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#rápidos y furiosos 7
monarcasombras · 1 year
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Una de las mejores de la saga de rápidos y furiosos muy buena peli, aunque entristece un poco el final me gustó en como despidieron al Paul Walker
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“No importa dónde estés, a medio kilómetro de distancia o al otro lado del mundo, siempre estarás conmigo y siempre serás mi hermano”.
✨ De Bugs para Lucas ✨
Fuente: Rápidos y Furiosos 7 (2015)
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boomgers · 1 year
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Estrenos · Mayo 2023
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Este newsletter contiene los títulos de las nuevas producciones que se estrenarán en México durante el mes de mayo de 2023.
· 1 de mayo de 2023 HBO Max · Los Plomeros De La Casa Blanca. Paramount+ · Atracción Fatal.
· 2 de mayo de 2023 Netflix · El Sastre. Netflix · La Casa Del Amor.
· 3 de mayo de 2023 Disney+ · Ed Sheeran: La Suma De Todo. Netflix · La Celestina Del Judaísmo. Paramount+ · Thalia’s Mixtape: El Soundtrack De Mi Vida. Vix · Quiero Tu Vida.
· 4 de mayo de 2023 Cines · Guardianes de la Galaxia · Volumen 3. HBO Max · The Other Two. Netflix · El Aprendiz De Sumo. Netflix · La Reina Charlotte: Una Historia De Bridgerton.
· 5 de mayo de 2023 Apple TV+ · Silo. Apple TV+ · Harriet La Espía · Temporada 2. Disney+ · Disney Entrelazados Live!. Prime Video · ¡Hasta La Madre! Del Día De Las Madres. Star+ · Planners.
· 8 de mayo de 2023 Netflix · Los Guardaespíritus Del Bosque.
· 9 de mayo de 2023 Netflix · Hannah Gadsby: Something Special.
· 10 de mayo de 2023 Cines · Amor A Primer Mensaje. Disney+ · Muppets Mayhem: Confusión Eléctrica. Netflix · Dance Brothers. Netflix · La Reina Cleopatra. Netflix · Desapariciones: ¿Vivos O Muertos?. Vix · Bendita Suegra.
11 de mayo de 2023 Netflix · Ultraman · Temporada 3. Netflix · Royalteen: La Princesa Margrethe.
· 12 de mayo de 2023 Apple TV+ · Ciudad En Llamas. Apple TV+ · STILL: Una Película Sobre Michael J. Fox. Disney+ · Cráter. Lionsgate+ · Sisi · Temporada 2. Netflix · La Madre. Netflix · Black Knight. Netflix · Queer Eye · Temporada 7.
· 14 de mayo de 2023 Paramount+ · Espíritus En La Escuela.
· 16 de mayo de 2023 Netflix · Anna Nicole Smith: Tú No Me Conoces.
· 17 de mayo de 2023 Apple TV+ · High Desert. Netflix · McGregor Forever. Netflix · Rhythm + Flow: Francia. Netflix · Trabajar: Eso Que Hacemos Todo El Día. Paramount+ · La Familia Stallone.
· 18 de mayo de 2023 Cines · Rápidos y Furiosos 10. Netflix · Besos, Kitty. Netflix · Yakitori: Soldados De La Desdicha.
· 19 de mayo de 2023 Netflix · El Silencio. Netflix · Selling Sunset · Temporada 6. HBO Max · Spy/Master.
· 20 de mayo de 2023 Netflix · La Buena Mala Madre.
· 22 de mayo de 2023 Apple TV+ · Planeta Prehistórico · Temporada 2.
· 23 de mayo de 2023 Netflix · Gente Sirena. Netflix · Víctima/Sospechosa. Netflix · Wanda Sykes: I’m An Entertainer.
· 24 de mayo de 2023 Apple TV+ · Platónico. Disney+ · Ni De Aquí, Ni De China. Disney+ · Entrelazados · Temporada 2. Netflix · Hard Feelings. Netflix · El Ultimátum: Amor Queer. Star+ · Bel-Air · Temporada 2. Star+ · La Familia: Un Culto Australiano.
· 25 de mayo de 2023 Cines · La Sirenita. Netflix · FUBAR. Star+ · The Kardashians · Temporada 3.
· 26 de mayo de 2023 Netflix · Sangre Y Oro. Netflix · El Último Vagón. Prime Video · The Gryphon.
* Las fechas de estreno pueden estar sujetas a cambios.
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Cumpleaños 🎂
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Hoy cumple 72 años el gran Kurt Russell.
Hoy, 17 de marzo, el actor estadounidense Kurt Russell cumple 72 años.​ Kurt Russell nació el 17 de marzo de 1951 en Springfield, Massachusetts. Hijo de Bing Russell y Louise Julia Crone, se graduó en la Thousand Oaks High School en 1969 y comenzó su carrera en la televisión en la década de 1960.
Debutó con 11 años en Disney y acabó siendo un icono del cine de acción. Hay que recordar que su carrera en el séptimo arte despegó con su papel en “Elvis” de John Carpenter en 1979, seguido de éxitos de taquilla en los años 80, como “1997: Rescate en Nueva York” y “Golpe en la pequeña China”.
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También ha actuado en filmes exitosos como “La Cosa”, “Poseidón”, “Stargate”, “Tango y Cash”, “Tombstone”, “Breakdown” y “Los Guardianes de la Galaxia Vol. 2”, entre muchas otras películas. El 31 de agosto de 2013, se anunció que Russell fue expulsado de “Rápidos y Furiosos 7”, estrenada en 2015.
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Russell estuvo casado con Season Hubley de 1979 a 1983 y tuvo un hijo, Boston Russell, en 1980. También tiene otro hijo, Wyatt, con la también actriz Goldie Hawn, con quien está casado desde 1983.
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sith-fco84 · 3 months
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#Argylle
Cines
Ahhhh que pedazo de películas nos aventamos en el pingüinos/tiburoncin cinéfilos tour . Que chulada de película ! Comedia al por mayor, acción, giros en la historia sorprendentes y no esperados . Una historia muy bien llevada y su originalidad la lleva hasta la cima . Lo que les faltó a películas como misión imposible 7 u 8? (Sepa en cuál vayan) o rápidos y furiosos x , entre otras películas que vimos el año pasado del género de espías. Esta película se los lleva de ley. Mezclar picardía, comedia, parodiar al género de espías con momentos serios y emocionantes llenos de acción lleva a darnos dos horas y media de magnífico entretenimiento. No te puedes dejar de ver nada por lo emocionante y cambios de la trama en segundos y risas . La banda sonora le da otro empuje y realza más lo que vemos. El casting sin duda espléndido . De esas veces que vamos a ver algo para ver qué tal y sales mega satisfecho de la sala y con ganas de decirles a todos que vayan a verla por qué lo merece . La súper recomendamos !. Le doy 4.5/5 🌟 o un 9.6/10.
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cinemedios · 6 months
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Los 10 autos más emblemáticos de la saga Rápidos y Furiosos
🚗💨 ¡Atención, fanáticos de la velocidad y la adrenalina! Hemos recopilado los 10 autos más emblemáticos que han dejado su huella de goma y gloria en la saga Rápidos y Furiosos.
La saga Rápidos y Furiosos es conocida por sus escenas de acción trepidantes y su gran variedad de automóviles impresionantes. En este recuento, celebramos diez de los más emblemáticos, vehículos que han hecho que nos enamoremos aún más de la saga desde sus inicios. Mazda RX-7 VeilSide Fortune 1997 | Tokyo Drift El Mazda RX-7 de Han en “Tokyo Drift” es un vehículo que destaca por su estética y…
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theshiki · 6 months
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Hay muchas historias que caen en el maniqueísmo, desde fanfics hasta animes e incluso algunos libros donde un sector es el bueno y el otro el malo sin ser capaces de admitir que un personaje realista tiene momentos en los que actúa mal y no por ello es automáticamente el malo, el no ser capaz de cometer errores es lo que lleva a un personaje a convertirse en Gary stu o Mary Sue. O cuando se trata de grupos “buenos” en los que todos sus integrantes son buenos se pierde la variedad o el dinamismo que ofrece hacer interacciones entre distintas personalidades.
Por poner un ejemplo rápido: Naruto. En Naruto Konoha es la aldea “buena” y quien quiera destruirla es el malo. Sin puntos medios. Muchas veces se habla de que Sasuke o Pain son los malos por querer acabar con Konoha porque arrastran a inocentes a sus problemas personales con la misma. Ok, es cierto. Ellos actúan mal al involucrar a personas que no ten��an que ver con sus rencores pasados, pero la obra blanquea demasiado a Konoha. Danzou se alió con Hanzou de la salamandra para acabar con Yahiko y deliberadamente provocaba conflictos con el fin de aumentar su poder político. ¿Alguien de Konoha hizo algo al respecto? Sarutobi y Tsunade eran plenamente conscientes de los negocios sucios de raíz, pero nunca movieron un dedo para intentar exponerlo. Si no fuera porque Sasuke se vengó de él nada habría cambiado y hubiera seguido como sexto Hokage. Como los otros dos consejeros que, pese a haber sido participes de la masacre del clan Uchiha, en Boruto siguen siendo parte del consejo del Hokage. ¿Aquí no importan los niños, ancianos y mujeres Uchihas que no iban a participar en la revolución?
A pesar de que Kakashi y Naruto que se supone son cercanos a Sasuke por haber sido parte del team 7 nunca se los mostró intentando ajusticiar lo acontecido. Se habla de que se debió castigar con mayor dureza los crímenes de Sasuke y es verdad, se debió hacer un arco de redención verdadero donde mostraran como compensaba sus errores, pero Konoha como mínimo también debió hacer algo respecto a sus crímenes pasados. Sin embargo, la obra cae en el maniqueísmo haciendo que Konoha tenga menciones de múltiples errores, pero nunca se los piense como los malos. Si los agraviados por las acciones de Konoha siguen obedientes y sumisos están en el bando “bueno” como Neji que perdió a su padre todo porque Konoha prefirió sacrificar a Hizashi pese a que Hiashi había actuado para evitar el secuestro de Hinata. O Kakashi cuyo padre fue llevado al suicidio por sus propios compañeros de Konoha, para empeorarlo, gente a la cual Sakumo les había salvado la vida. Mientras aquellos que se sienten furiosos e indignados debido al daño que les causaron, son los malos.
Si escriben historias tengan cuidado de no clasificar a sus personajes en sólo dos bandos. Los personajes más interesantes son aquellos que pueden tener ambos tipos de actitudes tanto buenas como malas. Por ejemplo, Seshomaru de Inuyasha que a veces era antagonista de su hermano y otras era su aliado. Los personajes se sentirán más realistas si actúan sin restringir sentimientos. O Lelouch de Code Geass. Él buscaba la paz mundial y lo hizo por los métodos más radicales, cosa que obviamente se le reprochó, pero tenía sus matices. Ser uno de los personajes “buenos” no significa negar cualquier sentimiento como la ira, orgullo, envidia, etc. Neji tenía derecho a repudiar a Konoha por la decisión que tomaron, Kakashi podría haber culpado a la gente de Konoha por ser malagradecida con el sacrificio de su padre y no serían malos. Sería esperable y humano para mí enojarse con los responsables del deceso de su padre. Ser el antagonista tampoco significa que todo lo que se haga es por ser malvado, pueden tener una razón lógica para actuar como lo hacen. Eso sin dudas podría poner en conflicto a los protagonistas y crear conflictos o debates interesantes que den pie al desarrollo de personajes.
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kahecha82 · 1 year
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Ya general tome atención........... la cultura estadounidense es ser polifuncional........... por ejemplo futbolista, actor y músico......
La primicia quien se coloca el sombrero ????????......... jajajajajajajajaja.......... indiana Jones 5,6 y 7...............
Pero hay una sorpresa.......... darth vedder............ magneto............ psicosis.......... matrix.............. blade runner.......... twilling zone......... el aro............ odisea 2001.......... terminator.............mercenarios...........gladiador.......... el abogado del diablo ............. constantine.............. vanilla sky..............rápido y furioso..............
OK????
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youtube
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cinemega0 · 5 years
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Rápidos y Furiosos: Hobbs y Shaw
Rápidos y Furiosos: Hobbs y Shaw
Después de casi cinco mil millones de dólares recaudados a lo largo de ocho películas, la franquicia Fast & Furious presenta el primer capítulo independiente de la saga, con Dwayne Johnson y Jason Statham en sus papeles habituales como Luke Hobbs y Deckard Shaw en FAST & FURIOUS – HOBBS & SHAW. Desde que en Fast & Furious 7 (2015) se cruzaron los caminos del imponente agente
Hobbs (Dwayne…
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eldiariodelarry · 3 years
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Clases de Seducción, parte 28: Perdón
Parte 1, Parte 2, Parte 3, Parte 4, Parte 5, Parte 6, Parte 7, Parte 8, Parte 9, Parte 10, Parte 11, Parte 12, Parte 13, Parte 14, Parte 15, Parte 16, Parte 17, Parte 18, Parte 19, Parte 20, Parte 21, Parte 22, Parte 23, Parte 24, Parte 25, Parte 26; Parte 27.
Rubén estaba sentado sobre el mesón de la cocina, mirando a Felipe y Alan que conversaban cariñosamente en el sillón del living.
—Tú sabes lo mucho que te amo —le decía Felipe a Alan.
—Demuéstralo —Alan sonreía con malicia, y miró por unos breves segundos a Rubén directo a los ojos.
Felipe se acercó de improviso a Alan y lo besó con pasión, mientras con su mano recorría todo su cuerpo. Lo besó con tal vehemencia que Rubén sintió que nunca lo había besado así a él.
Cuando Felipe comenzó a bajar por el cuello de Alan, éste volvió a mirar a Rubén, desafiante, que seguía sentado, sin moverse.
—Te dije que erai ahuenoao.
Rubén miró a su lado y estaba Sebastian, mirando fijamente la escena de Felipe y Alan.
No respondió nada, no porque no tuviera nada que decir, sino porque no podía hablar. Se quiso marchar del lugar, pero tampoco pudo moverse.
—Ahora solo te queda soportar cómo se burlan de ti, en tu cara —continuó Sebastian—. Ahueonao.
 Rubén despertó con la mano de Catalina moviendo gentilmente su hombro.
—Rube, ya llegamos a tu casa —le dijo su amiga con su voz dulce.
—Chao chiquillos —dijo Sebastian soltando el cinturón de seguridad—. Fue un gusto conocerte, Catalina —le dijo a la muchacha, volteándose para mirarla a los ojos.
—Igualmente Seba —respondió ella con amabilidad, y Rubén estaba seguro que su amiga lo decía de corazón.
Sebastian se bajó del jeep de Roberto, y solo entonces Rubén se desperezó y bajó rápidamente del vehículo, después de despedirse apresuradamente de Catalina, Marco y Roberto.
El jeep se marchó y Sebastian estaba de pie en medio de la calle, mirándolo. Rubén no le prestó atención, y se dispuso a abrir la reja de su casa.
Estaba furioso después de todo lo que había pasado el día anterior. Sentía que Felipe no lo había respetado como pololo, y más encima Sebastián lo había tratado como si fuera un imbécil por aceptar las disculpas de Felipe. Lo peor era que sabía que su amigo tenía la razón, y se merecía todos los insultos posibles, pero su orgullo era más grande. Y el sueño que acababa de tener era la guinda de la torta, que lo dejó con las emociones aún más a flor de piel.
—Rube —le dijo Sebastian, mientras Rubén abría la reja y luego la cerraba detrás de si, sin mirar a su amigo—. Rube, yo…
Rubén no le prestó atención, y cerró la puerta de su casa ahogando todo intento de Sebastian de hablar con él.
Miró a través del visillo de la ventana, sin que Sebastian se diera cuenta, y lo vio dar un largo suspiro y luego caminar cabizbajo rumbo a su casa.
Se dirigió a su habitación, y vio que Darío estaba en la cocina almorzando solo, pero no le prestó mayor importancia.
—¿Vas a almorzar? —le preguntó Darío con seriedad.
Rubén se sorprendió al ver que su hermano le dirigía la palabra, pero igualmente pasó de largo a su habitación sin responder.
—Rubén, ¿vas a almorzar? —volvió a preguntar Darío, pero Rubén nuevamente no respondió. Rubén escuchó que su hermano se paraba de su asiento y se acercaba a su habitación—. Te pregunté si vas a almorzar…
—¿Qué te importa a ti si voy a almorzar? —le gritó, desafiante, a su hermano, acercándose lo más que pudo para intimidarlo—, ¿desde cuándo te importa si como o no?, ¿o desde cuándo quieres comer con tu hermano maricón?
El enojo acumulado durante el viaje a Hornitos estaba siendo liberado hacia su hermano, que nada tenía que ver en todo eso.
Rubén le dio un empujón a Darío, como una forma de liberar físicamente la ira acumulada, y esperó que su hermano le respondiera de la misma forma, pero no lo hizo. Darío simplemente se quedó mirándolo con seriedad, así que Rubén volvió a empujarlo, pero esta vez su hermano opuso resistencia, sin desestabilizarse.
Rubén siguió empujándolo y dándole golpes en el pecho, hasta que Darío simplemente lo abrazó. En ese momento Rubén se rindió, bajó los brazos y dejó que su hermano lo abrazara, conteniéndolo.
Tuvo ganas de llorar, al sentir a Darío abrazándolo, sin rechazarlo por ser gay, pero se contuvo. Nunca pensó que extrañaría sentir esa cercanía con su hermano, pero no lo pudo evitar.
—¿Qué te pasó, enano? —le preguntó Darío, al asegurarse que Rubén no oponía ninguna resistencia.
Rubén evaluó rápidamente la idea de contarle realmente lo que había pasado, pero lo descartó igual de rápido.
—¿Qué te pasó a ti, homofóbico culiao? —le preguntó de vuelta Rubén, recuperando por un breve momento un buen humor.
Le dio un empujón a Darío y se separó de él. Su hermano bajó la mirada avergonzado.
—Perdona, Rube, por cómo te traté —se disculpó Darío después de varios días.
—¿Por qué? —preguntó Rubén, sin especificar nada.
—No sé, supongo que me asusté, y no reaccioné de la forma correcta —se explicó Darío—. Nunca se me habría pasado por la mente que fueras… así. Perdona, hermano —insistió.
—¿Eso significa que me aceptas tal como soy? —quiso confirmar Rubén, esperanzado.
—Supongo, si no hay otra opción —respondió Darío, provocando que Rubén cambiara de inmediato el semblante—. O sea, a lo que me refiero, Rube, es que somos hermanos, y no quiero perderte. Aún sigo sin entender cómo puede ser que te guste un hueón por sobre una mina —se notaba en su rostro que solo la idea de pensar en eso lo perturbaba—, pero tengo que aceptarlo. Porque eres mi hermano y te amo.
A Rubén le parecía una disculpa pasable.
—Porque no hay ninguna opción de que te gusten las minas, ¿cierto? —quiso confirmar Darío.
—No —respondió Rubén, convencido al cien porciento de su orientación.
—Entonces te acepto como seas, enano —Darío le dio un abrazo—. Perdón por lo del otro día —insistió—. Tengo que trabajar en mi inteligencia emocional —admitió—. No puedo tener la inteligencia académica además de la emocional.
—¿De qué hablas?, ni siquiera eres tan brillante —le respondió Rubén con acidez—. Si algo tienes es tu apariencia, porque inteligente no eres.
—Iug, enano, ¿me estás coqueteando? —Darío puso cara de asco.
—Puede que sea maricón, pero no tengo tan mal gusto —bromeó.
Rubén se daba cuenta que cada vez que decía la palabra “maricón”, Darío bajaba la mirada, avergonzado.
—Deja de decir esa palabra —le pidió su hermano.
—¿Por qué?
—Porque es mala. Es homofóbica, ¿o no?
—Si, pero ¿acaso no era homofóbica cuando me la gritaste el otro día, una y otra vez? —lo desafió Rubén.
—Si, y me arrepiento. Por eso te pedí perdón —admitió Darío, incapaz de mirarlo a los ojos por la vergüenza.
Rubén no insistió, porque estaba viendo que al menos su hermano estaba arrepentido de su actuar, y estaba trabajando para cambiar ese aspecto de su personalidad.
—¿Qué hay de almuerzo? —preguntó Rubén, cambiando el tema para no hacer sentir más incómodo a su hermano.
—Lasaña —respondió Darío—. La hizo el papá anoche. Está buena, ¿te sirvo? —ofreció.
—Casi nunca —respondió Rubén, a modo de broma, y Dario salió de su habitación riéndose.
La reconciliación con su hermano le había levantado el ánimo, y lo hizo olvidar por un buen rato la mala experiencia en Hornitos.
—¿Cómo estuvo tu paseíto? —le preguntó Darío.
—Bueno —respondió Rubén de forma automática. Ni siquiera consideró la idea de responder con la verdad.
—¿Seguro?, cuando llegaste no te veías como si lo hubieras pasado bien precisamente —insistió su hermano.
—Son cosas de… pareja —dijo finalmente Rubén, esperando con eso disuadirlo.
—Ah —Dario se incomodó evidentemente—. Bueno, no cacho como es la dinámica entre ustedes los… bueno. Si fuera una mina te diría que te metieras con otra, eso les gusta, sentir que te van a perder.
Rubén se tapó la cara, sin creer lo que decía su hermano.
—¿Eso haces tu? —le preguntó, riendo con incredulidad.
—No voy a responder eso —dijo muy lentamente Darío.
—¿Por qué eres tan ahueonao? —se preguntó Rubén.
—Oye, más respeto, enano, soy tu hermano mayor.
Los hermanos siguieron conversando, sin ahondar en lo que había pasado en Hornitos.
Rubén no podía creer lo estúpido que podía llegar a ser Darío, pero aún así, lo extrañaba, y el hecho de que lo haya aceptado (a su manera), le había arreglado el día en un cien porciento.
—¿A qué se debe este cambio tan repentino? —le preguntó Rubén, refiriéndose a la aceptación por parte de Darío.
—Bueno, en primer lugar, quiero que sepas que al día siguiente, con la mente fría me arrepentí mucho de cómo te traté. Me acuerdo de tu cara cuando te grité, cuando te pegué —Darío hizo una pausa, como si le provocara un dolor físico recordar eso— y me avergüenza mucho haber actuado así contigo —dio un largo suspiro, como para calmar sus emociones, y luego siguió—. Ahora cuando te fuiste hablé con el papá, y me hizo ver que no tenía nada de malo que fueras así…
—Homosexual —lo interrumpió Rubén.
—Eso, no tiene nada malo —continuó Darío—, pero sobretodo, me dijo que no tenía que tener miedo a pedir perdón. Yo pensaba que me ibas a mandar a la chucha si me acercaba a pedirte perdón, pero el papá me dijo que era imposible que eso pasara, así que tenía que aprovechar la primera oportunidad para disculparme.
—El papá es sabio —comentó Rubén—, así que más te vale que le des el respeto que se merece.
Darío entendió a qué se refería Rubén, y bajó la vista avergonzado.
Cuando llegó el papá de ambos cerca de las seis de la tarde, los miró orgulloso y simplemente sonrió sin decir nada respecto a la reconciliación.
 Al día siguiente, Rubén fue al cine a conversar con Catalina mientras trabajaba.
—Gracias por venir a acompañarme, este horario es el peor —le dijo Catalina a Rubén cuando llegó.
Eran las diez y media de la mañana, y le tocaba estar en la boletería, sola hasta las dos de la tarde. Le indicó a Rubén que se sentara a su lado y conversaron toda la mañana, mientras Catalina atendía a los ocasionales clientes que llegaban a las primeras funciones.
—Me alegra mucho que tu hermano te haya pedido perdón —le dijo ella cuando Rubén le contó sobre lo ocurrido con su hermano, y saltó de la silla para darle un abrazo, sin importarle que no había terminado de entregarle la entrada a un cliente de prominente bigote blanco—. Disculpe señor, aquí tiene —agregó, cerrando la transacción, ante la mirada enojada del caballero.
—A mi igual —admitió Rubén—. Me arregló el día, aunque siga siendo un imbécil, es mi hermano, y lo quiero.
—Pero igual antes estabas resignado a no hablarle más, ¿cierto?
—Si, no me desagradaba la idea —bromeó—, pero sigue siendo mi hermano, y ayer me di cuenta que igual lo necesitaba, aunque sea para despejar mi mente. Había estado muy enfocado en Felipe últimamente, que había dejado de lado mi vida familiar. No sé si tiene sentido.
—Creo que si, tiene sentido —respondió Catalina, apoyándose en el respaldo de la silla—. Hablando de Felipe, ¿qué pasó ayer?, noté que quedaste bajoneado cuando se quedó en Hornitos.
Rubén recordó ese momento y sintió como el enojo se empezaba a apoderar de él.
—Quedé pésimo cuando supe que se quedaría —confirmó Rubén—. Yo estaba seguro que se vendría con nosotros, nunca pensé que se quedaría allá, aunque claro, después de escuchar cómo le rogaba a Alan que se quedara era obvio. No sé cómo no lo pensé antes.
—¿Le rogó a Alan para que se quedara? —preguntó Catalina sorprendida.
—Si, y el muy cínico se hacía de rogar. Todo el rato haciéndose el hueon —descargaba su rabia hacia Alan, siendo que no tenía ninguna razón de peso para enojarse con él.
—A mí no me dio la impresión que Alan fuera así —intervino Catalina, intentando que Ruben razonara—. ¿Y a ti no te rogó?
—No —Rubén se cruzó de brazos y se apoyó contra el respaldo, dándole un aire de amurrado.
—Bueno, quizás quería pasar un último día solo con sus amigos de la infancia —supuso Catalina, para no sacar conclusiones precipitadas.
—Ingrid no es del grupo ese e igual se quedó —comentó Rubén de inmediato. Ya había pensado en eso.
—Ya, pero ¿no es ella la que se consiguió la casa de Hornitos con su tio? —razonó Catalina—. Obviamente tenía que quedarse.
Rubén notó que su amiga tenía razón, y tuvo una breve sensación de alivio, como si ahora todo tuviera sentido.
En ese momento abrieron la puerta de la caseta de la boletería, y entró Jonathan, el amigo de Catalina que trabajaba con ella.
—Cata, llegó un viejo reclamando que lo atendiste pésimo —le comentó, riéndose—, ¿qué le hiciste?
—¿A cuál? —preguntó Catalina sorprendida.
—Hola Rube —Jonathan saludó a Rubén rápidamente con un tierno gesto de la mano, al percatarse que Catalina no estaba sola—. Al Profe Rossa —respondió a su compañera, riéndose.
—¡Era igual! —se rió Catalina, entendiendo perfectamente a quién se refería—. Me demoré cinco segundos más en pasarle la entrada porque abracé al Rube cuando me dijo que se había reconciliado con su hermano.
—Aw —Jonathan expresó la ternura que sentía al escuchar la razón del reclamo—, bueno, la familia está primero, así que que espere nomas el viejo —justificó el actuar de su amiga—. Más encima se dio un montón de vueltas para comprar las palomitas. Y para comprar las bebidas fue otro show —se llevó los dedos de la mano derecha al entrecejo, en señal de estrés.
—¿Por qué? —preguntó Rubén, con curiosidad.
—Porque no sé qué pretendía, estaba pidiendo Fanta, y yo le decía “señor, no tenemos Fanta, tenemos Orange”, “pero a mi no me gusta la Orange, deme una Coca entonces”, me decía él. “Señor, no tenemos Coca, le puedo dar una Pepsi” le dije. “Pero si a mi no me gusta la Pepsi, ¿por qué me va a dar Pepsi?, deme una Sprite mejor” —el relato de Jonathan tenía a Rubén y Catalina muertos de la risa—. Les juro que insistió como diez veces que quería la Fanta, después la Coca y después la Sprite, y no entendía que no teníamos ninguna de esas.
—Quizás lo hizo a propósito en venganza por haberme demorado un poco más —pensó Catalina.
—Capaz —coincidió Jonathan—, pero bueno, me hizo el día el viejo duro.
—Lo malo que justo estaba Martina al lado mío cuando el viejo se quejó, así que me mandó para acá, y me dijo que te fueras a proyectar —le comunicó Jonathan.
—No sé por qué hace esos cambios Martina —se quejó Catalina, respecto a la supervisora del turno—. “Proyectar” le decimos a ir a poner las películas en cada sala —le contó a Rubén, que no entendía a qué se refería Jonathan—. Lo fome es que no sé si podré hacer que entres conmigo —pensó Catalina en voz alta.
—No te preocupes por eso, Davie dejó lista la función de las 11:30 antes de relevarme en la confitería, y la siguiente es recién a las 13:00, así que tienes tiempo para seguir conversando —le comunicó Jonathan.
—Oye, Rube, ¿pasó algo con el Seba? —le preguntó Catalina, cambiando de tema—. Noté una tensión rara en el viaje de vuelta.
—Si, me enojé con él porque me trató de ahueonao —resumió Rubén, provocando la risa de Catalina, y de Jonathan detrás de ella.
—¿Y por qué te dijo eso? —quiso saber su amiga.
—Porque había perdonado muy rápido a Felipe ayer.
—Ya, pero esa no es razón para enojarte con él, Rube. No tienes siete años —le dijo Catalina.
—Cata, no lo viste. Me lo dijo de mala forma, como atacándome —se defendió Rubén.
—Bueno, quizás había tenido un pésimo día y se desquitó contigo porque sabía que no te lo tomarías personal —pensó Catalina.
—¿Y por qué iba a tener un pésimo día?
—No lo sé, Rube. Es tu mejor amigo, no deberían enojarse por una tontera así —le dijo adoptando un tono más compasivo—. Aparte igual el Seba tiene algo de razón.
—¿Cómo? —preguntó Rubén molesto, provocando la risa de Jonathan.
Catalina sonrió sin alterarse.
—Habla con él —le recomendó—. Aprovecha que te queda tiempo con él. Después se va a ir y te vas a arrepentir de haberte enojado con él.
Rubén no le quiso decir que cuando se bajaron del jeep Sebastian había intentado hablar con él, porque se sentía estúpido por no haber aprovechado el momento.
—Estoy súper colgado, pero me encanta el drama de tu vida, Rube —comentó Jonathan con toda confianza.
—Te lo regalo, no lo quiero —respondió Rubén, aún pensativo.
Los tres continuaron conversando por un buen rato más, hasta que Catalina tuvo que ir a su nuevo puesto designado, y no pudo llevarse a Rubén consigo.
Rubén se fue a su casa en micro, decidido a seguir el consejo de Catalina e ir a hablar directamente con su mejor amigo.
Golpeó la reja de la casa de Sebastian con una moneda de cien pesos y esperó a que alguien saliera. La madre de su mejor amigo salió a ver quién golpeaba, y al verlo se puso visiblemente incómoda.
—Hola mijo, ¿busca al Seba? —le preguntó, intentando disimular su incomodidad.
—Si, tía, ¿está? —respondió Rubén, un tanto descolocado por la actitud de ella.
—Si, voy a decirle que salga.
La mujer entró a la casa y Rubén se quedó pensando en por qué no lo hizo pasar como hacía siempre.
Dentro de menos de un minuto, Sebastian salió por la puerta. Estaba muy serio, como si se estuviera esforzando para proyectar esa imagen.
Abrió la reja y se apoyó en el marco, sin decir ninguna palabra.
—¿Le dijiste a tu mamá que no me dejara entrar? —Rubén rompió el hielo de forma desafiante.
No había empezado bien su intento de hacer las pases.
—No —respondió Sebastian de forma cortante—. No quiere dejarte entrar porque ahora sabe que estas pololeando con un hueón. Piensa que me vas a pegar lo gay o algo así.
Con todo lo que había pasado en Hornitos, había olvidado por completo que le había contado a la mamá de Sebastian sobre su pololeo.
Rubén bajó la vista, avergonzado por haber culpado a su amigo por la actitud de su madre.
—¿Cómo estás? —no se le ocurrió qué otra cosa decir para iniciar la conversación.
—Bien —respondió Sebastian, aún cortante.
—¿Podemos conversar? —preguntó Rubén.
—Estamos conversando —Sebastian siguió cortante.
Rubén trataba con todas sus fuerzas de no perder la paciencia.
—Solo te quería pedir perdón, por haberte ignorado ayer —dijo finalmente Rubén, después de dar un largo suspiro de resignación. Esperó un par de segundos por alguna reacción por parte de Sebastian, pero no hubo respuesta—. Estaba con la mente en otra parte, y me porté como un imbécil.
—Sí que lo fuiste —respondió finalmente Sebastian, manteniéndose serio—. Yo también fui un idiota por tratarse así el otro día —admitió—. Lo siento.
Sebastian sonrió por primera vez al decirle “lo siento”, y Rubén le dio un fuerte abrazo, para dejar atrás su estúpida rencilla.
—¿Vamos a la plaza? —ofreció Rubén, para poder conversar más tranquilos, lejos de la mamá de Sebastian, y su amigo sin responder nada, cerró la reja por fuera y comenzó a caminar.
Los muchachos se sentaron en el pasto que crecía orgulloso a pesar de las inclementes condiciones impuestas por el ambiente desértico y la brisa marina.
—Admito que fui un ahueonao, por haber perdonado tan rápido a Felipe —comentó Rubén.
—Ayer noté que te afectó que se haya quedado. Por eso te quise pedir disculpas cuando llegamos, pero no me pescaste —se explicó Sebastian.
—Si. Tengo que hablar con él.
Sebastian lo quedó mirando, como si deseara decir muchas cosas, pero por respeto no lo hacía.
—¿Vas a terminar con él? —preguntó con timidez Sebastian.
Rubén simplemente se encogió de hombros.
—¿Has logrado recuperar tu memoria de ese día que despertaste en la playa? —Sebastian cambió el tema disimuladamente.
Rubén se rió.
—Nada —había olvidado que había toda una noche que no recordaba—. No creo que me haya perdido mucho.
—No creo, pero igual es grave, creo. Pudo haberte pasado algo, no sé.
—Mientras no me haya puesto jugoso, peleando con alguien, o algo así, creo que ya no tiene sentido recordar.
—Si, tienes razón. No tiene sentido —coincidió Sebastian, cabizbajo.
Los muchachos se quedaron en silencio un buen rato.
Rubén miraba a Sebastian mientras jugaba con el pasto suelto. A veces le costaba creer lo mucho que habían cambiado en el último tiempo.
Hasta hace pocos meses, él era un introvertido adolescente que ni siquiera se había atrevido a asumir internamente su sexualidad, mientras que su amigo era la persona con más confianza y autoestima que conocía. Había estado perdidamente enamorado de Sebastian, y aún le costaba creer que su amigo se le había declarado, dispuesto a intentar tener una relación con él, pero lo había rechazado. Todo por arriesgarse a ser feliz con alguien que realmente lo entendiera. Y ese alguien en ese preciso momento estaba a cien kilómetros de distancia, disfrutando de sus vacaciones con su ex.
Por supuesto que su amigo luego le había aclarado que había tenido solo una confusión tonta, y que no se sentía realmente atraído por él, así que no tenía sentido darle vueltas a esa idea en la cabeza, el “¿qué hubiese pasado si?”.
Sin embargo, sentía que de alguna forma, los papeles se habían volteado: él tenía cada vez mayor confianza en si mismo, principalmente gracias a Felipe (tenía que admitirlo), mientras que Sebastian se veía cada vez más inseguro y apagado, casi vulnerable.
—¿Por qué hemos cambiado tanto? —preguntó de repente Rubén.
—¿A qué te refieres? —Sebastian levantó una ceja, sin entender a qué se refería.
—No sé, siento que antes éramos distintos —Rubén no supo explicarse.
—Habla por ti. Yo estoy igual que siempre —Sebastian sonrió, como si se hubiese acordado de un chiste gracioso.
—¿Seguro que estás igual que siempre? —insistió Rubén.
—Si po. Estoy ansioso por irme al servicio nomas, pero lo demás todo igual.
Rubén lo miró, apenado.
—Sabes que puedes contarme lo que sea, ¿cierto? —Sebastian asintió ante la pregunta de Rubén, sin mirarlo a los ojos—. No quiero que volvamos a pelear.
—No lo haremos —lo tranquilizó Sebastian, mirándolo finalmente a los ojos, y sonriéndole para tranquilizarlo—. Siempre vamos a estar para apoyarnos el uno al otro.
Rubén se quedó tranquilo con esa respuesta de su amigo. Continuaron conversando por largo rato, e incluso Rubén le contó entusiasmado a Sebastian que Darío le había pedido perdón por como lo había tratado cuando se enteró de su homosexualidad, y que lo había aceptado, a su manera. Sebastian se alegró genuinamente por él.
Durante la noche, Felipe comenzó a llamar por teléfono a Rubén, pero él no contestó. Necesitaba tiempo para pensar qué hacer, pero con cada llamado, su mente se activaba y empezaba a idear conversaciones que tendría con su pololo, donde le decía todo lo que le había molestado y exigía el respeto que se merecía. Muy probablemente, esas conversaciones nunca iban a ocurrir.
Lo mismo pasó durante el viernes. Rubén no contestó sus llamadas, y tampoco respondió sus mensajes del MSN, donde se conectó como “no conectado”, para que Felipe no supiera que en realidad estaba en línea.
El día sábado durante la tarde Felipe llegó de sorpresa a su casa.
—¿Está el Rubén? —escuchó desde su habitación que Felipe le preguntaba a su papá.
—Por supuesto, Felipe, pasa, está en su habitación —respondió su papá, con su amabilidad característica, y sin saber que Rubén estaba evitándolo.
El padre de Rubén salió al taller a buscar unas herramientas, y la pareja de pololos quedó a solas en la casa.
Rubén estaba sentado en su cama cuando Felipe apareció por el marco de la puerta.
—Tu papá me dijo que pasara… no hay problema, ¿cierto? —Felipe quiso confirmar, y Rubén negó con la cabeza—. ¿Pasa algo Rubén?, te he estado llamando y no me contestas.
A pesar de la autorización de Rubén, Felipe se quedó parado en la entrada de la habitación.
—Si, no sé qué onda el celu que no puedo responder llamados —mintió Rubén. Para variar, estaba ocultando su verdadero sentir.
—Te dejé mensajes en Messenger, ¿tampoco los viste? —Felipe estaba serio, pero no enojado, sino más bien dolido.
—No me he conectado en verdad —volvió a mentir Rubén, sin ser capaz de mirarlo a los ojos.
—¿Hay algo que me quieras decir?
Rubén se quedó en silencio un buen rato, pensando en cómo comenzar a verbalizar todo lo que sentía.
—Bueno, venía a ver como estabas. Estaba preocupado porque no contestabas, pero ahora veo que estás bien —dijo Felipe después de un largo suspiro, volteándose para irse.
Rubén se quedó sentado, indeciso si decir algo mientras Felipe se marchaba.
—Bonita forma de preocuparte por mi, después de dejarme tirado para irte con tu ex —le dijo con la voz temblorosa y en un volumen demasiado alto para su propio gusto, mientras salía de su habitación.
Felipe se quedó de pie en medio del living, impactado por las palabras de Rubén.
—¿Cómo? —Felipe no daba crédito a lo que acababa de oir.
—No vengas a hacer como que te preocupas por mi, cuando no es así —respondió Rubén.
—¿Por qué dices eso?
—¡Porque es la verdad!, ¡sólo te importa ese imbécil de Alan!
—A ver, Rubén —Felipe se acercó a él—, en primer lugar, Alan no es un imbécil. Y segundo, es ridículo que pienses que no me preocupo por ti.
A Rubén le molestó que hiciera esa acotación sobre Alan.
—Demuéstralo entonces. Ni siquiera intentaste convencerme que me quedara un día más con ustedes, mientras si lo hiciste con ese hueón —se explicó Rubén.
—No puedo creer que estés celoso de mi ex —murmuró Felipe—. ¡Ya te expliqué que a él ya no lo quiero de la forma en que te quiero a ti!, ¡pensé que lo habías entendido!
—¿Y por qué insististe en convencerlo para que se quedara?
—Porque es mi amigo de la infancia, como todos los que nos quedamos. Queríamos compartir con el grupo, recordar cuando éramos pendejos. ¿Tengo que disculparme por eso acaso?
—No, pero…
—No te insistí que te quedaras porque vi que estabas agotado, sabía que no querías seguir ahí.
—¿Y por qué no te viniste conmigo? —Rubén bajó el tono, avergonzado por lo que acababa de decir.
—Rubén, no porque seamos pololos voy a dejar de ver a mis amigos.
—¿Quién te está prohibiendo que los veas?, ¡llevábamos dos días con tus amigos!, mi problema no son ellos, es Alan.
—Sigue siendo mi amigo de la infancia, aunque sea mi ex —aclaró Felipe.
—Entonces no lo veas más, hace años no lo veías, ¿qué más da si lo dejas de ver nuevamente?
—¿Te das cuenta lo tóxico que suena eso?, ¿Qué me estés prohibiendo ver a ciertas amistades ahora que somos pololos?
—No es “ciertas amistades”, es tu ex —insistió Rubén.
La voz le temblaba de impotencia por no lograr hacerlo entender su punto de vista, mientras Felipe mantenía su voz monótona, aunque ahora hablaba un poco más fuerte, sin gritar.
—Da igual si es a una o mil personas que me prohíbas ver, es una actitud tóxica.
—No es de tóxico que te lo digo —se defendió Rubén.
—¿Acaso yo te he prohibido que sigas viendo a Sebastian después que me contaste lo que pasó en tu paseo de curso? —le encaró.
Rubén quedó sorprendido por lo que acababa de decir Felipe.
—No es lo mismo —solo eso atinó a decir.
—¿Por qué no es lo mismo?, ¿de qué forma es diferente?
—Porque simplemente es distinto. Ustedes fueron pareja, vivieron juntos… con el Seba no pasó nada más allá de esa noche.
—Aún así, estuvieron juntos, y se siguen viendo, día a día —insistió Felipe—. Y yo no te digo nada, porque te quiero y confío en ti.
—¿Estás diciendo que no te quiero y no confío en ti, y por eso me pongo celoso? —preguntó Rubén, dolido.
—No he dicho eso —respondió Felipe recuperando su calma.
Se quedaron en silencio por un buen rato, parados a un par de metros de distancia el uno del otro, sin saber cómo continuar la conversación.
—Para tu tranquilidad, no voy a volver a ver a Alan —le dijo finalmente Felipe, y se sentó en el sillón.
A Rubén se le dibujó de inmediato una sonrisa incrédula en el rostro.
—¿Por qué no? —quiso saber, intentando disimular la alegría que le provocaba oir eso.
—No tomé esa decisión por ti, para que sepas —si bien las palabras de Felipe eran sinceras, no fueron menos duras—. Antes de venirnos de regreso me dijo que seguía enamorado de mi, y que le había afectado volver a verme. Pensaba que al igual que yo, él ya habría superado lo nuestro, pero no. Así que tomé la decisión de no volver a verlo, para no hacerle daño a él.
—¿Te preocupa más cómo se siente él que cómo me siento yo? —murmuró Rubén, picado.
—Rubén, basta —dijo Felipe, cansado—. ¿No es eso lo que querías? —Rubén asintió, con la mirada baja—, ¿entonces?, ¿qué más quieres que te diga?, ¿que al ser mi pololo tienes derecho a dominar mi vida y controlar a quienes veo?, lamento decepcionarte, pero no es así, así como tú tienes la libertad de juntarte con los amigos que quieras y yo nunca te voy a decir nada al respecto.
Rubén seguía de pie, distante, molesto por la actitud de Felipe, la forma en que le aclaró que Alan no era un imbécil, y por haberle explicado la razón por la cual se alejaría de su ex.
—¿Por qué te preocupa tanto cómo se sienta él y no eres capaz de entenderme a mí? —insistió Rubén.
—Rubén, entiendo cómo te sientes, pero no por entenderte voy a dejar de preocuparme por mis amigos.
—Llevabas meses sin preocuparte por él, volver a hacerlo no debería costarte tanto —retrucó Rubén.
—Bueno —Felipe se puso de pie, dando por cerrada la discusión—. Venía a decirte eso y a ver cómo estabas. Cuando quieras hablar con madurez, ya sabes donde vivo.
Rubén no se movió de donde estaba parado. Con el corazón acelerado vio a Felipe caminar hasta la puerta, y marcharse.
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-¿Tú coche o el mío? Milo quiere seguir romanceando. 
-Cada quien el suyo queridito, es mejor así. 
-Ya, no me vas a dar tregua, ¿verdad?
-Milo, lo que estamos haciendo está mal. Por dónde lo veas. 
-¿Por?
Cínico, les digo que este hombre no tiene vergüenza. 
-Milo, vives con alguien, vas a empezar una relación formal, y vienes a buscarme según tu para explicarme cómo son las cosas, y lo único que logramos es coger. 
Veo como sonríe burlón.
-No te rías Milo, el karma nos lo va a cobrar caro. Le contestó mientras apunto con mis llaves al cielo. 
-¿Y no te gusta estar así conmigo? Porque tampoco es como que te negaras tanto allá adentro. 
Vuelve a sonreír, cínico, eres un hijo de...cínico. 
-Ves como no se puede hablar seriamente contigo, el punto es el siguiente, sí, no niego que me gusta mucho estar contigo en la cama y besarte y hacer todo eso que pasó allá adentro. Pero la verdad es que a mí en lo personal, no me gustaría que si voy a vivir con alguien y le pido que sea de verdad, es decir que establezcamos una relación formal, ande cogiendo a diestra y siniestra con otras personas. 
-¿Quieres la verdad? 
Suena serio. 
-Sí.
-No estoy jugando a nada, Angélica llegó sí, pero me encantas, no puedo dejar de pensar en ti, te la pasas 24/7 en mi cabeza, esto es real, lo dice y me aprisiona con sus brazos y no me deja moverme mientras me besa.
¡Mierda Aitana, pon resistencia!
-Ves, a ti también te gusta, lo sé porque lo que sientes cuando estamos juntos es real, lo veo en tu cuerpo y en tu cara, eso no se finge. Bueno, sé que los orgasmos sí, pero en ti es real, te siento. 
Y sí, tiene un punto, me hace llegar cuantas veces quiero y como quiero, cosa que también logra Diego, pero Milo lo que no entiende es que no pienso jugar a ser la capillita. 
-Mira, ya es tarde, tengo muchas cosas que hacer, después hablamos, me subo a mi coche y me arranco como película de Rápido y Furioso. Veo por el retrovisor a Milo, quién levanta los brazos y se rasca la cabeza. 
Tessa
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fastandfurious-1327 · 7 years
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kahecha82 · 1 year
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Ya hablemos la verdad ??????............... les presento mi regalo............. space Jam 3 .............. stepenworlf........... indiana Jones............ darth vedder............ gladiador........... rápido y furioso......... John wick 4............. blade runner............ mercenarios............... matrix.............. magneto............psicosis............ vanilla sky 2 ............... odisea 2001.............. twilling zone............. el aro............... titanic............. terminator................ punto de quiebre 2 .........
Les presento a keune reeves nunca va al oscar y globos de oro........... no me pueden mirar............. 3 oscar y 3 globos de oro......
Yo elijah............. 6 oscar y 6 globos de oro a mejor actor significa primer latinoamericano oscar y globo de oro a mejor actor........... la sorpresa oscar y globos de oro por trayectoria 2023........... también no me pueden mirar.............
16 oscar y 16 globos de oro........
El premio más grande del planeta es vaquero y ser gringo............
El bueno el malo y el feo.......... django............ los 7 de la muerte..........
Por ejemplo lo triste pedro pascal chicano........
OK?????
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