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#poesía puertorriqueña
edicionesneutrinos · 2 months
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novedad!
LAS HORAS EXTRA
Mara Pastor
Poesía puertorriqueña, 2024
ISBN 978-987-4430-31-1
72 páginas
Una casa de madera sobre piedra volcánica en una isla caribeña. Mantenerla en pie y hacer de ella un lugar habitable requiere determinación y tiempo —que se le roba a otros sueños—, establecer prioridades sin resignar lo importante: los pequeños placeres, la atención hacia el amor y sus múltiples movimientos. Un vocabulario exuberante de especímenes animales y vegetales anida en la humedad de los versos. La exploración iniciática de una hija a través del lenguaje, con sus accidentes gramaticales y su poder de autoafirmación, estimula la propia glándula verbal. En las horas extra, Mara Pastor edifica poemas sólidos donde es posible guarecerse de la tormenta.
Mara Pastor nació en San Juan, Puerto Rico, en 1980. Es poeta, editora y profesora. Ha publicado una decena de poemarios, entre ellos Poemas para fomentar el turismo (Secta de los Perros, Puerto Rico, 2011; Neutrinos, Argentina, 2016), Arcadian Boutique (Punto de Partida, México, 2015), Sal de magnesio (Astrolabio, México; Secta de los perros, Puerto Rico, 2015) y Deuda Natal, con traducciones de María José Giménez y Anna Rosenwong (The University of Arizona Press, EEUU, 2021), merecedor del Premio Ambroggio de la Academy of American Poets. Parte de su obra ha sido traducida al inglés, portugués, árabe, polaco y esperanto. Recibió el premio Letras Boricuas en 2022, otorgado por la Fundación Flamboyán y The Andrew W. Mellon Foundation. Actualmente dirige el Programa de Escritura Creativa y Literatura de la Universidad del Sagrado Corazón en Santurce, Puerto Rico.
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ancruzans-blog · 11 days
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Manuel Antonio Alonso Pacheco
El 6 de octubre de 1822 nacía el médico y escritor puertorriqueño Manuel Antonio Alonso Pacheco en San Juan de Puerto Rico, que está considerado como uno de los autores más importantes del Romanticismo y el primer exponente de la literatura costumbrista y criolla de su país. Hijo de Juan Francisco Alonso, un militar de origen gallego, y la española María de África Pacheco, cursó sus primeros…
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manuelcrespoale · 23 days
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Reseña: Amariliz Rivera. «Amarhilando». Portadas P.R., 2024; 107 páginas.
Con este libro la poeta Amariliz Rivera entra por primera vez en la poesía publicada. Este ejemplar es peculiar por el uso de de las herramientas cibernéticas, dado a que contiene qr codes para accesar algunos de los poemas que son declamados por la misma poeta. Vemos como temática central el presente. Es un aspecto profundamente temporal, y si hay aspectos ontológicos (i.e. sobre el ser) están…
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la-poesia-femenina · 1 year
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LA EXTIRPACIÓN DE DIOS
Tanya Torres (Puerto Rico, 1969)
Tuve una gran idea. Tal vez Dios no es Dios, sino su creación, o lo que queda. Tal vez Dios existe en algún lugar heredado entre células con historia. Tal vez Dios me lo doy yo misma en la cama a solas con frío y calor con miedo. Tal vez Dios son los rezos no pedidos los que no te llevan al infierno, los rezos que son besos al espíritu. Tal vez Dios está escondido y sólo sale cuando se le sorprende cuando expira, cuando se está a punto de extirparlo. Por eso es tan milagroso: comprende el miedo cuando lo ve venir.
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corrupcionenpr · 8 months
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La puertorriqueña Lolita Lebrón
Hace falta más mujeres como esta gran mujer, Lolita Lebrón.
Dolores Lebrón Sotomayor, conocida como Lolita Lebrón (Peñuelas, 19 de noviembre de 1919 – San Juan, 1 de agosto de 2010), fue una activista de la independencia puertorriqueña. En 1954, bajo su mando, un grupo de nacionalistas atacó la Cámara de Representantes de los Estados Unidos como forma de llamar la atención y demandar la situación colonial de Puerto Rico. Lebrón fue detenida y cumplió 24 años en prisión, hasta ser liberada por un indulto del presidente Jimmy Carter.
Dolores Lebrón Sotomayor era una de los cinco hijos de Gonzalo Lebrón Bernal y Rafaela Sotomayor Luciano, nacidos en Lares, Puerto Rico; los otros cuatro eran Áurea, Augusto, Gonzalo Jr. y Julio. Fueron criados en Hacienda Peñuelas, un barrio de Lares. Gonzalo Lebrón trabajaba como capataz de la hacienda, ganando un salario de 30 dólares al mes, que le permitía vivir en una pequeña casa en la que también producía para su familia. Allí, Dolores comenzó su educación en una pequeña escuela de la comunidad.
De pequeña, Lebrón contrajo neumonía cuando accidentalmente cayó en una zanja de agua. Consecuentemente, ella creció con una salud demasiado frágil y era incapaz de realizar actividades constantes sin sentir fatiga. Desarrolló una personalidad introvertida y contemplativa.
Desde Peñuelas, toda la familia se trasladó a Mirasol, también en Lares, donde Gonzalo Lebrón administraba una hacienda propiedad de Emilio Vilellas. Allí, Dolores Lebrón recibió una mejor educación, al asistir a una escuela pública local. Cuando Lebrón completó el sexto grado asistió a la Segunda Unidad Rural, una escuela secundaria ubicada en Bartolo, un barrio adyacente. Concluyó su educación formal de escuelas públicas en el octavo grado.
Lebrón tenía buena presencia: cuando era adolescente fue elegida Reina de las Flores de Mayo en un concurso anual de belleza celebrado en Lares. Aunque su padre era ateo, Lebrón fue bautizada bajo la creencia católica cuando tenía catorce años, junto con sus otros hermanos. Durante la celebración del bautismo conoció a Francisco Matos Paoli, quien se convirtió en su primer novio. Paoli y Lebrón escribieron cartas en las que redactaban poesías. La familia de Paoli se opuso a su relación porque consideraban a Lebrón en forma despectiva como jíbara (campesina). Su padre también se opuso a esta relación, y le ordenó que dejara de escribir a Paoli.
Dolores Lebrón se trasladó a San Juan, donde estudió costura y continuó enviando correspondencia a Paoli. Sin embargo, se sintió obligada a regresar a Lares porque su padre se vio gravemente afectado por la tuberculosis. La familia tuvo que abandonar la casa en la hacienda, aunque luego fueron recibidos por Ramón Santiago, quien les proporcionó una nueva casa.
Dolores tomó la responsabilidad de cuidar de su padre. Ella usualmente viajaba a una ciudad cercana para comprar medicamentos para su padre. Durante siete días no durmió ni comió mientras lo atendía. Después de su muerte Lebrón comenzó a trabajar en el tejido de telas.
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puertoricoliteratura · 7 months
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epoca modernista de puerto rico
El modernismo literario en Puerto Rico tuvo su apogeo en las últimas décadas del siglo XIX y principios del siglo XX. Una línea de tiempo relevante para esta época podría ser Las características principales del estilo modernista en Puerto Rico son: el manejo del símbolo y el acercamiento preciosista a la patria, a veces simbolizada mediante la amada; el deseo de renovar las formas poéticas, aunque se retoman los versos de arte mayor y el versolibrismo; el uso de un lenguaje exquisito
1880s: Comienza a surgir en Puerto Rico una generación de escritores influenciados por las corrientes literarias europeas, especialmente el simbolismo y el parnasianismo.
1889: Se publica "Azul" de Rubén Darío, obra que marca el inicio del modernismo en América Latina y que ejerce una fuerte influencia en los escritores puertorriqueños.
1897: Manuel Zeno Gandía publica "La Charca", una novela que combina elementos del realismo y el modernismo y se considera una obra precursora de la literatura puertorriqueña moderna.
1900: José de Diego publica su poemario "Islas en el tiempo", uno de los primeros ejemplos del modernismo en la poesía puertorriqueña.
1912: Antonio S. Pedreira publica "Canción de la Verdad Sencilla", una colección de ensayos que aborda temas relacionados con la identidad cultural y la historia de Puerto Rico desde una perspectiva modernista.
1920: Luis Lloréns Torres publica "La carreta", un poema extenso que combina elementos modernistas con temas sociales y culturales de Puerto Rico.
Década de 1930: El modernismo da paso al surgimiento de la Generación del 30 en Puerto Rico, que enfatiza temas más realistas y sociales en la literatura.
El modernismo literario en Puerto Rico fue una etapa importante que marcó el inicio de una exploración artística más profunda y sofisticada en la isla, con una influencia significativa de las tendencias literarias europeas de la época.
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samuelclavijomoreno · 7 months
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el modernismo literario en puerto rico
El modernismo literario en Puerto Rico tuvo su apogeo en las últimas décadas del siglo XIX y principios del siglo XX. Se caracterizó por una ambigua rebeldía creativa, un refinamiento narcisista y aristocrático, el culturalismo literario y una profunda renovación estética del lenguaje y la métrica. Es una recapitulación y una mezcla de tres corrientes europeas: el romanticismo, el simbolismo y especialmente el parnasianismo.
1880s: Comienza a surgir en Puerto Rico una generación de escritores influenciados por las corrientes literarias europeas, especialmente el simbolismo y el parnasianismo.
1889: Se publica "Azul" de Rubén Darío, obra que marca el inicio del modernismo en América Latina y que ejerce una fuerte influencia en los escritores puertorriqueños.
1897: Manuel Zeno Gandía publica "La Charca", una novela que combina elementos del realismo y el modernismo y se considera una obra precursora de la literatura puertorriqueña moderna.
1900: José de Diego publica su poemario "Islas en el tiempo", uno de los primeros ejemplos del modernismo en la poesía puertorriqueña.
1912: Antonio S. Pedreira publica "Canción de la Verdad Sencilla", una colección de ensayos que aborda temas relacionados con la identidad cultural y la historia de Puerto Rico desde una perspectiva modernista.
1920: Luis Lloréns Torres publica "La carreta", un poema extenso que combina elementos modernistas con temas sociales y culturales de Puerto Rico.
Década de 1930: El modernismo da paso al surgimiento de la Generación del 30 en Puerto Rico, que enfatiza temas más realistas y sociales en la literatura.
El modernismo literario en Puerto Rico fue una etapa importante que marcó el inicio de una exploración artística más profunda y sofisticada en la isla, con una influencia significativa de las tendencias literarias europeas de la época.
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lobuenodepuertorico · 8 months
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La puertorriqueña Lolita Lebrón
Hace falta más mujeres como esta gran mujer, Lolita Lebrón.
Dolores Lebrón Sotomayor, conocida como Lolita Lebrón (Peñuelas, 19 de noviembre de 1919 – San Juan, 1 de agosto de 2010), fue una activista de la independencia puertorriqueña. En 1954, bajo su mando, un grupo de nacionalistas atacó la Cámara de Representantes de los Estados Unidos como forma de llamar la atención y demandar la situación colonial de Puerto Rico. Lebrón fue detenida y cumplió 24 años en prisión, hasta ser liberada por un indulto del presidente Jimmy Carter.
Dolores Lebrón Sotomayor era una de los cinco hijos de Gonzalo Lebrón Bernal y Rafaela Sotomayor Luciano, nacidos en Lares, Puerto Rico; los otros cuatro eran Áurea, Augusto, Gonzalo Jr. y Julio. Fueron criados en Hacienda Peñuelas, un barrio de Lares. Gonzalo Lebrón trabajaba como capataz de la hacienda, ganando un salario de 30 dólares al mes, que le permitía vivir en una pequeña casa en la que también producía para su familia. Allí, Dolores comenzó su educación en una pequeña escuela de la comunidad.
De pequeña, Lebrón contrajo neumonía cuando accidentalmente cayó en una zanja de agua. Consecuentemente, ella creció con una salud demasiado frágil y era incapaz de realizar actividades constantes sin sentir fatiga. Desarrolló una personalidad introvertida y contemplativa.
Desde Peñuelas, toda la familia se trasladó a Mirasol, también en Lares, donde Gonzalo Lebrón administraba una hacienda propiedad de Emilio Vilellas. Allí, Dolores Lebrón recibió una mejor educación, al asistir a una escuela pública local. Cuando Lebrón completó el sexto grado asistió a la Segunda Unidad Rural, una escuela secundaria ubicada en Bartolo, un barrio adyacente. Concluyó su educación formal de escuelas públicas en el octavo grado.
Lebrón tenía buena presencia: cuando era adolescente fue elegida Reina de las Flores de Mayo en un concurso anual de belleza celebrado en Lares. Aunque su padre era ateo, Lebrón fue bautizada bajo la creencia católica cuando tenía catorce años, junto con sus otros hermanos. Durante la celebración del bautismo conoció a Francisco Matos Paoli, quien se convirtió en su primer novio. Paoli y Lebrón escribieron cartas en las que redactaban poesías. La familia de Paoli se opuso a su relación porque consideraban a Lebrón en forma despectiva como jíbara (campesina). Su padre también se opuso a esta relación, y le ordenó que dejara de escribir a Paoli.
Dolores Lebrón se trasladó a San Juan, donde estudió costura y continuó enviando correspondencia a Paoli. Sin embargo, se sintió obligada a regresar a Lares porque su padre se vio gravemente afectado por la tuberculosis. La familia tuvo que abandonar la casa en la hacienda, aunque luego fueron recibidos por Ramón Santiago, quien les proporcionó una nueva casa.
Dolores tomó la responsabilidad de cuidar de su padre. Ella usualmente viajaba a una ciudad cercana para comprar medicamentos para su padre. Durante siete días no durmió ni comió mientras lo atendía. Después de su muerte Lebrón comenzó a trabajar en el tejido de telas.
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chicapoetisa-blog · 1 year
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Escuchaba yo sus últimos latidos. Censurados han quedado sus sentidos. Cómo una noche sin estrellas y sin luna. Como el que pierde de la nada su fortuna. Así ha quedado mi amigo fiel sincero. Sembró en terreno que al final fue pasajero. Ya no responde, clausuró la vía entera y le exigió a la esperanza que se fuera. No hay bases, el espejo se hizo trizas. No habrá fénix, no han quedado ni cenizas. Ni gritos en silencio, ni fantasma, ni la buena voluntad que entusiasma. Lo vi desvanecerse entre la arena como cobito que hace magia y se pierde. Llevándose la llave con su pena Tal vez yo sea quién siempre le recuerde.  ©️®️2️⃣0️⃣2️⃣2️⃣ (Poesía-Abatido)@chicapoetisa #pandepoesía #Chicapoetisa #mujermaravillapuertorriqueña #indioespañolnegroeirlandés #músicaypoesía #puertorriqueña #jíbara #corazón #contigo #abatido https://www.instagram.com/p/Cm-2974uXmD/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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elfuegodeluka · 3 years
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Poesía argentina: Matilde Alba Swann
Poesía argentina: Matilde Alba Swann
Matilde Kirilovsky de Creimer, también conocida por su pseudónimo literario Matilde Alba Swann (1912-2000). Fue una escritora, poetisa, periodista y abogada argentina.​​ Fue una de las primeras mujeres que obtuvo el título de abogada en la Universidad Nacional de La Plata, provincia de Buenos Aires, en el año 1933. (more…)
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Obra: "LA NOTA ROTA" Artista: Madeleine Belliard Año: 2019 Tamaño: 16" × 20" #shopsatmerrickpark #art #talleramor #poesías #watercolorpainting #acrylicfluidart #acrosticos #angels #artesanías #puertorriqueña https://www.instagram.com/p/B4IB2uHhX3M/?igshid=z6bzwqnszha
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andreadeboriken · 7 years
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Yo decido. Sea qué voy a comer para el desayuno, o si me vestiré toda de colores primaverales en el otoño.  Decido si deseo té o café, ignorar tus reclamos o dejarme destruir por tu ignorancia.  En días como estos, decido ser yo. Decido ser una mujer fuerte, poderosa y segura, llena de toda la pasión que sueles decir que ya no poseo. Hoy decido no odiarme por quererme a mi misma más que la idea de tu y yo, o la idea de tú mismo. Decido que no me hundirás, que valgo más que el sol y todas las galaxias por que no necesito tu única estrella para brillar.
ya no harás más decisiones por mí 
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rucamu-blog · 3 years
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Encuentros literarios
Mis escarceos literarios hasta la fecha han sido más bien escasos, todos ellos, eso sí, tuvieron lugar en la ciudad de Granada. La primera vez que me arrimé al ambientillo fue con motivo de una especie de concurso-recital de poesía en La Barraca, el antiguo puti Constantinopla. Llegué allí a regañadientes, casi forzado por mi pareja para que perdiese un poco la vergüenza, el miedo escénico. Mi actuación rozó el patetismo; no levanté la vista en los tres o cuatro minutos que duró mi verborrea, clavados los ojos en el papel temblequeante, con un inaudito acento hispalense que salió de la nada para mayor bochorno. El resultado, al parecer, no fue del todo malo. Gané la convocatoria, premiada con la publicación de una plaquette. Días después recibí un e-mail del cabecilla de la editorial a eso de hablar sobre el asunto.
El encuentro transcurrió rayando en la estulticia. Yo aparecí borracho, hablando demasiado, atropelladamente. El menda era un tipejo enfermizo con sobrecarga de lecturas, insospechadamente prepotente a pesar de no albergar ningún conato de incipiente carisma. Me trató más ayá que pacá, casi llegando al desprecio. Al parecer su voto no había recaído en mi actuación. Se limitó a decir que lo que había escrito era diferente a lo presentado por el resto de participantes, pero que aún así olía demasiada peste a Bukowski. Habría dado en el clavo si su conocimiento de la poesía española de los noventa hubiese sido más amplio y hubiese mencionado al Bukowski español que, aun siendo parecido, no tenía nada que ver (Roger Wolfe). Total, el asunto me decepcionó, está claro. La noche transcurrió en circunstancias un tanto extrañas. La comitiva la formábamos un inglés de unos sesenta y cinco años, poeta, al parecer; una señora de unos cincuenta y cinco, holandesa, novia del editor (pareja que ponía los pelos de punta, pues el chavea no alcanzaba los treinta y cinco); y un notas que no bebía alcohol. Mi editor me dejó de lado, dedicándole toda la atención al bate anglosajón, que nos deleitó con una decente pieza al piano. Me dediqué a charlar con el que no bebía. Acabé dándole la brasa acribillándolo a preguntas sobre su incomprensible abstemia antes los tiempos que se avecinaban. Al final me quedé solo bebiendo chupitos de Southern Confort que mi camarera, una adorable puertorriqueña, tenía siempre la amabilidad de ofrecerme cuando no tenía un penique.
La plaquette salió finalmente y ahí quedó la cosa. El haber ganado me daba derecho a acceder a una especie de gran final, cuyo premio era la publicación de un poemario con la editorial organizadora. El recital transcurrió en La Fuente de las Batallas sobre un escenario y ante un público más heterogéneo e iletrado. No gané. No lo merecía, la verdad, para qué nos vamos a engañar. Los poemas hacían aguas por los cuatro costados. Pero el tipo que ganó tampoco. Sus poemas fueron recitados por un colega suyo alegando que el artista estaba internado en un psiquiátrico, motivo por el cual no podía honrarnos con su presencia. Los poemas, a pesar de ser mierda empanada, causaron honda impresión en el jurado. El premio incluía ciento cincuenta mil de las antiguas pesetas.
Desde entonces mi presencia en los escenarios se limitaron a cuatro o cinco apariciones más en los recitales de los lunes organizados por Letra Turbia, en La Tertulia, célebre por ser bastión de la poesía de la experiencia o de la otra sentimentalidad, Luis García Montero a la batuta.
Allí precisamente, una noche, se celebró el veinticinco aniversario del establecimiento. La cúpula de aquel movimiento literario casi al completo acudió a celebrar el acto, deleitándonos con una selección de algunos de sus poemas, ataviados con sus fulas y con sus melenas tintadas de negro petróleo, rememorando viejos tiempos. Animé a Fabyo, compañero en los abismos, para que me acompañase. Aunque opuso bastante resistencia, finalmente cedió. El garito estaba sobrecargado de humo y de aspirantes a poeta. Era una celebridad, este, el García Montero. El año anterior me había matriculado en una asignatura de libre configuración en la Facultad de Filosofía y Letras. Era sobre Lorca. Me concedieron el horario de mañana, lo que me jodió sobremanera. El motivo no era otro que el de estar las plazas de la tarde cubiertas. El profesor era el tal Montero. Entonces se daban en el auditorio, debido a la gran afluencia de público que se reunía para presenciar sus clases magistrales. Yo no tenía la menor idea de quien era el tal. Más tarde supe de su existencia cuando todas las semanas, en Canal 2 Andalucía, en el mítico y surrealista programa de Mike Rivers, aparecía en su sección de poesía entrevistando a algunos amigos. Aquella noche no estuvo del todo mal; se recitaron bellos fragmentos, la gente se tocaba, tímidamente, distraída. Otros gimoteaban, los más, bebían cerveza. Aquello me dio una idea de lo que era el mundillo en su realidad contante y sonante, cual los mecanismos y desarrollo de su intrincada pirotecnia… desde la entrada de la estrella en el bar, su saludo a los incondicionales, su copita de gin-tonic, su pequeño círculo de lameculos predispuestos a sonarle los mocos cuando se prestase la ocasión… También aquellos corrillos que se formaban antes de comenzar el espectáculo en el que todos querían participa para escuchar las genialidades del mito en vivo. Su poesía no me hacía tilín, la verdad. A pesar de ello, el evento no nos causó del todo mala impresión. Fabyo y yo salimos del lugar, cabizbajos, enfilando Pedro Antonio de Alarcón, sin saber muy bien en qué consistía aquello.
No mucho tiempo después, una tarde, recibí una llamada de Fabyo. «Corre» me decía «en media hora Leopoldo Mª Panero en el botánico de Derecho». Dejé lo que estaba haciendo y salí a toda pastilla. En la puerta me encontré con él y con el pintor Antonio Cano. Por lo visto, el andoba de mi editor se las había apañado para traer desde las Canarias a Leopoldo para presentar un libro en el que se incluían, además de poemas de Panero, otros tantos de los jugadores franquicia de la editorial. Allí lo tenían colocado en una silla como un muñeco de feria, con su proverbial botella de Coca-Cola de dos litros, fumando pitillos uno tras otro a medio consumir, riendo endiabladamente en el albor de la tarde. Recitaba fragmentos en francés, lanzaba piropos a las chicas, se cachondeaba de todo Cristo a su alrededor… Esto ya era otra cosa. Todos los babas que allí estábamos habíamos visto demasiadas veces "El Desencanto" y "Después de tantos años". Allí teníamos al considerado por todas las reseñas, todos los diarios, las semblanzas y demás zarandajas… el último “poeta maldito”. Y la verdad que el tipo le ponía empeño. Estaba como un puto avión. Las gentes que pasaban junto al jardín, atareadas con sus compras o lo que quiera que estuviesen haciendo, al oír aquellos estertores terribles, demoniacos, aquella risa transmundana, miraban de reojo espantados acelerando el paso presas de un extraño pavor, como si fuese una amenaza terrorista. Leopoldo estuvo genial. A los dos gilis que recitaron con él es que se les caían los cojones al suelo. Cada vez que uno comenzaba, compungido, a recitar su parte, Leopoldo les jodía la actuación pasando olímpicamente del protocolo; hacia comentarios incongruentes, lanzaba improperios en francés, se descojonaba vivo cada vez que oía un verso que pillaba casi sin querer, al vuelo… Pedía constantemente que se le sirviese más y más Coca-Cola. Yo es que me tronchaba vivo. Semanas después, el editor este, me comentó que cuando volvían de recogerlo en el aeropuerto en taxi, pasaron junto a Plaza de Toros, momento en el que Leopoldo preguntó si aquello era la Alhambra. Me lo comentaba fascinado, intrigado por si realmente se lo había dicho en serio o en realidad se estaba haciendo el loco. Se corría que daba gusto contándome sus anécdotas literarias.
Recuerdo que cuando terminó la presentación la gente se lanzó desbocada a comprar ejemplares del poemario. Se dedicaron a perseguirlo por el jardín, avasallándolo, para que les firmara. Leopoldo, el muy pillín, solo le hacía caso a las féminas. Los nenes pululaban por su alrededor como mosquitas muertas buscando el ansiado premio. De pronto, en un arrebato, casi guiado por una extraña sensación estúpida de estar perdiendo una oportunidad única, me lancé yo también a por un ejemplar y directo a darle la murga para que estampara su garabato. Empezó a esquivarme, de un lado a otro, hasta que pasamos junto a la silla donde había estado sentado toda la tarde. Allí derribé de una patada sin querer su amado vaso de cola. Al final conseguí comunicarme con él. «Leopoldo, una firmita, hombre» «¡No!». Esas fueron sus palabras, inmortales. Luego se puso echo una fiera cuando vio el vasito volcado, ordenando de inmediato a uno de sus acólitos que lo llenase hasta el borde. Al final se lo llevaron a exponerlo a algún otro sitio, con toda la caterva detrás.
Mi último contacto con el mundillo ocurrió de manera fortuita. Yo iba dando bandazos por las calles buscando algún sitio donde meterme, sin rumbo, como de costumbre, gilipollas perdido. Al pasar frente a La Barraca me encontré con toda la trupe, la misma que estuvo presente en el recital de Panero. Uno de ellos era un antiguo conocido mío. El colegí se dedicaba a vender sus versos por los bares a cambio de dinero o de una cerveza. Una noche, incluso, hicimos un ridículo poema a dos manos como si fuésemos dos representantes de la vanguardia parisina. Salía, como decía, empujando una silla de ruedas sobre la que llevaba un montón de basura entre la que se vislumbraba una chica con una pierna escayolada. «¿Qué, de compras?» dije. «No, tío… bueno, esto ¡sí!, lo he cogido en la puerta de un supermercado; está nuevo, tío, mira… y esto no está caducado…» «Me haces muy feliz» «Estamos alternando, tío, ¿te apuntas?» Y me apunté.
Fuimos a un par de bares. En uno de ellos hablé con un muchacho feo como el solo, alopécico, asexuado, blanquecino, pellejudo, cenizo… y un saco de descalificativos más. Decía que trabajaba en EL IDEAL, que aún no había publicado nada en formato papel… que aún estaba buscando su estilo… Decía tener una serie de preocupaciones formales a la hora de abordar la crítica periodística literaria y eso le impedía dar el salto. Yo me inclinaba más porque al chaval le hacía falta con urgencia un polvo de proporciones bíblicas.
Más tarde fuimos a un pequeño parque del cual no recuerdo el nombre donde nos juntamos con algunos chicos-erasmus. Todos hippies, con cantidades industriales de mandanga. Empezaron a rular unos porricos. Yo, a la chita callando, me encalomé de tres a cuatro canutos mientras charlaba con una canadiense que decía estar leyendo en aquellos momentos de su vida el Mahabharata. Decía también que le interesaba la poesía como expresión superior que permitía una comunicación más plena entre los seres humanos. Cuando se le acabaron los canutos me fui junto a otro grupo que bebía cerveza. Me alcanzaron una mientras escuchaba a mi colega, el vendedor de versos, exponer una serie de argumentos sobre la misión del artista en el mundo que le ha tocado vivir: «El artista tiene que comprometerse con su condición, por eso vivo en la calle, necesito respirar este aire, sentir mis pies descalzos, empaparme de todo lo que me rodea… Yo creo que la poesía es el único vehículo posible para cambiar las cosas de verdad, desde la raíz, la única herramienta capaz de transformar las consciencias, de sublimar la degradada realidad…» «Perdona-interrumpí-¿exactamente, qué hay que cambiar?» «¡A la gente, amigo! ¡La gente está dormida! ¡la gente no sabe lo que les está pasando! Necesitan que alguien les alumbre, les diga la verdad, ¡qué son esclavos! ¡qué tienen que oponer resistencia…!» «Ahh»-Respondí.
Dejé mi cerveza sobre el banco de madera y, escabulléndome entre el público, logré largarme de allí a toda hostia. Hasta ese momento no me había dado cuenta. Fue de repente, como un relámpago. Mientras regresaba a casa, un poco flotando sobre paraísos artificiales, lo supe. Tenía que evitar a toda costa, de ahí en adelante, volver a cruzarme con aquella gente.
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ponmeaescribir-blog · 7 years
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salsaparasalseros · 3 years
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WILLIE COLON - EL MALO
William Anthony Colón Román (Nueva York; 28 de abril de 1950), más conocido como Willie Colón, es un músico de salsa, cantante, compositor y activista político estadounidense de origen puertorriqueño. Comenzó su carrera como trombonista, y también canta, escribe, produce y actúa. También está involucrado en la política de Nueva York y la política internacional.
Willie Colón nació el 28 de abril de 1950 en El Bronx, Nueva York. Sus padres eran puertorriqueños, pero fue criado por su abuela y su tía, quienes desde pequeño lo nutrieron de música tradicional puertorriqueña y de los ritmos típicos del repertorio latinoamericano como el son cubano y el tango. A los 11 años mostró predisposición para los instrumentos de viento, iniciándose en el clarinete, posteriormente la trompeta y finalmente el trombón que fue el que lo consagró.
Desde muy temprano aprendió a discernir entre las imágenes y adjetivaciones despectivas que se vertían sobre la comunidad latina y la cruda realidad de los inmigrantes en la “Gran manzana”.1​ De esta forma convirtió su trabajo artístico en un testimonio social vestido de sonoridad, cuyas letras narraron las incidencias de la marginalidad, el prejuicio y el desamparo de los inmigrantes.2​
Willie Colón cambió la trompeta por el trombón al mostrarse fascinado por la forma empleada por Mon Rivera para la interpretación de la bomba y la plena siendo su referencia Barry Rogers.
Colón es considerado por algunos como el arquitecto de la salsa urbana, desde sus comienzos se asoció al chico intrépido, sagaz y temerario que, a la fuerza, se abrió un espacio entre los grandes nombres de la música caribeña en el complejo mundo de Nueva York de los años 1960, dominado por grandes orquestas como la de: Tito Puente, Eddie Palmieri, Charlie Palmieri, Ray Barreto, Machito, Tito Rodríguez y otras que interpretaban el jazz afro-cubano.
La entrada de Colón al mundo del disco fue uno de los momentos más significativos de la música salsa, en tanto fue el punto de partida más impactante que desarrollaría la nueva expresión salsera, en un intento por homogeneizar los trabajos que desde hacía varios años se realizaban en el mundo latino de Nueva York, como parte de una nueva propuesta sonora.
En sus inicios se le acusó de ser un músico estridente e inarmónico y era visto como un músico extraño, inexperimentado y forastero.
De joven se autoapodó el malo y luego haría de este apodo junto con Héctor Lavoe una especie de sátira hacia la mafia que se expresó en las portadas y nombre de sus discos que referenciaban en forma jocosa e irónica a los personajes del bajo mundo perseguidos por la justicia. Hizo su primera grabación en 1967 para el sello Futura de Al Santiago, pero tuvo mala suerte ya que el sello cerró.
Con 17 años, se integró al grupo de artistas que formaron el sello discográfico liderado y creado por Jerry Masucci y Johnny Pacheco: Fania Records; que fue en gran parte responsable de la nueva propuesta sonora que se produjo en el mundo latino de la ciudad de New York, que posteriormente se denominaría “Salsa”.
Su primer álbum estaba propuesto para un cantante que no fue el agrado de los productores de Fania Records, por lo que Pacheco sugirió a Héctor Lavoe, que tenía cierta experiencia y versatilidad.3​
Este binomio produciría entre 1967 y 1973 un total de nueve álbumes de estudio y se constituyó en la banda más impactante de la escena, a partir del cual se homogeneizó la propuesta musical salsera. Willie Colón armonizó las tendencias musicales del mundo anglosajón (jazz, rock, funk, soul, r&b) con la vieja escuela latina del son cubano, el chachachá, el mambo y la guaracha, añadiendo la nostalgia del sonido tradicional puertorriqueño, inscrito en la música jíbara, la bomba y la plena.
Sus dos primeros álbumes titulados: “El malo” 1967 y “The Hustler” 1968 son considerados clásicos ya que su propuesta estaba imbuida en los ritmos de la época pero con un sonido donde estaba emergiendo una nueva propuesta que pugnaba por diferenciarse del boogaloo, el jala jala y el mambo y se adentraba a ritmos más tradicionales y típicos. La amalgama de guaguancó, Mozambique y bomba fue muy criticada por líderes de orquestas consagradas, sin embargo Willie Colón y otros músicos jóvenes no solo probaron ser buenos en términos musicales sino también en la venta de álbumes y lograron excelentes dividendos para la empresa discográfica, considerando, que se trataba de un artista completamente nuevo y desconocido.4​
El álbum “Guisando” 1969 constituye el tercer trabajo de la dupla Colón-Lavoe quienes se alejan de las propuestas impuestas por las grandes bandas y perfilan un sonido propio. El álbum propuso un estilo rebelde, agresivo e irreverente de hacer música que se percibe en el olor de basura del ghetto, el aroma arrebatador de la marihuana y los anhelos de felicidad de la diáspora boricua discriminada en la Babel de Hierro. Sus letras abordan con humor historias de carteristas o ladrones y enfocan temas como la envidia, el chisme, la maldad y la santería. Entre los temas destacados están: “Te están buscando”, “Guisando” y “No me den candela”. El álbum está considerado como el primer disco de salsa de la pareja. Este álbum marca el fin de Mark Dimond como pianista de la banda.5​
“Cosa Nuestra” 1970 marca la consolidación de Willie Colón como una de las mejores bandas de la escena latina de Nueva York y el cenit de los trabajos realizados hasta ese momento. El tema "Che Che Colé" donde se fusiona la bomba y el oriza con vestigios del 6/8 africano, fue un éxito que le abrió las puertas de Panamá, Francia, Perú, Venezuela y Colombia. Este álbum marca la aparición de músicos connotados que serìan habituales en las sucesivas bandas del artista: el profesor Joe Torres al piano, Milton Cardona en congas y José Mangual Jr. al bongo. La temática del álbum sale del campo para adentrarse a la ciudad y el cantante Héctor Lavoe hace gala de vocalizaciones afinadas, sabrosas y sentimentales. Otras canciones destacadas fueron: “Te conozco”, “Tú no puedes conmigo”, “Sangrigorda” y el bolero “Ausencia” todos ellos imbuidos en una temática social cercana a la realidad del barrio. Fue el álbum más vendido de la dupla hasta el momento y el pueblo latino esperaba con avidez sus nuevos trabajos.6​
“Asalto Navideño” 1970 se constituye en el quinto álbum de la pareja de músicos donde al maestro Yomo Toro hace alardes de su virtuosismo dándole un aire puertorriqueño a gran parte de los temas. En este álbum se mezclan el sonido de la música jíbara campesina con el guaguancó cubano y la murga panameña. La canción más popular del disco fue “La Murga” que se constituyó en uno de los temas clásicos de la banda y del repertorio musical salsero; con un contagioso ritmo e inolvidable arreglo de trombones.7​
En 1971 se publica “La gran fuga” la sexta producción de Colón para Fania. El tema más conocido de este álbum es “Panameña” un tema de seis minutos con fragmentos del folklore puertorriqueño. Este álbum mantiene la estética de los álbumes anteriores donde se evoca la cosmovisión del dúo, que encara la vida como una combinación de alegría y tristeza y donde se producen colores, sabores y sentimientos contrastados.8​
Luego de seis producciones para el sello Fania y con una propuesta musical en plena evolución, Willie Colón, lanza al mercado “El Juicio 1972”. El álbum cosechó éxitos inmediatos tales como: “Timbalero” un tema que se ha convertido en el modelo que, todos los percusionistas principiantes escuchan y practican, “Piraña” del Tite Curet Alonso, “Soñando despierto” donde aparece un solo de trombón de Willie Colón que asemeja a las antiguas bandas municipales de Puerto Rico y el bolero “Seguiré sin ti” que Lavoe canta con una forma vocal retardada con un estilo entre apasionado y sentimental.9​
En 1973 Willie Colón produce el álbum Asalto Navideño Vol 2 que constituye un trabajo destinado al mercado en épocas navideñas y “Lo mato” que fue el trabajo culminante de la trayectoria artística con Héctor Lavoe cuando ambos se encontraban en la plenitud de sus facultades creativas. Willie Colón compone algunas de las mejores canciones de su carrera. Temas como “El Día De Suerte”, “Todo Tiene Su Final” y Calle Luna, Calle Sol”, son referencia obligada en el repertorio del cancionero musical salsero, engalanadas por la voz de Héctor llena de alma y poesía, demostrando su impecable fraseo y contagioso sentido del humor. Lo mato 1973 es un álbum que cuenta la historia de dos jóvenes artistas que estaban más que preparados para conquistar el mundo musical.10​
Este último trabajo marcó la separación que se materializa en 1974, luego del agotamiento físico de ambos artistas en una carrera vertiginosa, siempre en ascenso. Willie Colón quería hacer una pausa y emprender su carrera como solista y productor de otros cantantes, luego de haber culminado estudios en composición y arreglos. A la vez, quería desprenderse del sonero que comenzó a depender excesivamente de él y cuyos problemas con las drogas estaban agravándose, lo que acarreaba incumplimientos durante las giras y conciertos por la falta de compromiso de Lavoe para asumir con disciplina, las exigencias artísticas que imponía su carrera como cantante.
En síntesis: "Colón elevó su propuesta al máximo renglón de las escenas musicales, sobre todo porque se logró hilvanar un nuevo concepto musical que combinó el tono pícaro e hiriente de la voz de Lavoe y su apego a las melodías de la canción tradicional boricua, con el interés del osado trombonista de proyectar en su trabajo la evocación nostálgica del sonido de las raíces de la música puertorriqueña, en unión al sonido fuerte y agresivo del mundo urbano que los abrigó".
Luego de su separación de Lavoe, Colón comenzó un crecimiento personal tomando clases de teoría musical, composición y arreglos orquestales y lanza dos álbumes en solitario uno de ellos puramente instrumental. Posteriormente realizó la producción de los discos de Hèctor Lavoe y se unió a Rubén Blades y otros cantantes en una de sus etapas de mayor intensidad creativa.
En 1975 produce su primer álbum independiente: "The good, the bad, the ugly", donde debuta cantando como solista en las canciones: “Toma”, “Cua cua ra cua cua” y “Guaracha”. En este álbum participan: Héctor Lavoe en dos temas y Rubén Blades cantando el tema de su autoría “El cazanguero”. En este álbum, Colón aborda la vertiente brasileña con la que había coqueteado en anteriores canciones y compone tres números instrumentales. Este trabajo: "...marcó el cierre formal de su primera orquesta con Héctor Lavoe como su cantante principal, una era de fama definitiva que duró 8 años y además significó el inicio formal de su período sinfónico y su debut como solista, así como el comienzo de una fructífera y larga relación con el panameño Rubén Blades, a quien le toca la difícil tarea de calzar los zapatos de Lavoe en la orquesta".11​
Ese mismo año produce junto a Mon Rivera, como una especie de tributo, el álbum: “Se chavó el vecindario” 1975, donde el cantante demuestra con creces por qué lo llaman el rey del trabalenguas. Este disco está considerado como un clásico de bomba y plena, los dos géneros musicales de origen afro en Puerto Rico, en un momento donde Colón estaba explorando las posibilidades del sonido de trombones que el mismo Mon había creado.
Una vez que Héctor Lavoe se lanza como solista con su álbum “La Voz” 1975; Willie Colón se encarga de la producción y arreglos de gran parte de las canciones, participando en los coros y aportando el tema que abre el LP: “El todopoderoso”. Lo mismo sucede con el segundo álbum de Lavoe en solitario "De ti depende" 1976.
En el año 1977 Willie Colón produjo una especie de ballet instrumental salsero: “Baquiné de angelitos negros”, basado en el poema de Andrés Eloy Blanco, donde amplía la orquesta para agregar saxo, flauta, trompetas y violines y prescindiendo de los acompañamientos vocales. Este trabajo obtuvo escasa repercusión pero le sirvió al artista para familiarizarse con diversas tesituras y acompañamientos que luego emplearía en su carrera como solista, en lo que muchos consideran el disco precursor de la salsa sinfónica.12​
Ese mismo año Willie Colón y Celia Cruz graban “Only they could have made this album” 1977; donde la cantante en manos del talentoso y perfeccionista productor musical muestra un repertorio sólido, un sonido único y la cúspide de su poderío vocal; demostrando que era posible lograr el éxito sin la necesidad de apelar al formato de la Sonora Matancera.13​
A partir de 1977 estrena un nuevo cantante dentro de su orquesta, se trata de Rubén Blades. A pesar de que había cierto escepticismo dentro del sello disquero, esta pareja entró por la puerta grande, alcanzando el éxito inmediato y reclutando a un público joven que no estaba familiarizado con la antigua producción discográfica de Colón, por lo que la gente no echo de menos a Héctor Lavoe, quien por lo demás estaba vigente con banda propia.
El éxito con Blades se fundamentó en un sonido más depurado con una orquesta de músicos virtuosos donde se mezclaba la sofisticación y la fuerza en escena, con letras que dieron a la salsa mayores alcances, pues hasta el momento muchas personas lo consideraban un género de música marginal.
En el año 1978 Willie Colón produce para Héctor Lavoe su tercer álbum como solista: “Comedia” el tema emblemático de este álbum, El Cantante cuyo autor fue Rubén Blades, debió su éxito, entre otras cosas, al excelente arreglo que hizo Willie para esta canción.
Ese mismo año produjo el álbum “Siembra” 1978 junto a Rubén Blades, que fue catalogado como uno de los más importantes del género “Salsa” de todos los tiempos y el más vendido del sello Fania. El impacto de este disco llevó a que audiencias de países como Chile, España o Argentina aceptaran la salsa. La excelente música de la banda de Colón que combinaba experimentación con un gran sentido comercial y rítmico llevó a este álbum a un éxito avasallador en un momento en que la salsa de Nueva York daba signos de agotamiento y empezaban a destacarse otros enclaves salseros: Puerto Rico, Venezuela y Colombia.
Un año más tarde produce para Héctor Lavoe el álbum “Recordando a Felipe Pirela” 1979 encargando de gran parte de los arreglos a Carlos Franzetti. En 1980 se encarga de producir para Héctor Lavoe “El sabio” con los arreglistas: José Febles y José Madera. Paralelamente produce el álbum doble “Maestra Vida” 1980 cuyo concepto, letra y música pertenecen a Rubén Blades.
Ese mismo año produce junto a Ismael Miranda: “Colón/Miranda Doble Energía” 1980 que relanzaría la carrera del cantante, que tenía cuatro años sin editar un disco, luego de sus éxitos con la orquesta de Larry Harlow. Para este álbum Willie Colón utilizó su banda de músicos habituales y encargó los arreglos a músicos tan experimentados como: Luis García, Héctor Garrido, Marthy Sheller y Jorge Calandreli logrando un sonido vanguardista dentro de un repertorio donde José Nogueras aportó varios temas.14​
En 1981 produjo junto a Rubén Blades el álbum “Canciones del solar de los aburridos” cuyo estilo agresivo de trombones y la letra de algunas canciones rememora sus época más exitosa con el cantante Héctor Lavoe. Además realizó su segundo álbum con la guarachera Celia Cruz: "Celia y Willie" 1981 que a pesar de no lograr las ventas y cotas artísticas del álbum anterior sirvió para mantener a la cantante dentro del circuito salsero luego de su agotamiento artístico con el músico Johnny Pacheco.15​
Willie Colón culminó su exitosa asociación artística con Rubén Blades luego de la producción del álbum "The last fight" 1982, que le permitió aparecer en la película homónima. Ese mismo año produce otro exitoso trabajo con la cantante Soledad Bravo “Caribe” 1982 que relanzó a la cantante venezolana y le abrió las puertas del mundo latino de New York que le permitió grabar posteriormente dos álbumes más. Para el año de 1984 produce para la cantante Sophy el álbum: “Sophy en New York con Willie Colón” donde continúa la exploración de los ritmos afroantillanos.
A fines de los años setenta, Willie Colón estaba en la cúspide de su consagración artística y era considerado el productor musical más exitoso del sello Fania Records. Todos los cantantes lo buscaban para proyectar sus carreras, en un momento donde bandas tan exitosas como las de Larry Harlow, Ray Barreto y Eddie Palmieri, comenzaban a mostrar signos de agotamiento dentro de sus propuestas musicales. Colón estaba lleno de proyectos: comenzaba a lanzar su carrera como cantante solista y junto a Rubén Blades formaba la pareja más exitosa del mundo salsero. Además, se daba el lujo de producir a los cantantes más emblemáticos de la escena de New York: Héctor Lavoe, Celia Cruz e Ismael Miranda.
En este escenario y paralelamente a estas asociaciones, Willie Colón emprendió su carrera como solista debutando con el álbum: “Solo” 1979. Pasaron 10 años para que el artista, que sólo había participado en los coros y, que tuvo una participación en tres temas de su álbum de 1975, se lanzara como voz principal en un álbum que fue catalogado simultáneamente como: pretencioso, pomposo, exquisito, sinfónico y sobre producido. Pero de lo que no cabe duda es que, este trabajo marcó un hito formidable en la historia de la salsa de New York.16​
Para este debut Colón preparó una banda donde incluye todos los metales de una gran orquesta: Flauta trompetas, saxos, trombones y tuba; una sección de cuerdas, el cuatro de Yomo Toro y los habituales músicos de su orquesta: Salvador Cuevas en el bajo, Profesor Joe Torres al piano y la sección rítmica compuesta por Josè Mangual Jr, Eddie Montalvo y Jimmy Delgado. Para acompañar en los coros, la voz nasal y limitada de Willie Colón, se recurrió a un grupo femenino que matizó el sonido áspero del que siempre hizo gala el músico. A pesar de todo esto el erudito autor del libro de la salsa Cesar Miguel Rondón criticó al álbum por su dolorosa dulzura y atmósfera de telenovela.16​
El álbum alcanzó disco de oro en tres semanas y rompió todos los records de taquilla en su presentación en el Poliedro de Caracas. Entre los temas más sinfónicos del álbum se encuentran: “Nueva York” y “Juancito” donde se narra el choque cultural que experimenta un jibarito que se traslada a New York; este tema fue alabado por Rubén Blades. Sin embargo, los temas más radiados fueron: "Nueva York", “Sin Poderte Hablar, “Tu Eres Tú”, “Mentiras Tuyas” y "Julia" banda sonora de Julio Sánchez Cristo. El álbum presenta varios temas orquestales con la Orquesta Filarmónica de Puerto Rico y Colón es el compositor de ocho de los diez temas.
Dos años más tarde produjo y productor de su segundo álbum como solista: “Fantasmas” 1981 el cual continuó con los coros femeninos, siendo su estructura menos ambiciosa en cuanto a la orquestación y la producción en general. Colón compuso cinco de las ocho canciones del disco, donde destacaron: “Amor Verdadero”, "Celo", "Sueño  De Papelote", “Oh, Qué Será?” del compositor brasileño Chico Buarque y “Toma Mis Manos” la canción que cierra el álbum. "Este disco presentó, dentro de un contexto histórico, a un músico desarrollado, que desde un humilde comienzo en Nueva York, se convirtió en una de las más reconocidas personalidades del gremio salsero".17​
Mientras la salsa romántica hacía su aparición y adquiría gran popularidad en medio del desgaste de los ritmos afro antillanos, Willie Colón estaba en la búsqueda de nuevas formas musicales en un proceso creativo e innovador de quien nunca tuvo problemas en nadar contra la corriente. "Corazón Guerrero" 1982, el tercer álbum en solitario de Willie Colón, fue un producto que exploró la amplia gama de ritmos latinos en un marco de influencias anglosajonas que muchos han calificado como uno de los primeros trabajos de Pop latino. Colón se rodeó de músicos excepcionales creando un ambiente musical neo concertista. Canciones como: “Corazón guerrero, “Suéltale el rabo al dragón”, “Dormido no” y el popular tema de Carole King “Will you still love to me tomorrow” versionado como: “Que pasará mañana” son muestras de un trabajo que sirvió de guía a los movimientos innovadores de aquel momento.18​
En 1983 Willie Colón y Héctor Lavoe se unen en el álbum “Vigilante”. Para aquel entonces Lavoe llevaba dos años sin grabar y su comportamiento errático había llevado su carrera a un futuro incierto. Por su parte Colón estaba encarando la disolución de su binomio de seis años con Rubén Blades. Este álbum presentó solo cuatro temas; siendo Willie el cantante del tema homónimo que abre el disco, destinado originalmente a ser parte de la banda sonora de un film, donde Willie encarnaría al maleante Rico Meléndez. Los otros temas fueron cantados por un Lavoe en plenitud de forma donde destacan: “Triste y Vacía” y “Juanito Alimaña” de Tite Curet Alonso que se convirtió en un éxito instantáneo.19​
Tiempo pa’ matar 1984 es la despedida formal de Willie Colón de Fania Records. En este trabajo continua explorando nuevas sonoridades y fusiones rítmicas además de letras jocosas como en la canción “El diablo”. En este álbum se produce la sustitución del “profesor Joe Torres” por el pianista Jorge Dalto e incluye al flautista Mauricio Smith que sería protagonista en varios temas. Entre las canciones destacadas del álbum se encuentran: “Tiempo pa’ matar” y “Callejón sin salida” firmadas por el propio Willie, donde se rememoran tiempos pasados de la vida en el barrio, mezclados con temas políticos y autobiográficos. El tema de mayor éxito radial resultó ser “Gitana” el cual posee evidentes aires españoles y cuya autoría pertenece a “Manzanita”.
A mediados de los años 1980 Fania Records estaba en medio de una debacle financiera, la que otrora fue una de las compañías disqueras más poderosas del mundo latino y por la que desfilaron los más connotados artistas de la música afro caribeña, hizo inversiones en negocios y películas que no tuvieron el éxito esperado. Con la partida de Rubén Blades y posteriormente de Willie Colón su más connotado productor musical, la compañía se sumerge en una especie de limbo del que nunca saldría. Nueva York dejó de ser el epicentro de la salsa que se desplazó hacia Puerto Rico con las orquestas de Cheo Feliciano, Bobby Valentín, Roberto Roena y La Sonora Ponceña; Venezuela con Oscar D'León y Colombia con el Grupo Niche.
En este contexto donde el boom de la salsa neoyorquina llegaba a su final remplazado por otras propuestas musicales más actualizadas como la salsa romántica y el merengue, Willie Colón produce su quinto álbum como solista: Criollo 1984. Apoyado en los arreglos de Marty Sheller, se lanza en una aventura donde compone y versiona varios temas de autores brasileños que exploran diversas tendencias rítmicas, dentro de una estética progresista y comprometida. Los temas más destacados fueron: “La era nuclear”, “Me das motivo” (Sullivan-Massadas), “Miel” (Caetano Veloso-Wally Salomao) y “Son ellos” (Tunal y Sergio Natureza); este último dedicado a los cantantes ciegos Stevie Wonder, José Feliciano y Ray Charles. Este álbum fue producido para el sello RCA.
En 1986 produce para el sello venezolano Sonográfica su sexto álbum de estudio como solista, donde regresa a la salsa como expresión musical principal. El disco presenta temas bailables como: “Lo que es de Juan” y “Soltera”. Además presenta un popurrí de canciones de su época con Lavoe de más de 10 minutos de duración donde se incluyen los temas: Che Che Colé, Barrunto, Te Conozco y Calle Luna Calle Sol. Este álbum fue reeditado en 2011 con el nombre: “Pregunta por ahí” un bolero que formó parte de esta producción discográfica.
Un año después produce para Celia Cruz un tercer disco para el sello Fania que fue muy poco promocionado: “The Winners" 1987. Aunque las canciones tienen los ingredientes necesarios para haber sido más conocidas, la época en que fue lanzado, atentó contra el éxito, para aquel entonces Celia Cruz estaba incursionando en el ambiente de la ciudad de Miami donde se convertiría en una artista del pop latino.
Tres años después de su último trabajo regresa con nueva banda: Legal Aliens, para grabar su séptimo álbum solista “Top Secrets” 1989 siendo el autor de cuatro de las ocho canciones del álbum. Willie Colón había regresado brevemente a la Fania para producir el disco de Celia Cruz de 1987 y el de Héctor Lavoe “Strikes Back”, por lo que este álbum es grabado para Fania Records. Este trabajo descansa mayormente sobre los teclados y un frente trombón/saxofón que ofreció nuevas posibilidades sonoras; coqueteando con influencias del r&b y el funk.20​
El primer sencillo promocional fue “Primera noche de amor” pero lo que convirtió a este disco en un clásico, fue el éxito “El gran varón” de Omar Alfanno que devolvió a Colón a la palestra internacional, a pesar de las posiciones de los activistas gais. Otra canciones destacadas fueron “Así es la vida” donde Colón retoma sus crónicas como narrador de lo cotidiano y el sólido y bailable tema: “Nunca se acaba” donde el coro reza: “Sepan que esto no se va/La salsa nunca se acaba”.
Un año más tarde Willie Colón presenta su octavo álbum de estudio denominado: “Color americano” 1990. El cantante venezolano Amilcar Boscan y el propio Willie componen tres temas cada uno. Además contiene la versión del tema de Juan Gabriel “Hasta que te conocí”. Este álbum tuvo escasa repercusión comercial siendo los singles: “Aerolínea desamor” y “Vida nocturna”.
En 1991 Colón trae su noveno trabajo: “Honra y cultura” que continuó en la línea ascendente de una carrera que no se regocijó en éxitos anteriores y continuaba en la búsqueda de nuevas expresiones musicales y temas que encararan de forma constructiva la hispanidad y el despertar de la conciencia. A través de un mensaje anti bélico y haciéndose eco de temas como la contaminación, las dictaduras, las drogas y la desigualdad, Colón realiza un sólido trabajo. Las canciones más emblemáticas fueron: “No”, “Quinientos años” y “Divino maestro”, en donde aparecen solos de Yomo Toro y del propio Colón.
"Hecho en Puerto Rico" 1993 es un álbum grabado con músicos puertorriqueños como: Papo Lucca, Bobby Valentín, Tito Allen, Isidro Infante y Cucco Peña que fue el productor. El álbum marca el retorno a las raíces ancestrales del músico neoyorquino y presenta números bailables y de gran calidad como: “Yo te podría decir”, “Desde hoy” y el éxito “Idilio” cantado a dúo con Cucco Peña que irrumpió con fuerza en las emisoras de radio de todo el Caribe.
El álbum: "Tras la tormenta" 1995 marca un nuevo capítulo de una de las colaboraciones más exitosas de la salsa: la del trombonista, arreglista y vocalista Willie Colón y el compositor y sonero Rubén Blades. El álbum posee el sonido poderoso, inconfundible y oscuro de la orquesta de Willie Colón y una elección de temas de gran factura artística donde el propio Blades aporta cinco temas y Amílcar Boscán presta dos de sus canciones a Willie Colón. Las canciones más interesantes del álbum son aquellas que los dos cantantes cantan a dúo: “Dale paso”, “Tras la tormenta” y “Doña Lele”, un tema de Jorge Guzmán que narra de una forma poética la historia de una mujer desahuciada.21​ La canción Talento de Televisión de Amilcar Boscán cantada por Willie solo fue el gran éxito de este disco, se ha convertido en un estándar, ganando Canción del Año en el Carnaval de Veracruz México 2010.
Cerrando la década de los noventa Willie Colón produce los álbumes: “Y vuelve otra vez” 1996 y “Demasiado corazón” 1998 completando un total de diez trabajos musicales en el período 1984-1998. En estas producciones Colón acusa cierto desgaste como compositor acudiendo a varios artistas que le cedieron sus temas entre los que destacó Amílcar Boscán quien cedió a Colón: “Cayo Condón”. Además se versionaron temas de Eros Ramazzotti, Pedro Guerra y Joan Manuel Serrat. Debe destacarse que la canción: “Demasiado corazón” fue utilizado como tema de una telenovela homónima.
Luego de estos trabajos musicales, Willie Colón entró en una larga pausa musical que rompió luego de diez años con el álbum “El malo II, Prisioneros del mambo” 2008, cuya producción duró más de dos años y en el que se incluyó: Salsa, balada, música urbana y música puertorriqueña. Entre los temas destacan: “Medley a Héctor Lavoe” donde canta las canciones: Periódico de ayer, El todopoderoso y El cantante. Otros temas destacados fueron: "Cuando me muera" “Narco mula” y el “El brujo”. En este disco Willie Colón es el compositor de ocho temas mientras que Amílcar Boscán aporta tres canciones.
En 2010 Willie Colón es invitado a grabar junto al cantante colombiano Fonseca la canción "Estar lejos", la cual les merece la nominación a los Premios Grammy 2010 por mejor canción tropical del año.
En el 2014, Willie Colón co-produce, compone y canta junto al dúo panameño Gaitanes, la canción "De que me vale". Logran posicionarse entre los mejores 25 de Billboard.
Willie Colón es un pintor de los rostros de su gente, un artista que plasmó en sus canciones –con su sonido fuerte– la conciencia de una generación que exigía el respeto social y que luchó por la vindicación de sus condiciones de vida.
"Su música refleja, a la vez, una lírica tradicional rítmica y el llanto de adiós y esperanza de una nueva generación, forzada a abandonar su tierra para congregarse en la urbe estadounidense".1​
Aunque hubo otros músicos de la época que asumieron la misma línea temática, nadie mejor que él supo conjugar en armonías el sentimiento de desgarro y desamparo de la diáspora.
En unión con Rubén Blades, realizó una gesta que trastocó la salsa y mostró la amplia capacidad del género para navegar por lugares que nunca se habían hecho eco de su rítmica; abordando las temáticas más diversas y rompiendo los parámetros de las radio-emisoras sobre los tiempos de duración de las canciones.1​ El desarrollo de la propuesta del dueto fue avasallador en éxitos y delineó el compromiso social al frente de las filas que abogan por la igualdad de derechos y la justicia social.
Su sonido, de gran impacto, agresividad y sabor (influenciado en un comienzo por bandas de rock con vientos como Chicago, Blood, Sweat & Tears o incluso Tijuana Brass), muy pronto se empezó a depurar pues, desde muy temprano, comenzó a experimentar con una serie de ritmos y temáticas que pocas veces se habían utilizado en la salsa. En su etapa de solista y productor, son famosas las versiones de temas brasileros (principalmente de Chico Buarque) que Colón realizó con su propio estilo, caracterizado por el empleo de trombones, el cual en varias combinó con sofisticados arreglos orquestales, cuerdas y coros femeninos, convirtiéndose en el mejor ejemplo de lo que en la salsa se conoció como el "sonido de Nueva York".
Su principal característica como músico ha sido la fusión de ritmos, siendo un artista que ha sabido adaptar la música propia de cada época con los ritmos latinos en su esencia más original. Por ello, no es de extrañarse oírle desde un Shing-a-ling en su primer disco, hasta su "Lowrider" en uno de sus últimos materiales grabados, pasando por su versión de "Fragilidad" del disco "Honra y cultura" 1991, donde versiona a Sting, o en los años 70, cuando grabó "Solo" y el "Baquiné de los Angelitos Negros", discos en los que rompe con el modo convencional de la salsa para presentar trabajos personales con un sonido novedoso, acompañados de tubas, chelos y flautas.
Con Colón nació la salsa, música ideal para tratar temas de las clases marginadas, pero que poco a poco alcanzó otras audiencias sin perder su rebeldía original. Este experimento le dio unidad a la música que se hacía en el entorno de Nueva York, al asimilar los ritmos caribeños, latinoamericanos y norteamericanos y crear un sonido moderno, agresivo y bastante experimental.
Willie Colón es uno de los músicos que si bien no niega la influencia de la música cubana en la salsa, afirma que ésta no es equivalente a "salsa", pues ha dicho que él: puede dar un concierto de dos horas sin interpretar ningún ritmo cubano y a pesar de esto, tocar salsa. Al respecto es famosa su frase "la salsa no es un ritmo, es un concepto".
Discografía
Sus álbumes de estudio, grabados por su orquesta con otros cantantes o en calidad de solista, por orden cronológico, son los siguientes:
1967: El Malo (con Héctor Lavoe).
1968: The Hustler (con Héctor Lavoe).
1969: Guisando (Doing a Job) (con Héctor Lavoe).
1970: Asalto Navideño (con Héctor Lavoe).
1969: Cosa Nuestra (Our Thing) (con Héctor Lavoe).
1971: La Gran Fuga (The Big Break) (con Héctor Lavoe).
1972: Asalto Navideño Vol. 2 (con Héctor Lavoe).
1972: El Juicio (con Héctor Lavoe).
1973: Lo mato (con Héctor Lavoe).
1975: Se Chavó el Vecindario (There Goes The Neighborhood) (con Mon Rivera).
1975: The Good, the Bad, and the Ugly (con Héctor Lavoe y Rubén Blades)
1977: El baquiné de angelitos negros
1977: Solamente Ellos Pudieron Hacer Este Álbum (Only They Could Have Made This Album) (con Celia Cruz).
1977: Metiendo Mano! (con Rubén Blades).
1978: Siembra (con Rubén Blades).
1979: Solo
1980: Maestra Vida. Primera parte (con Rubén Blades).
1980: Maestra Vida. Segunda parte (con Rubén Blades).
1980: Doble Energía (con Ismael Miranda).
1981: Canciones del Solar de los Aburridos (con Rubén Blades).
1981: Celia y Willie (con Celia Cruz).
1981: Fantasmas
1982: Corazón Guerrero
1982: Caribe (con Soledad Bravo).
1982: The last fight (con Rubén Blades).
1983: Vigilante (con Héctor Lavoe).
1984: Tiempo Pa' Matar
1984: Criollo
1986: Contrabando. Especial No. 5
1986: Quién Eres (es el mismo álbum anterior, pero con otro título)
1986: Sophy en Nueva York (con Sophy).
1987: The Winners (con Celia Cruz).
1989: Top Secrets
1990: Color Americano
1991: Honra y Cultura
1993: Hecho En Puerto Rico
1995: Tras la Tormenta (con Rubén Blades).
1996: Y Vuelve Otra Vez! (One More Time)
1998: Demasiado Corazón
2008: El Malo Vol. 2: Prisioneros del Mambo
Filmografía
Entre las películas donde ha participado, podemos encontrar cinco filmes y tres telenovelas:
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hablandole-al-amor · 7 years
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Enseñemos que la belleza no es física, maldita sea, la belleza es del alma.
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