Tumgik
#tal vez te diga que sí te correspondí
solxs · 1 year
Text
He conocido a tantas personas comparables, pero nadie como tú, nadie es como tú, ¿por qué no hay nadie como tú?
Sir. Samuel
128 notes · View notes
anonimouslector · 3 years
Text
Craig Stejarr
Mandalore tenía ciudades preciosas. Desde una Upsilon descendía a la superficie del inhóspito planeta en busca de algun despeje de la mente. Todo era hermoso desde aquí arriba, pero abajo... Era mejor. Gente con pasados de todo tipo, tan interesantes como aburridos. Mandalore tenía una sociedad con muchísima historia, su cambio cultural de ser un pueblo hecho únicamente para destruir a sus enemigos a formar una sociedad totalmente pacífica me habria parecido fascinante en un momento de mi vida.
Era irónico de cierta forma, extrañar un hogar que no me traía nada más que malos recuerdos.
Me alojé en el palacio Imperial de la capital, allí me recibieron sin problemas los guardias de la Alianza Imperial de Sistemas. Pasé la noche allí, en mi habitación, sin que nadie oudiera entrar jamás a mis aposentos de aquel entonces, tanto por seguridad como por gustos personales.
Normalmente,  me gustaba pasar tiempo sólo. Muy pocas veces había disfrutado la compañía de algunas personas. Y desde que aquello había sucedido, pasó mucho tiempo.
Por la mañana me invadieron recuerdos, de todo tipo. Tan lejanos como muy cercanos, casi incluso tangibles. Siempre había pensado que, sabiendo el pasado, podía predecir mi futuro. No me gustaba el rumbo que estaría tomando mi vida. Antes, cuando apenas había sido un niño, soñaba con la vida de servir por un bien común, ser un soldado de mis intereses por proteger a toda la galaxia de cualquier amenaza. Era sólo un niño. Para la adolescencia no pensaba en nada más que en terminar mi entrenamiento como Jedi y finalmente servir al consejo, eliminar las injusticias de cada sociedad a mi alcance, convertirme en un maestro y entrenar a una nueva generación de defensores de la paz.
Desgraciadamente, es siempre el golpe de la vida el que más duele.
Ahora, como un adulto capaz de al menos pensar por mí mismo, sin depender de los ideales de gente mayor que yo, creí tener las ideas claras; no tenía que servir a nadie si no era a mí mismo. En mis propios intereses. Debía apartarme de todo eso que habían impuesto durante años y años de mi vida.
Siempre había tenido una vida de objetivos, pero hubo un solo momento en el que no tenía ninguno, sino era el más especial de todos.
A los diecinueve años estaba en un conflicto gigante con el propio consejo y la mismísima causa Jedi. Comenzaba a creer que no era suficiente para mí, que no era tan efectivo como las historias lo contaban. Entré en una etapa de rebeldía, en la cual me arriesgaba a las duras sanciones de los Jedi por cometer actos violentos, por desobedecer el código. Decían... Decían que no les era conveniente sacarme de allí, pero que aún así me estaba convirtiendo en su mayor fracaso. No me importaba.
Era crecer, o caer en picada.
Pero hubo una vez alguien que me pudo hacer despertar de aquella etapa de oscuridad. Una mujer. Su nombre, Savaana. La había conocido en una misión aquí en Mandalore, le había salvado la vida de una caída desde un muy alto piso, del cual había caído en un momento de peligroso despiste.
Recordaba mi primera impresión de ella; no bastaban las palabras para describir su belleza. La quería ver. Justo hoy, ahora. Antaño, cuando estábamos demasiado enamorados como para admitirlo, me había dicho que no la debería ver más, que le dejara en paz para cuando lograra decidirme entre mi vida como Jedi o tenerla a ella sólo para mí, sin ninguna limitación, sin ningún peligro de expulsión. Sólo nosotros, nadie más.
Habría dejado la Orden si ella me lo hubiera pedido. Pero mi pasión por la Fuerza... ¿Cómo resistirme a ella? Savaana se había convertido en el detonante de un sufrimiento tal... Que terminaría con la decisión del Consejo Jedi de terminar expulsándome de su Orden.
Pero hoy ya no tenía mucho más que aprender sobre la fuerza. Simplemente ahora tenía todo lo que quería cuando lo quería. Deseaba esa vida para ella, de nada valía mi poder si no tenía a quién jurarle mi existencia.
***
Ahora mismo me encontraba a punto de entrar en su departamento. Cierto era que vivía en donde siempre, después de tanto tiempo...
—¿Craig?  —sonó luego de abrirse una puerta.
Que me mataran si pensaba que su voz no era hermosa. Como el resto de su persona. Había cambiado, pero sólo para bien. Su presencia se sentía tan... Confortante, era como sentirse en el hogar que nunca tuve.
Le extendí un ramo de flores de Naboo que habría comprado en la capital. Ella las tomó con rapidez sin dejar de mirar mi rostro. Yo había cambiado, había cicatrices que a los diecinueve años no tenía, me sentí atacado por su forma de verme. Apenas haber oído su voz no pude evitar sonreír, pero aquel movimiento de boca se esfumó de repente.
—Después de todo este tiempo... —dije emocionado.
Llegó su abrazo para consolarme, correspondí a este mismo con sumo cariño. Sentí su rostro ocultarse en mi cuello, luego a sus labios darme un beso en una de mis mejillas. Creí no haber sonreído por mucho tiempo, quizás años, no lo recordaba, pero ella... Era una nueva razón para sentirme contento.
—Casi siete años... Oh, ¿dónde están mis modales? Por favor, entra.
Me invitó a almorzar, no sin antes poner el ramo de flores dentro de una jarra de cristal llena de agua.
Hablamos de todo, prácticamente. Menos yo, no dije mucho de mi nueva vida. No podía permitirme que ella supiera en lo que me había convertido. Su departamento era hermoso, sí, esta ciudad era hermosa, sí, pero sólo bastaba mirar al horizonte para ver lo que la guerra había hecho de Mandalore. Se dejaron hermosos paisajes convertidos en montones de cenizas, familias destrozadas, una forma de vivir a la que mucha gente no se pudo acostumbrar. Savaana jamás había salido del mundo de las ciudades domo, si fuera por mí, le mostraría toda la galaxia.
Con el paso de los minutos nuestra conversación tomó un enfoque más personal. Todavía no quería tocar el tema de nuestro antiguo amor, y sabía que ella tampoco. Pero era inevitable, en un sillón y pleno anochecer nos habíamos olvidado de nuestra vergüenza.
—Estas muy sonriente, Craig. ¿Qué te pasa? No te recordaba tan alegre. —dijo volteando a verme, con una sonrisa amplia en su bello rostro.
—Oh, nada, nada... Es sólo que es bueno pasar un momento como este al lado de una vieja amiga.
Aquella última palabra,  "amiga", en cualquier género dicho podía romper relaciones. Su sonrisa desapareció lentamente como para considerarse tan bella como antes, apartó la vista. Yo sabía que esas palabras la lastimarían, pero así serían las cosas a partir de ahora; no tenía ganas de ahorrarme nada.
—¿Qué ves en mis ojos, Craig? Quiero que me digas la verdad.
—Dolor. Eso veo. Savaana... Me duele a mi también pensar en lo que fuimos, o en lo que pudimos haber sido. Es la agonía de pensar que si no te tengo a mi lado, no quiero a nadie más cerca de mí. Serviste como la cura de todos mis males, no quiero ver lágrimas en aquellos ojos marrones. Ojos... Que podrían ser verdes si así en verdad lo quisieran.
Ella me miró conmovida. En mi rostro había una mirada preocupada, con la misma demostración de dolor, sino más del mismo. A la habitación se la rellenó con un silencio que era mejor que falsas risas. Nos miramos una vez más, dos segundos pasaron.
Nos terminamos besando.
Sus labios se movían en sintonía con los míos.  Suaves, torturadores. Este se había convertido en el beso que jamás me tuvo que haber dado. Sabía que yo había crecido pero no para ser exactamente lo que ella hubiera querido de mí. No nos importó.
Aquel beso se hizo más intenso. Mis brazos rodearon su cintura para tenerla más pegada a mi cuerpo, sentí una de sus manos en mi mejilla mientras los dedos de la otra terminaron por enrollarse en mi cabello. Al final, me aseguré de que su espalda con mucha suavidad se apoyara en el asiento de aquel sillón. Su cuerpo sintió al mío sobre este, una de mis manos se coló bajo su camiseta con tal de tocar sus pechos; me quitó mi chaqueta y después mi remera, yo fui el que dejó su torso apenas cubierto por un brasier oscuro hermoso. Besé su cuello, poco a poco nos comenzábamos a excitar más. Decidió recorrer con sus dedos las numerosas cicatrices de mi torso, como si las estuviera contando.
Entonces, de pronto me alejé de ella, poniéndome de pie. Frente al mismo sillón me tomé el puente de mi nariz, frustrado. Con la respiración aún acelerada.
—¿Craig? ¿Qué sucede? —preguntó, dudosa.
—Te amo con locura, eso es lo que sucede. —había respondido, tan rápido como ella había terminado de hablar.
—Pues... Yo también te am-
—No me mientas, Savaana. Sé cuando lo haces. —dije, apenas volteando a verla. —No soy quien crees que soy.
En aquel momento le habría dicho todo lo que quería decirle, respecto a lo de mi poder. Pero ella no me habria querido así, ambicioso, era la forma de darme cuenta que no estaba contento con aquello en lo que me había convertido.
—Craig, no digas esas cosas. Sé perfectamente quién eres; aquel chico cariñoso y bondadoso. Ven conmigo, pasemos la noche juntos. –intentó calmarme, acercándose a mí y volviendo a darme un beso en los labios.
—Para. —dije en vano, ella me siguió intentando tentar. —Detente... ¡Ya!
En aquel momento Savaana salió despedida en el aire, metros lejos de mí cayó sobre una mesa de cristal en donde antes habíamos comido y ahora no había más que vidrio roto y, en ella, un duro golpe en su nuca. Miré su cuerpo con un enojo que duró apenas un segundo, justo antes de haberme dado cuenta de lo que había hecho.
Un extraño brillo amarillento se apagó de mis ojos, fui en su socorro. Agarré su ligero cuerpo inerte con desesperación, desde su cuello su cabeza se mantenía con peso muerto. Comencé a perder la poca calma que me quedaba.
—¿Savanna? ¡Despierta!
No respondió.
Sacudí levemente su cuerpo con inquietud, con una mano busqué tomar una de sus mejillas y mantener su cabeza derecha. Sus ojos, cerrados, no parecían moverse. Todo indicaba lo peor.
—Savaana... Respira, quédate conmigo. Por favor, te lo suplico, no me dejes. –dije con una voz apagada, buscando encontrar desesperadamente una señal de vida. —No me hagas esto, ¿cómo puedes...? Savaana, eres todo lo poco que tengo. No me... dejes.
No respondió. Bastó con ver un poco de sangre salir de su nariz como para confirmarme lo peor; la expulsión involuntaria y el golpe contra su nuca habían hecho de aquel cuerpo inerte, su cadáver.
Las lágrimas comenzaron a salir, a escurrirse por mis mejillas. Intenté abrazarla a mi cuerpo, su figura se sentía ligera en mis brazos pero ahora, sin moverse un sólo pelo... Se sentía mucho menos pesada. Lloré en su pecho, el cual ya no daba rastros de respiración alguna. Me resigné, la había pedido.
Había matado a la única persona que había llegado a amar. Había asesinado al amor de mi vida.
Nunca, jamás, en toda mi vida, había sentido algo así. Un sufrimiento tal... Que humillaba a todas las desgracias de mi vida y las hacían parecer, incluso, buenos momentos. Se trataba de un corazón roto, cuyos pedazos desgarraban mi interior irremediablemente y provocaban el inolvidable recuerdo de una tragedia. ¿Por qué ella? ¿Tanto mal había hecho como para merecer algo así? ¿Algo... De tanta importancia personal? Ella antaño había logrado dañarme como nunca nadie antes, pero ahora... Había terminado de destruirme, y todo por mi culpa. Tanto por decirle, tanto esfuerzo como para intentar permanecer, en vano, fuerte. Sabía que nunca me había merecido su amor, ni en mis mejores momentos, pero siempre creía que valía la pena intentarlo.
¿Cómo pudiste hacerme esto, Savaana? Dejarme hecho cenizas. Hubiera preferido un rechazo.
Ahora lo entendía. Todo aquello bueno en la vida se trataba de una luz difusa, y estos eran tiempos de confusión. Ahora ya no tenía nada que decirle, había pagado el precio más alto por mis malos actos. Había intentado tan fuertemente convencerme de que ella ya no estaba conmigo, pero aún así con ella a mi lado, había estado sólo todo este tiempo. Éramos diferentes pero complementarios; yo era la luna y ella el sol. Yo era guerra, mientras ella era paz. Yo no era más que desastre, pero ella era absoluta belleza. Yo era dolor, y ella pura felicidad.
Ella había sido mi salvación, pero yo terminé siendo su destrucción.
2 notes · View notes
pausanonsense · 5 years
Note
Sempai, trató de dejar mi perra debilidad por los ships tóxicos pero tu me haces decaer. Es que me quede con la duda aquí bien adentro en la cabeza. Si Mexico tiene ya la confianza sexual con Guatemala ya que este pendejo le dio alas ¿Como será su relación a partir de ese punto, habrá más libertad sexual que pueda tomar Mexico? ¿Y como Guatemala sentiría eso? Te juro que es sin querer mi perra debilidad a lo tóxico.
Asumiré totalmente la culpa de eso, me acABO DE PRENDER
“Ya que éste pendejo le dio alas” jAJASJA QUE CRUEL
Bueno, tal como el violentómetro, iría empeorando progresivamente.
México primero se enfocaría en hacerlo ceder (a la fuerza), iría como gato a restregarse por atención, diciendo que Guatemala es demasiado frío, que necesita de él, que lo ama, que quiere, que tiene ganas, como intentando parecer que se preocupa por la relación cuando el wey sólo está deseoso.
Creo que alguna vez mencioné que México como alguien tóxico, se me afigura no a un maltratador físico del todo, sino, más bien como alguien que disfruta romper corazones o engañar a sus parejas, (si bien, lo dije pensando más que nada en el UsaMex) puede aplicar algo similar aquí.
Guatemala es asexual, no significa que no ame o que no sienta placer, significa que no encuentra excitación sexual, simplemente él vive bien sin ello y no siente que sea algo necesario en su vida. Pero México sí y a él no le importa comprender a Guatemala, le importan sus ganas.
Pienso que abusaría unas cuantas veces a Guatemala con su consentimiento, pero se aburriría bastante rápido de su falta de reacción. Se enojaría y se iría.
Y eventualmente regresaría.
Borracho.
Oliendo a otras personas.
Guatemala no sería capaz de diferenciar si su ropa está desacomodada por los movimientos bruscos que hace al tratar de mantener el equilibro o porque alguien se la desacomodó.
Guatemala le dio a México lo que quería, pero eso no significa que México estuviera satisfecho, seguiría insistiéndole a Guatemala que es demasiado frío, que no le da la atención que quiere, que tiene ganas. Pero cual niño berrinchudo, cuando Guatemala cede a la presión, se cruza de brazos, gira la cara, hace un puchero y dice “Ya no quiero”, “si te vas a poner así, no”, “¿Ves como sí eres frío conmigo?”
Guatemala no sabe qué hacer, es decir, él sólo está dejando que México haga lo que quiere hacer, ¿y luego deja la decisión en las manos de Guatemala? Por él, simplemente podría decir que no, él no está interesado, él no está excitado, él no se siente ansioso ni quiere que lo toquen sexualmente. Pero México está diciendo que quiere, México está haciéndole sentir que no lo quiere lo suficiente, que es mal novio, que lo está descuidando, que por eso se fue, para buscar el consuelo que Guatemala no le está dando. Es culpa de Guatemala si lo piensas así, porque no quiere atenderlo, porque no hace lo que México quiere que haga, pero ¿qué se supone que quiere México? ¡Ya estoy dejando mi cuerpo a su disposición! ¡Ya le di permiso de tocarme cuando quiera! Estoy dispuesto a cumplir sus caprichos aunque después me siento asqueado de mí mismo, ¡¡incluso cuando lo único que puedo hacer es temblar y llorar mientras está entre mis piernas!! ¡¿Quiere que yo lo busque a él voluntariamente?! ¡¿Después de que me fue infiel con quién sabe cuántas personas?!-
...
Pero fue con otras personas porque yo no le estoy dando lo que quiere, ¿qué quiere? Necesito que me lo diga, ¿quiere sexo? Sí, está bien, se lo daré. ¿Quiere atención? Ya le estoy dando atención. ¿Quiere que me humille más por él? Pues yo no quiero.
—¿Estás insatisfecho? Pues vete, vete con quien quieras. Usa a quien quieras. Pero si me vuelves a ser infiel, te aseguro México, me las vas a pagar. ¡¿Me oíste?! ¡¡Me las vas a pagar!!
“ —No te fui infiel. Sólo me fui a tomar y sólo fue una vez. ¡Mira como te pones! ¿Y así quieres que no quiera ir a relajarme a otro lado? Sigues tratándome así, Guatemala. Yo sigo intentando acercarme a ti y me rechazas, ¿para qué aceptaste estar conmigo si me vas a tratar así? ¿Qué no lo notas? Solo te quiero a ti, sólo te necesito a ti.”
¿A mi? ¿Me necesita a mi?
...
Bueno... Él siempre me busca primero... Y tiene razón, sólo fue una vez... Tampoco tenía ninguna marca esa vez...
“ —Estás exagerando.” ¿Estoy exagerando?
“ —Déjame tocarte, cariño. Por favor.” Me está hablando tan dulce.
“ —Sólo fue un desliz. Podemos arreglarlo.” Tiene los ojos llenos de lágrimas. ¿Realmente es mi culpa? ¿Soy yo el problema? ¿Le estoy dificultando tanto la vida?
—¿Qué quieres? —Me rompo —Sólo dime qué quieres, por favor. yo también te necesito.
Su expresión se ilumina, me mira de nuevo como cuando a penas empezó a cortejarme, ¿estoy poniendo finalmente de mi parte? ¿Ésto era todo? Realmente fue mi culpa todo el tiempo...
Se acerca y me abraza, tengo los brazos cruzados, pero dejo que él ponga mis manos sobre sus hombros. Toma con una mano mi mejilla y con la otra mi cadera. Ya sé lo que viene y no tengo ganas, no quiero.
Me besa. Primero la frente, luego entre mis ojos, luego mis labios. Empieza suave, casto como me gusta. Paciente y cariñoso, trato de relajarme para lo que viene. Acaricia mi rostro y empieza a profundizar, es lento, todavía me gusta. Suspiro un poquito, apretando sus hombros, diciéndole que está bien continuar.
Succiona mi labio inferior, no es incómodo, pero no me provoca nada. Lo dejo hacerlo. Intento corresponder, pero no sé cómo. A pesar de las veces que me ha besado así, no puedo aprender.
Sin embargo, parece feliz con mis intentos.
Su lengua se une al juego, me corre un escalofrío. No quiero. Insiste y sigo sin querer.
“ —Quiero que abras la boca, cariño.” Responde a mi pregunta, la que provocó todo ésto. Abro la boca y mis manos comienzan a temblar en sus hombros, al menos está siendo más paciente que las primeras veces, ¿realmente cambió él o cambié yo? Las veces anteriores ni si quiera lo intenté, eso lo molestó. Ahora lo estoy intentando, ¿podré disfrutarlo?
Se alimenta de mi boca, no sé besar así, pero estoy seguro que él es un grandioso besador. Escalofríos corren por mi cuerpo mientras sus manos se sienten cada vez más calientes sobre mi piel. Es agradable de alguna manera, había sentido tanto frío últimamente, así que me presiono un poco contra él y sonríe sobre mis labios.
—Eso es cariño. Ésto es lo que quería —habla sobre la piel de mi cuello, calentando a su paso. Mi cuerpo reacciona ante sus gestos y suspiro de nerviosismo mientras mi sexo responde y se me revuelve el estómago. No quiero. Pero me está halagando, me está premiando, me trata con adoración, ¿realmente es así? Sigo temblando, no puedo parar y me avergüenza.
Toma mi rostro de nuevo y ve mi boca, mis labios también tiemblan y él comienza a fruncir el ceño. —¿Qué tienes? —pregunta, pero su voz corta.
—Sigue —Mi voz a penas sale. —No importa, sigue.
Me mira, pareciendo frustrado. Me desviste sin brusquedad, pero sin la dedicación del inicio. Mi sexo sigue respondiendo a sus caricias, ¿realmente quiero ésto? Tengo una erección, pero realmente quiero vomitar. Mi piel está tan caliente como la de él, pero mis manos sudan frío.
Usa condón como pedí, me prepara, espera a que yo diga que puede seguir, no hay sangre. México es un maravilloso amante.
Y yo.
...
Igual lloro. Rasguño sus hombros sin saber si apartarlo o atraerlo hacia mi para que no pueda ver mi rostro. Quiero vomitar, me ahoga, trato de disfrutar los besos que deja a lo largo de la piel de mis hombros, trato de sentir placer con las caricias que le da a mi sexo.
Pero lloro y no sé si es por sentir mi cuerpo traicionarme y reaccionar, si es porque estoy cansado de la presión de México, si es por la frustración que me provoca no poder ser normal, no poder amar a México como quiere ser amado.
Soy un cuerpo tieso en su cama, cálido y sensible, pero inerte al final. No puedo hacer más que temblar y llorar. No puedo, no quiero, no puedo, simplemente no, no, no, no, no.
Eyaculo y se siente bien, mi cuerpo se relaja, México también acaba y estoy tranquilo porque ya, se acabó, al fin. Le di lo que quería, incluso le correspondí cuanto pude, me dijo que me quería y le respondí lo mismo, estuvo bien, ¿verdad? Debe estar satisfecho.
Ruedo sobre la cama para quedar bocabajo y jadear, me siento sucio. Muy sucio. Me voy a bañar, aunque sé que no se irá del todo, pero ya se acabó. México me acaricia la espalda y me aprieta el trasero, me dice que lo hice mejor, que tal vez sólo me falta aprender. Pero yo no quiero aprender, no quiero, no.
No otra vez, por favor.
.
.
.
wEY SOY UNA MALDITA PERRA HIPÓCRITA ;;;;;
Pero tenía muchas ganas de escribir, chale. Nunca había tenido oportunidad (ni ganas) de desarrollar mis pinches headcanons sobre éste tipo de relaciones, puta la wea, además que es un chingo y me duele, pero me gustó. Estaba bien inspirada por unas chingaderas de las que me enteré ayer hhhhhh
Espero que sí se note que México es mayormente un manipulador emocional bien culero. Creo que a éste punto ya le agarró el modo a Guatemala, pero a cambio, Guatemala va a empezar a compensar su estrés con violencia. Ya no va a saber si lo que siente es correcto o no y va a perder los estribos con más facilidad. Como México procura aislarlo, él va a ser el único que las va a pagar y hasta con sangre.
A partir de aquí, todo se va a pique. Deja de ser un estira y afloja para ser una guerra de desgaste, el problema es que Guatemala no sabe tener el control, México tiene más influencia y a pesar de todo, siguen dependiendo uno del otro.
Sentí muchísima necesidad de explicar más o menos como funciona la asexualidad. Créanme que el cuerpo reacciona y eso no demuestra NADA, alguien puede tener un orgasmo siendo violado/a y eso no significa placer, así también, una chica que produce lubricante durante una violación, no es porque esté excitada, sino porque su cuerpo está desesperado por evitar que la lastimen, igual a cuando la gente olvida eventos traumáticos por su salud mental, el cuerpo busca siempre el menor daño posible.
También, la eyaculación masculina NO ES sinónimo de orgasmo, son cosas separadas, pero por la cultura del porno, se toman como si fueran iguales, pero NO y eso está probado por diversos sexólogos, invito a todos a informarse y leer sobre eso, es un tema súper interesante tanto para hombres como para mujeres.
Also, hacer a tu pareja ceder a tener sexo por presión es VIOLACIÓN, si su consentimiento fue por chantaje ya sea emocional o material, es un abuso porque es en contra de la voluntad de la persona.
Chale, ahora soy débil a la toxicidad también, ah....
128 notes · View notes
mymy101010 · 5 years
Text
LOCO POR TI/Changkyun x Reader
Changkyun y yo teníamos una relación rara. Habíamos sido criados prácticamente juntos, fuimos compañeros de escuela e inclusive vivíamos cerca. Peleábamos todos los días por culpa de nuestra rebeldía y vanidad pero siempre uno terminaba haciendo reír al otro y por eso no permanecíamos enojados más de un día. Ambos nos interesamos por el baile a temprana edad y por eso decidimos formar un grupo de baile de hip hop, en la pista de baile teníamos una compatibilidad incomparable. Lo raro era que nunca en la vida habíamos sentido nada el uno por el otro, hasta esta noche que comencé a verlo de una forma distinta, comencé a observar todo su cuerpo, su pelo negro perfectamente acomodado, sus labios de un tono rosa, su cuerpo no musculoso pero bien marcado, su forma especial de caminar haciéndote creer que iba a comerte e inclusive le miré su trasero, parecía una manzana perfecta lista para morder. En ese momento me di cuenta que algo andaba mal conmigo...
FLASHBACK
-Changkyun creo que esto no es buena idea...
-¿T/N, de qué hablas? Nosotros somos una pareja de baile! Claro que es buena idea. Además quizás aprendamos algo esta noche.
-Está bien, pero no quiero que me obligues a hacer nada ¿ok?
-OK.. Ahora vamos.
Diciendo esto me agarró la mano llevándome adentro de la fiesta de baile latina. Era un club nocturno que siempre tenía esta clase de eventos pero nunca se me cruzó por la cabeza venir justo esta noche. Nosotros bailábamos hip hop, totalmente distinto a la salsa, lambada, merengue y ese tipo de bailes latinos. Él insistió tanto que tuve que acceder. Al entrar al club notamos a la gente bailando salsa, todos al parecer tenían un poco de conocimiento sobre ese tipo de baile. Nos dirigimos a la barra con Changkyun y compramos un par de tragos para entrar en la onda del lugar.
-La verdad, se ve bastante genial. -dije dándole un sorbo a mi trago
-Ves, te dije que te iba a gustar. Cuando termines eso - señaló mi vaso - entraremos a la pista.
-¿Sabes bailar salsa? - le pregunté divertida.
-Sé bailar y con eso me basta - me reí con su respuesta.
Tomó su trago de un sorbo y yo hice lo mismo con lo que quedaba del mío. Nos tomamos de la mano y me llevó a la pista como solíamos hacer en todas nuestras presentaciones. Lo que ví en la pista me sorprendió.
Changkyun intentó mover sus caderas como nunca en la vida de una manera tan graciosa que hubo un momento en que tuve que salirme del centro y sentarme en la barra para sobreponerme del ataque de risa que tenía.
-¿Te estás burlando de mi espectacular manera de bailar, T/N?
-Basta Changkyun - dije sin aire en los pulmones agarrándome el estómago - deja de hacerme reír así!
-Ah ya que... - me contestó con las mejillas rosadas mientras se rascaba la nuca - pidamos otro trago.
Uno, dos, tres, cuatro y cinco tragos más. Ya parecíamos una pareja convulsionando al tratar de bailar algo que no sabíamos y con mucho alcohol en la sangre. En un momento la música cambió por bachata, uno de los bailes latinos más sensuales de todos, se baila pegados y con mucho sentimiento. Pero... no podía ser incómodo ¿no? Éramos Changkyun y yo. Intentamos copiar los pasos de las demás parejas... Un dos paso, un dos paso, la verdad que nos salía bastante bien. íbamos cada vez más coordinados y más sueltos. En ese instante nuestras miradas se cruzaron y él acercó su boca a mi oído y me dijo: "Me gustaría quedarme así siempre..." Bajé la mirada de vergüenza, y me dio cuenta de la forma en la que estábamos bailando; yo tenía mi mano en su espalda, él tenía su mano en la parte baja de mi espalda casi apoyando los dedos en mi trasero y mi boca rozaba su cuello.
-T/N... Mírame - lentamente levanté la mirada - Eres hermosa.
- Changkyun.. Estás borracho.. Que cosas dices.
- Tal vez, pero ya sabes lo que dicen de los borrachos... Siempre dicen la verdad.
- Entonces... ¿No puedes mentirme ahora?
- No... - me dijo riéndose. Definitivamente estaba borracho, arrastraba todas las palabras cuando hablaba y reía de la nada.
- ¿No quieres ir a casa? - le sugerí, si seguía bebiendo no iba a poder lidiar con él. Mide mucho más que yo, no iba a poder cargarlo hasta el taxi.
- Quiero ir a MI casa CONTIGO.
- ¿Y eso porqué?
- Creo que quiero besarte.
Automáticamente empecé a reírme sin parar, este hombre estaba fuera de sí. Fuimos hasta la puerta del club a esperar un taxi, pude observarlo con detenimiento bajo la luz tenue de los faroles de la calle, su pelo negro ya estaba alborotado, sus mejillas rosadas, la transpiración había hecho que la camisa se le pegara al cuerpo, tenía un par de botones desprendidos dejando ver algo de su pecho y sus lunares que hasta ahora no me habían parecido peligrosamente atractivos.
FIN FLASHBACK
- ¿Porqué me miras tanto? ¿Acaso tu también quieres besarme? - me provocó acercándose con una sonrisa.
- Y si fuera así... ¿Qué harías? - KE ACABABA DE DECIR!
Se quedó mirando mis ojos y mi boca en un ir y venir que no podía ser más incómodo. De repente apartó la mirada y metió las manos en sus bolsillos quedándonos en completo silencio.
Un taxi vino a salvarnos de la incomodidad y nos subimos camino a... ¿Su casa? ¿La mía? Le indicó al chofer la dirección de su casa. Llegando a destino le dije que le mandaría un mensaje diciendo que había llegado bien a casa a lo que él respondió: "Tú te bajas conmigo". Pagó el taxi y entramos a su casa, todo estaba oscuro y en silencio. Cuando cerró la puerta me tomó del brazo acorralándome contra la pared.
- T/N... Yo no aguanto más. Yo me vuelvo loco cada vez que te toco y no puedo besarte, cada vez que otro hombre te mira... Yo... Estoy loco por ti.
Me quedé en shock mirando sus ojos cerrados, acercó su cara y apoyó su frente en la mía.
- Te quiero... Te quiero desde siempre T/N. Juro que si pasa algo esta noche, trataré siempre de hacerte la mujer más feliz...
Nuestras respiraciones chocaron y me dio un beso rápidamente sin apartar un centímetro su cuerpo del mío. Abrió los ojos y nos miramos por un par de segundos y en ese instante todo empezó a tomar más sentido para mí, siempre había sentido algo por Changkyun, siempre mis relaciones fracasaban por culpa de mi amistad con él y a mi no me importaba, siempre me importó él y nadie más.
Dirigí mis manos hacia la parte baja de su espalda abrazándolo ligeramente y abrió sus ojos al sentir mi contacto, sus manos se posaron en mi cuello y esta vez me besó con fuerza, sin una pizca de timidez. Su cuerpo comenzó a rozarse con el mío de a poco, quizás era el alcohol o quizás de verdad sentía algo fuerte por él, pero en ese instante solo quería sentirlo, comencé a desprender su camisa botón por botón pero la necesidad era demasiada así que terminé tirando de ella hasta romper los botones que quedaban. Él levantó mi vestido tocando con firmeza mis piernas y mi trasero causando un gemido involuntario de mi parte.
- Así... Quiero que digas mi nombre toda la noche.
Diciendo esto me levantó hasta que posé mis piernas al rededor de su cintura para agarrarme, me llevó hasta su cuarto y me dejó caer sobre su cama. Mientras me miraba se sacó el pantalón y su ropa interior quedando completamente desnudo. Su excitación era enorme, y yo ya estaba mojada con sólo ver el increíble hombre que había frente a mí. Lo imité y me deshice de mi vestido quedando con un conjunto negro de ropa interior que llevaba puesto.
- Sé que es algo tarde para preguntar, pero... ¿Estás segura de esto?
- Lo estoy, Changkyun.
- Entonces esto tendrá que irse - señaló lo que quedaba de mi ropa.
Se acercó de nuevo, me sacó el sujetador y rompió mis bragas en dos, eso solo hizo que me mojara aún más. Nos unimos de nuevo en un beso desenfrenado, me recosté y el se posó sobre mí acariciando con sus dedos mi entrada. Introdujo un dedo, luego dos, luego tres... Me estaba haciendo volver loca de placer. Tomó su miembro y lo metió poco a poco en mi interior, me dio tiempo para que me acostumbre a su tamaño, de a poco empezó a embestirme con cuidado pero firmemente. Nuestras bocas no se separaron ni un segundo, nuestras lenguas luchaban sin cansancio mientras emitíamos pequeños gemidos a medida que aumentaba la velocidad. No podía creer que esto estuviera pasando...
Podía sentir la luz en mi cara. Lentamente abrí los ojos. No estaba en mi habitación, tenía un brazo al rededor de mi cintura, no tenía de ropa puesta y por lo que podía sentir la persona que tenía al lado tampoco. Miré a mi alrededor y me di cuenta que era la habitación de Changkyun, me di vuelta lentamente y me encontré los dos ojos marrón oscuros mirándome sin pestañear a lo que di un salto y grité.
- ¡Woo! ¿Tan horrendo me veo por la mañana? - me dijo Changkyun con tono avergonzado y un poco asustado por mi reacción.
Poco a poco recordé todo lo que había pasado, el alcohol aún me hacía doler la cabeza.
- Pues.. Tú te ves bastante bien.
Me lo dijo mirando mi pecho, me miré y me di cuenta que tenía un pecho al aire.
- ¡AAAAH! - grité mientras me tapaba con las sábanas y rodaba por la cama como una bola para tratar de aliviar la vergüenza que sentía.
- Ey ey ey ey.. Espera - me intentaba calmar Changkyun - Lo que paso anoche ¿no te gustó?
- Sí, pero...
- T/N, para mí anoche fue especial. Yo te quiero, siempre lo hice.
Se acercó a mí y me abrazó dándome un beso en la frente y luego en los labios. Todo se sentía tan raro pero se sentía muy bien. Correspondí su beso y me escondí en su pecho. Él no me soltaba y seguía repitiendo lo mucho que me quería, yo solo sonreía con vergüenza. Al notar que ya estaba más tranquila se recostó boca arriba dejándome sobre él, ambos comenzamos a reír.
- Ahora, necesito desayunar... Y no precisamente comida.
Pude sentir bajo las sábanas que estaba listo para comenzar el día, así que lo empezamos juntos...
Tumblr media
8 notes · View notes
q-zaf · 7 years
Text
Recuerdos…|| Wigetta Three shot (3/3)
////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////
Narra Willy
El clima de ese día era perfecto, había sol y viento, la típica brisa de la playa, la tarde avanzaba con cada paso que dábamos en aquel camino que terminaba a mitad del mar, locales que se alzaban a nuestros costados, música, colores, los típicos muñecos de peluche colgaban en todas direcciones y por supuesto, la feria que se encontraba a un costado con sus juegos mecánicos, el Pier de Santa Mónica en verdad tenía tanta vida como se mostraba en las películas y en los videojuegos.
Varias veces habíamos ido a cenar al restaurante que estaba justo al final del paseo, tenía una vista hermosa, siempre considerábamos que cualquier pretexto era bueno para ir a celebrar, al final de ese día supe que habíamos ido por algo que realmente era especial.
Salimos del restaurante, la tarde empezaba a caer y el parque de diversiones se llenaba de gente. No era mucho de subirme a los juegos mecánicos pero sí que me gustaba mirar las luces y caminar por ahí, y sobretodo, me encantaba el algodón de azúcar...
- ¡Vamos por un algodón de azúcar! – dije entusiasta a mi compañero
- ¿Cómo puede gustarte ese estropajo hecho de azúcar?
- Es rico, ¿Nunca lo has probado?
- Pues a decir verdad no, tiene mucha azúcar y engorda
- Que exagerado macho, anda vamos – lo tomé del brazo y nos dirigimos hacia la feria
Me encontraba pagando el algodón mientras Vegetta me miraba a unos pasos de distancia
- ¿Seguro que no quieres? Hay de color morado – dije tratando de convencerlo
- No gracias, mejor te robo un poco y ya está
- Como quieras
Me acerqué a él mientras desprendía un pedazo de la golosina azucarada, estábamos en la zona de premios, por lo que había mucho ruido a nuestro alrededor, varias parejas y grupos de amigos jugaban tratando de conseguir alguno de los muñecos de peluche que colgaban en cada local, en muchas ocasiones, con intentos fallidos.
- A veces es gracioso ver como fallan – comenté, acto seguido metí el pedazo de algodón en mi boca
- ¡Qué malo eres chaval!
- No soy malo, es solo que muchas veces lo intentan sabiendo que van a perder
- ¿A qué te refieres?
- Si, la mayoría de estos juegos están trucados para que sea casi imposible ganar
- Bueno, pero siempre existe una pequeña posibilidad ¿no? – dijo mi compañero mientras me miraba fijamente
- Que sí, pero es difícil
- ¡Difícil dice! Vamos Willy, dime qué premio quieres y lo ganaré para ti – dijo bastante seguro de sus palabras
Solté una risa involuntaria al escucharlo y lo miré
- Te la estás jugando mucho compañero
- Que si Willy anda, seguro algo llama tu atención
- ¿Si que quieres perder dinero verdad? Está bien, déjame mirar...
Dimos unos cuantos pasos mirando los pequeños locales, muchos tenían los mismos premios que el de al lado, en realidad ninguno llamaba mucho mi atención, aunque quería ver perder a Vegetta y probarle que yo tenía la razón, sin mencionar las risas que me provocaría.
Giré la vista a un local, al fondo tenia colgados unos tiernos peluches de tortugas marinas, el juego consistía en hacer canastas de basquetbol, definitivamente no podría ganar, aunque sí que sería lindo tener una tortuga de esas.
- Lo encontré, quiero una tortuga – dije señalando el local
- Tú pide por esa boquita que Vegetta te lo da, vamos
Nos acercamos al local y pedimos un juego, tenía que encestar los 4 tiros para tener la tortuga, si encestaba 3 obtendría cualquier otro premio.
- Vegetta, no podrás hacerlo, tienes que meter las 4 bolas
- Willy, por favor, esto de meter las bolas se me da muy bien – dijo guiñándome un ojo y acto seguido se rió por su comentario.
- Es que es tonto el pobre – Dije sintiendo como el calor ascendía por mis mejillas
- Lo digo porque en el instituto jugué basquetbol, te lo conté... Ayy Willy que pillín eres – dijo riéndose
- ¡Anda tira ya! Que quiero verte perder
- Vale, ve pensando que nombre tendrá esa tortuga
Encestó el primero, el segundo y el tercero, la verdad es que estaba impresionado pero no se lo haría saber, aun le faltaba un tiro para ganar la tortuga, me miró de reojo y no pude evitar soltar una sonrisa, hizo el tiro y... Falló. Aun así le dieron un peluche de rana, el cual puso en mis manos.
- Te dije que no podrías
- Me desconcentraste con tu sonrisa chiqui, tú tuviste la culpa
- Claro, hay que echarle la culpa a alguien – dije riéndome por su comentario
- Te propongo algo – dijo cambiando a un tono serio
- ¿El qué?
- Lo volveré a intentar, si consigo la tortuga, tú tendrás que darme algo a cambio
- ¿Cómo qué?
- Si la consigo te lo diré
- ¡Eso no es justo macho! Tengo que saberlo si no como voy a aceptar
- Primero debo conseguirla, si te lo digo me arriesgo a quedar como un parguela si esque no lo logro, ¿confías en mí?
No sabía lo que estaba tramando, pero se veía muy seguro de sí, conociéndolo seguro lo tendría ya todo planeado, vegetta era una persona muy perseverante, o muy terca, era una cualidad que admiraba mucho de él.
- Vale, confío en ti, acepto
- Vamos allá entonces
Y si, su misma perseverancia había dado frutos, esta vez consiguió la tortuga, debo admitir que me alegró mucho, aunque ahora debía cumplir mi parte, me intrigaba pensar que era lo que vegetta me pediría. Caminábamos por detrás de los juegos mecánicos, acercándonos al borde del Pier
- Es muy linda tío – dije mirando el peluche en mis manos – Le pondré Trotu... Bueno y ¿Qué es lo que vas a pedirme?
- Espera chiqui, que primero hay que buscar un lugar donde sentarnos
- ¿Qué misterioso todo no?
- Mira sentémonos ahí – dijo señalando una banca justo en la esquina donde terminaba el parque de diversiones, quedaba alejada del camino principal, se podían escuchar las olas del mar y a lo lejos, la música de la feria.
Tomamos asiento y observamos el mar frente a nosotros, todavía podían verse unos pocos rayos de sol reflejados a lo lejos, tenía la vista fija en el horizonte, era muy relajante.
- ¿Willy?
- ¿Qué pasa? – respondí a mi compañero que no dejaba de mirarme
- Cierra los ojos
- ¿Cómo?
- Si, yo tengo que pedirte algo a cambio de la tortuga, cierra los ojos
- ¿Para qué?
- Ya veras, tú ciérralos – me dijo, yo reaccione frunciendo el ceño – dijiste que confiabas en mí ¿no?
- Confío, si... vale
Cerré los ojos, al principio no escuché nada, sólo las olas del mar que nos rodeaba, después escuche a mi compañero removerse en el banco, sentí una presencia muy cerca de mi rostro y después una respiración, algo rozó mis labios de manera muy delicada... ¿Vegetta estaba besándome? Si, lo estaba haciendo, cuando caí en la cuenta no supe cómo reaccionar, abrí mis ojos y vi los de mi compañero cerrados frente a mí...
Todo fue muy rápido, mi cerebro pensó en todos los momentos que habíamos pasado juntos, ¿realmente quería besarlo? Ni siquiera tuve que pensar la respuesta, mi cuerpo actuó y se dejó llevar ante lo que estaba sucediendo, cerré mis ojos de nuevo y le correspondí aquel beso, nuestros labios parecían encajar a la perfección.
No sé cuánto tiempo pasó, solo me concentré en lo que estaba sintiendo y cuando todo terminó, nos separamos, ambos nos miramos y sonreímos, sentí mis mejillas arder, por lo que seguramente ya tendrían aquel color carmesí que tanto me caracterizaba.
- Vegetta
- No willy, no digas nada, ya me lo demostraste... ¡Que bueno que estuve en el equipo de basquetbol – dijo con una risa
- Esque es tonto – le respondí
Nos quedamos en aquel banco hasta entrada la noche, hablando de todo y de nada a la vez, en ocasiones nuestros dedos jugueteaban y entrelazaban, nuestras miradas decían lo que no nos atrevíamos con palabras, no eran necesarias, solo estábamos él y yo, nada más importaba... nadie más tenía que saberlo...
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
- Pienso volver a España Willy, será lo mejor para ambos
Estábamos en ese mismo banco, con el mar a nuestro alrededor, habían sido momentos muy bellos, todo parecía ir de maravilla, sin embargo no siempre se puede escapar de la realidad...
- Tal vez tengas razón, puede que sea lo mejor
- Lo es – dijo Samuel en un tono triste – No quiero irme chiqui...
- Ni yo quiero que te vayas, pero esto se nos fue de las manos, no podemos seguir arriesgándonos, el mundo real nos pide explicaciones y no podemos dárselas sin dañarnos uno al otro
- Pero ¿Seguiremos en contacto no?
- ¡Claro que si! Seguiremos siendo amigos, como siempre lo hemos sido
- Los amigos no hacen lo que nosotros hacemos Willy...
- Y las parejas no se esconden como lo hacemos nosotros Samuel...
- Ni siquiera sabemos que somos, vaya par de parguelas
Le miré, tenía razón, no éramos pareja y tampoco éramos amigos, solo sabíamos que nos queríamos y eso bastaba, ahora esa decisión estaba teniendo consecuencias, lo mejor que podíamos hacer era separarnos por un tiempo, hacer de cuenta que nada sucedió...
- Traje algo – dijo mi compañero sacando una pequeña caja de su bolsillo – es algo sencillo pero es para ambos
- ¿Qué es? – pregunté observándola
- Es una muestra de que pase lo que pase, siempre vamos a querernos – abrió la caja y dentro había dos pulseras de cuero negro, cada una tenía una placa de metal
- Son muy bonitas – dije tomando una
- Prométeme que siempre la llevaras puesta, así sabré que me sigues queriendo
- Siempre voy a quererte Samuel... Te lo prometo
Ambos nos pusimos aquellas pulseras, teniendo como testigos una vez más el atardecer sobre el mar y el sonido de las olas a nuestro alrededor...
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
La brisa soplaba y hacia bastante calor, el típico clima de la costa. Estaba en el mismo lugar, parecía que el tiempo no había pasado, tal vez por eso quería volver, para tratar de encontrar una pequeña parte de lo mucho que dejé al irme.
En mis manos estaba aquella pulsera con una placa metálica donde apenas se veía grabada una "S". Dos de los tres extremos de donde se sostenía, estaban rotos, decidí guardarla donde no pudiera estropearse más, por lo que dejé de usarla... Eso no significaba que hubiera olvidado mi promesa...
Cuando Samuel se fue de LA, todo estuvo bien, al menos por un tiempo, después se volvió difícil, extrañaba estar con él y las veces que podía verlo en Madrid no eran suficientes, pero ambos habíamos decidido y cada quien tendría que tomar su camino. A pesar de todo, seguíamos siendo amigos... A pesar de todo seguía queriéndolo...
- ¡Willy! Al fin te encuentro tío, ¿Respondes el móvil o qué? – Escuché una voz que me sacó de mis pensamientos
- Perdón Frank, no le preste atención – dije echándome hacia delante
- ¿Estás bien? Dijiste que darías una vuelta por aquí al amanecer y ya pasa de medio dia, suerte que me dijiste donde estarías – sentí una palmada en mi espalda, a continuación se sentó a mi lado
- Si estoy bien... – miré la pulsera que tenía entre mis manos y la sujeté con fuerza – En realidad, no lo sé...
- Si quieres hablar de eso, puedes hacerlo Willy
- Vegetta no quiso venir a LA porque le trae recuerdos de... ya sabes – dije un poco apenado ya que no solíamos platicar mucho del tema, aun así, él lo sabía y siempre nos había apoyado – Yo le dije que estaba bien si no quería hacerlo, pero no entendía muy bien lo de los recuerdos... Ahora sé de lo que hablaba...
- Tío, enserio no sé porque tanto drama de ustedes dos – dijo mientras se recostaba en el banco de madera - Si realmente quieren estar juntos deberían hacerlo, viven en la misma casa, es claro que son inseparables
- Ambos decidimos que no podíamos arriesgarnos y que debíamos seguir con nuestra vida, ambos respetamos esa decisión a toda costa
- Pffff Hombre, perdón que te lo diga, pero eso de respetar no lo hacen muy bien, cuando voy a su casa tengo que andarme con cuidado de no ver algo que no quiero ver
- Frank, es enserio macho... Además ya te ofrecimos disculpas por eso
- Bueno, eso no importa ahora, lo que importa es ¿Qué van a hacer? ¿Seguirán jugando a las escondidas?
- Lo he pensado, me alejaré un tiempo, vendré a vivirme a EU
- Si claro, esa es la solución a todo, huir
- No voy a huir, tal vez sea momento de irme y vivir mi propia vida, hacer nuevos recuerdos... Con alguien más tal vez
Frank parecía sorprendido, se levantó de su asiento, se acercó a la barandilla del pier y se giró hacia a mí con una mirada de reproche.
-Willy... ¿Tú eres tonto?
- No Frank, tonto seria si me quedo a esperar que esto funcione algún día, que encontremos el momento perfecto para estar juntos de la forma correcta, es difícil cuando tantas personas esperan algo de ti ¿sabes? – Imité la acción de mi amigo y me acerque a la barandilla para fijar mí vista en el horizonte – Tal vez deba seguir con mi vida, realmente seguir
- ¿Y qué pasará con Vegetta? ¿Le dejaras a pesar de quererlo?
- Precisamente porque le quiero, tal vez más de lo que debería, no puedo hacer que detenga su vida por mí, él también tendrá que seguir sin mí
- ¿Al menos vas a hablar con él?
- Lo haré pero la decisión ya está casi tomada
Ambos nos quedamos mirando al horizonte, era una decisión difícil y dolorosa, pero tarde o temprano tendríamos que seguir con nuestra vida, miré de nuevo la pulsera que sostenía, la misma que representaba una promesa, en el mismo lugar donde se hizo, solo que ahora era mi turno de decidir...
////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////
Hola!!!!!!!!! Al fin pude traer la ultima parte!!! lamento la demora pero esque tuve un pequeño bloqueo xP por suerte me ayudaron a salir de él y aquí está, espero no me odien mucho :( a mi también me dolió escribir esto, de alguna forma tenia que sacar mi dolor xP
Muchas gracias por leer, me hacen sentir especial *-* por aquí abajo les dejo los links a las otras partes y de paso les dejo el de wattpad (que ya tengo y ahi pueden encontrar todas mis pequeñas historias, si gustan echarles un ojo yo encantada y mas que agradecida :3 spam intencional) como siempre pueden decirme si les gusta o les disgusta, seguiremos viéndonos pronto por aquí, una vez mas gracias y les mando un saludo muy grande a todos y bye bye :3
LINK PRIMER PARTE 
https://thelightofmydarkestday.tumblr.com/post/162222111137/recuerdos-wigetta-three-shot-13
LINK SEGUNDA PARTE 
https://thelightofmydarkestday.tumblr.com/post/162493292232/recuerdos-wigetta-three-shot-23
LINK DE HISTORIA EN WATTPAD 
https://www.wattpad.com/story/115781112-recuerdos-wigetta
29 notes · View notes