Tumgik
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princreii · 10 months
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inkcloud95 · 4 years
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Promesa (Matthew).
ᅠ Todavía recordaba la apuesta por un partido de fútbol. Aún más el reto que le había impuesto Matthew aquella vez, y aunque hubiesen pasado tantos días de ello, supuso que era momento de cumplirlo. ᅠ Un simple almuerzo, eso era todo. Pero, aunque pudiese tratarse de lo más simple del mundo (bueno, dependiendo el punto de vista y el gusto por la cocina de cada persona), para el rubio, se le complicaba el hecho de caer en críticas, o no lograr satisfacer las papilas gustativas del otro. Si bien estaban conviviendo últimamente en el mismo departamento, debido a sus horarios jodidos de trabajo y/o personales, no tenían una costumbre de comer juntos en el día. Tal vez alguna cena como pizza, comida rápida o el típico yogurt del menor qué, apostaba, consumía a cualquier hora del día. ᅠ Pero ahí estaba el más grande, en la cocina, acomodando todo sobre la mesada antes de que el menor llegase de sus actividades. Era un día libre, se lo había tomado y había decidido finalmente armarse de valor para hacer la comida. Abrió la alacena, fue tomando algunos tazones de vidrio, una tabla de plástico y su afilado cuchillo. ᅠ ¡Ramen! Sí, le pareció una buena idea hacerlo con sus propias manos, casero, a gusto, a favor del contrario por su fascinación al anime y a naruto. ᅠ Se tuvo que ayudar buscando información desde su tablet. Alguna receta típica, porque aunque conociera el platillo, siendo alguien un poco “perfeccionista” para varias cosas, quiso hacerlo de la mejor forma. ᅠ Con la tecnología en manos, leyó con precisión la receta, inclinando su cabeza y entrecerrando los ojos en busca de más concentración; creía haber captado todo, así que, puso manos a la obra. ᅠ — Me estoy tentando de pedirlo a domicilio —se dijo a sí mismo, —no seas tramposo William —reiteró mordiendo su propio labio inferior, se sentía como idiota charlando solo. Pero no hubo más excusas y comenzó a preparar las verduras. ᅠ Puso una olla con agua y luego de eso, introdujo en ello las algas que dejó por treinta minutos a 65°C. En ese lapso, sólo se dedicó a lavar el cebollino chino y cuatro zanahorias. ᅠ ¡Amaba el aroma del cebollino chino! Al igual que el pimiento, eran de esos aromas que la naturaleza regalaba, los cuales, el rubio disfrutaba tanto cuando se debían preparar para un platillo. Una costumbre que adoptó de su padre al ser chef —el hombre amante de la comida—. ᅠ Cortó las puntas del cebollino, peló las zanahorias, lavó todo, y apartó los alimentos sin picar en unos platos. En pequeños tazones puso la pimienta negra, la semilla de cilantro y sal. Intentó dejar todo listo para ir agregando a la cazuela. ᅠ Eran dos litros de agua con algas, y pasado el tiempo impuesto —rompiendo hervor—, aumentó la temperatura del fuego a 85°C. Junto a las algas que había dejado, colocó el polvo de atún seco, dejó por cinco minutos y retiró del fuego. ᅠ Asomó el rostro a la olla para mirar dentro y aspirar su olor. Hizo cara rara porque no sabía si había colocado muchas algas y sacudió las manos al aire como queriendo espantar el aroma; tosió. ᅠ Luego siguió con lo demás. Quitó las algas y puso hongos a hervir hasta que llevó todo a una olla a presión. Uf. ¡Se había hecho el lío del año cocinando un platillo tan clásico! Pero unió todo: el caldo de atún, el de hongos y sobre todo ello: pollo trozado, las zanahorias, el cebollino chino. Salsa de soja, de pescado, sake, mirim, la pimienta negra, las semillas de cilantro y tapó la olla para dejarla cocinando por dos horas. ᅠ Dos horas y (alv), salió corriendo para ponerse a jugar a su playstation todo tirado en el sofá hasta que estuviese el caldo. Volviendo a la cocina, William hirvió aparte los fideos, cocinó cuatro huevos, salteó el lomo de cerdo y sobre el caldo fue colocando eso de forma bien picada, el pollo sin huesos y las verduras bien picadas. ᅠ Un cucharón juntó caldo y fue ubicando todo en los tazones de porcelana. El sonido del líquido era música para sus oídos; ¿la imagen? No estaba nada mal, pero, ¿el aroma? Mh, se podía sentir las algas algo fuertes, supo entonces que en eso había fallado. Hizo una mueca y suspiró. ᅠ ¿A qué hora llegaría el menor? Se preguntó, entre que ponía la mesa y tomaba su móvil para intentar mandarle un whatsapp. ᅠ ᅠ ᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠ« wp: ¿Vienes para almorzar? ᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠ Hoy estoy en casa temprano, ᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠ ven, te espero... » ᅠᅠ Y ahí quedaron los nervios, entre sus dedos que se aferraban inconscientes al celular.
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