Septiembre en un poema.
Traigo la historia de un libro roto
de sus páginas manchadas de amarillo
de la humedad y la belleza
de las letras subrayadas con lápiz
y su interior lleno de misteriosa profundidad.
Traigo la historia de un cenicero roto
del humo que asciende en una nube de aspiraciones grises
de la botella de vino abierta y a medio consumir
de las tardes solitarias y melancólicas
de los días en que caminamos solos
dormimos solos
amanecemos solos
para ver a través de la ventana que el mundo no se ha detenido ni un sólo instante
por nosotros.
Traigo perfume de amapolas y geranios
recuerdos confusos
cartas ilegibles
traigo el olor de la cerveza en mi garganta
las noches de luna llena
el aire condensado en eternidad
traigo conmigo los juegos de la infancia rota
la sencillez que viste glamorosa
las pestañas negras y profundas como un nocturno de Chopin.
Traigo un morral de cuero gastado lleno de
Saavedras
Bukowskis
Kafkas
Cuervos y poemas junto a los bolígrafos
Negros
Azules
Quizá también grises, como el cielo de hoy
Traigo
la noche en mis ojos
las ojeras
la piel porosa
la piel pálida
la piel dormida
las uñas color violeta
la muerte color violeta
traigo
días soleados y calurosos
luces que brillan en la retina
traigo
fatiga
y la lengua seca y adormecida y filosa
traigo frío
traigo niebla
traigo versos cubiertos de melancolía
versos que huelen a jengibre
versos que se esfuman y huyen y se camuflan
por las paredes blancas
traigo
camillas y hospitales
traigo
agujas y moscardones
traigo
tu mirada y tu voz.
Traigo
esta libreta roja con poemas rojos y sangre roja
traigo
fechas y arrebatos
cartas y cumpleaños e imágenes contrapuestas bien guardadas, que la gente no conoce
traigo vacío
traigo vacío
Este poema fue escrito en Septiembre 2018
Giovanna Chädid De Francisco
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Carta a Satoshi Nakamoto / 中本聡への手紙
En mi tiempo libre
escribo cartas
escribo a personas que no conozco
como ahora le estoy escribiendo a usted
verá
el mundo cambia continuamente y yo
sinceramente
no imaginé.
En fin
Escribo porque debe saber que ha cambiado el orden
anticipando el futuro
el antefuturo
mi orden
señor
en un mundo impermanente
cambiante y simbiótico
deseo la certeza de la rutina
un constante flujo de retorno
pero ahora.
Señor
no he cambiado mi cama de lugar
desde hace veinte años
sí
soy esa clase de persona.
Ayer fui al supermercado en pantuflas
soy un anciano desprolijo
y cuando fui a pagar
no tenía suficientes Bitcoins
para llevar un melón y unas manzanas
pensé
que debería saberlo.
Poema inédito del libro Kodokushi 2021
Giovanna Chädid
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