tobarker:
"... hoy es día de que pulas lo exótico a tu carrera,
así que ve y hazle un streaptease a debbie"
Vestido con un traje que había guardado para un número distinto, se deshizo de su saco y lo colocó por encima de su hombro derecho, con su mano sosteniendo el mismo. Tras enviarle un mensaje de texto a la morena, indicándole que se encontraba justo afuera de donde se hospedaba, esperó un rato afuera. No podía creer que estaba a punto de hacer algo como eso en su sano juicio; mas lo iba a hacer, y no iba a dejar que nada le detuviere, puesto que mientras aquello no llegase a manos de la prensa, entendía que todo estaba absolutamente bajo control. Aguardó en silencio, con su barbilla en alto, esperando no traicionar su orgullo para entonces. (dee-dee-morrison)
Toby: Con una ladina sonrisa reflejada en su rostro, le miró con picardía; al menos era algo que no le costaba hacer en lo absoluto. Miró a su alrededor, sólo para tomar en cuenta el ambiente en el que se encontraba. Al notar un sillón cerca, ladeó su cabeza hacia el mismo, indicándole que se sentare para entonces iniciar aquel reto que se le fue planteado—. Siéntate, tengo algo para mostrarte.
Debbie: Aquella sonrisa pícara le hizo alzar las cejas, mostrándose un poco suspicaz ante la actitud del muchacho, sin embargo, hizo caso a su petición y, aún un poco desconcertada se sentó en el sofá con las piernas cruzadas sobre el mueble, como en posición de yoga—. ¿Es un truco de magia o algo así? —preguntó, con esa expresión de inocencia que siempre tenía en el rostro.
Toby: Se encargó de buscar algún reproductor que le sirviere, y tras haberlo encontrado, insertó el CD que había guardado el el bolsillo de su saco. Esperaba que aquello no dañase su dignidad. Se limitó, entonces, a suponer que la morena se encontraba a solas y a subir el volumen del aparato antes de presionar play, escuchando entonces como el inicio de la canción impregnaba sus oídos. Se giró y se aproximó a la joven a largos y lentos pasos hasta llegar a donde ella se encontraba, abriendo su camisa con fuerza, de manera que los botones se separasen de inmediato. Inició con unos pasos de baile al ritmo de la música, mostrando un semblante seductor y seguro, negándose a perder contacto con los ojos ajenos.
Debbie: En el momento en que el muchacho subió el volumen de la música, dio gracias porque su madre y el novio de su madre estuviesen trabajando, pues, de lo contrario, le habrían puesto problemas, al menos su mamá. Era una de sus canciones favoritas y se preguntó si es que él lo había adivinado. Se quedó mirando las acciones del moreno y cuando él comenzó a moverse al ritmo de la música y a acercarse, entendió de qué se trataba todo aquello. Apretó los labios para no reír porque, a pesar de ser de esas personas intrépidas, aventureras, había cosas que le ponían nerviosa, como en ese preciso momento. Sin embargo, cuando el chico se rompió la camisa dejó escapar una carcajada y apoyó su mentón en una de sus manos, sin dejar de mirarlo.
Toby: Se mantuvo en su camisa a pesar de que ésta estuviera desabotonada, tomando su corbata y deshaciendo el nudo para más tarde colocarlo alrededor del cuello de la chica, inclinando sus labios hasta su oído a punto de susurrar—. Espero haberme ganado tu confianza musical —se separó nuevamente, continuando con sus movimientos improvisados y, aún así, seductores. Trazó sus propios abdominales hasta llegar a su entrepierna, donde tomó apoyo para plantear distintos pasos, sin perder el ritmo que seguía sin dar lugar a riendas.
Debbie: Generalmente se hubiese opuesto a algo así, pero el chico la había tomado desprevenida y, por alguna razón, le siguió el juego y dejó que le pusiera la corbata alrededor del cuello y algo así como una cosquilla le recorrió desde el oído hasta el cuello cuando el chico le susurró aquella frase—. Está ganada —le dijo, acompañado de un guiño, de manera juguetona. Se preguntó si es que ella tendría que hacer algo parecido para ganarse la confianza musical de Toby. Continuó concentrada en el bailo del chico, mientras dejaba escapar carcajadas en voz baja, no porque le causara risa, sino porque de repente se sentía nerviosa. Mordió su labio inferior inconscientemente para evitar que esa sonrisa nerviosa se ensanchara más.
Toby: Tras unos pasos más, tomó el cinturón que ataba sus pantalones, dejándola a un lado desconocido de la habitación, tras haberla utilizado durante su coreografía. Se aproximó nuevamente a la joven y sujetó la mano de la castaña, restándola en sus abdominales, guiándole de modo que tantease la zona. Con sus movimientos tomando un ritmo más lento, se inclinó hacia su oído de nuevo para morder su lóbulo en un gesto seductor, estimulándole de aquel modo.
Debbie: De un momento a otro se vio con la mano encima de los abdominales del muchacho y recorrió desde con sus dedos la línea entre éstos, mientras soltaba una carcajada, mordiéndose el labio inferior al final, con aire divertido. Entendía lo qué estaba sucediendo, pero no entendía el por qué, o cuales eran las intenciones detrás de todo eso. Le hacía cosquillas el contacto de la boca del chico en su piel. Sin embargo, aquella acción de parte de él la hizo cohibirse y quitó la mano de donde la había puesto él.
Toby: Se sintió ligeramente desalentado al ver que la chica había retirado sus manos de su abdomen, mas aquello no hizo que detuviere la danza que había comenzado. Se separó lo suficiente como para que sus labios quedasen fuera del alcance de su piel, mas no lo suficiente como para que contare un metro de distancia. Se deshizo rápidamente de sus pantalones, retomando los movimientos que comprendía el hecho de sostener su entrepierna, aún logrando que fuere decente y fuera de lo grotesco.
Debbie: Al ver como el chico se deshacía de los pantalones, alzó sus cejas sorprendida y se levantó de donde estaba sentada para acercarse a él y poner ambas manos en sus hombros, interrumpiendo su baile—. No quiero que te deshagas de más ropa, Toby... si estás intentando seducirme, tienes que descubrir mi punto débil, pero no te quites más ropa —le dijo, mirándolo de frente. No pretendía interferir en su baile, pero tampoco quería que el chico quedara desnudo con ella allí presente.
Toby: Negó con la cabeza, ahora moviendo sus caderas con afán contra la cintura de la chica; no iba a detenerse, no al menos que ella se lo pidiera—. ¿En serio creías que llegaría a ese punto? Vaya, incluso pensé que sabías mis puntos básicos como ser humano —ironizó, ahora colocando sus manos en las caderas ajenas, calmando su aliento a medida que recorría el tiempo—. Sabes moverte, ¿no es así?
Debbie: —Uno nunca sabe, Toby —replicó, alzando las cejas con suspicacia. Miró las manos del muchacho acomodarse en sus caderas y asintió ante su pregunta—. No soy la mejor bailarina del mundo, pero puedo moverme —a ella le gustaba bailar, así que ignoró el hecho de que el chico estaba en ropa interior y comenzó a moverse al ritmo de la música que sonaba de fondo, sin quitar sus manos de los hombros del muchacho—. ¿Vas a explicarme qué significa todo esto? —preguntó cerca de su oído.
Toby: Le alegró saber que de todos modos podía bailar con él, con lo que sea que estuviere haciendo. Después de todo, podía guiarle lo suficiente como para escoger a dónde le podía llevar todo lo que esté sucediendo entre los dos. Soltando una desganada, mas no molesta carcajada, se aferró al cuerpo de la morena, trazando él mismo los pasos que seguiría— ¿Es que ahora no puedo darte un show? Claro que no se va a repetir, de todos modos —aclaró. Y a pesar de que esperase un gesto parecido, se limitó a callarlo, sin muchos ánimos de espantarle.
Debbie: Dejó salir una carcajada despacio con la pregunta del chico y negó con la cabeza—. Lo que no entiendo es por qué merezco un show tuyo... —comentó, dejando que el muchacho se aferrara a su cuerpo, siguiendo los movimientos que él emitía. Estaba concentrada en la música y en los pasos de su acompañante, mas recordó que ella compartía esa casa con dos personas más—. Oye... uh, no es que no me gusten tus abdominales, pero mi madre va a llegar pronto y no sé, no creo que te gustaría que te viera en ropa interior.
Toby: —Nadie lo merece realmente —alardeó—, aunque no ha estado nada mal tenerte de espectadora. Para la próxima, te recomiendo que mantengas la boca cerrada, te ves mejor así —guiñó un ojo, intentando decirlo en el mejor sentido sin perder su esencia; le hubiere gustado que disfrutase más de todo lo que había hecho. Mas sin embargo, tras haber escuchado el punto de Debbie, no hizo más que carcajearse levemente y separarse, ahora en busca de sus prendas. Se fijó, inicialmente, en la búsqueda de cigarrillos, aquellos que fácilmente encontró dentro de su saco junto con el encendedor correspondiente, colocando uno de ellos entre sus dientes y encendiéndolo casi de inmediato, mientras se colocaba el resto de su ropa a la par—. Entonces te gustaron, claro.
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Chasqueó la lengua, fingiendo decepción— Qué lástima, hubiere sido realmente peculiar —le guiñó un ojo; no hablaba en serio. Y si bien era su estilo de charla, tampoco iba a llevarla demasiado lejos—. No sé, deberías usar algo debajo más seguido, la moda no lo es todo.
Asintió unas veces divertida con la reacción contraria, de haber estado en el lugar de oyente, habría reído de la misma forma. No lo juzgaba por ello.- Oh, claro, los presentes consideraron que era muy interesante.- Aclaró, resaltando la palabra muy.- No, prohibí esas fotografías, hice que las eliminaran delante mío.
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—Lo tomaré en cuenta para futuras referencias —le restó importancia, encogiendo sus hombros al instante. Al menos entonces se restaría cachetadas de chicas tan temperamentales como él—. No he escuchado Sonic Youth, si quieres que te sea honesto. Pero aún tendrías que ganar mi confianza musical antes de siquiera escuchar un acorde, o lo que sea —alzó ambas cejas, mirándole—. Y para entonces, comerás un helado conmigo.
—Nos molesta, pero sólo cuando es un hombre el que hace el comentario —confesó, encogiéndose de hombros, la verdad era que a ella le daban igual algunos temas que para las demás personas eran un tabú—. Y acabo de revelarte un gran secreto sobre las mujeres, eh —comentó—. Uh… si quieres relajarte… —pensó un momento—… recomiendo The Smiths, o Sonic Youth, The Cure, The Beatles, aunque sean cliché… o un helado, también ayuda —respondió, sonriendo ante la última sugerencia.
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