Tumgik
do-ut-des · 7 years
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Las verdades que hoy silenciamos, son semillas que germinarán mañana, dando frutos amargos, a la aparente felicidad que  vivimos hoy.
Vida
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do-ut-des · 7 years
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Que la vida de paz a esos hombres que caminan con el corazón disfrazado de razón.
Vida
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do-ut-des · 7 years
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El eros entre la delgada línea del compadecer y admirar.
Vida
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do-ut-des · 7 years
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-En cierta forma - Las tristezas son lágrimas de un alma que ya no quiere no vivir, sino que exige vivir...
Vida
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do-ut-des · 7 years
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Parece, que las rubricas actuales para una "vida feliz" en "pareja", dictan: Para estar feliz con el príncipe en el castillo, tenga en el bosque a su lobo feroz...
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do-ut-des · 7 years
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Tremenda falacia: "la tierra es de quien la trabaja" o llega otro y se come los frutos o la tierra se va....
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do-ut-des · 7 years
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Carta de la abuela
Comparto la carta que mi abuela me hizo llegar esta noche, ante una de mis tantas crisis de amor.
 Para mi querido nieto:
No me preguntes porqué te escribo, no, no me preguntes para qué te escribo, sólo es por si sí, por si no, por si acaso,  solo deseo hacerlo y espero lo puedas leer con calma y atención.
Como buena loca tengo que poner un antecedente, el cuál es algo que tu generación,  - bueno muchas generaciones - no entienden: “el amor en gratuidad”, los seres humanos trastocan ese hermoso término y lo convierten en algo pueril y carente de un sentido de trascendencia y simultáneamente contaminan con patologías la esencia más íntima y veraz de este término.
Partiendo de este antecedente;  te escribo con un amor profundo, el cual no deseo que lo ancles en una terminología de ser tu abuela, o un alguien cercano a ti, sino un amor que desea abrasarte – no, no está mal escrito – con vehemencia y ayudarte, si es posible, a dejar tu berrinche afectivo infantil.
Ya hace rato al escuchar tus lloriqueos te tire el primer royo – diría tu generación - y no voy a retomarlo, sólo voy a ampliar un poco la información, y parto de este argumento, “¡sino te enamoras ahora!, ¡sino pierdes el control ahora!, ¡sino te das el permiso de perder la respiración ahora!, ¡sino te dejas impactar por un alguien!  ¡CUÁNDO VA A SER!”. ¿Cuándo vas a permitirte romper esas mascaras que tanto te atan a tener que mostrar? y vas a empezar a sentirte, para sentir. ¡Dime! ¡qué sentido tiene toda la vida estar fingiendo ser un algo que en realidad no eres!; ¡qué sentido tiene cargar tantas responsabilidades!, ¡qué dirán los demás!, demostrar al otro que soy más que él, etc… si no es para tener un alguien en quien descansar, alguien con el quien simplemente ser… y mostrarte tal cual eres.
Sabes no conozco a esta persona de la que me hablaste, y no le estoy echando porras ni nada por el estilo,a quien le estoy le estoy hablando y a quien conozco (algo) es a ti… No sé si esta persona sea ideal para ti… pero vas a dejar que el tiempo, el ansia de poder y de poseer, de demostrar, de triunfar ¡de!, ¡de!, ¡de!… arruinen un absurdo y/o eterno momento de felicidad, sólo por mantenerte en una postura de la cual ni siquiera sabes su origen… ¡es neta! – lo siento quería sentirme joven-  repito ¡es neta! que te vas a dejar arrastrar por esa corriente contaminadora y antihumana….
Sí ok, sé de las sendas del miedo … de las bajas autoestimas… de las inseguridades…. – cosas lamentablemente sembradas en el corazón de tu generación –Pero sé que si no te das permiso ahora, es un algo que vas a ir arrastrando… día a día. Créeme mi amor,  todo el tiempo – aquí en la cocina desde donde ahora te dirijo estas palabras – escucho y convivo con esos monstruos que las personitas mantienen en su cabeza; todos los días veo en ellos el dolor, el resentimiento, el hubiera, el ya no puedo, el ya no quiero…  pero al mismo tiempo casi todo pende del hilo más frágil que los humanos tenemos… ¡nuestra necesidad de ser amados!, contrarrestado con el pánico a ser frágiles; queremos tanto amar, pero amar desde nuestra fortaleza porque nos da terror que conozcan nuestra miseria… y eso… eso no es amor, tenemos tantas ganas de ser amados pero sin poner y exponer un gramo el corazón. Porque exhibir el corazón significa arriesgarme a encariñarme con el otro, y lo único que quiero es que me amen, pero no atreverme a amar, porque atreverme a amar significa involucrarme con el otro – y haberlo hecho antes para conmigo –, aprender a quererle, a vincularme en su vida aceptándole tal cual es; pero no, prefiero montarme en mi argumento de fortaleza por si tengo que huir – porque soy un cobarde –  mejor no le amo… porque así podré irme más fácil.
A donde voy con todo esto te preguntarás… es fácil, ni yo misma lo sé, tu ruido es mucho como para intentar poner silencio… pero, lo que sí tengo claro es que desde ese amor que profeso por ti – que igual y cuesta trabajo entender, y no deseo que lo entiendas – ¡deseo para ti felicidad!, sea un minuto, una hora, un día, un mes, un año, una eternidad, ¡pero que te atrevas a ser feliz por ti y para ti!… deja de tener miedo a involucrarte, deja de usar pretextos antagónicos a las necesidades de tu ser, y empieza a realizarte por ti y para ti, y eso te vinculará para con el otro. Deja de considerar absurdeces y empieza a darte cuenta lo valioso que eres. Deja de denostar tu ser y empieza a dotarte de todo el valor que tienes en el simple y hermoso hecho de Ser. Eres un ser muy valioso, pero solamente (considero) ves tu valor en cuanto a la mirada del otro y no a través de ti, porque te da miedo mirarte y no encontrar las altas expectativas que  te has generado. Te amo y por ese amor deseo para ti que te atrevas a romperte la madre y dejes de fingir que no quieres. Y dejes de fingir tantas personalidades para ti.
Sé que no te gusta leer mucho… y menos cosas así… por ende aquí corto, pero recapitulo la idea, ¡si te niegas a ti el permiso presente de ser feliz… cuánto tiempo más tendrás que esperar para darte permiso de ser feliz!.        
Escrito por si sí, por si no, o por si quién sabe….
 Atte. Tu abuela.
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do-ut-des · 7 years
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Me pides un beso eterno; pero no quieres hacer eterno este momento.
Vida
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do-ut-des · 7 years
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Responsable
No eres responsable de cómo reciban el amor que das; únicamente eres responsable de la calidad del amor que estás dispuesto a brindar.
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do-ut-des · 7 years
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#cocina #tradicional, #fogon #fuego #alimento #comal #jacal #mexico #mx #mimexico
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do-ut-des · 7 years
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#rostro #indigena #infantil #totonaca en #danza de las #tocotinas #Hueytlalpan #puebla #mexico #mx #trajetípico #trajeregional #folclore #niña #alegria #orgullo #mimexico #exposiciónfotografica #ocasodeunacultura
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do-ut-des · 7 years
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Deseo nocturno ambivalente.
Deseo que morfeo te conceda un reconfortante descanso y plenitud al amanecer. Pero también deseo ser el morfeo de tus noches y no dejarte descansar y ser plenos cada amanecer.
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do-ut-des · 7 years
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#gorro #flauta y #tambor #tipico de #danza de #voladores de #Hueytlalpan #Puebla #mexico #mx #cultura #totonaca #exposiciónfotografica #ocasodeunacultura
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do-ut-des · 7 years
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Un honesto Brindis para el año viejo - nuevo
-La familia se había reunido, todos estábamos sentados y listos en la mesa, para empezar a degustar los manjares típicos de la abuela, y pasar un sano momento en familia. Todos esperábamos atentos el discurso típico del abuelo, de repente él se paró, sí, con un poco de esfuerzo ya por su edad, pero elegante y firme como solamente podía estar él. Levantó la copa dirigió unas breves palabras y nos deseó prosperidad, seguido por un firme y contundente anuncio “Este año, el mensaje lo dará la abuela”. Todos sonreímos y nos alegramos, eso era una gran novedad, con un aplauso invitamos a la abuela a que se parará y nos dirigiera esas palabras de amor. Ella estaba ataviada con ese hermoso mandil, que siempre se resistía a dejar, puesto que tenía claro que en cualquier momento tenía que ir a la cocina para servir a los demás.
-La abuela se puso de pie, y en medio de los aplausos nos pidió que la dejáramos hablar. Con esa voz tan dulce y que a todos nos tranquilizaba, dirigió sus primeras palabras.
*Bienvenidos a todos ustedes, me alegro llegar a un año más con vida, y poder compartir este momento con ustedes.
La mesa estalló en aplausos, sonrisas y una que otra lagrima de parte de las tías sentimentales de la familia. Ella levantó la copa, para pedir silencio y exclamó:
*Este año he preparado unas palabras para todos ustedes, unas palabras, que hablan de mí, hablan de él –señalando al abuelo – habla de ustedes, y de todos en general, no tiene un destinatario en concreto, pero tienen las historias de todos los que día a día pasan por mi fogón, y depositan en mí sus sueños, anhelos, deseos, frustraciones, etc. Estas palabras quieren llegar a todos sus corazones, y espero que tenga el efecto deseado.
-El silencio se hizo presente en la mesa, y todos nos acomodamos en las sillas para prestar atención a esas palabras, mientras la abuela sacaba un papel – de su mandil – todo doblado, mientras se ponía los lentes, y desdoblaba las hojas. Simultáneamente los otros miembros de la familia – los que tienen hijos pequeños – los cargaban y sentaban en sus piernas, para evitar que la alegría de ellos fuera a cortar la inspiración y el mágico momento que se nos estaba por regalar.
Esta vez contraria a mis otras veces, no parafraseo lo que ella exclamó, sino transcribo literal, de sus hojas dobladas esas palabras que ella nos compartió, por lo cual no narraré las caras y expresiones que se suscitaron a lo largo del discurso, pero ustedes podrán irlas imaginando.
Empezó con una pequeña tos, esa tos que todos hacemos antes de empezar a decir algo importante y después de esbozarnos una sonrisa exclamó:
*Pido disculpa si atropello las palabras o las ideas, pero es tanto lo que quiero decir y tan pocos mis argumentos, que espero no dejarlos confundidos. Y de antemano pido perdón, si logran detectar alguna idea no clara en esto, pero ustedes deberán disculpar a esta anciana, que ya le cuesta trabajo hilar sus ideas.
 -Después de inhalar profundamente y fijar sus lentes, dijo en voz baja:
*¡Ahí vamos!
-Y empezó su contundente argumento.
*En este momento en que la miseria humana, se puede ver reblandecida por la buena voluntad, es el momento que les dirijo estas palabras, palabras que emergen del fruto de la experiencia de una vida, y de mucha vidas, que me han compartido a lo largo de los años. Por lo tanto tengo que hacer un alto, una introspección y reflexionar.
No, no es el momento, de sentarme a la mesa, para ocultar por un instante mi vida llena de frustraciones, rencores, amarguras; o por el otro lado deseos incumplidos, buena voluntad fracturada o anhelos no realizados para hacer el cambio.
Es el momento de reconocer mi sin sentido humano, mi carencia de rumbo, mi sin sabor ante la vida; y como, todo esto, día a día, año a año, lo revisto de bellas ilusiones y hermosos deseos, como cambio mi estiércol por elementos verdes, rojos, cajas adornadas y moños multicolor. Cajas con bonitos presentes, que más que hablar de un dar, de un donar algo de mí; habla de un: ¡mira lo que tengo!, ¡mira lo que te puedo dar!, ¡mira, lo que el otro no puede dar!, y ¡mira qué tan lejos he llegado!, mira…; mira lo que necesito demostrar ante ti, ante los demás, para creerme que mi vida tiene sentido, que tengo una satisfacción, por lo menos al satisfacer las expectativas de los demás.
Es momento de degustar alimentos en torno de todos aquellos con los que  vivo y convivo y creo amar en lo cotidiano, de ver como cada instante espero de ellos llenar mis expectativas, mis huecos afectivos, usando siempre como soporte, la falacia de me gusta brindarme al cien, dar lo mejor de mí; pero curiosamente al hacer memoria soy consciente que brindarme así no ha funcionado hasta ahora, será que no he sido conscientes de lo que he dado; cuestionarme si en lugar de dar un cien propositivo, he dado un cien intoxicado, un cien lleno de reclamos, prejuicios, necesidades que el otro se ve obligado a llenar. Dar un cien lleno de miseria, de regalar miseria y esperar sacar felicidad, regalar tiempo para generar dependencia, y al mismo tiempo tener miedo a ser amada.
 Ser consciente de  que no, no es coincidencia que las cosas en el campo del brindarme en lo general me hayan salido mal, – no puedo decir que la contra parte también tenga sus fallos – pero, lo curioso es que al estar aquí, llego con el mismo villancico de año con año; el niño que llega al árbol y llora porque no le trajeron lo que quería, porque el mundo no lo entiende y no llena sus expectativas.
 Momento para reflexionar sobre mi apasionada madurez, y reconocer que al llegar aquí con lo mejor puesto, el mejor regalo o la mejor cara, no necesariamente es sinónimo de triunfo, o éxito o sacrificio, sino tal vez de una presunción de alcanzar un algo para tener qué demostrar a los demás, pero nunca para satisfacer lo que yo quiero; es un acto cobarde de mi no satisfacción ante la vida, para demostrar al otro, lo NO pleno que es, versus lo pleno que soy Yo, pero no dejamos de ser ídolos con pies de barro que nos duele nuestra historia, y reclamamos de continuo nuestro pasado. Un momento para darnos cuenta que aunque lleguemos con todo el alboroto de año nuevo, nunca será suficiente para agradecer a una madre o un padre, a una abuela o a un abuelo el sacrificio que hicieron mientras nosotros aprendíamos a valernos por nosotros mismos, toda esa parafernalia no deja de ser un sinónimo de la sed de ser reconocido en cuanto a lo que tengo y no en cuanto a lo que soy. Es un soy en cuanto valgo y tengo, no un valgo en cuanto soy.
 Momento de reflexionar en torno al amor, el amor que soy capaz de dar, de brindar ofrecer; o tal vez manipular, comprar, succionar, demandar - o la mezcla de todo lo anterior -; entendiendo las necesidades del otro, para así satisfacerle y hacerle dependiente de mí, aunque después dejen de importarme sus necesidades (pero cuando las cosas se salen de control, contrataco con mi discurso, de lo dadivosa que he sido para con ellos, con mi argumento empobrecido de “por eso no pido nada”, “no me gusta pedir favores”, etc.) , y sólo me importe el Yo; y al mismo tiempo me compre el discurso de que me aman, aunque sólo reciba migajas de amor; y no por  ellos sino porque me reconozco como una máquina insaciable, que exige, exige, exige amor, y nunca estoy satisfecho, aunque yo solo dé una porción de mí, deseo que el mundo comprenda mi ángulo de ver la vida, pero nunca salgo de mi burbuja para entender el mundo de los demás .
 Cuestionarme porque si soy tan plena y feliz, siento envidia por la felicidad de los otros, ya sea por su éxito laboral, por su relación en pareja, por su desenfadada forma de ver la vida, por su …. Porque si estoy tan hecha a mi forma y deseo, sigo reclamando la preferencia de mis padres hacia mis hermanos, o el apoyo incondicional que les dieron a ellos y a mí no; o reclamar a mis jefes que no valoren todo el esfuerzo que hago, o… un mar de necesidades del reconocimiento, que hace que termine revolcada por las olas del no valorar lo que soy; permitiéndome incluso ser tapete social para que otros me pisen y usen a su forma, pero yo montada en mi discurso de éxito y triunfo.
Hacer un alto y reconocer que mi exitoso ser se fundamenta en la capacidad que tiene el otro – mi familia, mis amigos, mi pareja, hasta mis animales – de entender mi cerrada y empobrecida forma de ver la vida (por no decir de tenerme lastima y/o compasión) y transformar día a día mi victimismo crónico,  en un acto heroico de tolerancia por parte de ellos. Ese acto heroico que lleva al otro (por sus propios afectos) a tener que soportar mi continua envestida de absorber sus tiempos, su energía, sin importarme realmente el cómo se encuentre, de estar necesitado de su atención, comprensión, y hasta incluso de su fuerza para servirme Yo y aparentemente mantenerme en pie. Para no reconocer, que les necesito, para ser un alguien, gracias al reflejo del otro; pero tragándome mi absurda idea de no soy como los demás, mi discurso con argumento empobrecido de superioridad y originalidad. No ser de lo común, pero lamentablemente siendo de lo más común.  
 Reconocer que llego hoy a este brindis, con mucho camino por andar, con muchos miedos por superar, con muchos prejuicios y fronteras que romper, con muchos “qué dirán” por dejar atrás; con muchas actitudes infantiles que madurar, con muchos quejidos, berrinches, dolores, heridas, fracasos, frustraciones, que están más presentes que mi propio presente, pero que son constituidas en un pasado del cual puedo aprender, o quedarme ahí.  
Cuestionarme qué tan válido es hoy seguir haciendo ritos de año con año, comer doce uvas y pedir deseos, pero siendo consiente que son eso, simples deseos; que materializar mi progreso personal depende del cómo me valore, me ame y me trate, de cómo cambie mi auto cosmovisión. Tal vez empezar con dejar de lado mi absurda necesidad de encontrar alguien que me ame, y empezar a buscar alguien que me complemente, para no tener que culpar a cualquiera de que me rompe el corazón, pues en el fondo sé que quien lo rompe soy Yo, al ver que el otro no cumple mis absurdas necesidades, materializa mis sueños, y llena las expectativas de mi amplia listas de deseos infantiles. Dejar de dejar al otro la responsabilidad de llenar mi vida, de verlo como esclavo de mis afectos y empezar a verlo como compañero de camino de mis defectos.  
O quizá dejar de ser un infante al hablar de mi trabajo, dejar de decir que lo haría mejor que mi jefe, que mi compañero de trabajo; o que igual y lo hago mejor, y ellos son unos estúpidos, y que yo estoy bien, que soy un ser súper dotado en ese trabajo, soy una bendición para ellos; y enfrentar la cruda realidad, que sigo en ese trabajo, y que mi jefe es jefe, y yo sigo siendo su empleado; que yo trabajo por sus sueños y que ni yo, ni nadie, trabaja por los míos.
 Cuestionarme qué tan válido es hoy, levantar una copa por sueños efímeros, verdades que no se materializarán, ideales muertos; y pensar que a lo mejor es momento de escuchar con calma todos los reclamos del año, y prestar atención del porqué están ahí, y no sólo silenciarlos, sino empezar a filtrarlos, y ver qué tienen de verdad; dejar de pensar que solo mis reclamos tienen que ser escuchados, y ver que los reclamos del otro hacia mí, pueden tener la llave a puertas y etapas que desconozco de mi persona, gracias a mí cerrada versión de la vida. Comprender que no solo mis necesidades grandes o pequeñas tienen que ser tomadas en cuenta, sino que el cercano o el lejano también tiene necesidades, y que muchas veces por satisfacer las necesidades del lejano, de aquel que me aplaude y me “reconoce”, me olvido de las necesidades del cercano; de aquel que incondicionalmente está para mí, pero que yo por mi ritmo acelerado de vida, no puedo estar para él; y el día que estoy, no deja de ser un estar, con un sequito de reclamos.
Preguntarme que tan válido es chocar la copa con mis cercanos, y desearles felicidad y prosperidad, mientras en mi interior se sigue materializando el rencor de años pasados – o aun presentes – en el que consideraba como niñato, que el otro era el preferido, el querido y yo no, y aunque así fuera, de que me sirve vivir enganchado a eso, de que me sirve vivir en la espera de que vengan y me digan: ¡me equivoqué!, o ¡perdón la regué!, o que te levanten un monumento al mártir de la familia. Para que chocar la copa, con ellos si mis “buenos deseos” van acompañados de mis enojos, tristezas, rencores, de mis miserias, de mi propio vacío y soledad, del ni siquiera poseerme YO.
 Preguntarme que tan válido es tomar la sidra de la alegría,  si no tengo alegría; brindar por la felicidad, si ni siquiera tengo claro qué es la felicidad, pedir por la prosperidad, si no tengo el valor de empezar a ser prospero yo. Pedir por la salud, si yo mismo soy quien destruye mi salud. Brindar… pedir… felicitar… vaya acuerdo social lleno del sinsentido.
 Levantemos las copas pues, saludemos al año que está por comenzar, y brindemos por todo lo que arrastramos y llevaremos a él.
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do-ut-des · 7 years
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Fácil no es, pero tampoco imposible, considero que es una combinación de habilidad y sensibilidad, mediante la cual aprendas a escuchar; ver y sentir los movimientos que se generan dentro de la misma actividad. Es empezar, por poner el aliento, pero no de forma abrupta, sino como un viento suave, como cuando una madre sopla en el ojo del vástago, para querer sacarle la “basura del ojo” Después la mirada, como el ojo del fotógrafo. Poner el punto de enfoque, claro, sin dejar de ver que todo el elemento que es parte de una sola composición, y por ende contemplar todo como un maravilloso conjunto. Luego el movimiento de manos, nunca como si  quisieras amasar, ya que esto aunque te puede llevar rápido al objetivo, hace que no se recorra bien el camino. Más bien es como el paso de un lobo al fijar su presa, con mucho sigilo, y exagerada prudencia; haciendo que cada palmo, asemeje esa pata que se asienta sobre el pasto, de modo que, pareciera que el mismo pasto se rinde ante la caricia del movimiento. Y junto con esto que no olvide el escuchar, el escuchar ese inhalar y exhalar es clave, puesto que da la pauta de tu ritmo con el que tiene que acompasar tus movimientos. Si es muy rápido debe bajar la velocidad y si es lento acelerarlo. De modo que esa exhalación pronto se convierta en tus sonidos ahogados, hasta que llegas a la suave demencia de los ruidos;  que son manipulados como por las manos que gobiernan el instrumento. No, no, no. No es romper las cuerdas, pero sí llevarlas a su máxima tensión. Posteriormente viene el examinar esa gema, que se va mostrando cada vez con mayor vehemencia su interior, ver como se va abriendo hasta quedar ese hermoso punto negro en medio de una sola tonalidad. Cuando se llega ese momento, debe saber que esta todo listo para actuar, pero aún no es el mejor momento, debe aprender a esperar, para que todo baje el ritmo, se te deje descansar, para embestir  nuevamente con todo lo anterior y después ahora sí actuar. Al llegarse este memento es justo cuando hay que dejarse llevar. Pero, porque no mejor le dices que venga; que yo le puedo enseñar.
Vida
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do-ut-des · 7 years
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Te pido, que sólo dejes de pensar y querer controlar, lo demás dejalo en mis manos y en mi lengua al recorrer tu ser. No, no, ¡no metas las manos!, ¡no frenes el impulso de mi frenesí! no me pidas que pare, y al mismo tiempo que siga. Tú, regálate el permiso de dejarte llevar. Concéntrate en tu respiración, métete en tu ser, que pronto nos haremos amalgama de gustos, pasiones y desenfrenos; y ahí, sólo ahí el descontrol nos controlará y nos donaremos sin cesar.
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do-ut-des · 7 years
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Soy la caricia; que te hace conciencia, de la piel que habitas.
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