Tumgik
#ojalá existiera en la vida real y fuera to pa mi
alejumidrawings · 7 months
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Hace mil que no hago un dibujo que no sea cómic y me apetecía hacer a Asai con un estilo algo más realista de lo que hago normalmente y bueno, ahora estoy indignado porque es el marido de Scarlet y no el mío
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querido-paul · 7 years
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La chica del Abbey Road
De pequeña siempre sintió que algo le faltaba a su corazón. Apática ante situaciones delicadas. Si sus padres hubiesen seguido con vida quizá, quizá no se encuentre en este tren. Pero Edward no existiera y posiblemente jamás haya conocido a él, a ese chico tan sonriente: John William Woloschuk se aprendió su nombre porque había olvidado su credencial cuando fue con Terry a su casa para armar una especie de polea aquel día de invierno principios de 1963. La adorable Azul siempre contó con la gran fortuna de tener grandes amigos, un gran equipo, donde si alguien tiene problemas todos se apoyan hasta solucionarlo. Los que le dan prestigio a una universidad. Obvio, la mejor familia. Distintos hombres, conoce la forma de ser de un hombre, de varias clases de hombres es algo que cualquier especialista conoce por largos años de investigación, sin embargo jamás usaría esos conocimientos para atacar un hombre, ella sabe las altas y bajas de ellos. No obstante, sabe que cada hombre es un gran misterio, son más enigmáticos que las mujeres son como Especies en Peligro, dicen que por cada hombre hay tres mujeres. Siempre pensó que la suerte le salva la vida, realmente no es así, son las acciones de ella, la gracia que le hace a la vida de ella y sus seres queridos (todos). Pensando, mientras el vapor de sus suspiros se plasmaban en el vidrio. Siendo feliz, dibujando un corazón en el vidrio, recordaba la primera conversación con William, ¡qué locura! para el amor no hay edad, dicen... Jamás pensó ni mucho menos lo planeo; enamorarse de alguien seis años menor que ella. No entiende la razón. Un día rutinario él había llegado muy temprano a su casa, había mucha nieve y estaba bien abrigado. Le dijo que pasará y le invitó pan tostado con mermelada. El aceptó mientras le había preguntó que es de Edward. — Soy su tía. — ¿Qué? — se atragantó por la impresión — es una broma, verdad. — No, es cierto soy Azul o Hope ¿nunca ha hablado sobre mi? — Si, pero yo me imaginé a una veinteañera, ya sabes, chica de universidad, exigente, intelectual y amargada... Quiero decir, nada olvídalo - desvía su mirada al techo. — Casi tengo veinte... Pero aprovecho y disfruto mis diecinueve para ser ese monstro veinteañero — rodea los ojos — Bueno ¿tú nombres es? — John Woloschuk... — John William Woloschuk — - le mostró su credencial — No te gusta que te digan William, ¿verdad? No contestes, si quieres, siempre hay un nombre que no nos agrada tanto. A mí no me gusta mi primer nombre porque lo pronuncian mal pero el significado es hermoso — le dedicó una sonrisa mientras saboreaba su pan. Mientras seguían platicando acerca de nombres raros le había contado que su perro tiene un nombre genial. Empezaba a ir a su casa más seguido. A su abuelo le agradaba mucho la presencia del muchacho e incluso conocía a los señores Woloschuk desde hace mucho, su abuelo fue jefe de policía en sus épocas... Todos le respetan y admiran. Jamás sabrá si fue una simple coincidencia. Un sábado por la tarde se había venido una gran tormenta de nieve, trató de buscar refugió y él iba pasando. La llevó a su casa mientras pasaba la tormenta. Tenía tanto frío que el la dejó entrar a su cálida habitación. Una habitación fantástica, lo qué más le robó su atención fueron dos cosas: un poster de la película El día en el que la Tierra se detuvo y un teclado. — ¡Qué bonita decoración! — le expresé pero él se chiveó. — Gracias, igualmente... No, no quise decir, que, ya olvídalo. — Hace un mohín mientras revisaba una cajonera, sus manos hábiles sacaban libretas, simples y ordinarias libretas - Mira esto - se acerca muy entusiasmado. — Le muestra una serie de dibujos fantásticos. — Tienes talento William - tosió levemente — con esfuerzo se dibujar un árbol. Se reían por el comentario. — Te gusta el teclado, se tocarlo, se tocar el piano así que puedo tocar este porque son algo similares. — ¿Enserio? — preguntó fascinado — Eres genial A... zul, no puedo pronunciar bien tu nombre mejor Hope, es más de compensación, algún día escribiré la mejor canción y álbum, tendrán tu nombre, serán los mejores. Lo siento por mi tonto y estúpido acento francés pero no se quita, hablo raro. — Esa canción puede que sea escrita en veinte años, pero bueno. Hablas bien Willi y me imagino ¡qué cantas hermoso! — Canto como niña, es vergonzoso — pone su mano en su cara. — No digas eso, haber canta. — - El resto es historia, tal vez no es de esas personas que cambian drásticamente su voz, empero su voz esta entre soprano y mezzosoprano, quizá cuando sea un adulto conserve su voz. Los días, semanas pasaban. Algo notaba en su mirada que la hacía sentir con vida, seguir en el camino y no desmoronarse. Ese algo se convirtió en amor, pero no esa clase de amor que siente por sus amigos y familia era otra cosa sentía quizá porque palpitaba precipitadamente su corazón al verlo. Recuerda que fue un martes a medió día cuando William llevaba una guitarra, si Paul la escuchará le diría que es un genio, una especie de cupido, a John también. William le dedicó Love Me Do y se le declaró. (...) Pero ¿qué clase de monstro soy? Nunca le dije a él un adiós de mi vida. — Will, tendré que salir del nido, ya sabes crecer fuera pero sabes, te amo bastante. — Lo abrazo y me aferré a el . — Dile a Terry que no use mi carro, cuídalo. — No te quiero dejar ir, pero tarde o temprano tenía que pasar, bueno - suelta una lagrima — éxito es lo que te puedo desear desde mi corazón. Te amo. Te amo, la última vez que lo escuché. Mi mente dio giros por recordar, no y no ojalá no se aparezca Pa... Escuché esa peculiar voz de McCartney proviniendo del pasillo. — ¡Cielos este hombre es tan terco! — bufé y me tapé mi cara con un periódico. Su voz se escuchaba más clara por lo tanto estaba más cercas. — Hey chica del cabello dorado. Sé que tratas de ignorarme pero en tu corazón no puede. Ten empatía por mí — se sienta a mi lado — Azul, por favor, podemos solucionarlo, la vida es corta y no hay tiempo. Sé que ya no quieres que sea tu novio pero seré tu amigo. Desvíe mi mirada, en señal de "ignorado". A mis antiguas amigas disfrutaban ignorar, hacerse de rogar, recibir tantos halagos e ilusionar a los muchachos. Pero aquello no es lo mío... — Tengo que contarte algo muy importante — murmura — - casi me asesina una mujer, una demente. Le interrumpo. — Nah, no es tan grave, ¿tu padre jamás te dijo que las mujeres son peligrosas? pues déjame decirte que es tu problema, ¡eso te pasa por mujeriego! Es porque tarde o temprano alguna se iba a vengar, no tengo ni la más mínima idea de con cuantas... ya sabes a lo que me refiero, no te puedo lanzar una pedrada. Me agradas Paul, te amo imbécil, en el buen sentido, sabes yo apostaría por ti aunque... nada, olvídalo. Él se quedó pensando. El muy tonto sonrió, cielos que guapo se ve, ¡rayos! qué diablos estoy pensando. Le dije te amo y la verdad apostaría todo por él a pesar de todo el peligro. No me pueden suceder estas cosas a mí. Aquí entre nos, también apostaría por otras personas. El hombre me empezó a contar que Megan está loca, jamás discurrí algo así de semejante dama o lo que sea. No la conozco, no puedo describir quien es ella. Me conto que una hechicera le salvo la vida, eso es importante más lo que dijo: — Sabe, quien eres. Es algo raro, casi nadie se ha percatado de ti. — Me pasmo eso, ¿Quién más sabe de Paul y yo? Permití que me relatara los hechos, parece que ha sacado todo de un cuento pero Paul nunca narraría algo así. "Merlín" el nombre de aquella mujer. Me describió más del lugar donde se encontraba, muy cerca del final del trayecto de este tren. Típico de Paul cuando está conmigo; disfrazarse, no me molesta, pero siento algo cuando estoy a lado del Paul del bigote falso y los lentes, es como si fuera otra persona, otro personaje distinto, es como si fuera el al desnudo, todo torpe y nervioso. También siento que tiene pena al estar conmigo, como si fuese alguien superior a él. Al marcharnos del tren compré unas empanadas, necesitaba darle un mordisco a algo. Le invite una de manzana, causa que son sus favoritas. Me llevó por una arboleada, se sentía en el aire una sensación de tranquilidad. Al caminar pude notar que pisaba un caminito magenta, magenta es mi color favorito el de Paul es el azul. Todos cometemos errores, por distintos motivos... Llegamos. La casa es una cabaña, en un ambiente pacifico, pude notar que estaba estacionado un carro, algo familiar. Será, no mejor caminé al lado de él, cuando un perro se lanzó a nosotros. — No tengas temor, es muy bonita, verdad. Es la amiga de Merlín — Sí, pero pensé que te iba a morder. Esta curada, me gustan los perros. Tocamos la puerta cinco veces. Se escuchaban los pasos de alguien rumbo a la puerta. ¡Vaya sorpresa! Es Ringo. — ¡Richie! ¿¡Qué haces aquí!? — le sujeté de los hombros. — Nada, aquí casual con los muchachos, pasen. ¡Carambolas! Qué sucede en este lugar, se encontraba John, George y Mal jugando Monopoliy, es por eso aquel carro. Al verme se levantaron y me saludaron, es un poco extraño. Entonces al voltear quede en shock, es ella... la chica de mi mente (Paranoia). (...) Se derrumbó al ver a Merlín, no es una bruja, es muy bonita para que alguien se pueda desmayar. La sujeta, temiendo que cayera en el suelo, ¡zaz! base a que le saliera un chipote por el impacto. Ringo me le ayudó a llevarla al sillón. Preocupado Ringo dijo lo siguiente, — ¿Estará bien? —Claro que sí, es algo pasajero. Muy bien Paul al menos esta aquí. Después la pequeña se despertó. Miraba muy seria a Merlín, como si la hubiese conocido antes... Azul tan impresionada por el primer contacto con la chica de su mente. — "¡Es real!" — expresó conmovida. La tocó para sentir que no es una ilusión. Alegría radiaba en su ser. Por lo tanto Merlín sonrió —Siempre he sido real— le muestra un dibujo de aquellos de la niñez de Azul con su amiga imaginaria. Fue tan conmovedor, como podía olvidarla. — Eres mi invención— Observé impresionado. Merlín empezó a reír, todos nos quedamos atónitos. ¿Cómo que su invención? Sonaba algo ficticio, ella empezó a relatar que es demasiado vieja mucho más vieja que la tía Mimí. Algo que supera la edad de cada uno de nosotros sumada o multiplicada. y1j
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