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Descargar torrent
Descargar torrent es una actividad común entre aquellos que buscan acceder a una amplia variedad de contenidos en línea, como películas, programas de televisión, música, libros electrónicos y software. Un torrent es un archivo pequeño que contiene información sobre el contenido que se desea descargar y las instrucciones para conectarse con otros usuarios que comparten ese mismo archivo.
Para descargar un torrent, se necesita un programa de gestión de descargas que sea compatible con la tecnología de intercambio de archivos peer-to-peer. Algunos de los programas de descarga de torrents más populares incluyen uTorrent, BitTorrent y qBittorrent. Una vez instalado el programa, podrás buscar sitios web de torrents que ofrecen una amplia selección de archivos para descargar.
Es importante tener en cuenta que descargar torrents de material protegido por derechos de autor puede ser ilegal en muchos países. Por lo tanto, es fundamental respetar las leyes de propiedad intelectual y utilizar los torrents de manera responsable, descargando únicamente contenido legal y autorizado.
Si decides descargar torrents, recuerda siempre utilizar una conexión a Internet segura, ya que algunos archivos pueden contener malware o software malicioso que podría dañar tu dispositivo. Asimismo, es recomendable utilizar una VPN para proteger tu privacidad y anonimato al descargar archivos a través de torrents.
En resumen, descargar torrents puede ser una forma conveniente de acceder a una amplia variedad de contenidos en línea, siempre y cuando se haga de manera legal y segura. ¡Disfruta de tus descargas y recuerda proteger tu dispositivo y tu información en todo momento!
Virtual Private Network
Un Virtual Private Network, o VPN, es una herramienta cada vez más popular en el mundo digital. Un VPN permite a los usuarios navegar de forma segura y anónima en internet al crear una conexión cifrada entre el dispositivo del usuario y un servidor remoto.
El principal beneficio de utilizar un VPN es la privacidad que ofrece. Al cifrar los datos, un VPN protege la información personal y la actividad en línea de los usuarios de posibles amenazas cibernéticas como el robo de identidad o el espionaje por parte de terceros. Además, al enmascarar la dirección IP del usuario, un VPN oculta su ubicación geográfica, lo que le permite acceder a contenido restringido geográficamente.
Otro aspecto importante de los VPN es la seguridad en redes públicas. Cuando se utiliza una red Wi-Fi pública, los datos pueden ser interceptados por ciberdelincuentes, pero un VPN protege la información incluso en redes no seguras.
Además de la seguridad y privacidad, un VPN también puede ser útil para acceder a contenido bloqueado por restricciones geográficas, como transmisiones en línea o sitios web restringidos en ciertos países. También es útil para empresas que necesitan una conexión segura para sus empleados que trabajan de forma remota.
En resumen, un VPN es una herramienta esencial en el mundo digital actual para garantizar la privacidad, seguridad y libertad en línea de los usuarios. Su uso cada vez más extendido demuestra la importancia de proteger nuestra información en el ciberespacio.
Protección de datos
La protección de datos es un tema de suma importancia en la sociedad actual. En un mundo cada vez más digitalizado, la privacidad y seguridad de la información personal se han vuelto cruciales.
La protección de datos se refiere al conjunto de normas, medidas y procedimientos destinados a garantizar que la información personal de los individuos sea tratada de forma segura y respetuosa. Esto incluye la recopilación, almacenamiento, uso y transmisión de los datos personales de acuerdo con las leyes y regulaciones vigentes.
En muchos países, existen leyes específicas que regulan la protección de datos, como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) en la Unión Europea. Estas leyes establecen obligaciones para las organizaciones y empresas que manejan información personal, como obtener el consentimiento de los individuos antes de recopilar sus datos, garantizar la seguridad de esa información y permitir a las personas acceder, corregir o eliminar sus datos si así lo desean.
Es fundamental concienciar a la población sobre la importancia de proteger sus datos personales y de conocer sus derechos en este ámbito. La protección de datos no solo beneficia a los individuos, sino que también fortalece la confianza en las empresas y en las instituciones que manejan información personal.
En resumen, la protección de datos es un pilar fundamental en la sociedad actual, que busca garantizar la privacidad, seguridad y control de la información personal de las personas en un entorno digital cada vez más complejo.
Anonimato en línea
El anonimato en línea se refiere a la capacidad de mantener en secreto la identidad de un individuo al navegar por Internet o participar en actividades en línea. Existen diversas herramientas y técnicas que permiten a las personas preservar su privacidad y proteger su información personal mientras están conectadas.
Una de las formas más comunes de lograr el anonimato en línea es a través de redes privadas virtuales (VPN). Estas redes enmascaran la dirección IP del usuario, lo que dificulta que terceros rastreen su actividad en línea. Además, el uso de navegadores web que respetan la privacidad, como Tor, también puede contribuir a mantener el anonimato mientras se navega por la red.
El anonimato en línea es importante para proteger la privacidad y la seguridad de los usuarios. Permite a las personas explorar libremente la web sin temor a ser rastreados o vigilados. Además, el anonimato también es fundamental para proteger la identidad de aquellos que desean expresar opiniones o ideas controvertidas sin temor a represalias.
En resumen, el anonimato en línea es una herramienta valiosa para salvaguardar la privacidad y proteger la identidad de los usuarios en el mundo digital. Es importante familiarizarse con las diferentes opciones disponibles para garantizar una experiencia segura y protegida en línea.
Seguridad en Internet
La seguridad en Internet es un tema crucial en la actualidad debido al crecimiento de las actividades en línea y la mayor exposición de datos personales. Proteger nuestra información en la red se ha convertido en una prioridad para evitar posibles riesgos y ataques cibernéticos.
Es fundamental contar con medidas de seguridad efectivas para navegar de forma segura por Internet. Una de las prácticas más recomendadas es utilizar contraseñas seguras y únicas para cada cuenta, evitando utilizar la misma contraseña en diferentes plataformas. Además, es importante mantener actualizados los programas y sistemas operativos para prevenir vulnerabilidades que puedan ser aprovechadas por ciberdelincuentes.
Otro aspecto relevante en la seguridad en Internet es la protección de datos personales. Es recomendable ser selectivos al compartir información sensible en línea y asegurarse de que los sitios web sean seguros antes de proporcionar datos personales o bancarios.
El uso de herramientas de seguridad, como programas antivirus y firewalls, también contribuye a proteger nuestros dispositivos y datos en Internet. Estas herramientas ayudan a detectar posibles amenazas y a bloquear ataques maliciosos, manteniendo la integridad de nuestra información.
En resumen, la seguridad en Internet es un tema que debemos tomar en serio para proteger nuestra privacidad y evitar posibles riesgos en línea. Siguiendo buenas prácticas y utilizando herramientas de seguridad adecuadas, podemos navegar de forma segura y disfrutar de todas las ventajas que nos ofrece el mundo digital.
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howtocodeavpn · 3 days
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Importancia de la privacidad en línea
La importancia de la privacidad en línea es un tema crucial en la sociedad actual. Con el crecimiento exponencial de la tecnología y el uso generalizado de internet, nuestras vidas se han vuelto cada vez más digitales. Sin embargo, esta digitalización conlleva riesgos, especialmente en lo que respecta a nuestra privacidad en línea.
Proteger nuestra información personal en internet es esencial para evitar posibles riesgos, como el robo de identidad, el acoso cibernético o la exposición de datos sensibles. Mantener la privacidad en línea no se trata solo de proteger nuestra información financiera, sino también de preservar nuestra integridad y autonomía en el mundo digital.
Es importante ser consciente de la información que compartimos en línea y con quién la compartimos. Las redes sociales, los sitios web de compras y los servicios en línea recopilan una gran cantidad de datos sobre nosotros, creando perfiles detallados que pueden ser utilizados con diversos fines. Por ello, es fundamental revisar y ajustar la configuración de privacidad en nuestras cuentas en línea para limitar la cantidad de información personal que compartimos.
Además, es importante utilizar contraseñas seguras, mantener nuestros dispositivos actualizados con las últimas medidas de seguridad y ser precavidos al hacer clic en enlaces desconocidos o descargar archivos sospechosos. La privacidad en línea es un derecho fundamental que debemos proteger activamente en un mundo digital cada vez más interconectado.
Seguridad al conectarse a redes públicas
Al conectarnos a redes públicas, como las ofrecidas en cafeterías, aeropuertos o centros comerciales, es fundamental tomar medidas de seguridad para proteger nuestros datos personales. Estas redes públicas pueden ser un blanco fácil para ciberdelincuentes que buscan acceder a información confidencial.
Una de las precauciones más importantes al conectarse a redes públicas es utilizar una conexión VPN (Red Privada Virtual, por sus siglas en inglés). Una VPN crea un túnel seguro que encripta la información que enviamos y recibimos, evitando que terceros puedan interceptarla. De esta manera, nuestra navegación por Internet se mantiene privada y segura.
Otro aspecto a tener en cuenta es deshabilitar la opción de compartir archivos o impresoras al conectarnos a una red pública. Esto evita que otros usuarios de la red puedan acceder a nuestros archivos sin autorización. Asimismo, es recomendable mantener actualizado el sistema operativo y el software de seguridad de nuestro dispositivo para protegernos de posibles vulnerabilidades.
Evitar ingresar información sensible, como contraseñas o datos bancarios, al navegar en redes públicas también es fundamental para proteger nuestra privacidad. En su lugar, es preferible utilizar una red privada o datos móviles seguros para realizar este tipo de transacciones.
En resumen, al conectarnos a redes públicas, es esencial tomar medidas de seguridad como el uso de una VPN, la desactivación del uso compartido de archivos y la actualización constante de nuestro dispositivo. De esta manera, podremos disfrutar de Internet de forma segura y proteger nuestra información personal.
Acceso restringido a contenido geobloqueado
El acceso restringido a contenido geobloqueado es una limitación que muchas personas encuentran al intentar acceder a ciertos sitios web o plataformas en línea desde determinadas ubicaciones geográficas. Este tipo de restricciones se basa en la geolocalización del usuario, lo que impide que cierto contenido esté disponible para usuarios que se encuentran fuera de una región específica.
Una de las razones principales por las que se implementan estas restricciones es el cumplimiento de normativas legales en ciertos países, así como la protección de derechos de autor y la gestión de licencias para la distribución de contenido. Sin embargo, para los usuarios que se ven afectados por estas limitaciones, puede resultar frustrante no poder acceder al contenido deseado.
Existen diferentes métodos que los usuarios pueden utilizar para evadir estas restricciones, como el uso de redes privadas virtuales (VPN) que les permiten cambiar su dirección IP y simular que se encuentran en una ubicación distinta. Si bien el uso de VPNs puede ser una solución práctica, es importante tener en cuenta que en algunos casos podría infringir los términos de servicio de ciertas plataformas.
En resumen, el acceso restringido a contenido geobloqueado es un desafío al que se enfrentan muchos usuarios en la actualidad, y encontrar formas seguras y legales de sortear estas restricciones puede ser clave para disfrutar de una experiencia en línea más completa y satisfactoria.
Protección contra ciberataques
La protección contra ciberataques es un tema crucial en la era digital en la que vivimos. Con el constante avance de la tecnología, también aumentan los riesgos de ser víctima de ciberdelitos. Es fundamental tomar medidas preventivas para proteger nuestra información personal y la de nuestras empresas.
Una de las formas más comunes de protegerse contra los ciberataques es mediante el uso de firewall y software antivirus actualizados. Estas herramientas ayudan a detectar y prevenir la entrada de malware y otros programas maliciosos en nuestros sistemas.
Otra medida importante es la educación y concientización sobre las prácticas seguras en línea. Es fundamental evitar hacer clic en enlaces sospechosos o descargar archivos de fuentes no confiables, así como mantener contraseñas seguras y cambiarlas periódicamente.
Además, es recomendable realizar copias de seguridad de forma regular para proteger la información en caso de un ciberataque que pueda dañar o eliminar datos importantes.
En resumen, la protección contra ciberataques es una responsabilidad que recae en cada uno de nosotros. Al tomar medidas preventivas y estar alerta a las señales de posibles amenazas, podemos reducir significativamente el riesgo de ser víctima de un ciberdelito y proteger nuestra información digital de manera efectiva.
Anonimato al navegar por internet
Cuando navegamos por internet, es fundamental proteger nuestra privacidad y seguridad en línea. Una forma de hacerlo es garantizando nuestro anonimato mientras visitamos sitios web y realizamos actividades en la red. El anonimato en línea implica ocultar nuestra identidad y datos personales para evitar posibles riesgos, como el robo de información, el rastreo de nuestras actividades en línea y la publicidad invasiva.
Existen varias medidas que podemos tomar para navegar de forma anónima por internet. Una de las opciones más comunes es utilizar una red privada virtual (VPN), que encripta nuestra conexión y oculta nuestra dirección IP, dificultando así que terceros puedan identificarnos. Otra alternativa es utilizar el modo incógnito de los navegadores, que evita que se guarden datos de navegación en el historial.
Además, es importante ser conscientes de los permisos que otorgamos a las aplicaciones y sitios web, limitando el acceso a nuestra información personal siempre que sea posible. Del mismo modo, es recomendable utilizar contraseñas seguras y actualizar con regularidad nuestras medidas de seguridad en línea.
En resumen, proteger nuestro anonimato al navegar por internet es esencial para preservar nuestra privacidad y seguridad en línea. Adoptar medidas como el uso de VPN, el modo incógnito y la gestión responsable de nuestros datos personales nos permitirá disfrutar de una experiencia más segura y tranquila en la red.
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eurekadiario · 9 months
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La interminable y surrealista lista de 'chiringuitos' que quieren crear Pedro Sánchez y Yolanda Díaz
El PSOE pretende crear 30 nuevos organismos y Sumar se inventa más de 60. En total, cerca de 100 nuevos chiringuitos a cargo del contribuyente.
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Los programas electorales del PSOE y sus socios no sólo incluyen más de 30 nuevas subidas fiscales de todo tipo, sino que también incorporan la creación de una nueva y extensa red de entidades, consejos, empresas y organismos públicos de cara a un posible nuevo mandato.
La naturaleza y justificación de dichos entes es de lo más variada y original, pero la clave es que su implementación daría como resultado un nuevo incremento del gasto público y la posibilidad de intensificar las particulares redes clientelares de los partidos en el poder mediante la colocación de afines. Lo más grave, sin embargo, es que su principal objetivo consiste en intensificar el control del Estado sobre la economía y la sociedad.
El actual presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, propone, entre otros, la creación de los siguientes entidades:
Observatorio de Márgenes Empresariales
Consejo Nacional por la Productividad
Autoridad de Defensa del Cliente Financiero
Autoridad de Protección del Informante
Centro de Coordinación y Promoción de la Industria Estratégica
Oficina Estatal de Lucha contra Discriminación en la Inspección de Trabajo
Consejos Locales o Comarcales de Participación de las Mujeres
Hub de la Economía Social
Agencia de Gestión de Prestaciones Sociales Públicas
Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial
Observatorio de la Inclusión Digital
Centro Estatal de Accesibilidad Cognitiva
Consejo Digital Joven
Centro Tecnológico de Desarrollo y Experimentación
Instituto de Desarrollo Curricular
Observatorio de la Equidad Educativa
Unidades de Igualdad y Diversidad en todas las universidades
Foro Transversal de la Cultura
Consejo Juvenil en el Ministerio de Cultura
Observatorio de Igualdad de Género en el ámbito de la Cultura
Oficina de Derechos de Autor
Mesa de la Música
Centro Nacional de Fotografía
Órgano de Diálogo y Encuentro con el Sector Audiovisual
Laboratorios de Innovación Pública
Agencia Estatal de Salud Pública
Foro Abierto de la Salud
Red Estatal de Vigilancia en Salud Pública
Autoridad Independiente para la Igualdad de Trato y la No Discriminación
Comisión de trabajo sobre la Memoria y la Reconciliación con el Pueblo Gitano
Banco Estatal de ADN, Registro y Censo de las víctimas de la Guerra y la Dictadura
Centro de la Memoria Democrática
La nueva red de Sumar
Por su parte, la líder de Sumar, Yolanda Díaz, propone el siguiente listado de entes y organismos de nueva creación para la siguiente legislatura. Aunque, en este caso, no sólo destaca el nacimiento de unidades específicas dentro del sector público, sino, muy especialmente, la creación o control directo de empresas y sectores por parte del Estado:
Banco de Inversión para la Nueva Economía (BINE)
Banco de recursos de suelo e inmuebles públicos en desuso
Banco de tierras públicas para proyectos agroecológicos
Banco público para contrarrestar el "oligopolio bancario"
Prestación de servicios financieros a través de Correos
Empresa pública de energía
Farmacia pública para fabricar medicamentos, terapias y vacunas
Consejo de la Productividad de España
Agencia Industrial Pública
Autoridad Independiente de Supervisión Financiera
Comisión Nacional de las Telecomunicaciones
Comisión Nacional de la Energía
Comisión Nacional de otros sectores con actividades en red
Mantenimiento de una Vicepresidencia del Gobierno de Transición Ecológica
Instituto de Transición Justa
Observatorio de Control del Greenwashing para el "control del lavado verde de las grandes empresas"
Oficina de Transición Energética Justa (OTEJ)
Agencia Especial para la Transición Energética Justa
Observatorio del Avance de la Transición Energética Justa
Consorcio público y privado para el desarrollo de una macroplanta de minerales críticos
Agencia pública de mediación de instalación de energías renovables
Fondo Público de Inversión en Energías Renovables
Agencia Nacional del Patrimonio Natural y la Biodiversidad
Comisión Delegada para Asuntos Rurales
"Defensoría" de la cadena alimentaria
Reforzar el Instituto Social de la Marina (ISM)
Fondo de Regulación y Organización del Mercado de los Productos de la Pesca y Cultivos Marinos (FROM)
Red alternativa pública de distribución de alimentos
Economatos y red de espacios públicos comunitarios para "facilitar el derecho a la alimentación saludable y sostenible a escala de barrio o municipal"
Ecocomedores escolares en los centros públicos durante toda la etapa obligatoria
Huertos urbanos
Red estatal centrada en el "urbanismo y la vida cotidiana" para transitar hacia "un modelo urbano sostenible y verde"
Red estatal sobre urbanismo y cambio climático
Red pública de alojamientos y pisos tutelados
Vicepresidencia de Feminismos y Economía de los Cuidados
Fortalecer el Ministerio de Igualdad
Comisión Delegada de Igualdad
Autoridad Independiente para la Igualdad de Trato
Unidades de Agentes de Igualdad en la estructura de todas las Administraciones públicas del Estado, autonómicas y locales
Unidades de Igualdad en las universidades
Oficinas de atención a la discapacidad y a las distintas diversidades en las universidades
Observatorios Ciudadanos destinados a favorecer el seguimiento y el control de las actividades políticas por parte de la ciudadanía
Agencia Pública para la Transición Digital
Agencia Pública de Auditoría del Algoritmo y la Inteligencia Artificial
Laboratorios de Innovación Pública
Órganos públicos de conciliación y mediación preprocesales de proximidad
Red estatal de resolución comunitaria de conflictos leves
Consejo Ciudadano de Ciencia
Mesa de Cultura estatal
Agencia Estatal del Cine y el Audiovisual
Centro Nacional de Danza
Oficina Española de Derechos de Autor y Conexos.
Consejo Estatal de Medios Audiovisuales (CEMA) como "órgano regulador, supervisor y sancionador del sector"
Observatorio Nacional del Deporte
Y en el ámbito internacional, Sumar también propone crear:
Secretaría de Estado sobre política exterior feminista
Internacional Climática para impulsar la "descarbonización de la economía y la justicia climática global"
"Fuerza civil de control ecológico en el seno de Naciones Unidas"
"Tribunal internacional de justicia climática"
Organización Mundial del Medio Ambiente
Agencia Fiscal Internacional
Tribunal de Justicia Económica
Centros de datos paneuropeos
Banco público de desarrollo sostenible
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Un enfoque de la conservación ambiental basado en los derechos fundamentales
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Los científicos ratifican la importancia de contar con la sabiduría ancestral de los pueblos originarios para combatir los flagelos medioambientales en cada punto del planeta en dónde se encuentran estas comunidades. Por otro lado, los gobiernos deben proteger sus derechos básicos para cumplir este ambicioso proyecto.
No todo discurre en las grandes urbes. Las sociedades son diversas y a lo largo de la historia los grupos humanos y pueblos, que se han arraigado tierra adentro, han desarrollado sus vidas en íntima unión con la naturaleza. Las identidades, las culturas, la espiritualidad y los modos de vida de los pueblos indígenas y las comunidades locales (IPLCs) están ligados de modo inexorable a la biodiversidad que los circunda y rodea.
Por ello, es imperioso que hoy día se reconozcan los derechos territoriales de los pueblos y comunidades indígenas (IPLC) como solución eficaz y moral para proteger nuestro mundo . Quienes han crecido al amparo de la tierra y sus bondades, la conocen mejor, la aman y respetan porque de ella obtienen todo lo que necesitan para vivir. Una mirada del todo diferente de aquellos que sólo la miran como un recurso natural y se abocan a su explotación. 
Evitar las violaciones de los derechos de los pueblos indígenas que históricamente han minado muchas estrategias tradicionales de conservación, es una necesidad imperiosa de los tiempos que corren. Estas comunidades deben ser puestas como protagonistas de la conservación de la biodiversidad en sus aldeas y pueblos, ya que su sabiduría al respecto se basa en tradiciones y enseñanzas ancestrales de vital importancia, cuya preservación se debe fomentar y resguardar.
Apoyo de investigaciones científicas y sociales a los saberes ambientales ancestrales
Algunos datos de recientes investigaciones sobre este importante tema echan luz acerca de la actual situación. La Evaluación Mundial de la Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services, IPBES) de 2019 , enfatizó que los pueblos indígenas y las comunidades locales son fundamentales para la conservación de la biodiversidad. Los autores estimaron que el 35 % de todas las áreas que están actualmente bajo protección formal y el 35 % de todas las áreas terrestres restantes con muy poca intervención humana son de propiedad, gestión, uso u ocupación tradicional de los pueblos indígenas.
«Reconocer la sabiduría de vida que impregna los conocimientos, las innovaciones, las prácticas, las instituciones y los valores de los pueblos indígenas y las comunidades locales, permitirá garantizar su inclusión y participación en la gobernanza ambiental. Ello es fundamental para mejorar su calidad de vida y la conservación, restauración y el uso sostenible de la naturaleza», escribieron los autores. 
La importancia de proteger los derechos básicos de los pueblos originarios
Según este relevo a nivel global, se comprobó que los pueblos indígenas, las comunidades locales y los afrodescendientes (aproximadamente 2,500 millones de personas) administran habitualmente más de la mitad de la tierra del mundo, pero los gobiernos actualmente reconocen su propiedad legal en sólo el 10 %, según lo establece un informe reciente de la Iniciativa de Derechos y Recursos.
En este informe , los autores dejan constancia acerca de cómo la tenencia de la tierra y los bosques es disputada por locales y empresas que en estos enfrentamientos, logran socavar los esfuerzos internacionales para proteger, gestionar y restaurar la naturaleza. Por estas razones, los gobiernos se abocan cada vez con mayor ahínco en reconocer y fortalecer los derechos de los pueblos indígenas, los afrodescendientes y las comunidades locales a sus propias tierras. 
Un informe en relación a esta temática de la Iniciativa de Derechos y Recursos clama por adoptar un enfoque de conservación basado en los derechos. Estos autores señalan que, si bien el borrador actual del Marco Posterior a 2020 del Convenio sobre la Diversidad Biológica incluye el objetivo de salvaguardar al menos el 30 % del planeta, ello no garantiza per sé que se respeten y promuevan plenamente los derechos de los pueblos indígenas (Indigenous Peoples, IPs), las comunidades locales (Local Communities, LCs) y los afrodescendientes (Afrodescendant, ADs). 
Saberes ancestrales de la mano de la comunidad científica
Los autores argumentan que si los actores de la conservación, los gobiernos y los IPs, LCs, y ADs trabajan juntos, este nuevo marco mundial de 10 años hasta el 2030, podría corregir activamente la historia colonial de la conservación y comenzar a «descolonizar la conservación» a través de enfoques de conservación dirigidos por la comunidad. 
Dejar que estos pueblos y comunidades regionales tomen protagonismo será un cambio de paradigma a nivel ambiental, dejando en sus manos y confiando en que sus saberes ancestrales , sirvan para poner remedio a los flagelos ambientales suscitados en cada ámbito puntual acaecido en el interior de la madre tierra. 
Un análisis publicado en 2019 constató que las tierras administradas por los pueblos indígenas en Australia, Brasil y Canadá eran un poco más ricas en especies de vertebrados en comparación con otras áreas protegidas. Los autores concluyen que las asociaciones con las comunidades indígenas pueden ayudar a fortalecer la protección de la tierra para la conservación de la biodiversidad. La evidencia científica al respecto alienta estas asociaciones, procurando en ello una salida que además resulta muy atrayente a nivel económico, dado que no requiere de inversión alguna por parte de los gobiernos sino tan solo que ejerzan como garantes de su derechos básicos de tierra, territorio y autonomía en el manejo de sus recursos ambientales.
Originally published at http://accionbiodiversidadblog.com/ on March 16, 2023.
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jalonsoarevalo · 1 year
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Guía sobre gestión de derechos de autor y acceso abierto en bibliotecas, servicios de documentación y archivos
Guía sobre gestión de derechos de autor y acceso abierto en bibliotecas, servicios de documentación y archivos
Ignasi Labastida Juan y César Iglesias Rebollo Guía sobre gestión de derechos de autor y acceso abierto en bibliotecas, servicios de documentación y archivos. Madrid: SEDIC, 2021 Texto completo La propiedad intelectual o los derechos de autor han dejado de ser un tema de conversación exclusivo de los abogados o los juristas y se ha convertido en un tema de debate en la sociedad. Hoy en día el…
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La Joven Multitud
LA JÓVEN MULTITUD
El Estallido Social Mundial del Siglo XXI
 Hernando Castro Prieto
Abogado Investigador
  El Nuevo Sujeto Social
Tras la pandemia mundial que impuso un paro generalizado de la producción y una desaceleración del mercado a nivel global, confinando a su vez a las gentes al encierro y a la restricción de sus libertades, las sociedades humanas alrededor del mundo empezaron a experimentar situaciones de profunda tensión y crisis, lo cual, hizo las veces de detonante para profundizar los problemas sociales, y para acumular el descontento en el ánimo de la gente. Esta situación devino en jornadas de protesta expresadas en amplias movilizaciones sociales, las cuales daban ocasión a un estado de excepcionalidad, que fue aprovechado por los movimientos sociales como un momento para concitar la atención de la opinión pública sobre problemas y malestares sociales ocultos, y a la vez, en algunos lugares, como Colombia, el momento también dio lugar para el desahogo de la violencia de las minorías fundamentalistas y de los grupos ilegales.
 Un nuevo sujeto social, distinto a los partidos, a las organizaciones, a las clases, las razas, las religiones o las ideologías, es el protagonista de estas jornadas que se viven hoy en Colombia, Latinoamérica, Estados Unidos, Europa, y en general, alrededor de todo el mundo. Una multitud, heterogénea, diversa, multicultural y plural (Hardt & Negri, 2004), cohesionada más en torno a sentimientos colectivos conjuntistas e identitarios (Castoriadis, 2007), que, a liderazgos personales, individuales, o a los caudillismos que se experimentaron en otras épocas de la historia de la humanidad.
 Esta multitud, tuvo como característica el haber sido encarnada por la juventud del mundo, la cual, debido a la situación de aislamiento pandémico no contaba con espacios de encuentro como centros deportivos, templos religiosos, sedes de partidos políticos, centros educativos, bibliotecas, conciertos, bares o festivales, como en otros tiempos, sino que, estos se encontraban comunicados a través de un ágora digital, la cual les facilitaba el espacio de encuentro e interacción, el cual, servía como espacio inmaterial, para coordinar y definir la unidad en torno a acciones concretas en la localidad del mundo material. Fenómeno que nos describe muy bien Manuel Castells en su libro Redes de Indignación y Esperanza, cuya primera edición salió en el año de 2012 (Castells, 2015).
 Estos jóvenes, conectados en red, están mejor comunicados, informados y coordinados que los demás sujetos sociales de su época, en razón, a su apropiación del ágora digital, en la cual son los dominadores, y la mitad más uno (Castells, 2015). En estudios anteriores del propio Manuel Castells, el autor nos advierte que la sociedad está mutando, pues cada vez funciona más en red, y esto hace que las redes inmateriales y los espacios inmateriales empiecen a ocupar espacios cada vez más importantes y determinantes dentro de la sociedad (Castells, 2006). Manuel Castells nos habla de una Sociedad en Red, una sociedad en la que el trabajo inmaterial, y los espacios inmateriales son cada día más importantes, pues el trabajo inmaterial adquiere una posición de dirección sobre el trabajo material, y los espacios inmateriales, se convierten en unidades de gestión y decisión a partir de las cuales se dirige la producción del mundo material.
  Acción GLocAL
Los detonantes son globales, las acciones locales. Aunque las condiciones económicas que dan lugar al masivo desempleo para la juventud del mundo, responden a una situación mundial, en la cual se observa una clara tensión entre Rusia, China, EEUU y el mundo árabe por dar muestras de liderazgo a nivel mundial, lo cual ha devenido en choques entre las superpotencias que se traducen sanciones internacionales que afectan los precios del petróleo, de los minerales y de los alimentos, entre otros, y, de que la pandemia es un fenómeno mundial que se desata en medio de esta tensión económica que se encontraba en escalada. Los jóvenes no protestan a los chinos por el virus, ni a los rusos ni a los árabes por haber presionado a la baja de los precios del petróleo, los jóvenes, la multitud, le reclama a sus gobiernos locales, a sus alcaldes, a sus presidentes.  
Las demandas de la juventud en Cali, son las mismas que las de Hong Kong, Chile, Perú, Francia o Estados Unidos, mejores oportunidades, mejores condiciones de educación y empleo, más libertad e igualdad. Pero a pesar de que el ágora inmaterial facilitó un espacio para aglomerar las emociones colectivas en torno a estas necesidades comunes, esto no así, para plantear soluciones comunes, más allá de actuar mediante la movilización para reclamar las soluciones de sus gobiernos locales.
 El ágora ha permitido que los jóvenes de Colombia vean a los de Chile protestar, y les ha permitido copiar el uso del láser en las protestas de ver experiencias en tiempo real en Corea y Hong Kong, sin embargo, la multitud que se expresa en lo local, con ciertas carteristas generales a nivel global, no actúa como un solo cuerpo ante unas condiciones mundiales, sino como una expresión heterogénea, dirigida muy al ámbito de la inmediatez local.  
 Hay una identidad conjuntista identitaria entre los jóvenes, unas necesidades comunes y una problemáticas generales, que los afectan de igual forma a nivel mundial, sin embargo, los jóvenes de Hong Kong que piden los mismos derechos que los jóvenes de Soacha o de Chile, y que se ven en tiempo real a través de la red, y se copian tácticas de protesta en tiempo real, y que se encuentran conectados de manera emocional, no encuentran entre si una conexión racional, no están conectados entre sí para discutir una solución concreta y real de la juventud mundial, sino que actúan como nodos aislados, en cado uno de sus países, en cada una de sus ciudades, limitando su campo de acción a la protesta, a la manifestación.
 De alguna manera la joven multitud, actúa con algún grado de minoría de edad, pues no toma como propia la responsabilidad de dar solución a las necesidades comunes que la situación mundial le manifiesta, sino que, espera que esto se descargue por entero en el Estado, y que sean sus Estados Nacionales locales, los que den solución a una situación de tención económica mundial que cada día escala y se agudiza.  
 La pasión con la que actúan, también los divorcia de un actuar racional, programado y estratégico, limitando el ámbito de su ejercicio a coordinar la unidad para la acción coyuntural e inmediata en la calle, lo cual lleva a que el gran rumor de voces y demandas también se diluya en lo efímero de la pulsión de las pasiones. Ante un problema global, los nodos de la joven multitud que se expresan en cada uno de sus países, no planean asaltar de manera coordinada la conducción de la economía mundial, ni generar una respuesta concreta en la economía local, sino asaltar una esquina, una estación de transporte público, en la inmediatez de su barrio, para recamar de sus gobernantes locales una solución.
  Fuerza Difusa Desgaste de la violencia
La fuerza difusa de la joven multitud, le permite ganar simpatías con enorme facilidad, pues las movilizaciones no reducen ni condicionan la unidad de acción a tener cierta ideología, raza o religión, ni a estar de acuerdo con algún político o partido en particular, sino que concitan la unidad en torno a necesidades comunes, básicas y elementales, y a los problemas reales y cotidianos de la gente. Al no demandar la movilización de una unidad ideológica, doctrinaria, étnica, cultural o de ningún tipo, la movilización se convierte en sí misma en espacio de encuentro y unidad de acción.
 Esta fuerza difusa, que le permite a la joven multitud crecer en simpatías fácilmente, a su vez, la limita para articular soluciones más complejas y elaboradas que tomarse una estación de transporte público o bloquear una calle, y del mismo modo, la limita en cuanto a sus reivindicaciones, pues esta condición la lleva a debatirse entre maximalismos y minimalismos, y a generar una presión, que sin embargo no encuentra igual claridad en sus objetivos concretos, pues el imaginario de su representación está siempre abierto e indefinido. Esta dificultad de representación de la fuerza difusa, lleva a que, como en el caso colombiano, en la calle estén los jóvenes, pidiendo trabajo y educación, y en las mesas de negociación viejos sindicalistas ganando y capitalizando para sus agendas organizacionales, y para sus condiciones pensionales.
 La fuerza difusa lleva a un desgaste, tanto para el que la combate, pues no combate un líder o una idea concreta sino una multitud difusa, como para el que pretende dirigirla o instrumentalizarla. En medio de este escenario, y distinguiendo las categorías de poder, fuerza y violencia, daremos en afirmar que el poder es fuerza dirigida y ordenada, que capitaliza por esta vía fines y objetivos. En la fuerza difusa hay un potencial de poder, lo cual lleva a distintos actores a la disputa por su control.
 En el caso del Gobierno colombiano, el cual se encuentra revestido de enormes visos de ilegitimidad por su estrecha relación con el narcotráfico; si bien fue elegido por una mayoría que prefiere a la libertad sobre el socialismo, su núcleo representa una minoría fundamentalista, proclive a la violencia, relacionada con carteles como el del ñeñe, con embajadores con laboratorios de coca en sus fincas, y con quejas diplomáticas como la que realizó el Gobierno de Suiza a la embajadora Alicia Arango porque su cuerpo diplomático participaba en negocios de narcotráfico. Este gobierno, con un rechazo de más del 70%, enfrenta una fuerza difusa que en principio logró intimidarlo y conmocionarlo, a pesar de que, con el tiempo, el desgaste de la movilización le ha llevado a sentirse un poco más cómodo, pues ha logrado llevar la movilización al lenguaje de la violencia.
 Ante la falta de poder, por su ilegitimidad y reformas impopulares, el núcleo fundamentalista del partido de gobierno decidió enfrentar a la fuerza difusa con violencia, lo cual desnudó su falta de poder, elevó sus niveles de rechazo e ilegitimidad, y desembocó en un desgaste del partido de gobierno ante el país y el mundo.
 Por su parte, los grupos ilegales que infiltraron la movilización y que usaron la violencia como una forma de seducir la dirección de la fuerza difusa, terminaron también en un desgaste, y a que se elevaran sus niveles de rechazo ante la sociedad. Al desnudo quedaron dos minorías sin poder, tratando de controlar una fuerza difusa con violencia, lo cual generó un cansancio interno en sus fuerzas, y de la sociedad ante sus tácticas y métodos.
Una vez más el grueso de la sociedad sintió la polarización no como algo natural, sino como un hecho forzoso al que las minorías violentas tratan de empujar a la sociedad para ser relevantes, pues es sólo en el ejercicio de la violencia que sus discursos y acciones tienen espacio y lugar.
 El discurso de la guerra que promueve el partido de gobierno y los grupos ilegales de izquierda armada que se infiltran en la movilización, de algún modo actúan como la Familia Manson, teniendo la necesitad de desatar ellos mismos la violencia para poder reafirmar su discurso de guerra, y sacar la guerra de su discurso e imponérsela a la sociedad como realidad. La multitud, que en general rechaza la violencia y no concibe a la guerra como una meta, que prefiere ver pop koreano que los discursos de odio de los dinosaurios de la guerra fría que alientan la violencia en Colombia, encuentra un gran divorcio con las disidencias de las Farc, el Eln, y el partido de gobierno, quienes revelaron que necesitan de la guerra, pues necesitan de escenarios de violencia para compensar su falta de poder y de fuerza ante el grueso de la sociedad.
 En conclusión, violencia, fuerza y poder no significan lo mismo; la violencia genera un desgaste, y acumula un rechazo; la fuerza es capacidad de acción, pero no es poder en sí, el poder es hegemonía, es un verbo, una relación social. La multitud es ingente y diversa, tratar de controlarla ejerciendo violencia en contra suya o a nombre suyo la desgasta y a mediano plazo la dispersa, sin embargo, antes de diluir su fuerza, de comunicación esencialmente, logra generalmente visibilizar ciertos temas sociales, y precisar a una repuesta de las instituciones locales sobre los mismos.
 Existe un ágora inmaterial de comunicación, en ella se identifican necesidades básicas y comunes, y se generan respuestas locales en la estación de transporte público de tu localidad más cercana, más sin embargo, no ha sido utilizada aún para proyectar respuesta de la juventud mundial, a un problema mundial, limitando esto al ámbito de alcance de Estados Nacionales, algunos débiles, lo cual implica que la larga su capacidad de respuesta ante la crisis global es limitada.
        Referencias  
Castells, M. (2006). La Sociedad Red: una mirada  global. Madrid: Alianza Editorial.
Castells, M. (2015). Redes  de indignación y esperanza: los movimientos sociales en la era de internet.  Madrid: Alianza Editorial.
Castoriadis, C. (2007).  La Institución Imaginaria de la Sociedad. Barcelona: TUSQUETS  Editores.
Hardt, M., & Negri,  A. (2004). Multitud, Guerra y Democracia en la Era del Imperio.  Barcelona: Editorial Debate.
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ariyafranks · 3 years
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Perder la memoria a veces no es malo, además es necesario
¿Cómo asustar a un profesional de SEO? Muéstrale algunos de sus antiguos proyectos ¿Cómo disgustar a un venerable periodista? Envíe sus primeras noticias y crónicas publicadas. Con los políticos es aún más fácil, o más difícil, según se mire, ya que seguramente tienen cosas vergonzantes que ocultar, como todo el mundo, aunque carezcan de vergüenza.
Es parte de la naturaleza humana cometer errores, pero algunos errores no se pueden corregir. Por tanto, todas las instituciones, el principio mismo de existencia de la sociedad, justifica el derecho a tener una segunda oportunidad. En Internet, este es el "derecho al olvido, derecho al borrado".
Este derecho se ha asentado ya en varias sentencias de tribunales de varios países e instituciones. En 2015 la Unión Europea se lo dejó claro en una sentencia a Google: el derecho al olvido existe y deben poner de su parte para que sea efectivo. Esto incluiría la eliminación de datos personales de las personas que así lo requirieran en los resultados de este buscador.
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El derecho al olvido: números
Difícilmente es posible elegir una sola historia que se convierta en un precedente para la difusión del derecho al olvido. Algunos creen que este es el caso del español Mario González, quien en 2014 se quejó ante el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas por dos notas de hace 16 años: seguían apareciendo en la búsqueda cuando ingresaban su nombre. Al mismo tiempo, nada delictivo: las publicaciones informaron que González se vio obligado a vender la propiedad para saldar deudas.
Google ha accedido amablemente a eliminar estos dos enlaces del índice. Desde entonces, el motor de búsqueda ha eliminado más de 800.000 enlaces del índice para consultas públicas y privadas.
Dinámica del número total de solicitudes para eliminar enlaces según el derecho al olvido:
Curiosamente, en 2016 hubo 22,5 mil solicitudes de gobiernos. Más de 13.000 de ellos son de Rusia. Esta cifra es un 478% más que un año antes.
Solo un 43,2% de todas las solicitudes que recibe Google para retirar algún enlace, esgrimiendo para ello el derecho al olvido, acaba recibiendo una respuesta positiva y retirando dicho enlace. Es por ello que cada vez son más las personas que dejan en manos de empresas especializadas la gestión de este derecho a la hora de tratar con el buscador.
Los enlaces a Facebook, profileengine y Twitter se eliminan del índice de Google con mayor frecuencia. En general, la red social que acumula más peticiones de desindexación es Facebook.
Cómo ejercer el derecho al olvido
Google. Debe completar una solicitud para la eliminación de información personal distribuida ilegalmente, incorrecta o irrelevante. Dado que los sitios pueden ser propiedad de diferentes propietarios, es mejor leer detenidamente la ayuda antes de completar la solicitud .
Bing. La solicitud debe dirigirse al operador del motor de búsqueda.
Yahoo. La solicitud debe dirigirse al operador del motor de búsqueda.
Yandex. Debe completar un formulario para eliminar información personal. Si hablamos de información publicada en las páginas de Yandex, puede denunciar una infracción . En casos difíciles, debe comunicarse con el soporte técnico .
En promedio, debe esperar dos semanas para recibir una respuesta de Google, Yahoo y Bing, y 3-4 días de Yandex.
Cuando el derecho al olvido no funciona: casos
Entre los que quieren eliminar la información negativa sobre una marca o empresa, el 20-30% quiere ayuda para hacer realidad el derecho al olvido. Por regla general, se trata de empresarios, políticos, representantes de grandes empresas. Google a menudo se niega: por razones formales o requiere una decisión judicial.
Les contaré algunas historias cuando se requirió la intervención de especialistas.
En un restaurante hubo una pelea entre varios comensales de origen ruso. Los testigos filmaron la pelea con cámaras y los videos se publicaron en YouTube. El evento recibió gran resonancia, el video llegó a la parte superior de los resultados de búsqueda. En consecuencia, la reputación del establecimiento se ha deteriorado. Las ganancias también cayeron cuando la gente dejó de visitar el restaurante. Por supuesto, los propietarios del establecimiento están interesados ​​en eliminar los enlaces a dicho video de los resultados de búsqueda.
Un caso más. Yuri Zhirkov, un jugador en ese momento en Makhachkala "Anji", celebró su cumpleaños en una fiesta por todo lo alto. En un momento dado, llevó la boquilla de la pipa de agua a sus hijos, ofreciéndosela para que fumaran. Y de repente apareció un fotógrafo “en el momento más oportuno” y capturó ese momento. La foto se difundió por la red. Por supuesto, hubo una ola de negatividad: "¡qué horror, darle a los niños pipa de agua!"
Yuri probablemente quería eliminar esta foto de la red. Pero había un hombre que lo quería más. El jefe del distrito de la ciudad de Balashikha, Evgeny Zhirkov, también recibió muchos comentarios poco halagadores, muchos lo confundieron con un jugador de fútbol. Y, por supuesto, comenzaron a hablar con entusiasmo sobre qué tipo de diputado es, ya que es un mal padre.
Por supuesto, puede ir a la corte. Pero ¿vale la pena? Cada juicio, cada aparición en el juzgado, cada declaración, es una nueva publicidad, una nueva ola de atención. El mismo Mario González se hizo mundialmente famoso como resultado del juicio. Ahora todo el mundo conoce su venta inmobiliaria para saldar deudas. El efecto Streisand funciona, y es algo a tener muy en cuenta.
El efecto Streisand
El efecto Streisand se produce cuando un intento de eliminar cierta información del acceso público solo conduce a su popularización más amplia.
Sin embargo, la historia apenas enseña nada. En 2016, Evgeny Prigozhin, un multimillonario ruso, presentó una demanda contra Yandex. Prigozhin exigió eliminar los enlaces a las publicaciones de la Fundación Anticorrupción. La investigación despertó el interés público. El caso terminó con Prigozhin retiró la declaración de reclamación, los enlaces no fueron eliminados.
Alternativas al derecho al olvido
La mejor manera de resolver el problema con la ayuda de SEO es llevar los textos y sitios necesarios a la cima. Nadie llegará a la tercera o cuarta página del número, donde se encontrarán materiales comprometedores.
La ingeniería social también funciona. El método más sencillo es convencer al autor o al administrador de recursos de que elimine el artículo negativo.
No existen normas generalmente aceptadas, a quienes definitivamente no se les ayudará, entre los especialistas. Pero la mayoría de las veces las empresas se niegan:
●     criminales liberados recientemente;
●     médicos que dañaron a pacientes durante la cirugía;
●     fabricantes de cosas para el sexo con un producto conocido que no funciona.
¿Ha tenido alguna historia en la que quisiera ejercer el derecho al olvido? ¿Cómo terminó?
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textosdefilosofia · 4 years
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Aprendiendo del virus. Paul B. Preciado*
Si Michel Foucault hubiera sobrevivido al azote del sida y hubiera resistido hasta la invención de la triterapia tendría hoy 93 años: ¿habría aceptado de buen grado haberse encerrado en su piso de la rue Vaugirard? El primer filósofo de la historia en morir de las complicaciones generadas por el virus de inmunodeficiencia adquirida nos ha legado algunas de las nociones más eficaces para pensar la gestión política de la epidemia que, en medio del pánico y la desinformación, se vuelven tan útiles como una buena mascarilla cognitiva.
Lo más importante que aprendimos de Foucault es que el cuerpo vivo (y por tanto mortal) es el objeto central de toda política. Il n’y a pas de politique qui ne soit pas une politique des corps (no hay política que no sea una política de los cuerpos). Pero el cuerpo no es para Foucault un organismo biológico dado sobre el que después actúa el poder. La tarea misma de la acción política es fabricar un cuerpo, ponerlo a trabajar, definir sus modos de reproducción, prefigurar las modalidades del discurso a través de las que ese cuerpo se ficcionaliza hasta ser capaz de decir “yo”. Todo el trabajo de Foucault podría entenderse como un análisis histórico de las distintas técnicas a través de las que el poder gestiona la vida y la muerte de las poblaciones. Entre 1975 y 1976, los años en los que publicó Vigilar y castigar y el primer volumen de la Historia de la sexualidad, Foucault utilizó la noción de “biopolítica” para hablar de una relación que el poder establecía con el cuerpo social en la modernidad. Describió la transición desde lo que él llamaba una “sociedad soberana” hacia una “sociedad disciplinaria” como el paso desde una sociedad que define la soberanía en términos de decisión y ritualización de la muerte a una sociedad que gestiona y maximiza la vida de las poblaciones en términos de interés nacional. Para Foucault, las técnicas gubernamentales biopolíticas se extendían como una red de poder que desbordaba el ámbito legal o la esfera punitiva convirtiéndose en una fuerza “somatopolítica”, una forma de poder espacializado que se extendía en la totalidad del territorio hasta penetrar en el cuerpo individual.
Durante y después de la crisis del sida, numerosos autores ampliaron y radicalizaron las hipótesis de Foucault y sus relaciones con las políticas inmunitarias. El filósofo italiano Roberto Espósito analizó las relaciones entre la noción política de “comunidad” y la noción biomédica y epidemiológica de “inmunidad”. Comunidad e inmunidad comparten una misma raíz, munus, en latín el munus era el tributo que alguien debía pagar por vivir o formar parte de la comunidad. La comunidad es cum (con) munus (deber, ley, obligación, pero también ofrenda): un grupo humano religado por una ley y una obligación común, pero también por un regalo, por una ofrenda. El sustantivo inmunitas, es un vocablo privativo que deriva de negar el munus. En el derecho romano, la inmunitas era una dispensa o un privilegio que exoneraba a alguien de los deberes societarios que son comunes a todos. Aquel que había sido exonerado era inmune. Mientras que aquel que estaba desmunido era aquel al que se le había retirado todos los privilegios de la vida en comunidad.
Roberto Espósito nos enseña que toda biopolítica es inmunológica: supone una definición de la comunidad y el establecimiento de una jerarquía entre aquellos cuerpos que están exentos de tributos (los que son considerados inmunes) y aquellos que la comunidad percibe como potencialmente peligrosos (los demuni) y que serán excluidos en un acto de protección inmunológica. Esa es la paradoja de la biopolítica: todo acto de protección implica una definición inmunitaria de la comunidad según la cual esta se dará a sí misma la autoridad de sacrificar otras vidas, en beneficio de una idea de su propia soberanía. El estado de excepción es la normalización de esta insoportable paradoja.
El virus actúa a nuestra imagen y semejanza, no hace más que replicar y extender a toda la población, las formas dominantes de gestión biopolítica y necropolítica que ya estaban trabajando sobre el territorio nacional
A partir del siglo XIX, con el descubrimiento de la primera vacuna antivariólica y los experimentos de Pasteur y Koch, la noción de inmunidad migra desde el ámbito del derecho y adquiere una significación médica. Las democracias liberales y patriarco-coloniales Europeas del siglo XIX construyen el ideal del individuo moderno no solo como agente (masculino, blanco, heterosexual) económico libre, sino también como un cuerpo inmune, radicalmente separado, que no debe nada a la comunidad. Para Espósito, el modo en el que la Alemania nazi caracterizó a una parte de su propia población (los judíos, pero también los gitanos, los homosexuales, los personas con discapacidad) como cuerpos que amenazaban la soberanía de la comunidad aria es un ejemplo paradigmático de los peligros de la gestión inmunitaria. Esta comprensión inmunológica de la sociedad no acabó con el nazismo, sino que, al contrario, ha pervivido en Europa legitimando las políticas neoliberales de gestión de sus minorías racializadas y de las poblaciones migrantes. Es esta comprensión inmunológica la que ha forjado la comunidad económica europea, el mito de Shengen y las técnicas de Frontex en los últimos años.
En 1994, en Flexible Bodies, la antropóloga de la Universidad de Princeton Emily Martin analizó la relación entre inmunidad y política en la cultura americana durante las crisis de la polio y el sida. Martin llegó a algunas conclusiones que resultan pertinentes para analizar la crisis actual. La inmunidad corporal, argumenta Martin, no es solo un mero hecho biológico independiente de variables culturales y políticas. Bien al contrario, lo que entendemos por inmunidad se construye colectivamente a través de criterios sociales y políticos que producen alternativamente soberanía o exclusión, protección o estigma, vida o muerte.
Si volvemos a pensar la historia de algunas de las epidemias mundiales de los cinco últimos siglos bajo el prisma que nos ofrecen Michel Foucault, Roberto Espósito y Emily Martin es posible elaborar una hipótesis que podría tomar la forma de una ecuación: dime cómo tu comunidad construye su soberanía política y te diré qué formas tomarán tus epidemias y cómo las afrontarás.
Las distintas epidemias materializan en el ámbito del cuerpo individual las obsesiones que dominan la gestión política de la vida y de la muerte de las poblaciones en un periodo determinado. Por decirlo con términos de Foucault, una epidemia radicaliza y desplaza las técnicas biopolíticas que se aplican al territorio nacional hasta al nivel de la anatomía política, inscribiéndolas en el cuerpo individual. Al mismo tiempo, una epidemia permite extender a toda la población las medidas de “inmunización” política que habían sido aplicadas hasta ahora de manera violenta frente aquellos que habían sido considerados como “extranjeros” tanto dentro como en los límites del territorio nacional.
La gestión política de las epidemias pone en escena la utopía de comunidad y las fantasías inmunitarias de una sociedad, externalizando sus sueños de omnipotencia (y los fallos estrepitosos) de su soberanía política. La hipótesis de Michel Foucault, Roberto Espósito y de Emily Martin nada tiene que ver con una teoría de complot. No se trata de la idea ridícula de que el virus sea una invención de laboratorio o un plan maquiavélico para extender políticas todavía más autoritarias. Al contrario, el virus actúa a nuestra imagen y semejanza, no hace más que replicar, materializar, intensificar y extender a toda la población, las formas dominantes de gestión biopolítica y necropolítica que ya estaban trabajando sobre el territorio nacional y sus límites. De ahí que cada sociedad pueda definirse por la epidemia que la amenaza y por el modo de organizarse frente a ella.
Pensemos, por ejemplo, en la sífilis. La epidemia golpeó por primera vez a la ciudad de Nápoles en 1494. La empresa colonial europea acababa de iniciarse. La sífilis fue como el pistoletazo de salida de la destrucción colonial y de las políticas raciales que vendrían con ellas. Los ingleses la llamaron “la enfermedad francesa”, los franceses dijeron que era “el mal napolitano” y los napolitanos que había venido de América: se dijo que había sido traída por los colonizadores que habían sido infectados por los indígenas… El virus, como nos enseñó Derrida, es, por definición, el extranjero, el otro, el extraño. Infección sexualmente transmisible, la sífilis materializó en los cuerpos de los siglos XVI al XIX las formas de represión y exclusión social que dominaban la modernidad patriarcocolonial: la obsesión por la pureza racial, la prohibición de los así llamados “matrimonios mixtos” entre personas de distinta clase y “raza” y las múltiples restricciones que pesaban sobre las relaciones sexuales y extramatrimoniales.
La utopía de comunidad y el modelo de inmunidad de la sífilis es el del cuerpo blanco burgués sexualmente confinado en la vida matrimonial como núcleo de la reproducción del cuerpo nacional. De ahí que la prostituta se convirtiera en el cuerpo vivo que condensó todos los significantes políticos abyectos durante la epidemia: mujer obrera y a menudo racializada, cuerpo externo a las regulaciones domésticas y del matrimonio, que hacía de su sexualidad su medio de producción, la trabajadora sexual fue visibilizada, controlada y estigmatizada como vector principal de la propagación del virus. Pero no fue la represión de la prostitución ni la reclusión de las prostitutas en burdeles nacionales (como imaginó Restif de la Bretonne) lo que curó la sífilis. Bien al contrario. La reclusión de las prostitutas solo las hizo más vulnerables a la enfermedad. Lo que curó la sífilis fue el descubrimiento de los antibióticos y especialmente de la penicilina en 1928, precisamente un momento de profundas transformaciones de la política sexual en Europa con los primeros movimientos de descolonización, el acceso de las mujeres blancas al voto, las primeras despenalizaciones de la homosexualidad y una relativa liberalización de la ética matrimonial heterosexual.
Medio siglo después, el sida fue a la sociedad neoliberal heteronormativa del siglo XX lo que la sífilis había sido a la sociedad industrial y colonial. Los primeros casos aparecieron en 1981, precisamente en el momento en el que la homosexualidad dejaba de ser considerada como una enfermedad psiquiátrica, después de que hubiera sido objeto de persecución y discriminación social durante décadas. La primera fase de la epidemia afectó de manera prioritaria a lo que se nombró entonces como las 4 H: homosexuales, hookers —trabajadoras o trabajadores sexuales—, hemofílicos y heroin users —heroinómanos—. El sida remasterizó y reactualizó la red de control sobre el cuerpo y la sexualidad que había tejido la sífilis y que la penicilina y los movimientos de descolonización, feministas y homosexuales habían desarticulado y transformado en los años sesenta y setenta. Como en el caso de las prostitutas en la crisis de la sífilis, la represión de la homosexualidad sólo causó más muertes. Lo que está transformando progresivamente el sida en una enfermedad crónica ha sido la despatologización de la homosexualidad, la autonomización farmacológica del Sur, la emancipación sexual de las mujeres, su derecho a decir no a las prácticas sin condón, y el acceso de la población afectada, independientemente de su clase social o su grado de racialización, a las triterapias. El modelo de comunidad/inmunidad del sida tiene que ver con la fantasía de la soberanía sexual masculina entendida como derecho innegociable de penetración, mientras que todo cuerpo penetrado sexualmente (homosexual, mujer, toda forma de analidad) es percibido como carente de soberanía.
Volvamos ahora a nuestra situación actual. Mucho antes de que hubiera aparecido la Covid-19 habíamos ya iniciado un proceso de mutación planetaria. Estábamos atravesando ya, antes del virus, un cambio social y político tan profundo como el que afectó a las sociedades que desarrollaron la sífilis. En el siglo XV, con la invención de la imprenta y la expansión del capitalismo colonial, se pasó de una sociedad oral a una sociedad escrita, de una forma de producción feudal a una forma de producción industrial-esclavista y de una sociedad teocrática a una sociedad regida por acuerdos científicos en el que las nociones de sexo, raza y sexualidad se convertirían en dispositivos de control necro-biopolítico de la población.
Hoy estamos pasando de una sociedad escrita a una sociedad ciberoral, de una sociedad orgánica a una sociedad digital, de una economía industrial a una economía inmaterial, de una forma de control disciplinario y arquitectónico, a formas de control microprostéticas y mediático-cibernéticas. En otros textos he denominado farmacopornográfica al tipo de gestión y producción del cuerpo y de la subjetividad sexual dentro de esta nueva configuración política. El cuerpo y la subjetividad contemporáneos ya no son regulados únicamente a través de su paso por las instituciones disciplinarias (escuela, fábrica, caserna, hospital, etcétera) sino y sobre todo a través de un conjunto de tecnologías biomoleculares, microprostéticas, digitales y de transmisión y de información. En el ámbito de la sexualidad, la modificación farmacológica de la conciencia y del comportamiento, la mundialización de la píldora anticonceptiva para todas las “mujeres”, así como la producción de la triterapias, de las terapias preventivas del sida o el viagra son algunos de los índices de la gestión biotecnológica. La extensión planetaria de Internet, la generalización del uso de tecnologías informáticas móviles, el uso de la inteligencia artificial y de algoritmos en el análisis de big data, el intercambio de información a gran velocidad y el desarrollo de dispositivos globales de vigilancia informática a través de satélite son índices de esta nueva gestión semiotio-técnica digital. Si las he denominado pornográficas es, en primer lugar, porque estas técnicas de biovigilancia se introducen dentro del cuerpo, atraviesan la piel, nos penetran; y en segundo lugar, porque los dispositivos de biocontrol ya no funcionan a través de la represión de la sexualidad (masturbatoria o no), sino a través de la incitación al consumo y a la producción constante de un placer regulado y cuantificable. Cuanto más consumimos y más sanos estamos mejor somos controlados.
La mutación que está teniendo lugar podría ser también el paso de un régimen patriarco-colonial y extractivista, de una sociedad antropocéntrica y de una política donde una parte muy pequeña de la comunidad humana planetaría se autoriza a sí misma a llevar a cabo prácticas de predación universal, a una sociedad capaz de redistribuir energía y soberanía. Desde una sociedad de energías fósiles a otra de energías renovables. Está también en cuestión el paso desde un modelo binario de diferencia sexual a un paradigma más abierto en el que la morfología de los órganos genitales y la capacidad reproductiva de un cuerpo no definan su posición social desde el momento del nacimiento; y desde un modelo heteropatriarcal a formas no jerárquicas de reproducción de la vida. Lo que estará en el centro del debate durante y después de esta crisis es cuáles serán las vidas que estaremos dispuestos a salvar y cuáles serán sacrificadas. Es en el contexto de esta mutación, de la transformación de los modos de entender la comunidad (una comunidad que hoy es la totalidad del planeta) y la inmunidad donde el virus opera y se convierte en estrategia política.
Inmunidad y política de la frontera
Lo que ha caracterizado las políticas gubernamentales de los últimos 20 años, desde al menos la caída de las torres gemelas, frente a las ideas aparentes de libertad de circulación que dominaban el neoliberalismo de la era Thatcher, ha sido la redefinición de los estados-nación en términos neocoloniales e identitarios y la vuelta a la idea de frontera física como condición del restablecimiento de la identidad nacional y la soberanía política. Israel, Estados Unidos, Rusia, Turquía y la Comunidad Económica Europea han liderado el diseño de nuevas fronteras que por primera vez después de décadas, no han sido solo vigiladas o custodiadas, sino reinscritas a través de la decisión de elevar muros y construir diques, y defendidas con medidas no biopolíticas, sino necropolíticas, con técnicas de muerte.
Como sociedad europea, decidimos construirnos colectivamente como comunidad totalmente inmune, cerrada a Oriente y al Sur, mientras que Oriente y el Sur, desde el punto de vista de los recursos energéticos y de la producción de bienes de consumo, son nuestro almacén. Cerramos la frontera en Grecia, construimos los mayores centros de detención a cielo abierto de la historia en las islas que bordean Turquía y el Mediterráneo y fantaseamos que así conseguiríamos una forma de inmunidad. La destrucción de Europa comenzó paradójicamente con esta construcción de una comunidad europea inmune, abierta en su interior y totalmente cerrada a los extranjeros y migrantes.
Lo que está siendo ensayado a escala planetaria a través de la gestión del virus es un nuevo modo de entender la soberanía en un contexto en el que la identidad sexual y racial (ejes de la segmentación política del mundo patriarco-colonial hasta ahora) están siendo desarticuladas. La Covid-19 ha desplazado las políticas de la frontera que estaban teniendo lugar en el territorio nacional o en el superterritorio europeo hasta el nivel del cuerpo individual. El cuerpo, tu cuerpo individual, como espacio vivo y como entramado de poder, como centro de producción y consumo de energía, se ha convertido en el nuevo territorio en el que las agresivas políticas de la frontera que llevamos diseñando y ensayando durante años se expresan ahora en forma de barrera y guerra frente al virus. La nueva frontera necropolítica se ha desplazado desde las costas de Grecia hasta la puerta del domicilio privado. Lesbos empieza ahora en la puerta de tu casa. Y la frontera no para de cercarte, empuja hasta acercarse más y más a tu cuerpo. Calais te explota ahora en la cara. La nueva frontera es la mascarilla. El aire que respiras debe ser solo tuyo. La nueva frontera es tu epidermis. El nuevo Lampedusa es tu piel.
Se reproducen ahora sobre los cuerpos individuales las políticas de la frontera y las medidas estrictas de confinamiento e inmovilización que como comunidad hemos aplicado durante estos últimos años a migrantes y refugiados —hasta dejarlos fuera de toda comunidad—. Durante años los tuvimos en el limbo de los centros de retención. Ahora somos nosotros los que vivimos en el limbo del centro de retención de nuestras propias casas.
La biopolítica en la era ‘farmacopornográfica’
Las epidemias, por su llamamiento al estado de excepción y por la inflexible imposición de medidas extremas, son también grandes laboratorios de innovación social, la ocasión de una reconfiguración a gran escala de las técnicas del cuerpo y las tecnologías del poder. Foucault analizó el paso de la gestión de la lepra a la gestión de la peste como el proceso a través del que se desplegaron las técnicas disciplinarias de espacialización del poder de la modernidad. Si la lepra había sido confrontada a través de medidas estrictamente necropolíticas que excluían al leproso condenándolo si no a la muerte al menos a la vida fuera de la comunidad, la reacción frente a la epidemia de la peste inventa la gestión disciplinaria y sus formas de inclusión excluyente: segmentación estricta de la ciudad, confinamiento de cada cuerpo en cada casa.
Las distintas estrategias que los distintos países han tomado frente a la extensión de la Covid-19 muestran dos tipos de tecnologías biopolíticas totalmente distintas. La primera, en funcionamiento sobre todo en Italia, España y Francia, aplica medidas estrictamente disciplinarias que no son, en muchos sentidos, muy distintas a las que se utilizaron contra la peste. Se trata del confinamiento domiciliario de la totalidad de la población. Vale la pena releer el capítulo sobre la gestión de la peste en Europa de Vigilar y castigar para darse cuenta que las políticas francesas de gestión de la Covid-19 no han cambiado mucho desde entonces. Aquí funciona la lógica de la frontera arquitectónica y el tratamiento de los casos de infección dentro de enclaves hospitalarios clásicos. Esta técnica no ha mostrado aún pruebas de eficacia total.
La segunda estrategia, puesta en marcha por Corea del Sur, Taiwán, Singapur, Hong-Kong, Japón e Israel supone el paso desde técnicas disciplinarias y de control arquitectónico modernas a técnicas farmacopornográficas de biovigilancia: aquí el énfasis está puesto en la detección individual del virus a través de la multiplicación de los tests y de la vigilancia digital constante y estricta de los enfermos a través de sus dispositivos informáticos móviles. Los teléfonos móviles y las tarjetas de crédito se convierten aquí en instrumentos de vigilancia que permiten trazar los movimientos del cuerpo individual. No necesitamos brazaletes biométricos: el móvil se ha convertido en el mejor brazalete, nadie se separa de él ni para dormir. Una aplicación de GPS informa a la policía de los movimientos de cualquier cuerpo sospechoso. La temperatura y el movimiento de un cuerpo individual son monitorizados a través de las tecnologías móviles y observados en tiempo real por el ojo digital de un Estado ciberautoritario para el que la comunidad es una comunidad de ciberusuarios y la soberanía es sobre todo transparencia digital y gestión de big data.
Pero estas políticas de inmunización política no son nuevas y no han sido sólo desplegadas antes para la búsqueda y captura de los así denominados terroristas: desde principios de la década de 2010, por ejemplo, Taiwán había legalizado el acceso a todos los contactos de los teléfonos móviles en las aplicaciones de encuentro sexual con el objetivo de “prevenir” la expansión del sida y la prostitución en Internet. La Covid-19 ha legitimado y extendido esas prácticas estatales de biovigilancia y control digital normalizándolas y haciéndolas “necesarias” para mantener una cierta idea de la inmunidad. Sin embargo, los mismos Estados que implementan medidas de vigilancia digital extrema no se plantean todavía prohibir el tráfico y el consumo de animales salvajes ni la producción industrial de aves y mamíferos ni la reducción de las emisiones de CO2. Lo que ha aumentado no es la inmunidad del cuerpo social, sino la tolerancia ciudadana frente al control cibernético estatal y corporativo.
La gestión política de la Covid-19 como forma de administración de la vida y de la muerte dibuja los contornos de una nueva subjetividad. Lo que se habrá inventado después de la crisis es una nueva utopía de la comunidad inmune y una nueva forma de control del cuerpo. El sujeto del technopatriarcado neoliberal que la Covid-19 fabrica no tiene piel, es intocable, no tiene manos. No intercambia bienes físicos, ni toca monedas, paga con tarjeta de crédito. No tiene labios, no tiene lengua. No habla en directo, deja un mensaje de voz. No se reúne ni se colectiviza. Es radicalmente individuo. No tiene rostro, tiene máscara. Su cuerpo orgánico se oculta para poder existir tras una serie indefinida de mediaciones semio-técnicas, una serie de prótesis cibernéticas que le sirven de máscara: la máscara de la dirección de correo electrónico, la máscara de la cuenta Facebook, la máscara de Instagram. No es un agente físico, sino un consumidor digital, un teleproductor, es un código, un pixel, una cuenta bancaria, una puerta con un nombre, un domicilio al que Amazon puede enviar sus pedidos.
La prisión blanda: bienvenido a la telerrepública de tu casa
Uno de los desplazamientos centrales de las técnicas biopolíticas farmacopornográficas que caracterizan la crisis de la Covid-19 es que el domicilio personal —y no las instituciones tradicionales de encierro y normalización (hospital, fábrica, prisión, colegio)— aparece ahora como el nuevo centro de producción, consumo y control biopolítico. Ya no se trata solo de que la casa sea el lugar de encierro del cuerpo, como era el caso en la gestión de la peste. El domicilio personal se ha convertido ahora en el centro de la economía del teleconsumo y de la teleproducción. El espacio doméstico existe ahora como un punto en un espacio cibervigilado, un lugar identificable en un mapa google, una casilla reconocible por un dron.
Si yo me interesé en su momento por la Mansión Playboy es porque esta funcionó en plena guerra fría como un laboratorio en el que se estaban inventando los nuevos dispositivos de control farmacopornográfico del cuerpo y de la sexualidad que habrían de extenderse a la a partir de principios del siglo XXI y que ahora se amplían a la totalidad de la población mundial con la crisis de la Covid-19. Cuando hice mi investigación sobre Playboy me llamó la atención el hecho de que Hugh Hefner, uno de los hombres más ricos del mundo, hubiera pasado casi 40 años sin salir de la Mansión, vestido únicamente con pijama, batín y pantuflas, bebiendo coca-cola y comiendo Butterfingers y que hubiera podido dirigir y producir que la revista más importante de Estados Unidos sin moverse de su casa o incluso, de su cama. Suplementada con una cámara de video, una línea directa de teléfono, radio e hilo musical, la cama de Hefner era una auténtica plataforma de producción multimedia de la vida de su habitante.
Su biógrafo Steven Watts denominó a Hefner “un recluso voluntario en su propio paraíso.” Adepto de dispositivos de archivo audiovisual de todo tipo, Hefner, mucho antes de que existiera el teléfono móvil, Facebook o WhatsApp enviaba más de una veintena de cintas audio y vídeo con consigas y mensajes, que iban desde entrevistas en directo a directrices de publicación. Hefner había instalado en la mansión, en la que vivían también una docena de Playmates, un circuito cerrado de cámaras y podía desde su centro de control acceder a todas las habitaciones en tiempo real. Cubierta de paneles de madera y con espesas cortinas, pero penetrada por miles de cables y repleta de lo que en ese momento se percibía como las más altas tecnologías de telecomunicación (y que hoy nos parecerían tan arcaicas como un tam-tam), era al mismo tiempo totalmente opaca, y totalmente transparente. Los materiales filmados por las cámaras de vigilancia acababan también en las páginas de la revista.
La revolución biopolítica silenciosa que Playboy lideró suponía, más allá la transformación de la pornografía heterosexual en cultura de masas, la puesta en cuestión de la división que había fundado la sociedad industrial del siglo XIX: la separación de las esferas de la producción y de la reproducción, la diferencia entre la fábrica y el hogar y con ella la distinción patriarcal entre masculinidad y feminidad. Playboy acató esta diferencia proponiendo la creación de un nuevo enclave de vida: el apartamento de soltero totalmente conectado a las nuevas tecnologías de comunicación del que el nuevo productor semiótico no necesita salir ni para trabajar ni para practicar sexo —actividades que, además, se habían vuelto indistinguibles—. Su cama giratoria era al mismo tiempo su mesa de trabajo, una oficina de dirección, un escenario fotográfico y un lugar de cita sexual, además de un plató de televisión desde donde se rodaba el famoso programa Playboy after dark. Playboy anticipó los discursos contemporáneos sobre el teletrabajo, y la producción inmaterial que la gestión de la crisis de la Covid-19 ha transformado en un deber ciudadano. Hefner llamó a este nuevo productor social el “trabajador horizontal”. El vector de innovación social que Playboy puso en marcha era la erosión (por no decir la destrucción) de la distancia entre trabajo y ocio, entre producción y sexo. La vida del playboy, constantemente filmada y difundida a través de los medios de comunicación de la revista y de la televisión, era totalmente pública, aunque el playboy no saliera de su casa o incluso de su cama. En ese sentido, Playboy ponía también en cuestión la diferencia entre las esferas masculinas y femeninas, haciendo que el nuevo operario multimedia fuera, lo que parecía un oxímoron en la época, un hombre doméstico. El biógrafo de Hefner nos recuerda que este aislamiento productivo necesitaba un soporte químico: Hefner era un gran consumidor de Dexedrina, una anfetamina que eliminaba el cansancio y el sueño. Así que paradójicamente, el hombre que no salía de su cama, no dormía nunca. La cama como nuevo centro de operaciones multimedia era una celda farmacopornográfica: sólo podría funcionar con la píldora anticonceptiva, drogas que mantuvieran el nivel productivo en alza y un constante flujo de códigos semióticos que se habían convertido en el único y verdadero alimento que nutría al playboy.
¿Les suena ahora familiar todo esto? ¿Se parece todo esto de manera demasiado extraña a sus propias vidas confinadas? Recordemos ahora las consignas del presidente francés Emmanuel Macron: estamos en guerra, no salgan de casa y teletrabajen. Las medidas biopolíticas de gestión del contagio impuestas frente al coronavirus han hecho que cada uno de nosotros nos transformemos en un trabajador horizontal más o menos playboyesco. El espacio doméstico de cualquiera de nosotros está hoy diez mil veces más tecnificado que lo estaba la cama giratoria de Hefner en 1968. Los dispositivos de teletrabajo y telecontrol están ahora en la palma de nuestra mano.
En Vigilar y castigar, Michel Foucault analizó las celdas religiosas de encierro unipersonal como auténticos vectores que sirvieron para modelizar el paso desde las técnicas soberanas y sangrientas de control del cuerpo y de la subjetivad anteriores al siglo XVIII hacia las arquitecturas disciplinarias y los dispositivos de encierro como nuevas técnicas de gestión de la totalidad de la población. Las arquitecturas disciplinarias fueron versiones secularizada de las células monacales en las que se gesta por primera vez el individuo moderno como alma encerrada en un cuerpo, un espíritu lector capaz de leer las consignas del Estado. Cuando el escritor Tom Wolfe visitó a Hefner dijo que este vivía en una prisión tan blanda como el corazón de una alcachofa. Podríamos decir que la mansión Playboy y la cama giratoria de Hefner, convertidos en objeto de consumo pop, funcionaron durante la guerra fría como espacios de transición en el que se inventa el nuevo sujeto prostético, ultraconectado y las nuevas formas consumo y control farmacopornográficas y de biovigilancia que dominan la sociedad contemporánea. Esta mutación se ha extendido y amplificado más durante la gestión de la crisis de la Covid-19: nuestras máquinas portátiles de telecomunicación son nuestros nuevos carceleros y nuestros interiores domésticos se han convertido en la prisión blanda y ultraconectada del futuro.
Mutación o sumisión
Pero todo esto puede ser una mala noticia o una gran oportunidad. Es precisamente porque nuestros cuerpos son los nuevos enclaves del biopoder y nuestros apartamentos las nuevas células de biovigilancia que se vuelve más urgente que nunca inventar nuevas estrategias de emancipación cognitiva y de resistencia y poner en marcha nuevos procesos antagonistas.
Contrariamente a lo que se podría imaginar, nuestra salud no vendrá de la imposición de fronteras o de la separación, sino de una nueva comprensión de la comunidad con todos los seres vivos, de un nuevo equilibrio con otros seres vivos del planeta. Necesitamos un parlamento de los cuerpos planetario, un parlamento no definido en términos de políticas de identidad ni de nacionalidades, un parlamento de cuerpos vivos (vulnerables) que viven en el planeta Tierra. El evento Covid-19 y sus consecuencias nos llaman a liberarnos de una vez por todas de la violencia con la que hemos definido nuestra inmunidad social. La curación y la recuperación no pueden ser un simple gesto inmunológico negativo de retirada de lo social, de cierre de la comunidad. La curación y el cuidado sólo pueden surgir de un proceso de transformación política. Sanarnos a nosotros mismos como sociedad significaría inventar una nueva comunidad más allá de las políticas de identidad y la frontera con las que hasta ahora hemos producido la soberanía, pero también más allá de la reducción de la vida a su biovigilancia cibernética. Seguir con vida, mantenernos vivo como planeta, frente al virus, pero también frente a lo que pueda suceder, significa poner en marcha formas estructurales de cooperación planetaria. Como el virus muta, si queremos resistir a la sumisión, nosotros también debemos mutar.
Es necesario pasar de una mutación forzada a una mutación deliberada. Debemos reapropiarnos críticamente de las técnicas de biopolíticas y de sus dispositivos farmacopornográficos. En primer lugar, es imperativo cambiar la relación de nuestros cuerpos con las máquinas de biovigilancia y biocontrol: estos no son simplemente dispositivos de comunicación. Tenemos que aprender colectivamente a alterarlos. Pero también es preciso desalinearnos. Los Gobiernos llaman al encierro y al teletrabajo. Nosotros sabemos que llaman a la descolectivización y al telecontrol. Utilicemos el tiempo y la fuerza del encierro para estudiar las tradiciones de lucha y resistencia minoritarias que nos han ayudado a sobrevivir hasta aquí. Apaguemos los móviles, desconectemos Internet. Hagamos el gran blackout frente a los satélites que nos vigilan e imaginemos juntos en la revolución que viene.
Paul B. Preciado es escritor y filosófo, autor de numerosos textos sobre género, filosofía política y arte. Es profesor de la cátedra Historia Política del cuerpo y teoría del género en el Departamento de Estudios de la Danza en la Universidad de París VIII, Francia.
* texto publicado originalmente en https://elpais.com/elpais/2020/03/27/opinion/1585316952_026489.html
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El momento marxiano de la crisis sanitaria
Por Andrés Pedreño Cánovas
En este Blog sostuvimos, desde sus mismos inicios, la hipótesis de un momento durkheimiano en las estructuras sociales movilizadas para la gestión de la crisis sanitaria mediante el confinamiento de la población: conciencia colectiva, construcción de solidaridad y de cuidado en la división social del trabajo, incorporación de las normas institucionales, rituales de interacción alrededor del apoyo a los trabajadores y trabajadoras de la sanidad pública, entre otros elementos.
Las caceroladas de Núñez de Balboa han marcado el punto de inflexión por el cual se clausura el momento durkheimiano y se vuelva a abrir la escisión social. Es el momento marxiano por excelencia, o por decirlo en términos clásicos, el momento de la lucha de clases. Las caceroladas se están extendiendo por todo el país de la mano de organizaciones políticas de ultraderecha, principalmente comandadas por Vox. En el “Manifiesto para la Resistencia Nacional” lanzado por “los intelectuales” que respaldan ese movimiento se acentúan dos críticas, por un lado, “la desastrosa gestión sanitaria” y, por otro lado, “el recorte de libertades fundamentales”.
La supuesta gestión “desastrosa” del gobierno se debe a que, según los autores del Manifiesto, el gobierno está danto prioridad a “intereses políticos e ideológicos” y a “reforzar el dominio ideológico de la extrema izquierda sobre la sociedad”. Uno de los puntos del Manifiesto acentúa precisamente la cuestión económica y evidencia que aquí está uno de los campos de batalla que se va a jugar en los próximos meses. Las medidas económicas del gobierno, dicen los autores del Manifiesto, son las responsables de “una crisis laboral y empresarial que nos aboca a la ruina como nación”. Es decir, cualquier medida de gestión política de la crisis por la vía de una fiscalidad progresiva y de protección de las capas vulnerables es convertida, en el relato de los sectores movilizados por la ultraderecha española, en “causa” de la crisis. Esto evidentemente está preparando un escenario inmediato de confrontación política en el cual el ahondamiento de la crisis capitalista encontrará en estos sectores su explicación “por las medidas del gobierno”. El Manifiesto no oculta, en este sentido, que lo que se busca es dinamitar la posibilidad de una salida de la crisis sobre la base de proteger a los más vulnerables mediante un paquete más o menos ambicioso de medidas políticas de emergencia social y una política fiscal que eleve la presión fiscal de las clases más pudientes.
En cuanto a la crítica sobre el “recorte de las libertades fundamentales”, en el Manifiesto se afirma el supuesto “recorte de derechos cívicos y constitucionales, que ha convertido el estado de alarma en un estado de excepción sin base legal”. Cuando se leen estas líneas del Manifiesto se descubre en ellas ese rasgo descrito por el pensador T. W. Adorno en su análisis del radicalismo de derechas: estos movimientos “desean la catástrofe y se alimentan de fantasías acerca del hundimiento del mundo”. (Es interesante que en esta crítica parecen confluir con el nutrido grupo de intelectuales izquierdistas que también han querido interpretar el confinamiento como una vía del Estado para reforzar su soberanía y autoritarismo).
Joaquín Estefanía ha conceptualizado este movimiento como “una rebelión de las élites” (concepto acuñado por el sociólogo Christopher Lasch), ese momento en el que, dice Estefanía, “los grupos privilegiados de actores económicos y políticos, se liberan de la suerte de la mayoría y dan por concluido de modo unilateral el contrato social que los une como ciudadanos”
Desde nuestra perspectiva, y por ello aquí hablamos de un momento marxiano, la “rebelión de las élites” trata de evitar que pueda consolidarse cualquier representación colectiva de que la “guerra contra el virus” ha sido una victoria colectiva de la gente y de los servicios públicos. Por retomar términos que manejamos en los inicios de este Blog, basándonos en la experiencia histórica del “espíritu del 45” estudiada por la historiadora Selina Todd y llevada al cine por Ken Loach: la “rebelión de los ricos” tiene como objetivo impedir que se solidifique la idea de que esta ha sido “la guerra del pueblo” y evitar, por tanto, que pueda traer “una paz del pueblo” en forma de derechos laborales (y no habrá en este país algo digno de tal nombre sin la derogación de la Reforma Laboral de 2012) y reforzamiento de los servicios públicos. Si en los inicios de este Blog anunciábamos la posibilidad de un “espíritu del 20”, la actual movilización derechista trata de conjurar tal riesgo.
El virus covid-19 no es ajeno a la estructura de las desigualdades entre clases sociales, no lo es en sus efectos ni tampoco en sus implicaciones políticas. De hecho, esto siempre resultó el aspecto menos convincente de la teoría de la “sociedad del riesgo” de Ulrich Beck (lo cual no le quita ningún mérito a la obra de este sociólogo, una obra que como hemos dicho también en este Blog, la crisis vírica ha vuelto a poner de actualidad y a subrayar la novedad que aportó). Los riesgos medioambientales, decía Beck, afectan a toda la sociedad, por lo que dan lugar a dinámicas sociales y políticas “más allá de las clases y de las capas”. Ante los riesgos, las desigualdades no desaparecen, sino que son redefinidas en una individualización de los riesgos sociales. De tal forma que, terminaba concluyendo Beck, las nuevas coaliciones sociales y políticas que se forman ante los riesgos ya no siguen los esquemas diferenciadores de clases sociales, sino que “las coaliciones con los grupos más diversos y procedentes de las situaciones más diversas son acordadas y disueltas de una manera puntual, específica de las situaciones y de los temas y muy cambiante” (en La Sociedad del Riesgo, Paidós, 1998). No es esto lo que estamos viendo en la dinámica política que ha abierto la covid-19, donde las coaliciones de clase siguen claramente las diferenciaciones sociales entre clases.
Termino con una cita de T. W. Adorno extraída de su Rasgos del Nuevo Radicalismo de Derecha (Taurus, 2019): “no deberíamos subestimar estos movimientos por su ínfimo nivel intelectual ni por su falta de teorización. Sería una enorme falta de visión política pensar por eso que no van a tener éxito. Lo característico de estos movimientos es más bien una extraordinaria perfección de los medios, y concretamente en primer lugar, los medios propagandísticos en el sentido más amplia, combinada con una ceguera, con una oscuridad impenetrable de los fines que persiguen. Y yo creo que justo esa constelación de medios racionales y de fines irracionales, si puedo expresarlo por una vez en esta forma abreviada, en cierto modo se corresponde con la tendencia general civilizadora que al final desemboca en semejante perfección de las técnicas y los medios, mientras que se escamotea de paso el fin que realmente se persigue para la sociedad en general. La propaganda tiene ante todo la genialidad de equiparar en estos partidos y en estos movimientos la diferencia, la indudable diferencia, existente entre los intereses reales y los falsos objetivos simulados. Esa es verdaderamente la sustancia de todo el asunto, como ocurriera otrora con los nazis. Si los medios vienen a sustituir en una medida cada vez mayor a los fines, puede casi decirse que en los movimientos de extrema derecha la propaganda constituye de por sí la sustancia misma de la política”.
Andrés Pedreño Cánovas es Profesor Titular de Sociología en la Universidad de Murcia y miembro del equipo de investigación EnClave Sociológica.
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FOUCAULT BAJO CUARENTENA: EL CORONAVIRUS VISTO POR LOS FILOSOFOS DE "IZQUIERDA"
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Por Sofia Metelkina
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
 Una pandemia es una interrupción del tiempo, una comprensión de lo que está sucediendo. Al encontrarse en un inusual régimen de cuarentena y restricción, la mayoría de los filósofos de varias tendencias, desde conservadores hasta izquierdistas y liberales, de alguna manera se refieren al famoso filósofo francés Michel Foucault, quien describió los mecanismos disciplinarios del poder, la biopolítica y la regulación de la vida privada de la "biomasa global".
 Consideramos aquí las opiniones de algunos filósofos importantes, de tendencias izquierdistas y liberales, para comprender en que están en lo correcto y en que están mal.
Giorgio Agamben
 El filósofo italiano Giorgio Agamben, sintetizando elementos de "izquierda" y "derecha" en su sistema (1), critica al liberalismo por tomar medidas estrictas de cuarentena muy hostiles.
 Aplica el término "vida desnuda" (nuda vida) a la situación actual del coronavirus (2). En su filosofía, esto significa la parte animal de la biomasa humana sin resistencia, que permanece en las situaciones más severas y críticas, cuando importan los mecanismos que contribuyen a la supervivencia y a la provisión de las necesidades fisiológicas.
 En trabajos anteriores, citó el ejemplo de los campos nazis del siglo XX o el endurecimiento del control (a nivel legislativo e internacional) después del ataque del 11 de septiembre.
 En publicaciones recientes (3), señala que el problema no está en la pandemia en sí, sino en sus consecuencias éticas y políticas.
 "Nuestra sociedad ya no cree en otra cosa que no sea la vida desnuda", comenta, criticando a los italianos por su disposición a sacrificar el trabajo, la amistad, los valores y las creencias por la higiene. Según él, en tal situación, la vida de las personas se reduce a un estado puramente biológico.
 En su opinión, las medidas de cuarentena solo desconectan a las personas. "La vida desnuda, y el peligro de perderla, no es algo que une a las personas, sino lo que las ciega y las separa".
 Agamben cree que una de las peores consecuencias de una pandemia es el establecimiento del estado de excepción, un "estado de emergencia", cuando un modo de emergencia introducido temporalmente con el pretexto de un virus u otro evento que se sale de la normalidad se extiende por un período indefinido y, en última instancia, se convierte en una parte integral de las relaciones estatales con la población, es decir, con monitoreo y observación constante. La sociedad, según Agamben, por razones de seguridad, se condena a la vida desnuda de un estado eterno de miedo e inseguridad, y luego se acostumbra.
 “De hecho, esta es una guerra civil. El enemigo no está afuera, él está dentro de nosotros”, escribe el filósofo.
 Además, teme la transferencia gradual de la vida al mundo cibernético, cuando las universidades, el trabajo y otras cosas en Internet reemplazan la comunicación en vivo, las disputas abiertas sobre temas políticos o culturales quedan excluidas como tales. Así es como se forma el estado de las máquinas, pero no de las personas, concluye.
 Por lo tanto, Agamben se refiere a Foucault, con medidas estrictas para contener el coronavirus, existe una tendencia a utilizar una posición excepcional como paradigma normal de poder, con restricciones regulares a las libertades y los derechos humanos.
 Jean-Luc Nancy
 El filósofo francés Jean-Luc Nancy, autor del être-en-commun, reaccionó críticamente a los pensamientos de Agamben sobre el coronavirus. Señala que Covid-19 no es una gripe común, y que al menos no hay vacuna contra ella, y el hecho es que las personas realmente están muriendo.
 "Los gobiernos no son más que verdugos sombríos, y deshacernos de ellos es más una maniobra de distracción que una reflexión política", dice Nancy.
 También llamó la atención sobre el hecho de que, en gran parte lo que en el pasado alguna vez se consideró una emergencia, entró gradualmente en nuestra vida cotidiana (4).
 Nancy habla mucho sobre la relación del coronavirus con el mundo global. La pandemia del coronavirus en todos los niveles es un producto de la globalización, enfatiza: es un "agente militar y efectivo del libre comercio", y la situación pone en duda el modelo de desarrollo económico actual, incluyendo en Francia.
 Slavoj Zizek
 Naturalmente, el famoso filósofo esloveno de izquierda Slavoj Zizek también reaccionó al coronavirus. En su libro Pandemia. Covid-19 estremece al mundo, no hace tanto preguntas sobre la conspirología o el origen del virus como un intento de repensar el mundo y los cambios desde el comunismo. "Quizás valga la pena esperar que una de las consecuencias imprevistas de la cuarentena del coronavirus en las ciudades de todo el mundo sea que al menos algunos comiencen a usar su tiempo, libre de todas las actividades febriles, y piensen en lo absurdo de su difícil situación".
Cuestiona el enfoque de Agamben y, en general, su discusión sobre el Covid-19 exclusivamente en el discurso de Foucault sobre la observación y el control: está interesado en la efectividad de las medidas y las consecuencias para la estructura económica del mundo.
 Su principal pregunta pragmática es "¿Aprenderemos alguna lección de esto?"
 Por un lado, Zizek supone que si no hay cambios profundos, una pandemia solo empeorará el régimen capitalista actual. "Hegel escribió que lo peor que podemos aprender de la historia es que no aprendamos nada de ella, por lo que dudo que la epidemia nos haga más sabios". En este caso, el virus destruirá los cimientos de nuestras vidas, causando no solo la muerte, sino también el caos económico.
 Pero, por otro lado, Zizek espera que si dejamos de entrar en pánico y reflexionar durante demasiado tiempo, esto puede servir como el comienzo de un nuevo modelo de "comunismo".
 En su visión, el virus sin duda expuso las debilidades del sistema capitalista, desde la escasez de bienes y la ausencia de ventilación mecánica, hasta la fragilidad del sistema con inminente desempleo y crisis (esto fue especialmente pronunciado en los Estados Unidos). Los mecanismos del mercado claramente no son suficientes para prevenir el caos y el hambre en una situación de emergencia. Para Europa, generalmente predice la Tormenta Perfecta, donde se unieron tres momentos de crisis: una pandemia, un impasse económico y una crisis migratoria.
 Hay una paradoja en la sociedad capitalista: cuanto más conectado esté nuestro mundo, más fuerte será la catástrofe local que puede provocar pánico y catástrofe global, enfatiza el pensador esloveno, que compara al virus con los "muertos vivientes".
 Al mismo tiempo, critica el "autoritarismo", el "fascismo" y a los populistas en un tono familiar, señalando el liderazgo de China, Rusia, Turquía, Hungría y otros, aunque admite que, en condiciones críticas, literalmente, la disciplina militar es necesaria. En esta crítica, niega la efectividad de las medidas de aislamiento de los países, la construcción de nuevos muros y más cuarentenas.
 En respuesta, Zizek ofrece un proyecto no capitalista, pero esencialmente globalista. Se trata de una organización global de paz que puede controlar y regular la economía, así como limitar la soberanía de los estados nacionales cuando sea necesario, escribe. "El coronavirus también nos obligará a reinventar el comunismo basado en la confianza en las personas y la ciencia".
 Para esto, continúa el filósofo esloveno, lo casi imposible es necesario: fortalecer la unidad de Europa, en primer lugar, la cooperación de Francia y Alemania. Sin embargo, no explica exactamente cómo funciona su comunismo global. Este es el problema.
 Roberto Esposito
Otro filósofo italiano que escribe mucho sobre biopolítica es Roberto Esposito. Según él, hablar de los riesgos para la democracia en este caso parece una exageración (5). Él cree que la relación de la política con el control biológico se ha logrado durante mucho tiempo, y no hay nada nuevo aquí. La medicalización de la política es un hecho y, por otro lado, la politización de la medicina.
 "Desde las intervenciones biotecnológicas en áreas que alguna vez se consideraron exclusivamente naturales, como el nacimiento y la muerte, hasta el bioterrorismo, la gestión de la inmigración y las epidemias más o menos graves, todos los conflictos políticos actuales se basan en la relación entre la política y la vida biológica", escribe.
 También propone separar el discurso de Foucault de la situación específica actual. En su visión, la situación de medidas severas contra el coronavirus, especialmente en Italia, no significa una toma de control totalitaria, pero dada la completa confusión antes de la epidemia, lo más probable es que demuestre el colapso del gobierno actual.
 Los globalistas franceses: Bernard Henri-Levy y Jacques Attali
 Para una imagen más completa, prestemos también atención a la opinión de los ideólogos liberales francamente globalistas, que fueron consultores de los presidentes franceses durante muchos años e influyeron en los acontecimientos en el Medio Oriente con la intervención de los Estados occidentales "desarrollados". En muchos sentidos, los pensadores liberales de hoy adoptan y transforman en parte elementos de la agenda de "izquierda" (fronteras abiertas, multiculturalismo, ambientalismo, ideología de género, etc.), o se disfrazan de izquierdistas.
 Bernard Henri Levy comentó de forma rotunda la situación del coronavirus, en casi todas sus entrevistas mencionó el totalitarismo, a Foucault y los horrores del etat sanitaire (6).
 En parte, al igual que Agamben, considera que el peor de los casos es que las personas se acostumbren o aprueben medidas disciplinarias excesivas.
 Llama la atención sobre el hecho de que la gente quiere salvar sus vidas, un hecho positivo, incluso un "progreso para la civilización", pero señala la desventaja de la "reacción excesiva, una especie de histeria colectiva que rodea este fenómeno", así como la posible vigilancia del Estado. "Todos sabemos que rastrearnos usando aplicaciones, si eso sucede, debe hacerse con mucho cuidado, porque es muy peligroso ..." (7).
De hecho, el coronavirus hizo que todo el mundo tomara medidas realmente urgentes e importantes, y que todos se olvidaran instantáneamente del proyecto del Gran Medio Oriente, la ecología, el feminismo y los LGBT. Levy está muy preocupado por esto, ya que todo esto ha desaparecido de la televisión y las pantallas "mentales". Teme que los valores europeos se estén retirando, y se centra en sus críticas a China que, en su visión, aprovechará el momento y se apoderará del mundo.
Al mismo tiempo, Levy llama al profundo y escatológico replanteamiento del mundo durante la pandemia "retórica estúpida, repugnante y peligrosa". En este sentido, su posición es similar a la evaluación de Zizek, pero si este último intenta traducir los problemas en un discurso pragmático, entonces Levy solo se queja del proyecto globalista liberal que se hunde.
 El economista Jacques Attali, también uno de los ideólogos del globalismo, a diferencia de Levy, considera principalmente los aspectos económicos y las consecuencias del coronavirus. De nuevo, a diferencia de Levy, todavía habla sobre la posibilidad de un cambio de paradigma.
Admite que el sistema occidental podría colapsar. Como ejemplo, la peste bubónica obligó a las personas a reconsiderar todas sus cosmovisiones, desde la política hasta la religión: primero, la figura del policía reemplazó al sacerdote, y luego fueron reemplazados por la figura del médico (8).
 Attali cree que si las fuerzas occidentales no pueden controlar la tragedia que ha comenzado, entonces se cuestionará todo el sistema de poder y los fundamentos ideológicos del poder y serán reemplazados por un nuevo modelo basado en un tipo diferente de poder y confianza en un sistema de valores diferente.
 “En otras palabras, un sistema de poderes basado en la protección de los derechos individuales puede colapsar. Y con él, los dos mecanismos que creó: el mercado y la democracia, que son la base para administrar y compartir los escasos recursos, respetando los derechos individuales".
 El nuevo sistema, escribe, "no se basará ni en la fe, ni en la fuerza, ni siquiera en la razón (y, sin duda, no en el dinero, que es el avatar más elevado de la razón). El poder político pertenecerá a quienes puedan mostrar la mayor simpatía por los demás. Los sectores dominantes de la economía también se asociarán con la empatía: salud, hospitalidad, alimentación, educación y medio ambiente. Por supuesto, depender de grandes las redes de producción y el flujo de energía e información que son necesarios en cualquier caso".
 Él presagia que la gente dejará de comprar cosas inútiles, volverá a lo más necesario y usará el tiempo de manera más eficiente. El papel de Attali y sus colegas es controlar esta transición sin problemas.
 Parecería que Attali dice cosas razonables: que Europa en las "industrias de la vida" (cuidado de la salud, suministros, alimentos, etc.) es extremadamente dependiente del mundo exterior, y tendrá que pagar más por sus propios productos y servicios, como un precio por su autonomía.
 Pero, por otro lado, está luchando diligentemente por la preservación del proyecto de la UE, y para fortalecer la solidaridad durante la pandemia, propone la introducción de ciertas hipotecas sobre la vida, un sistema de grandes préstamos dentro del sistema general.
 "Pero no el llamado" coronabono "(bono del corona), cuyo propósito sería financiar toda la economía, sino más bien una "bono vital" (un eurobono vital, que también podría llamarse un "bono soberano"), que financiaría solo industrias relacionadas con la vida (con la conversión de los sectores menos importantes a esta realidad), para garantizar la autonomía de la Unión... Incluso los países que son más reacios a mostrar alguna solidaridad europea se interesarían egoístamente en esto".
En general, la idea de nuevos bonos para la lucha contra el coronavirus es promovida activamente por nada menos que el financiero George Soros (9).
 Attali también propone un sistema global de negocios de higiene (10). Una política importante de higiene global, escribe Attali, debe abarcar no solo los sectores de infraestructura (como las redes de aguas residuales, los mercados mayoristas, etc.), sino también las empresas que fabrican productos relacionados con la higiene, procesando estos productos que son hoy en día demasiado a menudo hechos en plástico desechable.
Attali, por lo tanto, también está preocupado por el colapso del proyecto globalista anterior, pero, a diferencia de Levy, no se queja por la pérdida, sino que ofrece reiniciar el sistema y reorientar el negocio transnacional global hacia uno más "ecológico" e "higiénico". Es decir, dejar todo como está, con negocios transnacionales y préstamos, solo que más hermoso.
 Noam Chomsky
 En realidad, el socialista libertario estadounidense Noam Chomsky argumenta sobre el mismo tema (11), creyendo que una vez que se repiten las pandemias, el sistema capitalista liberal, tomado por sorpresa, está tratando de crear las condiciones para su supervivencia futura, en su peor forma.
 Como la mayoría de los socialistas, argumenta que el principal responsable de todo es el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, como gran capitalista, y señala que todos los elementos del gobierno relacionados con la atención médica se desmantelaron gradualmente. Pero incluso Chomsky señala que no es Trump, sino el sistema el que se encuentra viciado. Estados Unidos se encontró en una situación en la que nadie puede ayudar, ni el gobierno neoliberal ni las codiciosas compañías farmacológicas.
 Un ejemplo de capitalismo salvaje citado por el filósofo es que cuando la administración Obama firmó un contrato para desarrollar ventiladores de alta calidad y bajo costo (IVL), la compañía fue rápidamente comprada por un competidor más grande, que produjo un costoso IVL. Y luego recurrió al gobierno y dijo que quería rescindir el contrato, porque "no era lo suficientemente rentable".
El principal temor de Chomsky es la formación de "una internacional de los gobiernos más reaccionarios del mundo, que luego se convertirá en la base del poder de Estados Unidos". Los miembros más leales (relevantes y potenciales) de esta "internacional" capitalista serían Egipto, Arabia Saudita, Israel, India, Brasil, y también en parte Hungría e Italia.
 Francis Fukuyama
 Francis Fukuyama, autor de la teoría "El fin de la historia" (que, como hemos estado observando en los últimos años, no se justificaba) también respondió a la crisis.
 Según él, cuando la pandemia disminuya, el mundo tendrá que abandonar la dicotomía habitual "autocracia VS democracia" (12). Él cree que más bien serán "las autocracias altamente efectivas VS aquellas que tienen consecuencias desastrosas". El criterio principal no será el tipo de estado, sino la cuestión de la confianza en él.
 Él cree que, con el tiempo, Estados Unidos podrá competir con las capacidades de la mayoría de los gobiernos autoritarios, incluida China. Argumenta que Occidente está supuestamente "legitimado democráticamente, y es más estable a largo plazo que la autoridad de una dictadura". Esto está poco correlacionado con la realidad, dado que Estados Unidos hoy es el líder mundial en el número de infectados con Covid-19, y el sistema de asistencia social y atención médica está a punto de estallar.
 Al mismo tiempo, la principal crítica de Fukuyama recae en el mal de Trump, pero no menciona las medidas capitalistas de los presidentes precedentes, que también fracasaron en sus intentos de proporcionar medicamentos asequibles y otras necesidades básicas a los ciudadanos.
 Rocco Ronchi
Otro filósofo italiano, Rocco Ronchi, es anti-populista, pero pragmático, discute la importancia de los muros y las restricciones durante la pandemia (13). Señala que adquiere un significado diferente: ya no es un muro entre ricos y pobres, como lo era antes. Un nuevo muro entre yo y el "Otro" surge hasta el aislamiento de los vecinos.
 Sin embargo, en contraste con Agamben, él no considera estos muros y la ausencia de apretones de manos como un síntoma del estado de emergencia. Por el contrario, es solo una nueva forma de comunicación.
Según él, las ventajas de la crisis del coronavirus (a pesar de todas las consecuencias obviamente graves) son el regreso a la arena de la política real (que, en sus palabras, "debería tener prioridad sobre la economía"), a la que se le otorgan poderes de control y responsabilidad. Las políticas no deben limitarse únicamente a una función técnica.
 "La primacía política significa administrar la naturaleza, no dominarla", agrega.
 Y al final, Ronchi lleva el tema al plano existencial:
"Es más probable que el virus articule la existencia, la nuestra y la de otra persona, como un destino. De repente, sentimos que estamos siendo arrastrados por algo que todo lo consume, que crece en el silencio de nuestros órganos, ignorando nuestra voluntad...  el covid-19 se ha convertido en una especie de metáfora generalizada, una destrucción casi simbólica de la condición humana en la posmodernidad".
 Consideraciones alternativas
 Sin embargo, el virus puede considerarse no solo en el plano biopolítico. Puede verse no solo como el colapso del liberalismo y el fortalecimiento del control sobre la población.
 Agamben previamente criticó correctamente los regímenes de la modernidad política y el concepto artificial de "sociedad civil" bajo el fascismo, (seudo) comunismo y liberalismo, llamando a los tres modelos de gobierno como autoritarios haciendo referencias a Carl Schmitt. Agamben hizo una gran contribución a la filosofía, aplicando la terminología de Schmitt al mundo occidental y formulando críticas al principal enemigo del mundo: el liberalismo. Agamben tiene toda la razón en sus críticas a la modernidad: después de todo, el liberalismo y el capitalismo se revelaron completamente durante la epidemia del Covid-19, cuando las cantidades y la lucha por los restos del proyecto globalista eran una prioridad sobre las vidas humanas.
 Pero en la situación actual, la posición de Agamben (y muchos otros pensadores anteriores) plantea grandes preguntas. ¿Cómo puede un estado blando lidiar con un desafío como una pandemia? Si no toma los aspectos de los medios de comunicación y la histeria que los acompaña, entonces el virus existe y realmente mata a las personas. En el aspecto social, no es tanto El estado como el peligro de lo desconocido lo que revela nuestra "vida desnuda": esto se manifestó más claramente en las comunidades liberales de Europa occidental y los EE. UU., donde en lugar de la solidaridad, se vio más bien la agresión en las tiendas en la lucha por el último rollo de papel higiénico.
 El primer ministro húngaro, Viktor Orban, quien fue atacado por una ola de críticas por tomar media noche para decidir, mostró un ejemplo positivo: el país introdujo medidas estrictas desde el principio y ahora lleva una vida más o menos plena en comparación con el obturador radical de Occidente. Sin mencionar a China, donde después de las medidas más estrictas de marzo, la vida se reanudó: la gente va a trabajar, se abre la producción y los indicadores económicos vuelven a crecer.
 Y posteriormente la gente está agradecida por eso. El hecho de que un Estado estricto (como padre) supervise, castigue, pero al mismo tiempo reaccione en el momento más difícil, definitivamente llevará a que sea respaldado. Esto es realmente una cuestión de confianza, como han señalado algunos filósofos. En su mayor parte, las personas en situaciones de emergencia se rinden voluntariamente a la voluntad del Estado dentro de los límites razonables para salvar la vida de la comunidad.
 De hecho, el problema no está tanto en el futuro autoritarismo de los Estados, sino en la inseguridad de las personas bajo cualquier sistema capitalista, y aún más bajo el sistema transnacional, y en esta crítica los filósofos de izquierda tienen toda la razón. Solo los liberales están completamente equivocados porque, desde su punto de vista, el anteriormente familiar mundo transnacional y conveniente se está derrumbando, y es necesario salvarlo, ajustándolo al discurso ambiental.
 Pero una alternativa a esto, un mundo abierto sin fronteras, solo con colores comunistas, parece una utopía completa: como ejemplo de la crisis, vimos claramente cómo cada Estado, de hecho, solo tenía que tomar decisiones clave, asumir la responsabilidad y apresurarse a gastar su dinero, construyendo hospitales y hablando con su gente. La OMS y otras organizaciones internacionales son poco efectivas en un momento en que el criterio principal es la capacidad de asumir la responsabilidad de un país en particular y delinear su propio marco de rigor y control permisibles. Por lo tanto, tanto la izquierda como los liberales evalúan fundamentalmente de forma incorrecta el tema de las fronteras y la soberanía.
 Pero lo más importante, que los izquierdistas y los liberales a menudo olvidan, es el papel del replanteamiento interno del ser durante una emergencia. Las personas se encontraron frente a cuatro paredes, y las personas comienzan a comprender la inutilidad de lo que han hecho todos estos años y lo que es realmente importante. Es precisamente en esos momentos que el heroísmo de los médicos, el coraje de los trabajadores sociales y la solidaridad humana pueden manifestarse.
Los izquierdistas tienen razón en que esta es nuestra oportunidad de reformatear el sistema y construir algo nuevo sobre las ruinas del capitalismo. ¿Qué será? Es una pregunta abierta. Los elementos del socialismo se abrirán paso en nuestras vidas, al menos en materia de salud y autosuficiencia. Si estos elementos no son propuestos por los propios gobiernos, otros grupos los propondrán.
 Lo más razonable parece ser el fortalecimiento de la soberanía de cada Estado individual y el establecimiento de lazos fuertes, principalmente con los vecinos, formando un polo de autosuficiencia. Este sería el modelo más efectivo y confiable en cualquier pandemia.
 Notas:
 1.https://www.geopolitica.ru/article/dzhordzho-agamben-chetvertaya-politicheskaya-teoriya-vzglyad-sleva
2. http://bookhaven.stanford.edu/2020/03/giorgio-agamben-on-coronavirus-the-enemy-is-not-outside-it-is-within-us/
3. https://www.quodlibet.it/giorgio-agamben-l-invenzione-di-un-epidemia
4. https://www.journal-psychoanalysis.eu/a-much-human-virus/
5. https://antinomie.it/index.php/2020/02/28/curati-a-oltranza/
6. https://www.youtube.com/watch?v=uEqluk004g4
7.https://www.spectator.co.uk/article/Bernard-Henri-L%C3%A9vy-on-the-good-and-bad-news-about-coronavirus
8. http://www.attali.com/en/society/what-will-covid-19-give-birth-to/
9.https://www.marketwatch.com/story/soros-the-eu-should-issue-perpetual-bonds-to-fund-the-economic-recovery-from-coronavirus-2020-04-22
10. http://www.attali.com/en/society/emergency-the-economics-of-hygiene/
11.https://labornotes.org/2020/04/interview-noam-chomsky-how-bosses-are-making-coronavirus-worse-their-benefit
12.https://www.theatlantic.com/ideas/archive/2020/03/thing-determines-how-well-countries-respond-coronavirus/609025/
13. http://www.journal-psychoanalysis.eu/coronavirus-and-philosophers/#_edn3
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pueblosovietico · 5 years
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Sobre la serie “Chernobyl”, la manipulación antisoviética de la historia y la energía nuclear
La serie de HBO y Sky “Chernobyl” ha sido todo un éxito de crítica y audiencia. La co-producción británica y estadounidense se ha situado como una de la series mejor valoradas de la historia en diversos sitios especializados. Su estupenda factura cinematográfica y gran atención por los detalles de época ha resultado en una muy positiva respuesta de la crítica: la recreación de la ciudad de Pripyat, la ropa, las marcas de alimentos o los vehículos y sus matrículas, son realistas y acertados en su reproducción histórica. Obviamente es una serie y como tal contiene licencias y eventos dramatizados, pero según sus propios autores es una aproximación muy cuidada y veraz de los eventos del accidente de Chernóbil y por ende, de la época soviética en la que se enmarca.
Es lógico que una serie, aunque basada en hechos reales, pueda contener elementos “dramatizados”: personajes secundarios que no existieron en realidad o historias suplementarias basadas en testimonios sin base histórica real que completen el arco narrativo de la serie, entiendo, sin tergiversar la veracidad del trasfondo histórico de los hechos en los que se basa. En este aspecto el problema de “Chernobyl”, opino, es que mientras acierta y cuida muchos detalles, tiene grandes manipulaciones que subyacen con un peso fundamental en la historia de la serie, siempre con el resultado, buscado o no, de mostrar a la URSS como la más burda propaganda anticomunista de la Guerra Fría: ese mundo dictatorial y gris donde todo el mundo actuaba por coacción y amenaza en un sistema irremediablemente ineficiente. Ante esa representación tan extrema, pero que tan comúnmente se nos muestra, nunca entenderé cómo se puede ignorar la obvia contradicción de que ese sistema ineficiente fuera la primera o segunda economía del mundo en casi todo, pionera en multitud de logros científicos y sociales de la humanidad, con la población más formada de la historia, donde los derechos sociales y laborales superaban y presionaban a los países capitalistas o que recibiera el apoyo del 76% de sus ciudadanos para su mantenimiento en referéndum en los peores momentos de la orquestada contra-revolución, culminada con un golpe de estado.
Comprendo la opinión de las personas que no detectan crítica al sistema socialista en la serie o lo hacen de forma muy leve: gran parte de las piezas que han construido la imagen general que hoy tenemos del que era nuestro “archienemigo” están en la serie. Décadas de auténticas mentiras por una de las partes, sin poder escuchar nunca la voz de la otra. En fin, todo es opinable, y sin entrar en si es “mucho o poco”, este artículo pretende aportar datos y argumentos para visibilizar las manipulaciones que sí existen y subyacen o están en primer plano en la serie de HBO y ejercen una carga negativa propagandística evidente. También considero este texto necesario pues muchas personas, tras tres décadas del golpe de estado que derribó la Unión Soviética, están conociendo y recibiendo por primera vez una imagen negativa y alterada del socialismo y la ideología comunista, sin una respuesta argumentada que les permita generar sus conclusiones. Las negligencias, el accidente y graves fallos que ocurrieron no hace falta aderezarlos para ser contados. No es propósito de este artículo exculpar de los errores que obviamente se cometieron: si no, no hubiera ocurrido el accidente.
En mi opinión “Chernobyl”, como obra cultural, ha supuesto una oportunidad perdida para reabrir un debate que creo que sigue pendiente en la sociedad sobre la seguridad tecnológica y la producción energética. Y es que, aunque se pueda poner en duda la escala de Kardashov, hasta el momento la realidad que sustenta es inexorable: el progreso tecnológico de una civilización requiere un consumo creciente de energía. Por ello, para que la humanidad progrese (y no solo los países “del primer mundo”), necesita más y mejores fuentes de energía. Y dentro del elenco realista de posibilidades, la fisión nuclear tiene mucho que decir: comparada con las fuentes existentes (también las renovables) es productiva, localizada y (casi) independiente del lugar o el tiempo. Y sí, muy poco contaminante y con residuos relativamente controlables. Con el grandísimo “pero” que todos conocemos: siempre y cuando no ocurran accidentes. Si explota una planta de carbón, los daños son concretos y bastante localizados en espacio y en tiempo. En una planta nuclear, no. Y, aunque después hablaré algo más del asunto, tampoco considero fiable ese mantra de la industria nuclear de “es imposible que pase otro Chernóbil”, porque en 2011 pasó Fukushima y no fue solo por el tsunami.
Ahí está el debate para toda la humanidad: ¿Qué hacemos? ¿Podemos controlarlo? ¿De qué otra forma si no, mantenemos el progreso -y para todos- en ámbitos como la salud, comunicaciones, agricultura... sin destruir el planeta? ¿Seguimos generando entonces ingentes cantidades de CO2 que podrían ser evitadas? En este debate, que va más allá de nuclear sí o no, también existen defensores del llamado decrecimiento, incluso de una especie de vía anti-tecnología que nos propone volver a una forma de vivir de siglos atrás. Creo que sí hay elementos comunes en la vida de algunos países que no se van a poder sostener: el transporte privado debe ser reducido, la distancia de los centros de producción, distancias de transporte de alimentos y mercancías, optimizar consumos eléctricos, reforestar grandes zonas, etc. Pero hasta ahora, también con algunas mejoras tecnológicas orientadas a optimizar y consumir menos energía, seguimos aumentando las necesidades y consumo energético. Aunque esta disyuntiva opino que hubiera sido un enfoque y trasfondo factible e interesante para la serie, “Chernobyl” de HBO se centra en demasiados casos en la crítica exclusivamente política y se desvía de estas realidades y riesgos que subyacen en el accidente de una planta nuclear, en ese nudo gordiano que es la energía y la tecnología en una sociedad moderna, con su punto crítico en el manejo de las mismas por el ser humano.
Mi opinión, que ni considero muy importante ni muy formada, pero parece que comparten muchas personas, es que nuestro destino son las renovables. Pero por el camino nos toca combinar y respaldar con más fuentes como la nuclear, pues la producción de energías renovables sigue siendo cara, dependiente de varios factores y no tan productiva. También su seguridad e impacto en la naturaleza tiene pegas: en muchos casos provoca residuos, muertes e impacto al medio ambiente en su implantación y obtención de materiales. Puede llevarse por delante a 171.000 personas y generar 11 millones de desplazados o tenemos el ejemplo de la biomasa, la renovable actualmente más utilizada, que es muy contaminante porque vierte sus residuos directamente a la atmósfera, por lo que el debate se mantiene. De los combustibles fósiles, la fuente claramente mayoritaria hoy día, poco hay que decir. La cantidad de muertes y daños a la salud que significa su explotación y residuos o el daño al medio ambiente que provocan no tiene parangón en las fuentes energéticas, además por supuesto de ser finita. Tenemos esperanzas en la energía nuclear de fusión, con proyectos como el hoy internacional pero soviético de nacimiento, ITER, aunque de momento solo podemos soñar con su viabilidad. Por tanto aquí está la cuestión. ¿Es inevitable la nuclear? ¿Cómo la gestionamos? ¿La industria nuclear privada es viable y debe recibir tantos emolumentos o hay otra posibilidad de gestión? Por citar los accidentes más graves: Chernóbil, en un sistema socialista. Décadas después Fukushima, en un sistema capitalista (y en mucha menor medida el accidente de Three Mile Island en 1979 en EEUU). Y nosotros, los seres humanos, que necesitamos energía para ya, pues el propio cambio de paradigma energético, a su vez, necesitará grandes cantidades de energía para llevarse a cabo.
Antes de continuar, quiero recomendar este artículo de 2010 de La Pizarra de Yuri “Mitos de Chernóbil”, que considero bastante ecuánime y claro en las explicaciones sobre preguntas, dudas y mitos típicos del accidente de Chernóbil.
El protagonista: Valeri Legásov
Sin duda las manipulaciones más importantes que muestra la serie giran en torno a la figura del científico Valeri Legásov. La serie comienza con un Legásov espiado y ocultando unas grabaciones en un cubo de basura bajo presión del KGB, para después, suicidarse. La persecución de los servicios de seguridad que muestra la serie son una manipulación histórica total. Sí, Legásov dejó sus “apuntes” -así los definió él mismo- grabados en cintas como se muestra en la serie, pero ni de lejos a escondidas o perseguido por los servicios secretos: estaban en su despacho. Unas memorias críticas con la gestión de la industria nuclear soviética y un testimonio directo del accidente y, según él mismo, las correctas medidas tomadas en los días posteriores al mismo.
Ni su fallecimiento ni sus notas fueron ocultadas: el principal periódico de la URSS (que ni mucho menos el único, algo que se tiende a pensar erróneamente), Pravda, publicó extensos extractos de sus memorias en su edición del 20 de mayo de 1988, días después de su suicidio. Se que a muchos les costará aceptarlo, pero sí, ahí están las críticas al diseño del RBMK, a la gestión de la seguridad y la relación entre institutos científicos de la URSS.
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Artículo en Pravda con el título "Es mi deber contarlo"
El propio periodista que publicó las notas, Vladimir Gubarev, relata que días antes había hablado con Legásov, con quien dice que trabó una buena amistad, y que las cintas, que fueron dejadas para él en su despacho, le fueron entregadas para la publicación del mencionado artículo. Según él mismo, no detectó indicios de que Legásov fuera a suicidarse y sostiene que no fue por Chernóbil. En todo caso, los motivos de su suicidio -segundo intento, pues ya intentó suicidarse un año antes- no pasan de la mera especulación, pero tampoco los testimonios de sus familiares mencionan ninguna persecución que lo desencadenara. Su estado de salud era malo como consecuencia de la exposición prolongada a la radiación. Tampoco era la primera vez que Legásov publicaba sus consideraciones, en años y meses previos también fueron publicados artículos y tuvo presencia en los medios, como veremos más adelante.
La transcripción completa y las grabaciones se pueden encontrar en la red. En sus grabaciones tampoco menciona ninguna persecución por parte del KGB ni del Estado, como muestra la serie en varias escenas. Muy al contrario, las referencias que hace al KGB en sus memorias son para valorar muy positivamente su organización y trabajo en la contención de las consecuencias inmediatas del accidente (y criticando, por contra, el trabajo de las organizaciones de defensa civil). Resulta bastante absurdo pensar que si te vas a suicidar, dejando grabado un extenso y crítico testimonio, no denuncies la cruda persecución del KGB que muestra la serie. Sí relata las fuertes discrepancias que tuvo con la comunidad científica soviética (por ejemplo habla del conflicto que tuvo con el importante académico Anatoli Aleksándrov, uno de los diseñadores del RBMK), que probablemente le supusieron el rechazo como miembro del Consejo Científico y Técnico de la Academia de Ciencias (100 votos a favor, 129 en contra) y, en dos ocasiones, no ser galardonado como Héroe del Trabajo Socialista, medalla para la que fue propuesto (ya había sido galardonado con el Premio Lenin y el Premio Estatal de la Unión Soviética). Insisto, no voy a especular con los motivos de su suicidio, no es el propósito de este texto.
En todo caso hay que aclarar que Legásov era una figura importante y conocida, no solo en el ámbito científico soviético, si no en todo el mundo, sobretodo por las positivas reacciones a su “conferencia de Viena” (INSAG-1) sobre las causas del accidente. Miembro de la Academia de las Ciencias de la Unión Soviética (logro nada sencillo) y director científico del importante Instituto Kurchatov de Energía Atómica, apareció en medios de la Unión Soviética y de forma internacional con participaciones en TV y prensa de todo el mundo. En sus memorias no relata presiones para “mentir” en el informe presentado en la conferencia de Viena -que confeccionó con la ayuda de otros científicos y del que se sentía orgulloso, según dice en sus memorias- como relata la serie y los registros de sus apariciones en medios son abundantes.
Algunas teorías dicen que se suicidó por la negativa a ser publicado en medios o ser ignorado y acallado. Incluso al final de la serie un texto reza: “Las cintas con las memorias de Legásov circularon entre la comunidad científica soviética. Su suicidio impidió que las ignoraran”. No, el debate que relata en las grabaciones ya existía antes de su muerte. Anteriormente a su suicidio presentó su propuesta para cambiar la organización de las instituciones científicas soviéticas, que fue rechazada en votación por la Academia de Ciencias y, obviamente, no era necesario “hacer circular” algo que ya era conocido e incluso en parte publicado años antes y sus propias memorias, impresas en uno de los periódicos más importantes de la época.
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Artículo de Legasov en Pravda en octubre de 1987 sobre tecnología y energía. Muchas de estas opiniones forman también parte de las memorias antes referenciadas.
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Entrevista por el accidente de Chernóbil en canal norteamericano NBC en 1986
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Fragmentos para la TV soviética
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Programa de debate de TV norteamericana de 1986 sobre accidentes nucleares en el que participó Legásov
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Entrevista en un programa de TV soviética en 1983
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Entrevista en "Moscow Times" (periódico soviético publicado en inglés) en 1982 sobre seguridad nuclear. Interesante leer su visión en 1982. Fuente.
Tampoco estuvo en el juicio de 1988 a Diátlov, Fomin y Briujánov, por lo que esas escenas de la serie también son “dramatizadas”. En sus memorias menciona específicamente el primer día del accidente y el viaje en avión a Kiev junto con Shcherbina y no hay rastro de esa absurda amenaza de la serie de que le “tiraría del avión” o las amenazas al piloto del helicóptero. Sí cuenta cómo le explicó el funcionamiento de una central nuclear a Shcherbina y le habló del accidente de Three Mile Island, por lo que de la misma forma que con la supuesta persecución del KGB, resulta incomprensible que en sus memorias ni siquiera mencionara un evento tan impactante como las amenazas de muerte a su persona. Es radicalmente absurdo que un miembro del Comité Central como Shcherbina se dirigiera a él en esos términos en ningún caso. Tampoco hay rastro de las “grandilocuentes” frases sobre “la verdad” en su anotaciones.
Todas las escenas que comparte con el personaje de Uliana Khomiuk son ficticias, pues es un personaje inventado como indican específicamente en los textos finales del último capítulo de la serie, creado con el propósito de representar al gran número de científicos y a la comunidad científica soviética de la época, que ayudó en la contingencia del accidente.
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El informe “con páginas arrancadas” y ocultado por la KGB
La segunda mitad de la serie se asienta fundamentalmente en la trama que nos muestra cómo el estado soviético, siendo conocedor del peligro del reactor RMBK, lo ocultaba a sabiendas. La historia real de esta negligencia, falseada en la serie, la obtenemos en los informes INSAG-1, INSAG-7 y las grabaciones de Legásov.
El informe en el que se basa la serie existió, pero no se ocultó. En la Central de Ignalina (en funcionamiento hasta 2009 y muy similar a la de Chernóbil, tanto que es la localización dónde se ha filmado gran parte de la serie) en 1983, se produjo un incidente en uno de los nuevos reactores RBMK-1500 en el que se descubrió un fallo con el sistema de apagado de emergencia (el problema con las barras de control que explica la serie). Se informó de ello a todas las centrales con reactores RBMK y al instituto Kurchatov que diseñó el reactor y se propusieron medidas para corregir el problema que se aplazaron en el tiempo, pues no se las consideró prioritarias debido a que las condiciones para que ocurriera ese incremento de potencia eran prácticamente remotas, principalmente porque la operación del reactor por debajo del 20% de potencia estaba prohibida y existían sistemas automáticos -si no desactivaban conscientemente por un operador- para evitar que el reactor llegara a esa situación.
The SCSSINP Commission (Annex I, Section I-3.8) reports that, after discovery of the positive scram effect at Ignalina in 1983, the chief engineering organization informed other organizations and all nuclear power plants with RBMK reactors that it intended to impose restrictions on the complete withdrawal of control and safety rods from the core. Such restrictions were never imposed and apparently the matter was forgotten. Fuente.
La serie mezcla ese informe con el de un incidente anterior en 1975 en la Central Leningrado, que sigue en funcionamiento y la primera con un reactor RBMK, el cual no tenía relación con las barras de control y en el que se comprobó la problemática del coeficiente de reactividad en vacío. Tras ese accidente se mejoraron sistemas de seguridad en los RBMK: más mecanismos automatizados de seguridad controlados por el sistema operativo SKALA y normas en los reglamentos de seguridad, como mantener un mínimo de 30 barras de control dentro del núcleo. El día del accidente, Diátlov, en contra la opinión de sus operarios Akimov y Toptunov, desactivó el sistema automático de seguridad que impedía subir más barras de control y apagaba el reactor en caso de emergencia y dejó únicamente 6 barras de control dentro del núcleo. El hecho de que estos sistemas de apagado automático pudieran ser desactivados por los operadores era uno de los errores de diseño más importantes del reactor según Legásov. El alto coeficiente de reactividad en vacío no se ocultó tras el accidente, durante la “Conferencia de Viena” en 1987 (INSAG-1) ya fue profusamente explicado e informado. Desde 1987, comenzando por las centrales de Leningrado e Ignalina, se empezaron a implantar medidas concretas en todos los RBMK para solventar los defectos de las barras de control, mejorar procedimientos y bloqueos en su operación y reducir el coeficiente de reactividad en vacío.
Esas características como tal no significan que esas centrales fueran bombas a punto de explotar: los operadores y responsables de la central llevaron al reactor a una situación anormal y totalmente crítica saltándose cientos de procedimientos, por lo que, sin restar ni mucho menos importancia a todos los demás elementos, son causas coadyuvantes secundarias a los principales elementos de toda una línea de eventos que causaron el accidente. De hecho, los RMBK siguieron y siguen funcionando a día de hoy sin mayores problemas. A día de hoy generan el 31% del total de la energía eléctrica producida por Rusia. Incluso el resto de los reactores de la Central de Chernóbil, contiguos al nº4 y tras un accidente de esa magnitud, siguieron funcionando durante años. 
Había numerosos equipos orientados a prevenirlas [las operaciones prohibidas] integrados en la instalación y, muy específicamente, sistemas computerizados que debían cerrar automáticamente el núcleo si se detectaba uno de estos regímenes de operación de baja potencia. En el transcurso de las acciones insensatas que condujeron a la explosión del reactor número 4, los directivos al mando de la unidad cometieron más de doscientas violaciones de estos manuales y reglamentos e impidieron por dos veces al menos que el ordenador cerrara automáticamente la instalación como tenía programado para casos semejantes. Fuente.
Creo que es una irresponsabilidad y una falta de seguridad muy grave no poner todas las medidas posibles para evitar que se produzca accidente en alguno de sus puntos críticos que se suceden durante el mismo y obviamente estos eventos muestran claras negligencias: mala gestión y procedimientos y formación muy mejorables, errores de seguridad y de comunicación entre institutos y agencias, pero no, no existe esa trama que muestra la serie de la KGB arrancando páginas del informe, despidiendo gente por comunicar incidentes y ocultándolo a todo el mundo. Y creo que hay una diferencia sustancial entre la negligencia y una clarísima culpabilidad y maldad.
Tampoco estas negligencias es o eran algo exclusivo de la industria nuclear soviética. Ahora se vuelve a poner el foco en Chernóbil, pero si observamos los accidentes tecnológicos y nucleares, este tipo de negligencias, fallos y errores ocurren en otros lugares y tipos de tecnología. Por ejemplo en el accidente de Three Mile Island de 1979 también se observaron errores en las decisiones de los operadores o Fukushima-Daiichi (como detallaré más adelante) tenía problemas en el diseño de los generadores eléctricos de emergencia. Y esto tampoco significa que fueran “bombas a punto de explotar”. Por abundar, también el muy popular y extendido reactor soviético de agua presurizada VVER, que produjo y produce energía en un gran número de países, está en funcionamiento sin ningún tipo de problema, y “siendo soviético” no es ningún peligro evidente. O también tenemos el ejemplo de la serie de reactores reproductores rápidos BN, de los pocos de este tipo de tamaño operacional y en funcionamiento, cuyo tipo de tecnología será importante en la nueva generación de reactores nucleares para el futuro.
También:
[El RBMK] No es el único reactor con esta característica [alto coeficiente de reactividad en vacío]: los tan populares y seguros CANDU de fabricación canadiense (e incluso algunas versiones de los BWR) también tienen un coeficiente positivo de reactividad en vacío (o equivalente a efectos prácticos); aunque, desde luego, no tan alto. Fuente.
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La “babushka” ucraniana y el “holodomor”
Uno de los momentos más llamativos en mi opinión de propaganda antisoviética de la serie está al comienzo del cuarto capítulo. La escena muestra la evacuación de la Zona de Exclusión, cómo no, a punta de pistola... Una babuskha ordeña una vaca y comienza un diálogo con un buen catálogo de mitos anticomunistas. Equipara a “los rusos” con los nazis (ahorro comentarios) y se refiere al “holodomor de Stalin”. Es absolutamente absurdo y fuera de lugar, y una manipulación consciente, que una abuela ucraniana se refiera al “holodomor” en 1986. La primera constancia escrita del término en la Unión Soviética se tiene en 1988 y de forma totalmente minoritaria, dentro del contexto del fomento intencionado de los nacionalismos y el enfrentamiento como herramienta para ayudar a derribar la Unión Soviética. En todo caso el “speech” de la babushka es inverosímil. No es mi propósito entrar en este artículo en el fondo de la hambruna, que sí existió y era perfectamente conocida por los habitantes de la URSS, pero “holodomor” como ese mito que se basa en que “los rusos” intencionadamente provocaron una hambruna para exterminar a millones de ucranianos, es algo que, además de mentira, es simplemente inverosímil que se muestre en ese contexto.
Siempre ha sido un mito utilizado por los anticomunistas. Tiene su nacimiento en la Alemania nazi, como arma de propaganda, posteriormente recuperada por Estados Unidos y el anticomunismo y el fascismo en general. La realidad es que, como demuestran los datos de archivo, la versión soviética era cierta: fue provocada por los kulaks (terratenientes) y no fue por la colectivización ni un plan orquestado por el gobierno soviético, que al contrario, trató de mitigar sus efectos. En todo caso, la colectivización, sin sabotajes, fue tremendamente efectiva como se demostró posteriormente al convertir al país en el mayor productor agrícola del planeta. Siendo esta serie capaz de mostrar correctamente detalles como marcas de tabaco de la época, el único propósito de la escena es la difusión de propaganda anticomunista y antirusa.
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Falsedades sobre los liquidadores
Los liquidadores fueron héroes. La serie nos deja escenas espectaculares que lo muestran, como la limpieza de los tejados de la central o la movilización de los mineros, pero casi siempre acompañadas por otras en las que su determinación viene acompañada por amenazas o coacciones. También percibo en ocasiones que la serie desliza que no sabían “a lo que iban”, que iban obligados “a punta de pistola” o cierta ignorancia e ineptitud en algunos de los liquidadores, cuando realmente eran profesionales formados y voluntarios. Precisaré algunas informaciones falsas sobre los liquidadores difundidas por la serie.
No, no hubo reclutamientos forzosos. Los “liquidadores” eran especialistas, ingenieros y militares y es un insulto a su memoria decir que los actos que realizaron fueron sin saber las consecuencias o por obligación.
“Los equipos de liquidadores estaban compuestos, sobre todo, por bomberos, obreros, científicos y especialistas de la industria nuclear; y tropas terrestres y aéreas preparadas para la guerra atómica; e ingenieros de minas, geólogos y mineros del uranio, debido a su experiencia en la manipulación de sustancias radiactivas. Cabe resaltar que para todo el personal no militar el trabajo era voluntario”. Fuente.
En una serie de mensajes en pantalla al final del último capítulo se dice sobre los tres liquidadores que bajaron a abrir las esclusas que “Se difundió que los tres buzos que drenaron las piscinas murieron como resultado de su heroico servicio”. Falso. Su historia fue difundida en medios (soviéticos y extranjeros) y se les concedió la Orden de la Bandera Roja del Trabajo. Por ejemplo, esta misma nota de AP del 15 de mayo de 1986 publica la historia basándose en la información de la agencia, por aquel entonces soviética, TASS y se recogen los testimonios de los buzos, bastante “raro” si hubieran muerto. Un ejemplo dentro de la URSS: Su historia se publicó en el periódico “Труд” (Trabajo) con un artículo extenso el día 16 de mayo de 1986 y de nuevo se volvió a contar el 21. Este periódico era gestionado por el Consejo Central de Sindicatos de la URSS y uno de los más leídos de la época. En ningún punto se dice que murieran, recogen sus testimonios y, por cierto, ellos mismos dicen que no lo hicieron obligados ni por dinero, si no por convicción y por el deber moral de realizar la tarea por su conocimiento de las instalaciones. Como curiosidad, Legásov menciona en sus memorias que se dio una recompensa de mil rublos (más de cinco veces el salario medio mensual de la época) y explica que vio a uno de ellos rechazando el paquete, pues su incentivo para la gesta no era material y menos atendiendo al sacrificio de sus compañeros.
Como se puede ver de nuevo, esta historia no fue ocultada ni manipulada por los soviéticos. Que no la conozcamos en “occidente” no significa que en Ucrania, Rusia o Bielorrusia no sea perfectamente conocida. De hecho hace pocos años, el propio ex-presidente ucraniano Petro Poroshenko, condecoró en un acto en memoria del accidente a dos de los buzos (el tercero murió en 2005 por un ataque al corazón).
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Otro artículo de 1986 sobre los "tres buzos" en la revista soviética "Sovetskaia Kul'tura". Fuente.
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Continúan los mensajes en pantalla del final de la serie con: “Se reclutaron a unas 600.000 personas para servir en la zona de exclusión. A pesar de las incontables enfermedades y muertes como consecuencia de la radiación, el gobierno soviético no registró oficialmente cómo acabaron”. Otra mentira histórica: que la URSS “se olvidó” o “abandonó” a los liquidadores. Falso. Y bastante absurdo acusar de abandono al gobierno soviético, teniendo en cuenta que pasaron sólo cuatro años hasta que comenzó la desintegración de la URSS. Todos los liquidadores fueron registrados y recibieron compensaciones, seguimiento y tratamiento médico. Todos recibieron la famosa condecoración de “liquidador” y muchos medallas de Héroe de la Unión Soviética, con sus correspondientes recompensas materiales y económicas, siendo aclamados de forma unánime por la sociedad soviética. También la población evacuada de la zona recibió correctas compensaciones y supervisión regulada. Por cuestiones de extensión, enlazo este artículo (en ruso) donde se concretan las compensaciones a liquidadores y ciudadanos.
“Un equipo de médicos estadounidenses se unió [observando la respuesta médica] a los médicos soviéticos para tratar a los bomberos heridos y operadores de planta en el Hospital No. 6 en Moscú. Los estadounidenses quedaron impresionados por lo buenos que eran los médicos soviéticos al estimar la dosis de radiación al estudiar los signos vitales de un paciente, y comentaron sobre la impresionante variedad de tratamientos soviéticos para el envenenamiento por radiación que eran desconocidos en Occidente. De los 19 pacientes que se sometieron a trasplantes peligrosos de médula ósea o hígado, recomendados por el equipo estadounidense, solo uno sobrevivió. La mayor parte de los pacientes que recibieron dosis potencialmente fatales sobrevivieron con los tratamientos de los m��dicos soviéticos”. Fuente.
Al contrario de lo que se intenta transmitir con este mito bastante común, justamente fue con la entrada del capitalismo cuando se abandonó la atención y cuidado mantenido por el gobierno soviético de los liquidadores y pobladores evacuados de la zona. El mismo artículo referenciado detalla los recortes concretos y existen múltiples testimonios de los propios liquidadores de esto mismo:
"La URSS nos cuidaba, ahora los gobiernos se han olvidado. Queremos más ayudas, y no sólo homenajes" - Liquidador veterano en La Vanguardia, abril 2011
“En 1999, doscientos mineros de Tula [que participaron en las labores de contención del accidente] realizaron una huelga de hambre, exigiendo la destitución del Ministro de Trabajo ruso, Sergey Kalashnikov, que recortó los beneficios del gobierno para los mineros. En ese momento, el presidente regional de la asociación de la ciudad de "Tula-Chernobyl", Vladimir Pavlov, dijo: "No nos importa si nos morimos de hambre ahora o más tarde". Dejaron sus Medallas de liquidador a los pies del monumento al general Georgy Zhukov en la Plaza Roja. Los legisladores aprobaron leyes para reducir el impacto de algunos de estos cambios”. Fuente.
En este punto también quiero mencionar la enorme solidaridad del pueblo cubano con la población afectada por el accidente de Chernóbil. Como hemos comentado, tras la caída del bloque soviético, la ayuda y soporte a los afectados de esos países que ahora abrazaban el capitalismo fue muy cuestionable. Cuba ofreció tratamiento, estudio y ayuda a más de 26.000 personas afectadas por el accidente entre 1990 y 2016, la gran mayoría niños, siendo el único país que organizó un programa integral de salud, masivo y gratuito a tal efecto. También con mucho esfuerzo, pues Cuba pasó por dificultades en los 90 por la caída de sus socios del Bloque del Este, pero mantuvieron dichos programas sin escatimar recursos, que además consiguieron grandes resultados en investigación y tratamientos oncológicos y hematológicos.
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El Ministro de Carbón y el zapatero inculto
En otra escena, un joven Ministro del Carbón acude a una mina junto con dos soldados armados con AK-47 para “reclutar” (de nuevo a punta de pistola) a los mineros y estos acaban mofándose del ministro. Además de mostrar supuestas coacciones, es una de las escenas que muestran esa figura del burócrata enchufado apparátchik en cargos de gran responsabilidad. Algo muy común en la representación anticomunista instaurada en el imaginario colectivo desde la guerra fría. Muy contrariamente a esta mentira, los cargos en la URSS eran trabajadores/as destacados y experimentados, científicos e ingenieros en la mayor parte de los casos. Recurrente en varios momentos de la serie, todos los cargos se muestran como unos advenedizos ineptos que se aupaban en el poder gracias al injusto y desastroso sistema “comunista”. Por cierto, esta crítica no es por la juventud del personaje en cuestión, si no por el desarrollo y la falsedad de la escena. De hecho, en 1984 el 22% de los diputados del Soviet supremo de la URSS eran menores de 30 años. Hoy en España solo en 4% de los diputados tiene menos de 30 años, a nivel mundial, un 2%.
En realidad, el Ministro del Carbón en 1986 era Mikhail Ivanovich Shchadov, que en aquel momento tenía 58 años. Fue minero, científico e ingeniero de minas: él mismo trabajó en minas de la región de Irkutsk durante años como ingeniero y jefe minas y fue un político respetado. De hecho, era el ministro al cargo cuando ocurrieron las huelgas mineras de 1989, causadas por las reformas de la Perestroika. Esta imagen adulterada se suma a la general intención de vilipendiar y manipular de forma gratuíta. En esta foto podéis ver “fiel” que ha sido su representación.
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Otro ejemplo es la escena del segundo capítulo con el vicesecretario del Partido Comunista de Bielorrusia, en la que se mofa del personaje ficticio de Uliana Khomiuk, diciendo con sorna que no es científico, si no un simple “zapatero”, pero que él ahora “manda”. Qué potente mensaje: en la URSS los vicesecretarios eran incultos y soberbios trabajadores que se mofaban de los formados científicos. ¡Cuidado con que los trabajadores “manden”! ¿Verdad? El propio Legásov explica en sus memorias que todas las decisiones para la contención del accidente se tomaron teniendo en cuenta los criterios y decisiones de los expertos y científicos. En todo caso, y nunca mejor dicho, la escena del zapatero soberbio tiene otra falsificación: antes de su ejercicio político el vicesecretario Gennady G. Bartoshevich no era zapatero, si no ingeniero técnico que trabajó en fábricas de maquinaria. Pero la verdad no tenía lugar en la representación antisocialista de la serie, que necesitaba mostrar al zapatero soberbio.
Por contra, tendremos que pensar que es casual la imagen que muestra la serie de Gorbachov. El dirigente peor valorado por los rusos, junto con Yeltsin, sí recibe una imagen de político ecuánime y lógico, rodeado de ineptos burócratas. Casualmente, son los rusos quienes lo rechazan ampliamente por ser responsable de las reformas que causaron la caída de la Unión Soviética, pero en occidente es visto como un héroe y un gran estadista liberador.
Otras incorrecciones de la serie
En el primer capítulo, durante la reunión en Pripyat aparece un “viejo burócrata” golpeando un bastón y dice que aíslen totalmente la ciudad de Pripyat y se corten todas las comunicaciones. El personaje es ficticio y la escena es falsa: Pripyat no sé “bloqueó” como muestra la serie, de hecho Legásov se queja en sus memorias que en los primeros momentos del accidente, ante el desconocimiento de lo ocurrido, sí se dieron permisos de salida de la población que así lo solicitaba con sus vehículos privados, antes de la evacuación general y la composición de la Zona de Exclusión. No se cortó ninguna comunicación.
La escena del “Puente de la muerte” es una leyenda urbana. Esto ha sido mencionado en múltiples artículos. Esta pequeña historia procede de muchos autores ciertamente anti-comunistas y anti-rusos, entiendo que para tratar de "embellecer" sus relatos, pero no existen pruebas ni testimonios directos que lo confirmen.
También se ha comentado bastante la escena de la caída del helicóptero: ocurrió meses después del accidente, en octubre de 1986.
En uno de los textos que cierran la serie, refiriéndose a los científicos soviéticos, dicen “Algunos contradijeron la versión oficial de las acontecimientos y fueron denunciados, arrestados y encarcelados”. No he encontrado referencia alguna a esta afirmación. Ninguna, ningún nombre.
A la audiencia rusa le ha llamado la atención la forma que tienen para nombrarse entre sí los personajes de la serie (y algunos otros detalles "culturales" como el cuadro en el politburó).
Y por último, el texto de Gorbachov que dice “En 2006 escribió: ‘Puede que el desastre nuclear de Chernóbil fuera la auténtica causa de la caída de la Unión Soviética’”. Resulta casi humorístico que el responsable de la introducción de medidas netamente liberales en un sistema, con sus imperfecciones, pero socialista, diga esto. No, señor Gorbachov, la auténtica causa de la caída de la URSS fue la gestión y la política que se fue sembrando décadas antes y que tú y tu camarilla realizasteis, con la ayuda inestimable de altos cargos de la seguridad del estado y de potencias extranjeras. Medidas que fueron para el sistema como meter un palo en los radios de la rueda de una bicicleta en movimiento. Era de esperar el resultado. Pero supongo que quedaba muy bien como corolario de la serie…
En realidad, la respuesta soviética al desastre fue impresionante. Los soviéticos son comúnmente criticados por esperar tres días para informar al público del accidente; ocultarlo significaba que las personas de las naciones vecinas, como Polonia, recibían yodo profiláctico protector más tarde de lo que es recomendable. Sin embargo, los líderes soviéticos actuaron para proteger a sus propios ciudadanos. A las 36 horas, habían reubicado a 50,000 residentes de la ciudad de Pripyat y estaban haciendo planes para evacuar un gran territorio alrededor de la central. (Los líderes japoneses esperaron dos meses completos antes de admitir que tres reactores en la central nuclear de Fukushima-Daiichi se habían derretido en marzo de 2011). Kate Brown, profesor del MIT. Fuente.
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¿El culpable fue del socialismo?
La serie muestra al espectador cómo, supuestamente, el sistema soviético escondía informes vitales, perseguía científicos y era inhumano con las personas. La conclusión parece obvia: una enmienda a la totalidad, la culpa es el del socialismo. En parte al menos eso parece querer enseñarnos la serie, cuando, curiosamente, son los ciudadanos rusos quienes hoy opinan lo contrario. Por desgracia, tenemos un ejemplo muy reciente en uno de los países más representativos del capitalismo: Japón. El accidente de Fukushima en 2011 dejó claro que los accidentes, que ya habían ocurrido en todo tipo países y durante décadas pero con menos gravedad que Chernóbil, pueden ser muy graves incluso con procedimientos y tecnologías más modernas y avanzadas que las existentes en 1986 y ocurrir en los “intachables” países capitalistas.
Al igual que el desencadenante de Chernóbil fue una insensata consecución de garrafales decisiones durante el control de una prueba de seguridad, en Fukushima fue el tsunami subsiguiente a un gran terremoto. Pero a pesar de que en la opinión pública no se ha difundido de forma tan expresa, probablemente por los devastadores efectos del tsunami, en Fukushima, como en Chernóbil, hay más. Para empezar hay que exponer que el historial de accidentes y eventos problemáticos de Tepco, empresa privada propietaria y gestora de la Central de Fukushima-Daiichi, está plagado de accidentes e irregularidades en connivencia con el gobierno japonés desde los años 80. Durante décadas falsearon informes de seguridad y mintieron en los controles de calidad. Incluso en el año 2002 se vieron obligados a parar 17 reactores ante las dudas generadas por sus prácticas negligentes. La corrupción manifiesta se ve además reflejada en las habituales puertas giratorias, connivencias y conflictos de interés entre el gobierno y Tepco.
Tras el accidente de 2011 se elaboraron varios informes (2012 o 2015) que mostraban claramente las responsabilidades de Tepco y el gobierno japonés en el accidente por sus negligencias: no tener medidas oportunas antisísmicas en una zona claramente afectada de forma habitual por grandes seísmos o no tomar medidas concretas, como elevar los generadores eléctricos de emergencia, que estaban en los sótanos y quedaron inutilizados por el tsunami, siendo causa destacada en la cadena de eventos del accidente. Debían haber estado a salvo en lugares elevados para evitar ser dañados ante una previsible ola de esas características, como se recomendaba. Pero su traslado costaba 91 millones de euros y no se acometió. Y para terminar: Tepco ignoró informes que avisaban claramente de estos riesgos años antes del accidente, incluso desde 2002.
El informe añade: “Creemos que las causas fundamentales son los sistemas de organización y regulación que se basan en una lógica defectuosa en sus decisiones y acciones, y no un problema de un individuo en particular”. Termina acusando a “la connivencia entre el Gobierno, los reguladores y la empresa eléctrica Tepco, así como a su falta de diligencia”. Fuente
La culpabilidad y connivencia entre Tepco y el estado japonés fue sentenciada por la justicia nipona en 2017: culpables por graves negligencias. No solo por lo comentado anteriormente, la sentencia también se basa en una cuestión obvia: la ubicación de la propia central en una zona con alto riesgo de terremotos y tsunamis sin disponer de medidas preventivas acordes, siendo la respuesta oficial que “el tamaño y el poder destructivo del terremoto y el tsunami fueron imposibles de prever”, cuando claramente eso no es cierto: también se alertó un informe en 2002. A día de hoy existen 23 centrales con 74 reactores localizadas en zonas potencialmente peligrosas con los mismos riesgos en el este y sureste de Asia.
Los demandantes, que incluían evacuados forzosos y "voluntarios", afirmaron que el gobierno y Tepco podrían haber predicho un tsunami de más de 10 metros de altura que algún día golpearía la planta. Basaron su reclamación en un informe de 2002 en el que los expertos del gobierno estimaron que había una posibilidad entre cinco de que se produjera un terremoto de magnitud 8 y provocara un poderoso tsunami en los próximos 30 años. Fuente
La contención del accidente tampoco estuvo exenta de polémica. Muchos voluntarios, auténticos héroes, ayudaron a combatir los efectos del accidente en los primeros meses, reviviendo el heroico valor de los liquidadores soviéticos. Sin embargo, en las tareas de limpieza y “liquidación”, el gobierno y Tepco explotó a personas pobres, chantajeadas por la Yakuza (mafia japonesa), malpagados, precarios, explotados y con falta de supervisión y seguridad.
El accidente de Fukushima-Daiichi es, junto con el de Chernóbil, los únicos de la historia con el nivel máximo en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares: INES-7. Por su naturaleza, el accidente de Chernóbil fue más grave, sobretodo por la propagación de una mayor cantidad de material radioactivo debido al fuego en el reactor durante el accidente y un mayor número de afectados directos en los primeros acontecimientos. Sin embargo, la gravedad de Fukushima es innegable y no debe ser minusvalorada en el debate: se produjo el escape incontrolado de material radiactivo y más profusamente a las aguas del océano Pacífico y la fusión, no solo de uno, si no de varios reactores. A día de hoy, aún existe una gran cantidad de agua contaminada acumulada. Se calcula que las fugas radiactivas de Fukushima ya suponen el 40% del total del material radiactivo que se liberó en Chernóbil, que aunque de diferente naturaleza, su gravedad no puede ser obviada.
Durante décadas la industria nuclear y pro-nucleares aseguraban que era “imposible que se repitiera un accidente como el de Chernóbil”. Obviamente, si se refieren con literalidad a los elementos físicos que produjeron el accidente de Chernóbil, claro, de finales de los 80 en adelante ya no podían repetirse pues se tomaron medidas para ello. Pero creo que es obvio que cuando en el debate público nos referimos a Chernóbil, nos referimos a los accidentes en una central nuclear en sí.
La balanza entre la culpabilidad completa de los operarios (con las más de doscientas violaciones conscientes del procedimiento durante la prueba) y los defectos de diseño del reactor RBMK, para mí es importante en este asunto: Si la balanza se inclina casi completamente hacia el RBMK, la industria nuclear podía excusarse ante la opinión pública por la mala imagen de la energía nuclear resultante de Chernóbil. Culpando como causa completa a un sistema político concreto y desaparecido, en otro sistema político no podía ocurrir. ¿Entonces son nuestros métodos son infalibles? Fukushima, en mi opinión, hace saltar por los aires ese planteamiento. No es que quiera situarme falsariamente en una posición equidistante, pero mi opinión es que en esa balanza hay muchos puntos intermedios y las conclusiones del debate tienen muchas más aristas, sobretodo en la cadena de eventos que provocan accidentes de estas características. De la misma forma, entre la posición de “pro-nucleares” y “anti-nucleares” existen argumentos para una conclusión más lógica que negar las evidencias o peligros de unos y otros y que merecen ser analizadas científicamente con sus pros y contras, sobretodo con el realismo de las alternativas y riesgos existentes. Como reflexionaba en el inicio del artículo: ¿podemos sustituir toda la generación de energía que emite CO2 por renovable si que en ese proceso tengamos, de la misma forma, un impacto y una generación de residuos y problemas mayores? ¿Podemos progresar sin esa generación de energía? ¿Es coherente revetir avances tecnológicos y condiciones vitales que ya consideramos parte de nuestras sociedades para "necesitar" menos energía?.
El riesgo “cero” no existe y los accidentes pueden ocurrir y ocurrirán. Por ello, no debemos olvidar el legado que nos dejó Chernóbil, de la cultura de la seguridad, calidad y mejora constante en el control de nuestro uso de la tecnología, para poder emplearla con la mayor seguridad posible. Tal vez ciertos sectores ignoraron este legado y lo aprovecharon (y aprovechan) para usar el accidente como un arma política contra el sistema político enemigo.
Sin restar la enorme gravedad de estos accidentes, también podemos hacer el ejercicio de ponerlos en perspectiva: solo con las pruebas nucleares de los años 60, la emisión al medio ambiente de isótopos radioactivos que produjeron es abrumadoramente superior a los accidentes de Fukushima y Chernóbil juntos. Según un estudio del Congreso de Estados Unidos, la pruebas nucleares ha provocado 33.000 casos de cáncer en EEUU, 11.000 de ellos mortales, consecuencia de once años de pruebas nucleares entre 1951 y 1962. Además, se realizó (y realiza) una nefasta gestión de los residuos en las zonas afectadas que afecta a miles de personas.
Tenemos casos tristemente comunes en aviación, trenes, etc. Para ser ecuánimes, no podemos olvidar otros grandes accidentes tecnológicos como el de Bhopal en India, donde murieron 25.000 personas y más de 600.000 se vieron afectadas por el escape de gas tóxico de una industria química propiedad de una empresa privada norteamericana, que se fue de rositas e incumplió absolutamente todos los criterios de seguridad. Tal vez algún día, por su importancia, se realice una serie que también ponga el acento y debate público sobre este hecho olvidado como lo ha hecho HBO con Chernóbil y la URSS...
La lista es larga y el riesgo “cero” no existe. Sí existen la ciencia y la seguridad. Si somos seres cabales, podremos resolver este dilema.
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andrescasciani · 5 years
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Andrés Casciani “Náufrago” Entrevista realizada por Darío Manfredi - publicada en Revista Zero (Mendoza, octubre de 2019) Desde el 11 de octubre y hasta el 10 de noviembre puede visitarse “La Orquesta del Titanic”, una muestra de dibujos y pinturas en donde Casciani ilustra con destreza las peripecias sociales y políticas de los últimos años. "Chocar contra el iceberg soberbiamente, creyendo que el que se romperá será él", reza el texto introductorio de la muestra, y sirve como postal de un mundo en donde Andrés cuenta con trazos y colores un presente agobiante en donde el país y sus habitantes intentamos todos los días sobrevivir al accidente del neoliberalismo. 1- ¿Por qué “La orquesta del Titanic”? El título lo planteé cuando propuse la exposición por concurso en el año 2018. No había que ser Nostradamus para preveer la situación social en el país durante el 2019, incluso se me generó un morbo extraño en “apostar” cómo llegaríamos a la fecha de la inauguración un año después. La imagen arquetípica del Titanic con su carencia de botes para las clases bajas me parece casi una predicción bíblica de nuestra situación actual: una ciudadanía mezquina e ignorante que por “pertenencia imaginaria de clase”, analfabetismo político, resentimiento clasista hacia los más débiles y desclasamiento patológico se estrella una vez más contra el mismo “iceberg”: la clase oligárquica entreguista argentina que cíclicamente saquea al país arrogándose valores ético-republicanos anti populistas. La imagen de la Orquesta que sigue tocando durante el hundimiento aúna dos aspectos esenciales de lo que entiendo como “arte”: su capacidad para “decorar” patéticamente los caprichos del poder (estética “funcional”) y su contracara como acto heroico de trascendencia expresiva (“crear” aunque no haya esperanzas). 2- ¿Qué tan difícil ha sido mantenerse a flote durante cuatro años en donde prácticamente la batalla cultural se ha perdido?, ¿cuál es tu apreciación sobre lo que se ha hecho en cultura en el país y particularmente en la provincia? Al margen del terrible genocidio “concreto” que ha impulsado la necropolítica macrista (pérdida de derechos para los más vulnerables, destrucción educativa, sanitaria, concentración de recursos en los sectores más privilegiados, aumento de la desnutrición poblacional y todos los “etcétera” de esta pesadilla hecha realidad), ha sido devastador a un nivel ético personal tomar conciencia de la inevitable alienación que vive cualquier miembro “sensible” de la sociedad. Se nos ha demostrado en las urnas (y en los nauseabundos comentarios y actitudes violentas con los que hemos convivido durante estos años) el altísimo porcentaje de mezquindad, egoísmo, racismo y vocación de humillación al más débil por parte de una sociedad que se solaza en sus más bajas cualidades de lamebotas del poder y aspirante a tirano de maceta (en todo el país, pero especialmente en Mendoza a la vista de las reciente elecciones). En este contexto la gestión cultural se transforma en un desgarrador retrato de la pérdida de sentido y el vaciamiento de contenido que siempre realiza el capitalismo al “engullir” expresiones artísticas que han nacido con ideología y compromiso, para regurgitarlas luego como “producto cultural” consumible por un público narcotizado de ignorancia, cinismo y falta de empatía. De esta manera se termina logrando que personas que se conmueven con Galeano o escuchan a Spinetta terminen votando a Macri o Cornejo, (espantándose de que el Indio Solari se haya “politizado”). Da vértigo realmente tomar conciencia de los miles de recursos que tiene el capitalismo para vaciar de contenido y dejar sólo un cadáver estético como resultado de la violación de las más comprometidas expresiones artísticas de tantos genios que SI han tenido conciencia social y sensibilidad por los demás. Como artista es un verdadero desafío no dejar que quiebren tu “alma” e ideales con la demostración cotidiana del sinsentido de la sensibilidad y la aplastante confirmación constante de que TODO puede ser tergiversado, prostituído y corrompido: Debés mantener a diario encendida la “llamita” de la humanidad y la sensibilidad que te distingue de los depredadores materialistas ideológicos que sólo pueden entender la cultura como un mercado de fragancias vacuas y goces estéticos onanístico-descartables. 3- ¿Considerás que es necesario ocupar espacios oficiales? Considero que no los “ocupamos” sino que son NUESTROS. De la misma manera en que no vamos a “volver” sino que no nos hemos ido a ningún lado. Cualquier hacedor cultural tiene la responsabilidad cívica mínima de ser sincero ideológicamente, retratar el genocidio y ser la “voz” de la denuncia de tantos que no tienen voz ni micrófono . 4- ¿Creés en el arte (o al cultura) como herramientas de lucha real?, ¿o pensás que la música, las artes visuales, el cine, etc. solamente son una simbología? Creo que el Poder Real se ríe de la cultura, y con razón: no puede ni rozar la consecución de sus fines. De hecho termina transformando las obras que expresan gritos desesperados en “lujos estéticos”, disfruta del “perfume” de la esencias desgarradas que quedan plasmadas como pataleos impotentes expresados en obras de arte. SIN EMBARGO considero que hay dignidad en el acto de “escupir en la cara del verdugo”, el Arte sería así como un mensaje testimonial que dejás escrito en la pared de la celda, bien abajo, esperando que algún otro “humano” pueda leerlo, sentirse menos sólo y menos fútil en su desgarradora certeza del fracaso ante el DEMONIO-CAPITAL materialista que siempre dominará. El arte se compone de la sangre, el sudor y las lágrimas de los oprimidos, es su fruto sensible y la demostración de que nadie puede ponerle cadenas al alma ni aplastar con su bota el rostro de la dignidad cuyos ojos SIEMPRE observan con sabiduría al opresor. 5- ¿Qué música escuchás generalmente a la hora de ponerte a dibujar y pintar? Spinetta es el “Borges” cuya obra (de abismal profundidad y complejidad) compone el soundtrack constante en mi vida. Los Beatles cambiaron (y lo siguen haciendo) mi manera de percibir la vida. Tom Waits me hace sentir en mi hogar en cualquier lugar donde ruja su ronca voz de freak sensible. Billy Corgan realiza todo el tiempo el acto alquímico de transformar la oscura tristeza en sensible luz desgarrada. Pj Harvey me hace creer en el sentido de la creación artística sincera. Y cada vez que siento que no tiene sentido levantarse o realizar el esfuerzo de crear en un mundo tan vacío e inhumano suena Morphine para demostrarme que la oscuridad se transforma en tu amiga cuando tenés humor. Y Atahualpa Yupanqui se mezcla con Saluzzi para permitrme volver a creer en el sentido de retratar la efímera belleza del humano desgarrado ante la injusticia. ETC ETC ETC 6- Generalmente te involucrás en proyectos colectivos, ¿por qué ahora la decisión de una muestra individual y qué significa esto para vos? Los proyectos colectivos han tenido más que ver en estos últimos años con la comprensión de la “batalla cultural” y “el héroe colectivo”. La certeza de la derrota en dicha batalla y las decepciones propias de las imperfectas realizaciones y concreciones del trabajo grupal han sinceramente minado mi creencia en varios de estos proyectos, demostrándome que el “camino al infierno está pedrado de buenas intenciones”. Exposiciones individuales ya he realizado 29 en realidad, y siempre son un espacio muy efectivo a la hora de expresar un concepto o sumergir al espectador en la atmósfera creada: ver una cantidad de obras grandes de un mismo autor siempre permite profundizar mejor en la propuesta: es como la diferencia entre un “corto” dentro de un festival de muchos autores o ver una “serie”, en la cual se desarrolla la psicología de los personajes y la atmósfera del mundo creado. 7- Contanos que vamos a ver en la Mansión Stoppel hasta el 11 de noviembre. Una serie de pinturas y dibujos que muestran en un lenguaje metafórico el arte de sobrevivir ante la pulsión de muerte de una sociedad que decidió autodestruirse. Un intento de generar poesía a partir del dolor luego de vivir algunos de los años más dolorosos de mi vida y la de mi país. Una serie de torpes e imperfectos intentos de plasmar con oficio pictórico mi esencia y dejarla disponible a quien pueda servirle como parte de su “salvavidas”: tal vez si nos damos la mano o nos mandamos mensajes en botellas, el oscuro abismo nos escupa luego con alguna “insignia de valor”, devolviéndonos a la vida menos ingenuos y con mayor comprensión de la naturaleza que nos hace humanos.
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fla9502 · 2 years
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Q ESPERT CIERRE LA BOCA (El diputado atacó la lucha contra el desfinanciamiento del INCAA) A partir d un tweet q escribió la actriz Verónica Llinás, convocando a la movilización en defensa del cine argentino, el detractor Espert, q siempre se pronuncia en contra d los intereses del pueblo, dijo: “Al INCAA hay q cerrarlo, q sus ñoquis se busquen un trabajo digno y reemplazarlo x una oficinita q se dedique a resguardar los derechos d autor”. Para ellos el arte es cosa d ñoquis. Para este sector d la sociedad del cual Espert forma parte, el cine no es algo q dè ganancias o beneficios en términos económicos. Como no es una empresa privada, a ellos no les interesa. La actriz respondió en forma clara a sus ataques: “D todo esto se corrige q lo q habría q cerrar, José Luis, es la boca, cuando uno no tiene la menor idea d lo q está hablando. O, en todo caso, conseguirse mejores asesores, ya q hablamos d trabajos ineficaces costeados x las arcas públicas”. Además, la actriz sostuvo: “El INCAA no se financia con ‘el hambre del pueblo’, sino q es un mecanismo d gestión autárquico generado x las ganancias del mismo cine”. Cerrar la boca. Una buena opción cuando no sé sabe d lo q se está hablando y sobre todo cuando no van aportar más q odio a una lucha q para nosotres es necesaria y urgente. Apoyamos el Cine argentino, a sus realizadores, actores y actrices, y a todes sus laburantes comprometidos x una soberanía cultural y audiovisual, castigados x una pésima gestión del INCAA a cargo d Luis Puenzo. #RevistaSudestada https://www.instagram.com/p/CcQVJvPuvnYLu_ikhlnLfueFo-IGAV6q5PPbb80/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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La ONDA aclara que no está facultada por ley para intervenir elecciones de las sociedades de gestión colectivas
La ONDA aclara que no está facultada por ley para intervenir elecciones de las sociedades de gestión colectivas #DescifrandoLaNoticia #ONDA
SANTO DOMINGO- –La Oficina Nacional de Derecho de Autor (ONDA), que dirige el licenciado José Ruben Gonell Cosme, dijo hoy que espera que el proceso electoral a celebrarse este domingo 6 de febrero, por la Sociedad General de Autores, Compositores y Editores Dominicanos de Música (SGACEDOM) sea abierto, transparente y democrático donde participen todos los miembros de esa entidad. Expresó que…
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derecho9311 · 2 years
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Cuando siendo válido el testamento no deba subsistir la institución de heredero, subsistirán, sin embargo, las demás disposiciones hechas en él, y la sucesión legítima sólo comprenderá los bienes que debían corresponder al heredero instituido.
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El mandato es un contrato mediante el cual una persona confía la gestión de uno o más negocios a otra, quien se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera. Es un contrato consensual, bilateral imperfecto, de buena fe y se presume oneroso.
El término sociedad alude a un concepto polisémico que designa a un tipo particular de agrupación de individuos que se produce tanto entre los humanos como entre algunos animales.
Sociedad es un término que describe a un grupo de individuos marcados por una cultura en común, un cierto folclore y criterios compartidos que condicionan sus costumbres y estilo de vida y que se relacionan entre sí en el marco de una comunidad. Aunque las sociedades más desarrolladas son las humanas (de cuyo estudio se encargan las ciencias sociales como la sociología y la antropología), también existen las sociedades animales (abordadas desde la sociobiología o la etología social).
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Contratos innominados.Los contratos innominados son aquellos que no figuran expresamente en ninguna ley, pero que, por contener los elementos generales de cualquier contrato, surte efectos entre las partes que los suscriben.
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Acuerdo contractual que no tiene una regulación específica en la ley, sino que se rige por las normas generales de la contratación, aunque se configura por analogía con los tipos contractuales más afines, los principios generales de las obligaciones y contratos, y los principios generales del derecho.
El contrato de promesa es el acuerdo de voluntades por medio del cual, una parte o ambas, según sea unilateral o bilateral, se obligan a celebrar un contrato futuro.
La donación es un acto de liberalidad por el cual una persona dispone gratuitamente de una cosa en favor de otra, que la acepta. La donación no obliga al donante, ni produce efecto, sino desde la aceptación.
Artículo 2332. - Donación es un contrato por el que una persona transfiere a otra, gratuitamente, una parte o la totalidad de sus bienes presentes.
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CUASICONTRATO:  Figura que designa algunos hechos jurídicos heterogéneos que solo tienen en común ser actos lícitos voluntarios no contractuales que producen obligaciones ex lege. El Código Civil regula dos: la gestión de negocios ajenos y el pago de lo indebido.
Los cuasicontratos son actos lícitos, no contractuales, productores de obligaciones. El Código Civil regula como cuasicontratos la gestión de negocios ajenos y el cobro de lo indebido, subtipos del enriquecimiento injusto.
¿Qué son los cuasicontratos?
Para el artículo 1887 del Código Civil"son cuasi contratos los hechos lícitos y puramente voluntarios, de los que resulta obligado su autor para con un tercero y a veces una obligación recíproca entre los interesados". Así pues, el cuasicontrato es un acto lícito, no contractual, productor de obligaciones, aunque esta definición, aparte de su vaguedad, no diferencia la figura del cuasicontrato de aquellos otros actos que sin poder ser considerados como cuasicontratos, sin embargo, también producen obligaciones.
LAS SUCESIONES:
SUCESION LEGITIMA: La herencia legítima se abre: I. Cuando no hay testamento, o el que se otorgó es nulo o perdió validez; II. Cuando el testador no dispuso de todos sus bienes; III. Cuando no se cumpla la condición impuesta al heredero; IV. Cuando el heredero muere antes del testador, repudia la herencia o es incapaz de heredar, si no se ha nombrado substituto. Un testamento es el acto jurídico por el cual una persona estipula quien o quienes serán las personas que podrán disponer de todos sus bienes al momento de su muerte. No es sinónimo de hacer una dedicatoria. 
El testamento es uno de los actos jurídicos más conocidos por todos, objeto de innumerables obras de ficción, y origen de muchos conflictos familiares, ya sea que este exista o no.
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El heredero es el que por testamento o por ley, mediante el juicio de intesta- do, recibe en todo o en parte una herencia o legado. Es a quien se transmiten los bienes derechos y obligaciones del de cujus, en los términos del testa- mento o en la forma en que disponga la ley, en su caso.
Un heredero es la persona que ha sido designada para recibir una herencia, es decir, para sustituir al fallecido en sus derechos, bienes y obligaciones.
De esta forma, hay diferentes categorías de herederos. Además, algunas autonomías en base a su potestad para regular los derechos hereditarios han establecido distintas regulaciones. El titular de los bienes puede determinar ciertos herederos en base a diferentes instrumentos, pero hay herederos forzosos.
La desheredación es la disposición testamentaria por la que el causante priva al legitimario de su carácter de tal y de su porción legitimaria, en virtud de una de las causas establecidas taxativamente por la Ley.
La herencia yacente es una herencia que temporalmente queda sin titular, ya que el heredero indicado en el testamento aún no se decide a aceptarla o no lo localizan. ... Figura muy distinta era la herencia vacante. Ni la vía testamentaria ni tampoco la legítima le proporcionaban un heredero.
La herencia yacente era considerada res nullis debido a que que era una cosa (res) que no tenía ningún dueño y podía ser adquirida por usucapio. Con el emperador Justiniano se reconocióla herencia yacente como una persona jurídica.
HERENCIA VACANTE:
La herencia vacante o bona vacantia, es la herencia que se consideraba sin dueño ya que no había persona que adquiriera la herencia ya fuera por que no había ningún heredero instituido o porque nadie deseaba adquirirla, por lo tanto esta no tenía titular y se trasladaba al Erario público.
Se denomina legado o manda al acto a través del cual una persona en su testamento, decide repartir una parte muy concreta de sus bienes a otra persona determinada. Hablamos en todo caso de bienes individuales, y no de porciones del patrimonio.
El fideicomiso es uno de los contratos más conocidos, o más bien uno de los más nombrados, es objeto regular de noticias, una herramienta del gobierno para el manejo de recursos públicos, y a veces es visto como un medio para realizar operaciones de lavado de dinero. Sin embargo, a pesar de la popularidad del concepto, la mayor parte de las personas no saben en qué consiste un fideicomiso.
Según el artículo 381 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito (en adelante LGTOC), el fideicomiso es el contrato a través del cual una persona transmite la propiedad de uno o más bienes (muebles o inmuebles) o derechos para ser destinados a fines lícitos y determinados.
Dichos actos deben generar algún beneficio de carácter económico y estos beneficios deben ser dados a una persona a la que se conoce como fideicomisario. La persona que da los bienes es el fideicomitente y la que los recibe es la institución fiduciaria.
Un codicilo o codicilio es, en Derecho, una disposición que el testador añade a su testamento con posterioridad a ser otorgado y que tiene como objeto realizarle una modificación no sustancial, siempre y cuando no se alteren los herederos ni cualquiera de las condiciones que les afectan en tal condición.
LA DONATIO MORTIS CAUSA:  Es aquel negocio jurídico entre vivos, es decir, un contrato de donación bajo la condición de que el donatario sobreviviera al donante. Se aproxima a un negocio jurídico de última voluntad por cuanto se le consideraba revocable.
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unpensadoranonimo · 6 years
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A vueltas con la 'comisión de la verdad'
En los últimos días unos pocos analistas, varios políticos y demasiados tertulianos se han lanzado a criticar duramente la intención del Gobierno de crear una “comisión de la verdad” para esclarecer las violaciones de derechos humanos cometidas en la guerra civil y bajo la dictadura franquista. A la luz de las opiniones vertidas por algunos de ellos se diría que, o bien no se han leído ninguno de los informes emitidos por las más de 35 comisiones que se han creado hasta el momento en distintos países del mundo, o que desconocen la ingente literatura académica que existe sobre la materia.
No tengo más remedio que comenzar este artículo con un tirón de orejas. El PSOE tiene la mala costumbre de llegar tarde con sus propuestas en el ámbito de la denominada “memoria histórica” y de formular las más audaces cuando se encuentra en la oposición. Lo primero suele restar credibilidad a las mismas, ya que se le reprocha, no sin razón, que por qué no las aprobó cuando dispuso de la oportunidad de hacerlo. Y lo segundo tiende a generar un debate un tanto desordenado porque, cuando los compromisos adquiridos en la oposición se intentan plasmar en medidas concretas desde el gobierno, con frecuencia se pone de manifiesto que no se ha previsto con suficiente detalle ni el modo de abordarlos ni sus consecuencias. Ello suele traducirse en retiradas estratégicas hacia posiciones más conservadoras (por ejemplo, ahora se nos dice que no se puede resignificar el Valle de los Caídos), lo que tiene la dudosa virtud de enfadar a los partidos de izquierda, a la mayoría de los nacionalistas y de mostrar un flanco débil a la derecha, ocasión que esta nunca desaprovecha para ridiculizar cualquier propuesta de avance en este proceloso terreno. Lejos de quedarse ahí, Pablo Casado, en sus indisimulados intentos de atraerse a la extrema derecha, ha aprovechado para ir más allá y ahora propone, ni más ni menos, la derogación de la popularmente conocida como “ley de memoria histórica” y volver a ensalzar de forma acrítica la Transición.
Dicho esto, debo aclarar que soy una firma partidaria del “más vale tarde que nunca”, o del “nunca es tarde si la dicha es buena”, así que bienvenidas sean las propuestas en un terreno en el que tanto resta por hacer, siempre y cuando estén correctamente articuladas y, lejos de quedarse en meros gestos dirigidos a un sector del electorado que se anhela recuperar, sean lo suficientemente audaces como para generar avances de calado. Una funcionaria que desempeñó un papel importante en la gestión de una de las medidas aprobadas en el marco de la “ley de memoria histórica” me dijo en cierta ocasión que esta norma había tenido “arrancada de caballo brioso y parada de burro manso”. Confiemos en que esta vez no ocurra lo mismo, porque, más allá de los indiscutibles logros de dicha ley, la demostración más palmaria de que se quedó corta en varios terrenos es que seguimos discutiendo sobre ella.
Aquí solo me voy a centrar en uno de los aspectos de la Proposición socialista de ley de reforma de la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, presentada en diciembre de 2017 (poco después el Grupo Parlamentario Confederal de Unidos Podemos, En Comú Podem y En Marea presentaría otra propuesta de reforma diferente). En el artículo 6 del Capítulo I, Título II, se aborda la creación de una “comisión de la verdad” sobre la guerra civil y la dictadura franquista, siguiendo las recomendaciones de distintos organismos internacionales. Como expresó en su Informe el Relator Especial de Naciones Unidas, Pablo de Greiff, y se recoge en la citada Proposición, se trata, entre muchas otras cosas de “resolver la excesiva fragmentación que caracteriza la construcción de la memoria en España” y de atender la demanda de esclarecimiento de la verdad enunciada por muchos familiares de víctimas de la violencia franquista.
Vayamos por partes. Las comisiones de la verdad suelen formar parte del paquete de medidas de “justicia transicional” que pueden –o no– aprobar los países para hacer frente a un pasado marcado por la violencia y la represión. Aunque no nos podemos detener en ello, tal y como nos han explicado especialistas en la materia –Priscilla B. Hayner, Eric Wiebelhaus-Brahm, Hunjoon Kim, Mark Freeman y Geoff Dancy, entre otros–, hay distintos tipos de comisiones. Pero, en general, estamos ante organismos que pretenden investigar “un patrón de abusos” cometidos durante un período de violencia política o bajo la dictadura precedente. Aunque en ocasiones documentan las acciones de la oposición o de grupos terroristas, su principal cometido es analizar las violaciones de derechos cometidas por actores estatales. Tienen capacidad para investigar y en sus informes finales suelen proporcionar versiones muy esquemáticas de lo ocurrido, centrándose tanto en las peores atrocidades cometidas como en las causas que hicieron posible que se cometieran, con el fin de evitar su repetición. Este elemento de reflexión colectiva sobre lo acontecido y de pedagogía política de cara al futuro es fundamental tanto para asentar las bases del nuevo régimen como para marcar una clara ruptura con la situación anterior.
Al explicar los principales mecanismos de la violencia y la represión, señalando a los principales culpables –ya se trate de instituciones cómplices o de los actores más relevantes– añaden un ingrediente de justicia, alternativa a la vía penal –sin excluirla–, que también resulta esencial. La recogida de testimonios orales, por su parte, permite dar voz a algunas víctimas (y, de forma simbólica, a todas ellas), que hasta ese momento habían sido silenciadas y dejadas al margen de la sociedad. De esta forma, no solo tienen la oportunidad de denunciar públicamente las violaciones de derechos de que fueron objeto, sino de ver cómo los autores de las mismas son públicamente vilipendiados por sus actos y prevalece la verdad de lo ocurrido frente a las patrañas de la propaganda oficial. Con ello se cumplen funciones tanto de justicia como, sobre todo, de reparación simbólica que sirven para reintegrar a las víctimas en la sociedad y para fomentar la empatía de la sociedad hacia ellas. Asimismo, suelen proponerse también medidas concretas de reparación de las víctimas (indemnizaciones, pensiones, eliminación de símbolos y/o creación de otros nuevos) y algunas invitan a utilizar la vía penal para determinados crímenes. Otro aspecto fundamental de los informes redactados por estas comisiones consiste en una serie de recomendaciones encaminadas a evitar la repetición de episodios tan lamentables en el futuro (como determinadas reformas institucionales, incluyendo, en algunos casos, la depuración de las mismas). En ocasiones también se han llegado a crear incentivos para que los perpetradores de violaciones de derechos acepten confesar sus fechorías en audiencias públicas y para que pidan perdón por sus actos. En algún caso se les ha llegado a garantizar la impunidad (como en Sudáfrica), lo que ha sido objeto de calurosos debates, aunque los defensores de estas medidas argumentan que, gracias a ellas, se ha contribuido al esclarecimiento de la verdad.
En anteriores publicaciones he contado lo que se hizo y, sobre todo, lo que se dejó de hacer en España en el ámbito de la “memoria histórica”. También he reflexionado recientemente sobre las consecuencias de todo ello. En España, como es bien sabido, no se creó una comisión de la verdad. Es cierto que, en la época de la Transición española, este instrumento solo se había utilizado en un país (Uganda, 1974) y que, además, las circunstancias no eran nada propicias. Pero ello supuso, entre otras muchas cosas, que las instituciones y los actores responsables o cómplices de la represión no fueran señalados y que nunca tuvieran incentivos para reconocer sus acciones y menos aún para pedir perdón por las mismas. Ello explica lo difundida que está en España una visión benévola de la que muchos consideran que fue una “dictablanda” más que una dictadura. También permite entender el desparpajo y la contundencia con el que algunos niegan que el bando franquista asesinara a más gente que el republicano durante la guerra, o que la dictadura fusilara, sin garantías jurídicas reales, a muchos miles de personas una vez finalizada la guerra. No son pocos los que piensan que estas son afirmaciones propias de “rojos” guiados por el rencor y el deseo de venganza. También están los que consideran que abrir fosas equivale a socavar la supuesta reconciliación en la que se cimentó la transición, que tuvo mucho más de pasar página con precipitación que de reflexión concienzuda y colectiva sobre lo que había ocurrido en la guerra y en la dictadura.
Es cierto que las comisiones de la verdad se suelen constituir cuando se está produciendo un tránsito de una dictadura –o de un conflicto armado– a una democracia. Pero su indiscutible mayor pertinencia en estas etapas de cambio no demuestra su inutilidad posterior. Por ejemplo, en Chile, después de la creación en 1990 de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, y la publicación un año después del popularmente conocido como “Informe Rettig” (la presidió Raúl Rettig Guissen), se han creado otras comisiones, y emitido otros informes, pues la labor de esclarecimiento de la verdad lleva su tiempo, entre otras cosas por la opacidad con la que suelen obrar las dictaduras.
Sin embargo, de las críticas que se han vertido en los últimos días, la que predica que las comisiones de la verdad aspiran a crear una “verdad única” es la que me parece menos fundamentada y la que, por desgracia, más pábulo da a las descalificaciones de la derecha, que es la primera interesada en que no se expongan públicamente, y menos aún con respaldo oficial, determinados hechos. Nadie que conozca el funcionamiento de estas comisiones puede pensar que una de sus aspiraciones es crear una verdad única, completa, definitiva e incontrovertible, ni que aspire a eclipsar cualquier relato posterior. Más bien, como ya se ha dicho, se a documentar los principales patrones de abusos y los ilustran mediante una selección de casos y testimonios.
Solo el Estado tiene la capacidad humana y material para emprender, con un protocolo común, y de forma sistemática y exhaustiva, la recopilación de determinados datos en todo el territorio y de forma simultánea. Además, una comisión avalada por el Estado tendría una autoridad moral y un impacto difícilmente alcanzables por los meritorios esfuerzos de una suma de investigadores individuales, que necesariamente se habrán tenido que ceñir a un ámbito concreto (ya sea temático o territorial), y cuyos trabajos son difícilmente comparables entre sí puesto que suelen utilizar metodologías diferentes.
Los investigadores, lejos de ver con recelo el supuesto intento de estas comisiones de crear una verdad única, deberían dar la bienvenida a que un órgano profesional se dedique a recopilar datos y a sistematizar la información existente, precisamente porque ello contribuiría a facilitar su trabajo. Ninguno de mis colegas anglosajones o latinoamericanos especializados en justicia transicional ha considerado jamás que los informes de estas comisiones supongan una usurpación de sus funciones, ni tampoco un obstáculo a la necesaria pluralidad de interpretaciones que debe existir sobre el pasado (aunque ello no quiere decir que cualquiera sea válida). Ellos entienden que las comisiones proporcionan un relato esquemático sobre una serie de patrones de conducta y de hechos sólidamente establecidos, y que aportan información muy valiosa sobre la que cimentar futuras investigaciones.
De lo que figura en la Proposición de ley socialista me preocupan algunas cosas, que voy a tratar de resumir a continuación, con el ánimo más constructivo posible, puesto que creo que de lo que se trata es de intentar mejorar una propuesta bienintencionada, no de dinamitarla.
En primer lugar, la falta de concreción de las tareas o, mejor dicho, su extrema ambición. En la Proposición se dice: “Se crea una Comisión de la Verdad de ámbito nacional, como órgano temporal y de carácter no judicial con la finalidad de conocer la verdad de lo ocurrido, contribuir al esclarecimiento de las violaciones a derechos humanos y las graves infracciones cometidas, promoviendo así el reconocimiento de las responsabilidades de quienes participaron en la comisión de crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra, como forma de favorecer la convivencia democrática”. Y continúa: “El objeto de la Comisión de la Verdad será la recuperación y análisis de los documentos históricos, sin limitación de acceso a los mismos por su condición de material clasificado o secreto o por el lugar en el que se encuentren, dentro o fuera del territorio nacional, testimonios y otros materiales para elaborar un informe final incluyente y global que contribuya al esclarecimiento de la verdad, la reparación integral de las víctimas y las garantías de no repetición sobre los crímenes de lesa humanidad y de guerra cometidos durante la Guerra Civil Española y la dictadura franquista”. Estos objetivos, en su literalidad, son imposibles de alcanzar.
En segundo lugar, el plazo de dos años establecido para emitir el informe, sobre todo dada la ambición de los objetivos, me parece poco realista. Estos trabajos son hercúleos (y más aún dada la amplitud del período que se quiere investigar) y resulta razonable que se prolonguen durante años. Es lógico que se acote un período, pero se debería tener una cierta flexibilidad a este respecto y dedicar a esta tarea todo el tiempo que sea necesario para que la información que se ponga a disposición del público sea lo más precisa posible. Recordemos que muchos de los asesinatos cometidos por los franquistas nunca fueron registrados oficialmente y que va a ser dificilísimo –por no decir imposible– saber con precisión quiénes se encuentran en fosas comunes y qué restos fueron trasladados, sin el consentimiento de los familiares, al Valle de los Caídos.
Y, en tercer lugar, echo en falta, entre los profesionales que se contempla que formen parte de la comisión, a archiveros y documentalistas. Ahora bien, me parece una idea excelente que se contemple la incorporación de dos “expertos internacionales propuestos por el Grupo de Derechos Humanos de Naciones Unidas” al grupo de once comisionados. Me atrevo a proponer a Pablo de Greiff, que conoce bien el caso español y muchos otros casos de mayor complejidad aún.
De la propuesta del Gobierno se pueden criticar muchas cosas, pero, si no aprovechamos esta ocasión, ¿cuántas décadas más vamos a tener que esperar para saber si los fusilados por el franquismo en la posguerra fueron 20.000 o 50.000? ¿Cuántas para esclarecer si en España hay más de 100.000 “desaparecidos” o si esta es una cifra desproporcionada que se ha dado por buena ante la ausencia de datos fiables al respecto? ¿Cuándo se van a desclasificar determinados documentos secretos o reservados? Y, ¿hasta cuándo nos vamos a seguir rigiendo por la Ley 9/1968, de 5 de abril, sobre Secretos Oficiales, cuyas disposiciones fueron desarrolladas por el Decreto 242/1969, de 20 de febrero? Recordemos que esta ley fue solo parcialmente reformada por la Ley 48/1978, de 7 de octubre, esto es, hace 40 años, lo que explica que sea mucho más restrictiva que la de otros países democráticos.
Insisto en que no se trata de proporcionar una única interpretación sobre el pasado, sino de exponer los principales patrones de conducta bajo las etapas investigadas mediante una selección de ejemplos notorios y la recopilación de testimonios orales particularmente ilustrativos. Para ello, los comisionados deben poder acceder a información clasificada, disponer la ordenación de los archivos y proporcionar acceso público a la mayor cantidad de datos que sea posible con el fin de que en el futuro los profesionales puedan hacer correctamente su trabajo y que cualquier ciudadano tenga la posibilidad de llevar a cabo las indagaciones que estime pertinentes.
Si no se quiere denominar “comisión de la verdad”, porque es cierto, como ya se ha señalado, que estas se suelen crear en contextos de cambio político y que hay tareas propias de las mismas que ya no tendrían que desarrollarse, que se utilice otra denominación, pero que no se pierda la oportunidad de esclarecer hechos fundamentales y de identificar lagunas en términos de reparación a las víctimas. Mark Freeman distingue entre comisiones de la verdad y comisiones de investigación, centradas en episodios concretos. Quizá en España, para no eternizarnos ante la inmensidad de la tarea, corriendo con ello el peligro de desmoralizarnos, podríamos empezar por establecer, de forma fiable, las cifras de la represión en la guerra y la posguerra. Y después proseguir con otros asuntos pendientes de gran importancia. La comisión de expertos creada para hacer propuestas sobre el Valle de los Caídos funcionó bastante bien, en parte precisamente gracias a lo acotadas que tenía sus tareas.
Esclarecer ciertos hechos fundamentales permitiría a los investigadores seguir avanzando en el conocimiento histórico de estas etapas de nuestro pasado alejándose de debates meramente sectarios (por ambas partes del espectro ideológico) y, por lo tanto, estériles. También ofrecería una reparación importantísima a las víctimas del franquismo que siguen siendo humilladas por las mentiras que difunden actores y medios desinformados, o simplemente malintencionados. Poder presentar ante tanto despropósito un informe serio, creíble y avalado por el Estado tendría un efecto pedagógico fundamental e incrementaría la transparencia que debe proporcionar cualquier democracia que se precie de su calidad.
Dicho esto, tampoco se deben generar falsas expectativas. Ya se ha mencionado que hay muchos tipos de comisiones de la verdad, pero ninguno de los modelos puestos a prueba hasta la fecha constituye la panacea universal. No resuelven todos los problemas heredados, ni presentan un relato exhaustivo y, mucho menos definitivo, sobre el pasado. Además, todos los informes tienen lagunas e inevitablemente contienen algunos errores. Pero la mayoría ha supuesto un gran avance en el conocimiento de unos hechos que marcaron la trayectoria de los países por muchos años y ha proporcionado reparación y cierto grado de justicia a las víctimas, lo que no es poca cosa.
Fuente: Paloma Aguilar Fernández
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