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#Tenéis que venir a verla
1day1movie · 2 years
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Tenéis que venir a verla (2022) Jonás Trueba.
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ivansitojaja · 2 years
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Tenéis que venir a verla, 2022
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loreakblaus · 2 years
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Tenéis que venir a verla (Jonás Trueba, 2022)
La reacción ante la pieza musical emotiva, más que la pieza en sí misma. La recepción tan dispar por parte de varias personas con sus diversas circunstancias. La fragmentación puede ser más perfecta por su condición incompleta. La amistad adulta, sus tiempos lentos, sus reencuentros anuales, el “a ver si nos vemos” y la falta de lenguaje por falta de espacio-tiempo compartido. ¿De qué hablar cuando te quedas a solas con una de las personas y no existe ese salvavidas global de las reuniones colectivas?
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cinelandia · 2 years
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Entrevista con Jonás Trueba, director de “Tenéis que venir a verla” (2022).
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relampagos · 1 year
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‘Tenéis que venir a verla’.- Jonás Trueba (2022). IMDb. Filmaffinity.
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micolecciondepelis · 1 year
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YOU HAVE TO COME AND SEE IT (Tenéis que venir a verla) Jonás Trueba 2022
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speok · 2 years
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Tenéis que venir a verla
Tenéis que venir a verla
Dos parejas de amigos se reencuentran. Escuchan música, hablan, leen, comen, pasean, juegan al ping-pong… Puede parecer poco para una película, por eso TENÉIS QUE VENIR A VERLA.
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deadlinecom · 2 years
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aphrodicted · 4 years
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Números y señales
El Universo tiene muchas maneras de comunicarse con nosotros. En algunas ocasiones, los mensajes más simples pueden esconder un mensaje poderoso y con un impacto próximo en nuestra vida. Para conseguir esta conexión, sin embargo, debemos trabajar nuestro tercer chakra y abrirnos a todo lo que tenga que venir. Es fundamental deshacerse de cargas como prejuicios, creencias arcaicas o miedo a conocer los mensajes que esperan ser recibidos. 
Es cierto que algunas personas tienen una conexión innata con el Universo, pero si esa relación no se trabaja, los mensajes recibidos pueden distorsionarse o perderse parte del contenido por no estar suficientemente conectados. Los dones existen, pero deben trabajarse como cualquier otra habilidad en nuestro interior.
¿A qué tipo de mensajes me refiero? 
No existe una definición exacta. Realmente pueden ser frases, palabras, canciones, números o ideas que nacen de la nada. Sin embargo, no todo es una señal y eso es algo que debemos aprender a diferenciar. La señal siempre será algo inusual, algo que no estamos acostumbrados a ver y que llama nuestra atención hasta el punto de detenernos para reflexionar sobre su aparición. Por ejemplo, ver una mariposa de un color determinado en pleno invierno es una señal. Ver esa mariposa en pleno verano cuando es más fácil verlas no será una señal. 
No debemos confundirnos en la reiteración de esa señal. El Universo se comunica con nosotros constantemente y si no hacemos caso a ciertas señales, éstas pueden repetirse durante un tiempo determinado. El hecho de ver durante unos días la misma señal puede ser una llamada de atención, pero esa señal no será usual o normal, sino una llamada de atención a hacer caso al elemento o mensaje en cuestión. 
Como opinión personal, los animales, los colores y los números son las señales más frecuentes y que, a la larga, tienen un mensaje más poderosos. No obstante, cada persona comparte una conexión diferente con el Universo. Tenemos que tener presente que, al final, el Universo se comunicará con nosotros a través de un lenguaje familiar para nosotros. El Universo nunca utilizará una lengua, unos signos o unos elementos extraños o no conocidos para nosotros. Es posible que no seamos expertos en la manera de comunicarse que tiene el Universo, pero ese símbolo u objeto siempre despertará algo en nuestro interior. Al menos, eso se quedará en nuestra mente. 
Después de esta introducción, deseo compartir con vosotros algunos pensamientos sobre cómo el Universo se ha estado comunicando conmigo. A lo mejor, alguno de vosotros encuentra cierta ayuda en mis palabras. 
Desde que empecé este “viaje brujeril”, el Universo siempre se ha comunicado conmigo de diferentes maneras. Sin embargo, los números han sido uno de los métodos más usados durante este año. El Universo no tiene reparos en enviar mensajes a cualquier momento y lugar, aunque los mensajes más reveladores suelen aparecer cuando tenemos la mente en blanco y no estamos haciendo nada. En esos instantes en los que simplemente “estamos” sin hacer nada y respiramos sin esperar nada. Es en ese momento cuando los mensajes entran con más facilidad. 
No importa el formato de esos números. A veces son horas, otras son números de páginas e incluso matrículas de coche. Lo importante es hacerme ver el número para poder interpretarlo rápidamente. Todos estos números tienen algo en común: son números repetidos o “números espejo”. Este es el elemento inusual en los números, ya que una secuencia numérica cualquiera no tiene ningún mensaje. Al menos en lo que respecta a mi viaje.
¿Cómo interpreto esos números? 
Hace unos días tuve una celebración con toda mi familia y mis padres y yo tuvimos que utilizar el coche para desplazarnos a dónde se haría dicha celebración. En el camino nos cruzamos con infinidad de vehículos y al ser un viaje algo largo, decidí despejar la mente y descansar un poco. Durante ese tiempo en el que estuve en calma, sin pensar nada y observando el paisaje, un coche se colocó frente a nosotros y me fijé en su matrícula: 0550. Definitivamente ese era un mensaje del Universo sobre cómo iría la celebración a la que estábamos a punto de acudir. 
De inmediato supe que ese día presenciaría o protagonizaría (al menos) dos peleas. Los dos números cinco así me lo vaticinaban. Los ceros al principio y al final auguraban una calma al principio de nuestro viaje o celebración y un final de fiesta tranquilo. 
¿Por qué hago este tipo de interpretación? Muy sencillo. Los números deben interpretarse individualmente como primer paso. En la cifra mencionada, 0550, hay cuatro números en total. Primero debemos descubrir qué significado esconde el 0 y cuál es el significado del 5. Cuando sepamos qué significa cada número, entonces podremos interpretar toda la serie de números como un conjunto:
El cero habla sobre la nada. El principio de todo. Esa primera chispa que da comienzo a todo. El inicio. La calma. El principio de la unión. 
El cinco indica conflicto, discusión, rivalidad, una lucha de poder. También indica tristeza profunda, incluso traición en algunas ocasiones. El vacío después de una victoria reñida en la que no hemos aprendido nada ni obtenemos nada a cambio después de tanto dolor. 
Por lo tanto, después de recordar el significado de cada número, observamos la secuencia de números por última vez e interpretamos las cuatro cifras juntas. 
El primer cero indica inicio del viaje o la celebración. La familia nos reuniremos e iniciaremos una comida para celebrar todos juntos. Esa reunión pueden interpretarse como la unión de la familia en un lugar concreto. 
El primer cinco anuncia un primer conflicto en ese viaje o celebración. 
El segundo cinco puede ser una continuación del primero, así que ese primer conflicto puede alargarse o es el anuncio de un segundo conflicto justo después de dar por terminado el primer conflicto. 
El segundo cero da por finalizados los conflictos y marca un final pacífico en esa celebración. La familia encontrará paz y volverá a conectarse y equilibrar las energías del ambiente, dando comienzo a una nueva etapa que puede darse en el mismo lugar u otro diferente.
Los números no tienen por qué interpretarse de una manera específica, sino que esta interpretación sirve para una secuencia de números en nuestro teléfono como para una lectura de tarot. Los números tienen un significado concreto y este será el mismo independientemente de cómo lleguen a nosotros. 
Esta interpretación me ayudó a poder evitar una confrontación con algunos familiares en esa celebración. Especialmente saber calmar los ánimos a las partes enfrentadas y saber reconducir la celebración. También aprovechar ese conflicto para unir a ciertos familiares que parecían arrastrar rencores pasados que no tenían sentido en la actualidad.
Por lo tanto, es fundamental mantener los ojos bien abiertos y saber cuándo una señal se presenta ante nosotros y cuándo no. Recordar que no todo son señales, ya que en algunas ocasiones las cosas ocurren porque nosotros lo provocamos inconscientemente. No debemos obsesionarnos con que el Universo se comunica constantemente con nosotros, sino aprender cuándo es así y cuándo no. 
Hay muchos otros elementos como animales o colores que suelen ayudarme a prever sucesos futuros. Algunas señales hablan sobre sucesos que ocurrirán ese mismo día, mientras otras señales hacen referencia a situaciones que enfrentaré en un futuro próximo. Es por eso que recomiendo apuntar esas señales en una libreta o nuestro teléfono.
¡Espero haber sido de ayuda! Si tenéis alguna duda o queréis comentar algo siempre seréis bienvenidos al blog. 
¡Mucha suerte, ángeles!
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1day1movie · 1 year
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2022 in 22 movies
Apollo 10 1⁄2: A Space Age Childhood (2022) Richard Linklater
As bestas (2022) Rodrigo Sorogoyen
Barbarian (2022) Zach Cregger
Bones and All (2022) Luca Guadagnino
Crimes of the Future (2022) David Cronenberg
Deadstream (2022) Joseph Winter, Vanessa Winter
Decision to Leave (2022) Park Chan-wook
Everything Everywhere All at Once (2022) Dan Kwan, Daniel Scheiner
Fire of Love (2022) Sara Dosa
Flux Gourmet (2022) Peter Strickland
Holy Spider (2022) Ali Abbasi
Incroyable mais vrai (2022) Quentin Dupieux
Mantícora (2022) Carlos Vermut
Men (2022) Alex Garland
Nope (2022) Jordan Peele
Speak No Evil (2022) Christian Tafdrup
TÁR (2022) Todd Field
Tenéis que venir a verla (2022) Jonás Trueba
The Fabelmans (2022) Steven Spielberg
The Viewing (2022) Panos Cosmatos
Triangle of Sadness (2022) Ruben Östlund
X / Pearl (2022) Ti West
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nothesc · 4 years
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Semana 7 Parte IV. Un fic Damira
Aquí os dejo la última parte del fic, correspondiente al sábado.
Parte 1 aquí Parte 2 aquí Parte 3 aquí
Podéis leerlo en ao3
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SÁBADO 22:05
-Sí, sí, lo que te digo, estábamos dándoles los regalos y me salta uno ‘el regalo genial pero ¿y el dinero qué?’ - le cuenta Amira a Nora, Viri y Eva recordando lo que ha vivido esta mañana en la asociación con los niños.
-Hombre normal también te digo si es que tontos no son – dice Eva riendo.
-Es que son unos monstruitos a veces, pero se les coge cariño la verdad – comenta Dounia.
-Me parece tan guay el trabajo que hacéis en la asociación – dice Viri con admiración
Amira mira a Dounia, Elena y Noor y les sonríe, la verdad es que está muy orgullosa de lo lejos que ha llegado la asociación.
-Amira – dice Nora de repente con cara de sorpresa mientras señala con la cabeza a alguien que está detrás de Amira.
Amira se da la vuelta y no puede evitar sorprenderse al ver a Kasim y Lucas entrando en la azotea. Kasim nunca le contestó al mensaje que le envió ayer y Amira estaba segura de que ni siquiera vendrían. Mira a Dounia para ver si ella sabía algo pero Dounia niega con la cabeza y se encoge de hombros.
-Bueno, os dejamos solos – dice Nora llevándose al resto de chicas y dejando sola a Amira con Lucas y Kasim.
-Hola, pensaba que no vendríais – admite Amira tímidamente.
-Yo también la verdad – comenta Lucas – pero Kasim insistió y si él quiere venir pues no voy a ser yo el que ponga la pega.
Amira asiente a las palabras de Lucas y se atreve a mirar a Kasim. Una ola de vergüenza y culpabilidad la azota.
-Kasim…lo siento, lo siento muchísimo de verdad, yo…no sé ni qué decirte.
-Bueno, para eso me mandaste el mensaje, ¿no? Para pedirme perdón y explicarte. Y Amira yo…no te voy a engañar te odié muchísimo cuando me enteré por Dounia de que tú la habías enviado a casa pero…la verdad es que yo tampoco me porté bien contigo. No debí usarte ni mentir, fastidié tu amistad con Dounia y no te merecías eso, lo siento.
Amira asiente y sonríe un poco incómoda, saber que Kasim la perdona y que ha venido la tranquiliza, pero lo que pasó es algo de lo que jamás estará orgullosa.
-Gracias por venir, de verdad. – Amira mira de Kasim a Lucas y se detiene en él – a los dos.
Lucas le sonríe y asiente. Probablemente las cosas tarden un poco en estar completamente bien entre ellos pero es un comienzo.
Cris llega tarde, bastante tarde pero esta vez no es porque no estuviese preparada. La verdad es que lleva preparada para irse desde hace más de media hora, pero ella y Joana siguen en su cuarto esperando algo que parece que no va a llegar. Cris suspira y decide levantarse para irse, tenía la esperanza de que su hermano le dijera que él también va a ir a casa de Amira, pero sigue en el salón con el ordenador y no tiene pinta de que eso vaya a cambiar.
-Anda vámonos, que ya llegamos muy tarde – le dice a Joana resignada.
Las dos chicas salen del cuarto de Cris y se dirigen a la puerta pasando por el salón. Cris decide hacer un último intento y se para junto al sofá donde está Dani.
-Oye Dani que nosotras nos vamos a lo de Amira.
-Vale – contesta Dani sin levantar la vista del ordenador.
Cris no se mueve del sitio, se queda mirando a su hermano esperando alguna reacción. Dani nota los ojos de Cris en él y suspirando la mira.
-¿Qué quieres Cris?
-¿De verdad no vas a venir?
-Amira no me quiere allí.
-¿Te lo ha dicho ella? – le pregunta Cris aunque sabe muy bien cuál es la respuesta.
-No hace falta – dice Dani como si fuera lo más obvio del mundo.
Cris niega con la cabeza y se da la vuelta para marcharse con Joana detrás pero, siendo Cris, no puede quedarse callada y se gira para soltarle una última cosa a su hermano.
-¿A qué estás esperando? Sé que no has tirado la toalla Dani, he visto los papeles que tienes en tu cuarto – Cris ve que Dani abre la boca para decir algo pero se apresura a cortarle – Ni te molestes en echarme la bronca por entrar en tu cuarto porque ese no es el caso. Lo que importa aquí es que sé que quieres estar con Amira, sé que no te has rendido y no entiendo a qué estás esperando para dar el paso. Espabila Dani, antes de que sea demasiado tarde.
Sin esperar una respuesta por parte de su hermano, Cris junto con Joana se gira y se dirige a la puerta, esta vez sin dar vuelta atrás.
-Madre mía Amira es que me voy a venir todos los días a comer a tu casa, en serio, que me adopten tus padres o algo – dice Dilan tras probar todos los platos que ha preparado la madre de Amira. Tanto él como Hugo y Jorge están arrasando con la comida. Alejandro es un poco más prudente aunque Amira lo ha visto también probar cosas de dos en dos.
-Oye, oye, oye, tranquilito que si tienen que adoptar a alguien será a mí que estaba primero – comenta Cris acercándose al grupo.
Amira se gira y ve a Cris y a Joana llegar juntas. Ambas saludan a las chicas, los chicos y las Labass. Por último se acercan a Amira. Joana y Amira se saludan con el puño como ya es costumbre entre ellas dos. En el caso de Cris no tarda ni un segundo en engancharse al cuello de Amira para darle un abrazo.
-Tiiiiiiia, estás guapísima, madre mía con el pañuelo dorado pareces una diosa. – la adula Cris dándole besos por toda la cara.
Amira ríe y trata de sacársela de encima con cariño
-Sí, sí, pero llegas tarde – ríe Amira que ya está acostumbrada a la impuntualidad de su amiga.
-Perdón, pero no ha sido culpa mía de verdad es que estábamos esperando a…-Cris se detiene tratando de buscar una explicación que no sea la real. Mira a Joana para pedirle ayuda.
-Esperando a…-intenta Joana sin éxito.
-Bueno mira, esperando, ya está, da igual.
-Tenéis que probar esto chicas, está buenísimo – dice Viri acercándose a Joana, Cris y Amira y dándoles un plato a las dos primeras. Eva, Nora, Dounia, Elena y Noor van con ella.
-Hmm por Dios, esto está riquísimo – comenta Joana probándolo.
-Si es que la madre de Amira tiene unas manos de oro, de verdad – afirma Cris. La presencia de dos personas en el otro lado de la azotea capta su atención - ¿Lucas y Kasim han venido?
-Sí, hemos hablado y…bueno parece que todo se está solucionando – dice Amira con una sonrisa.
-Buah tía qué guay, poder celebrar esto con todas las personas que quieres a tu lado – comenta Viri con una de sus características sonrisas.
Amira mira alrededor y sonríe, sí que es cierto que se siente muy afortunada que ver a sus amigos y a su familia todos juntos. Aunque, mentiría si dijese que la felicidad es completa.
-Bueno…todas, todas…no están, ¿no? – dice Cris que no tienen la intención de meter el dedo en la herida pero lleva toda la semana sin decir nada y ya cree que va siendo hora de actuar.
-Cris…-le dice Nora tratando de pararla.
-Lo siento Ami pero es que…me duele veros así – dice Cris a Amira a la que se le ha borrado la sonrisa de la cara.
-Pero Cris, si tú misma lo decías, que nos íbamos a agobiar y nos íbamos a dar la hostia ¿no? Pues ya está, tenías razón – Amira no entiende a qué viene que Cris le saque el tema de Dani ahora, bastante mal está llevando no poder compartir este día con él cuando lleva hablándole de lo mucho que le gusta Eid semanas.
-Pero es que yo no tenía razón, joder. No tenía razón. Estaba…estaba pasándolo mal y lo pagué contigo. Y yo tenía miedo de que os hicierais daño el uno al otro porque joder Ami que yo os quiero mucho a los dos. Trataba de protegeros para que no sufrierais. Pero es que al final estáis sufriendo igual. – Cris hace una pausa para tratar de poner en orden sus ideas – Cuando estabais juntos erais felices, mi hermano se llevaba todo el día contento, de buen humor, y era por ti Ami, y tú igual, estabas feliz. Y ¿ahora? Ahora estáis los dos vagando por las esquinas como almas en pena. ¿De verdad me puedes decir con sinceridad que ahora estás mejor que antes?
El resto de chicas se quedan en silencio esperando a que Amira diga algo.
-Pero es que es una relación muy complicada, Cris.
-Pues claro que es complicada joder, todas las relaciones lo son. Si yo hubiera salido corriendo al primer problema con Joana ahora no estaríamos juntas y no sería tan feliz como lo soy ahora – Cris mira a su novia y le da la mano sonriéndole, después vuelve a mirar a Amira – y seguiremos teniendo problemas, porque la vida es puto jodida, pero los superaremos juntas, porque eso es lo que se hace cuando quieres a alguien.
Amira no sabe qué decir, una parte de ella quiere correr en busca de Dani y decirle que quiere estar con él, pero la otra parte tiene miedo, miedo de que acaben haciéndose más daño aún y no lo pueda soportar.
-Mira, Amira yo no te quiero presionar para que hagas algo que no quieres pero, es que yo creo que sí que quieres estar con mi hermano, y sé que él quiere estar contigo. No sé, creo que deberíais intentar superar vuestros problemas, juntos.
Amira mira de Cris a Joana, y a Nora, y a Viri, y a Eva, y a Noor y a Elena. Todas le sonríen. Por último mira a Dounia que, al igual que el resto de sus amigas asiente y le sonríe.
-Tengo que…tengo que irme – dice Amira y sin pensárselo dos veces se da la vuelta para irse.
Al pasar por al lado de su madre esta la detiene confusa.
-Amira hija, ¿dónde vas tan corriendo?
-A luchar por lo que merece la pena – contesta Amira mientras hecha a correr de nuevo.
Ella no puede verlo porque ya se ha ido pero su madre no puede borrar la sonrisa de orgullo de su cara.
Dani se mira al espejo por última vez, se ve un poco raro pero es un raro bueno, la verdad es que le gusta cómo le queda lo que lleva puesto. Sin querer perder más tiempo coge las llaves de casa y se dirige a la puerta. Cuando la abre para salir se queda petrificado al ver a Amira en el descansillo dispuesta llamar al timbre. Dani no puede dejar de mirarla, no sabe si por la sorpresa de verla después de una semana o por lo espectacular que está con el hijab dorado. Dani ve como Amira lo mira de arriba abajo y sonríe mordiéndose el labio. Dani siente como se pone colorado por momentos, tal vez no ha sido buena idea vestirse así porque ahora se siente un poco ridículo.
-¿Qué…qué haces aquí? – pregunta Dani finalmente
-Pues…venía a invitarte a la celebración del Eid pero…veo que ya estás listo. – dice Amira refiriéndose al panjabi negro que Dani lleva puesto. Amira se detiene en un detalle de la ropa y alargando la mano lo roza suavemente. Después se da cuenta de lo que está haciendo y da un paso atrás – Perdón, perdón…es que…es dorado.
-Sí yo…lo compré hace unas semanas, cuando me dijiste que ibas a llevar el hijab dorado para Eid…no sé pensé que podría sorprenderte yendo a juego. Lo sé, es un poco tonto pero…
-No – le corta Amira – no lo es. Me encanta de verdad y…te queda genial.
-Y tú estás preciosa – dice Dani sin poder contenerse.
Ahora es Amira la que nota como el calor le sube a las mejillas y trata de evitar la mirada de Dani.
-¿Quieres pasar y…hablamos? – le pregunta Dani no muy seguro de si aceptará.
Amira asiente y Dani se hace a un lado para que ella pase y se dirija al salón. Tras cerrar la puerta él la sigue.
-Ami yo…-comienza a decir Dani pero se da cuenta de que le falta algo – Espera un momento.
Sin esperar respuesta de Amira, Dani se dirige a su cuarto y coge los papeles que tiene encima de su mesa. Cuando vuelve al salón se los da directamente a Amira que los coge y los inspecciona con confusión.
-Artículos sobre el Islam, pasajes del Corán ¿Dani qué es esto?
-He estado investigando para…aprender y entenderlo todo mejor…para entenderte mejor. Es lo primero que tendría que haber hecho cuando empezamos a salir, lo siento.
-Yo tampoco te expliqué nada – admite Amira.
-No es tu responsabilidad enseñarme.
-Pero te lo hubiera puesto más fácil todo.
-Ami yo…- Dani trata de buscar las palabras correctas para expresar lo que siente – yo quiero estar contigo, con todo lo que eso conlleva. Sé que es difícil y que aún tengo mucho que aprender pero, quiero intentarlo, de  verdad que sí. Yo sé tú piensas que yo me estoy perdiendo cosas por estar contigo, o que me vas a agobiar o no sé qué mas, pero es que no es así Ami, de verdad que no. Yo no quiero estar con otra chica, yo quiero estar contigo porque nadie puede darme lo que tú me das. Y me da igual no poder besarte, porque todo lo demás me compensa. Estar contigo no es un esfuerzo, es un regalo. Y que yo qué sé Ami, que yo te quiero. – Amira abre los ojos como platos ante las últimas dos palabras de Dani, es la primera vez que se lo dice. Dani ve la reacción de Amira pero no hace que se eche atrás y decide repetirlo para que le quede claro – Te quiero, Ami.
-Pero, ¿tú sabes dónde te estás metiendo?
-Sí, ahora sí lo sé – dice Dani señalando a los papeles que sigue sosteniendo Amira – y seguiré aprendiendo. Pero necesito que confíes en mí, que no estés pensando que voy a aburrirme y a huir. Aún tengo mucho que aprender y entender, pero te prometo que lo voy a hacer. Necesito que confíes en mí.
Amira se queda en silencio tratando de procesar todo lo que acaba de decirle Dani. Sigue teniendo miedo, eso está claro, pero la parte de ella que quiere saltar al vacío y estar con él es mucho más grande que el miedo. Está harta de negarse a ser feliz por tratar de quedarse en el lado seguro. Sabe que va a ser difícil y que tendrán que enfrentarse a muchas cosas pero, como dijo Cris, juntos será más fácil.
-Confío en ti – dice Amira con sinceridad. Después, y aunque le tiemblen las piernas al admitírselo no solo a él sino también a sí misma añade: - Y yo también te quiero.
Cris los ve llegar y no duda en dejar la conversación que estaba teniendo con Hugo a medias para acercarse a Amira y Dani cuando entran en la azotea.
-¿Y? – les pregunta tras acercarse a ellos.
Dani y Amira se miran y se sonríen, después miran de nuevo a Cris.
-Cris, estoy saliendo con tu hermano – dice Amira.
-Y yo estoy saliendo con tu mejor amiga – añade Dani.
Cris los mira por un momento y sus labios se curvan lentamente en una sonrisa que cada vez se hace más grande.
-Yassssss – casi grita Cris saltando de alegría y tirándose a los brazos de ambos. Cuando los suelta mira a Amira – Tía que somos cuñadas, ¿te lo puedes creer? – sin dejar tiempo a que Amira pueda contestar se dirige a su hermano – Y tú, que ni se te pase por la cabeza que Amira te vaya a querer más a ti que a mí, que Amiris es lo más real que hay.
Dani y Amira se echan a reír a niegan con la cabeza. Esta reacción de Cris les hace sentir mucho mejor con su decisión, desde luego mejor que la última vez que se lo contaron.
-Anda, que voy a buscar algo de beber. ¿Queréis algo? – dice Dani aun riendo.
-Sí, yo voy contigo – le contesta Amira
Tras servirse la bebida Dani y Amira se quedan charlando junto a la mesa, aunque la privacidad les dura poco porque en seguida los padres de Amira se acercan a la pareja.
-Hombre, Dani, ¿qué tal? Ya hace tiempo que no te vemos por casa, desde la última vez que viniste y te declaraste a Amira no te hemos vuelto a ver.
Dani, que estaba dando un sorbo a su bebida casi se atraganta ante las palabras del padre de Amira.
-¡Baba! – grita Amira escandalizada y mirando de su padre a su madre que lo único que puede hacer es sonreír.
-¿Qué pasa? ¿Era un secreto? – pregunta el padre de Amira confuso.
Amira y Dani se miran y se echan a reír, enseguida la madre de Amira se les une ante un Mustafá que sigue sin entender el chiste.
Más tarde, Amira se pasea por la azotea, mira a su alrededor y sonríe. “Ahora sí”, piensa, “ahora sí que están todas las personas a las que quiero”. Y se siente la chica más afortunada del mundo.
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asensio2marial2022 · 6 years
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Capítulo 2 - MÍRAME
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Salgo de la estación metro que se encuentra abarrotada de gente y no es para menos. Hoy es la presentación de uno de los jugadores del Real Madrid con más futuro. Una joven promesa. Así que como puedo consigo salir a la calle. Miro a mi alrededor y respiro el aire fresco que agradezco, ya que estamos en pleno agosto y el calor es insoportable, sobre todo en la zona del metro.
Camino y me dirijo hacia el estadio Santiago Bernabéu. Os estaréis preguntando que hago y la verdad es que ni yo entiendo porque finalmente estoy aquí. Hace aproximadamente un mes me llegó una invitación a casa. Estoy totalmente segura que él no la envió, probablemente su padre, ya que no ha roto la relación de amistad con mis padres. Al principio pensé en no venir pero después de pensarlo… Os podéis imaginar a que conclusión llegué, porque aquí me tenéis.
Pero pensé en todo lo que habíamos vivido, en todo lo que habíamos pasado y todo lo que nos prometimos… Que no puedo perderme este día, este día tan importante en su vida. Y es que para Marco, hoy, hoy es el día en el que culmina tantos años de sufrimiento y esfuerzo. Hoy es el día en que su trabajo se ve recompensado y su sueño se cumple. Por fin, después de tantos años.
No podía perdérmelo, independientemente de todo lo que nos ha pasado, no me lo perdonaría jamás si no asisto.
Así que aquí estoy, con la invitación en mano y en la entrada a la sala de presentación. Tiendo mi invitación al guardia de la entrada y tras verla me deja pasar. Cruzo los pasillos y veo la sala de reuniones repleta de gente y de periodistas. Me supongo que mi sitio está delante con el de la familia y amigos, pero me rehúso a ir allí, por lo que opto por quedarme sentada en la última fila. Lo justo para ver el acontecimiento sin que nadie se dé cuenta de mi presencia.
Al cabo de unos segundos lo veo entrar por la puerta seguido por el presidente. No ha cambiado absolutamente nada, está mucho más guapo que antes y se nota que ha madurado desde la última vez que le vi, hace ya cinco años. Una sonrisa se me dibuja al verlo con traje y tan serio mientras se sienta junto a su padre, su hermano y su representante en primera fila. Le noto que está nervioso, yo también lo estaría.
De pronto una voz suena indicándonos que llega el inicio de la presentación. Para empezar nos muestran un video sobre Marco jugando en los diferentes equipos en los que ha estado, desde sus inicios en el primer equipo en Mallorca.
Después sube al estrado el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, quien da un discurso muy bonito sobre quién es Marco Asensio y su historia con él. Un día en el que yo también estaba presente, el día en que se encontró con Florentino cuando era pequeño y su madre le dijo que Marco acabaría jugando en el Real Madrid.
Cada vez me voy poniendo más y más nerviosa, ya que llega el momento en el que Marco tiene que dar su discurso. Sé que él va a estar más nervioso que yo, pero no puedo para de mover las piernas.
Me siento tan orgullosa de él… De hasta donde ha llegado… Que ahora solo puedo centrarme en esto y en lo demás dejarlo de lado.
Llega el momento y Marco se levanta de su asiento y se dirige al estrado. Se para frente a él, hace una pausa y comienza a hablar. Es el momento en el que mi corazón se encoje al verle así.
-       Hola a todos. Para mí es un día muy emocionante y es un privilegio el poder estar aquí, porque… porque es algo que he soñado desde pequeño. Por eso quiero agradecer la confianza al presi, al club, que me ha mostrado desde el primer día que estuve aquí – comienza a decir y le veo inquieto moviéndose de un lado a otro – Y ahora trabajaré y me dejaré la piel para poder seguir llevando esta camiseta durante muchos años. Por último… - En cuanto oiga esas palabras sé lo que viene ahora – Me gustaría agradecer a mi padre, a mi hermano, a Horacio…
Marco para de hablar porque sé que no puede seguir, sus palabras se entrecortan y en su mirada veo tristeza, una tristeza acompañada por lágrimas, haciendo que simplemente no pueda aguantar más y yo también me ponga a llorar. Me duele verle así. Mucho, porque sé lo que significa.
-       Y a mi madre – consigue decir cómo puede mientras la gente le aplaude para mostrarle su apoyo.
En ese instante su mirada se cruza con la mía. Veo confusión como si no pudiese creer lo que está viendo, pero aquí estoy Marco. Nos quedamos mirándonos durante unos segundos, unos que sé nos hacen eternos a nosotros pero que en realidad son un suspiro.
-       Y a mi madre – consigue decir finalmente mientras la emoción le puede – que sé que desde arriba, siempre me está apoyando – acaba de decir y se da la vuelta para que nadie le vea llorar más.
Durante estas últimas palabras no ha parado de mirarme, cómo si mes las dijera a mí. Y yo… yo no he podido evitar que mis lágrimas comiencen a surcar mis mejillas.
Se me parte el alma verle así.
Después de unos segundos, Marco se hace las fotos con su camiseta, tanto con el presidente como con su familia. Así como unas fotos él solo.
Aún así su mirada no deja de posarse a cada rato en mí y al verle mirar tanto hacia el fondo de la sala su padre, Gilberto, me ve, sonríe y se acerca a mí.
-       ¿María? – pregunta para cercionarse que soy yo y yo simplemente asiento – Me alegro que hayas venido cariño – me sigue diciendo mientras me sonríe – Vamos al campo ahora ¿vienes?
-       Lo siento Gilberto, pero me tengo que ir – le respondo un poco más seca de lo que me habría gustado.
-       ¿Qué os ha pasado? – me pregunta intentado entender todo lo que nos pasó.
-       Olvídalo, Gilberto – le digo para que dejemos el tema a un lado – Me ha encantado verte – le sonrío.
A lo lejos veo como Marco intenta poco a poco acercarse hasta donde estamos, no deja de mirarme. Pero no puedo, no puedo tenerle cerca.
-       ¿Puedes darle esto a Marco? – le pregunto a Gilberto mientras le tiendo un sobre – No le digas que te lo he dado yo – le digo mientras él asiente confuso y me coge el sobre que le estoy tendiendo.
Me despido de él con un beso en la mejilla y me doy la vuelta para irme cuando veo que Marco solamente está a unos pasos de mí. Siento como coge mi mano, nuestras manos se vuelven a unir, a sentir después de tanto tiempo. Vuelvo a girarme para encontrarme con su mirada. Una mirada llena de sentimientos, confusos, como lo que estoy sintiendo ahora mismo.
Va a hablar pero alguien que no conozco le pregunta a Marco y aprovecho el momento en el que afloja mi agarre para marcharme de esa sala. Casi corro hasta la salida y cuando salgo a la calle, intento controlar mi respiración. No me había dado cuenta de que mi corazón iba a mil por hora. Aunque no debería de extrañarme, siempre me ha ocasionado esto.
  Suele decirse que cuando una persona no quiere que la encuentren, que la vean, al final, en lo más profundo de su ser está gritando: ¡MÍRAME! Y eso es lo que finalmente tiene, que las miradas se encuentren, que los sentimientos y pensamientos guardados en lo más recóndito de cada uno, vuelven a salir a flote para recordarnos aquello que sentimos, para recordarme que siempre voy a estar atada a ti, que mis caminos siempre llevan a ti.
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cinelandia · 2 years
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Tráiler de “Tenéis que venir a verla” (2022), de Jonás Trueba. Dos parejas de amigos se reencuentran. Escuchan música, hablan, leen, comen, pasean, juegan al ping-pong... Con Irene Escolar. ESTRENO: 17 JUNIO 2022.
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alhenadabney · 6 years
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Ella
Para mi sorpresa, esta mañana, mientras preparaba el desayuno, escuché una llamada a la puerta. Cuando fui a abrir, no podía creerme que esa persona que acababa de llamar a la puerta de mi casa, era mi padre. Pero así era. Mi padre, se ha tomado unos cuantos días libres,y ha decidido venir a pasarlos aquí, a Godric's Hollow, aunque se irá el próximo lunes. Todos los veranos ha venido él, o nos hemos ido nosotros a Londres, a pasar unos días, pero no esperaba que fuera a adelantarse este año, por lo que no he podido sentirme más feliz. A James le hizo mucha ilusión verle entrar al salón, y a Dashiell le faltó tiempo para ir corriendo a abrazarle al grito de "yaye". Hemos pasado el día juntos, un día agradable y feliz, y cuando James ha vuelto de la tienda, ha decidido irse con Dashiell y Nina, a dar un paseo antes de la hora de la cena. Yo he decidido quedarme a hacer compañía a mi padre, que estaba algo cansado del viaje, y ahora que son más o menos las ocho de la tarde, té en la cocina, mientras él me espera en el salón. Tras servir el té favorito de mi padre en dos tazas diferentes, cojo la bandeja donde también he puesto un plato con pastas y sonriendo, salgo de la cocina, yendo hacia el salón, en el que entro mirándote.- He preparado té, papá... Tu favorito. -Digo sonriendo dejando la bandeja en la mesa de centro.
Estoy algo cansado por el viaje. Pero venir a veros a Godric's Hollow, siempre es el mejor de los alivios. Ver a mi precioso nieto otra vez y poder disfrutar de él, de tu compañía y de la de James, es lo mejor que me puede pasar, además de esta semana libre que pienso ocupar en estar contigo, ver a Harry, Ginny y su familia, y disfrutar de la calma de este pueblo que te alejó de mí pero te hizo grande. Y, por si fuera poco, vuelves a mi lado, con mi té favorito y unas pastas que ya sé que son deliciosas.- Mi favorito... -Digo con una sonrisa incorporándome en el sofá para coger mi taza de té y guiñarte un ojo.- Cómo me cuida mi niña…
Tu favorito... -Digo sin dejar de sonreír, mientras me siento a tu lado. Veo que te incorporas y que me guiñas un ojo, después de coger tu taza de té.- Eso siempre... -Te digo y cojo la mía, removiendo suavemente con la cuchara, pues antes en la cocina, ya le he echado azúcar. Doy un pequeño sorbo, y dejo la taza en mi regazo, apoyada en mis piernas, sujeta por ambas manos.- Como se nota que no está el niño, ¿eh? -Digo riendo.
Te sientas a mi lado y me traes esa calma profunda que llevas trayendo a mi vida desde que llegaste a ella. Remuevo mi té con la cucharilla, escuchando el sonido que hacemos los dos al moverlo. Doy un trago cerrando los ojos porque este sabor es miel para mi paladar. Y dejo la taza en la mesa riendo por lo que dices.- Es un tornado. -Digo sobre Dashiell.- Pero nos tiene el corazón robado a todos. -Digo con orgullo sobre mi querido nieto, tan guapo, tan bonito, con esos ojos negros que son de su padre y no míos, pero que tanto me gustan.
Río por lo que dices.- De los malos, además. -Bromeo porque aunque mi hijo es todo un rebelde, yo le adoro, y daría hasta la última gota de mi sangre por él, por eso sonrío cuando te escucho decir que nos tiene el corazón robado a todos. Bebo otro trago de té, y sonriendo, no dejo de mirarte.- Papá... ¿Yo también era así a su edad? -Pregunto con curiosidad, porque hay cosas de mi vida que aún no sé, y otras muchas cosas, que me encanta volver a escuchar de tus labios, porque aunque siempre que me las cuentas son iguales, cada vez que lo haces, recuerdas algunos pequeños detalles más, como todos.
Río contigo. Siempre tienes esa risa hermosa que hace toda mi felicidad. Te miro, sonriendo con orgullo y, cuando me haces esa pregunta sobre cómo eras tú a la edad de tu hijo, mi corazón responde antes que yo, lanzándose a palpitar con fuerza por la emoción de recordarte tan pequeña e indefensa en mis brazos, dándome una bendición en mitad de mi difícil vida. No fue fácil, pero aquí estás después de todo, convertida en una mujer envidiable. Emocionado, bajo la comisuras de mis labios hacia debajo.- Bueno... Eras un poco rebelde, pero menos nerviosa. -Respondo llevando mi mano a tu mejilla para pellizcarla suavemente entre mis nudillos.- Tenías mucho carácter y llorabas con mucha fuerza. -Digo cambiando el tono de mi voz. Vuelvo a coger mi taza de té.- Pero luego eras muy dulce.
Me fijo en tu expresión, tu mirada siempre ha estado llena de brillo, pero también llena de tristeza. Trago saliva mientras te miro, y cuando me respondes sonrío.- Dashiell es puro nervio... -Digo sintiendo una agradable sensación que me lleva a la infancia, cuando pellizcas una de mis mejillas, con tanta suavidad. Los padres tenéis ese don, el donde de trasportar a los hijos a su infancia, tengan la edad que tengan. Los padres, sois los héroes de la infancia de niños que el día de mañana, serán los héroes de sus hijos. Me muerdo el labio inferior mientras te escucho, y después sonrío pensando en que mi hijo también lo es.- Dashiell también es dulce. -Digo pensando en lo bonito que es cuando me besa. Siento una dulce nostalgia apoderarse de mí, y mientras tú coges tu taza de té, yo miro la mía entre mis manos. Hay algo por lo que nunca te he preguntado, y desde que tengo en mi vida a Ginny Potter, la única mujer que llena ese vacío, no dejo de pensar en ello, por eso te miro.- Papá... ¿Cómo era ella? -Pregunto sobre mi madre, de quien nunca he sabido nada.
Tu sonrisa es el eje de mi existencia. Verte feliz a ti, siempre me ha hecho feliz y yo he luchado toda mi vida para hacerte la niña más feliz del mundo. Sigues siendo mi niña, la más feliz, la más bonita. Y yo no puedo sentirse más orgulloso de lo que he conseguido. Contigo, ya lo he ganado todo. Me dices que Dashiell también es dulce y yo asiento porque también lo creo. Entonces llega un pequeño silencio. Yo doy un trago a mi té y dejo la taza en la mesa. Cuando te miro, tú ya me estás mirando. Lo que no imagino, es la pregunta que me haces después. Nunca antes me has preguntado nada sobre ella. Y no necesito nada para saber que, con "ella", te refieres a tu madre. Es una pregunta que me deja sin palabras, sin aliento, sin presente porque me lleva al pasado. Nunca te he hablado de tu madre. Nunca he podido, ni me he sentido capaz. Por eso, ahora, no sé demasiado bien qué decir. Bajo la mirada tragando saliva porque siento atascada la garganta.- Era... -Respiro porque casi me había olvidado de hacerlo.- Era especial…
Me doy cuenta del cambio en tu expresión, y de que tras bajar la mirada, tragas saliva, por eso yo también lo hago, aunque no puedo evitar una sonrisa cuando escucho tus palabras. Mis ojos se llenan de lágrimas mientras te miro. Me muerdo el labio inferior.- ¿Cuánto de especial? -Pregunto pensando en ti, en que debes estar aún enamorado de ella, en que aún debes echarla de menos.
Recuerdo a tu madre. Todavía me acuerdo de la primera vez que la vi, tan hermosa, con esos ojos verdes, su pelo parcialmente recogido, sus labios rojos, sus grandes pendientes... Tenía tantas cosas en su mirada... Escucho esa pregunta tuya y siento cómo un peso me oprime el pecho. Tenía tanto que me dejó sin nada. Pero sonrío porque, todo el vacío que me dejó en el corazón, lo llenó con tu luz. Te miro notando las lágrimas en mis ojos.- Tanto que no sé cuánto. -Respondo recordándola.- Te pareces mucho a ella... -Digo y luego señalo mi propia cara moviendo mi mano en un círculo delante de mí.- En la cara... -Digo con una sonrisa.
Te quedas en silencio durante algunos segundos, en los que debes estar recordándola. Ojalá yo pudiera meterme en tu cabeza y verla por primera vez, pero no puedo... Trago saliva y siento mis ojos llenarse aún más de lágrimas cuando veo las tuyas. Sonrío con tenuidad por lo que dices, y después, cuando me dices que me parezco a ella, siento una extraña sensación dentro de mí, que me hace tragar saliva con mucha fuerza. Me echo hacia delante para dejar la taza de té en la bandeja, y cojo tu mano con la mía.- ¿Si? -Pregunto en voz baja, sintiendo de nuevo esa rara sensación dentro de mí.
Tu bonito rostro me muestra tantas emociones, que me pregunto cuánto habrás necesitado saber de ella hasta hoy. Una hija, sin su madre, siempre tiene el corazón más vacío. Me pregunto si yo habré podido ocupar esa parte que ella no ocupó. Tu dulce sonrisa, a mí me hace sonreír, pero me deja inmerso en ese rincón melancólico donde vuelvo a encontrarla a ella, con su perfume de rosas y su aura de misterio mientras la música rallada sonaba desde un gramófono viejo. Me pregunto qué sentirás, pero pareces adivinar que a mí me duele lo que siento yo y dejas tu taza de té en la mesa para coger mi mano entre las tuyas, tan delicadas y casi siempre con ese olor a jabón. Asiento a tu pregunta y llevo la mano libre a la cartera que llevo en el bolsillo de mi pantalón. Son muchas las veces que condenamos a las personas a quedarse para siempre aunque no lo sepan. Y su recuerdo, guardado en una foto, ha estado siempre conmigo. Abro la cartera con una mano y tiro del borde de la foto deslizando con mi pulgar, para sacarla y mostrártela.
Te miro mientras te quedas en silencio, el silencio es la ausencia de palabras, o más bien son las palabras que no nos atrevemos a decir. Trago saliva de nuevo, acariciando el dorso de tu mano con la yema de mi pulgar, sintiendo mis ojos cada vez más llenos de lágrimas, por las tuyas, y por las extrañas sensaciones que empiezo a sentir, y entonces, veo que abres tu cartera, y tiras con cuidado de lo que parece una fotografía. Mi corazón se acelera, y tengo la tentación de no mirarla, de no mirar la foto de esa mujer que sé que no murió antes de que yo naciera, porque por tus reacciones, siempre he sabido que hubo algo más, pero no puedo evitar hacerlo, y aunque cierro los ojos un instante, vuelvo a abrirlos, y miro esa fotografía. Siento mi corazón detenerse cuando veo su bonito y joven rostro, un rostro similar al mío aunque ella era mucho más guapa. Me quedo paralizada viendo esa foto, sintiendo cosas que no podría describir con palabras, y las lágrimas comienzan a rodar por mis mejillas, mientras mi mano se mantiene quieta en la tuya.
No es justo que un padre de a conocer a una madre a su hija través de una fotografía. No es justo que tú no te atrevas si quiera a mirar, que dudes si mantener los ojos abiertos o cerrarlos, como haces por un breve espacio de tiempo. Yo aferro tus dedos con los míos, sosteniendo la foto en la otra mano. No puedes decir nada... Solo la miras, y no sé qué puede estar pasando por tu cabeza. Casi parece que sostengo en mis dedos un espejo de papel. Pero las lágrimas que corren por tus mejillas, no corren por las suyas. El tiempo es cruel y traicionero y, una fotografía, la peor de las ilusiones, capaz de inmortalizar para siempre a alguien en un único instante irrepetible. Cuando ambos juegan juntos, consiguen la más dura de las quimeras. Un recuerdo, quieto, imperecedero, imperturbable. Pero verte llorar, me duele y no puedo evitar que mis lágrimas me abandonen mientras la foto de tu madre tiembla en mis dedos.- ¿Verdad que se parecía a ti? -Pregunto con la voz tocada por las lágrimas.
Veo esa fotografía temblar entre tus dedos como si tuviera frío, y mientras la miro, mientras veo a mi madre por primera vez, no puedo evitar pensar en cómo y dónde estará, por mucho que la haya odiado durante toda mi vida. Al verla, me doy cuenta de que en verdad, nunca la he odiado del todo. Asiento con la cabeza.- Sí, pero ella era más guapa... -Digo hablando de ella en pasado, sintiendo un escalofrío al pensar que tal vez ya no exista. Estiro la mano, parando el movimiento de esa fotografía con mis dedos, aunque no me atrevo a cogerla del todo.- ¿Cómo...? ¿Cómo os conocisteis? -Me decido a preguntar sin apartar mi mirada de esa vieja fotografía.
Tus hermosos ojos verdes, tan iguales a los de ella, guardan tantas emociones que me pregunto si podré descubrirlas todas. Soy la persona que más te conoce y sin embargo ahora me pareces un enigma. Hay dolor, nostalgia, emoción y hasta diría que una cierta alegría. No encuentro el odio en el fondo de tus pupilas y me pregunto si, solo por ser tu madre, o por el desconocimiento de su historia, no eres capaz de odiarla. Me dices que ella era más guapa y yo beso tu mejilla, llevándome el sabor de las lágrimas en los labios.- No... Tú eres preciosa, mi pequeña... -Digo notando tu mano parando el temblor de mi mano como si pararas el tiempo antes de lanzar esa pregunta dubitativa. Una pregunta, que me pone un nudo en la garganta y un profundo peso en los pulmones. Y solo se me ocurre una respuesta, mientras mi mente viaja a aquella dura juventud.- Nos encontramos buscándonos la vida. -Respondo escuchando el veloz latido de mi corazón. Y es verdad. Empujo más la foto contra tu mano para que la cojas tú.- Yo buscaba más amor que vida. Y la encontré a ella.
Trago saliva, cuando te quedas en silencio, y vuelvo a hacerlo cuando me hablas. Me dices una frase que eriza el vello de mi piel, pero después de escuchar el principio de tu historia con ella, el principio de mi historia, puedo coger esa fotografía. Suelto tu mano para cogerla con ambas manos, mirándola mientras te escucho, queriendo ver en esa foto todo lo que me estás contando, y mientras me fijo en sus bonitos ojos, sonrío con tenuidad.- ¿Ella era vida? -Pregunto deseando que sigas contándome tu historia con ella.
Mis manos se quedan vacías. Una por el abrigo cálido de las tuyas y la otra por ese recuerdo en una fotografía que tú acoges entre las tuyas. Puedo verte sonreír y yo sonrío llevándome mis lágrimas en mis manos, decidiendo tomar aire para contarte la historia de tu madre, que tanto tiempo me he guardado para mí. Y tu pregunta me produce un escalofrío.- Ella lo era todo. -Digo y vuelvo a aquella calle londinense, tan pobre como yo.- Yo no tenía nada, solo una vida dura y  un camino lleno de obstáculos. Hablaba con poca gente, no tenía amigos y pasaba la mayor parte del tiempo solo... -Digo recordando aquellos días de soledad, la falta de confianza, la ausencia de amistad y amor. Empiezo a contarte. Aunque, lo más duro de la historia, por mucho que se resuma en unas pocas palabras, está por llegar.
Trago saliva sintiendo las lágrimas rodar por mis mejillas, y te miro. Siento tu dolor como si fuera mío. Lo que me cuentas, duele. Me duele tu soledad, la ausencia de amistades, y de amor, el vacío de tus bolsillos... Siento un escalofrío, pensando por un momento en que aunque ya no, ella te hizo feliz, te dio todo aquello que no tenías, porque a veces encontramos todo eso que buscamos, en una sola persona. Me muerdo el labio inferior escuchándote, mientras siento las lágrimas rodar por mis mejillas, esperando que sigas.
Durante todos los años de tu vida, he querido borrar a tu madre de ti, sin darme cuenta de que no podría hacerlo porque ni siquiera podía borrarla de mí. Algunas personas llegan a tu vida para quedarse siempre. Y hasta se ha quedado en tu preciosa vida. No puedo verte llorar, por eso bajo la mirada a mis manos, que uno entre la separación que queda entre mis rodillas. Tomando aire por la boca, intento proseguir con la historia que quieres escuchar. No me voy a llevar tus lágrimas porque sé que, si lo hago, será en vano y volverás a llorar después.- Decidí ir a un lugar al que nunca había ido. Pero llevaba tiempo dando vueltas a esa idea y no quería quedarme sin descubrir qué podría encontrar allí. -Digo y trago saliva porque se me atascan las palabras.- Para todos estaba mal visto. Solo personas con mala vida se dejaban caer al otro lado de algunas de sus puertas. O algunos que buscaban cosas que no encontraban en las personas con quienes compartían su vida. -Te cuento preparándome para desvelarte la peor parte.- Yo pertenecía a los primeros, pero no era drogadicto, ni alcohólico como otros muchos. Ni tampoco alguien que se movía por los vicios ni los placeres. Yo solo quería conocer el amor. -Me muerdo el labio inferior.- Y la conocí en ese lugar. -Digo tragando saliva después.- En el burdel donde se ganaba la vida…
Te miro viendo la postura que adoptas en este instante, uniendo tus manos entre tus rodillas, para seguir contándome tu historia, su historia, nuestra historia. Yo me muerdo el labio inferior tratando de no llorar, sintiendo una extraña calma dentro de mí al conocer poco a poco, la verdad de esa historia que hace mucho que desconozco. Me dices que decidiste ir a un lugar al que nunca habías ido pero al que llevabas mucho tiempo queriendo ir, un lugar que estaba mal visto para todos, pero yo no pienso en nada, no pienso en adivinarlo, solo pienso en seguir escuchándote. Me dices que era un lugar donde solo iba la gente de mala vida, o la gente que no encontraba en sus casas lo que quería, y que tú estabas en el primer grupo aunque no eras drogadicto, ni alcohólico, que tú solo querías conocer el amor. Las lágrimas ruedan ahora veloces por mis mejillas, y me doy cuenta de que tragas saliva. Entonces me dices unas palabras, que detienen el curso de mis lágrimas, unas palabras que paran mi corazón, y me hacen sentir un escalofrío.- Era... ¿Prostituta? -Digo casi sin voz.
Cuando la realidad se pronuncia en alto, se hace más real. No existen florituras para las cosas que son reales. No hay que adornar una historia real suavizando las palabras o intentando ponerlo todo más dulcificado. Por eso, cuando haces esa pregunta, asiento con la cabeza. Parece que todo se vuelve denso y hasta me cuesta hacer ese movimiento tan simple.- Era prostituta. -Afirmo y te miro.- Pero me enamoré de ella. -Digo con una sonrisa como si, esa parte más bonita de la historia, lo cambiara todo.- Yo era virgen. Ella había tenido a muchos hombres en su cama. -Te cuento en confianza, aunque me cueste. Todavía, después de tanto tiempo, sigo notando acelerarse mi corazón cuando la pienso. Quizás, el  hecho de tener algo tan guardado, ha hecho que sea como si el tiempo se hubiera parado para mí en ese momento.
Veo que asientes con la cabeza y después me miras para hablarme y confirmármelo. Mi madre era prostituta, no sé si por placer o por ganarse la vida, pero lo era. Trago saliva sintiendo como las lágrimas dejan de estar en pausa, y empiezan a caer por mis mejillas, esta vez con una fuerza mucho mayor. Suelto la foto con la mano izquierda para coger la tuya, cuando me dices sonriendo que te enamoraste de ella. Tu historia de amor con mi madre, me recuerda a la historia de amor de una película, pero me duele. Intento sonreír, pero mi sonrisa se queda en un amago. Asiento con la cabeza levemente, para que sigas contándome esa historia que tanto me pertenece, mientras que aprieto tu mano suavemente, sin dejar de acariciarla al hacerlo.
Coges mi mano de nuevo porque sabes que lo necesito. Tú eres mi hija, tú lo sabes todo sobre mí, o casi todo, pues desconoces gran parte de mi vida. Hago lo posible por no llorar, aunque me duele verte llorar a ti más que nada en este mundo.- Estuvimos tiempo juntos... -Prosigo cuando te veo asentir, mientras la caricia de tu mano me reconforta.- Frecuentaba ese burdel solo para verla a ella. -Me alzo de hombros sintiéndome como un idiota ahora que te relato la historia de mi amor con tu madre.- Nadie lo sabía, pero yo solo entraba a su habitación para estar a su lado. No me importaba cómo, pero sí el mayor tiempo posible. -Digo sin poder evitar una leve sonrisa llena de recuerdos. Desvío la mirada a algún punto del salón que apenas aprecio.- Creo que ella me amaba como yo le amaba a ella... -Te cuento escuchando mi propia voz romperse.- Pero un día me dejó... -Me alzo de hombros apretando los labios, lidiando con las lágrimas para no llorar, aunque me falte el aliento.- Me prohibió que fuera al burdel y hasta que pagara por verla. Los días pasaron y se me hicieron muy largos. -Te miro a los ojos.- Hasta que un día quedó conmigo para vernos de nuevo...
Tus palabras, hacen mella en mí, hasta tal punto de que sin ser mías, se me atascan en la garganta. Me estás contando cómo fue tu historia de amor con la única mujer que has amado en tu vida, una historia de amor que aunque no sea idílica, lo es, como lo son todas las historias de amor. Me muerdo el labio inferior con mucha fuerza al mismo tiempo que aprieto tu mano, cuando me dices que un día dejó de ir a verte, te prohibió incluso que fueras al burdel, que pagaras por estar con ella... Trago saliva con mucha fuerza, y abro los labios para poder respirar, porque me falta el aire. Vuelvo a morderme el labio cuando me dices que un día quedó contigo para volver a verte.
Los recuerdos duelen porque son momentos de nuestra vida que solo podremos repetir de una manera extraña. Lo único parecido a un recuerdo que encuentro, es un sueño. Está ahí, dentro de nosotros, pero ya lo hemos vivido, ya ha pasado y solo queda repetir aquellas imágenes una y otra vez de la misma manera que lo hacen las fotografías, pero en nuestra mente. Vuelvo a aquel día, cuando la vi otra vez. Y entonces sonrío apretando tu mano.- Cuando nos encontramos, después de tanto tiempo, ella no estaba sola... -Te cuento sin poder retener las lágrimas por más tiempo. Posiblemente pienses que un hombre la acompañaba, que había encontrado a alguien y que nunca me amó, como yo siempre creí y sigo creyendo. Pero sigo hablando.- Fue la única vez que te vi en sus brazos, Arlene... -Digo llorando como si hubiera necesitado hacerlo hace mucho.-  No me dijo que se había quedado embarazada... Solo te entregó a mis brazos. -Tiro de ti con suavidad para abrazarte.- Y te cuidé siempre…
Después de un nuevo y breve silencio que se me antoja eterno, sonríes apretando mi mano, y me dices que cuando os encontrasteis de nuevo, ella ya no estaba sola. Pienso en que quizá iba con alguien, que se había enamorado de otro hombre, que se había olvidado de ti, pero cuando escucho tus palabras, no puedo evitar sentir un intenso escalofrío, quizá el escalofrío más grande que he sentido en toda mi vida. Vuelvo a quedarme sin aire, vuelvo a perder el pulso de mi corazón, vuelvo a quedarme sin poder llorar, pero entonces tú me salvas, me llevas contra ti para abrazarme mientras lloras, y yo me quedo inmóvil, pensando en lo que acabas de decirme, dándome cuenta de que el motivo por el que no quería volver a verte, era yo... Su embarazo, su futura maternidad. Suelto tu mano para rodearte con los brazos, apoyando mi rostro en tu pecho para escuchar el latido de tu corazón, y aunque no puedo llorar cierro los ojos. No sé lo que he sentido con eso último que me has contado, me harían falta millones de años para poder expresarlo con palabras, para poder definirlo, y ni siquiera sé si lo lograría entonces... Aunque siento calma, cuando me dices que me cuidaste siempre.- Papá... -Digo y ahora sí, puedo volver a llorar, abrazada a ti.
Mi niña, mi vida, mi todo... Lo más maravilloso que ella me dejó. No quiso cuidarte porque no pudo y yo, que creía que no podría, te saqué adelante. Me he sentido un cobarde muchas veces por no hablarte de ella y, ahora que te tengo entre mis brazos y sabes toda la verdad, me siento libre y más pleno que nunca. Tal vez, tu madre, se arrepintió toda la vida del miedo que sintió, pero confío en que se siga acordando de ti. Y de mí. Cierro mis ojos, escuchando esa palabra que tantas veces me has dicho desde la primera vez que la pronunciaste. Eres madre... Sabes lo que significa. Y a mí me engrandeces.- Te quiero, pequeña... -Digo mientras lloro abrazado a ti, escuchando el leve sonido de tu llanto.
—Arlene y Frank Gardner
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amorypalabras · 3 years
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*No desliceis si no habéis leído las anteriores partes, la sinopsis contiene spoilers* 🔻 "Habría dado mi muerte, como él daría la suya, para pasar el resto de mis días junto a él, hasta el infinito, más allá del ocaso del mundo, más allá de la inmortalidad y de vagar en el universo como dos estrellas lejanas o flotar unidos en el vacío cuando nada de eso existiera." Agua (Tara G.) 🔻 Tercera y penúltima parte de esta saga de fantasía juvenil que sigue mostrándonos la historia de Ada, una chica que ha cambiado su vida por completo desde el primer libro, y que ha evolucionado a pesar del poco tiempo que transcurre entre uno y otro, y a pesar de que siga haciendo cosas que, al menos a mí, me cabreen, sobre todo en cuanto al amor se refiere. Es un libro cuya historia gira en torno a la búsqueda de cuatro objetos mágicos que representan a los cuatro elementos (y que me han hecho comprender el por qué del título de los libros), y que Ada necesita para llevar a cabo su propósito. Al mismo tiempo que seguimos descubriendo lo que Anscar se propone y su alianza con un nuevo grupo, la Organización, quizá el más peligroso de ambos bandos. A las puertas de la batalla final, Ada se encontrará con nuevos personajes, nuevos aliados, y nuevos sentimientos, mientras lucha y se debate por hacer lo correcto. Acción, lucha, misterio, sorpresas, amistad y amor, eso es lo que nos encontramos en 'Agua', mientras nos preparamos para lo que está por venir. Os lo recomiendo si os gusta la fantasía juvenil, tiene todo para engancharos y encantaros. 🔻 Tenéis la reseña completa en el blog. ¿Os pasáis a verla? Link en la bio (linkup). 🔻 ¿Qué libro estáis deseando leer este verano? Yo Los jardines del agua 🥰 🔻 🔻 🔻 #SagaInfinito #TaraG #lxleditorial #sagadefantasía #librosfantasticos #librosleidos2021 #librosdefantasia #literaturafantastica #librossobrenaturales #librosconmagia #literaturajuvenil #librosquemeleíenel2021 #librosleidosjunio #librosqueleer #librosjuveniles #librosquedebesleer #librosquesorprenden #librosconromance #leoycomparto #leoautoras #leoyreseño #leoyrecomiendo #recomendacionesliterarias #recomiendolibro #recomiendolibros #recomiendofantasia #recomiendolecturas https://www.instagram.com/p/CRCOvrKlVim/?utm_medium=tumblr
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amandosiesamente · 6 years
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Jimin Best Friend au (smut)
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Título: Jimin Best Friend au
Pareja: Park Jimin & T/N
Género: smut / fluff
Sinopsis: Jimin es tu mejor amigo pero escuchar una conversación que no debías puede cambiar las cosas...
Nota: Este fanfic forma parte de una serie que estoy haciendo con todos los miembros de BTS, según vaya subiéndolos haré una Masterlist ;)
¡DISFRUTAD!
La puerta se abrió y la sonrisa de Jimin me recibió cálida como siempre, mi mejor amigo me abrazó elevándome del suelo como un muñeco, como tenía ya por costumbre, aunque estaba apretando más de la cuenta.
-Podrías dejarme respirar- dije pegándolo en la espalda pero él cerró la puerta con el pie y caminó conmigo hacia el salón con las piernas colgando pude escuchar la risa de Taetae de fondo- ¡Yah! ¡Park Jimin bájame!- él me movió ligeramente bailando conmigo en brazos entonces decidí pasar al plan B, si no quería escuchar… actuaría por la fuerza, le di un mordisco y el me soltó al instante casi gritando.
-¡Salvaje!- dijo ofendido frotando la zona mordida, yo sonreí con inocencia.
-Te dije que me bajaras Jiminie- dije sentándome en el sofá, él puso un puchero y se sentó junto a mi con los brazos cruzados, no estaba enfadado de verdad, conocía demasiado a Jimin, desde que Hobi nos presentó fue como encontrar la pieza del puzzle que me faltaba, la confianza fue casi inmediata y desde aquel momento fuimos inseparables.
-¿Qué tal el trabajo T/N?- dijo Hobi sonriendo como siempre hacía.
-Me han echado esta mañana- dije sin mucho interés acomodándome en el sofá, aquella era casi como mi propia casa, de hecho pasaba más tiempo que en la mía propia.
Todos me miraron esperando una explicación, excepto Jimin que ya lo sabía y estaba segura que el extra de abrazo era por eso- no os preocupéis, simplemente estaba un poco cansada de que mangoneara el encargado y le contesté mal- sonreí satisfecha, aunque sabía que había cometido un error, había aguantado más de lo debido.
-Te veo súper afectada- dijo Yoongi sonriendo desde el sofá que estaba frente a mi.
-Prefiero tomármelo así- dije moviéndome y comenzando a usar la pierna de Jimin como almohada, él automáticamente comenzó a acariciar mi pelo, adoraba que me tocaran el pelo y él lo sabía- vacaciones temporales.
-Íbamos a ver una peli pero Jimin dijo que te esperásemos- dijo Tae con una sonrisa en los labios.
-No me lo digas- miré a Jimin que evitó mi mirada- es de terror ¿verdad?- le conocía demasiado bien.
-Dije que esperasen porque se cuanto te gustan a ti- dijo dejando de tocar mi pelo y le miré molesta levantándome de su regazo y sonreí para molestarle.
-Me gustan más porque siempre termino riéndome contigo- el resto se carcajeó sabiendo que era cierto siempre terminaba riéndome por las reacciones de Jimin ante la película, le saqué la lengua y el cogió aire.
-No se como eres mi amiga, en serio.
-Porque soy maravillosa y porque si no fuera por mi no verías ni una película que mostrara media gota de sangre- dije sonriendo.
-Al Cesar lo que es del Cesar- dijo Tae mirando a Jimin y él frunció el ceño.
Comenzamos a ver la película, Jimin trató de no acercarse a mí durante un rato como hacía siempre cuando veíamos una película de terror pero cuando la cosa se comenzó a poner difícil fue cuando la historia se puso interesante y las escenas tensas se sucedían, de pronto una escena sangrienta le hizo dar un salto de su asiento, sin mirarle a la cara estreché una de sus manos entre las mías acariciándolas levemente, pude notar como la tensión de su cuerpo desaparecía, sonreí y me apoyé en su hombro, su mano libre pasó por encima de mi hombro sin disimulo alguno, siempre era así y no me molestaba, estaba tan cómoda que como era costumbre en mí me fui quedando dormida.
La voz queda de Jimin me despertó, parecía que la película había terminado pero simplemente dejé mis ojos cerrados disfrutando la comodidad del pecho de mi amigo.
-¿Cuándo demonios vas a decírselo Jimin?- dijo Namjoon en el mismo tono bajo pero pude escucharle perfectamente ya que su voz era fuerte y profunda.
-Shhh, no creo que sea momento de hablar de esto- noté como se movía levemente.
-En algún momento debes decirle lo que sientes- dijo Hobi- T/N no es idiota, seguramente lo suponga.
-¿Tú crees?- su mano acarició mi pelo haciendo que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo- yo creo que no se da mucha cuenta- un suspiro abandonó sus labios y aún con los ojos cerrados sabía cuál era la expresión de su rostro, lo conocía demasiado bien.
-Por eso mismo debes decírselo, antes de que sea tarde y te quedes para siempre en la friend-zone.
Tragué saliva y respiré profundamente, si estaba entendiendo bien... yo le gustaba a Jimin, pero eso... eso era imposible, siempre había visto lo bien que me trataba y lo cariñoso que era conmigo pero al ver como era con el resto de chicos supuse que era normal en él, además, no era nada especial como para gustarle, él era un famoso ídolo que compartía escenarios con chicas hermosas y podía tener a la mujer que deseara ¿que me hacía especial para que él se fijara en mi? Y la pregunta que me rondaba en la cabeza, una de millones que acababan de aparecer en mi mente taladrándome cada milímetro de mi cerebro ¿él me gustaba a mi?... era atractivo, claro que lo era pero...¿lo veía sólo como un amigo? ¿o algo más?
Esperé un rato a que la conversación cambiara y me desperecé apartándome de su lado con disimulo.
-¿Terminó la película?
-Si, no se como te has podido dormir viendo la película ¿no has tenido pesadillas?- negué con la cabeza.
-La película apestaba, no daba nada de miedo- dije con sinceridad.
-Avísame cuando una película que hayas visto te de miedo, para no verla nunca jamás- dijo Jimin.
-¿Vendrás a la fiesta?- dijo Namjoon sonriente.
-Ummm no sé- dije dudando.
-¿Uh?¿estás dudando de ir a una fiesta?- dijo Tae- ¿tienes fiebre o algo? – puso su mano en mi frente y le aparté la mano.
-No seas idiota, simplemente no estoy de humor para gente desconocida.
-Vamos nosotros- miré de reojo a Jimin que me miraba extrañado- no somos desconocidos- finalizó Jin.
-Ummm, ven un momento- Jimin agarró mi mano y me arrastró a su cuarto cerrando la puerta tras de sí- ¿qué demonios te pasa t/n?- puse la mejor cara de ignorancia que pude.
-No me pasa nada
-Dijiste que estabas deseando ir de fiesta…
-Ummm supongo que lo del trabajo me tiene un poco desganada- mentí y miré al dormitorio dándome cuenta de las nuevas circunstancias, estábamos a solas y ni siquiera sabía porque aquello me estaba afectando tanto.
-Ya… pero por eso precisamente la fiesta sería buena idea, venga, no será igual sin ti- un puchero se adueñó de su cara, justo ese puchero al que no me podía negar y él lo sabía…
-Jimin … no creo que…-me dio un abrazo inesperado y mi corazón comenzó a latir con fuerza ¿qué demonios me pasaba? Unas simples palabras no podían cambiar las cosas tan rápido.
-Porfiiiii- dijo apretándome contra él.
-Vale, vale- dije zafándome de forma suave de su abrazo- pero que sepas que no tengo ninguna gana.
-Verás como al final no te arrepientes de venir- dijo espachurrando mis mejillas, cada acto tan común entre nosotros resultaba ser una nueva experiencia- tienes la cara hirviendo ¿estas bien?-le di un manotazo suave.
-Claro que si idiota- dije espachurrando sus cachetes- tenéis la calefacción demasiado alta, él simplemente sonrió de forma estúpida ¿cómo no me había dado cuenta antes de la forma en que me miraba?, solté su cara- bueno, debería irme a casa.
-Quédate a dormir- otro puchero , pero a aquello no pensaba acceder, no aquella noche hasta que aclarara que pasaba dentro de mi.
-No puedo, le dije a mi amiga que iría de compras con ella en la mañana y ahora qué me obligas a ir de fiesta… debería tener algo que ponerme.
-Vaaale- revolvió mi pelo con cariño- pero cómprate algo matador, quiero ser la envidia de los chicos cuando baile contigo en la fiesta- le sonreí.
-Es más posible que sea lo contrario, como siempre.
Así que huí de casa de los chicos y volví a la mía, esa noche dormí fatal por su maldita culpa, estaba confusa y además era una tontería, él ni siquiera había aceptado esos sentimientos frente a mí, sólo había…bueno vale, le gustaba y ahora que lo sabía las obviedades se sucedían.
Llegó la noche de la fiesta y yo pasé todo el día en busca de ropa que ponerme y me descubrí queriéndome poner demasiado guapa cuando a la mitad de las fiestas que iba era en vaqueros, pero ahí estaba con una falda demasiado corta, una blusa y en tacones, aunque guardé mis converce en el bolso porque sabía que aquello no iba a durar. Me observé en el espejo durante un momento, desee cambiarme pero sonó mi teléfono, un mensaje.
ChimChim >Pequeña, estamos abajo, hemos decidido venir a buscarte en la furgoneta, bajaaaa yaaa>
Suspiré y cogí mi abrigo y mi bolso,la suerte estaba servida, coloqué mi cabello por última vez y bajé.
Agradecí con la vida que mi abrigo fuera largo y poder extender el tiempo que estaba tapada y segura, la puerta de atrás del coche se abrió y la sonrisa de Jimin me golpeó con fuerza, pude ver como la sonrisa se petrificó al mirarme.
-Estás… vaya…- entré y me senté a su lado ligeramente incómoda
-Buenas noches chicos- dije de forma genérica y todos respondieron ruidosamente como era costumbre en ellos- Park Jimin me tienes muy vista, deja de mirarme tan fijamente.
Vi sonreír a Tae por el espejo retrovisor.
-¿Son tacones eso que veo?- dijo ensanchando su sonrisa- ¿a qué viene ese milagro?- me encogí de hombros jugando con la manga del abrigo ligeramente nerviosa sintiendo la mirada de Jimin sobre mí, puse la palma de mi mano sobre su cara tapando sus ojos.
-¡Qué pares!- los chicos se rieron al quitarle la mano de la cara estaba ligeramente enrojecido- de verdad que no se a qué viene tanto revuelo, ni que nunca me hubierais visto arreglada- miré a Jimin un segundo y él apartó la vista echando su pelo hacia atrás como siempre hacía pero algo se encogió en mi estómago, yo también miré al frente.
El camino fue malditamente largo, o eso me pareció a mí, cuando por fin paró el coche desee salir corriendo y así poder quitarme el abrigo sin ellos delante, bueno, sin él… respiré profundamente y tomé una decisión, no quería que nada cambiara, y en un par de días todo lo había hecho, tenía solución, o eso pensaba yo, así que decidí actuar como sino supiera que le gustaba, además seguramente era un pequeño capricho, nadie dijo la palabra amor, solo le gustaba.
Bajamos del coche y caminé decidida entre los chicos, tenía un plan y debía funcionar. Entramos en la casa, la música inundaba el sitio y mucha gente bailaba repartida por zonas, otros bebían simplemente y otros directamente se comían a besos sin pudor alguno, me quedé mirando a una pareja que se besaba apasionadamente alguien hizo que me sobresaltara al tocar mi hombro.
-¿Envidia?- dijo Yoongi sonriendo de forma maligna.
-Ninguna- dije desabrochando mi abrigo y plantándoselo en las manos, pude notar las miradas de todos sobre mi- ¿puedes guardarme el abrigo Suga?- dije con retintín, sabía que solo le llamaba Suga cuando quería molestarlo.
-Sólo porque eres tú ¿eh?.
-Veo que alguien está decidida a que media fiesta le tire los trastos- dijo Namjoon sonriéndome y yo le saqué la lengua, en ese momento miré a Jimin que me miraba de arriba abajo moviendo la boca de forma absurda, Tae le golpeó y Jimin cerró la boca de golpe, hice con que no me afectaba aquello, aunque una pequeña llama de orgullo ardió en mi interior.
Nos adentramos en la fiesta y lo primero que hice fue coger una copa, necesitaría unas buenas dosis de alcohol para ignorar a mi mejor amigo, generalmente pasaba el 90% del tiempo de aquellas fiestas haciendo el tonto y bailando con Jimin, pero aquella noche mi plan era otro y no podía dejar que me desconcentrara de él.
-Hey, bebe tranquila- dijo Jimin intentando agarrar mi vaso pero yo le evite y lo solté cuando estaba ya vacío- ¿pretendes beberte todo el alcohol de esta fiesta tu sola?- dijo divertido pero su sonrisa se desdibujó cuando me vio coger otra copa y alejarme mientras me despedía con la mano, sabía que de alguna manera le estaba fallando, pero necesitaba dejar las cosas claras y que no intentara nada fuera de nuestra amistad y sólo se me ocurría que aquella manera era la mejor… estaba muy equivocada.
Cuando iba por la cuarta copa noté que debería haber parado a la segunda, pero la sonrisa no se iba de mi cara así que decidí bailar, eso bajaría el alcohol, noté como alguien evitaba que el suelo que se había acercado demasiado a mi cara se alejara de pronto.
-Hey pequeña- dijo Hobi sonriente- creo que el alcohol se ha terminado para ti por hoy- yo me agarré las manos de Hobi riendo mientras comenzaba a bailar.
-Hobiiii bailemos- él no perdió la sonrisa de la cara y comenzó a bailar conmigo sin moverme demasiado, en ese momento alguien agarró mi cintura por detrás, escuché la voz de Jimin.
-Yo cuidaré de ella Hobi- la parte sobria de mi quería huir, pero era tan ínfima que simplemente dejé que me abrazara relajando mi cuerpo , él me hizo girar sobre mi misma dejándome frente a él, llevar tacones hizo que su cara y la mía estuvieran peligrosamente cerca, por alguna razón una sonrisa estúpida se apoderó de mi cara- ¿te encuentras bien? – dijo con la preocupación dibujada en la cara, como respuesta planté mis manos en sus mofletes como hacía siempre y comencé a espachurrarlos.
-Con tacones es más fácil- dije riendo y entonces simplemente mis ojos se encontraron con los suyos y la presión de mis manos contra su cara menguó convirtiéndose en una caricia- eres asquerosamente guapo Park Jimin- dije con pena y él sonrió levemente, ni siquiera era dueña de mis palabras, el alcohol había dado libre albedrío a mi buen juicio.
-Estás muy borracha T/N -dijo mientras yo comenzaba a bailar en sus brazos al ritmo de la música y comenzó a moverse conmigo, sonrió de nuevo, mis brazos pasaron por sus hombros y aunque no era una canción lenta nos balanceamos como idiotas, acorté el espacio entre nuestras caras casi rozando mi nariz con la suya, pude notar como tragaba saliva con fuerza ante mi cercanía- T/N… no creo que sea buena ide…- no quería escucharle en aquél momento, mis labios tocaron los suyos con un beso lento, no hubo resistencia alguna y sentí como sus manos se aferraban con más fuerza a mi cintura pegando mi cuerpo al suyo, secretamente siempre me había preguntado cómo sería besar aquellos labios tan malditamente mullidos, si me hubieran preguntado jamás lo hubiera admitido, pero, maldita sea, sus labios eran el paraíso en la tierra, su lengua se deslizó cálida  rozando la mía haciendo que un gemido se ahogara entre nuestros labios, él se separó de mí y quise llorar por el abandono repentino de sus labios, abrí los ojos para encontrarme con los suyos, noté como sus manos soltaron mi cuerpo- estás demasiado borracha para que esto esté bien- te voy a llevar a casa antes de que hagas alguna tontería de la que te vayas a arrepentir mañana- me hizo girar sobre mi misma y comenzó a caminar tras de mí, pero me paré en seco cruzándome de brazos.
-No pienso moverme de aquí- sentencié haciendo toda la fuerza que pude.
-Esto es absurdo T/N- noté como me levantaba del suelo entre sus brazos, no pude evitar sonreír como una idiota mientras miraba su cara de nuevo tan cerca de mi, comenzó a caminar- Jin,voy a llevar a T/N a casa.
-Sin problemas ¿vuelves o te quedas a cuidarla?- pude escuchar la voz de Jin pero era lejana y ajena a mi, entonces encontré un punto de concentración nuevo, el cuello de Jimin, su mandíbula… toda aquella zona era un nuevo descubrimiento, sonreí para mi misma y comencé a acercar mis labios a su cuello, olía tan bien que simplemente pensé en que su sabor sería mucho mejor y mordí su cuello lamiendo la zona un segundo después, pude escuchar un gemido que golpeó contra mis oídos, escuché la voz de Jin de nuevo- no creo que vuelvas.
-No seas capullo Jin, no pienso aprovecharme de ella estando así- eso sonaba aburridisimo mordí de nuevo su cuello- ¡T/N para por dios!- dijo nervioso y yo reí contra su cuello- luego os aviso para que sepáis que hemos llegado bien.
-Nah, me fío de ti- dijo sonriendo- de ella… no tanto.
Sentí el aire frío de la noche contra mis piernas y Jimin me posó en el suelo con cuidado y agarrando mi cintura con uno de sus brazos con el otro me ponía un abrigo demasiado grande para ser el mío pero estaba demasiado mareada en ese momento para quejarme, nos dirigimos al coche y una vez sentada Jimin abrochó mi cinturón de seguridad por mí acercando su delicioso aroma a mi de nuevo, pero mis ojos se cerraron poco a poco  y en lo que parecieron segundos Jimin me sacaba del coche en brazos, me abracé a su cuello de forma perezosa y cuando llegamos a casa, ni siquiera sabía si era la suya o la mía,  me dejó sobre la cama con cuidado extremo como si fuera una pieza de cristal frágil y delicada, mis brazos no se soltaron de él.
-T/N debes dormir anda- dijo acariciando mi mano para que lo soltara, mordí su labio inferior a forma de negación y él cerró los ojos conteniéndose y cogiendo aire- cuando se te pase la borrachera me agradecerás que te parara- puse un puchero y él agarró mi cara entre sus manos cálidas- si cuando estés sobria sigues queriendo lo mismo, prometo dártelo, créeme, nadie lo desea más que yo…- aflojé mis brazos y con un puchero los alejé de él- si quieres me quedo aquí y duermo contigo- sonreí- pero te portas bien-se sentó en la cama y se tumbó a mi lado- eish, jamás te has puesto así estando borracha- dijo enfrentando su mirada a la mía, yo no dije nada y simplemente me acomodé abrazándole dejándome llevar por el sueño.
Me desperecé, supuse que horas después, Jimin seguía a mi lado pero él se había quedado dormido, un dolor de cabeza me golpeó de pronto y un segundo después miré a Jimin y me maldije, recordaba más o menos lo ocurrido, al menos la última parte cuando llegamos a casa, el resto era un conjunto de ideas mezcladas que no lograba descifrar y menos con ese dolor de cabeza. Agradecí a los cielos que Jimin hubiera sido la voz de la razón. Sentí como Jimin se removió en la cama y entreabrió los ojos, al verme despierta los abrió del todo.
-Hey,borrachilla- dijo poniendo distancia entre nosotros para poder ver mi cara mejor- ¿café?-negué con la cabeza- ummm ¿aspirina?- me incorporé sentándome en la cama.
-Voy yo ¿están donde siempre?- él asintió estirándose- ¿te importa que me de una ducha?
-¿Me ha importado alguna de las veinte mil veces que te has duchado?- dijo sonriendo.
-Ya… sí, era una pregunta absurda- Jimin se levantó y sacó una camiseta de su armario y me la lanzó a las manos- gracias.
-Te pones tú más esa camiseta que yo- dijo riendo y tenía razón.
Me dirigí a la ducha relajándome y quitándome el color a alcohol, me lavé los dientes y me tomé una aspirina del estante de las medicinas, me puse la camiseta que Jimin siempre me dejaba y salí hacia la cocina descalza disfrutando la comodidad de la ropa que llevaba puesta, me senté en el sofá por un momento relajándome y organizando ideas, en ese momento Yoongi salió de su cuarto con su típica cara de sueño.
-Hey bebedora- dijo con una sonrisa de medio lado, cogió una jarra y se sirvió café, se sentó frente a mi- me dijo Jin que os fuiste ayer… y que bueno…- sonrió mirando su café por un momento.
-No pasó nada-dije sacudiendo mi pelo disimulando mi vergüenza.
-Bueno que os comierais toda la boca en medio de la fiesta no lo llamaría que no pasara nada- mi boca se abrió ante su respuesta y el carcajeó- ¿no te acuerdas? Pues he de decir que se te veía bien…
-No se que demonios estaba pensando- dije tapando mi cara con las dos manos.
-Puede ser eso… que no estabas pensando- le miré atendiendo sus palabras- venga ya… os comportais como si ya fuerais novios desde… desde… ¿siempre?.
-Eso no es cierto- dije molesta.
-¿Ah no?- pasas todo tu tiempo libre con él, tienes cosas tuyas en la casa, tienes hasta cepillo de dientes… -me miró de pronto- dormís juntos- iba a abrir la boca pero levantó un dedo para callarme- hacéis las mismas cosas que hacen las parejas excepto la mejor parte… creo que es un desperdicio.
-Yo no quiero estropear nuest- Yoongi me cortó.
-Eso son gilipolleces, es obvio que os gustáis y que estáis a gusto juntos- en ese momento entró Jimin en el salón- y dicho esto me vuelvo a mi cuarto, no me molestéis- dijo señalando a Jimin y acto seguido me sonrió levemente.
-¿De qué hablabais?- preguntó sentándose a mi lado.
-De… bueno de ayer- Un silencio incómodo se hizo presente entre los dos, ahora que me habían recordado aquel beso en mi mente se formaban ideas borrosas sobre el tema, respiré con profundidad y al hacerlo solté la pregunta que rondaba mi cabeza- Jimin… ¿ayer te besé?-vi como se sonrojaba levemente.
-Sí, intenté detenerte pero estabas bastante borracha…- le miré como se ponía ligeramente nervioso- no es necesario que digas nada- comenzó a hablar deprisa  usando el satoori- no es como si...bueno, puedes olvidarlo si no quieres...si quieres bueno si, ya sabes , simplemente puedes hacer con que no ha pasado nada y…- no pude evitar sonreír antes de poner mis manos en su cara y darle un beso para que se callara, fue solo un pequeño beso sobre sus labios pero causó efecto, Jimin cogió aire y habló con más calma pero sin perder de vista mis ojos- me acabas de besar- asentí con la cabeza- no tienes nada de alcohol en el cuerpo… eso…significa…- apague de nuevo sus palabras dándole otro beso pero esta vez me tomé mi tiempo perdiéndome en sus labios, pasé mis brazos por encima de sus hombros y él me abrazó por la cintura acercándome a él, de alguna forma terminé sentada sobre él, a horcajadas, nos separamos durante un momento y apoyamos la cabeza el uno contra el otro, él sonrió- ¿cómo hemos llegado a este momento?.
-Hasta hace un rato no me he dado cuenta de muchas cosas.
-Yoongi hyung- dijo sonriendo- ¿qué te ha dicho?- preguntó curioso.
-Que somos como una pareja… pero sin serlo- él se carcajeó- sin lo bueno decía él.
-¿Y qué es lo bueno?- dijo con fingida inocencia.
-Sabes de sobra de que habla- dije haciéndome la dura.
-No, en serio, ni idea- dijo mordiendo su labio inferior- ¿qué cosas puedes hacer que no hacías antes?
-Puedo no hacerlas aún, ¿sabes?
-El problema es que- se acercó a mi oído y me dijo con aquella voz que tenía él- creo que si que quieres-
sonrió de forma atrevida y de pronto miró donde estaba sentada y cómo- para no estar borracha estás siendo muy atrevida ¿no te da miedo que te haga algo?- dijo pasando su mano con suavidad por uno de mis muslos.
-No me has hecho nada mientras estaba borracha y estaba siendo bastante más atrevida, si lo recuerdo bien…
-Ummm- sus manos subieron por debajo de la camiseta que él mismo me había dejado subiendo por mis piernas hacia mi trasero- ayer te prometí que si hoy querías lo mismo que… bueno, que me pedías ayer- me miró a los ojos buscando consentimiento por mi parte y de pronto vi la duda en sus ojos- pero si esto es demasiado deprisa para ti puedo parar- separó sus manos de mi con cuidado y agachando un poco la cabeza, sonreí ligeramente ante la ternura de su gesto y entonces agarré sus manos colocándolas donde estaban hacía un segundo antes, él alzó la mirada y no movió sus manos de donde las había dejado- ¿estás segura? sólo estaba bromeando… no hace falta que…- de nuevo le callé la boca con mis labios, él se aferró a mi cuerpo subiendo sus manos hacia mi espalda continuando con el beso de forma intensa, pero un segundo bajó de nuevo sus manos hasta mi trasero acercándome más a él, un gemido salió de mis labios amortiguado por el beso, se separó de mí sonriendo y sus labios comenzaron a recorrer mi mandíbula con pequeños besos dirigiéndose hacia mi cuello donde depositó un pequeño mordisco que hizo que un gemido mucho más sonoro saliera de mis labios, sentí su sonrisa de nuevo, llegó hasta mi oreja, dando un pequeño mordisco en el lóbulo de la misma, mordí mi labio aguantando soltar otro gemido, aquello no tenía sentido, simplemente me estaba besado y su aliento golpeó contra mi oído.
-Si eres tan ruidosa, todos saldrán a ver qué pasa- dijo dando otro mordisco a mi cuello y contuve las ganas de gemir de nuevo- eso es- besó mis labios de nuevo con lentitud recreándose en ello, su lengua rozó la mía de forma sensual, una de sus manos viajaban por debajo de la camiseta para acariciar mi pecho y la otra bajó en dirección a mi bajo vientre acariciando la zona por encima de mi ropa interior, otro gemido salió de mis labios involuntariamente ¿qué demonios me estaba haciendo? ni siquiera habíamos llegado a la parte interesante y me tenía con el corazón a mil por hora. Me movió con cuidado posándome sobre el sofá quedando sobre mí la camiseta era un desastre , tenía un hombro totalmente bajado, él tiró de la camiseta dejándome en ropa interior, se paró un momento para observarme y pasó una de sus manos sobre mi vientre, entonces posó sus labios sobre los míos de nuevo mordiendo mi labio inferior, siguió depositando mordiscos y lametones contra  mi pecho eliminando primero el sujetador, de verdad que estaba costando mucho no ser un gemido con patas en aquel momento, no ayudaban nada sus labios contra mi cuerpo semidesnudo,descendió por mi vientre bajando lo único que me separaba de estar vestida a estar absolutamente desnuda, me hizo flexionar mis piernas y comenzó a jugar conmigo, pasó su lengua por la cara interna de mi muslo acercándose peligrosamente a mi zona sensible, un gemido contenido salió de mis labios cuando su lengua tocó la zona exacta de mi sexo que hizo que arqueara mi espalda de placer y me hiciera un desastre de gemido tras otro, estaba segura que todos en la casa me iban a escuchar pero aquello no era controlable, cuando abandonó la zona subiendo de nuevo por mi vientre regándolo de besos,se quitó la camiseta dejando su torso desnudo, se acercó a mí y abracé su cuerpo con mis piernas atraiéndolo hacia mí, mordí su labio inferior, acaricié su pelo y comencé a besar su cuello con lentitud, ahora era él el que gemía.
-Shh, no hagas ruido- dije sonriendo mientras mordía su clavícula para provocar un nuevo sonido de su boca- vas a despertar a…-no me dio tiempo a decir nada más Jimin besaba de forma salvaje mis labios mientras se quitaba los pantalones del pijama un momento después se colocaba entre mis piernas posicionando su miembro erecto contra mi sexo, pero no entró en mi, se dedicó a molestarme durante un rato sin hacer lo que esperaba, cuando eso ocurrió un gruñido escapó de sus labios que hizo que mi excitación creciera más de lo que ya estaba, aunque pareciera imposible, abracé de nuevo su cuerpo para darle mejor acceso y comenzó a moverse sobre mi, el desastre de gemidos anterior no fue nada con lo que ocurría en aquel momento mientras él comenzaba a entrar y salir de mi de forma rítmica, sus gemidos y los míos se mezclaban con el sonido de nuestras pieles chocando, mis manos se aferraron a su espalda con fuerza mientras él me llevaba al límite, su cuerpo se tensó sobre el mío en la última embestida que hizo que llegara al clímax, se desplomó sobre mi cuerpo, una sonrisa se dibujó en sus labios mientras se echaba hacia un lado para agarrar mi cara entre sus manos y depositar un beso tierno en mis labios.
-Creo que nos van a matar- dijo Jimin casi en susurros-¿lo sabes verdad?.
-Es culpa de Yoongi- dije riendo levemente pero avergonzada de pensar que dirían los chicos ante aquél concierto de gemidos que habíamos dado.
-No creo que eso vaya a funcionar como excusa- dijo poniéndome la camisa sobre el cuerpo y poniéndose los pantalones, supuse que para evitar que vieran lo obvio que había ocurrido entre nosotros- entonces, esto significa lo que… bueno que somos… ¿qué somos?.
-Ummm somos lo mismo que parecía que éramos pero… con lo bueno de serlo ¿no?- él sonrió satisfecho y me besó de nuevo.
-¿Crees que si volvemos a hacerlo nos matarán un poco más?- me reí frente a sus palabras y le besé.
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