Carta de despedida.
Te mereces alguien te ame, de verdad.
Y sí, me estoy alejando yo esta vez.
También espero no estar haciendo esto muy dramático o muy difícil, pero no hay manera de hacerlo fácil.
Te mereces alguien te ame de verdad, y con eso no quiero decir que no te ame yo de la misma forma que lo he hecho siempre.
No lo sé con exactitud, no hemos hablado últimamente.
No quiero echarte la culpa ni culparme por esto, así que por una vez, no busquemos responsables. Sólo respuestas, te las mereces.
En algún momento soñé con vos y con la forma en la que achinas los ojos cuando estás medio dormida.
La forma en la que te ríes cuando estás incómoda.
Todo a tu alrededor tiene un matiz romántico.
Constantemente me preguntaba si era yo quien imaginaba todo lo increíble que era tenerte cerca.
Y sé que estoy hablando en pasado, perdón.
A veces decías cosas que me hacían caer de las nubes en un golpe seco y sin ruido.
A veces no decías nada pero yo subía sola.
Es extraño,
hacer un recuento de todo lo que siento, sentí y sentiré por ti.
Una parte de mí se quebró cuando me contaste qué pasó con él y la otra cuando te disculpaste por eso.
No puedo cambiarte.
No quiero cambiarte.
No puedo cambiar lo qué pasó,
ni cambiar lo que está pasando.
Y no sé qué espero conseguir con esto.
No soy alguien que está acostumbrada a ser vulnerable, me aterra, es hasta irónico.
No soy quien para admitir debilidades pero tú eres una y la más grande.
No puedo decirte que no, porque nunca quiero, y vengo a decirte que lo que sea que había entre nosotras ya no lo encuentro.
¿Cómo puedo venir a dar la cara para esto?
¿Cómo puedo no venir?
Siento que me trunqué yo sola todo lo que quería hacer con vos. Todo lo que quería regalarte, decirte, llevarte.
Que esto no es culpa de nadie más. Una parte de mí lo sabía también. Insististe en tomarte tu tiempo. ¿Quién soy yo para no dártelo? ¿Para cuestionarte?
Tenías muchas dudas. Y yo no tenía ni una sola. Ni una sola.
Veía el final del lago pero aún así me lancé.
Un golpe seco y sin ruido, no era agua lo que brillaba. No era agua en lo que nadabas, estabas suspendida en el aire.
Y todos me decían “espérala”, y ese sentimiento de quedarte sin tiempo me atacaba. No me dejaba en paz. Era un constante “es ahora o nunca”.
Pero no lo quería admitir.
No te quería dejar ir.
Sabía que tú no cederías y no quería volver a llevar el título de culpable esta vez.
No quería que tú lo llevaras tampoco. Busqué cada alternativa, cada vuelta a esa situación y no hallé nada.
En el fondo lo sabía, era ahora o nunca. Era ahora.
O no sería.
Y aún así sigue sin ser lo importante. Sigue sin ser lo que te quiero decir.
No te quiero herir pero casi puedo ver mis manos sucias de sangre después de entregarte estas letras.
Quizá soy demasiado dramática. Y ojalá te des cuenta que todo lo que escribo, lo siento. Cada letra.
No hay manera de hacer esto simple. Eres mi mejor amiga. No me perdonaré nunca.
Ahora más que siempre estoy consciente, quién se despide no se quiere ir. Sólo vine a decirte adiós.
Desesperadamente busqué por todas partes, y quizá no necesitas los detalles.
Tu recuerdo no me atormentaba como en los días tristes ni me aliviaba como cuando el mar está en calma.
Te amo, pero no soy mejor que esto.
Soy efímera, inconstante, inestable.
Al mismo tiempo que incondicional e intensa,
puedo atraerte cerca y regresarte a la orilla.
Soy marea alta, y todo lo que sube tiene que bajar.
Sólo te pido que no dejes que esto te asesine como me está hiriendo a mí.
Si estás dentro del mar no puedes ver las olas,
El atardecer se ve mejor desde la lejanía.
Y ojalá nos quedemos cerca y encontremos una forma de ver todo esto sin estar dentro, estoicas.
La falta de movimiento no es la quietud.
Te necesito y al mismo tiempo necesito dejarte ir.
Porque no soy lo que merecés a tu lado.
Aunque podría convertirme en alguien mejor para estar contigo, no soy.
No estoy muy segura de sí te estoy dejando ir o te estoy diciendo que no te quiero perder.
Me quería despedir, nada más.
Espero disfrutes de la vista, las olas en la orilla, y los atardeceres cálidos, te querré siempre. Necesito dejarte ir.
245 notes
·
View notes