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#el corazon es un cazador solitario
la-muerte-chiquita · 11 months
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orianaalexa · 10 months
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¿Qué hacen los trasnochados? Acaso ¿soy solo yo el perdedor? El que no duerme porque retuerzo de dolor. ¿No es la noche hecha para algunos cazadores hábiles y presas aún más? ¿No son estas horas peligrosas para un trausente solitario con miedo a ser emboscado por algún malintencionado? Algunos ni en sus casas encerrados. Y no lo digo por las ratas de gatillo fácil.
Son estas horas cuando los corazones de los débiles recitan su soliloquio al son de las cascadas oculares. Cuando se necesita exprimir la tristeza y embarrarla en un papel, un lienzo, una pintura...o danzar la canción más triste con tus dedos, aquella que solo un perdido encontrará en este perfil sin seguidores.
Hoy elijo escribir en lugar de acuchillarme el alma con pensamientos ilógicos e imaginativos. Pues la alegría se vuelve ininteligible e inalcanzable. No sé cómo empezar ni terminar este escrito, este goteo de miel de olivo.
Entre un amor perdido y amistades fatídicas busco el olvido. Navego con vela de alegría, pero quien me conoce sabe que hace tiempo perdí mi popa, y mi proa está en agonía.
No busco aceptación, consejo ni transmitir apatía, sino paz; quitarme la máscara y poder mostrar mi herida tras el disfraz. Poder meter mi cabeza en gélidas aguas para saber si la sangre se me vuelve hielo y convertir mi corazón en un eco, sin cavidades para guardar emociones negativas.
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hectorinuniverse · 2 years
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Hoy amanecí con la mente llena de niebla fría, las noches y los días en el bosque del misterio no habían sido las mejores, muchos recuerdos, muchos sinsabores, muchas historias que llegaban en torrentes llenos de enigmas y esoterismo, no podía pensar más allá, hoy cuando amaneció llovía cómo si le hubieran roto el corazón al cielo, que desbordante estaba de agua con sabor a lágrimas, entonces lo supe, uno siempre es de donde llora pero siempre, siempre querrá ir a donde ríe aunque no sea la tierra que nos vió nacer...el día que ella nació, un dragón vino al mundo también, luego de destruir su reino, los enemigos del rey pusieron cadenas a la pequeña princesa junto al pequeño dragón, unidos ambos por alma y destino compartían belleza, poderío y fuego, su belleza era legendaria, ninguna princesa de los reinos vecinos le hacía mella si se hablaba de hermosura, fué acusada de herejía y la arrojaron, así, para ser lapidada por el pueblo que la había visto nacer, más ese guerrero cazador de dragones la protegió con su escudo, con ella en brazos miró a los plebeyos severo, y, avergonzados, ellos bajaron la mirada, trepó a la bella princesa guerrera al caballo y juntos partieron al interior del bosque del misterio...él ejército negro cabalgaba, los buscaban más por miedo que por justicia, había espectros de duda, miedo y dolor contra él solitario guerrero cazador de dragones, poseedor de la espada de la fe...el sonrió, pues supo que esta batalla no perdería, en ella iba el amor de por medio que ella había despertado en su noble corazón de cazador de dragones, ella era la hechicera de su amor, lo había enamorado con un sortilegio de su voz y sus sonrisas, ninguna melodía alegraba más su espíritu que el sonido de su nombre al ser pronunciado por los labios de ella...
Su conocimiento era poder, él era guerrero nacido y forjado para la batalla, mientras que ella había nacido en el fuego y en la lucha diaria...jamás hubo un amor más poderoso, ambos corazones eran un templo unidos, ambos consumidos, hace mucho, por fuego, y renacidos con lumbre y llamas, todos los recuerdos de vidas pasadas fueron quemados, los deseos en las vidas anteriores calcinados, quedó solo ceniza y silencio, llegando a ese sitio, en esa montura y en la sonrisas de ambos una nueva aventura plagada de caricias acompañadas con el nuevo fuego de un nuevo amor...
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hipertexto · 6 years
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El incendio de un sueño por Charles Bukowsky
La vieja Biblioteca Pública de Los Ángeles ha sido destruida por las llamas. aquella biblioteca del centro. con ella se fue gran parte de mi juventud. estaba sentado en uno de aquellos bancos de piedra cuando mi amigo Baldy me preguntó: "¿vas a alistarte en la brigada Lincoln?" "claro", contesté yo. pero, al darme cuenta de que yo no era un idealista político ni un intelectual renegué de aquella decisión más tarde. yo era un lector entonces que iba de una sala a otra: literatura, filosofía, religión, incluso medicina y geología. muy pronto decidí ser escritor, pensaba que sería la salida más fácil y los grandes novelistas no me parecían demasiado difíciles. tenía más problemas con Hegel y con Kant. lo que me fastidiaba de todos ellos es que les llevara tanto lograr decir algo lúcido y/o interesante. yo creía que en eso los sobrepasaba a todos entonces. descubrí dos cosas: a) que la mayoría de los editores creía que todo lo que era aburrido era profundo. b) que yo pasaría décadas enteras viviendo y escribiendo antes de poder plasmar una frase que se aproximara un poco a lo que quería decir. entretanto mientras otros iban a la caza de damas, yo iba a la caza de viejos libros, era un bibliófilo, aunque desencantado, y eso y el mundo configuraron mi carácter. vivía en una cabaña de contrachapado detrás de una pensión de 3 dólares y medio a la semana sintiéndome un Chatterton metido dentro de una especie de Thomas Wolfe. mi principal problema eran los sobres, los sellos, el papel y el vino, mientras el mundo estaba al borde de la Segunda Guerra Mundial. todavía no me había atrapado lo femenino, era virgen y escribía entre 3 y 5 relatos por semana y todos me los devolvían, rechazados por el New Yorker, el Harper´s, el Atlantic Monthly. había leído que Ford Madox Ford solía empapelar el cuarto de baño con las notas que recibía rechazando sus obras pero yo no tenía cuarto de baño, así que las amontonaba en un cajón y cuando estaba tan lleno que apenas podía abrirlo sacaba todas las notas de rechazo y las tiraba junto con los relatos. la vieja Biblioteca Pública de Los Ángeles seguía siendo mi hogar y el hogar de muchos otros vagabundos. discretamente utilizábamos los aseos y a los únicos que echaban de allí era a los que se quedaban dormidos en las mesas de la biblioteca; nadie ronca como un vagabundo a menos que sea alguien con quien estás casado. bueno, yo no era realmente un vagabundo, yo tenía tarjeta de la biblioteca y sacaba y devolvía libros, montones de libros, siempre hasta el límite de lo permitido: Aldous Huxley, D.H. Lawrence, e.e. cummings, Conrad Aiken, Fiódor Dos, Dos Passos, Turgénev, Gorki, H.D., Freddie Nietzsche, Schopenhauer, Steinbeck, Hemingway, etc. siempre esperaba que la bibliotecaria me dijera: "qué buen gusto tiene usted, joven". pero la vieja puta ni siquiera sabía quién era ella, cómo iba a saber quién era yo. pero aquellos estantes contenían un enorme tesoro: me permitieron descubrir a los poetas chinos antiguos como Tu Fu y Li Po que son capaces de decir en un verso más que la mayoría en treinta o incluso en cientos. Sherwood Anderson debe de haberlos leído también. también solía sacar y devolver los Cantos y Ezra me ayudó a fortalecer los brazos si no el cerebro. maravilloso lugar la Biblioteca Pública de Los Ángeles fue un hogar para alguien que había tenido un hogar infernal ARROYOS DEMASIADO ANCHOS PARA SALTARLOS LEJOS DEL MUNDANAL RUIDO CONTRAPUNTO EL CORAZON ES UN CAZADOR SOLITARIO James Thurber John Fante Rabelais de Maupassant algunos no me decían nada: Shakespeare, G.B. Shaw, Tolstoi, Robert Frost, F. Scott Fitzgerald Upton Sinclair me llegaba más que Sinclair Lewis y consideraba a Gogol y a Dreiser tontos de remate pero tales juicios provenían más del modo en que un hombre se ve obligado a vivir que de su razón. la vieja Biblioteca Pública de Los Ángeles muy probablemente evitó que me convirtiera en un suicida, un ladrón de bancos, un tipo que pega a su mujer, un carnicero o un motociclista de la policía y, aunque reconozco que puede que alguno sea estupendo, gracias a mi buena suerte y al camino que tenía que recorrer, aquella biblioteca estaba allí cuando yo era joven y buscaba algo a lo que aferrarme y no parecía que hubiera mucho. y cuando abrí el periódico y leí la noticia sobre el incendio que había destruido la biblioteca y la mayor parte de lo que en ella había le dije a mi mujer: "yo solía pasar horas y horas allí...". EL OFICIAL PRUSIANO EL ATREVIDO MUCHACHO DEL TRAPECIO TENER Y NO TENER NO PUEDES RETORNAR A TU HOGAR.
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atrasdelosojos · 6 years
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cuando los fantasmas de la soledad y de la muerte agitan sus banderas muy cerca de mi cielo camino hasta la montaña mas cercana y en silencio contemplo la nada rezo para mis adentros mi corazón no es un desierto congelado el amor sana y salva es hora de buscar insectos para llevarle a las aves que esperan por mi regreso
un cielo palido me acompaña cada invierno sentado en la cancha de tenis muy cerca del río algunos reptiles me observan desde su guarida
¿por que con una palabra quería destruir el silencio repleto de sonidos hermosos? él tuvo una vision del infierno: no había luz y miles de personas hablaban a la vez
un viento frío arrastra una botella de plastico en una calle vacía, escuché los autos alejarse en la noche. un cuento muy antiguo...
cuando el vino se toma muy lento brillan los ojos en la noche cuando todo es aferrarse a la palabra hay que dormir en la estación
como lagartos de colores que comen moscas y viven entre las piedras en un sueño matinal vive una araña roja que siempre se acerca y me observa incesante
es un sueño muy antiguo de hace mas de tres mil años
hay lagrimas secas en los ojos del perro de la calle las palabras de mi padre son salvación en la profunda noche -disculpa, me pediste que te despierte
cuando muera voy a estar mejor piensa el cazador nomade que vuelve con algunas pieles al ningun lugar donde no vive
la poesía: intentar hablar la vida en el verdadero lenguaje de la vida que no es el de las palabras
sangra la herida de tu sol en mi mar.
como cualquier perro siempre encuentro el camino a casa como cualquier perro antes de encontrarlo me pierdo
creando una armadura de presente para que no pueda lastimarme el pasado ni confundirme el futuro
ver a los ojos al amor a la soledad a la muerte que un pajaro cruce el cielo y yo me quede mirando la nada en una pequeña ventana se puede ver un gran sol
luego la luz roja de la luna me marea y pienso que es hora de entrar
el mismo día pierdo todo y despues gano todo los enfermos de belleza se encuentran y se salvan
sobre el arroyo se ve un venteveo cazando un insecto sobre la vera se ve un hombre escribiendo y un chimango esperando el agua que corre viene de muy lejos es un agua tan antigua como este sueño
cuando todo es aferrarse a la palabra el futuro es todo luz
aunque con un solo pie camino directo hacia la herida que no es una herida sino un sexo que no es un sexo sino un ojo un ojo gris que me lleva a lo mas alto y me muestra el planeta mi corazón aún late supe decir te amo cada vez que lo necesité
cada domingo un león agoniza solitario en el desierto y el sol se pone tan lento como un parpadeo tan lento como el último día y eso es todo y eso es verdad
el naufragio de los muertos termina cuando se aferran a la palabra
mi única sabiduría es hablar mi propio idioma alguien me dice señor alguien me dice capo
un traidor es quien se disfraza de heroe para ver su propia muerte
el almacen no abre en todo el día una calle es una columna de frío
alguien con mucha suerte es quien sobrevive a la caida de un rayo
es raro el cielo escupe electricidad mis ojos son solo espejos
el universo un holograma la memoria una nave la ciencia la única mistica posible
arde el amanecer de la uncia noche que duermo tranquilo
ni siquiera la verdad tan solo el murmullo... cuando todo es aferrarse a la palabra una luz plateada entrando en el cuarto oscuro
otra vez hago el día en medio de la noche mi corazón es una luz en medio de tanta oscuridad
hay que decirlo: un perro me mordió el atardecer dorado de septiembre y fue el principio del fin
vivo en un lugar donde nada se mueve y todo esta en movimiento mi cabeza es el sistema solar hay una habitación vacía y una botella de vino vacía
hombre partido en dos si es domingo, de invierno hundete en el sueño el sueño que si te merece
en esta ultima batalla nada puede tocarme mientras te amo
nos separa un río de agua no es de agua sino de noche la oscuridad trata de posarse entre dos corazones luminosos
este capricho mío de escribir sobre un pájaro invisible cuando el semaforo se pone en rojo en mi cabeza alucinada
solo los mentirosos son capaces de decir la verdad un artista es un contrabandista
cancion de contrabandistas: "en la frontera será la lluvia la que nos lave y el sol el que nos enjuague traeremos la alegría de la frontera traeremos el dolor de la frontera"
mi soledad no puede ser resquebrajada o el mundo se empieza a llover
antes de decir lo que dije pensé una cosa que se me ocurri�� despues de decirla
canción de contrabandistas: "oh! querido amigo, tengo tanto miedo! tu vas solo con tu suerte en medio de la noche oscura abrazado con al merte"
supe tener una cueva donde el silencio no estaba hecho de palabras este año los chimangos vuelan alrededor de mi cabeza los vecinos ponen musica a la hora de la siesta. no diré la verdad porque es imposible pero si, y en esto soy inquebrantable la rodearé con mis silencios
anochece en la frente fría del perro pasa un auto y tambien forma parte de este silencio espectral
una flecha penetró en el centro de mi corazón la única noche que no pensaba si había mas o cuanto quedaba
un perro llora en mi ventana la única noche que no hay espacio entre las sabanas y mi cuerpo
ahora tengo sombra yo ya no soy un poeta
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sandrii089 · 5 years
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La caza cuando el corazón es un cazador solitario
Un fantástico recorrido por el relato: “La Mujer Esqueleto”, para conocer este pequeño cuento lleno de significado sobre el AMOR, para no temer a lo “no bello” que no es mas que un camino diferente, distinto y por lo tanto, desconocido, que en lugar de temer hay que transitar, aquello no tan bello nos llevará a los caminos de los descubrimientos, de lo que se transforma... el descubrimiento que te acerca, que emerge de las profundidades y te aboca a la piel y al corazón de lo que mas se teme... la intimidad. 
❤️
https://alwari.wordpress.com/mujeres-que-corren-con-los-lobos-clarissa-pinkola-estes/introduccion/capitulo-5-la-caza-cuando-el-corazon-es-un-cazador-solitario/
Imagen:Chiara Bautista
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brother-lionheart · 6 years
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ENGLISH
-In the distant and dark future of the forty-first millennium, there is only war.
Zacharias, the exterminating angel, or also known only as "The exterminating angel", got his strange title when he was named "witch hunter" by a member of the inquisition under the approval of the Lord of the Dark Angels Chapter.
Such a strange nomination is the result of a unique agreement in which, as impossible as it may seem, the chapter of the dark angels disposed willingly and on their own initiative to one of their veterans to the conditional service of Inquisitor Kalto, of the ordo hereticus.
This demonstration of supposed solidarity between two organizations that had shown mutual aversion on more than one occasion really was the result, in part, of a deep sense of respect and debt that the Lord of the chapter developed towards Kalto, when he, through his powers and influence as inquisitor, provisioned of all the necessary means to a legion of Astartes of the dark angels operating in a campaign through a planet system forgotten by the empire.
This campaign supposedly aimed to eradicate the stain of heresy in the armed populations of these worlds that had revolted against the emperor due to the influence of the ruinous powers, but in reality the ultimate goal of such mission was to capture who had incited such revolt, a fallen angel especially dangerous that expanded his influences through the societies of the entire planetary system.
Zacharias, veteran of the dark angels, guided the mission and knew perfectly the true reason why he and his brothers were in that place and skillfully managed to keep hidden the intentions of the chapter to the inquisitor Kalto at the same time he took advantage of all the resources that he had available to them.
At the end of such a campaign with the capture of the fallen angel and the extermination of all the planets that formed the system, Zacharias and the Inquisitor Kalto had already established a close relationship of mutual respect based on an absolute and blind allegiance to the emperor, the empire, and what both represented for humanity, besides an inflexible and sickly aversion against the traitors and heretics.
 Right after reporting the success Zacharias would receive his next mission, which he should complete alone. After making a vow of absolute silence about the secrets of the dark angels and an oath in the name of his honor never to put the orders of the inquisition over the interests of the chapter, he would have to provite serve to Kalto, not only as payment for his vital collaboration, also to make sure that none of the secrets of the chapter reached the inquisitor's hands, which, for Kalto's sake, never happened, because among Zacharias's instructions would be to eliminate the inquisitor and any other witness or proof that would connect the dark angels with the heretic if such information had come to light.
In this way Zacharias began his service to the ordo hereticus under Kalto's instructions. His servoarmor was adorned with inquisitorial symbols and gilded engravings, likewise his scythe, called the guillotine of the heretic, and his combat knife, known as the martyrdom.
From that moment on a long hunting would begin through a thousand and one worlds where the influence of the ruinous powers would have touched the hearts of the weak in mind and spirit, and over the years, the soul where the seed of heresy had taken root would fill with dread just with hear his name; Zacharias, the exterminating angel.
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ESPAÑOL
-En el lejano y oscuro futuro del cuadragésimo primer milenio, solo hay guerra.
Zacharias, el ángel exterminador, o también conocido solo como “El ángel exterminador”, consiguió su extraño título al ser nombrado “cazador de brujas” por un miembro de la inquisición bajo la aprobación del señor del capítulo de los ángeles oscuros.
Tal extraño nombramiento es el resultado de un acuerdo único en el que, por imposible que parezca, el capítulo de los ángeles oscuros dispuso de buena gana y por iniciativa propia a uno de sus veteranos al servicio condicional del inquisidor Kalto, de la ordo hereticus.
Tal muestra de supuesta solidaridad entre dos organizaciones que en más de una ocasión habían mostrado cierta aversión mutua en realidad fue el fruto, en parte, de un profundo sentido de respeto y deuda  que el señor del capítulo desarrollo hacia Kalto, luego que, mediante sus poderes e influencia como inquisidor, abasteciera de todos los medios necesarios a una legión de astartes de los ángeles oscuros que operaban en una campaña a través de un sistema de planetas olvidados por el imperio.
Tal campaña supuestamente tenía como objetivo erradicar la mancha de la herejía en las poblaciones armadas de estos mundos que se habían sublevado al emperador debido a la influencia de los poderes ruinosos, pero en realidad la meta final de tal misión era capturar a quien había incitado tal revuelta, un ángel caído especialmente peligroso que expandió sus influencias a través de las sociedades de todo el sistema planetario.
Zacharias, veterano de los ángeles oscuros, guiaba la misión y conocía perfectamente el verdadero motivo por el que él y sus hermanos se encontraban en aquel lugar, y hábilmente consiguió mantener ocultas las intenciones del capítulo al inquisidor Kalto al mismo tiempo que se aprovechaba de todos los recursos de los que este les disponía.
Al finalizar tal campaña con la captura del ángel caído y el exterminatus de todos los planetas que formaban el sistema,  Zacharias y el inquisidor Kalto ya habían establecido una estrecha relación de respeto mutuo basada en una absoluta y ciega lealtad al emperador, el imperio, y lo que ambos representaban para la humanidad, además de una inflexible y enfermiza aversión por los traidores y herejes.
 Justo después de reportar el éxito Zacharias recibiría su siguiente misión, la cual debería cumplir en solitario. Luego de realizar un voto de absoluto silencio sobre los secretos de los angeles oscuros y un juramento en nombre de su honor de jamás anteponer las ordenes de la inquisición por sobre los intereses del capítulo, se dispondría al servicio de Kalto, no solo como pago por su vital colaboración, sino para cerciorarse de que ninguno de los secretos del capítulo llegó a manos del inquisidor, cosa que, para bien de Kalto, nunca ocurrió, pues entre las instrucciones de Zacharias estaría la de eliminar al inquisidor y cualquier otro testigo o prueba que relacionara a los ángeles oscuros con el hereje si tal información hubiera llegado a desvelarse.
De esta forma Zacharias empezó su servicio al ordo hereticus bajo las instrucciones de Kalto. Su servoarmadura fue adornada con los símbolos inquisitoriales y grabados dorados, igualmente su guadaña, llamada la guillotina del hereje, y su cuchillo de combate, conocido como el martirio.
Desde ese momento empezaría una larga cacería a través de mil y un mundos en donde la influencia de los poderes ruinosos habría tocado los corazones de los débiles de mente y espíritu, y con el paso de los años las almas donde la semilla de la herejía ya había enraizado se llenarían de pavor al solo escuchar su nombre;  Zacharias, el ángel exterminador.
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estephaniarvn · 7 years
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Estrella Ardiendo El violín del padre de Jem fue hecho para él por el lutier Guaneri, quien hacía violines para músicos tan famosos como Paganini. De hecho Jem algunas veces pensaba que su padre pudo haber sido una clase de Paganini, famoso en todo el mundo por su interpretación, si no hubiese sido un Cazador de Sombras. Los Cazadores de Sombras podían ser aficionados a la música o pintura o poesía, especialmente después de retirarse del deber activo, pero siempre eran Cazadores de Sombras antes y primero que nada. Jem sabía que su talento para el violín no era tan grande como el de su padre, quien le había enseñado a tocar cuando él era aun lo bastante joven para tener problemas para equilibrar el pesado instrumento, pero el tocaba por razones que iban más allá de solamente el arte. Esta tarde se había sentido demasiado mal para unirse a los otros para la cena, con dolor en los huesos y una lasitud ascendente en sus extremidades. Finalmente había cedido y tomado solo el suficiente yin fen para combatir el dolor y obtener un chispazo de energía. Luego había llegado el enojo por su propia dependencia, y cuando había ido en busca de Will, siempre la primera línea de defensa en contra de su adicción, su parabatai, por supuesto, no había estado ahí. Fuera de nuevo, pensó Jem, caminando por las calles como Diógenes, aunque con un propósito menos noble. Entonces Jem había vuelto a su habitación y a su violín. Estaba interpretando a Chopin ahora, una pieza originalmente para piano que su padre había adaptado para el violín. La música comenzaba con dulzura pero se transformaba en un crescendo, uno que le exprimía cada cantidad de energía, sudor y concentración, dejándolo demasiado exhausto para sentir la necesidad por la droga que pinchaba sus terminaciones nerviosas como si fuera fuego. De hecho, era una de las piezas que su padre, le había dedicado a su madre antes de casarse. El padre de Jem era el romántico, su madre era más práctica, pero la música la conmovía de cualquier modo. Su padre había insistido en que Jem la aprendiera,- “La toqué para mi novia, y un día, tu lo harás para la tuya.” Pero nunca tendré una novia. El no pensaba en eso en un modo autocompasivo. Jem, como su madre, era práctico en la mayoría de las cosas, incluso en cuanto a su propia muerte. Era capaz de mantener el hecho a un brazo de distancia y examinarlo. Cada uno de los chicos del Instituto era peculiar, pensó Jem: Jessamine, con su amargura y su casa de muñecas; Will con sus mentiras y secretos; y él mismo – su agonía era solo otro tipo de peculiaridad. Se detuvo por un momento, jadeando por aire. Estaba tocando junto a la ventana donde era más fresco. Había abierto solo una rendija, y el amargo aire de Londres le tocaba las mejillas y el pelo como dedos cuando el arco en su mano se detuvo. Estaba de pie en un parche de luz de luna, plateado como el polvo de yin fen… Cerró sus ojos de pronto y se lanzó de nuevo en la música, el arco rasgando contra las cuerdas como un llanto. A veces el deseo de la droga era tan sobrecogedor, más fuerte que el deseo por comida, por agua, por aire, por amor… La toqué para mi novia, y un día, tú lo harás para la tuya. Jem se aferró a ese pensamiento con resolución. Algunas veces se preguntaba cómo sería el mirar a las chicas, del modo en que Will lo hacía, con sus ojos azul oscuro rastrillándolas, ofreciéndoles insultos y cumplidos lo bastante alto para que conseguir ser abofeteado al menos cada Navidad. Jem quería compañía casual, algunas veces cuando una chica bonita coqueteaba con él, o cuando se sentía especialmente solitario. Pero Jem no lo hacía, no podía, pensar en chicas de modo tan casual. Suponía que un affair podría ser posible, pero eso no era lo que él quería. El quería lo que su padre tuvo – la clase de amor sobre el que escriben los poetas. La manera en que sus padres se veían el uno al otro, la paz que los había envuelto cuando estaban juntos. Una imitación de ese amor, no le daría eso, y sería una pérdida de tiempo, podría perderse la oportunidad de algo real – y no tendría tantas. Un retorcijón lo recorrió cuando su necesidad por la droga se incrementó, y él aceleró su interpretación. Trató de no mirar a la caja en su mesa noche. En momentos como este, se preguntaba por qué no tomar puñados esa cosa de una sola vez. Muchos quienes eran adictos al yin fen lo tomaban sin cesar hasta que morían por la eufórica sensación de ser implacables e indomables, de tener la fuerza y el poder de una estrella. Era esa euforia lo que los mataba al final, quemándoles los nervios, aplastando sus pulmones, y agotando sus corazones. Como el Viejo Maestro había dicho en el Tao Te Ching, la luz que arde doblemente, arde a medias al final. Algunas veces Jem sentía como si quisiera arder. A veces no sabía por qué luchaba en contra de la droga, por qué le daba más valor a una vida larga de sufrimientos que a una vida corta sin dolor. Pero luego se recordaba a sí mismo que la falta de dolor solo sería otra ilusión, como la casa de muñecas de Jessamine, o las historias de Will, sobre burdeles y palacios de Ginebra. Y si fuera verdaderamente honesto, él sabía que sería el fin de sus oportunidades para encontrar el amor que sus padres tuvieron alguna vez. ¿Porque eso es lo que es el amor, no es así? – ¿Encender un fuego brillante en los ojos de alguien más?. Continuó tocando. La música se había elevado a un crescendo. Estaba respirando con dificultad, el sudor brotando de su frente y clavículas a pesar del aire frío de la noche. Escuchó el clic de la puerta de su habitación, mientras se habría detrás y un alivio se derramó sobre él, aunque no dejó de tocar. “Will”, dijo, después de un momento. “Will, eres tú?”. Solo hubo silencio, inusual de Will. Quizás Will estaba molesto por algo. Jem bajó el arco y se volvió frunciendo el ceño. “Will—“comenzó. Pero en absoluto era Will. Una chica estaba parada titubeante en la entrada de su dormitorio, una chica en una blanca camisola de dormir con un camisón encima. Sus ojos grises eran pálidos en la luz de la luna pero tranquilos, como si nada en su apariencia le sorprendiera. Era la chica bruja, se dio cuenta de pronto, aquella sobre la que había hablado Will más temprano; pero Will no había mencionado la cualidad que ella tenía, de una quietud que hacía que Jem se sintiera tranquilo, a pesar de su ansiedad por la droga, o la pequeña sonrisa en sus labios que iluminaba su rostro. Debío haber estado ahí por muy poco tiempo, escuchándolo tocar: la evidencia de que lo había disfrutado estaba en su expresión, en la soñadora inclinación de su cabeza. “Tú no eres Will,” dijo él y de inmediato se dio cuenta de que era una cosa terriblemente estúpida para decir. Cuando ella comenzó a sonreír, el sintió crecer una sonrisa en respuesta en sus propios labios. Por tanto tiempo, Will había sido la persona que él más quería ver cuando estaba así, y ahora, por primera vez, le dio gusto de no ver a su parabatai; sino a alguien más en vez de él.
http://ciudadesmecanicas.blogspot.com/2012/02/escena-en-que-jem-conoce-tessa-en-angel.html
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orianaalexa · 10 months
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lacasaartica · 6 years
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Hay libros que suponen un antes y un después en tu vida lectora, a veces no es fácil que ocurra porque http://ift.tt/2oWZIx2
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hectorinuniverse · 3 years
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Hoy amanecí con la mente llena de niebla fría, las noches y los días en el bosque del misterio no habían sido las mejores, muchos recuerdos, muchos sinsabores, muchas historias que llegaban en torrentes llenos de enigmas y esoterismo, no podía pensar más allá, hoy cuando amaneció llovía cómo si le hubieran roto el corazón al cielo, que desbordante estaba de agua con sabor a lágrimas, entonces lo supe, uno siempre es de donde llora pero siempre, siempre querrá ir a donde ríe aunque no sea la tierra que nos vió nacer...el día que ella nació, un dragón vino al mundo también, luego de destruir su reino, los enemigos del rey pusieron cadenas a la pequeña princesa junto al pequeño dragón, unidos ambos por alma y destino compartían belleza, poderío y fuego, su belleza era legendaria, ninguna princesa de los reinos vecinos le hacía mella si se hablaba de hermosura, fué acusada de herejía y la arrojaron, así, para ser lapidada por el pueblo que la había visto nacer, más ese guerrero cazador de dragones la protegió con su escudo, con ella en brazos miró a los plebeyos severo, y, avergonzados, ellos bajaron la mirada, trepó a la bella princesa guerrera al caballo y juntos partieron al interior del bosque del misterio...él ejército negro cabalgaba, los buscaban más por miedo que por justicia, había espectros de duda, miedo y dolor contra él solitario guerrero cazador de dragones, poseedor de la espada de la fe...el sonrió, pues supo que esta batalla no perdería, en ella iba el amor de por medio que ella había despertado en su noble corazón de cazador de dragones, ella era la hechicera de su amor, lo había enamorado con un sortilegio de su voz y sus sonrisas, ninguna melodía alegraba más su espíritu que el sonido de su nombre al ser pronunciado por los labios de ella...
Su conocimiento era poder, él era guerrero nacido y forjado para la batalla, mientras que ella había nacido en el fuego y en la lucha diaria...jamás hubo un amor más poderoso, ambos corazones eran un templo unidos, ambos consumidos, hace mucho, por fuego, y renacidos con lumbre y llamas, todos los recuerdos de vidas pasadas fueron quemados, los deseos en las vidas anteriores calcinados, quedó solo ceniza y silencio, llegando a ese sitio, en esa montura y en la sonrisas de ambos una nueva aventura plagada de caricias acompañadas con el nuevo fuego de un nuevo amor...
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desembalando-blog · 6 years
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Historia completamente absurda
Hace ya cuatro días, mientras me hallaba escribiendo con una ligera irritación algunas de las páginas más falsas de mis memorias, oí golpear levemente a la puerta pero no me levanté ni respondí. Los golpes eran demasiado débiles y no me gusta tratar con tímidos.
Al día siguiente, a la misma hora, oí llamar nuevamente; esta vez los golpes eran más fuertes y resueltos. Pero tampoco quise abrir ese día porque no estimo absolutamente a quienes se corrigen demasiado pronto.
El día posterior, siempre a la misma hora, los golpes fueron repetidos en tono violento y antes de que pudiese levantarme vi abrirse la puerta y adelantarse la mediocre figura de un hombre bastante joven, con el rostro algo encendido y la cabeza cubierta de cabellos rojos y crespos que se inclinaba torpemente sin decir palabra. No bien encontró una silla se arrojó encima y como yo permanecía de pie me indicó el sillón para que me sentara. Después de obedecerlo, creí tener el derecho de preguntarle quién era y le rogué, con tono nada cortés, que me indicara su nombre y la razón que lo había forzado a invadir mi cuarto. Pero el hombre no se alteró y de inmediato me hizo comprender que deseaba seguir siendo por el momento lo que hasta entonces era para mi: un desconocido.
-El motivo que me trae ante usted -prosiguió sonriendo- se halla dentro de mi cartera y se lo haré conocer enseguida.
En efecto, advertí que llevaba en la mano un maletín de cuero amarillo sucio con guarniciones de latón gastado que abrió al momento extrayendo de él un libro.
-Este libro -dijo poniéndome ante la vista el grueso volumen forrado de papel náutico con grandes flores de rojo herrumbe- contiene una historia imaginaria que he creado, inventado, redactado y copiado. No he escrito más que esto en toda mi vida y me atrevo a creer que no le desagradará. Hasta ahora no le conocía más que su nombradía y sólo hace unos pocos días una mujer que lo ama me dijo que es usted uno de los pocos hombres que no se aterra de sí mismo y el único que ha tenido el valor de aconsejar la muerte a muchos de sus semejantes. A causa de esto he pensado leerle mi historia, que narra la vida de un hombre fantástico al que le ocurren las más singulares e insólitas aventuras. Cuando usted la haya escuchado me dirá qué debo hacer. Si mi historia le agrada, me prometerá hacerme célebre en el plazo de un año; si no le gusta me mataré dentro de veinticuatro horas. Dígame si acepta estas condiciones y comenzaré.
Comprendí que no podía hacer otra cosa que proseguir en esa actitud pasiva que había mantenido hasta entonces y le indiqué, con un gesto que no logró ser amable, que lo escucharía y haría todo lo que deseaba.
“¿Quien podrá ser -pensaba entre mí- la mujer que me ama y le habló de mí a este hombre? Jamás he sabido que me amara una mujer y si ello hubiera ocurrido no lo habría tolerado porque no hay situación más incómoda y ridícula que la de los ídolos de un animal cualquiera…” Pero el desconocido me arrancó de estos pensamientos con un zapateo poco elocuente pero claro. El libro estaba abierto y mi atención era considerada necesaria.
El hombre comenzó la lectura. Las primeras palabras se me escaparon; puse mayor atención en las siguientes. De pronto agucé el oído y sentí un breve estremecimiento en la espalda. Diez o veinte segundos más tarde mi rostro enrojeció; mis piernas se movieron nerviosamente; al cabo de otros diez segundos me incorporé. El desconocido suspendió la lectura y me miró, interrogándome humildemente con la mirada. Yo también lo miré del mismo modo e incluso como suplicando, pero estaba demasiado aturdido para echarlo y le dije simplemente, como cualquier idiota sociable:
-Continúe, se lo ruego.
La extraordinaria lectura continuó. No podía estarme quieto en el sillón y los escalofríos recorrían no sólo mi espalda, sinó también la cabeza y el cuerpo entero. Si hubiese visto mi cara en un espejo tal vez me hubiera reído y todo habría pasado, ya que probablemente reflejaba un abyecto estupor y un furor indeciso. Traté por un momento de no seguir oyendo las palabras del calmo lector pero no logré sino confundirme más y escuché íntegra, palabra por palabra, pausa tras pausa, la historia que el hombre leía con su cabeza roja inclinada sobre el bien encuadernado volumen. ¿Que podía o debía hacer en tan especialísima circunstancia? ¿Aferrar al maldito lector, morderlo y lanzarlo fuera del cuarto como a un fantasma inoportuno?
¿Pero por qué debía hacer eso? Sin embargo, aquella lectura me producía un fastidio inexpresable, una impresión penosísima de sueño absurdo y desagradable sin esperanza de poder despertar. Creí por un momento que caería en un furor convulsivo y vi en mi imaginación a un enfermero uniformado de blanco que me ponía la camisa de fuerza con infinitas y desmañadas precauciones.
Pero finalmente terminó la lectura. No recuerdo cuántas horas duró, pero aún en medio de mi confusión noté que el lector tenía la voz ronca y la frente húmeda de sudor. Una vez cerrado el libro y guardado en su maletín, el desconocido me miró con ansiedad aunque su mirada no tenía ya la avidez del comienzo. Mi abatimiento era tan grande que él mismo lo advirtió y su admiración aumentó enormemente al ver que me restregaba un ojo y no sabía qué contestarle. Me parecía en ese momento que nunca más podría volver a hablar y hasta las cosas más simples que me rodeaban se presentaron a mis ojos tan extrañas y hostiles que casi tuve una sensación de repugnancia. Todo esto parece demasiado vil y vergonzoso; pienso lo mismo y no tengo indulgencia alguna para mi turbación. Pero el motivo de mi desequilibrio era de mucho peso: la historia que aquel hombre había leído era la narración detallada y completa de toda mi vida íntima interior y exterior. Durante aquel lapso yo había escuchado la relación minuciosa, fiel, inexorable de todo lo que había sentido, soñado y hecho desde que vine al mundo. Si un ser divino, lector de corazones y testigo invisible, hubiese estado a mi lado desde mi nacimiento y hubiera escrito lo que observó de mis pensamientos y de mis acciones, habría redactado una historia perfectamente igual a la que el ignoto lector declaraba imaginaria e inventada por él. Las cosas más pequeñas y secretas eran recordadas y ni siquiera un sueño o un amor o una vileza oculta o un cálculo innoble escaparon al escritor. El terrible libro contenía hasta sucesos o matices de pensamiento que ya había olvidado y que recordaba solamente al escucharlas.
Mi confusión y mi temor provenían de esta exactitud impecable y de esta inquietante escrupulosidad. Jamás había visto a ese hombre; ese hombre afirmaba no haberme visto nunca. Yo vivía muy solitario, en una ciudad a la que nadie viene si no es forzado por el destino o la necesidad, y a ningún amigo, si aun podía decir que los tenía, le había confiado nunca mis aventuras de cazador furtivo, mis viajes de salteador de almas, mis ambiciones de buscador de lo inverosímil. No había escrito nunca, ni para mí ni para los demás, una relación completa y sincera de mi vida y justamente en aquellos días estaba fabricando fingidas memorias para ocultarme a los hombres incluso después de la muerte.
¿Quien, pues, podía haberle dicho a ese visitante todo lo que narraba sin pudor y sin piedad en su odioso libro forrado de papel antiguo color herrumbre? ¡Y él afirmaba que había inventado esa historia y me presentaba, a mí, mi vida, mi vida entera, como una historia imaginaria!
Me hallaba terriblemente turbado y conmovido, pero de una cosa estaba bien seguro: ese libro no debía ser divulgado entre los hombres. Aun cuando debiera morir ese increíble infeliz autor y lector, yo no podía permitir que mi vida fuese difundida y conocida en el mundo, entre todos mis impersonales enemigos. Esta decisión, que sentí firme y sólida en mi fuero íntimo, comenzó a reanimarme levemente. El hombre continuaba mirándome con aire consternado y casi suplicante. Habían transcurrido sólo dos minutos desde que terminó su lectura y no parecía haber comprendido el motivo de mi turbación. Finalmente, pude hablar.
-Discúlpeme, señor -le pregunté-. ¿Usted asegura que esta historia ha sido verdaderamente inventada por usted?
-Precisamente -respondió el enigmático lector ya un poco tranquilizado-, la he pensado e imaginado yo durante muchos años y cada tanto hice retoques y cambios en la vida de mi héroe. Sin embargo, todo ello pertenece a mi inventiva.
Sus palabras me incomodaban cada vez más, pero logré formular todavía otra pregunta:
-Dígame, por favor: ¿está usted verdaderamente seguro de no haberme conocido antes de ahora? ¿De no haber escuchado nunca narrar mi vida a alguien que me conozca?
El desconocido no pudo contener una sonrisa asombrada al oír mis palabras.
-Le he dicho ya -contestó- que hasta hace poco tiempo no conocía más que su nombre y que solamente hace unos días supe que usted acostumbraba aconsejar la muerte. Pero nada más conozco sobre usted.
Su condena estaba ya decidida y era necesario que no demorase en ser ejecutada.
-¿Está siempre dispuesto -le pregunté con solemnidad- a mantener las condiciones establecidas por usted mismo antes de comenzar la lectura?
-Sin ninguna duda -respondió con un ligero temblor en la voz-. No tengo otras puertas a las que llamar y esta obra es mi vida entera. Siento que no podría hacer ninguna otra cosa.
-Debo entonces decirle -agregué con la misma solemnidad, pero atemperada por cierta melancolía- que su historia es estúpida, aburrida, incoherente y abominable. Su héroe, como usted lo llama, no es sino un malandrín aburrido que disgustará a cualquier lector refinado. No quiero ser demasiado cruel agregándole todavía más detalles.
Comprobé que el hombre no aguardaba estas palabras y me di cuenta de que sus párpados se cerraron instantáneamente. Pero al mismo tiempo reconocí que su poder sobre mí mismo era igual a su honestidad. De inmediato reabrió los ojos y me miró sin temor y sin odio.
-¿Quiere acompañarme afuera? -me preguntó con voz demasiado dulce para ser natural.
-Cómo no -respondí, y luego de ponerme el sombrero salimos de la casa sin hablar.
El desconocido llevaba siempre en la mano su maletín de cuero amarillo y yo lo seguí delirante hasta la orilla del río que corría caudaloso y resonante entre las negras murallas de piedra. Una vez que echó una mirada a su alrededor y comprobó que no se hallaba nadie que tuviese aspecto de salvador se volvió hacia mí diciendo:
-Perdóneme si mi lectura lo hartó. Creo que nunca más me tocará aburrir a un ser viviente. Olvídese de mí no bien le sea posible.
Y estas fueron justamente sus últimas palabras, porque saltando ágilmente el parapeto y con rápido empuje se arrojó al río con su maletín. Me asomé para verlo una vez más pero el agua yo lo había recibido y cubierto. Una niña tímida y rubia se había percatado del rápido suicidio pero no pareció asombrarla demasiado y continuó su camino comiendo avellanas. Volví a casa después de realizar algunas tentativas inútiles. Apenas entré en mi cuarto me extendí sobre la cama y me adormecí sin demasiado esfuerzo, como abatido y quebrantado por lo inexplicable.
Esta mañana me desperté muy tarde y con una extraña impresión. Me parece estar ya muerto y esperar solamente que vengan a sepultarme. He tomado inmediatamente previsiones para mi funeral y fui personalmente a la empresa de pompas fúnebres con el fin de que nada sea descuidado. A cada momento espero que traigan el ataúd. Siento ya pertenecer a otro mundo y todas las cosas que me circundan tienen un indecible aire de cosas pasadas, concluidas, sin ningún interés para mí.
Un amigo me ha traído flores y le dije que podía esperar para ponerlas sobre mi tumba. Me pareció que sonreía, pero los hombres sonríen siempre cuando no comprenden nada.
Giovanni Papini.
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elplacerdelalectura · 7 years
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El corazón es un cazador solitario ¶ Carson McCullers
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“En la ciudad había dos mudos. Estaban siempre juntos. Cada mañana a primera hora salían de la casa en la que vivían y bajaban por la calle en dirección al trabajo, cogidos del brazo. Los dos amigos eran muy diferentes. El que siempre encabezaba la marcha era un griego obeso y soñador. En verano llevaba un polo amarillo o verde chapuceramente embutido en los pantalones por delante y suelto por detrás. Cuando hacía frío, se echaba encima un informe jersey gris. Tenía la cara redonda y grasienta, de párpados semicerrados y labios que se curvaban en una blanda y estúpida sonrisa. El otro mudo era alto, y en sus ojos brillaba una expresión vivaz, inteligente. Vestía siempre de forma inmaculada y sobria.”
“—¡Tonterías! —exclamó el doctor Copeland furiosamente—. No creo que tenga usted sentido común. Si yo fuera un hombre que pensara que valía la pena reírse, seguramente me reiría. Jamás había tenido la oportunidad de escuchar semejantes tonterías directamente.” “Hacía más de un año que su amigo se había marchado. Y ese año no parecía ni corto ni largo. Estaba como borrado del sentido ordinario del tiempo…, como cuando uno está borracho o medio dormido. Detrás de cada hora siempre estaba su amigo. Y esta vida interior con Antonapoulos cambiaba y se desarrollaba al igual que las cosas que le rodeaban.”
https://es.wikipedia.org/wiki/El_coraz%C3%B3n_es_un_cazador_solitario
https://www.goodreads.com/book/show/2774939-el-coraz-n-es-un-cazador-solitario
http://www.lecturalia.com/libro/16718/el-corazon-es-un-cazador-solitario
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orianaalexa · 10 months
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