cadera para hacerle ver al rey que podía empezar y él no dudo en hacerlo, despacio en un inicio para acostumbrarlo.
Asgore clavó con cuidado sus garras en las piernas del otro, mientras lo movía sobre él, podía sentirlo tensarse involuntariamente y apresarlo más dependiendo que tan profundo fuera, aunque algo no había cambiado demasiado y era su pequeña e inquieta alma, hambrienta de algo de acción, lo que le tentó lo suficiente como para embestir su interior hasta llegar a ella.
Gaster soltó un gemido de la sorpresa, cubriendo de nuevo su boca con la mano, lo que hizo que Asgore comenzara a ser más insistente a golpear su alma, podía sentir su interior, cada que su miembro llegaba profundo, apresarlo con fuerza, como si no quisiera soltarlo. Gimió ronco contra su cuello, lo suficiente para dejarse oír y hacer que el otro se arqueara al notar su aliento y su voz de esa manera, inconscientemente, el esqueleto llevo la mano a su vientre, presionando como el rey lo hacía las otras veces, ahogando su respiración.
—Lamento tener las manos ocupadas —susurró suave, pero lo suficientemente claro para estremecerlo.
—¡¿Ah?! N-No yo… ah…—tartamudeo nervioso.
—Está bien, si te hace sentir bien no tienes que reprimirte…
—¡¿Ek?!
Arqueó la espalda al sentir como volvía a embestirlo, su interior se sentía mucho más caliente que antes, mordía de vez en cuando sus dedos, pero mientras más iba aumentando el ritmo más difícil era acallar los jadeos y gemidos, progresivamente su mente volvió a perderse en el placer, soltando el nombre de Asgore y pidiendo ahogadamente más, pudo sentir en un momento que el rey lo levantaba casi hasta no sentirlo para bajarlo de golpe, haciendo que una corriente de magia fuera directamente por toda su columna, corriéndose casi al instante y apresándolo fuertemente dentro, apenas dándole tiempo al rey de salir para hacerlo fuera.
—Espero no estés cansado tan pronto, apenas empezamos —jadeo contra su cuello.
Gaster solo se estremeció.
Despertó por la mañana, cuando de un leve movimiento para intentar levantarse, un dolor intenso atacó su cintura, logrando que se quejara contra la almohada, una vez que el rey se descontrolo un poco rara vez podía tener, aunque sea, un minuto para recobrar el aliento. Se volteó en la cama, mirando un momento el techo, al menos ya no asustaba a Asgore que él terminara por desvanecerse luego de unas cuantas rondas, podía decir que fueron más debido al uso de los juguetes, fue una buena opción no traer demasiados y ocupar un buen espacio del bolso con el frasco.
También agradecía haber traído ese lubricante.
Se cubrió la cara, avergonzado, al final el rey había probado todo lo disponible y parecía tener cierto gusto por los juguetes que vibraban, ya que eran los que más lo sobresaltaban. Pasó suavemente una mano por su pecho, la idea de tener otros lugares sensibles no le fascinaba, ya tenía bastante con ocultar y tener menos roces con su cintura o entre sus piernas, que no tardo demasiado tiempo en notar que el resto de los monstruos rápidamente había notado sus cambios, sobre todo Undyne cuando lo vio luego de que Alphys le contara por accidente del incidente del sótano.
Al menos sabía dónde podría fortalecer el cuerpo y aunque ya la conociera desde niña, eso no la haría menos estricta a la hora de entrenar. Quizá un poco de entrenamiento intensivo para reforzar su cintura se podía oír como una buena idea notando como le dolía en ese momento.
—Oh, Dings, ¿estas despierto?
—Se puede decir.
—¿Cómo te sientes? —se acercó con una bandeja.
—Siendo completamente sincero, mi cadera me está matando.
—Lo siento, debo decir que termine siendo muy brusco cuando me emocione un poco.
—Bueno, —se cubrió el rostro, apenado —tardó un poco más que la primera vez… en ponerse brusco.
Asgore solo puso la bandeja a un lado, antes de sentarse a revisarlo.
—¿Puedes sentarte? Sería bueno que desayunes.
El científico no pudo evitar echar un vistazo a la bandeja, dos pequeñas torres de panqueques, probablemente de avena, con algunos frutos silvestres como decoración y miel para darle un toque brilloso, además de otros vasos de té helado acompañando a un lado, si algo conocía muy bien de él, era su gusto por sobre todo lo dulce, así que intentaba complacerlo sin darle algo demasiado calórico, adictivo e industrial como las donas que compraban en el laboratorio con demasiada regularidad.
Se sentó como pudo, notando una ligera puntada sobre todo en la unión de las piernas, quizá ya no era aconsejable hacer poses que le hicieran estirar demasiado, ya no era tan flexible como cuando era solo un esqueleto, hasta podía apostar que algunas partes se habían vuelto muy rígidas con el cambio. Hizo lo que pudo para que no se notara la incomodidad o dolor al acomodarse, pero claro que Asgore lo había notado, más decidió callar para que pudieran comer tranquilos.
El rey miró de reojo a su pareja cuando estaba lo suficientemente distraído degustando los panqueques, se podía decir que estaba muy agradecido de una comida casera comestible para variar, aquello le alegraba más de lo que admitiría, le haría algún aperitivo, almuerzo o cena si eso no hiciera saltar la vista de todos hacía ellos y sinceramente, eso le fastidiaba.
Quería cuidar de él.
—¿Majestad? —lo llamó al terminar.
—¿Oh? —agitó la cabeza —lo siento, estaba divagando, ¿está todo bien?
—Ah, sí, estaba realmente delicioso. —Murmuró apenado —ugh…
—¿Duele mucho? —lo mira preocupado.
—N-No, no, estoy bien…
—Dings…
—Yo, ugh… puede que este cuerpo sea más receptivo con el dolor después de… tanta acción.
— Oh, puede ser —dejo la bandeja en la mesa de luz —creo que puedo ayudar con eso, ¿puedes volver a recostarte de bocabajo?
El científico accedió, volteando un poco difícil para quedar recostado justo como se había dormido, Asgore retiró suave la sábana para no sobresaltarlo mucho y poso sus manos en la cintura, presionando un poco con sus dedos y algo de magia verde para apaciguar el dolor, subió con los pulgares desde la cadera hasta casi llegar a sus costillas, bajando y repitiendo el proceso durante unos minutos antes de pasar a sus glúteos y muslos. Gaster al principio tuvo un pequeño susto cuando sus manos bajaron, pero confiaba en su majestad, así que imagino que intentar respirar hondo y relajarse era lo mejor que podía hacer; además, sentir su magia curativa era como un calmante directamente en su cuerpo.
Luego de un rato soltó un suspiro de alivio.
—Así se sienten los masajes entonces…
—Bueno, siendo un esqueleto era algo… ¿complicado tal vez?
—Podría decirse, ¿puede que tenga músculos ahora?
—Por cómo se sentía, apostaría a que sí.
—Más cosas que debo preocuparme ahora. —Refunfuña.
—Oh, no es tan malo, aunque debo decir que es un buen castigo por imprudente.
—Ah, lo siento por faltar a mi palabra, aposte demasiado fuerte cuando veía que iba por buen camino…
—Ah, bueno, debo agradecer que estas sano y a salvo.
—Dentro de lo visible, se puede decir que sí.
Asgore simplemente se acostó a un lado, abrazándolo despacio, si hubiese perdido otra vez a alguien tan importante, iba a ser la gota que rebalsaría el vaso, estaba más que seguro que perdería la poca cordura que aún conservaba. Y ahora estaba un poco preocupado de dejarle las almas a él, o los suministros de magia que habría exprimido de ellas, nada le aseguraba que no intentaría otra "apuesta" con su vida como pago.
Entonces, una pequeña idea se le ocurrió.
—Que tal las flores…
—¿De qué habla majestad?
—Dejaré que experimenten con las flores doradas.
—¡¿De verdad?! —lo miro sorprendido —¡Pero siempre se negó!
—Puedo permitirme perder algunas flores, puedo volver a recuperarlas, pero no me puedo permitir perderte a ti.
—Ah…—le abrazo hasta donde podía —no puedo prometer que todas volverán sanas, pero intentare que no se dañen demasiado.
—Si eso mantiene los experimentos lejos de tu alma o cuerpo…
Le levantó la cabeza para besarlo suave, todo lo que quería es que su esqueleto estuviera a salvo, así que si tenía que sacrificar a las flores que tanto cuidaba por ser las bellas plantas que su hijo adoptivo amaba, lo haría, podía desprenderse de su recuerdo, si eso garantizaba que Gaster estuviera a salvo de sí mismo. Luego de un par de horas, cuando se aseguraron de que las feromonas ya no estuvieran en el aire y después de verificar que su científico podía caminar derecho, más o menos, lo dejo retirarse a su hogar.
Quizá habrían tenido una ronda extra para asegurarse si no fuera por el posible dolor instantáneo cuando terminaran.
Miró su celular un momento, pensando lo que haría, por desgracia, lo que tenía en su bolso no podía volver a dejarlo en su sitio sin transgredir las ordenes de Asgore de su día libre, tampoco estaba tan desesperado para decirle a Alphys que lo recogiera, sabiendo que ella también era una criatura curiosa, suspiró de mala gana antes de ir a la entrada de Hotland, si tenía algo de suerte podría ocultar todo en el pequeño "escondite" del rey, ya que él tampoco había informado nada.
Sin perder mucho tiempo, se aseguró que hoy no fuera día de recolección para tener todo el vertedero vacío, hablo un poco con Undyne por mensaje, para decirle que dejaría su bolso con "muestras" del laboratorio oculto en algún sitio que no especifico ya que no podía entrar y que le hiciera el favor de no permitir que lo abrieran y menos aún que se lo llevaran. Recibió una respuesta afirmativa a los pocos minutos, respiró aliviado antes de meterse en el agua, revisando las cámaras que se asomaban por algunos puntos de la basura, con una apuntando a la cascada de forma directa, resignado, le envió un mensaje a Alphys dando la orden de que nadie aparte de ella se encargara de las cintas de seguridad de ese día.
Miró como la cámara que estaba mirando donde estaba, de repente se apagaba, quizá para darle tiempo a hacer lo que quisiera sin ser visto, se adentró tras la cascada y acomodo su bolso un poco por detrás del sillón, donde menos visible estuviera, saliendo rápido de ahí, mojado completamente, pero con sus cosas en un lugar seguro; pudo notar que el pequeño punto rojo del aparato volvía a encenderse, lo que indicaba que estaba de nuevo en funcionamiento.
—Bueno, solo tengo que venir mañana…—suspiró por lo bajo, un poco más tranquilo.
No tardó mucho en salir del vertedero, estrujando la ropa para sacar el excedente, quizá dar una vuelta por Hotland podía ser una buena opción para secarse, también habría sido una idea brillante haber dejado su abrigo en un lugar seco antes de meterse bajo el agua, refunfuño, a veces las buenas ideas vienen tarde hasta para los listos.
Al final optó por ir caminando por Waterfall, quizá cuando llegara a Snowdin usaría un atajo para estar directamente en casa y ahorrarse el mal trago de tener un principio de hipotermia, ese cuerpo sensible a los cambios de temperatura y a los extremos le estaban empezando a dar dolor de cabeza y no había pasado ni una semana desde el incidente.
—Hey doc, un baño se supone que es sin la ropa de por medio.
—¿Oh? —desvió la vista a un lado —dios, ¿ahora te toca el inicio de Waterfall?
—Tan claro como el agua doc.
—Bueno, iré a casa de todos modos y un segundo baño, esta vez caliente, me caería de maravilla.
—Seguro que no te quemaras, de nuevo digo.
—Mediré la maldita temperatura con la mano esta vez.
Bufó mientras dejaba a su hijo mayor seguir con su trabajo de centinela y apenas vio los pequeños copos de nieve asomar el piso, uso un atajo para llegar directamente dentro de casa o por lo menos a la puerta si sus cálculos fallaban. Sintió un escalofrío recorrer su espalda y se froto los brazos al notar el inminente frío, paso rápidamente al lavabo a buscar ropa seca, limpia y, sobre todo, abrigada.
Le tomo menos de un minuto deshacerse de la ropa mojada y dejarla para lavar, abrió el agua y espero a que esta estuviera tibia tirando a caliente, era una molestia que no pudiera usar simplemente el agua hirviendo sin ningún tipo de inconveniente, pero esa "piel" era sumamente sensible a cosas como esas, también mucho más frágil y difícil de no dejar marcas visibles cuando había algún golpe tonto, siempre aparecían los llamados moretones con un tono violáceo suave o intenso dependiendo que tan duro se golpeara.
Apenas terminó de templar su cuerpo, salió de la ducha, secándose lo más meticulosamente posible, mirándose por casualidad en el espejo. Su rostro pasó a tener un rojo ardiente cuando vio las pequeñas marcas de arañazos y las claras y prominentes mordidas alrededor de su cuello, pecho y revisándose abajo pudo verlas en sus muslos con mucha claridad, si, definitivamente su nuevo cuerpo era extremadamente fácil de marcar.
Tomo del botiquín del baño una nueva tira de venda para su cuello antes de vestirse y revisar dos o tres veces que las marcas no se veían, ropa negra con interior revestido para aislarse del frío, con uno de sus suéteres viejos por encima, que ahora le quedaban un poco ajustados, pero se podía decir que aún eran de su talla, se puso por encima un tapado negro fino que siempre usaba y respiro un poco más tranquilo ahora que estaba limpio y tibio.
—Quizá su majestad tenga razón y debería plantearme eso de mudarme…
Suspiró por lo bajo y negó con la cabeza, no podía decidir algo así el solo, tampoco podía dejar a esos dos solos, sobre todo con Papyrus a cargo de la comida, mataría a Sans en un descuido.
Rememorando un momento, Sans podría ganar algo de vida con la magia humana, después de todo otras "pastillas" de magia estaban muy, realmente muy estables; se dio con la mano en la cara, intentando no pensar en ello, no iba a arriesgar a la gente aun cuando esto fuera algo "estable" mucho menos a su hijo, y por supuesto que no se lo menciono a Asgore, así que sería una pésima idea arriesgarse.
Cuando se hizo lo bastante tarde, salió de casa para ir por la cena al bar, no es que Asgore no le ofreciera llevarse una vianda para comer por la noche justo después del almuerzo, sin embargo, cuando dijo que se arriesgaría a comer la comida de su niño menor, aunque le preocupara, aceptó que lo hiciera para ver si su hijo mejorado, pero el hambre ataco mucho antes de que pudiera esperar a Papyrus, de hecho, sentía hambre mucho, realmente mucho más rápido ahora.
Miró un poco por la ventana del local, encontrando a la jauría de perros de Snowdin jugando a las cartas tranquilamente en una mesa, pero eran los únicos así que podía pasar medianamente desapercibido. Decidió entrar e ir directo a la barra, pero para mal suyo, algunas miradas se pusieron en él, esa estúpida cadera pronunciada que tenía ahora era difícil de ignorar.
Pasó de largo sin devolver las miradas y se sentó con cuidado.
—Quedan el especial del día y la orden tres y nueve para elegir a esta hora.
—Dame el especial y la orden nueve, con refresco, es demasiado pronto para el alcohol.
Le hizo una seña con la mirada sin voltear, pero claramente refiriéndose a los canes, su viejo amigo solo asintió antes de voltear para tener la orden lista en un par de minutos. Gaster solo suspiró, actualmente tenía una ligera molestia en su cadera, no era nada comparado a cuando despertó, pero seguía de forma persistente, miró un poco a la nada para mantener su mente en otro sitio, solo para evitar la molesta sensación de sentirse observado.
De un momento a otro, sintió un golpe con la palma abierta donde la espalda perdía su nombre, lo que lo hizo saltar de golpe con un quejido de sorpresa lo cual hizo que el resto del bar mirara incluido su amigo que casi tiraba la orden por la sorpresa; molesto, volteó a ver a quién demonios se le ocurría hacer semejante atrevimiento.
—¡Hey doctor! ¿No le gustaría tomarse unos tragos?
—Fish, ¿qué demonios? —miró a Grillby —¿de dónde salió?
—Se desmayo después de unas cuantas rondas de tragos, quizá por eso no lo viste, hace un rato estaba en el piso.
—Oh vamos, ¿sabe? Se ve malditamente candente últimamente.
—Ugh…—miró a otro lado, desagradable. —Preferiría no recibir esa clase de comentarios.
—¿Por qué no? Es sexy y caliente, seguro que todos opinan igual, ¿cierto, muchachos?
Miró a los perros, más ninguno hizo caso a su llamado, por respeto al científico.
—No me agrada ese tipo de comentarios fuera de lugar, te aconsejo que pares.
—¡Por favor! No haría nada un par de tragos, además —lo agarro descaradamente de la cintura —ya que alguien se ha inventado lo de su marca, ¿Por qué no demostrar que es una mentira para difamarlo? ¿Eh, que dice a una noche de diversión?
—Te lo repito, para.
—¿O qué? ¿Tiene las agallas para hacer un escándalo?
Lejos de responder a la provocación de un simple borracho, hizo un conteo de tres segundos con sus dedos, y justo cuando bajo el ultimo dedo, Grillby lanzó un puñetazo sin ningún tipo de miramiento, sinceramente, no es que hiciera esto solo porque eran viejos amigos, si no que ese tipo de actitudes ya las repitieron con su ya no tan pequeña sobrina y le daba una sensación más desagradable incluso peor que al afectado, Gaster lo sabía de sobra, así que solo debía esperar a que probaran la paciencia del elemental.
—Que buen derechazo.
—Por cosas como estas es que no le sirvo alcohol seguido.
—Oye, espero no le dieras mi ron de caramelo o el whisky de reserva.
—No creas que puede pagarlo, solo tomó cerveza y café al coñac de los que se encuentran apenas en un estado bebible.
—¿Por qué demonios le diste de eso?
—Me vio tomando un trago y pidió un par de rondas. —Alzó los hombros.
—Bueno, él se lo buscó —miró al grupo de perros —¿podrían sacarlo del bar por favor?
Dogamy y Dogaressa se pusieron sus capuchas antes de acercarse y levantar al pobre pero borracho y atrevido monstruo para llevarlo fuera del establecimiento, probablemente a casa, para tirarlo dentro y que no terminara con un resfriado o algo así por "dormir" en la nieve.
—Sería un detalle saber que pasa contigo.
—Cuando estemos solos.
----------------------------------------------------------
Parte 32
Parte 34
3 notes · View notes
yinnydegoxs · 5 months
Text
¿Amor o amistad? Parte 32
Asgore miró con atención que era lo que pasaba, no pudo evitar sorprenderse al ver que su científico ya no era un esqueleto, sino algo más, quizá una mezcla entre humano y monstruo, pero con su alma aún de monstruo, le tomo un momento procesar lo que estaba viendo antes de acercar una mano al pecho y apoyarla despacio para ver si no era una especie de mala broma de su cerebro, una alucinación quizá, él podía notar que estaba muy nervioso por ello, así que esto obviamente no había sido intencional.  
Subió la mano con cuidado, pasando apenas las almohadillas por el cuello hasta su cara, aunque esta se veía prácticamente igual, sí que la contextura era diferente, podía jurar que era suave como la seda y un poco más elástico, ahora en vez de solo hueso, parecía tener una ligerísima capa de piel lo que le hacía tener mejillas casi indetectables.  
—¿Cómo…? ¿Cómo tomaste esta forma?  —lo miro con reproche y algo de curiosidad.  
—Podría decir que aposte demasiado fuerte… el rasgo de la determinación en estado puro…. fue más allá de cualquier calculo que pude hacer.  
—Ah, esta es una de las razones por las que no me sentía cómodo dejándote experimentar sobre ti.  
Gaster no pudo refutar aquello, solo miró a otro lado, derrotado.  
—Supongo que me quitara las almas…  
—No, pero tienes prohibido volver a experimentar sobre ti —lo miró serio.  
—Será como usted diga majestad…  
— Eso espero, —luego de que se le pasara la primera impresión, miró un poco más a detalle. —Dings, puedes ¿mostrarme todo?  
—¡¿Ah?! —lo miró de golpe, bastante sorprendido —N-No estoy seguro de que este cuerpo… n-no puedo decir que vaya a gustarle lo que vea…  
—Eso debería ser yo quien lo diga, simplemente quiero estar seguro de que no me ocultas nada.  
—Ugh… —apretó un poco el abrigo, —c-como desee —no podía decirle que no a su rey.  
No muy seguro de ello, termino por soltar la ropa que le cubría y levantarse nerviosamente, dándole la espalda primero, aún más inquieto que al principio, después de todo ya no podía decir ni qué tipo de monstruo era, o si aún lo seguía siendo, intento no entrar en pánico mientras sentía que el rey lo miraba de arriba abajo, luego de quizá unos dos o tres minutos se volteó lentamente, cubriendo con sus manos delante y sin poder mirarlo de frente luego de que había arruinado su forma por su terquedad, Asgore se levantó con toda la calma del mundo, acercándose a él.  
—Dings, es una lástima que tu encanto de esqueleto se perdiera…  
—Lo… Lo siento majestad, e-entenderé si este cuerpo no… no es de su agrado, s-si ya no le atraigo… o si ya no… no quiere…  
—Déjame terminar.  
—A-Ah, sí…—bajó la mirada, temeroso de las palabras que siguieran.  
Asgore le levantó del mentón y le beso sin ningún tipo de duda.  
—Extrañare tu encanto de esqueleto, sin embargo, tu encanto de como eres no lo has perdido en lo más mínimo mi Dings.  
Gaster sintió la cara arder un momento, antes de tomar un poco de valor.  
—Entonces… ¿no le… desagrada este cuerpo?  
—Bueno, debo decir que no es muy diferente a como te ves cuando estas en celo, solo que ahora no puedo ver tus huesos, aun así, conservas una figura esbelta y elegante como antes.  
—S-Supongo… —murmuró un poco aliviado.  
—De todos modos, si no te sientes cómodo con tu cuerpo, podemos pasar de mi celo hasta el tuyo, para que te acostumbres.  
Aquello hizo saltar una alarma en su cabeza, había estado controlándose durante esos meses por los rumores, ¿esperar otros tres más para tener por fin algo de acción?  
Ni de broma.  
—¡Por supuesto que no majestad! Y-Yo estaré allí… m-me preparare p-para ello.  
—¿Prepararte?  
—Ah… —se llevó las manos a la boca, dándose cuenta de que había dicho demasiado.  
—Dings, ¿qué vas a hacer? No puedes ir con ningún monstruo a "entrenar" y no creo que haga falta decir que no quiero que ni de broma lo intentes.  
—N-No, q-quiero decir yo… —agitó las manos, inquieto —y-yo… ah… p-puedo hacerlo solo…  
—¿Solo?  
Gaster cubrió su rostro al sentir la mirada llena de seriedad y curiosidad de Asgore sobre él, vio entre sus dedos nerviosamente antes de ir hacia dónde estaba la caja de juguetes, quitando la sábana.  
—Y-Yo…  
—¿Oh? —Se acercó a ver —¡Oh! ¡Los recuerdo! Cielos, no creí que los conservaras tanto tiempo.  
—A-Ah si… puede que… usara d-de estos… m-muy seguido…  
Asgore se quedó observando un momento, antes de poner la mirada sombría por unos segundos lo que hizo que el otro se asustara ante el repentino cambio, de hecho, esperaba esa reacción mucho antes, cuando le mostró su transformación involuntaria, intranquilo por lo que podía estar pasando por la mente de su rey, quiso intentar hablar, pero sinceramente estaba un poco asustado.  
—¿Usaste estos juguetes con quien entrenabas?  
No obtuvo respuesta, Gaster no quería darle pistas que delataran a ese monstruo imaginario así que solo miró a otro lado.  
—Lo siento… —terminó por murmurar.  
—Ah, no, está bien… supongo que… intentaban ser creativos… o algo así —soltó una flama a un lado, sintiendo que de nuevo le habían robado una primera experiencia del esqueleto.  
—B-Bueno…. s-si… a-aunque bueno… t-también los he usado solo…  
—¿Ah? —volvió a mirarlo.  
—N-No me malentienda majestad, y-yo hum… b-bueno, a-a veces el trabajo en un día especifico era d-demasiado duro, m-me ponía bajo mucho estrés y frustración y… ah bueno yo… q-quizá yo los usaba para relajarme… c-cuando todos se iban… e-estoy consciente que p-podía ir con su majestad p-pero… e-en ese momento s-solo quería a-algo en el instante y yo…  
Se frotó insistentemente el brazo mientras iba bajando la voz y se iba avergonzando más a sí mismo mientras más hablaba, eso era algo que quizá no quería que nadie supiera, ni Asgore, no obstante, ya había mostrado los juguetes y necesitaba desviar el enojo de su rey, sus celos más bien y no se le ocurrió nada más que confesar el uso en solitario, que siempre había sido así, pero ello no necesitaba ser dicho, dejaría que él sacara sus propias conclusiones sobre parejas imaginarias.  
—¿Los has usado tú solo después de que nos emparejamos?  
—S-Solo unas dos o tres veces… como dije, tenían que ser días muy estresantes.  
—Entonces… ¿qué tal si… experimentamos un poco?  
—¿Experimentar?  
—Mis primeros días de celo serán en unos días… y quiero verte, con los juguetes.  
—¡¿Ah?! ¡¿Q-Qué?!  
—Tómalo como un castigo por no ser cuidado cuando me dijiste que lo serías, si quieres… también puedes tomarlo como algo para probar conmigo, ¿o no te sientes en confianza para dejarme ver?  
—A-Ah yo ah… ah… e-eso… n-no yo… t-tal vez, e-es decir…—sentía que su cabeza ardía en llamas.  
—¿Eso es un no? No te lo pido como rey, Dings, lo pido como tu pareja, no voy a obligarte.  
—Y-Yo… s-si n-no es toda la caja…  
—Oh, no, eso sería demasiado, solo trae los que más usaste o los que son de tu preferencia, lo que entre en tu bolso más grande.  
—Ah… y-yo… d-de acuerdo…—murmuró nervioso aún con la idea.  
—Bueno, si quieres puedo pedirte un cambio de ropa.  
—N-No, me pondré lo que tengo e iré a casa…  
—Bien, ve con cuidado.  
Dicho esto, salió de la oficina. Un par de pasos después pudo finalmente respirar tranquilo, no podía decirle lo que pensaba a Gaster, podría haber hecho daño a su autoestima, pero si era sincero solo podía pensar en ello después de mirarlo enteramente.  
Su ex esqueleto ahora era estúpidamente sexy, no, no es que antes no lo fuera, su encanto como esqueleto le daba un toque frágil y elegante, pero no iba a negar que esas gruesas piernas contrastaban con esa cintura delgada, esas caderas ligeramente anchas y definidas que le daban un aire mucho más atrayente, y no podía olvidar el frente, un vientre plano y marcado ligeramente, no le dejo ver demasiado bien más abajo, quizá hubiese sido demasiado pedir que lo dejara todo al descubierto.  
Dios, ahora era él el ansioso para estar en privado.  
El científico dejo pasar unos pocos días, en lo que conseguía ropa nueva, adecuada a sus nuevas medidas, no es que fuera a usarla demasiado cuando estuviera con Asgore pero tenía que llegar a su hogar sin llamar demasiado la atención y no estaba seguro de que pudiera usar atajos sin tener un efecto extraño, así que podía decir que fue bastante incomodo pasar por New Home, claramente sus cambios eran mucho más notorios de lo que imaginaba.  
Simplemente apuró el paso, manteniéndose cubierto por la ropa todo lo posible; cuando llego a la puerta, los guardias ya parecían esperar su llegada, Asgore de nuevo había dictado que él tenía permitido pasar, no hacían preguntas, solo se hacían a un lado, dejando el camino libre.  
Jadeo por lo bajo en el momento que pudo tomar algo de aire, ese cuerpo nuevo era un poco incómodo sobre todo con las temperaturas y siendo sincero, usar un abrigo largo por todo Hotland y New home a principios de veranos no era divertido; agitó un poco la cabeza antes de tocar, poner su mano en el picaporte y abrir despacio.  
Como esperaba, las feromonas de Asgore ya estaban dispersas por su hogar, pero aún no estaban tan concentradas como para embriagarlo de golpe como la primera vuelta, paso e inmediatamente dejo el abrigo a un lado, suspirando aliviado mientras separaba levemente el cuello de su camisa para que entrara algo de aire.  
—¿Majestad? —lo llamó mientras caminaba por la casa.  
—Oh Dings, —se acercó tranquilo, aún parecía bastante lúcido —es bueno que vinieras cuando apenas empieza.  
—Usted sugirió los primeros días, ah… —suspiró acalorado más por el viaje que por la magia.  
—Dios, venir con ropas largas con este calor y mis feromonas aquí, te haré un té helado, puedes dejar el bolso en el cuarto.  
Gaster trago saliva y asintió apenado, claro que no había olvidado la petición del rey, no, no como rey, sino como su pareja. Ponerlo con esas palabras solo lo hacían sentir aún más calor bajo sus ojos. Miró como Asgore se iba a la cocina y él decidió subir las escaleras para llevar el bolso al cuarto, apoyándolo en la cama, había traído sus tres "favoritos" que en realidad eran los que más solía usar en los entrenamientos o en calores del momento, pero pudo traer algunos más por su tamaño y el frasco lleno de lubricante, solo por si acaso.  
Estaba un poco nervioso con la idea de usarlos de verdad con alguien más, o de mostrarse cuando los usaba, confiaba en su majestad, pero no quitaba lo vergonzoso del asunto.  
—¿Dings?  
—¿Ah? Oh, lo siento… me quede divagando.  
—Pude notarlo —le acercó uno de los vasos con algo de té helado.  
—Ah, disculpe las molestias su majestad.  
Asgore solo se sentó en la cama y dio unas palmadas para que el otro se sentara, el científico aceptó y se puso a su lado, con una pequeña distancia, tomando un poco del té y soltando un suspiro de alivio al tener algo frío después del viaje, era un fastidio que ahora podía sentir los efectos de los golpes de calor o del frío cuando antes solo era una sensación vagamente molesta.  
—Veo que aún te estas adaptando a ese cuerpo, ¿el calor te afecta mucho?  
—Demasiado, pero el frío no se queda atrás tampoco, entrar a Snowdin sin abrigo ahora puede llegar a bajarme un par de puntos de vida.  
—¿Estás bien con seguir viviendo en Snowdin entonces?  
—Nada que mi abrigo no solucione… y un par de mantas nuevas. —Tomo más del té.  
—Aún estás a tiempo de dejar pasar mi celo, si es demasiado…  
—No, no quiero —bufó por lo bajo —he estado esperando poder venir aquí…  
—Te has estado reprimiendo por los rumores obviamente —miró un momento los juguetes —¿ni siquiera has dejado que la tensión se vaya con "esos"?  
—¡Cof! —tosió de repente.  
—¡Ah! Lo siento —le dio unas suaves palmadas en la espalda.  
—Le ¡cof! Pediría que no ¡cof! Me tome con la guardia baja…  
—Es un tema un poco delicado supongo…  
—Si y que ya no soy un esqueleto, ahora puedo ahogarme. —Se dio un par de golpes en el pecho.  
—Lo siento y ya veo que la respuesta probablemente es que no los has usado últimamente.  
—No y menos después de mi cambio, no me sentía seguro intentando algo.  
—Sabes que no te obligare a usarlos si no estás cómodo, Dings.  
Gaster solo tomo el resto de su té, mirando a otro lado, incómodo no era precisamente la palabra, sino más bien inquieto, nervioso y tal vez, solo tal vez, veía un poco excitante probarlos ahora con su cuerpo actual, como si fuera la "primera" vez de nuevo en cuanto a reacciones.  
—No voy a mentir, estoy un poco nervioso sobre ello Asgore, pero no los habría traído si no tuviese curiosidad de como los sentiré ahora y… usted quería verme…  
—Oh —movió suave la cola, contento de ello. —¿Te parece si empezamos?  
—Ah —sintió el calor subir a su cabeza —¿A-Ahora mismo?  
—Si quieres esperar, podemos empezar cuando mis feromonas te afecten un poco.  
—No creo que eso tarde mucho la verdad… e-estoy bien con empezar ahora.  
—Entonces…  
Asgore se levantó de la cama y tomó ambos vasos para llevarlos al escritorio, lejos de donde pudieran tirarlos por accidente, volviendo a los pocos segundos para levantarlo y atrapar su boca, él solo se sobresaltó un poco pero no tardó mucho en seguir el ritmo, notando la magia mezclarse con su lengua, jadeo un poco cuando el beso se hizo más intenso, notando que su científico estaba perdiendo el aliento, tomando pequeñas bocanadas de aire cuando le dejaba un par de segundos de respiro, finalmente lo dejo caer sentado en la cama cuando noto sus piernas flaquear.  
—A-Asgore ah… —jadeo un poco agitado.  
—Es mejor ponerte de ánimo ¿no lo crees?  
—Ah, yo… s-sí…  
Miró de reojo su bolso antes de acercarlo a él, sacando el frasco de arriba de todo y revolviendo un poco el fondo para encontrar uno de sus preferidos, esa pequeña T que siempre presionaba en el lugar correcto, pudo notar como Asgore lo observaba curioso. Pasó saliva visiblemente avergonzado y dejo el estimulador a un lado del frasco para tener las manos libres, se deshizo del cinturón y bajo las prendas sin poder mirar demasiado a Asgore, cubriendo un poco con su camisa.  
—¿Nervioso todavía Dings? —le levanta suave del mentón.  
—E-Estoy bien —lo miró sintiendo la cara caliente —¿s-solo prefiere verme?  
—Oh, que atrevido, ¿me estas invitando a jugar contigo?  
—¡¿Ah?! Yo eh… ah, eso y-yo… —lo miró muerto de vergüenza —¿Q-Quiere…?  
—Tentador, pero me gustaría ver primero un poco como los usas tú mismo.  
Gaster enrojeció por completo, desviando la mirada al pequeño juguete, respiro hondo antes de tomarlo junto al frasco y lubricarlo superficialmente, siendo este un cuerpo "nuevo", tal vez algo de ayuda no vendría mal, observó de reojo como Asgore mantenía la vista en él, quizá un poco entretenido por sus nervios.  
Pasó saliva mientras se acomodaba y separaba despacio las piernas, frotando un poco indeciso el estimulador; pegó un salto de sorpresa al ver a Asgore arrodillarse delante suyo y levantar ligeramente una de sus piernas para colarse en medio.  
—¿M-Majestad?  
—Oh, solo quiero una mejor vista, ¿te molesta? —Lo miró divertido.  
El científico negó nerviosamente antes de presionar un poco más para colar el juguete, sintiendo su magia volar a la altura de su vientre, sintió un pequeño escalofrío por la sensación de viscosidad fría cuando lo entro todo, jadeo por lo bajo antes de rodar levemente la rueda del modo vibración lo que le hizo saltar en el lugar, Asgore no le quitaba la vista y parecía curioso de como aquello empezaba a moverse.  
Apretó ligeramente los dientes para no gemir tan pronto, si, aquello seguía siendo muy bueno para estimular precisamente donde era sensible, incluso podía decir que ahora en ese cuerpo era incluso mejor para ello, enredo los dedos de la mano libre con las sábanas, mientras la mano que sostenía aquello comenzaba a moverla, de forma que diera pequeños pero buenos golpeteos en su interior, si bien ya no lo sentía vibrando directamente contra el interior de su pelvis, ahora notaba una especie de bulto pequeño incluso más sensible que sus propios huesos.  
—¿Cómo lo sientes? —besó suavemente la pierna levantada.  
—S-Se siente a-ah…  —arqueo un poco la espalda.  
Como si fuera automático, había aumentado la potencia del pequeño trasto hasta el punto de que apenas necesitaba moverlo, habían pasado meses de la última vez que tuvo un estímulo por su propia cuenta, entre el trabajo en el sótano, los rumores por todo el subsuelo, las horas extras y las posibles vigilancias paranoicas que tenía, había cortado cualquier intento de darse algo de placer. Soltó un gemido de sorpresa al notar una suave mordida en uno de sus muslos, notando que Asgore no solo disfrutaba de la vista, si no que hacía que su atención no se fuera a otro lado.  
Sentir la mirada de su rey mientras había un acto tan vergonzoso por alguna extraña razón ponía su cuerpo más caliente, quizá por el hecho de las feromonas, podía culparlas, más bien quería tener algo externo a que culpar, pero lo cierto era es que estaba realmente excitado con ello; movió con un poco más de rudeza el pequeño juguete, notando escalofríos viajar por su espalda y claramente un tirón importante al frente, su cadera se retorcía levemente.  
Cuando estaba por alcanzar el límite intento sacar el juguete, entonces fue cuando sintió la mano libre de Asgore tomar la suya y presionar con más intensidad el aparato dentro de él, tiró la cabeza para atrás, soltando un gemido lastimero mientras aquello vibraba intensamente contra su interior, sin poder evitar terminar de golpe a los pocos segundos.  
—Oh, de verdad estabas reprimiéndote, —le ayudo a sacar el juguete.  
—A-Asgore, ah… n-no era qué…— jadeo algo agitado.  
—No pude resistirme, además quería escucharte.  
—P-Podría ah…—recupero un poco el aliento —h-haberme d-dicho.  
—Supongo que me gusta tomarte con la guardia baja y quizá quiera ver otros juguetes.  
—¿S-Solo "ver" de nuevo?  
—Depende que tengas resguardado.  
Gaster suspiró derrotado y decidió sacar todo en la cama para que viera el mismo lo que podrían usar, había de todo un poco, algunas cosas solo las había probado una o dos veces, otras cada vez que tuvo oportunidad, había desde pequeños huevos vibradores, hasta un vibrador potente con mango, también el masturbador masculino semi transparente que solía salvarle de limpiar de más,  entre eso se podía distinguir un par de artículos que solo había usado una vez y pensó en su momento que era un estimulante demasiado intenso para usar solo.  
—N-No entraba mucho más que esto.  
—Oh, —miró con curiosidad —¿has probado todo?  
—En menor… o mayor medida… si… —murmura por lo bajo, apenado.  
Se cubrió un poco ahora que la atención había sido desviada temporalmente, aunque ya sentía ligeramente el efecto de las feromonas mágicas de Asgore, así que su delantera no se había calmado en lo más mínimo y su interior ahora empezaba a notarlo inquieto. El rey lo miró de reojo divertido luego de encender alguno que otro que eran bastante intuitivos a la par de llamativos.  
—¿Impaciente Dings?  
—¡Ah! —pegó un brinco —n-no, quiero decir a-ah q-quizá un… ¿poco?  
—Bueno, hay una cosa que quisiera probar, ¿te molestaría abrirte la camisa?  
Eso lo saco un poco de lugar, más que nada confundido por la extraña petición, pero no tenía quejas sobre ello, a decir verdad, sus costillas no eran sensibles, no en un modo sexual, así que nunca tuvo mucho problema con dejar que tocara su pecho cuando quisiera, aunque normalmente lo mantenía cubierto solo por comodidad, un poco intrigado terminó por abrir la camisa y dejarse al descubierto. Notó que en las manos de Asgore estaba el vibrador con cabezal que se sostenía con un mango con las diferentes potencias en el juguete, parecía mirar mucho un punto medio de sus costillas lo cual lo ponía quizá un poco más nervioso, si era posible eso.  
Después de un par de segundos acercó y presiono apenas a un lado, encendiendo el trasto.  
—¡¿Ek?!  
Dio un salto de la sorpresa y reaccionó de forma automática, cubriéndose de inmediato con las manos luego de alejarse de él, retrocediendo en la cama.  
—¡Oh! ¿Estás bien Dings? ¿Ha sido muy fuerte? No sé cómo funciona esto.  
—¡E-Ese no es el problema! ¿P-Por qué s-se…? ¿Qué fue…?  
—Oh, sobre eso, lo vi cuando me enseñaste tu cuerpo nuevo en el laboratorio —apago el juguete y lo dejo a un lado.  
—¿V-Ver? ¿De qué habla?  
—Justo por aquí.  
Corrió gentilmente su mano y apodo delicadamente el pulgar por la misma zona, haciendo algo de presión y notando un nuevo salto repentino del científico, probablemente aturdido por la sensación nueva en su pecho.  
—¿Q-Qué s-se supone que…? —le tembló un momento la voz, aún sorprendido.  
—Bueno, ahora puede que tengas algo parecido a pezones. —Lo miró divertido esperando su reacción.  
— . . . —se quedó un momento callado, antes de procesarlo —¡¿Q-Qué?!  
—La mayoría de los monstruos bípedos tienen un par, por lo menos, así que cuando te vi, imagine que también sería tu caso con este cuerpo.  
—¿E-Entonces yo…?  
—Quizá quieras dejarlos tranquilos de momento, pero… no garantizo estar lúcido más adelante como para no tentarme con ello.  
El esqueleto balbuceó levemente, sabiendo que era cierto que Asgore de momento estaba aún a tiempo de detenerse, sin embargo, eso no iba a durar una vez empezaran con lo demás; paso saliva algo ahogado mirando de reojo al par de huevos, quizá podría experimentar un poco más si empezaba un poco más suave.  
—N-Nunca tuve… sensibilidad en el pecho, e-es algo nuevo… —murmuró por lo bajo.  
Cuando miró a Asgore se percató de un brillo diferente en sus ojos cuando menciono que era algo "nuevo" para él, recordando vagamente que a él parecía gustarle mucho verlo vulnerable y no compartirlo con nadie. Técnicamente había visto las primeras veces de casi todo, menos la toma de contacto con los juguetes.  
—Y-Yo… t-tal vez p-podría con algo más… ¿sutil?  
—Claro —movió la cola, un poco entusiasmado —¿qué sugieres que probemos?  
--------------------------------------
Parte 31
Parte 33
3 notes · View notes
yinnydegoxs · 5 months
Text
¿Amor o amistad? Parte 31
Habían pasado finalmente los tres meses de castigo y por la benevolencia de Asgore de convencer a su científico de dejarlos volver a su anterior ritmo, se decidió que todos tendrían la tarjeta de acceso ilimitado al área de descanso, además de no volver a pisar el sector de mantenimiento del núcleo a menos que fuera una emergencia y un horario flexible, pero claro que Gaster no olvido decirles que a cambio la capitana de la guardia real tendría el honor de entrenarlos físicamente cuando él lo decidiera. Estuvieron a punto de pedir los otros tres meses de castigo, pero ninguno tenía el mental para poder decir eso o aguantarlos realmente, solo querían poder reír, charlar y descansar cuando acabaran sus trabajos sin un límite de tiempo.  
Gaster realmente no esperaba nada de ellos, pero al menos esos meses de trabajo extra les darían un indicio de que no debían hablar estupideces en el ámbito laboral, ya fueran de él o de cualquier monstruo de la instalación.  
Y que dios los reciba confesados si los descubre hablando mal del rey.  
—Ugh… —se quejó por lo bajo.  
Había estado casi toda la última semana en el sótano, solo autorizando de forma pública a Alphys para bajar a llevarle informes o cualquier cosa que pidiera, extraer la magia de las almas era la parte fácil del trabajo, la difícil era hacer que duraran en él; había estado probando, luego de muchos cálculos, que dosis de magia podría ser bueno para iniciar, pero a diferencia de Undyne, estaba probando sin el componente clave que era la determinación. Si bien cada alma tenía un rasgo muy bien definido, todas tenían un porcentaje medianamente parecido de determinación, que era lo que las mantenía con magia constante y no las hacía romperse como las almas de monstruo.  
Consiguió separar aquella inestable composición, pero los rasgos mágicos puros no se mantenían por mucho tiempo y se diluían en su propia magia una vez insertados en su alma, desapareciendo unas pocas horas después. Por lo menos podía decir que no había efectos secundarios visibles.  
Observó los cambios en su alma de forma constante, monitoreando cada pequeña e insignificante alteración con suma atención y cautela, pero los resultados eran similares unos con otros, con la única diferencia de que, dependiendo el rasgo, la habilidad cambiaba drásticamente, la particularidad de Undyne con sus lanzas inversas no podía usarla, pero si podía lanzar proyectiles pequeños y dañinos, lo que sí parecía ser un patrón era la magia verde, que no solo servía para potenciar la curación si no que plantaba en el lugar a quien tuviera en frente.  
Las amalgamas habían accedido a las pruebas, más que nada porque no podían morir y Gaster no tenía intención de hacerles algún daño intencional, siempre estaba la posibilidad de un accidente, pero al menos podría sanarlos si eso ocurría.  
—D-Doctor.  
—¿Uh? Alphys, es algo temprano para la hora de la cena.  
—D-De hecho, no, e-es bastante tarde.  
—Es de noche, ¿verdad?  
—B-Bastante, y-ya todos se retiraron, a-además los informes…  
—Oh, mierda.  
Se dio con la mano en la cara antes de recoger todo y acomodarlo, si, ya tenía el informe desde la mañana, más eso solo hizo que se confiara con el horario, seguramente Asgore estaría preocupado por si paso algo malo y era un peligro que él viniera al laboratorio ya que absolutamente nadie podía prohibirle al rey bajar al sótano.  
No era un riesgo que estuviera dispuesto a correr.  
—¿N-Necesita ayuda d-doctor?  
—No, tengo la mayor parte y en cuanto a la magia de las almas, esta lo bastante fresco como para decirlo… —acomodó el papeleo —encárgate de su cena, es una sorpresa que no me merodearan por el hambre.  
—¡A-A la orden!  
Justo antes de irse cerró con llave el lugar donde residían las almas, podría ser un peligro dejar eso al alcance de las amalgamas. O de Alphys.  
Preparó todo y salió del laboratorio, pasando por el núcleo con cierta prisa, más cuando llego al inicio de New Home, optó por usar un atajo largo, solo por precaución, las veces que iba solía haber gente, testigos, pero por el horario en el que iba ahora, podría decirse que tenía una paranoica sensación de inseguridad.  
—¿Majestad? —tocó la puerta del castillo.  
Dio un ligero salto cuando la puerta se abrió de golpe para luego jalarlo dentro, Asgore lo veía de arriba abajo, asegurándose que todo estuviera bien.  
—¿Paso algo? ¿Estás bien?  
—No quería preocuparte Asgore, solo se me fue la hora… —suspira por lo bajo —el sótano no tiene las luces adaptables así que no me di cuenta de que ya era de noche.  
—Ah… —respiro aliviado —pensé que algo iba mal —le tomó suave del mentón, mirando de nuevo.  
—Por favor respire tranquilo, solo ha sido un retraso, le diré a mi asistente que me llame a la hora de los informes, intentare que no se repita.  
—Oh, la pequeña Alphys, bueno, confías mucho en ella.  
—Si… a veces demasiado. —Murmuró por lo bajo.  
—¿Qué?  
—No, nada.  
Una vez que Asgore se aseguró, por tercera vez, que su científico estaba en una pieza, pasaron a la parte del fondo a tomar un poco de té, claro que Gaster no iba a decirle que no había cenado, y quizá como efecto secundario, no tenía el más mínimo apetito después de estar mezclando diferentes cantidades de magia directamente en su alma, por más mal que sonara eso. Quizá indirectamente había encontrado una forma de alimentación, aunque dudaba que otros pudieran usar esa forma.  
—¿Ha habido algún avance?  
—¿Ah? Oh, no muchos, solo puedo tener ataques sorpresivos, no duran mucho, un par de minutos.  
—¿Hay algún efecto secundario?  
—No hasta el momento.  
Al menos no uno notorio.  
La charla giro en torno sobre todo a ello, quizá, con el debido cuidado, podría mantener la magia humana viva sin determinación en algún contenedor similar al de las almas y usarlo solo cuando hubiera un combate con un humano, pero eso significaría un riesgo dependiendo que tipo de monstruo lo usara, por el momento, solo un monstruo jefe no parecía tener un mal efecto, o quizá porque era un esqueleto. Gaster solo se deshizo de la idea de comprobar si era por esta segunda opción, ya que no quería involucrar a sus hijos en experimentos, no más de lo que ya había hecho con la investigación de los blasters.  
Esto era otro nivel de irresponsabilidad paterna que no quería cruzar.  
Luego de ver que todo estaba en orden, el esqueleto se despidió del rey, solo con algo de cariño, tal vez algo más intenso que un simple beso de despedida, realmente una gran parte de él quería quedarse después de estar un par de semanas lejos, más sabía que no era una opción hasta que los rumores sobre él se apaciguaran, o si tenían suerte algo más captaría la atención de los monstruos; momentos como ese eran los que maldecía que ese estúpido robot no fuera más popular para hacer que la gente se entretuviera con su sobrevalorada actuación.  
Asgore ya le había aclarado que no tenía problemas en esperar a sus celos, curiosamente si bien tenía un apetito sexual bastante alto era saludable, lo que hacía que pudiera controlarlo sin percances, ya lo había hecho por mucho tiempo; ahora, si bien él estaba completamente tranquilo, el estrés y el deseo del esqueleto no lo llevaba con la misma suerte, Gaster estaba demasiado confiado en que podría mantenerse tranquilo, incluso ocupando su mente en solo trabajar como siempre lo había hecho, sonaba como algo plausible para mantenerse bajo control.  
Cuando pasaron casi otros dos meses, ya no estaba tan seguro de sí mismo.  
De tanto en tanto, se descubría a sí mismo mirando demasiado la caja de juguetes, con sus piernas demasiado inquietas o con su cuerpo apareciendo en momentos en los que divagaba, incluso debía tener cuidado de que esto no ocurriera mientras estuviera fuera de su oficina, lo cual estaba empezando a ser un poco, quizá excesivamente, más difícil de lo que él esperaba, después de todo, él mismo se había puesto en ese mal hábito al exigirse demasiado cuando se preparaba para el celo de Asgore, aparte de algún que otro "repaso" incluso estando en pareja.  
No quería admitirlo, pero quizá la búsqueda del placer físico actualmente era mucho más fuerte de lo que podía controlar.  
Había llegado al punto de que era notorio a simple vista que estaba algo más que solo estresado, no tuvo ni que escucharlo a escondidas, directamente Monster Girl lo apartó gentilmente un momento cuando llego al laboratorio y le pregunto con discreción si todo estaba bien en su vida privada ya que lo veía bastante frustrado, prefirió no contestar sobre ello, más su reacción obviamente delato que no estaba pasándolo bien, hasta el punto de que incluso le dijo que ella podría tomar horas extras preparando sus informes para que pudiera tomarse un día libre aparte.  
Declino la oferta de forma amable, muerto de vergüenza por dentro.  
"Dios, contrólate, el celo de su majestad es a inicio del verano, solo tengo que… aguantar." Se regaño a sí mismo, como si eso sirviera de algo.  
Se dio unas firmes palmadas en los lados de la cara para espabilar, aun con las distracciones, había conseguido algunos avances con la magia humana, podía mantener una cantidad razonable fuera de las almas, manteniendo la unión de la determinación a ellos y cuando llegara el momento separarlos como agua y aceite, dando una magia limpia, pero de poca duración.  
Sin embargo, esto no era suficiente, la magia solo duraba unos pocos minutos de combate, al menos con él, que probó los blasters con Sans, con una duración de casi ocho minutos, más cuando pasaba ese tiempo, empezaba a drenar su magia y prácticamente podía terminar noqueado por ello o caer dormido si no se daba cuenta a tiempo de lo que ocurría.  
Observó uno de los recipientes más estables de magia, el rasgo de perseverancia que le daba una especie de veneno karmico, había descubierto que con aquellos que no tenían ningún pecado subiendo por su espalda, no recibía ninguna clase de daño, Papyrus no pudo contenerse a probar que hacían los huesos morados y para él fue una decepción que no hicieran "nada", más cuando él toco su propio ataque, recibió daño constante, se sintió como una quemadura que llegaba a su alma, además de una terrible sensación de culpa.  
Fue obvio deducir que pasaba ahí.  
Meditó un momento, el efecto podría no durar mucho sin el anclaje de la determinación, sin embargo, aún no se había atrevido probarlo todo junto.  
El mismo lo dijo, para todo progreso… hay que arriesgarse.  
—Bien, si tomo una dosis muy, muy baja, podría… ¿estar bien?  
Traqueteo con los dedos sobre la mesa, antes de suspirar nervioso, prepararía una dosis pequeña pero concentrada de lo que sería un cuarto de pipeta de lo que les dio a quienes se convirtieron en amalgamas, si quería podía arriesgarse a una entera o a más ya que vio con Undyne que un monstruo que no esté en estado terminal lo toleraba mucho mejor. Negó con la cabeza, un paso a la vez, si arriesgaba de golpe y no salía bien no podría salir del sótano nunca más o peor, tendría que confesar a Asgore lo que había pasado con sus experimentos.  
Luego de concentrar hasta el límite los rasgos fusionados, lo comprimió en una capsula del tamaño de una pastilla, recubierta por una gelatina vegetal resistente a la magia, que lo ayudaría a prepararse mentalmente a lo que iba a suceder en el momento que toda esa magia entrara en contacto con su alma.  
Miró la pastilla, inquieto y cerró con fuerza los ojos antes de ponerla en su boca.  
La mantuvo un rato jugando en su lengua mientras sentía que lentamente se disolvía, se llevó la mano a la cara, cubriendo su boca para que no saliera entre sus dientes la magia cuando la capsula expulso todo de un momento a otro esparciendo todo por dentro de su mandíbula y parte de sus vértebras, hasta ahora había inyectado los experimentos directo en su alma, pero eso no era posible con los demás, hizo el amago de tragar mientras asimilaba todo lo mejor que podía, lo único bueno era que solo sentía la sensación de querer escupirlo, más resistió ese impulso hasta sentir que su alma lo había aceptado.  
Bueno, tenía mucho en que trabajar, sobre todo ese efecto de querer devolverlo todo, quizá podría hacerlo menos potente la siguiente vez.  
A lo largo del día, estuvo probando una y otra vez ataques del tipo karmico, podía mantener una buena cantidad de tiempo el combate, más los blaster seguían siendo un problema, su duración solo se había extendido hasta los quince minutos que seguía siendo un tiempo corto que se reducía mucho más cuando invocaba varios para disparar a la vez, aunque si tenían suerte, una batalla a tiempo real no duraría tanto.  
Cuando notó los ruidos de las maquinas se detuvo, yendo a revisar lo que estaba monitoreado durante esa sesión de entrenamiento y experimentación, cuando las alarmas sonaban era que la magia de perseverancia se había acabado de nuevo. Las lecturas no eran muy buenas, no solo alteraban su magia, sino también su estamina, lo cual provocaba una somnolencia repentina.  
Por desgracia, eso no parecía tener solución.  
Respiró hondo, aún tenía otras seis pastillas para probar, teniendo como última una de determinación pura extraída de las seis almas, viendo que la primera no tuvo un efecto negativo instantáneo, probar el resto sería una opción factible, dentro de la teoría.  
Ahora… debía llevarlo a la práctica.  
Fue probando una por una, agregando la magia de cada rasgo cada día, temeroso de usar la última al final de la semana, mirando sus análisis todo estaba en orden, aunque no podía evitar esa especie de mal presentimiento, contando las dosis, tenía posiblemente una pipeta y media de determinación recorriendo su magia y la dosis final eran dos enteras concentradas, si bien seguía siendo menos de lo que Undyne tenía consumido, aún era muy peligroso. Después de pensarlo por más de una hora, dando vueltas y revisando una y otra vez los números y formulas, tomó nervioso aquella pastilla rojo escarlata para ponerla en su boca.  
No tardó mucho en arrepentirse de no seguir su instinto.  
Tosió inmediatamente apenas la capsula se deshizo en su boca en un intento de escupirlo, pero la determinación se había adherido inmediatamente al interior de su boca, podía sentir como un intenso y horrible calor iba bajando por sus vértebras, invadiendo lentamente su caja torácica y seguía todo el camino por el resto de sus huesos, era como si lo estuvieran quemando vivo.  
Como si estuviera derritiéndose de adentro hacía afuera.  
Aquello hizo saltar las alertas en las máquinas y también en él cuando su vista lentamente se estaba volviendo más borrosa y aquella sensación de calor pasaba a ser dolor, levantó las manos delante de él, en un intento fallido de ver si estaba teniendo los síntomas de las amalgamas. Las llevó torpe y bruscamente por el escritorio, llegando a su celular a duras penas, su memoria táctil y el poco autocontrol para no entrar en un ataque de pánico le ayudaron a marcar a Alphys.  
—Responde Alphys.  
Luego de escuchar el tono de llamada, todo se volvió negro.  
El dolor luego de lo que él sintió como semanas, finalmente fue disminuyendo, por otra parte la sensación de calor se mantenía, sobre todo por sitios fantasma, como si su cuerpo estuviera invocado de forma constante, lo que más le preocupaba era lo que "soñaba" de forma constante, todo completamente negro, con él en el centro con una especie de pantalla en negro también y botones donde uno aparecía completamente ilegible, mientras que el otro a la vista solo estaba escrito con una brillosa luz la palabra "continuar", a pesar de sus intentos de salir de ese sitio, siempre volvía al mismo punto, no sabía en que se había metido, sin embargo, estaba determinado a salir de ese lugar, así que finalmente termino por presionar el botón.  
Al momento de que su mano tuvo contacto con ello, abrió sus cuencas de golpe, siendo cegado con una fuerte luz blanca.  
—¡D-Doctor!  
—¡Ugh! —se llevó un brazo a la cara.  
—¡D-Doctor! Q-Que alivio…  
—¿Alphys…? ¿Dónde…? —Se sentó lentamente, aturdido.  
—E-Esta en la enfermería del laboratorio.  
— Dios, me siento… horrible, ¿cuánto tiempo…?  
—S-Solo unas horas doctor.  
—¿Horas…? —pregunto confundido, él sentía que fueron días, semanas o hasta más de un mes.  
—E-Escuché l-las sirenas d-del sótano desde el celular, así q-que fui enseguida a buscarlo c-cuando n-no respondía d-de ninguna forma.  
—Así que… llegue a llamar, —respiró aliviado —¿cómo está mi estado? ¿Tengo síntomas de amalgama?  
—N-No doctor, p-pero… d-debería ver bajo su ropa…  
Aquello confundió mucho al esqueleto, notó como su asistente se cubría los ojos y volteaba, como para darle una seudo privacidad; como ya estaba un poco más centrado, tomó su suéter y lo levantó hasta la altura de las costillas, dio un brinco de la sorpresa al notar su cuerpo, no como esqueleto, ni su magia manifestada de forma temporal, sino que un vientre blanco pálido opaco y sobre todo firme bajo su ropa, toco suave con los dedos, se sentía suave al tacto, tanto como piel, similar a la humana.  
Bajo la mirada y levantó la sábana que le cubría, para sentir su cara arder como no lo hacía en mucho tiempo, volvió a cubrirse por completo, intentando articular alguna oración razonable.  
—A… A-Alphys, ¿t-tú me examinaste?  
La pequeña lagarta dio un salto ante la pregunta aún sin voltear.  
—B-Bueno t-tal vez… ¡e-es decir! T-Tenía que a-asegurarme que no estuviera d-derritiéndose a-así que… p-puede que viera un poco de más… ¡n-no mucho! S-Solo i-intente llegar a su alma p-para estabilizarla ¡lo juro!  
—Entiendo eso, no te estoy acusando de nada.  
—E-Entonces… ¿q-qué le ha pasado?  
—Ah… tomé la determinación concentrada que había dejado apartada y parece que tuvo el efecto de mutación y fundición en lugar de deformación y disolución como con ellos.  
—E-Eso he notado… a-al menos ya no está rojo…  
—¿Rojo? —lo mire curioso  
—A-Ah si, c-cuando lo levante e-estaba recubierto de rojo la m-mayor parte del cuerpo…  
—Entiendo, la dosis debió ser demasiado… pero de alguna forma, lo he asimilado.  
Revisó otras partes de su cuerpo, sus manos por alguna razón no habían perdido los huecos, pero si la vista de sus articulaciones en los dedos y podía moverlos perfectamente, así que probablemente tenía una fina capa de piel, incluso el tacto se sentía diferente. De todos modos, había algo por la zona de su cintura que le preocupaba más que el resto.  
—D-Doctor ¿e-esta todo bien?  
—Se puede decir, de todos modos, preferiría inspeccionarme por mi cuenta, iré a mi oficina, si aún queda alguien, no lo quiero molestando a menos que sea de vida o muerte, ¿quedo claro?  
—C-Como usted diga d-doctor.  
Se levantó con cuidado una vez que Alphys se retiró de la enfermería, miró su abrigo largo colgado en una percha cercana, lo recogió y se lo puso bien cerrado antes de caminar despacio hasta su oficina, incluso la sensación de sus pies en el suelo era distinta, aunque podía decir que su peso no era demasiado diferente anterior, quizá por ello Alphys pudo cargarlo sin problemas.  
Cerró detrás de él, yendo a ver si aún conservaba el espejo retirado del sótano, hacía tanto que lo tenía guardado que realmente no recordaba en primer lugar porque estaba ahí, quizá en otro momento su memoria le daría la respuesta, ahora mismo era bastante conveniente. Le limpió el polvo y lo colocó contra una pared libre, midiendo que se viera el cuerpo completo.  
—Ahh, estos cambios, veamos que ha pasado…  
Dejo el abrigo a un lado y procedió a sacarse el suéter, ahora todo su ser estaba cubierto, aunque tenía marcas negras en el pecho, donde una vez estuvieron los espacios entre sus costillas, lo mismo sucedía en sus antebrazos, había una especie de línea negra gruesa donde una vez era hueco, suponía que pasaba lo mismo con sus piernas, probablemente. Llevó sus manos a la altura de su cuello, si, ahora tenía uno, ya no eran solo sus vertebras sosteniendo su cabeza, se volteó un poco solo para asegurarse que la marca no había desaparecido y por suerte, esta se había adaptado a sus modificaciones involuntarias.  
Se quejo por lo bajo y respiró hondo, solo faltaba ver la parte inferior, y claro que tendría que cambiar de guardarropa si estos cambios eran permanentes, maldijo en su tipografía después de mucho tiempo, mientras se deshacía de la parte inferior, dejando solo la ropa interior, que tampoco era de su nueva talla.  
Iba a ser muy, realmente muy problemático que aquello de delante no se notara como antes.  
Sin contar que el roce de la tela apretada podría ser molesto y otros problemas que tendría a futuro de olvidarse que ahora tenía más donde golpearse; suspiró con fastidio mientras se miraba al espejo, no podía decir que el cambio no era desfavorable en el aspecto práctico, pero debía admitir que también podía tener su lado bueno, quizá con suficiente dedicación podría tener algún beneficio.  
—¿Doctor Gaster?  
Sintió como una corriente helada recorría su espalda, antes de tomar su abrigo y cubrirse con él.  
—¡¿M-Majestad?!  
—Oh, ¿está todo bien? —asomó la cabeza por la puerta.  
—¡S-Si! T-Todo en orden majestad.  
Asgore si algo había aprendido, era que Gaster mentía terriblemente mal cuando algo pasaba, sobre todo cuando le afectaban a él de alguna forma, miró un poco alrededor de la oficina notando la ropa puesta a un lado en la silla, si no fuera por la marca, podría pensar cualquier otra cosa. Paso a la habitación y cerró con llave la puerta.  
—Ah, —suspira —¿qué tal si me dices que paso?  
Dicho esto, se acercó hasta el sillón y se sentó en él, invitándolo a venir a su lado. El científico lo miró nervioso antes de acercarse y sentarse un poco alejado, cubriendo todo con el abrigo largo, desde su cuello hasta sus piernas, que para desgracia ahora podía sentir temperatura con más facilidad, así que no podría estar cubierto mucho tiempo.  
—¿P-Por qué ha venido su majestad?  
—¿No has visto la hora?  
—Ah… no, se me ha pasado de nuevo los informes ¿verdad?  
—Eso mismo, —lo miró un momento —ah, Dings, ¿qué pasa? Estas mucho más nervioso de lo habitual, ¿qué tan grave es?  
El esqueleto, si aún se podía considerar eso, desvió la mirada nerviosamente, claro que no iba a poder ocultarle algo así por demasiado tiempo, mucho menos cuando el celo de Asgore estaba a la vuelta de la esquina, apretó el abrigo entre sus dedos, después de unos minutos de silencio se resignó a contarle, terminó por mirarlo entre preocupado y algo apenado.  
—Puede que no le guste mucho…  
Lentamente abrió el abrigo y lo deslizo por sus hombros.  
---------------------------------------------------
Parte 30
Parte 32
5 notes · View notes
yinnydegoxs · 6 months
Text
¿Amor o amistad? Parte 30
El científico se quedó mirando un momento su situación, intentando adivinar que estaba suponiendo su rey, probablemente iba por el camino correcto mientras más cambiaba su expresión, se encogió de hombros, sin embargo, mantuvo la mirada más firme posible, necesitaba su autorización, aún si tenía que pelear por ella.
—Dios, no, no puedo permitirlo —se llevó una mano a la cara —no voy a dejar que uses la magia de las almas humanas.
—¡Pero majestad…!
—Ya has tenido algunas oportunidades de mencionarlo y siempre obtuviste la misma respuesta.
—No, no siempre…
El rey soltó una flama a un lado.
—Lo de Undyne no cuenta, ¡fue una situación de vida o muerte!
—¡Esto a futuro también lo será y podría ser mortal en el combate!
—¿Y a quién pondrás en peligro para esto? ¡No puedo dejarte hacer esto con el pueblo incluso si se ofrecen de voluntarios!
Gaster solo apretó los puños, frustrado.
—¡Entonces lo haré sobre mí mismo!
Asgore dio un salto en el lugar, mirándolo con sorpresa y perplejo ante la peligrosa idea de jugar con la magia humana sobre el mismo, mantuvo su vista fija en el esqueleto, pero este lejos de acobardar la mirada, la mantenía firme, entre decidido y tal vez molesto. Negó con la cabeza, habían probado la magia humana en los pobres monstruos caídos y ellos solo tuvieron una falsa esperanza de que funcionó por unos días, para décadas después apostarlo todo con Undyne.
Fue un milagro que saliera bien.
—Olvida esa idea, —respiró hondo.
—No lo haré, ¡no pienso volver a perder a más gente la siguiente vez!
—¡No puedes experimentar contigo la magia de las almas! ¡Tú mismo me dijiste que es magia inestable e impredecible! Si se ve a un humano iré directamente a la puerta de las ruinas.
—¿Y qué haremos si las cosas terminan de la peor forma? Si de por si los humanos son fuertes, ¡¿qué hará uno con un alma de monstruo jefe?!
—¡Pasara lo mismo si tú intervienes!
—¡No si tengo algo que ellos no esperan!
—Dios, no hay garantía de que esto salga bien.
—Asgore. —Mantuvo su vista fija —entiende que todo progreso requiere arriesgarse.
—Entiendo eso ¡aun así…!
—Soy uno de los monstruos con más barra de vida del subsuelo y con buena defensa, tengo un manejo muy estable con la magia la mayor parte del tiempo, incluso con la propia determinación y si las cosas no salen bien, sobreviviré.
El rey apretó con fuerza las manos, alzó una y lo atrajo de un jalón del brazo hacía él, abrazándolo fuerte, haciendo que el esqueleto perdiera por completo la compostura.
—Nada me asegura que no pueda perderte… —hundió la cara en su hombro.
Gaster respiró hondo, calmando un poco su estado de ánimo antes de devolverle el abrazo, no había pensado en ello, de que si aquello terminaba mucho peor de lo que calculaba y dejaba solo a Asgore, ahora que lo tenía en mente, eso podría ser un golpe que él no podría superar otra vez, perder a otro ser querido sin poder hacer nada para evitarlo.
Aun así, estaba determinado.
—Asgore, sobreviví a la guerra, a la escasez, a la construcción del núcleo, a muchos experimentos, a tener hijos, al terremoto junto con una tonelada de acero cayendo encima de mí y al sexto humano con un arma que nunca vimos… ten por seguro que no moriré con esto, no voy a dejarte solo.
—¿Lo prometes? —Murmuró por lo bajo.
—Lo prometo Asgore, —enredó los dedos de una mano en su cabello —soy demasiado terco para morir, ¿lo sabe verdad?
—Ah, —no pudo evitar reír por lo bajo —dios, puedo dar fe de ello.
Asgore suspiro pesadamente antes de separarse despacio, tal como las armas, la idea del progreso en hacer daño a otros no era algo que le gustara en lo más mínimo, aun así, estaba consciente que no podía detenerlo, conociendo a su esqueleto, probablemente se las arreglaría para experimentar en secreto, como paso con su primer niño y supo del segundo cuando ya estaba en gestación.
—¿Entonces…?
—Ah, tú ganas —cerró los ojos —solo te pido que seas muy cuidadoso, más de lo que piensas que serás.
—Lo seré su majestad, entiendo en que me estoy metiendo.
—Rezo que lo entiendas.
Gaster solo suspiro, claro que sabía muy bien en que se estaba metiendo y por supuesto que sabía que la muerte no era el peor resultado posible, aquellos semi monstruos en el sótano del laboratorio eran una prueba viviente de que hay algo peor esperándolo si llega a fallar.
—Volviendo al tema anterior a esto… ¿seguro que no puedo tener días autorizados para mandarlos a colgar encima de la lava para reparaciones peligrosas pero necesarias?
—Dings no tientes tu suerte.
—Solo digo… o podría tal vez, no sé, pedirle una mano a Undyne para, ya sabe, quizá mantenerlos en forma por cualquier… imprevisto.
—Dime que no le has mostrado a Undyne la grabación.
—Llegas dos meses tarde Asgore.
—Oh dios, ¿cómo es que no vino a decirme nada?
—Porque escucho la cinta completa, pero claro, si termino el castigo antes seguro que estará molesta conmigo, así que pensé en este tiempo que quizá ella… podría venir mis días libres…
—Oh, ya lo hizo alguna vez, ¿verdad?
—Tal vez, no le puedo asegurar nada —miró a otro lado un momento, evitando sonreír siniestro —pero podría ser una buena oportunidad para ellos Asgore, es decir, vendría muy bien que los mantuviera en forma, ¿no le parece?
—No puedo negar que tienes un punto, aun así, ¿Undyne no sería demasiado estricta?
—Supongo, es la capitana después de todo —finge meditar —¿pero no sería mejor? Digo, aprenderían a cerrar la maldita boca en el trabajo sobre mí y de Alphys y probablemente no tendrían tiempo de denigrar a otros mientras están bajo el ojo de halcón de Undyne.
—Cielos, sabía que seguías molesto —lo mira y suspira —¿terminaras el castigo antes si Undyne va en tus días libres a vigilar, y quizá, entrenarlos voluntariamente?
—Si, lo cortare a final de mes, si ella puede venir ya sea en todos mis días libres o por lo menos cuando yo la llame y esté disponible.
—Ah, no puedo creer que voy a dejarte hacer esto —se lleva la mano a la cara —por favor, no los estreses tanto, ¿de acuerdo?
—Como digas Asgore. —No pudo evitar sonreír como villano esta vez.
Luego de aquello, las cosas se fueron enfriando, hablando de cosas más cotidianas; cuando se hizo tarde Asgore no tenía intención de dejarlo ir, aun cuando el celo del esqueleto fue hace relativamente poco tiempo, le gustaba ponerlo de humor acorralándolo contra la pared, después de todo su libido se dejaba ver muy fácil, era divertido ver sus reacciones.
Y para qué negarlo, adoraba verlo vulnerable solo con él.
El científico camino a paso lento por la mañana, yendo a casa después de tener una noche con el rey, aunque la conversación posterior a eso no le gustó tanto, antes de irse, ambos decidieron de forma resignada que deberían expandir el tiempo de sus encuentros, no por gusto de ninguno, solo sería hasta que el resto de los monstruos encontraran un nuevo chisme con el cual entretenerse.
Ahora, él realmente estaba confiado con ello, no es que no tuviera cosas en que pensar mientras tanto, aunque no podía negar que era molesto no poder estar con Asgore su noche libre después del trabajo o en alguna escapada para una cita confidencial, pero lo superaría sin mucho problema.
Cuando llego a su hogar, el resto de los habitantes de la casa ya no se encontraban dentro, exceptuando la roca mascota de Papyrus que seguía recubierta de confeti de colores, suspiró, realmente le debía una a Sans por esto de conseguirle algo que el menor no pudiese matar con sus comidas, ni que muriera por causas naturales.
Subió por las escaleras para meterse al cuarto, quizá entrenaría un poco por la tarde y ya iría teorizando las medidas de magia antes de tenerlas a disposición, era magia ilimitada, pero con periodos de carga bastante largos, así que era mejor desperdiciar lo mínimo. Tal vez no debía mostrarle este proyecto a su primogénito, es decir, no sería el primer secreto que le guarda, solo no sería divertido cuando él lo supiera más tarde, como cuando se enteró de que iba a ser hermano mayor; amo a Papyrus desde el primer momento, pero no quitaba estuviera enojado una larga, realmente larga temporada.
Miró un momento su celular, ya era tarde para decirle a Undyne que fuera, aparte de que Asgore sugirió gentilmente que no la hiciera ir hasta que terminara el primer castigo, no le gustaba mucho eso, pero era lo justo, así que a regañadientes termino aceptando su petición. Decidió dejarlo lejos de sus manos para no tener la tentación.
Cuando se quiso dar cuenta, las luces del exterior estaban comenzando a ponerse tenues y titilaban como advertencia, lo que daba un indicio de que podría ser por la tarde fuera de la montaña, rejunto sus estudios y los puso en el cajón con llave antes de levantarse, después de horas, a estirar sus huesos, sintió una sensación de hambre bastante fuerte ahora que se había desconcentrado, se había saltado el almuerzo y merienda, ni siquiera se tomó un descanso para hacer aunque sea un pobre té de saco.
—Cielos, si su majestad se entera…
Se frotó las cuencas antes de tomar su abrigo y billetera para ir a una rápida comida al bar, antes de salir también reviso su cuello, si bien la gente "sabía" de su marca, ningún monstruo que escucho eso salido del laboratorio tenía como confirmarlo a ciencia cierta y no les daría la oportunidad de hacerlo tampoco.
Salió de la casa y fue directamente al bar, por desgracia en ese horario si era probable que se encontrara con monstruos; respiró hondo antes de abrir la puerta del local y pasar, todos parecían estar en sus propias conversaciones, reuniones de amigos o simplemente jugando o bebiendo hasta el hartazgo, paso entre los canes de Snowdin hasta llegar a la barra y poder sentarse en el taburete.
—Estas mucho más temprano de lo usual.
—Digamos que mi apetito no pudo esperar un par de horas más.
—Lo bueno es que podrás elegir tu comida para variar en lugar de tomar lo que quedo de sobra al final del día.
—Pff, es un milagro.
Tomó el menú plastificado de la barra, podría estar bien para variar pedirse cosas que no solía encontrar, las alas de pollo junto con las varillas de queso fundido era algo que nunca podía llegar a pedir debido a que eran muy populares a la hora de la cena, también prefirió pedir una bebida dulce sin alcohol para evitar soltar la lengua con tanta gente presente, además de un postre de tarta de queso con mermelada por encima como decoración, muy rara vez podía saborear una de esas como sobrante en la hora de cierre.
Grillby simplemente anoto su orden y volteo para preparar su pedido.
—Hey G.
—Oh, —ni siquiera necesitaba voltear —debí suponer que vendrías, adivino ¿tu cuarto descanso?
—Sexto, es mi tercer descanso de mi segundo turno.
—Sinceramente ya no me sorprende. —Suspiró, bueno, dentro de todo, hacía su trabajo.
—¿A qué viene que salieras de la cueva?
—Si te refieres a que, porque no estoy escribiendo nuevas fórmulas en mi cuarto, es simplemente que el hambre fue más fuerte.
—Es sorprendente ver cuanto comes siendo un esqueleto. —Mirando la orden.
—¿Perdona? ¿Me lo dice el que se vacía entre cinco y diez potes de kétchup de cuatrocientos gramos en un día? Y no hablemos de los sobres, Papyrus odia cuando encuentra demasiados.
—¿Tanto como odia tu café instantáneo escondido meticulosamente en la repisa de en medio?
—Odia menos eso que tus calcetines tirados por cualquier lado, aún sigue en huelga de levantar el que está al lado de nuestro sillón.
—Oh sí, debería poner un post-it nuevo hoy.
—Algo como, "nope, bro." En respuesta a lo de que recojas tu ropa.
—Bueno G, por algo eres un genio.
Iba a decir algo más pero su viejo amigo le sirvió su pedido, así que desvió completamente su atención a la comida recién hecha de inmediato.
Pudo ver de reojo como traían unas papas fritas en bandeja para su hijo mayor, que no duraron más de diez segundos de su color amarillo brilloso por el aceite a ser de un rojo industrial del kétchup que vertió sobre ello. Suspiró, siempre quiso entender porque ese vicio con aquel condimento era tan obsesivo con Sans, pero pensando un poco, Papyrus tenía una clara obsesión con los espaguetis y él tenía un claro problema con el café, el ron dulce y a veces con el whisky si no había de lo segundo así que, ¿qué podía decirle al respecto?
Quizá por ello Papyrus se quejaba, pero nunca hacía nada por quitarle nada.
Miró un poco por detrás suyo, muy de reojo cuando se sentía observado, ahora tenía la venda y además su abrigo de cuello alto, así que no había mucho que pudieran sacar de él, intento comer en paz su postre, al menos esperaba poder disfrutarlo ya que muy rara vez tenía la oportunidad de ponerle las manos encima a una rebanada. La sensación cremosa en su boca lo tranquilizo casi al momento, de verdad necesitaba desestresarse y dejar de ver u oír que hablaban a su alrededor, se volvería loco si continuaba estúpida e innecesariamente paranoico.
Incluso si confirmaban su marca, a lo mucho la guardia real se enteraría de quien era y Undyne y Asgore se encargarían de mantenerlos con la boca cerrada.
Terminó finalmente de comer, soltando un suspiro de alivio cuando solo quedaban uno o dos monstruos aparte de su niño, prefirió hacer oídos sordos a lo que fuera que estuvieran hablando o discutiendo, los borrachos normalmente son solo habladurías de la vida, divagaciones o sueños no cumplidos y él sabía eso de sobra.
Una vez salieron todos, Grillby se acercó a la puerta para cambiar de lado el letrero y cerrar las cortinas, mientras iba de paso por las mesas, recogiendo los platos que no fueron devueltos.
—Hey G, ¿es verdad no?
—No tengo idea de que hablas.
—Oh, sé que lo sabes.
Dicho aquello se señaló el cuello mientras lo miraba de manera seria, aún con su eterna sonrisa en la cara, el mayor no pudo evitar llevarse la mano a la zona de la marca, donde ahora tenía una ligera hendidura de la marca de los colmillos de Asgore.
—¿Escuchaste lo mismo que Papyrus?
—Sep, la marca de pareja, todos los centinelas lo están cuchicheando por Snowdin —volteó un momento a la puerta —es de Asgore ¿verdad?
—Ugh —sintió su cara arder —b-bueno… si, él me marco. —murmuró inquieto de responder.
—Heh, lo sabía.
—A… ¿A qué viene preguntarme de repente sobre eso?
—Bueno, lo dicho, todos aquí andan preguntándose quien es el "desgraciado" que te marco, corren rumores de que alguien te obligo.
—¡¿Qué?! —lo miró entre sorprendido e impactado.
—Bueno G, eres un ratón de biblioteca, estrictamente cerrado, con un historial de acoso y esos momentos que dijiste que no controlas tu magia parecen saberlo bastantes monstruos.
—¡¿Quién demonios les dijo eso?!
—Jack.
El cantinero termino por romper en su mano una copa de vino al oír ese nombre a la vez que sus flamas de avivaban con fiereza, mientras que Gaster parecía intentar procesar lo que acababa de escuchar, dos partes de eso era información confidencial no mencionada al pueblo por razones de su propia seguridad y solo unos pocos monstruos sabían de esos detalles, sin contar a Sans, solo cuatro monstruos tenían esos datos, uno de ellos ahora recogiendo pedazos de vidrio del suelo.
—¿Estás de maldita broma?
—Me gustaría decir que sí, pero hasta yo tengo mis límites con mis chistes viejo. Y esto está fuera de mis límites.
—¡¿Cómo es que él sabe de mis momentos débiles?!
—No tengo idea, quizá lo supuso o lo invento.
Se mordió el pulgar, claro que ese desgraciado sabía de sobra que era fácil de acosar, lo estuvo haciendo más de un maldito año y Asgore fue quien le puso fin a ello, no él, además su celo, aunque no supiera que lo estaba, era claro que sabía lo peligroso del asunto, que no podía usar magia libremente en esos momentos y que claramente era vulnerable a cualquier abuso.
¿Qué tan malditamente obsesionado estaba con él?
—Dios, debí decirle a su majestad que lo ejecutara cuando tuve oportunidad.
—Bueno, ese barco ya zarpó ¿no?
—Eso me temo, lo malo de esto es que esa clase de rumores pueden meter en problemas a su majestad o a los dos en el peor de los casos.
—Podría pedir un par de favores a unos amigos en Hotland para que deje de esparcir estupideces tan acertadas. —Grillby lo miró sombrío, no estaba contento con la situación.
—En otro momento habría dicho que no, pero me lo estoy planteando seriamente.
—No sé si vale la pena doc., lo viene diciendo hace rato, más nadie le creía hasta que supieron de tu marca, algunos que tienen mal historial con ello pensaron que fue él y le dieron una golpiza en grupo, o eso oí.
—¿En qué momento…?
—Quizá hace como… ¿dos meses? Quizá un poco más, la guardia real tuvo que separarlo de la turba enfurecida mientras negaba todo tipo de acusaciones.
—Así que fue a él uh, llegó el rumor con los guardias que tuvieron que parar un apedreamiento a alguien, lástima, debieron dejar que siguiera. —Tomó los platos de la barra, intentando no romperlos también.
—Bueno, zanjaría el problema entonces…
—Oh, no lo creas, dicen que anda por las sombras de New Home, intentando averiguar que monstruo "supuestamente" te marco, ya que no te quitas eso en público.
—Oh, la venda, sí, prefiero no confirmarle nada a nadie.
—Aconsejaría que no te la quites doc.
—No es como si quisiera hacerlo, fue accidental cuando olvide ponérmela antes de aparecer en el laboratorio.
Suspiró por lo bajo, tendría que ir con más cuidado por la zona de New Home, y tal vez más cuidadoso cuando se quedaba demasiado después de los informes, aunque arreglaron no verse tanto, a veces se quedaba más de la cuenta. Si ese estúpido gato estaba tan malditamente obsesionado, entonces tarde o temprano notaría ese patrón y no quería más rumores acertados de su persona o que empezara rumores con Asgore.
Quizá sería buena idea informarlo.
—Supongo que le dirás al rey de esto.
—Debería antes de que escale más, supongo que le diré a los guardias que le den aviso a Asgore de esto… —se llevó una mano la cara —Grill, dame un trago.
—Ya estabas tardando.
El resto de la noche no hubo mucho más que hablar.
Regreso al trabajo temprano en la mañana, tal vez aún con un mal sabor de boca, sobre todo porque decidió solo tomar un trago e irse del bar, no quería tener una mala discusión resacoso con Papyrus por pasarse con la bebida; respiró hondo mientras entraba al laboratorio, llevando sus pasos directamente al área de descanso para tomar un café, o directamente comerse los granos para calmar su ira.
Miró con molestia su celular, al final optó por decirle a los guardias de la entrada de Hotland que avisaran al rey de que necesitaban hablar y era mejor que él se moviera, más que nada por cuestiones de privacidad y seguridad propia.
Podría haberle dicho a Undyne, pero ella haría un desastre, prefería que fuera más discreto.
—¿D-Doctor Gaster?
—Ah, Alphys… ¿cómo ha ido ayer?
—O-Oh, t-todo en orden, aunque han intentado colarse e-en el área de descanso un par de veces.
—Bueno, eso no me sorprende sinceramente —se lleva una mano al mentón —supongo que retirare antes el castigo… con una condición —sonrió algo siniestro.
Alphys a pesar de la curiosidad, prefería no saber que cruzaba por la mente de su jefe.
El científico decidió mejor encerrarse hasta que el rey llegara, todas las cosas se habían acumulado, entre el permiso para experimentar con las almas, los blasters, la modificación del castigo y ahora los rumores que más que eso eran verdades mal contadas, todo lo estaba empezando a estresar, y trabajar de esa forma no traía nada bueno; respiro hondo para calmarse un momento, mientras más lo pensara, peor lo pasaría, así que solo seguiría su día como siempre o al menos lo intentaría.
Escuchó más por la tarde el golpeteo en la puerta.
—Doctor.
—Está abierto su majestad.
Dicho aquello, el rey paso a la oficina, cerrando detrás.
—Me sorprendió que me pidieras venir.
—Siento molestarle su majestad, solo… me entere de algo que podría considerarse "peligroso."
—Algo que ver con las almas.
—Oh, no, es un tema… personal, sobre esto —se señala el cuello.
—Oh… —lo miró preocupado —¿qué ha pasado?
—Parece que Jack está tentando mucho, muchísimo su suerte —gruñe por lo bajo.
Asgore al oír ese nombre no pudo evitar hacer una mueca de fastidio y molestia.
—¿Qué hizo esta vez?
—Esparcir rumores, rumores demasiado acertados —se levanta de su silla, llevando la mano a la cara —ahora todos saben que soy "fácil" de acosar e indirectamente de los síntomas de mi celo.
—Dios mío, ¿desde cuándo?
—Sans me contó que viene pasando hace un tiempo, supongo que no me dijo nada porque nadie lo tomaba muy en serio… —juega con los dedos sobre la venda —y esparcir rumores no es un crimen… a menos que quiera encarcelar —o ejecutar —a medio pueblo.
—Ah, sé que no, pero las calumnias o la distribución de datos confidenciales si lo son.
—Lo malo su majestad, es que seguramente si lo encarcela u… otra cosa peor, solo sería hacer que arda más el fuego, por desgracia, ambas cosas que ha dicho son relativamente ciertas y las miradas podrían fijarse en nosotros en una muy mala situación.
—Bueno, en cierto punto es cierto, pero de todos modos debería encargarme de él, de nuevo.
—Ponerlo en la lista negra de nuevo supongo, encerrarlo si continua… aunque siendo sincero, quiero estrangularlo personalmente.
—Entiendo tu frustración Dings, pero no quiero llegar a eso.
—Supongo que es demasiado.
—Mejor solo… ah dios, nunca pensé decirlo, solo concéntrate en tu trabajo, traje las almas con una escolta así que ya puedes usarlas como te parezca mejor.
—Oh, eso me viene bien, necesito centrarme antes que me dé un maldito ataque con esto de Jack.
—También Dings puedo pedir que te escolten si sientes que es necesario.
—Estaré bien su majestad… sin embargo, lo tendré en mente.
----------------------------------------------
Parte 29
Parte 31
4 notes · View notes
yinnydegoxs · 6 months
Text
How to Write Compelling Character Backstories: Step-by-Step Guide
Hello, everyone! Happy Day! Hopefully everyone is ready for the weekend!
I don’t have much of an intro so, let’s get to it.
What Is a Character Backstory?
A backstory is a comprehensive overview of a character’s history that extends beyond the story in which the character appears.
Devising backstories is a crucial part of character creation since a character’s background will inform the action of the main narrative.
Writing character backstories can be part of the worldbuilding process. It’s a way to create fully formed characters who resemble real people with nuanced personality traits.
How to Write Compelling Backstories for Your Characters
Backstories are essential to creating memorable, authentic characters in your writing. Here are some tips to help you write compelling backstories:
Build a timeline of your character’s life events. Plotting out the key events in your character’s past can help you better understand your character’s personality and point of view. What were they like at a young age? What was their high school experience like? Did they have a best friend? When was the first time they fell in love? Continue plotting out these key events until you reach the present day. Not only will this exercise help you better understand your character’s thoughts, personality, and quirks, it will also give you a bird’s eye view of the formative events in your character’s life.
Make sure backstory details are relevant. When writing backstory for a new character, it can be tempting to include every bit of personal history that seems funny or interesting. However, focus on backstory that directly informs the plot points and conflicts that your character experiences in the main story. For example, if your main character’s best friend dies in your novel or short story, backstory that explains the depth of their friendship will deepen the emotional stakes. On the other hand, backstory that explores your character’s favorite food or an adventuring trip they took with their parents will feel like a waste of time, since it does not connect to your character’s present emotional reality.
Draw inspiration from real life. Writing a believable character backstory can be difficult. That’s why it’s helpful to draw inspiration from real life. Think about the way you recount formative events in your own life. Pay attention to the way your friends and loved ones tell stories. Read biographies of celebrities, politicians, or historical figures to understand the important episodes that shaped their lives. Taking note of real peoples’ backstories will make your character’s backstory seem all the more authentic and genuine.
Show, don’t tell. When weaving details from your character’s backstory into the text of your novel or short story, it’s important to avoid info-dumps. Too much backstory at once can cause the reader to become bored, which is why it’s important to vary the way in which a character’s past is revealed. Show, don’t tell is a writing technique in which a character’s personal history is revealed through actions, sensory details, or emotions. In other words, the author attempts to “show you” what happened rather than simply telling you what happened. Revealing your main character’s past life through tangible details and flashbacks can help the reader gain insight into the character’s background without relying on info-dumping.
Don’t overload your first chapter with backstory. When writing the first draft of a novel, it can be tempting to try to get all of your character’s backstory out of the way at the beginning. However, frontloading your novel with backstory and exposition will likely cause the reader to get bored since backstory often gets in the way of plotting, conflict, and organic character development. Try to spread out your backstory over the course of the whole story, deploying information as it becomes relevant to that character’s current situation.
There you have it folks, a quick and short post! Have a wonderful day everyone!
Please like, comment, reblog and follow!
2K notes · View notes