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#Cómo bajar de peso
cseller · 2 years
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Tips para Adelgazar en la Menopausia
✅ ¿Por qué es tan difícil bajar de peso en la menopausia y qué se puede hacer para no engordar? 👉 Ve ahora 9 tipos de alimentos para incluir en tu dieta ✔ Nuestros consejos para reducir la barriga ➤ ¡Fíjate AQUÍ! ➡ https://tusaludtotal.com/no-engordar-en-la-menopausia/
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edsonsoterioposts · 7 months
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Cómo personalizar tu alimentación para adelgazar con dietas a tu medida
Adelgazar de forma saludable requiere personalizar tu alimentación según tus necesidades. Una dieta a tu medida se ajusta a tus requerimientos nutricionales, permitiéndote una reeducación alimentaria. Puedes realizar un test para identificar tu tipo de alimentación adecuada o elegir planes nutricionales personalizados. Además, herramientas online como calculadoras nutricionales y planificadores…
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quepuedocomersi · 1 year
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tothebonne · 15 days
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Me doy tanto asco... tipo no puedo salir de mi casa sin pensar en lo gorda que me van a ver las personas y es que no paro de tragar, no me soporto, pero tampoco hago nada para evitarlo...
Estoy intentando masticar y tirar la comida en el vaso, para ver si logro controlarme para poder bajar e peso... No tengo nada de disciplina y eso me termina matando....
Necesito controlar mi mente y no que ella me controle a mí; no sé cómo grabarme en la cabeza que debo dejar de comer si quiero ser delgada.
Mi hermana se ira de casa, así que ahora la habitación solo será para mí (En lo que cabe, porque ella vendrá los domingos), pero puedo hacer más ejercicio y mantenerme en movimiento para distraerme y pasar la mayoria del tiempo sin comer, espero si lo logre esta vez...
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lvsedk · 8 months
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"Ay, ¿Cómo le hiciste para bajar de peso? Yo también quiero"
SOLO DEJA DE TRAGAR, GORDA ASQUEROSA, ¿DE QUÉ OTRA FORMA? CERRANDO LA BOCA.
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luvleyi · 1 month
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Hola chicas, hice un grupo de WhatsApp para que nos apoyemos a lograr nuestra meta, hablemos, nos demos consejos sobre cómo bajar de peso rápido, nos pasemos rutinas y demás :)
https://chat.whatsapp.com/E7SoPdMTA6IDmHVRMyKBW1
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Otoño, para siempre.
Ya se deshojaba el año, las hojas del calendario ya eran apenas tres que se aferraban a la pared. El frío invernal era la promesa de una caricia en el viento que cada vez helaba más. El equinoccio dio rienda suelta a la noche que a diario ganaba más minutos sobre el día, y yo sólo podía suspirar. Me gustaba esta época del año, cuando ya podía usar suéter, botas y bufanda. Amaba el olor del petricor que se asomaba debajo de la alfombra de hojas multicolores que tapizaba el suelo. Los olores a canela, manzanas y caramelo, a clavos de olor, vainilla y nueces hechizaban a mi nariz y paladar. Es por eso que había venido a esta pequeña cafetería a la orilla del bosque. Era un destino popular para turistas que venían a los senderos de la montaña a correr, caminar o andar en bicicleta, pero ya de noche se convertía en un lugar de reunión para los lugareños. Fue así que llegué a sentarme en la cómoda butaca de la esquina que, si fuera cuestión de uso, prácticamente tendría mi nombre impreso en ella. Había sido un día cansado. Mi jefe había estado sumamente tenso y exigente hoy por lo que yo necesitaba relajarme. Este era mi lugar favorito pues la dueña ya me conocía y me dejaba quedarme por horas, aunque lo único que comprara fuera un pequeño chai. Ella sabía que ni mi trabajo como contadora de día ni mi oficio de aspirante a escritora por las noches dejaban mucho dinero en mis bolsillos. En realidad sólo había publicado un cuento una vez en la revista de mi pequeño pueblo, el cual yacía anidado en una vasta cordillera de montañas, y apenas por un pago simbólico. Ya se miraban las estrellas refulgir en el cielo por entre las ramas de los pinos. Una bruma densa empezaba a cubrir la montaña, pero yo no me percataba de ello pues estaba concentrada releyendo lo último que había escrito en mi libreta: el siguiente capítulo de mi novela. Sólo llevaba dos, pero en mi mente ya era una novela.
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Estaba con el lápiz en la mano a punto de editar y añadir cuando algo llamó mi atención. Sentí una electricidad recorrerme y erizarme la piel. Fue tanto el sobresalto que volteé a ver hacia arriba... Allí estaba él con sus ojos fijos en mí.
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Tuve la gracia de bajar la mirada, pero estoy segura el furioso rubor de mis mejillas delataban lo alterada que me sentía bajo el escrutinio de esos ojos tan azules que parecían zafiros. Vestía un atuendo completamente negro que contrastaba con su cabellera de un gris plateado, el cual me recordaba al madreperla. Era raro ver el contraste con su rostro pues éste no tenía ni una sola arruga.
Estaba ocupada pensando que podría ser alguna moda entre los jóvenes y de la cual no estaba enterada. Y digo jóvenes porque a pesar de que yo no había llegado ni a mis treinta años ya me sentía antigua, como si el peso de muchos años ya estuviera sobre mi espalda. La verdad no tenía amigos de mi edad; no los entendía y mucho menos tenía algo en común con mis contemporáneos. Creo que por eso escribía. Era una forma de expresarme y conectarme, de verter ese peso que sentía en el alma. No sé cómo explicarlo, pero desde temprana edad las hojas me llamaban.
Cuando levanté los ojos ya estaba frente a mí y a la par de mi butaca. Sus ojos brillaban como dos zafiros estrella bajo la luz de la luna. Su mirada me cautivaba, me absorbía, me dejaba sin aire; así de intensa, y de profunda,
"Disculpe, ¿lo conozco?"
Él emitió una sonrisa llena de melancolía y ternura a la vez. No podía despegar de su rostro mis ojos. Mi corazón latía tan fuerte y rápido y no sabia porqué.
"¿Sabes? Quería verte. Al menos por un instante, necesitaba saber que estabas bien. Han pasado más de cien años para mí pero el tiempo nunca ha podido hacer mella en ti. Te reconocería en cada vida, en cada espacio, Siempre tus hojas. Sabía que no abandonarías esto tan tuyo, por eso te busqué en ellas. Sabía que te encontraría si tan sólo tenía fe."
Estaba tan sorprendida por sus palabras que no me percaté de lo que dejó en la mesa frente a mi. Con eso se dio media vuelta y salió por la puerta. Al ver que se iba automáticamente tomé el objeto y me paré para ir detrás de él. Era un anillo que quemaba mi mano como si fuese de luz estelar.
Cuando salí por la puerta, él ya se había desvanecido entre la densa neblina...
E.V.E
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yomeritoo2 · 3 months
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🆘 NECESITO AYUDA 🆘
Necesito bajar de peso. Hice un "recovery". Acepté tratarme porque estaba muy débil. Ya no lo estoy. Toda semana me peso. La meta era hacer el tratamiento sin cambiar de peso. Lo logré, no subí ni 1kg.
Ahora quiero bajar y no se cómo. Me alimento 1 vez por dia, a veces dos. No cuento mis calorias diarias, pero estoy segura de que casi siempre se queda en aprox 200, 250kcal. Si como más de una vez, máximo 300 calorías.
No he estado intentando hacer dieta. Simplemente no me gusta comer y lo hago por tener que hacerlo. No como comida chatarra, ni dulces. Siempre como algo normal que no me va a perjudicar.
Pero ahora NECESITO bajar! Lo que pasa es que comer entre 200 y 300kcal ya es lo que uno hace para bajar. Eso es LF! Me entienden? Debería estar bajando naturalmente, pero mi peso siempre es el mismo! Socorro!
Que me recomiendan? Que harían?
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anafuncionasiempre · 9 months
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Hoy descubrí porque estoy estancada hace un mes .... resulta que al bajar de peso, las calorías de mi metabolismo basal disminuyeron así que tengo que modificar eso tambien
Antes eran 1700 y ahora ya deben ser un superávit 🤦
No sé cómo no pensé en eso.
Pero seguro es por el tca que no me deja ver lo obvio.
Hoy voy a sacar cuentas nuevamente 😀 y a empezar a comer por debajo de esas 😀
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reverieinter · 1 month
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UBICACIÓN: Jardines. HORA: 03:32 de la madrugada. RESPONSABLE: Seoyeon Nam.
El amplio espacio del jardín te hace sentir que tienes todo el mundo a tus pies para disfrutar del aire libre, las flores, la naturaleza y las estrellas. Si te gusta estar al aire libre, encontrar los artefactos del jardín es de tu interés, ¿verdad? Si piensas que estás más seguro afuera que adentro, tenemos noticias.
Ten cuidado dónde pisas, detective. Bajo la hierba yacen pequeños interruptores que, con el peso de un estudiante, se activan y un chorro de pintura apunta hacia arriba, ensuciando tu ropa. ¡Tranquilos! No es una pintura tóxica ni para las plantas ni para los humanos, pero es difícil de sacar de la ropa.
Quizás no estabas tan pendiente de dónde pisabas hasta que llegaste al primero. Esperamos que tengas tu linterna a mano y los ojos bien abiertos antes de que acabes cubierto de colores.
En medio de la incertidumbre, tu beeper vibra anunciando la llegada de un nuevo mensaje: encuentra el botón para desactivar la pintura, es rojo y está enterrado. No está muy lejos, búsquenlo bajo sus narices. Buena suerte. SN.
OOC:
¡Bienvenides a la quinta intervención de la noche! Esta vez nuestra querida profesora Nam, preparó con anticipación interruptores que están camuflados con la grama que al ser pisados disparan pintura. Cada botón tiene distintos colores y puede volver a activarse de pisarlo dos veces seguidas. El interruptor está oculto cerca de los árboles, ¿cómo pueden encontrarlo? es fácil, con la ayuda de su linterna deberán buscar el pedazo de tierra que está levantada, en forma de bulto, se bastante reconocible a plena vista. El único problema es que está debajo de un arbusto, tienen que agacharse o alumbrar muy bien sus alrededores. Tienen que bajar el interruptor de prendido a apagado para deshabilitar el mecanismo puesto por la profesora. Depende de ustedes si sus personajes lo encuentran o no. ¡Éxitos!
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historiased · 4 months
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El comienzo de un tc4, Haeun
Hola me llamo Haeun tengo casi 15 años y suelo no comer, vomitar lo que como, contar kcal y cortarme como castigo por comer o subir de peso ¿te recuerda a algo?, bueno así es un tca, más o menos como algo que tienes tú también y estoy muy segura de que te preguntas cómo se siente tener un tca, como lo desarrolle y estoy muy pero muy segura que estas aqui por que lo tienes también, les platicare de como empezó mi lucha contra la comida y como me convertí en lo que soy ahora, hace algunos años en primero de secundaria era normal, era una chica que comía lo que sea sin saber de las calorías y comia bastantes papas de las que venden en el oxxo como, takis o chips fuego, esas eran mis favoritas sin embargo despues de bastante tiempo las cosas cambiaron me empeze a meter mas en el mundo del kpop y normalmente mi madre me decia que me veia mas gordita, que tenia que cuidar lo que como y siempre hacia comentarios como “mira que delgadita esta tu amiga Yuri” (una de mis amigas), de verdad era desesperante, en segundo de secundaria hubo un momento donde decidi hace una dieta, esta dieta era exrtricta pero hecha por el nutriologo, cuando rompi la dieta y comi normal senti algo que jamas habia sentido, culpa…demasiada culpa, desde ahi dije que iba a comer menos y empeze a ver los cuerpos de lisa, wonyoung y jennie (idols de kpop) mi mamá me empezo a decir que me veia mas llenita, que no me cerraban los pantalones y incluso me llego a decir que si queria adelgazar, cerrara la boca y dejara de comer. Y eso fue lo que hice.
Constantemente me sentía como una gorda por lo que deje de comer poco a poco cada vez menos, me empeze a obsesionar con las calorías demasiado, al punto que más de 300 ya era demasiado, contaba la mínima cosa que comía y empeze a bajar, lamentablemente mi madre me obligaba a comer los días martes, jueves y viernes porque esos eran los días que iba a mi casa ya que los lunes y miércoles me quedaba a clases de baile, al principio realmente me daba miedo vomitar la comida, muchas veces pensaba en hacerlo me pero me daba mucho miedo, el primer dia que lo hice sorprendentemente lo pude hacer bien ya que ese dia habia comido pollo con champiñones a la crema (algo facil de vomitar), despues de ese dia no pude parar, se me complicaba a veces pero hubo un momento donde ya no me costaba porque en si la comida ya me daba asco, mi madre jamas se entero y pase de pesar 46 a pesar 43 en pocas semanas, yo pense que hasta ahi iba a llegar pense que no iba a ser muy grave pero me di cuenta que una vez que empiezas no paras, empeze a vomitar todos los dias, tomar muchos laxantes, fumar vape, contar todas las kcal y comer mucho menos, incluso llegue a cortarme los muslos como castigo por comr algo muy calorico basicamente me hice mierda las piernas, pero baje, logre bajar y mi madre nunca se entero, ahora cada que como me siento culpable, me veo al espejo y me veo como una gorda, con grasa, solo siento asco al verme y ya es normal compararme con todas mis amigas, porque asi empezo mi tca y probablemente el tuyo empezo casi igual, solo recuerda.
UNA VEZ QUE EMPIEZAS NO PUEDES PARAR.
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alasdepaloma · 1 year
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**RELATO CORTO**
“No puedo hablar del amor, sin antes hablar de él…”
No puedo hablarte del amor si es que antes no te hablo de él. Sí, te parecerá absurda mi respuesta, tal vez te parezca hasta exagerado mi proceder, pero créeme, si antes no te hablo de él, no podré explicarte cómo es que yo logré conocer el verdadero amor.
Siempre soñé con un amor, uno de esos correspondidos que desde pequeñita observé en esas películas llenas de un melifluo romance. Soñaba con amar y ser amada hasta de una manera irracional, desmedida y utópica. Será que nací bajo esa estrella de la tinta que define el nombre de un poeta, de un escritor. Soy una loca, una demente, una lunática de todo lo que abrigue a ese tema del amor romántico. Le escribo al amor todo el tiempo… y ya antes de conocerle le escribía al amor… Pero, no fue hasta que lo conocí que puedo decir que mi visión de ese estado que nos vuelve resistentes y endebles al mismo tiempo, logró aclararse y hasta cierto grado llenarse de una dulce acritud.
Lo conocí en el mes que divide al año. En un anochecer húmedo, gris, de viento gélido, donde los susurros de los árboles arrullan hasta a las almas plagadas de desdén. No se percibían los astros, los nimbos mullidos se agolpaban en el lienzo renegrido que había dejado ya de ser cielo. Yo escribía en mi diario, sobre la mesita de madera que me había acompañado en mis soñadoras travesías desde que tenía yo nueve años. Tenía la ventana abierta en toda su integridad. Me gustaba mirar al firmamento, pedir y pedir día con día muchísimo amor, un profundo amor para redactar mi amada poesía. Siempre sola. Siempre melancólica. Sin embargo… dentro de todo, feliz. Bastante ambivalente mi vida, pero qué puedo decirte, así es la vida de un escritor.
Mi amante inspiración se vio súbitamente paralizada por la voz de este joven; su timbre era grave y su entonación muy desesperada, parecía que hablaba con alguien, al escucharlo pude inferir que hablaba por teléfono. Gritaba y le reclamaba a su interlocutor por una supuesta deslealtad. De verdad, se me fracturó el corazón al escucharlo; no parecía engrandecer su dolor, realmente estaba sufriendo por su decepción. Sentí una profunda compasión por él.
Me incorporé de mi lugar y, cuidando de no ser descubierta, apagué la lucecita de mi lámpara de escritorio e, inquieta, busqué su imagen. Era un joven de aproximadamente 27 años, delgado y alto, de tez blanca, su cabello parecía oscuro, y se empañaba aún más porque iba húmedo por la lluvia. Llevaba una barba no tan prominente en su rostro.
Puedo jurar que al verlo, de alguna manera me conecté a su dolor. No sé cómo fue, pero, sentí tan mía su desolación.
Recuerdo que se recargó en la pared de la casa de enfrente mientras colgaba la llamada y acto seguido aventaba su celular. Veía al cielo en tanto mordía sus labios con bastante frustración, yo ya no podía saber si lo que recorría su mohíno rostro eran sus lágrimas o las prominentes gotas que se precipitaban de los nubarrones.
Él temblaba. Temblaban sus manos, temblaban sus piernas, temblaba su vientre… Su humanidad entera vibraba en la energía del miedo y del dolor.
Quise ayudarlo. Él cuestionaba a Dios sobre su situación, buscaba una respuesta, pero, nadie respondía a su súplica. Temí por su vida, es así que rápidamente escribí, con un plumón que tenía al alcance, sobre una hoja de mi diario —que antes arranqué —: “Toda ruptura trae un nuevo nacimiento. Y nacer, puede doler. Pero… volverás a ser tú, volverás a crecer, volverás a amar, volverás a tener fe.” Y firmé con mis iniciales: “Z.A”. De inmediato alcancé una bolsita de plástico pequeña y ahí metí el papelito —no sin antes doblarlo— con una pulserita mía de abalorios de varios colores, para ponerle peso a la misma y así lanzarla más fácilmente. Cuando lo vi bajar su rostro, elevé mi brazo y con todas mis fuerzas arrojé el mensaje. De esta forma logré llegar a él. Rápidamente volví a ocultarme y ahí me quedé entre las sombras, sin volver a saber de su existencia. Día y noche yo esperaba que de alguna manera mis palabras le hubieran ayudado a mermar un poco su dolor… Y, en mi fantasía, yo llegué a tener la esperanza de que ese pequeño recado lo hubiera tomado como la respuesta que en ese momento esperaba recibir de Dios. En fin. No supe más de él. En ese entonces yo tenía 21 años, acababa de egresarme de mi carrera tres meses atrás, soy Licenciada en Filosofía y letras, escritora, ensayista y profesora de una universidad de la ciudad en la que ahora vivo, pues me mudé de mi lugar natal; tenía cinco libros publicados ya en ese momento, donde ya habían transcurrido curiosamente también, cinco años desde ese evento. Mi última novela escrita hasta entonces era precisamente: “No puedo hablar del amor, sin antes hablar de él…”, mi novela más leída y con mayor éxito. Les contaré porqué.
Yo trabajé para varios diarios y para revistas, gracias a eso pude abrirme camino e ir publicando mis obras. Sin embargo jamás, y debo de admitir que por mi timidez y mi introversión, quise mostrar mucho mi rostro o incluso mi nombre. Todo mi trabajo está firmado bajo las siglas ‘Z.A’.
Aquella mañana que evocaba mucho a esa noche cuando ese joven quedó grabado en mi alma, yo tenía que hacer mi presentación de esa novela. Ya estaba todo listo. Me habían invitado a exponerla y aún a sabiendas de mi falta de valentía para hablar delante de un público, acepté la propuesta. Jamás a nadie nunca confesé, que lo que me había inspirado a escribirla había sido ese lozano hombre y todo lo que imaginé de él gracias al contexto en el que lo conocí. Ciertamente él y yo conectamos nuestras almas aquél momento, triste para él y afortunado para mí, pues gracias a ese amor que emergió de mi ser al conocerle, siendo unos absolutos desconocidos, se pudo engendrar una sublime creatividad en la totalidad de mi ser. Armé toda una historia acerca de un amor onírico, que muy en el fondo, supe que era real.
La sala estaba llena, cosa que mi ego profesional agradeció mas no mi retraimiento. Mi corazón bombeaba más sangre de lo que debía y sentía que me asfixiaba hasta desfallecer. Era la primera vez que hablaba ante un público por espacio de más de una hora: entre la exposición, las preguntas que debía responder y los autógrafos. Estaba sumergida en una exacerbada inquietud.
Por fortuna pude hablar bien y sin ninguna muletilla que delatara mi falta de experiencia en comunicación oral. La etapa de preguntas y respuestas también avanzó sin mayor preámbulo, todo de forma bastante fluida. Y por fin llegó el momento de dar autógrafos y agradecer a la gente por leer mi trabajo.
Una larga fila de personas aguardaba por su firma, dedicatoria y una fotografía con la autora. De forma automática yo deslizaba la pluma poniendo mis iniciales, tímidamente sonreía y participaba de la toma fotográfica.
Hasta que…
Él extendió mi libro frente a mi mirada.
Los rostros que impactan para bien o para mal jamás se olvidan.
Era él…
Sí, era el joven por quien quedé obnubilada aquella noche y también la razón de estar ese día ahí, presentando mi trabajo.
—¿Z.A? —Puso el libro en mis manos— ¿Eres la misma Z.A?
Se tomó el tiempo de meter su mano derecha en el bolsillo de su pantalón para sacar la nota que yo le había redactado varios años atrás. Por unos instantes quedé aturdida y sentí que todo el calor del centro de la tierra se agolpaba en la totalidad de mi rostro. Enmudecí ante una multitud de testigos que aguardaban en la fila y me observaban con una amplia sonrisa. Quise desaparecer, pero al mismo tiempo, mi alma deseó desnudarse de los prejuicios, de los miedos, de mi cortedad y… simplemente gritar que sí, que yo era esa ‘Z.A’ a la que embelesó sin intención cuando él estaba rompiendo su relación.
—Eres mi Z.A… Lo eres.
Me dijo con la voz trémula en tanto me tomaba de la muñeca para observar una pulserita de abalorios parecida a la que en aquel momento lancé junto con el mensaje.
—Te estuve buscando por muchos años… Tu libro me trajo a ti, esa historia que has redactado, ese amor que emana de tus páginas… No sé aún cómo te llamas realmente, no sé qué significan esas iniciales… Sólo sé que has movido mi mundo y me has llenado de fe. Si no cometí una locura aquella vez fue por tu nota. Gracias por todo… ‘Z.A’
No pude articular palabra. Inesperadamente mi alrededor desapareció. La gélida brisa del exterior invadía todo el lugar. El petricor cautivaba cada uno de mis sentidos. Sentí que estaba dentro de la historia de un libro. Sentí que abandoné mi cuerpo y súbitamente me convertí en alma. Parecía que el corazón se iba a detener. De verdad, me gustaba, me gustaba y ya le quería. Era rara esa sensación… es ilógico estar enamorado de alguien a quien ni siquiera conoces, pero eso sentía, y ni yo misma era capaz de definir el porqué.
—Dime al menos tu nombre, no puedo vivir con esta obsesión toda mi vida. He seguido tus pasos y algo dentro de mí que no sé cómo llamarle, una chispa, una intuición…
—¿Puedes esperarme a terminar, por favor?…
Deseaba que la tarde se dilatara pero, no fue así.
El evento terminó y tuvo bastante éxito.
Él esperaba sentado, un tanto inquieto, en una de las sillas de metal de la explanada donde ya antes había yo dado mi discurso.
Me acerqué a él, un tanto tímida; mis manos sudaban a borbotones. Estaba experimentando bastante ansiedad por ese suceso repentino. Me puse de pie frente a él. El tiempo se detuvo.
Él alzó su mirada y sin ningún ápice de prisa, me observó detenidamente el rostro. No puedo recordar por cuánto tiempo permanecimos en silencio.
—Zhayli… Así me llamo… ¿Y tú?
—¿Qué significa la letra ‘A’? —Repuso con bastante curiosidad haciendo caso omiso a mi pregunta y acto seguido se puso de pie.
—Amor… Zhayli Amor.
—¿Amor? Cuándo iba a dar con tu apellido… Demasiado poco común como lo eres tú… Me gustas ‘Z.A’, quiero conocerte y quiero tener una oportunidad contigo… Grabaste tu nombre en mi mente, en mi alma y en mi corazón… Te busqué por muchos años. Sé, por tu obra que tú también me has estado esperando… No soy un sueño, no soy una utopía, no soy un imposible… Aquí estoy y estaré para ti si así me lo permites, mujer bonita.
Y… Se lo permití.
Alberto, así es como se llamaba el amor de mi vida. Y sí, en definitiva él fue el amor de toda mi vida y no sólo de ella, sino de mi inspiración, de mis escritos, de mis sueños, de mis desvelos, de mi alegría y de mi dolor. Y hablo de que así se llamaba porque, justamente hace cinco años falleció. Nos conocimos poco, no requerimos de conocernos más pues ya nos conocíamos de otras vidas, de otros mundos, de otros planos. Éramos almas enamoradas y lo seguiremos siendo. Tuvimos una hija, ella ya es adulta y es arquitecta. Es aún soltera, pues espera el arribo de su alma gemela o una historia parecida a la de sus padres.
Estoy escribiendo las últimas líneas en mi diario, una libretita color esmeralda que Alberto me regaló en nuestro primer aniversario. Las últimas, sí… Ya soy una mujer vieja y enferma de ochenta y un años. Escribo estas líneas para hacerles saber que el amor de almas realmente existe. No pierdas la fe de encontrar tu amor. Siempre hay alguien para uno, siempre seremos de un alguien, el tema aquí es ser lo suficientemente pacientes para esperarlo y lo suficientemente fuertes para hacer nuestra vida y dedicarla a lo que más amamos mientras llega nuestro compañero de vida.
Es probable que hoy mi corazón al final del día se detenga, pero no mis letras… ni mi amor por él, ni mi amor por el mismo amor. Era necesario decirte a ti, que me lees, que no podía hablar del amor sin antes mencionarlo a él.
Dime… ¿quién que no te ame de verdad se guardará para ti no importa el tiempo ni la distancia ni las condiciones?
Sólo aquel que conjugue el amor a través de su propia acción, a través de su propio nombre.
—PalomaZerimar.
**Imagen Pinterest**
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chica-miserable · 7 months
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Un poquito sobre mi
De pequeña tenía un sueño y una meta, quería ser doctora.
Para ello, me dedique toda mi vida estudiantil a tener las mejores calificaciones, lo cual resultó. Todos los años los finalizaba con los mejores promedios y distintivos por haber sido la alumna con el mejor rendimiento de su generación. Cuando termine la escuela me prepare para rendir los exámenes que debes hacer si quieres ingresar a la universidad.
El sistema para ingresar a la educación universitaria funciona de tal forma que se pondera tus notas de la escuela en puntos y luego pondera los puntos que obtuviste en los exámenes para ingresar a la universidad. Finalmente todo lo que se ponderó, son los puntos que necesitas para ingresar a la carrera que desees estudiar, en mi caso medicina.
Spoiler: no lo logré
Pero hice la vista gorda y decidí prepararme y esforzarme mucho mejor para el próximo año y volver a rendir la prueba nuevamente.
Spoiler: nuevamente no lo logré
Y ahí fue cuando ví que todo el esfuerzo que hice desde pequeña, quedarme estudiando en vez de salir de fiesta, quedarme estudiando en vez de compartir con mi familia, todo el esfuerzo que hice, no funcionó para nada.
Ahora tendría que esperar un año más, ya que las inscripciones universitarias son a fines de año. Por consecuencia, debía escoger alguna otra carrera para estudiar, puesto que, ja medicina no funcionó.
Spoiler: terminaron eligiendo una carrera para mí
Caí, caí en una depresión y tristeza de ver qué todo mi esfuerzo no sirvió para nada. Me refugié en la comida y mi cama, apenas salía sentía que me había arrebatado mi única meta, mi único sueño. Me sentía vacía. Me sentía triste.
Por consecuencia, subí mucho de peso sin darme cuenta, subí casi 20 kilos y para cuando fui consciente de esto, también fui consciente de que la gente de mi alrededor se preocupaba más por mi físico que por mi salud mental. Nadie fue capaz de preguntarme cómo me sentía, darme aliento cuando ví mi sueño roto, nadie fue capaz de hacer nada más que criticar mi cuerpo, que estaba muy gorda y debía dejar de comer, debía hacer más horas en la piscina por qué la natación no estaba mostrando resultados.
Y creo que lo que acabo de contar junto con todos los comentarios que acompañaron atacando y criticando mi cuerpo en mi niñez, fue el detonante para llegar a dónde estoy ahora.
Cómo ahora estoy "delgada" –según ellos– debo comer ¿Para qué? ¿Para volver a subir de peso y que ellos vuelvan a herir mi autoestima –que más hecha mierda no puede estar gracias a los mismos susodichos de siempre–?¿Para que de nuevo me apoden "Mi gorda"?¿Para que de nuevo hagan mierda mi cuerpo y espíritu con sus críticas que vienen "por qué te amamos"?
Gente de mierda inconformista. Ahora que por fin me estoy sintiendo bien conmigo misma –aunque me falten 5 kilos para llegar a mi meta, la cual, la modificaré porque no estaría mal bajar un poco más- y mi cuerpo, se preocupan, pero cuando realmente me sentía una mierda mentalmente ¿Dónde estaban sus preocupaciones? Cuando me dolía el corazón y el alma por ver mis sueños de toda la vida rotos ¿Dónde estaba esa preocupación?
Las únicas que se preocuparon por mi fueron Ana y Mia, es por eso que no las puedo abandonar, por qué cuando más necesite ayuda llegaron ellas a salvarme.
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tothebonne · 4 months
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empecé tan bien este 2024 y mi mamá me descubrió vomitando y ya no sé qué hacer :(
Ideas...
Tuve que eliminar todo lo que tenía porque me iban a revisar el celular y la compu, lo bueno es que me dio tiempo de eliminar absolutamente todo... El problema es que estoy metida en un gran lío y no sé cómo hacerle porque me urge bajar de peso, pero mi mamá esta encima mío.
Necesito que me den tips o cualquier cosa que me sirva y que mi mamá no se de cuenta...
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keqckin · 8 months
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No sé cómo tienen tanta paciencia, yo quiero bajar tres kilos en un día y verme flaca en un corto periodo de tiempo sin hacer nada. Sé que no funciona de esa manera y que puede tener consecuencias si bajo de peso de golpe. :(
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someonedairy · 2 months
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Querida madre
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Supieras la tristeza que evocas en mi. Dime, ¿Cuál era tu intensión ofreciéndome comida si al rechazarla me ibas a felicitar? No te entiendo. Me haces llorar. Me haces odiarme.
Quiero bajar de peso, estoy viendo todos los tips y dietas posibles. Mamá, comencé a medir mis calorías, empezaré a pesarme todos los días, a tomar 2L de agua como mínimo.
Quiero ser una princesa.
Mamá ¿Por qué me siento tan miserable entonces? Si mi cuerpo es lo que me acompleja. ¿Por qué comenzar a hacer algo para cambiarlo hace que me de tanto asco? Me desagrado.
Mamá, otra vez saqué el espejo de mi pieza. Supieras el asco que me da ver mi cuerpo, lo obesa que me veo, lo deforme de mi abdomen y mis brazos. Mamá, me quiero volver a amar pero no sé como.
Y tu de nuevo ¿Por qué te apareces tanto últimamente? Estas ganas de abrirme los brazos, quiero agarrar de nuevo esa tijera y pasármela fuerte, varias veces, una y otra vez, como un disco rayado. Hasta ver rojo corriendo, y debajo del rojo ver blanco. Lo anhelo y lo sueño. A veces pienso que lo necesito. Otras veces solo quiero sentir algo más fuerte que mis pensamientos retumbando en mi pecho.
Tú. Ganas de marcar cada parte de mi cuerpo que encuentro desagradable. Tú. Ganas de volver a tener vendas en todas partes y usar mangas pegadas a los brazos, calzas pegadas a las piernas. Así al moverme poder sentir cada roce con las marcas que dejaron tus abrazos de pluma. Tus besos de hierro y dibujos de cicatriz.
Mamá, este sentimiento de que voy a recaer es cada vez más constante, cada vez me cuesta más mantenerlo a raya.
Quiero que alguien me abrase y me ayude a sostener mi cuerpo, mi asqueroso y pesado esqueleto lleno de grasa y basura. Viseras putrefactas que se ven por cada poro. Soy una mentira, una mentira que comenzará a dejar de comer, una mentira que comenzará a hacer ejercicio y probar si así puedo quererme.
Se supone que no hacía nada porque sentirme horrible en este cuerpo era mejor que de verdad intentar algo. Ahora estoy intentando hacer algo para cambiarlo pero llevo un día y solo quiero cortarme y llorar.
¿Será por que lo estoy haciendo desde un enfoque erróneo? Es lo más probable.
Quiero ser una princesa, no estar sana.
Quiero sentirme bonita, quiero verme delgada.
¿Eso me hará feliz?
Poder ver mis clavículas, mis manos huesudas y mis caderas marcadas. ¿Eso es lo que quiero?
Creo que si, aunque eso me haga llorar y sentirme miserable.
Supongo que es el precio a pagar.
Mamá, si soy delgada ¿Serás más feliz? ¿Dejarás de decirme que estoy gorda? Si bajo de peso, ¿Volverás a ofrecerme comida que en realidad te hace más feliz que rechace por las calorías que tiene?
Hubieras visto tu sonrisa. Después de tantos días enojada conmigo y sin decirme el por qué. ¿Podré sacarte otra sonrisa si vuelvo a rechazar la comida?
Siempre te molesta algo nuevo. como si siempre no pudiera ser suficiente. Por lo menos para ti.
Dime mamá ¿Cómo puedo hacerte feliz?
00:28hrs
27/03/2024
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