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#Salterio de María
unpasoaldia · 2 years
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Santo Domingo de Guzmán y el Santo Rosario
Santo Domingo de Guzmán y el Santo Rosario
Hoy celebramos la fiesta de santo Domingo de Guzmán. Este gran santo de la Iglesia católica nació el 8 de agosto de 1170 en Caleruega, España y murió el 6 de agosto de 1221, a la edad de 51 años (more…)
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joseandrestabarnia · 2 years
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TÍTULO: Trinidad y Coronación de la Virgen
AUTOR: Maestro de 1355
FECHA:1355
TÉCNICA: Fresco
DIMENSIONES: 240 x 312
ORIGEN: Piacenza, iglesia de San Lorenzo (presbiterio, muro izquierdo); almacenado en el Museo Cívico de Piacenza
INVENTARIO: GN2055
GÉNERO: Pintura
MUSEO: Galería Nacional
SECCIÓN DE EXPOSICIÓN: De la Edad Media a Leonardo Ala Oeste
El fresco, dividido en dos secciones por un marco policromado resaltado por rosetas dentro de pastillas alargadas, representa por un lado la Trinidad (presumiblemente tres figuras idénticas sentadas en un trono cubierto con tela roja) y por el otro la Coronación de la Virgen. El trono de mármol frente al cual destacan María y Cristo está estructurado con cúspides laterales y aberturas trilobe, sostenidas por finas columnas y con un gran suppedaneo; un tapiz amarillo que lo cubre parcialmente está decorado con diseños florales rojos. Nuestra Señora con los brazos cruzados dobla ligeramente la cabeza para recibir la corona que el Hijo sostiene con ambas manos. Jesús viste una túnica verde y está envuelto en un manto rojo coronado en blanco, los tres colores que, como señala Lottici Tessadri, simbolizan las virtudes teologales y se refieren a la Trinidad. Cuatro ángeles observan la escena, dos de los cuales sostienen un órgano portativo y un salterio.
Información e imagen de la web del Conjunto monumental de la Pilotta, Parma.
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cvbarroso · 5 years
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LAS 15 PROMESAS A LOS DEVOTOS DEL SANTO ROSARIO
Cuenta la tradición que, en la segunda mitad del siglo XV, la Virgen María se le apareció al Beato dominico Alano de la Rupe, quien escribió el famoso libro De Dignitate Psalterii (De la dignidad del Salterio de María), en el cual relata cómo la Virgen pide a Santo Domingo de Guzmán que propague el rezo del Santo Rosario.
1. Quien me sirviere rezando constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
2. Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente rezaren mi Rosario.
3. Socorreré en todas sus necesidades a los que propagaren mi Rosario.
4. El que con devoción rezare mi Rosario, meditando en sus misterios, no se verá oprimido por la desgracia; se convertirá, si es pecador, perseverará en la gracia, si es justo, y en todo caso, será admitido en la vida eterna.
5. Todo cuanto se pidiere por medio del Rosario, se alcanzará prontamente.
6. El Rosario será un escudo fortísimo contra el infierno, destruirá los vicios, librará de pecados y abatirá la herejía.
7. El Rosario hará germinar las virtudes y hará que las almas consigan copiosamente la misericordia divina; sustituirá en el corazón de los hombres el amor de Dios al amor del mundo y lo elevará a desear las cosas celestiales y eternas.
8. El alma que se me encomienda por el Rosario, no perecerá.
9. Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los auxilios de la gracia.
10. Quiero que todos los que rezan mi Rosario tengan en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia y sean partícipes de los méritos de los bienaventurados.
11. Yo libro muy pronto del purgatorio a las almas devotas de mi Rosario.
12. Los hijos verdaderos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.
13. He impetrado de mi Hijo que todos los cofrades del Rosario tengan en vida y en muerte, como hermanos, a todos los bienaventurados de la corte celestial.
14. Los que rezan mi Rosario son todos mis hijos muy amados y hermanos de mi unigénito Jesús.
15. La devoción del Santo Rosario es una señal manifiesta de predestinación a la gloria.
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truelifeingod · 5 years
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EL SANTO ROSARIO
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Para la segunda mitad del siglo XV, La Virgen María se le apareció al Beato dominico Alano de la Rupe, quien escribió el libro “De la dignidad del Salterio de María”, en el cual relata cómo la Virgen pide a Santo Domingo de Guzmán que propague el rezo del Santo Rosario.  Según el Beato Alano de la Rupe, estas son las promesas de Nuestra Señora para quienes rezan frecuentemente y con devoción el santo Rosario: 1.- El que me sirva, rezando diariamente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.  2.- Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.  3.- El Rosario será un fortísimo escudo de defensa contra el infierno, destruirá los vicios, librará de los pecados y exterminará las herejías.  4.- El Rosario hará germinar las virtudes y también hará que sus devotos obtengan la misericordia divina; sustituirá en el corazón de los hombres el amor del mundo al amor por Dios y los elevará a desear las cosas celestiales y eternas. ¡Cuántas almas por este medio se santificarán!.  5.- El alma que se encomiende por el Rosario no perecerá.  6.- El que con devoción rezare mi Rosario, considerando misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá muerte desgraciada; se convertirá, si es pecador; perseverará en la gracias, si es justo, y en todo caso será admitido a la vida eterna.  7.- Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin auxilios de la Iglesia.  8.- Quiero que todos los devotos de mi Rosario tenga en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia, y sean partícipes de los méritos de los bienaventurados.  9.- Libraré pronto del purgatorio a las almas devotas del Rosario.  10.- Los hijos verdaderos de mi Rosario gozarán en el cielo una gloria singular.  11.- Todo lo que se me pidiere por medio del Rosario se alcanzará prontamente.  12.- Socorreré en todas sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.  13.- Todos los que recen el Rosario tendrán por hermanos en la vida y en la muerte a los bienaventurados del cielo.  14.- Los que rezan mi Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.  15.- La devoción al santo Rosario es una señal manifiesta de predestinación a la gloria.
Imagen Real de La Virgen María Madre de Jesús de Nazaret Madre de Jesucristo Madre de Dios Reina de El Cielo y La Tierra y de toda la Creación de Dios
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allsoulspriory · 2 years
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+«Durante el exorcismo, los demonios le dijeron al santo que con el Rosario que predicaba, llevaba el terror y el espanto a todo el infierno, y que él era el hombre que más odiaban en el mundo a causa de las almas que les quitaba con esta devoción.
Santo Domingo arrojó su Rosario al cuello del poseso y les preguntó a cuál de los santos del cielo temían más y cuál debía ser más amado y honrado por los hombres. Los enemigos, ante estas interrogantes, dieron gritos tan espantosos que muchos de los que estaban allí presentes cayeron en tierra por el susto.
Los malignos, para no responder, lloraban, se lamentaban y pedían por boca del poseso a Santo Domingo que tuviera piedad de ellos. El santo, sin inmutarse, les contestó que no cesaría de atormentarlos hasta que respondieran lo que les había preguntado. Entonces ellos dijeron que lo dirían, pero en secreto, al oído y no delante de todo el mundo. El santo, en cambio, les ordenó que hablaran alto, pero los diablos no quisieron decir palabra alguna.
Entonces el P. Domingo, puesto de rodillas, hizo la siguiente oración: “Oh excelentísima Virgen María, por la virtud de tu salterio y Rosario, ordena a estos enemigos del género humano que contesten mi pregunta”.
De pronto, una llama ardiente salió de las orejas, la nariz y la boca del poseso. Los demonios seguidamente le rogaron a Santo Domingo que, por la pasión de Jesucristo y por los méritos de su Santa Madre y los de todos los santos, les permitiera salir de ese cuerpo sin decir nada porque los ángeles en cualquier momento que él quisiera se lo revelarían.
Más adelante, el santo volvió a arrodillarse y elevó otra plegaria: “Oh dignísima Madre de la Sabiduría, acerca de cuya salutación, de qué forma debe rezarse, ya queda instruido este pueblo, te ruego para la salud de los fieles aquí presentes que obligues a estos tus enemigos a que abiertamente confiesen aquí la verdad completa y sincera”.
Apenas terminó de pronunciar estas palabras, el santo vio cerca de él una multitud de ángeles y a la Virgen María que golpeaba al demonio con una varilla de oro, mientras le decía: “Contesta a la pregunta de mi servidor Domingo”. Aquí hay que tener en cuenta que el pueblo no veía, ni oía a la Virgen, sino solamente a Santo Domingo.
Los demonios comenzaron a gritar: “¡Oh enemiga nuestra! ¡Oh ruina y confusión nuestra! ¿Por qué viniste del cielo a atormentarnos en forma tan cruel? ¿Será preciso que por ti, ¡oh abogada de los pecadores, a quienes sacas del infierno; oh camino seguro del cielo!, seamos obligados –a pesar nuestro– a confesar delante de todos lo que es causa de nuestra confusión y ruina? ¡Ay de nosotros! ¡Maldición a nuestros príncipes de las tinieblas!”.
“¡Oíd, pues, cristianos! Esta Madre de Cristo es omnipotente y puede impedir que sus siervos caigan en el infierno. Ella, como un sol, disipa las tinieblas de nuestras astutas maquinaciones. Descubre nuestras intrigas, rompe nuestras redes y reduce a la inutilidad todas nuestras tentaciones. Nos vemos obligados a confesar que ninguno que persevere en su servicio se condena con nosotros”.
“Un solo suspiro que ella presente a la Santísima Trinidad vale más que todas las oraciones, votos y deseos de todos los santos. La tememos más que a todos los bienaventurados juntos y nada podemos contra sus fieles servidores”.
De igual manera los malignos confesaron que muchos cristianos que la invocan al morir y que deberían condenarse, según las leyes ordinarias, se salvan gracias a su intercesión. “¡Ah! Si esta Marieta –así la llamaban en su furia– no se hubiera opuesto a nuestros designios y esfuerzos, ¡hace tiempo habríamos derribado y destruido a la Iglesia y precipitado en el error y la infidelidad a todas sus jerarquías!”.
Luego añadieron que “nadie que persevere en el rezo del Rosario se condenará. Porque ella obtiene para sus fieles devotos la verdadera contrición de los pecados, para que los confiesen y alcancen el perdón e indulgencia de ellos”.
Es así que Santo Domingo hizo rezar el Rosario a todo el pueblo muy lenta y devotamente, y en cada Avemaría que rezaban, salían del cuerpo del poseso una gran multitud de demonios en forma de carbones encendidos.
Cuando todos los enemigos salieron y el hereje quedó libre, la Virgen María, de manera invisible, dio su bendición a todo el pueblo, que experimentó gran alegría. “Este milagro fue causa de la conversión de gran número de herejes, que incluso se inscribieron en la Cofradía del Santo Rosario”, concluyó San Luis María Grignion de Montfort.
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linaje-bendito · 6 years
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Holaaaa Hna. Me surgió una duda con Efesios 5:19, a que se refiere exactamente Pablo en ese verso, si damos por sentado que en esa época no existían los himnos como los que cantamos hoy en día, que deberíamos cantar entonces? Solo salmos?
Hola :)
Varias respuestas se han dado a esta pregunta al tratar de identificar el significado distintivo de cada uno de esos términos; pero lamentablemente algunos han exportado hacia la Biblia definiciones modernas que oscurecen su significado en vez de aclararlos.
Una de las reglas que debemos aplicar en nuestro estudio de la Biblia, es que la Biblia se interpreta a sí misma. Veamos, entonces, cuál es el uso que la Biblia da a estos términos.
La palabra “salmos” significa simplemente “canción de alabanza” y aparece 87 veces en la Septuaginta, la versión griega del AT que tanto Cristo como los apóstoles usaron. De esas 87 veces, 78 se encuentran en el libro de los Salmos; y de esas 78, 67 veces aparecen en los títulos de los Salmos.
En el NT, esta palabra aparece 7 veces, 3 de ellas citando directamente el libro de los Salmos. Así que, de las 87 veces que esta palabra aparece en la Septuaginta, y de las 7 que aparece en el NT, por lo menos unas 70 veces se usa en referencia directa a los salmos inspirados del salterio.
En los otros pasajes en que esta palabra es usada, la mayoría de las veces aparece en textos donde se nos exhorta cantar salmos o donde alguien expresa su determinación de cantarlos. Así que no cabe ninguna duda de que esta palabra se refiere primariamente, aunque no únicamente, a los salmos inspirados que encontramos en las Sagradas Escrituras.
La palabra “himnos” ocurre 17 veces en la Septuaginta, 13 de ellas en el libro de los Salmos; y de esas 13 apariciones, 6 son incluidas como parte del título de algunos salmos. En el NT la palabra aparece sólo dos veces, en Ef. 5:19 y Col. 3:16.
Es interesante notar que esta palabra se usa en varias ocasiones en la Septuaginta para traducir la palabra hebrea tehillah que es la que usaban los hebreos para designar el libro de los Salmos.
La tercera palabra que Pablo usa en Ef. 5 y Col. 3 es “cánticos”, la cual es usada 80 veces en la Septuaginta, 45 de ellas en los salmos; y de esas 45, 36 veces en los títulos de algunos salmos. Mientras que en el NT, esta palabra aparece en los dos pasajes de Efesios y Colosenses, así como 4 veces más en el libro de Apocalipsis.
De manera que los tres términos que Pablo usa en Ef. 5:19 y Col. 3:16 – “salmos, himnos y cánticos espirituales” – se usan en la Septuaginta para designar las composiciones inspiradas del salterio. Algunas de esas composiciones son señaladas como “salmos”, otras como “himnos” y otras como “cánticos”.
Y aún tenemos el caso de que algunos de los salmos parecen encajar en más de una categoría a la vez, ya que algunos son designados en sus títulos como salmos y como cánticos al mismo tiempo. Es por eso que no me siento preparado para definir con precisión el significado de estas tres palabras y cómo se distinguen entre sí.
De lo que no tenemos ninguna duda es que estos términos que aparecen en Ef. 5 y Col. 3 son usados en las Escrituras para designar las composiciones poéticas que encontramos en el libro de los salmos.
Es por eso que algunos creyentes se limitan exclusivamente a cantar salmos en sus cultos de adoración. Ellos entienden que la iglesia no tiene ninguna garantía bíblica para cantar otra cosa en sus cultos, excepto los salmos inspirados por el Espíritu de Dios.
Sin embargo, aunque es indudable que siempre será mucho más edificante cantar solamente salmos, que entonar muchas de las canciones que hoy se canta en algunas iglesias, nuestra convicción es que la iglesia de Cristo no tiene que limitarse a cantar únicamente los salmos del salterio, y eso por varias razones.
Por un lado, la Biblia misma no parece limitar las alabanzas de ese modo. En el AT encontramos algunas canciones de alabanza que son anteriores a los salmos y que no fueron incorporadas luego en el libro de los salmos (como Ex. 15; Deut. 32; Jue. 5).
Y cuando llegamos al NT, encontramos algunos textos poéticos que muchos estudiosos de las Escrituras entienden que son fragmentos de himnos nuevo testamentarios, como es el caso de Jn. 1:1-5; Fil. 2:5-11; Col. 1:15-20, etc.
Pero aún si alguien argumentara que no podemos decir con seguridad que esos pasajes sean fragmentos de himnos que se cantaban en la iglesia primitiva, en el libro de Apocalipsis encontramos al pueblo de Dios ya glorificado en los cielos, cantando himnos de alabanza que no se encuentran en los salmos, como vemos en Ap. 5:9ss, o en Ap. 15:3-4.
Por otra parte, a través de la historia de la redención, vemos que la alabanza a Dios no ha sido estática, sino que ha progresado juntamente con el progreso de la revelación. Cuando Dios libró al pueblo de Israel del ejército de Faraón a través del paso del mar rojo, ellos lo celebraron cantando un cántico alusivo a ese hecho (Ex. 15).
Lo mismo vemos en Nm. 21:17, cuando Dios les dio agua en el desierto; o en Jue. 5, cuando fueron librados de Jabín, rey de Canaán, en tiempos de Débora y Barac; o en el Magnificat de María, en Lc. 1:46. En cada nueva etapa, surge un nuevo canto.
¿No deberíamos nosotros reconocer en nuestras alabanzas el progreso de la revelación divina y la etapa de la historia de la redención en que nos encontramos? ¿No deberían aludir nuestros cantos a esa gran obra de salvación que Dios llevó a cabo a través de la encarnación, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo?
Algunos dirán que los salmos testifican del Mesías, y es verdad; eso lo vemos claramente en el NT. Sin embargo, esos salmos se encuentran todavía en ese período de sombra que anticipaba lo que habría de venir, pero que todavía no había llegado. De hecho, si nos limitáramos a cantar los salmos del salterio nunca mencionaríamos el nombre de Jesús en nuestras alabanzas.
Como bien ha dicho alguien: “La consumación de la redención en Cristo requiere todo un nuevo lenguaje de alabanza: acerca de Jesús el Dios-Hombre, Su expiación definitiva, Su resurrección por nuestra justificación, y nuestra unión con El por la fe como el nuevo pueblo de Dios” (Frame; Worship in Spirit and in Truth; pg. 126).
Nosotros somos creyentes del nuevo pacto; tenemos en nuestras manos una revelación completa y somos los beneficiarios de una obra de redención que ya fue consumada una vez y para siempre en la cruz del calvario.
Si a través de nuestros cantos hemos de instruirnos unos a otros en toda sabiduría, de modo que la palabra de Cristo more en abundancia en nosotros, de ninguna manera deberíamos obviar en nuestros himnos de alabanza esa realidad de la que ahora somos partícipes.
Es interesante notar que los que abogan por el uso exclusivo del salterio en sus cultos, se ven obligados a adaptar las letras de los salmos, tanto en su rima como en su métrica, de modo que podamos cantarlos en nuestro propio idioma.
Y no es que tengamos algún problema con este tipo de adaptación. Todo lo contrario. Damos muchas gracias al Señor por el trabajo de tantos hombres y mujeres capaces que han hecho posible que hoy podamos cantar algunos de los salmos en nuestro idioma, con una rima y una métrica apropiada.
Pero no podemos perder de perspectiva que lo que estamos cantando ya no son los Salmos tal como fueron inspirados, sino una traducción y adaptación del contenido de los salmos. Ahora, yo me pregunto, ¿cuál es el problema, entonces, si adaptamos el contenido de otros pasajes de las Escrituras?
Por otra parte, ya hemos visto que el canto en la iglesia es un medio de instrucción, como lo es la predicación. A través de la predicación nosotros usamos nuestras propias palabras para proclamar y enseñar las doctrinas de la Biblia. ¿Por qué no podemos hacer lo mismo con nuestros cantos?
Lo que hace un buen compositor de himnos no es más que plasmar poéticamente, y en sus propias palabras, el mensaje de las Escrituras. ¿Por qué eso es lícito para el predicador y no para el compositor?
El punto, entonces, no es que cantemos exclusivamente la letra de los salmos; pero, a la luz de las palabras que Pablo usa en Ef. 5:19 y en Col. 3:16, es indudable que hay una estrecha relación entre los himnos que debemos cantar en la iglesia y los salmos que el Espíritu Santo inspiró.
Debemos cantar los salmos, eso es un mandato bíblico; pero debemos procurar también que nuestros himnos reflejen, en la mayor medida posible, ese modelo bíblico. El mismo Espíritu que nos mueve a cantar, es el mismo que inspiró los Salmos de la Biblia.
En la medida en que sigamos ese modelo divino, en esa misma medida estaremos caminando sobre un terreno seguro si queremos realmente glorificar a Dios y edificarnos unos a otros.
Te mando un abrazo y que Dios te sorprenda.
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arenasenfotos · 3 years
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OCTUBRE MES DEL ROSARIO. Ayer 30 de octubre de 2021 se celebró en Arenas la culminación del mes del Rosario, apegados a la tradición católica. En Arenas durante este mes de octubre se rezaron rosarios en diferentes casas cada día y ayer se llevó a cabo esta última actividad en frente del templo Nuestra Señora de la Candelaria de Arenas, que consistió en 15 grupos de 10 niños vestidos del mismo color, de verde, blanco, azul, etc; como verán en las fotografías, los niños rezaron las Ave Marías y cada 10 Ave María un adulto rezó un Padre Nuestro hasta llegar al sacerdote Pedro Rodríguez quien terminó el Rosario. De esta manera se completaron las 150 Avemarías divididas en quince decenas. Según la historia, en la antigüedad romanos y griegos solían coronar con rosas a las estatuas que representaban a sus dioses, como símbolo del ofrecimiento de sus corazones. La palabra “rosario” significa "corona de rosas". Siguiendo esta tradición, las mujeres cristianas que marchaban al coliseo romano para ser martirizadas, llevaban sobre sus cabezas coronas de rosas como símbolo de alegría y de la entrega de sus corazones para ir al encuentro de Dios. Estas rosas eran recogidas por cristianos, quienes recitaban una oración o un salmo por el eterno descanso de las mártires. La Iglesia recomendó rezar este rosario recitando los 150 salmos de David, sin embargo, esto solo lo seguían las personas cultas, pero no la mayoría de los fieles. Ante esto, se sugirió que quienes no supieran leer, reemplazaran los salmos por 150 Ave Marías divididas en quince decenas, de esta manera se originó el rezo del Rosario que conocemos hoy en día. A este “rosario corto” se le llamó “el salterio de la Virgen” y fue difundido por Santo Domingo de Guzmán. Las fotografías son cortesía de Rosita Palomo-Palomo corresponsal in situ de ArenasEnFoto. https://www.instagram.com/p/CVstHtAFRfq/?utm_medium=tumblr
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elmartillosinmetre · 3 years
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“Me considero una trovadora del siglo XXI”
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[Arianna Savall con las arpas empleadas en la grabación de este álbum. La foto es de Petter Udland Johansen]
Con su voz y siete modelos de arpas históricas Arianna Savall ha registrado para el sello Alia Vox el primer álbum completamente en solitario de su extensa carrera discográfica
Hija del violagambista y director Jordi Savall, un auténtico mito viviente de la música antigua europea, y de Montserrat Figueras, una de las pioneras del canto barroco en España, Arianna Savall (Basilea, 1972) tuvo una amplia formación musical en Barcelona, Toulouse y Basilea. Como arpista y cantante colaboró con los grupos de su padre y con otros muchos del panorama internacional, sobre todo hasta que en 2008 fundara su propio conjunto (Hirundo Maris) junto al que hoy es su marido, el noruego Petter Udland Johansen. Después de aparecer en casi medio centenar de referencias discográficas, Arianna Savall ofrece en el sello familiar (Alia Vox) su primer álbum por completo en solitario.
–¿Por qué se mete Arianna en este laberinto? –Uy, un laberinto de siete arpas, sí. Hacía tiempo que tanto mi padre como mi marido Petter me insistían en que sería bonito hacer un disco mostrando las diferentes arpas antiguas, porque queda mucho trabajo por hacer para difundir su sonido. Ellos me animaron, porque yo soy más de tocar en conjuntos. Me gusta mucho más el diálogo, con nuestro grupo y con otros. Tocar sola ha sido todo un reto. Lo he disfrutado mucho. Tengo la suerte de tener instrumentos maravillosos, gracias a también a una amistad muy grande con los dos lutieres con los que trabajo, Rainer Thurau, que hace las arpas barrocas, y Franz Reschenhofer, que hace las arpas diatónicas medievales. Así que este es un laberinto de siete arpas, pero un laberinto feliz, que te enriquece, porque el sonido del arpa es muy dulce, muy amoroso.
–Era inevitable que Arianna hiciera antes o después un disco titulado Laberinto, claro. –Jajaja. Sí. Pero era sólo una de las cinco o seis propuestas que hice. En Alia Vox somos un equipo y fue el equipo el que terminó escogiendo este.
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–Ya que adora tanto a estas arpas, preséntemelas. –Sí, son las siete arpas principales que circularon por Europa entre la Edad Media y el Barroco. En España el arpa tuvo una importancia increíble. En el siglo XVIII desapareció del panorama, como otros instrumentos, pero hasta entonces fue uno de los más citados y empleados. En primer lugar, tenemos el arpa románica, que encontramos en muchas preciosas iconografías en esculturas de iglesia. Es un arpa pequeñita. Todos los instrumentos medievales son pequeñitos. La gente viajaba mucho, a caballo, a pie y tenía que ser fácil de llevar. Luego aparece el arpa gótica, que es más estilizada, como las iglesias góticas, más fina, más ligera. La románica tiene un sonido más oscuro. La gótica empieza a ser más cristalina, tiene más graves. Toco también dos instrumentos que son típicos de España, que sólo aparecen aquí. Uno es la rota, que se ve mucho en Galicia y todo el norte de España, y que es un arpa-salterio. Toco una rota muy bonita del lutier Carlos Paniagua, que hizo una copia del instrumento que está en el Pórtico de la Gloria. El otro instrumento exclusivamente ibérico es el arpa doble medieval. Hay un tríptico precioso, muy realista, en el Monasterio de Piedra, donde aparece el arpa doble del siglo XIV. Es como un arpa románica, por la forma, pero doble. Esto significa que existía ya la necesidad de hacer cromatismos. Es un arpa muy especial, que se tocó mucho en la corte catalanoaragonesa. Esta arpa viajó a Nápoles y de ahí nació el arpa doppia, ya a finales del siglo XV. De ella, que tuvo una vida no muy larga, nació el arpa doppia a tre registri, que le llamaban los italianos, es decir, el arpa triple, que ya es el arpa del Orfeo de Monteverdi. Fue tocada por toda Europa. Tiene dos filas diatónicas y una cromática, con unas posibilidades fantásticas para el cromatismo. El arpa triple también llega a España, pero los españoles estaban muy orgullosos de su arpa, el arpa cruzada, que sólo se tocará en la Península Ibérica y en América.  El arpa española tiene un sonido más terrenal, con mucho carácter. El arpa triple es más celestial, más dulce. Tienen colores muy diferentes.
–¿Por qué ha tardado tanto en reivindicarse el arpa para las interpretaciones historicistas? –No han quedado instrumentos históricos. Mi padre tuvo la suerte de tocar sobre violas auténticas, pero las arpas que han sobrevivido (hay algunas en el museo de Ávila muy bonitas) se encuentran en un estado que no permite tocarlas. Pasa como con los laúdes, pero la tradición del laúd es más fuerte. En España el arpa clásica dominó durante mucho tiempo. No hubo mucho espacio para otras arpas, como la celta o las históricas. Poco a poco el movimiento de la música antigua fue sacándolas. También aparecieron lutieres. En el momento en que hay lutieres buenos que hacen buenos instrumentos, los músicos se animan a tocar.
–Y faltaban maestros también, claro. –Sí, claro, pero alguien tiene que empezar. Mi maestro fue Andrew Lawrence-King, un músico extraordinario y un hombre que siente un gran amor por España. Creo que ha tocado todo lo que se puede tocar con el arpa ibérica. Fue una inspiración enorme para todos nosotros.
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[Arianna Savall con el arpa románica.  La foto es de Petter Udland Johansen]
–Una de sus especialidades es cantar acompañándose a sí misma. Hay pocos que hagan eso en el ámbito de la música antigua. –Porque no es fácil. Tienes que tener el talento para las dos especialidades, una buena voz y saber tocar un instrumento con nivel. Yo tuve la suerte de formarme en ambos terrenos desde muy joven. Cuando empecé con el arpa celta, ya cantaba mucho con el arpa. En los países celtas, Irlanda, Bretaña, Escocia, también existe esta tradición de cantar. El arpa es un instrumento que combina muy bien con la voz. Es una combinación mágica. Si te acompañas a ti misma es como más mágico aún. Es un trabajo que hay que hacer. Coordinar las dos cosas. Pero naces con eso o no naces. Lo veo desde que enseño, hay gente que tiene ese talento y quien no.
–De todos modos en este álbum sólo canta en cuatro de las dieciséis piezas... –Sí, porque quise dejarle más espacio a las arpas solas. Hago cosas muy personales, que hace mucho tiempo que me acompañan, y otras que son más nuevas y que han sido todo un reto para mí. El disco lo grabé en 2018 en el Castillo de Flawinne en Bélgica, en una sala muy bonita con una acústica más bien seca, pero quería este sonido íntimo, cercano.
–¿Puede comentar el repertorio? –Hay piezas de trovadores, que siempre me han apasionado, yo misma me considero un poco una trovadora del siglo XXI, porque también compongo. En concreto, hay un trovador francés y otro catalán, una Cantiga de Santa María y alguna pieza del Renacimiento, como esa preciosa Fantasía de Mudarra sobre este arpista Ludovico, del que no sabemos mucho, unos dicen que era italiano, pero no se sabe en realidad, aunque al parecer era un gran virtuoso. Mudarra era vihuelista, pero también tocaba el arpa. El arpa siempre ha estado entre dos mundos, compartiendo la música de tecla y la de vihuela. Tanto en España como en Italia muchos compositores escribían para tecla, arpa y vihuela. Hay poco repertorio para el arpa en concreto, pero muchísimo pensado para los tres tipos de instrumento. Finalmente, el Barroco ocupa el espacio más importante. He querido hacer esta Españoleta de Ribayaz, que me encanta. Y luego con la folía he hecho algo especial. Me encantaba escuchar a mi padre cuando estudiaba las folías. Y me gusta mucho componer. Esta parte creativa la tenía ya cuando estudiaba piano de pequeña. Y la apliqué en el arpa. Así que para las Folías de España cogí las de Gaspar Sanz, que están escritas para guitarra barroca, pero en su prólogo también habla del arpa, y le van muy bien. Y luego también tomé de Santiago de Murcia, de Ribayaz, de Marais, y entre medio hago improvisaciones mías. Las improvisaciones a veces en los conciertos las fijo y se convierten en una composición, porque siempre las hago así, mientras que hay partes que las dejo libres y siempre son improvisadas. En el disco quedan ya fijadas para siempre, pero en los conciertos, no, lo hago diferente. Así que de una improvisación sale una composición o un arreglo.
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–Y también está Kapsberger. –Soy una fan de Kapsberger. Su música suena preciosa en el arpa. Los arpistas somos un poco camaleones, podemos tocar mucho repertorio de laúd. En la Toccata Arpeggiata Kapsberger dejó sólo los acordes, una secuencia armónica increíble, muy moderna para su época. Los tiorbistas la hacen de una forma, las versiones que hay con arpa triple están hechas de otra forma, y yo quise aquí buscar algo diferente, buscar algo que no ha hecho nadie. Eso es algo que me apasiona. Con el arpa triple puedes experimentar mucho. Hice un arreglo que me quedó muy original, hasta ahora nadie lo ha hecho así.
–¿El apellido pesa? –Sí. Es una pena. Me gustaría decir lo contrario. Pero sí. A veces pienso que si me llamara Arianna Maier o Martínez habría sido mucho más fácil para muchas cosas; para otras más difícil, no lo niego. Y eso pasa sobre todo en los países del sur, Francia, España, Italia, en los que hay esta mentalidad que hace que a los hijos de artistas famosos no se les deje el espacio suficiente. En el norte de Europa estas etiquetas pesan menos. Y ha sido una traba. He tenido que mostrar mucho mi propia personalidad. A mí me gusta mucho la música antigua, me encanta lo que hace mi padre. Pero he tenido que desarrollar más mi parte más creativa, de compositora, de arreglista, es una parte más personal. Sentí que tenía que buscar otra cosa. A mí me habría gustado hacer solo música antigua, y de hecho este disco es todo de música antigua. Y por supuesto la base de lo que hago es la música antigua. Me gusta también mucho la música tradicional. Cuando fundamos Hirundo Maris lo tuvimos claro: daríamos mucho espacio a esta parte más creativa, con instrumentos antiguos o tradicionales.
–Vive entre Suiza y España, ¿cómo lleva la pandemia? –Enseño en la Universidad de Zúrich y las clases se han mantenido. Hemos tenido suerte, porque en Suiza nunca ha habido un confinamiento duro, siempre hemos podido salir a pasear en la naturaleza, y en España hemos tenido los conciertos. Hay que felicitar a España, porque a partir de julio los conciertos funcionaron. Me pregunto por qué otros países no han seguido más el modelo español. En un teatro, en una sala o una iglesia grande, todo el mundo sentado en silencio con su máscara, no hay apenas riesgo. Excepto las cosas que teníamos en Cataluña y alguna que pudimos hacer en Austria y Suiza hasta octubre, lo demás se canceló todo. Hay mucha incertidumbre. Aunque aprovechamos para grabar un disco nuevo que saldrá en septiembre en el sello Fuga Libera.
–Cuénteme más... –Es un disco muy original, porque hacemos música de los siglos XIX y XX (García Lorca, Toldrá, Schumann, Schubert, Fauré…) escrita originalmente para voz y piano, pero la hemos adaptado para el grupo, con dos guitarras, arpa triple, violín, contrabajo y percusión. Tendrá una sonoridad muy especial, muy diferente a la del piano, una sonoridad que va mejor con nuestras voces, que buscamos la naturalidad. Y tenemos otros proyectos en mente, aunque el mundo del disco está muriendo. La gente ya no compra discos. Esa época dorada que vivieron mis padres, de vender de 50 mil en 50 mil nuestra generación ya no la conoció. Tous les matins du monde vendió un millón de copias. Nos ha cogido en plena transformación del medio. Pero por otro lado, los programadores quieren programas nuevos, y hay que ir probando cosas nuevas, podamos grabarlas o no, ver cómo funciona todo eso.
[Diario de Sevilla. 19-04-2021]
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mickwynn · 4 years
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(vía Padre Juan Carlos Ceriani: SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO ROSARIO)
SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO ROSARIO
El 13 de octubre de 1917, tras la última aparición de la Virgen Santísima en Fátima, también aparecieron ante los pastorcitos San José, el Niño Jesús, Nuestra Señora de los Dolores y, finalmente, Nuestra Señora del Carmen. Al preguntársele si creía que el Escapulario formaba parte del mensaje de Fátima, Sor Lucía respondió: “ciertamente el Escapulario y el Rosario son inseparables”.
Estos dos Sacramentales son, por lo tanto, muy importantes dentro del culto que debe rendirse a Nuestra Señora.
El mes de octubre, está consagrado al Salterio de la Virgen, y en este Primer Domingo solemnizamos la Fiesta del Santísimo Rosario. Aprovechemos para repasar, en general, lo que debemos saber sobre el culto mariano, para detenernos luego en lo específico de esta devoción.
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En cuanto al honor debido a la Santísima Virgen, decimos que la Bienaventurada Madre de Dios debe ser honrada con culto sagrado; y esto porque su excelencia sobrenatural es inmensa, por ser Madre de Dios y estar llena de gracia, y por haber sido consorte de Cristo Redentor en procurar la salvación de los hombres y promover la gloria de Dios.
El honor tributado a María Santísima no lesiona ni rebaja en lo más mínimo la gloria debida a Dios, sino que, por el contrario, la aumenta. Por eso, el culto de la Madre nunca se separó del debido al Hijo; de tal modo que todo enemigo del culto de Cristo ha sido y es enemigo del culto de María Virgen. De aquí que en la verdadera Iglesia se conserva siempre, se extiende y se propaga el honor debido a la Virgen Madre.
Por lo tanto, si alguien separara a María del culto de Cristo, destruye el orden establecido por el mismo Dios y lesiona la religión cristiana.
De aquí que el culto mariano debe contarse entre las notas de la verdadera Iglesia: donde no se da culto a María Santísima no está la Iglesia de Cristo.
Todo católico sabe que la Virgen Bienaventurada no ha de ser honrada con culto de latría, sino con culto de hiperdulía. La adoración de latría absoluta se debe sólo a Dios.
María Santísima, por muy excelente que se la suponga en dones de naturaleza y de gracia, es pura criatura. Además, Ella misma adora a Dios con adoración de latría, y no es propio del mismo sujeto dar y recibir este culto.
No corresponde tampoco a María Santísima la adoración de latría relativa, como la que se tributa a la Cruz y demás instrumentos de la Pasión del Señor; porque, aunque la Santísima Virgen, por el contacto físico que tuvo con Cristo, pudiera teóricamente ser adorada con este culto, no debe dársele en la práctica, por el peligro de idolatría que en ello se encierra, sobre todo para los rudos y desprovistos de la cultura religiosa necesaria, quienes, no pudiendo discernir entre el culto relativo y absoluto dado a una criatura, fácilmente atribuirían a la Virgen una excelencia divina.
Ahora bien, cuanto más excelente es una persona, tanto más excelente debe ser el culto que merece. Luego María Santísima, por la excelencia con que brilla sobre todos los demás Santos, debe ser honrada con culto de dulía más eminente, o sea, de hiperdulía.
De todas las excelencias de Nuestra Señora se deriva otro título que exige para Ella un culto más eminente, es decir, la dignidad de Reina de todo el universo, a quien deben amor, reverencia y vasallaje todas las criaturas.
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Entrando más en detalle, el culto de la Santísima Virgen reviste tres características: culto de honor, culto de invocación y culto de imitación.
Culto de honor, pues reconocemos y alabamos su singular excelencia.
Culto de invocación, pues proclamamos su superioridad y manifestamos nuestra reverencia, y la suplicamos como a Mediadora universal de las gracias y Abogada poderosísima nuestra cerca del Señor.
Culto de imitación, ya que la verdadera alabanza del corazón está en la imitación de sus obras.
*****
Al culto de honor de la Santísima Virgen pertenece todo lo que de pensamiento, palabra y obra celebra de algún modo la excelencia, la bondad, la hermosura y el poder de María.
Por tanto, el culto que ha de dársele comprende actos internos y actos externos.
Actos internos, como fomentar en el alma la estima más elevada de María, alabarla y reverenciarla con rendido corazón por su inefable dignidad de Madre de Dios, por sus altísimos títulos de Mediadora, Corredentora, Reina del Cielo y de la tierra, Madre nuestra dulcísima, y por las maravillas de los innumerables dones naturales y sobrenaturales que la adornan.
Actos externos, como cantarle alabanzas, recitarle preces, pronunciar su dulcísimo Nombre, visitar frecuentemente y ornamentar sus imágenes y templos, vivir bajo el Patrocinio de María y tributarle otros obsequios.
Con estos y semejantes actos piadosos hemos de ejercitar el culto de honor a la Santísima Virgen sin interrupción, constante y cotidianamente, de tal modo que no pase un solo día sin honrarla con algún especial obsequio.
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La Santísima Virgen María debe ser honrada también con culto de invocación e intercesión cerca del mismo Dios, por el cual buscamos su auxilio y su ayuda para conseguir más fácilmente lo que de Él pedimos y esperamos.
La Santísima Virgen está continuamente intercediendo, junto al trono de Dios, por todos los hombres. Luego, nada más razonable que este culto de invocación por parte nuestra.
La Madre de Dios no es invocada como si su intercesión fuera independiente de su divino Hijo o se verificara posponiéndole a Él, sino que en todo está subordinada a Cristo, que es el intercesor principal. Imploramos, por tanto, la ayuda de la Virgen para que nos obtenga de Dios, por los méritos de Cristo, lo que le pedimos.
Por otra parte, con frecuencia María Santísima intercede por nosotros sin que la invoquemos ex profeso; y puede muy bien decirse que María es implícitamente invocada siempre que rezamos conforme al orden por Dios establecido para nuestra salvación, en el cual ninguna gracia se nos concede si no es por María.
Sin embargo, aunque no sea necesario invocar expresamente a María en todos y cada uno de los casos, es imprescindible acudir a Ella algunas veces, porque de la frecuencia y del fervor con que le roguemos depende el que con mayor largueza derrame sobre nosotros las gracias celestiales conseguidas por su intercesión piadosísima.
*****
Entre los actos que pertenecen al culto de la Santísima Virgen, el tercero es la imitación de su vida y virtudes excelentísimas, ya que debemos imitar lo que veneramos.
El ejemplar primero y principal de vida que hemos de imitar es, ciertamente, Jesucristo. Mas, como enseña San Pío X, “como la debilidad humana es tanta que fácilmente nos asustamos ante la grandeza de ejemplar tan excelso, por providencia del mismo Dios se nos ha dado otro modelo que, además de asemejarse a Cristo tan de cerca cuanto es posible a la humana naturaleza, se acomoda más a nuestra pequeñez. Este modelo no es otro que la Madre de Dios”.
Por esto, bien puede decirse que imitar a María es imitar a Jesucristo, ya que Ella, mejor que cualquiera otra criatura, expresa en sí la imagen de Cristo y nos representa más plenamente su santidad.
+++
La oración es necesaria para salvarse. Nuestra oración se dirige primero y principalmente a Dios, de quien hemos de esperar todos los bienes; a los Santos secundariamente, como nuestros patronos e intercesores ante la majestad divina.
Ahora bien, entre todos los Santos, la Santísima Virgen tiene el primer y singularísimo lugar.
Por eso, el culto de la Bienaventurada Virgen María es moralmente necesario para la salvación.
Pero, ¿qué relación tiene con la predestinación?
Es de fe que la predestinación no es cierta en cuanto a nosotros; de tal manera que nadie, sin una revelación divina especial, puede estar completamente cierto de su salvación.
No obstante, hay señales consoladoras de predestinación, como afirma San Bernardo: “No tenemos certeza si somos del número de los elegidos; pero la esperanza confiada nos consuela para que la ansiedad de esta duda no nos atormente demasiado; por lo cual se nos han dado ciertas señales e indicios manifiestos de salvación”.
Ahora bien, la singular devoción a la Santísima Virgen María debe, con razón, colocarse entre los principales signos de predestinación divina, pues es claro que cuando en alguno se enfría esta devoción, toda la vida espiritual se debilita; y cuando ella es más fervorosa, tanto más se aviva la espiritualidad y recibe mayores incrementos.
De este modo, así como la devoción sincera hacia la Santísima Virgen se tiene como señal de predestinación, del mismo modo su desprecio y aversión es fatal augurio de perdición eterna.
Sin embargo, aun con esta señal de la devoción a María, nunca debe abandonarnos el santo temor respecto de la salvación eterna, teniendo siempre en cuenta que la esperanza de salvarse por este medio ha de proporcionarse a la misma devoción; de suerte que será mayor o menor según el grado más o menos perfecto de la devoción a María.
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Llegamos, finalmente, a la Solemnidad que nos ocupa hoy. Entre las varias formas de devoción con que los fieles honran a María, ya hemos dicho que las más excelentes son el Santo Escapulario de Nuestra Señora del Carmen y el Santísimo Rosario.
En cuanto a la naturaleza del Salterio de la Virgen, sabemos que es una fórmula en la que distinguimos, interponiendo la Oración Dominical, quince decenas de Salutaciones Angélicas, y piadosamente meditamos, en cada una de ellas, otros tantos misterios de la redención humana.
Tres son, por lo tanto, las partes esenciales del Rosario, a saber: los Misterios, el Pater Noster y el Ave Maria.
Sin la meditación de los Misterios, aunque se reciten muchas Oraciones Dominicales y Salutaciones Angélicas, no hay Rosario; así como tampoco puede llamarse Rosario a la meditación de los Misterios sin los Padrenuestros y las Avemarías.
Los Misterios son ciertos pasajes de la narración evangélica que se refieren a los principales hechos de la vida de Jesús y de María. Son hechos históricos, pero se llaman Misterios porque, bajo el velo de la historia, contienen verdades incomprensibles a nuestra razón, como la Encarnación del Verbo, la Maternidad divina de María, etc., que superan la penetración del entendimiento humano y sólo por la revelación pueden conocerse.
Quince son los Misterios que se recuerdan en el Rosario, cinco gozosos, cinco dolorosos y cinco gloriosos, conocidos por todos los cristianos.
Aunque no todos los Misterios sean actos inmediata y formalmente de la Santísima Virgen, al serlo de su propio Hijo, afectan íntimamente a la Madre; de este modo, las alegrías, los dolores y las glorias de Jesús son reflejadas particularmente en el Corazón de su Santísima Madre.
La Oración Dominical es aquella que el mismo Cristo, Redentor Nuestro, enseñó a sus discípulos; y supera a las demás oraciones, ya por la autoridad del Doctor; ya por la brevedad de las palabras, por lo que fácilmente se aprende y se recita; ya por la suficiencia de las peticiones, pues contiene todo lo necesario a la vida espiritual y corporal; ya, en fin, por la fecundidad de los misterios, porque los encierra verdaderamente inmensos.
Por esto, desde los primeros tiempos de la Iglesia, la Oración Dominical fue parte principalísima del culto público; y puesta en el Rosario al principio de cada decena precede como el más valioso ruego que, por manos de la Santísima Virgen, dirigimos al Padre celestial para que por tan excelsa Mediadora podamos obtener lo que por nuestros solos méritos no podemos.
El Avemaría es llamada así por las dos palabras con que empieza. Se llama también Salutación Angélica, porque en las primeras expresiones se contiene el saludo del Arcángel San Gabriel al anunciar a María el misterio de la Encarnación que en Ella había de realizarse.
Esta Salutación Angélica o Avemaría es el saludo a la Santísima Virgen María, llena de gracia y bendita entre todas las mujeres por el fruto bendito de su vientre, al que se le añade una súplica pidiéndole nos ayude y favorezca en la vida y en la muerte.
El saludo, o primera parte, consta de dos partes: la salutación del Ángel Gabriel, enviado por Dios para anunciar a María el misterio de la Encarnación, y el presagio de Santa Isabel que, visitada por María e inspirada por el Espíritu Santo, prorrumpió en palabras de alabanza.
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En conformidad con una tradición antigua y venerable, el Santísimo Rosario fue instituido, bajo la inspiración de la Santísima Virgen, por Santo Domingo de Guzmán, aunque no totalmente en la forma definitiva que hoy tiene.
Como la herejía de los albigenses, acerba enemiga de la sacrosanta Madre de Dios, se difundiera impíamente por Tolosa, en Francia, y ahondara cada día más sus raíces, Santo Domingo, que poco antes había fundado la Orden de Predicadores, se dedicó por completo a combatirla y destruirla.
Para lograrlo más eficazmente imploró con fervorosas preces el auxilio de María. Advertido por Ella que predicara a los pueblos el Rosario, como defensa singularísima contra las herejías y los vicios, fue verdaderamente asombroso el fervor y el éxito felicísimo con que se llevó a cabo la misión que se le había encomendado.
Después de algunos años de la muerte de Santo Domingo, el santo ejercicio del Rosario, aunque en sus principios fue fervorosamente recibido, decayó poco a poco, ya fuere por las horribles pestilencias que asolaron casi toda la Europa, ya por el nefando cisma de Occidente, que tanto tiempo tuvo dividida a la Iglesia; ya, en fin, por otras causas, hasta que por los trabajos del Beato Padre Alano de Rupe, con la ayuda decidida de sus hermanos los Padres Predicadores, refloreció nuevamente y se difundió con rapidez por todo el orbe.
Con gran ayuda favoreció esos trabajos la Santísima Virgen, la cual, apareciéndose el año 1470 al Reverendo Padre Jacobo Springero, Prior del convento de Santo Domingo en Colonia, le mandó que en sus predicaciones enseñara al pueblo cuán grata es a Dios y saludable a todos esta devoción del Santísimo Rosario. Y desde entonces jamás decayó; antes bien, hecha casi litúrgica y recomendada por los Sumos Pontífices, obtuvo siempre el primer lugar entre las distintas formas de honrar a María.
Cuánta sea la dignidad y excelencia del Rosario y cuán agradable y honrosa es a la Santísima Virgen, lo demuestra León XIII diciendo: “Ahora bien, entre las varias formas y modos de honrar a la divina Madre, debiendo optar por las que son mejores en sí mismas y las más agradables a ella, nos place indicar nominalmente el Rosario y recomendarle con todo afán”.
La misma Virgen María recomendó esta fórmula de oración, no sólo cuando el año 1858 se dejó ver en la gruta de Lourdes y enseñó con su propio ejemplo a recitarla a Bernardita, sino también y especialmente en sus apariciones en Fátima.
Finalmente, cuán sabrosos frutos, qué consuelo y alivio consiguió en sus angustias el pueblo cristiano de la frecuente y devota recitación del Rosario lo demuestran en todos los países y regiones los muchos peligros superados y los favores obtenidos.
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Resumiendo todo lo dicho, vemos que el Santísimo Rosario mariano contribuye mucho a acrecentar en los fieles la piedad, a promover las virtudes y robustecerlas.
Por su medio se recuerdan los principales misterios de nuestra Religión que:
— nutren y sostienen la fe y elevan la mente hasta las verdades divinamente reveladas;
— robustecen la esperanza, ya que el triunfo de Cristo Jesús y de su Madre, que en la recitación de la última parte meditamos, al presentarnos abiertos los Cielos, nos invita a la conquista de la eterna patria;
— inflaman la caridad con la consideración de los grandes trabajos e intensos dolores padecidos por Cristo moribundo y por María dolorosa, compaciente y casi agonizante con Él, por la redención y salvación de los hombres.
Esta es la oración del Santísimo Rosario, que dirigimos a la Santísima Virgen para que interceda ante el Trono de Dios por nosotros y nos obtenga la gracia de agradarle en esta vida y la de gozarle eternamente, en el Cielo.
Santa María, Madre de Dios, Nuestra Señora del Santísimo Rosario, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
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alirodriguezb · 5 years
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🍂CÓMO SURGIÓ el REZO del SANTO ROSARIO🍂 . El rezo del Santo Rosario surge aproximadamente en el año 800 cuando se creó el salterio de los laicos. En esa época los monjes rezaban los 150 Salmos, pero como la mayoría de los laicos no sabían leer, se les enseñó a rezar 150 Padrenuestros. Después se formaron otros tres salterios que incluían 150 Ave Marías, 150 alabanzas en honor de Jesús y 150 alabanzas en honor de María. . En el año 1365, se combinaron los cuatro salterios. Se dividieron las 150 Ave Marías en 15 decenas y se puso un Padrenuestro al inicio de cada una de ellas. En 1500 se estableció, para cada decena, la meditación de un hecho de la vida de Jesús o María, y así surgió el Rosario de quince misterios. En el año 2002, el Papa San Juan Pablo II introdujo los misterios Luminosos. Con ello, se cuentan actualmente 20 misterios en el Santo Rosario. . La palabra Rosario significa "Corona de Rosas". La Virgen María ha revelado a muchas personas que cada vez que rezan un Ave María le entregan una rosa y por cada Rosario completo le entregan una corona de rosas. Así como la rosa es la reina de las flores, el Rosario es la rosa de todas las devociones y, por lo tanto, es la más importante. . El Santo Rosario es considerado como la oración perfecta porque se meditan los principales misterios o hechos de la vida, muerte y gloria de Jesucristo y de su Santísima Madre. Estos están distribuidos en los misterios gozosos, dolorosos, gloriosos y luminosos. . El Rosario está compuesto por dos elementos: oración mental y oración verbal. La primera consiste en la meditación de los cuatro misterios. La oración verbal consiste en recitar las veinte decenas (Rosario completo) o cinco decenas del Ave María encabezadas por un Padre Nuestro. . Es una oración simple, humilde como María y que podemos rezar con ella. Con el Ave María la invitamos a que rece por nosotros. Al unir su oración a la nuestra, ésta se hace más poderosa porque la Virgen siempre recibe lo que ella pide. . Por otro lado, en cada una de sus apariciones, nos invita a rezar el Rosario como un arma poderosa en contra del maligno, para traernos la verdadera paz. ��🏼 (at Sunrise, Florida) https://www.instagram.com/p/B3UCzRTHM0xkJh0wRzrwK2ltspOe4kpfCv4J540/?igshid=1evzmj52sd1ce
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unpasoaldia · 2 years
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24 de septiembre SÁBADO DE LA SEMANA XXV Del Común de la santísima Virgen María. Salterio I
24 de septiembre SÁBADO DE LA SEMANA XXV Del Común de la santísima Virgen María. Salterio I
NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED. (MEMORIA) (more…)
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joseandrestabarnia · 5 years
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Madonna y niño con santos y ángeles, do. 1345, de Bernardo Daddi (activo por 1320, murió probablemente 1348). Témpera en el panel. Colección Samuel H. Kress, National Gallery of Art.
La Virgen y el Niño están sentados majestuosamente en un trono a dos aguas, cuya forma se asemeja a un tabernáculo usado para sostener la porción reservada de la Santa Cena, el misterio divino del pan y el vino que se encuentra en el corazón mismo de la Eucaristía. Sin embargo, esta Virgen y el Niño también están en una interacción alegre y muy humana con los ángeles y santos que los rodean. Estas figuras sagradas exhiben un juego alegre que es característico de Bernardo Daddi Sensibilidad narrativa y un ajuste natural para una pintura que alguna vez fue parte de un tríptico portátil destinado a la intimidad de la devoción privada. María mira con ternura a Jesús, que se retuerce en sus brazos para alcanzar al pequeño pájaro posado en el dedo de un ángel. Sus ojos se abren de alegría y sus labios se abren en una sonrisa. De pie a un lado, otro ángel de pelo dorado despluma un salterio, un instrumento parecido a una cítara. Enfrente, un tercer ángel, con las mejillas hinchadas, los dedos, el tallo ensanchado de un shawn, un precursor del oboe. Arrodillados ante el trono, dos ángeles más se suman a la armonía musical con un violín y un órgano. Flotando arriba hay ángeles de un orden superior: serafines de alas rojas y querubines de alas azules. Ocho santos completan esta jerarquía celestial. No todos pueden identificarse de forma segura, pero podemos reconocerlos más por los atributos que poseen. En la fila debajo de los ángeles que están de pie, Apolonia, en el extremo izquierdo, levanta uno de los dientes arrancados de su boca mientras la torturaban. La santa coronada que sostiene el libro en el extremo derecho podría ser Catalina de Alejandría, patrona de los eruditos. Debajo de ellos, a la izquierda, Lucy, un nombre derivado de lux, latín para luz: soporta una lámpara de latón. Juan el Bautista viste su túnica de pelo de camello, y Andrés levanta la cruz en la que fue martirizado. A la derecha, Pablo sostiene la espada de su propia decapitación y un libro que representa las Epístolas. La brillante túnica amarilla de Pedro, líder de los apóstoles, simboliza la revelación de la iglesia de la fe. Y, finalmente, Agnes acuna a un cordero para recordar la pureza que mantuvo durante su tortura y martirio.
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portaldiario · 5 years
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Orquesta Infantil-Juvenil del Estado de México “Medrano” deleita con su interpretación
Redacción 
Como parte del programa Acércate un Miércoles a la Cultura, cuya sede es el Museo Virreinal de Zinacantepec, la Orquesta Típica Infantil-Juvenil del Estado de México “Medrano” presentó un programa integrado por piezas mexicanas como Popurrí itsmeño, Rondinella, Huapango de Moncayo, Granada, Tierra mestiza, Guadalajara y Balajú.
Esta agrupación musical está dirigida por la profesora María de los Ángeles Medrano, integrante de una familia de músicos, quien se ha dedicado a rescatar la enseñanza musical de algunos instrumentos como el salterio mexicano, la marimba chiapaneca, el violín, el bajo y las guitarras tradicionales.
Conformada en el año 2017, esta orquesta cuenta con el reconocimiento por su labor, al preservar y difundir la herencia musical de nuestro país, tiene integrantes de siete a 14 años de edad, oriundos de Lerma, Metepec, Ixtlahuaca, Zinacantepec y Toluca.
La profesora Medrano ha creado varios grupos musicales de todas las edades y en este caso, busca educar a niños y jóvenes en el arte y la cultura, impulsarlos a que experimenten momentos de gozo, solidaridad y disciplina, amor y aprendizaje a través de la música.
Para conocer la programación del AcéRcaTE un Miércoles a la Cultura, pueden consultar las redes sociales Facebook/CulturaEdomex y Twitter@CulturaEdomex. (Foto: Especial Portal)
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Domingo 29 de Octubre de 2017 30° domingo durante el año Verde. Semana II para el Salterio.
Domingo 29 de Octubre de 2017 30° domingo durante el año Verde. Semana II para el Salterio.
Santa Misa, Presencia Viva del Señor.
Yo te amo, Señor, mi fortaleza (Salmo 17)
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  María Mírame
¡La del celular! 😡 ¿Con cuál te identificas tú? ¿O cuál añadirías?⠀ Síguenos en @catholiclink_es #misa #Eucaristía #MeLoDijoUnCatólico
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¡Feli…
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rickrisk · 5 years
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MIÉRCOLES MIÉRCOLES DE CENIZA INICIA EL TIEMPO DE CUARESMA
MIÉRCOLES MIÉRCOLES DE CENIZA INICIA EL TIEMPO DE CUARESMA
MIÉRCOLES MIÉRCOLES DE CENIZA INICIA EL TIEMPO DE CUARESMA    6   MR p. 185 (203) / Lecc. I, p. 696 Liturgia de las Horas: Volumen II, Semana IV del Salterio. Día de Ayuno y de Abstinencia Santos: Victorino de Nicodemia, mártir; Julián de Toledo, sacerdote y obispo. Beata María de la Providencia, fundadora. (Morado). EL CORAZÓN RASGADO Jl 2, 12-18; 2 Cor 5, 20-6, 2; Mt 6, 1-6. 16-18 La invitación que…
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mickwynn · 6 years
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(vía MES DE OCTUBRE: EL SALTERIO DE LA VIRGEN)
DOCUMENTOS DE LEÓN XIII SOBRE EL SANTÍSIMO ROSARIO.
León XIII es considerado El Papa del Rosario. Llama al Santo Rosario:
“La más agradable de las oraciones”.
“Resumen del culto que se le debe tributar a la Virgen”.
“Una manera fácil de hacer recordar a los sencillos los Dogmas de la fe cristiana”.
“Un modo eficaz de curar el apego a lo terrenal.
“Un remedio para pensar en lo eterno”.
León XIII, nació en Carpineto Romano, Estados Pontificios, el 2 de marzo de 1810, y falleció en Roma, el 20 de julio de 1903. Su nombre de nacimiento era Vincenzo Gioacchino Raffaele Luigi Pecci Prosperi Buzzi. Procedía de una familia aristocrática del Lacio; fue el sexto de los siete hijos de los condes Ludovico Pecci y Anna Prosperi Buzzi.
En 1843 fue consagrado Arzobispo Titular de Damietta y destinado como Nuncio a Bruselas, donde permaneció hasta 1846. Poco después fue nombrado Obispo de Perugia con el grado de Arzobispo ad personam. En 1856 el Papa Pío IX le nombró Cardenal del título de San Crisógono. Su papado se extendió desde el 20 de febrero de 1878 al 20 de julio de 1903 cuando falleció a los 93 años.
Su Santidad León XIII escribió trece Encíclicas referentes al Santísimo Rosario; y dedicó veintidós documentos menores para recomendar a los fieles el rezo del Rosario.
He aquí la lista de las Encíclicas, que iremos publicando durante este mes dedicado al Santísimo Rosario:
Supremi Apostolatus: del 1º de septiembre de 1883.
Salutaris ille Spiritus: del 25 de diciembre de 1883
Superiore Anno: del 30 de agosto de 1984
Quamquam pluries: del 15 de agosto de 1889
Octobri Mense: del 22 de septiembre de 1891
Magnae Dei Matris: del 8 de septiembre de 1892
Laetitiae Sanctae: del 8 de septiembre de 1893
Iucunda Semper: del 8 de septiembre de 1893
Adiutricem populi: del 5 de septiembre de 1895
Fidentem piumque: del 20 de septiembre de 1896
Augustissimae Virginis: del 12 de septiembre de 1897
Diuturni Temporis: del 6 de septiembre de 1898
Parta humano generi: del 8 de septiembre de 1901
ENCÍCLICA SUPREMI APOSTOLATUS
Sobre la devoción al Santo Rosario
Del 1º de septiembre de 1883
El apostolado supremo que Nos está confiado y las circunstancias difíciles por las que atravesamos, Nos advierten a cada momento e imperiosamente Nos empujan a velar con tanto más cuidado por la integridad de la Iglesia cuanto mayores son las calamidades que la afligen.
Por esta razón, a la vez que Nos esforzamos cuanto sea posible en defender por todos los medios los derechos de la Iglesia y en prevenir y rechazar los peligros que la amenazan y asedian, empleamos la mayor diligencia en implorar la asistencia de los divinos socorros, con cuya única ayuda pueden tener buen resultado Nuestros afanes y cuidados.
Devoción a María. El Rosario
Y creemos que nada puede conducir más eficazmente a este fin, que, con la práctica de la Religión y la piedad hacernos propicia a la excelsa Madre de Dios, la Virgen María, que es la que puede alcanzarnos la paz y dispensarnos la gracia, colocada como está por su Divino Hijo en la cúspide de la gloria y del poder, para ayudar con el socorro de su protección a los hombres que en medio de fatigas y peligros se encuentran en la Ciudad Eterna.
Por esto, y próximo ya el solemne aniversario que recuerda los innumerables y grandes beneficios que ha reportado al pueblo cristiano la devoción del Santo Rosario de María, Nos queremos que en el corriente año esta devoción sea objeto de particular atención en el mundo católico, a fin de que por la intercesión de la Virgen María obtengamos de su Divino Hijo venturoso alivio y término a Nuestros males.
Por lo mismo hemos pensado, Venerables Hermanos, dirigiros estas Letras, a fin de que, conocido Nuestro propósito, excitéis con vuestra autoridad y con vuestro celo la piedad de los pueblos para que cumplan con él esmeradamente.
María ampara a la Iglesia en los tiempos calamitosos
En tiempos críticos y angustiosos siempre el principal y constante cuidado de los católicos refugiarse bajo la égida de María y ampararse a su maternal bondad, lo cual demuestra que la Iglesia católica ha puesto siempre y con razón en la Madre de Dios toda su confianza.
En efecto, la Virgen, exenta de la mancha original, escogida para ser la Madre de Dios y asociada por lo mismo a la obra de la salvación del género humano, goza cerca de su Hijo de un favor y poder tan grande, como nunca han podido ni podrán obtenerlo ni los hombres ni los Ángeles.
Así, pues, ya que le es sobremanera dulce y agradable conceder su socorro y asistencia a cuantos la pidan, desde luego es de esperar que acogerá cariñosa las preces de la Iglesia universal.
Mas esta piedad tan grande y tan llena de confianza en la Reina de los cielos, nunca ha brillado con más resplandor que cuando la violencia de los errores, el desbordamiento de las costumbres, o los ataques de adversarios poderosos, han parecido poner en peligro la Iglesia de Dios.
Los ejemplos de la Historia
La historia antigua y moderna y los fastos más memoriales de la Iglesia recuerdan las preces públicas y privadas dirigidas a la Virgen Santísima, como los auxilios concedidos por Ella; e igualmente en muchas circunstancias la paz y tranquilidad pública, obtenidas por su intercesión. De ahí estos excelentes títulos de Auxiliadora, Bienhechora y Consoladora de los cristianos; Reina de los ejércitos y Dispensadora de la paz, con que se la ha saludado.
Entre todos los títulos es muy especialmente digno de mención el de Santísimo Rosario, por el cual han sido consagrados perpetuamente los insignes beneficios que le debe la cristiandad.
Ninguno de vosotros ignora, Venerables Hermanos, cuántos sinsabores y amarguras causaron a la Santa Iglesia de Dios a fines del siglo XII los heréticos Albigenses, que, nacidos de la secta de los últimos Maniqueos, llenaron de sus perniciosos errores el Mediodía de Francia, y todos los demás países del mundo latino, y llevando a todas partes el terror de sus armas, extendían por doquiera su dominio con el exterminio y la muerte.
Santo Domingo y el Rosario
Contra tan terribles enemigos, Dios suscitó en su misericordia al insigne Padre y fundador de la Orden de los Dominicos. Este héroe, grande por la integridad de su doctrina, por el ejemplo de sus virtudes y por sus trabajos apostólicos, se esforzó en pelear contra los enemigos de la Iglesia Católica, no con la fuerza ni con las armas, sino con la más acendrada fe en la devoción del Santo Rosario, que él fue el primero en propagar, y que sus hijos han llevado a los cuatro ángulos del mundo.
Preveía, en efecto, por inspiración divina, que esta devoción pondría en fuga, como poderosa máquina de guerra, a los enemigos, y confundiría su audacia y su loca impiedad. Así lo justificaron los hechos.
Gracias a este modo de orar, aceptado, regulado y puesto en práctica por la Orden de Santo Domingo, principiaron a arraigarse la piedad, la fe y la concordia, y quedaron destruidos los proyectos y artificios de los herejes; muchos extraviados volvieron al recto camino y el furor de los impíos fue refrenado por las armas católicas empuñadas para resistirle.
María de las Victorias contra los turcos
La eficacia y el poder de esa oración se experimentaron en el siglo XVI, cuando los innumerables ejércitos de los turcos estaban en vísperas de imponer el yugo de la superstición y de la barbarie a casi toda Europa.
Con este motivo el Soberano Pontífice Pío V, después de reanimar en todos los Príncipes Cristianos el sentimiento de la común defensa, trató, en cuanto estaba a su alcance, en hacer propicio a los cristianos a la todopoderosa Madre de Dios y de atraer sobre ellos su auxilio, invocándola por medio del Santísimo Rosario.
Este noble ejemplo que en aquellos días se ofreció a tierra y cielo, unió todos los ánimos y persuadió a todos los corazones; de suerte que los fieles cristianos dedicados a derramar su sangre y a sacrificar su vida para salvar a la Religión y a la patria, marchaban, sin tener en cuenta su número, al encuentro de las fuerzas enemigas reunidas no lejos del golfo de Corinto; mientras los que no eran aptos para empuñar las armas, cual piadoso ejército de suplicantes, imploraban y saludaban a María, repitiendo las fórmulas del Rosario, y pedían el triunfo de los combatientes.
La Soberana Señora así rogada, oyó muy luego sus preces, pues que, empeñado el combate naval en las Islas Equínadas, la escuadra de los cristianos, reportó, sin experimentar grandes bajas, una insigne victoria y aniquiló las fuerzas enemigas.
Por este motivo, el mismo Santo Pontífice, en agradecimiento a tan señalado beneficio, quiso que se consagrase con una fiesta en honor de María de las Victorias, el recuerdo de ese memorable combate, y después Gregorio XIII sancionó dicha festividad con el nombre de Santo Rosario.
Asimismo en el siglo último alcanzáronse importantes victorias sobre los turcos en Temesvar, Hungría y Corfú, las cuales se obtuvieron en días consagrados a la Santísima Virgen, y terminadas las preces públicas del Santísimo Rosario. Esto inclinó a Nuestro predecesor Clemente XI a decretar para la Iglesia universal la festividad del Santísimo Rosario.
Los Romanos Pontífices hablan del Santo Rosario
Así, pues, demostrado que esta forma de orar es agradable a la Santísima Virgen y tan propia para la defensa de la Iglesia y del pueblo cristiano, como para atraer toda suerte de beneficios públicos y particulares, no es de admirar que varios de Nuestros Predecesores se hayan dedicado a fomentarla y recomendarla con especiales elogios.
Urbano IV aseguró que el rosario proporcionaba todos los días ventajas al pueblo cristiano; Sixto V dijo que ese modo de orar cedía en mayor honra y gloria de Dios, y que era muy conveniente para conjurar los peligros que amenazaban al mundo; León X, declaró que se había instituido contra los heresiarcas y las perniciosas herejías, y Julio III le apellidó loor de la Iglesia. San Pío V dijo también del Rosario que, con la propagación de estas preces, los fieles empezaron a enfervorizarse en la oración y que llegaron a ser hombres distintos a lo que antes eran; que las tinieblas de la herejía se disiparon, y que la luz de la fe brilló en su esplendor. Por último, Gregorio XIII declaró que Santo Domingo, había instituido el Rosario para apaciguar la cólera de Dios e implorar la intercesión de la bienaventurada Virgen María.
León XIII y el momento actual
Inspirado Nos en este pensamiento y en los ejemplos de Nuestros predecesores, hemos creído oportuno establecer preces solemnes, elevándolas a la Santísima Virgen en su Santo Rosario, para obtener de Jesucristo igual socorro contra los peligros que Nos amenazan.
Ya veis, Venerables Hermanos, las difíciles pruebas a que todos los días está expuesta la Iglesia; la piedad cristiana, la moralidad pública, la fe misma, que es el bien supremo y el principio de todas las virtudes, todo está amenazado cada día de los mayores peligros.
Además no sólo conocéis Nuestra difícil situación y Nuestras múltiples angustias, sino que vuestra caridad os lleva a sentir con Nos cierta unión y sociedad; pues es muy doloroso y lamentable ver a tantas almas rescatadas por Jesucristo, arrancadas a la salvación por el torbellino de un siglo extraviado y precipitadas en el abismo y en la muerte eterna.
En nuestros tiempos tenemos tanta necesidad del auxilio divino como en la época en que el gran Domingo levantó el estandarte del Rosario de María, a fin de curar los males de su época. Ese gran Santo, iluminado por la luz celestial, entrevió claramente que, para curar a su siglo, ningún medio podía ser tan eficaz como el atraer a los hombres a Jesucristo, que es el camino, la verdad y la vida, impulsándolos a dirigirse a la Virgen, a quien está concedido el poder de destruir todas las herejías.
En qué consiste el Rosario
La fórmula del Santo Rosario la compuso de tal manera Santo Domingo, que en ella se recuerdan por su orden sucesivo los misterios de Nuestra salvación y en este ejercicio de meditación se incorpora la mística corona, tejida de la Salutación Angélica; intercalándose la Oración Dominical a Dios Padre de Nuestro Señor Jesucristo.
Nos, que buscamos un remedio a males parecidos, tenemos derecho a creer que, valiéndonos de la misma oración que sirvió a Santo Domingo para hacer tanto bien, podremos ver desaparecer asimismo las calamidades que afligen a nuestra época.
Mes de Octubre y festividad consagrada al Santo Rosario
Por lo cual no sólo excitamos vivamente a todos los cristianos a dedicarse pública o privadamente y en el seno de sus familias a recitar el Santo Rosario y a perseverar en este santo ejercicio, sino que queremos que el mes de Octubre de este año se consagre enteramente a la Reina del Rosario.
Decretamos por lo mismo y ordenamos que en todo el orbe católico se celebre solemnemente en el año corriente, con esplendor y con pompa la festividad del Rosario, y que desde el primer día del mes de Octubre próximo hasta el segundo día del mes de Noviembre siguiente, se recen en todas las iglesias curiales, y si los Ordinarios lo juzgan oportuno, en todas las iglesias y capillas dedicadas a la Santísima Virgen, al menos cinco decenas del Rosario, añadiendo las Letanías Lauretanas.
Deseamos asimismo que el pueblo concurra a estos ejercicios piadosos, y que se celebre en ellos el santo sacrificio de la Misa, o se exponga el Santísimo Sacramento a la adoración de los fieles, y se dé luego la bendición con el mismo.
Será también de Nuestro agrado, que las cofradías del Santísimo Rosario de María lo canten procesionalmente por las calles conforme a la antigua costumbre. Y donde por razón de la circunstancias, esto no fuere posible, procúrese sustituir con la mayor frecuencia a los templos y con el aumento de las virtudes cristianas.
Las indulgencias concedidas
En gracia de los que practicaren lo que queda dispuesto, y para animar a todos, abrimos los tesoros de la Iglesia, y a cuantos asistieron en el tiempo antes designado a la recitación pública del Rosario y las Letanías, y orasen conforme a Nuestra intención, concedemos siete años y siete cuarentena de indulgencias por cada vez.
Y de la misma gracia queremos que gocen los que legítimamente impedidos de hacer en público dichas preces, las hicieren privadamente.
Y a aquellos que en el tiempo prefijado practicaren al menos diez veces en público o en secreto, si públicamente por justa causa no pudieren, las indicadas preces, y purificada debidamente su alma, se acercaren a la Sagrada Comunión les dejamos libres de toda expiación y de toda pena en forma de indulgencia plenaria.
Concedemos también plenísima remisión de sus pecados a aquellos que, sea en el día de la fiesta del Santísimo Rosario, sea en los ocho días siguientes, purificada su alma por medio de la confesión se acercaren a la Sagrada Mesa y rogaren en algún templo, según Nuestra intención, a Dios y a la Santísima Virgen, por las necesidades de la Iglesia.
Exhortación final
¡Obrad pues, Venerables Hermanos! Cuanto más os intereséis por honrar a María y por salvar a la sociedad humana, más debéis dedicaros a alentar la piedad de los fieles hacia la Virgen Santísima, aumentando su confianza en ella.
Nos consideramos que entra en los designios providenciales el que en estos tiempos de prueba para la Iglesia florezca más que nunca en la inmensa mayoría del pueblo cristiano el culto de la Santísima Virgen.
Quiera Dios que excitadas por Nuestras exhortaciones e inflamadas por vuestros llamamientos las naciones cristianas, busquen, con ardor cada día mayor, la protección de María; que se acostumbren cada vez más al rezo del Rosario, a ese culto que Nuestros antepasados tenían el hábito de practicar no sólo como remedio siempre presente a sus males, sino como noble adorno de la piedad cristiana.
La celestial Patrona del género humano escuchará esas preces y concederá fácilmente a los buenos el favor de ver acrecentarse sus virtudes, y a los descarriados el de volver al bien y entrar de nuevo en el camino de salvación. Ella obtendrá que el Dios vengador de los crímenes, inclinándose a la clemencia y a la misericordia, restituya al orbe cristiano y a la sociedad, después de eliminar en lo sucesivo todo peligro, el tan apetecible sosiego.
Bendición Apostólica
Alentado por esta esperanza Nos suplicamos a Dios por la intercesión de aquélla en quien ha puesto la plenitud de todo bien, y le rogamos con todas Nuestras fuerzas, que derrame abundantemente sobre vosotros, Venerables Hermanos, sus celestiales favores.
Y como prenda de Nuestra benevolencia, os damos de todo corazón a vosotros, a vuestro Clero y a los pueblos confiados a vuestros cuidados, la Bendición Apostólica.
Dado en Roma, junto a San Pedro, el primero de septiembre de 1883, año sexto de Nuestro Pontificado.
León Papa XIII
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